Está en la página 1de 13

EL PODER TRANSFORMADOR DEL TESTIMONIO

Lectura bíblica: Hechos 16: 23 - 34


Introducción.
¿Qué es el poder? Poder designa la capacidad o la potestad para hacer algo . Para la sociredad el poder es la
capacidad de un individuo para INFLUIR en el comportamiento de otras personas.

Problema: Filipo el PODER económico y el poder POLITICO se unieron para injustamente azotar y
echar a la cárcel a Pablo Y Silas. Poder al servicio de la INJUSTICIA e interes económicos.
Pablo y Silas en medio de la ADEVERSIDAD demuestran con VALENTÍA y RESISTENCIA el
PODER del amor para DAR TESTIMONIO de ser VERDADEROS DISCÍPULOS DE JERUCRISTO.
El PODER TRANSFORMADOR DEL TESTIMONIO DEMUESTRA DEVOCION,
CONFIANZA Y SERVICIO DE AMOR A DIOS Y AL PROJIMO
Así como Pablo y Silas demostraron ser TESTIGOS de Jesucristo en medio de la ADVERSIDAD, hoy
como SEGUIDORES de Cristo somos llamados a PREDICAR con nuestro TESTIONIO CON:

1er. DEVOCIÓN. Vs. 23- 25. “Pero a medianoche, ORANDO Pablo y Silas, CANTABAN himnos a Dios y
los
Presos los OÍAN” Vs. 25
Problema. El sufrimiento por causa de predicar el evangelio ¿Cómo enfrentaron el sufrimiento?
Pablo y Silas, después de ser azotados, fueron recluidos en la cárcel pública. Paradojicamente, estando
ellos con el cuerpo lleno de heridas por los azotes recibidos, antes que lamentarse o resignarse, estuvieron
dispuestos a alabar al Señor con oraciones y cantos a media noche. La ACTITUD de Pablo y Silas
La oración. FIRMES en medio de la prueba a buscar a Dios. A media noche.
La alabanza. Himnos que Pablo y Silas cantan himnos y los presos lo escuchan. Trasmiten convicciones
relacionadas con la FE

APLICACIÓN.
¿Cómo enfrentamos el sufrimiento?
1. Un corazón sano, fortalecido el hombre interior ORANDO a Dios siempre. Salmos 34:1. Bendeciré a
Jehová en TODO TIEMPO. Efesios 3:14-21. Pablo ora para que sean FORTALECIDOS en hombre int.
2. Testificando con nuestro CANTO, confiesan en quien CREEMOS. Fortalece nuestra FE. Llenos del
Espiriritu Santo para cantar SALMOS… Efesios 5:18-20

2do. CONFIANZA. Vs. 26-31. “sobrevino de repente un gran terremoto…al instante se abrieron las puertas
de la cárcel y las cadenas de TODOS se soltaron” Vs. 26
Problema. Las puertas abiertas y las cadenas sueltas de todos los presos.
Confianza de Pablo y Silas y La desesperación del carcelero. El suicidio

a. Buscar a Dios con un corazón humilde (Vs. 29) El carcelero se postro, se rindió a Dios. Debemos
buscar a Dios con un corazón sincero a través de la oración; el Señor nos oirá en medio de la angustia y
despertará la FE de las personas para que CREAN en Jesucristo. (Salmo 40:1- 2)
b. Confiar en la ayuda de Dios en medio de los problemas (desesperación, angustia y dolor.) (Vs. 30).
Dios conoce las necesidades de nuestra vida y familia; debemos aprender a confiar en él y pedirle su
ayuda (Mateo 7: 7)
El carcelero confío en la Palabra que le dieron Pablo y Silas: “CREE en el Señor Jesucristo, y serás
SALVO tú y tu casa” Hechos 16:31
APLICACIÓN
¿En medio de la adversidad confiamos o nos desesperamos?
3ro. SERVICIO
Es la Palabra de Dios la autoridad divina para nuestra fe y conducta; como cristianos creemos en una fe
bíblica y aceptamos las promesas que ella tiene para nuestra vida. El carcelero de Filipo recibió la “Promesa”
para creer en el Señor Jesucristo y alcanzar salvación él y toda su familia. Para ello fue necesario:
a. Escuchar atentamente la Palabra de Dios (Vs. 32). Pablo y Silas le hablaron de la Palabra del Señor al
carcelero y a toda su familia. En el hogar debemos aprender la Palabra de Dios cada día.
(Deuteronomio 6: 6- 9; 2 Timoteo 3: 16 )
“La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios” Romanos 10: 17
b. Practicar el mensaje de la Palabra: Ayudar al prójimo (Vs. 33a) La familia del carcelero ayudó a Pablo
y Silas curando sus heridas. (Juan 13: 34- 35). “El amor es la marca del verdadero discípulo de Cristo”.
c. Comprometerse con Dios a través del bautismo en agua (Vs. 33). El carcelero y su familia se
bautizaron; se comprometieron con Jesucristo su Salvador, dieron un paso de obediencia; es lo que todo
creyente debe hacer “Bautizarse” (Mateo 28: 19)

A. LA FE
Pablo y Silas fueron azotados y echados a la cárcel injustamente por predicar el evangelio de Jesucristo en
Filipo (una muchacha fue libre del espíritu de adivinación).
El carcelero quien custodiaba la cárcel les aseguró los pies en el cepo para que no escaparan.
Pablo y Silas a media noche en medio del dolor de sus heridas no se quejaron; sino que oraron y alabaron a
Dios, los presos los oían y el carcelero fue a dormir.
Dios intervino para liberara a sus siervos FIELES que oraron con un “terremoto” que sacudió la cárcel, se
abrieron las puertas y las cadenas de todos se soltaron.
El carcelero ante el problema de ver las puertas de la cárcel abiertas, se desesperó e intento suicidarse porque
tenía que pagar con su vida el dejar ir a los presos. Allí, en su desesperación recibió la palabra de esperanza a
través del apóstol Pablo: “No te hagas ningún mal...”

B. LA PALABRA

CONCLUSIÓN
El carcelero de Filipo se alegro mucho de haber creído en Dios (Vs. 34 ); venció la angustia y la aflicción; su
familia fue bendecida porque hubieron personas como Pablo y Silas que ORARON por ellos, sigamos orando por
nuestros familiares que Dios obrará milagros en sus vidas.

