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El Aprendizaje en La Era Digital Nuevos Escenarios para El Mundo Conectado PDF
El Aprendizaje en La Era Digital Nuevos Escenarios para El Mundo Conectado PDF
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Ada Czerwonogora
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INTRODUCCIÓN
En el año 2004, George Siemens (México, 1964) publica un artículo considerado fundacional
de una teoría de aprendizaje pensada específicamente para la era digital: el conectivismo.
Antes de constituirse como una verdadera «teoría» sobre el aprendizaje, el conectivismo
fue una idea surgida y desarrollada a través de muchas instancias de intercambio y discu-
sión en la red por parte de quien se considera su «creador» (a partir del artículo fundacional
mencionado), con diversos actores. Entre ellos, Stephen Downes (Montreal, 1959), resulta
un referente ineludible.
De alguna manera, la gestación de esta teoría hace honor a su propia definición, ya que
el conectivismo se basa en la premisa de que aprendemos haciendo conexiones con otras
personas, conceptos e ideas. Esas conexiones pueden ser de diversos tipos: de tipo social,
«cara a cara», o tecnológicas. Como el conocimiento es una red y se construye como tal, el
aprendizaje se basa en nuestra capacidad para formar esas conexiones y construir dichas
redes. Siemens (2005) enfatiza en el efecto de la tecnología en la forma en que vivimos,
236 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
EL CONECTIVISMO
últimos veinte años, decía Siemens (a los que ya debemos agregar otros 10) la tecnología
ha reorganizado la forma en la que vivimos, nos comunicamos y aprendemos. Como bien
señala este autor, dado que las teorías de aprendizaje comparten muchos atributos y las
nuevas se construyen progresivamente sobre las existentes, cualquier consideración sobre
el aprendizaje requiere la revisión de dichas teorías (Siemens 2008). Estas teorías mencio-
nadas no incluyen el aprendizaje que es procesado y almacenado por la tecnología, es decir,
aquel que ocurre por fuera de los individuos, ni el aprendizaje que se da en el interior de las
organizaciones como entidades capaces de aprender.
En el mundo de internet, un mundo conectado donde la información es abundante, vale
la pena explorar la forma en que adquirimos esa información y particularmente, es necesa-
rio evaluar rápidamente si vale la pena aprender o no. Aparece entonces la capacidad de
sintetizar y reconocer esas conexiones como una cualidad importante a desarrollar.
La visión de las teorías de aprendizaje a través del lente de la tecnología plantea nuevas
preguntas relevantes. Cuando las condiciones ligadas a estas teorías han experimentado
cambios verdaderamente significativos, ya no es posible continuar revisándolas para lograr
su evolución. Siemens (2005) propone que llegado este punto es necesario un enfoque ver-
daderamente diferente, que dé cuenta de algunas de las preguntas que es necesario explorar
con relación a las teorías de aprendizaje y el impacto de la tecnología y las ciencias del caos
y de las redes en el aprendizaje:
El conectivismo como teoría presenta un modelo que refleja una sociedad en la que el
aprendizaje ya no es una actividad individual. Ahora se trata de reconocer el hecho de que
los modos de aprender y su función se alteran cuando se utilizan nuevas herramientas.
Siemens es crítico con los educadores por su lentitud para reconocer tanto el impacto de las
nuevas herramientas de aprendizaje como los cambios del entorno en el que tiene lugar el
aprendizaje. El conectivismo es el fundamento teórico de las habilidades de aprendizaje y la
tarea necesaria para que los estudiantes prosperen en la era digital.
238 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
Curriculum 2.0 Edison (2007) El curriculum se negocia y está guiado por las
necesidades del aprendiz, está personalizado y
se basa en dotar a los aprendices de habilidades
para la gestión y acceso al conocimiento y de es-
tar bajo el control de sus propias rutas y selec-
ción de aprendizaje.
Según Siemens las ecologías son entornos de conocimiento compartido, fomentando las
conexiones y fuentes de conocimiento, dando lugar a la circulación de éste. Son libres,
inarticuladas, dinámicas, adaptables, confusas y caóticas. Por eso habla de un organismo
vivo (Santamaría 2006).
Ante este ecosistema de aprendizaje cabe preguntarse ¿cómo influye la ecología de las
redes personales? Siemens enfatiza en la libertad de elección para utilizar diferentes siste-
mas y herramientas que satisfagan las necesidades de cada persona y que se perciban por
su facilidad de uso. Esta idea puede extrapolarse a través del marco (framework) que el
aprendiz desarrolla a través de su entorno personal en red (Personal Learning Network, ver
más adelante) dentro de un ecosistema institucional más amplio, por ejemplo, un entorno
242 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
personal de aprendizaje (PLE, ver más adelante). Este entorno personal puede, a su vez,
interconectarse con otros PLE (Santamaría 2006).
Un elemento clave en el conectivismo consiste en comprender que las decisiones están
basadas en principios que cambian rápidamente y que continuamente se está adquiriendo
nueva información. Por este motivo resulta vital la capacidad para distinguir cuál es la
información relevante y también la capacidad para reconocer aquella información nueva
que altera el escenario de las decisiones tomadas previamente.
