Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Needing Her PDF
Needing Her PDF
1
Está traducción fue realizada sin fines de lucro por lo cual no tiene costo alguno. Es
una traducción hecha por fans y para fans.
2
Página
Índice
Sinopsis Capítulo 16
Capítulo 1 Capítulo 17
Capítulo 2 Capítulo 18
Capítulo 3 Capítulo 19
Capítulo 4 Capítulo 20
Capítulo 5 Capítulo 21
Capítulo 6 Capítulo 22
Capítulo 7 Capítulo 23
Capítulo 8 Capítulo 24
Capítulo 9 Capítulo 25
Capítulo 10 Capítulo 26
Capítulo 11 Capítulo 27
Capítulo 12 Capítulo 28
Capítulo 13 Capítulo 29
Capítulo 14 Capítulo 30
Capítulo 15
3
Página
Sinopsis
Pearce Kensington. 25 años de edad. Multimillonario, graduado de la Ivy
League. Futuro CEO. Miembro de una poderosa sociedad secreta.
Es todo lo que siempre ha querido, pero no creía que pudiera tener. Pero estar
con ella la traerá a su mundo. Un mundo al que no pertenece. Un mundo del que
quiere escapar. Un mundo que tendrá que esconder de ella para mantenerla a salvo.
Debería dejarla ir. Pero no puede. La ama. La necesita. Así que va a arriesgarlo
todo para estar con ella.
4
Página
Pearce
L
a limusina conduce a través de una parte de New Haven en la que nunca he
estado antes. Las sirenas de la policía se desvanecen en la distancia y no veo
nada más que viejos edificios de ladrillo, con ventanas que están ya sea
destrozadas o cerradas con tablas y cartón. Grafiti cubre casi todas las superficies;
bancos, vallas, señales de tráfico. Pasamos una mujer empujando un carrito de
compra lleno de cajas de cartón y mantas raídas. Su cabello es áspero y
enmarañado y parece que no se ha duchado en semanas.
—Ya verás.
Señala a algunas personas sin hogar, vestidos con harapos, su piel sudorosa del
sofocante calor y la humedad de agosto. La mujer está tamizando a través de un
cubo de basura, y los dos hombres están hablando cerca, probablemente haciendo
5
—Son escoria de la sociedad. Los restos que nos llevarán a todos abajo.
Ocupando espacio y recursos. Estirando nuestra economía por su dependencia en
nuestro gobierno. —Su mirada se vuelve hacia mí—. Y sin embargo, tienen un
propósito. Permiten a las personas como nosotros lucir bien ante los ojos de las
masas. Donamos dinero a los refugios. Fondos de programas de empleo.
Organizamos eventos de caridad. Y a cambio, nos ponemos en un pedestal por
nuestras buenas acciones.
Me estoy poniendo más nervioso mientras habla. Algo está a punto de suceder.
Algo malo.
—Ellos sirven para otros fines. Uno que estoy a punto de mostrarte.
—Lo haremos. —Sus ojos están todavía en el hombre cruzando la calle—. Pero
primero tenemos que cumplir con nuestra misión.
—¿Qué sería eso? —Mi corazón bombea rápido, mi mano agarrando el asiento.
—¿Que se vuelve más fácil? Por favor, solo dime lo que estamos haciendo aquí.
Mi padre alcanza y golpea ligeramente el cristal que nos separa del conductor.
La limusina se ralentiza a medida que pasamos un refugio para desamparados. Es
tarde y la gente se alinea en el frente, probablemente esperando para conseguir una
comida. Nuestro conductor realiza un giro a la derecha por un callejón. Y luego se
detiene, pero deja la limusina en marcha.
—Es el momento, Pearce. —Mi padre me da una sonrisa llena ahora, pero sus
ojos son oscuros, casi negros. Lo veo alcanzar un compartimiento en el lado de la
limusina. Saca una pistola con silenciador adjunto.
6
Página
Mi corazón bombea más duro, el miedo hormiguea en la parte de atrás de mi
cuello.
Pero es muy tarde. El arma ya se fue. El ruido que hizo fue solo un pop
embotado en lugar de un estruendo, haciendo eco del grito que hubiera sido sin el
silenciador adjunto. Muevo mis ojos al hombre de pie junto al edificio, pero su
cuerpo está ahora encorvado en el suelo, la espalda de la camisa mostrando un
círculo de sangre que está creciendo hacia fuera desde el agujero hecho por la bala
que le atravesó la espalda y directamente a su corazón.
7
Página
Inicios de los 90
Pearce
M
e retuerzo en la cama, mi pecho desnudo bañado en sudor, mi corazón
bombeando fuerte y rápido. Cierro los ojos fuertemente, después los abro
y veo la obra de arte frente a mi cama, la cómoda de madera oscura justo
debajo de ella. Y entonces el sonido de Beethoven llena la habitación. Es mi alarma
que se apaga.
Cierro los ojos otra vez y me froto la frente. Fue solo un sueño, o más como
una pesadilla. No he pensado en ese día durante años. Pero ayer, cuando iba de
camino a conocer un cliente, estaba parado en un semáforo y miré a mi derecha y
vi a un indigente orinando al lado de un edificio y recuerdos de ese día empezaron
a llegar de nuevo.
Me volteo para encontrar una mujer en la cama junto a mí. Está volteada hacia
mi lado, su largo cabello rubio extendido sobre la almohada. Sus ojos están
cerrados y sonríe.
8
Página
—Apaga la alarma y ven aquí —dice ella, su mano subiendo por mi pierna en
dirección a mi entrepierna—. No he terminado contigo todavía.
Ira crece dentro de mí. ¿Qué demonios está haciendo aquí todavía? No le
permito a ninguna mujer pasar la noche aquí. No es solo la regla de ellos.
Es mi regla. Pero al parecer la rompí anoche. Bebí mucho y debí quedarme
dormido y esta mujer decidió que estaba bien quedarse a dormir en mi cama.
Mis ojos van a la deriva sobre ella. Es hermosa. Pechos grandes, vientre plano,
piernas largas, piel del color del oro. Fácilmente podría ser una modelo. Ese cuerpo
podría vender casi cualquier cosa. Ropa. Perfumes. Carteras. Zapatos. Es el tipo de
mujer por el cual otras mujeres matarían por verse como ella. No estoy seguro que
tanto es real. Sé que se ha hecho al menos alguna cirugía para verse así. Sus pechos
son definitivamente falsos, pero el que los haya hecho hizo un excelente trabajo. Se
ven naturales. Es como se sienten lo que los delató.
—No puedo llegar tarde —le digo mientras salgo de la cama—. Tengo que
alistarme. Puedes usar el cuarto de baño de huéspedes si lo deseas.
—No te cubras. —La escucho decir—. Un cuerpo como ese se tiene que
exhibirse. Alto. Musculoso. —Hace una pausa—. Bien dotado.
Ignoro sus cumplidos. Sé que los dice porque se supone que tiene que hacerlo.
Estoy seguro que le dice lo mismo a los miembros viejos y fuera de forma.
—Sí.
Así que para facilitarnos las cosas, las mujeres son proporcionadas como un
beneficio de la membrecía. Las mujeres son evaluadas, tanto física como
mentalmente, para asegurar que son adecuadas para el trabajo. La lista de
candidatas incluye mujeres de todas las razas y nacionalidades. Algunos dirían que
son prostitutas de gama alta pero nosotros las llamamos socios. Es una palabra en
código que podemos utilizar en conversaciones cotidianas sin que nadie sepa de lo
que estamos hablando. Solo los miembros la conocen y se ha convertido en algo así
como una broma interna. Voy a ir a tomar unas copas con uno de mis socios esta noche.
Todos sabemos que significa. Incluso las esposas saben.
A diferencia de los socios, las esposas son uno de nosotros. Ellas tienen el
nombre correcto, la educación adecuada, el correcto linaje. La mayoría tiene padres
o hermanos que son miembros. Es por eso que son emparejadas con nosotros. Ellas
conocen su lugar. Saben su propósito. Y la mayoría son felices de cumplir con su
papel, a pesar de que significa una vida en un matrimonio sin amor.
10
Página
—Dios, te sientes tan bien. —La escucho decir mientras se muele en mí, sus
piernas a horcajadas sobre mí.
No iba a hacer esto, pero ella me incitó y ahora estamos de vuelta en la cama
para que me haga acabar. Sus pechos están rebotando en frente de mi rostro pero
cierro los ojos tratando de imaginarme en otro lugar. Con alguien que de verdad me
importe. Alguien por la que sienta algo. No sé porque lo hago. Por qué imagino
estas cosas que nunca tendré. Ni siquiera estoy seguro si el verdadero amor existe.
Si es así, sé que nunca voy a experimentarlo.
Este es mi futuro. Una mujer como esta. Alguien que no conozco. Alguien que
está más que feliz por hacerme acabar pero que no le importo un demonio. Solo
está haciendo su trabajo. Y mañana por la noche, se lo hará a otra persona.
Será así el resto de mi vida. Siempre voy a estar con mujeres como ella, incluso
si me veo obligado a casarme de nuevo.
Mi esposa fue escogida para mí cuando tenía 22. Ella también tenía 22 y
acababa de graduarse de Vassar con un título en Literatura Rusa. Yo me acababa
de graduar de Yale con un título en Finanzas. Ninguno de los dos quería casarse
pero éramos jóvenes y obedientes e hicimos lo que nos dijeron.
Su nombre era Kristina y tenía sueños de pasar sus veinte años viajando al
extranjero, no jugar el papel de la esposa de Pearce Kensington. Y no tenía ganas
de jugar el papel de su marido. Mi único objetivo era asistir a la escuela de
posgrado en Harvard y aprender tanto como fuera posible para que pudiera algún
día demostrarle a mi padre que era mejor en el funcionamiento de nuestra empresa
que él.
Después que Kristina y yo nos casamos en lo que fue una boda ridículamente
sobre-el-tema de verano, al que asistieron seiscientos de los mejores amigos de
nuestros padres, nos trasladamos a Boston asistí a Harvard y comencé a trabajar en
mi MBA1. Al igual que con otras parejas que habían organizado matrimonios,
Kristina y yo llevábamos vidas separadas. Pasaba su tiempo, ya sea leyendo o
participando en eventos de caridad de gama alta, tratando de establecer su lugar
como una mujer de sociedad. Yo fui a la universidad y pasaba el tiempo libre
saliendo con mis compañeros de clase, algunos de los cuales eran también
miembros de la organización.
1
Master of Business Administration en inglés, abreviado MBA. Y en español es Maestría en
Página
Administración de Negocios.
cabello rubio rojizo que siempre se retiraba detrás de la cabeza y fijaba en un estilo
que la hacía parecer mucho mayor. No le gustaba el aire libre o cualquier tipo de
actividad física, prefiriendo permanecer en el interior y leer, un estilo de vida que
no fue amable con su cuerpo. Su piel era pálida y estaba muy delgada, casi sin tono
muscular.
El matrimonio terminó un año más tarde, después que Kristina admitió que era
lesbiana. Sospechaba que lo era cuando la vi por primera vez, pero no le dije a
nadie hasta diez meses después de nuestro matrimonio. Los miembros no pensaron
que Kristina sería capaz de fingir ser adecuadamente mi mujer, dada su preferencia
sexual, y por lo tanto nos permitieron obtener un divorcio. Fue la mejor noticia que
había tenido en años. Kristina era una chica bastante agradable, pero yo estaba
aliviado de estar fuera del matrimonio, y también ella.
Nunca quiero casarme de nuevo, pero sé que me van a obligar. Ser soltero no
es aceptado en mi mundo. No solo entre mis amigos ricos, sino también en mi vida
empresarial. Algún día voy a ser CEO de Kensington Chemical y nuestros clientes
y socios de negocios son más propensos a confiar en un director general con una
vida matrimonial estable que una de soltero. Y necesito a alguien que me
acompañe a eventos sociales.
Pero desde mi divorcio hace casi dos años, no he estado establecido con nadie.
Creo que quieren que esté más centrado en mi carrera antes de que me empujen a
otro matrimonio. O tal vez piensan que es demasiado pronto. Mi mundo es todo
acerca de las apariencias y se vería mejor si esperara unos años antes de casarme de
nuevo.
Me siento mal por ella. Es joven y hermosa y, sin embargo se quedó atascada
haciendo este trabajo. Me pregunto cuánto tiempo hace que fue contratada. El
reclutamiento puede realizarse por cualquiera de los miembros, aunque no lo he
hecho yo mismo. La forma en que funciona es que un miembro ve una mujer joven
y bella y le ofrece hacer realidad sus sueños por un precio. Para algunas de estas
chicas, el sueño es llegar a ser modelo o actriz. Otras solo quieren grandes sumas de
dinero para gastar a su antojo.
Cualquiera que sea el sueño, el precio es que tienen que cuidar de las
necesidades físicas de los miembros. Estoy seguro de que esta chica no quiere estar
haciendo esto. Pero ahora no puede salir. Nunca estará fuera. Cuando sus buenas
apariencia se desvanezcan, haciéndola indeseable a los miembros, todavía será
monitoreada para asegurarse de que nunca revela los secretos.
—Sophia.
¿No le dijeron? Tal vez es nueva. Esta es la primera vez que he estado con ella
y parece que tiene aproximadamente 20 o 21. Tal vez acaba de comenzar. Aun así,
deberían haberle dicho las reglas y el castigo por no seguir esas reglas.
13
—Podrías salir herida. —Tengo que ser honesto con ella. Romper las reglas ha
provocado la muerte de otras chicas. No sé a ciencia cierta, pero supongo que eso
Página
—Sophia, no tengo tiempo para discutir esto contigo. Tengo que ir a trabajar.
Asiente.
Un buen hombre. No podía estar más equivocada. Si supiera las cosas que he
hecho. No soy un buen hombre. Soy un Kensington.
14
Página
Rachel
A
rrastro mis compras los tres tramos de escaleras hasta el apartamento, el
sudor goteando por mi frente. Es en momentos como estos que realmente
me gustaría que este lugar tuviera un ascensor. Es un viejo y encantador
edificio y amo vivir aquí, excepto por las escaleras. Y normalmente no me importa,
pero hoy esta brutalmente caliente y húmedo afuera y el hueco de la escalera es
incluso más caliente.
Es otoño en Connecticut, ¿así que por qué está tan caliente? Supongo que
técnicamente no es otoño aún. Es solo primero de septiembre. Tal vez en una
semana o dos va a enfriar.
—¿Hola?
—No necesito uno. Es buen ejercicio subir las escaleras. Y este lugar está cerca
de la universidad.
millas de distancia.
Página
—Tu padre y yo de verdad te extrañamos —dice mi mamá—. Dos semanas no
fue suficiente tiempo.
—Estaré de vuelta para acción de gracias, mamá. Serán solo en unos pocos
meses. Espero que papá no esté planeando freír el pavo de nuevo.
Mis padres viven en una granja, y el año pasado mi papá casi quemó el granero
tratando de hacer el pavo. Mi mamá no le permitía tener la freidora en ningún parte
cerca de la casa así que la llevó cerca del granero y se incendió. Afortunadamente,
detuvo el fuego antes de que ocurriera un daño real.
—Los días de tu padre friendo pavos han terminado. —Se ríe—. El pavo estará
en el horno este año. Oh, antes de que lo olvide, tu padre quiere que consiga los
boletos de avión para tu graduación. Pero si vas a mudarte de vuelta, estaba
pensando que quizás tu padre y yo deberíamos conducir hasta allí y ayudarte con la
mudanza.
Tiene tantas reglas y tantas restricciones que me sentí sofocada viviendo bajo su
techo. La amo y sé que tiene buenas intenciones, pero necesitaba un poco de
espacio, por lo que estaba secretamente encantada cuando Hirshfield me ofreció
una beca que cubre la mitad de la matrícula. Me dio una excusa para salir de
Indiana y, finalmente, vivir por mi cuenta.
16
Página
—Mamá, sigue adelante y obtén los boletos de avión. No sé lo que voy a hacer
después de la graduación. Mi contrato va hasta el final de diciembre y espero tener
un trabajo para entonces, así que voy a mudarme a donde sea que termine estando.
Sugirió eso cuando estuve en casa la semana pasada. Incluso me dio algunos
folletos de museos en Indiana. Condujo todo el camino a un puesto de información
turística de la autopista para conseguirlos. Solo los tomé y no dije nada. Sabe que
no quiero volver allí. Quiero conseguir un trabajo en un gran museo de historia en
una gran ciudad, como Nueva York.
Cuando no respondo, dice—: Bueno, supongo que voy a conseguir los boletos.
Tu padre y yo siempre podemos conducir después y ayudarte a mudarte.
—Mamá, mi helado se derritió e hizo un gran lío. Tengo que limpiar esto. Te
llamaré más tarde. Dile a papá que le mando saludos.
Voy al sofá y enciendo el televisor. No tengo TV por cable así que mis opciones
17
son limitadas. Mientras estoy cambiando los canales, las sirenas resuenan fuera de
mi ventana. Eso pasa mucho. Las sirenas de policía están siempre sonando. Mi
Página
Mis padres han estado aquí un par de veces de visita y cuando mi madre vio
donde vivía, se puso aún más preocupada por mí. Está convencida de que voy a ser
asesinada viviendo aquí.
Hay una gran cantidad de personas sin hogar que deambulan en mi barrio.
Supongo que al menos algunos de ellos han estado en la cárcel y no tenían adónde
ir cuando salieron, de manera que terminaron en las calles. Y hay algunos chicos
que viven en mi edificio que lucen como chicos universitarios, pero estoy casi
segura que son traficantes de drogas.
Sé que es una zona peligrosa, pero no dejo que me moleste. Tal vez soy
ingenua o demasiado optimista, pero prefiero creer que la gente es intrínsecamente
buena, pero luego algo pasa y van por el camino equivocado. No es que crea que
los criminales son buenos. Solo estoy diciendo que todo el mundo merece una
segunda oportunidad y no debemos juzgar a las personas en base a errores que
cometieron en el pasado. Si lo hacemos, solo seguirán por ese camino equivocado y
nunca encontrarán su camino lejos de él.
Es por eso que soy voluntaria en el refugio de personas sin hogar un día a la
semana. Enseño a leer y escribir a quien quiera aprender. Una gran cantidad de
estas personas nunca terminaron la escuela y ni siquiera aprendieron a leer, así que
no pueden encontrar trabajo y están atrapados viviendo en las calles. Algunos han
estado en prisión pero ahora están tratando de cambiar sus vidas y quiero ayudarles
a hacer eso.
Pido un combo grande, y luego espero en el sofá, pasando los canales, tratando
Página
de encontrar una película para ver. He visto todas las películas que paso. En la
secundaria, mis amigos y yo vimos un montón de películas. No había mucho más
que hacer en un pequeño pueblo rural.
Me levanto como un resorte del sofá y corro para mirar por la mirilla. Una
chica de mi edad parece estar mudándose a la puerta de al lado. Las cajas están
alineadas junto a ella. Todos los apartamentos están amueblados, lo que hace que
la mudanza sea fácil ya que no tienes que mudarte con los muebles.
Salgo al pasillo.
—Esas puertas son difíciles. Tienes que mantener la manija muy quieta y luego
girar la llave.
Ella se ríe.
Me río también.
—Soy Rachel. He vivido aquí un poco más de un año. Soy estudiante de grado
en Hirshfield.
Sonrío de nuevo.
Página
Se encoge de hombros.
—Está bien. Es solo un trabajo. Algo que paga las cuentas. Solo trabajo allí tres
días a la semana.
—Por supuesto. Gracias. —Mueve su cabello detrás de la oreja y luego tira del
lóbulo de la oreja—. Mierda. He perdido mi pendiente.
—¿Cómo es?
—Está bien. Creo que se cayó en el auto. Voy a buscarlo más tarde. —Apunta
al suelo—. Cuidado con el vidrio. Mi florero se cayó de una de las cajas. Es por eso
que me oíste gritar.
Miro hacia abajo y veo vidrio roto color verde que rodea sus pies con sandalias.
Cada una tomó una caja y entró a su apartamento. Se ve igual que el mío, pero
es más caliente y cargado aquí porque su aire acondicionado no está funcionando.
que yo. Tenemos un tipo de cuerpo similar; delgado, pero aún tenemos curvas,
Página
aunque ella tiene tetas mucho más grande que yo. Su apretada camiseta blanca
apenas puede sostenerlas.
—¿Qué hay con este clima? —pregunta—. ¿Por qué está tan malditamente
caliente?
Me mira fijamente.
—Sabía que no eras de por aquí. Eres demasiado agradable. Así que... Indiana.
Eso se considera el medio oeste, ¿verdad?
—Una chica de granja de Indiana —dice ella con un acento sureño falso—.
Bueno, eso es casi tan sana como vienen.
Sé que está bromeando conmigo, pero no me gusta. Odio cuando las personas
bromean acerca de dónde soy. Tuve suficiente falta de respeto de mis profesores
que actúan como si no fuera tan inteligente o impulsada como los estudiantes de la
costa este. No es del todo cierto. Puedo trabajar más duro que nadie en mi
programa de grado y tengo las calificaciones más altas que mostrar. También tengo
un trabajo, mientras que mis compañeros de clase no trabajan en absoluto. La
mayoría proviene de familias ricas y no necesitan trabajar.
Me río.
—Bien, ahora eso fue un insulto. ¿Me veo como una puta loca que vende
drogas?
2
El GED o General Educational Development Test («examen de desarrollo de educación general»)
21
es una certificación para el estudiante que haya aprendido los requisitos necesarios del nivel de
escuela preparatoria estadounidense o canadiense.
Página
Estoy usando pantalones cortos de color canela, una camiseta blanca y
zapatillas deportivas, mi largo cabello castaño está aún húmedo de la ducha y sin
maquillaje.
—Hmm. Yo diría que no estás en drogas. Pero con un cuerpo así, podrías
fácilmente…
—Tú no me ofendes. Es solo que no beso y digo. —Voy de nuevo y dejó la caja
en el piso de la sala, luego, me siento en el sofá—. Pero sí, he estado con un chico
de granja. Varias veces en realidad.
—¿Qué significa eso? —Deja caer la caja que llevaba y va hasta el sofá—. No
puedes decir algo así y no decir algo más.
—Nop. Lo siento. —Puse los pies sobre la mesa de café—. No puedo decir
nada.
—¿Fue un trío? ¿Con dos tipos? —Arruga el rostro—. Ahora eso no sería sano
en absoluto.
Me río.
22
Página
—No fue un trío. Solo estaba dejándote saber que era más escandaloso de lo
que era, con el fin de ensuciar mi imagen sana. —Tomo un cojín del sofá, tirando
de una cuerda floja a lo largo de la costura—. Solo quería decir que he tenido
novios que crecieron en granjas.
—Um, sí, supongo. Salí con uno de ellos durante casi un año.
—Háblame de él.
—Prefería no hacerlo.
—Tengo que irme. El chico de la pizza está aquí. Oye, ¿quieres acompañarme?
Tengo una grande.
—¿Me estás ofreciendo la cena? —Se levanta de un salto del sofá—. ¡Eres tan
dulce! He decidido que amo a la gente de Indiana.
Me río.
Suspira.
Siempre lo olvido y digo ‗pop‘ y las personas de aquí no tienen idea de lo que
estoy hablando. Una vez lo pedí en un restaurante por el campus y el camarero me
Página
dijo que no venden paletas heladas. Desde entonces, me aseguré de pedir siempre
una soda, pero en la conversación diaria a veces me olvido y lo llamo ‗pop‘.
—Son $ 11,59.
—¿En serio? —Niega con la cabeza—. Eres demasiado dulce. No puedo creer
que aún seas así después de estar aquí un año.
Me encojo de hombros.
—Lo sabía tan pronto como ese tipo fue contratado en el restaurante.
—¿Qué?
—No voy a muchas citas. La mayoría de los chicos son imbéciles. Es difícil
encontrar los buenos. —Sus ojos permanecen en el televisor.
No parece cómoda hablando de esto. Me pregunto por qué. Tal vez ha sido
herida en el pasado y está tomando un descanso de las citas.
25
Como que soy así también. Después de que Adam y yo nos separamos, quería
Página
renunciar a las citas. No veo el punto. Nunca podría tomarlo en serio. Ni una sola
vez el chico descubrió que no podía darle lo que finalmente querría. Pero luego
pensé que si un chico realmente me gustaba, tal vez no importaría. Tal vez estaría
bien con él.
A pesar de decírmelo, todavía tengo un tiempo difícil con las citas. Salí con un
chico de Yale el año pasado pero no fuimos más allá de un par de citas. Entonces
salí con un tipo que entró en el museo. Es maestro y llevó a su clase de segundo
grado allí para una visita guiada. Era un gran tipo, pero en nuestra tercer cita me
dijo lo mucho que ama a los niños y quiere al menos cuatro suyos algún día. Así
que terminó.
Está bien. No necesito un novio. Realmente no tengo tiempo para uno de todos
modos. Estoy demasiado ocupada con la escuela y el trabajo.
—No. No se sentía atraída por él. Ella lo ama, pero solo como un amigo.
He tenido ambos escenarios. No tenía nada más que chispas con mi primer
novio serio pero no éramos realmente amigos. Y luego, con Adam, teníamos
amistad, pero no chispas.
—Parece imposible encontrar a alguien que desees como un amigo, sino que
también te atrae locamente. ¿Y esa persona simplemente resulta vivir en la misma
ciudad que tú? ¿Y simplemente te encuentras con él de alguna manera?
—Tal vez nuestras perfectas coincidencias están al otro lado del mundo y
nunca los encontraremos.
26
Página
—Eso es deprimente.
Suspira.
—Sí. Totalmente.
Me río también.
—Está bien, ¿pero puedo llamarte la chica de granja? —Se encoge como si
fuera a golpearla.
En broma la empujo.
—Vas a Hirshfield, querida —lo dice como los ricos hablan en la televisión—.
Eso significa que eres sofisticada.
—Lo siento, solo tengo cerveza. —Shelby aparece con un paquete de seis.
—La cerveza no va con el helado.
—¿Qué pasa?
Suspira pesadamente.
—Nada.
—Mi mamá me hizo conseguir uno. No estoy mucho en casa y le gusta ser
capaz de llegar a mí.
—Mierda —murmura.
—¿Qué pasó?
Regresa a la cocina.
—¿Qué pasa con el helado? —Señalo los dos cuencos que están repletos de
helado y galletas desmenuzadas.
—Gracias por la pizza. Voy a pagar por la siguiente. Te veré más tarde.
Corre fuera de la puerta. Compruebo el reloj. Son más de las diez. ¿A dónde irá
tan tarde? ¿Y por qué reacciona de esa manera cuando le llega un mensaje? Su
mano temblaba cuando cogió la cuchara para comer su helado. Algo está pasando
con ella.
29
Página
Pearce
M
i atención divaga mientras mi padre canturrea sobre una disputa de
contacto que estamos teniendo con uno de nuestros distribuidores. Estoy
sentado en una sala de juntas con otros ocho hombres, de los cuales todos
son al menos treinta años mayores que yo. Pero como el hijo del dueño, se me
permite sentarme en estas reuniones. En realidad, ―permitir‖ implicaría que quiero
estar aquí. ―Forzar‖ es una termino más preciso.
—No estoy negociando más allá con él —dice mi padre a Richard, el hombre
sentado a mi lado—. Dile que esos son los términos. Y si no está de acuerdo, dile
que nuestra relación termina cuando concluya el contrato.
Mi padre golpea su puño sobre la mesa. —NO daré marcha atrás. ¡Oblígalo a
30
Él hace una pausa, como si tuviera miedo de responder, pero luego dice—:
Quiere que contribuyamos a sus costos de seguro. El costo para asegurar camiones
que transportan químicos es extremadamente alto y continúa subiendo cada año.
—Podemos ofreces pagar el veinte por ciento de sus costos de seguros —digo—
. Pero en retribución, necesitan encontrarnos de cualquier manera muchos nuevos
clientes para cubrir nuestros costos para el seguro. Quizás podríamos cubrir más
que nuestros costos. Quizás podríamos hacer dinero con esto.
Lo sigo fuera de la sala y por el pasillo hasta su oficina. Cuando llegamos allí
me quedo de pie, preparándome para la pelea estamos a punto de tener. Sé que está
furioso conmigo, pero tenía que decir algo en esa reunión. No puedo seguir
31
3
CFO: son las siglas en ingles de Chief Financial Officer, lo que sería equivalente a Director
Página
financiero.
trabajando aquí y nunca ofrecer mi opinión. No puedo permanecer callado hasta
que mi padre se retire y luego asumir el control como CEO. Nadie me escuchará
nunca.
Él cierra la puerta y camina hacia la ventana, su espalda hacia mí. —Ese fue un
enfoque interesante el que acabas de tomar. Ofreciendo tu opinión cuando no fue
solicitada.
—Fue una sugerencia viable. Una que merece ser considerada. —Se vuelve
para enfrentarme, sus ojos estrechados—. Dicho eso, nunca me vuelvas a retar de
nuevo frente a nuestros empleados.
—No soy un niño. Soy un hombre adulto con un MBA de Harvard. No soy
estúpido y no voy a actuar como si lo fuera. Tengo ideas para cómo hacer de esta
compañía mejore y no voy a esperar hasta que te retires para ofrecer esas ideas.
—Si tienes algo que compartir —dice—. Una idea. Una proposición. Estoy
abierto a escucharla. Pero no las ofrecerás en una posición pública. Vas a discutirlas
aquí, en mi oficina, o en cualquier otro lugar privado.
—Si voy a ser CEO algún día, necesito comenzar a ganar algo de respeto, no
solo con nuestros empleados, sino con nuestros clientes y la industria en conjunto.
Y nunca ganaré ese respeto si tú no me permites compartir mis opiniones o
recomendaciones con otros. Necesito poseerlas, necesito personas que sepan que
vinieron de mí.
32
—Sí. Entendido.
—No puedo mañana. Voy dar una conferencia en Yale al medio día.
—La ética en los negocios y cómo han evolucionado con los tiempos.
—Bien por ti, hijo. —Toma asiento detrás de su escritorio—. Esas serán buenas
relaciones públicas para nosotros. Hazlos pensar que estamos siguiendo las reglas.
Cuando esos estudiantes salgan al mundo real, aprenderán por si mismos que tener
ética es la manera más rápida de poner tu compañía fuera de los negocios.
—Sí, bueno, necesito volver a trabajar. —Lo dejo mientras todavía está de un
humor decente. No esperé que esto terminara tan bien. Parecía de acuerdo con que
necesito comenzar a tomar una postura de trabajo, hacer conocer mis opiniones.
en público. Pero antes en esa reunión, me hice cargo. Hice lo que quería hacer, a
Página
pesar de saber que habría consecuencia. Fue una pequeña victoria para mí. Le hice
frente a mi padre. Y gané.
Me volteo para ver a una mujer ligeramente mayor que yo llevando un vestido
negro y tacones extremadamente altos. Su cabello rubio es corto, delineando su
pequeño rostro.
—Sí. ¿Y tú eres?
—Tendrás que competir con tus hermanos por ello. He oído que son muy
competitivos.
—Demasiado competitivos para su propio bien. Es por eso que pasaré sobre
ellos y tomaré la empresa. También soy mucho más persuasiva con los clientes. —
Frota mi brazo y sonríe.
Tomo un trago. Apenas he estado aquí por cinco minutos y ya me han ofrecido
sexo. Otra ventaja de ser un Kensington.
Ella aún está esperando por una respuesta, por lo que digo—: No tengo
relaciones.
apegarme a la chica que ha sido pre-aprobada. La que trabaja para nosotros. Pero
Página
sé de muchos miembros que van fuera de la lista pre-aprobada. Y esta noche, me
siento listo para probar algo nuevo.
—Necesito saber que eres quien dices ser. Necesito tu identificación antes de
continuar.
Soy una persona que toma riesgos pero no soy estúpido. Por todo lo que sé,
esta mujer podría ser cualquier prostituta o alguien intentando obtener dinero o
intentando quedar embarazada para luego poder obtener dinero.
—¿Feliz ahora? —Finge estar ofendida pero creo que está encendida. Algunas
mujeres pueden creer que soy un cabrón, pero a muchas otras mujeres les gusta un
hombre que dice lo que piensa.
No juego con las mujeres. Les digo lo que quiero y no dejo lugar a la
interpretación. Si no les gusta, pueden irse. No estoy buscando una novia o una
esposa. Esto es solo dos personas satisfaciendo las necesidades del otro.
huéspedes. Esta toda decorada en blanco. Paredes blancas, sillas blancas, una
alfombra de felpa blanca, y un sofá blanco sobrecargado de cosas. Es demasiado
blanco.
—No estoy aquí para beber. —Me quito el saco del traje y lo arrojo sobre el
respaldo del sofá. Veo la habitación principal en la parte posterior—. Vamos.
La guío hacia la habitación, y una vez estamos allí remuevo el resto de mis
ropas antes de que Rielle intente hacerlo. No me gusta que las mujeres me
desvistan. Es demasiado íntimo. Lo mismo con besarse. Intento evitarlo cuando es
posible, lo que no es un problema cuando estoy con una de las asociadas. Ellas irán
por cualquier cosa. Pero Rielle esperará un beso.
Necesito acelerar las cosas, por lo que la levanto y la coloco sobre la cama. El
condón ya está en mi mano. Lo dejé en el bolsillo de mi pantalón antes de salir del
auto por lo que no tendría que excavar a través de mi cartera más tarde. Siempre
proporciono los condones. No quiero a una mujer haciendo agujeros en un condón
con la esperanza de quedar embarazada. Eso le sucedió a uno de los miembros
años atrás, que es por lo que mi padre me enseñó a llevar mis propios condones.
—Pearce, aún no. —Rielle hace pucheros, lo que encuentro molesto—. Apenas
me has besado.
Página
Ella está necesitada. Odio a las necesitadas. Si hubiera sabido esto acerca de
ella, no habría venido. Considero irme, pero realmente podría usar esto ahora.
El sexo estuvo bien. Nada grandioso. Una vez más, cuando estás
acostumbrado a hacerlo con profesionales tienes expectativas más altas.
—Eso estuvo increíble. —Rielle toma mi brazo y se coloca debajo del mismo,
su cuerpo presionado contra mi lado. No me gusta. Otra vez, es demasiado íntimo.
Vine aquí por sexo, no por caricias. No soy la clase de quedarme en la cama y
sostener a una mujer en mis brazos. Cuando el sexo ha terminado, me levanto y me
voy. O si estoy con una asociada, ella sabe que debe irse cuando ha terminado.
Excepto por Sophia, quien no siguió el protocolo.
Ella lucha por levantarse, la sábana atrapando sus piernas. —¿Por qué no
cenamos, y más tarde hacemos esto otra vez?
Ahora estoy lamentando que haya pasado esto. No merecía la pena. Rielle me
está mirando como si fuese un cabrón por dejarla así. No está bien que haga eso.
Fui claro acerca de cómo iba a ser esto y ella no podía ir y cambiar las reglas una
vez se había hecho.
—Te dije que no tengo relaciones. —Cojo la chaqueta de mi traje del respaldo
Página
Baja la mirada hasta el suelo. Quiere que sienta pena por ella, esperando que
eso me haga aceptar volver a verla. Las chicas me hacían esto en la universidad y
caí por ello en varias ocasiones. Pero ahora soy más listo. Rielle sabía lo que era
esto.
Así no era como quería que fuese mi tarde. Se suponía que iba a salir a celebrar
mi triunfo en el trabajo, pero en vez de eso estoy en casa, sintiéndome culpable por
algo por lo que no debería. Esto es por lo que uso el servicio y evito tener citas
reales y relaciones reales.
Al día siguiente llego temprano al trabajo para adelantar algunas cosas antes de
tener que irme a Yale. El evento empieza al mediodía pero es un trayecto de
cuarentaicinco minutos en auto hasta New Haven y no quiero llegar tarde.
Llego a Yale a las 11:45, más tarde de lo que planeé, pero me encontré con algo
de tráfico en el camino. Preparo mis cosas en el podio, que está enfrente de una
gran sala de conferencias con asientos escalonados. Los estudiantes ya han llenado
las primeras cinco filas, comiendo sus almuerzos mientras esperan a que empiece.
Esta serie de conferencias están abiertas para cualquiera que quiera venir pero
supongo que todos los que están aquí están en la escuela de negocios.
Parece que han pasado siglos desde que vine aquí como estudiante. He visto y
hecho un montón de cosas en los años que han pasado. Cosas que me han hecho
madurar muy por encima de mis veinticinco años.
poco con el agua al cuello por haber faltado a la ética. Parece mantener la atención
Página
de los más o menos ochenta estudiantes que están en la audiencia. El discurso solo
dura media hora, seguido por preguntas, pero a las 12:15 veo como se abre la
puerta de la sala y entra alguien. A las personas se les permite entrar y salir como
quieran, pero la interrupción me molesta.
Sigo hablando, pero mi mirada sigue a la persona que ha llegado tarde. Es una
mujer joven, probablemente de veintipocos años. Es alta, con el cabello largo y
castaño y lleva un vestido amarillo. Encuentra un sitio en la parte de atrás.
—¿Por qué cree que a las empresas les cuesta tanto tener una buena ética?
Tiene una voz agradable. Al igual que su rostro. Suave. Inocente. Y aun así
seductor.
Todos abandonan la sala excepto la mujer con vestido amarillo. Escribe algo en
su cuaderno y lo guarda en su mochila. Recojo mis cosas y me dirijo a la salida,
encontrándome allí con ella. Sostengo la puerta abierta para que pase.
—En realidad, tenía un poco de tiempo libre y esta conferencia estaba abierta al
público por lo que decidí venir a ver qué tal. —Vuelve a mirarme a los ojos. Los
41
suyos son de un maravilloso color azul. Como el cielo azul brillante en un día
Página
soleado—. Siento mucho haber llegado tarde. Leí mal el cartel. Creí que la
conferencia empezaba a las 12:15.
—Es un evento informal. Las personas pueden entrar y salir. —No puedo dejar
de mirar su rostro. Esos enormes ojos azules. Esos elevados pómulos. Esos suaves
labios rosados. Y esa sonrisa que podría iluminar toda una habitación. O puede que
sea ella la que esté iluminando toda la zona a mí alrededor. Ella emite una energía
que debe ser contagiosa, ya que ahora también la siento yo.
Nos damos la mano y sonrío. —Es Pearce. Solo tengo veinticinco. Soy
demasiado joven para ser el Sr. Kensington a menos que seas uno de mis
empleados. El resto del mundo me llama Pearce.
—¿Desde las seis de la mañana a las diez de la noche? Eso son dieciséis horas.
¿De verdad trabajas tanto tiempo? ¿Todos los días?
—¿También trabajas los fines de semana? Guau, ahora me siento como una
floja. —Está sonriendo. Debe sonreír un montón—. Gracias por la tarjeta. Adiós,
Pearce.
43
Página
Rachel
C
amino fuera del edificio de negocios y voy directo a una banca a sentarme.
Estoy completamente sin respiración, mi corazón acelerando debido a estar
tan nerviosa.
Acabo de hablar con lo que decido es el hombre más caliente del planeta. Oh
mi Dios. Es absolutamente caliente. No hay duda de eso. No sabía que hicieran
hombres así.
¿Por qué le hice esa pregunta? Debe de pensar que soy completamente ingenua.
Obviamente sé por qué las compañías no son éticas. Solo lo pregunte por que
quería ver lo que él diría. Pero ahora lamento decirlo. Debería haber llegado con
una mejor pregunta.
Que horrible impresión hice. Normalmente suelo hacer una mejor primera
impresión.
Oh, bien. Nunca lo volveré a ver. Más tarde, olvidará incluso que existo. Del
44
mismo modo que estoy pensando que lo veo caminar fuera del edificio de negocios
Página
Cuando llego a casa miro la televisión, entonces hago una lectura que fue
asignada para la clase de mañana. Pero me resulta difícil concentrarse por que no
puedo parar de pensar en Pearce. Estoy segura que tiene este efecto en todas las
mujeres, no solo en mí. Es inteligente, sofisticado y extremadamente guapo.
Uso esa excusa al día siguiente, casi tan bien para explicar por qué él aún está
en mi cabeza. No solo su apariencia se mantiene en mi pensamiento, sino también
su comportamiento. En nuestro corto encuentro, él comenzó siendo muy seguro,
pero no de una manera arrogante. Es más como que sabe lo que quiere y va tras
ello, lo que encuentro muy atractivo. Mantuvo sus ojos en mí todo el tiempo que
hablamos, mientras mis ojos se mantuvieron lejos de él. Tal vez por eso mi corazón
latía tan rápido a su alrededor. Tal vez me puso nervosa, mirándome fijamente de
esa manera.
dan más tareas, incluyendo un proyecto de grupo que tengo que hacer con otras
cinco personas. No me gustan los proyectos grupales pero son comunes en la
universidad. A los profesores les gusta forzarnos a trabajar con nuestros
compañeros de clase pero es casi imposible encontrar un momento para conocernos
fuera de clase. Tenemos nuestra primera reunión el domingo, pero una persona no
se presenta. Ya estoy temiendo este proyecto grupal.
