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UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES DE

CHIMBOTE

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CRIMINOLOGIA Y CRIMINALISTICA
“Delincuencia y globalización”

ESTUDIANTE
WILLIAM REAL TORRES

PROFESOR
Mag. Miguel Angel Morales Silva

CAÑETE – PERÚ

2019
DELINCUENCIA Y GLOBALIZACIÓN

El Derecho Penal como respuesta ante la Desviación Social criminalizada se materializa como
una réplica de contención ante la delincuencia, en tanto se constituye como la Reacción Social
controladora encargada de restaurar el orden violentado, a partir del uso de los medios,
estructuras y mecanismos del Control Social Formal.

Como variantes paradigmáticas del Derecho Penal, en tanto manifestación reactiva social ante
la criminalidad se reconoce, entre sus múltiples clasificaciones, la existencia de los llamados
Modelos de Reacción Socio-penal al delito, ampliamente emparentados también con los
componentes funcionales y organizativos del Control Social Formal.

GARCÍA-PABLOS DE MOLINA organiza los Modelos de Reacción Social ante la criminalidad


instituidos por el Derecho Penal, de acuerdo a las expectativas que persigue cumplir en relación
con los diferentes sujetos implicados en el suceso delictivo y principalmente respecto a las
pretensiones a lograr con respecto al autor de la conducta lesiva. Su clasificación la divide en
tres diferentes paradigmas del Derecho Penal:

.1- El Modelo disuasorio clásico

El modelo disuasorio clásico de reacción social ante la criminalidad, cumple apenas con la
expectativa punitiva del Estado, presumiendo que la ejecución de la pena desaconsejará
preventivamente a los miembros de la sociedad y al sancionado en especial de cometer nuevos
delitos.

Los componentes del Control Social a que recurre se reduce al Derecho Penal como único
sistema normativo, a las sanciones negativas y estigmatizantes, a las agencias creadoras y
operadoras del Sistema Penal; usando como estrategia funcional exclusiva la represión, dicho
modelo de respuesta es regido únicamente por el Estado y se desarrolla a partir de los
mecanismos formales del Control Social. Estamos en presencia de la concepción retributiva
clásica.

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.2- El Modelo resocializador

El paradigma resocializador de reacción social poseedor de una esencia humanista persigue


lograr la influencia positiva sobre el infractor; se aleja propositivamente de la tesis
retribucionista y pretende cumplir las expectativas comunitarias e individuales de reinserción
social del sancionado, con la consecuente pacificación futura de las relaciones sociales.

El modelo resocializador posee detractores y defensores que desarrollan enconadas polémicas,


principalmente en torno a la legitimidad o no del tratamiento rehabilitador, nuestra posición se
inclina por la aceptación del tratamiento en discusión, de manera repensada y reestructurada.
El modelo de reacción basado en la corrección resocializadora debe recurrir a un espectro
amplio de recursos controladores; por ejemplo: el uso de agencias de ejecución penal en
estrecha combinación con agencias comunitarias, la diversificación de los medios o sistemas
normativos, la recurrencia a responsabilidades reguladoras compartidas entre las formas
principales del Control Social, etc.

.3- El Modelo integrador: conciliación-reparación

El tercer paradigma reactivo al delito se refiere al modelo integrador, cuyas expectativas poseen
una visión holística del evento criminal, persiguiendo una “ventilación” conciliadora del
suceso, signada por la reparación del daño victimal y el restablecimiento pacífico del orden
afectado. El modelo parte de conceptos tales como: mediación, reparación, conciliación, etc.

La estrategia de mediación reparadora, como variante funcional del Control Social, constituye
una evidente humanización de la resolución de los problemas sociales; en la que se pretende
devolver a las partes (víctima y victimario) las riendas del conflicto, con el objetivo de
responsabilizar al autor con su acción y consecuencias para la víctima y persiguiendo una
respuesta de índole reparatoria sobre la base de un acuerdo libre entre las partes. La mediación
reparadora se entiende como “un proceso de comunicación en el que la víctima y el infractor
llegan a un acuerdo con la ayuda de un tercero, que supone una reparación de los daños
causados, materiales e inmateriales y que, en su caso, afectará al proceso penal” .

