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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación

Instituto Bíblico “Juan Alfaro”

Asambleas de Dios de Venezuela

Materia: Profetas Mayores.

EZEQUIEL
INFORME

Maracay, Mayo 2.020


EZEQUIEL

AUTOR

El Profeta Ezequiel es el autor del Libro (Ezequiel 1:3) Él fue un contemporáneo


tanto de Jeremías como de Daniel.

En hebreo el libro recibe su título del nombre de su autor, Yejezqe'l, que significa:
"A quien Dios fortalecerá". Este nombre, como el de muchos otros de los santos de
la antigüedad, correspondía muy bien con la vida y obra de quien lo llevaba.

El autor recibió su llamado a profetizar en el 593 a.C. (1:2), en Babilonia ("en la


tierra de los caldeos"), durante el quinto año de la cautividad del rey Joaquín, las
cual comenzó en el 597 a.C: Frecuentemente, Ezequiel fecha sus profecías a partir
del 597 a.C. (8:1; 20:1; 24:1; 26:1; 29:1; 30:20; 31:1; 32:1, 17; 33:21; 40:1). Él
también fecha el mensaje en el 40:1 como el 573/72, el decimocuarto año después
del 586 a.C., esto es, la caída final de Jerusalén. La última profecía fechada de
Jerusalén fue en el 571/70 a.C. (29:17). 

FECHA

El Libro de Ezequiel fue escrito probablemente entre el 593 y el 565 a.C. durante el
cautiverio babilónico de los judíos.

CONTENIDO

Los mensajes del libro de Ezequiel aclaran el propósito de Dios para con su pueblo
en el trance amargo del cautiverio babilónico. Durante siglos los profetas habían
aconsejado y amonestado a Israel, y sin embargo la nación se había sumergido cada
vez más en la apostasía. Al fin resultó evidente que el pueblo escogido jamás
alcanzaría las metas que Dios le había propuesto como nación, a menos que se
emplearan medidas drásticas para enseñarle las lecciones de la obediencia y la
cooperación con Dios. Por lo tanto, se le permitió que aprendiera en medio de la
adversidad las lecciones que había rehusado aprender durante los tiempos de
prosperidad (ver p. 33).
Aunque parezca extraño, fueron los gobernantes de Israel los que, por precepto y
ejemplo, llevaron al pueblo a la apostasía (Isa. 3: 12; 9: 16; Eze. 34: 2-19).
Evidentemente, al principio Dios tenía el propósito de que sólo los gobernantes
fuesen llevados al cautiverio (Dan. 1: 3-4). La gran mayoría del pueblo había de
quedar en Judea, esperando allí el regreso de un grupo de escarmentados
gobernantes para que los guiaran en los caminos de Dios. Si los judíos hubieseis
estado dispuestos a someterse a Nabucodonosor, como lo quería Dios (Jer. 27: 1-
22), la ciudad de Jerusalén y su magnífico templo habrían quedado intactos (Jer.
17: 25, 27; 38: 17), y el siglo de demora, dificultades, y desánimos que afrontaron
los exilados a su regreso de Babilonia se hubiera evitado. Pero la terca resistencia
de Israel (Jer. 28: 1-14) hizo que su copa de sufrimiento fuera cada vez más amarga,
y originó una segunda y una tercera deportación en los años 597 y 586 a. C.,
respectivamente. "Los yugos de madera" fueron reemplazados por "yugos de
hierro" (Jer. 28: 13-14). Pero aun en el cautiverio la injusticia divina fue
atemperada con misericordia.

Dios vino a su pueblo como maestro, para impresionarlo con la necedad de la


desobediencia y lo deseable de cooperar con él, y no como un juez severo para
castigarlo. Los trances amargos del cautiverio no fueron tanto retribuidos en su
naturaleza, como correctivos. Los profetas Jeremías, Ezequiel y Daniel fueron
comisionados para que revelaran el propósito del cielo a los hombres y para que
lograran su cooperación con ese propósito. Jeremías fue enviado a los judíos que
quedaron en Judea, mientras Ezequiel llevaba a cabo una misión semejante entre
los que ya habían ido al cautiverio. Daniel fue embajador del cielo en la corte de
Nabucodonosor, para que el monarca conociera la voluntad divina y cooperara con
ella. Los fuegos del sufrimiento no habían de arder con más intensidad de la
necesaria, para eliminar la escoria. Para una consideración detallada del papel de
Daniel en relación con el cautiverio.