***
Ya han pasado siete días desde que fui a la conferencia en Yale y todavía estoy
pensando en Pearce. No tengo idea por qué. Tengo tantas cosas sucediendo que no
debería estar perdiendo mi tiempo pensando sobre un tipo que nunca veré de
nuevo. Pero mi mente solo continua imaginando esos ojos azul acero, hombros
anchos, esa profunda voz, el comportamiento seguro. Me mantiene ocupada hasta
el punto que no puedo pensar con claridad.
No le he dicho a Shelby sobre él. No quiero que piense que soy una de esas
chicas que se obsesionan con un chico, especialmente un chico que conocí una vez
y no hemos hablado desde entonces. Aun así, me muero por decirle sobre él. Tal
vez si lo hago. Él finalmente saldrá de mi cabeza.
Esta noche voy a la casa de Shelby para cenar. Me gusta pasar tiempo con ella,
es divertida pero también dulce, en su propia manera única. Trata de fingir que es
dura, pero realmente no lo es. Creo que actúa dura por que fue herida en el pasado.
—¿Estamos bebiendo esta noche? —Me siento en el taburete al lado del alto
mostrador que une la isla de la cocina.
Se encoge de hombros. —No lo sé. Solo sentí ganas de tener una cerveza y
sabía que la señorita sana no le gustaría beber a mitad de semana a menos que
estemos celebrando algo.
Agarra una caja de galletas de queso de la alacena y las coloca entre nosotras.
Abre la caja y vierte un poco sobre el mostrador. —Los aperitivos. —Mete algunos
en su boca—. Ahora ¿Qué debemos celebrar? Inventa algo.
Tomo otro trago de mi cerveza, luego sonrió. —Está bien, esto es totalmente
estúpido y realmente no tengo nada para celebrar, pero…
Todavía estoy sonriendo. Sonrió cada vez que pienso en Pearce. Esto es
patético. No sé qué está mal conmigo.
Página
—Conocí a un chico la semana pasada —digo, mis ojos sobre las galletas.
Tomo una y la como.
—No estoy saliendo con él. Es por eso que es estúpido incluso hablar sobre
ello. Pero la cosa es. No puedo dejar de pensar en él y me estoy volviendo loca.
Pensé que si el decirle a alguien acerca de él, tal vez podría sacarlo de mi cabeza.
—Es caliente. Realmente caliente. Al igual que el chico más caliente que he
visto en mi vida. Chico ni siquiera es la palabra correcta. Es un hombre. Todo un
hombre. Cien por ciento varonil. Alto. Cabello oscuro. Ojos azul acero. Una voz
realmente profunda.
Me traslada hacia la sala de estar para sentarme con ella en el sofá. —¿Dónde
conociste a este chico? Es decir, ¿hombre?
—Él estaba en Yale la semana pasada dando una conferencia como parte de un
ciclo de conferencias en la escuela de negocios.
—Lo soy, pero tenía que matar el tiempo y vi ese cartel sobre el ciclo de
conferencias cuando estaba caminando por delante del edificio de negocios, así que
decidí detenerme y comprobar a que se refería. Pero leí mal la hora en el cartel y
termine llegando quince minutos tarde, justo en medio del discurso. Estaba
mortificada.
—¿Por qué no? Parece conseguir mojar tus bragas solo por hablar de él.
Se ríe. —Sí. Debería. Mis crudos comentarios equilibran lo sano en ti. —Me
sonríe—. Entonces, ¿él lo hace?
—Está bien, me detendré. Pero tienes que invitar a salir a este chico.
Pone los ojos en blanco. —Esto no es 1950, Rachel. Son los noventas. Chicas
invitan a salir a chicos todo el tiempo.
—¿Por qué no? Suena como que tienes algo de química con él.
—No está interesado en mí de esa manera. Estoy segura que tiene novia o tal
49
vez varias. Un hombre como él puede tener cualquier mujer. Probablemente solo
sale con modelos o actrices. No solo es caliente, también es rico y algo famoso en el
Página
—No es eso. Solo que no soy glamurosa como las mujeres con las que
normalmente tiene citas, quienes visten costosa ropa, joyería y arreglan su cabello
en salones caros.
El macarrón y queso está listo ahora y dividido en dos platos. Ella olvido los
hotdogs pero está bien. Los tendremos otra noche.
—No sobre el macarrón y queso. Acerca de este tipo que conociste. ¿Lo
invitaras a salir?
Me rio. —No. Lo conocí una vez. Y hablamos como por dos minutos.
—Pero todavía está pensando en él. Eso tiene que significar algo, ¿verdad?
Alcanza las toallas de papel y rasga dos del rollo. Coloca una a mi lado y toma
la otra para sí misma. —¿Por qué no quieres un novio? ¿Está tratando de olvidar a
alguien? Creí que tú ultima relación seria fue hace más de un año.
—Lo fue. Es solo… —Muevo mi pasta alrededor del plato—. Algo pasó
durante mi última relación y no lo he superado aún.
51
Página
Rachel
—O
h —dijo Shelby suavemente—. ¿Entonces diste al bebé
en adopción?
Abro los ojos, limpiando la humedad. —Hay más. No solo perdí al bebé. Yo...
—Trago fuerte y respiro.
—Dijo que si puedo quedar embaraza. Solo que no puedo llevar el embarazo a
término. —Más lágrimas se escapan por mis mejillas. No había llorado por esto en
meses. Trato de no pensar en eso, porque cuando lo hago, esto es lo que sucede.
Me lleno de esta abrumadora tristeza y pérdida por lo que nunca tendré. Me
encantan los niños y quería al menos dos o tres míos, por lo cual que me digan que
nunca sucederá era devastador.
Asiento. —Lo sé. He pensado en buscar una segunda opinión pero todavía no
he sido capaz. Tengo miedo de que otro doctor me diga lo mismo y no lo quiero
52
Shelby tenía una mirada triste en su rostro. —Lo siento. Rachel. No soy muy
buena con esto. Nunca se lo que hay que decir. —Sonríe un poco—. Lo que intento
53
Lágrimas cayeron por mi rostro pero rápidamente las limpié y traté de sonreír.
—De todas formas, eso es por lo que no he salido mucho en el último año. No
estoy lista para entrar en otra relación. No sé si quiero ¿Cuál es el punto?
—Todo hombre quiere hijos algún día, y yo no puedo darle eso. Si voy en serio
con un chico, tendré que decirle, y entonces romperá conmigo, justo como lo hizo
Adam.
—Rachel, eso no es verdad. Primero, necesitas una segunda opinión así sabes
de seguro si puedes o no tener hijos. Incluso si los resultados son los mismos, los
doctores siempre están descubriendo nuevas formas de tratar cosas. Para el
momento en el que estés lista para tener hijos, quizás ellos puedan hacer algo para
que puedas tenerlos.
—Quizás. —Le sonrío, porque ella está tratando con tanta fuerza para hacerme
sentir mejor.
—Desearía que eso fuese verdad, pero no creo que lo sea. —Miré al suelo—.
Adam dijo que me amaba. Y me dejó cuando lo descubrió.
54
—No —dije en voz baja mientras me di cuenta de esto por primera vez.
—¿No qué?
—Está bien. —Me limpio los ojos y la miro—. En realidad, me alegro de que
me preguntaras eso. Me hiciste ver algo que debería haber visto hace mucho
tiempo. Adam nunca me amó.
Se encoge de hombros. —Es de ver a mis padres. Ellos han estado casados
treinta años y todavía están totalmente enamorados el uno del otro. Y si mi mamá
le hubiera dicho treinta años atrás que no podía tener hijos, él se hubiera casado
con ella igual. Ella es la única mujer para él. No hay manera de que la dejara ir.
—Porque no quiero que termines como una solterona con cincuenta gatos por
un idiota que te dejó en la universidad.
55
Me reí. —No voy a terminar como una solterona. Solo me estoy tomando un
Página
—Porque te has cerrado y los hombres lo presienten. Los hombres son como
los perros. Husmean y si presienten que no estas interesada, se van.
—¿Qué chico?
Ella suelta el directorio. —¿Tienes su número? Eso significa que quiere salir
contigo.
—Rachel. —Se acerca rodeando la mesa, girándome hacia ella—. Este hombre
está interesado en ti. Te dio su número porque quiere que lo llames.
—No, no es así. Solo me dijo que si tenía alguna pregunta sobre negocios,
podía llamarlo. Solo estaba siendo agradable.
Da un paso hacia atrás, su mano en sus labios. —¿Le dijiste que estas
especializada en historia?
—Sí.
56
—Entonces sabe que no lo llamarías con una pregunta sobre negocios. Te dio su
Página
número esperando que tú lo llamaras por otra razón. Como una cita.
—Eso no es porque me lo ha dado. Parece como alguien que está
acostumbrado a estar en control, lo que significa que no es el tipo de hombre que
quiere que una mujer lo invite a salir.
Entorna los ojos. —Cuando hablas de él, tienes esta expresión soñadora en tu
rostro y no puedes parar de sonreír.
—Sí, pero no es una cita. Son solo dos personas teniendo una conversación en
una cafetería.
Entretanto me llevo los platos, le digo—: ¿Te gustaría salir el viernes por la
Página
—¿Por qué? —La señalo—. Y no te atrevas a decir que es porque soy una
agradable chica de granja.
—Sí, chicos que están borrachos o drogados y que están buscando follar con
alguien en el baño.
Eso es probablemente verdad. Las pocas veces que he ido a un club, parecen
estar llenos de personas que solo buscaban eso.
—¿Qué tal alguien del trabajo? ¿Hay alguien en quien estés interesada?
—Solo pensé que te gustaría tener una cita. Si me estas presionando a mí para
tener una, tu deberías tener una también. Has dicho que ha pasado un tiempo. Por
cierto, ¿por qué ha pasado tanto tiempo? De seguro que te invitan a salir seguido.
—Lo hacen, pero solo los rechazo. Los chicos a los que atraigo no quieren salir
conmigo. Para ellos solo soy un rollo de una noche. Eso es todo.
—Entonces estas saliendo con los chicos equivocados. ¿Por qué no tratas de
salir con uno de los chicos de Yale? Empieza a almorzar en el campus. Los chicos
siempre pasan su tiempo en los bancos entre clases.
—¿Por qué?
58
Página
—Rachel, tengo un GED4. Un chico de Yale no va a salir con una chica con
GED.
Limpia la mesa con una toalla de papel. —¿Qué te hace pensar que estoy
viendo a alguien?
—No. Pero las paredes son delgadas y puedo escuchar la puerta abrirse y
cerrarse. Me despierta.
—Shelby, no me interesa el ruido. Solo estoy preocupada por ti. Si algún chico
está obligándote a hacer cosas que no quieres hacer, o lastimándote, o
amenazándote si lo dejas, entonces…
La seguí. —Solo estoy tratando de ayudar. Hay un centro de mujeres cerca del
campus. Allí hay personas que podrían ayudarte a alejarte de este tipo. No puedes
dejar que te controle así.
Levantó su mano. —De acuerdo, detente. No hay ningún chico. Nadie me está
controlando o abusando de mí.
59
4
General Education Development, en español Desarrollo Educativo General, refiriéndose a un
Página
sistema de exámenes estandarizados que dan derecho a los que pasan a recibir una credencial
considerada como un equivalente a la terminación de la escuela secundaria.
—¿Entonces por qué sigues saliendo a la noche? ¿Y porque tienes un
localizador?
Ella duda. —Porque mi mamá debe poder encontrarme. —Se gira pero la
rodeo para hacerle frente.
Suspira. —Mi papá está enfermo, ¿de acuerdo? Tiene cáncer. Es terminal. No
pueden hacer nada por él así que está en casa y necesita cuidado constante.
Algunas veces mi mamá necesita un descanso, especialmente de noche, así que voy
allá y mantengo un ojo en mi papá así ella puede dormir.
Ahora tiene sentido porque Shelby siempre se pone nerviosa o entra en pánico
cada vez que su localizador se apaga. Piensa que es su mamá buscándola para
decirle que algo malo le paso a su papá.
La llevo al sillón para que se siente. —Shelby, lo siento tanto. ¿Por qué no me
dijiste?
Me acerco y la abrazo. —Lo siento. No tenía idea de que estabas pasando por
todo esto. ¿Puedo hacer algo? Lo que necesites, solo dímelo.
Se aleja. —Solo necesito que actúes normal. Pretende que no sabes nada de lo
que está pasando. No puedo estar triste las veinticuatro horas del día. Lo digo en
serio Rachel. No lo puedo hacer. Es demasiado. Tenerte como vecina ha sido
genial porque eres graciosa, sonríes constantemente y te ríes todo el tiempo. Y a
pesar de que tu necesidad constante de abrazarme puede ser molesta, he aprendido
a dejarlo pasar. Todos tenemos defectos. —Sonríe.
—Puedo controlarlo.
—No, no puedes. Abrazas a todos. A las personas que ni conoces. ¿Es una cosa
60
del Medio Oeste? Porque seré honesta contigo, las personas aquí pensarán que estás
loca por hacerlo.
Página
—No abrazo a las personas que no conozco.
—Él es viejo y tuvo que cargar esa caja tres tramos de escaleras arriba y pensé
que le vendría bien un abrazo.
Se ríe. —Lo juro, eres demasiado dulce. Realmente nunca conocí a nadie como
tú.
—¿Qué acabo de decir? Se supone que actúes como si nunca te hubiera dicho
esto. Solo vayamos a ver televisión.
—De acuerdo, pero si alguna vez necesitas algo, solo pídelo. O si solo necesitas
hablar, estoy aquí. Sé sobre lo que estás pasando.
—Mi hermana lo tuvo. Mi hermana gemela. —Es otro tema que evito hablar.
Otro recuerdo doloroso de mi pasado. Pero si consuela a Shelby de alguna manera,
entonces estoy dispuesta a compartirlo—. Mi hermana tenía leucemia y murió
cuando teníamos seis. —Parpadeo las lágrimas y tomo un respiro—. Aunque era
joven, sabía lo que estaba sucediendo, y me mataba verla pasar por eso. Y luego la
perdí. Ella era mi otra mitad y después se fue. Ni siquiera me gusta hablar de eso,
pero pensé que te podría ayudar saber que estuve ahí. Sé que no es la misma
situación, pero aun así. Entiendo lo difícil que es... y cuanto duele. Así que si
alguna vez quieres hablar, estoy aquí.
—Gracias.
Parecía incomoda, así que la deje sola y no dije nada más. Cambia los canales,
buscando algo para ver. Deseé que me dejara ayudarla, pero igual no sabía cómo
podía ayudarla. Cuando mi hermana falleció, no había nada que nadie pudiera
decir o hacer para hacerme sentir mejor. Y me tomó mucho tiempo dejarlo pasar.
Necesitaba leer un poco para clases. Pero primero. Saco la tarjeta de negocios de
Página
Pierce de mi mochila. En una cara está el logo de la empresa y en la otra cara se lee
lo siguiente.
Pierce Kensington
Debajo de eso está su número. ¿Debería llamarlo? No iba a hacerlo. Solo le dije
a Shelby que lo haría así dejaba de molestarme para que lo invitara a salir. Pero
ahora creo que lo haré. De verdad lo quiero ver de nuevo.
Tomo la tarjeta y voy hacia el teléfono en la cocina. Voy a hacer esto. Voy a
llamarlo antes de que cambie de opinión.
El teléfono suena al menos siete veces y estoy a punto de colgar, pero entonces
contesta. —Hola.
—¿Pearce? —Mi garganta ya está seca y solo he dicho una palabra. ¿Por qué
estoy tan nerviosa?
—Sí. Yo soy Pearce Kensington. —Suena muy serio. Quizás este es un mal
momento para llamar—. ¿En qué puedo ayudarla?
Se ríe, una corta pero profunda risa. —Solo estaba bromeando. ¿Cómo estas,
Rachel?
¿Está preguntando como estoy? No estaba preparada para eso. Pensé que solo
62
—Van bien. Mi intención era llamarte antes pero estuve ocupada con la escuela
y el trabajo.
—¿Dónde trabajas?
—Me encantaría ser parte de una de esas visitas. ¿Las das todos los días?
—Las visitas guiadas son solo para grupos especiales, como grupos escolares o
para salidas de los de último año. Normalmente no son todos los días.
—Ya veo. ¿Pues podría organizar una visita especial? Estaría feliz de hacer una
generosa donación al museo.
—Las visitas son gratuitas, pero sí, seguramente podrías hacer una donación si
quisieras. Limitamos las visitas a veinte personas. ¿A cuántas personas planea tener
en el grupo?
—Oh. ¿Así que estás diciendo que quieres una visita privada?
¿Eso sonó indecente? ¿Como si estuviera sugiriendo algo? Dios, espero que no.
Pero por alguna razón sonó indecente cuando lo dije.
—Sí. Me gustaría una visita privada contigo como mi guía. Estoy disponible
este viernes a las 4 p.m. ¿Eso funcionaría?
Esto está pasando tan rápido que no puedo pensar. ¿Me acaba de invitar a
salir?
—Sí. Quiero decir, no. No tengo una pregunta sobre negocios, al menos no una
específica. Llamé porque pensé que podríamos tomar un café. Me encantaría saber
acerca de lo que haces y saber sobre tu empresa.
Está bromeando de nuevo y esta vez me rio. —Sí. Pero sigo interesada en saber
más sobre eso. Y sobre ti.
—Me encantaría tomar un café contigo. Rachel. ¿Te gustaría que nos veamos
mañana?
—Me encantaría que nos veamos mañana. Pearce —digo en el mismo tono
formal que el uso.
Se rio entre dientes. —Muy bien, entonces. Mañana será. ¿Nos vemos a las
seis?
—No, está bien. New Haven está a solo cuarenta y cinco minutos en auto
desde la oficina.
64
—No cuando tengo algo mejor que hacer. Buenas noches Rachel.
Cuelga y dejo el teléfono. Estoy sudando por estar tan nerviosa, o quizás fue su
voz que me dejó toda caliente por dentro. Su voz es tan profunda y sexi. Podría
escucharlo por horas.
No puedo creer que acabo de hacer eso. Que invité a un chico a salir. Nunca
antes lo hice. Pero estoy feliz de haberlo hecho. Hay algo sobre este chico que
realmente me gusta. Y no es solo su apariencia. Es algo más que no puedo
identificar. Es como cuando conoces a alguien e instantáneamente hacen clic.
Como cuando conocí a Shelby. Tenía un presentimiento de que seriamos amigas y
tenía razón. De modo que quizás tengo razón con Pearce también. Tal vez esta cita
llevara a algo más.
¿En qué estoy pensando? No puede ser más. No estoy buscando una relación.
Esto es solo una cita. Ni siquiera una cita. Solo café. Hablaremos de negocios. Eso
es todo.
65
Página
Pearce
Y
o no salgo. Y sin embargo tengo una cita esta noche. Técnicamente no es
una cita. Rachel me llamó anoche, diciendo que quería encontrarse
conmigo para un café. Dijo estar interesada en la compañía. Tal vez está
esperando conseguir un empleo aquí, aunque está estudiando un grado en historia
así que no tiene sentido. Entonces ¿por qué quiere que nos veamos?
Mi mente hace una lista de todas las posibles razones, y todas ellas apuntan al
dinero. No me agrada pensar de esa manera, pero mi familia constantemente tiene
estafadores intentando conseguir nuestro dinero, así que mi mente naturalmente va
allí.
Por lo tanto aunque me gustaría creer que Rachel solo quiere una taza de café,
soy cauteloso. Tengo que serlo. No conozco a esta mujer, e incluso si lo hiciera,
todavía no podría confiar en ella.
Son las 14:30 y acabo de salir de una reunión, ahora estoy sentado en mi
escritorio revisando una pila de contratos. Pero no puedo permanecer concentrado.
Tan pronto como comienzo a leer me distraigo, mis pensamientos divagan hacia
Rachel. Sus ojos azules. Esa sonrisa cálida ha estado en mi cabeza desde hace una
semana y no lo entiendo. Solo la he visto una vez. Sin embargo no he podido dejar
de pensar en ella.
Me enfoco en el papeleo que tengo delante de mí. Línea tras línea de jerga legal
que todo suena igual. Entonces Rachel trabaja en un museo. No creo que me dijera
el nombre. Me pregunto cuanto tiempo será el recorrido. Parecía sorprendida que
yo quisiera a una visita guiada. Me sorprendí cuando pregunte por una, pero
66
realmente quiero verla de nuevo y era la única excusa para salir cuando ella llamó.
Página
No pensé que llamaría. Muchas mujeres están intimidadas por mí o más
probablemente por mi riqueza o el nombre Kensington. Pero Rachel no parecía
estar así. Parecía un poco nerviosa al comienzo de la llamada, pero luego se relajó.
Me pregunto por qué tardó tanto tiempo en llamarme. Le di mi tarjeta la semana
pasada y cuando no llamó al cabo de unos días, asumí que nunca lo haría. Fue
entonces cuando hice un esfuerzo consciente para dejar de pensar en ella, pero no
podía. Por mucho que lo intentara, continuó consumiendo mis pensamientos.
Mi teléfono suena, lo que solo puede significar una cosa. Es de parte de ellos.
Nadie más llama a ese teléfono. Nadie sabe el número excepto mis colegas. A cada
uno de nosotros nos dieron un teléfono celular, así podemos estar en contacto todo
el tiempo. Trato de mantener el teléfono oculto porque los teléfonos celulares son
una rareza tal que permitir que las personas vean que tengo uno causa demasiadas
preguntas. Estoy seguro que algún día todo el mundo tendrá uno, pero por ahora,
son raros, así que tienden a llamar la atención.
La voz habla de nuevo—: Aviso de reunión. Este sábado, 11 a.m. horas del
este. Salida 128. Esto concluye la llamada.
Solo unos pocos elegidos pueden permitirse el lujo de hacer todas esas cosas y
esas personas se convirtieron en los miembros fundadores de la organización. Con
el tiempo, otros fueron añadidos basándose en cómo podrían beneficiar al grupo.
La organización reclutó a propietarios de grandes compañías en diferentes
industrias: petróleo, electricidad, ferrocarriles, banqueros, de modo que el poder del
grupo se diversificó. A medida que estas industrias fueron más reguladas, la
organización vio la necesidad de contar con medidas de control dentro del
gobierno, así que utilizaron su dinero y poder para conseguir algunos de los
miembros elegidos en el Congreso lo que causó que su poder e influencia creciera
exponencialmente. Podían hacer lo que quisieran sin la interferencia del gobierno.
A pesar que este grupo se creó en los Estados Unidos, creció para incluir a
Página
miembros de todo el mundo porque necesitaron su influencia para llegar más allá
de las fronteras de Estados Unidos. Los líderes mundiales no estaban dispuestos a
simplemente entregar el poder a este grupo, así que tomaron alguna negociación,
específicamente el soborno y chantaje, para lograrlo. Pero dado que los miembros
están limitados a la selección de pocas familias quienes tienen el linaje apropiado,
nuestros miembros en países extranjeros fueron cuidadosamente elegidos y luego
dieron posiciones de poder en esos países.
Los químicos se utilizan en muchas formas útiles, pero ellos pueden incluso ser
utilizados en formas destructivas. Pueden matar. Destruir cosas. Derribar edificios.
Volar autos. Sabiendo esto, los miembros vieron el beneficio de incluir a un
Kensington en su grupo. Y dado que la afiliación se transmite de padres a hijos, mi
padre en un miembro y yo también.
La membresía no es una opción. Eres miembro desde el día que uno nace, pero
tú no lo sabes hasta que eres mayor, por lo general alrededor de los 20 o 21 años,
cuando se está lo suficientemente maduro para guardar un secreto tan grande como
este. Mi padre eligió decírmelo cuando tenía dieciséis años. El día que me llevó a
New Haven y disparo a ese vagabundo fue el día que me enteré de la organización
y mi membresía en ella.
independientes.
Página
Dado a lo que hacemos, pensaría que algunas personas no quisieran ser un
miembro, pero sorprendentemente muchas personas consideran esto un honor.
Esto es exclusivo, para uno, lo que hace a las personas sentirse especiales. Pero
también tiene ventajas, como el acceso a la clínica, un grupo médico secreto
reservado solo para las más ricas y más poderosas personas del mundo.
No estoy de acuerdo con esta filosofía. Creo que todos deberían tener acceso a
estos tratamientos, pero nunca admitiré eso. Como un miembro, tengo que estar de
acuerdo con sus ideales. Mantenerme callado. Discutir con ellos no cambiaría
nada. Y en lo que respecta a la clínica, realmente no sé de lo que son capaces. Que
pueden tratar y lo que no. No creo que puedan curar el cáncer. Creo que sus
tratamientos son solo ligeramente mejores que lo que está disponible. Al menos eso
es lo que me digo a mí mismo así no estoy consumido por la culpa que sentiría se
supiera que realmente pueden curar una enfermedad mortal.
Dunamis. Ese es el nombre del grupo al que pertenezco. El nombre que nunca
será pronunciado fuera de las reuniones oficiales. Incluso el nombre genérico, la
organización, se supone que no debe ser pronunciado a nadie más que nuestros
profesionales independientes, pero he escuchado a miembros decirlo en otros
momentos, así que esa regla no siempre se sigue. Pero en cuento al nombre real,
serías castigado severamente si alguna vez lo dijeses fuera de la compañía de otros
miembros.
Así que sí, el nombre es apropiado, tal vez incluso más ahora que en aquel
entonces.
saber que ellos existían. Son la razón por la no tengo una vida normal y nunca la
tendré. Son la razón por la que pasaré mi vida manejando esta compañía, la cual no
Página
tengo interés en manejar. Son la razón por la que no duermo por la noche y el por
qué siempre tengo dolores de cabeza, un nudo en el estómago y los músculos tensos
que nunca se relajan. Son la razón por la que no tengo esperanza.
71
Página
Rachel
Ll
ego a la cafetería a las 17:45, quería llegar temprano porque es difícil
encontrar donde aparcar en el centro, e iba a necesitar tiempo de sobra
para rodear la cuadra varias veces y encontrar un lugar. No iba a correr
el riesgo de llegar tarde después de mi retraso de la semana pasada.
Afortunadamente, encontré un lugar justo en frente y ahora estoy sentada dentro,
esperando.
No estaba segura de que ponerme así que solo me puse un casual vestido
veraniego. Hace calor hoy y el vestido es ligero y fresco. Es de un color azul
lavanda, sin mangas, y ajustado en la parte superior, para después ensancharse en
una amplia falda. Sentada aquí viéndolo, me estoy dando cuenta que tiene un aire
retro, pero no creo que este estilo realmente pase de moda nunca. O eso es lo que
me digo porque ya es demasiado tarde para cambiarme y de todas formas no tengo
un armario muy grande donde elegir. De zapatos, me puse unas sandalias blancas
con un ligero tacón, mantuve mi maquillaje sencillo, como siempre lo hago. Solo
un poco de rubor y rímel. No me gusta el lápiz labial así que no lo uso mucho.
Además, creo que es asqueroso cuando deja esa marca en tu taza de café.
Si esto fuera una cita podría haber usado más maquillaje, pero no quería estar
demasiado arreglada para solo un café. Ser tan glamorosa no es realmente lo mío.
Tengo más un aspecto natural, tipo chica de la puerta de al lado. Pearce
probablemente salga con un tipo de mujer más atractiva pero no voy a fingir que
soy algo que no soy. Hacerlo me haría sentir incomoda, y ya estoy lo suficiente
nerviosa como para agregar eso.
Pearce entra a la 17:55. Yo sabía que él era el tipo de persona que llega
temprano a todo. Me pongo de pie así puede verme. Escogí una mesa que estaba a
un lado para que pudiéramos tener algo de privacidad. Supongo que en realidad no
necesitamos privacidad. Esta no es una cita. ¿O sí?
Veo como se acerca a la mesa. Lleva puesto un traje. Esta vez es uno de color
gris oscuro. Su camisa es de un blanco brillante y no tiene una sola arruga. Y la
corbata es azul plateado, igual que sus ojos.
Fue completamente inesperado. Quiero decir, ¿Quién hace eso? ¿Los chicos
todavía besan las manos de las chicas? ¿Una chica que acaban de conocer? Tal vez,
pero nunca me había sucedido antes. Y aunque estoy segura que no era tan lento,
en mi mente parecía como a cámara lenta. Él levantando mi mano a su boca. Sus
labios besando suavemente la parte superior de esta. Y sus ojos… Mantuvo su
intensa mirada todo el tiempo.
Ahora está detrás de mí, esperando que me siente. Cuando lo hago, desliza la
silla dentro. Una vez más, es perfecto, impecable. Otros chicos han intentado esto
pero su sincronización es completamente nefasta. Empujan la silla demasiado
rápido y hacen daño a mis piernas o empujan muy lentamente ocasionando que
casi caiga de la silla.
Asiento, me enfoco en su mano, que todavía está sobre la mía. —Así que
¿dijiste que has estado aquí antes?
—Sí. —Él retira su mano—. Algunas veces venía a estudiar aquí cuando era
estudiante de Yale.
—Yo no vengo aquí muy a menudo pero he oído que tiene buenos capuchinos.
Echo un vistazo al tablero donde está el menú. Los capuchinos son costosos.
Probablemente debería pedir solo un café. —Creo que solo un café.
—Creo que prefieres el capuchino. Yo invito, así que pide lo que quieras.
—Oh, no, no tienes por qué hacer eso. Te hice venir hasta aquí para reunirte
conmigo. No voy a hacer que me pagues el café.
Se inclina hacia atrás, sonriendo. —No voy pagarte un café. Voy a pagarte un
capuchino. ¿Deseas algo más?
73
—No estás molesta porque pedí por ti ¿verdad? Algunas mujeres se sienten
ofendidas por eso. No es mi intención. Es solo un hábito. Soy un poco chapado a la
antigua. Abrir las puertas para las mujeres, sacar sillas, tomar sus abrigos, pedir por
ellas en el restaurante. Es como fui educado, pero si te sientes ofendida por eso, por
favor dímelo.
Él sonríe. —Supongo que puede considerarse romántico ¿verdad? Para mí, son
solo modales básicos.
Así que solo está siendo amable. Sabía que esto no era una cita. Debo
concentrarme en porque estamos aquí.
—No me gusta hablar de ello. Me paso gran parte de mi vida ahí por lo tanto
necesito un descanso de todo eso. Así que a menos que realmente quieras hablar
acerca de la empresa, preferiría que habláramos de otra cosa.
—Me gustaría oír hablar de eso. Nunca he conocido a alguien que tenga un
negocio a esa escala. Pero tal vez podrías hablarme sobre ello en otro momento. No
es que planees reunirte conmigo en otro momento, pero…
—Estaría feliz de reunirme contigo otra vez. Eso me dará tiempo para preparar
algo interesante que decir sobre la compañía, porque en este momento, no puedo
pensar en nada.
Él está haciendo otra vez esa cosa donde bromea, pero es sutil. Ha estado
74
sonriendo desde que llegó aquí pero es una sonrisa parcial, no sonríe
completamente. Es algo misterioso, me mantiene adivinando acerca de si está
Página
¿Quiere pasar su tarde conmigo? ¿Tomando café? Entonces supongo que esta es
una cita.
—Cenar. Sí, eso sería agradable. —Sueno nerviosa. ¿Por qué estoy tan
nerviosa? Le echo un vistazo a mi vestido—. ¿Lo que llevo puesto es adecuado?
Porque podría ir a casa y cambiarme.
Antes de que pueda tomar mi servilleta, Pearce me alcanza con la suya y limpia
la espuma. —Los capuchinos pueden ser desastrosos.
—Debería haber ordenado algo diferente. —Me seco los labios con la
servilleta—. Esto es vergonzoso.
—No hay ninguna razón para estar avergonzada. —Toma de su café, luego
dice—: Háblame de ti. ¿De dónde eres?
—La zona donde crecí, es más que nada tierra agrícola. Mis padres son
granjeros. —Bajo la mirada, siento como mi rostro se enciende. No debería estar
avergonzada de dónde vengo o el hecho de que mis padres sean granjeros, pero lo
75
estoy, porque me he dado cuenta que algunas veces las personas aquí se burlan de
Página
mí por ello.
—Te estas sonrojando —dice Pearce—. ¿Puedo preguntar por qué? Esta vez no
es por el capuchino.
Levanto la vista hacia él. —Es solo que las personas de aquí, al menos aquellas
de mi universidad, tienden a juzgarme por haber crecido en una granja.
—¿Juzgarte? ¿Cómo?
—Sí. Crecí en una pequeña ciudad a lo largo de la costa. Mis padres aún viven
ahí. Está a casi media hora de aquí.
Muevo la cuchara a través de la taza, luego hundo un poco la espuma para así
poder beber el cappuccino sin hacer un desastre en el rostro. —Cuéntame sobre tus
padres. ¿Los ves mucho?
76
Página
5
Estás construcciones tienen espacios enormes con mucha iluminación y sin divisiones, tienen una
arquitectura lineal.
—Veo a mi padre todos los días.
Encontramos un sitio donde cenar una calle más abajo de la cafetería. Es solo
un restaurante casual por lo que no estaba segura de si él querría entrar, pero lo
hizo. Estoy segura de que está acostumbrado a comer en restaurantes mucho más
lujosos, pero no actuó como si este lugar fuera indigno para él.
—¿Es el traje? Debería haberme cambiado a algo más casual. Los trajes pueden
ser intimidadores. Demasiado corporativos.
Eso fue brutalmente honesto. ¿Por qué fui tan honesta con él? Debo estar
sintiéndome más a gusto a su alrededor si fui tan honesta.
77
—Entonces supongo que estoy viendo tu otro lado porque has sonreído mucho
esta noche.
—El hecho de que eres tan educado. La forma en que hablas. Tus ropas. Tus
modales impecables.
—Porque es en este museo realmente pequeño sin una gran colección. Solo
trabajo allí porque puedo practicar cómo dar visitas guiadas y está cerca del
campus. Estoy segura de que has ido a los museos más grandes del mundo por lo
que sería una pérdida de tiempo para ti ver este.
—No es una pérdida de tiempo. Iré porque tú estarás allí. Y estoy ansioso por
esa visita. ¿Cuánto dura?
No respondo. Aún estoy atrapada en lo que acaba de decir. Iré porque tú estarás
allí. Supongo que asumí que esa era la razón por la que iría, pero no puedo creer
que solo lo admitió. Eso fue valiente. Y muy sexy. Admiro su confianza. Soy
demasiado vergonzosa para admitir cuando me gusta alguien. En su lugar dejo caer
insinuaciones que los chicos nunca parecen captar.
—¿Rachel?
—Si el museo no tiene una gran colección, ¿cómo ocupas media hora?
—Me salgo del guion y agrego mi propia selección de hechos históricos que
encuentro interesantes, adaptándolos a la audiencia, por supuesto.
—De todo tipo. Muchos de la escuela primaria. Ellos son mis favoritos. Amo a
los niños. Hacen las preguntas más divertidas. Y luego están los chicos de la escuela
secundaria, quienes probablemente son mis menos favoritos porque no quieren
estar ahí, así que no prestan atención. A veces tenemos gente de un grupo base que
tiene síndrome de Down. Algunos de ellos no entienden lo que estoy diciendo por
lo que hago la visita más visual para ellos. Utilizo imágenes, mapas, dibujos y fotos
en lugar de solo hablar. Y luego está el grupo principal que son las personas
mayores de las residencias de ancianos. Siempre son muy agradables y sonríen
mucho, incluso cuando lo arruino.
de cosas asquerosas o monstruosas. O les gusta oír acerca de cómo era ser un niño
un centenar de años atrás.
Página
—Deberías haber entrado en negocios. Identificando a tus clientes. Evaluando
sus necesidades. Personalizando tus productos para satisfacer esas necesidades.
Algunos de mis compañeros graduados de MBA en Harvard aún no asumen como
hacer eso. Y sin embargo tú pareces estar haciéndolo sin problemas.
Mis ojos encuentran los suyos de nuevo. —No. Solo no estoy acostumbrada a
recibir tantos cumplidos. Me has dado un montón de ellos esta noche.
—Lo he pasado muy bien esta noche —dije, mientras nos detuvimos en el
auto—. Gracias por la cena.
—Me alegro de que lo sugirieras. Nos dio más tiempo para hablar. —Sonreí—.
80
—¿Qué recomendarías?
—No quiero que hagas todo ese trabajo. La visita guiada de la tercera edad
estará bien.
—No. Haré uno nuevo solo para ti. Estoy tratando de conseguir que te guste la
historia, ¿recuerdas?
—Muy bien entonces. Quedo a la espera. —Hace una pausa—. Y espero verte
de nuevo.
Nos miramos fijamente uno al otro todo el tiempo que hemos estado de pie
aquí. Es como que no podemos mirar a otro lado. Como que no queremos irnos.
Creo que está esperando por mí, pero no puedo. Aún no.
Con sus ojos aún en los míos, se acerca y desliza su brazo alrededor de mi
cintura, su mano ligeramente agarrándola. Su otra mano se eleva al lado de mi
rostro. Entonces se inclina hacia abajo y presiona sus labios con los míos. Sus
labios son suaves y cálidos, su toque es suave y me relajo en su brazo que ahora
está apretado a mi alrededor. Se detiene un momento, su aliento sobre mis labios.
Espero que él continúe pero luego siento su agarre aflojarse mientras se aleja
lentamente.
Nuestros ojos se encuentran y puedo decir que lo siente. Ese no fue cualquier
beso. Eso fue diferente. Hubo una intimidad allí que normalmente no siento con un
primer beso. Por lo general no siento nada con el primer beso, porque no conozco a
la persona bien. Y aunque no conozco a Pearce así de bien, todavía sentí algo con
81
ese beso. Algo que nunca he sentido con nadie más. Es difícil de explicar con
Página
Sonríe un poco. —Lo que quiero decir es, ¿podría seguirte a tu casa y caminar
contigo hasta tu puerta?
—¿Estas segura?
Sus labios se mueven hacia arriba en una sonrisa un poco más grande. —¿Por
qué lo preguntas?
—Me preguntaba si tal vez te gustaría cenar después. Pero si tienes planes, no
te preocupes por ello.
Levanta mi barbilla y me mira a los ojos. —Voy a despejar los planes que tenía.
Porque me encantaría cenar contigo de nuevo.
Su mano está aún ahuecando mi barbilla, y levanto mi rostro hacia él. Nuestras
miradas se encuentran y lentamente se inclina y me da otro beso. Es un suave y
gentil beso pero provoca más chispas dentro de mí.
marchar.
Esa fue la mejor cita que he tenido en mi vida. Pearce fue amable, generoso,
buen oyente, caballero, excelente besador. Podría seguir y seguir.
Esta es solo nuestra primera cita y estoy sintiendo demasiado por este chico.
¿Qué estoy haciendo? Esto no se supone sea una cita. No se suponía que me
gustaría tanto. Tenía la esperanza de encontrarnos y que no le gustara y finalmente
saldría de mi cabeza. Pero ahora estaré pensado en él aún más.
No pensé que esto iría a ninguna parte. Y tal vez no lo hará. Pero ahora lo
quiero.
83
Página
Pearce
N
o sé lo que acaba de pasar. Creo que he ido a una cita. A una cita con una
mujer increíblemente inteligente y hermosa. No se suponía que fuese una
cita. Solo íbamos a tomar un café para charlar. Pero entonces la invité a
cenar. No lo había planeado, pero cuando la vi de nuevo, supe que una hora en la
cafetería no sería suficiente. Quería pasar más tiempo con ella. E incluso después de
otras cuatro horas, seguía sin ser suficiente.
Lo de esta noche definitivamente era una cita. No he tenido una cita desde la
universidad y me prometí a mí mismo no volver a ir a una nunca más. Al menos no
a una real. ¿Por qué lo haría? Tengo suficientes mujeres para calmar mis
necesidades sexuales y no tiene sentido ir a una cita cuando sé que cuando llegue el
momento tendré que casarme con quien sea que elijan.
Así que, ¿qué estaba haciendo esta noche? No puedo estar con alguien como
Rachel. Lo sabía y aun así he vuelto a quedar con ella el viernes por la noche. Y es
aún peor que ahora me parece que falta mucho para la noche del viernes. Es
miércoles por la noche así que solo queda un día, pero quiero verla de nuevo ya.
Necesito parar esto. Terminarlo antes de que empiece. Pero no puedo. Tengo
que verla. Nunca he salido con una mujer como Rachel. Alguien que sea amable,
generosa y auténtica. Esas cualidades no suelen estar presentes en las mujeres con
las que he estado en el pasado o en cualquiera de las que estoy acostumbrado en mi
vida. Estoy rodeado de miembros de la alta sociedad, mujeres a las que solo les
importa su aspecto y su posición respecto a sus amigos de su círculo. Mi madre
también es así, por lo que crecí pensando que todas las mujeres eran de esa manera.
Por supuesto, con los años, encontré muchas mujeres fuera de ese mundo, pero sigo
sin haber conocido a nadie como a Rachel.
Estaba preciosa esta noche. También lo estaba cuando la vi ese día en Yale.
Tiene una belleza natural que es simplemente despampanante. Ningún cirujano
plástico sería capaz de replicar ese tipo de belleza. Conozco mujeres que han
gastado miles de dólares intentando conseguir ese aspecto, pero siempre termina
pareciendo falso. Una nariz que es demasiado pequeña o demasiado puntiaguda.