El testimonio se expresa como resistencia contra el poder despótico de Roma, como esperanza en que
Dios hace justicia, en que el futuro definitivo no pertenece a la bestia tan imponente, sino que, en la
Jerusalén definitiva, se sentarán en los tronos los que dieron testimonio de Jesús y no adoraron a la
bestia ni a su imagen, y no aceptaron su sello ni en la frente ni en los labios. (Ap. 20,4)

En la Escritura se llama a Jesús el testigo fiel y veraz, y la carta a los Hebreos nos invita a que
tengamos puestos siempre los ojos fijos en él, en Jesús, el testigo fiel y veraz (Hb. 12,2)
Ser discípulo de Jesús es embarcarse en un proceso de profunda transformación personal que dura toda
la vida. Ser cristiano implica un esfuerzo constante por llegar a serlo. La identificación con la imagen
del Hijo, el hacer nuestras las actitudes de Cristo, que diría Pablo, debe aumentar cada día.
El testimonio de vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misión. , el martirio es la forma
máxima de testimonio; mártir es una palabra griega que quiere decir testigo. ser discípulo de Jesús es
ser testigo de Jesucristo;
El mayor testimonio del cristianismo es una vida cambiada. El amor de Cristo fluirá a través de nuestra vida, y
seremos una bendición para quienes nos rodean.

“UNA FAMILIA AL SERVICIO DE DIOS”


Hechos 16: 6-15
INTRODUCCIÓN
-Dios conoce las necesidades de las personas
-Dios nos llama a colaborar con el Espíritu Santo en la evangelización del mundo
O.T. Para compartir el evangelio a las personas DEBEMOS:

A. IR DONDE DIOS NOS MANDA


Los misioneros Pablo, Silas y Timoteo, tienen una clara experiencia con el Espíritu Santo en su deseo de compartir el
evangelio en Asia, el Espíritu les impide hacerlo en aquella región y los envía a Troas, donde Pablo tiene una visión, un
varon de Macedonia, provincia de Europa, le dice: Ven o Pasa a Macedonia y ayúdanos”.
Las ciudades de Europa necesitaban ayuda? Si. Porque el evangelio es para todos, necesitan salvación.
Los misioneros al tener clara confirmación divina para llevar el mensaje a Macedonia, se preparan para viajar y colaborar
con el Espíritu Santo.
Enseñanza.
1. Podemos tener buenos deseos de trabajar en la obra del Señor, pero tenemos que ser guiados por el Espíritu Santo.
2. Las personas necesitan ayuda espiritual, salvación de sus almas, pueden tener muchas comodidades materiales,
pero lo más importante es su SALVACION.

B. HABLAR A LAS PERSONAS QUE DIOS NOS MANDA


Los misioneros llegan a Filipos, la primera ciudad de la provincia de Macedonia, una colonia romana donde vivían
muchos militares retirados, una ciudad comercial y próspera. La estrategia usada por los misioneros fue la ORACION,
acompañar a las mujeres junto al río el día sábado en la oración y luego tener oportunidad de hablarles el evangelio.
- Lidia una mujer, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira (Asia), que adoraba a Dios, era temerosa de Dios, estaba
oyendo.
- El Señor abrió el corazón de Lidia para que estuviera atenta a lo que Pablo decía.
Enseñanzas:
1. A través de la oración recibimos la dirección divina para hablar a otras personas el evangelio de Cristo.
2. Dios tienen prepara el corazón de las personas a quienes hablamos como Lidia: mujer que a pesar de la
responsabilidad de su trabajo como comerciante, saca tiempo para buscar a Dios en oración con oras mujeres cada
sábado. “adoraba a Dios”.
3. Las tareas materiales no pueden robarnos la oportunidad de alimentar nuestra vida espiritual. Tenemos que sacar
tiempo para buscar a Dios.
4. Dios nos regala el don de la fe para oír y recibir la Palabra de Dios. Romanos 10:17,
Nuestra fe en Dios se despierta y desarrolla cuando creemos en la Palabra.

C. CUIDAR A LAS PERSONAS QUE SE CONVIERTEN


Pablo y sus amigos ven la gracia divina en Lidia y logran que se bautice con toda su familia, además Lidia agradecida por
el mensaje recibido por Pablo y sus amigos, les dice: “Si ustedes reconocen que soy una verdadera creyente en el Señor,
vengan a quedarse en mi casa, ye insistió hasta que ellos aceptaron.
La casa de Lidia se convirtió en la primera iglesia de Europa que recibió el evangelio de Cristo.
Enseñanzas:
1. La tarea de hacer discípulos se logra cuando las personas toman la decisión de bautizarse, evidencian su conversión
y se incorporan a la iglesia. Lidia y toda su familia decidieron hacerlo y vinieron a ser los primeros cristianos en
Europa.
2. La tarea de hacer discípulos requiere de la ayuda de todos, Lidia ofrece su casa para que Pablo y Silas pudieran
tener un lugar donde enseñar el evangelio y ayudar a crecer a los nuevos creyentes (16:40) “habiendo visto a los
hermanos” en la casa de Lidia.
CONCLUSION
La buena noticia que da Lucas es que el evangelio llega a Europa, allí hay necesidad de salvación, personas como Lidia
necesitan tener un encuentro personal con Cristo.