Algunos principios del conectivismo, según los señala Siemens (2005):
Un aspecto que merece ser mencionado, que quizá no fue considerado por otras teorías
previamente, se refiere al aprendizaje en las organizaciones, que adquiere una relevancia
particular en este caso debido a su vinculación con el flujo de información. El conectivismo,
como señala Siemens (2005), considera la importancia del desafío que implica para las
empresas el manejo efectivo de ese flujo de información. El conocimiento que se encuentra
en las bases de datos debe conectarse en el momento justo con la personas indicadas para
poder ser clasificado como aprendizaje. En una economía del conocimiento, dice Siemens
(2005), el flujo de información es como la tubería de crudo en la economía industrial y
resulta una actividad clave de la organización crear, preservar y utilizar ese flujo: la salud
de la ecología de aprendizaje de una organización depende de la alimentación efectiva del
flujo de información.
¿Cómo mantener vivo el ciclo de desarrollo del conocimiento desde el individuo a la
organización, pasando por la red? El punto de partida del conectivismo es el individuo, cuyo
conocimiento personal está comprendido en la red, que alimenta las organizaciones e ins-
tituciones; éstas a su vez retroalimentan la red, que continúa alimentando el aprendizaje y
manteniendo actualizado al individuo a través de sus conexiones. Vale destacar aquí una
idea central del trabajo de Siemens (2005): «La tubería es más importante que su conteni-
do. Nuestra habilidad para aprender lo que necesitamos mañana es más importante que lo
que sabemos hoy.»
CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL: NUEVOS ESCENARIOS PARA EL MUNDO CONECTADO // 243
Podemos decir entonces que las ideas inherentes al conectivismo tienen aplicación en
diversos órdenes de la vida que trascienden al aprendizaje e incluyen la administración y el
liderazgo (gestión y organización de recursos), la administración del conocimiento personal
en relación con el conocimiento organizacional, y el diseño de ambientes de aprendizaje,
entre otros. Además del mencionado trabajo original de Siemens (2005), debe considerarse
también el texto de «Conociendo el conocimiento» (Siemens 2006). Este trabajo, pensado
con la forma de una wiki en progreso, profundiza en la visión del autor, quien no concibe los
libros como objetos acabados sino como notas en red, conversaciones, sistemas interactivos.
Calvani (2009) lo describe como un trabajo anticonvencional, estéticamente agradable y
estimulante, con un estilo vivo y gráficos divertidos, caracterizado por frecuentes aforismos
y metáforas.
La propuesta de aprendizaje del conectivismo pretende dar cuenta de los ejemplos de
interconexión entre aprendizaje y conocimiento producto de las interacciones entre ambos
en el último siglo, marcando la diferencia de las redes como elementos adaptativos, fluidos
y que aumentan fácilmente de tamaño y alcance. Las redes reflejan estructura, mientras
que una jerarquía impone la estructura. Esa imposición de las jerarquías, a diferencia de las
redes y las ecologías, no permiten una rápida adaptación a las tendencias ajenas a su
estructura establecida. En los últimos veinte o treinta años, han ganando terreno a este
modelo unidireccional uno alternativo que permite y proporciona nuevos métodos de co-
nexión y de retroalimentación de la información con la fuente original.
CRÍTICAS AL CONECTIVISMO
Hemos abordado el conectivismo en forma más o menos exhaustiva debido a que cons-
tituye la propuesta que mayor impacto ha tenido en los últimos años en la educación en
línea en particular y en el uso de las TIC en la educación en general. Si bien no es el objetivo
de este capítulo analizar si el conectivismo constituye o no una teoría de aprendizaje (como
veremos en las apreciaciones a continuación), parece relevante dar cuenta de algunas de
las objeciones que ha recibido como forma de proponer una mirada crítica de su visión.
Verhagen (2006) afirmaba que el conectivismo no es tanto una teoría del aprendizaje
sino una visión pedagógica de la educación con la aparente filosofía subyacente de que los
aprendices necesitan, desde temprana edad, crear conexiones con el mundo que rodea la
escuela para desarrollar las habilidades sociales que les permitirán manejar su conocimien-
to en forma efectiva y eficiente en la sociedad de la información. Según Verhagen (2006),
las preguntas que Siemens presenta no se ubican en el nivel instruccional sino en el de
curriculum. El primero se cuestiona cómo ocurre el aprendizaje y las teorías sobre éste que
son relevantes a ese nivel. El segundo apunta a qué se aprende y por qué. En ese nivel el
conectivismo de Siemens representa sus visiones sobre un desarrollo estructurado del co-
nocimiento que encaja en los tiempos que corren y el tipo de habilidades de información
que los alumnos deben adquirir para conseguirlo. Siemens encuentra defectos en las teo-
rías que se concentran en el proceso de aprendizaje del individuo. Aquí se equivoca Siemens,
dice Verhagen, quien encuentra una falla en el nivel del curriculum con teorías que no
pertenecen a ese nivel.
Mencionamos más arriba a Calvani (2009) quien nos brinda una breve descripción sobre
el libro de Siemens. Sin embargo, dejamos para esta sección las críticas de este autor sobre
dicho libro: «Pero el lector que busque una visión orgánica o instrucciones fácilmente trans-
feribles a un contexto de trabajo real, ser verá decepcionado: el trabajo, declaradamente
caótico, tiene el carácter de un bricolage creativo, en el cual superposiciones, incongruen-
cias, sugerencias abiertas son parte del juego» (Calvani 2009: 247). De hecho, el trabajo
de Calvani es crítico desde su mismo título, en que se pregunta si el conectivismo constitu-
244 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
ye un nuevo paradigma o es un fascinante popurrí. Por otra parte, señala que la contribu-
ción teórica de Downes «An introduction to connective knowledge»1 parece más consistente
y críticamente astuta. El conocimiento conectivo se indica en ese trabajo como una forma
de conocimiento distribuido cuya marca distintiva consiste en que la propiedad de una
entidad se convierte también en la propiedad de otra, de forma que también la interacción
entre las entidades entra en juego. Según Calvani, en Downes aparece en forma marcada la
conciencia del estado crítico del conocimiento, el colapso de las certezas, un fuerte sentido
del relacionismo cognitivo, la idea de que el conocimiento nunca es directo y que lo que
sabemos del mundo es siempre una interpretación, con fenómenos de prominencia, infe-
rencia y emergencia o eclosión (por ejemplo, la ola que percibimos es en realidad el resul-
tado de otro fenómeno a un nivel inferior).
