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Dios transforma nuestras dificultades en milagros

Dios transforma nuestras dificultades en milagros. Sermón - Predica 

 
Introducción: Es fundamental crecer en el conocimiento de Dios y su poder, el
Señor nos ha dado su Santo Espíritu para que sepamos las cosas que nos ha
concedido. Nuestro corazón debe estar siempre dispuesto a recibir la palabra
de Dios y su revelación.   
Dentro de los aspectos que debemos conocer y experimentar de nuestro buen
Dios, es que además de ser nuestro Salvador, él es nuestro sanador y
libertador, él sigue haciendo milagros, Dios transforma nuestras dificultades
en poderosos milagros, y el Espíritu Santo quiere enseñar al pueblo de Dios
ese poder divino para enfrentar y superar las crisis.     
 
1)  En nuestro camino enfrentaremos desiertos que debemos
superar.  
Nos dice la palabra de Dios en el libro de Éxodo 15:22 ““E hizo Moisés que
partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres
días por el desierto sin encontrar agua”.  
Como bien sabemos el desierto nos habla de aridez, soledad, peligro y
adversidades. La Biblia nos enseña que era Dios mismo quien iba delante de
ellos, y pasar por el desierto era parte del camino.  
Sin duda alguna, en ésta parte del camino, el pueblo de Israel aprendería el
poder de la alabanza, desarrollaría su fe e intimidad con el Señor, conocería al
Dios proveedor y todopoderoso, aun en las circunstancias más difíciles.    
La Biblia nos enseña que aquella región tenía por nombre “El Desierto de
Shur”, y la palabra “Shur” desde el hebreo viene de un término que además
quiere decir: “pared”, “muralla”. Entonces, esto es algo a superar, tenían al
frente una prueba de su fe, “tres días sin hallar agua” fácilmente es una
situación que puede producir cuestionamientos, dudas e incertidumbre.      
Debemos tener mucho cuidado con la murmuración, pues esta hace más
amargo el camino. Nos dice la Biblia en Éxodo 15:23-24 “Y llegaron a Mara, y
no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le
pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés,
diciendo: ¿Qué vamos a beber?”.         
Debemos tener en cuenta que la palabra “Amargo” es el adjetivo calificativo de
un sabor. Ante ésta situación (“amarga”) ellos “murmuraron contra” (es decir:
“Hablaron mal contra”), es una expresión que equivale a “obstinadamente se
quejaron”.  
Debemos considerar que ellos acababan de tener una gran victoria y ver uno
de los más grandes milagros de la Escritura: Dios abrió el Mar Rojo para que
ellos pasarán en seco, y con sus propios ojos ven la destrucción del ejército del
faraón.    
Lamentablemente, la Escritura nos enseña que fue la continua queja la que no
permitió que el pueblo de Israel superará rápidamente el desierto. Su mayor
obstáculo no fue el desierto mismo, sino la dureza de su propio corazón, la
cual los llevó a quejarse contra Dios y su voluntad.

   
2)  Dios es quien transforma nuestra adversidad en una gran
victoria.  
La palabra de Dios nos enseña en Éxodo 15:25 “Y Moisés clamó a Jehová, y
Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.
Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí fueron probados”. Debemos tener en
cuenta varias cosas muy importantes aquí:  
a)  Ante los obstáculos debemos acudir a la presencia de Dios.    
Textualmente nos dice la Escritura: “Moisés clamó a Jehová”, y esto es lo
correcto, es lo que debemos hacer ante la adversidad, “no gastes tu fuerza
quejándote, invierte tus energías buscando a Dios”.  
El Señor le mostró a Moisés lo que debía hacer. Esto nos recuerda que es en la
presencia de Dios en donde viene la revelación y dirección para sortear
nuestras adversidades y dificultades.   
 