LA. VERDADERA LIBERTAD EN CRISTO


Hechos 16: 16-34
INTRODUCCIÓ
Sólo el poder de Dios puede romper toda cadena de opresión espiritual, moral y social para que las personas sean
libres
O.T. Debemos ser valientes para enfrentar las fuerzas de maldad con el poder de Dios
Como Pablo y Silas que su valentía les permitió

A. LIBERAR TODA FUERZA ESPIRITUAL DE MALDAD 16- 23


La muchacha adivina, pitonisa. Se creía que el habla demoniaca de la muchacha esclava era la voz de un dios:
por eso tenía mucha demanda sus servicios como adivina y le daba grandes ganancias a sus amos. Una
muchacha usada por una sociedad que aceptaba direccionamiento de los espíritus malos.
Pablo que tenía al Espíritu Santo discierne las intenciones de las fuerzas espirituales de maldad, al dar voces,
diciendo: estos hombres son siervos del altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Querían
promocionar al Pablo, para mostrar que de la adivinación viene el conocimiento de las cosas. NO, es mentira.
Pablo usa de la autoridad del Señor para reprender toda fuerza de maldad, le dijo: te mando en el nombre de
Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
Los amos de la muchacha con venganza prendieron a pablo y Silas y los acusaron ante los magistrados
romanos de:
1° Ser judíos, los romanos no aceptaron a los judíos entre ellos…
2° Alborotan nuestra ciudad, quieren vivir dominados por la adivinación
3° Enseñan costumbres que no es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.
Pablo y Silas ante la fuerza del pueblo, los magistrados mandan azotarlos.
Enseñanzas:
1. Las muchachas usadas por la maldad, una sociedad sin piedad, sólo les interesa lo económico, sea de la
forma que sea. Adivinación…prostitución, delincuencia…
2. La autoridad de los siervos de Dios, tienen discernimiento para conocer los planes del enemigo y
reprenden y lo echan.
3. La valentía para soportar la ira de los afectados

B. LIBERAR TODA FUERZA EMOCIONAL DE MALDAD 24- 34


Pablo y Silas después de ser azotados son echados en la cárcel y custodiados en un cepo con cadenas en los
pies. La reacción del enemigo de querer detener la Palabra de Dios, ninguna cárcel o cadenas podrán callar a los
siervos de Dios.
- El carcelero que cumple su función, asegura a los presos y se va a dormir.
- Pablo y Silas a media noche cantas himnos y oran
- El terremoto que sacudieron los cimientos de la cárcel y las puertas se abrieron y al instante se abrieron
las puertas.
- El carcelero desesperado ve la situación y quiere suicidarse… la presión emocional.
- Pablo que le habla, no te hagas ningún daño todos estamos aquí
- El carcelero, Señores ¿Qué debo hacer para ser salvo?
- Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa?
- Se bautizó con su familia y compartieron una cena con Pablo y Silas
Enseñanzas:
El avance del evangelio puede tener obstáculos, Satanás usa a una muchacha para
Dios revela la necesidad espiritual de las personas
Dios abre el corazón de las personas para que reciban y crean en su palabra
Dios
Cuando
1. Nos dejamos guiar por el Espíritu Santo
2. Buscamos su presencia a través de la oración
3. Entregamos nuestro