84
Ojos que son demasiados apretados. No se puede replicar una belleza pura y
Página
Nuestra conversación mantuvo mi interés las cuatro horas que pasamos juntos,
Eso no ocurre nunca. Normalmente cuando la gente está hablando durante tanto
tiempo, mi mente va a la deriva y tengo que esforzarme en estar atento. Pero
Rachel ha cautivado mi atención todo el tiempo.
Y ese beso. He roto mi propia regla. Sin besar. Pero cuando puse el brazo
alrededor de su pequeña cintura y la miré a los ojos no pude detenerme a mí mismo
y la besé. Y no sé qué sucedió, pero ese beso me hizo algo. Obviamente, debido a
que me atrae, causó una respuesta sexual, pero era más que eso. Sentí una cercanía
a ella que nunca había sentido al besar a una mujer. No quería que el beso acabase.
No creo que ella tampoco quisiese. Pero pensé que debería terminar y me alejé.
Limité el beso a solo sus labios. Me hubiese gustado que fuese más íntimo, pero
no pensé que estuviera bien porque nos acabamos de conocer. Lo que no tiene
sentido ya que normalmente me saltaba el beso y tenía sexo con las mujeres
después de media hora de conocernos. De hecho, es lo que hice la otra noche con
Rielle. Pero no lo haría con Rachel. No me sentiría bien con ello.
Estoy tan consumido con pensamientos sobre Rachel que me pasé la entrada de
mi edificio. Me doy la vuelta y conduzco hacía la puerta, deteniéndome en la caseta
del guardia de seguridad. Bajo mi ventanilla.
—Gracias George.
—Nunca le he visto sonreír así antes. Me imaginé que tenía que ser por una
chica.
Esto era muy preocupante. No dejo que las mujeres me afecten de este modo.
Tengo sexo con ellas. Las llevo a cenar, a la ópera, al ballet o a algún evento de
caridad. Pero ahí termina. No me veo envuelto en ellas. Me gusta tener el control
todo el tiempo. ¿Por qué siento que estoy perdiendo el control con Rachel?
***
Soy una persona muy racional y cuando no puedo encontrar una explicación
lógica para algo, me enfado. Y mis sentimientos por Rachel no tienen nada de
racional. Lo único que se me ocurre es que me está prohibida, y cuando se le niega
algo a una persona, esta lo quiere todavía más. Es sencilla naturaleza humana.
Psicología básica.
Rachel me está prohibida por varios motivos. Primero, salir con ella rompe mi
autoimpuesta regla de no tener citas. Segundo, no encaja en mi mundo y nunca lo
hará. No es rica. No tiene el apellido adecuado. No fue a las escuelas adecuadas
cuando crecía. Tres, no tiene permitido estar en mi mundo. Mis padres me matarían
86
si supieran que salgo con ella, y los Dunamis me castigarían. Por último, si
continuase viéndola y de alguna manera me fuese permitido estar con ella, nunca
Página
duraría porque nunca sería capaz de conocerme realmente. No puede ver el lado
que mantengo escondido. Mi lado oscuro. Nunca puede averiguar lo que he hecho.
No puede saber sobre los Dunamis y lo que hacen, o quiénes son los miembros, o
como me veo forzado a hacer cosas que no quiero hacer. Ella no puede saber nada
de eso, por lo que no puedo seguir lo que sea esto que he empezado con ella.
Solo con oír su voz siento que estoy sonriendo. ¡Maldita sea! Me enderezo en la
silla y trato de mantener un tono de negocios.
Ahí va mi plan. No puedo decirle que no. No ahora. No después de que haya
dicho todo eso. Generalmente no tengo ningún problema diciendo que no a la
gente, pero no puedo obligarme a hacerlo con Rachel. Ella es tan dulce y ha sido
muy amable por hacer todo ese trabajo para preparar mi recorrido. Y cuando ha
dicho que quiere volver a verme, mi sonrisa se hizo más grande. Una sonrisa
completa, que nunca hago. Pero no podía controlarlo. Me siento de la misma
manera que ella. No puedo esperar a volverla a ver. Incluso si no hubiera dicho
todo eso, seguiría sin haber sido capaz de cancelar nuestra cita de mañana.
Lógicamente, sé lo que necesito hacer, pero parece que tiro la lógica por la ventana
en lo que respecta a esta chica.
—También quiero verte le digo, con la maldita sonrisa todavía en el rostro.
Espero que no entre nadie. Pensarán que he perdido la cabeza. Y para la cena, tú
eliges el lugar. Cualquier sitio al que te gustaría ir.
—Por cierto, también estaba pensando en ti, así que me alegra que me llamaste.
Quería llamarte, pero sé que estás ocupado con el trabajo y no quería interrumpir
nada.
—Adiós, Pearce.
Le odio por eso. Me robó los años que me quedaban de infancia. Mientras el
resto de los chicos de mi edad llevaban una vida sin preocupaciones, asistiendo a
fiestas, bailes y partidos de fútbol, yo tenía que vivir con el hecho de que mi padre
mató a un inocente extraño delante de mí, y luego escucharle decirme como eso es
algo que se hace todos los días y que nadie lo sabe. Él y el resto de los miembros
cometen crímenes horribles. Los líderes de la sociedad, que se dicen a sí mismos
que lo hacen por el bien del país. Por el bien del mundo. Después de que mi padre
me lo dijese, la poca inocencia que quedaba de mi infancia fue destruida. Y cuando
me dijo que yo pronto sería parte de esto, perdí cualquier esperanza que tenía para
el futuro.
No se me asignó un tutor hasta el año pasado. No podía tener uno antes de eso
porque no estaba por aquí. Estuve en Yale hasta que cumplí veintidós y luego fui
88
Hasta ahora, no he pasado mucho tiempo con Jack. Posee una gran empresa de
telecomunicaciones y viaja a menudo por trabajo. Le veo en las reuniones y cuando
quedamos para comer una vez al mes, pero eso es todo.
Se supone que los mentores nos enseñan cómo realizar nuestras asignaciones y
completarlas con éxito. Nos enseñan las reglas y se aseguran de que las seguimos.
También están ahí para que tengamos a alguien con quien hablar cuando nos
cuesta ser parte de la organización. Ser un miembro conlleva dilemas éticos que
pueden causar estrés psicológico y emocional. Eso no es así para todos, pero sí para
la mayoría, especialmente para los miembros más jóvenes que no llevan en esto
demasiado tiempo. A veces solo necesitas a alguien con quien hablar, y ya que no
podemos hablar sobre esto con nadie de fuera de Dunamis, tenemos que hablar con
otro miembro.
—Jack, siento llegar tarde. Entro y lo veo de pie al lado de una pequeña
mesa redonda cubierta con un mantel de lino blanco.
Jack es más bajo que yo, alrededor de metro ochenta, con una constitución
robusta. Su cabello es grueso y blanco, y lleva la piel morena por todo el tiempo que
pasa al aire libre, jugando al golf o navegando. Lleva un traje azul marino con una
corbata de rayas azules y amarillas. Es uno de los pocos miembros que llevan
colores brillantes de esa manera. La mayoría lleva corbatas de color plata o gris
oscuro. Y casi todos usamos trajes negros, a veces con algo de gris, pero casi nunca
azul marino.
Jack me sonríe cuando nos damos la mano. —No hay ningún problema,
89
Pearce. Todos estamos ocupados y perdemos constancia del paso del tiempo.
Página
—Eso no es excusa. Debería haber sido puntual. Me disculpo de nuevo. No
volverá a pasar.
Nos sentamos. En la mesa hay dos copas de agua al lado de dos vasos más
bajos y anchos llenos de whisky. Nuestro almuerzo también se encuentra allí,
cubierto con cubreplatos de plata. Los camareros no pueden estar aquí durante
nuestros encuentros, por lo que tenemos que quitar los cubreplatos nosotros
mismos y dejarlos en la bandeja que está al lado de la mesa.
Jack es un poco rebelde. Lleva las reglas hasta sus límites y no le asusta
expresar su opinión en voz alta cuando no está de acuerdo con algo. Su actitud
rebelde es lo que más me gusta de él. En el fondo, también soy un rebelde. Mi
padre constantemente intenta librarse de ese rasgo mío y hacerme más obediente, y
casi lo ha conseguido, pero no del todo. Sigo haciendo cosas a sus espaldas, cosas
que no aprobaría. Como salir con Rachel. Se pondría furioso si supiese que estoy
viendo a una mujer como ella.
—Así que, ¿qué has estado haciendo, Pearce? —dice Jack mientras corta su
filete, que está chamuscado por fuera pero tan crudo por dentro que gotea sangre.
semana. Corto mi propio filete, que está en su punto. Cuando le conoces por
Página
primera vez, Jack te pregunta cómo te gusta la carne. Cuando te invita a comer más
tarde, se asegura de que su chef lo prepare exactamente como te gusta.
—Jack, creo que conoces a mi padre lo suficientemente bien para saber que
nunca parará de decirme lo que tengo que hacer. A lo largo de los años, he
aprendido que no seguir sus órdenes es más difícil que seguirlas.
—Puede que eso sea cierto para algunas cosas, pero para otras, necesitas
adoptar una postura. Clava su tenedor en una patata—. Elige tus batallas. ¿No es
eso lo que dicen?
Sonrío ante el repentino cambio de tema. Es algo típico en él, pero nunca estoy
preparado. A veces los temas o las cosas que dice son inapropiadas o inoportunas.
El resto de miembros han intentado que pare de hacerlo, pero Jack no les hace
caso. No le importa lo que otras personas piensen de él.
—Escuché que tuviste una cita con Rielle Hanniford. Lleva un pedazo de
91
Se ríe entre dientes. —Sí, sé lo que fue. ¿Las socias no son lo suficientemente
buenos para ti? ¿O solo querías probar algo nuevo?
Guiña. —Estoy seguro de que podrías haber peleado con ella si lo hubieras
intentado.
—Es difícil rechazar a una mujer hermosa, ¿no? Da un trago de whisky.
—Rielle es una mujer muy hermosa —dice—. Demasiado joven para mí, pero
estoy seguro de que para un hombre de tu edad le resultaría muy atractiva.
6
El esquema Ponzi - es una operación fraudulenta de inversión que implica el pago de intereses a los
inversores de su propio dinero invertido o del dinero de nuevos inversores. Este sistema consiste en
92
un proceso en el que las ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas gracias al
dinero aportado por ellos mismos o por otros nuevos inversores que caen engañados por las
Página
—Lo habitual. Nada demasiado emocionante. Las cosas suelen ser lentas
cuando estamos tan alejados de unas elecciones. Pero lo lento es bueno en nuestra
línea de trabajo. Recoge su plato y lo pone en la bandeja que está al lado. Luego
se acerca por el mío. ¿Has terminado?
—Sí. Gracias.
—Adelante.
Página
Intento pensar una forma de decir esto sin ofenderle. Solo lo estoy preguntando
porque me extraña que cada vez que nos reunimos solo hablamos de cosas banales.
En realidad, nunca discutimos nada.
—Mi padre mencionó que los mentores suelen hablar de las mejores formas de
completar las asignaciones.
—Ya has tenido asignaciones y las has completado con éxito. Hace girar el
whisky en su vaso, el hielo chocando contra el cristal—. Así que, ¿qué necesitas
saber?
—No estoy seguro. Por eso te pregunto. Mi padre dijo algo sobre las reglas que
se aplican a las asignaciones. No estoy seguro de que quería decir.
—Aquí están las reglas. Bebe lo que le queda de whisky y baja el vaso.
Contratas a gente competente. Eso es todo lo que necesitas saber. Se apoya en el
respaldo de su silla.
Tiene razón. En realidad, es así de simple y aun así mi padre lo hace sonar muy
complicado.
—Como tu mentor, te enseñaré las cosas que otros miembros no enseñan a sus
estudiantes. Hago las cosas de manera diferente que ellos. Cualquier otro te
enseñaría las reglas y como seguirlas, pero eso no es lo que voy a hacer. No me
gustan las reglas. Nunca me han gustado. Que se jodan las reglas.
No me puedo creer que haya dicho eso. Mi padre vive según esas reglas. Si
escuchase a Jack decir eso, se lo diría a la organización y se aseguraría de que fuese
castigado.
—Otra regla. Se acerca y coge mi whisky—. ¿Quién fue el idiota que hizo esa
regla de no beber antes de las cinco? Se bebe el whisky. Todo el whisky. Luego
94
deja el vaso sobre la mesa y se apoya en el respaldo de la silla. ¿Lo primero que
Página
—No he dicho que las rompas todas. Miras y eliges que reglas seguir. Y cuando
rompes una, te aseguras de que nunca lo sepan.
—¿Error? —Le miro y veo que su sonrisa ha sido sustituida por una severa
expresión—. No sé a lo que te refieres.
—Si vas a ser fuerte, no puedes negar tus debilidades. Necesitas conocerlas
para poder superarlas. Y tu padre es una de tus mayores debilidades.
Asiento. —Sí.
—Mi meta como tu mentor es hacerte fuerte. Enseñarte cosas que te harán
poderoso. Como grupo, Dunamis funciona ganando poder y fuerza para continuar
nuestro dominio sobre otros y controlar los resultados de los acontecimientos
importantes. Pero cuando piensas en ello, como miembros individuales, carecemos
de las cosas por las que pugnamos como grupo. Como individuos no tenemos
ningún poder. Ninguna fuerza. Nos son arrebatadas para mantenernos en línea. Es
realmente irónico.
Asiente. —Sí. También aprenderás como luchar con los enemigos de fuera,
pero luchar contra criminales es mucho más fácil que luchar contra aquellos que
dicen ser tus aliados, y mil veces más fácil que luchar contra el enemigo que eres tú
mismo. Todos tenemos dos lados, Pearce, el bueno y el malo. Al estar en este
negocio, el lado malo tiende a ganar a menos que luches contra él. Algunos de
nosotros lo hemos hecho, y hemos sobrevivido con ambos lados intactos. Otros han
perdido la batalla o nunca trataron de luchar siquiera. Pareces ser un luchador,
Pearce. ¿He acertado?
Estoy tan hipnotizado con sus palabras, intentando asimilarlo todo, que
necesito un momento para contestar. —Sí. Quiero luchar.
Con solo saber eso, teniendo ese pequeño destello de esperanza, es como tener
un brillante faro de luz en mi oscuro mundo.
96
Página
Rachel
L
a visita guiada con Pearce es a las cuatro y ya son las 15:45. Estoy nerviosa.
Nerviosamente excitada. Con el tipo de nervios que te hace sentir mariposas
en el estómago.
Estoy trabajando en la mesa de recepción hasta que llegue. No hay nadie más
en el museo. Las tardes de los viernes suelen tener poco movimiento, por lo que
siempre traigo libros para estudiar. Cerramos a las 16:30, así que después de que
realice la visita guiada con Pearce, solo necesitaré cerrar e ir a encontrar algo que
hacer antes de cenar.
Hoy no hace tanto calor como hace unos días, pero sigue haciendo calor fuera
por lo que llevo otro vestido sin mangas. Es ajustado, sin ensancharse en la cintura.
Es un vestido de punto casual que encontré el año pasado en una liquidación por
diez dólares. Una ganga total. Creo que nadie lo quería porque es de color naranja
y hay personas a las que les da miedo vestir de ese color. Pero gracias a mi cabello
oscuro y al bronceado que mantengo del verano, el naranja me sienta bien.
También tengo un fino jersey blanco para cubrirme los brazos si por la noche
enfría.
Pearce llega a las 15:55. En vez de vestir un traje como de costumbre, lleva
pantalones negros de vestir, camisa blanca y corbata de seda azul. Sus corbatas son
magníficas. Apuesto a que cuestan una fortuna.
Está tan guapo que me gustaría tomarme un momento para mirarle, pero eso
97
sería raro.
Página
—Me alegro de volverte a ver. Le doy un abrazo, pero él se pone rígido, los
brazos tiesos a sus lados. Oh, Dios. Esto es incómodo. ¿Por qué le he abrazado?
Shelby tiene razón. Necesito controlar esta manía de dar abrazos.
—¿No lo estás?
—No. Si te soy honesto, no puedo recordar la última vez que alguien me dio
un abrazo. ¿Puede que cuando era niño?
—¿Es en serio? —No me contesta así que digo—: Bueno, eso no está bien. Por
supuesto, lo dice alguien que abraza a todo el mundo. Incluso al cartero. Incluso a
gente que no conozco. Lo siento si te hecho sentirte incómodo.
—No me has hecho sentir incómodo. Me hace acercarme a él—. Acércate.
Esta vez vamos a hacerlo bien.
Cuando se detiene, digo: La próxima vez, puede que quieras apretar un poco
más fuerte.
—Los pocos abrazos que me han dado han sido bastante distantes, con solo la
parte de arriba del cuerpo. Así que, para mí, eso era un abrazo apretado.
—Vuelve aquí.
98
Le abrazo de nuevo y esta vez me abraza más fuerte. Es casi perfecto, pero
entonces se detiene.
—Estuvo bien. —Le doy la mano para llevarle a la primera vitrina. Pero la
próxima vez no te detengas tan pronto. Deja que yo, o que la chica a la que estés
abrazando, sea la que se detenga primero.
—No era consciente de que abrazar tuviera tantas reglas. Se inclina y me
dice al oído—: Y para dejarlo claro, la única chica a la que voy a estar abrazando es
a ti.
—Voy a contarle a tu jefe el buen trabajo que has hecho. Se guarda la tarjeta en
el bolsillo.
—No hace falta que hagas eso. Solo voy a trabajar aquí un par de meses más.
99
—Supongo que podemos hacer eso —dice—. ¿Hablabas de ese parque de allí?
Lo señala.
—Cuando se terminó la visita, uno de los chicos se me acercó, me dijo que era
guapa y me dio una piruleta que llevaba en el bolsillo. No tenía ningún envoltorio,
por lo que estaba cubierta de pelusas y vete a saber que más, pero la cogí porque
realmente quería que la tuviese. Y luego me preguntó que si quería ir con él a ver
una película.
—No, pero redirigí su atención hacia una de las chicas de la clase que le había
estado mirando toda la visita guiada. Ella me recordaba a mi hermana, que siempre
estaba mirando a los chicos.
—Éramos gemelas. Hacíamos todo juntas. Cuando nos dejó, me sentí como si
Página
se hubiera llevado la mitad de mí con ella. Me seco las comisuras de los ojos.
Incluso hoy en día, se me saltan las lágrimas al hablar de ella. No quiero apagar el
ánimo de la conversación por lo que fuerzo una sonrisa y digo—: Lo siento. Haber
estado con todos esos niños hoy ha hecho que me acuerde de ella.
Seguimos andando, pero hemos relajado el ritmo. Siento como su mano roza la
mía y le miro. Me está mirando con una expresión llena de preocupación y dulzura.
Como si sintiese el dolor que permanece en mi interior por la pérdida de mi
hermana y desease poder hacer que se vaya. Se da cuenta de que le estoy mirando y
aleja su mirada, pero su mano sigue sujetando la mía con amabilidad mientras
seguimos paseando entre los árboles.
En el poco tiempo que he pasado con él, he aprendido que es muy reservado
con sus sentimientos. Creo que está más cómodo expresándose sin palabras como
acaba de hacer al tomarme de la mano. Es un gesto muy pequeño, pero tuvo un
gran significado para mí. Como si me estuviera diciendo que le importo. Para mí,
eso fue mejor que expresándolo con palabras.
Cuando llegamos al final del parque, damos la vuelta. Esta vez hablamos, pero
de nada serio. Solo de cosas al azar. Y de repente se detiene y me lleva a un lado.
Antes de que le pueda preguntar qué está haciendo, se inclina y me besa.
Me besa de nuevo, esta vez durante más tiempo y dice—: Eso debería valerme
hasta que lleguemos a los autos.
Me río. Me alegra saber que no soy la única que se sentía así. He querido
besarle todo este tiempo, pero no quería parecer muy lanzada. Soy de las que
prefieren que el chico haga el primer movimiento. Y Pearce sigue haciéndolo
101
—Pues allí vamos. —Me acerca a su auto y me abre la puerta. Nunca he estado
en un Mercedes. El auto es nuevo. Incluso huele a nuevo. Y por dentro está
inmaculado.
Una vez estamos sentados, le digo—: Este restaurante no es muy lujoso, pero
como dije, la comida es buena.
—No necesito que sea lujoso. —Se señala a sí mismo—. ¿Ves? Ni siquiera me
he arreglado esta vez. En vez de llevar traje me he puesto algo más casual.
—No. —Me paro de reír, pero sigo sonriendo—. En mi opinión lo que llevas se
consideraría arreglado, no casual.
—No tengo ningún pantalón vaquero. Y solo llevo camisetas cuando estoy en
el gimnasio.
Casi me vuelvo a reír, pero consigo aguantarme. ¿A qué tipo de eventos
sociales vas?
—¿Y qué llevas cuando sales a divertirte, como cuando vas al cine?
—¿Qué quieres decir? ¿Qué llevas mucho tiempo sin ir? ¿O qué no has ido
nunca?
—Es algo que nunca he deseado hacer. No es que no haya visto una película
nunca. Uno de mis compañeros de instituto tenía un cine en su casa así que iba a
ver allí las películas. Es solo que nunca he ido a un cine de verdad.
Sonríe. Sé lo que estás pensando. No suena muy divertido. Y tienes razón.
Pueden ser un poco aburridas, aunque disfruto al escuchar música clásica y he visto
bastantes buenas obras de teatro.
—Voy a pedir lasaña, pero no hace falta que pidas por mí. Puedo hacerlo por
mí misma.
—No, no es eso, solo que es un poco raro. No estoy acostumbrada. ¿De verdad
es una regla de etiqueta? ¿Qué el hombre pida por la mujer?
Página
—Sí, pero como dije, es bastante anticuada por lo que si te gustaría pedir por ti
misma puedes hacerlo.
Tuvimos otra cena perfecta y nuestra conversación fluye de un tema a otro sin
problemas. Creo que Pearce es muy divertido a su propia y única manera. Me gusta
su sentido del humor. Suele soltar comentarios graciosos sin venir a cuento, que a
veces son tan sutiles que tardo un momento en entenderlos, pero cuando lo hago
siempre me río. Es muy inteligente. Incluso su humor es inteligente.
Sonríe y se inclina para cogerme de la mano. Estoy casi seguro de que voy a
hacerlo otra vez.
Me quedo callada.
—Sí. —Me vuelvo a reír. Por favor, dime que ya has ido alguna vez.
—No estoy seguro. Tengo a una persona que se encarga de comprarme la ropa
y la lleva directamente a mi loft. —Se detiene a pensar—. En realidad, ahora que
pienso en ello, sí. Cuando iba a la universidad fui al centro comercial con una
chica. Pero fue solo una vez y no he vuelto desde entonces.
—No tenemos que estar mucho rato, a no ser que quieras que cenemos allí.
Tienen un montón de restaurantes para elegir.
—Ya que parece que eres quien está planeando la cita, mejor elige tú. Yo
planearé la siguiente.
El mesero trae la cuenta y Pearce pone algo de efectivo. —Antes dijiste que
tenías una idea. ¿Cuál era?
—Quiero hacer contigo cosas que no hayas hecho antes, como ir al cine. Pero
eso es solo el comienzo. Sigo teniendo muchas otras cosas en mente para que
hagamos juntos.
Maldita sea. Eso ha sonado muy sucio y no pretendía hacerlo. Puede que no se
lo tome de ese modo.
—Voy a intentar hacer casi cualquier cosa al menos una vez, así que sí.
—¡Bien! Por lo que, ¿deberíamos salir ya? Sigue siendo temprano. Podríamos
volver a mi casa.
—Solo cierra tu auto con llave —le digo—. No debería pasar nada.
—Siempre hay patrullas de policía por la zona, por lo que suele estar bien.
Intento no salir de noche.
—Pearce, no necesito nada de eso. Llevo viviendo aquí casi un año y nunca he
tenido ningún problema. No tengo nada que puedan robar.
—Sí, pero hay más razones por las que algún hombre trate de entrar.
Cuando cuelgo el teléfono, me doy la vuelta y veo a Pearce mirando los trofeos
en mi estantería.
—Cuando me contaste que te gusta nadar, pensé que solo hablabas de hacerlo
en verano en la piscina local. No sabía que habías participado en competiciones de
natación. Y ganado. Señala a mis medallas—. ¿Por qué no me habías hablado de
ello?
Me acerco a la estantería con él. —Porque lo echo mucho de menos, por lo que
no me gusta hablar de ello.
—¿Ya no nadas?
—Lo hago, pero no tanto como lo hacía antes. En el instituto la natación era
107
mi vida. Era todo lo que hacía. También lo hice en la universidad, como puedes
ver, y me fue muy bien. Pero luego me mude a aquí, y entre las clases, el trabajo y
Página
otras cosas, no he tenido tiempo para nadar. Y si consigo el trabajo en la tienda de
abarrotes todavía tendré menos tiempo.
—No. No voy a aceptar tu dinero. Pensaste que eso era lo que quería decir
cuando dije que no tenía dinero, ¿no? Porque no estaba pidiéndote dinero. Lo juro,
no quería decir eso.
Tomo el control remoto. —¿Quieres ver la tele? No tengo tele por cable, pero
suelo encontrar algo que ver.
Me doy la vuelta y veo que me está mirando. Más que mirándome. Me está
comiendo con los ojos. El deseo y la atracción presentes en su mirada. Lo sé porque
yo también me siento así. He estado intentando ignorarlo toda la noche porque me
distrae, pero ahora está innegablemente presente entre nosotros.
Suspiro. Lo sé. Y no suelo hacer esto, pero siento que algo de esto está bien.
—Estoy de acuerdo, pero sigo pensando que deberíamos esperar. —Alza las
cejas. ¿Puede que solo un par más de citas?
Se sienta en el sofá y me acerca a él para mirarme a los ojos. —Sé que nos
acabamos de conocer, pero siento algo por ti que no estoy seguro de cómo explicar.
Pero es algo bueno y me gusta y no quiero que se acabe. No quiero estropearlo.
109
Pero el sexo a veces hace eso. Así que creo que deberíamos esperar un poco más
antes de llegar ahí. Incluso si es solo un par más de citas.
Página
Asiento. —Tienes razón. Deberíamos esperar. Solo me dejé llevar. No estaba
mintiendo cuando dije que normalmente no voy tan deprisa. Tardé seis meses en
hacerlo con mi primer novio. Y eso fue en la universidad. Fue mi primera vez.
Alejo la mirada, avergonzada de haber admitido eso.
Hace que vuelva el rostro hacia él, sonriéndome. —¿De verdad esperaste tanto?
Vuelvo a alejar la mirada. —Sí. Y solo lo hice porque me sentí como que tenía
que hacerlo. No pensé que mi novio me esperase mucho más. Por supuesto,
después me enteré de que me estuvo engañando todo el tiempo. Tras eso, decidí
que debería esperar hasta estar enamorada. Mi siguiente novio serio no vino hasta
el último año e incluso entonces, esperamos varios meses antes de… ya sabes.
—¿Alguna vez has estado enamorada? —me pregunta con un tono cauto, como
si en realidad no quisiera saber la respuesta.
—No, no lo he estado.
Hace una semana habría dado una respuesta diferente. Antes de haber tenido
esa conversación con Shelby, me convencí a mí misma de que estaba enamorada de
Adam. Y lo hacía porque pensaba que tenía que haberle amado. ¿Por qué si no,
habría estado con él tanto tiempo? ¿Y habría estado de acuerdo en casarnos?
—¿Y tú? —le pregunto a Pierce—. ¿Has estado enamorado alguna vez?
—No. Nunca.
—¿Quién es Shelby?
—Mi vecina. Está loca, pero en el buen sentido. Somos amigas. Pasamos
mucho tiempo juntas. Escucho como se cierra una puerta en la escalera—. Oye,
esa es ella. ¿Quieres conocerla? Realmente quiero que la conozcas.
—Entonces sí, pero necesito ponerme la camisa. Se pone de pie y comienza a
abrochársela.
Se inclina para darme un beso. —Estoy seguro de que me gustarías sin ese
vestido. Pero eso tendrá que esperar hasta dentro de otra ocasión.
—Hola, Shelby, ¿es un mal momento? Sé que has estado fuera un montón así
que…
—He traído a alguien conmigo. Quiero que le conozcas. Me aparto para que
Pearce se ponga a mi lado—. Shelby, este es Pearce Kensington. El hombre que
conocí en la serie de conferencias. Y Pearce, esta es Shelby. Mi amiga y vecina.
Se miran el uno al otro, pero no dicen nada. Entiendo por qué Shelby no lo
hace. Pearce es tan caliente que tiende a hacerte olvidar cómo hablar. Pero no
entiendo porque Pearce está tan callado.
Se dan la mano.
L
a vecina de Rachel y su nueva mejor amiga es una de nuestras asociadas.
Dormí con ella hace un par de semanas. Es la chica que pasó la noche en
mi casa cuando se suponía que no lo hiciera.
Cuando Rachel me presentó, no supe que decir. Estaba tan sorprendido. ¿Qué
demonios estaba haciendo viviendo en este edificio deteriorado? Ella hacía dinero
más que suficiente para vivir en un apartamento decente. La mayoría de nuestras
asociadas viven en lujosos condominios. Algunas tienen sus propias casas. Sé que
esta chica es nueva, pero, aun así. Tuvo que haber recibido dinero por adelantado
cuando firmó el contrato.
—Um, sí.
Shelby resopla. —Obviamente estaba equivocada. Ahora que sé que usas a las
personas como Rachel, me doy cuenta que eres exactamente como el resto de ellos.
—Sí, así puedes tener sexo con ella, si no lo has hecho ya. ¿Por qué estás
haciendo esto? Puedes escoger cualquiera de las asociadas. Todas son hermosas y
harán cualquier cosa que pidas.
—No cuando no tiene todos los hechos. Le diré quién eres y entonces veremos
si quiere estar contigo.
Doy un paso cerca de ella y bajo la voz. —Si haces eso, sabes lo que pasará.
—¿Estas amenazándome?
113
Pone los ojos en blanco. —Sí, claro. Como si dieras una mierda por mí. O por
cualquiera de las chicas.
—Por supuesto que lo hago, pero no puedo hacer nada sobre las reglas. Y si no
querías ser parte de esto, no deberías haber firmado.
—No estoy haciéndolo para así poder pagar cosas costosas —dice demasiado
alto, luego baja la voz—. Obviamente si estuviera usando el dinero en mi misma,
no viviría en esta pocilga.
Quiero saber por qué necesita el dinero, pero no pregunto. Cuanto menos sepa
de ella, mejor.
—Rachel dijo que has estado fuera mucho tiempo. ¿Es por un trabajo?
—No fue fuera de la ciudad. Es solo… no me dejaba salir. Fui a su casa la otra
noche y cuando iba a salir, él… insistió en que me quedara.
—¿Toda la noche?
—Eso es contra las reglas. Se supone que tienes que irte cuando has terminado.
No se supone que seas vista en público con nosotros.
—Aun así, las reglas dicen que haces lo que estás ahí para hacer y te vas. Es
una muy estricta regla, lo que es el por qué no les dije que pasaste la noche. Ambos
podríamos ser castigados.
—No estas escuchándome. Traté de irme, pero… —Mantiene sus ojos en los
míos mientras hace rodar sus mangas hacia arriba—. No me dejó.
Miro sus brazos. Hay marcas rojas alrededor de ambas muñecas. La ató y
retuvo contra su voluntad. Mierda.
—¿Quién hizo esto? —Estoy furioso. Los miembros no deben perjudicar a estas
chicas. Y definitivamente no retenerlas en contra de su voluntad, atadas como un
animal.
—¿Te lastimó?
Baja sus mangas, cubriendo las muñecas. —Solo cuando apretó los amarres.
Aparte de eso, no realmente.
115
Piensa sobre eso, luego dice—: No. Pero gracias por la oferta.
Nos quedamos de pie en silencio. Las paredes son delgadas y puedo oír a
Rachel hablando por teléfono en el otro apartamento.
—Siento que tomará tanto tiempo. —Rachel entra y Shelby rápidamente aleja
sus manos de mi brazo y pretende ajustar su cola de caballo—. ¿Ustedes llegaron a
conocerse?
—¿Cómo está tu papá? —Rachel suena triste cuando le habla a Shelby—. ¿Está
empeorando?
¿Así que esto es por lo que Shelby necesita el dinero? ¿Para ayudar a cuidar de
su padre? ¿Para ayudar a pagar sus cuentas medicas?
conocerte, Pearce.
—Sí. Y a ti también.
—Pero son solo las diez. Y es viernes. ¿Seguro que no quieres quedarte?
Sé que es una ilusión, pero dejo a mi mente ir ahí porque no quiero dejar de
verla. No quiero perderla. Me hace sentir algo. Algo bueno. No suelo sentir nada
más que dolor e ira, y cuando no puedo soportarlo más, uso alcohol o sexo para
entumecerlo.
Esta es la primera vez que he sentido algo bueno y quiero sentirlo de nuevo.
Rachel me hace olvidar el dolor y la ira. Aclara mi estado de ánimo. Me hace feliz.
Desde que la conozco, he reído más de lo que lo he hecho en años. Y parece que
no puedo borrar esa idiota sonrisa de mi rostro cada que estoy con ella, o incluso
cuando pienso en ella.
¿Así que, qué hago? ¿Es egoísta de mi parte seguir viéndola? ¿Sigo adelante con
ella, sabiendo que no durará?
Tal vez sea así, pero no estoy listo para terminar las cosas entre nosotros. Lo
cual significa que soy o un bastardo egoísta o la actitud optimista de Rachel está
117
deslizándose en mí porque una parte de mí cree que podríamos hacer que esto
funcione. No sé cómo, pero quiero creer que podría pasar.
Página
Estoy de vuelta en el edificio de mi apartamento ahora y casi pierdo el retorno
de nuevo, pero freno en seco justo a tiempo. Mientras me dirijo a la puerta, espero
por George para que pulse el botón.
***
medicinas para varios propósitos. Algunas son usadas para la Clínica. La mayoría
de estas drogas nunca serán compartidas con el público en general porque a sus
miembros les gusta la exclusividad y esto les permite tenerla. Otras drogas son
creadas para hacer daño. Para matar a nuestros enemigos, pero hacer que parezca
un accidente. Tenemos drogas que inducen ataques cardíacos, accidentes cerebro
vasculares, aneurismas. Estas drogas son especialmente útiles para matar a los
líderes de las naciones extranjeras que no cooperan con nuestras demandas.
Como yo, a Royce no le gusta seguir las reglas, pero es mucho más arriesgado
que yo. Solo rompo las reglas de vez en cuando. Royce lo hace todo el tiempo.
Básicamente hace lo que sea que quiere, pero trata de mantenerlo escondido de su
familia y de los otros miembros. Pero esta abiertamente rompiendo la regla que dice
que tiene que hacerse cargo de la compañía de su familia. Ha dejado claro que no
quiere tener nada que ver con Sinclair Pharmaceuticals. Royce aspira a ser político
y por lo tanto su hermano, William, va a hacerse cargo de la compañía una vez que
su padre se retire. Por lo general, se esperaría que ambos hijos trabajen para la
compañía, pero Arlin, el padre de Royce, le permitió a su hijo tomar un camino
diferente, probablemente porque él no le dio opción.
—Ha sido demasiado tiempo desde que hemos estado juntos. —Royce me hace
un gesto hacia la barra—. Ven a tomar una copa.
Estoy de acuerdo con eso porque necesito una copa para ayudarme a relajarme.
Estas reuniones siempre me ponen tenso. Nunca sé lo que va a pasar.
—Dieciséis.
—Mejor que no te atrapen. Las personas estarán observando cada uno de tus
movimientos. Tendrás reporteros siguiéndote. Tienes que ser cuidadoso, Royce. La
última cosa que necesitamos es un escándalo.
Él sonríe. —Eso es lo que lo hace divertido. Saber que podrías ser atrapado. Es
un golpe de adrenalina. Te da una sensación de elevación que anhelas sentir una y
otra vez.
Mientras habla, me pregunto si fue él, el que estuvo con Shelby. No sería de
extrañar que atara a una mujer así. Royce toma lo que quiere y no acepta un no por
respuesta.
Me mira fijamente. —¿Jueves? ¿De qué estás hablando? ¿Qué pasó el jueves?
120
Royce se droga algunas veces, pero no se mete en problemas por ello porque un
montón de nuestros miembros consumen drogas. Es otro mecanismo de
afrontamiento. Pero ellos le han dicho a Royce que necesita dejar de usar las drogas
cuando empiece su campaña. Estoy seguro de que no lo hará.
Después de que lo hace, nos disculpamos con Royce y vamos a una habitación
vacía para hablar.
—Es sobre una de nuestras asociadas. Alguien la usó la otra noche, luego la
hizo quedarse y no la dejó irse. La ató y la mantuvo allí el día entero.
—Es contra las reglas. Esta persona necesita ser castigada. De otra forma lo
hará de nuevo.
—¿Quién fue?
—Tenía marcas rojas en sus muñecas donde la ató. Aparte de eso, dijo que no
estaba lastimada, pero pudo haber estado mintiendo para protegerlo.
—¿Quién es esta chica? ¿Y por qué ella estaba diciéndote esto? Cada encuentro
121
es estrictamente confidencial.
Página
7
Se refiere a que estaba bajando del subidón de alguna droga.
—No puedo decirte quien era. Además, si no vas a hacer nada, no importa. —
Sueno molesto, porque lo estoy—. Pensé que te importaría esto, Jack. Tienes dos
hijas. ¿Querrías que las trataran de esta manera?
—No, no lo hacen. No creo que les estén diciendo a las chicas todas las reglas
cuando las contratan. Esta chica no está siquiera consiente de los castigos o la
severidad de ellos.
—Eso no es justo. Tienen que decirles. Tenemos que hacer algo. Proponerlo en
la reunión de hoy.
—No. Absolutamente no. —Baja la voz y entrecierra sus ojos hacia mí—.
Como te dije el otro día, escoge tus batallas, y esta NO es una batalla que valga la
pena luchar. Ellos no harán nada sobre ello y tendrás una diana en tu espalda por
proponerlo. Van a sospechar de ti, preguntándose por qué estás dando la cara por
esta chica. Y luego empezaran a seguir cada uno de tus movimientos, escuchar tus
llamadas, rastrear tu auto. ¿Es eso lo que quieres?
—No.
eventualmente.
Tenemos un descanso para el almuerzo, luego continuamos con la reunión.
Concluye a las cuatro. Mi padre se me acerca cuando estoy por irme. No he
hablado con él desde que llegué aquí. Eso se vería extraño para alguien más, pero
para nosotros es normal. Solo hablamos entre sí cuando es necesario. Esa es la
forma en que nuestra relación es y siempre ha sido. Al crecer, no hubo charlas de
padre a hijo, a menos que estuviera en problemas por algo. Y ahora, como un
adulto, habla conmigo solo cuando quiere algo o siente que necesitaba un discurso
sobre mi comportamiento.
—¿Es por eso que dejaste la oficina temprano el viernes? —Sonríe, feliz consigo
mismo por saber algo que sabía que yo quería esconder de él.
—No. Solo necesito terminar algunas cosas mientras la oficina está tranquila.
—Fui al golf. Sé que no debería irme temprano, pero el día estaba agradable y
necesitaba trabajar en mi lanzamiento.
Me voy sin decir adiós a Jack, quien está en el bar consiguiendo otro trago.
Tengo que salir de aquí. Mi cuerpo está tan tenso que mis músculos duelen. Odio
estas reuniones y odio estar alrededor de estas personas.
La única cosa que me mantiene cuerdo justo ahora es saber que voy a ver a
Rachel. Su hermoso rostro. Esa amable sonrisa. Quiero sostenerla en mis brazos, en
uno de esos abrazos que a ella le gustan tanto. Apretado esta vez así no logrará
quejarse. Me rio con ese pensamiento. De todas las cosas por las que podría ser
reprendido, nunca, ni una vez, pensé que sería por cómo abrazaba.
123
Página
Me apresuro en el camino a mi loft. Se supone que me encuentre con Rachel a
las siete, pero voy a llamar y ver si puedo ir allí antes que eso. Tengo que
verla. Necesito verla. Y no quiero esperar otro minuto más.
124
Página
Rachel
P
earce me llamó y me preguntó si podía venir ahora en vez de esperar hasta
las siete. Le dije que sí, pero no estaba lista así que estoy corriendo para
terminar.
Me alegra que este viniendo más temprano. Incluso a pesar que solo lo vi
anoche, ya lo extraño. Pensando, me doy cuenta de que nunca he extrañado a
Adam, incluso cuando estábamos separados por días. Debería haberlo tomado
como una señal de que no estábamos destinados a estar juntos.
La abro y lo veo ahí de pie, usando un pantalón negro de vestir, una fresca
camisa blanca de botones, y corbata a rayas azul, negra y gris. Su camisa se tensa
sobre sus anchos hombros sin aglomerarse o formando arrugas, como si estuviera
hecha para él. Apuesto a que lo está. Su ropa es hecha probablemente a la medida y
es por eso que le encaja tan bien. Mi mirada se eleva hasta su rostro, que está recién
afeitado, acentuando su bien definida mandíbula. Solo verlo provoca esa sensación
125
¿Cómo supo eso? ¿No soné lo bastante emocionada por las rosas? Es muy
perceptivo. Me he dado cuenta de que parece notar las cosas más pequeñas, como
los cambios en mi expresión facial o mi tono. No estoy acostumbrada a eso. En mis
relaciones pasadas tenía que salir y decirle a un chico lo que pensaba o lo que sentía
por algo, y después de que lo hacía, por lo general no escuchaban o recordaban.
