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En la actualidad la experimentación en animales no humanos es obligatoria conforme

a los códigos de ética para la investigación biomédica. Según el Código de


Nuremberg, cualquier experimento hecho en seres humanos “debe ser diseñado y
basado en resultados de investigación animales”

.1 La Declaración de Helsinki, adoptada en 1964 por la XIII Asamblea Médica Mundial,
indica también que la investigación médica en sujetos humanos “debe estar basada en
pruebas de laboratorio adecuadamente realizadas y en experimentación con animales”

A partir de 1940 ha habido una nueva especialidad dentro de la medicina


veterinaria: “ciencia de los animales de laboratorio”. Esto deja claro el rol
central dado al uso de los animales en la investigación, hasta el punto de ser
un verdadero paradigma.

Hay diferentes propósitos por los que se usan y matan animales en el campo
de la investigación biomédica, incluyendo los siguientes:

Estudio de enfermedades
Varios procedimientos tienen como objetivo estudiar cómo evolucionan las
diferentes enfermedades. Esto se hace al provocar a los animales, de manera
deliberada, la enfermedad que se estudia, para observar cómo esta
enfermedad y el tratamiento podrían darse en los humanos. Una amplia
variedad de enfermedades se estudian de esta manera, como las
enfermedades digestivas, neurológicas y genéticas. Los animales también se
usan para estudiar el daño cerebral, el daño de la médula espinal, el Parkinson,
el SIDA, el cáncer, la obesidad y muchas otras. Para llevar a cabo estos
experimentos, los animales son obligados a soportar terribles enfermedades,
daños traumáticos, alimentación forzada, quemaduras, privación social y
exposición a sustancias tóxicas.

Desarrollo de nuevas drogas


El descubrimiento de nuevas medicinas supone por lo general cuatro pasos
principales:

1. Identificación de drogas potenciales. Primero, se identifican los nuevos


químicos que pueden ser útiles como medicinas. El número de animales
usados en experimentos durante esta fase supone alrededor del 10% del
número total de animales que se usan en los procesos de creación de nuevas
medicinas.

2. Probar las nuevas sustancias. Las sustancias que se consideran


prometedoras pasan a pruebas posteriores. Esta es, de lejos, el área en que se
experimenta con la mayoría de animales en el proceso de creación de nuevas
medicinas. Hasta el 80% de animales en los que se experimenta se usan en
esta fase.

3. Prueba de seguridad. La seguridad de las sustancias elegidas en las fases


previas es examinada de nuevo. Por lo general, más del 10% de animales en
los que se experimenta se usan en esta fase.

4. Refinamiento del producto final. La fase final en el desarrollo de nuevas


medicinas incluye estudios en humanos. Por lo general, no se experimenta en
animales no humanos durante este momento. 3

Para una droga individual, pueden usarse hasta 3.000 animales en varias
pruebas. El dolor de estos animales puede ser controlado a menudo con
medicinas, pero estas podrían interferir en el experimento. Esta es una razón
por la que pueden no darse medicamentos analgésicos. Además, los
experimentadores pueden prolongar de manera importante el sufrimiento de los
animales al mantenerlos vivos por mucho tiempo después de ser dañados de
manera fatal por los experimentadores. Los investigadores mantienen a estos
animales vivos solamente porque su muerte durante los experimentos podría
hacer los datos menos útiles.

Animales usados para la experimentación


Se usa una gran variedad de animales en la investigación, incluyendo los
siguientes:

Ratones y ratas. Se usan ratones y ratas para una gran variedad de propósitos.
Están sujetos de manera habitual a experimentos sobre la reacción de los
mamíferos a un ataque, intoxicación o infección experimental (parasitaria,
bacterial o viral), y reacciones y desórdenes inmunológicos, oncológicos
(relativos a tumores), teratológicos (desarrollo fisiológico anormal) y
embriológicos. Los ratones son los animales usados de manera más frecuente
para análisis de enfermedades humanas de origen genético. Las ratas son
usadas también de manera frecuente en estudios nutricionales, conductivos y
endocrinológicos. Los ratones y ratas son usados en experimentos sobre
cáncer y nutrición, enfermedad renal, colesterol y transplante de piel, así como
muchos otros.

Perros y gatos. Los perros son usados de manera habitual en estudios


cardiovasculares, técnicas de reanimación cardiovascular, anemia, enfermedad
cardíaca y muchos otros. Se experimenta en gatos de manera habitual para
estudiar enfermedades neurológicas, cáncer, enfermedades genéticas, y
también en estudios del sistema inmune, entre otros.

Conejos. Se usan conejos para examinar la seguridad de drogas y vacunas, así


como para estudiar transplantes, colesterol, seguridad de productos y muchas
otras cosas usadas principalmente en la producción de antídotos, farmacología,
toxicología, teratogenicidad y reproducción.