Kop y Hill (2008 y referencias citadas allí), repasan varios de los escritos que critican el
conectivismo, especialmente en el sentido de si se trata o no de una teoría de aprendizaje.
Señalan «el inicio de un período de discontinuidad radical» (Kerr 2007). La discontinuidad
de Kerr se refiere a la variedad de aplicaciones que ofrece la nueva web que permiten
potenciar la experiencia educativa del aprendiz, en la que los más jóvenes suelen mostrarse
más predispuestos a internarse. Como contrapartida, esta situación puede generar friccio-
nes con las instituciones y particularmente, con educadores adultos que no han sido ex-
puestos o no han explorado suficientemente las tecnologías en su práctica y por lo tanto no
se sienten cómodos con ellas. Kop y Hill (2008) concluyen que es posible que se esté
produciendo un cambio de paradigma en la teoría de la educación, y que una nueva episte-
mología esté emergiendo, pero no les parece que las contribuciones del conectivismo a este
nuevo paradigma garanticen que sea tratado como una teoría separada del aprendizaje por
derecho propio. Sin embargo, afirman que el conectivismo “continúa jugando un importan-
te papel en el desarrollo y emergencia de nuevas pedagogías en las que el control está
cambiando del tutor a un aprendiz cada vez más autónomo”.
Las críticas recibidas a los escritos de Siemens y Downes han recibido en la mayor parte
de los casos réplicas por parte de los propios autores en sus respectivos espacios en línea2,
enriqueciendo de esta manera la discusión acerca de las diferentes visiones sobre el
conectivismo.
«Lo que hemos aprendido - al menos para mí - es que cooperación es mejor que colabo-
ración, que diversidad es mejor que similitud, que armonía es mejor que competencia, que
apertura es mejor que exclusividad, y que comprender la complejidad es mejor que la
reducción a la simpleza. Estos son, para mí, los opuestos de las bases sobre los que se
diseña la educación tradicional. ¿Esto hace que el conectivismo sea una teoría? En realidad,
esa pregunta es irrelevante. «Teoría» implica principios y abstracción; el conectivismo es,
en la práctica, lo opuesto a eso» (Siemens 2012: 506)
1
http://www.downes.ca/cgi-bin/page.cgi?post=33034 También incluido en Downes (2012a).
2
G. Siemens: http://www.connectivism.ca/; www.elearnspace.org/
S. Downes: http://www.downes.ca/
CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL: NUEVOS ESCENARIOS PARA EL MUNDO CONECTADO // 245
línea surgidas a partir de entonces, en las que la característica es el aula virtual. Esta aula
virtual “... se crea con medios tecnológicos e informáticos y se abastece de diferentes
tecnologías de la información para proporcionar los contenidos al alumnado, y también
diferentes tecnologías de la comunicación para ofrecer medios de comunicación a los
miembros del aula.” (Barberà Gregori y Badia Garganté 2005: 1).
En el marco de los inicios de la era de internet, los primeros sistemas que acompañaron
la enseñanza en línea (e-learning), fueron los llamados Sistemas de Gestión del Aprendizaje
o LMS por su sigla en inglés (Learning Management System), también conocidos como
Entornos Virtuales de Aprendizaje (VLE, Virtual Learning Environments). Se trata de un
software que se instala generalmente en un servidor web y es utilizado para crear, aprobar,
administrar, almacenar, distribuir y gestionar las actividades de formación virtual. Puede
usarse tanto como apoyo o complemento de clases presenciales (blended learning) o como
para el aprendizaje “a distancia” o virtual. La función del LMS es gestionar contenidos
creados por diversas fuentes y esos contenidos son desarrollados mediante un LCMS (Learning
Content Management System). Estos espacios son también llamados plataformas de
aprendizaje debido a que responden a las características que desde hace tiempo se venían
señalando para las llamadas aulas virtuales (Clarenc et al 2013).
Estas plataformas de enseñanza y aprendizaje usadas para conformar aulas virtuales,
son utilizadas por instituciones educativas que ponen a disposición estas herramientas para
uso por parte de docentes (quienes muchas veces son los propios diseñadores de sus aulas),
tutores y estudiantes. También son utilizados en el ámbito empresarial para desarrollar
instancias de formación.
Estos espacios permiten incluir tanto contenidos (en diversos formatos), así como
actividades y diversos espacios de interacción que posibilitan la comunicación sincrónica y
asincrónica entre los diversos actores educativos, así como instancias de trabajo compartido
y en colaboración. Existen diversas ofertas de plataformas en el mercado que incluyen
sistemas propietarios y sistemas libres; estos últimos suelen ser preferidos muchas veces
debido a que no tienen costo ni requieren licencia para su utilización; además, al ser de
formato abierto pueden personalizarse y adaptarse a las necesidades de la institución. Uno
de los más conocidos y utilizados en el mundo es Moodle3, con más de sesenta millones de
usuarios (Capterra 2013). En el Uruguay esta plataforma ha sido elegida tanto por la
Universidad de la República (Entorno Virtual de Aprendizaje de la Universidad de la República4)
como por otras universidades privadas locales.
