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DECRETO LEGISLATIVO N° 1272

Decreto Legislativo que modifica la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General y deroga la Ley N° 29060,
Ley del Silencio Administrativo/ separata especial/ decreto legislativo nº 1272

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA / POR CUANTO Que, mediante Ley N° 30506, “Ley que delega en el Poder Ejecutivo la
Facultad de legislar en materia de reactivación económica y formalización, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, agua y
saneamiento y reorganización de Petroperú S.A.”, el Congreso de la República ha delegado en el Poder Ejecutivo la facultad de
legislar en materia de reactivación económica y formalización, por el término de noventa (90) días calendario;

Que, en este sentido, el literal h) del inciso 1 del artículo 2 del citado dispositivo legal, establece modificar el marco normativo del
procedimiento administrativo general con el objeto de simplificar, optimizar y eliminar procedimientos administrativos,
priorizar y fortalecer las acciones de fiscalización posterior y sanción, incluyendo la capacidad operativa para llevarlas a
cabo; emitir normas que regulen o faciliten el desarrollo de actividades económicas, comerciales y prestación de servicios sociales en
los tres niveles de gobierno, incluyendo simplificación administrativa de los procedimientos relativos al patrimonio cultural; dictar
normas generales y específicas para la estandarización de procedimientos administrativos comunes en la administración pública con
la finalidad de hacer predecibles sus requisitos y plazos; aprobar medidas que permitan la eliminación de barreras burocráticas en los
tres niveles de gobierno; autorizar la transferencia de programas sociales mediante decreto supremo; y dictar medidas para la
optimización de servicios en las entidades públicas del Estado, coadyuvando al fortalecimiento institucional y la calidad en el servicio
al ciudadano;

Que, resulta necesario modificar la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, a efectos de optimizar la regulación
de los principios del procedimiento administrativos con el fin de tutelar el derecho de los administrados; mejorar el marco sobre
notificación electrónica para la simplificación de los procedimientos administrativos; reforzar la facultad de fiscalización posterior;
otorgar a la Presidencia del Consejo de Ministros la facultad de estandarizar procedimientos administrativos y de determinar los
procedimientos sujetos a aprobación automática; mejorar la regulación sobre el régimen de aprobación de los Textos Únicos de
Procedimiento Administrativo; optimizar el alcance de la norma concerniente a la documentación prohibida de solicitar a los
administrados; mejorar el régimen concerniente a la aprobación de los derechos de tramitación; formular una mejor regulación sobre
los silencios administrativos y sus efectos; optimizar la regulación sobre los procedimientos sancionadores; crear el marco jurídico para
la creación de procedimiento administrativos electrónicos; entre otras medidas;

Que, asimismo, el presente Decreto Legislativo incorpora un capítulo especial a la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General, que resulta una novedad en la legislación peruana concerniente a las reglas comunes de la “Actividad Administrativa de
Fiscalización”, que contiene los derechos y deberes de los administrados en el marco de las acciones de fiscalización, así como las
facultades y deberes de la administración;

Que, finalmente, se deroga la Ley N° 29060, Ley del Silencio Administrativo, toda vez que el régimen sobre los silencios
administrativos ha sido incorporado a la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General;

Que, de conformidad con lo establecido en el literal h) del inciso 1 del artículo 2 de la Ley Nº 30506 y el artículo 104 de Constitución
Política del Perú;

Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros; y Con cargo a dar cuenta al Congreso de la República; Ha dado el Decreto
Legislativo siguiente: DECRETO LEGISLATIVO QUE MODIFICA

LA LEY Nº 27444, LEY DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL Y DEROGA / LA LEY Nº 29060, LEY DEL SILENCIO
ADMINISTRATIVO

Artículo 1. Objeto

El presente Decreto Legislativo tiene por objeto modificar la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General; y derogar la
Ley N° 29060, Ley del Silencio Administrativo.

