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Estrategias Publicitarias y de Marketing PDF
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ESTRATEGIA
Una estrategia es plausible de ser aplicada y necesaria en diferentes ámbitos, como puede ser
el militar y el empresarial, por nombrar tan sólo algunos de los más comunes y corrientes para
nosotros.
Y por el otro lado, en el terreno empresarial, lo que suelen implementar las empresas para
cumplir efectivamente con la consecución de sus metas y fines, es lo que se denomina plan
estratégico, que no es otra cosa que un documento oficial que emitirá la propia empresa a
través del cual, sus responsables, plasmarán la estrategia que seguirán en el corto plazo, por
esto es que un plan de este tipo tiene una vida útil de aproximadamente unos 5 años como
máximo. En el plano financiero, la estrategia involucra el uso de los recursos disponibles en
inversiones variadas en el contexto del menor riesgo posible. Por otra parte, en el ámbito
laboral, la estrategia permite una mejor rentabilidad del recurso humano, en relación con la
producción de los empleados y su óptimo rendimiento.
Pero la estrategia, además de ser esencial en estos casos como expusimos, también lo es para
un juego, ya sea este un juego de tipo mesa como es el caso del ajedrez, en el cual la
inteligencia y la estrategia van de la mano. Con esta misma línea de pensamiento, estos
conceptos se aplican en un juego en equipo, como es el caso del fútbol, que implicará también
además del despliegue físico, la implementación de una estrategia, generalmente y siempre
en manos del entrenador, para ganar un partido. En este deporte en particular, la estrategia
suele ser más que relevante, ya que una correcta disposición sobre el campo de juego facilita
que incluso conjuntos que son más débiles puedan lograr una victoria sobre equipos de
menor nivel técnico y físico. Así, una estrategia de cuidado del balón y de adecuado
despliegue defensivo ha permitido que escuadras de escasa capacidad ofensiva lograran
empates o incluso triunfos en terrenos de juego enormemente difíciles y contra equipos de
poderío histórico. La homología entre la estrategia militar y la estrategia aplicada en un
partido de fútbol ha dado lugar a la aplicación de motes o apodos a los jugadores que
claramente se han originado de la jerga de la milicia (“mariscal”, “gladiadores” o, inclusiva y
con contudencia, “estratega”…)
TÁCTICA
En tanto y a propósito de esto, será en el ámbito militar en el cual más se emplea el concepto,
dado que originalmente allí la táctica será la acción o método que se emplea a la hora de
tener que enfrentar a un enemigo en el marco de una batalla o enfrentamiento bélico y que
este plan elegido sea el que mejores resultados se considera puede llegar a producir.
Pero, en la actualidad, la táctica ha dejado de ser un concepto eminentemente vinculado al
contexto militar y otros tantos campos de acción lo han adoptado como propio, añadiéndole
nuevas aristas pero manteniendo siempre la esencia del mismo.
La economía, el comercio, los juegos de cualquier tipo, el deporte, la navegación y la
negociación son algunos de los ámbitos que emplean activamente tácticas.
Por ejemplo, en materia económica, de negocios y hasta del comercio, la táctica será una de
las principales herramientas a disposición de gerentes, dueños, etc., con la cual se contará
para poder llevar a cabo un buen negocio, es decir, el empleo de la táctica, consciente,
meditada y previamente pensada para por ejemplo darle una nueva cara a un producto o
servicio que lleva ya largo tiempo en el tiempo y que necesita una renovación para recuperar
clientes o en su defecto, aquellos métodos estudiados para lograr el éxito inmediato en el
marco del lanzamiento de un producto o servicio, hoy en día, hacen de la táctica un elemento
esencial para el mundo de las finanzas, economía y comercial.
Asimismo, en el deporte, la táctica resulta ser un aspecto fundamental cuando se quiere
imponer al rival en algún juego, partido.
También, en las relaciones interpersonales y a instancias por ejemplo de la resolución de
conflictos la táctica será determinante, porque en una discusión, oír al oponente siempre
resultará ser una de las mejores tácticas a implementar.
