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"Los aceites esenciales serán los

medicamentos del futuro"


Yvette Moya-Angeler

Dominique Baudoux, experto en aromaterapia científica, nos habla de los usos


terapéuticos de los aceites esenciales demostrados por la ciencia y sobre cómo debemos
utilizarlos.a.

En su casa no hay
medicamentos. Ninguno de
sus cuatro hijos, de entre 17 y
27 años, ha tomado jamás
antibióticos. "Ni una sola vez",
dice muy tranquilo Dominique
Baudoux (Bélgica, 1957). "¡No
vamos a tomarnos algo que
etimológicamente significa
'contra la vida'!".

En la familia de los Baudoux se


usan, en cambio, aceites
esenciales, capaces de
destruir las bacterias pero
también de estimular las
defensas naturales y respetar
la flora intestinal.

DOMINIQUE BAUDOUX Y LA AROMATERAPIA CIENTÍFICA

Farmacéutico como su padre y su abuelo, Dominique Baudoux es hoy


un prestigioso aromatólogo reclamado en todo el mundo para dar
conferencias sobre las propiedades y aplicaciones de los aceites esenciales.

Dirige e inspira desde 1991 los laboratorios Pranarôm International, con sede


en Bélgica y 150 empleados. Es asimismo presidente del Colegio Internacional
de Aromaterapia y autor de obras como Aromaterapia, el arte de curar con
aceites esencialesyPor una cosmética inteligente, publicados por Amyris
Ediciones.

Cuerpomente concertó con él una entrevista. Durante el encuentro se mostró


sereno (lo que dice deber a sus años de yoga) y entusiasta: está convencido de
que los aceites esenciales serán los medicamentos del futuro.
–¿Lleva perfume?
–Hoy no. Pero si quiero perfumarme, uso esencia de pomelo con aceite
esencial de cedro del Atlas. A mi olfato ya no le gustan las fragancias
sintéticas.

–¿Cómo llegó a interesarse por la aromaterapia?


–A mí me atraía la fotografía pero seguí la tradición familiar y estudié Farmacia.
Durante tres años trabajé para un gran grupo farmacéutico y me di cuenta de
que no quería vender sustancias químicas que tal vez curan pero que
también tienen muchos efectos secundarios. Quería encontrar una forma
diferente de practicar la farmacia.

"No quería vender sustancias químicas que tal vez curan pero que también tienen
muchos efectos secundarios."

Tuve la suerte de participar en unas conferencias sobre aceites esenciales y


ahí vi claro que era eso a lo que quería dedicarme. Fue hace 25 años. Empecé
a estudiarlos y enseguida constaté que han sido siempre utilizados, en todas
las culturas: en la Edad Media, para intentar protegerse de la peste usaban
aceites esenciales; el bálsamo de tigre tan popular en Asia son aceites
esenciales; la pomada Vicks son aceites esenciales… No es algo nuevo, es
muy antiguo.

–¿Qué ha cambiado?
–En la farmacopea –el libro de referencia de todo farmacéutico– los aceites
esenciales (de canela, de menta…) están presentes todavía hoy. Así que no
hemos inventado nada, salvo que con la tecnología hemos llegado a dar con
el DNI molecular de cada aceite esencial y a comprender los mecanismos de
acción de esas moléculas.

En definitiva, llegué a la aromaterapia aconsejando aceites esenciales en mi


farmacia y oyendo a mis pacientes decir que mis remedios eran milagrosos,
mágicos.

Los aceites esenciales tienen un efecto inmediato muy seductor. Pero son tan
efectivos como poco conocidos. Como científico, y rodeándome de otros
científicos, quiero devolverles su honor, para permitirles ser la mejor alternativa
a algunos medicamentos de síntesis.

"Como científico, quiero devolver a los aceites esenciales el lugar que merecen, para
permitirles ser la mejor alternativa a algunos medicamentos de síntesis."

–¿Qué es un aceite esencial?


–En las plantas aromáticas, ciertas estructuras fabrican una esencia. Esta
esencia aromática se extrae del vegetal por destilación: el vapor de agua
se lleva consigo la esencia de la planta. Pero durante este proceso se dan
pequeños reajustes moleculares y, al final, el aceite esencial no tiene
exactamente la misma composición molecular que la esencia original de la
planta. Por eso al aceite esencial no se le puede llamar científicamente
esencia: es la esencia destilada de la planta aromática.
–¿Y qué es la aromaterapia?
Es el empleo de aceites esenciales de calidad bioquímica particularmente
elevada que se administran por vía cutánea, oral, auricular, nasal, vaginal,
rectal y olfativa para, por un lado, complementar un tratamiento con
medicamentos, reforzar su actividad o eliminar sus efectos secundarios, o, por
otro lado, para usarlos como alternativa a los medicamentos, puesto que tienen
sus mismas propiedades y la misma eficacia.