Artículo 2. Modificación de los artículos I, II, IV del Título Preliminar y los artículos 5, 6, 7, 11, 18, 20, 30, 31, 32, 36, 37, 38, 40, 41, 42,
44, 45, 47, 48, 49, 55, 63, 67, 74, 75, 76, 77, 88, 105, 110, 111, 115, 116, 125, 126, 131, 135, 136, 138, 156, 160, 188, 189, 193, 202,
203, 206, 207, 211, 216, 218, 228, 229, 230, 232, 233, 234, 235, 236, 236-A y 239 de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General.

Modifícanse los artículos I, II, IV del Título Preliminar y los artículos 5, 6, 7, 11, 18, 20, 30, 31, 32, 36, 37, 38, 40, 41, 42, 44, 45, 47, 48,
49, 55, 63, 67, 74, 75, 76, 77, 88, 105, 110, 111, 115, 116, 125, 126, 131, 135, 136, 138, 156, 160, 188, 189, 193, 202, 203, 206, 207,
211, 216, 218, 228, 229, 230, 232, 233, 234, 235, 236, 236-A y 239 de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General,
en los términos siguientes:

“Artículo I. Ámbito de aplicación de la ley


La presente Ley será de aplicación para todas las entidades de la Administración Pública.

Para los fines de la presente Ley, se entenderá por “entidad” o “entidades” de la Administración Pública:

1. El Poder Ejecutivo, incluyendo Ministerios y Organismos Públicos;

2. El Poder Legislativo;

3. El Poder Judicial;

4. Los Gobiernos Regionales;

5. Los Gobiernos Locales;

6. Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren autonomía.

7. Las demás entidades, organismos, proyectos especiales, y programas estatales, cuyas actividades se realizan en virtud de
potestades administrativas y, por tanto se consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo mandato expreso de ley
que las refiera a otro régimen; y,

8. Las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejercen función administrativa, en virtud de
concesión, delegación o autorización del Estado, conforme a la normativa de la materia.

Los procedimientos que tramitan las personas jurídicas mencionadas en el párrafo anterior se rigen por lo dispuesto en la presente
Ley, en lo que fuera aplicable de acuerdo a su naturaleza privada.”

“Artículo II.- Contenido

1. La presente Ley contiene normas comunes para las actuaciones de la función administrativa del Estado y, regula todos los
procedimientos administrativos desarrollados en las entidades, incluyendo los procedimientos especiales.

2. Las leyes que crean y regulan los procedimientos especiales no podrán imponer condiciones menos favorables a los administrados
que las previstas en la presente Ley.

3. Las autoridades administrativas, al reglamentar los procedimientos especiales, cumplirán con seguir los principios administrativos,
así como los derechos y deberes de los sujetos del procedimiento, establecidos en la presente Ley.”

