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CAPITALISMO AVANZADO’’
INTRODUCCIÓN
El modo más seguro de comprender el concepto de lo postmoderno es
considerarlo como un intento de pensar históricamente el presente en una
época que ha olvidado como se piensa históricamente. Lo postmoderno
busca rupturas; acontecimientos antes que nuevos mundos.
La postmodernidad es lo que queda cuando el proceso de modernización (que
no es lo mismo que modernidad) ha concluido y la naturaleza se ha ido para
siempre. Es un mundo más plenamente humano que el antiguo, pero en él
la cultura se ha convertido en una auténtica ‘’segunda naturaleza’’. La
cultura se ha vuelto un producto por derecho propio. La postmodernidad
es el consumo de la pura mercantilización como proceso.
La impureza de toda teoría postmoderna confirma lo siguiente: la
postmodernidad no es la dominante cultural de un orden social
completamente nuevo sino solo el reflejo y la parte concomitante de una
modificación sistemática más del propio capitalismo.
El regreso de la narrativa como narrativa del final de las narrativas, el regreso
de la historia en el pronóstico de la muerte de la historia, sugiere una segunda
característica de la postmodernidad: la postmodernidad se convierte en su
propia teoría y en la teoría de sí misma; es claramente autorreferencial.
Es importante para situar a la postmodernidad el término capitalismo tardío.
Este concepto originado en Frankfurt, acentuaba una red creciente de control
burocrático y una interpretación tal entre gobierno y grandes negocios; el
capitalismo tardío subraya nuevas formas de organización empresarial situadas
más allá de la fase de monopolio: sus rayos incluyen la nueva división
internacional del trabajo, nuevas formas de interrelación de los media, la
informática y la automatización y la escapada de la producción a zonas
del tercer mundo.
La preparación económica de la postmodernidad o capitalismo tardío
comenzó en los años cincuenta, después de que se compensase la escasez
de bienes de consumo y de repuestos de los tiempos de guerra y cuando se
pudieron promover nuevos productos y tecnologías.
IV NUEVAS TECNOLOGÍAS
La euforia de estas nuevas superficies es tanto más paradójica cuanto que su
contenido esencial se ha deteriorado o desintegrado hasta un punto que aún
era inconcebible en los primeros años del SXX.
¿Cómo puede deleitar a la irada la miseria humana que se expresa en la
mercantilización? ¿Cómo se puede vivir ahora, con una nueva y extraña
euforia alucinatoria, un salto cuántico sin precedentes en la alienación de la
vida cotidiana de la urbe?
El otro de nuestra sociedad ya no es en absoluto la Naturaleza como era
en las sociedades precapitalistas, sino otra cosa que debemos identificar. No
es la tecnología per se; convendrá distinguir varias generaciones de poder
maquinistico y fases de tecnología dentro del propio capital: el capitalismo del
mercado, la fase de monopolio o imperialista y nuestro propio momento de
capital multinacional. Este último es la forma más pura del capital, una
prodigiosa expansión del capital por zonas que hasta ahora no se habían
mercantilizado.
La tecnología de nuestro momento no posee la misma capacidad de
representación que el ferrocarril, o la turbina; el ordenador, o los revestimientos
de las diversas medias y el televisor no articulan imágenes sino que las
implosionan. Son máquinas de reproducción más que de producción, y le
imponen a nuestra capacidad de representación estética exigencias muy
distintas a las de la idolatría relativamente mimética de la antigua
maquinaria.
Algo que surge en los textos postmodernos es la sensación de que más allá de
toda temática o contenido la obra parece sacar provecho de las redes del
proceso de reproducción, permitiéndonos atisbar un sublime postmoderno
o tecnológico cuyo poder de autenticidad se manifiesta en la lograda
evocación de esas obras de todo un nuevo espacio postmoderno que
surge en torno nuestro.
Quisiera sugerir que nuestras representaciones defectuosas de una inmensa
red comunicativa e informática son sólo una imagen distorsionada de algo
mucho más profundo como es todo el sistema mundial del capitalismo
multinacional de nuestros días.
La tecnología de la sociedad contemporánea es hipnótica y fascinante.
El televisor no articula nada, implosiona, aplanada superficie de
imágenes.
Refleja el sistema económico mundial. Más que objetos en movimiento la
idea es que la máquina es el ordenador y la tv, implosiona dentro está
llena de imágenes aplanadas.
V ESPACIO APABUYANTE
Nos hallamos en presencia de algo así como una mutación en el espacio
construido. Los sujetos humanos que irrumpimos en este nuevo espacio, no
nos hemos acompasado al ritmo de esta evolución; la mutación acontecida en
el objeto no le ha acompañado, hasta ahora, una mutación equivalente en el
sujeto.
Características del edificio Hotel Westin Bonaventure.
El bonaventura encierra la aspiración de ser un espacio total, un mundo entero,
una especie de ciudad en miniatura (y a este nuevo espacio le corresponden
nuevas prácticas colectivas de comportamiento) El edificio no ser parte de la
ciudad, sino antes bien su equivalente. Esta separación de la ciudad es muy
distinta de la que caracterizó a los grandes monumentos de estilo internacional:
en estos últimos, la separación era violenta, manifiesta y tenía un significado
simbólico muy marcado.
Los grandes ventanales del Hotel, repele hacia afuera la ciudad; una repulsión
análoga a las gafas de sol especulares que hacen imposible al interlocutor ver
los ojos del que habla y por tanto comportan una cierta agresividad hacia el
otro y un cierto poder sobre el.
Se diría que las escaleras mecánicas y los ascensores sustituyen a partir de
ahora al movimiento, pero también y sobre todo, que se autodefinen como los
nuevos signos y emblemas que reflejan el movimiento propiamente dicho. El
trayecto narrativo, se encuentra sustituido por una máquina transportadora.
Es imposible calcular los volúmenes que se encuentran dentro del hotel así
mismo darles forma.
El ascensor nos permite una experiencia radical totalmente diferente, la de salir
disparado a toda velocidad hacia el techo y atravesarlo. Pero también este
movimiento vertical se encuentra frenado: los ascensores suben hasta uno de
os salones de cocteles rotativos, en el cual se nos ofrece el espectáculo de una
ciudad convertida en u propia imagen por el cristal de las ventanas a través de
las cuales observamos.
Es laberíntico, difícil de ubicarse.