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Edición N° 176 – REVISTA EDUCATIVA VIRTUAL

San Jerónimo
Innovación en educación hoy

Mg. Wilfredo Rimari Arias

Asociación Cultural “San Jerónimo”

Cientos y miles de educadores en el Perú y el mundo realizan innovaciones con, sin o a


pesar de la falta de apoyo técnico, financiero y motivacional por parte de quienes deberían estar
interesados en impulsar la renovación constante de los procesos educativos. El mundo está
cambiando muy de prisa y requiere una
educación en permanente cambio pero sin
perder de vista valores fundamentales. La
innovación en educación puede ser un
instrumento muy útil para responder a las
demandas del mundo actual y a los valores
fundamentales de la vida. ¿Cómo entender la
innovación en educación en el nuevo contexto
mundial de crisis sanitaria, económica y moral?
Permítanme expresar en voz alta algunas
reflexiones sobre cómo definir la innovación en
educación en nuestro tiempo.

Entiendo la innovación en educación como el cambio intencionado de las estructuras y/o


procesos pedagógicos y de gestión escolar, realizado por colectivos docentes, con el propósito de
mejorar los procesos y resultados de aprendizaje de los estudiantes y de su propio desempeño
profesional, desde las perspectivas del Desarrollo Humano, el Desarrollo Sostenible y el Bien
Común.

Innovación es cambio de estructuras y procesos

La innovación en educación es, debe ser, un grito y una práctica de reivindicación y de


afirmación de la autonomía pedagógica del educador peruano, que se atreve a poner en cuestión
un sistema educativo en el que prevalecen el centralismo, la rigidez normativa y una visión
uniformizante de la persona humana, proponiendo para las mayorías un modelo educativo que

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refuerza la discriminación y la exclusión, manteniendo el estado de cosas tal como está. La
innovación en educación en el actual contexto está llamada a proponer alternativas educativas
pertinentes, consistentes, viables, sostenibles, democratizadoras e inclusivas.

La innovación en educación hoy ha de ser la creación solidaria de nuevos caminos para


fortalecer las competencias que demanda un mundo en crisis que reclama responsabilidad social
y una opción decidida por el Desarrollo Sostenible. El compromiso de la innovación en educación
con el Desarrollo Sostenible abre una ventana de posibilidades muy grande para transformar la
educación con libertad e inspirados en los grandes ideales de la humanidad.

La innovación en educación parte de una reflexión crítica de la propia práctica pedagógica y


de los condicionamientos o determinantes, contextuales y/o del sistema, incluido el currículo, que
limitan o impiden el desarrollo de las competencias que requieren los educandos para mejorar su
calidad de vida presente y futura. Su punto de partida es la realidad, su propósito, transformar esa
realidad en función del Bien Común.

Innovación que parte de la realidad y busca su transformación

La innovación en educación es sensible a las auténticas necesidades de desarrollo humano


de los estudiantes concretos de aquí y ahora, y se atreve a introducir cambios en las
metodologías, las técnicas, los materiales y los procesos pedagógicos, en general, para fortalecer
las capacidades, actitudes, valores y conocimientos que requieren los estudiantes para mejorar su
calidad de vida y la de su comunidad, siempre en armonía consigo mismo, con los demás y con la
naturaleza.

La innovación en educación se hace considerando y revalorando el talento docente y las


potencialidades naturales, culturales y sociales del entorno. Es innovación en educación situada,
que se nutre de su entorno y responde a las demandas de su contexto, renovando y recreando los
modos y sentidos de la educación. En esa línea, la innovación en educación se vale de los
recursos, fortalezas y
potencialidades del
entorno para crear o
recrear nuevas
competencias,
materiales, estrategias,
técnicas e instrumentos
de aprendizaje,
enseñanza, evaluación y
realimentación, así
como nuevos procesos
de gestión escolar.

La innovación en
educación tiene un especial lugar de aplicación en el espacio de interacción humana y formativa

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que constituye el aula y la escuela, entendidos como los lugares en los que suceden las acciones
educativas. Sin embargo, la innovación en educación, para ser tal, ha de romper las barreras y
estructuras de la escuela y ubicarse también en los espacios de planificación y monitoreo de la
educación, es decir, en las UGEL, DRE/GRE y en el mismo centro de producción y conducción de
políticas educativas, que adolecen de tradicionalismo y normativismo contrarios al cambio y la
innovación recreadora de la educación.