Marketing táctico vs. marketing estratégico
Según lo visto hasta ahora, una estrategia es un plan para alcanzar una meta específica,
mientras que una táctica consiste en los medios que usas para alcanzar esta meta. En
negocios, la estrategia es una meta amplia, como el aumento en las ventas o en la
participación de mercado o la creación de una imagen particular para tu negocio. Las tácticas
para crear imagen o marca podrían incluir el uso de precios para establecerte como accesible
o de gama alta.
Marketing estratégico
El marketing estratégico consiste en la venta de tu producto de forma que alcances una meta.
Las metas pueden incluir aumento en ventas, ingresos, participación de mercado,
segmentación de mercado o la creación de una nueva marca o posicionamiento en el
mercado. Un ejemplo de una estrategia de marketing sería mantener tus ingresos actuales
con menos publicidad o usando menos ocasiones. A pesar de que las metas del marketing
estratégico pueden ser conceptuales, trata de hacerlas lo más específicas que puedas. Por
ejemplo, en vez de establecer una meta de aumento de ventas, establece un determinado
porcentaje de aumento o un segmento específico de mercado, como las mujeres, las personas
mayores o padres de familia. Parte del marketing estratégico incluye ajustar tus precios,
posicionamiento y productos o servicios actuales para ayudar a alcanzar tus objetivos.
Marketing táctico
Una vez que tengas metas, incluyendo estrategias específicas para cumplir tus metas,
determina cómo implementarás estas estrategias. Si deseas incrementar tus ingresos, una
táctica puede ser aumentar tus precios y rediseñar la marca de un producto o servicio. Si
deseas aumentar tu participación de mercado entre consumidores preocupados por su salud,
podrías empezar a patrocinar eventos deportivos o publicitar en revistas de salud y ejercicio.
Conoce a tus clientes
Para crear tácticas que apoyen tus estrategias de marketing, crea perfiles detallados de tus
clientes. Conoce las edades, géneros, estados civiles, ubicación geográfica, nivel de educación,
estado parental y otra información sobre tus clientes actuales, así como de los clientes que
desees atraer. Sin esta información, puede ser difícil crear estrategias e incluso más difícil
ponerlas en práctica. Conocer las características demográficas de tu cliente ayudará a escoger
los canales correctos de marketing, como los medios de publicidad, para alcanzar tus clientes.
Canales de marketing
Usa diversos canales de marketing para implementar las tácticas. La selección de los correctos
medios de publicidad, relaciones públicas, marketing deportivo y canales de distribución son
críticos para crear tácticas efectivas. Por ejemplo, si tu estrategia para aumentar ingresos es
posicionar y darle un precio de alta gama a tus zapatos pero vendes los zapatos en tiendas de
descuento, tu táctica no apoyará de manera efectiva a tu estrategia. Si una de tus estrategias
es aumentar las ventas entre mujeres solteras, patrocinar una maratón de mujeres de 5 km y
ligas de tenis pueden ser tácticas efectivas.
HISTORIA
En los años cincuenta, los publicitarios fijaban su atención en las características de los
productos y en los beneficios que obtenía el cliente con su uso y/o consumo.
Buscaban lo que Rosser Reeves denominó “la única proposición de venta” (USP).
A finales de los años cincuenta la tecnología complicó encontrar la UPS. Resultaba muy difícil
hallar una diferencia categórica entre los productos. Una avalancha de artículos
“segundones”, aterrizó sobre el mercado. La competencia se intensificó y no siempre era
honesta.
Los años 60 y 70 marcaron la era de la imagen. La reputación era más importante para la
venta de un producto, que las características intrínsecas de éste.
Uno de los arquitectos más representativos de esta era de la imagen fue David Ogilvy: “todo
anuncio es una inversión a largo plazo, en la imagen que se tendrá de la marca”.
Los años 80 marcaron el nacimiento del posicionamiento de los productos. Fue una época
representada por una sociedad sobrecomunicada, en la que se produjeron varias explosiones:
una de medios (para satisfacer la necesidad de comunicación); otra de productos (para
atender nuestras necesidades físicas y psíquicas); y otra publicitaria como consecuencia
lógica. A medida que la eficacia de la publicidad disminuía, su uso aumentaba, no sólo en
volumen, sino también en el número de usuarios.