Muchos estudios se han centrado en señalar semejanzas y diferencias entre el aprendizaje
presencial y el que ocurre en el marco de las aulas virtuales. Algunas características de este
último se resumen en Barberà Gregori y Badia Garganté (2005:3 y referencias citadas allí):
1. Una organización menos definida del espacio y el tiempo educativos.
2. Un uso más amplio e intensivo de las TIC.
3. Una planificación y organización del aprendizaje más guiados en sus aspectos globales.
4. Unos contenidos de aprendizaje apoyados con mayor base tecnológica.
5. Una forma telemática de llevar a cabo la interacción social.
6. Un desarrollo de las actividades de aprendizaje más centrado en el alumnado.
Una de las preguntas o reflexiones inevitables con relación a las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) está ligada al estudio de su influencia en la forma en la
3
moodle.org
4
http://eva.universidad.edu.uy/
246 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
que las personas aprenden. Adell y Castañeda (2010) apuntan que ese marco reflexivo ha
estado limitado al ámbito de la educación formal, es decir, el aprendizaje en el marco de
una institución que define e impone una serie de procesos, recursos, estándares, roles,
certificaciones, etc. En ese marco que entiende la educación como “un conjunto de prácticas
organizadas por una institución (más o menos formal)” (Adell y Castañeda 2010:2), la
intención de “integrar” las TIC en la educación cae, en general, en copiar modelos ya
existentes, intentando “encajar” las TIC en una estructura surgida en otro tiempo y bajo
supuestos diferentes (inclusive contradictorios) con los que se asocian a algunas de esas
tecnologías de las que hoy disponemos. Coincido con estos autores en que esta idea se basa
en la creencia de que “son aquellas prácticas ya consagradas las que garantizan una educación
“real” y no nos dejarán perdernos en la incertidumbre de la integración” (Adell y Castañeda
2010: 20). Esta perspectiva propone como ejemplo de uso “integrado” de las TIC el modelo
del e-learning a través de los LMS o VLE como elemento de concreción tecnológica tanto
para la formación a distancia, presencial o mixta. Como señalamos más arriba, estos sistemas
de aulas o campus virtuales han proliferado últimamente en las instituciones educativas de
todos los niveles, favorecidos por la disponibilidad de software libre y gratuito de gran
calidad sumado a las activas comunidades de usuarios y desarrolladores (Adell y Castañeda
2010).
Mientras los sistemas de gestión del aprendizaje tenían su cuarto de hora exitoso emulando
las aulas en línea, ya en el 2007 Downes nos hablaba de una “segunda ola” de aplicaciones
y enfoques en el marco de la llamada web2.0, que estaba redefiniendo el concepto del
aprendizaje el línea. Esta segunda ola estaba caracterizada por los “entornos personales de
aprendizaje” (PLE). Los valores subyacentes a los PLE y la web2.0 son los mismos: por un
lado, promover las redes sociales y las comunidades con el énfasis puesto en la creación
más que en el consumo; por otro lado, la descentralización del contenido y el control. Con
la base existente del conectivismo, el trabajo de Downes (2007) nos presenta a los PLE y la
web2.0 como instancias de un concepto fundamental: la red de aprendizaje (learning
network). Este autor señala además que aquellas redes que posean propiedades identificables
como promotoras de la diversidad y de la autonomía serán productoras más confiables de
aprendizaje y conocimiento.
La red de conexiones en sus diferentes niveles que resulta central en el conectivismo,
esa red externa que articula los medios, las personas y las herramientas a través de las
cuales cada uno de nosotros obtiene, produce y gestiona la información (Leal Fonseca
2012), es la que conforma el ambiente personal de aprendizaje. Resulta natural pensar en
el desarrollo de estos entornos personales de aprendizaje en el marco de las teorías sobre
internet y su entramado de conexiones, típicamente conectivistas. Sin embargo, cabe
puntualizar aquí que la idea de que las personas tienen un entorno en el cual aprenden (que
por tanto, es personal) es inherente al hecho de que aprendemos a lo largo de toda la vida
y en todo momento (Attwell 2007; Castañeda y Adell 2013). A lo largo de la historia de la
humanidad, siempre ha existido una red, un entramado de conexiones sociales y de fuentes
básicas de las que aprender, condicionado por las fuentes de conocimiento disponibles y
confiables según el momento, de las cuales se entendía que las personas debían aprender.
La Joint Information Systems Committee (JISC) del Reino Unido a cargo del Centre for
Educational Technology & Interoperability Standards (CETIS) ubica el origen de la idea de
PLE en un trabajo inédito de Bill Olivier y Oleg Liber (2001)5. En este trabajo los autores
5
Olivier, B., & Liber, O. (2001). Lifelong learning: The need for portable Personal Learning
Environments and supporting interoperability standards, citado en Severance et al. 2008.
CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL: NUEVOS ESCENARIOS PARA EL MUNDO CONECTADO // 247
Downes (2007) sostiene que, como ya se dijo más arriba, el diseño adecuado de la red
facilitará el aprendizaje, porque la red en sí misma aprende, a través de los procesos de
interacción y de sus conexiones. La organización de la red es la que sostiene el aprendizaje,
y si esa red cuenta con el diseño apropiado, se auto-organizará, tal como es posible observar
en las comunidades de la web 2.0. Es decir, que cuando hablamos de las “redes de aprendizaje”
(learning networks), nos referimos al uso de redes para sostener el aprendizaje y por otro
lado a redes que aprenden. La propuesta central de las redes de aprendizaje como teoría
consiste en que estas dos cosas son una y además, la misma cosa. Sin embargo, la teoría no
describe el tipo de organización que mejor promueve el aprendizaje, simplemente porque
no hay una manera de completar esa descripción. Profundizando ahora en los componentes
de las redes de aprendizaje exitosas, retomamos los cuatro elementos de estas redes ya
mencionados y a los cuales se refiere Downes (2007).