Se pueden utilizar para prevenir enfermedades (los acabo de usar en


Madagascar para evitar problemas gastrointestinales) y no hay ningún síntoma
ni enfermedad para los que no se pueda proponer una fórmula útil con aceites
esenciales. También se usan para curar animales y estamos desarrollando
mezclas para plantas que ofrezcan una alternativa a los insecticidas y
plaguicidas.

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CÓMO ACTÚAN LOS ACEITES ESENCIALES

–¿Cómo se explica científicamente el efecto de los aceites esenciales?


–Los mecanismos de acción de las moléculas de los aceites esenciales son
bien conocidos. En cuanto a su actividad antibacteriana, el aceite esencial
destruye la pared celular de la bacteria, que muere. En lo referente a su
acción antiparasitaria, es la toxicidad de ciertos aceites esenciales sobre el
tejido nervioso del parásito la que lleva a la muerte del parásito. También
pueden relajar una contractura muscular.

Hoy hay decenas de miles de publicaciones científicas que explican la acción


de los aceites esenciales. Lo único que no tenemos –y que el mundo médico
pide para que sea completamente creíble– son ensayos clínicos. No tenemos
los suficientes para convencer a la comunidad médica. La razón es que son
muy caros y no tenemos medios financieros para llevarlos a cabo. Pero
tengo miles de pacientes que podrían atestiguar la eficacia de los aceites
esenciales.

–¿Incluso casos graves?


–Sí. Pero los medicamentos son un negocio tal que hay terrenos en los que no
podemos entrar. Ni las autoridades médicas ni el lobby farmacéutico permitirían
que nos metiéramos en ese terreno. Si lo hiciéramos, tendríamos que soportar
una enorme presión. Es demasiado arriesgado para nuestra empresa. Pero
conocemos a muchos pacientes que se han beneficiado de los aceites
esenciales en situaciones muy graves.

CADA VEZ HAY MÁS INTERÉS

–¿En qué punto se encuentra, pues, la aromaterapia?


–Hoy nos concentramos sobre todo en la lucha antiinfecciosa: contra hongos,
bacterias (incluso bacterias contra las que algunos antibióticos no se
demuestran efectivos), virus, parásitos… Yo utilizo aceites esenciales cuando
estoy en países tropicales para protegerme de la malaria. Estas son las
grandes áreas en las que se trabaja actualmente. Pranarôm y, con ella,
el Colegio de Aromaterapia Dominique Baudoux, está presente en Bélgica,
Francia, Suiza, Italia, Hungría, Canadá, Japón, Taiwán, China, Chile, México…

El mundo se abre a la aromaterapia. Enseñamos en facultades de Farmacia de Francia,


Bélgica y el norte de Marruecos. Nos llaman porque consideran que los futuros
farmacéuticos deben tener conocimientos de aromaterapia. Quizá algún día también
consigamos entrar en las facultades de Medicina.

–¿Cuál es la situación en España?


–Dimos un curso en la Universidad de Zaragoza. Basta con una primera
experiencia para que otras universidades se interesen. Y además, a medida
que los productos se encuentren más fácilmente en las farmacias, crecerá la
demanda de información de calidad.

AROMATERAPIA PARA LAS EMOCIONES

–Otro campo por explorar es el de la psicoaromaterapia…


–Los aceites esenciales pueden considerarse medicamentos porque son
moléculas y eso tranquiliza mucho a los científicos, pero están dotados de una
energía extraordinaria, tienen un poder vibratorio que resulta magnífico para las
terapias energéticas (reiki, reflexología, masajes sensitivos, etc.). Pero además
por vía olfativa transmiten un mensaje emocional que los neurorreceptores
olfativos captan.

Es muy interesante porque se pueden crear ambientes relajantes o


estimulantes simplemente difundiendo la fragancia de un aceite esencial. Se
pueden utilizar, pues, para actuar sobre el comportamiento de las personas.

–¿Por qué ocurre así?


Hoy el sentido del olfato es el único que sigue siendo un misterio. No sabemos
cómo funciona. Es complicado porque se encuentra en el cerebro límbico,
donde también se halla todo lo relativo a las emociones y la memoria. Una
fragancia provoca una reacción distinta en cada persona porque se asocia
automáticamente a su historia personal, a sus vivencias afectivas.

Como dice Patrick Süskind en su magnífica novela El perfume, conociendo


los aceites esenciales podríamos llegar a manipular a las personas.

MARKETING OLFATIVO

–Algunas tiendas ya usan fragancias para atraer clientes e inducirlos a


comprar.
Efectivamente. A eso se le llama "marketing olfativo". Por ejemplo,
difundiendo un aroma de vainilla, se consigue que la persona regrese
automáticamente a la infancia y que, por tanto, sus reflexiones sean más las de
un niño que las de un adulto. Si se encuentra en una juguetería, va a comprar
más fácilmente un juguete.