“Artículo IV. Principios del procedimiento administrativo

1. El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes principios, sin perjuicio de la vigencia de otros
principios generales del Derecho Administrativo:
1.1. Principio de legalidad.- Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y al derecho, dentro
de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas.
1.2. Principio del debido procedimiento.- Los administrados gozan de los derechos y garantías implícitos al debido
procedimiento administrativo. Tales derechos y garantías comprenden, de modo enunciativo mas no limitativo, los derechos a ser
notificados; a acceder al expediente; a refutar los cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar alegatos complementarios; a
ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la palabra, cuando corresponda; a obtener una decisión motivada, fundada en
derecho, emitida por autoridad competente, y en un plazo razonable; y, a impugnar las decisiones que los afecten. La institución del
debido procedimiento administrativo se rige por los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal
es aplicable solo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
1.3. Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el procedimiento y ordenar la
realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
1.4. Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen obligaciones, califiquen infracciones,
impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y
manteniendo la debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que respondan a lo
estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
1.5. Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de discriminación entre los
administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento
jurídico y con atención al interés general.
1.6. Principio de informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma favorable a la admisión y
decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de
aspectos formales que puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de terceros o
el interés público.
1.7. Principio de presunción de veracidad.- En la tramitación del procedimiento administrativo, se presume que los documentos
y declaraciones formulados por los administrados en la forma prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos
afirman. Esta presunción admite prueba en contrario.
1.8. Principio de buena fe procedimental.- La autoridad administrativa, los administrados, sus representantes o abogados y, en
general, todos los partícipes del procedimiento, realizan sus respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la
colaboración y la buena fe. La autoridad administrativa no puede actuar contra sus propios actos, salvo los supuestos de revisión de
oficio contemplados en la presente Ley. Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse de modo tal que
ampare alguna conducta contra la buena fe procedimental.
1.9. Principio de celeridad.- Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de tal modo que se dote al trámite
de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos,
a fin de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere
el ordenamiento.
1.10. Principio de eficacia.- Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el cumplimiento de la finalidad
del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la
decisión final, no disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados. En todos los supuestos de
aplicación de este principio, la finalidad del acto que se privilegie sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al marco
normativo aplicable y su validez será una garantía de la finalidad pública que se busca satisfacer con la aplicación de este principio.
1.11. Principio de verdad material.- En el procedimiento, la autoridad administrativa competente deberá verificar plenamente los
hechos que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual deberá adoptar todas las medidas probatorias necesarias autorizadas por
la ley, aun cuando no hayan sido propuestas por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas.
En el caso de procedimientos trilaterales la autoridad administrativa estará facultada a verificar por todos los medios disponibles la
verdad de los hechos que le son propuestos por las partes, sin que ello signifique una sustitución del deber probatorio que
corresponde a estas. Sin embargo, la autoridad administrativa estará obligada a ejercer dicha facultad cuando su pronunciamiento
pudiera involucrar también al interés público.
1.12. Principio de participación.- Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los administrados para acceder
a la información que administren, sin expresión de causa, salvo aquellas que afectan la intimidad personal, las vinculadas a la
seguridad nacional o las que expresamente sean excluidas por ley; y extender las posibilidades de participación de los administrados y
de sus representantes, en aquellas decisiones públicas que les puedan afectar, mediante cualquier sistema que permita la difusión, el
servicio de acceso a la información y la presentación de opinión.
1.13. Principio de simplicidad.- Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser sencillos, debiendo
eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se
persigue cumplir.
1.14. Principio de uniformidad.- La autoridad administrativa deberá establecer requisitos similares para trámites similares,
garantizando que las excepciones a los principios generales no serán convertidos en la regla general. Toda diferenciación deberá
basarse en criterios objetivos debidamente sustentados.
1.15. Principio de predictibilidad o de confianza legítima .- La autoridad administrativa brinda a los administrados o sus
representantes información veraz, completa y confiable sobre cada procedimiento a su cargo, de modo tal que, en todo momento, el
administrado pueda tener una comprensión cierta sobre los requisitos, trámites, duración estimada y resultados posibles que se
podrían obtener. Las actuaciones de la autoridad administrativa son congruentes con las expectativas legítimas de los administrados
razonablemente generadas por la práctica y los antecedentes administrativos, salvo que por las razones que se expliciten, por escrito,
decida apartarse de ellos. La autoridad administrativa se somete al ordenamiento jurídico vigente y no puede actuar arbitrariamente.
En tal sentido, la autoridad administrativa no puede variar irrazonable e inmotivadamente la interpretación de las normas aplicables.
1.16. Principio de privilegio de controles posteriores .- La tramitación de los procedimientos administrativos se sustentará en
la aplicación de la fiscalización posterior; reservándose la autoridad administrativa, el derecho de comprobar la veracidad de la
información presentada, el cumplimiento de la normatividad sustantiva y aplicar las sanciones pertinentes en caso que la información
presentada no sea veraz.
1.17. {.- La autoridad administrativa ejerce única y exclusivamente las competencias atribuidas para la finalidad prevista en las
normas que le otorgan facultades o potestades, evitándose especialmente el abuso del poder, bien sea para objetivos distintos de los
establecidos en las disposiciones generales o en contra del interés general. 1.18. Principio de
responsabilidad.- La autoridad administrativa está obligada a responder por los daños ocasionados contra los administrados como
consecuencia del mal funcionamiento de la actividad administrativa, conforme lo establecido en la presente ley. Las entidades y sus
funcionarios o servidores asumen las consecuencias de sus actuaciones de acuerdo con el ordenamiento jurídico. 1.19.
Principio de acceso permanente.- La autoridad administrativa está obligada a facilitar información a los administrados que son
parte en un procedimiento administrativo tramitado ante ellas, para que en cualquier momento del referido procedimiento puedan
conocer su estado de tramitación y a acceder y obtener copias de los documentos contenidos en dicho procedimiento, sin perjuicio del
derecho de acceso a la información que se ejerce conforme a la ley de la materia.

