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Enfermedad de graves

La enfermedad de Graves es un trastorno del sistema inmunitario que da lugar a la sobreproducción de


hormonas tiroideas (hipertiroidismo). Se presenta en 50 de cada 100.000 personas por año, con un
predominio en mujeres de más del 80%. Si bien una serie de trastornos puede dar lugar al hipertiroidismo,
la enfermedad de Graves es una causa frecuente.
Signos y Síntomas
Algunos signos y síntomas frecuentes de la enfermedad de Graves son:
 Angustia e irritabilidad
 Un temblor leve de las manos o los dedos
 Sensibilidad al calor y aumento en la sudoración, o piel caliente y húmeda
 Adelgazamiento, a pesar de hábitos alimentarios normales
 Agrandamiento anormal de la glándula tiroides (bocio)
 Cambios en los ciclos menstruales
 Disfunción eréctil o disminución de la libido
 Movimientos intestinales frecuentes
 Ojos protuberantes (oftalmopatía de Graves)
 Fatiga
 Piel gruesa y roja, por lo general sobre las tibias o la parte superior de los pies (dermopatía de
Graves)
 Latidos del corazón irregulares o acelerados (palpitaciones)
Factores de riesgo

Aunque cualquiera puede contraer la enfermedad de Graves, existen distintos factores que pueden
aumentar el riesgo de padecerla. Estos factores de riesgo son los siguientes:

 Antecedentes familiares. Debido a que los antecedentes familiares de la enfermedad de Graves


son un factor de riesgo conocido, existe la probabilidad de que uno o más genes hagan que una
persona sea más propensa al trastorno.

 El sexo. Las mujeres son mucho más propensas a padecer la enfermedad de Graves que los
hombres.

 Edad. La enfermedad de Graves generalmente se manifiesta en personas menores de 40 años.


 Otros trastornos autoinmunitarios. Las personas que padecen otros trastornos del sistema
inmunitario, como diabetes tipo 1 o artritis reumatoide, están en mayor riesgo.

 El estrés físico o emocional. Los acontecimientos estresantes de la vida o las enfermedades


pueden desencadenar la enfermedad de Graves en personas con predisposición genética.

 Embarazo. El embarazo o parto reciente pueden aumentar el riesgo de sufrir el trastorno,


particularmente en mujeres con predisposición genética.

 Fumar. Fumar cigarrillos, lo cual puede afectar el sistema inmunitario, aumenta el riesgo de