1. Diversidad: las entidades en las redes deben ser diversas. Esto implica involucrar la
mayor cantidad de puntos de vista y exponerse a un espectro amplio de experiencias, de
forma tal que las distintas visiones se moderan entre sí y nos previenen de alcanzar
rápidamente una conclusión. La diversidad sostiene las “redes débiles”, esos puentes que
nos permiten conexiones breves entre la información. Nuestras redes débiles (Siemens
2005) generalmente incluyen personas con conocimientos e intereses similares a los nuestros.
Este principio tiene gran importancia en la noción de serendipia6, innovación y creatividad,
ya que las conexiones entre ideas dispares pueden ser fuente de innovaciones. Las redes
débiles que se generan a través del uso de las aplicaciones de redes sociales nos permiten
llegar más allá de nuestros grupos habituales, para conectarnos ¡y aprender! de un amplio
espectro de influencias.
2. Autonomía: en segundo lugar, y relacionado con la anterior, cada entidad opera
independientemente de las otras, de acuerdo a sus principios y valores internos; la autonomía
posibilita que las entidades respondan y reaccionen de manera diversa. En la web 2.0, la
autonomía la proveen las herramientas de creación de contenidos; en el aprendizaje, ése es
el rol del PLE.
3. Interactividad (o conectividad): el conocimiento producido por la red debe ser el
producto de la interacción de sus miembros, no una mera agregación de sus perspectivas;
si comparamos dos puntos de vista, por ejemplo, esto nos permite ver lo que tenemos en
común. Las herramientas de la web 2.0 tienen que ver con esa conversación que ocurre
entre individuos y además, como vimos, el PLE se constituye no solamente del consumo de
contenidos sino también de la interacción y la comunicación con otros.
4. Apertura: en último término, y también relacionado con lo anterior, cada entidad de
la red debe poder contribuir a ella y recíprocamente, debe estar abierta a recibir de la red.
La apertura permite la interactividad. Las herramientas de la web 2.0 liberaron a los usuarios
de las listas de correo y foros de discusión (muchas veces restrictivos) y controlados por las
autoridades. Los PLEs permitieron a los estudiantes llevar el aprendizaje fuera de la clase,
convirtiéndolo en un producto compartible con el mundo y transformando el aprendizaje en
un resultado de ese intercambio e interacción.
Si bien estos principios pueden ser teóricos en su origen, pueden usarse en la práctica
como patrón para seleccionar y diseñar tecnología educativa.
Dicho esto, nuevamente debemos enfocarnos en la importancia y el gran desafío que
tenemos por delante los actores involucrados en el ámbito educativo. Comparto la postura
6
Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce
cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para
reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. En
términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente. http:/
/es.wikipedia.org/wiki/Serendipia
250 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
de Leal Fonseca (2012) en cuanto a que la propuesta del conectivismo nos confronta con el
enorme potencial que tenemos hoy para cultivar redes personales de gran alcance, así
como con nuestra responsabilidad sobre ese proceso a nivel personal y docente. “Las redes
son la comprensión emergente de nuestro tiempo, y cada uno de nosotros tiene el reto de
pensar cómo aprovechar esta nueva mirada del mundo para responder a los grandes
problemas del momento histórico en el que nos encontramos.”
Llegado este punto es crucial decir que “...los PLEs no “traen” una serie de prescripciones
didácticas bajo el brazo” (Adell y Castañeda 2013:29). Es decir, que su utilización y la base
teórica que queramos aportarles dependerá del contexto en el cual los desarrollemos. Como
puntualizan estos autores, el orden lógico debe ser el inverso: primero necesitamos una
teoría pedagógica acorde con sus supuestos sobre el aprendizaje y sus principios sobre la
enseñanza, para luego proponer cómo usar las tecnologías para obtener los resultados
esperados.
Para este enfoque pedagógico que llamamos PLE, como expresan Adell y Castañeda
(2013), comparto que no existe una única teoría que fundamente el aprendizaje con tecnología
y que dé cuenta del enriquecimiento (tanto en sus aspectos formales como informales) que
supone la inclusión tecnológica. Además, muchas de las llamadas pedagogías emergentes,
tampoco son “nuevas”. Como ya mencionamos, la descripción centralizada en el conectivismo
de este capítulo se debe a su impacto reciente en la educación. Suscribo la idea expresada
por estos autores y compartida por muchos otros (Adell y Castañeda 2012; Castañeda y
Adell 2013 y referencias citadas en ambos) sobre la existencia de una “pedagogía emergente”,
que está surgiendo a partir de las TIC de última generación y está basada en las ideas de los
grandes pedagogos del siglo pasado. Podríamos definir las pedagogías emergentes como
“el conjunto de enfoques e ideas pedagógicas, todavía no bien sistematizadas, que surgen
alrededor del uso de las TIC en educación y que intentan aprovechar todo su potencial
comunicativo, informacional, colaborativo, interactivo, creativo e innovador en el marco de
una nueva cultura del aprendizaje (Adell y Castañeda 2012: 15). Estas pedagogías se
evidencian en las prácticas de muchos docentes comprometidos que persiguen una renovación
didáctica, en la cual la tecnología es utilizada como instrumento de cambio.
