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Historia De La Sociología

El origen etimológico del término se encuentra en el latín o unión de palabras


“socius/sociedad o individuo” y logia/tratado o estudio (estudio del socius o individuo).
Aún no se puede establecer una fecha exacto del origen de la teoría sociológica, dice
Ritzer en su obra teoría sociológica a propósito de una reseña de Ibn- Jaldún, nació en
Túnez- África S.XIV, quién acentuó la importancia de la vinculación del pensamiento
sociológico y la observación histórica, estuvo comprometido con el estudio científico de
la sociedad (método empírico y causas de los fenómenos sociales), dedicó atención a las
instituciones sociales y la relación entre ellas, además de comparar sociedades modernas
con las primitivas.
A partir del S.XVIII en el panorama intelectual del horizonte ilustrado (consolidación
ciencia moderna), una época de importantes cambios políticos, económicos, etc. (Revol.
Francesa), que producen fenómenos sociales, mereciendo ser estudiando
científicamente, a esto se suma también el fortísimo impacto de las revoluciones
industriales (grandes migraciones del campo a las urbes) con ello a través de un nuevo
sistema burocrático se engendra el nuevo capitalismo (libre mercado), los burgueses,
dueños de fábricas se aprovechaban de la mano de obra, así surgen los sindicados en pro
de la laboriosidad del trabajador, es decir; es el vórtice indispensable que auspicia la
teorización sociológica (Karl Marx, Weber, Durkheim, Simmel). De las revoluciones
que derivaron muchos cambios positivos, no fue de interés para los intelectuales, sino
por el contrario, los efectos negativos, así nace una preocupación por el desorden,
existió el anhelo de reformar la sociedad en un nuevo orden, tanto así que teóricos
extremistas, buscaban regresar a los tiempos sosegados de la edad media, pero tal
regreso era imposible, una utopía. Así surgen teóricos en busca de nuevas bases de
orden para aplicar en sociedades perturbadas por las revoluciones del S. XVIII, Fue
Augusto Comte (padre-1840) acuña el término sociología, en su obra curso de filosofía
positiva permite la consagración del estadio positivo a través de la formulación de una
doctrina orgánica, que reorganice la sociedad, sustentada precisamente, en la auto–
comprensión sociológica de lo “social”. Esto sería a lo que muchos llaman el “legado
maldito” que Comte nos heredó, ya que estos argumentos reaparecen en cualquier teoría
de peso como un problema persistente, pero también como una exigencia por fortalecer
los argumentos legitimantes de la disciplina; ahora influenciado por los ilustrados
(concepciones generales y de sentido racional), al fusionar la investigación empírica con
la razón, que da paso al método científico y con ello la comprensión de leyes físicas a
través de leyes generales, sospecharon que el mundo social también tiene sus leyes; esta
influencia indirecta y negativa, que recibe la sociología entendiéndose que surge como
una reacción a la ilustración. La sociología y especialmente la sociología francesa desde
una mescolanza turbulenta aportaron ideas en pro y contra de la ilustración. Caso Louis
de Bonald (1754-1840) y Joseph de Maistre (1753-1821). Quiénes desde la filosofía
contrarrevolucionaria católica francesa (Dios había creado la sociedad, los humanos no
podían manipularla ni debían intentar cambiar una creación sagrada), se manifestaron
no sólo en contra de la Ilustración, sino también contra la Revolución Francesa, a la que
consideraban como parte de fuerzas destructivas, recomendaban un regreso a la paz y
armonía de la Edad Media. Saint-Simón pretendía preservar la sociedad tal y como era,
pero no anhelaba el regreso a la vida de la Edad Media que promovían de Bonald y de
Maistre. Además, era un positivista, creía que el estudio de los fenómenos sociales
debía emplear las mismas técnicas científicas que las ciencias naturales. Luego surgen
tradiciones sociológicas los clásicos como Durkheim (funda tradición explicativa),
Weber (tradición comprensiva), Marx (dialéctica), a ellos se incorporan sociólogos más
recientes, quienes se adjudican a enfoques como fenomenología, hermenéutica,
sociobiología, etc.
Desde los orígenes o cabe resaltar la época que allanó el camino para la proliferación de
tradiciones sociológicas, vamos notando que la respuesta no está encasillada en una sola
definición, muchas veces la respuesta se ubica de acuerdo al espacio de conflicto o
negociación, sobre lo que se entiende por conocimiento sociológico: por ejemplo, el
conflicto y negociación recoge el estatuto científico de la sociología, otra postura se
centra en la amalgama e hibridación de métodos y teorías de las disciplinas sociales, y la
tercera posibilidad de contar con teorías omnicomprensivas (validez universal). Becker
lo denominaba, el sociólogo predicador. Los fenómenos sociales poseen una propiedad
deíctica (contexto espacio-temporal) a diferencia de los fenómenos estudiados por las
ciencias empíricas, la sociología se evalúa constantemente (autocrítica), una especie de
autoconciencia científica de la realidad social en la cual el objeto y sujeto están
profundamente tejidos.
No hay una sociología, hay tradiciones sociológicas, se distinguen según los aportes de
los clásicos como Durkheim (funda tradición explicativa), Weber (tradición
comprensiva), Marx (dialéctica), a ellos se incorporan sociólogos más recientes, a esto
se suman quienes se adjudican a enfoques como fenomenología, hermenéutica,
sociobiología, etc. Entonces podemos decir que la sociología es una disciplina
multiparadigmática, plural, especializada, cuya diversidad es gracias a la variedad de
subdisciplinas e hibridaciones (fusión, cruzamiento) de especialidades de disciplinas
cercanas.
Hay quienes desestiman tal diversidad pues impide la deseable unidad de la disciplina,
mientras que para otros, favorece una pluralidad de teorías y epistemes, enriqueciendo
la mirada sociológica, así mismo, el pluralismo se opone a un alcance universalista de
teoría y perspectivas sociológicas, porque simplemente el carácter renovable y
cambiante de las relaciones sociales, la capacidad de los seres humanos para adaptarse y
superar nuevos obstáculos, impide la persistencia de modelos conceptuales rígidos en la
teoría sociológica.