b)  Es Dios quien hace de nuestra dificultad un gran milagro.     
La Biblia nos dice que: “y las aguas se endulzaron”, el Señor tiene el poder
para cambiar el sabor amargo por un dulce sabor, acción que nos recuerda
que el Señor puede cambiar los sabores amargos de nuestra vida. 
Con cierta frecuencia, lo amargo de la vida esconde sabores dulces que solo se
conocen y se experimentan cuando buscamos a Dios, y encontramos en él la
respuesta de su soberana voluntad.     
Es muy importante, también tener en cuenta que aquí la Biblia nos dice: “Y
allí los probó”, Dios nos prueba y cuando eso ocurre ¿Cómo respondemos ante
las circunstancias difíciles de la vida, que permite el Señor que lleguen a
nosotros? 
Podemos caer en la tentación de murmurar, quejarnos, enojarnos,
desanimarnos, volver atrás (como quiso en algún momento Israel), o podemos
hacer lo correcto, es decir, buscar a Dios y hacer su voluntad, con la sabiduría
y fuerza que sólo él nos puede dar.    
 
c)  Hay sanidad en Dios para su pueblo. 
Nos dice la Escritura en Éxodo 15:26 “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de
Jehová tu Dios, e hiciereis lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus
mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las
que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová Dios tu sanador”.

 
3)  Dios muestra su gloria en los escenarios más difíciles. 
A través de la palabra de Dios podemos ver que el Señor se manifiesta en el
momento preciso. La Escritura nos enseña que ellos estaban en el desierto,
tres días sin agua, y las que encuentran son amargas (aún en la actualidad,
allí hay aguas saladas y amargas, no potables), pero allí el Señor manifestó su
poder y gloria. 
Es interesante, ver que aparece por primera vez en la Biblia el nombre
“Jehová Rapha” (nombre que significa: Jehová Sanador), fue pues una nueva
revelación de Dios a su pueblo en las aguas amargas de Mara. Las situaciones
difíciles, son con frecuencia, escenarios de revelación de Dios.    
Vale la pena, hacernos aquí una pregunta: ¿Por qué el Dios sanador se
manifiesta ante su pueblo endulzando unas aguas saladas y amargas? Es muy
importante tener en cuenta que esta región es costera, muy próxima al mar
Rojo, región cuyo suelo es muy rico en sodio (por ejemplo el Mar Muerto se
llama así, porque allí no hay vida, debido a su alto nivel de salinidad). 
Entonces, este acontecimiento nos permite ver que donde hay muerte, nuestro
buen Dios genera vida; esto nos enseña que en medio del desierto, Dios puede
hacer florecer un jardín; que en medio de tus dificultades, nuestro Señor puede
mostrar su gloria; que en medio de la maldición, él puede establecer su
bendición, porque todo es posible para él, no hay nada difícil para nuestro
Dios.       

 
4)  Cuando el camino se hace duro y difícil, el Señor renueva las
fuerzas de su pueblo. 
La palabra de Dios nos permite ver que el pueblo de Israel estaba fatigado,
cansado, y muchos quizá desanimados, pero el Señor no sólo endulzó éstas
aguas sino que los llevó a Elim, nos dice la Biblia: 
Éxodo 15:27 “Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta
palmeras; y acamparon allí junto a las aguas”. En este pasaje bíblico podemos
ver varios aspectos importantes: 
El nombre de aquel lugar, “Elim” quiere decir: “arboles grandes”. Por lo
general, se le identifica en la actualidad con el Wâds Gharandel, a unos
noventa y seis kilómetros al sudeste de Suez, que tiene una abundante
vegetación de palmeras, tamarindos y acacias, y una fuente permanente de
agua que produce unos 4.770 litros por minuto. Un lugar verde y de
abundante agua en medio de aquel desierto. 
La palabra de Dios menciona “Doce fuentes de aguas”, estas aguas no eran
estancadas, eran aguas corrientes (doce fuentes, podía ser una para cada
tribu, lo que nos recuerda que Dios es el proveedor de todos sus hijos).   
En este lugar Israel se detuvo un tiempo, lugar en el que  renovaron sus
fuerzas y llenaron sus vasijas de agua, para seguir hacía el plan de Dios:
conquistar la tierra prometida. Este estudio, nos recuerda y permite concluir
que por difícil que sea el camino, siempre será el Señor nuestro sustento y
proveedor. Él es nuestro Pastor, nos guía y cuida siempre.    
Reflexión final: El Señor tiene cuidado de sus hijos, y manifiesta su gloria a
través de sus milagros. Dios no cambia, él sigue en medio de su pueblo,
guiándolo y protegiéndolo. Detrás de todo obstáculo el Señor tiene para
nosotros una gran victoria. 