2. Los principios señalados servirán también de criterio interpretativo para resolver las cuestiones que puedan suscitarse en la
aplicación de las reglas de procedimiento, como parámetros para la generación de otras disposiciones administrativas de carácter
general, y para suplir los vacíos en el ordenamiento administrativo.

La relación de principios anteriormente enunciados no tiene carácter taxativo.”


De las modificaciones realizadas por el Decreto Legislativo 1272 respecto de los principios del procedimiento administrativo
general

La Ley del Procedimiento Administrativo General – Ley  Nº 27444, en adelante LPAG- establecía como
principios rectores del procedimiento administrativo general, Artículo IV del Título Preliminar hoy modificado
por el Decreto Legislativo Nº 1272,  los siguientes: 1) Principio de Legalidad, 2) Principio del debido
procedimiento, 3) Principio de impulso de oficio, 4) Principio de razonabilidad, 5) Principio de imparcialidad,
6) Principio de informalismo, 7) Principio de presunción de veracidad, 8) Principio de conducta procedimental,
9) Principio de celeridad, 10) Principio de eficacia, 11) Principio de verdad material, 12) Principio de
participación, 13) Principio de simplicidad, 14) Principio de uniformidad, 15) Principio de predictibilidad y 16)
Principio de privilegio de controles posteriores.

Vale señalar que los numerales 1 y 2 del antes mencionado artículo son claros en señalar que el procedimiento
administrativo se sustenta fundamentalmente en los principios antes mencionados sin perjuicio de la vigencia de
otros principios generales del Derecho Administrativo; disposición que se complementa con el carácter no
taxativo establecido en el numeral 2, último párrafo.

A través del Decreto Legislativo Nº 1272, publicado en el Diario Oficial “El Peruano” con fecha 21 de
diciembre del 2016, se han incorporado una serie de modificaciones a la LPAG; es importante señalar que la
mayoría de cambios son recogidos del Anteproyecto de Ley que propone la modificación de la Ley 27444,
Resolución Ministerial N° 0115-2014-JUS, publicada el 13 de marzo del 2014. Así en cuanto a los principios
tenemos:

 Modificaciones a los principios de debido procedimiento, de conducta procedimental (hoy principio de


buena fe procedimental) y predictibilidad (consignado por la modificatoria como principio de
predictibilidad o de confianza legítima).

 Incorporación de los principios de ejercicio legítimo del poder, de responsabilidad y de acceso


permanente.

De las modificaciones realizadas

 Principio del debido procedimiento[1]: Es en virtud a la modificación realizada que se establecen ciertas
condiciones que las Administraciones deben considerar; así pues la mención de garantías asociadas al debido
procedimiento tiene por finalidad un mejor entendimiento de su contenido, y una mayor atención a aquellas
garantías que en la práctica se vienen desconociendo por ciertas administraciones; tales como acceso al
expediente – aspecto que ha merituado incluso la incorporación de un principio que engloba este aspecto- a la
presentación de alegatos complementarios, a la solicitud de uso de la palabra en tanto corresponda, a un plazo
razonable para que la autoridad competente emita una decisión motivada y a la impugnación de las decisiones
que afecten al administrado.

