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El pensamiento educativo de Simón Bolívar

Caracas, Noviembre de 2014


Estudiando el pensamiento de Bolívar en sus discursos, proclamas,
conversaciones y cartas se destaca su gran interés hacia la educación, y que
señalan el peligro de la ignorancia y la debilidad en que estaban sumido los
habitantes de la nación y por ende la necesidad de inculcarles una nueva
mentalidad y disposición de ánimo para vivir en República.
Simón Bolívar aspiraba conducir una naciente nación, una sociedad
entera, por ello, la instrucción era una de sus grandes preocupaciones,
siempre estimó que la educación es y será un factor indispensable en la
gigantesca misión de la formación del sentimiento y amor hacia lo nacional y
la moral y las luces como base sólida de sustentación.
Alto es el número de decretos, leyes y trabajos donde se exponen
ideas al hecho educativo, exponiendo conceptos, ideas y recomendaciones
de cómo debe ser la escuela, los maestros y la enseñanza, así como a la
educación popular, persuadido de que la educación es el cimiento de la
grandeza individual, política, social y nacional. Bajo esa premisa, expresa en
su famoso discurso de Angostura que la educación popular debe ser el
cuidado principal del congreso.
Dentro de esta línea de crear las instituciones educativas del nuevo
Estado y de orientarlas a los fines republicanos, emite el decreto de
instrucción pública el 21 de junio de 1820 donde se señala que el gobierno de
los planteles cualquiera que haya sido el origen de su establecimiento
pertenece al poder público de la República
Por otro lado, consideraba que para ejercer derechos políticos, la
educación debía ser una condición indispensable, para Bolívar, una condición
para ser ciudadano activo era saber leer, escribir, profesar alguna ciencia o
tener algún grado científico “no se exigen sino capacidades. Ni se necesitan
de poseer bienes para representar a la augusta función del soberano; más se
debe saber escribir sus votaciones, firmar sus nombres y leer sus leyes” (25
de mayo de 1826. Discurso del Congreso Constituyente de Bolivia).

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De allí sus críticas y argumentos en contra del federalismo o régimen
federal, al considerar la escasa preparación de los ciudadanos para el
ejercicio de elecciones populares.
Simón Bolívar ponía como ejemplos de pueblos educados a Grecia,
Atenas, Roma y a los Estados Unidos, ¿De donde sacaron lo que han sido y
lo que son? Se preguntaba, respondiéndose que “las naciones marchan
hacia su grandeza al mismo paso que marcha su educación, vuelan si ella
vuela, retroceden si retrocede, se hunden en la oscuridad si se corrompe o se
abandona” (Vicente Lecuna, Papeles de Bolívar, 1947)
Bolívar mostró gran preocupación por la escuela primaria, por ello
expuso que la primordial labor del gobierno para que sea bueno es abrir
escuelas primarias, crear espacios para el desenvolvimiento de la labor
educativa y reducir el número de parásitos sociales.
En decreto de 5 de diciembre de 1829, adicionado al de 3
de octubre de 1826, suscrito por Santander, decreto que
estableció el plan de estudios, insiste el Libertador en la
necesidad de establecer escuelas primarias, en su
Reglamentación, en la obligación de los padres de familia a poner
sus hijos en la escuela y a mantenerlos allí hasta aprender a leer
y escribir, en la importancia de las juntas curadoras de la
educación primaria y en el papel que deben desempeñar los
curas como miembros de estas juntas o inspectores de las
escuelas de su parroquia (Rojas 1980. Pág.44)

La cámara de educación estará encargada de la educación física y


moral del niño desde su nacimiento hasta los doce años cumplidos, siendo
indispensable la cooperación de las madres en los primeros años, pues son
ellas las más idóneas para infundirles las primeras ideas. Bolívar influenciado
por Rousseau, opinaba que la educación es el proceso que va desde el
nacimiento hasta la muerte.
El programa de educación práctica propuesto por El Libertador
comprende dos partes, una primera de Instrucción, haciendo énfasis en la
enseñanza de la aritmética y de lectura y escritura, así como en una correcta

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pronunciación y la segunda de educación moral y cívica, donde se les
instruya en los derechos y deberes de los hombres y del ciudadano,
inculcando sentimientos de honor, probidad y amor a la patria, a las leyes y al
trabajo productivo, respeto a los ancianos y a los padres.
Fiel a Rouseeo opinaba Bolívar que la educación de los niños tenía
que ser ajustada a su edad, genio y temperamento. En el documento Método
que se debe seguir para la educación de mi sobrino Fernando, insinúa que
se le instruirá en mecánica y ciencia del ingeniero civil, siempre y cuando
tenga inclinaciones hacia esos estudios, no contra su voluntad.
También hace alusión a la memorización y entendimiento, decía que a
un niño que se le facilita el aprendizaje de memoria, deberá enseñársele
cosas que le obliguen a meditar, a resolver problemas, pues la memorización
dificulta la comprensión, y a los que tengan poca retentiva, se les enseñará a
aprender de memoria y a recitar obras de grandes poetas, ejercitar la
memoria sin fatigarla, era otras de sus predicas.
Igualmente fue un firme partidario del estudio de las matemáticas,
pues con ellas se aprende a pensar y a razonar con lógica, haciendo la
observación que no todos son aptos para las matemáticas.
En cuanto a la enseñanza del idioma nativo, se inclinaba por una
dicción clara y correcta, sin barbarismos, ni modismos, con una correcta
acentuación y llamando las cosas por su nombre.
Para él, la manera más fácil de aprender a leer consistía en primero
enseñar las letras, después la pronunciación del silabario, sin deletrear, y
luego pasar a leer cualquier libro.
Y para el estudio de la historia, proponía que debía comenzarse por
enseñar la historia contemporánea, para ir remontando a la antigüedad, la
geografía, la cosmografía, la estadística, el dibujo, la astronomía, la química
y la botánica deben ser los primeros conocimientos que deben adquirir un
joven, pero sin olvidar la moral y buenas costumbres, pues de nada sirve un
caudal de conocimientos, sin una vida honesta, sin una norma de moralidad.