Te invito a leer:  La poderosa unción del Espíritu Santo 


Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Anexo 1: Dios transforma nuestras dificultades en milagros.  
Debemos ser conscientes de que las dificultades, pruebas de nuestra fe o
problemas, pueden aparecer un día cualquiera en nuestra casa, sin previo
aviso. Sin duda alguna, la llegada de un nuevo hijo a la familia es por
supuesto una gran noticia, hay gozo en casa por semejante anuncio. Sin
embargo, a veces el contexto es difícil, pero Dios transforma nuestras
dificultades en poderosos milagros. 
Por ejemplo, en el caso de Moisés nos dice la Sagrada Escritura, según el
libro de Éxodo 2:1-2 “Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a
una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era
hermoso le tuvo escondido por tres meses”. 
La palabra de Dios nos enseña en el libro de Éxodo que los padres de
Moisés tuvieron que enfrentar una situación crítica, ya que la llegada de su
hijo Moisés se daba en medio del decreto mortal del rey de Egipto, quien
había dicho: “todo hijo varón de los hebreos que naciese debía morir”. Era
pues, un decreto de muerte, una voz del enemigo que se levantaba contra
los planes del Señor.    
Sin embargo, nos enseña la palabra de Dios, que los padres de Moisés
estaban unidos en la fe, ellos eran hebreos, descendientes de Leví
(recordemos que esta fue la tribu que luego fue llamada al sacerdocio).
Ellos confiaron en el poder y cuidado de Dios, y no fueron avergonzados ni
decepcionados por el Señor, él los protegió de aquel decreto de muerte. 
El peligro era real e inminente, la situación era critica; sin embargo,
podemos ver que los padres de Moisés a pesar de todo, estaban unidos por
la fe aun ante la adversidad. 
La ley o decreto del rey egipcio era demoniaco, su objetivo era inspirado
por las tinieblas mismas, pues procuraba destruir la simiente de Dios (es
decir, el objetivo era destruir la descendencia de donde vendría el Salvador
Jesucristo el Señor).   
Aunque aquella orden venía del faraón, los padres de Moisés fueron
valientes, y lograron ver el plan de Dios con su pequeño hijo Moisés. Ellos
lo escondieron durante tres meses, fue un acuerdo entre ellos, lo hicieron
juntos, fortalecidos en Dios lucharon unidos ante la adversidad. Es el poder
de la unidad y el acuerdo como pareja.    
Debemos ejercer discernimiento, y no permitir que el reino de las tinieblas
traiga separación en el hogar, ora al Señor y clama su poder y amor, él
transforma las familias, Dios transforma nuestras dificultades en
milagros.    
Es probable que veamos a los poderes de las tinieblas levantarse contra el
hogar o familia, pero Dios es todopoderoso para salvarnos, lo que debemos
hacer es acudir a él, y depositar en sus poderosas manos tus
preocupaciones, orar con perseverancia, y al final veremos el poder de
Dios sobre todas nuestras dificultades.   
De este embarazo y nacimiento en medio dela adversidad, el Señor levantó
un poderoso siervo de Dios. Así que, aunque el panorama sea difícil, y las
adversidades se levanten, debemos fortalecer nuestra fe y confiar en el
cuidado y poder del Señor, pues él no cambia. Dios transforma nuestras
dificultades en milagros.   
Te invito a leer: 