La Sociología Como Oficio


Suena metafórico comparar una actividad científica con un conjunto de habilidades
alejadas de la ciencia (artesanía); quién tiene un oficio sabe mirar de cierta manera el
material que trabaja, es decir es capaz de imaginar el proceso y resolver problemas,
utilizando sus herramientas, esto ocurre con el oficio del sociólogo, a diferencia del
artesano, este no tiene un espacio determinado, se puede hacer sociología en cualquier
lugar; por otro lado al igual que el artesano debe estar preparado para mirar y pensar
sociológicamente, la realidad histórica gracias a su caja de herramientas (conceptos,
teóricas, etc.), para convertir la realidad social en su objeto sociológico (objeto de
estudio): a ésta cualidad del oficio se denomina “mirada o perspectiva sociológica”,
permite desarrollar una forma de conciencia, una forma de desengaño o desilusión, en
suma contribuir al desencantamiento del mundo, extender armas contra la dominación
simbólica, eso implica ninguna investigación sobre ciertas temáticas será sustentada de
la misma manera por sociólogos diferentes, es decir somos artesanos.

TERRORISTAS, SUBVERSIVOS… ¿QUIÉNES SON LOS SOCIÓLOGOS?


“miseria del hombre sin dios ni destino de lección, que el sociólogo no hace más que revelar,
sacar a la luz, y de lo cual se lo hace responsable, como a todos los profetas de la desgracia…
pero se puede matar al mensajero, lo que él anuncia queda dicho y entendido”- Pierre
Bourdieu-1996

Las preguntas más incómodas que puedan surgir son ¿Qué es la sociología? ¿para qué sirve la
sociología? Y puede tornarse más complejo ¿quiénes son, que hacen, son terroristas los
sociólogos?

Es pertinente revelar los puntos comunes o acuerdos previos que constituyen el legado
sociológico, Immanuel Wallerstein deriva los acuerdos de los 3 clásicos: la realidad de los
hechos sociales, la perennidad del conflicto social, existencia de los mecanismos de
legitimización para contener el conflicto: estos aspectos forman una base para el estudio de la
realidad social.

Si bien la sociología es hija del mundo moderno, nace del sentimiento que el orden social no es
natural ni necesario, Dice Mills: sobre la imaginación sociológica: busca erigirla como una
cualidad mental que permite usar la información para desarrollar preconcepciones lúcidas de
lo que ocurre en nuestro medio y el mundo para colocarse frente a la realidad (hay que
sumergirse en el conflicto), para desenmarañar los lazos de poder y prestigio que contienen,
para destruir el prestigio del mentiroso, relacionando sus mentiras, con la desdicha de quienes
padecen sus decisiones; tal discurso sociológico, no debe apoyarse en la lógica del sentido
común e incursionar en el espantoso campo de la sociológica espontanea (reflexión extraída
de la experiencia), Bourdieu junto a otros sociólogos, plantean imprescindible una ruptura
epistemológica (sentido común, investigación sociológica), es decir construir un conocimiento
crítico y pluralista que se le impongan altos grados de persuasión argumentativa, exigencias
metodológicas y severidad empírica. ya no se trata sólo de conocer la realidad (verdad), sino
preguntarse ¿Qué conocimiento para que mundo?, si buscamos un mundo mejor, los debates
deben ventilar pugnas para desentrañar el mundo y sus facultades (transformación).

Pensar con imaginación sociológica implica abordar una nueva mirada un campo que nos
pertenece a todos, la materia del conocimiento sociológico y lo que se espera de nosotros es
según Zygmunt, mostrar como nuestras biografías individuales se entretejen con la historia
que compartimos, oponiéndose a la visión del mundo personalizado por el sentido común, al
pensar sociológicamente se intenta explicar la condición humana según los análisis de diversas
redes de interdependencia, poniendo en Jake los sistemas de certezas y sentidos aprendidos
llamado por el autor, el poder anti fijador, que hace dúctil un mundo de aparente firmeza, al
mostrarlo diferente de lo que es.

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