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Cursos de Educación REMESA N° 1


en Comunicología

FRACASO ESCOLAR vs PROBLEMAS DE


APRENDIZAJE
Dr. Jacobo Feldman

Ambos nombres no son sinónimos, pues fracaso escolar es todo niño que no puede
aprender adecuadamente en el sistema escolar del país en que le toca vivir, mientras
que problemas de aprendizaje son niños que tienen dificultades específicas que no le
permiten comprender, memorizar y usar adecuadamente las enseñanzas del sistema.
No son sinónimos dijimos porque si el sistema se adecua a las posibilidades del niño,
éste deja de fracasar, y por lo tanto deja de ser un fracaso escolar.
Kirk, por otra parte puntualiza que para hablar de Problemas de Aprendizaje, el niño
debe presentar estas características:

1. El niño es inteligente .Esto es lo que sorprende a los padres cuando observan


que fracasa en la escuela.

2. El niño no tiene déficits sensoriales (vista, oído) ni retardo mental, ni parálisis


cerebral, o trastornos psiquiátricos, o causas clínicas o socioeconómicas que
justifiquen su fracaso en la escuela.

3. Estos niños sí aprenden con métodos específicos.

Nosotros hemos contabilizado desde la bibliografía y desde nuestra experiencia, nueve


grupos de Fracaso Escolar. Veámoslos:

1) DÉFICITS SENSORIALES

El niño presenta una disfunción parcial o total en la vista (ceguera, ambioplía) o en


el oído (hipoacusia, anacusia) y es evidente que en el sistema escolar común la
información no le llega. Estos niños fueron de los primeros en el mundo occidental
de recibir educación adecuada a sus déficits ya desde el siglo pasado

2) DÉFICITS MENTALES:

Se trata de los niños retardados mentales. La capacidad intelectual de estos niños


no les permite fundamentalmente comprender contenidos.
También estos chicos fueron identificados desde el siglo pasado y merecieron
educación especial en instituciones separadas del sistema escolar común.
Un subgrupo de estos niños es el de los “niños fronterizos”. En general se sostiene
en Psicometría que los test que miden la inteligencia, ésta da un nivel de
normalidad entre 90 y l00. ¿Qué pasa con los niños que tienen 88 de cociente?
Navegan a dos aguas. No son para una escuela de recuperación pero tampoco se
acomodan en un grado común. Suelen tener estas características:
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a) Retraso madurativo general (aparición del habla, caminar, etc.)


b) Les resulta muy difícil conceptualizar contenidos.
c) Necesitan mucho más apoyo concreto que otros niños.
d) Todo lo que es simbólico y más abstracto les cuesta trabajo.
e) Son más lentos en el trabajo sensoriomotriz y en la elaboración mental y
verbal.
f) Muchos de ellos terminan en escuelas de recuperación
g) Pueden ser torpes motores o lentos motores.

3) CAUSAS SOCIOECONÓMICAS

a) La desnutrición: es muy común en nuestro ambiente latinoamericano. Los


niños no reciben la cantidad de nutrientes necesarios para un desarrollo
intelectual adecuado y retrasan los aprendizajes.

b) Hipoestimulación: Son los niños en cuyos hogares los padres no conversan, no


juegan con ellos, no les compran juguetes, no les cuentan cuentos, no los llevan
a pasear o al cine. Con todo ello se produce un retraso de lenguaje que incide
en la escuela.

c) Abandono: Los niños cuyos padres hacen abandono del hogar o que son dados
en adopción luego de períodos de internación en orfanatos, retrasan su
evolución y muestran problemas emocionales y/o de conducta. La falta de
figuras materno/paternas constantes y estables es un factor indispensable para
consolidar un desarrollo emocional y cognitivo estable.

d) Hospitalismo: Son los bebés abandonados en hospitales que se crían sin el


contacto materno. Indefectiblemente retrasan su evolución neurológica y
cognitiva. El contacto físico madre-bebé es de capital importancia para todos los
aspectos del desarrollo infantil.

e) Orfanatos: Acá se repite la misma causa. Los niños que viven en orfanatos
sufren daños psicológicos, sociológicos, evolutivos y muchas veces presentan
fracaso escolar y/o trastornos de conducta o emocionales por la falta de figuras
paternas.

f) Padres desocupados: Los niños de estos padres reciben muchas veces la


angustia y la agresividad o la falta de atención de los padres y pasan a ser niños
o hipoestimulados o agredidos.