–¿Es habitual esta práctica?


–Se hace cada vez más, pero no es jugar limpio desde un punto de vista
ético: se actúa sobre el comportamiento del individuo, que experimenta una
especie de pulsión y puede acabar comprando algo que no necesitaba. Se está
estudiando cómo regular legalmente estas prácticas.

ACEITES ESENCIALES Y ADICCIONES

–¿El olfato puede ayudar a superar adicciones?


–Sí, se usa para superar dependencias orales como el tabaquismo, la bulimia o
el alcoholismo; también para dependencias de fármacos, y en caso de
obsesiones sexuales.

–¿Cómo se consigue?
–Para los fumadores, se preparan aceites esenciales (eucalipto, clavo de olor,
mentol…) disueltos en aceites vegetales. Cada vez que tienen ganas de fumar
se aplican 3 gotas en la bocay sobre la cara interna de la muñeca. Se
acercan las manos e inspiran 3 veces profundamente. La historia lo enseña: en
Indonesia hay gente que fuma clavo de olor, en Japón y en muchas partes de
Asia se fuman cigarrillos con mentol… Además, se agregan otros aceites
esenciales, como el de laurel, que refuerza la voluntad.

–¿Cómo explica este efecto?


–Fíjese en la historia de la planta: cuando César regresaba victorioso de sus
conquistas, era coronado con laurel, al igual que se hacía con los atletas que
ganaban una prueba olímpica. Y todavía hoy en Italia y Francia cuando un
bachiller pasa la Selectividad (¡baccalauréat! en francés), se le otorga un laurel.
De la misma manera, el aceite esencial de laurel permite ganar confianza
en uno mismo.

–¿Conocían antiguamente estas propiedades?


–Por supuesto. En ceremonias religiosas o ritos mágicos se quemaba incienso
o mirra. ¡Se trata de plantas aromáticas! El incienso simboliza el poder divino,
Dios. Así que en algunos aceites esenciales hay un simbolismo interesante
desde un punto de vista terapéutico. Le puedo decir incluso que hoy hay una
fragancia que salva vidas humanas.

Ocurre en un hospital de neonatología de Estrasburgo, con bebés muy


prematuros, nacidos tras 26 semanas de embarazo. A esa edad la inmadurez
cardiaca y respiratoria es tal que muchos de estos bebés mueren por parada
cardiaca o respiratoria. El único medicamento que evita esta muerte es la
cafeína en perfusión, cuyos efectos secundarios son catastróficos. Pues bien,
se ha comprobado que difundiendo aroma de vainilla en la sala las muertes se
reducen en más del 60%.

La clave parece estar en que la molécula aromática de la vainilla natural se


parece mucho a una molécula que se encuentra en la leche materna. Así que
aporta a los bebés la protección de la madre, su presencia, y eso les calma y
lleva a armonizar sus funciones cardiacas y respiratorias.

UN FRUTO PROMETEDOR

–¿Queda aún mucho por explorar?


–Yo empecé a estudiarlos hace 25 años y me siento como un adolescente en
este campo. En Pranarôm nos anticipamos, éramos vanguardistas, pero en 10
o 20 años los aceites esenciales experimentarán un boom. Por la vía olfativa
actúan en el hipotálamo, que dirige todas las secreciones hormonales.

No me sorprendería que, en un futuro, para ayudar a un diabético a cuidar su hígado y


su páncreas, se le dijera: huela canela.

Es una suposición, exagero a propósito pero las investigaciones nos


sorprenderán. Hace un tiempo me encontré con un investigador japonés que ha
demostrado y publicado que oliendo la esencia de pomelo el hipotálamo
desencadena un consumo de todas las grasas almacenadas en el organismo.
¿Se imagina?

No estamos más que al principio de una gran experiencia y en los próximos


años se demostrará que los aceites esenciales son los productos más
concentrados y más eficaces que la naturaleza ha puesto a nuestra
disposición. No hay más que ver lo que dice la OMS: en el 2030 los
antibióticos ya no serán eficaces con las bacterias, que se habrán vuelto
resistentes a los antibióticos. Quizá para el 2030 los aceites esenciales ya
habrán demostrado su eficacia sobre agentes patógenos.

PRECAUCIONES CON LOS ACEITES ESENCIALES

–¿Pueden resultar peligrosos en algunos casos?


–Siempre que un producto se muestra muy eficaz para tratar una enfermedad
existe lógicamente un reverso, la otra cara de la moneda. Sí, existen riesgos.
Pero el conocimiento de las moléculas de los aceites esenciales permite definir
claramente las condiciones de empleo de esos aceites en pacientes. Las
mujeres embarazadas pueden usar algunos aceites pero no todos. Hay
que saberlo. El mayor riesgo es que el aceite produzca una reacción alérgica o
irritante. Pero hay muy pocos casos documentados de reacciones graves.