e. Los azotes 16:22–24


En cualquier mercado, la gente se aglomera, más aún cuando hay algún disturbio. La multitud en
Filipos escucha los gritos de los dueños de la niña esclava y se da cuenta de la conmoción que se
produce en el tribunal.
Vs. 22. El pueblo se unió en el ataque contra Pablo y Silas. Los magistrados ordenaron que los
desnudaran y los azotaran con varas.
Vs. 23. Y cuando les hubieron dado muchos golpes, los metieron en la cárcel. Dieron órdenes al
carcelero que los vigilara cuidadosamente.
Vs. 24. Cuando recibió estas órdenes, el carcelero echó a Pablo y a Silas en la celda de más adentro y
les amarró los pies en el cepo.
a. “El pueblo se unió en el ataque”. La multitud escucha a los acusadores de Pablo y Silas. Entonces
ellos también unen sus voces en ataque contra los misioneros. Sólo se podían oír los gritos y los
insultos de la turba; las voces de los misioneros eran ahogadas. Influenciados por el emocionalismo del
populacho, los magistrados hicieron caso omiso de los procedimientos legales. En lugar de escuchar a
los acusados y ponerlos bajo custodia a la espera del dictamen que habría de producirse, los dos jueces
precipitadamente dan la orden de desnudarlos y azotarlos con varas. En sus epístolas, Pablo se refiere
directa e indirectamente a este incidente en Filipos. Por ejemplo, cuando escribe a la iglesia en
Tesalónica, les dice: “pues habiendo antes padecido y siendo ultrajados en Filipos” (1 Ts. 2:2). Y en
su lista de sufrimientos por el nombre de Cristo, Pablo dice que él fue azotado tres veces con varas
(2 Co. 11:25).
b. “Los magistrados ordenaron que los desnudaran y los azotaran con varas”. Los oficiales romanos
tenían a su servicio oficiales de policía (vv. 35, 38) que en latín eran llamados lictors (o sea, los que
llevaban varas). Estos oficiales llevaban los símbolos romanos de la ley y el orden: un atado de varas
con un hacha. Con estos haces de varas ellos administraban castigo corporal y, a veces, aplicaban la
pena capital. Los oficiales, actuando bajo las órdenes que les dieron los magistrados, despojan de sus
ropas a Pablo y Silas y los golpean con las varas. No quedaba ni el menor vestigio de procedimiento
legal correcto. Si en ese momento de frenesí Pablo y Silas hubieran insistido que castigar con varas a
ciudadanos romanos era ilegal, se les habrían reído en la cara.
c. “Los metieron en la cárcel”. Los magistrados habían dado orden que se aplicara a los detenidos
severo castigo en sus espaldas descubiertas. Cuando los misioneros están más muertos que vivos, se
ordena que los metan a la cárcel. Encargan al carcelero que los vigile cuidadosamente. Esta orden
parece ser innecesaria dadas las condiciones físicas de los detenidos. Sin embargo, el carcelero, quien
posiblemente era un veterano del ejército, sabía que si Pablo y Silas escapaban de alguna manera de la
cárcel, él lo pagaría con su propia vida (véase v. 27).
d. “El carcelero puso a Pablo y a Silas en la celda de más adentro”. En el sector donde estaban las
primeras celdas, los presos disfrutaban de la libertad de caminar y recibir a sus amigos y familiares,
pero en la celda de más adentro reinaba la obscuridad y mantenía a los presos en el más absoluto
confinamiento. En este lugar, el carcelero puso a Pablo y Silas con los pies aprisionados en el cepo, con
lo cual cualquier intento de escape era imposible. La posición en que quedaron era una tortura,
especialmente cuando las piernas estaban separadas en forzosa posición y los pies metidos en los
huecos del cepo.1027 Pablo y silas fueron tratados como criminales indignos de cualquier trato
humano. Aun así, el poder de Dios se hizo evidente en la vida de los misioneros, en aquella hora de
extrema oscuridad.
Consideraciones prácticas en 16:22–24 SUFRIR.
La palabra misma nos causa estremecimiento. Cuando vemos a otros sufriendo dolor físico causado
por alguna enfermedad o abuso, la compasión invade nuestras almas. Procuramos aliviar los
sufrimientos de los demás dándoles un poco de cuidado amoroso. Especialmente quisiéramos ayudar a
los creyentes que sufren por causa de Cristo, sea nuestra ayuda recordarles en nuestras oraciones
diarias o proveerles otras formas de consuelo. Pedro dice que si sufrimos por hacer lo bueno, y lo
soportamos, Dios nos bendice (1 P. 2:20; 3:14; 4:13–16). Esto de ninguna manera significa que
buscaremos el sufrimiento, porque en ese caso no estamos sirviendo a Dios más sino que nos estamos
sirviendo a nosotros mismos. Pero cuando Dios nos envía el sufrimiento mientras estamos tratando de
hacer su voluntad, y cuando lo soportamos. Dios nos da su reconocimiento. El sufrimiento por el
nombre de Cristo se puede presentar en diversas formas: tormentos de quienes sufren físicamente en
tiempos de persecución; aflicción por aquellos que sufren enfermedades, especialmente males
incurables; agonía mental por aquellos que sufren en silencio en un ambiente anticristiano en el
hogar, la escuela o el trabajo.
¿Qué debe hacer el cristiano cuando enfrenta el sufrimiento? Debe mantener sus ojos de fe fijos en
Jesús, quien sufrió por su pueblo como el justo por los injustos y le dejó un ejemplo a seguir (1 P.
2:21).
f. El terremoto 16:25–30 Al principio, Pablo y Silas tratan de acomodar sus adoloridos cuerpos en el
suelo, pero pronto se dan cuenta que la rígida posición a que los obligan sus pies en el cepo no les
permitirá dormir. Sólo un camino les queda por delante: orar a Dios y alabarle con salmos e himnos.
Vs. 25. A medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, mientras los otros
presos les escuchaban. En lugar de lamentarse por el dolor que estaban sufriendo, la pérdida de
sangre, el hambre y la sed, los misioneros se vuelven a Dios.
Primero en oración, y luego cantando alabanzas a su nombre. Se sintonizan con el salmista cuando
dice: Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi
oración al Dios de mi vida. Salmos 42:8. Pablo y Silas no sólo recobran fuerzas para ellos mismos,
sino que también son un testimonio vivo y una suerte de fortalecimiento para los demás presos que
escuchan sus oraciones y sus salmos (c.f. Ef. 5:19; Col. 3:16; Stg. 5:13). El tiempo del verbo escuchar
indica que mientras los misioneros prolongan sus cantos, los demás presos siguen escuchando. En
lugar de maldiciones, los presos oyen palabras de adoración y de alabanza.
No tenemos evidencia que nos indique que Pablo y Silas hayan orado pidiendo a Dios que los liberara.
Aunque claro, por la Escritura sabemos que Dios nunca se olvida de su pueblo (Is. 49:15–16). El