4) PROBLEMAS EMOCIONALES REACTIVOS.

Un problema emocional reactivo es un estado de conducta que desaparece cuando


se elimina la causa que lo provoca. Todas las situaciones que mencionamos
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abajo, pueden producir en el niño situaciones emocionales que bloquean todas las
funciones cognitivas (atención, memoria, comprensión, etc.) y no le permiten
aprender.

Las más comunes son:

a) Mudanzas: El desarraigo afecta. Perder los compañeros de escuela, los amigos,


el medio ambiente al cual el niño está habituado puede inhibir las funciones
cognitivas.
b) Pérdida de parientes: Aún la de un animalito que conforma el grupo familiar.

c) Nuevos miembros: La llegada de un hermanito nuevo puede despertar los


celos de un niño y éste puede presentar conductas regresivas (hacerse el bebé,
llorar por cualquier cosa, no atender en clase) para llamar la atención de los
padres.

d) Divorcios

e) Familias conflictivas: Padres que pelean y discuten agriamente delante de sus


hijos.

f) Carencias Afectivas: Padres fríos que no dan afecto a sus hijos, padres que
viajan permanentemente. Padres que están todo el día fuera de la casa y casi no
ven a los hijos durante el día.

g) Padres represores: Niños que reciben castigo físico frecuente, o se los insulta,
se los avergüenza.

h) Alcoholismo: Un padre alcohólico puede producir escenas de violencia o


carencias económicas en el hogar.

i) Hábitos alimentarios nocivos: Los niños no comen a horario, o se alimentan


con emparedados o comida envasada de baja calidad proteica. La mala
alimentación afecta directamente a la calidad de atención.

j) Niños pupilos: La vida en colegios con internado sin el contacto cotidiano del
núcleo familiar produce carencia afectiva.

k) Fracaso escolar: El mismo hecho de fracasar en la escuela es nocivo para la


autoimagen del niño. Cualquier niño, aunque sea retardado mental se da cuenta
que fracasa cuando no sabe hacer una tarea o la hace mal. Por otra parte
ningún adulto se mantiene mucho tiempo en un trabajo si fracasa. El adulto tiene
mecanismos de defensa: aprender la tarea o cambiar de trabajo. En cambio el
niño con fracaso escolar el sistema lo obliga a permanecer en situación de
fracaso años enteros. Esto produce un profundo daño de autoimagen y a plazo
futuro puede producir individuos que enfrentan situaciones nuevas,
especialmente las laborales con miedo y desconfianza. Muchos de los pacientes
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de psicólogos y muchos de los jóvenes que delinquen presentan antecedentes


de fracaso escolar irresuelto. Los niños reaccionan de muchas maneras al
fracaso escolar: negarse ir a la escuela, esconder tareas, agresividad en el aula,
verbal o física, o trastornos psicosomáticos como falta de apetito, trastornos del
sueño, dificultades gastrointestinales, etc.

La conducta más frecuente es el aislamiento, el apocamiento, la no participación


en clase o en tareas extraescolares y la falta de amigos. Nuestro sistema escolar
no reconoce diferencias de habilidades en los niños y obliga a todos a aprender
lo mismo.
Hace más de cien años que esto es así y ninguna reforma educacional ha
contemplado seriamente la realidad de estos niños. Por esto, es tan importante
proveerles éxito a las tareas, como a cualquier individuo por el simple hecho de
que es un ser humano.

5) CAUSAS CLÍNICAS

Muchas enfermedades aún cuando los médicos certifiquen la “curación” dejan a los
niños en situación atencional débil durante meses. Tal es el caso de:

a) Anemias
b) Virosis
c) Hepatitis
d) Crónicas: diabetes, sida, enfermedades renales.
e) Cardiopatías: los déficits de irrigación sanguínea actúan directamente sobre la
capacidad cerebral para atender.