Cobayas. Se usan cobayas como modelos en estudios inmunológicos,


farmacológicos y nutricionales.

Hámsters. Se usan hámsters para varios objetivos, incluyendo estudios sobre


reproducción, citogénesis e inmunológicos.

Aves, reptiles y ranas. Se usan aves, reptiles y ranas en experimentos relativos


a la diabetes, el cáncer de hígado, cuestiones neurobiológicas, y en muchos
otros experimentos.

Vacas. Se usan vacas en experimentos que incluyen transplantes de órganos,


diabetes y enfermedades cardíacas, entre otros.

Primates. Se usan primates en la investigación sobre cuestiones como el SIDA,


el Parkinson, la anestesia, el sarampión y muchas otras enfermedades.

La mayoría de animales usados por investigadores han sido criados de manera


específica para ser los sujetos de experimentos. Sin embargo, otros animales
en los que se experimenta puede ser obtenidos de lugares como refugios o
poniendo anuncios. En muchos casos, los animales son modificados
genéticamente, y estas modificaciones genéticas pueden producirles un
sufrimiento importante durante sus vidas. La muerte prematura podría ser
resultado de algunas modificaciones genéticas.

Ejemplos de procesos
Abajo hay descripciones de tipos de experimentos y situaciones 4 donde son
usados los animales no humanos:

Pruebas de sensibilización de la piel. Se suelen usar cobayas para esto. Varias


dosis de químicos son colocadas en la piel de las cobayas para ver si una
aplicación posterior produce una reacción inmunitaria mayor de la provocada
en una cobaya no expuesta de manera previa a la sustancia.

Pruebas de carcinogenicidad. Se dan dosis de sustancias potencialmente


carcinógenas a animales como ratas durante dos años, y se estudian los
tumores que crecen. En otros experimentos, se dan químicos a conejas
durante su embarazo, estudiéndose el contenido uterino para ver si ocurre la
muerte fetal o un crecimiento alterado debido a dichos químicos.

Pruebas de problemas cardíacos. Se inducen ataques o paros cardíacos de


manera artificial en perros para estudiarlos.

Pruebas de parálisis. Se colocan pesos a roedores para producir parálisis y


daños en la columna vertebral.

Pruebas de náusea. Se implantan electrodos en los intestinos de perros para


hacerles vomitar.

Pruebas de dolor de cabeza. Se provocan síntomas similares a la migraña en


primates para usar determinados químicos.

Pruebas de toxicidad. Estas pruebas evalúan, como su nombre sugiere, el


grado en que determinadas sustancias pueden ser tóxicas. Algunas de estas
pruebas pueden producir que la piel de los animales se rompa y se despelleje.
Las pruebas de toxicidad también pueden producir sangrado interno, vómitos,
convulsiones y coma.

Estudios metabólicos. Se implantan tubos a los animales en la vía biliar.

Pruebas de histocompatibilidad. En las antiguas pruebas de histocompatibilidad


se evaluaban siempre los nuevos materiales en seres humanos para ver si
eran biocompatibles. Hace ya tiempo esto pasó a ser considerado inaceptable.
Actualmente, para que un material pueda ser considerado biocompatible, debe
pasar a través de varias fases. Hay pruebas in vito, pruebas in vivo (es aquí
donde se suelen usar animales no humanos) y pruebas de uso.

Medicamentos. También se usan animales para estudios de biocapacidad, la


investigación del nivel de frecuencia a la que una medicina o droga es
absorbida o puede ser disponible en los órganos o tejidos corporales después
de haber sido administrada.

Investigación de patógenos. Se usan animales transgénicos en investigación


de mecanismos patogénicos de enfermedades como instrumentos de prueba
para posibles componentes terapéuticos, y como instrumentos in vivo de
validación de tratamientos potenciales.

Neurobiología. Se usan animales, especialmente ratas, para estudiar los


efectos de la cirugía y la nutrición en el cerebro.

El debate sobre la experimentación animal


Quienes defienden la experimentación animal afirman que incluso si se
desarrollaran métodos que no dañen a los animales, habría varios casos en los
que sería necesario probar drogas o procedimientos en animales vivos.
Quienes se oponen a esta posición han defendido que los experimentos en
animales pueden no reflejar con exactitud el efecto que estas drogas tendrán
en los seres humanos. Las diferencias por la especie y grupo de animales
usados pueden producir que los resultados no predigan con exactitud los
efectos en seres humanos. También puede hablar problemas derivados de que
la población de animales usados sea homogénea, mientras que la población de
seres humanos es bastante diversa. También pueden provocar una inexactitud
en los resultados las diferencias entre la manera en que los materiales
probados son administrados en el laboratorio, y la manera en que son ingeridos
y absorbidos por los seres humanos.5

Se afirma también que incluso aunque los seres humanos y los animales no
humanos pueden desarrollar en muchos casos problemas de salud similares,
los mecanismos fisiológicos son diferentes. Esta sería la razón por la que una
extrapolación de datos a partir de los experimentos en animales no resulta
epistemológicamente sólida.6

Al margen de estas críticas, y con independencia de si las mismas son


correctas o no, puede señalarse que hay un profundo contraste entra la forma
en que los seres humanos y los animales son considerados en lo que respecta
a la investigación biomédica. Veremos esto con más detalle en las siguientes
dos secciones.