momento de la intervención divina ha llegado.
Vs. 26. De repente, vino un terremoto tan violento que hasta los cimientos de la prisión se
estremecían. Y de un golpe, todas las puertas de la prisión se abrieron y todas las cadenas se soltaron.
a. “Un terremoto violento”. Dios no envía a un ángel sino un terremoto para liberar a los presos. El
usa medios sobrenaturales al comisionar a un ángel para liberar a los apóstoles (5:19) y a Pedro (12:7).
Dios recurre al fenómeno natural de un terremoto, lo que en Macedonia era cosa corriente, para liberar
a los presos en Filipos. Dios usa tanto los recursos sobrenaturales como los naturales como milagros
que no pueden ser explicados en todos sus detalles. El revela su poder y majestad al liberar a sus
siervos porque no es el hombre sino ÉL el que tiene el control final de todo. El terremoto se produce de
repente. Lucas escribe y dice que el sacudón fue violento (c.f. 4:31). No da detalles en cuanto a los
daños, destrucción, ni que haya habido muertos en la ciudad. Su interés está concentrado en la libertad
de los presos, incluyendo a Pablo y Silas, y en la salvación del carcelero y su familia.
b. “Todas las puertas de la prisión se abrieron y todas las cadenas se soltaron”. No vamos a
mencionar aquí los conceptos modernos de cerraduras de seguridad, de esposas y de otros medios de
que se dispone ahora para asegurar a los presos. William M. Ramsay dice: Nadie que haya visto una
cárcel en Turquía podría sorprenderse de que en este caso todas las puertas se abrieron; cada puerta
estaba cerrada apenas con una barra transversal, por lo tanto, el terremoto no tuvo ninguna dificultad en
hacer que la barra cayera al suelo y la puerta quedara abierta. Los presos eran amarrados a la muralla o
puestos en cepos de madera
v. 24; y las cadenas y cepos fueron arrancados de la muralla, la que fue sacudida de tal manera que se
formaron aberturas entre piedra y piedra. En la protección providencial de Dios, ningún preso resulta
herido. Aun cuando las cadenas ya no están incrustadas en las paredes de la prisión, todavía están los
grilletes. Los reclusos permanecen allí junto a Pablo y Silas, a quienes quizás consideran mensajeros
divinos dotados de una fuerza y poder sobrenaturales.
Vs. 27. Cuando el carcelero se despertó y vio abiertas todas las puertas, sacó su espada e intentó
quitarse la vida. Pensaba que los presos habían escapado.
Vs. 28. Pablo le gritó, “No te hagas nada, porque todos estamos aquí”. Sin embargo, nosotros
interpretamos el milagro como un acto de Dios, quien es libre de usar un terremoto para liberar a los
presos. Con toda sutileza, Lucas establece el contraste entre los presos que vigilan y el carcelero que
duerme; entre la confianza de Pablo y la perplejidad del carcelero; entre las puertas abiertas de la
prisión y la palabra de Pablo asegurando que nadie se ha escapado. Al despertar sobresaltado, la
primera preocupación del carcelero es ver dónde están los presos. El sabe que si se escapan, tendrá
que pagar el descuido con su propia vida (véase 12:19; 27:42). Al ver las puertas abiertas de par en
par, posiblemente gracias a la luz de la luna, y a ningún preso cerca de la puerta, el carcelero llega a
una rápida decisión: saca su espada y la dirige al corazón. Está seguro que la mayoría de los presos
han huido, y ahora con la pena de muerte sobre su cabeza, está por terminar la agonía atentando contra
su propia vida. El verbo griego sugiere que hay un breve momento de indecisión en que se escucha el
grito de Pablo anunciando que todos los presos están ahí, con él. Acostumbrados sus ojos a la oscuridad
de la cárcel, Pablo puede ver con toda claridad al carcelero, aunque éste no les puede ver a ellos. No se
sabe cuántos detenidos había en la prisión y cuál fue la suerte de ellos después que Pablo y Silas los
dejaron.
En el versículo 30, el Texto occidental agrega que después de dejar libres a Pablo y Silas, el carcelero
“aseguró al resto” de los presos. Algunos comentaristas ven estas palabras como un agregado hecho
por algún escriba que quiso explicar el pasaje.
Vs. 29. El carcelero pidió luz y corrió adentro, temblando de miedo. Se postró ante Pablo y Silas.
Vs. 30. Los sacó afuera y les preguntó, “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” El carcelero
vuelve a su familia y les pide luz. Quiere entrar a la cárcel y estar seguro que lo que Pablo ha dicho es
verdad. Cuando tiene la linterna en su mano, corre a la prisión y comprueba que Pablo tiene razón:
todos los presos están allí. Ahora el carcelero se postra temblando ante los misioneros, en una evidente
señal de humilde sumisión. Se da cuenta que está ante la presencia de hombres que pueden indicarle el
camino de salvación, aun cuando quizás todavía no comprende el significado de la salvación. Cuando
Cornelio le dio la bienvenida en su casa a Pedro y se arrodilló ante él, Pedro reaccionó de inmediato,
rechazando aquella expresión y diciéndole que él, Pedro, era tan humano como Cornelio (10:25–26).
En este caso, ni Pablo ni Silas dicen una palabra ante la actitud del carcelero, porque comprenden la
confusión mental del carcelero. No lo reprenden sino que esperan que hable. El carcelero no ha oído las
alabanzas de los presos a medianoche por encontrarse durmiendo, aunque sí entendió que el terremoto
era una respuesta divina a la actitud de Pablo y Silas. Lleva a Pablo y Silas fuera de la prisión, al patio
y ahí les habla. Golpeado por una conciencia culpable, les pregunta: “Señores, ¿qué debo hacer para
ser salvo?” Quizás él ha oído el mensaje de salvación en alguna ocasión anterior, ha ponderado su
significado, reconoce el poder espiritual de Pablo y Silas, por lo que ahora les pide que le muestren el
camino de salvación. Su pregunta nace de un corazón sincero, como es evidente por la forma tan cortés
en que se dirige a ellos, señores. Con el gran respeto se dirige a hombres que poco antes él mismo había
echado en la celda de más adentro. Consideraciones prácticas en 16:30
La iglesia de Filipos estaba muy cerca del corazón de Pablo. El les escribió una carta muy especial,
instando a sus miembros a estar gozosos en el Señor. La palabra gozo en sus varias formas aparece
dieciséis veces en esta breve epístola.1033 Esto refleja la actitud de Pablo demostrada en la cárcel de
Filipos donde él y Silas cantaban himnos en medio de la noche. Pablo había desarrollado una relación
especial con los miembros de esa iglesia, debido a que repetidamente proveyeron para sus necesidades