6) SISTEMA ESCOLAR

Muchos aspectos en la conducción del aprendizaje si no producen problemas de


aprendizaje los refuerzan: los más frecuentes en nuestro país son:

a) Sobre-exigencia horaria. Muchos niños no resisten jornadas extensas como en


la doble escolaridad, sistema en que el niño debe permanecer desde las ocho de
la mañana hasta las cuatro de la tarde. Algunos de ellos “se duermen” en las
horas después del almuerzo.

b) Cambios de maestros. Cada cambio de docente le significa al niño una


adaptación a la forma de enseñanza y a las pautas de comunicación del nuevo
docente porque no hay dos maestros idénticos. Además, el nuevo docente no
conoce al niño con dificultades y hasta que se adecua a sus requerimientos
especiales (si es que ello sucede) el niño debe reasumir su rol de niño que
fracasa.

c) Maestros que se desentienden. Este maestro solo se reduce a poner malas


notas, decirle a los padres que le pongan un maestro de apoyo y no hace ningún
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esfuerzo por adaptarse a las posibilidades del niño. Generalmente sigue el ritmo
de la mayoría del grado y los que se retrasan quedan indefectiblemente
marginados.

d) Didáctica memorista. Esto se da en enseñanzas ausentes del material


concreto. Una cosa es estudiar una tabla de multiplicar con las regletas de
Cussinaire-Gategno y otra cosa es leerla y repetirla a partir de la escritura
simbólica del pizarrón o cuaderno. En general los niños con dificultad de
aprendizaje no poseen mucha memoria para materiales simbólicos (lectura,
matemáticas) y se hallan en una doble dificultad: ni entienden los contenidos ni
pueden aprenderlos de memoria que es como “zafan” muchos estudiantes sin
problemas.

e) Relación maestro-alumno. A veces esta relación es agria, con veladas


agresiones verbales (¡siempre te tengo que repetir tres veces las cosas!) Basta
una frase como esta dicha delante de toda la clase, para inhibir al niño. A veces
el maestro descubre lo que el niño no sabe hacer, los objetivos que no consigue,
pero no hace nada para ubicarse frente al niño en sus reales posibilidades. O le
habla siempre con cara de enojo.

f) Exceso de idiomas. Los niños disléxicos y los que presentan retrasos de


lenguaje no suelen tener habilidades para estudiar lenguas extranjeras. Es como
pedirle a un niño torpe motor que aprenda tres deportes distintos cuando el
único que práctica ya le resulta sumamente difícil. En general lo que conviene
con estos niños es retrasar la escritura del idioma extranjero y mantener su
enseñanza en el plano estrictamente oral.

g) Falta de trabajo de comprensión lectora. Esto agrava la situación de los niños


con dificultades lectoras. Aún el niño normal que nunca ha recibido un
cuestionario sobre una lectura ni se le ha enseñado a hacer un resumen, entra a
la secundaria y se encuentra con la realidad de tener que manejar ocho libros al
mismo tiempo. Y esto no le resultará fácil.

h) Exceso de lectura y /o copia. En la secundaria se presenta este problema:


preparar lecciones con una exagerada cantidad de páginas de los libros de
texto. Otro hábito de algunos profesores es dictar extensos apuntes que
representan una hermosa pérdida de tiempo porque podrían reemplazarse por
una fotocopia y dedicar el tiempo a la comprensión y razonamiento del mismo.

i) Sobrecarga de tareas en casa. Hay escuelas que dan tanta tarea para el hogar
que el niño naturalmente no tiene tiempo de jugar de lunes a viernes. Hemos
visto niños que luego de la doble escolaridad deben asistir a clase de deportes
apoyo escolar, reeducación y dos horas de tareas en casa. Materialmente están
en pie desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche. Imagínense a un
niño con dificultades de aprendizaje en esta situación.
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7) CAUSAS MOTORAS

Los niños paralíticos cerebrales en un porcentaje abundante presentan retardo


mental leve lo que de por sí los excluye del sistema escolar común. Y aunque no lo
presenten la dificultad motora les impide escribir o en el mejor de los casos escribe
torpemente y en forma lenta. Muchas veces la maestra les presenta varias
respuestas y el niño asiente o da alguna señal, o puede teclear respuestas en la
computadora. Este tipo de niños no se ve comúnmente en la escuela común
latinoamericana. Tiene en nuestro país escuelas específicas.
Lo que sí se puede observar en la escuela común de nuestro país, los niños con
paresias. Un miembro paralizado no tiene movimiento voluntario. Un miembro
parético sí lo tiene, pero torpe. Estos niños suelen presentar mala coordinación
motora gruesa y/o fina. Si está afectado el brazo con que escribe tendrá letra
disgráfica (de difícil lectura). Puede darse una lentitud general para responder, pero
fuera de eso pueden ser buenos alumnos. No son constantes los trastornos de
atención y memoria.