1)    Mira a Jesús en todo tiempo


2)   Dios responde a tu oración
3)    En cada dificultad el poder de Dios resplandece 
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Anexo 2: Dios transforma nuestras dificultades en milagros. 
En todo tiempo acude al poder de Dios.  
La palabra de Dios nos enseña de manera clara y contundente que es la
presencia del Señor donde somos renovados y transformados por su
poder, y es quien transforma nuestras dificultades en poderosos
milagros. Veamos Salmo 138:2-3  
“Me inclinaré mirando hacia tu templo santo, y alabaré tu nombre por
tu misericordia y tu fidelidad; porque tu nombre has engrandecido, y tu
palabra sobre todas las cosas. El día que clamé, me respondiste; y me
diste nuevas fuerzas en mi alma”. 
En este salmo escrito por David, el Espíritu Santo nos enseña varias
cosas respecto a la búsqueda de la presencia de Dios. En primer lugar,
observamos que cuando decidimos buscar la presencia del Señor,
nuestro ser empieza a experimentar una transformación y renovación,
pues Dios es vida, él ministra su fuerza y poder a todo aquel que se
expone a su poderosa presencia. 
Nuestro corazón inicia una verdadera transformación, y nuestra fe se
restaura de modo que podemos creer en que el Señor será quien
transforme nuestras adversidades y dificultades en milagros.  Es una fe
osada y valiente, renovada en Dios.   
Debemos recordar aquí también, que el salmista dijo: “En tu presencia
hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”, según el libro
de los Salmos 16:11. Todo aquel que entra en la presencia de Dios es
bendecido y transformado por su poder.    
Volviendo al Salmo 138:2-3, podemos observar en el texto varias
palabras que nos permiten ver la vida de búsqueda del rey David por la
presencia de Dios.    
Frases o términos como: “Me postraré” “alabaré” “clamé”, nos muestran
que David entraba en la presencia de Dios, y es allí cuando él dice: “Me
fortaleciste con vigor en mi alma”. Dios transforma nuestra actitud de fe
para confiar en sus milagros. 
Cuando vemos los diversos testimonios de la palabra de Dios, podemos
concluir que cuando te sientas desfallecer, cuando veas que el desánimo
se levanta o viene contra ti, acude al Señor Jesucristo en oración; como
lo hacía David, póstrate, alaba y clama a Dios, y de él vendrán nuevas
fuerzas. 
Dios renovará tu fe, tu esperanza, él te fortalecerá y te ayudará a
perseverar y vencer todo obstáculo del camino. Recuerda: Dios tiene el
poder para transforma nuestras dificultades en milagros.       
Creo que es interesante recordar aquí, que cuando los pilotos de los
aviones comerciales son avisados por sus radares que por delante tienen
una tormenta, por lo general no la atraviesan, sino que vuelan sobre ella
usando la fuerza de sus motores. Dios nos da la estrategia para superar
toda adversidad.   
Así que, ve a la presencia del Señor, fortalécete en su poder, y superarás
toda tormenta y obstáculo, él nunca te dejará avergonzado, en Cristo
eres más que vencedor.     
Al considerar la trayectoria de nuestra vida hasta hoy, sin duda, es
evidente la protección y provisión de Dios, él ha sido fiel y seguirá
siéndolo. Renuévate en Dios, entra en su presencia y permite que su
poder y fuerza vengan sobre ti, no tengas temor de reconocer delante de
Dios tus debilidades y agotamiento; él es tu fuerza y refugio. 
Ante todo desafío u obstáculo, habla con Dios, él tomará tu situación en
sus manos, él hará lo mejor en tu vida. Pide al Señor nuevas fuerzas, y él
te dará en abundancia, pues él desea que perseveres y avances hacia la
meta que te ha preparado. 
Durante el ministerio de Jesús con sus discípulos, se levantaron
tormentas en el mar, enemigos vinieron a tentarle, otros procuraban su
caída, etc, pero siempre el Señor confió en su Padre celestial. No importa
el tamaño del problema, Dios transforma nuestras dificultades en
milagros. 
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si
tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de
aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” Evangelio según San
Mateo 17:20. 

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