 
Las regulación no están consiguiendo
una diferencia
Existen algunas regulaciones en varios países relacionadas con la manera en
que se puede usar a los animales en experimentos. Sin embargo, estas
regulaciones suelen imponer muy pocas limitaciones al uso de animales no
humanos.

En la Unión Europea, si bien la experimentación animal para la producción de


cosméticos está prohibida, en pocos casos se prohíbe el uso de animales en
experimentos con objetivos científicos. La norma principal actual en el ámbito
de la Unión Europea es la Directiva 2010/63/UE del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 22 de septiembre de 2010, relativa a la protección de los animales
utilizados para fines científicos.7 Aunque muestra una menor falta de
consideración por los animales no humanos que casi cualquier otra norma legal
en este ámbito, no cuestiona la experimentación animal en sí. Estipula algunos
requisitos que buscan reducir el sufrimiento de los animales, pero estos pueden
ser compensados por los requisitos del experimento, y no mantiene que las
vidas de los animales merezcan ser preservadas o protegidas. Esto se muestra
no solamente por el hecho de que los animales son matados de manera
habitual en el proceso, sino también por el gran número de animales que son
matados sencillamente por ser criados sin que finalmente se experimentara en
ellos. Son matados de todas formas, y no solamente está permitido, sino que
es la práctica habitual.

En EEUU la experimentación animal se supone realizada según las


estipulaciones de la Animal Welfare Act de 1966. 8 A pesar del avance en
nuestra comprensión de la sintiencia animal y los argumentos relativos a la
consideración moral de los animales en las últimas décadas, se aplica una ley
de hace medio siglo, sin que la misma haya sido reemplazada por nueva
legislación que dé una protección más importante a los animales. Para
entender hasta qué punto la Animal Welfare Act da una pobre protección a los
animales, es importante tener en cuenta que excluye de su consideración a
animales como los roedores, que suponen la gran mayoría de animales usados
en experimentación.

La ejecución de la Animal Welfare Act está asignada a la división Animal Care


del Animal and Plant Health Inspection Service (APHIS), una sección del United
States Department of Agriculture (USDA). Este no es un organismo dedicado a
la protección de los animales, sino uno que acepta por completo dañar a
animales no humanos para el beneficio de seres humanos.
En otros países los comités de ética animal determinan si cierto procedimiento
en el que se usan animales es aceptable o no. Estos comités incluyen por lo
general a defensores de la experimentación, que suponen casi siempre la
mayoría. Los procedimientos son aceptados de manera común incluso si
producen un daño importante a los animales.

Todo esto muestra que los animales usados en pruebas biomédicas seguirán
careciendo de protección mientras que las leyes acepten que sus vidas e
intereses tienen escaso o ningún valor.

La ética animal y la experimentación


Hay varios objetivos en los que los beneficios de experimentar en animales no
humanos claramente no supera los daños, debido a que los daños son muy
importantes en relación con los beneficios triviales (por ejemplo, la
experimentación de cosméticos). En otros casos, los beneficios son mayores y
pueden superar los daños causados a las víctimas. Existen diferentes teorías
éticas con visiones diferentes de los criterios que deberíamos usar para tomar
decisiones que afectan a sujetos en los que se experimenta (humanos y
animales no humanos).9 Según algunas teorías, producir daño a un individuo
para beneficiar a otros es siempre moralmente inaceptable, por lo que deberían
prohibirse los experimentos en estos casos. Según otras teorías, deberíamos
considerar los daños producidos a algunos individuos junto con los beneficios
dados a otros, y dar prioridad a los que tengan más peso. Según estos puntos
de vista, los experimentación en los últimos casos serían aceptables. Pero si la
defensa de esta posición no se aplica a los humanos, sino solamente a los
animales no humanos, estaríamos desarrollando un prejuicio especista, y no
estaríamos aceptando realmente la posición ética de manera consistente. De
hecho, la cuestión de la utilidad de las pruebas en uso o clínicas es raramente
examinada dessde la perspectiva de beneficios contra daños. Se asumen
simplemente que pueden usarse animales no humanos como recursos si ello
beneficia a los humanos. Pero debemos rechazar el especismo, y realizar las
evaluaciones éticas de cada práctica dejando de lado la especie a la que se
pertenece, teniendo en consideración solamente los intereses que los
individuos tienen.

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