8) CAUSAS PSIQUIÁTRICAS

a) Niños autistas: Son niños que les cuesta conectarse con el exterior. No
establecen lazos con otros, juegan solos, rechazan mucho el lenguaje, tienen
conductas extrañas (jugar con juguetes u objetos que ruedan, durante horas).
No miran al interlocutor. Afortunadamente son pocos. Lo más común son niños
con rasgos autistas: la ausencia del lenguaje y la dificultad en establecer
vínculos con otros. Muchos de ellos pueden ser muy dotados para las artes
plásticas. Los tratamientos reeducativos prolongados dan buenos resultados.

b) Niños agresivos: si bien tomamos esta conducta como síntoma de por sí es


muy difícil la convivencia en el aula y requiere tratamiento psiquiátrico intenso

c) Fobias: Una fobia es un miedo irracional que no puede ceder, como la


claustrofobia. Si bien no es necesario que un niño con fobia, tenga problemas de
aprendizaje o tenga algún fracaso escolar, puede llegar a necesitar algún
régimen distinto de escolaridad. Lo más común es la agorafobia el miedo a los
espacios abiertos, y por lo tanto el niño no puede salir de su casa, y requiera
educación domiciliaria.

9) DIFICULTADES ESPECÍFICAS DE APRENDIZAJE.

Suelen recibir varios nombres, a saber:

Neurológicas: Porque no son de origen emocional. Algo en algún lugar del SNC
no funciona o funciona mal.
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Específicas: Esta palabra significa que no conoce la causa que provoca la


Discapacidad del aprendizaje. Desde la óptica de la cultura general puede
aceptarse como una buena explicación de este término. Pero una mirada
profesional puede rastrear antecedentes desde mucho antes del comienzo de la
escolaridad, como por ejemplo el retraso en el caminar y en la aparición del
lenguaje. En la medida que avanza la ciencia muchos cuadros “específicos”
dejarán de serlo.

Evolutivas: Esto significa que el problema aparece o está latente en toda la


evolución del niño y se descubre seguramente en el primer grado. Una dislexia no
aparece de golpe en cuarto grado (a menos que la provoque un episodio cerebro-
vascular, como en los adultos). Los síntomas disléxicos estaban presentes desde
el primer grado, sin duda alguna.

Madurativas: La maduración tiende a aliviar los síntomas de la discapacidad de


aprendizaje pero nunca con la intensidad de mejoría como cuando el niño recibe
algún tratamiento madurativo (llamado generalmente “reeducación cognitiva”). Por
eso ante un retraso de lenguaje, supongamos un niño de tres años que no habla, el
peor consejo que puede dar un profesional es “tenga paciencia señora, que va a
hablar” y con esto le hace perder al niño uno o dos años de un tiempo precioso
pues de haber tenido estimulación adecuada habría adelantado muchísimo.
Algunos maestros cometen el mismo error cuando ante un niño que no se
alfabetiza, le dicen a la madre: “quédese tranquila señora, después de las
vacaciones de invierno, va a dar un golpe madurativo y va a comenzar a aprender.
Algunos niños dan ese “golpe”, otros no.
Nuestro consejo es: ante cualquier retraso en la aparición de adquisiciones motoras
como caminar, hablar, alfabetizarse, tartamudear se impone una consulta
profesional para saber si el niño tiene retrasos madurativos en el área cognitiva
(lenguaje, pensamiento operatorio, percepción y desarrollo motor).

Cuanto antes se comienza un proceso reeducativo, mejor son los resultados. Por
esta misma razón nacieron especialidades nuevas como la Estimulación Temprana
y la Psicomotricidad. El mismo consejo se extiende al rendimiento escolar: en
cuanto un niño comienza a retrasarse en su aprendizaje hay que acudir a una
consulta profesional para averiguar el motivo. Toda demora, a la espera de una
madurez o mejoría espontánea (que a veces se dan) puede suponer agravar las
dificultades del niño.
Veamos a continuación cuáles son los cuadros o síntomas más frecuentes con los
cuales los niños presentarán dificultades de aprendizaje.

