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UNIVERSIDAD SAN ANDRÉS

ASIGNATURA DERECHO PENAL I


CATEDRÁTICO: DR. JOSÉ M. CÓRDOVA PINTADO

PRIMERA UNIDAD
EL DERECHO PENAL COMO INSTRUMENTO DE
CONTROL SOCIAL, ÁMBITO DE APLICACIÓN ,
CARACTERÍSTICAS, ELEMENTOS, EXTENSIÓN, FINES Y
FUNCIÓN.
DERECHO PENAL
El control social comprende aquellos mecanismos
mediante los cuales la sociedad ejerce su dominio
sobre los individuos que la componen, a fin de
asegurar su estabilidad y supervivencia. Así, el
control social busca garantizar que las personas se
sometan a las normas de convivencia, dirigiendo
satisfactoriamente los procesos de socialización. En
nuestra sociedad se pueden diferenciar formas de
control social formal e informal.
Control Social Informal (Control social secundario).
Comprende la disciplina social, la familia, educación, las normas
sociales, religión, medios masivos de comunicación, la actividad
política, la actividad artística, la investigación, etc. En esta forma
de control social, el sistema normativo está conformado por los
usos, costumbres, tradiciones y, con frecuencia, apelaciones
aun código moral no escrito, y también a la reciprocidad.
Las sanciones o castigos son impuestas por las personas
significativas dentro del ambiente social inmediato del individuo,
es decir, compañeros de trabajo, familiares, vecinos, etc. En
realidad, todos estos medios de control social informal no son
más que «mecanismos naturales de regulación social», pero
cuando estos medios o modos naturales fallan, los interesados
se ven obligados a recurrir a mecanismos artificiales como el
llamado sistema penal, por esta razón se afirma que las
sanciones penales son solo un medio de control social y
probablemente ni siquiera el más importante.
Control Social Formal. A deferencia de las que imponen las
agencias informales, nunca son neutras, sino negativas,
estigmatizante., pues atribuyen al individuo un singular
status, ya se ha desviado, de peligroso, de delincuente, etc.
El Modus Operandi y las sanciones en ambas formas del
control social, difieren sensiblemente. Por ello, las agencias
del control social formal no pueden actuar con la flexibilidad
que asisten a los mecanismos del control social formal.
La diferenciación entre ambas formas de control social no
hay que buscarla en los niveles de formalización e
institucionalización de los mecanismos de control, sino en
la naturaleza del órgano que ejerce el control.
La característica fundamental, en este aspecto del derecho
penal es que se trata de un instrumento de un control social
formalizado, es decir, que reúne una serie de garantía que
proporcional la seguridad de unas respuestas previstas,
objetivas e iguales. Un clima de coexistencia pacífico entre los
ciudadanos. Renunciar al derecho penal significaría a la postre
renunciar a la tutela de los valores fundamentales, significaría
en otras palabras: dejar en las manos de los ciudadanos el uso
de la violencia punitiva, conduciría al caos social y a la
anarquía. Si bien entonces un orden social de derecho debe
reducir la violencia punitiva al máximo (mínima intervención).
El orden social, el derecho penal es un instrumento de control
social, para ser usado en todo proceso de criminalización, es
pues «una forma de control social lo suficientemente importante
como, para que, por una parte haya sido monopolizado por el
Estado y, por otra parte, constituya una de las parcelas
fundamentales del poder estatal.
Desde el ángulo jurídico, derecho penal es aquella parte del
ordenamiento jurídico que define ciertas conductas como delitos
y establece la imposición de penas o medidas de seguridad a
los infractores. El derecho penal, y los otros mecanismos de
control social, tienen las mismas finalidades.

Buscan evitar aquellas conductas que las sociedad considera


indeseables y, en contrapartida, estimular otras conductas que
se ajustan a las normas de convivencia social. También
responden siempre a un sistema de valores que están en
concordancia con el ordenamiento constitucional . Pero la
diferencia entre estos mecanismos del control social, se deriva
por «la sanción o el castigo por la manera formal en que se
aplica y por su tendencia a una fundamentación más racional de
la misma».
El derecho penal, como instrumento de control social, tiene
una naturaleza secundaria, es decir, es la «última ratio legis».
Entre otras palabras, el derecho penal solo actuará cuando los
otros medios del control social resulten insuficientes. Pero esto
no afecta su independencia en cuanto a su contenido.
«La razón por la que se estima que solo se debe recurrir al
derecho penal cuando, frente a la conducta dañosa de que se
trate, a fracasado el empleo de otros instrumentos sociopolíticos,
radica en que el castigo penal pon en peligro la existencia social
del afectado, se le sitúa la margen de la sociedad y, con ello, se
produce también un daño social. Esta idea suele expresarse con
la fórmula que el derecho la última ratio de la política social».
Es fundamental considerar que la función del derecho
penal es la protección de los bienes jurídicos. Para ello, el
derecho penal previamente crea principios y reglas según las
cuales sea de tratar el delito, describe las conductas
prohibidas, prevé las penas y medidas de seguridad, la
manera como se ejecutarán, las garantías que tendrá el
sujeto durante el proceso, etc.
En cuanto a la denominación, la más usual en la literatura
peruana es, precisamente, derecho penal, y es también esta la
que predomina en la literatura comparada del habla hispana.
En España hasta principios del siglo XIX predominaba el
término derecho criminal, sin embargo en la actualidad se ha
impuesto el término derecho penal.
Existe diferencia entre el derecho penal de hecho (de acto),
que entiende que lo principal es la lesión del orden jurídico o al
orden social y otorga menor importancia a las características
personales del autor, las mismas que son consideradas por sí
solas insuficientes para aplicar una pena; y derecho penal de
autor, que le da mayor importancia a las características
personales del autor. Nuestro derecho vigente es
decididamente un derecho penal de hecho, a partir que nuestra
constitución solo ordena sanción por actos u omisiones (artículo
2, numeral 24, inciso d). Por ende, el derecho penal del autor
resulta inconstitucional.

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