—Los tulipanes son mis favoritas, pero las rosas están cerca en segundo lugar.
Pongo las flores sobre el mostrador. Siento los brazos de Pearce a mí alrededor y
me volteo y lo veo sonriéndome.
Mientras estoy recortando las rosas en el fregadero, Pearce viene por detrás y
envuelve sus brazos alrededor de mi cintura y besa mi mejilla. —Te extrañé hoy.
—También te extrañé.
Mantengo mis ojos en las rosas. —Será mejor que dejes de hacer eso o me
cortaré.
—Entonces déjame hacerlo. —Sus besos continúan mientras toma las tijeras de
mi mano.
—No te preocupes por mí. Solo relájate —dice suave y bajo, su cálido aliento
haciéndome cosquillas en el cuello.
Lo escucho soltar las tijeras y abro los ojos para ver las rosas ahora apoyadas en
la jarra que está asentada en el fregadero.
—Pearce —susurro.
—Si hubiera sabido que esto iba a pasar, te hubiera hecho venir esta mañana.
Se ríe entre dientes. —Te dije que era bueno con las manos.
128
—Créeme. Lo disfruté. Creo que podías sentir lo mucho que disfruté. —Me
besa de nuevo—. ¿Estás lista para irnos?
—Una corbata no es casual. —Lo empujo al pasillo y cierro con llave la puerta.
—Claro que lo es. —Toma mi mano mientras bajamos por las escaleras—.
Cuando vas más allá de dos colores en una corbata, se vuelve informal. Esa es la
regla.
Le doy las direcciones y diez minutos más tarde estamos allí. Entramos y lo
llevo a Gap y lo dirijo en la tienda en el lado para caballeros, colocándolo delante
de la pared de los pantalones vaqueros.
Pongo las manos en mis caderas. —Discúlpame, pero estoy usando pantalones
vaqueros justo ahora. ¿Estás diciendo que luzco inapropiada?
—No, por supuesto que no. Se ven geniales en ti, pero no se verían bien en mí.
—Tienes que probarte más de uno. Vamos a conseguir un par más de estilos.
¿Cuál es tu talla?
—¿Por qué? Si te gusta este par, no tengo que probarme ninguno más.
Y estoy mucho más cómoda alrededor de Pearce ahora de lo que lo estaba hace
solo un par de semanas. Creo que ayuda que no está actuando tan formal. Está más
relajado y casual, o al menos lo que se consideraría casual para él. Todavía habla de
una manera muy formal, pero estoy acostumbrada ahora y ha llegado a gustarme.
—Pero estas no son para hacer ejercicio. Son para ser usadas en nuestras citas
casuales.
—Tengo que llevar una camiseta con cuello en público. —Señala el estante
131
—Está bien, pero te conseguiremos una camiseta para que uses cuando estemos
en casa viendo televisión o haciendo la cena.
Está sonriéndome y no puedo entender por qué hasta que recuerdo lo que dije.
Casa. Viendo televisión. Haciendo la cena. Acabamos de empezar a salir y ya he
asumido que vamos a pasar todo ese tiempo juntos.
—Estás demasiado bien vestido para una película. Me siento mal vestida. Me
sentiría mejor si ambos estamos usando vaqueros. —Me levanto y lo beso—. ¿Por
favor?
Me río a medida que avanza dentro del vestidor de nuevo. Sale en el nuevo
conjunto. Se ve como un chico de universidad súper caliente. Su ropa de vestir lo
hace parecer mayor de 25, pero en la ropa casual podría pasar por 22 o 23.
—¿Qué opinas? —Se pone de pie frente a mí—. Porque me siento muy
incómodo en este momento, así que espero que te guste.
Página
—Me encanta. Te ves genial. ¿Pero por qué estás incomodo? ¿La ropa no te
queda bien?
—Me queda bien. Simplemente nunca he estado en público con ropa así. En la
universidad ocasionalmente usé una camisa polo, pero con pantalones regulares, no
pantalones vaqueros.
—Ahora tengo que conseguir algo para ti. —Mira alrededor del centro
comercial. No parecen tener ninguna tienda de diseñador aquí, pero estoy seguro
de que podríamos encontrar algo bueno en esa tienda departamental.
—Tengo que conseguirte algo. —Analiza las tiendas de nuevo—. Sé lo que voy
a comprar. —Me lleva a una joyería.
—No. Voy a comprarte esto. —Sostiene un jarrón alto de cristal—. ¿Te gusta?
Ladea la cabeza, con una sonrisa en su rostro. —Sabes que tengo dinero,
¿verdad?
—Sí, pero eso no quiere decir que debes comprarme regalos caros.
Llevamos nuestras bolsas al auto. —Gracias por el jarrón. Fue un regalo muy
bonito.
133
Envuelve sus brazos a mí alrededor. —De nada. Pero era más una necesidad
que un regalo. Estarás recibiendo muchas más flores de mí y necesitabas algo para
Página
ponerlas.
—Ahora tengo que hacer algo agradable para ti. No tengo dinero para
comprarte un regalo, pero podría hacerte la cena en algún momento. O podría
hacerte brownies o pastel o pan de plátano. No es por presumir, pero soy muy
buena panadera.
Empujo su costado. —Se supone que eso ocurra. ¿Reunir las manos en el cubo
de palomitas? Es una forma de ligar. En realidad, eso es más cierto para los de 12
años que las personas de nuestra edad, pero como eres nuevo en esto debes
practicar. Adelante.
Me besa. —Creo que me divierto haciendo casi cualquier cosa contigo. Y eso
es mucho decir, porque normalmente no me divierto.
—Entonces tengo que cambiar eso, porque todo el mundo debe tener diversión.
Incluso aburridos viejos hombres de negocios.
—Me encanta el fútbol —dice—. Pero no tengo mucho tiempo para verlo con
mi horario de trabajo.
—No tengo elección. Hay mucho por hacer. —La camarera deja nuestras
cervezas y él toma un trago.
—Porque tenía un mejor lugar para estar. —Sostiene mi mano sobre la mesa—.
Alguien a quien tenía que ver.
Página
—¿Estás diciendo que debería pasar más el tiempo contigo así no irías tanto a
la oficina?
Pearce es definitivamente el tipo más caliente aquí, pero también está conmigo
por lo que estas mujeres tienen que retroceder. Normalmente no soy el tipo celosa,
pero por alguna razón, sentí una punzada de celos al ver a otras mujeres mirando a
Pearce de esa manera.
Pearce ni siquiera se da cuenta de que esto está sucediendo. Sus ojos están en el
televisor, viendo el partido, su mano sosteniendo la mía sobre la mesa.
Froto su mano para llamar su atención. —Así que nunca me dijiste lo que
hiciste hoy. ¿Estabas en la oficina esta mañana?
Sus ojos se desplazan del televisor de nuevo a mí. —Sí. Me pasé todo el día allí.
¿Qué hiciste tú?
—Creí que ya te dije, pero supongo que no. Todos los sábados soy voluntaria
en un refugio para personas sin hogar. Enseño a las personas a leer. Hoy he tenido
a este hombre mayor quien…
Echo un vistazo a mi brazo. ¿Por qué está agarrando mi brazo de esa manera?
—Es cerca del centro, cerca de la estación de autobuses. Es una especie de zona
marginada, pero he oído que la ciudad tiene planes para arreglarla.
136
—No vayas allí nunca más. —Utiliza este tono estricto que me hace sentir
como si me dijera qué hacer.
Página
No me gusta ese tono. En absoluto. Ya tengo una madre controladora. No
necesito un novio controlador también.
—Pearce, soy voluntaria allí. Lo soy desde hace un año. No voy a dejarlo.
—Lo siento, pero tendrás que decirles que has terminado de ser voluntaria. No
puedo dejarte ir allí.
—Rachel, te estoy diciendo esto por tu propio bien. No deberías ir a esa parte
de la ciudad.
Siento que mi temperamento crece. —En primer lugar, todos los hombres aquí
se visten como tú. Hubieras lucido ridículo vestido con una camisa y corbata. Y, en
segundo lugar, si no quieres usar la ropa que escogí, podrías simplemente haber
dicho que no. —Me levanto y agarro mi bolso—. Necesito un poco de aire.
—¡Rachel, espera!
Salgo como un vendaval por la puerta, enojada y confundida. ¿Por qué está
tratando de controlarme de esta manera? No lo ha hecho antes. Esto es por lo que
no me apresuro en las relaciones. Crees que la persona es normal, pero después de
unas citas se vuelven locos y controladores.
Medio sonríe. —Bueno, tal vez no, pero tienes razón. Hubiera lucido extraño
usando corbata en un bar deportivo. O en el cine. Y aprecio el hecho de que te
tomaras el tiempo para ayudarme a elegir algo. Y tal vez con el tiempo me gustará
esta ropa.
137
Página
Cuando no digo nada, continúa—: Tienes que entender, todo esto es nuevo
para mí. Películas. Bares deportivos. Pantalones vaqueros. Centros comerciales. Es
una gran cantidad de cambios de una sola vez.
Mis labios se deslizan hacia arriba. —Te hice hacer un montón de cosas nuevas
en una noche. No me di cuenta de eso. La próxima vez, voy a elegir una o dos
cosas nuevas.
—No soy buena en las discusiones. Si me siento realmente enfadada, tengo que
salir y calmarme antes de que pueda hablar con la persona de nuevo. Siempre he
sido de esa manera.
—Y soy el tipo de persona que le gusta hablar y terminar lo más pronto posible.
Sonríe de vuelta. —Sí, supongo que eso es lo que sucederá. Pero ya que es una
manera muy ineficaz de discutir, vamos a tratar de no dejar que llegue a ese punto.
—Pearce, ¿por qué reaccionaste de esa manera cuando te dije que trabajaba en
el refugio?
—Solo voy allí durante el día. Y no estoy sola. Hay un montón de personas
alrededor.
—Tal vez dentro del edificio, pero afuera es una historia diferente. He
conducido por esa zona. He visto como es. Hay tráfico de drogas teniendo lugar en
la calle. Hombres acechando en los callejones. Ni siquiera la policía va allí.
—Sé que es peligroso, pero solo voy allí una vez a la semana y estoy haciendo
Página
una diferencia real con esas personas. La primera persona a la que le enseñé a leer
era un hombre llamado Raymond, y ahora un año más tarde, puede leer libros
enteros. Ha cambiado su vida. Tiene toda esta confianza ahora. Y consiguió un
trabajo y se acaba de mudar a un apartamento. ¿Sabes lo genial que se siente el ser
capaz de ayudar a alguien así? Cuando leyó su primera frase ambos estábamos
llorando. Todavía lloro cuando uno de mis estudiantes lee su primera frase.
—No lo soy. Mis estudiantes lo son. No creerías las horribles vidas que han
tenido. Pero lo hicieron a través de todo eso y están tratando de conseguir una vida
mejor aprendiendo a leer para poder conseguir un trabajo. Y quiero ayudarles a
hacer eso, que es por lo que sigo yendo al refugio.
—Tal vez podrías reunirte con ellos en cualquier otro lugar. Hay una parada de
autobús en el refugio. Ellos podrían tomar el bus a una biblioteca y podrías
encontrarte con ellos allí.
—Pearce, tienes que dejarlo ir. Sé que estás preocupado por mí, pero no es
necesario que lo estés. Puedo cuidar de mí misma. Y tienes que saber en este
momento que no puedes decirme qué hacer. No puedo estar en una relación así.
Puedes expresar tus opiniones y preocupaciones, pero al final, voy a tomar mis
propias decisiones.
Abre la boca para decir algo, pero entonces se detiene antes de hacerlo.
Volvemos a nuestra mesa justo cuando nuestra comida llega. Después de esa
pelea que tuvimos, mantenemos nuestra conversación ligera. Le pregunto qué
pensó de la película y luego hablamos de fútbol y vemos el partido en la televisión.
Me siento como si estuviera en una cita con solo un chico normal y no un
multimillonario. Pearce está relajado, sonriendo y riendo. En tan solo una semana,
realmente se soltó a mí alrededor. Y me gusta. Me gusta verlo no tan serio y
divirtiéndose. Necesita eso. Necesita más diversión en su vida. Y voy a hacer que
eso suceda.
—¿Crees que puedes manejar una cosa nueva más esta noche?
Página
—Creo que podría hacerlo. —Deja caer algo de dinero en la mesa para la
cuenta, entonces me sigue a la diana de dardos.
—Eres un alumno rápido. —Doy un paso delante del tablero para el juego
número cuatro.
Eso debe ser verdad porque gana el cuarto juego. Lo hacemos nuestro último
juego, luego nos dirigimos de regreso al auto.
Es tarde, pero no quiero que la noche termine. Y tal vez no lo hará. Ideé una
forma de que Pierce terminé lo que empezó en mi cocina. Esta vez con ambos
disfrutando.
140
Página
Pearce
—Hmm. Todos esos canales son bastantes tentadores. ¿Puedo escoger lo que
veremos?
—Tu casa está como a media hora de distancia. Y luego tendrás que conducir
todo el camino para llevarme de vuelta a mi casa.
A diferencia de las otras mujeres con las que he estado, no creo que el sexo con
Rachel sea puramente físico. Tengo sentimientos por ella, lo cual complica las
cosas. Nunca he tenido sexo con alguien que realmente me importe. Esto es nuevo
para mí y no estoy seguro de que esté listo para esto.
—Lo es, pero tuve que apresurarme en pasar porque estaba mirándote.
Ella agarra mi brazo. Él no estaba mirándome. Tiene como setenta años.
Voy al otro lado y abro su puerta. Pongo mi brazo alrededor de ella mientras
caminamos hacia el ascensor. —Estaba bromeando. George y yo somos amigos. Y
no puedo culparlo por mirarte. Eres preciosa. Los hombres no podemos evitarlo.
Tenemos que mirar a las mujeres hermosas.
—No me di cuenta. —La beso—. La única mujer que noté fuiste tú.
142
—Lo es.
Ella camina dentro de la cocina. —Me gusta el diseño abierto. Me gusta cómo
la cocina y la sala están en una misma gran habitación.
La cocina y la sala conforman el centro del loft. Luego en un lado, bajando por
el pasillo, hay dos habitaciones, una de las cuales uso como oficina. En el otro
extremo del loft, justo fuera de la cocina, está el dormitorio principal. La puerta del
dormitorio está posicionada de tal forma que puedo ver el ascensor y la sala desde
la cama. Tuve que construirla de esa manera así si alguien entra, tratando de
robarme o atacarme, los veré entrar. Mantengo un arma en la mesa de noche solo
por si acaso.
Tengo varios tipos de agua aquí. Tienes que ser más específica. O solo escoge
una.
Ella se acerca y toma una botella de agua sabor cítrico. Agarro un agua natural
para mí. No compro nada de esto. El equipo de limpieza lo almacena para mí.
Doy un paso más cerca de ella, poniendo mi agua en el mostrador detrás suyo.
Tomo su agua y la pongo junto a la mía. No debería hacer esto. Hacerlo solo hará
que esta relación avance, llevándola a un lugar al que dije que no iría. Pero Dios, lo
quiero. Lo quiero demasiado. La quiero a ella y no solo sexualmente. La quiero en
mi vida, quiero una relación de verdad y la quiero con ella. Tal vez no funcionará,
143
La jalo hacia mí, mi otra mano enterrada en su cabello mientras estrello mis
labios con los de ella. Quería que nuestra primera vez juntos fuera lenta y suave,
pero estamos más allá de ese punto. Lento y suave tendrá que esperar hasta
después.
Estoy tan cerca, pero trato de mantenerlo más tiempo para ella.
Página
Me dice que continúe, y luego la siento cuando se viene. La sigo segundos
después, luego me recuesto sobre ella un momento, recuperando mi respiración
mientras la beso suavemente.
—Estoy de acuerdo. —Sonrió, feliz de que tuvo el mismo placer que tuve yo.
—Quiero decir, nunca he tenido eso... bueno. Vamos a tener que hacer eso de
nuevo.
—Pero no en este momento. En este momento solo quiero estar aquí. —Se
acerca, acurrucándose contra mi lado—. Me gusta estar en tus brazos.
145
—Me gusta tenerte aquí. —Beso su frente de nuevo—. Quiero que te quedes
Página
No sé por qué estoy actuando de esta manera. Sé que está mal. Sé que es contra
las reglas, tanto las suyas y las mías. Tal vez voy a volver a mis sentidos mañana y
finalizar esto. Decirle que no puedo verla nunca más.
Miro hacia abajo y veo que descansa sobre mi pecho, sus ojos cerrados, su
brazo sobre mí. Tiene una leve sonrisa en su rostro y se ve tranquila. Satisfecha. Me
siento de la misma forma. Es una sensación que nunca he tenido antes. Esa
sensación de estar en paz.
Alzo las sábanas sobre nosotros y minutos después se queda dormida sobre mí.
Me encuentro a la deriva también. Pero antes de hacerlo, compruebo el reloj. Son
solo las 11:30. No he ido a dormir tan temprano en años. Probablemente no desde
la secundaria. Por lo general voy a la cama a las dos o tres de la mañana, luego me
146
levanto a las cinco para el trabajo. Estoy siempre demasiado estresado para dormir.
Pero la sensación de Rachel a mi lado calma mi mente y cuerpo y, me quedo
Página
dormido.
Un ruido en el baño me despierta. Me retuerzo levantándome, mi cabeza
azotando de derecha a izquierda mientras doy un jalón para abrir mi mesita de
noche para sacar mi pistola.
La puerta del baño se abre y veo a Rachel allí de pie. No estoy acostumbrado a
tener a alguien en mi apartamento y mi instinto simplemente se hizo cargo. Cierro
lentamente el cajón de la mesita mientras camina hacia mí.
Tiene puesta la camisa blanca que usé ayer, y maldita sea, se ve sexy en ella.
Solo tiene la sección media abotonada y me da una visión de sus pechos. Mi camisa
es larga, pero ella es alta, así que todavía veo un montón de sus tonificadas piernas
magras.
—Nueve.
—Supuse que estabas cansado. —Se sube encima de mí, a horcajadas sobre mí
y me empuja hacia abajo en la cama—. Debo haberte agotado anoche con todas
esas nuevas actividades. —Se inclina hasta que su rostro está justo sobre el mío—.
O podría haber sido ese increíblemente caliente, maravilloso, mejor sexo que-he-
tenido.
—¿Es eso un problema? —Deshago el último botón y deslizo las manos debajo
de la camisa, sobre sus caderas y alrededor de su firme redondeado trasero.
Cierra los ojos, sonriendo y quedándose sin aliento al sentir mi tacto. —Todas
las noches podría ser demasiado —Mi mano se mueve hasta su pecho y jadea—. O
tal vez no.
147
—¿Estas limpio?
—¿Qué?
—No.
—Yo no. Me pareció que era demasiado bueno para ser verdad. Un golpe de
suerte. Como que tal vez acababas de tener una buena noche.
—Lo sé, pero es más que eso. Es como si simplemente ajustáramos. Como que
nuestros cuerpos están hechos el uno para el otro.
Estoy empezando a pensar que es algo más que nuestros cuerpos están hechos
el uno para el otro. Hay algo más entre nosotros que nos está llevando el uno al
otro en un nivel más profundo. Odio admitirme eso a mí mismo, porque no creo en
la suerte, el destino o el amor a primera vista. Pero soy el tipo de persona que confía
en mis instintos. Y si mis instintos me dicen que haga algo, no los cuestiono. Solo
lo hago. Tomo decisiones rápidas. No puedo soportar cuando la gente toma
demasiado tiempo para tomar una decisión, analizando cada detalle a
continuación, vacilantes sobre qué hacer. Tomo una decisión y voy por ella. Y por
mucho que he tratado de ignorar mis instintos cuando se trata de Rachel, si los
escucho, me dicen que esté con ella. Que no la deje ir.
—Pearce, ¿te estas riendo de mí? —Ella esta acostada de lado, frente a mí.
149
—Sí, pero estas riendo como si pensaras que estoy loca diciendo eso.
—¿Diciendo qué?
—¿No crees que hay algo más entre nosotros además del sexo? —actuó
ofendido.
Me da un beso. —Es no es lo que quise decir. A decir verdad, sí, creo que hay
algo entre nosotros, pero no estoy lista para admitirlo aún. Parece demasiado
pronto.
—Sí. Estoy hambrienta. ¿Hay buenos lugares para desayunar por aquí?
—¿Por qué no nos quedamos aquí y haré algo? Será la primera vez que utilizo
la cocina.
—¿En serio? —Se sienta un poco—. ¿Cuánto tiempo has vivido aquí?
—Cerca de un año.
—Ese horno que tienes allí cuesta una fortuna. Es el mejor de su clase. Y
150
—¿Mi horno?
—Bueno, primero haré la cena como te dije así que escoge una noche y vendré.
Y puesto que es otoño, me gustaría hacer algo horneado, como tal vez un pastel de
manzana, algún pan de calabaza, un postre crocante de manzana. El otoño es mi
estación favorita para hornear. Hornearía por días si tuviera quien podría comer
todo lo que hago.
—No puedo comer todo, pero podría ayudarte. No creo haber tenido pan de
calabaza o ese plato de manzana que has mencionado.
—¿En serio?
—Completamente en serio.
—No
—¿Palomitas de caramelo?
—No
—Parece que no has entendido el hecho que vivo una vida bastante inusual —
lo digo bromeando, pero es verdad—. Mi infancia fue atípica. No hubo viajes al
151
cine, al parque o al centro comercial. He vestido traje todo el tiempo que puedo
recordar, incluso cuando era niño pequeño. Y no comí cosas como manzanas con
Página
caramelo o palomitas. Cuando estaba creciendo no tenía idea que comíamos para
la cena cada noche. El chef anunciaría que estábamos teniendo, pero no era nada
que reconocería y definitivamente no algo que le gustaría a un niño. Pero mis
colegas tuvieron estilos de vida similares así ninguno de nosotros sabíamos de lo
que nos estábamos perdiendo.
—Bueno, eso se resolverá. Tengo que hacer uno de mis pasteles. Estoy en el
estado de ánimo así que esto es bueno. ¿Crees que podría venir el próximo fin de
semana? Si tienes que ir a trabajar, está bien. Puedo estar aquí sola. Estoy segura de
que haré más de lo que podemos comer así puedes compartir con tus padres. De
hecho, haré su propio pastel.
—No te preocupes por mis padres. Tienen su propio chef y son muy selectivos.
—Tal vez podría hornear algo para George. Apuesto que le gustaría un pastel
de manzana.
—Sí, estoy seguro de que lo haría. —Me inclino y la beso—. Ahora vamos a
encontrar algo para desayunar. Toda esta plática sobre hornear me ha hecho tener
hambre.
Vamos a la cocina, solo para descubrir que no tengo ingredientes, así que llamó
al restaurante local y nos entregan el desayuno. Nos vestimos mientras esperamos a
que llegue.
Debería estar en el trabajo en este momento, pero no quiero ir. Quiero pasar mi
día con Rachel.
—Tengo que estudiar, pero estaba pensado que podría tomar una hora o más
para ir en auto y observar las hojas. Están cambiando de color y quiero verlas antes
que se hayan ido.
—¿Por qué no tomamos el auto juntos? He vivido aquí toda mi vida. Conozco
los mejores lugares para ir.
—Eso sería grandioso. ¿Podemos ir ahora? De esta manera podría volver esta
152
—Este es Pearce.
—Pearce, es tu padre.
—Necesito saber ¿por qué no estabas en la oficina anoche? Dijiste que irías al
trabajo después de la reunión, pero me detuve y no estabas allí.
—Le pregunte al conserje dónde estabas y dijo que no habías estado allí toda la
noche.
Bajo mi voz. —Porque siempre dices que las enfermedades son un signo de
debilidad y no quiero un sermón acerca de cómo necesito ser más fuerte.
—Así que no estás enfermo. Sabía que estabas mintiendo. Siempre puedo
notarlo contigo, Pearce. ¿Quién está contigo?
—Esa mujer no debería estar allí. Las asociadas no se les permite pasar la
noche. Dime su nombre y me encargare de eso.
Si tuviera una asociada aquí, mi padre estaría más que feliz de reportarla y
asegurarse que fuera castigada. Le gusta castigar personas, incluyéndome. Lo hace
sentir poderoso.
—¿Encontraste alguna otra? ¿Fue Rielle? Escuche que estabas con ella
recientemente.
—Necesito ir a la oficina. Tendremos que posponer nuestro viaje para otro día.
—De acuerdo, está bien. Tal vez pueda hablar a Shelby y salir a dar una vuelta.
155
Página
Rachel
P
earce ha estado en silencio todo el camino de regreso a mi apartamento.
Ahora estamos estacionados frente a mi edificio, pero el auto aún está en
marcha y su cinturón de seguridad puesto.
—Así que, umh, ¿quieres hacer alguna cosa esta semana? —le pregunto.
Tal vez fue un error estando con él anoche. Tal vez estaba usándome solo para
sexo y ahora que lo hicimos, no quiere verme de nuevo. ¡Maldita sea! Por eso no
tengo sexo tan temprano en una relación. Nunca debí haberlo hecho.
156
Ahora me siento avergonzada. No quiero que se entere que pasé la noche con
Pearce. Sé que algunas chicas no pensarían nada de tener sexo después de solo
algunas citas, pero para mí, es un gran problema y algo que nunca pensé hacer. Y
ahora me arrepiento.
—Era demasiado tarde para regresar aquí anoche, así que simplemente me
quede —digo mientras entro a mi apartamento.
Asiento.
—Y ahora que consiguió lo que quería piensas que perdió el interés en ti.
Ella se endereza y se sienta un poco hacia atrás. —No, pero sé que es sexy y
súper rico, que significa que puede tener a una chica diferente cada noche.
—Solo pensé…
—Sí. —Me inclino hacia adelante, mis codos descansando en las rodillas
157
mientras cubro mi rostro con las manos—. ¿Cómo pude ser tan estúpida? Nunca
me muevo tan rápido con un chico. Y nunca pensé que lo haría. Me siento como
Página
una idiota.
—Oye. —Me da un codazo—. Nos pasa a todas. No hay chica allí afuera que
no ha caído con el chico equivocado.
—Es súper sexy, súper rico y sabe exactamente qué decir. Eso es por qué te
sentiste de esa manera.
—No. Es más que eso. Es decir, sí, me halagó y compró regalos, así que
supongo que se podría decir que solo estaba tratando de conseguirme para dormir
con él. Pero no siento como que esto es lo que fue. De verdad siento yo estaba
comenzando impórtale. Y a mí importarme él. Preocuparme por él. Sé que es rico,
pero no creo que es feliz. Hay está tristeza que trata de ocultar, pero sé que está ahí.
Puedo decir que es difícil para él permitirse bajar la guardia y abrirse a las personas,
pero estaba empezando a hacer eso conmigo. Estaba soltándose y sonriendo más.
Estaba permitiéndome ver este otro lado de él que creo no muestra a muchas
personas, ni siquiera a sí mismo. Siempre es tan serio y nunca hace nada divertido.
Ni siquiera había estado en el cine hasta anoche. Y no era dueño de un par de
pantalones vaqueros. Lo lleve de compras y escogió dos pares, junto con algunas
camisetas casuales. Probablemente nunca las usara de nuevo, pero al menos las
llevó puestas anoche. —Sonrío—. Deberías haberlo visto…
—¿Qué?
—¿Negación de qué?
—Primero que todo, no estoy enamorada. Y segundo, creo que todo ya está
terminado.
—No necesito conocerlo. Conozco a su tipo. Los tipos como él son todos
iguales. Chicos ricos consentidos, que harían cualquier cosa para conseguir lo que
quieren. Guardan secretos, mienten, nunca te dicen acerca de su pasado. No
puedes confiar en ellos.
Ella cruza los brazos sobre su pecho. —¿Te dijo que solía estar casado?
—Alguna rica de la alta sociedad. Tipo de chica fea. Delgada con la piel muy
pálida. No creo que alguna vez estuviera en el sol.
—¿Por qué Pearce se casaría con una chica poco atractiva cuando podía tomar
a cualquiera?
—Supongo, pero a los chicos probablemente les gusta eso. Pueden dormir con
quien quieran y a sus esposas no les importa.
Ella ríe. —Dios, Rachel, eres tan ingenua. No estoy tratando de serlo a
propósito, pero algunas veces creo que no tienes idea de cómo funciona el mundo.
Pongo los ojos en blanco. —Entiendo que algunas veces las personas se casan
por las razones equivocadas. Todas las personas. No solo las personas ricas. Pero
eso no significa que a Pearce le gusta eso. Creo que preferiría estar solo que casado
con alguien que no ama.
—Rachel. ¿No has escuchado lo que acabo de decir? Pearce se casó con esa
mujer. Así que sí, él ES así. Se casó con una chica que no amaba porque era rica y
tenía el apellido correcto.
Suspiro. —Bien. Pero obviamente se percató que fue un error porque ya no está
casado con ella.
—Solo se divorció porque resulto ser lesbiana. Al menos ese es el rumor, según
la prensa amarillista.
—Lo que sea. No he dicho que era una experta en esto. —Se pone de pie—.
160
Vamos a hacer algo. No quieres sentarte aquí sola y deprimida todo el día.
Página
La acompaño hasta la puerta. —Nunca me dijiste que pasó el otro día con tu
papá. Debió ser malo si perdiste tu trabajo.
—En realidad, mi mamá tenía algunas citas ese día y solo necesitaba que fuera
y me quedará con él. Te veré más tarde. —Abre la puerta, pero se detiene y se da
vuelta—. Oye, lamento lo de Pearce. Sé que realmente te gusta, pero confía en mí,
estás mejor sin él.
Tomo las flores para deshacerme de ellas, pero luego las coloco de regreso.
Podría mantenerlas. No consigo flores a menudo y no puedo permitirme
comprarlas.
¿Qué si Pearce no estaba rompiendo conmigo esta mañana? ¿Qué si solo estaba
de mal humor? Cuando hizo esa llamada antes de salir, se escuchó enojado con
quien le llamó. Y no parecía contento de tener que ir a trabajar. Así que tal vez su
comportamiento esta mañana no tenía nada que ver conmigo.
Si solo me estaba usando para tener sexo, ¿por qué me dejó pasar la noche?
¿Por qué me invitó a desayunar? ¿Y sugirió que nos fuéramos juntos?
Lo que dijo Shelby es cierto. Un hombre como Pearce podría tener una mujer
diferente cada noche, y es posible que yo fuera solo una de esas mujeres. Pero no
quiero creer eso. El Pearce que he llegado a conocer ha sido cuidadoso y
considerado y un caballero, y no se sentía como si estuviera actuando. Se sentía
real.
única hija que le queda. Y por mucho que la ame, odio que haya puesto esa carga
en mí.
Página
Hoy en nuestra llamada, le hablo sobre la escuela y luego me cuenta los
chismes del pueblo. Siempre empezamos nuestras conversaciones de esta manera.
Después de eso, comienza con sus consejos maternos.
—Mamá, te dije que no voy a mudarme. La renta aquí es barata. Esto es todo
lo que me puedo permitir.
—No es un área segura. Vi en las noticias la semana pasada que una chica en
Connecticut fue atacada mientras caminaba a la escuela. Y eso fue en la parte
agradable de Connecticut. Tú vives en un vecindario peligroso.
—Adam vino a casa el otro día —dice. Mi mamá ama a Adam. Ella quería que
nos casáramos, incluso después de perder el bebé.
—Porque quería preguntar por ti. —Su voz se levanta, como si estuviera
emocionada por mí. Me dijo que nunca había vuelto a oír de ti.
—Ya no estoy saliendo con él. No tengo ninguna razón para mantenerme en
contacto.
—También te amo.
Eso no salió tan mal. Por lo general, mi mamá sigue y sigue con lo que debería
estar haciendo con mi vida. Juro que hace una lista antes de llamarme así no se le
olvida nada. Y ahora está añadiendo algo nuevo a la lista: Volver con Adam.
Eso todavía duele. Y duele aún más que Adam se haya mudado después de
haber roto el compromiso. Ni siquiera estuvo cerca para ayudarme a superar la
pérdida de nuestro bebé. Nunca me llamó después de eso. Él sabía que estaba
devastada por la pérdida del bebé y por el hecho de que nunca podría tener hijos y,
sin embargo, Adam ni siquiera trató de consolarme. En cambio, me trataba como si
fuera mercancía dañada. Así que ¿por qué demonios cree que me gustaría hablar
con él? Si llama, ni siquiera voy a coger el teléfono. No quiero hablar con él nunca
más.
¿Qué pasa si cada chico que venga es igual que Adam y me rechaza cuando se
entere que no puedo tener hijos? ¿Pearce haría eso? No estoy segura. No lo conozco
lo suficiente como para decirlo. Él es hijo único así que estoy segura de que sus
padres esperan que tenga hijos. Necesitan a alguien para que herede todo el dinero
y continúe con el apellido. Y estoy segura de que Pearce quiere tener un hijo, al
menos uno. Tal vez no ahora, pero en el futuro.
Esa es otra razón por la que no debí haber buscado una relación con él. Incluso
si quisiera estar conmigo, y quisiera algo serio, no puedo, porque nunca podría
haber un futuro con nosotros. No le puedo dar un hijo.
163
En la tarde, estudio un poco más, luego voy a tocar la puerta de Shelby para
ver si quiere que cenemos juntas. Ella no está. No sé a dónde va todo el tiempo. Es
Página
como si nunca estuviera. No tiene muchos amigos y no tiene novio. Debe haber ido
a casa de sus padres.
No tengo tanta hambre, así que solo hago un sándwich de mantequilla de maní
y como frente al televisor. Son las 5:30 y pensé que para este momento Pearce ya
podría haber llamado solo para decir hola. Pero el teléfono no ha sonado en todo el
día.
Ya lo extraño. Echo de menos hablar con él. Extraño hacerlo reír. Extraño la
sensación de sus brazos a mí alrededor.
Yo le devuelvo la sonrisa. —No, pensé que era otra persona. ¿Lo conozco?
—Sí, eso fue lo que dijo Laura. Me contó un poco sobre usted.
Así que conoce a Laura, la mujer que dirige el refugio. ¿Entonces por qué no
me dijo nada acerca de él? ¿Y por qué no me dijo que iba a venir a mi casa?
—Jack Ellit.
—Historia Americana.
No quiero ser maleducada, pero necesito saber porque está aquí. Sus preguntas
me están haciendo sentir incomoda. —Así que por qué…
¿Él vino hasta aquí solo por eso? Pudo aparecerse por el refugio el sábado. Si
hubiera hecho eso podría haber conocido todos los voluntarios de una vez. Eso
165
—Es una buena idea. Voy a ver qué puedo hacer sobre eso. ¿Alguna otra cosa?
—No está relacionado con el programa, pero sería bueno instalar mejor
iluminación a lo largo de la calle. Sé que es responsabilidad de la ciudad, pero si
pudiera hacer algunas llamadas a las personas adecuadas, tal vez lo escucharían. Es
una zona muy peligrosa y una mejor iluminación ayudaría a disminuir el crimen.
Él está callado, sus ojos en los míos. No sé porque, pero está empezando a
asustarme de verdad. Finalmente, dice: Veré qué puedo hacer. —Da otra mirada
rápida alrededor de mi apartamento. Bueno, le he robado bastante de su tiempo.
Debería irme.
Lo acompaño a la puerta.
—Me temo que no. —Sonríe. Usualmente no llevo ninguna conmigo cuando
estoy jugando golf. —Me ofrece su mano. Fue un placer conocerla.
Lo observo mientras se aleja. Todo este encuentro fue muy extraño. No estoy
segura de que hacer al respecto. Parece ser un buen hombre, pero me hizo muchas
preguntas que no tiene nada que ver con el programa de alfabetización. Estaba
tratando de conseguir información sobre mí, pero ¿por qué? ¿Solo estaba siendo
amable? ¿Entablando una conversación? ¿O fue más que eso? 166
Página
Pearce
C
uando dejé a Rachel esta mañana estaba tan apurado que ni siquiera
recuerdo haberle dicho adiós. Y no he tenido oportunidad de llamarla en
todo el día. Desde el momento en que llegué a la oficina, he estado en una
sala de conferencias con mi padre y tres de los abogados de la empresa, tratando de
finalizar los contratos en los que he estado trabajando.
Ahora son las ocho de la noche y no he cenado. Sé que es tarde, pero voy a
llamar a Rachel y ver si le gustaría ir a comer algo conmigo. Tendremos que ir a un
lugar donde las personas que conozco no nos vean.
Salir con ella va a ser difícil, pero es lo que quiero. Nunca pensé que conocería
a alguien como ella, pero ahora que la tengo, tengo la intención de hacer todo lo
que esté en mi poder para mantener esta relación. Lo que significa que tengo que
hacer tiempo para ella. Dado mi horario de trabajo, no sé cómo voy a hacer eso
todavía, pero voy a encontrar una forma. Porque tengo que pasar más tiempo con
ella. Cada vez que estamos juntos, nunca es suficiente. He pensado en ella desde
que la dejé esta mañana. La extraño y necesito verla.
que no debe viajar durante estas semanas para estar disponible en caso de que la misión no
pueda ser llevada a cabo por el profesional independiente. Los detalles de la misión están
llegando. Con esto concluye el mensaje.
El miembro que fue asignado para reclutar a este hombre ya se había reunido
con él y acordaron seguir adelante con el plan. Un recordatorio fue enviado a su
oficina, describiendo los próximos pasos en el proceso. Era altamente confidencial
y se supone que no tendría que ser visto por nadie más que el abogado. Pero un día,
168
a la secretaria. Yo fui quien consiguió esa misión. Y la completé. Tuve que hacerlo.
No se me dio otra opción. No lo hice yo mismo. Arreglé que fuera hecho por uno
de los trabajadores independientes.
Cuando obtuve la misión, recibí una carpeta sobre esta mujer. Su nombre era
Cheryl. Me dieron fotos de ella, mismas que entregué al trabajador independiente
para asegurarme de que tuviera a la mujer correcta. Pero después de ver esas fotos,
me sentí como si la conociera. Me sentí enfermo sabiendo lo que iba a pasarle. Ella
no hizo nada malo. No era más que una inocente víctima.
Más tarde esa semana, investigué más sobre la mujer y descubrí que estaba
casada y tenía un hijo adolescente. Estaba devastado. Me rompí. No podía creer lo
que hice. Destruí a toda una familia. Ese pensamiento me persiguió día y noche
durante meses. Casi no dormía. Me sentía inmensamente culpable sobre ello. Aún
lo hago.
Dos de mis otras misiones también involucraron matar personas, pero fueron
trabajadores independientes que amenazaron con contar nuestros secretos. Uno de
los hombres había servido para cometer un homicidio de segundo grado y el otro
para un asalto sexual. No me sentí tan mal por deshacerme de ellos. Dos vidas
truncadas debido a mí.
Una vez más, no hice esos trabajos por mí mismo. Contraté a otros
trabajadores para matar a esos hombres. Pero a veces la contratación de
trabajadores independientes no es una opción. Si uno de esos trabajadores no
completa su misión, es tu trabajo terminarlo. La organización lo considera tu
penalización por no controlar a tu trabajador adecuadamente. La misión se
convierte en tuya para ser completada, incluso si se trata de una asignación para un
homicidio. En el pasado, algunos de los miembros no fueron capaces de hacerlo.
Cuando eso sucede, eres castigado y los demás miembros te ven inferior por no ser
lo suficientemente fuerte o comprometido para alcanzar la meta.
Mi padre quería asegurarse de que eso nunca me pasara, así que decidió
prepararme para esta tarea desde una edad temprana. Tenía 19 años y en su casa
durante las vacaciones de verano. Yo estaba trabajando en Kensington Chemical,
ya que estaba obligado a hacerlo cada verano desde los 16 años.
—¿Prometió qué?
Él estaba hablando sin sentido, lo que atribuí a las drogas. Supuse que estaba
alucinando o paranoico, inventando historias. Pero las palabras ―él la matará‖ se
Página
—No puedo. Tengo que hacerlo. Levantó la pistola hasta que estaba
apuntándome directamente. Y entonces, justo como cuando yo vi a mi padre
dispararle a ese hombre sin hogar, todo pareció en cámara lenta. Observé el dedo
del hombre jalar el gatillo, y por puro instinto de supervivencia, hice lo mismo,
disparando directamente a su pecho.
Yo no sabía lo que quería decir, pero sabía que era malo. Ácido subió a la parte
posterior de mi garganta y quemó cuando tragué.
—¿Qué prueba?
—La prueba para ver si eres lo suficientemente hombre para llevar a cabo tus
obligaciones.
—¿Qué obligaciones?
—Sí, pero no te habría matado. Su arma tenía salvas. Pero él no sabía eso.
—Tenías que saber lo que se siente. Ahora estarás preparado para cuando lo
hagas de verdad.