Dislexias

Este término significa “dificultad para leer”. La lectura tiene dos realizaciones
fundamentales y simultáneas: a) traducir las letras en sonidos, (lo cual solemos
llamar “desciframiento” y b) comprender el texto. El término dislexia se refiere a la
primera acepción. En este sentido los síntomas más comunes suelen ser: a) el niño
es muy lento para leer, interrumpe el texto para darse tiempo para descifrar, la
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melodía suele ser monótona, se producen los clásicos errores disléxicos: omitir
letras, o agregarlas, cambiar una palabra por otra parecida, cambiar letras
especulares (b-d, p-q). Estos errores también se dan en la escritura en la que se
agregan adhesiones de palabras, cortes de palabras, etc. Hay dos variantes dentro
de la dislexia: a) con predominio de audibilización donde las fallas se acumulan
más en el dictado y la redacción, y b) con predominio en la visualización donde se
presentan mayores fallas en la lectura y la copia. La primera forma es más
abundante quizá en una relación de tres a uno frente a la segunda. Salvo esta
realidad en las tareas de lectoescritura la dislexia puede venir acompañada o no
mostrar ninguna dificultad en: comprensión lectora, retraso de lenguaje, dificultades
para las matemáticas, problemas de atención e hiperactividad, problemas para el
aprendizaje de una segunda lengua. Hay dislexias leves y severas y esto está dado
por la cantidad de errores y por el tiempo insumido en realizar la lectura. Lo que sí
presentan las dislexias es dificultades con la conciencia fonológica. Esto significa
percibir los sonidos que componen la palabra en su orden y cantidad correctos, y la
posibilidad de realizar operaciones fonológicas. Los niños disléxicos tienden a
evitar la lectura como placer y desarrollan habilidades ajenas a la misma.

Discalculias

En líneas generales es la dificultad para el cálculo. Esta definición es demasiado


abarcadora. Nosotros encontramos cinco variantes:

a) Déficit de pensamiento operatorio: el niño no posee las estructuras lógicas


de clasificación, seriación y conservación de cantidad por lo tanto no
comprende que es operar. Siempre estará dependiendo de objetos concretos,
rayitas, dedos para realizar las operaciones y aún así no es seguro que capte
el significado de las mismas. Naturalmente que en ese estado le cuesta
mucho recordar tablas, procedimientos, etc.

b) Déficit instruccional: el maestro enseña las matemáticas con poco o ningún


apoyo concreto. Los alumnos, nos referimos a los que no presentan
dificultades en esta asignatura, aprenden los contenidos de memoria pero se
los olvidan rápidamente, en cuanto les ofrecemos suficiente concretización,
los contenidos se asimilan y se recuerdan y dejan de existir problemas, pues
los niños tienen estructuras lógicas para abordar los contenidos. Esta es la
fundamental diferencia con el grupo anterior.

c) Dificultades atencionales-mnésicas: como su nombre lo indica el niño no


puede mantener la atención ante tareas extensas, y hace bien las tareas en
tareas breves. Además le cuesta memorizar tablas y procedimientos pero por
un simple motivo específico de memoria. Aprende ambas cosas si se las
fracciona adecuadamente.

d) Dificultades espacio temporales: al niño le cuesta encolumnar las cifras,


puede operar comenzando desde la columna izquierda, puede escribir
números en espejo. Es imposible descartar también en este tipo de discalculia
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la falta de suficiente concretización en el manejo de unidades, decenas y


centenas.

e) Dificultades lingüísticas: este nombre es dado porque en realidad no hay


dificultades en el manejo operatorio sino en el manejo de los símbolos
lingüísticos que implican las tareas. Hay dos tipos: a) El niño tiene dificultad
para comprender los enunciados de los problemas. Si se lo lee el maestro
comprende la estructura operacional del problema. b) El niño tiene dificultad
en asociar el signo a la operación. Daremos un ejemplo: En un problema
como “Juancito tenía cinco caramelos y se comió dos.¿ Cuántos caramelos
tiene después?”, el niño podrá mostrar con los dedos espontáneamente la
operación realizada y el resultado de 2 . Inclusive nos puede decir es una
cuenta de sacar o restar. Lo que le cuesta específicamente es decidir si a esa
operación le va a poner el símbolo + ó -.

Inmadureces

El niño inmaduro podría definirse como un niño “biológicamente un año menos”.