físicas (Fil. 4:14–18). En su epístola a los filipenses, Pablo menciona a Epafrodito (2:25; 4:18) y a
Evodia y Síntique (4:2). Por el libro de los Hechos sabemos de dos personas, con un trasfondo
completamente diferente, que llegan a ser miembros fundadores de la iglesia: Lidia de Tiatira, la
vendedora de púrpura, (vv. 14–15) y el carcelero (v. 33). Es muy posible que la esclavita también haya
llegado a ser parte de la iglesia. Estos convertidos, habiendo conocido el camino de la salvación,
podían testificar que la salvación es un don de Dios. Con estos miembros iniciales, Dios continúa
construyendo su iglesia, hasta el punto que dentro de poco tiempo Pablo escribe acerca de ancianos y
diáconos en la iglesia de Filipos (Fil. 1:1).
g. La salvación 16:31–34 El contexto de la pregunta del carcelero muestra que su interés no está en la
seguridad de su trabajo sino en su seguridad eterna: cuando Pablo y Silas predican el evangelio, aquel y
los miembros de su familia creen en Dios, son bautizados, y son llenos de gozo.
Vs. 31. Pablo y Silas le contestaron, “Cree en el Señor Jesús, y tú y los miembros de tu familia serán
salvos”. Los misioneros muestran al carcelero el camino de salvación usando un lenguaje
absolutamente directo. Le dicen lo que tiene que hacer: “Cree en el Señor Jesús”. Todo aquel que
confiese con su boca y crea en su corazón que Jesús es el Señor, será salvo (Ro. 10:9).1035 Eso es
fundamental. De modo que Pablo y Silas le dicen al carcelero que debe poner toda su confianza en
Jesús y reconocerlo como su Señor. No ellos, sino solamente el Señor Jesucristo les puede salvar.
Pablo y Silas, no obstante, le dicen que la salvación está a disposición de todos los miembros de la
familia (incluyendo a los siervos). Dicho sea de paso, permítaseme afirmar que aunque Dios salva a los
individuos, muchas veces trae también la salvación a toda la familia de la persona que busca al
Señor.Dios actúa a través de las familias, porque ellas son las piedras usadas para la edificación de la
iglesia.
Vs. 32. Y le hablaron la palabra de Dios a él y a todos los que estaban en su casa.
Vs. 33. A esa hora de la noche, el carcelero les lavó las heridas. E inmediatamente él y su familia
fueron bautizados. Después de poner el fundamento: “Cree en el Señor Jesucristo y tú y toda tu
familia serán salvos”, Pablo y Silas explican el evangelio (la frase exacta es la palabra del Señor) con
más detalle. Los misioneros sufren el dolor causado por los azotes del día anterior. Sin embargo, la
oportunidad de llevar al Señor a toda esta familia les hace olvidar la incomodidad que sienten. Si los
ángeles en el cielo se regocijan cuando en la tierra un pecador se arrepiente (Lc. 15:10), ¿no habrían de
regocijarse los siervos de Dios cuando todos los miembros de una familia se arrepienten y creen?
Lucas nos da evidencias del cambio de vida del carcelero. El amor por el Señor lo hace pensar en las
necesidades físicas de Pablo y Silas. Se da cuenta que esos cuerpos heridos y sangrientos necesitan
atención médica.
El personalmente lleva a los presos al pozo de la prisión y les lava las heridas. ¡Cómo habrá lamentado
el pobre su proceder anterior! Solamente el día anterior había puesto a Pablo y Silas en el cepo, y
ahora con toda ternura les lava las heridas y trata de suavizar sus verdugones. Mientras los
misioneros están físicamente lavados así, el carcelero y su familia están espiritualmente lavados con la
sangre de Jesús, lo que es simbolizado por el bautismo en agua. Así como Pablo y Silas son los
receptores de la amabilidad del carcelero, éste y su familia son los beneficiarios de la gracia de Dios.
Con la señal del bautismo, ahora ellos son miembros de la familia de Dios.
Vs. 34. El carcelero entonces llevó a Pablo y a Silas a su casa y les dio de comer. Se regocijó
grandemente porque él y su familia habían creído en Dios. Después que Lidia y los miembros de su
familia hubieron recibido la señal de bautismo, ella invitó a Pablo y a sus compañeros a ir a su casa (v.
15). Cuando el carcelero, con su esposa, sus hijos, y sus criados es bautizado, no hace menos. Tanto
Lidia como él desean expresar su gratitud porque ahora pertenecen a la familia de Dios. Ambos
consideran a los misioneros sus hermanos en Cristo. Por lo tanto, para el carcelero, Pablo y Silas no
son ya los presos, y los misioneros no tienen ningún deseo de huir. El carcelero invita a Pablo y Silas
a entrar en su casa. El griego sugiere que él mismo los lleva hasta su domicilio. En otras palabras, la
cárcel se encuentra en la parte baja de lo que es su residencia. El carcelero personalmente se preocupa
por las necesidades físicas de Pablo y Silas y además les provee comida y algo de beber. En todo lo que
hace por ellos manifiesta su gozo ilimitado en el Señor porque ahora él y su familia son creyentes. De
nuevo, el griego sugiere que la fe del carcelero es un confiar permanente en Dios. El y los
miembros de su casa demuestran no una fe circunstancial, sino una fe verdadera en Jesucristo. Se unen
así a otros que expresan su gozo y felicidad habiendo obtenido la fe (véase 8:39; 10:46; 13:48).
Gozo, entonces, procede de la fe, que en sí misma está viva como un don de Dios. Palabras, frases y
construcciones griegas en 16:31–34 Versículos 31–32 ἐπί—con el acusativo el Señor Jesús después del
verbo creer, la preposición ἐπί (a) metafóricamente indica acción hacia alguien.1038 σωθήσῃ σὺ—el
pronombre singular de la segunda persona es el sujeto del verbo, el cual está en futuro pasivo. El futuro
es definido. τὸν λόγον τοῦ κυρίου—algunos manuscritos griegos tienen la forma variante τοῦ θεοῦ. En
Hechos, Lucas intercambia las frases la palabra de Dios y la palabra del Señor (p.ej., véase 13:5, 44.).
Versículos 33–34 ἔλουσεν ἀπὸ τῶν πληγῶν—“él lavó sus heridas”. Si añadimos un objeto directo al
verbo 1037 Calvino, Acts of the Apostles, vol. 2, p. 87. 1038 Moule, Idiom-Book, p. 49. lavar,
tendríamos la traducción literal, “él lavó [las impurezas] de sus heridas”. πανοικεί—este adverbio,
traducido “con toda su casa”, coincide tanto con el verbo regocijarse como con el participio perfecto
creyeron.
h. La partida 16:35–40 Cuando Dios milagrosamente libera a Pablo y Silas, el efecto del milagro es
sorprendente. Los magistrados que fueron influenciados por la multitud el día anterior piensan ahora de
forma diferente. Es posible que supersticiosamente hayan relacionado el violento terremoto con los
sucesos del día anterior. De cualquier manera, ellos querían deshacerse de estos judíos lo más pronto