 Principio de buena fe procedimental, antes principio de conducta procedimental[1]: La modificación no supone


en la práctica más que disponer como una práctica adicional a la buena fe procedimental la prohibición de que
los partícipes del procedimiento actúen contra sus propios actos. Importante resulta la precisión de que dicha
prohibición no alcanza a la autoridad administrativa siempre que se encuentre frente a los supuestos que la
norma ha establecido para la revisión de oficio (véanse artículos del 201 al 205 de la LPAG).

 Principio de predictibilidad o de confianza legítima, antes principio de predictibilidad[2]: La disposición


normativa establece la garantía del administrado de conocer – con certeza y durante todo el desarrollo del
procedimiento- los requisitos, trámites, duración del procedimiento y resultados posibles del mismo; reglas
fundamentales que le permitan saber con anticipación los pasos a tomar o resultados a recibir.
Es importante caer en la cuenta que el principio modificado establece una serie de  obligaciones a la
Administración Pública, relevantes para la predictibilidad; así, por un lado, obliga a que las actuaciones   de la
autoridad administrativa se mantengan en la “línea conductual” que la institución ha trazado en la práctica a lo
largo del tiempo a través de sus decisiones y actos; elementos que componen antecedentes administrativos que
otorgan al administrado la seguridad de que ante similares supuestos se obtendrán iguales resultados.

Sin embargo, existe la posibilidad de que la Administración varíe y se parte de la interpretación y actuaciones
que haya fijado en sus antecedentes; circunstancia en la que se le impone como requisito que la decisión de
cambio – por escrito-  resulte razonable, no arbitraria y se encuentre debidamente motivada y fundada en
razones que la expliquen.

De la inclusión de nuevos principios

.Principio del ejercicio legítimo del poder[3]: Desde siempre ha sido una preocupación el garantizar que la
Administración Pública tenga como norte y límite de actuación fundamental la atención del interés público. El
ejercicio legítimo del poder de acuerdo al principio incorporado obedece a ciertos límites – cuya inobservancia
supone un abuso del mismo – tales como: i) Actuación en base a las competencias legalmente atribuidas; y, ii)
Ejercicio de competencias en atención a la finalidad prevista, respondiendo exclusivamente al interés general y
los objetivos que nuestro ordenamiento han fijado para dicha entidad.

.Principio de responsabilidad[1]: En la línea de generar un régimen de actuación administrativa que suponga un


ejercicio legítimo de poder y un marco de acción legalmente establecido; importa fijar el que en aquellos
supuestos donde la autoridad administrativa lesione derechos o bienes de las personas, a propósito del
funcionamiento de actividad administrativa, exista una obligación de responder por los mismos.

Resulta relevante que se señalen claramente, a través de nuestro ordenamiento, aquellas situaciones pero sobre
todo consecuencias que las entidades y sus funcionarios o servidores deberán asumir; a propósito del presente
principio.

.Principio de acceso permanente[2]: Es importante mencionar que el elevar esta garantía a favor del
administrado al nivel de principio supuso también una modificación del artículo 160º de la LPAG. Así pues este
nuevo principio impone una obligación a la Administración Pública de facilitar toda información del
procedimiento a los administrados que son parte de él; lo que además supone el acceso y la obtención de copias
de los documentos generados en el marco del procedimiento.