Generalmente presentan en su perfil cognitivo un retraso de entre un año o un año
y medio en todas las áreas. Generalmente son perfiles casi planos sin picos ni
depresiones. Estos niños solucionan prácticamente todos sus problemas con una
repetición. Están en la misma situación de aquellos niños a quiénes se los inicia en
el primer grado con cinco años ocho meses, por ejemplo. En el aula se encontrarán
con niños de seis años cuatro meses. En el rendimiento escolar esos ocho meses
de diferencia mostrarán avances distintos. Cuando la diferencia del perfil con la
edad cronológica del niño supera los dos años de edad en casi todas las áreas se
puede sospechar retardo mental leve por lo que conviene una derivación adecuada
hacia un profesional que efectúe un test de inteligencia. A los niños inmaduros no
se los `puede tildar de disléxicos o discalcúlicos porque ubicados en su nivel
educacional adecuado funcionan como la mayoría del grado. En cambio un
disléxico seguirá con sus dificultades de lectoescritura durante mucho tiempo.

DCM (Disfunción cerebral mínima)

Este niño es lo que hoy se conoce como el cuadro de ADD. Sus caracterísiticas
constantes son:
1. Hiperactividad: el niño va de un lugar a otro del aula. No termina sus tareas y
muchas veces no deja terminar las de sus compañeros. Este síntoma no debe
confundirse con inquietud (el niño se se mueve continuamente en su asiento)
y con laboriosidad (el niño que siempre está demandando tareas, y las
termina, el hiperactivo, no).

2. Desatención: el niño no es capaz de concentrarse mucho tiempo en una tarea


y por eso no la termina y se traslada constantemente hacia otro lugar. En
realidad el síntoma central de este niño es la desatención y no la
hiperactividad, aúnque se lo suele llamar “niño hiperactivo”. Muchas veces no
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aprende contenidos por falta de atención no por tener dificultades de tipo


disléxico o discalcúlico. En general este niño no tolera actividades extensas.

3. Labilidad emocional: Este niño se frustra mucho más fácilmente que los
demás niños, y por causas que a otros no le afectarían tanto: la sobre-
estimulación, por ejemplo, o los sucesos nuevos (mudanzas, cambios de
escuela), no conseguir algo deseado o esperado, etc. Cuando se
descompensa emocionalmente puede estallar en llantos violentos, hacer
escenas en público, y muchas veces consigue “chantajear” a sus padres de
esa manera y obtiene así sus caprichos.

Los síntomas no constantes son la torpeza motora fina lo cual se traduce en


cuadernos muy desprolijos, letra torpe. A veces puede haber agresividad verbal y/o
física hacia compañeros y/o maestros. Es común en estos niños las fallas
mnésicas: cualquier contenido que deba apoyarse más en la memoria que en la
conceptualización (conjugación de distintos tiempos verbales, estudiar tablas de
memoria, adquirir una buena ortografía, etc.).

TPV (trastorno propioceptivo vestibular)

En este niño falla la información propioceptiva que por un mecanismo de


retroalimentación informa al cuerpo de como se están moviendo sus partes y en
que ubicación espacial se encuentran. Si con ojos cerrados le imponemos una
postura (por ejemplo la mano derecha sobre la cabeza y la izquierda en la cintura),
luego deshacemos dicha postura, le pedimos que abra los ojos y la retome, se
encontrará en dificultades para poner sus extremidades superiores en la ubicación
que le impusimos con ojos cerrados. Lo que sucede es que sin el apoyo de la vista,
la información exclusiva de sus articulaciones y músculos (propioceptivodad) no
alcanza para informarle de que y donde está haciendo con sus brazos y manos.
Por lo tanto todas las actividades motoras que necesiten de un control fino, de una
buena coordinación y de equilibrio, fallarán en este niño. Sus síntomas constantes
son:

1. Gran retraso en el caminar. Puede retrasarse hasta 9 meses en aprender a


caminar.
2. Retraso en el habla. Puede aprender a hablar recién a los cuatro años, aunque
presenta una muy buena comprensión.
3. Las dislalias se prolongan muchos años (hasta los 10 años, a veces).
4. Tiene una letra muy disgráfica, y muchas veces sin errores disléxicos ni
ortográficos.
5. Cuando comienza a caminar tropieza y se cae muy frecuentemente.
6. Es un niño muy hipotónico.
7. No puede competir en deportes por sus incoordinaciones motoras.
8. En el aula es muy inquieto: se mueve constantemente en su banco.
9. Para trabajar adopta posturas de amplio apoyo: recuesta su cabeza sobre su
brazo, con el torso torcido. La maestra suele decirle: “sentate derechito y atendé”
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y justamente le está exigiendo una postura que el niño no puede mantener. en la


casa puede acostarse sobre el piso para hacer sus tareas.