—Técnicamente, supongo que lo fue, pero cuando consigas una asignación real
será diferente. Será premeditado. Vas a tener que planificarlo. Y si no lo planeas
bien, tendrás que hacerte cargo de la asignación y hacer lo que acabas de hacer.
Solo que la próxima vez, si tu objetivo previsto apunta un arma hacia ti, no tendrá
salvas en esta. No puedes dudar, Pearce. Solo tienes que disparar. Con suerte,
ahora que lo has hecho una vez, no vas a dudar.
—El hombre dijo que tenía que dispararme o algo le pasaría a ella. ¿Qué quiso
decir?
sorprendido para hablar. Acababa de matar a un hombre por ninguna otra razón
que mi padre queriendo enseñarme otra de sus lecciones. Esta vez, la forma de
matar.
O solo.
O sin esperanza.
174
Página
Rachel
H
ay un golpe en la puerta. Bajo el volumen de la televisión. Son casi las 10 y
tengo miedo de abrir la puerta a estas horas. No he oído a Shelby volver a
casa así que no puede ser ella.
Los golpes continúan. Reviso por la mirilla y veo que es Pearce. ¿Qué está
haciendo aquí? ¿Y por qué no llamó primero? Teniendo en cuenta cuan estricto es
sobre los modales, parece extraño que no llamara antes de venir.
Aún estoy molesta con él por cómo actuó esta mañana, pero cuando abro la
puerta no puedo evitar sonreír. Está llevando los pantalones vaqueros y la camisa
polo negra que escogí para él. Se ven bien en él, realmente bien. Sus amplios
hombros estiran la tela de la camisa y la banda en la manga abraza sus musculosos
brazos. Necesita deshacerse de esos trajes más a menudo y mostrar su cuerpo.
—Siento llegar sin ser invitado, pero necesitaba darte esto. —Me entrega la
bolsa de la tienda de joyería que contiene el florero que me compró—. Y esto. —La
mano que estaba tras su espalda aparece, sosteniendo una docena de tulipanes
amarillos.
Todavía está usando esa forma de hablar tan formal. Anoche y esta mañana, su
discurso era más casuales, pero está noche ha vuelto a ser formal y no sé por qué.
Página
—No estoy ocupada. Solo estaba viendo televisión. —Saco el florero de la caja
y lo pongo en el fregadero, llenándolo con agua—. No tenías que conseguirme más
flores.
—Pensaba que tal vez podría llevarte a ver otra película. —Apunta hacia sí
mismo. Incluso me vestí para ello.
Sin decir nada, estiro mis brazos a su alrededor y abrazo su pecho, poniendo mi
cabeza sobre su hombro. Él lentamente pone sus brazos a mi alrededor,
abrazándome en respuesta. Besa la parte superior de mi cabeza, luego toma algunas
profundas inhalaciones.
—Pearce. —Espero hasta que me mire—. Necesito saber qué pasó esta
mañana. La forma en que te fuiste, pensé que tal vez estabas solo… usándome.
—No. —Se gira hacia mí y toma mi mano—. Rachel, nunca haría eso. Lo de
esta mañana no tuvo nada que ver contigo. Solo estaba molesto que tuviera que ir a
la oficina un domingo. Tenía la esperanza de pasar el día contigo y en su lugar tuve
que leer contratos todo el día.
—Tienes razón. Realmente lo siento por eso. —Pone su mano sobre un lado de
mi rostro, se inclina y me da un suave y tranquilo beso—. Eso fue por esta mañana.
—¿Hay algún otro tipo de beso que haya olvidado darte? —pregunta con su
profunda y sexy voz.
—No lo creo. —Miro a sus ojos azules grisáceo, luego bajo por su fuerte
mandíbula la cual está cubierta con una espesa capa de rastrojo. Diablos, es
caliente. Resistirse a él va a ser muy, muy difícil.
177
¿Eso es todo? Pensé que insistiría en que podemos seguir haciéndolo mientras
logramos conocernos el uno al otro. Es probable que esté acostumbrado a tener
sexo inmediatamente. Tal vez incluso desde la primera cita.
Sus labios se elevan. —Tenemos que. Tienes todas esas actividades planeadas
para mí y yo estuve de acuerdo en intentarlas.
—Eso sería bueno. —Me rio cuando bajo la vista a mis pantalones de chándal
rosas y camiseta blanca—. Me daría tiempo de alistarme. Soy una especie de
desastre ahora mismo. Ni siquiera tengo maquillaje. —Mi cabello es casi un
desastre. Tiro de mi cola de caballo, tratando de enderezarla.
Sostiene mi barbilla, sus ojos moviéndose sobre mi rostro. —No necesitas hacer
nada. Eres hermosa.
—Solo fue un día difícil en el trabajo. —Intenta sonreír, pero puedo decir que
es forzado—. Pero estoy bien ahora.
—¿Cenaste?
¿Cómo puede no comer la cena? Tendría que comer un montón para alimentar
un cuerpo así de grande.
—Te ofrecería hacerte algo, pero dudo que quieras comer atún enlatado o
macarrones con queso. ¿Qué tal helado? Hago unos sundae realmente buenos.
—Tal vez. Pero en mi casa solo fue permitido durante mis cumpleaños de la
infancia. Y después de que tuve diez, no me fue permitido en absoluto.
—Entonces esa es la nueva cosa que tienes que intentar hoy. Comer helado. —
Voy a la cocina y lo saco del congelador—. ¿Lo quieres con galletas trituradas? Así
es como acostumbro comerlo.
—Nadie necesita helado. Es un deseo. Nos saltaremos las galletas y solo ten el
Página
helado.
Los pongo en algunos tazones y se lo entrego sobre el sofá. Le entrego el suyo.
Es de chocolate.
Él toma un bocado. —Hmm. Sí, recuerdo comer esto cuando era un niño. Está
muy bueno.
Toma otro bocado, y otro después de ese y pronto termina el tazón completo
mientras que yo solo he llegado a la mitad.
No me dice que no así que lleno otro tazón entero. Se lo termina justo cuando
estoy terminándome mi primer tazón.
—También lo creo.
Llevo los tazones al fregadero. Miro y veo a Pearce frotándose las sienes. Se ve
agotado.
Ahora que está aquí, no quiero que se vaya. Me gusta tenerlo aquí, y cuando
no está lo extraño. Y me sentiría mejor si se queda. Entre ese hombre viniendo sin
invitación y los comentarios de mamá sobre que esta zona es insegura, no me
siento genial por estar sola esta noche. No creo que Pearce debería estar solo
tampoco. Algo le molesta y me preocupa. Dijo que está bien, pero puedo decir que
no.
¿A quién estoy engañando? ¿Los dos en la misma cama? ¿Con la atracción que
tenemos el uno al otro? Pero realmente lo quiero aquí, así que solo voy a tener que
usar cierta moderación cuando se trate de eso.
180
—¿Qué necesitas?
—Algo para dormir.
Me mira como si estuviera loca. Está pensando la misma cosa que yo. Que no
vamos a ser capaces de controlarnos. No después de lo que hicimos anoche y esta
mañana.
—Sí. —Me coloco bajo las mantas. Estamos frente a frente, el resplandor de las
farolas filtrándose a través de las persianas. Me doy cuenta que ahora parece mucho
más despierto. Yo también.
—Se podría decir eso. —Nuestros cuerpos no se tocan, pero desliza su mano
sobre la mía y la sostiene.
—No realmente.
—No estoy seguro. Nunca me he permitido pensar sobre ello porque no es una
opción. Soy hijo único, lo que significa que soy el único que puede asumir como
CEO cuando mi padre se retire.
—No funciona de esa manera. Mi padre nunca permitirá que eso ocurra.
Quiere mantenerlo en la familia.
—Siguiente pregunta.
—Por lo general, nos llevamos bien. Pero no hablamos tanto así que no hay
muchas oportunidades de estar en desacuerdo y discutir. ¿Te llevas bien con tus
padres?
—Amo a mis padres más que nada, pero tienen problemas de dejarme crecer y
eso provoca discusiones. Mi papá no dice mucho, pero mi mamá está
constantemente diciéndome que ella sabe lo que es mejor para mí. Siempre está
diciéndome que hacer. No entiende que la vida que ha planeado para mí es lo
que ella quiere, no yo.
Mierda, suponía que no le diga eso. Porque decirle a Pearce sobre Adam
conduciría a decirle que no puedo tener hijos. Y no estoy lista para decirle eso.
Abro los ojos y veo a Pearce sonriéndome. No estoy segura lo que significa su
pregunta. ¿Está siendo amable? O ¿está haciendo algún tipo de declaración acerca
de sus sentimientos por mí?
—Mi padre trata de controlarme —dice Pearce—, pero es mucho peor que tu
madre. Y no es buena persona. Voy a dejar las cosas así.
—¿Banda favorita?
—¿Comida favorita?
—¿Libro favorito?
—¿Viajas mucho?
—¿Dónde la conociste?
Suspira. —¿Por qué preguntas acerca de esto? Sabías que estaba casado. ¿Estás
tratando de probarme? ¿Ver si te voy a decir la verdad?
Está enojado. Y tiene razón. Era una prueba y no sé porque lo hice. Supongo
que no confió en él tanto como pensé hacerlo.
—No sabía que todavía se hiciera. Sé que solía hacerse todo el tiempo, pero
ahora parece pasado de moda.
—Pearce, esto es algo que tenemos que hablar. Si vas a ser forzado a otro
matrimonio arreglado algún día, entonces ¿Por qué estamos saliendo? No es que
estoy pensando algún día casarnos, pero... —Me detengo. Iba a decir que las citas
son generalmente un proceso que se utiliza para ver si quieres casarte con la
persona, pero tal vez eso no lo es para él. Tal vez solo quiere salir conmigo por
algunas semanas, entonces pasar a otra persona. No creo que le guste eso, pero no
estoy realmente segura.
—¿Tienes opción?
—No. ¿Y tú?
—Crecí en una granja. Tuve todo tipo de mascotas. Perros, gatos, gallinas,
cerdos. Bueno, comimos las gallinas y los cerdos, pero fueron mascotas hasta que
desaparecían un día.
—Supongo. Pero esa es una lección que tienes que aprender como niño de
186
—No, nunca.
—Fútbol.
—Solo sexo. Pero creo que, si hacemos otras cosas, no seremos capaces de
parar.
—Puedes besarme.
Se inclina y me besa solo una vez. Le regreso el beso, que lo conduce a darme
otro beso y otro después de ese. Los besos continúan, llegando a ser más profundos,
más íntimos, mientras su mano lentamente se desliza hacia arriba de mi camiseta.
—No —susurro.
Gimo, rogando por más. No sé lo que otros chicos estaban haciendo, pero
estaban haciendo algo mal porque nunca se sintió así con ellos.
187
Continúa dándome placer con su mano hasta que estoy más que satisfecha. Me
relajo en la almohada, mi cuerpo disfrutando de la calidez, consumiendo el fulgor.
—Pearce. Le doy un empujoncito para despertarlo—. Son las seis. ¿A qué
hora tienes que estar en el trabajo?
Paso mi mano sobre su torso desnudo. —No tienes que agradecerme. Fue la
que insistió en que te quedaras. Y estoy feliz que lo hicieras. Fue una buena noche.
Aprendí mucho acerca de ti.
Me tira encima de él y besa mi cuello. —No hay mucho más que decir.
—Dudo eso. —Siento su musculoso cuerpo debajo de mí, su cálida piel. Solo
está usando calzoncillos y puedo sentir su erección entre mis piernas. Estando en
esta posición es demasiado tentador.
—Te llevaré a la tienda de abarrotes esta semana. Nunca tienes nada para
comer.
Página
Beso su mejilla. —No sabía que estabas planeando estar aquí todo el tiempo.
No quiero que pague por mis comestibles, pero ahora me vendría bien la
ayuda. Apenas puedo llegar a fin de mes y no hay manera de que este pidiendo
dinero a mis padres.
Cuando está en la puerta listo para salir, me da otro beso, esta vez un largo,
alucinante beso, luego dice—: Adiós, Rachel.
fuga en una tubería de agua durante la noche y cayó agua por todos lados. Hay un
gran daño y nos tomara al menos una semana limpiar todo.
—¿Necesitan mi ayuda?
—No, tenemos un equipo viviendo. Solo quería dejarte saber para que no
vengas este sábado. Transferiremos a todos a un refugio diferente, pero está tan
poblado allí que no vale la pena enseñar con todo ese ruido.
—Está bien, entonces supongo que nos veremos en una semana desde el
sábado.
—Él lo hizo sonar como si fuese un donador significativo. Incluso dijo que
vería la conversión del espacio en el edificio de al lado como un salón de clases así
tendríamos un lugar para enseñar.
Ella cuelga y coloco el teléfono abajo, mi mano se agita. ¿Quién fue ese hombre
que estuvo aquí? Y ¿Por qué hizo esa historia acerca de los fondos del programa de
alfabetización? Dijo que conocía a Laura. Sabía que yo era voluntaria en el refugio.
Sabía que era estudiante. ¿Cómo sabía todo eso? ¿Estaba observándome?
P
ara cuando conduzco a casa, me alisto, luego conduzco al trabajo, son las
7:30, mucho después de mi hora de inicio usual. Mi padre me está
esperando en mi oficina.
—No llego tarde. La mayoría de los trabajos empiezan a las nueve, así que por
estándares tradicionales llegué temprano.
Normalmente solo me disculparía por llegar tarde, pero hoy tengo ganas de
pelear. Hablar con Rachel anoche me recordó lo mucho que mi padre me controla,
sin dejarme tener alguna clase de vida. Ha llegado al punto de que me he quedado
entumecido ante eso. Pero anoche, algo chispeó en mi interior y me dijo que
luchara.
Casi me rio, pero mantengo el rostro serio. —No, no estoy borracho. Pero
191
tengo un montón por hacer, así que apreciaría si me dejaras ponerme a trabajar.
Página
Dios, eso se sintió bien. No fue mucho, pero enfrentarlo con tan solo esos
pocos comentarios fue suficiente para darme algo de energía. Algo de vida.
Noto un nuevo montón de contratos sobre mi escritorio. Mi padre los puso allí
porque sabe lo mucho que odio revisarlos. Pero ahora mismo no me importa. Aún
estoy de buen humor por estar con Rachel y voy a intentar mantenerlo el resto del
día.
—Adelante.
Ella continua—: Entonces esta mañana, Laura, la mujer que dirige el refugio,
llamó para decirme algo y le pregunté sobre este hombre. Dijo que él no es un
donador. Que nunca ha escuchado de él.
—A las diez y a la una, y luego tengo que trabajar en el museo hasta las cinco.
—Sí.
—¿No crees que esté segura en mi departamento? ¿Crees que él hará algo?
—Habla Pearce Kensington —le digo—. Necesito hablar con el señor Ellit. Es
una emergencia.
—Gracias.
Si Jack está fuera de la ciudad, no puede hacerle nada a Rachel, pero aun así
quiero que se quede en mi departamento. Hasta que sepa qué trama él, la quiero
conmigo, donde sé que está segura.
El resto del día estoy en el borde, preocupado por Rachel e intentando descifrar
por qué Jack fue a su casa y si planea lastimarla de alguna forma. Me pregunto
quién más aparte de Jack sabe que estoy involucrado con ella. Mi padre no, o
habría dicho algo esta mañana. Espero que solo Jack lo sepa. Eso ya es lo bastante
malo. No quiero que ninguno de los otros miembros se entere sobre ella.
Como miembros, no debemos salir con personas fuera de nuestra esfera social,
lo que significa que estamos limitados a salir con mujeres ricas de familias
poderosas. De hecho, no hay ninguna regla que prohíba salir con alguien como
Rachel, porque no es necesario. Ninguno de los otros miembros tiene algún interés
en salir con alguien de una clase social inferior. Están obsesionados con la imagen y
el estatus, y salir con la mujer correcta es parte de eso.
Aun así, a Dunamis le gusta hacer reglas, así que recientemente hubo una
discusión sobre hacer una regla que dijera que está prohibido salir con mujeres que
no fueran aprobadas por los miembros. Pero ya que no ha sido un problema hasta
ahora, la regla no ha sido sometida a votación. Así que ahora mismo no estoy
194
Cuando llego a casa, salgo del elevador y sonrió instantáneamente cuando veo
a Rachel allí. Está en la cocina haciendo la cena. La habitación completa está llena
con el delicioso aroma de una comida hecha en casa. Es cálido, acogedor y siento
que me empiezo a relajar.
—Hice pollo al horno con puré de patatas. —Me besa—. Sonaba bien, así que
eso es lo que hice.
Cuando salgo del dormitorio, ella está dando vueltas por mi cocina, buscando
los platos y cubiertos que raramente uso. Esta vistiendo pantalones vaqueros y un
ancho suéter color naranja, su largo cabello negro recogido en una coleta. Siento
una sonrisa formándose de nuevo. No sonreí ni una vez en el trabajo hoy, pero
entonces veo a Rachel y simplemente sucede.
195
—Todo está listo. —Hace un gesto hacia la pequeña mesa redonda junto a la
cocina. No creo haberme sentado alguna vez allí. Normalmente estoy en el trabajo
durante la cena, así que ordeno algo en la oficina. O si no estoy en el trabajo, salgo
Página
a cenar.
Rachel tiene la mesa puesta, nuestra comida ya repartida en platos. La comida
y como está servida luce como una foto en una revista. No me di cuenta que era
una cocinera tan talentosa.
—No tienes nada de platos auxiliares así que solamente serví la comida —
dice—. Adelante, siéntate.
—Me gusto hacerlo. Es bueno tener a alguien para quien cenar. Cuando Shelby
está alrededor como con ella, pero difícilmente está en casa.
—No es nada lujosos como a lo que estás acostumbrado, pero este es el tipo de
comida que comí mientras crecía.
—Sí, mi bolsa está allí. —Apunta a una pequeña maleta cerca del sofá.
196
—Gracias por la oferta, pero no me puedo quedar aquí. Tienes cosas que hacer
y yo también.
—Me quedaré, pero solo hasta que descubras quien era ese hombre. Esto es
solamente temporal.
—Lo haremos juntos. —Lleva los platos al fregadero y yo levanto los cubiertos
y los vasos. Esta es otra nueva experiencia para mí. Nunca había limpiado después
de la cena. Nunca he hecho la cena, así que no tenía necesidad de limpiar. Ni
siquiera sabía cómo cargar él lava platos, pero Rachel me enseñó.
Me acuesto a su lado y pongo mis labios justo encima de los suyos. —Sabes
Página
porque. —La beso—. ¿Cuánto tiempo crees que necesitas antes de conocerme?
—¿Tal vez algunos meses?
Dispara preguntas incluso más rápido que anoche. Esta apresurada por llegar a
conocerme. Quiere volver a hacerlo tanto como yo. No estoy realmente seguro de
porque ella insiste en la abstinencia, dado que ya hemos tenido sexo, pero estoy
dispuesto a esperar el tiempo que necesite.
No creía que nos estuviéramos moviendo demasiado rápido, pero ella pensaba
que lo estábamos. Me resulta extraño porque estoy acostumbrado a tener sexo en la
primera cita. No es que hubiera hecho eso con Rachel. Yo quería esperar más
tiempo con ella. Y lo hicimos. Tuvimos varias citas, y en cada una de ellas,
hablábamos por horas. De hecho, en esas pocas citas, hablé con Rachel más de lo
que hablé con cualquier otra mujer con la que salí. Así que cuando finalmente
tuvimos sexo, no sentí que estuviéramos apresurándolo. No creía que ella tampoco,
hasta que me dijo que quería tomar las cosas más despacio. Pero me gusta que ella
sea de esa manera. Es refrescante estar con una mujer que no está arrojándose a mí,
de la manera que Rielle lo hizo esa noche en el bar. La había conocido solo cinco
minutos antes de que me invitara a su casa.
Rachel hace una pausa para pensar en más preguntas y mientras lo hace
considero hacer algunas preguntas también. Me dijo mucho acerca de sí misma,
pero siempre se salta sus años de universidad en Indiana. Me pregunto, si es por el
hombre con el que estuvo saliendo su último año. Él que se convirtió en su
prometido. Tengo la sensación de que hay una historia ahí, pero estoy indeciso de
preguntarle. Prefiero esperar a que ella me cuente.
Hablamos durante tres horas seguidas, pero parece mucho más breve que eso.
Nunca había sido capaz de hablar con alguien por mucho tiempo, a menos que
fuera sobre negocios. Y cuando estoy alrededor de mis amigos de la sociedad,
198
intento evitar hablar en absoluto, porque cuando lo hago, tengo que vigilar cada
palabra. Filtrar lo que digo. Asegurándome de que estoy yendo a través de cierta
Página
forma. Pero cuando estoy con Rachel, nuestra conversación es fácil y natural.
Puedo hablar sin tener que escribir mis palabras en mi cabeza antes de hablar.
Cuando no estoy hablando, me gusta simplemente escuchar y observar a
Rachel. Cuando cuenta una historia divertida, sonríe, se ríe y mueve sus manos
alrededor. Cuando dice algo serio o triste muestra la emoción en su rostro. No
intenta ocultarlo.
Las personas con las que estoy acostumbrado a estar cerca expresan cero
emociones, o si expresan emociones, son falsas, intentando obtener una reacción de
con quien están hablando. Siempre hay un motivo. Ellos no pueden solamente
tener una conversación normal.
Alrededor de las once, los ojos de Rachel están luchando por mantenerse
abiertos. —Creo que necesito ir a la cama —dice, bostezando.
Se mete en sus pijamas y me meto en las mías, y una vez más, me quedo
dormido antes de medianoche.
199
Página
Pearce
A
la mañana siguiente, me levanto a las cinco, así no tengo que lidiar con
mi padre regañándome por llegar tarde. Trato de ser lo más silencioso
posible, pero Rachel se despierta mientras estoy colocando mi saco del
traje.
—¿Pearce?
Voy a la cama, me siento a su lado y me inclino para besarla. —Me tengo que
ir. Ten cuidado hoy. Y vuelve después del trabajo. George te permitirá entrar.
—Rachel, te dije, no tienes que hacer la cena. No me debes nada por quedarte
aquí.
—Oh, casi lo olvido. —Me levanto y tomo mi billetera—. Voy a dejar algo de
dinero en la cocina para el mandado. —Saco tres billetes de $100.
Ve el dinero y se ríe. —¿Me está dando trecientos dólares para las compras?
200
—Tómalos y compra lo que te guste, luego guarda el resto. —Me levanto para
irme—. Te veré está noche.
que nosotros los hombres somos demasiado ruidosos así que construí esta
habitación. Las paredes estas insonorizadas.
Es una mentira. Si quiere jugar póquer en una parte regular de la casa lo hace.
No permitirá que su esposa lo detenga. Además esta casa es de al menos seis mil
metros cuadrados. Podría organizar un escandaloso juego de póquer sin que ella
escuchara un sonido.
—¿Eso es lo que es? Una ¿amistad? Porque la mayoría de mis amigas no pasan
la noche. —Toma un trago de su bebida.
—Está bien, sí, la estoy viendo. Pero no es contra las reglas. No estoy haciendo
nada malo.
—La están haciendo una regla. Lo sabes. Estuviste en la reunión cuando fue
discutido.
Suspira. —Pearce, se lo fácil que es caer por una mujer hermosa. Cuando esto
sucede, no piensas correctamente. Haces malas decisiones. Haces cosas…
—No voy a dejar de verla, Jack, así que no hay nada más que decir al respecto.
Ahora ¿Por qué fuiste allí?
Especialmente una mujer con la que estas durmiendo. Tienes que ser más
inteligente acerca de eso, Pearce. No puede confiar en una mujer solamente porque
Página
—No aún, pero lo harán. Y mientras tanto, satisface tus necesidades con las
asociadas. Deja de perder el tiempo de esta chica. Déjala que encuentre alguien
más que realmente pueda estar con ella. Rompe esto ahora antes que sea serio.
—Pearce, sé que quieres una vida normal, pero esa no es la vida que te dieron.
Y no puedes traer a una chica inocente a nuestro mundo.
Tal vez tiene razón y no soy capaz de ver claramente en este momento, pero no
estoy dispuesto a aceptar lo que está diciendo. No si eso significa perder a Rachel.
—Rachel ya saca el lado bueno de mí. Lo hace sin siquiera intentarlo, soy una
persona diferente cuando estoy con ella. Actuó diferente. Estando con ella me da
esperanza. Me hace más fuerte. Incluso me enfrenté a mi padre ayer.
203
—Y ¿crees que ella pasará por eso? —Termina su bebida—. Tengo una esposa
y dos hijas, así que créeme, conozco a las mujeres. Y sé que les gusta salir. Ponerse
un vestido bonito. Salir a cenar. Ir a bailar.
—Solo estas diciendo eso porque estas tratando de encontrar la forma que esto
funcione. Rachel querrá salir, y cuando les digas que no, lo encontrará sospechoso.
Comenzará a hacer preguntas. Preguntará porque no presentas a tus amigos y a tus
padres. ¿Cómo vas a responder estas preguntas?
—¿Qué?
No le creo. Creo que está siendo demasiado dramático solo para asustarme
para romper con ella.
fuerza física. No me refiero solo a levantar pesas o cardio. Este hombre te enseñara
artes marciales y como utilizar tu cuerpo como un arma. No siempre puedes
Página
depender de un arma o un cuchillo. O un guardaespaldas. Necesitas ser fuerte y
saber cómo utilizar tu cuerpo para pelear o matar.
—Siguiente lunes. Él te llamará para concertar una cita. Una mujer también se
pondrá en contacto contigo. Es una experta en cómo funciona la mente y como
usarla para tu ventaja. Como controlar tus emociones. Expresiones faciales.
Lenguaje corporal. Voz. —Toma un trago—. Necesitas ser un mejor mentiroso,
Pearce. Das demasiada información. Y necesitas aprender a no reaccionar a las
cosas. ¿Alguna pregunta?
—No.
—Deja que tu otra parte lo haga. Ese lado oscuro siempre estará allí mientras
seas parte de esto. Así que úsalo. Permítele que tome la culpa de tus acciones. No
eres tú, Pearce. Tu verdadero yo no tuvo nada que ver con lo que le pasó a esa
secretaria. Tu verdadero yo no es un asesino. Él es un buen hombre. Recuerda eso.
—Termina su bebida y se levanta—. Vámonos.
diciéndome que llame a un nuevo cliente, pero no hay detalles sobre que
exactamente se supone hable con este hombre. Voy a la oficia de mi padre a
preguntarle. Su puerta está cerrada, pero él siempre la tiene cerrada así que la abro
y entro.
—Ella es un poco joven para ti, ¿no? —No debería haber dicho eso, pero tengo
ganas de insultarlo hoy. Culpo a Rachel. Ella quiere que luche contra mi padre en
lugar de simplemente sentarme y tomar su abuso—. Y la próxima vez, trata de
cerrar la puerta.
Estrecha los ojos hacia mí. —Me estoy cansando de esta actitud tuya y termina
ahora mismo. Soy tu padre y tu jefe y me tratarás con respeto.
—El cliente quiere que desarrollemos una mezcla química patentada para ser
usada en… —continúa diciéndome acerca del proyecto y pretendemos que la
escena anterior no sucedió. Pensé que me gritaría más sobre mi comportamiento,
pero no lo hizo. Creo que está sorprendido por la forma que le hablé y no está
seguro de cómo manejarlo. Pero lo hará. Encontrará una manera de recuperarme.
Trata de encontrar nuevas formas de controlarme o castigarme. Y dejaré que lo
intente. Porque cuando lo haga, ya no estaré de pie ociosamente. Estaré luchando.
—Por supuesto que no. Esto es por negocios. Me reuniré con clientes
potenciales en Europa. Cecil Roth arregló el viaje. Él me está presentando a alguno
de sus contactos. Me reuniré con él en Londres el viernes por la mañana.
—Tú también vienes —dice mi padre—, pero necesito que asistas a algunas de
mis reuniones la próxima semana, así que no te irás hasta la siguiente semana.
—El viaje está programado para cuatro semanas, pero si lo concreto antes de
eso, volaré de regreso antes.
—Sí. No me agrada, pero entre las reuniones y el horario de viaje a los diversos
países, probablemente necesitaré las cuatro semanas. Si este viaje resulta en nuestra
expansión en el extranjero, entonces supongo que vale la pena mi tiempo.
Justo cuando estoy pensando en eso, el teléfono suena. Es el hombre con el que
estaré entrenando en el gimnasio. Quiere reunirse tres veces a la semana, lo que
significa que no tendré mucho tiempo con Rachel como pensaba. Entre el
entrenamiento físico y el entrenamiento con la experta en lenguaje corporal, no
tendré mucho tiempo libre. Pero estoy comprometido con este entrenamiento. No
dejará que mi lado oscuro tome el control. Siempre supe que mi lado bueno seguía
allí. Simplemente no estaba seguro que pudiera sobrevivir. Pero conocer a Rachel
me ha hecho querer luchar por ello. Y para hacerlo, necesito estar fuerte y
preparado.
Estoy peleando una guerra. No solo conmigo mismo, sino con mi padre y los
demás miembros. Y tengo que estar listo para la batalla.
208
Página
Rachel
P
earce me acaba de llamar del trabajo y me dijo que el hombre que vino a mi
puerta ha donado dinero para el refugio pero que su donación fue anónima,
por lo que Laura no reconoció su nombre.
Pearce dijo que llamó a Jack y le dijo que me dejara en paz pero Jack no se
acordaba de incluso haber venido. Así que supongo que solo es un hombre viejo
confundido. Pero Pearce me advirtió que todavía tuviera cuidado porque no está
seguro de lo que Jack es capaz de hacer. Puede verse inofensivo pero si tiene una
enfermedad mental, no puedes estar seguro.
Son las 5:15 y acabo de llegar del trabajo a la casa y me pregunto si debería
quedarme aquí esta noche. Preferiría estar con Pearce, pero no lo necesito, así que
siento que tal vez no debería. Acabamos de comenzar a salir y necesitamos nuestro
espacio. Excepto que yo realmente quiero verlo. Tal vez solo debería ir allá esta
noche ya que él me espera, luego quedarme aquí el resto de la semana.
—Mamá, estoy bien. Solo quería avisarte que voy a salir esta noche y no
regresaré hasta tarde. No quería que llamaras y no me encontraras y pensaras lo
Página
Lo dice como si estuviera hablando con una niña de cinco años. A veces creo
que ella actúa así porque vive en el pasado, como si yo siguiera siendo su hija de
cinco años. Como si quisiera congelar el tiempo en ese momento, antes que mi
hermana enfermara.
—Dos chicas saliendo en la noche sigue sin ser seguro. —Hace una pausa—.
¿O estás saliendo con un chico?
¿Un chico? Otra vez, no tengo cinco. No salgo con chicos. Salgo con hombres. Y
Pearce es definitivamente un hombre. Un alto y musculoso hombre guapo.
—Sí, es una cita. —No quería decirle eso pero solo salió.
El término ―chico‖ me está poniendo los nervios de punta pero lo ignoro. —Su
nombre es Pearce. Tiene 25 y es graduado de Yale, obtuvo su Maestría de
Administración de Empresas en Harvard. Y ahora está trabajando para la
compañía de su padre.
—Sí, cariño. Solo que estoy sorprendida de lo colgada que estás por este joven.
Mi papá dice que supo en el momento en que vio a mi mamá que ella era la
correcta. Ella no sintió lo mismo hasta su segunda cita, cuando él cocinó la cena.
Se la ganó con la comida. No fue nada especial. Fue solo carne asada y patatas,
pero estaba impresionada de que lo hiciera para ella. Diez días después se casaron.
Para mí, suena completamente loco el casarse tan rápido pero mi mamá dijo
“Cuando lo sabes, lo sabes‖. Y ambos debieron saberlo porque treinta años más
tarde siguen juntos.
—Oh. No pensé que fueran así de ricos. Estoy sorprendida que estés saliendo
con él.
—¿Por qué?
—No puedo imaginarme que tengan algo en común. Vienen de tan diferentes
formas de vida, diferentes antecedentes. Tú tuviste un educación modesta y estoy
segura de que la de él es muy extravagante.
211
¿Adam? ¿De verdad? Dejé en claro que no quiero tener nada que ver con él y
sigue empujándome para que salga con él.
—¡Eso no quiere decir que tenga que salir con él! —Estoy tratando de mantener
la calma pero es casi imposible. Me está sacando de mis casillas. Haciéndome sentir
como una niña. Actuando como si sabe lo que es mejor para mí. Como si no soy lo
suficiente inteligente para tomar mis propias decisiones. Me hace querer gritar, pero
no puedo. No me gusta gritarle a mi mamá.
—Rachel, tranquilízate.
Tomo un respiro. —Lo siento. No quería gritar. Solo necesito que entiendas
que no estoy interesada en Adam. Estoy saliendo con Pearce y realmente me gusta.
Sé que no lo crees pero Pearce y yo sí tenemos mucho en común. —Quiero decirle
que ambos tenemos padres controladores pero no lo hago.
—Solo te estoy pidiendo que hables con Adam por teléfono. Él cambió,
Rachel. Es más maduro. Más responsable. Tiene un buen trabajo. Está buscando
comprar una casa.
Mierda. No puedo creer que ella haya hecho eso. Está orquestándolo todo.
212
Ahora él probablemente piensa que estoy interesada. Pero, ¿por qué está interesado
en mí? ¿Habrá cambiado su forma de pensar sobre tener hijos?
Página
—Mamá no debiste haber hecho eso. No quiero que Adam piense que quiero
comenzar a salir con él otra vez.
—Si hablas con él, podrías cambiar tu forma de pensar. Tienes una historia con
él, Rachel. No deberías ser tan rápida en rechazarlo.
—La próxima vez que Adam esté en el pueblo, necesito que le digas que no
estoy interesada. No estoy jugando. No quiero hablar con él.
Siento mi presión arterial subirse, mi cabeza está punzando. Estoy tan enojada
justo ahora.
—Ya le dije a Adam que lo llamarías y no quiero retractarme. Eso haría las
cosas más incomodas cuando lo vea.
—Vive aquí ahora. Acaba de regresar. Así que ahora lo veo en la tienda y en la
Iglesia.
Así que es por eso que quiere que esté con él. Porque si nos casamos, regresaré
a vivir al pueblo. Ella obtendría lo que quiere y yo sería miserable.
—Bien. Le llamaré. Pero solo para decirle que no estoy interesada. Y no lo voy
a llamar hoy. Lo llamaré después en el transcurso de la semana. Pero si lo ves, no
le hables de mí. No quiero que tenga una idea equivocada. —Volteo a ver el reloj
en la pared—. Mamá, realmente me tengo que ir.
—También te quiero.
Cuelgo, aliviada al ser capaz de terminar la llamada sin gritarle. Desearía que
solo fuera feliz por mí y que no fuera tan negativa y controladora. Cree que está
ayudando, pero no. Necesita dejarme ser una mujer adulta y tomar mis propias
decisiones. Necesito tomar riesgos y cometer errores. Tal vez Pearce y yo no
213
con otra persona. Puede que no sepa todo de él, pero siento que tenemos algo
especial entre nosotros. No puedo describir qué es exactamente, pero es algo que
me hace pensar que la relación podría ir a algún lado. Nunca he tenido este
sentimiento por nadie más y eso significa algo.
—¿A mí? Más bien es al revés. Yo no te he visto por días. ¿Dónde has estado?
—Yo solo… —Luce confundida—. Pensé que dijiste que te usó. Después que
te dejó el domingo pasado, dijiste…
—No lo tomes a mal, pero no eres realmente de su tipo. Quiero decir, no vistes
exactamente ropa de diseñador o vas al country club.
—Shelby, ¿de dónde viene esto? Cuando recién lo conocí, tú fuiste quien se
mantuvo insistiendo en que saliera con él. Me dijiste que chicas como nosotras
debemos estar disponibles para salir con tipos como Pearce.
214
—Sí, pero quería decir solo salir con él. Como una o dos veces.
Página
—Así que, ¿no puedo ser su novia a menos que sea rica?
—¿Ahora él dice que eres su novia?
—No estoy tratando de ser mala. Solo lo encuentro raro. Las personas ricas
salen con personas ricas. Así es como siempre ha sido y siempre será.
—Eso no es verdad.
—Menciona a algún multimillonario que esté casado con una persona normal.
—Has conocido a sus amigos ricos. Te apuesto que sus amigos ricos están con
chicas ricas.
Alejo la mirada.
No sé por qué está siendo tan mala, pero me está haciendo enojar. —No me
está usando. Y no me gusta que digas eso de él. No lo conoces como yo.
Ahora suena como mi mamá. ¿Por qué todos están tratando de arruinar esto?
Yo estaba con muy buen humor, emocionada de ver a Pearce más tarde, pero mi
mamá y Shelby están determinadas a quitarme ese estado de ánimo.
—Shelby, no te voy a contar sobre eso. Me gusta Pearce y voy a seguir saliendo
con él. Y apreciaría si dejas de darme consejos sobre él. De hecho, ni siquiera
hables de él. Te veo después.
Llega con un ramo de tulipanes naranjas, en un florero. Trae un traje negro con
corbata gris. Mi corazón salta solo de verlo caminar hacia mí.
Nos besamos hasta que el temporizador del horno se apaga. Pero él no me deja
ir.
Toma una botella de vino rojo del bastidor. —Nunca bebo esto. Una botella de
vino debe ser compartida y nunca tengo a nadie para compartirla.
Tomo las copas de vino del gabinete, luego me inclino contra el mostrador,
mirándolo abrir la botella. —¿Estás diciendo que no sales mucho?
—Sí. Porque me gustas. Mucho. Tanto que parece que nunca tengo suficiente
tiempo contigo.
Sus ojos azul plateados bailan sobre mi rostro. Me encanta la forma en que me
mira. Es tan intenso. Su rostro no muestra mucha emoción pero sus ojos sí. Y en
este momento, son honestos, sinceros. No solo era una línea la que me estaba
dando. Quiso decir lo que dijo.
—Sé a lo que te refieres —digo—. Cada vez que pasamos el rato, el tiempo
pasa tan rápido.
—Lo cual es el por qué vamos a pasar más tiempo juntos. —Sus brazos me
envuelven y me acerca más.
mano allí.
Página
Sonrío ante su pregunta, porque lo dijo con tanta formalidad. Por lo general se
relaja cuando está alrededor mío, pero a veces cambia y es muy formal,
probablemente porque está acostumbrado a ser así con todos los demás.
Lo beso. —No tengo ninguna objeción a que recortes tus horas. Creo que es
una buena idea. Trabajas demasiado. Y me gustaría pasar más tiempo contigo.
Cuando sale del dormitorio, está usando pantalones vaqueros y una camisa de
botones.
—Parece que a ti te gustan, así que los estoy usando por ti. Pero sí, me estoy
acostumbrando a ellos. —Mira hacia la mesa donde he acomodado la cena—. La
pizza huele deliciosa.
—No, nunca.
—Sé que es otra cosa nueva para intentar. Hice la corteza a partir de cero.
Espero que te guste.
—Gracias por hacer la cena. —Me abraza, lo cual me toma por sorpresa. En
realidad no es del tipo de abrazar. Por lo general soy yo la que inicia el abrazo.
Cuando me deja ir, me mira y dice—: Me gusta tenerte aquí. Y no porque haces la
cena.
Miro la expresión en sus ojos. Tenían tanta tristeza cuando nos conocimos por
primera vez, pero ahora veo destellos de felicidad. Espero que parte de ello se deba
a mí, pero si no, no importa. Lo que importa es que algo de esa tristeza se ha ido.
Quiero que me diga la causa de su tristeza, pero él aún no está listo. Si tuviera que
218
adivinar, diría que es porque no parece tener mucho en su vida. Tiene trabajo y más
dinero que nadie que conozca, pero no parece tener muchas personas en su vida. Por
Página
Lo dice con el rostro serio, pero me río, suponiendo que está bromeando. —
No puedo hacer eso. No me voy a mudar contigo. Es demasiado pronto.
—No es mudarnos juntos. Son solo dos personas viviendo juntas. Vamos a ser
compañeros de cuarto.
Sonrío, aun suponiendo que está bromeando. —No puedo pagar el alquiler de
un lugar como este.
—Ahora suenas como mi madre. No tienes que preocuparte por mí. Estoy
bien. —Lo llevo a la mesa—. Vamos a comer.
Saca la silla para mí. —¿Al menos considerarías mudarte a una zona más
segura?
Siento sus ojos sobre mí mientras tomo una rebanada de pizza para mí. —No
lo sé todavía. Depende de dónde pueda conseguir un trabajo.
sabiendo que me voy dentro de unos meses? Cuando conocí a Pearce pensé que
solo saldríamos un par de veces y eso sería todo. Nunca pensé que se volvería algo
Página
más que eso. Pero ahora lo ha hecho. Ahora tengo sentimientos por él y no me
gusta la idea de dejarlo.
—¿Brindamos?
—Porque estoy en casa a una hora decente, comiendo una comida hecha en
casa con la mujer más hermosa sobre la que he puesto los ojos.
220
Página
Pearce
R
achel me hizo la cena de nuevo esta noche y me sentí como si estuviera
viviendo la vida de otra persona. Alguien que tiene una vida normal con
una mujer por la que realmente se preocupa y con la que quiere estar.