El libro de Ezequiel se compone de dos partes distintas. En la primera, caps. 1: 1 a


33: 20, se registran los mensajes dados por Ezequiel a los cautivos cerca del río
Quebar, en las proximidades de Babilonia, en su mayor parte antes de la caída de
Jerusalén en 586 a. C. La segunda, caps. 33: 21 a 48: 35, anticipa la terminación del
cautiverio, y tenía el propósito de infundir esperanza debido a esa restauración.
Dios tenía la intención de exhortar vivamente por medio de Ezequiel al Israel del
cautiverio, para que aceptara finalmente el plan divino para él. Una exhortación tal
resultaba muy apropiada ante los nuevos acontecimientos históricos. El plan del
libro corresponde con un estilo evangélico característico. Varios mensajes se
dedican a señalar los pecados del pueblo. El propósito era doble: en primer lugar,
lograr que el pueblo se arrepintiera verdaderamente; y en segundo lugar, revelar la
necesidad de la ayuda divina para la obediencia futura prometida en el nuevo
pacto. Los israelitas tenían una imagen deformada del carácter de Dios y de su plan
con su pueblo, debido, por una parte, a su ignorancia; y por la otra, a causa de la
instrucción pervertida de los sacerdotes corruptos, de los falsos profetas y los
gobernantes apóstatas. Esa impresión errónea era la que procuraba corregir
Ezequiel. Esperaba que un nuevo concepto de Dios fuera la fuerza impelente para
llevar a cabo la reforma necesaria y para conseguir que el pueblo aceptara su
excelso destino. Les rogaba que aceptaran el exilio y abandonaran su falsa
esperanza de que Jerusalén podría resistir sin ser tomada. Les rogaba que
permitieran que el cautiverio ejerciera sobre ellos su efecto saludable.

Culminó su súplica con descripciones repetidas y detalladas de la gloria futura que


vendría como resultado de su aceptación de las condiciones divinas. ¡Cuán
diferente habría sido la historia de Israel si hubiera aceptado el vehemente ruego
del profeta!
DIVISIONES

Las profecías de Ezequiel se presentan de acuerdo con un plan bien meditado. En


forma natural caen dentro de dos divisiones principales: los 33 primeros capítulos
representan profecías dadas, por lo menos en su mayoría, antes de la destrucción
de Jerusalén; y los últimos 15, las que fueron dadas después de la destrucción. La
primera división a su vez puede dividirse en dos partes: los caps. 1-24 dedicado a
Israel en relación con el cautiverio, y los caps. 25: 1 a 32: 32, a los castigos sobre las
naciones circunvecinas.

Otra característica interesante de las profecías de Ezequiel es su cronología exacta.

Cada división principal se subdivide naturalmente en varias secciones con la


presencia de la expresión "y vino a mí palabra de Jehová, diciendo", la cual aparece
29 veces en el libro. El bosquejo sigue el plan de las sugestiones ya dadas:

I. Profecías de castigo para Israel, 1: 1 a 24:27.

A. Primera sección, 1: 1 a 7:27 (5." año, 4.1 mes, 5.1 día).

1. Ezequiel es llamado, 1: 1 a 3: 11.

a. La visión de la gloria de Dios, 1: 1-28.

b. La misión divina para el profeta, 2: 1 a 3: 11.

2. El comienzo de la actividad profético, 3:12 a 7:27.

a. La vacilación en el Quebar, 3: 12-16.

b. La vacilación reprendida, 3: 17-27.

c. El sitio de Jerusalén descrito simbólicamente, 4: 1-17.

d. Las cuatro señales y su interpretación, 5: 1-17.

e. Los montes de Israel reprendidos, 6: 1-14.

f. El asolamiento de Israel predicho, 7: 1-27.


B. Segunda sección, 8: 1 a 19:14 (6.o año, 6.o mes, 5.o día).

1. Una serie de visiones mientras estaba en el Espíritu, en

Jerusalén, 8:1 a 11:25.

a. Las abominaciones en el templo, 8: 1-18.

b. El castigo, 9: 1-11.

c. La reaparición de la visión de los seres vivientes, 10: 1-22.

d. Los dirigentes del pueblo reprendidos, 11: 1-25.

2. Dos señales simbólicas, 12: 1-20.

a. Un símbolo del intento de fuga y la captura de Sedequías 12: 1-26.

b. Símbolos de los terrores del sitio, 12: 17-20.

3. Discursos que revelaban la causa e inminencia de los Castigos anunciados, 12: 21


a 14: 23.

a. La certidumbre del rápido cumplimiento, 12: 21-28.

b. El discurso contra los falsos profetas y profetisas, 13: 1-23.

c. El testimonio contra los buscadores idólatras de oráculos, 14: 1-23.

4. Varias parábolas y varios símbolos, 15: 1 a 19: 14.

a. La madera de la vid, 15: 1-8.

b. La niñita miserable y la vid adúltera, 16:1-63.

c. Las dos águilas y la viña, 17: 1-24.

d. Las uvas agrias, 18: 1-32.

e. Los leoncillos de la leona, 19: 1-9.

f. La vid secada, 19: 10-14.