Las recetas únicas, los modelos uniformizantes, los formatos universales y los materiales
estándar para todo el país, provenientes de la cúspide del sistema educativo, muchas veces
atentan contra la diversidad, la originalidad y la libertad para adaptar, adecuar, contextualizar y/o
crear o recrear alternativas razonables y viables desde las limitaciones, pero también desde la
riqueza y la potencialidad de los recursos naturales y culturales locales y regionales. Tan solo
analizando las recientes normas educativas orientadoras de la educación remota como
consecuencia de la emergencia nacional y la emergencia sanitaria (2020), y la norma que dispone
lineamientos para la innovación educativa (2019), encontramos su inspiración en posiciones
verticalistas y centralizadoras que limitan e impiden espacios de autonomía e innovación en los
ámbitos regionales y locales. Son normas que refuerzan el centralismo y despojan a las regiones
del poder para operar cambios e implementar innovaciones, consolidando actitudes paternalistas
y reproductivas. Urgen transformaciones sustanciales en estos espacios de decisión tan
importantes para la mejora de la educación peruana.

Innovación es cambio de procesos pedagógicos y de gestión

De las diversos tipos de innovación educativa que algunos autores han sugerido, me quedo
con dos que son aquellos que pueden abarcar a otros tantos; estos son: la innovación pedagógica
y la innovación en gestión escolar. Al menos en estos espacios hay un poco más de cuerda suelta
para innovar, aunque también con limitaciones. Lo cierto es que en las dos décadas del presente
siglo son poquísimas las actividades de promoción de la innovación en educación provenientes del
Estado. Más aún, carecemos de una política de innovación educativa en el Perú.

Innovación enfocada en el Desarrollo Humano, Desarrollo Sostenible y el Bien Común

Respecto de la razón de ser de la innovación en educación, debo afirmar que su finalidad


última es el Desarrollo Humano, de modo que la innovación debe contribuir a hacer al ser
humano más humano, más solidario, más justo, más respetuoso de la vida y de su medio
ambiente. Al mismo tiempo, la innovación en educación está llamada a buscar la mejora
permanente del desempeño profesional docente y la mejora del sistema escolar.

Hellen Clark afirma que “El desarrollo humano tiene por objeto las libertades humanas: la
libertad de desarrollar todo el potencial de cada vida humana —no solo el de unas pocas ni
tampoco el de la mayoría, sino el de todas las vidas de cada rincón del planeta— ahora y en el
futuro. Esta dimensión universal es lo que confiere al enfoque del desarrollo humano su

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singularidad.”1 La innovación en educación debe ser pensada e implementada desde esta
perspectiva de Desarrollo Humano.

Tampoco es posible entender hoy la innovación en educación sin tomar en cuenta la


tremenda amenaza que se cierne sobre la humanidad por la contaminación y el cambio climático,
que ha llevado a las Naciones Unidas al compromiso de lograr los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible, poniéndose como meta el año 2030. la innovación en educación se debe situar en el
marco de ese compromiso mundial
por hacer del planeta un lugar
habitable y forjar una nueva
humanidad, impulsada por los más
grandes ideales de respeto y
defensa de los bienes de la tierra,
los derechos humanos, la justicia, la
paz, la sana convivencia, educación
de calidad y con equidad durante
toda la vida, el trabajo justo y bien
remunerado, con vistas a lograr el
Desarrollo Sostenible.

En esa misma línea, la innovación en educación se constituye en una estrategia más para
fortalecer una educación que promueve el Bien Común, que desarrolla las competencias
necesarias para forjar una humanidad altruista y generosa que está dispuesta a generar y
compartir los bienes de la tierra para el bien de todos. Nadie más acertado para ilustrarnos sobre
el Bien Común que el Papa Francisco, quien afirma que “En las condiciones actuales de la
sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables,
privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente,
como lógica e ineludible consecuencia, en un llamado a la solidaridad y en una opción preferencial
por los más pobres. Esta opción implica sacar las consecuencias del destino común de los bienes
de la tierra (…). Basta mirar la realidad para entender que esta opción hoy es una exigencia ética
fundamental para la realización efectiva del bien común.” 2

1
Publicado en la web del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD. Recuperado de
https://bit.ly/3buJy3p
2
Extracto del Numeral 158 de la Encíclica Laudato Sí (Alabado seas, sobre el cuidado de la Casa Común)

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