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Los tres factores determinantes tradicionales que determinan la efectividad del

carro de combate son la potencia de fuego, la movilidad y la protección. El efecto


psicológico sobre los soldados enemigos por la presencia del carro de combate en el
campo de batalla es denominado acción de choque.

La potencia de fuego es la capacidad de un tanque de derrotar a un blanco. Para


esto hay que tener en cuenta la distancia máxima en la que el blanco puede ser
atacado, la capacidad de atacar a blancos móviles, la velocidad con la que puede
atacar múltiples objetivos y la capacidad de derrotar vehículos blindados o
infantería atrincherada.

La movilidad incluye la velocidad y agilidad a campo través, los tipos de terreno


que puede cubrir, las dimensiones de los obstáculos, trincheras y aguas que puede
cruzar, la capacidad de cruzar puentes pequeños y la distancia que puede recorrer
antes de necesitar ser reaprovisionado de combustible. La movilidad estratégica
incluye además la capacidad de viajar a altas velocidades en carreteras y la
posibilidad de ser transportado en trenes o camiones.

El tanque sueco Stridsvagn 103 no tiene el diseño típico con torreta.


La protección es la cantidad de blindaje, el tipo o tipos, cómo han sido colocadas
y en qué áreas tiene más blindaje (torreta y frente) y en cuáles es más vulnerables
(parte posterior). También incluye la silueta baja, el bajo ruido y rastro térmico,
las contramedidas activas y otros medios de evitar fuego enemigo, así como la
capacidad de continuar luchando después de recibir daños.

El diseño del carro de combate mantiene tradicionalmente un compromiso entre estos


tres factores, considerándose que es imposible maximizar los tres: el incremento de
blindaje aumentará el peso y, por lo tanto, disminuirá la maniobrabilidad;
incrementar la potencia de fuego utilizando un cañón de mayor tamaño reducirá tanto
la movilidad y la protección, debido a la reducción de blindaje de la parte frontal
de la torreta.

Para alcanzar un equilibrio entre los factores hay que considerar diferentes
aspectos, incluyendo las estrategias militares, presupuesto, geografía, voluntad
política y la posibilidad de vender el tanque a otros países.

Los países con gran tradición de fabricación han tenido sus propias influencias:

El Reino Unido ha optado históricamente por mejor potencia de fuego y protección a


expensa de algo de movilidad. Gran Bretaña mantiene un pequeño ejército
profesional, bien entrenado, por lo que la supervivencia de la tripulación es
importante.
Estados Unidos tiene un ejército numeroso con armamento sofisticado y un entramado
complejo de servicios de apoyo móviles. Mientras que se espera que sus tanques
estén alejados de unidades de apoyo y reparación, se pone menos énfasis en la
capacidad de la tripulación de mantener el tanque por ellos mismos o continuar
luchando una vez que se ha recibido daño.
La Unión Soviética tradicionalmente tuvo tanques sencillos de producir y mantener,
como el T-34. El desarrollo de los diseños, controlado por el estado, se realizaba
en cambios incrementales. El mantenimiento extensivo se hacía en depósitos
especializados.
Israel es una pequeña pero relativamente rica nación, con limitado personal, en un
ambiente político hostil. Su preocupación principal es, por lo tanto, la
supervivencia de la tripulación. Con este fin ha sido la única nación en construir
un carro de combate principal (MBT) con el motor situado en la parte delantera,
para incrementar la protección de su tripulación.

Tanque Argentino Mediano en una exposición.


Otros países, debido a su situación geográfica no necesitan de grandes tanques para
su defensa, sino tanques pequeños de gran movilidad o incluso solamente tanques
ligeros, como es el caso del Ejército Brasileño o el Ejército del Ecuador. Mención
aparte es el Tanque Argentino Mediano (TAM) un carro mediano cuyo diseño fue
encargado por Argentina a Alemania basándose en el casco del Marder y que lleva su
motor también en la parte frontal.

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