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Los aceros inoxidables se caracterizan por su resistencia a la corrosión, alta resistencia y

ductilidad, así como por su elevado contenido de cromo. Se les llama inoxidables porque,
en la presencia de oxígeno (aire), desarrollan una delgada película de óxido de cromo, dura
y adherente, que protege al metal de la corrosión (pasivación, ver sección 3.8). Esta película
protectora se vuelve a acumular en caso de que se raye la superficie; para que la
pasivación ocurra, el contenido mínimo de cromo debe ser de 10% a 12% en peso.
Además del cromo, otros elementos de aleación típicos de los aceros inoxidables
son el níquel, molibdeno, cobre, titanio, silicio, manganeso, columbio, aluminio, nitrógeno
y azufre. La letra L se utiliza para identificar los aceros de bajo carbono. A mayor
contenido de carbono, menor será la resistencia a la corrosión de los aceros inoxidables,
debido a que el carbono se combina con el cromo en el acero y forma carburo de cromo;
la reducida disponibilidad de cromo reduce la pasividad del acero. De igual manera, el
carburo de cromo introduce una segunda fase y, a partir de ahí, promueve la corrosión
galvánica.

Austeníticos (series 200 y 300). En general, estos aceros están compuestos de cromo,
níquel y manganeso en hierro. No son magnéticos y tienen excelente resistencia a la
corrosión, pero son susceptibles al agrietamiento por esfuerzo-corrosión. Los aceros
inoxidables austeníticos se endurecen mediante el trabajo en frío. Son los aceros inoxida

bles más dúctiles y se pueden formar con facilidad, aunque su formabilidad se reduce
con mayor trabajo en frío. Se utilizan en una amplia variedad de aplicaciones, como los
artículos de cocina, accesorios, construcción soldada, equipo ligero de transporte, partes
para hornos e intercambiadores de calor, así como en componentes para ambientes químicos
severos.
Ferríticos (serie 400). Estos aceros tienen un alto contenido de cromo (hasta 27%),
son magnéticos y poseen buena resistencia a la corrosión, pero su ductilidad es más baja
que la de los aceros inoxidables austeníticos. Los ferríticos se endurecen mediante trabajo
en frío y no se les puede dar tratamiento térmico. En general se utilizan en aplicaciones
no estructurales, como equipo para cocina y guardafangos automovilísticos.
Martensíticos (series 400 y 500). La mayoría de los aceros inoxidables martensíticos
carecen de níquel y se endurecen mediante tratamiento térmico. Su contenido de
cromo puede ser hasta de 18%, son magnéticos y tienen alta resistencia, dureza y resistencia
a la fatiga, buena ductilidad y resistencia moderada a la corrosión. Se utilizan comúnmente
en cuchillería, herramientas quirúrgicas, instrumentos, válvulas y resortes.

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