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En el plano de las coordenadas del Control Social, el tipo de reacción integradora representa
una novedosa alternativa, al usar la estrategia mediadora-reparadora que parte de nuevos
mecanismos caracterizados por su flexibilidad respecto a la tradicional variante formal del
Control Social. Múltiples resultan las nuevas manifestaciones del modelo integrador, entre las
que debe destacarse la “revolucionaria” proposición de estructuración de una Justicia
Comunitaria, con procedimientos ágiles entre las partes en conflicto.

I- EL MODELO RESOCIALIZADOR DE REACCIÓN PENAL

El renombrado criminólogo GARCÍA-PABLOS DE MOLINA menciona como estrategias del Control


Social : la prevención, la represión y la socialización. Además de las mencionadas debe
considerarse la existencia de otras variantes estratégicas como pueden ser: la resocialización,
la educación y la mediación reparadora. En el plano organizativo resulta difícil establecer
criterios de clasificación puros; si partimos de la frecuencia en el uso de determinado tipo de
recurso, consideramos que todas las variantes estratégicas de regulación, en mayor o menor
medida, contienen elementos o técnicas persuasivas y coactivas.

III.1- La resocialización como estrategia del Control Social Punitivo.

La resocialización ha sido tradicionalmente concebida dentro de la estrategia represiva o como


consecuencia de ella. Se presupone que la represión aplicada a un individuo por su actuar
delictivo, trae consigo aparejada una necesidad resocializativa. En este sentido reconocemos
una interactividad evidente de las estrategias represiva y resocializadora, aunque defendemos
su independencia como estrategias controladoras, teniendo en cuenta que aún cuando puedan
coexistir temporalmente y ser consecuencia una de otra, las funciones y trascendencia para el
control se encuentran diferenciadas.

Para realizar tal aseveración nos apoyamos en que la represión persigue que mediante el castigo
se logre un efecto preventivo-disuasorio de alcance defensivo social, y a tales efectos
direcciona los mecanismos y agencias del aparato jurídico-penal; mientras que la
resocialización parte de la perspectiva de utilidad individual y reconocimiento de la esencia

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social de esa conducta criminal, con posibilidad de ser modificada removiendo los elementos
criminógenos de la personalidad.

Para la resocialización “el hombre, pues, y no el sistema, pasa a ocupar el centro de la reflexión
científica: lo decisivo (...) no es castigar implacablemente al culpable (castigar por castigar, en
definitiva, es un dogmatismo o una crueldad), sino orientar el cumplimiento y ejecución del
castigo de modo tal que éste pueda reportar alguna utilidad al propio infractor” .

Así pues, ante la distorsión conceptual con imposibilidad de ser controlada por las agencias del
control social informal, que signifique una lesión a bienes jurídicos penalmente protegidos se
desata la estrategia represiva operada por agentes a través de mecanismos extracomunitarios,
los que con carácter reactivo-coercitivo destinan su funcionamiento (entre otros fines) a
producir una corrección socializadora especial, conocida tradicionalmente como
resocialización.

La necesidad de la resocialización como acción enmendadora, aparece por la existencia de


socializaciones defectuosas que necesitan ser censuradas con una intervención social más
enérgica, asumida y ejercida por el estado y sus organismos especializados. Resocialización
significa, por tanto, modificación de pautas incorrectas de comportamiento que funcionaron o
pueden funcionar como determinantes psico-sociales de conductas de trascendencia delictiva.
Se aspira mediante esta socialización sustitutiva, a influir benéficamente en las personas que
han violado determinadas normas con vistas a lograr una actuación social ceñida a la Ley .

Referencias Bibliográficas:

- GONZALES ESPINOZA, Chedorlaomer Rubén, Condicionantes Genéticos de la


Criminalidad. Tesis para optar el Grado de Doctor en Derecho, Universidad
Nacional Federico Villarreal, Lima, 2005, Pág.18
- PEÑA LABRIN, Daniel Ernesto, Criminología, Edit. CENECP, Callao, 2007, Pág.
21
- http://repositorio.unh.edu.pe/bitstream/handle/UNH/657/TP%2020UNH%20DERE
CHO%200018.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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