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originada en los Estudios contemporáneos derivados del marxismo. Ahí se
encuentra, por ejemplo, el conjunto de investigadores de los Subalter Studies.
Pero, incluidos estos, ¿son incompatibles con la posición de las Escrituras?
Partiendo desde ellas lo son, así como se construye de nuevo la Casa de Jehová.
“Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo,
diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová” (Hag. 1:13). La opción por los
pobres o por los oprimidos en tiempos del ‘colonialismo’ es algo cuestionable.
Cuestionable en tanto lectura de las relaciones de poder, para estos de
dominación. Y también es cuestionable más bien dicho impugnable el hecho de
arrogarse la defensa de estos grupos de estrato vulnerado. Son ellos –me refiero
a los marxistas como endemoniados– los que con este título impiden la libertad.
Concierne a todo buen vivir cristiano y presbiteriano velar la construcción de
esta Casa de Jehová. Así relatan las Escrituras: “Pero el pueblo de la tierra
intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara” (Es. 4:14).
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tomar una opción por la identidad de la libertad como sentido de orientación.
Así debe orientar a su comunidad eclesial, tomando el ejemplo de Jesús:
Así se despliega una de las nociones clave de este artículo de Said. Implica
todo comienzo y práctica de ‘colonialismo’ hablar en términos de ‘violencia’.
No es la colonización otra cosa que la imposición, además de física, política. Y
se da sobre otro grupo humano en un territorio. Además Said habla de un lugar
o territorio delimitado, sería de acuerdo con Fanon, para ejercer la relación del
colonizador hacia el colonizado. Y se encuentra, en Said, todos los caracteres
habidos del texto de Fanon en el Pequeño Larousse Ilustrado Es este locus –o
ciudad colonial– del que habla Said en la definición de ‘colonia’. Se trata del
“[e]stablecimiento fundado por una nación en otro país y gobernado por la
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metrópoli”1. Queda más clara, con deducción del asunto, la relación funcional
de las palabras más una definición. Y el Pequeño Larousse Ilustrado define al
‘colonialismo’ como la “[d]octrina imperialista que considera sólo la
colonización como medio de provecho de las naciones colonizadas” 2. Entonces
se precisa el pliegue de esa constitución identitaria por oposición. Se
argumenta, y hasta con otro principio de Autoridad, a lo ‘inferior’ o
‘colonizado’. Hay, sin embargo, un segundo momento que se describe en Said.
Es la ubicación del colonizado en la etapa tercermundista. Se tiene en esta parte
una variedad de elementos que la configuran y hasta quizás la reconfiguran. Se
replantea la situación del colonizado –Said dice pese a la independencia de los
países subyugados– en el “racismo”3 el reducto colonialista. Está, no obstante,
la otra noción sobre los “interlocutores”4. Se toman las nociones más amplias y
no las que son pertinentes o exclusivas de la antropología estadounidense /
europea. Se aclara de esta manera para la sintética exposición sobre artículo de
Edward Said. Sobre los interlocutores, Said busca una relación coherente en la
participación de los intelectuales críticos. Aclara, en principio, que hay por lo
menos dos clases de interlocutores o personalidades que hablan a nombre de los
subalternos. Plantea, esto según la época, que en una situación de dominio
colonial no habrá muchas esperanzas de aquella participación. Él la denomina
de tipo sumisa y, por supuesto, pasiva. Said también sostiene otra forma, por
ejemplo, de la situación de violencia del ‘intelectual nativo’ de acuerdo a
Fanon. Desarrolla, en ambas, la intervención pasiva en los siguientes términos:
1
De Toro y Gisbert Miguel, Pequeño Larousse Ilustrado, (Buenos Aires: Larousse, 1964), 247.
2
De Toro y Gisbert Miguel, Pequeño Larousse Ilustrado, 247.
3
Se plantea el argumento contextual de Said sobre el ‘racismo’. Este “[…] se hizo presente
como una fuerza decisiva con efectos asesinos en las feroces guerras coloniales y las políticas
rígidas e inflexibles que le siguieron. La experiencia de ser colonizado, por tanto, tuvo una gran
significación […]cuando el último policía blanco fue licenciado y la última bandera europea
cayó” Said Edward W., “Representar al colonizado. Los interlocutores de la antropología”, 25.
4
Ibíd., 30-31.
4
Un interlocutor en la situación colonial es, por consiguiente y por
definición, todo aquel que es sumiso y pertenece a la categoría de lo que
los franceses en Argelia llamaron un evolue, notable (el grupo de
liberación reservó la designación de beni-wéwe o negro-del-hombre-
blanco para ellos), o alguien que como intelectual nativo de Fanon,
simplemente se niega a hablar teniendo bien claro que sólo una
respuesta radicalmente antagónica quizás violenta, es la única
interlocución posible con el poder colonial5.
Es testimonio vivo la descripción anterior de la época más conflictiva del
colonialismo en el siglo XX. Está por un lado el rol de los interlocutores de los
colonizados y por el otro se encuentra otra forma de intelectual revolucionario.
Hay algo en común en el primer grupo de interlocutores. Comparten una cultura
y la relación de dominación con los subalternos a quienes representan. Y tienen
un proceder políticamente correcto de acuerdo a las imposiciones por el
régimen que los subyuga. Los segundos son, quizás más consecuentes,
contrarios a toda forma de diálogo impuesto bajo las condiciones de la situación
colonial. Su respuesta es la violencia como la legitimación de un cambio justo
frente a la colonia. Además está el interlocutor “académico” 6 que parte de una
situación muy aséptica propia estatus. Se describe superficialmente una forma
de representación de la voz de los subalternos. Plantea la academia, según Said,
esta situación que es a la vez una paradoja. No fue, entonces la paradoja, algo
fundamental en la prosa intelectual. Entonces, ¿cuándo se partirá de la realidad
de los subalternos? Aunque se represente o no “[e]s solamente cuando figuras
subalternas como las mujeres, los orientales, negros y otros ‘nativos’ hacen
suficiente ruido cuando se les presta atención y se les responde cuando
hablan”7. Es a partir de una “responsabilidad de los intelectuales” 8 la única
forma legítima de influenciar sobre los representados. Es aquella capacidad de
5
Ibíd., 31 el paréntesis y cursivas le pertenecen.
6
Cf. Ibíd., 31.
7
Ibíd., 32.
8
Cf. Ibíd., 41.
5
influir con ideas frente a una política de expansión imperialista como la
estadounidense.
9
Cf. Ibíd., 36.
10
Cf. Ibíd., 39.
11
Cf. Ibíd., 55.
6
subalterno cuando hay un momento constitutivo de crisis. La última se da como
un momento de búsqueda por el sentido de lo ‘político’. Tienen su propio
sentido ambas posiciones, tanto en Said y en Spivak, sobre el lugar del
‘subalterno’. Así debe entenderse –desde ‘lo político’– a los actuales procesos
de descolonización.
Bibliografía
CHAKRABARTY Dipesh,
FANON Frantz,
GUHA Ranajit,
SAID Edward W,
7
1996 “Representar al colonizado. Los interlocutores de la antropología” en
González Stephan, Beatriz (comp.). Cultura y tercer mundo 1. Cambios en el
saber académico, Caracas: Nueva Sociedad.
SPIVAK Gayatri,