Alguien que no está consumido por el trabajo, y tiene una vida fuera. Una vida
real.
Dios, quiero eso demasiado. Nunca pensé que lo haría, pero entonces conocí a
Rachel, y desde entonces he descubierto que es exactamente lo que quiero. Es lo
que necesito.
Desde que tengo memoria, mi vida ha pertenecido a otra persona. Mis padres.
La organización. Mi falsa esposa. Nunca he sido capaz de tomar mis propias
decisiones, y cuando lo he intentado, he sido castigado por ello. Pero ahora, estoy
tomando la decisión de estar con Rachel y nada se ha sentido más adecuado en
toda mi vida. Todo acerca de ella se siente bien. Me siento como una persona
diferente cuando estoy con ella. Como si finalmente me estuviera siendo fiel a mí
mismo. Dejándome ser la persona que soy, en lugar de ser la persona que esperan
que sea.
—Pearce, es tu madre.
—Lo que sea que esté en tu agenda tendrá que ser cancelado. Vas a ir a esta
cena, Pearce. No puedo ir sin un acompañante, y ya que tu padre está fuera de la
ciudad, tú tienes que tomar su lugar.
—¿Dónde es la cena?
que por lo general no hago preguntas. Pero ahora, esta cena significa que tengo una
noche menos con Rachel, y puesto que mis noches con ella son limitadas, no quiero
renunciar a una para estar con mi madre en la cena de Seymour.
—Hola. —Volteo y veo a Rachel detrás de mí. Está sonriendo. Tiene una
hermosa sonrisa. Solo con ver esa sonrisa mi estado de ánimo vuelve a ser bueno.
—No deberías estar aquí —digo, poniendo mis brazos alrededor de su cintura.
—Porque quieres que las cosas vayan despacio entre nosotros. Y eso será muy
difícil de hacer si nos quedamos en esta habitación.
—Entiendo. Pero por ahora vamos a pasar tiempo juntos en una habitación
diferente.
223
Ella se ríe. Tiene una maravillosa risa. Es ligera y feliz y llena de energía.
Página
—Serví un poco de helado. —Toma mi mano y me lleva a las sillas altas que
bordean la isla de la cocina. Dos tazones de helado están esperando—. Lo compré
de chispas de chocolates así podrías probar un nuevo sabor. Y hay un medio galón
entero en el congelador para que puedas tener un poco cada noche del resto de la
semana.
—Hmmm. Eso es un montón de noches. Y cada vez es más y más difícil estar
cerca de ti sin…
La beso antes de que pueda terminar. —Es por eso que necesitamos pasar
tiempo juntos. Nunca vas a llegar a conocerme si siempre estamos separados.
¿Entonces qué dices? No tendrás que cocinar. Voy a traer la cena cada noche.
Ella reflexiona sobre eso. —Me gusta la idea, pero no voy a poder estudiar si
estás ahí.
Se estremece al sentir mi aliento. —Si estás ahí, voy a querer sentarme contigo.
Cierra los ojos. Inclina la cabeza exponiendo más su cuello para que la bese. —
Te garantizo que no seré capaz de estudiar si haces eso cuando estés en mi
Página
apartamento.
—Vamos a intentarlo y veremos. —Me pongo de pie y la levanto de la silla.
La llevo hasta el sofá y la dejo en el suelo, luego le entrego uno de mis libros de
negocios que está en la mesita.
—Estoy de visita de todos modos. —Mi mano se mueve hacia abajo por su
lado, descansando en su cadera.
***
Mientras la miro, me doy cuenta que mis sentimientos por ella solo siguen
profundizándose. Me preocupa, pero también me hace feliz. Es agradable sentir
algo por una vez en mi vida, especialmente algo tan bueno como esto.
—Es algo que me pasó sobre lo que no me gusta hablar, pero me afectó tanto
que siento como si nunca me conocerás de verdad hasta que sepas esto. Solo que no
estoy segura de que quiera decírtelo.
—Porque podría cambiar las cosas. Además, todavía somos nuevos en nuestra
relación y esto es algo por lo que no nos preocuparemos hasta mucho después, pero
no decírtelo ahora parece… no lo sé. Deshonesto, supongo.
—Sí. —No quiero escuchar esto. ¿Va a decirme que se casó? ¿Y que todavía está
casada? ¿Ha estado mintiéndome todo este tiempo?
—Primero, necesito aclarar que nunca quise casarme con él. No lo amaba. Solo
acepté su propuesta porque estaba… porque estaba embarazada.
¿Ella tiene un hijo? ¿Cómo no pudo decirme esto? ¿El niño está viviendo con su
madre? ¿O con su ex prometido?
227
—Así que tienes un hijo —digo, tratando de ocultar mi furia. Debería haberme
dicho esto.
Página
—No. —Una lágrima corre por su mejilla—. Perdí al bebé. Y luego Adam
rompió conmigo.
Llora silenciosamente así que la sostengo con fuerza. No sé qué hacer. Soy
absolutamente la peor persona con la que puedes derramar tus emociones, y si fuera
cualquier otra persona, hubiera conseguido una caja de pañuelos, luego se los
entregaría y me iría. No estoy cómodo en estas situaciones. Por otra parte, en
realidad nunca he estado en esta situación. Nunca había tenido a alguien
abriéndose conmigo así. Nunca lo he hecho yo mismo, aunque le dije a Rachel más
de lo que le he dicho a cualquier otra mujer con la que he salido.
Toma una respiración. —Adam me dejó porque mi doctor dijo que… que no
puedo tener hijos.
¿Eso era lo que no quería decirme? ¿Qué no puede tener hijos? ¿Por qué estaba
tan asustada de decirme eso? No cambia nada entre nosotros. De hecho, es una
buena cosa. No quiero hijos. Tan pronto como averigüé que cualquier hijo que
tenga será forzado que ser parte de la organización, decidí que nunca los tendría.
Nunca querría que mis hijos pasaran por lo que yo he tenido que pasar. Si
tengo un hijo, será forzado a tener la vida que estoy viviendo ahora. Y si tengo una
hija, será forzada a casarse con uno de los miembros. Alguien que ella no escogió.
228
No soportaría ver la propia vida de mis hijos ser destruida de esa forma. Y además
de eso, sería un padre terrible. Tenía el peor ejemplo de padres. No tengo idea de
Página
Aún no he dicho nada y me doy cuenta de que debería justo cuando Rachel se
empuja lejos de mí.
—Pearce, entiendo si quieres terminar las cosas entre nosotros. Sé que solo
estamos saliendo, pero estoy segura de que preferirías salir con alguien con quien
puedas ver un futuro. —Ella limpia sus ojos y se levanta del sofá.
—Necesito irme.
La jalo hacia mí. —No vas a irte. Ni siquiera me has dejado decir algo.
—No me importa que no puedas tener hijos. No tiene importancia para mí.
Ella sonríe débilmente. —Solo estás diciéndolo porque estoy llorando ahora
mismo.
—No. —Sostengo su rostro con mis manos y miro a sus ojos—. Estoy
diciéndolo porque tú eres lo que me importa. No el hecho de que no puedes tener
hijos.
—Sé que los querrás algún día. Todo el mundo lo hace. Y eso es algo que no
podré darte. O a cualquier otro hombre. —Aprieta sus ojos, tratando de contener
las lágrimas.
Deslizo mi pulgar sobre su mejilla. —Rachel, mírame. —Espero hasta que ella
abre sus ojos—. Ese hombre es un idiota por dejarte ir. Y espero que hayas notado
esto para éste momento, pero si no, te diré que no soy un idiota.
Sonríe un poco.
—Si fueras mía, nunca cometería el error de dejarte ir. Y aunque sé que es muy
pronto para presumir que eres mía, ciertamente no terminaría esta relación por el
229
hecho de que no puedes tener hijos. No me importa. Lo que me importa… eres tú.
Página
Sonríe completamente ahora, con las lágrimas corriendo por sus mejillas. —Me
importas también.
La tomo en mis brazos de nuevo y nos quedamos allí, sin decir nada. Después
de un momento, ella se endereza y me mira, vacilante.
—Solo quería decir que, um… SOY tuya. Es decir, si quieres que lo sea.
—¿Estás seguro?
—Nunca he estado más seguro de algo en toda mi vida. —Y es cierto. Solo que
no puedo creer que lo admití. En voz alta. Pero necesita saber cómo me siento por
ella.
Me abraza. —Entonces, por defecto, eres mío. Así que dile eso a todas las
chicas que coquetean constantemente contigo.
—Aun intento descubrirlo. Creo que tienes una especie de hechizo sobre mí.
No puedo pasar dos segundos sin pensar en ti.
—Sí, supongo que sí. —Se endereza en el asiento, pero toma mi mano, la
acaricia suavemente con su pulgar. Siempre me está tocando. Las manos, el rostro,
los hombros, el cabello. Normalmente odio cuando las personas me tocan, pero me
encanta cuando ella lo hace. Me tranquiliza, y cuando no estoy con ella anhelo su
tacto.
230
—Realmente no tengo nada más que contarte. Ese era mi gran secreto. Es el
único que tengo. —Me sonríe—. ¿Ahora quieres contarme los tuyos?
—¿Por qué?
—Solo hazlo.
—Bien. —Cierro los ojos cuando incrementa la presión un poco—. Mejor que
bien.
Hago lo que dice y sus manos se mueven sobre mi piel en caricias largas y
uniformes. Entonces encuentra los puntos tensos y aplica presión extra,
deshaciendo los nudos. Debe ser sencillamente lo mejor que he sentido. Continúa y
me relajo tanto que me quedo dormido.
—Pearce.
Abro los ojos y veo a Rachel acuclillada enfrente de mí. Me giro de costado
para encararla. —¿Cuánto tiempo estuve dormido?
—Casi una hora. —Me retira el cabello de la frente—. Ese masaje realmente te
noqueó. No quería despertarte, pero creo que estarías más cómodo en la cama.
—Bueno, eres muy talentosa. No puedo recordar la última vez que me sentí tan
bien. Probablemente nunca.
—Entonces tendré que asegurarme y hacerlo más seguido. No puedes ir por allí
estando tan tenso todo el tiempo. —Me tiende la mano—. Anda. Vamos.
vecindario. Quiero que viva aquí. Conmigo. Por su seguridad, pero también porque
no quiero que se marche.
Página
Sale del baño con una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones de pijama
de franjas rosas y blancas. Luce adorable y sexi al mismo tiempo. Su largo cabello
castaño cae en cascada sobre los hombros y su rostro está libre de cualquier
maquillaje. No lo necesita. Su complexión es perfecta y tiene el rostro más
hermoso. Es perfectamente simétrica con pómulos altos como una modelo. Sus
ojos son de un azul brillante y sus labios son suaves y carnosos.
Camino hasta ella, y le levanto el rostro hacia la mío. —Dios, eres hermosa.
Aún estoy mirando fijamente su rostro, pero su pregunta causa que baje la vista
y vea que no traigo pantalones de pijama. —Oh. Sí. Lo siento, me distraje.
Se ríe y camina a la cama. —Creo que los pantalones serían una buena idea.
—Antes sonó como que fue tu mamá quien llamó. No quería escuchar a
escondidas. Tan solo te escuché llamarla así cuando contestaste el teléfono.
Rachel no puede conocer a mis padres. Ellos me prohibirían verla. Así que
¿cómo va a funcionar esto? No puedo mantenerla como un secreto para siempre.
Date la vuelta. —Hago una pausa y luego digo—: Oh, y quítate la camiseta.
Página
—Aun así, es justo que corresponda con el masaje, así que date la vuelta.
—No es tan bueno como tú lo hiciste, pero eres la primera persona a la que he
masajeado, así que tienes que bajar tus expectativas.
—No. Eres la primera, así que, si hago algo mal, solo dime.
—Creo que es lindo que hagas cosas con tu mamá —dice, con los ojos aún
cerrados.
No sé por qué continúa hablando sobre mi madre. Estoy intentando no pensar
en ella ahora mismo. O cualquier cosa relacionada a esa parte de mi vida.
Me tenso cuando lo dice porque me recuerda cuando Shelby lo dijo, justo aquí
en esta misma habitación, justo después de que tuviera sexo conmigo. Ella dijo esas
palabras exactas. No eran ciertas entonces y no son ciertas ahora. No soy un buen
hombre y nunca lo seré. Hago cosas malas. Y miento. Miento constantemente.
Normalmente no me molesta, pero ahora estoy mintiéndole a Rachel y no se siente
bien, especialmente después de la forma en que se abrió a mí esta noche.
235
Página
Rachel
C
uando despierto, noto que no traigo puesta una camiseta. Debí quedarme
dormida cuando Pearce me estaba dando el masaje. Eso fue muy dulce de
él. No tenía que hacerlo. Él lo necesitaba mucho más que yo. Nunca he
sentido a nadie tan tenso. Sus músculos estaban como rocas. Incluso después de
una hora de masajearlo, aún tenía nudos, pero estaba mucho mejor que cuando
empecé.
Me pregunto por qué está tan tenso. Solo tiene 25. Tiene mucho dinero. Un
buen trabajo. Así que no sé por qué está tan estresado. Supongo que solo es su
personalidad. Algunas personas internalizan el estrés más que otras. Pero es malo
para su salud y me preocupo por él.
Nuestra relación dio un paso gigantesco esta noche. Finalmente le conté que no
puedo tener hijos. Nunca, ni en un millón de años pensé que reaccionaría de la
Página
forma en que lo hizo. Creí que seguramente terminaría las cosas conmigo, pero en
su lugar dijo las palabras que necesitaba escuchar desesperadamente. Palabras que
debí escuchar de Adam, pero nunca fue así.
Adam me rompió el corazón, pero esta noche, Pearce recompuso parte de él.
Cuando me dijo que no le importaba que no pudiera tener hijos, finalmente sentí
que yo estaba bien. Que era normal y no defectuosa, que es como Adam me hizo
sentir.
No creo que Pearce se dé cuenta de lo mucho que eso significó para mí. Sus
palabras me hicieron sentir algo que nunca sentí con Adam o ningún otro hombre
con el que he salido. Fue amor, puro y simple, y me tomó tan de sorpresa que aún
me estoy preguntando qué significa esto. ¿Estoy enamorada de Pearce? Creo que sí.
Si no, definitivamente me estoy enamorando de él. Y creo que él también podría
estar enamorándose de mí.
—Lo siento por eso. —Sale del baño, con una toalla alrededor de la cintura,
dejando el resto de él expuesto; sus hombros anchos, brazos musculosos,
abdominales marcados. Demonios, es ardiente. No puedo retrasarlo mucho más.
Tenemos que hacerlo pronto. Realmente pronto.
—Buenos días. —Me sonríe. Tiene una sonrisa tan sexi. Y una voz sexi. Es
profunda, confiada y lo hace incluso más difícil de resistir.
—Excelente. Ese masaje me indujo a un sueño tan profundo, que siento como
si hubiera dormido durante días. Me siento genial. Usualmente me arrastro durante
la mañana, pero ahora estoy completamente despierto.
Página
—Bien. —Noto sus ojos sobre mi pecho y bajo la vista para ver que estoy
destapada—. Ups. —Levanto la sábana sobre mí.
Se ríe un poco. —No necesitas cubrirte. Ya las he visto. Varias veces, de hecho.
—Es una ducha muy agradable. Múltiples duchas con varios ajustes. Incluso
tengo un estante de toallas calientes para que tengas una toalla tibia cuando salgas.
—De acuerdo. —Echo atrás las mantas, con los brazos cruzados sobre los
senos mientras camino al baño. Sé que los ha visto antes, pero aún me siento
cohibida por caminar por ahí sin nada encima. Cierro la puerta del baño, orino y
me lavo los dientes rápidamente. Luego me quito los pantalones del pijama y abro
la puerta de cristal de la ducha y entro. El vapor de la ducha que tomó Pearce aún
flota en el aire, haciéndola calientita. Intento activar el flujo de agua, pero hay
muchas palancas y llaves y no estoy segura de cuál girar.
—Sí.
238
—Gracias.
—Y te la di. —Se inclina y pone sus labios sobre los míos para un beso muy
lento, muy sexi y muy deliberado.
—Es grandiosa. —Me giro un poco para que las tres duchas caigan sobre mí—.
De hecho, es el paraíso puro. Mucho mejor que la mía. Me encantaría tener esta
ducha.
—Es verdad. —Cierro los ojos mientras el agua corre sobre mi rostro.
Escucho su voz justo frente a mí. Abro los ojos y allí está él. Sin toalla esta vez.
Solo él. Recién afeitado y luciendo completamente irresistible.
Siento sus labios sobre los míos mientras sus manos viajan lentamente por mi
columna, justo como cuando me dio ese masaje anoche, solo que esta vez no hay
cinturilla de pantalones que lo detenga y sus manos continúan, rozando sobre mi
cadera y la parte baja de mi espalda. Su otra mano se mueve detrás de mi cuello,
sosteniéndome en el sitio mientras su beso se profundiza. Mi cuerpo está en llamas,
explotando de sensaciones, que solo se intensifican cuando su mano se desliza entre
mis piernas. Demuestra su talento en esta área una vez más, y momentos después,
estoy desatándome, me resulta difícil permanecer parada mientras oleadas de placer
me atraviesan.
—Absolutamente.
Le rodeo el cuello con los brazos cuando me levanta y pone contra la pared.
Jadeo cuando me penetra con una embestida. Olvidé lo increíble que él se siente.
De hecho, no lo olvidé, pero estaba intentando bloquearlo para que pudiera
retrasarlo más tiempo y enfocarnos en los otros aspectos de nuestra relación. Pero
estoy harta de retrasarlo. Mi autocontrol desapareció, especialmente ahora, cuando
me recuerda lo compatibles que somos. No solo nuestros cuerpos, sino cómo se
siente él, la forma en que me toca. Es perfecto. Como si me conociera y supiera
exactamente lo que me gusta.
Ríe entre dientes. —Sí. De hecho, ahora me gusta incluso más. ¿Ya has
terminado o necesitas más tiempo?
—No quiero acabar con el ambiente, pero solo para ser claros, estás limpio,
¿verdad? Quiero decir, no tienes ninguna ETS, ¿verdad?
—Es solo que la última vez fuiste bastante insistente en utilizar un condón así
que quería asegurarme que…
—No tengo una ETS. Es solo que estoy tan acostumbrado a utilizar un condón
que se ha vuelto un hábito. En realidad, nunca lo he hecho sin uno, aparte de
ahora.
—El trabajo no se irá a ningún lado. Tú, por otro lado, te marcharás pronto.
Por lo tanto, mi tiempo debería pasarlo contigo.
cocina para hacer algo de café. Cuando se está preparando, el teléfono suena.
Contesto. —¿Hola?
—Hola, hermosa.
—Sí.
—Tú también. Te veré esta noche. No estoy seguro de a qué hora, pero te
llamaré después y te haré saber.
—Adiós, Rachel.
Hay un golpe en la puerta y voy a ver quién es. Es Shelby. No he hablado con
ella desde ese día que hablamos en las escaleras y me sermoneó sobre Pearce.
Estaba realmente enojada con ella ese día. Pero ahora ya lo superé. Me he pasado
por su departamento varias veces desde entonces, pero ella no ha estado.
Abro la puerta, pero no entra. Solo se queda allí parada, frunciendo el ceño,
con los hombros caídos.
—Claro.
—Oh. —Me dirige esa mirada de nuevo. La misma que me dirigió en las
escaleras ese día. Una mirada de decepción y preocupación.
—¿Qué? ¿Por qué le contarías eso? ¿Van tan en serio? ¿Ya están hablando sobre
niños?
—No. Pero lo traje a colación porque sentí que debía saber. No me sentía bien
en ocultarle un secreto como ese. Y si quería romper conmigo por eso, prefería que
lo hiciera ahora que después.
—No. Justo lo opuesto. Contarle solo nos acercó más. Debiste haberlo oído,
Shelby. Fue tan dulce. Dijo que no le importaba que no pueda tener hijos y que lo
único que le importa soy yo. —Sonrío—. Es un tipo grandioso. Es considerado y
generoso, incluso se ofreció a permitirme quedarme en su departamento. No cree
que esta área sea segura, y honestamente, no lo es.
—No. Le dije que era demasiado pronto. Pero lo estoy considerando. Quiero
244
decir. Ya voy a quedarme allí un montón o él viene aquí, así que de todas formas
prácticamente estamos viviendo juntos.
Página
—Rachel, no. —Estira la mano y la pone sobre mi brazo—. No lo hagas.
Necesitas tu propia casa. No necesitas que este chico te controle.
Aparto mi brazo de ella. —No me está controlando. ¿Por qué dices eso?
—Porque es lo que hacen chicos como él. Te atraen, diciendo todas las cosas
que quieres escuchar, pagando por cosas, comprándote cosas. Y antes que lo sepas,
se adueñan de tu vida, te dicen qué hacer, dónde vivir. Eres como una posesión
para ellos. Y luego se aburren de ti y te desechan.
Ella rodea la encimera de la cocina, con las manos en las caderas. —¿Por qué
no me escuchas? Demonios, Rachel, ¡Estoy intentando ser tu amiga! ¡Estoy
intentando cuidar de ti!
¿Por qué me está gritando? Yo soy la que debería estar enojada, no ella.
—¿Qué ibas a decir, Shelby? ¿Que soy una estúpida chica ingenua de una
granja de Indiana que no es capaz de tomar buenas decisiones?
—No tuviste que hacerlo. Sé lo que piensas de mí. Siempre me estás diciendo
lo inocente e ingenua que soy y que…
—Solo estaba bromeando cuando dije eso. Es una broma entre nosotras.
—Sí, bueno, estoy cansada de ella y nunca ha sido divertida para mí. —Miro la
puerta—. Creo que necesitas irte.
—Rachel, sé que no quieres oír esto, pero por favor, solo escúchame. Pearce te
245
—¿Y cómo sabes eso? —le pregunto, retándola. Si va a seguir haciendo estas
acusaciones sobre Pearce, tendré que hacer que las respalde. Y cuando no pueda,
probará que está mintiendo y finalmente terminará esta obsesión que tiene con
intentar que rompa con él.
—Hiciste todas esas cosas aquí en New Haven. ¿Pero qué hay de la ciudad
donde él vive, o trabaja? ¿O de la ciudad de dónde viene? ¿Te ha invitado a salir en
alguno de esos lugares?
Me quedo callada porque tiene razón. Y lo que está diciendo es verdad. Pearce
y yo rara vez salimos, y las pocas veces que lo hemos hecho, ha sido a lugares a los
que él normalmente no iría nunca. ¿Fue intencional? ¿Solo aceptó ir a esos lugares
porque no se toparía con nadie que conocía?
Demonios. ¿Por qué estoy escuchando a Shelby? ¿Por qué estoy permitiendo
que ponga dudas en mi cabeza sobre Pearce?
—Porque sabes que tengo razón. Y si quieres probar esa teoría, pídele a Pearce
que te lleve a cenar. Dile que quieres ir a algún lugar agradable que esté cerca de
donde vive. O pídele que te lleve a su restaurante favorito. Ve lo que dice. Si acepta,
entonces tal vez yo estoy equivocada sobre él.
246
—Adiós, Shelby.
Se marcha sin decir adiós. Cierra la puerta un poco demasiado fuerte. Está
furiosa, pero no tiene derecho a estarlo. No tiene sentido. A menos que esté celosa
de que yo tenga un chico como Pearce y ella no. Pero no parece como del tipo
celosa, así que no sé cuál es su problema.
Se ríe un poco. —¿Qué clase de pregunta es esa? Somos amigos. Y solíamos ser
mucho más que eso.
—Sí.
—Como sea, el señor Kizner finalmente se retiró así que Dean y yo estamos
consiguiendo un montón de sus clientes. Los negocios están yendo realmente bien.
—Eso es bueno. —Necesito terminar esta llamada. No quiero hablar con él—.
Escucha, Adam. Sé que mi mamá te dio mi número, pero…
—Sí, cené con tus padres hace unas semanas. Estaban pensando en hacer que
me encargara de sus libros de contabilidad para que tu mamá no tuviera que
hacerlo. Hay un montón de reglas complicadas de impuestos relacionadas a cosas
de la granja y es difícil seguirles el paso.
¿Así que es por eso que cenó con mis padres? ¿Para tener sus negocios? Y mi
mamá pensó que solo estaba siendo agradable. Si alguien es engañoso es Adam, no
247
Pearce.
Página
Pongo los ojos en blanco. Muchas gracias, mamá. —Mi mamá no debió decir
eso. Ella sabe que estoy viendo a alguien. Lamento que te mal informara.
—Realmente necesito irme o llegaré tarde a clase. Buena suerte con tus
negocios.
—Rachel, espera.
—¿Qué?
—No fui yo la que lo desechó. Fuiste tú. —Odio la forma en que siempre me
culpa, como si él nunca tuviera la culpa.
Siempre es sobre él. Es tan egoísta. No puedo creer que alguna vez salí con este
Página
chico.
—No quiero hablar de esto. Nuestra relación está acabada, Adam. He seguido
adelante. Ahora estoy con alguien más.
—Él romperá contigo cuando lo descubra. Sabes eso, ¿verdad? Ningún hombre
te querrá nunca, sabiendo que no puedes tener niños. Te estoy haciendo un favor,
Rachel. Aún estoy dispuesto a estar contigo a pesar…
Mis ojos están llenos de lágrimas, pero me enderezo y respiro hondo. No voy a
permitir que las palabras odiosas de Adam me afecten. ¿Ningún hombre va a quererme
nunca? Está equivocado. Porque tengo a alguien que me quiere. Pearce me quiere, a
pesar del hecho de que no puedo tener hijos.
Reviso el reloj. La clase empieza en diez minutos. ¿Cómo se hizo tan tarde?
Cojo mi mochila y me dirijo a mi auto, repitiendo esa conversación en mi cabeza.
¿Adam realmente estaba intentando volver conmigo? ¿Mi mamá le dijo que yo
quería estar con él? Dios, espero que no. No creo que ella lo dijera directamente,
pero debió insinuarlo. Me pone tan furiosa a veces. Desearía que sencillamente se
mantuviera alejada de mi vida personal y dejara de intentar hacerse cargo.
Estoy tan furiosa por la perorata de Shelby y la llamada de Adam que casi me
paso una señal de alto. Piso con fuerza los frenos, pero en vez de detenerse
inmediatamente, el auto se detiene cuando estoy a medio camino de la
intersección, los frenos hacen un fuerte chirrido. Afortunadamente, nadie está
alrededor y consigo atravesar con seguridad.
Este día empezó tan genial. Pero está yendo cuesta abajo rápidamente. Al
menos veré a Pearce esta noche. Eso es algo que esperar con ansias.
249
Página
Pearce
H
asta la fecha, este día ha sido uno de los mejores días de mi vida. Y eso no
es una exageración. El día comenzó despertándome con Rachel en mis
brazos después de tener la mejor noche de sueño que he tenido nunca. A
continuación, la ducha, que no me lo esperaba en absoluto. Pensé que iría allí
dentro y provocarla y me diría que saliera. Y cuando no lo hizo, no pude
contenerme el tiempo suficiente para hacerlo en la cama. Ni siquiera me moleste
con un condón. Y lo extraño es, que ni siquiera pensé en ello hasta que ella lo
mencionó, lo cual es extraño, porque siempre soy extremadamente cuidadoso
cuando te trata de eso. No quiero a una mujer embarazada. Por otra parte, Rachel
no puede quedar embarazada por lo que nunca tendré que preocuparme por eso.
Pero dijo que estaba tomando la píldora, así que tal vez pueda quedar embarazada.
Cuando dijo que no puede tener hijos, realmente no explico el porqué. Tal vez tiene
algún otro problema médico que no me dijo.
Desde que estoy con ella, finalmente, duermo en la noche. Tengo mucha más
energía que he subido la intensidad de mis entrenamientos. Estoy determinado a
llegar en la mejor forma que pueda. Quiero ser fuerte. Un luchador. No voy a
sentarme y permitir que otro controle mi vida. Antes, no me importaba. No tenía
ninguna motivación. Nada que me mantuviera en marcha. Pero ahora sí. Ahora
250
Llego a su lugar con dos grandes bolsas de alimentos. Toco en su puerta varias
veces, pero no responde. Pero la puerta contigua a la suya se abre y aparece Shelby.
Se encoge de hombros. —Tal vez media hora. Dijo que el tour se retrasó. Era
uno de los recorridos para ancianos. Dijo que estas personas siempre tienen un
montón de preguntas.
Estrecha sus ojos hacia mí. —Te dije que dejaras de verla.
Resopla mientras cruza los brazos sobre el pecho. —Eres un idiota, ¿lo sabes?
—¿Por qué? Debido a que estoy saliendo con Rachel y ¿no lo apruebas? Bueno,
supéralo. No es ningún asunto de tu incumbencia.
—Yo también.
251
—No, tu no. La estás usando y no sé por qué. Podrías tener a cualquier mujer
Página
que quieras, así que ¿por qué ella? ¿Por qué Rachel?
—No estoy usándola. Te lo dije, me preocupo por ella. Más que nada. Es la
más increíble mujer que he conocido. Es amable, hermosa, inteligente y
completamente desinteresada. No puedo tener suficiente de ella. Todo lo que
quiero es pasar tiempo con ella. Hacerla feliz.
Los brazos de Shelby caen a sus lados mientras me mira fijamente. —Mierda.
—¿Disculpa?
—Solo estoy saliendo con ella. Nunca dije que estaba enamorado.
—No tienes que hacerlo. Está escrito por todo tu rostro. Tienes esa misma
mirada enferma de amor que Rachel tiene. —Se gira para comenzar a pasearse de
nuevo, pero sostengo su brazo.
Pone los ojos en blanco. —Oh, por favor, ¿cómo no sabes eso?
252
mí?
—Debido a eso. —Ondula su mano frente a mi rostro—. Esa mirada que los
chicos consiguen cada vez que hablan uno del otro. Tus ojos se iluminan y
consigues esa estúpida sonrisa en tú rostro. Es como si no pueden controlarlo. Es
jodidamente molesto.
—Lo sé, ¿verdad? —Camina en la sala y se deja caer en el sofá—. Pensé que tal
vez estaba equivocada. Que tal vez Rachel simplemente estaba enamorada porque
eres rico, caliente y a veces puedes ser encantador.
Pone los ojos en blanco. —No te hagas ilusiones. Todo el mundo conoce a los
tipos como tú que encienden el encanto cuando necesitan impresionar a una chica.
Pensé que Rachel sería capaz de ver a través de tus juegos, pero en su lugar se
enamoró.
—Oh, ¿en serio? —Se gira, por lo que está mirando fijamente—. Entonces ¿por
qué la estás distrayendo si a lo largo sabes que nunca podrás estar con ella?
Bajo la mirada, frotando mi frente. —Si quiero estar con ella, lo haré. No es su
decisión.
—Mentira. Sabes que has pensado en ello. Y ¿estás muy bien con no tener hijos
253
algún día?
Página
—Nunca he querido niños, así que el hecho de que no pueda tenerlos no es una
preocupación para mí. Y no lo sería incluso si los quisiera. Nunca la dejaría por
eso. Ni siquiera sería una consideración. La amo demasiado para… —Me detengo,
dándome cuenta de lo que acabo de decir.
Suspiro. —No me refiero a que sea así. No es una cosa mala. Simplemente no
me esperaba eso. Todo está sucediendo tan rápido y no estoy preparado para ello.
—Bueno, será mejor que consigas tu culo listo y averigües que demonios harás
porque estarás en un buen lio si se enteran de ella.
—No lo sé todavía.
Salta del sofá. —Yo lo haré. No te permitiré hacer esto. No me importa si los
dos están enamorados. El amor puede ser roto. Puede encontrar a alguien más. No
le permitiré envolverse en el mundo de Pearce Kensington, tus imbéciles amigos y
el psicópata de tu padre.
—Al igual que tú ¿no sabias que tu padre utiliza el servicio? ¿Crees que no
engaña a tu madre? ¿En serio?
—Por supuesto que sé que la engaña. Y sé que utiliza el servicio. Solo no sabía
que habías estado con él. —Me siento enfermo sabiendo que mi padre y yo
compartimos a la misma mujer. Ella es lo suficientemente joven para ser su hija.
¿Qué diablos está mal con él?. ¿Por qué dijiste que era psicópata?
Niega con la cabeza. —No. Fue otra persona. Tu papá no tiene tiempo para
tener sexo todo el día. Y es viejo. No creo que pueda hacerlo muchas veces al día.
—No estás pensando bien, Pearce. Tu juicio está nublado por Rachel y los
sentimientos que tienes por ella. Ese es porqué necesito intervenir antes de que los
dos tomen esto más lejos.
Sostengo su hombro. —No harás tal cosa. ¿Entiendes? Quédate fuera de esto.
—No. —Doy un paso atrás, quitando mis manos de ella—. Pero me gustaría
proponerte un trato.
Sus ojos están destrozados, pero toma una respiración profunda, luchando
contra el deseo de llorar. —Un par de meses, tal vez. Los médicos no lo saben con
certeza.
Niega con la cabeza, secándose los ojos. —Tu dinero no ayudara. Está en el
punto donde solo espera morir. —Está llorando ahora. Con la cabeza hacia abajo
así que no puedo ver su rostro—. Solo deseo que no tenga que sufrir. Tiene tanto
dolor. Y los médicos parecen no poder ayudarlo. Lo han intentado todo.
hablado con él desde el verano pasado, pero sé que estaría dispuesto a ayudar a tu
padre. Y cubriría cualquier costo que incurra.
Página
—¿Este Cunningham es uno de ustedes? Es decir, es parte de…
—Sí, pero el tratamiento no es algo aprobado por la FDA. Sus tratamientos los
ha desarrollado él mismo o con los otros médicos en este grupo en el que ha estado
trabajando. El público en general no tiene acceso a ellos.
—Todas las drogas pueden ser peligrosas. Incluso las que han sido aprobadas.
Todas tienen efectos secundarios. Así que sí, tu padre estaría tomando un riesgo,
pero en este punto, podría estar dispuesto a intentar cualquier cosa.
—Entonces, déjame hacer esto por ti. Permite que tu padre sepa que un doctor
vendrá a verlo. Contactaré a Logan y te haré saber cuándo estará allí.
—Quiero estar allí también. Quiero conocerlo antes de que haga cualquier cosa
a mi papá.
—Está bien. Pero te aseguro, no tienes nada de qué preocuparte. Y estoy casi
seguro de que Logan será capaz de ayudarle. Ahora, ¿me ayudaras a no poner a
Rachel en mi contra?
Suspira. —Está bien, pero tienes que prometerme que no acabara lastimada.
—No hay problema digo—. Shelby me dejo entrar y solo hemos estamos
hablando.
Shelby responde—: Pearce tendrá a uno de sus amigos médicos viendo si puede
ayudar a mi papá.
257
Camino a la cocina mientras cierra la puerta. —Así que ¿estas lista para la
cena?
—Necesito salir y conseguir algo para cenar —le digo. Su cuerpo desnudo
envuelto en el mío y ambos atrapados en nuestra respiración.
—Solo tendremos que volver a calentar lo que trajiste. Huele muy bien.
Ríe. —Podrías solo preguntarme. Pero para que conste, me gusta cualquier
cosa, no soy quisquillosa con la comida.
258
—Sí.
—Nosotros.
—No sé qué es esto… nuestra relación. No sé cómo tan seria es, o a donde va
esto. Pero sé que tengo todos estos sentimientos por ti y me asustan y excitan todo a
la vez.
Otra primera vez para mí. Diciendo te amo. Nunca había dicho esas palabras a
nadie.
La atraigo hacia mí, nuestros cuerpos presionados juntos, mis brazos envueltos
a su alrededor.
Esto es todo. Este es uno de esos momentos en los que no puedo imaginar las
cosas mejorando. Cuando todo parece perfecto y correcto y casi demasiado bueno
260
para ser verdad. Nunca pensé que tendría un momento así, pero aquí esta.
Página
Estoy con la mujer que amo. Realmente, profundamente, con todo mi corazón,
amo a Rachel. Y aún mejor, ella también me ama.
No podría ser más perfecto que esto.
261
Página
Rachel
A
cabo de decirle a Pearce que lo amo. Sabía que lo amaba, pero estaba
demasiado asustada para admitírmelo a mí misma, así que
definitivamente estaba demasiado asustada de decírselo en voz alta. Pero
entonces él me lo dijo, así que lo dije en respuesta. Se sintió bien finalmente decirle
cómo me siento y escuchar que se siente igual.
Cuando me dijo que nadie nunca le había dicho que lo amaba, ni siquiera sus
padres, casi lloré. Me rompió el corazón saber que solo tiene 25 y no ha escuchado
esas palabras hasta que se las dije ahora mismo.
Estoy empezando a entender por qué Pearce tiene tanta tristeza en sus ojos.
Tanta soledad. Tanto dolor. Pero creo que es más que el que su familia lo haga
sentir así. Creo que hay otras cosas también. Desearía que me dijera cuáles son esas
cosas, pero no está listo para hacerlo, o tal vez no quiere. Tal vez no quiere
retroceder y revivir lo que sea que haya puesto esa tristeza y soledad en sus ojos.
—Te amo.
—Vayamos a comer. Luego tal vez regresemos aquí después y hagamos esto de
nuevo.
—¿Harás que vaya a casa esta noche? —Aparta las mantas a un lado y se
levanta.
Página
—No. Te quiero aquí.
—Bien. —Me besa desde atrás y me besa el costado del cuello—. Porque no me
iba a ir.
Sus labios cosquillean mi cuello. —Lo dices como si fuera algo malo.
Nos vestimos, luego entro en la cocina y recaliento nuestra cena. Luego nos
acurrucamos juntos en el sillón y leemos. Yo leo mi libro de texto y él lee uno de
mis libros de historia sobre la Revolución. Él no ve mucha televisión y yo solo
tengo unos cuantos canales, ninguno que vería. Cuando ve televisión, normalmente,
son deportes o noticias financieras.
—Por supuesto que sí. Te gustan las flores, así que tenía que asegurarme que
tuvieras algunas. Te conseguiré tantas cómo quieras. Llenaré todo tu departamento
con ellas.
263
—Estas son más que suficientes. Gracias. —Lo abrazo. Huele bien, como si ya
Página
—No. Me duché aquí y tenía una bolsa de viaje en el auto. —Sonríe. Tenía
confianza en que me dejarías quedarme.
—No te falta confianza, eso seguro. —Lo beso—. Déjame alistarme realmente
rápido y luego te haré el desayuno.
—¿En serio? —Corro a la cocina y veo una pequeña bandeja de pastas, algo de
fruta fresca, café y jugo de naranja.
—Lo haré. Solo… tuve que utilizar el dinero para algo más.
—¿Qué?
—¿Por esa razón tienes esto? —Levanta la solicitud que conseguí ayer.
Página
—Sí.
—¿Vas a trabajar en una tienda de víveres? Ahí pagan casi nada. Después de
los impuestos, serás afortunada de ganar cien dólares a la semana.
—No. Y nunca les diré. Eso solo le probará a mi mamá que no puedo vivir sola
y necesito volver a mudarme con ellos. Y eso no va a suceder. —Le quito la tapa a
uno de los envases de jugo de naranja y se lo entrego—. Toma. Y come una pasta.
Son deliciosas. ¿Dónde las compraste?
—No lo necesito.
—Pearce, no.
—Aún no lo has tomado. —Baja otros cien—. Tengo muchos más de donde
vinieron esos. Podríamos hacer esto toda la mañana. —Baja otro billete, y entonces
otro.
—De acuerdo, alto. —Levanto los billetes y los cuento—. Esto son setecientos
dólares. No necesito tanto para víveres.
Sostengo los billetes. —Bien. Aceptaré esto, pero solo porque necesito frenos
nuevos. Y te lo devolveré cuando…
Gira mi taburete para que esté frente a él. —¿Has estado conduciendo por ahí
en un auto con frenos defectuosos?
265
—Te rentaré un auto. Uno que tenga frenos funcionales. Haré que lleven tu
auto al taller al que voy yo. Los mecánicos allí son excelentes. Pondrán frenos
nuevos y revisarán si hay algo más que necesite arreglo.
—Esto no puede esperar. Necesita hacerse hoy. Nunca debiste haber estado
conduciendo ese auto sabiendo que los frenos estaban mal. ¿Por qué no me lo
dijiste?
—Tengo que alistarme y tú tienes que llegar al trabajo. Te veré después. —Me
retiro intempestivamente al dormitorio, cerrando la puerta detrás de mí.
—Rachel, ¿puedo entrar? —Es Pearce. Así que no se marchó. Supongo que
estaba esperando a que yo saliera.
—Sí.
—Lo sé. Es peligroso. Debí haberlo reparado hace semanas. —Me echo atrás
sobre su regazo—. Y tienes razón. Pude haberte pedido que me prestaras el dinero.
mi vida.
Página
—Rachel, no estoy intentando hacerme cargo de nada. Quiero que seas
independiente. Me gusta eso sobre ti. Solo entré en pánico cuando imaginé que tus
frenos fallaran y salieras lastimada. —Hace una pausa—. Supongo que es un
problema de estar enamorado.