padecer la enfermedad de Graves. Los fumadores que padecen la enfermedad de Graves también
tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad ocular de Graves.
Inmunopatología
En el proceso autoinmune participan tanto los LsB como los LsT con acción dirigida contra los
siguientes Ags: tiroglobulina, peroxidasa tiroidea y el receptor de la tirotrofina. Recordemos que la
hipófisis produce la hormona estimuladora de la tiroides, TSH, que actúa sobre la glándula al unirse a ese
receptor que para ella tienen las células de los acinos glandulares. El hipertiroidismo se genera, en gran
parte por la acción de los auto-Acs de la clase IgG dirigidos contra el receptor de la TSH, que modifican
el funcionamiento de la glándula al incrementar la producción de T3 y T4, lo que lleva al cuadro
clínico de hipertiroidismo. Sin embargo otros mecanismos autoinmunes influyen también pues no hay una
estrecha correlación entre los auto-Acs y los niveles de hormonas tiroideas.
En la tiroides se hace aparente un infiltrado de LsT y LsB y en ocasiones se observa la formación de
centros germinales. Estas células producen IL-1, TNF e IFNγ, que desencadenan un proceso inflamatorio.
El IFNγ induce la expresión de moléculas HLA-II lo que permite que células NK puedan atacar y destruir
células tiroideas. La reacciónde LsT y B contra la tiroglobulina y peroxidasa, los dos principales auto-
antígenos, generan una tiroiditis concomitante al hipertiroidismo.
Simultáneamente se producen Acs que estimulan, no ya la producción de la tiroxina, sino la
hiperplasia e hipertrofia de las células de los acinos y el acúmulo en ellas de coloide.
Los estrógenos participan en el desarrollo de la enfermedad, que rara vez ocurre antes de la pubertad, y
que como ya se mencionó, afecta más a las mujeres.
Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad de Graves puede comprender lo siguiente:
 Exploración física. Se examina para ver si los ojos están irritados o si sobresalen, y para ver si la
glándula tiroides ha aumentado de tamaño. Como la enfermedad de Graves acelera el
metabolismo, el médico te controlará el pulso y la presión arterial, y buscará signos de temblores.
 Muestra de sangre. El médico pedirá un análisis de sangre para determinar los niveles de la
hormona estimulante de la tiroides (TSH), la hormona hipofisaria que normalmente estimula la
glándula tiroides, así como los niveles de hormonas tiroideas. Por lo general, las personas que
padecen la enfermedad de Graves tienen niveles de TSH inferiores a los normales y niveles de
hormonas tiroideas superiores.
Otro análisis de laboratorio mide los niveles del anticuerpo que se sabe que causa la enfermedad de
Graves. Este análisis no suele ser necesario para hacer un diagnóstico, pero un resultado negativo podría
indicar otra causa del hipertiroidismo.
 Absorción de yodo radioactivo. El organismo necesita yodo para producir hormonas tiroideas.
El médico administrará una pequeña cantidad de yodo radioactivo y, posteriormente, medirá la
cantidad presente en la glándula tiroides con una cámara de exploración especializada para así
determinar la velocidad con la que la glándula tiroides absorbe el yodo. La cantidad de yodo
radioactivo que absorba la glándula tiroides ayuda a determinar si la enfermedad de Graves u otra
enfermedad es la causa del hipertiroidismo. Esta prueba puede combinarse con una exploración
con yodo radioactivo que muestre una imagen del patrón de absorción.
 Ecografía. La ecografía usa ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes de las
estructuras internas del cuerpo. La ecografía puede revelar si la glándula tiroides tiene un tamaño
mayor y resulta de gran utilidad para el examen de personas que no pueden someterse a la
absorción de yodo radioactivo, como las mujeres embarazadas.
 Pruebas de diagnóstico por imágenes. Si el diagnóstico de oftalmopatía de Graves no es claro a
partir de una evaluación clínica, el médico puede pedirte que te hagas una prueba de diagnóstico
por imágenes, como una exploración por tomografía computarizada (tecnología de rayos X
especializada que produce imágenes transversales delgadas). También puede utilizarse la
resonancia magnética que emplea campos magnéticos y ondas de radio para producir imágenes
transversales o tridimensionales.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento para la enfermedad de Graves son inhibir la producción de hormonas
tiroideas y bloquear el efecto de las hormonas en el organismo. Algunos tratamientos comprenden los
siguientes:
Terapia con yodo radioactivo
Esta terapia consiste en tomar yodo radioactivo por vía oral. Como la tiroides necesita yodo para producir
hormonas, el yodo radioactivo se dirige a las células tiroideas y, con el tiempo, la radioactividad destruye
las células tiroideas hiperactivas. Esto hace que la glándula tiroides reduzca su tamaño y que los síntomas
disminuyan de forma gradual; en general, después de varias semanas o varios meses.
La terapia con yodo radioactivo puede aumentar el riesgo de empeorar o presentar síntomas nuevos de la
oftalmopatía de Graves. Este efecto secundario suele ser leve y pasajero, aunque es posible que no te
recomienden esta terapia si ya tienes problemas oculares moderados a graves.
Otros efectos secundarios pueden comprender sensibilidad en el cuello y aumento transitorio de las
hormonas tiroideas. La terapia con yodo radioactivo no se usa para tratar a mujeres embarazadas o que
están amamantando.
Como este tratamiento provoca una disminución en la actividad tiroidea, es probable que después debas
tratarte para administrarle cantidades normales de hormonas tiroideas al cuerpo.
Medicamentos antitiroideos
Los medicamentos antitiroideos afectan el uso de yodo por parte de la tiroides para producir hormonas.
Algunos medicamentos de venta con receta son el propiltiouracilo y el metimazol (Tapazole).
Debido a que el riesgo de contraer la enfermedad hepática es más frecuente con el propiltiouracilo, los
médicos consideran el metimazol la primera opción al momento de recetar medicamentos.
Cuando los dos medicamentos se usan solos, puede ocurrir una recaída de hipertiroidismo más adelante.
Tomar este medicamento durante más de un año, en cambio, puede ayudar a obtener mejores resultados a
largo plazo. Los medicamentos antitiroideos también se pueden usar antes o después de la terapia con
yodo radioactivo, a modo de tratamiento complementario.
Los efectos secundarios de ambos medicamentos comprenden erupción cutánea, dolor articular,
insuficiencia hepática o disminución en los glóbulos blancos que combaten las enfermedades. El
metimazol no se usa para tratar a embarazadas durante el primer trimestre debido al pequeño riesgo de
defectos congénitos. Por lo tanto, el medicamento antitiroideo preferente es el propiltiouracilo durante el
primer trimestre del embarazo. Después del primer trimestre, se suele retomar el uso de metimazol y se
deja de recetar el propiltiouracilo.
Betabloqueantes
Estos medicamentos no inhiben la producción de hormonas tiroideas, pero sí bloquean el efecto de las
hormonas en el organismo. Pueden aliviar relativamente rápido los latidos del corazón irregulares, los
temblores, la ansiedad o la irritabilidad, la intolerancia al calor, la sudoración, la diarrea y la debilidad
muscular.
Los betabloqueantes comprenden:
 Propranolol (Inderal)
 Atenolol (Tenormin)
 Metoprolol (Lopressor, Toprol-XL)
 Nadolol (Corgard)
Los betabloqueantes no se suelen recetar a personas con asma, ya que estos medicamentos pueden
desencadenar un ataque de asma. Estos medicamentos también pueden complicar el control de la
diabetes.
Cirugía
La cirugía para extraer toda la tiroides, o parte de ella, (tiroidectomía o tiroidectomía parcial) también es
una opción para el tratamiento de la enfermedad de Graves. Después de la cirugía, probablemente,
necesites un tratamiento para brindarle al organismo cantidades normales de hormonas tiroideas.
Los riesgos de esta cirugía comprenden posibles lesiones a los nervios que controlan las cuerdas vocales y
las pequeñas glándulas ubicadas cerca de la glándula tiroides (glándulas paratiroides). Las glándulas
paratiroides producen una hormona que controla los niveles de calcio en la sangre. Con la atención de un
cirujano con experiencia en cirugía de tiroides, las complicaciones son poco frecuentes.

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