Por último, señalo aquí también mi adhesión a la idea de Maggio (2012) quien se refiere
a la “inclusión genuina” de tecnología, inspirada en la comprensión genuina de Perkins
(1995), por su carácter favorecedor de la comprensión profunda en términos de pensamiento
y conocimiento. Como dice esta autora, esta inclusión genuina “...alcanza los propósitos de
la enseñanza y sus contenidos, pero adquiere su mejor expresión en la propuesta didáctica
cuando emula en este plano de la práctica el entramado de los desarrollos tecnológicos en
los procesos de producción de conocimiento en el campo disciplinar al que esté refiriendo”
(Maggio 2012: 20). Esa inclusión, que deberá ser tomada como una oportunidad de
enriquecimiento de la propuesta pedagógica, tenderá a favorecer la comprensión genuina
de los contenidos de la enseñanza.
Los PLE han logrado llamar mucho la atención desde el inicio de su proposición,
particularmente debido a la obvia contraposición con los ya existentes VLE. Si bien
originalmente las dos posturas parecían irreconciliables, los límites entre ambos se han
esfumado un poco más últimamente, como lo demuestra el debate sobre el tema presentado
en la conferencia sobre PLE7 desarrollada en julio 2012 en Aveiro, Australia.
7
http://pleconf.org/
CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL: NUEVOS ESCENARIOS PARA EL MUNDO CONECTADO // 251
ser concretada por quienes no posean usuario en la plataforma. La ventaja de los PLE radica
en la forma en que se generan las conexiones, ya que se dan entre los individuos quienes
son los que se conectan con los diferentes espacios en forma directa sin necesidad de
pertenecer a la “federación de plataformas”. Algo similar ocurre con los datos de los usuarios,
en el primer caso los datos quedan dentro de la plataforma y si el usuario la abandona ésta
retiene esa información. Lo opuesto ocurre en el marco del PLE, en el cual cada individuo es
responsable de su información y decide dónde guardar y cómo administrar sus datos y su
trabajo, seleccionando una o varias de las opciones disponibles en la web (Google, Dropbox,
y una larga lista de etcéteras).
Otros temas emergentes señalados en el debate de la conferencia, involucran otros
aspectos, a saber:
· la importancia de la curación de contenidos;
· la necesidad de trabajar en las nuevas alfabetizaciones digitales y de comprender la
cultura en línea;
· la necesidad de comprender que lleva tiempo apropiarse de estas herramientas en la
práctica y que se requiere “aprender haciendo”;
· la necesidad de mantenerse actualizado;
· la importancia de la participación, ya que las redes sociales son medios de ida y
vuelta;
· la necesidad de contar también con modelos de aprendizaje estructurados y guiados,
ya que los ambientes de aprendizaje abiertos y distribuidos no son para todos;
· la riqueza y variedad de herramientas que existen para encontrar y gestionar la
información, y para desarrollar la comunicación y la colaboración, de manera tal que es
posible que cada persona la adapte y personalice según sus intereses y necesidades;
· el balance entre la pérdida de los sistemas controlados por instituciones frente a las
herramientas portátiles y controladas por los aprendices;
· se trata de un ecosistema o ecología de personas, recursos y herramientas en línea.
Finalmente, como ya señalamos, en este taller de debate se señala que las fronteras
entre el VLE y el PLE son borrosas y que el VLE puede usarse de forma integrada de
diferentes formas. Por ejemplo, muchas veces las instituciones son las que gestionan
VLEs tipo “2.0”: se utiliza la experiencia de PLE, con herramientas en la nube, pero
incorporando los aspectos fuertes del VLE, como su característica centralizada, su seguridad
y el hecho de que sea administrado por la institución. Martin Dougiamas, desarrollador
principal de Moodle, señalaba en ese taller que el VLE constituye el espacio para que la
institución tenga su lugar en la red.
Si nuestro interés es acercarnos a la idea del aprendizaje para toda la vida, en el cual la
educación y sus sistemas asociados tienen como rol central ser capaces de formar aprendices
protagonistas que asumen el control de su proceso de aprendizaje, estamos alineados con
el enfoque PLE. Para Adell y Castañeda (2013), en esa perspectiva ideal de lograr aprendices
emancipados cada vez resulta más complejo explicar cuáles son los rasgos clave de esa
forma de entender la educación. Comparto nuevamente con estos autores la idea de que la
posibilidad de alcanzar ese ideal es un objetivo irrenunciable y que la escuela, en todos sus
niveles, juega un papel vital (incluso obligatorio) en trabajar para el desarrollo de modelos
de enseñanza y aprendizaje que persigan ese objetivo.
CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL: NUEVOS ESCENARIOS PARA EL MUNDO CONECTADO // 253
Una de las últimas novedades en el área de la educación en línea está representada por
la aparición de los MOOCs, cuya sigla en inglés es Masive Open Online Course. Los cursos
masivos y abiertos en línea entran a la escena educativa en el 2008 de la mano de George
Siemens y Stephen Downes, como resultado de las ideas conectivistas. Ambos dirigieron
juntos en el 2008 el curso Conectivismo y conocimiento conectivo (Connectivism and
Connective Knowledge, CCK08). Este curso fue el primero en incorporar aprendizaje abierto
utilizando contenidos distribuidos y con la idea de que los participantes podían agregar y
cambiar los contenidos de aprendizaje, convirtiéndose en el primer MOOC. Participaron en
él 2200 personas de todo el mundo.
