Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Frann1234 PDF
Frann1234 PDF
1
TEMA
Neuropsicología del lenguaje
Concepto
TEMA 1 – Esquema
Forma: Fonología, morfología, sintaxis.
Componentes Significado: Semántica.
Uso: Pragmática.
» Civilizaciones arcaicas
» Período greco-latino
» Arceo
2
Antecedentes » XVIII: Battista, Morgagni, Agustín Gesner, Gall, Spurzheim, Fluorens,
Baptiste, Dax.
» XIX: Broca, Auburtin, Wernicke.
» XX: Luria, Geschwind, Gazzinga Galaburda, Zaidel, Doreen.
RM
Estructural TAC
Técnicas de TDI
investigación
EEG
Funcional MEG
TEP
RMF
EMT
Ideas clave
Para estudiar este tema, lee atentamente las Ideas clave que se exponen a continuación.
Junqué, C., Bruna, O. y Mataró, M. (2004). Neuropsicología del lenguaje (pp. 2-10).
Barcelona: Masson.
Los textos están disponibles en el aula virtual en virtud del artículo 32.4 de la Ley de
Propiedad Intelectual.
Para comprender la actividad cerebral que da lugar al lenguaje es necesario entender que
los mencionados componentes implican la participación de un elevado número de
circuitos y redes neuronales.
ellas). El segundo se refiere al estudio estructural y funcional del cerebro para poder
determinar las relaciones entre ambos parámetros.
A la hora de comprender las bases neuropsicológicas del lenguaje, hay que tener en
cuenta estos componentes, una prueba más de que el modo en el que el cerebro
comprende y produce el lenguaje es mucho más complejo que el hecho de buscar una
región en el cerebro que se ocupe de todo el proceso.
Al igual que el estudio de otras funciones mentales en el cerebro, también en el caso del
lenguaje hay que remontarse a civilizaciones arcaicas. El Papiro Edwin Smith, adquirido
por este egiptólogo en 1862, ya recoge la descripción de dos casos en los que lesiones
craneales afectaron al habla de quienes la padecieron. Este papiro está datado en tiempos
del faraón Zoser, perteneciente a la tercera dinastía que gobernó entre 2665 y 2645 A.C.
Durante el período grecolatino también fueron muchos los que escribieron acerca de los
desórdenes del habla, desde la escuela hipocrática, Plinio el viejo o el propio
Galeno. Si bien en muchos casos se atribuían estos desordenes a alteraciones de la
lengua, Galeno consideraba que la «memoria de las palabras» se podía perder como
consecuencia de un traumatismo craneoencefálico.
Pasaría mucho tiempo antes de que se asociaran los trastornos del lenguaje con el daño
cerebral. Muchas explicaciones acudían a las lesiones periféricas, pero pocos buscaban
la base en el cerebro. El cirujano español Francisco Arceo (1493-1573) describió un
caso en el que la extirpación de una parte del cerebro dañada por un traumatismo causó
severos problemas al habla, pero estas descripciones fueron casos aislados.
En este contexto científico, surge una nueva disciplina que, con algunas luces y muchas
sombras, va a condicionar el estudio de la neuropsicología del lenguaje. La frenología,
desarrollada por Franz Josef Gall (1758-1828) y Johann Spurzheim (1776-1832),
fue el primer intento por topografiar las funciones mentales en el cerebro. Sin embargo,
fracasó este intento, en parte por la excesiva simplificación del concepto de
funcionamiento cerebral y, en parte también, por el desarrollo de planteamientos en
ocasiones extravagantes y arbitrarios sobre el procedimiento y las implicaciones de esta
pretendida ciencia. Además, incluso teniendo acceso a múltiples casos de lesiones
cerebrales como consecuencia de las guerras europeas, los frenólogos fueron incapaces
de apreciar el papel del hemisferio izquierdo (HI) en lenguaje y la importancia del lugar
de la lesión a la hora de valorar los trastornos del habla.