Le beso la mejilla. —Sí. Pero voy a devolverte el dinero. Si vas a encargarte del
auto, entonces no necesito el dinero.
—Pearce, solo ve. Veré si Shelby puede darme un aventón al campus después.
No quiero que te metas en problemas en el trabajo.
Ahora me alivia que él haga esto por mí. Mi auto probablemente tiene toda
clase de problemas que necesitan repararse. Y si voy a dejar que gaste dinero en mí,
preferiría tener mi auto reparado a que me compre un costoso regalo, como un
collar o pendientes. Esas cosas son lindas, pero tener un auto seguro y confiable es
mucho más importante.
—No conozco todos los detalles. Me enviaron por fax una lista de artículos.
Puedo mostrártelo después. Rachel, lo siento, pero tengo una reunión a la que ya
voy tarde. Tengo que irme.
doce nietos y aman las bromas, así que tiene suficientes para llenar un libro. Son
bromas tontas, pero aun así divertidas. Yo incluso he utilizado algunas de ellas en
Página
Una vez más, se rehúsa a sacarme. No lo entiendo, pero no quiero pelear por
ello.
—Entonces cenaremos aquí, pero tal vez podríamos invitar a un par de tus
amigos para que pueda conocerlos.
—No tengo amigos. —Me rodea para ir a la mesa y acomodar nuestras sillas.
Voy hasta él. —Por supuesto que tienes amigos. Siempre me cuentas sobre los
eventos sociales a los que asistes. Debes tener amigos que ves allí.
—NO vamos a invitar a nadie. —Lo dice tenso mientras su cuerpo se pone
rígido.
No sé qué acaba de suceder, pero no me gustó. Fue como si el Pearce que amo
desapareciera y fuera reemplazado por alguien más. Y ese alguien me asustó. No
me gustó su tono o la forma en que su cuerpo se puso rígido cuando sugerí que
invitáramos personas a venir.
La sala se queda en silencio. Él está mirando hacia el suelo. Doy otro paso
atrás y se da cuenta.
270
Me jala hacia sus brazos. —Lo siento. Tuve un largo día en el trabajo y estoy
cansado. Y en cuanto a tener personas encima, tal vez podríamos hacerlo en otro
momento. Siento como que no pasamos mucho tiempo, juntos, así que el tiempo
que tenemos quiero pasarlo solo contigo.
Miro hacia él. —Pero con el tiempo me vas a presentar a tus amigos, ¿verdad?
Me siento de alguna forma mejor ya que estaba de acuerdo con eso, pero aún
creo que su reacción inicial fue extraña. Y parece muy reacio a hacerlo.
Vuelvo a la cocina y recojo los contenedores de comida para llevar y los tiro a
la basura. —Ah, me olvidaba de decirte. El refugio finalmente obtuvo el visto
bueno para abrir de nuevo, así que voy a ir allí mañana por la mañana.
Por supuesto que lo estoy haciendo. Miro hacia su mano en mi brazo. Está
actuando extraño de nuevo.
—Lo estaba, pero todo está arreglado ahora, así que reabrieron el refugio
anoche.
—No quiero que vayas allí. Usa ese tono contundente de nuevo.
Jalo mi brazo de su agarre. —Bueno, voy allí, así que tendrás que superarlo.
—¿Por qué estás haciendo esto? Se acerca a mí. ¿Por qué no puedes ser
voluntaria en otro lugar?
¿Por qué estás actuando de esta manera? Ya sabes que me encanta trabajar
allí, así que, ¿por qué tratarías de quitármelo?
Su cuerpo está aún más tenso que antes, como si estuviera tratando mucho de
contener su ira. —Ese refugio está en una parte mala de la ciudad. Los traficantes
de drogas deambulan por las calles y hay asesinatos allí todo el tiempo. Tú NO vas
allí.
Eso es todo. No puedo manejar que me diga qué hacer. Voy al armario y saco
mi abrigo.
Hago una pausa. —Creo que solo voy a quedarme en mi casa. Tengo mucho
que terminar en casa.
Cuando la puerta del ascensor se cierra veo la tristeza en sus ojos. No me gusta
ser la causa de esa tristeza, pero no puede tratar de controlarme así. Me gusta
272
No me gusta pelear con él y odiaba dejarlo así. Pero sentí cómo que no tenía
otra opción. No estoy cediendo a sus demandas, y no quería que pasara el resto de
la noche tratando de convencerme de cambiar de opinión, lo cual es el porqué no
respondí cuando me llamó anoche y esta mañana.
—Hola, Rachel. Su tono formal está de vuelta. No lo he oído hablar de esa
manera por un tiempo. No fui capaz de contactarte por teléfono. Quería hacerte
saber que tengo que ir a la oficina hoy. Si necesitas ponerte en contacto conmigo,
simplemente llama al número de mi oficina.
Tanto el abrazo cómo sus palabras calientan mi corazón y disuelven los restos
de ira que sentía hacia él. A pesar de que de alguna forma estamos peleados,
todavía condujo todo el camino hasta aquí, completamente fuera de su camino,
para hablar conmigo. Y para decirme que me ama y darme un abrazo, dos cosas
que sé que todavía no está cómodo haciendo. Y, sin embargo, todavía las hizo.
¿Sí, Rachel?
—No hay necesidad. Siempre estaremos en desacuerdo en este tema así que no
hay necesidad de hablar de ello. Duda, entonces sale del auto de nuevo. Toma
Página
—Me siento como para cocinar algo. Voy a parar en la tienda en mi camino
allí. Me apoyo en el auto y lo beso. Te veo más tarde.
—Sí. Te veré esta noche. Su rostro se ilumina, la tristeza en sus ojos se ha ido
ahora.
Mientras se aleja, me siento aliviada de que terminamos esta pelea antes de que
se saliera de control. Adam y yo solíamos pelear todo el tiempo, por las cosas más
pequeñas, y eso, me volvía loca. Me sentía como que estábamos todavía en la
preparatoria.
No voy a hacer eso con Pearce. Quiero que esta relación funcione, y con el fin
de hacer eso, tenemos que pelear como adultos y hablar de las cosas y estar bien
con el hecho de que no siempre estaremos de acuerdo.
Estoy realmente contenta de que Pearce no se diera por vencido justo ahora.
Me gustó que fuera honesto al decirme sus sentimientos, pero que aún respetara los
míos. Y me gustó que fuéramos capaces de resolver esto de una manera tranquila y
madura.
que esta sí, es una buena señal. Me hace sentir mejor acerca de nuestra relación, y
me hace pensar que tal vez podríamos tener un futuro, juntos.
Página
Pearce
E
s mediado de octubre, lo que significa que mi padre regresará a casa de su
viaje pronto. Estoy temiendo su regreso. Siento como si hubiera estado de
vacaciones estas últimas semanas y ahora están a punto de terminar.
Tendré que regresar a trabajar todas las horas del día y la noche, igual que los fines
de semana, lo que significa que tendré menos tiempo con Rachel. Eso me hace
temer el regreso de mi padre aún más. Estoy acostumbrado a ver a Rachel cada día,
y quiero que eso continúe. Lo necesito. No puedo pasar un día sin verla. La amo
más cada vez que estamos juntos. Amo todo de ella. Y cuando no está alrededor,
siento una especie de pérdida, como si algo me faltara.
El fin de semana pasado tuvimos una pelea. Normalmente eso causaría que
rompiera con una mujer, pero no tuve deseos de hacerlo con Rachel. La idea ni
siquiera me cruzó la mente. Arreglamos nuestro desacuerdo y nos volvimos más
fuertes por ello.
Nuestra pelea fue sobre su trabajo en el refugio, y aunque odio que trabaje allí,
me di cuenta que no puedo forzarla a renunciar. Si lo hago, no querrá estar
conmigo. Es independiente y tiene una voluntad férrea y me gusta eso de ella. Pero
aún me preocupa su seguridad. El refugio está justo al lado de ese callejón donde
mi padre le disparó al hombre indigente cuando yo tenía 16. He escuchado rumores
de que algunos trabajadores independientes entrenan ahí, disparando a indigentes
para estar mejor preparados para disparar exitosamente a los objetivos asignados de
sus misiones.
Pero Rachel se rehúsa a escuchar mis preocupaciones, así que envié a uno de
mis hombres de seguridad para que la tuviera vigilada mientras ella estuviera allí.
Voy a seguir mandándolo cada vez que vaya de voluntaria. No voy a decirle porque
275
está a salvo.
Conforme avanza la semana, me preparo para el regreso de mi padre
poniéndome al día con el trabajo que no hice. No veo a Rachel hasta mucho más
tarde, pero es mejor que no verla en absoluto.
Ahora es noche de jueves y tengo que ir a esa cena con mi madre. La recojo sin
demora a las seis y conducimos hasta la mansión Seymour. Espero que Katherine
no esté allí. Esta cena ya será mala de por sí. No necesito que empeore al tener a
una adolescente ciegamente enamorada siguiéndome por todas partes toda la
noche.
Él ríe entre dientes. —Ha tenido un flechazo por ti durante años. Quizá lo
superará cuando se muden.
que es y cuánto la amo, no puedo. Ella tiene que permanecer como un secreto, al
menos por ahora.
Página
—No —digo—. Están esperando hasta que pase más tiempo después del
divorcio.
—No hay nadie por aquí con quién querría salir. —Doy un vistazo alrededor
de la habitación a las mujeres de mi edad. Todas son hijas de miembros, así que
están en la lista de citas aprobadas, pero no encuentro a ninguna atractiva. He
salido con algunas y dormido con otras, así que no es como si no les hubiera dado
la oportunidad. Jugué de acuerdo a las reglas. Salí con las correctas. Y todo lo que
conseguí fue darme cuenta que no las quería. Estoy cansado de estas chicas ricas y
mimadas que pasan todo su tiempo comprando y chismeando. Quiero a Rachel y
ahora que la tengo, les quita el atractivo a todas las otras mujeres, hasta el punto de
que ni siquiera las noto.
—¿Quién es?
—Victoria Lissfeld.
Victoria es una mujer alta, delgada, de cabello oscuro, que ha hecho carrera
gastando el dinero de su padre. Se graduó de la universidad, pero nunca ha tenido
un trabajo y nunca lo tendrá. En su lugar, pasa todo su tiempo de compras.
Comprándose diamantes y ropa de diseñador que espera impresionarán a sus
amigas, y acelerarán su subida a la cima de la escalera social. Es superficial,
mimada y egocéntrica. Una completa pesadilla. Cuando éramos más jóvenes, las
personas solían llamarla Victoria Brujafeld.
—Sí, lo sé. Ella tampoco me agrada, pero si lo piensas, son perfectos para el
otro. Ella está tan obsesionada con su imagen como Royce. El problema es que no
es buena para él. Royce podría soportar que le bajen el ego unos cuantos grados y
Victoria no es la que lo hará. Ya lo está reforzando. Está intentando convertirlo en
estrella. Ella espera que su carrera política resulte en más que solo una posición en
el Senado.
—Ya se está discutiendo. Y Royce haría lo que fuera para hacer que suceda.
Preferiría mucho más ser presidente que un senador.
Página
—No puedo imaginar a Royce casado.
—Hola, Pearce. —Volteo y veo a una morena alta de mi edad parada junto a
mí.
—Me sorprende que no nos hayamos conocido antes —dice, girándose hacia
mí. Lleva un apretado vestido negro que tiene un escote lo bastante bajo para
mostrar sus pechos sin ser considerado inapropiado para una fiesta de cena.
Los sirvientes aparecen de nuevo, trayendo el primer plato. Habrá por lo menos
Página
cuatro platos, tal vez cinco. Esta va a ser una tarde muy larga.
Las horas pasan y mi mente está en Rachel todo el tiempo. Ni siquiera estoy
escuchando a… ¿cuál era su nombre? ¿Sydney? Sí, eso es. Ella ha hablado todo este
tiempo, mayormente sobre sus estudios en el extranjero. No hay nada malo con
ella. Es hermosa y parece tener muy buena educación. Sencillamente no es para mí.
No tengo absolutamente ningún interés en ella.
Durante el último plato, siento que su mano acaricia mi muslo. Baja la voz y
dice—: Cuando esto termine, vayamos a tu casa.
—Alto. —Lo digo entre dientes mientras le tomo la mano y la sostengo debajo
de la mesa para que no la vuelva a poner en mi pierna.
Estoy bastante consciente del plan para mi futuro y aun así mis padres
continúan recordándomelo a cada oportunidad que tienen, probablemente porque
saben que me pone furioso. Obtienen una especie de placer enfermizo en
torturarme, especialmente mi padre. Creo que mi madre en verdad piensa que está
siendo agradable al encontrarme alguien como Sydney. Ella sabe que mi padre
elegirá a alguien que yo odie, solo para fastidiarme.
—No soy ingenua, Pearce. Sé cómo actúa las personas de tu edad. Se saltan el
salir en citas y van directo al sexo. —Se alisa la falda, luego se ajusta los guantes—.
Entonces, ¿qué te detuvo? ¿No la encontraste atractiva?
Aún estoy mirando fijamente a mi madre, sin creer que estamos teniendo esta
conversación. Ni siquiera la he escuchado nunca utilizar la palabra «sexo» antes de
esta noche.
—Solo dijo eso para que no intentaras encontrar a alguien. O, que el cielo lo
prohíba, que no encontraras a alguien del exterior y te casaras con ella sin nuestro
consentimiento. Tu padre sabe que tienes una vena rebelde, y sabe que cuando se te
da a elegir, siempre irás en contra de sus deseos. Así que se asegura de que elegir no
sea una opción.
—Yo nunca saldría con Victoria Lissfeld. No puedo soportar a esa mujer.
No puedo creer que mi madre me esté diciendo que tenga sexo con una mujer
que acabo de conocer. Quiero contarle sobre Rachel, pero no puedo. Si lo hiciera,
ella le contaría a mi padre y él haría que me casara con la primera soltera de
sociedad que pueda encontrar. Me haría casarme con otra lesbiana, si eso fuera
todo lo que hay disponible. Cualquier cosa para mantenerme apartado de Rachel.
281
Página
Ahora estamos en casa. He elegido ignorar el comentario de mi madre sobre
Sydney, pero mientras la encamino a la puerta principal, saca una tarjeta de
negocios.
Espero hasta que está en el interior, luego regreso al auto y me voy a toda
velocidad. Estoy completamente al límite, al saber que mi padre está activamente
intentando encontrarme una esposa. ¿Qué tal si ya ha encontrado a alguien? Esto
no puede suceder. No me voy a casar con una mujer que mi padre elija. Si voy a
casarme con alguien, será con Rachel. Tal vez debería. Podría casarme
secretamente con ella antes de que me fuercen a casarme con alguien más. No es
como si no hubiera considerado proponérselo.
Necesito hablar con Jack. Son más de las diez, pero el hombre nunca duerme,
así que supongo que está despierto ahora mismo. Simplemente me pasaré por su
casa. Es indecoroso visitar sin anunciarse, especialmente a esta hora, pero Jack no
es alguien que siga las reglas sociales de decoro, así que tal vez estará bien.
Recorre el pasillo y yo lo sigo. —No rijo mi vida por el reloj. Hago las cosas
282
según mi horario personal. —Entra en una gran habitación. Allí hay otro hombre
con un traje de esgrima. Jack le hace gestos para despedirlo—. Terminamos.
Página
El hombre se marcha y Jack se acerca a una mesa y recoge un vaso de escocés.
La botella está a un lado, medio vacía. No sé mucho sobre esgrima, pero supongo
que no es bueno estar borracho mientras empujas una espada hacia alguien o evitas
las espadas que vienen hacia ti. Pero es Jack. No convencional. Acepta riesgos.
Se ríe entre dientes. —Tan mal, ¿eh? —Lo sirve, luego me lo entrega—. Vamos
a sentarnos.
—Así que, ¿qué te trae aquí esta noche? —Se quita el sudor de la frente, luego
toma una bebida.
—¿Y cómo está Eleanor? Es una mujer tan hermosa. Debió haber terminado
conmigo en lugar de tu padre. Yo le habría dado una vida mucho mejor que
Holton. —Se cruza de piernas y hace girar el escocés en su vaso.
Casi dejo caer mi bebida. —¿Qué estás diciendo? ¿Solías salir con mi madre?
Él agita la mano. —Hace años. Yo tenía tal vez 25, 26. No puedo recordar.
Cuando bebes tanto como yo, tu memoria falla. A la mayoría de las personas le
parecería un problema, pero no a mí. Yo prefiero vivir en el presente, no en el
pasado.
—Bueno, mi padre aun así terminó con ella, así que no tiene ninguna razón
para guardar rencores contra ti.
—Holton me desprecia porque tu madre aún siente una chispa por mí. Siempre
ha sido así. —Sonríe—. De hecho, puede que hayamos tenido una o dos reuniones
a lo largo de los años.
—Estoy seguro que no fui solo yo. Las mujeres son tan malas como los
hombres, Pearce. Son infieles tanto como nosotros. Mi esposa ciertamente lo es.
—Los hijos nunca pueden ver a sus padres por quienes realmente son. Como
sea, estabas diciendo algo sobre estar alucinando por algo.
—Sí. A ambas preguntas. Como decía, mi madre hizo que asistiera a la cena
con ella, pero solo para que pudiera emparejarme con Sydney San James.
—No tiene nada de malo. Solo no estoy interesado en ella. Ya tengo una novia.
—No. —Sacude la cabeza—. No estás saliendo con ella. Puede que estés
teniendo sexo con ella, pero no estás saliendo con ella.
—ESTOY saliendo con ella y se está volviendo más serio. Es de eso de lo que
quiero hablarte. Estoy pensando en tal vez… proponerle matrimonio.
Me levanto para estar a su nivel. —La amo y quiero casarme con ella.
Jack se levanta bruscamente de su silla. —¡Porque harás que maten a esa chica!
¿Es eso lo que quieres? ¿La quieres muerta?
285
Página
Un escalofrío me recorre. Está mintiendo. Solo dice eso para asustarme y que
permanezca alejado de ella. Ellos no la matarían. No si fuera mi esposa. Sería una
de nosotros. No podrían matarla.
—¿Eso es lo que quieres, Pearce? —Jack me está gritando, con el rostro tan
cerca del mío que siento la saliva que escupe cuando habla—. ¿Es eso?
—¡No! ¡Por supuesto que no! —Retrocedo—. Pero ellos no harían eso. No si
fuera mi esposa.
—No, porque tú eres el primer idiota en considerar siquiera hacer algo así.
Puede que yo no siga todas las reglas, Pearce, pero lo hago en lo que respecta a
elegir una esposa. Pertenecemos a una sociedad que está cerrada a forasteros. Si
dejas entrar a alguien del exterior, te arriesgas a destruir lo que han construido con
tanto esfuerzo. Ellos no dejarán que eso suceda.
—Otros miembros se han casado con mujeres que no forman parte de ella.
—Sí, pero esas mujeres son todas ricas, de la alta sociedad, que encajan con
alguien como tú. Y son cuidadosamente monitoreadas antes de que se les permita
entrar. A algunas ni siquiera les cuentan sobre nosotros. Sus esposos lo mantienen
en secreto durante todo el matrimonio.
—Si ella supiera tus secretos, no querría estar contigo. ¿Realmente crees que es
el tipo de chica que quiere estar casada con un asesino?
—No soy un asesino —digo, con los dientes apretados—. Los independientes
lo hicieron. Yo no. Y me vi forzado a darles la orden.
—Tu padre lo presumió durante meses después que sucediera. Estaba bastante
orgulloso de ti.
286
Esa fue la única vez que estuvo orgulloso de mí. Requirió que matara a un
hombre para que mi padre estuviera orgulloso.
Página
—Entonces no le contaré. Ella no necesita saber sobre esa parte de mi vida.
—No tengo idea. Como dije, esto nunca antes ha sucedido. Pero Pearce,
mantener un secreto de ese tipo nunca funcionará. Como miembro pueden llamarte
a cumplir una asignación en la mitad de la noche. ¿Cómo vas a explicar eso? ¿Y
qué le vas a contar cuando tengas que irte a una de nuestras reuniones de una
semana?
—Le diré que es por trabajo. Ya sabe que el horario de mi trabajo es muy
demandante.
—¿Y cuándo regreses a casa después de una misión, jodido y roto, como
estabas después de matar a esa secretaria? ¿Cómo vas a explicar eso?
—No lo haré. Solo retornaré a mi otra parte. Mi parte buena. Ese es la única
parte que Rachel verá. Dijiste que me enseñarías cómo mantener esa parte separada
y estoy determinado a hacerlo.
—Eso significaría ponerme en riesgo a mí mismo. ¿Por qué demonios haría eso?
—Porque no crees en sus reglas. Estás cansado de que nos controlen. Que nos
quiten las opciones. Nuestra libertad.
—Eso es verdad, pero no tengo ganas de morir. Solo lucho batallas que sé que
puedo ganar.
—Hay formas de lograr esto, Jack. Solo necesitamos descubrir cuáles son. Por
287
favor. Te estoy rogando que me ayudes. Amo a esta mujer más que nada. Haré lo
que haga falta para estar con ella.
Página
Su mandíbula se mueve a los lados, sus dedos tamborilean la mesa junto a él.
Está pensando, así que espero.
Finalmente, habla—: No sé qué hay en ti, Pearce, pero por alguna razón siento
debilidad por ti. Tal vez porque siempre quise un hijo y eres lo más cercano que
tengo a uno. Pero, aun así, eres jodidamente molesto. Tan malditamente
persistente. Terco. Rebelde. Nunca escuchas, no sigues reglas. Siempre cuestionas
las cosas. Tomas riesgos que no deberías tomar. —Suelta una risita.
Estrecho su mano. —Gracias. No tienes idea de cuánto significa esto para mí.
Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Qué debería hacer?
—Si eres serio sobre casarte con esa chica, tendrás que hacerlo antes que
elaboren una regla para prohibirlo, y no puedes dejar que lo averigüen hasta
después de que esté hecho.
E
s viernes en la noche y voy a casa de Pearce a pasar el fin de semana. Fue a
una cena anoche, así que no lo vi. Solo fue una noche separados y aun así
lo extrañé locamente. Supongo que eso demuestra que estoy enamorada.
Nunca extrañé tanto a Adam.
—Hola. —Salto a sus brazos y lo abrazo—. Sé que solo ha sido un día, pero
parece una eternidad desde que te vi. —Lo beso, luego lo suelto.
Me quita las flores y las deja, luego desliza los brazos alrededor de mi cintura.
—Estoy celebrando que estás aquí. —Me besa—. Conmigo. —Me besa de nuevo—
. Todo el fin de semana.
demasiado. Yo le enseñé eso y me hace sonreír cada vez que lo hace. Está tan
determinado a hacerlo correctamente, pero en verdad, aceptaría cualquier clase de
Página
—Eres Pearce Kensington. Estoy segura que solo decir ese nombre te consigue
una mesa.
Esto es tan frustrante. ¿Por qué siempre se rehúsa a que salgamos? No quiero
iniciar una pelea, así que dejo el tema.
—¿Qué clase de algo más? —Me besa mientras lentamente desabrocha cada
botón de mi camisa.
Después de estar separados anoche, morimos por estar juntos. Nuestros labios
chocan mientras nos desvestimos en nuestro camino al dormitorio.
Mientras no está, jalo las mantas sobre mí. Tiene la cama más cómoda y las
sábanas más suaves que he sentido. Siempre duermo bien cuando me quedo aquí.
Me estiro hasta la mesita de noche y enciendo la luz. Bajo la vista y noto mi
brazalete en el suelo. Me lo quité durante el sexo porque no quería que tembleteara
en mi muñeca. Salgo de la cama y cuando estoy recogiendo mi brazalete, vislumbro
algo que resplandece en el piso debajo de la cabecera. Es pequeño y no puedo
descifrar qué es. Me agacho bajo la cama y lo agarro y saco. Lo sostengo contra la
luz.
En esta cama.
Con Pearce.
Dejo caer el pendiente, con las manos temblando. ¿Qué significa esto?
Obviamente durmieron juntos, pero, ¿cuándo? ¿Hace cuánto? ¿Aún la está viendo?
¿Me está engañando con Shelby? ¿Es por eso que siempre actúan tan extraños
cuándo están juntos? ¿Es por eso que él está ayudando al papá de ella? ¿Es por eso
que ella sigue intentando que rompa con él?
Me visto tan rápido como puedo, con las lágrimas cayéndome por las mejillas.
291
Pearce está hablando al otro lado de la puerta. —Rachel, ¿qué pasa? ¿Por qué te
marchas?
Página
Una vez que estoy vestida, abro la puerta del baño bruscamente y paso a su
lado corriendo, pero atrapa mi brazo. —Rachel, detente. ¿Qué sucede?
Se detiene enfrente de mí. —¿Por qué? ¿Qué sucede? No entiendo. ¿Por qué
estás llorando?
—¿Tuviste sexo con Shelby? —le pregunto solo para ver si lo admitirá.
—Entonces ¿no tuviste sexo con ella? ¿Es eso lo que estás diciendo? ¿Entonces
cómo terminó su pendiente bajo tu cama?
No responde.
—No te creo. E incluso si eso fuera cierto, debiste haberme contado. —Salgo
tempestuosamente de la habitación, con él justo detrás de mí—. Me marcho. Y no
te molestes en llamarme. Esto se acabó. —Cojo mi bolso de la encimera junto a los
tulipanes y el champán. También hay una caja de chocolates que no noté antes.
Tenía todo este fin de semana romántico planeado y ahora está arruinado.
—No hay nada que decir. Solo déjame en paz. —Me meto en el elevador,
aprieto el botón una y otra vez.
Se me une justo cuando las puertas se están cerrando. —No hagas esto, Rachel.
No lo termines.
—¿Qué quieres que diga? ¿Que lo siento? ¿Porque no te dije? ¿Por qué te
contaría eso? Sabía que te lastimaría si lo hacía. Amas a Pearce, y duele pensar en
el chico que amas estando con alguien más. Estaba intentando protegerte, Rachel.
Es la misma historia que Pearce me contó, así que tal vez no estaba mintiendo.
Tal vez realmente fue solo una noche de borrachos. Un error.
—Solo dije esas cosas porque he salido con chicos ricos en el pasado y no me
trataron bien. Eran imbéciles que pensaban que podían hacer lo que quisieran solo
porque tenían dinero. Asumí que Pearce era igual, pero ahora sé que no. Veo lo
feliz que te hace y lo bien que te trata y…
—Rompí con él —digo, con voz temblorosa, las lágrimas cayendo de nuevo—.
294
—¿Por mí?
—Porque no me contó sobre ti. Me mintió.
—No lo negó. Dijo lo mismo que tú. Que ambos estaban borrachos y que fue
cosa de una sola noche. Antes de conocerme.
—¿Esto era algo que realmente deseabas saber? Mira lo ofuscada que estás
ahora mismo.
—Esto es algo que debió haberme dicho. —La fulmino con la mirada—. Y algo
que TÚ debiste haberme contado.
—Si hubiera tenido una relación con él, entonces sí, debí haberte contado. Pero
no fue así. Fue cosa de una noche ebria. Fue un error, y cuando lo vi de nuevo, no
vi ninguna razón para contarte. —Hace una pausa—. Rachel, sé que no quieres oír
esto, pero un chico como Pearce ha estado con un montón de mujeres, así que son
altas las probabilidades de que en algún punto se tope con alguna de ellas. Y si estás
con él cuando suceda, ¿realmente esperas que te cuente que durmió con esa mujer?
—¿Harías lo mismo si fuera al revés? Si durmieras con uno de sus amigos, pero
no supieras que era su amigo hasta que Pearce te lo presentara, ¿admitirías ante él
que dormiste con su amigo?
contaría a Pearce.
Página
Hace apenas minutos estaba que echaba humo, pero ahora no estoy segura de
cómo me siento. Tal vez estoy exagerando más de lo que debería. Fue una noche.
Antes de que me conociera. Así que, ¿debió haberme contado? ¿O fue mejor que no
lo hiciera? Ambos somos adultos. Ambos tenemos pasado, y sabía que su pasado
incluía un montón de mujeres. Solo que no sabía que Shelby era una de ellas.
—No lo sé. No quiero romper con él, pero también necesito poder confiar en él
y no estoy segura de hacerlo. A veces siento como si me estuviera escondiendo
cosas. Aún no me lleva a ningún lado. Es como si no quisiera que las personas nos
vean juntos. Realmente está empezando a molestarme. Y entonces cuando
encontré ese pendiente, sentí como si fuera una señal que me decía que no confiara
en él. Si no me contó sobre ti, ¿qué más no me está diciendo?
—Porque puedo verlo en sus ojos cuando te mira. Mi papá mira a mi mamá de
la misma forma y ella es el amor de su vida. No muchas personas tienen esa clase
de amor y cuando aparece no puedes sencillamente desecharlo. Tienes que luchar
por él.
—Yo también lo amo. Igual. —Me froto los ojos con el pañuelo—. Lo amo
con todo mí ser. Y no quiero perderlo.
—Entonces no lo hagas. Hablen esto para que puedan superarlo. —Me codea
el brazo—. Y luego tengan sexo de reconciliación realmente increíble.
—Debería ir a llamarlo.
totalmente patéticos. Harán cualquier cosa para recuperarte. Solo espera. Apuesto
que está aquí en menos de una hora, golpeando a tu puerta con un ramo de rosas en
Página
la mano.
—Entonces será mejor que vaya allá. —Me conduce a la puerta—. Aún estoy
enojada contigo.
—Espero que saber esto no vuelva las cosas raras entre nosotras.
—Vine para sorprenderte. —Me abraza y noto una maleta junto a sus pies.
—Rachel, ¿por qué estás actuando así? —Se me acerca, demasiado cerca—.
Creí que estarías feliz de verme. —Se inclina hacia mi rostro.
Página
—No te amaba. Solo creí que lo hacía porque estaba embarazada y creí que eso
significaba que debía amarte. Pero no te amaba. —Inhalo—. ¿Por qué siquiera me
querrías de vuelta? Rompiste conmigo.
—He estado pensando y me di cuenta que hay otras formas de poder tener
hijos. Preferiría tener propios, pero ya que eso no es posible, estoy dispuesto a
adoptar. Ya lo he investigado y…
—Solo necesitamos tiempo para reconectar. Estaré aquí todo el fin de semana.
Podemos hacer lo que quieras. —Pone la mano en el costado de mi rostro, pero en
lugar de consolarme como cuando Pearce lo hace, logra que me tense—. Vamos,
Rachel. Estoy renunciando a mucho para estar contigo. Lo menos que puedes
hacer es actuar agradecida.
—Rachel, yo…
—¿Quién es él? —me pregunta Pearce, con los ojos sobre Adam.
—No eres mi prometido —le digo, apartándolo para poder ver a Pearce—. Es
Adam —le digo—. Mi EX prometido. Justo estaba yéndose.
298
Adam me gira hacia él, con sus manos apretando mis hombros. —Rachel,
apenas conoces a este sujeto. Has salido con él durante ¿cuánto? ¿Un par de meses?
Página
Yo te conozco desde el preescolar. Conozco a tu familia, tus amigos. Conozco todo
sobre ti.
Asiento. —Sí.
Página
Tal vez no debería dejarlo entrar, se supone que estoy enojada con él y no
quiero verlo. Pero ahora mismo, él es la única persona a la que quiero ver. La única
persona que puede hacerme sentir mejor.
Entramos y me quedo allí parada, aun lloriqueando. Pearce está frente a mí,
carece de su confianza habitual y parece vacilante.
—Sé que estás enojada conmigo y probablemente no quieres que te toque, pero
realmente me gustaría rodearte con los brazos ahora mismo. Creo que lo necesitas,
y ya que no hay nadie más aquí, tal vez…
—Sí.
Esa sola palabra es todo lo que se requiere para que él me envuelva en sus
brazos. Puedo escuchar su corazón latir realmente rápido. Está nervioso. Asustado
de que vaya a rechazarlo. Temeroso de que vaya a decirle que se marche y nunca
regrese, como hice con Adam justo ahora. Pero no le haría eso a Pearce, porque lo
amo demasiado. Y porque le importó mucho más de lo que le importé alguna vez a
Adam. Y me ama mucho más de lo que Adam nunca podría.
Pearce me ama tanto, que puedo sentirlo cada vez que estamos juntos. Puedo
escucharlo en su voz y verlo en sus ojos. Incluso Shelby puede verlo.
Y ahora cree que me ha perdido. La única persona que alguna vez lo miró a los
ojos y le dijo te amo.
Lentamente deja caer los brazos y retrocede un paso, y cuando lo miro veo que
sus ojos están rojos y acuosos. Este gran hombre fuerte, que nunca muestra
emoción, está al borde de las lágrimas porque piensa que me ha perdido.
—Rachel. Lo siento. Espero que puedas perdonarme, pero si no, al menos tenía
que decir adiós. Te marchaste y yo… —Inhala—. No pude decirte adiós.
Entra con una bolsa de víveres. —No compensa por lo que hice, pero sé que te
hace feliz y creí que incluso si no me dejabas entrar, al menos podría dejar esto en
tu puerta.
—Sí. Fue otra primera vez para mí. Eso fue lo que me llevó tanto tiempo para
llegar aquí. No estaba seguro dónde vendían estos artículos, pero un señor me
ayudó.
—Quiero que hablemos. Quiero hablar sobre las cosas de las que no hemos
hablado porque estaba demasiado asustada para traerlas a colación. No quería
empezar una pelea, así que seguía postergándolas. Pero para que esta relación siga
adelante, necesitamos hablar sobre estas cosas.
—Adelante.
Después de todo lo que sucedió esta noche, necesito algo de tiempo para
ordenar mis pensamientos antes de hablar con Pearce. Nos hago a ambos un
sundae de galleta y estamos en silencio mientras comemos. El helado me calma del
estrés de esta noche loca y cuando terminamos de comer, estoy lista para hablar.
—¿Qué lugares?
—No estoy intentando ocultarte. —Su tono dice una historia diferente.
—Estas personas no son mis amigos. Solo son personas que conozco. Personas
con la que estoy forzado a estar por mi nombre y riqueza. Es un círculo social muy
pequeño y no se permiten los de afuera.
Vacila. —Sí.
—También quiero conocer a tus padres. No tiene que ser inmediatamente, pero
tal vez antes de fines de año.
—¿Crees que no les agradaré a tus padres? ¿Es por eso que nunca los he
conocido?
A
noche fue una mala noche. Nunca quise que Rachel se enterara sobre
Shelby. Sabía que la lastimaría saber que estuve con su amiga. Pero lo que
la lastimó más es que yo no le dijera que la conocía, no solo el hecho de
haber dormido con Shelby, sino de que la conocía y fingí que no lo hacía.
No es una vida fácil y no tengo idea de cómo reaccionará una vez que ella esté
inmersa, pero como dijo, no puedo protegerla de todo. Eventualmente tendrá que
conocer a mi familia y a las demás personas de mi vida. Yo no estaba listo para que
304
lo hiciera, pero ahora no tengo opción. Ha estado pidiéndome por semanas que la
saque, y me mantuve diciendo que no, pero anoche ella no tomaría un no por
Página
—Kensington. Qué bueno verte. —Se voltea hacia Rachel—. Y ¿quién es esta
hermosa mujer?
—Royce Sinclair.
—Nos conocemos de Yale —digo antes de que ella pudiera contestar—. Rachel
asistió a una conferencia que estaba dando.
—Sí, por supuesto. Debo regresar a mi asiento. Victoria está esperando. ¿Sabías
que estoy saliendo con Victoria Lissfeld?
305
tragos.
—Sí, vamos a planearlo. —Le sonríe a Rachel—. Adiós, Rachel. Fue un placer
conocerte.
Se va y hago mi camino hacia Royce que se encuentra al otro lado del salón.
Victoria me observa mientras me acerco a la mesa.
—Pearce, qué sorpresa —dice ella—. No te había visto desde la fiesta de tus
padres el verano pasado. ¿Cómo has estado?
—Estoy bien. —No le pregunto cómo ha estado porque ella estaría divagando
por una hora. Me vuelvo hacia Royce—. ¿Puedo hablar contigo por un momento?
—Sí, lo sé. Es el por qué necesito que te quedes callado sobre esto.
—Hmm. No sé.
—Royce, no seas un pendejo. Te he cubierto por más veces de las que puedo
contar. Me lo debes.
306
Me encuentro con Rachel justo cuando está saliendo del baño. Regresamos a
mi lugar y terminamos nuestra noche. Trato de enfocarme en Rachel, pero todo lo
que puedo pensar es Royce. No confío en que mantenga a Rachel en secreto.
Todavía no escuchado nada de Jack. Me gusta pensar que puedo confiar en él,
pero sé que no debo confiar en alguien que es parte de la organización. Él dijo que
me ayudaría, pero pudo solo estarlo diciendo para apaciguarme. Por lo que sé,
puede estar tramando formas para separarnos a Rachel y a mí, en lugar de
buscando una forma para que estemos juntos.
—Estoy seguro de que las personas querrán uno una vez que su precio baje.
Justo ahora son muy caros.
307
Salgo del auto y cierro la puerta de golpe. Camino al lado del estacionamiento
y marco para escuchar el mensaje. Me peguntan mi número de miembro así que lo
marco y escucho la grabación.
»El servicio de miembros ha sido notificado que este mensaje fue incapaz de ser
entregado directamente. Las reglas estipulan que debes tener tu teléfono contigo y
contestarlo todas las veces. Fallar en hacer esto puede resultar en castigo. Llámanos
inmediatamente para recibir tu asignación. Esto concluye el mensaje.
Dudo, porque planeaba hacer esta asignación desde casa, pero supongo que
puedo ir a la oficina y hacerlo.
—No tienes que hacerlo. Adelante, vete. ¿Sabes a qué hora estarás en casa?
—Está bien. Yo solo me prepararé algo. —Se inclina a través del asiento y me
besa—. No trabajes tanto. Te amo.
—También te amo.
Sale del auto y va a dentro. Está siendo muy considerada con esto. Siempre
entiende lo que concierne a mi horario de trabajo, la cual es otra razón de porqué la
amo y puedo ver un futuro con ella. No muchas mujeres pueden sobreponerse con
mi horario. De hecho, las otras mujeres con las que he estado solían quejarse
cuando tenía que trabajar hasta tarde o trabajar los fines de semana. No podía
308
soportarlo, lo que es porqué nunca mantuve ningún tipo de relación con ellas. Pero
Rachel es muy independiente y no demanda que esté con ella todo el tiempo. Ella
Página
No tengo idea de quién está en el otro lado del teléfono y no tengo permitido
saberlo. Nunca me fue dicho quién me dio la asignación. Asumo que es uno de mis
compañeros miembros, pero no reconozco la voz así que realmente no lo sé.
Tal vez está mal que este hombre se salga de este comportamiento, pero para
mí, eso no es nada. Todos a quienes conozco engañan a sus esposas y todos los
miembros usan prostitutas. Nosotros solo las llamamos asociadas. Así que cubrir
esto por el senador no me molesta. Es probable que sea la asignación más fácil que
he tenido, lo cual me hace pensar que la próxima definitivamente será una
asignación para matar. Pero me preocuparé por eso luego.
independientes que es experto en varias tareas que necesitan ser hechas: deshacerse
de los informes de la policía, crear falsas declaraciones para que las prostitutas
Página
digan que habían estado mintiendo sobre estar con este hombre, hacer grabaciones
falsas de esas chicas tratando de chantajear al hombre por dinero. Es tan fácil
manipular la verdad. Ese es el por qué nunca creo algo que veo en las noticias o que
leo en el periódico. Si la organización es capaz de distorsionar la verdad de esta
manera, entonces estoy seguro de que otros lo están haciendo también.
A las cinco en punto, mi trabajo está hecho y llamo y compruebo a Rachel. Ella
está trabajando con un ensayo para la clase. Le digo que la llevaré a cenar cuando
llegue a casa. Pero antes de hacer eso, tengo que encontrarme con Royce. Se
supone que lo encontraré a las siete, pero no quiero esperar alrededor por dos horas
así que voy a pasar por su lugar ahora.
—No quería esperar hasta las siete. —Camino dentro de su mansión. Es 4000
pies cuadrados más grande que una casa. Es demasiado formal para mi gusto, con
mármol por todas partes y pilares blancos separando la entrada de la sala.
Alfombras de tapicería bordean los pisos, costosas pinturas cuelgan en las paredes,
y cortinas que fluyen largas esconden las ventanas. La decoración se ajusta a la
personalidad de Royce. Formal. Sobre-la-cima. Llenó con objetos que muestran su
riqueza y estatus.
—Así que cuéntame acerca de esta nueva chica tuya. —Se sienta en su sillón
todo blanco, descansando su pie en la mesa de café de cristal. Está vistiendo un
310
—¿Quién? ¿Victoria?
Pone los ojos en blanco. —Dios, no. Esa mujer es horrible en la cama. Tiene
un cuerpo decente pero no sabe qué hacer con eso.
—Por supuesto que me voy a casar con ella. —Se ajusta el nudo de su
albornoz—. La eligieron para mí. No tengo opción.
—No. Él odia a Victoria. También lo hace madre. Pero dado que yo voy a
tener un futuro político, Victoria es la más adecuada. Los miembros de más alto
rango la eligieron. Mis padres no tuvieron permitido aportar.