Este niño necesita programas de psicomotricidad intensos para compensar su


déficit.

Epilepsias

El niño epiléptico no tiene un perfil específico de dificultades de aprendizaje: puede


presentar dislexia, o discalculia o ser un alumno brillante sin ningún problema. Pero
hay algunas conductas de este niño que si se relacionan con la escolaridad:

1. Las ausencias, en las cuales el niño no recibe información del exterior.


2. Es frecuente cierta lentitud de ejecución.
3. Es frecuente un “carracter adhesivo” del niño frente al docente: siempre está
demandando control del maestro aún en cosas que puede resolver por sí solo.

Síndromes de lentitud

El problema casi exclusivo de este niño es su lentitud motora en todas las


actividades. También el tiempo de latencia es mucho mayor que en los demás
niños: tarda en responder ante cualquier estímulo. Fuera de su lentitud, puede ser
muy buen alumno, o tener cualquier tipo de dificultad de aprendizaje. Algunas de
sus particularidades son:

1. Nunca termina sus tareas, especialmente cuando tiene que copiarlas del
pizarrón. Su queja constante es: “la señorita me borra el pizarrón y no alcanzo
a copiar todo”.
2. Es un niño hipersensible. Si uno le exige mayor rapidez de ejecución lagrimea
enseguida. A estos niños no se los debe apurar de ninguna manera, pues no
se consigue nada. el maestro y las tareas deben adaptarse al niño.
3. Puede estar con la mirada errática como en “otra parte”.
4. En los deportes tiene dificultades de integrarse a un equipo debido a sus dos
síntomas: lentitud y latencia muy extensa. Por esa misma razón le cuesta tener
muchos amigos.
5. Suele tener buena letra y es frecuente en estos niños poseer habilidades para
actividades plásticas.

Retrasos de lenguaje

Un niño normal, de clase media, de ciudad, y con una familia equilibrada y


estimulante, a los dos años tiene un lenguaje fluido y claro. En los retrasos simples
esto se da un poco más tarde: no más allá de los tres años. Generalmente no
tienen inmadureces notorias en otras áreas (percepción, pensamiento operatorio).
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En cambio el verdadero retraso de lenguaje comienza a hablar más tarde (4 ó 5


años). Este cuadro es conocido como niño “disfásico”.

Sus características son:

1. Está afectada, amén de la expresión verbal, la comprensión.


2. Su habla tiene muchas dislalias, que pueden hacerla difícil de entender.
3. Puede presentar lenguaje telegráfico durante mucho tiempo: eliminar
conectivos, artículos. Puede cambiar el orden e las palabras y tener fallas
morfólógicas: equivocarse en la conjugación de los verbos, en las
concordancias (número, genero).
4. Pobreza de vocabulario.
5. Pensamiento muy concreto. Esto se observa en sus relatos frente a láminas: se
basa en los datos perceptivos. No imagina más allá del estímulo gráfico.
6. Fallas perceptuales referidas a nociones temporales y espaciales.
7. En lecto-escritura tiene características disléxicas nítidas, y más severas que el
niño disléxico.
8. Tiene dificultades de discriminación auditiva: confunde sonidos parecidos (p-b,
t-d, k-g.), le cuesta encontrar rimas, sílabas tónicas. análisis fonemático de la
palabra.
9. Le cuesta fundamentalmente formar conceptos nuevos en cualquier área del
aprendizaje.
10. Tiene fallas de comprensión lectora.
11.Un cierto porcentaje de estos niños puede asociarse a sintomatología de
disfunción: atención, memoria, torpeza motora gruesa y/o fina.

Disgrafias

La disgrafia es una letra difícil de descifrar. Puede presentarse como una entidad
aislada o ser parte de una dislexia. Los niños con paresias o parálisis cerebrales
tienen disgrafias. La dificultad de este niño es cuando debe leer o estudiar de sus
propios apuntes.

Islotes

Un “islote” es un síntoma que se presenta aislado y más allá de él no hay otro


problema de aprendizaje. Hay niños que tienen una sola dificultad y esta puede
ser: la ortografía, o la velocidad de la lectura, o memorizar las tablas de multiplicar,
o dificultad para recordar nombres y/o fechas, o la caligrafía.

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