En plena polémica surgen los trabajos relacionados con la localización cerebral del
lenguaje. Primero Jean Baptiste Bouillaud (1796-1881), y posteriormente Paul
Broca (1824-1880), contribuyeron definitivamente a centrar el estudio de las bases
cerebrales del lenguaje. El primero de ellos abandonó los postulados frenológicos y
después de examinar muchos pacientes (más de quinientos), formuló la idea de que el
habla dependía de la corteza del lóbulo frontal. Continuando con esta idea, otros autores
como Marc Dax (1771-1837) o Ernest Auburtin (1825-1893) contribuyeron a
consolidar esta idea, aunque sin una confirmación definitiva que apartara cualquier
sombra de duda.
Quien sí aportó esas pruebas fue Paul Broca (1824-1880), el cual presentó el cerebro del
famoso paciente «Tan» (Louis Victor Leborgne), el cual había perdido la capacidad de
hablar. Dicho cerebro presentaba una importante área lesionada en la región
inferolateral de lóbulo frontal izquierdo, región que actualmente se conoce como área
de Broca. A partir de este caso, Broca informó de otros muchos de incapacidad para
hablar, consolidando la idea de la localización cerebral para el habla.
Ya en el siglo XX, las dos guerras mundiales proporcionaron, por desgracia, muchos
casos clínicos de lesiones cerebrales con alteraciones lingüísticas, lo que supuso un
importante avance en esta disciplina. Además, se tomó plena consciencia de la
complejidad cognitiva del lenguaje. Ya no se trataba de comprender las alteraciones del
habla o de la lectoescritura, sino que también había que abarcar todos los componentes
lingüísticos (morfológico, sintáctico, prosódico…) al mismo tiempo que tomar en
consideración los componentes semánticoconceptuales.
Más allá del ámbito clínico, la neuropsicología actual no solo trata de explicar las
alteraciones cerebrales, sino que también aspira a explicar las redes neuronales
responsables del comportamiento normal y los procesos cognitivos en sujetos sin daño
alguno. Para ello, se sirve de dos grandes grupos de técnicas, las encaminadas a valorar
y medir el comportamiento y los procesos cognitivos, y las que permiten observar, medir
o intervenir sobre la actividad cerebral.
Entre las técnicas estructurales, las dos más comunes son la tomografía axial
computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM). La primera de ellas
utiliza la técnica de rayos X de manera que, según el diferente grado de absorción de los
tejidos, se pueden diferenciar los tejidos blandos del líquido o los huesos. Es una técnica
útil en clínica, pero menos en investigación, porque el sujeto se ve expuesto a radiación
y la discriminación del tejido es baja. Una mayor discriminación proporciona la
resonancia magnética, que utiliza las características electromagnéticas de los átomos
para diferenciarlos y se pueden obtener imágenes con una resolución espacial bastante
alta, de manera que se pueden identificar las principales estructuras cerebrales (Figura
3).
Figura 4. Imagen por DTI donde se pueden observar los tractos cerebrales. Fuente:
http://enigma.ini.usc.edu/wp-content/uploads/2014/09/bt1305cambridge2.jpg
En cuanto a las técnicas funcionales, hay mucha más diversidad. Tanta que podemos
hablar de tres grandes grupos: Técnicas de supresión de la actividad cerebral,
técnicas de estimulación cerebral y técnicas de registro de la actividad
cerebral. Como se deduce de su nombre, las técnicas de supresión consisten en
inactivar una parte del tejido nervioso y observar las consecuencias que ello tiene sobre
la conducta. En humanos, salvo situaciones muy excepcionales, esto ocurre como
consecuencias de lesiones cerebrales. Sin embargo, con modelos animales es una de las
prácticas más tradicionales, ya que muchas de las investigaciones pioneras en
neurociencia utilizaron diversas variantes de este procedimiento. Con respecto a las
técnicas de estimulación ocurre algo similar, ya que consisten, básicamente, en
implantar electrodos en regiones cerebrales de interés y observar las reacciones del
sujeto al producir una breve estimulación. Actualmente, la estimulación magnética
transcraneal (EMT) se está empezando a trabajar con humanos. Consiste en un
aparato que genera un campo magnético que puede dirigirse hacia las regiones
cerebrales que consideremos oportunas y observar los efectos sobre la conducta del
sujeto. Es una técnica inocua y el campo magnético generado puede alcanzar estructuras
cerebrales profundas con bastante precisión.