Para vender ya no bastaba con anunciarse, sino que hacía falta algo más. Lo que se necesitaba
era un posicionamiento en la mente del consumidor, encontrar un hueco en su mente
saturada de mensajes publicitarios, con el fin de ubicar uno de forma diferencial, con las
ventajas y satisfacciones del producto en cuestión.
Los años 90 marcan la era de las estrategias. En esta época no sólo hay que encontrar un
hueco en la mente del consumidor, sino que hay que ser el primero en acceder a ella, a través
de las comunicaciones publicitarias, logrando así un posicionamiento fuerte, coherente y
constante, que se haga con todas las ventas del liderazgo.
La más normal es la de “ir en contra del líder”, que no significa un choque frontal, sino recurrir
a comparaciones con la competencia ya posicionada, conocida. Se trata de reposicionar a los
competidores. Esto se lleva a cabo desplazando su concepto de posicionamiento, al hacer ver
al consumidor algo de la competencia que le obligue a cambiar de opinión respecto a la
misma y ofrecer en su lugar la nueva idea.
Podemos recurrir a otras estrategias tales como: el alto precio, no sólo para productos de lujo
que el consumidor asume, sino también para productos comunes (el turrón más caro del
mundo), o bajo precio, (el esfuerzo realizado por los productos de marcas blancas, para
aprovechar un hueco en los supermercados); el sexo (Marlboro que ha adquirido una posición
masculina para sus cigarrillos); la edad (posicionarnos segmentando por la edad nuestro
mercado: crema dentífrica para niños); recurrir al momento del día para el uso del producto
(la primera medicina nocturna para el resfriado, el desayuno de los campeones, zumosol
¡buenos días!...); observar la distribución (la primera marca de... que se distribuyó en
supermercados, caso de Febreeze)...
Ahora bien, si lo que se quiere es introducir una categoría de productos desconocida, hay que
colocar una nueva escalera en la mente humana. Pero la mente no tiene espacio para lo
nuevo, a menos que lo relacione con lo antiguo, y por asimilación, penetre en su esquema y,
por acomodación, surja uno nuevo, lo cual explica el aprendizaje.
ESTRATEGIAS COMPETITIVAS
Estrategias promocionales. Son muy agresivas. Los objetivos promocionales pueden ser:
mantener e incrementar el consumo del producto; contrarrestar alguna acción de la
competencia; e incitar a la prueba de un producto.
Estrategias de empuje (push strategy) para motivar los puntos de venta, los distribuidores y la
fuerza de ventas de la empresa, a empujar más efectivamente los productos o líneas de
productos hacia el consumidor (aumentando márgenes, bonos, mejor servicio, publicidad
cooperativa, subsidio para promociones...). Se trata de forzar la venta.
Estrategias intensivas. Conseguir que los clientes actuales consuman más, es decir, que
aumente la venta por cliente.
Se suele exigir demasiado a la publicidad al enfocar los objetivos a corto plazo, cuando se sabe
lo largo y difícil que resulta el empeño de cambiar un hábito y costumbre.
Estas estrategias son complementarias a las anteriores. Tratan de retener a los consumidores
del producto, y mantener su fidelidad de compra y consumo. Es decir, lograr un mercado
cautivo, que garantice las ventas futuras con las correspondientes evoluciones de precio.
EN RESUMEN,
1) PÚBLICO OBJETIVO. Exige tener definido el perfil del público en base a características
cuantitativas de tipo socio-demográfico y económico, y las de tipo cualitativo como sus estilos
de vida, valores, hábitos, aspiraciones.
2) PROBLEMAS. ¿qué problema queremos resolver con la publicidad? ¿qué necesidad del
consumidor resolverá el producto?
5) PRIORIDAD, promesa, beneficio. De todos los atributos del producto ¿cuál es el principal,
en función de las características del mercado?
6) PRUEBA (REASON-WHY). ¿Qué pruebas ciertas podemos aportar para demostrar que el
beneficio prometido es real? ¿Por qué el consumidor debe confiar en que el producto real,
efectivamente le aportará ese beneficio?
7) PRESENTACIÓN. Tono y ritmo del mensaje. Demostraciones o usos del producto que
deberán necesariamente aparecer, testimoniales...