posible. Por lo tanto, al rayar el día, dan instrucciones a los oficiales que habían golpeado a Pablo y
Silas que fueran a la cárcel y dieran orden al carcelero de dejar en libertad a los presos.
Vs. 35. Cuando llegó el día, los magistrados enviaron sus oficiales con el siguiente mensaje, “Suelten a
aquellos hombres”.
Vs. 36 El carcelero le dio la noticia a Pablo, diciéndole, “Los magistrados han mandado que les deje
libres. Ahora, pues, pueden irse en paz”. Como no quieren crearle ninguna dificultad al carcelero, los
misioneros vuelven voluntariamente a la prisión a esperar los acontecimientos que habrán de
producirse. Muy pronto oyen las voces de los oficiales que le dicen al carcelero que deje en libertad a
Pablo y Silas. Mientras los oficiales esperan, el carcelero va adonde están los presos y les da el
mensaje: “Los magistrados han ordenado que les dejemos libres. Por lo tanto, pueden irse en paz”.
Nótese que Pablo es la figura principal en el desarrollo de este drama. El carcelero no duda que la
noticia habrá de complacer a los misioneros. Se sorprende, por tanto, porque Pablo no está dispuesto a
abandonar la prisión. Y escucha las objeciones insistentes con que el apóstol rechaza el mandato de los
magistrados.
Vs. 37. Pero Pablo le dijo, “Ellos nos han azotado públicamente sin un juicio nos echaron en la cárcel,
aun siendo nosotros ciudadanos romanos. ¿Y ahora quieren que nos vayamos secretamente? ¡No,
señor! ¡Que vengan ellos mismos a soltarnos!” Analicemos los siguientes puntos:
1. La injusticia. Pablo ha sentido el duro filo de la injusticia administrada a él y a Silas por los
magistrados. Y ahora quiere hacerles saber que han estado muy equivocados. Invoca, entonces, el
derecho de apelación que le concede la ley romana y El Texto occidental incluye un agregado que tiene
todos los visos de una explicación: “Pero cuando fue de día, los magistrados se reunieron en el
mercado, y recordando el terremoto que había ocurrido, tuvieron miedo; y enviaron a los alguaciles,
diciendo …” Metzger, Textual Commentary, p. 450. que en el caso de ellos ha sido violado. La ley
romana, aprobada entre los siglos VI y II a.C., protegía a los ciudadanos romanos de castigo público,
prisión, y muerte sin un juicio previo. Por ejemplo, el historiador romano Livy escribe acerca de la
aplicación de la ley Porciana, aprobada probablemente en el 198 a.C.: “Aun cuando la ley Porciona
sólo parecía haber sido aprobada para proteger a los ciudadanos, imponía, como ocurrió, una fuerte
pena si alguien azotaba o daba muerte a un ciudadano romano”.
La ciudadanía romana, entonces, debe haber protegido a Pablo y Silas de los azotes y la prisión a que
fueron sometidos. Una excepción a la ley romana sólo podía hacerse en el caso en que un ciudadano
romano había sido debidamente juzgado y declarado culpable en una corte de justicia.1041 Los
magistrados deben haber iniciado un juicio legal en lugar de dejarse presionar por la multitud para que
castigara en público a Pablo y Silas y los metiera en la cárcel. ¿Por qué Pablo guardó silencio cuando él
y Silas fueron golpeados públicamente? Si ellos hubieran protestado, los magistrados poco caso les
habrían hecho, tomando en cuenta lo explosivo del momento. El silencio de Pablo, provocado por las
circunstancias o por un designio, le sirve ahora para llamar la atención a la seria injusticia de que él y
Silas han sido objeto. Si los magistrados están anuentes a reconocer públicamente su error, tolerarán a
los cristianos y evitarán futuros incidentes que afecten a la iglesia.
2. Las disculpas. “¿Y ahora quieren que nos vayamos secretamente? ¡No, señor! ¡Que vengan ellos
mismos a soltarnos!” Pablo está en control total de la situación. Insiste que los magistrados vayan a la
cárcel y liberen a los dos ciudadanos romanos. Los dos jueces habían cometido un grave error al no
respetar la ley romana. Hicieron azotar públicamente a Pablo y Silas y públicamente deben disculparse
antes de que los misioneros abandonen la prisión.
Vs. 38. Los oficiales llevaron este informe a los magistrados. Al saber que Pablo y Silas eran
ciudadanos romanos, empezaron a preocuparse.
Vs. 39. Vinieron a la cárcel y se disculparon. Les dieron la libertad y les rogaron que salieran de la
ciudad. Todo lo que Pablo esperaba que ocurriera, pasó. Cuando los oficiales dieron el informe a los
magistrados, que los dos presos son ciudadanos romanos, el temor inundó sus corazones. Sabían que
tamaño error podría no sólo costarles el puesto sino que además, podrían ser severamente castigados.
No tenían ni para qué poner en duda la veracidad de la noticia, porque cualquiera que quisiera pasar por
ciudadano romano sin serlo, se exponía a ser ejecutado. La declaración de Pablo es genuina y así la
toman los magistrados. Lucas no nos dice cómo pudieron Pablo y Silas probar que eran ciudadanos
romanos. Cuando un ciudadano romano registraba el nacimiento de un niño ante un oficial romano, “él
recibía un díptico de madera donde se registraba la declaración, y esto cumplía las funciones de un
certificado de ciudadanía por el resto de la vida”.
Es posible que Pablo y Silas llevaran consigo tales pruebas de su ciudadanía. Los magistrados van
personalmente a la cárcel. Podemos imaginar que iban acompañados de los oficiales y de gente que
quería satisfacer su curiosidad. Públicamente admiten su error y ofrecen sus disculpas. Llevan a Pablo
y Silas fuera de la cárcel y les piden que abandonen la ciudad de Filipos. Desde su punto de vista, la
petición tiene sus ventajas porque la presencia de los misioneros en la ciudad es un continuo
recordatorio de las evidencias en su contra. Piden a estos hombres, capaces de mostrarles el camino de
la salvación, que se vayan. Esta actitud nos trae a la memoria la experiencia de los gadarenos pidiendo
a Jesús que se vaya (Mt. 8:34). Pensando en el interés y en el futuro de la iglesia, Pablo y Silas
acceden, no sin antes lograr que les permitan pasar un tiempo con los cristianos en la casa de Lidia.
Vs. 40. Después que Pablo y Silas hubieron abandonado la cárcel, fueron a la casa de Lidia, donde se
reunieron con los hermanos. Entonces los consolaron y partieron. Pablo y Silas dejan la prisión como
honorables ciudadanos romanos a quienes las autoridades romanas de la ciudad tienen respeto.
Físicamente no están en condiciones de salir a viajar. El dolor de los golpes recibidos y la pérdida de
sueño agotan sus reservas de energía. Necesitan reponerse un poco y para ello nada mejor que la casa
