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EL POSMODERNISMO

SEGUN FREDERIC
JAMESON
LA REDACCIÓN6 septiembre, 1986
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EL POSMODERNISMO SEGUN FREDERIC JAMESON


Raquel Tibol
En la revista Casa de las Américas de mayo-junio de este año se publica un
importantísimo ensayo del estudioso marxista estadunidense Frederic Jameson sobre
El posmodernismo o La lógica cultural del capitalismo tardío Sólo resumiré algunos
pasajes de su variado contenido
Eso que en la última década ha dado en denominarse posmodernismo estaría
caracterizado por el fin de la ideología, del arte o las clases sociales; la “crisis” del
leninismo, de la socialdemocracia o del estado de bienestar El posmodernismo existe
para quienes acepten la hipótesis de que en el último cuarto de siglo se ha producido
un corte radical con el movimiento modernista, que es repudiado estética e
ideológicamente Productos de ese modernismo fueron: el expresionismo abstracto en
la pintura, el existencialismo en filosofía, las películas de autor y cierto auge en la
novela y la poesía Después sobrevino el pop art, Andy Warhol, el fotorrealismo, el
nuevo expresionismo, la música de John Cage Los Beatles y los Stones quedan en el
modernismo y son sustituidos por los compositores del punk del rock new wave Del
posmodernismo son la estética de la textualidad y el video experimental No se trata de
innovaciones estilísticas sino de cortes más fundamentales El momento cumbre de la
arquitectura modernista es el marcado por el Estilo Internacional de Frank Lloyd
Wright, Le Corbusier, Mies van der Rohe, criticado de manera implacable por el
posmodernismo, incluidas sus consideraciones urbanísticas, las cuales causaron la
destrucción de la ciudad tradicional y su cultura de barrios, debido al elitismo y al
autoritarismo En arquitectura el posmodernismo se presenta como un populismo
estético que intenta desvanecer la antigua frontera entre la alta cultura y la llamada
cultura de masas o cultura comercial
Los posmodernistas reivindican el kitsh, las series de televisión, a propaganda
comercial, las Selecciones del Readers Digest, las películas de bajo nivel, el género
detectivesco, la ciencia ficción, no para citarlos sino para incorporarlos íntegramente
El posmodernismo corresponde o expresa a la sociedad posindustrial, o sea, la
sociedad de consumo, la sociedad de los medios masivos, la sociedad de la
información, la sociedad electrónica o de la tecnología sofisticada Frederic Jameson
considera que las teorías del posmodernismo tienen la obvia misión ideológica de
demostrar, para su propio alivio, que la nueva formación social ya no obedece a las
leyes del capitalismo clásico, o sea, la primacía de la producción industrial y la
omnipresencia de la lucha de clases Por eso los marxistas las han enfrentado con
vehemencia, excepción hecha de Ernest Mandel, quien considera que ésta es la etapa
más pura del capitalismo Frente a ello Jameson puntualiza: “Todas las posiciones del
posmodernismo en lo referente a la cultura —trátese de apología o estigmatización—
son también, al mismo tiempo y necesariamente, declaraciones políticas implícitas o
explícitas sobre la naturaleza del capitalismo multinacional de nuestros días” Sea
como fuere, resulta “esencial entender el posmodernismo no como un estilo, sino como
una dominante cultural, concepto que incluye la presencia y la coexistencia de una
gran cantidad de rasgos muy diversos, pero subordinados”
Entre los posmodernistas avant la lettre Jameson menciona a Marcel Duchamp,
Gertrude Stein, Raymond Roussel, a la vez que hace memoria de la posición social del
modernismo, que suscitó el repudio de la burguesía victoriana y posvictoriana; sus
formas fueron consideradas feas, disonantes, oscuras, escandalosas, inmorales,
subversivas, antisociales, pero hoy Picasso y James Joyce han dejado de ser feos, están
canonizados e institucionalizados En consecuencia, gran parte de la revuelta
posmodernista ya no escandaliza a nadie; sus materiales sexuales explícitos, sus
expresiones abiertas de desafío social y político son recibidos con la mayor
complacencia Es que la innovación y la experimentación estética son requeridos por la
frenética urgencia económica para producir nuevas líneas de productos de apariencia
novedosa Tales requerimientos económicos encuentran apoyo institucional en museos,
fundaciones y mecenazgos Muy claro es el caso de la arquitectura posmoderna que
recibe el mecenazgo de las empresas multinacionales, cuya expansión y desarrollo son
contemporáneos a los de esa arquitectura Globalmente —señala Jameson— la cultura