C. Tercera sección, 20: 1 a 23: 49 (7.o año, 5.o mes, 10.o día).

1. Narración de las rebeliones de Israel, 20: 1-49.

2. Varias descripciones de castigos amenazantes, 21: 1-32.

a. La espada contra Jerusalén, 21: 1-7.

b. La espada afilada y pulida para la matanza, 21: 8-17.

c. La adivinación del rey de Babilonia, 21: 18-27.

d. La espada contra Amón, 21: 28-32.

3. Enumeración de los pecados de Jerusalén y la destrucción resultante, 22: 1-31.

a. Las abominaciones de los príncipes y del pueblo, 22: 1-16.

b. La suerte terrible de Jerusalén, 22: 17-22.

c. La falta de un solo intercesor, 22: 23-31.

4. La historia de la apostasía en una parábola, 22: 1-49.

D. Cuarta sección, 24: 1-27 (9.o año, 10.o mes, 10.o día).

1. Visión de la olla hirviente, 24: 1-14.

2. Muerte de la esposa de Ezequiel, 24: 15-27.

II. Profecía del castigo de naciones extranjeras, 25: 1 a 32: 32.

A. Primera sección, 25: 1 a 28: 26, fecha no especificada, pero quizá siga al mensaje
presentado bajo "D".

1. Una serie de profecías concernientes a los vecinos próximos a Israel, 25: 1-17.

a. Contra los amonitas, 25: 1-7.

b. Contra los moabitas, 25: 8-11.

c. Contra los edomitas, 25: 12-14.


d. Contra los filisteos, 25: 15-17.

2. Una serie de profecías concernientes a Tiro, 26: 1 a 28: 19.

a. Su caída predicha, 26: 1-21.

b. Lamentación sobre Tiro, 27: 1-36.

c. Lamento por su príncipe, 28: 1-10.

d. Origen, historia y destino de Satanás, presentados bajo el símbolo del rey de


Tiro, 28: 11 - 19.

3. Una profecía contra Sidón, 28: 20-26.

B. Segunda sección, 29: 1 a 32: 32 (varias fechas), profecías concernientes a Egipto.

1. Primera división (10.o año, 10.o mes, 12.o día).

a. Castigo de Faraón, 29:1-7.

b. Asolamiento de la tierra de Egipto, 29:8-12.

c. Promesa de un regreso del cautiverio, 29:13-16.

2. Segunda división (27.o año, Jer mes, Jer día del mes

[Interpolada aquí para completar la predicción sobre Egipto]).

a. Egipto sería entregado a Nabucodonosor como su salario, 29: 17-20.

b. Restauración de Israel, 29: 21.

3. Tercera división (ninguna fecha, quizá la misma del grupo

a): Egipto y sus auxiliares deberían caer, 30:1-19.

4. Cuarta división (11.o año, Jer mes, 7.o día: Babilonia fortalecida contra Egipto,
30:20-26.
5. Quinta división (11.o año, 3er mes, Jer día): La gloria y la caída de Egipto corren
paralelamente con las de Asiria, 31:1-18.

6. Sexta división (12.o año, 12.o mes, Jer día): Lamentaciones por Egipto, 32: 1-16.

7. Séptima división (12.o año, 15.o día): Egipto ha de tomar su lugar entre otras
naciones caídas, 32: 17-32.

III. Profecías de misericordia concernientes a Israel, 33: 1 a 48: 35.

A. Primera sección, 33: 1 a 39: 29 (12.o año, 10.o mes, 5.o día).

1. La misión de Ezequiel renovada, 33: 1-20.

2. La llegada de noticias de la caída de Jerusalén, 33: 21-33.

3. Los pastores de Israel reprendidos, 34: 1-31.

4. Una profecía contra Edom, 35: 1-15.

5. Los montes de Israel consolados, 36: 1-38. 602

a. Israel desolado debería ser reedificado, 36: 1-15.

b. Un reavivamiento espiritual, base del nuevo reino,

36: 16-38.

6. La visión de los huesos secos, 37: 1-28.

7. Profecías contra Gog y Magog, 38: 1 a 39:29.

B. Segunda sección, 40: 1 a 48: 35 (25.0 año, en el principio del año,

10.0 día) visiones de restauración futura.