Como nos explica Dave Cormier (2010), uno de los responsables de acuñar el término
MOOC, se trata de una forma de aprender en el mundo conectado, en el cual la información
está en todas partes, a un clic de distancia. Es un curso abierto, participativo, distribuido y
pensado desde la perspectiva del aprendizaje conectado a lo largo de toda la vida (life-long
learning). No constituye solamente un curso en línea, sino una forma de conectarse y colaborar
desarrollando habilidades propias del mundo digital, comprometiéndose con el proceso de
aprendizaje y lo que significa ser aprendiz; un “evento” en el cual personas interesadas en
un cierto tema tienen la oportunidad de conversar y compartir sus opiniones de manera
estructurada. Es abierto, todo el trabajo se desarrolla en áreas accesibles para leer, comentar
y reflexionar sobre los temas propuestos. También es abierto porque no es necesario pagar
para participar (si bien podría ser necesario hacerlo para obtener el crédito de una institución)
y porque todo el material que se pone a disposición, así como el producido durante el curso,
se comparte libremente entre los participantes. El curso promueve la participación y el
compromiso con el trabajo de los demás, con el material propuesto, con las otras personas
e ideas personas y con otros recursos de la web, a través de las conexiones. Éstas constituyen
uno de los resultados del curso. El curso es distribuido, cuenta con diferentes espacios
conectados en la red en toda internet: blogs, wikis, espacios de sindicación de contenidos,
y una larga lista de etcéteras. No existe una ruta única o correcta para seguir el curso desde
el inicio al final, lo que permite el desarrollo de ideas y la coexistencia de diferentes puntos
de vista. Esto redunda en que uno de los efectos secundarios consiste en la existencia de
conocimiento distribuido a lo largo de la red. Constituye un paso hacia la idea de aprendizaje
para toda la vida, desarrollando y promoviendo la independencia y el trabajo en espacios
propios y generando redes auténticas que podrán sostenerse luego de la finalización del
curso.
Esas primeras experiencias de MOOCs estaban definidas por un modelo de pedagogía
participativa (Siemens 2012), muy diferente del modelo surgido recientemente a cargo de
las universidades de élite, que han generado plataformas específicas para el desarrollo de
estos cursos. Podemos señalar como ejemplo a Coursera8, edX9 y Udacity10, entre otras.
Actualmente los modelos de MOOCs impartidos a partir de las universidades se encuentran
en el centro del debate en lo referente a la educación en línea. Siemens (2012) expresa su
beneplácito por el desarrollo de las dos primeras plataformas que mencionamos, si bien
señala ocho diferencias básicas entre los modelos de MOOCs originales y los ofrecidos por
las universidades, que resumimos a continuación.
1. Conectivistas Los MOOCs ofrecidos por Siemens y sus colegas se basan en las ideas
conectivistas del aprendizaje, en los cuales el conocimiento es distribuido y el aprendizaje
es el proceso de navegación, crecimiento y selección de las conexiones. Siemens señala que
8
https://www.coursera.org/
9
https://www.edx.org/
10
https://www.udacity.com/
254 // DIDÁCTICA PRÁCTICA
algunas teorías de aprendizaje, como los diferentes matices del constructivismo, tienen
algunas similitudes con esta visión.
2. Conocimiento generativo Generalmente los MOOCs ofrecidos por las universidades
adoptan un modelo tradicional de la enseñanza, en el cual la institución o el conocimiento
son centrales y los estudiantes reproducen ese conocimiento. Los MOOCs conectivistas
utilizan los recursos para reflejar la comprensión de los expertos en la materia, si bien se
pretende que los aprendices trasciendan las declaraciones del conocimiento y reflexionen
sobre cómo los diferentes contextos impactan la estructura (e incluso la relevancia) de ese
conocimiento.
3. Coherencia Relacionado con el punto anterior, en los MOOC “tradicionales” es el
instructor quien establece el dominio del conocimiento que los estudiantes explorarán. En
los MOOCs conectivistas la coherencia implica la formación del aprendiz y la guía del instructor;
es producto del sentido que el estudiante encontrará en el camino a través de los elementos
que componen el conocimiento de una disciplina.
4. Interacciones distribuidas multiespacios Los espacios de interacción de los MOOC
conectivos se encuentran distribuidos en la web (Second Life, PageFlakes, grupos de Google,
Twitter, Facebook, Plurk, blogs, wikis, YouTube, etc.) y contrastan con la centralización de
las plataformas de los MOOCs de las universidades.
5. Sincronización Esta idea se refiere a que los MOOCs conectivistas no se alinean con
los contenidos del curso y el instructor sino con los demás aprendices y su conocimiento.
6. Resonancia La noción de “colisión de ideas como innovación” constituye un ejemplo
de este concepto difícil de explicar11: dos ideas parciales que se combinan para crear algo
nuevo. En los MOOCs conectivistas, los aprendices tienen diferentes niveles de conocimiento
y el curso pretende completar las diferencias entre los participantes. Para interactuar con
una idea, se necesita desarrollar un estructura de conocimiento amplia en la cual situar las
ideas nuevas. La resonancia tiene que ver con el motivo por el cual algunos conceptos se
integran rápidamente con lo que ya conocemos mientras que otros se mantienen “flotando”
y solamente pueden hacerlo después.