Las técnicas de registro nos permiten obtener información sobre el grado de activación
de regiones, redes o circuitos cerebrales cuando el sujeto realiza determinadas tareas o
estado de reposo. Son técnicas que se utilizan tanto en el ámbito clínico como en
investigación; las más habituales son la encefalografía (EEG), la
magnetoencefalografía (MEG), la tomografía por emisión de positrones
(TEP) y la resonancia magnética funcional (RMF).
Figura 8. Imagen de resonancia magnética donde puede apreciarse la activación cerebral al mover las
manos. Fuente: http://www.martinos.org/neurorecovery/images/fMRI_labeled.png
Casos prácticos
Manejo de símbolos
A continuación, se presenta una tabla en la que aparecen una serie de palabras escritas
mediante símbolos. La tarea consiste en descifrar las palabras utilizando la clave de
descodificación que se muestra al principio.
Con ello se pretende estimular tu mente mediante una tarea que implica convertir
símbolos y deducir elementos ausentes para completar palabras con sentido.
A, , B, , C, , E, , F, , I, , L, , M, , O, , P, , R, , S, , T, , V,
Código Palabra Código Palabra
Solución
A, , B, , C, , E, , F, , I, , L, , M, , O, , P, , R, , S, , T, , V,
Código Palabra Código Palabra
Memoria Torero
Establo Ingeniero
Trabajar Argentina
Cajonera Desafinado
Educación Internacional
Desayuno Colectivo
Vacaciones Presidente
Película Animadoras
Recreo Cantante
Matemáticas Pasillo
Escritorio Autoridad
Matrimonio Específico
Autopista Armario
Monolito Recortable
Agricultor Selección
Alcanzado Naturaleza
Esfuerzo Recompensa
Gimnasia Objetivo
Lo + recomendado
Lecciones magistrales
No dejes de leer
Nicolas, S. (2007). Descubrimiento del área de Broca. Mente y Cerebro, 22, 44-48.
Accede al artículo a través del aula virtual en virtud del artículo 32.4 de la Ley de
Propiedad Intelectual
No dejes de ver
+ Información
A fondo
Valderas, J.M. (2014). Brodmann y la cartografía cerebral. Mente y Cerebro, 69, 86-92.
Webgrafía
Web de la revista Brain and Language, una de las más importantes en este ámbito de
conocimiento. Permite consultar los resúmenes de los artículos y, mediante suscripción,
acceder libremente a todos los contenidos.
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
https://www.journals.elsevier.com/brain-and-language/
ASHA
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
http://www.asha.org/
Bibliografía
Test
3. ¿En qué siglo se produjo la identificación del área de la corteza cerebral relacionada
con el habla?
A. XXI.
B. XX.
C. XIX.
D. XVIII.
5. ¿Qué técnica nos permite ver el tejido cerebral y diferenciarlo del hueso, pero sin poder
discriminar con precisión entre las estructuras cerebrales?
A. La tomografía axial computarizada (TAC).
B. La resonancia magnética (RM).
C. La estimulación magnética transcraneal (EMT).
D. La magnetoencefalografía (MEG).
7. ¿Qué técnica nos permite registrar con mayor precisión la actividad de las neuronas?
A. La electroencefalografía (EEG).
B. La resonancia magnética (RM).
C. La estimulación magnética transcraneal (EMT).
D. La magnetoencefalografía (MEG).
9. Si queremos observar qué áreas cerebrales se activan cuando un niño está leyendo,
¿qué técnica utilizaríamos?
A. La tomografía axial computarizada (TAC).
B. La resonancia magnética funcional (RMF).
C. La electroencefalografía (EEG).
D. La magnetoencefalografía (MEG).