Su incidencia en el antes mencionado artículo 160º (“Acceso a la información del expediente”) ha reforzado las
disposiciones contenidas en el artículo previas al Decreto Legislativo Nº 1272 tales como la solicitud de acceso
al expediente de forma verbal, su concesión inmediata, en la oficina en que se encuentre el expediente aunque
no sea la unidad de recepción documental y sin que medie resolución expresa. No siendo necesario hoy,
conforme a la modificación normativa incorporada recientemente, que la solicitud de acceso se tramite a través
del procedimiento de transparencia y acceso a la información pública. [1]
“1.2. Principio del debido procedimiento.- Los administrados gozan de los derechos y garantías implícitos al
debido procedimiento administrativo. Tales derechos y garantías comprenden, de modo enunciativo mas no
limitativo, los derechos a ser notificado; a acceder al expediente; a refutar los cargos imputados; a exponer
argumentos y a presentar alegatos complementarios, a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la
palabra, cuando corresponda; a obtener una decisión motivada fundada en derecho emitida por autoridad
competente y en un plazo razonable; y, a impugnar las decisiones que nos afecten. La institución del debido
procedimiento administrativo se rige por los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del
Derecho Procesal es aplicable solo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo. (…)” (El resaltado
en negrita obedece a las modificaciones que lo diferencian del texto original modificado.)
[2] “(…)1.8 Principio de buena fe procedimental.-La autoridad administrativa, los administrados, sus representantes o
abogados y, en general, todos los participes del procedimiento, realizan sus respectivos actos procedimentales guiados
por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe, no pudiendo actuar contra sus propios actos, salvo los supuestos
de revisión de oficio contemplados en la presente ley. Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede
interpretarse de modo tal que ampare alguna conducta contra la buena fe procedimental. (…)” (El resaltado en
negrita obedece a las modificaciones que lo diferencian del texto original modificado).

[3] (…)1.15. Principio de predictibilidad o de confianza legítima.-La autoridad administrativa brinda a los
administrados o sus representantes información veraz, completa  y confiable sobre cada procedimiento a su cargo, de
modo tal que, en todo momento, el administrado pueda tener una comprensión cierta sobre los requisitos, trámites,
duración estimada y resultados posibles que se podrían obtener.

Las actuaciones de la autoridad administrativa serán congruentes con las expectativas legítimas de los administrados
razonablemente generadas por la práctica y los antecedentes administrativos, salvo que por las razones que se
expliciten, por escrito, decida apartarse de ellos.

La autoridad administrativa se somete al ordenamiento jurídico vigente y no podrá actuar arbitrariamente. En tal
sentido, la autoridad administrativa no podrá variar irrazonable e inmotivadamente la interpretación de las normas
aplicables. (…)” (El resaltado en negrita obedece a las modificaciones que lo diferencian del texto original
modificado.)

[4] “(…)1.17 Principio del ejercicio legítimo del poder.- La autoridad administrativa ejercerá ú nica y
exclusivamente las competencias atribuidas para la finalidad prevista en las normas que le otorgan facultades o
potestades, evitá ndose especialmente el abuso del poder, bien sea para objetivos distintos de los establecidos en
las disposiciones generales o en contra del interés general (…)”

[5] “(…) 1.18 Principio de responsabilidad.- La autoridad administrativa está obligada a responder por las lesiones a
los derechos o bienes de las personas ocasionados como consecuencia del funcionamiento de la actividad
administrativa. Las entidades y sus funcionarios o servidores asumirán las consecuencias de sus actuaciones de
acuerdo con el ordenamiento jurídico (…)”

[6] “(…)1.19 Principio de acceso permanente.- La autoridad administrativa está obligada a facilitar a los
administrados que son parte en un procedimiento administrativo tramitado ante ellas para que en cualquier
momento del referido procedimiento puedan conocer su estado de tramitación y a acceder y obtener copias de los
documentos contenidos en dicho procedimiento (…)”.

NORMATIVA REVISADA Y BIBLIOGRAFÍA

 Ley del Procedimiento Administrativo General.


 Decreto Legislativo Nº 1272.
 Resolución Ministerial N° 0115-2014-JUS
 BREWER-CARÍAS, Allan, “Sobre los principios del procedimiento Administrativo”, en: Comentarios a la
jurisprudencia de derecho administrativo del tribunal constitucional peruano (2000-2010), Ediciones Legales,
Lima, 2012.
 CAIRAMPOMA ARROYO, Alberto (Director) y DIAZ MONTALVO, Jorge “Guía práctica del anteproyecto de
modificación de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General”. MINJUS – GTZ. Lima, 2014.

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