–¿Cuáles son las principales precauciones que hay que tener en cuenta
antes de usar un aceite esencial?
–En principio, no hay que usar jamás aceites esenciales puros sobre la
piel. Siempre hay que diluirlos en aceites vegetales. Cuando ya se tiene más
experiencia, en algunos casos se puede hacer. En segundo lugar, las personas
que sufren alergias cutáneas antes de utilizar un aceite esencial tienen que
probarlo en una pequeñísima cantidad sobre la piel. No hay que usarlos sin
consejo farmacéutico en los bebés menores de 30 meses, mujeres
embarazadas y lactantes, ni tampoco en pacientes con problemas neurológicos
como convulsiones, epilepsia, etc. En estos casos, se necesita consejo
profesional sobre cuáles pueden entrañar algún riesgo.
CÓMO USAR ACEITES ESENCIALES EN PALABRAS DEL EXPERTO

–¿Qué aconsejaría a alguien que quisiera empezar a usar aceites esenciales?


–Mi consejo es, primero, leer un buen libro sobre el tema. Es como cocinar. No puedes
empezar sin haber leído antes cómo hay que preparar un plato y con qué ingredientes. Así,
puedes saber cuántas gotas de aceite esencial son eficaces en cada caso, sin que resulten
tóxicas. También puedes saber dónde aplicártelo en la piel. Por ejemplo, si tienes la gripe,
que es un problema básicamente respiratorio, tendrás que ponerte el aceite en el tórax. Como
se trata de un proceso viral, lo harás entre 6 y 8 veces al día, durante 3-5 días.

–Una vez se tiene esta información, ¿cómo escoger un aceite esencial de calidad?
–El consejo de un farmacéutico o profesional es básico. Yo recomiendo buscar productos
con certificación ecológica, que garantice que el aceite proviene de una planta cultivada sin
plaguicidas ni insecticidas. Y aconsejo también que el aceite esté quimiotipado.
El quimiotipo informa de las propiedades bioquímicas del aceite esencial y se asocia a la
denominación científica latina (Thymus vulgaris quimiotipo thujanol o Thymus vulgaris
quimiotipo thymol, por ejemplo).

Las moléculas de una planta pueden ser muy distintas de las de otra planta de su misma
especie según dónde y cómo se cultiven. Es lo que ocurre con los vinos: un cabernet
sauvignon tiene propiedades olfativas y gustativas diferentes según su origen, aunque se trate
siempre de un cabernet sauvignon. Influyen la naturaleza del suelo, la altitud, las horas de sol,
etc.

–¿Por qué son caros?


–Algunos lo son pero otros solo lo parecen porque no están financiados por la Seguridad
Social. En los próximos años vamos a ver que el precio real de un antibiótico, si deja de estar
subvencionado, es más caro que el de un aceite esencial.

–Recomiende tres aceites esenciales para el verano...


–La lavanda aspic, o lavanda salvaje, para quemaduras o picaduras de avispas, medusas y
mosquitos. El helicriso italiano, para hematomas. El eucalipto azul, para repeler mosquitos,
para picaduras de mosquitos y medusas o para tendinitis y articulaciones inflamadas.

–¿Y para dormir bien?


–Depende. Puede ser la lavanda, siempre que a la persona le resulta agradable el olor.
La esencia de mandarina calma. Para acciones somníferas más potentes, aceites esenciales
de nerolí o de camomila noble, que resultan algo más caros.

–¿Para qué se usan con mayor frecuencia los aceites?


–En invierno, para matar los virus y bacterias que hay en el aire. La difusión de aceite
esencial de mandarina relaja al final de una jornada estresante. Por otra parte, dos gotas de
menta piperita en un terrón de azúcar es un gran remedio para las náuseas de los viajes en
coche o barco, así como para la resaca. También resulta útil en caso de cefalea: se vierten
unas gotas sobre los dedos y se llevan allá donde duela. Su efecto anestesiante hace que en
un rato se reduzca o desaparezca el dolor de cabeza. Asimismo, se pueden verter unas gotas
en aceite de oliva y aliñar con él un taboulé.

Todos los aceites esenciales son comestibles: se puede agregar una gota de albahaca a
una ensalada de tomate y mozzarella. Lo importante es diluirlos en dosis muy pequeñas.
El árbol del té es un gran antibacteriano: se aplica una gota sobre un grano de acné, o en una
micosis de la uña o sobre una herida. Todos los soldados australianos que lucharon en la II
Guerra Mundial llevaban un pequeño frasco de este aceite esencial en una época aún sin
antibióticos.
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