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La disciplina, el aseo personal, los buenos modales, son materia de
enseñanza a toda hora en la escuela y el hogar. El director debe velar porque
esta máxima se cumpla, haciendo revisión diaria
Del director de la escuela expresaba que cuando un hombre generoso
y amante de la patria, sacrifica su reposo y libertad para consagrarse al
ejercicio de crear ciudadanos al estado que le defiendan, le ilustren y
santifiquen, le embellezcan y le engendren otros dignos como él, se sin
dudarlo, un benemérito de la patria que merece la veneración del pueblo y el
aprecio del gobierno.
En cuanto al perfil del maestro, decía que habría que elegir no a un
sabio, pero si a un hombre distinguido por su educación, por la pureza de sus
costumbres, de buenos modales, jovial, accesible, dócil y franco, un ser en
que se encuentre mucho que imitar y poco que corregir.
En 1824 instala el sistema de escuela Lancasterianas de Joseph
Lancaster en Caracas, con la gran la esperanza, de que con la presencia de
este notable educador se inicie la materialización de sus ideas, pues ambos
coincidían a través de la educación que se pueden producir cambios de
mentalidad, es ella gran vehículo de emancipación del individuo.
Otro aspecto de particular importancia en las propuestas educativas
del personaje que nos ocupa, fue el referido a la educación de las niñas al
decretar el 27 de junio de 1827 en Caracas, un colegio y academia para
niñas, similar al emitido en Perú, para rescatar y dar la misma importancia a
la educación formal para la población femenina, aspecto totalmente
abandonado en aquella época.
Ese mismo año en Caracas, el Libertador dedica parte de su tiempo a
tomar medidas beneficiosas para la marcha de la educación universitaria,
introduciendo reformas del régimen estatutario de la Universidad de Caracas
y su adecuada dotación rentística, la organización de la subdirección de
Instrucción, mecanismo para cuidar de la educación pública, y el apoyo dado
al Seminario Tridentino de Caracas.

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Ahora bien, si abordamos el artículo 102 de la carta magna de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que garantiza los
derechos culturales y educativos de todos los venezolanos sin distingo de
raza, credo, pensamiento y acción, correspondiendo al estado asumirla como
función indeclinable y como instrumento del conocimiento científico,
humanístico y tecnológico, además como un servicio público, podemos
observar que se cumple (por lo menos en la ley) el credo del Libertador en
cuanto a la igualdad de derechos educativos para toda la sociedad y el
fomento del conocimiento científico y tecnológico,.
Sin embargo en otros aspectos hay que señalar que la educación
actual no responde a los ideales educativos de Simón Bolívar, por ejemplo en
cuanta enseñar al niño o al joven a razonar, hoy gran parte de los egresados
de colegios y liceos presentan un déficit de razonamiento verbal y
matemático, producto de una educación repetidora de conceptos, de
asignaturas no cursadas pero aprobadas por escasez de docentes y por la
gran cantidad de exámenes de reparación que por imposición del ministerio
del poder popular para la educación los alumnos deben presentar, esto último
también contradice otro de los postulados de Bolívar en cuanto a la formación
moral.
Igual con el perfil del docente y del director, Bolívar propone un
candidato a docente con buena educación y modales, y un director
comprometido con la gerencia y la calidad educativa, sin embargo esto
tampoco se observa, puesto que hemos observado en las últimas décadas
como el que estudia para profesor o maestro en muchos casos es el alumno
de más bajo promedio en bachillerato y el que es nombrado director, en la
mayoría de los casos, es un miembro del partido de gobierno, sin suficientes
credenciales para calzar las botas del director deseado y alabado por Simón
Bolívar

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Bibliografía

Barco René (19/07/2014) De la educación que tenemos a la que deseamos:


una experiencia, una opinión colectiva Dirigido a
http://www.aporrea.org/educacion/a191792.html

Lecuna Vicente, (1947) Papeles de Bolívar. Obras Completas. Tomo I,


Caracas, Ediciones del congreso de la Republica.

Rojas Armando (1980) Ideas Educativas de Simón Bolívar. 6ta. Edición.


Colección Joyas de ayer y Hoy, Caracas. Editorial Lisbona

_____ Ideas Educativas del Libertador (1980) MIMEO

_____ Método que se debe seguir en la educación de mi sobrino Fernando


(1980) MIMEO

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