Fernando Valadez Soto

Teoría de la Región
Reporte de Lectura

Buttimer, Anne (1985), “Racionalidad, razón y regionalización” en: Kuklinski, Antoni

(compilador) Desarrollo polarizado y políticas regionales(homenaje a Jacques
Boudeville), México: Fondo de Cultura Económica; pp. 247-259.
El texto que a continuación trataremos de sintetizar sostiene la idea de que se ha creado una
Torre de Babel a partir del proceso de racionalización efectuado por la especialización de las ciencias
sociales. Es una fragmentación que en alguna medida, debido principalmente a los intereses políticos
que se crean, la región ha tratado deshacer (Buttimer:1985: 248).

Existe, para la autora, un proceso en el que la racionalidad en el pensamiento y la

racionalización en la práctica proveen ambas un fundamento para la elección de valores que excluyen
otros valores asociados inicialmente con la razón (Buttimer:1985: 250). Ésta, generalmente identificada
como una capacidad universal creativa no está relacionada con la racionalidad “instrumental” que
explica más la forma en que algunas civilizaciones la usaron (Buttimer:1985: 250), y no, como podría
suponerse, se estableciera como una racionalidad “critica” que permaneciera abierta a las cualidades
del entendimiento y la percepción que antes se asociaban a la razón humana (Buttimer:1985: 250).

Este proceso, en todo caso, podría ser el resultado de que algunas versiones de la “razón
subjetiva” se estableciera como la “racionalidad” y por tanto se incorporara como una serie de medidas
prácticas para la transformación de le experiencia vital de los individuos, en el orden de un proceso
conocido como “racionalización” (Buttimer:1985: 250).

Dentro de los horizontes de la política de planeación se ha dejado de lado le experiencia que

podría verter un ensanchamiento de la forma en que se aborda la investigación. Y principalmente, de
acuerdo a la autora, es necesario, en primer lugar, desmitificar la noción de que la experiencia vital se
entiende de mejor manera si se analiza en términos de sus partes componentes más pequeñas
(Buttimer:1985: 251).

La génesis de esta escisión, puede ubicarse en la emancipación que el logos tuvo de las ataduras
de la physis, dejando a la capacidad humana para el conocimiento y la sabiduría (nous) completamente
desasociada, en un producto final que llamamos ratio (Buttimer:1985: 252). La racionalidad, a
consecuencia de esta separación se volvió insensible de las consecuencias vitales de sus propias
aplicaciones prácticas (Buttimer:1985: 252). Se ha especializado en el movimiento “hacia afuera” del
orden analítico, pero ha soslayado el movimiento “hacia adentro” de la reflexión y la síntesis
(Buttimer:1985: 253).

En este sentido, la especialización se refleja en una división del trabajo científico que no da
cabida a la creatividad (Buttimer:1985: 253) y en tanto que la noción de región geográfica, generada
dentro de esta esquema, básicamente se formula como región homogénea o como región funcional, en
donde la primera, se identificaba como un espacio isotrópico que perdía la esencia de lo local
(Buttimer:1985: 253), y la segunda, en aras de la especialización sectorial y la eficiencia, concentraba
centralmente el poder (Buttimer:1985: 53) daban cabida a la crítica.

La solución a tales dilemas consistía en volver la investigación más sensible a la experiencia vital
de personas y lugares (Buttimer:1985: 253), ya que en los dominios funcionales la gente no tenía la
capacidad política necesaria para ejercer la discreción sobre sus propias vidas (Buttimer:1985: 254).
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Basicamente, se apaciguaba a las conciencias políticas mediante la “publicación” de un informe

(Buttimer:1985: 248) y no existía dialogo entre quienes se identifican con la región como “nativa” y los
que han diseñado o administrado planes que afectan vitalmente a la región (Buttimer:1985: 256).

Para la autora, debemos dejar de considerar a los actores regionales como objetos del análisis y
sus hábitos subjetivos como obstructores del paso de la racionalización (Buttimer:1985: 258).