posmoderna es la expresión interna y superestructural de un nuevo momento de
dominación militar y económica de los Estados Unidos en todo el mundo “En este
sentido —no dice—, como ha sucedido en toda la historia dividida en clases, el reverso
de la cultura es la sangre, la tortura, la muerte y el horror”
En su significado y función social el posmodernismo se diferencia del modernismo
debido a la diferente ubicación de aquél en el sistema económico el capitalismo tardío
y a la transformación de la propia esfera de la cultura en la sociedad contemporánea
El posmodernismo es el campo de fuerza en que tipos muy diferentes de impulsos
culturales tienen que abrirse camino
Las características constitutivas del posmodernismo son: una nueva superficialidad
que encuentra su prolongación en toda nueva cultura de la imagen o el simulacro; un
consecuente debilitamiento de la historicidad, tanto en nuestra relación con la historia
pública como en las nuevas formas de la temporalidad privada, cuya estructura
esquizofrénica determinará nuevos tipos de relaciones en las artes temporales; un tipo
completamente nuevo de emocionalidad, cuyas intensidades se logran mediante un
retorno a lo sublime; todo esto sustentado en la nueva tecnología que ofrece el nuevo
sistema económico internacional; el sujeto que en el periodo del capitalismo clásico y
la familia nuclear estuvo centrado, se disuelve hoy en el mundo de la burocracia
organizativa
El posmodernismo marcará la mengua de los afectos, o sea, el fin del ego, lo cual
implica el fin de las sicopatologías de ese mismo ego, y por lo tanto el fin del estilo en
el sentido de lo peculiar y personal; el fin de la pincelada individual distintiva Los
sentimientos de los productos culturales de la era posmoderna son impersonales y
flotantes, y tienden a estar dominados por un tipo peculiar de euforia La vida diaria,
la experiencia síquica, los lenguajes culturales, están dominados hoy por hoy por
categorías de espacio y no por categorías de tiempo La creciente falta del estilo
personal ha engendrado la práctica casi universal de lo que se puede denominar
pastiche Dice Jameson: “Si las ideas de una clase dominante fueron en una época la
ideología dominante (o hegemónica) de la sociedad burguesa, hoy en día los países
capitalistas avanzados se han convertido en campo de una heterogeneidad estilística y
discursiva carente de norma Aunque amos sin rostro siguen modelando las estrategias
económicas que constriñen nuestra existencia, los mismos ya no necesitan (o no
pueden) imponer su discurso; y la posliterariedad del mundo del capitalismo tardío no
sólo refleja ausencia de un gran proyecto colectivo, sino también la desaparición del
antiguo lenguaje nacional”
El pastiche, como la parodia —dice el ensayista estadunidense—, es la imitación de
una máscara peculiar, un discurso en una lengua muerta; pero es una práctica neutral
de tal imitación, carente de los motivos ulteriores de la parodia, amputada de su
impulso satírico, despojada de risas y de la convicción de que junto a la lengua
anormal, de la que se ha echado mano momentáneamente, aún existe una saludable
normalidad lingüística El pastiche es, pues, una parodia vacía, una estatua con
cuencas ciegas”
El verdadero precursor de la producción cultural posmoderna no es Schoenberg, sino
Stravinsky Porque con el derrumbe de la ideología del estilo del auge modernista —
aquello que es tan peculiar e inconfundible como las huellas digitales, tan
incomparables como el cuerpo individual—, los productores de cultura no tienen
hacia donde volverse, sino al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a
través de todas las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una
cultura que ya es global Los mejores ejemplos a este respecto los encuentra Jameson
en la arquitectura posmoderna, la cual canibaliza al azar y sin precipicios, pero con
apetito, todos los estilos arquitectónicos del pasado y los combina para producir
conjuntos demasiado estimulantes La nueva arquitectura —considera— viene a ser
como un imperativo para que creemos nuevos órganos, para que ampliemos nuestros
sentidos y nuestro cuerpo a nuevas dimensiones aún inimaginables y quizás imposibles
en última instancia
Terminaré este fragmentado resumen advirtiendo que Jameson rechaza las
condenaciones moralizantes del posmodernismo “No hay dudas —afirma— de que la
lógica el simulacro, con su transformación de más antiguas realidades en imágenes de
televisión, no se limita a replicar la lógica del capitalismo tardío, sino que la refuerza y
la intensifica”

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