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El Grito

Abog. Hugo Daniel Silva Quevedo

«Los hombres gritan para no oírse».


-Miguel de Unamuno-

El grito es una vocalización ruidosa en la que el aire pasa a través de las


cuerdas vocales con mayor fuerza que se utiliza en la vocalización ordinario o
cierre a distancia. Aunque técnicamente este proceso puede ser realizado por
cualquier criatura que posea pulmones, por lo general los términos anteriores
se aplican específicamente a la vocalización humana.

El grito generalmente se utiliza en situaciones emocionales tales como el


miedo, sorpresa, felicidad, peligro, dolor, entre otros. Algunas personas gritan
por que consideran que así logran imponer su postura o punto de vista.

Es importante comprender que no por que uno grita tiene la razón, gritar
no es una manera adecuada de comunicarse, gritar es una falta de respeto, el
que grita solo hace ruido, y muchas veces hiere y lastima a las personas a
quienes se les grita.

Una persona que grita para imponer su autoridad es una persona


insegura que se rebaja a sí misma, los que gritan a las personas indefensas o
subordinadas, son personas que en la vida seguramente también gritan a sus
seres queridos, las personas educadas no gritan se comunican, exponen sus
ideas, escuchan otras ideas, es decir, no se imponen a los gritos.

El grito es un acto de cobardía, quien grita busca que se le obedezca por


miedo no por que convence con lo que está diciendo, muchas veces ni siquiera
se entiende lo que te gritan solo se escucha el grito y este de por si es
atemorizante.

El grito es un acto donde uno está ocultando sus inseguridades, su


bajeza, sus miedos, su ignorancia hacia ciertos temas. Gritar por placer es una
enfermedad, en un principio se humilla a quien se grita y se está haciéndole
sentir mal, es en ese momento que la persona ya no te escucha y se crea una
barrera que los distancia.

Gritar no es saludable para las relaciones y nunca tendrá nada positivo


ni a corto ni a largo plazo, es perjudicial para las relaciones, no es una forma
constructiva de lidiar con una situación difícil, sin embargo, cada persona se
involucra en gritar.

Los gritos no son saludables en las relaciones de hecho rompe las


comunicaciones y la cercanía de las personas, son el reflejo de una
inestabilidad emocional, a pesar de los intentos desesperados de mostrar
fuerza y dominio en la situación, los gritos muestran todo lo contrario.

Los gritos no aportan nada y, aunque todos alguna vez caemos en la


tentación de subir el volumen de nuestra voz, no por eso deja de ser un error,
por ello es importante ensayar una manera de reeducarse para no gritar,
cuando exista un conflicto de intereses es cuando menos se debe gritar porque
esto exaltaría los ánimos de quienes están llevando una conversación, es
importante serenarse, escuchar de modo a que se puedan intercambiar
opiniones y llegar a acuerdos.

Es mejor convencer con argumentos y con ideas que con gritos, por que
lo que dices en tono amable y cordial lleva toda conversación o negociación a
buen puerto y las partes involucradas quedan conformes y se sienten plenas y
agradecidas por que el dialogo se hizo en una ambiente ameno y sin pasar
ninguna zozobra.

Que no te griten es un derecho que se conquista y se defiende. Para


hacerlo, se debe comenzar por uno mismo.
Cambia de actitud

Abog. Dorian Elizabeth Martínez Romero

“Si cambia tu actitud, cambia todo a tu alrededor”


Jesús Quezada Flores

Lo más difícil para el ser humano es cambiar, ya que esto significa salir de lo
conocido para adentrarse en lo desconocido y eso para muchas personas puede resultar
complicado y a veces aterrador.

Cambiar significa hacer algo diferente, algo nuevo, algo fuera de nuestro ámbito
de control y comodidad, es decir, salir de nuestra zona de confort.

La actitud tiene que ver con la forma en la que se decide afrontar un problema o
una situación, la valoración que cada persona hace de sí misma influye en sus éxitos y
fracasos, ya que, si ese individuo tiene una actitud positiva, potenciará su capacidad
para desarrollar habilidades y aumentara el nivel de seguridad personal; mientras que, si
posee una actitud negativa, se enfocara hacia la derrota y el fracaso.

Allport, psicólogo estadounidense, consideraba las actitudes como: «Un estado


mental y nervioso de preparación, organizado a través de la experiencia, que ejerce una
influencia directiva o dinámica sobre la respuesta del individuo a todos los objetos y
situaciones con los que está relacionada».

Una actitud permite tener más probabilidades de vivir experiencias positivas y


minimiza aquellas de tener una negativa, puesto que sabemos qué estímulos nos gustan
y cuáles no previamente. Actuamos en consecuencia a nuestras actitudes nacidas de
nuestra experiencia.

Las malas actitudes dañan la vida, la forma en la que uno se desenvuelve todos
los días y la manera con la que se relaciona con los demás.
Los pensamientos negativos convierten a las personas en amargadas y
resentidas, y eso no es una sensación agradable, es por eso que es muy importante
cambiar la actitud.

Es importante la actitud en el momento de afrontar cambios, ya que de esta


depende el éxito o fracaso del mismo. El cambio significa más esfuerzo, significa salirse
de la zona cómoda y vencer la inercia que se impone con los modos adaptados de pensar
y de hacer.

La actitud es la combinación de tus pensamientos, sentimientos y acciones, que


en consecuencia determinan los resultados. Un cambio de actitud puede literalmente
cambiar tu vida. En lugar de ver cada evento difícil o desafiante como algo negativo,
con un cambio de actitud puedes verlo como algo que está destinado a enriquecer y
ayudar a crecer.

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