de Lidia. Aquí Lucas el médico espera ayudar al confort físico de Pablo y Silas, mientras Timoteo y
Lidia atienden a sus necesidades espirituales y materiales. Hasta aquí, Lucas ha descrito la conversión
de Lidia, el exorcismo de la esclavita, y la transformación del carcelero. Pero no ha dicho nada sobre el
crecimiento de la iglesia en la ciudad de Filipos. En este versículo, dice que los misioneros se reunen
con los hermanos en la casa de Lidia. Aunque los hermanos tratan de ministrar a Pablo y a Silas, dice
Lucas, los misioneros los animan a ellos. El punto es que a lo largo de los siglos, los judíos habían
aprendido a sufrir por su fe.
Los gentiles, por primera vez, ven a alguien sufriendo por el nombre de Cristo. Se dan cuenta que por
su relación con Jesucristo, ellos también van a enfrentar oposición, persecución, y aflicciones (véase
Fil. 1:29–30). Por tal razón, los misioneros les dirigen palabras que los animan. Después de un tiempo
de descanso en la casa de Lidia, Pablo, acompañado por Silas y Timoteo, reanuda sus viajes. Toma
hacia el oeste, por la vía Egnacia. Pareciera que Lucas se quedó en Filipos, porque el pronombre
personal nosotros desaparece del relato, hasta 1043 A. N. Sherwin-White, The Roman Citizenship, 2a.
ed. (Oxford: Clarendon, 1973), p. 316. 1044 El revisor del Texto occidental ha agregado algunas frases
explicativas, que a continuación aparecen en letra bastardilla: “Y habiendo llegado con muchos amigos
a la prisión, ellos les suplicaron que se fueran, diciendo, ‘Acabamos de saber la verdad acerca de
ustedes, que son hombres justos’. Y cuando los había sacado afuera, les suplicaron diciendo, ‘Váyanse
de la ciudad, no vaya a ser que se vuelvan a alzar contra nosotros, alborotando en contra de ustedes”.
Metzger, Textual Commentary, p. 451. aparecer de nuevo en 20:5–6. Consideraciones prácticas en
16:35–40 “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn. 15:13). Estas
palabras de Jesús las aceptamos como verdad, pero sabemos que sólo en circunstancias excepcionales
pueden llegar a cumplirse. Al dar su vida por los demás, Jesús demostró su incuestionable amor hacia
ellos. En un sentido, en el cumplimiento de su llamado misionero, Pablo y Silas estuvieron listos a dar
su vida por los creyentes filipenses. Dios protegió sus vidas, pero sufrieron intensamente en beneficio
de los cristianos de Filipos. A su vez, los cristianos filipenses expresaron su gratitud a Pablo
ministrándole vez tras vez. En consecuencia, se desarrolló una reunión inquebrantable entre Pablo y los
hermanos de Filipos. Como queda claro en la carta que Pablo les escribió, los filipenses eran amados
por Pablo y ellos, a su vez, amaban al apóstol: “Les tengo en mi corazón” (1:7) “Su(s) oracion(es) …
resultará en mi liberación” (1:19) “Mi Dios suplirá todo lo que les falta” (4:19). En esta epístola, Pablo
los exhorta a tener siempre gozo en el Señor. Un autor anónimo escribió: “El gozo es la expresión
natural de la obediencia del cristiano a la voluntad revelada de Dios”. Palabras, frases y construcciones
griegas en 16:36–40 Versículo 36 ἀπέσταλκαν—el tiempo perfecto de ἀποστέλλω (yo envío) sugiere
efecto permanente. Nótese que la terminación -αν es usada en lugar de la normal -ασιν (tercera persona
del plural activo perfecto). ἐν εἰρήνῃ—la preposición ἐν quiere decir “irse a una paz en que pueda
vivir”.1045 Versículo 37 δείραντες—Pablo usa el participio activo aoristo de δέρω (yo desuello,
despellejar). El dice a los oficiales, “Ustedes nos han desollado”. ὑπάρχοντας—el participio presente de
ὑπάρχω (yo existo, estoy presente) es usado ampliamente como un substituto del verbo ser. El
participio es concesivo: “aun cuando nosotros 1045 Robert Hanna, A Grammatical Aid to the Greek
New Testament (Grand Rapids: Baker, 1983), p. 223; Moule, Idiom-Book, p. 79. somos”. El contraste
entre δηµοσίᾳ (públicamente, a la vista de todos) y λάθρᾳ (secretamente, oculto de la vista) es evidente.
οὑ γάρ—en contexto, esta combinación significa “¡No es cierto!”1046 Versículos 39–40 ἠρώτων
—“ellos estaban rogando”. El uso del imperfecto indica que ellos pedían repetidamente. ἀπό—esta
preposición sigue al verbo ἀπελθεῖν (salir). Aunque la preposición propiamente significa “de”, aquí
quiere decir, “salir de”.1047 πρὸς τὴν Λυδίαν—la referencia es a la casa de Lidia, no al distrito de
Lidia en Asia Menor. Resumen del Capítulo 16 Pablo y Silas llegan a Derbe y Listra, donde se les une
Timoteo. Hijo de madre judía y de padre griego, Timoteo es un creyente. Pablo desea que les
acompañe; para realzar la efectividad del testimonio que Timoteo pueda tener como testigo a los judíos,
Pablo decide circuncidarlo. A medida que van visitando iglesias, Pablo y Silas entregan a las iglesias
los decretos apostólicos y las fortalecen en su fe. El Espíritu Santo impide a los misioneros predicar el
evangelio en la provincia de Asia y en las regiones de Bitinia y Misia. En Troas, Pablo tiene una visión
de un hombre de Macedonia quien le pide que vaya a ayudar a la gente allí. Los misioneros se
embarcan, navegan hasta Neápolis, y luego se dirigen a Filipos, donde permanecen por algunos días.
En el día de reposo, Pablo predica a un grupo de mujeres. Dios abre el corazón de Lidia, quien cree en
el Señor y es bautizada. A petición de ella, Pablo y sus compañeros se hospedan en casa de Lidia. Una
esclavita, poseída por un demonio y que se dedica a la adivinación dando a sus dueños grandes
ganancias, identifica a los misioneros como siervos de Dios. Sus continuos gritos fastidian a Pablo,
quien expulsa de ella al espíritu perverso. Los dueños de la niña se dan cuenta que han perdido su
fuente de ingresos y acusan a Pablo y a Silas ante los magistrados. Los misioneros son azotados
duramente y echados en la cárcel. Durante la noche, ellos oran y cantan himnos. Mediante un
terremoto, Dios libera a los presos. Pablo evita que el carcelero se quite la vida; el hombre cree y es
bautizado junto con toda su familia. A la mañana siguiente, los magistrados envían oficiales a la cárcel
para liberar a 1046 C.f. Robertson, Grammar, p. 1187. 1047 Blass y Debrunner, Greek Grammar,
#209.1. Pablo y Silas. Pero Pablo les informa que él y Silas son ciudadanos romanos que han sufrido la
injusticia de ser castigados públicamente y detenidos sin juicio previo. Pablo exige que vengan los
magistrados a la cárcel para soltarles a él y Silas. Los magistrados se disculpan; y a petición de éstos,
abandonan Filipos después de haber pasado algún tiempo en la casa de Lidia.

También podría gustarte