7. Innovación e impacto Si bien decir que el mundo es complejo y que el conocimiento
está en continua evolución es un cliché (como ya lo era cuando Siemens escribió “Conociendo
el conocimiento”), el autor señala que igualmente esta afirmación es verdadera y las
soluciones a los cambios complejos de la sociedad se encontrarán en los enfoques distribuidos
y conectados. Los desafíos son demasiado grandes para ser referidos a modelos de
conocimiento empíricos tradicionales y los MOOCs conectivos pretenden emular el
conocimiento integrador empujando la red de conexiones hacia el impacto en sus otras
partes.
8. Promover aprendices autorregulados y autónomos Los MOOCs conectivistas
pretenden cultivar no solamente un tipo de conocimiento en una disciplina particular sino
propiciar aprendices motivados y autónomos. Un atributo central en estos MOOCs es
desarrollar la capacidad para el aprendizaje y las habilidades mentales para ser aprendices
exitosos.
Una visión muy crítica del modelo de los MOOCs de las universidades que en gran
medida comparto es la que proponen Calderón Amador y colaboradores (2013). Estos
autores señalan la reciente invasión de la red con una gran campaña publicitaria en torno
a los MOOCs que los posicionan como modelos que prometen el acceso universal al
conocimiento de forma abierta, gratuita y apoyados por expertos reconocidos. En realidad
Para aclarar este punto, Siemens sugiere el video sobre el libro de S. Johnson, “Where good ideas
11
Dentro de los proyectos que analizan la perspectiva de las tecnologías educativas hacia el
futuro, existe desde el 2002 el Horizon Project12 del New Media Consortium (NMC) con el
cometido de analizar el panorama de las tecnologías emergentes para la enseñanza, el
aprendizaje y la investigación. Este proyecto encarna la misión del NMC de ayudar a educadores
y líderes de pensamiento de todo el mundo a construir la innovación en las instituciones sobre
la base de una oferta de análisis e investigación de expertos. En el último informe, dedicado
a la educación superior, el panel de especialistas identificó 18 tópicos que probablemente
impactarán la toma de decisiones y la planificación tecnológica en los próximos cinco años:
seis tendencias clave, seis desafíos significativos y seis desarrollos relevantes en tecnología
educativa (Johnson et al 2014). Entre los desafíos señalados como de los más difíciles de
abordar se incluyó el acceso a la educación superior. El informe puntualiza que como parte del
cambio actual orientado hacia economías basadas en el conocimiento se genera una presión
creciente en los países hacia el incremento del acceso a la educación superior. Según los
datos del Foro Económico Mundial recogidos en el informe, el 40% de la población juvenil
global está desempleada y la educación posterior a la secundaria se está transformando más
bien en un imperativo económico. Las universidades que fueron ejemplo de bastiones elitistas
en el pasado están reexaminando sus trayectorias a la luz de aspectos vinculados a la
accesibilidad y también cuestionando el concepto de la acreditación de la titulación. Entre los
factores que complican todavía más este desafío y la comprensión de su ámbito se mencionan
otros de mayor alcance: restricciones financieras, falta de capacidad, prioridades nacionales
y la conocida brecha digital. El informe puntualiza que las opciones que implican la construcción
de un mayor número de instalaciones universitarias (campus), el refuerzo al aprendizaje en
línea y la supresión de barreras al aprendizaje solamente influyen tangencialmente en este
problema. Si todo esto fuera poco, se suma la brecha digital (tanto en el mundo desarrollado
como en aquel en vías de desarrollo), ya que cada vez más el acceso a las oportunidades va
de la mano del acceso tecnológico. Las soluciones que descansan en la tecnología para proveer
mayor acceso al conocimiento, resultan poco efectivas si la infraestructura acorde o la
conectividad no se encuentran disponibles.
“Puedo soñar, junto con otros, con una web u otro sistema que aliente la gran conversación,
universal y particular a la vez, que crea cultura, conocimiento y sociedad” (Maggio 2012:106).
Para lograr este sueño que sugiere la autora es necesario que la propuesta constituya una
apuesta a la conversación y a la construcción colectiva en el marco educativo. Coincido una
vez más con Maggio, en que para lograrlo es imprescindible la fortaleza de una propuesta
pedagógica definida en la cual todos los actores involucrados realmente puedan intervenir.
Alcanzar este escenario en que verdaderamente la tecnología constituya una oportunidad
para enriquecer la enseñanza, requiere todavía sortear muchas “brechas digitales” de
diferentes tipos, como ya mencionamos. Estas brechas comprenden tanto a quienes enseñan
como a quienes aprenden e involucran tanto a los dispositivos como a las prácticas asociadas;
existe una enorme variedad de elementos comprendidos entre ambos y profundizar en
estos aspectos trasciende los objetivos de este capítulo. Como botón de muestra, podemos
mencionar algunos números a nivel global actualizados a junio de 2012 referentes al
porcentaje de usuarios de internet: en África constituyen tan sólo el 15,6 %, valores que
contrastan con el casi 43% correspondiente a América Latina y el Caribe y a los “top users”
de América del Norte y Oceanía/Australia (78,6% y 67,6% respectivamente). Los números
globales en promedio también dan cuenta de, al menos, un aspecto de esta brecha: solamente
el 34,3% de la población mundial tiene acceso a internet (Internet World Stats).
No podemos eludir el hecho de que internet y su variadísima parafernalia tecnológica
han venido para quedarse. Recientemente en una entrevista13 el conocido lingüista y filósofo
12
http://www.nmc.org/horizon-project
13
Noam Chomsky on Technology & Learning
http://learning-reimagined.com/noam-chomsky-on-technology-learning/
CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE EN LA ERA DIGITAL: NUEVOS ESCENARIOS PARA EL MUNDO CONECTADO // 257