1. Del templo, 40: 1 a 43: 27.

2. El ceremonial del templo, 44: 1 a 47: 12.

3. La distribución de la tierra, 47: 13 a 48: 35.


TRASCENDENCIAS Y APLICACIÓN EN LA IGLESIA

Ezequiel usa un lenguaje simbólico de manera extensa, como lo hicieron Isaías y


Jeremías. Esto  da lugar a la pregunta de que si ciertas porciones de los escritos de
Ezequiel deben ser tomadas literalmente o en sentido figurado p.ej. ser atado con
cuerdas, 3:25; si el profeta fue llevado corporalmente a Jerusalén o no, 8:1-3; como
el juicio individual puede ser llevado a cabo en el capítulo 18 cuando los impíos
evaden la muerte en el 14:22, 23 y algunos de los piadosos mueren en una invasión,
2:3, 4; como Dios permitiría que la esposa de un profeta fiel muriera (24:15-27);
cuándo ocurrirían algunos de los juicios sobre otras naciones (caps. 25-32); si el
tiempo en los caps. 40-46 será literal y en qué forma; y cómo las promesas del
futuro de Israel se relacionan al programa de Dios con la iglesia.

La "gloria de Jehová" es central a Ezequiel, apareciendo en el 1:28; 3:12, 23; 10:4,


18; 11:23; 43:4, 5; 44:4. El libro incluye descripciones vívidas de la desobediencia
de Israel y de Judá, a pesar de la bondad de Dios (cap. 23; cp. cap 16). Muestra el
deseo de Dios porque Israel diera fruto que Él pueda bendecir; no obstante, los
deseos egoístas habían dejado a Judá lista para el juicio, como una vid, lista para
ser quemada (cap. 15). Hay bastantes referencias a la idolatría de Israel y sus
consecuencias, tales como Pelatías cayendo del muro (11:13), una ilustración
simbólica del desastre general para el pueblo.

  Muchas escenas pintorescas ilustran principios espirituales. Entre estas está


Ezequiel comiendo un rollo (cap. 2); las caras de cuatro ángeles representando
aspectos de la creación sobre la cual Dios gobierna (1:10); una escena de
"peluquería" (5:1-4); pinturas en las paredes del templo recordándole a los lectores
de lo que Dios realmente quiere en su lugar de morada, esto es santidad y no
inmundicia (8:10); y carbones encendidos esparcidos mostrando juicio (10:2, 7).

Ezequiel también enfatiza la pecaminosidad de Israel (2:3-7; :9, 10) y otras


naciones (a lo largo de los capítulos 25-32). Él lidia con la necesidad de la ira de
Dios para lidiar con el pecado (7:1-8; 15:8); la frustración por parte de Dios de los
planes del hombre para escapar de la Jerusalén sitiada (12:1-13; cp. Jer 39:4-7); y la
gracia de Dios prometida en el pacto abrahámico (Gn 12:1-3) siendo cumplida en la
restauración del pueblo de Abraham a la tierra del pacto (caps. 34, 36-48; cp. Gn
12:7). Dios promete preservar a un remanente de israelitas a través de quienes Él
cumplirá sus promesas de restauración y mantener su palabra inviolable.

 Ezequiel 34 es el capítulo donde Dios denuncia a los líderes de Israel como falsos
pastores, por su poco cuidado a Su pueblo. En lugar de apacentar a las ovejas de
Israel, ellos se preocupaban por ellos mismos. Ellos comían bien, estaban bien
vestidos y bien atendidos por el mismo pueblo sobre el que ellos habían sido
puestos para cuidar (Ezequiel 34:1-3). En contraste, Jesús es el Buen Pastor quien
da Su vida por las ovejas, y quién las protege de los lobos que destruirían al rebaño
(Juan 10:11-12). El verso 4 del capítulo 34 describe al pueblo cuyos pastores
fracasaron en ministrar a las ovejas débiles, enfermas, heridas y pérdidas. Jesús es
el Gran Médico quien sana nuestras heridas espirituales (Isaías 53:5) por Su
muerte en la cruz. Él es quien busca y salva a lo que se había perdido (Lucas 19:10).

Todo el libro muestra que Dios es el omnipotente soberano, que actúa en toda la
historia humana (5; 7; etc.). Pero, más que los demás autores bíblicos, Ezequiel
pone de relieve la realidad del pecado que domina aún al pueblo escogido en
muchos momentos de su historia (16; 20; 23). A la vez que reconoce la soberanía
divina, recalca que el hombre tiene la responsabilidad de su pecado y tiene el
llamado al arrepentimiento (18.31, 32). Los tonos oscuros y repulsivos con que
Ezequiel pinta el pecado destacan su concepto de la gracia divina (por ejemplo,
36.25–27).Como ningún otro profeta, Ezequiel acentúa la realidad del juicio y la ira
de Dios (caps. 5; 7; 20; etc.). Pero también habla con pasión del tierno amor de
Jehová, quien busca a sus ovejas perdidas (cap. 34), no quiere «la muerte del que
muere» y ruega: «convertíos, pues, y viviréis» (18.32).

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