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Experimentación en animales

Ariana Nicole Cajacuri Rafael


Facultad de Ingeniería de Petróleo, Gas Natural y
Petroquímica, Universidad Nacional de Ingeniería

BRC01A: Redacción y Comunicación

Viviana Gómez Espinoza


1. Párrafo de inicio

1.1. Contextualización

1.1.1. Tema: La experimentación en animales


1.1.2. Controversia:
1.2. Tesis o postura
1.3. Anticipación
2.
¿Sabías que más de 400.000 animales mueren al año por experimentación y que cada
año aumenta un 5%, ya sea para investigación básica, biomédica, militar, pruebas de
productos, y educación y formación? Por un lado, algunos argumentan que la
experimentación en animales es necesaria para obtener conocimientos y desarrollar
tratamientos que beneficien a los seres humanos. Por otro lado, existe un creciente
grupo de personas preocupadas por el sufrimiento y la explotación de los animales en
estas prácticas. Desde nuestra perspectiva consideramos que los experimentos en
animales son procedimientos dolorosos con confinamiento en jaulas y condiciones de
vida artificiales, lo que puede resultar en sufrimiento físico y emocional. En el presente
texto exploraremos los argumentos en contra de la experimentación en animales.

La experimentación en animales implica someter a los animales a condiciones de vida


artificiales y procedimientos invasivos que les causan dolor y sufrimiento. Esto incluye
el uso de sustancias tóxicas, cirugías y pruebas que pueden dañar física y
emocionalmente a los animales. Es injusto y poco ético utilizar a los animales como
meros objetos de experimentación.
Se dice que los animales se anestesian adecuadamente durante los experimentos
dolorosos o incómodos. Las pruebas muestran que esto no es cierto.
Aproximadamente tres cuartas partes de los experimentos con animales se llevan a
cabo sin anestesia de ninguna clase, y cifras recientes muestran que su número
aumenta. Por ejemplo, cifras recientes del Home Office británico muestran que en un
período de doce meses aumentó en un 11 % el número de experimentos sin anestesia
realizados a babuinos, el número de experimentos sin anestesia realizados con
conejos creció en un 20 %, mientras que el número de los mismos realizados con
perros aumentó un 15 %.
Incluso cuando se utiliza anestesia, las pruebas disponibles sugieren que a menudo
ésta no es la adecuada. Es raro que un científico que experimenta con animales
disponga de la presencia de un anestesista apropiadamente formado durante las
pruebas, ya que, la anestesia es una especialidad compleja y sofisticada que los
especialistas tardan años en dominar. Como resultado de tal ignorancia, muchos
animales quedan paralizados, pero no anestesiados, y ello conlleva que, aunque no
puedan gritar ni moverse sí sientan dolor.
Los investigadores se justifican diciendo que los animales que utilizan reciben atentos
cuidados. Dicen que todos los investigadores se preocupan profundamente por los
animales que utilizan y que antes, durante y después de los experimentos se trata a
los animales con cariño y respeto. Por desgracia, las pruebas muestran que esto está
muy alejado de la realidad. Consideremos, por ejemplo, el caso del eminente
psicólogo americano doctor Edward Taub, que durante años realizó experimentos en
los que los nervios que controlan los brazos de los monos quedaban dañados. El
objetivo aducido de la investigación era recabar información que pudiera ayudar a
víctimas humanas de apoplejía, pero los doctores han estado tratando durante años a
pacientes de apoplejía, y yo no veo razón alguna por la cual podría desearse realizar
tales experimentos con animales.
Aunque la gran mayoría de investigadores con animales no estén cualificados
médicamente y no tengan experiencia práctica o clínica de ninguna clase, la mayor
parte de los que defienden los experimentos con animales lo hacen admitiendo que los
resultados obtenidos pueden ser utilizados para salvar vidas humanas. Ésta es, por
varios motivos, la mayor y más efectiva de las mentiras, pues constituye la base del
poderoso argumento emocional que puede resumirse como la opción "o la rata de
laboratorio o su propio hijo". No hace falta ser un genio de la medicina para advertir
que si se prueba un nuevo fármaco para la hipertensión sanguínea en un puñado de
ratas que nunca sufren tales molestias en condiciones normales no puede esperarse
obtener resultados fiables; y esto es exactamente lo que sucede. Aunque parezca
increíble, a los pacientes humanos se les prescriben fármacos que parecen no causar
daño a los animales, aunque nadie tenga ni la más remota idea de cuáles pueden ser
los efectos a largo plazo.
Hay disponibles alternativas mejores, más seguras y más efectivas para la
comprobación de fármacos. A finales de este siglo, los médicos y los científicos
mirarán atrás y se reirán de los laboratorios actuales que realizan pruebas con
animales con el fin de investigar y comprobar nuevos medicamentos y procedimientos
quirúrgicos. En lugar de probar nuevos fármacos y productos químicos con ratones y
conejos, los científicos utilizarán células humanas desarrolladas en laboratorio y todo
un amplio surtido de recursos para las pruebas. El peligro que subyace en tener que
confiar en los experimentos con animales ha sido tan evidente que durante muchos
años los investigadores sensatos han estado buscando alternativas realistas. Y las han
encontrado. Y estas alternativas son: Cultivos de tejidos y células, tecnología informática,
estudiar a la gente, serependismo, etc.

Sin duda, la experimentación en animales es un acto de crueldad y de poca confianza


en resultados seguros y confiables.
En conclusión, la experimentación en animales plantea serias preocupaciones éticas y
morales. El sufrimiento y la crueldad asociados con esta práctica son difíciles de
ignorar. Los animales son sometidos a procedimientos dolorosos y confinados en
entornos artificiales que les privan de su libertad y bienestar. Además, existen dudas
sobre la validez científica de los resultados obtenidos en animales debido a las
diferencias biológicas entre las especies. Afortunadamente, hay un creciente
reconocimiento de la necesidad de buscar alternativas más éticas y confiables en la
investigación científica. Los avances en tecnología y modelos de investigación in vitro
ofrecen oportunidades para desarrollar métodos más efectivos sin recurrir a la
experimentación en animales. Es fundamental seguir promoviendo y apoyando la
implementación de estas alternativas, con el objetivo de proteger el bienestar animal y
avanzar hacia una investigación científica más ética y responsable. Y tú ¿Apoyaras
esta lucha contra la experimentación en los animales o serás un espectador del
sufrimiento de estos seres indefensos?

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