Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Actividad 2 - La Verdad Sopechosa
Actividad 2 - La Verdad Sopechosa
Durante la etapa del Barroco, el teatro alcanzo un desarrollo impresionante por las producciones
de autores de gran calidad como Lope de Vega. Gracias al genio renovador de este artista se
produce una innovación dentro del teatro, lo que supuso la superación del arte clásico que por
mucho tiempo era el modelo a seguir por la mayoría de los artistas. Lope de Vega creó un estilo
que delimitó las líneas fundamentales que los demás autores imitaron. Fue su carácter innovador
lo que lo consagró como una de las figuras más importantes del teatro español. Ruiz de Alarcón
adoptó algunos modelos propuestos por Lope de Vega, sin embargo, no se le considera un
seguidor de la poética del autor de Fuenteovejuna, ya que Alarcón reformula estas líneas
generales tratando asuntos ajenos a este canon instalado por el dramaturgo madrileño, y que no
siguiente:
[…] entre sus contemporáneos no fue el «título de “moderno”» el que le valió, sino el de
«extraño» o «novedoso», ya que desde la comedia nueva de Lope —cuyo arte sí que era lo
moderno para el teatro español de la época—, se percibía en la creación alarconiana una rebeldía
frente a la nueva fórmula, que más que apreciarse y saberse explicar, sorprendía. (Josa, 2003:
s.p.).
Uno de los fundamentos establecidos por Lope de Vega a los que se apegó Alarcón tiene que ver
con preceptos sobre la estructura formal de la obra. Lope se rebela en contra de las normas del
teatro clásico y no se ajusta a las tres unidades dramáticas. En La verdad sospechosa Alarcón los
hechos narrados trascurren en un periodo de más de veinticuatro horas. Esto se puede apreciar
por unas palabras que dice Tristán en el tercer acto: “Desde el día/que te habló en la platería/no le
he visto, ni él a ti” (vv. 2699-2701). Además, la complejidad de la trama exige un tiempo más
amplio que solo veinticuatro horas. Aparte de esto, los diversos lugares en los que trascurren los
Lope de Vega indicó cómo debía de dividirse la comedia: “en tres actos de tiempo la reparta” (v.
213). Alarcón siguió esta medida al dividir su comedia en tres actos tal como lo sugirió el autor
de El caballero de Olmedo. Sobre la distribución de la acción en los tres actos Lope de Vega
escribe: “En el acto primero ponga el caso / en el segundo enlace los sucesos / de suerte que hasta
el medio del tercero/ apenas juzgue nadie en lo que para” (vv. 298-300). Esta estructura es similar
costumbre de mentir. En el segundo, García teje una red de mentiras y engaña a las personas que
le rodean, hasta que el tercer acto observamos las consecuencias de sus acciones.
Uno de los propósitos de la comedia es “imitación de la vida humana, espejo de las costumbres,
retrato de la verdad, en que se nos representan las cosas que debemos huir, o las que nos conviene
elegir, con claros y evidentes ejemplos” (De La Cueva, 1972: 76). La trama presentada en La
caracteriza por su hábito de decir mentiras. Es tan grave su condición que se le considera un
verdadero maestro del engaño por “el ingenio de sus mentiras” (v. 755). Esta condición lo lleva a
meterse en serios problemas ya que le miente al padre para huir del compromiso de casarse con
Jacinta, quien el cree que se llama Lucrecia. Estas amigas le tienden una trampa en la que cae por
culpa de sus mentiras y por lo que sufre una humillación. Como consecuencia debe casarse con la
mujer a la que no ama. El dramaturgo con este confuso escenario donde se condena la mentira,
pretende criticar la sociedad española y promover una especie de censura ante los vicios que
plagan a la misma: “Si bien acata el arte nuevo para acercarse al vulgo, a una comunidad
necesitada de honesta recreación, lo hace bajo una motivación reformadora: escenificar vicios,
errores y destinos malogrados, en pro de una deseada enseñanza” (Josa, 2003: s.p.).
En la comedia barroca el galán solía sobresalir por sus virtudes, sin embargo, en La Verdad
sospechosa Alarcón ironiza el personaje del galán (García) pues lo presenta como alguien que no
tiene honra, puesto que es un mentiroso y a la vez un traidor. Con este tratamiento que Alarcón le
da al personaje principal rompe con los esquemas establecidos por Lope de Vega quien señala:
“Los casos de la honra son mejores, / porque mueven con fuerza a toda gente, / con ellos las
acciones virtuosas, / que la virtud es dondequiera amada” (vv. 327-330). Alarcón aludiendo
también al tema del honor señala que éste no viene por el linaje familiar, sino por el tipo de
acciones que caracterizan a la persona: “Luego, en obrar mal o bien/ está el ser malo o ser bueno”
(v. 1405). Así que, se podría afirmar que Alarcón realiza una reformulación de este personaje
para darle mayor peso a la enseñanza moral que pretende impartir ya que en este dramaturgo “no
hay ninguna comedia suya que no sea ejemplo de cómo la bondad tiene su recompensa y la
2003: s.p.).
Debido a la forma en que Ruiz de Alarcón manejó estos temas recibió duras críticas de sus
contemporáneos, incluido Lope de Vega. No obstante, esta forma diferente de tratar el tema del
galán fue la dotó de un aire de modernidad la obra de este dramaturgo mexicano: “Pero, entonces,
¿dónde radica la verdadera extrañeza —para sus coetáneos— o modernidad —para nosotros— de
su teatro? Sin lugar a duda, en el tratamiento de sus protagonistas, en concreto, de sus galanes”.
dramática española del Renacimiento y del Barroco, Madrid, Gredos, pp. 75-76.
http://campus.unibarcelona.com/bbcswebdav/pid-982932-dt-content-rid
8302263_1/courses/20069_0410_A_201617/LOPE%20DE%20VEGA%2C%20Arte%20nuevo
Ruiz de Alarcón, J. (2003): La verdad sospechosa, Ed. de L. Josa, Madrid, Instituto Cervantes.
http://cvc.cervantes.es/obref/verdad_sospechosa/
[Consultado el 24/01/2017]