Los miembros de más alto rango nunca han sido vistos. Se reúnen separados
del resto de nosotros y toman la decisión final sobre las cosas. Ya que tienen un
futuro político planeado para Royce, tienen que escoger la esposa adecuada para él.
Una quien trabajará correctamente en un ambiente político. Ellos no confiarían en
la opinión de otros miembros para algo como esto, que es el por qué seleccionaron
cuidadosamente a la esposa de Royce.
—Royce, por favor ponte algo de ropa. No puedo hablar contigo así.
Mientras se va, voy el vestíbulo para usar el baño. Cuando salgo, camino por
una de las habitaciones de invitados y noto algo en el piso. La puerta está media
cerrada, pero la abro y veo cuerdas dispersadas alrededor de la gruesa alfombra
beige. En el medio de la habitación está una cama con dosel.
Voy dentro de la habitación y tomo una cuerda. Es la misma anchura que las
marcas rojas en las muñecas de Shelby. Sabía que fue él. Jodidamente lo sabía.
311
Página
Tomo la cuerda e irrumpo dentro de la sala. Royce está esperando en el bar,
ahora en pantalones de traje y una camisa blanca abotonada. Él no se viste casual.
Solo usa trajes.
Camino hasta donde él está sentado pero permanezco de pie. —Es en contra de
las reglas y lo sabes. Ellas hacen su trabajo y se van. Ni siquiera tienen permitido
pasar la noche, mucho menos todo el día.
—¿A quién mierda le importa? Ellas son putas. Podemos hacer lo que
queramos con ellas. No sé por qué siquiera tienen esa regla.
—Lastimaste a la chica. Ella tiene marcas en todos los brazos. Abusaste de ella.
Se encoge de hombros. —Así que fui un poco rudo. Gran cosa. Estoy seguro
que ella tuvo peores cosas.
Tomo el trago de su mano y lo bajo de golpe contra la mesa. —No las trates
así, ¿lo entiendes?
—¿Y realmente crees que puedes decirme que hacer? —Toma su vaso de la
Página
—No voy a ser castigado, porque ellos nunca lo descubrirán. Tengo formas de
mantenerte en silencio, Pearce. Hice algo de investigación de esa chica con la que
estás y ella es incluso peor de lo que pensé. ¿Alguna pueblerina del Medio Oeste?
¿Una granjera? ¿En serio? —Se ríe—. Admito que es jodidamente maravillosa, pero
si los miembros descubren que estás saliendo con ella, tu castigo será cien veces
peor que el mío por atar a una asociada. Tu padre probablemente va a matarte
antes de que ellos tengan una oportunidad de castigarte.
—No hay reglas que digan que no puedo salir con ella.
—No tiene por qué haberla porque somos lo suficientemente inteligentes como
para saberlo bien. Excepto por ti. Tú no estás yendo realmente en serio con esa
chica, ¿o sí?
No sé la respuesta.
No tenía planeado decirle esto a él y ahora me arrepiento. ¿Por qué le dije esto?
¿En qué estaba pensando?
—Ya me casé con la mujer que ellos escogieron. No voy a hacerlo de nuevo.
Nunca pensé que encontraría a una mujer como Rachel, y ahora que la tengo, no
voy a dejarla ir.
—Ya te dije que no hagas eso. Ese fui yo siendo tu amigo. Pero no me escuchas
de modo que ahora estoy interesado en ver cómo funciona esto. Nadie hizo esto
antes. ¿Así que cuál es tu plan?
—¿Qué?
—Lleva a esta chica a Las Vegas y cásate, y mientras estés ahí, envía un
anuncio acerca de tu compromiso. Envíalo a todos los principales periódicos, a los
314
nuevos canales. Deja que todos lo sepan. Entonces comienza a planear la boda.
Una gran elaborada boda en primavera. E invita a la prensa y quizás a algunas
Página
celebridades.
—¿Por qué haría todo eso?
—Pero los miembros fácilmente podrían descubrir que me casé en Las Vegas.
Eso es de registro público.
—No estás pensando, Pearce. —Levanta dos dedos en el aire—. Dos cosas. La
primera es que tú puedes fácilmente encubrir el registro público así ellos no podrán
descubrirlo. Nosotros lo hacemos todo el tiempo. Y la segunda, no importa si los
miembros saben la verdad. Porque para cuando lo descubran, tú ya habrás dado
aviso a los medios acerca de tu compromiso y será demasiado tarde para ellos para
detenerlo. Teniendo en cuenta de que ya has estado casado y divorciado, se vería
mal si rompieras tu compromiso. Te verías irresponsable, incapaz de tomar una
decisión y de ajustarte a eso. Tu padre no puede tener a una persona como esa
tomando su compañía. Él te necesita para parecer estable y seguro. Así que será
forzado a ir contigo a lo largo de tu compromiso y pretender estar feliz con la boda.
—Sonríe—. Cuanto más pienso acerca de esto, más me encanta. Ahora, como que
deseo que fuera yo en lugar de tú, excepto que mi padre no es el tirano que es el
tuyo, por lo que no sería tan divertido. —Se levanta y va de regreso al bar—. No
has dicho nada, Pearce. ¿Qué piensas?
Estoy callado mientras pienso sobre su plan. A Royce nunca le fue bien en la
escuela, pero cuando se trata de artimañas, es un maestro. Su plan es perfecto.
Brillante, en realidad. Forzaría a los miembros a permitir mi matrimonio con
Rachel. Y no se atreverían a intentar dañarla, no con toda la atención de la prensa
que ella conseguirá. Incluso después de que la prensa se extinguiera, sería
imprudente para ellos siquiera intentar hacerle daño. Si siquiera algo le pasaba a
ella, los reporteros comenzarían a sospechar, haciendo preguntas e investigaciones,
lo cual podría dar lugar a descubrir acerca de nosotros. Los miembros no correrían
el riesgo de exponerse a sí mismos de esa manera.
—Por supuesto que lo hará. Pero necesitarás mi ayuda. Alguien tiene que
cubrirte mientras estás fuera casándote. —Toma su trago de escocés.
Página
—¿Harías eso por mí?
—No puedes hacerlo de nuevo —le digo—. Si atas a una chica, ella tiene que
estar de acuerdo con eso. No puedes mantenerla en contra de su voluntad.
Royce.
Salgo y voy hacia mi auto. Este día fue mucho mejor de lo que imaginé que
sería. Cuando dejé a Rachel esta mañana, estaba preparándome para una misión de
asesinato, pero resultó ser una simple misión de tapadera. Entonces estaba
preparado para pelear con Royce, pero en su lugar conseguí un plan para casarme
con Rachel que en realidad podría funcionar, además de su oferta de ayuda. Esto se
estaba volteando para ser un muy buen día.
Resultó ser una buena semana también. La mañana del lunes, mi padre estaba
de regreso en el trabajo pero me dijo que tenía que ir fuera de la ciudad
nuevamente. Algunos de los clientes potenciales con los que se había reunido
acordaron hacer negocios con nosotros, así que mi padre va a regresar a Europa
para trabajar en algunos asuntos. Normalmente yo tengo que ir también, pero él me
necesita para cuidar de cosas aquí, lo que significa que tengo varias semanas más de
libertad. Más tiempo para pasar con Rachel.
Así que eso es lo que hago. La veo cada noche y me quedo en su casa los fines
de semana. Incluso fuimos de compras de nuevo al centro comercial. Comienzan a
gustarme los pantalones vaqueros, así que tengo otro par y Rachel eligió algunas
camisas casuales de botones porque yo solo uso ropa de vestir y esas no lucen bien
con los pantalones vaqueros. Si mis padres me vieran vestido en éstas ropas, se
horrorizarían. Pero ellos nunca me verán usando esto. Por lo regular solo los uso
cuando estoy en casa o en el apartamento de Rachel.
Me siento como si estuviera viviendo una doble vida y me pregunto cuánto más
tiempo voy a poder mantener esto funcionando. Royce y Jack son las únicas
personas que saben acerca de Rachel, y hasta ahora, han mantenido mi secreto.
Jack ha estado viajando por negocios así que no he sido capaz de encontrarme con
él. Royce también ha estado fuera de la ciudad así que tampoco he hablado con él.
Cuando mi padre finalmente regresa, está tan ocupado poniéndose al día con el
trabajo que no tiene tiempo para preguntarme acerca de lo que estuve haciendo
durante su ausencia. Y sorpresivamente, no critica el trabajo que hice mientras él se
fue. No tenía razón para hacerlo. Mi presentación realmente ha mejorado sin él
aquí, a pesar de que estaba trabajando menos horas. De hecho, todos los empleados
eran más productivos sin mi padre alrededor. Eso únicamente muestra que su estilo
de gestión dominante obstaculiza el rendimiento y perjudica a la empresa. Por
supuesto que nunca podría decirle eso.
Con mi padre de regreso en la oficina, tengo que regresar a trabajar por muchas
horas. Algunas noches estoy ahí tan tarde que soy incapaz de ver a Rachel porque
ella está durmiendo para el momento en que regreso a casa. Extraño verla. Me he
317
318
Página
Rachel
E
s jueves y estoy en el penthouse de Pearce. Mi clase de la tarde fue
cancelada así que vine aquí a trabajar en un ensayo. Consigo hacer mucho
más aquí que en mi propio apartamento. El lugar de Pearce es súper
tranquilo y calientito. Mi apartamento es ruidoso y siempre congelado porque la
calefacción apenas funciona.
Son las seis y pensé que Pearce estaría en casa para ahora, pero no está. Acaba
de llamar y dijo que llega tarde y que me llevaría a cenar después que terminara en
la oficina.
El ascensor abre justo en el penthouse de Pearce, pero hay que poner un código
de seguridad para acceder a esta planta y Pearce nunca dijo que alguien más tiene el
código, aparte de él y yo. Obviamente conoce a estas personas, y dada la similitud
de cuán similar luce el hombre a Pearce. Supongo que son sus padres. Espera. ¿Sus
padres? ¡No estoy preparada para conocer a sus padres! Ni siquiera estoy bien
vestida. Estoy usando pantalones vaqueros, un suéter y tengo el cabello en una cola
de caballo.
319
El hombre se acerca al bar. —No veo por qué eso es de tu incumbencia, pero sí.
Somos sus padres.
Esto es muy incómodo. ¿Creen que soy la criada? ¿Luzco como la criada? ¿Por
qué no saben quién soy? Sé que no los he conocido antes, pero pensé que Pearce al
menos les habría hablado de mí.
—¿La qué? —El hombre deja caer el vaso que tenía y se hace añicos en el piso
de madera.
Estoy tratando de ser amable, pero ya no me gusta este hombre. Y no creo que
me guste su mujer tampoco. Ella, también, parece disgustada por mi apariencia. No
entiendo. No estoy presentable, pero no exactamente descuidada. Estoy usando un
suéter rojo y mi mejor par de pantalones vaqueros, pero me miran como si estuviera
cubierta con trapos sucios.
—Algunos meses —digo en voz baja, de repente asustada por hablar con ellos.
320
La mujer se endereza y levanta la barbilla, sus ojos mirando hacia mí. —¿Cuál
es tu nombre, querida?
—Rachel.
Resopla y se aleja. —Tienes que estar bromeando. ¿Es una especie de broma?
—Se dirige hacia la cocina—. ¿Pearce, estas aquí? —Comprueba el dormitorio—.
No tenemos tiempo para tus bromas y no estoy encontrando que tu sentido del
humor sea lo más mínimo divertido.
—No está aquí —digo—. Dijo que estaría en casa alrededor de las siete, o tal
vez antes, si terminaba su trabajo.
—Sí —respondo.
—Pero yo… —Me detengo cuando escucho la puerta del ascensor abrirse. Me
vuelvo para ver a Pearce de pie, sosteniendo un ramo de rosas rojas, llevando una
321
gran sonrisa que siempre está en su rostro cada vez que me saluda.
Página
—¡Pearce! —La tormenta de su padre cae sobre él—. ¿Por qué está ésta mujer
en tu apartamento?
Pearce deja caer las flores, con expresión de pánico y sorpresa. —Padre, ¿qué
haces aquí?
Espero para ver lo que Pearce va a decir. Pero está de pie allí, todavía
sorprendido, sin decir nada.
Pearce me mira. Puede decir lo nerviosa que estoy y lo tensa que sus padres me
están poniendo. Pasa a su padre y coloca su brazo protectoramente alrededor de
mí.
—Ella es Rachel Evans. Y sí, nos estamos viendo y ha sido durante varios
meses. —Frota gentilmente mi brazo, tratando de ayudar que me relaje—. Rachel,
estos son mis padres, Holton y Eleanor Kensington.
El hombre que ahora conozco como Holton mira a Pearce. —¿Crees que es
divertido?
Estoy empezando a entender por qué Pearce nunca me presentó a sus padres.
No son agradables. Ni siquiera un poco. Ni siquiera son agradables con su hijo.
Ambos se ven como su estuvieran a punto de estrangularlo. No lo entiendo. Tiene
25. Es un hombre adulto. No deberían estar tan molestos sobre con quién está
saliendo.
—No creo que esa sea una buena idea —dice Pearce—. Creo que ambos
deberían irse.
—¿Por qué no les hablaste sobre mí? —susurro, aunque estoy segura que no
pueden escucharnos.
—Sé que lo hiciste pero supongo… solo no pensé que serían… groseros. Lo
siento. No debería decir eso de ellos.
Se vuelve para ir, pero lo detengo. —Espera. Tal vez deberíamos ir. Tal vez las
Página
Regresa a la sala. Me cambio de ropa. Me quedo aquí con tanta frecuencia que
mantengo algunas de mis ropas en el armario de Pearce. Por suerte, tengo un
vestido para cambiarme. No es un increíble vestido, pero es mejor que usar
pantalones vaqueros.
Cuando dejo el dormitorio, veo a los tres sentados en el sofá. Todos se ponen
de pie mientras me acerco.
Sus padres no dicen nasa. Solo me miran con disgusto. Cuando Pearce dijo que
las personas en su mundo no me aprobarían, esto no es lo que esperaba. Pensé que
bien me ignorarían o fingirían ser agradables. No pensé que en realidad revelarían y
expresarían su desaprobación tan abiertamente como esto.
inmediatamente.
Mientras esperamos por nuestra comida, Pearce habla con Holton sobre
trabajo, probablemente esperando conseguir que su padre distraiga su ira hacia mí.
Pero no está funcionando. Holton se mantiene medio acechando, casi
amenazando, mirándome y Eleanor trata de evitar mirarme en absoluto.
—No llegas a la oficina hasta las seis. Los tendré listos para entonces.
—Vas a tenerlos listo cuando te diga que los tengas listos. Y los quiero listos
esta noche. —Holton ha estado ordenándole a Pearce de este modo desde que
llegamos al restaurante. Y cuando no le está ordenando, está insultándolo o
criticándolo.
lo está. —Sonríe—. Espero que no pienses que eres la única mujer en su vida.
Página
—¡Padre, ya es suficiente! —Suelta mi mano—. Tú y yo necesitamos salir. Me
gustaría hablar contigo a solas.
Justo cuando lo dice, nuestra comida llega, así que ambos permanecen en la
mesa. Mi comida se ve deliciosa, pero no tengo mucho apetito. Holton Y Eleanor
me tienen tan tensa que me duele el estómago. Como lo que puedo, entre las
preguntas de Eleanor.
Sabe que no tengo un estilo ¿así que por qué está preguntando? ¿Solo para
demostrar lo equivoca que soy para su hijo? ¿Cómo no encajo en su mundo?
—Tengo mi propio estilo —le digo con confianza. He tenido suficiente con sus
desprecios. Ellos no me gustan, así que ¿qué tengo que perder por dar la cara por mí
misma?
—Voy a uno cerca del campus. Es muy pequeño. Estoy segura que nunca ha
escuchado de él. —Le sonrió, y me mantengo sonriendo por el resto de la cena. Tal
vez puedo matarlos con amabilidad—. Me gustan sus pendientes —le digo—. Son
hermosos.
—¡Padre, basta!
—Su hijo se graduó de Harvard y Yale. No es posible que diga que no está
orgulloso de él.
—Solo fue admitido en esas escuelas debido a mis conexiones —dice Holton—.
Y por el nombre Kensington. Un nombre que menosprecia cuando se niega a
trabajar duro y poner el tiempo y esfuerzo necesario para hacer crecer nuestra
compañía.
No puedo creer que acaba de decir eso. ¿Realmente piensa que Pearce no
trabaja duro? ¿Habla en serio? Sé que debería guardar silencio pero no puedo.
—Su hijo trabaja más duro que nadie que conozca. ¿Cómo puede incluso…? —
Me detengo cuando Eleanor me interrumpe.
Pearce baja su tenedor. —Si continuas esto, padre, Rachel y yo nos iremos.
Hemos venido aquí para que la conocieran, no para insultarla toda la noche.
—Tal vez sería lo mejor. —Me giro hacia su madre—. A menos que le gustaría
que nos quedemos, señora Kensington.
Sonrió a sus padres. —Fue muy agradable conocer a ambos. —En realidad no
lo fue, pero fui criada para ser educada, incluso con las personas que detesto como
éstas.
—Todos los que conozco son como ellos. Es por eso que he intentado tan duro
Página
Me acerco más a él. —Pearce, lo que pasó esta noche no cambia nada. Te amo
y quiero estar contigo. No me importa lo que tus padres, o cualquier otra persona,
piense.
—Rachel. —Hace una pausa, como si no estuviera seguro de que quiere decir
lo que está a punto de decir.
No estoy preparado para esto. Ni siquiera estoy pensando en ello. Pensé que
lucharía por nosotros, no que solo haría lo que sus padres le dijeron que hiciera.
Pero ahora, creo que está a punto de terminar esto.
329
Página
—¿Q
ué pasa, Pearce?
—Espera, no estás…
—Estaba esperando que dijeras eso. —Me abraza contra su pecho. Siento su
cuerpo relajarse y me pregunto si esto es porque está lejos de su padre o porque está
aliviado por mi respuesta acerca de nuestro futuro. Esta es la primera vez que
hemos hablado de ello y creo que estaba preocupado que dijera que no me sentía de
la misma manera. Que no estaba segura de que quería un futuro con él,
especialmente después de conocer a sus padres.
—Te amo, Rachel. Y tú me amas. Así que ¿qué importa cuánto tiempo nos
conocemos uno al otro?
—Cuando sé que quiero algo. No espero por ello. Voy tras ello y lo consigo. Y
creo que he dejado muy claro que te quiero en mi vida.
Sus palabras tienen a mi mente en una carrera para averiguar lo que esto
significa. ¿Pearce está planeando proponerse a mí? ¿Pronto? ¿Estoy lista para eso?
No es que no haya pensado en ello o no lo quiera. Simplemente no estoy segura de
estar lista. Esto no es lo que planee. Se suponía iba a graduarme y mudarme a
Nueva York, no casarme y permanecer en Connecticut. ¿Qué haría para trabajar?
Estaría casada con un billonario, así que no necesitaría un trabajo pero todavía
quiero uno. No me gustaría sentarme sin hacer nada todo el día.
—Rachel. —Pearce ahora está sentándose hacia atrás, mirándome—. ¿Por qué
estás tan callada?
—Lo siento. No quise estarlo. —Me levanto del sofá—. Creo que voy a casa.
Por mucho que me gustaría pasar la noche con él, necesito volver a mi
apartamento y pensar en esto. No sabía que estaríamos hablando sobre matrimonio
esta noche y de repente me siento muy ansiosa. También un poco emocionada. Y
un poco feliz. Pero también asustada. Mis emociones están por todo el lugar.
331
Se levanta. —¿Hay algo mal? ¿Todavía estás molesta debido a mis padres?
Página
—No. Solo necesito regresar a mi apartamento y hacer algunas cosas antes de
la clase mañana. —Me alejo pero atrapa mi muñeca.
—No para nada. —Lo beso—. Solo necesito ir a casa. —Camino al dormitorio
y busco mi bolsa de viaje y encuentro a Pearce en el elevador. Tiene una expresión
de preocupación en su rostro, así que coloco mi bolsa abajo y lo abrazo—. Te amo.
—Le doy un beso—. Antes de irme, necesito decir algo, y necesito que escuches
muy cuidadosamente.
Asiente. —Adelante.
Pongo mis ojos en los suyos. —No escuches nunca a tu padre. Eres la persona
más inteligente, más trabajadora que conozco. Eres atento, generoso, reflexivo y
tantas otras cosas grandiosas. Y si tu padre no ve eso, entonces está completamente
ciego. Él debería estar rebosante de orgullo teniendo a un hijo como tú.
Pearce se queda callado. No puedo decir lo que está pensando. Sé que no está
cómodo hablando sobre su padre, pero tengo que decir algo. No quiero que Pearce
alguna vez crea en las palabras llenas de odio de su padre.
—Te amo. —Respira—. Tanto. —Nos quedamos allí un momento, luego baja
sus labios a los míos y me besa—. Llámame cuando llegues a casa, así sé que estás
a salvo.
—Lo haré. —Lo abrazo por última vez, entonces bajo a mi auto. Mientras
conduzco de regreso, pienso sobre esa cena y cómo Holton trató a Pearce y las
cosas horribles que le dijo. Mis padres nunca han dicho cosas desagradables. No
hablarían de esa manera ni a su peor enemigo.
Cuando llego a casa, llamó a Pearce para hacerle saber que llegue. Entonces le
digo una vez más que lo amo. No creo que sea posible para él escucharlo
demasiadas veces. Después de crecer con padres como Holton y Eleanor. Pearce
necesita saber lo que se siente ser amado y seré la única para mostrárselo.
primera vez le dije que lo amo. Incluso ahora, él se sorprende cuando le digo que lo
amo, como si no pudiera imaginar porque alguien lo haría. Eso rompe mi corazón.
Página
Por el resto de la noche, pienso en Pearce y lo que sería tener un futuro con él.
Y la verdad es, no sé lo que sería. No sé nada sobre su mundo y cómo funciona.
Pero estoy segura que eso no importa. Lo que importa es que lo amo. Y que él me
ama. Él me trata mejor de lo que me han tratado. Es amble, cariñoso, afectuoso,
considerado, protector y amoroso. Cuando cierro los ojos y pienso en él, puedo
vernos juntos a partir de ahora. Puedo vernos casados y viviendo en una casa y tal
vez tener un hijo. A pesar de lo que mi doctor dijo, todavía mantengo la esperanza
que él estaba equivocado y que en realidad podría tener un hijo algún día. Y me
encantaría tener ese niño con Pearce.
Cuanto más pienso sobre un futuro con Pearce, más lo quiero. Y tal vez ese
futuro iniciará más pronto que tarde. Como Pearce ha dicho, si nos amamos el uno
al otro, ¿por qué esperar?
Antes de dormir, llamo a Pearce una vez más para darle las buenas noches. Es
media noche, pero sé que todavía está despierto. Solo duerme unas horas por la
noche a menos que este allí con él. Tal vez debería haber permanecido con él esta
noche. Necesita dormir. Ha estado tan cansado desde que su padre regresó a la
ciudad y le hizo volver a trabajar dieciséis horas al día.
—No me tomará mucho tiempo terminar éstos. Un par de horas, solo eso.
—¿Un par de horas? Pearce, para el momento que llegues a casa, solo
conseguirás dormir unas horas antes de tener que levarte para trabajar.
—Nada está mal. Solo quería decir buena noche. Y que te amo.
333
—Te amo también. —Me quedo en silencio y él ríe un poco—. ¿Hay algo más?
No es que no esté feliz porque llamaras. Solo que es tarde y probablemente deberías
Página
conciliar el sueño.
—Sí, yo, um, tenía algo más que decir.
—Adelante.
—Me sentí mal por salir a las carreras de tu casa así. Probablemente pensé que
eso significó algo y no quiero que tengas la idea equivocada. Simplemente necesito
un tiempo para pensar.
—Estoy diciendo que quiero que esto continúe. Quiero una vida contigo,
Pearce. Sé que necesito resolver algunas cosas, como lo que voy a hacer después de
graduarme y dónde voy a trabajar. Pero en este momento, no estoy preocupada por
nada de eso. Nosotros lo resolveremos más tarde. En este momento, solo necesito
que sepas que no quiero que esto termine. Te amo, y no quiero estar con nadie más.
Nunca.
Sonrío. Me está empezando a gustar la forma en que se preocupa por mí. Esto
demuestra lo mucho que me ama. —Ven. Voy a esperarte.
—Dios, te amo —dice, sin dejarme ir—. Te amo tanto que me asusta.
—No vas a perderme, Pearce. Acabo de decirte que quiero estar contigo.
Nunca creí en el amor a primera vista, pero ahora sí. Creo que parte de mí se
enamoró de Pearce en ese primer día que nos conocimos. Simplemente no fui
consciente de ello en el momento.
Sus besos y caricias con el tiempo llevaron al sexo y luego caímos dormidos.
Pearce colocó la alarma para que sonara a las 3 a.m. así podía volver al trabajo. Me
gustaría que no tuviera que irse. Está tan cansado. Necesita descansar. Pero él no
quiere lidiar con su padre lanzándole un ataque si el trabajo no está hecho.
—Hola, cariño. No pude localizarte anoche y luego recordé que dijiste que
estabas con Pearce.
a cenar.
—¿Cómo te fue?
Página
—No muy bien. Ellos no me aprueban.
—Eso no es sorprendente.
—Cariño, no estás lista para eso. Solo has salido con él un par de meses.
—Lo que no fue suficiente. Deberíamos haber esperado más tiempo antes de
casarnos.
—¿Por qué? ¿Qué diferencia habría hecho eso? Han estado felizmente casados
por treinta años.
—Sí, pero tu padre y yo nos casamos en una época diferente. En estos días las
personas salen por un año o dos, luego pasan un año comprometidos. Eso les da
tiempo para llegar a conocerse el uno al otro.
—Necesitas ir lento con esto y darte tiempo para pensar. No quiero que te
precipites en algo.
—Porque yo… —Ni siquiera quiero decir esto. Sé que va a estar molesta, pero
ella tiene que entender que no siempre puedo pasar todas las vacaciones con ella—.
Mamá, yo pensaba solo quedarme aquí.
—Rachel, sabes que tu padre y yo vamos a pagar por eso. Voy a conseguir el
boleto para ti. Solo dime cuando quieres salir.
Tengo que confesar y decirle la verdadera razón por la que me quiero quedar.
ellos.
Página
—No sabía que las cosas estaban tan mal para él. Siento escuchar eso.
—Yo no sabía cuan malo era hasta que conocí a sus padres. Tú no creerías la
forma en que le hablan. No dijeron ni una cosa buena de él en toda la noche. Y su
padre… todo lo que hizo fue criticar a Pearce. No debería tener que aguantar eso en
Acción de Gracias.
—¿Has hablado con él acerca de esto? ¿Sobre sus planes para Acción de
Gracias?
—No. Asumo que está planeando estar con su familia, así que supongo que
necesito hablar con él antes de decidir nada.
—Por supuesto que no. Cariño, ¿por qué siquiera pensarías eso?
—Nunca dije eso. Solo quería que fueras cuidadosa y no salieras lastimada.
Pero puedo decir cuanto lo amas. Has estado hablando acerca de él sin parar
durante meses, por lo que es hora de que tu padre y yo lo conozcamos.
Estoy tan feliz de que ella reaccionara de esa manera. Y que quiera que Pearce
venga a casa conmigo. No puedo esperar para que ellos lo conozcan. Sé que lo van
a amar tanto como yo.
339
Página
Pearce
R
egresé a la oficina a las 3:45 de esta mañana y acabo de terminar los
informes. Son las 5:50 y mi padre por lo general llega puntualmente a las
seis. Dejo los informes en su oficina, luego vuelvo a mi escritorio y llamo a
Royce. Es hora de ejecutar el plan que discutimos. Nunca estuvimos de acuerdo en
el tiempo, pero no puedo esperar más tiempo. Ahora que mi padre ha conocido a
Rachel, va a hacer algo para mantenernos separados.
Solo espero que Royce no se eche para atrás con del plan. Él es el único que
conozco que me puede ayudar con esto. Jack no sabe nada de esto, e incluso si lo
hiciera, sé que no me ayudaría. Es demasiado arriesgado, y aunque le gusta tomar
riesgos, no creo que vaya a tomar uno cuando se trata de esto. Hay demasiado en
juego.
—Royce, es Pearce.
—¿Llamaste para preguntar lo que estoy haciendo hoy? ¿Es necesario que te
recuerde qué hora es?
—Necesito tu ayuda. Voy a explicarte más tarde, pero por ahora necesito saber
340
Se queja y luego lo escucho bostezar. —¿Por qué? ¿De qué se trata esto?
—Te lo diré cuando llegue a tu casa. ¿Puedes hacerlo o no?
Suspira. —Sí. Voy para allá de todos modos. Tengo que encontrarme con mi
entrenador de discurso a las dos.
—¿De qué demonios estás hablando? ¿Es esto un sueño? ¿Siquiera estoy
despierto?
—Sí, está bien. ¿De verdad crees que tu padre me va a llamar para comprobar
tu historia?
Se ríe. —El hombre te trata como a un niño de cinco años. ¿Es que va a dejarte
crecer alguna vez?
—Levántate y vístete. Voy a estar allí a las ocho. —Cuelgo antes de que me
haga más preguntas. No puedo hablar de esto aquí, especialmente ya que mi padre
va a llegar en cualquier momento.
341
—Pearce.
Página
Levanto la mirada y ahí está él, de pie en la puerta de mi oficina. Va a gritarme
acerca de Rachel. Estoy sorprendido de que no me llamara anoche y lo hiciera.
—Sí. Los vi. Por una vez, realmente hiciste un trabajo medio decente en ellos.
Hace un gesto hacia mí. —¿No estabas usando esa ropa en la cena de anoche?
Continúa—: Dijo que esa mujer con la que estabas no es nada más que una
aventura. Una relación física porque estabas aburrido de las asociadas.
No digo nada. No tengo ni idea de qué más le dijo Jack así que es mejor que
siga callado.
—¿Así que era eso solo un juego que estaba jugando? —Suena enfadado
ahora—. ¿Pretendiendo que estabas en realidad con esa mujer simplemente para
molestarnos a tu madre y a mí?
—No esperaba que pasaras por allí. Me tomó por sorpresa y yo no sabía cómo
explicarte su presencia.
342
—Entiendo que quieres variedad, Pearce. Eres joven y el mundo está lleno de
mujeres hermosas. Incluso un hombre de mi edad no puede evitarlo a veces. Pero
necesitas tener mejor juicio. Mantenlo oculto.
Como alguien que tiene sexo con sus secretarias aquí en la oficina, él es la
última persona que debería estar dándome consejos al respecto. Pero sigo el juego.
—La regla que hemos propuesto que dice que nuestros miembros solo pueden
estar involucrados con las mujeres en la lista aprobada. No me estoy refiriendo a
aventuras sexuales como la que tú tenías con esa mujer, aunque eso también es mal
visto. A lo que me estaba refiriendo es a una relación real con una mujer. La norma
propuesta solo permitirá relaciones con las mujeres que hayan sido aprobadas.
—¿Por qué fue castigado? No hay ninguna regla en contra de lo que hizo.
343
Mierda. ¿Por qué dije eso? Yo sé por qué fue castigado. ¡Maldita sea! Trato de
dar marcha atrás en mi camino de salir de esto.
Página
—Lo que quiero decir es que tal vez Ezra no estaba al tanto de la regla, ya que
no es oficial.
—Tienes que ir ahora. Nuestros empleados estarán aquí pronto y no los quiero
viéndote en una camisa arrugada.
—Está bien. —Me pongo de pie—. Pero no voy a regresar hoy. Royce me
llamó anoche y me preguntó si podía presentarme en su sesión de entrenamiento.
Quiere una opinión externa de sus habilidades para hablar en público, y le dije que
lo haría.
—No creí que lo necesitara. Los dos sabemos que Royce desempeña un papel
fundamental en sus planes futuros. Por lo tanto asumí que tú aprobarías esto, y tal
vez incluso me animarías a ayudarlo.
—¿Así que vas a la ciudad? —Su pregunta es su respuesta. Está dejándome ir,
pero él no va a salir y decirlo.
Página
—Sí. Estamos pasando el día allí, y después de su sesión de entrenamiento
vamos a salir a cenar y beber.
—Muy bien. Estoy complacido de que estés renovando tu amistad con Royce.
Tiene un futuro muy brillante en la política y sería bueno si estuvieras asociado con
él.
Sabía que Royce era la persona adecuada para ayudarme con esto. De hecho,
él es perfecto. Mi padre ve a Royce como alguien que va a ayudar a impulsar el
nombre de Kensington, lo que es de suma importancia para él. Cuando yo era un
estudiante universitario en Yale, mi padre me obligó a ser amigo de Royce porque
incluso en aquel entonces, la organización estaba viéndolo como un posible
candidato político. Mi padre siempre quiso que me dedicara a la política, pero ya
que no fui elegido, él quería que fuera amigo de alguien que se dirigía por ese
camino. Porque los políticos tienen poder y prestigio, dos cosas que mi padre ya
tiene, pero siempre quiere más.
Rachel estará de acuerdo con eso. Pero voy a intentarlo. Voy a hacer más que
tratar. Voy a convencerla de hacerlo. Porque si no lo hago, nunca vamos a tener
otra oportunidad de hacer esto de nuevo. Ellos están votando en unas pocas
semanas, o tal vez incluso antes, si mi padre se sale con la suya. Y si votan sí, no se
me permitirá estar con Rachel. Habrá una norma oficial contra esto y no quiero
siquiera saber el castigo por romper esa regla. Pero a partir de hoy, no hay una
regla, al menos no una oficial. Sé que esta es mi única oportunidad. Tenemos que
hacer esto. Y tenemos que hacerlo pronto.
Me siento con Royce y le explico por qué el plan que discutimos debe hacerse
ahora y no después. Luego, repasamos los detalles.
—No pueden castigarme —le digo—. Es por eso que necesito darme prisa y
hacer esto. Justo ahora, no hay ninguna regla que lo prohíba.
—¿Y cuándo los ha detenido eso? —Se ajusta la corbata frente al gran espejo
enmarcado que cuelga encima del bar—. Si quieren castigarte, lo harán.
—Entonces voy a quedarme con el castigo. Ellos pueden hacerme lo que sea
que quieran. No me importa. Todo lo que me importa es estar con Rachel.
Toma la chaqueta del traje de la parte posterior del sofá y se lo pone. —Podrían
joder con tu empresa. Tu padre te mataría si eso ocurriera.
Se pone de pie frente a mí. —¿Y qué acerca de mí? Tengo mucho en juego aquí.
—Tú eres el que quería tomar el riesgo. ¿Estás cambiando de opinión? ¿Miedo
de ellos ahora?
Es una mentira. Se esfuerza por aparentar que no le importa, pero sé que les
Página
—Voy a hacer todo lo que pueda para minimizar cualquier daño que pudiera
venir en tu dirección cuando esto termine —digo—. Pero si nos ceñimos al plan, no
tendrán ningún motivo para sospechar que tú tenías algún papel en esto. Para todo
lo que sabías, este era solo un fin de semana de hombres en Las Vegas. Tú haces
eso todo el tiempo. No van a pensar nada de esto.
Se encoge de hombros. —Podría ser peor. Ella va a hacer una esposa adecuada.
He dejado claro que no voy a serle fiel y lo acepta. Tendré que tener hijos con ella
para ajustarme al papel del político de familia, pero había planeado tener hijos de
todos modos. Realmente no me importaba quién fuera la madre.
—¿Qué?
Me río.
Mi esposa. Mierda. ¿Qué si dice que no? ¿Y si ella dice que no está lista? ¿Qué
Página
necesita más tiempo? ¡No tenemos más tiempo! Tenemos que hacer esto ahora. No
podemos esperar. Pero yo no le puedo decir por qué, así qué, ¿cómo voy a
convencerla de hacer esto?
Para el final del día, estoy agotado. Todas mis compras, excepto por el anillo,
están empacadas en el jet Sinclair que Rachel, Royce y yo estaremos tomando a
Las Vegas. Royce está viniendo así las personas va a creer en nuestra historia de fin
de semana de chicos en Las Vegas. No vamos a estar compartiendo esa historia
hasta que ya estamos ahí. Y cuando nosotros llamemos a nuestras familias, nos
vamos a asegurar de que sonemos muy borrachos. Como si nos emborrachamos
cuando aún estábamos en Nueva York y decidimos tomar el jet de Royce a Las
Vegas. Este no es un comportamiento inusual para Royce, pero lo es para mí.
Normalmente no haría algo así, pero Royce tiene una manera de persuadir a las
personas a hacer cosas que normalmente no harían, por lo que creo que mi padre
en realidad podría creer mi historia. Y no debería estar demasiado molesto por ésta.
Después de todo, él quería que fuera más amigo de Royce, que es exactamente lo
que estoy haciendo, o lo que él piensa que estoy haciendo.
Me reporté con Royce esta tarde y dijo que ya tenía personas trabajando en el
comunicado de prensa que será enviado una vez que Rachel y yo estemos casados.
El anuncio aparecerá en todas las agencias de noticias antes de que incluso
regresemos a Connecticut.
A las 5:45 llamo a su puerta, mi corazón latiendo con fuerza. Estoy nervioso.
Muy nervioso. No se trata de casarme con ella, sino de su respuesta. Porque si dice
que no, este será el fin para nosotros. Y no puede ser. La necesito en mi vida. Ni
siquiera voy a tener una vida si ella no está en esta.
No tenía que trabajar en el museo hoy así que ha estado en casa durante un par
de horas. La llamé y le dije que me estaba dirigiendo allá. Piensa que solo vamos a
tener una cita. Salir a cenar y tal vez una película.
Cuando abre la puerta, me siento sonreír. Una de esas grandes sonrisas idiotas,
que suceden de forma automática cada vez que la veo. Simplemente confirma lo
mucho que la amo. Lo mucho que ella ilumina mi oscuro y solitario mundo. De lo
mucho que me llena de felicidad.
Le traigo hacia mis brazos y la beso. Huele a lavanda del jabón que utiliza. Me
encanta ese olor. Lo encuentro calmante, probablemente porque lo asocio con ella.
—Sí. Y gracias. Son preciosas. Pero, ¿por qué tantas? Parece una tienda de
flores aquí.
Me sonríe. No necesita que me explique. Sabe que tiendo a exagerar con las
cosas. Y es de esperar, que vaya a tener eso en cuenta cuando saque el anillo.
350
—¿No estabas?
—¿Qué compraste?
—Sí. —Tomo aire, tratando de calmar mis nervios. Solo tengo que
apresurarme y decir esto. Si dice que no, voy a pasar el resto de la noche tratando
de hacerla cambiar de opinión. ¿Y si todavía dice que no? Mierda. Ella no puede
decir que no.
Tomo sus manos en las mías, y solo la sensación de nuestras manos unidas me
relaja y soy capaz de hablar.
—Rachel. Desde el primer momento en que te vi, supe que tenía que reunirme
contigo. Y una vez que me reuní contigo, supe que tenía que conocerte. Y una vez
que llegué a conocerte, no pude dejarte ir. Porque sabía que te amaba. Lo supe hace
mucho tiempo. —Tomo una respiración, mis ojos no dejando los de ella—. No
puedo ni siquiera comenzar a decirte cuánto significas para mí. Has cambiado mi
vida. Has traído luz a mi oscuridad. Me has hecho experimentar la felicidad por
351
primera vez.
Página
Las lágrimas están ahora rodando por sus mejillas, pero está sonriendo. Espero
que eso sea una buena señal.
—Te amo, Rachel, más de lo que puedo describir. No sabía que el amor así
existía, hasta que te conocí. Es por eso que sé, sin lugar a dudas, que tú lo eres. Eres
la persona con la que estoy destinado a estar. La persona que quiero a mi lado por
el resto de mis años. —Suelto su mano y meto la mano en el bolsillo de la chaqueta
de mi traje. Las lágrimas continúan cayendo por sus mejillas mientras me mira
sacar la caja y sostenerla delante de ella mientras me inclino sobre una rodilla.
—Pearce. —Está llorando y no estoy seguro de lo que eso significa. ¿Está triste
porque me va a rechazar?
Cuando finalmente la dejo ir, le presento el anillo una vez más. Esta vez, ella lo
mira.
Sus ojos se abren. —Oh mi Dios. ¡Ese es el diamante más grande que he visto
en mi vida!
Sonrío. —No está mal para alguien que no sabe cómo ir de compras.
embargo, cualquier anillo que hubieras escogido hubiera sido perfecto, ya que venía
de ti. Te amo, Pearce. Te amo tanto.
Página
Cada vez que dice eso, siento este calor en mi pecho. Es la única que me ha
dicho eso y lo dice todo el tiempo. Es como si estuviera tratando de compensar por
todos esos años en que nunca lo oí. La amo por eso. Amo la forma en que se
preocupa por mí. El verdadero yo, no la persona que le muestro al resto del mundo.
Amo que no se preocupe por el dinero o el estatus o mi nombre. Nada de eso le
importa. Ni siquiera conoce ese lado de mi vida. Solo conoce este lado, el que
comparto solamente con ella.
Me sonríe. —No puedo creer que estemos haciendo esto. Pero estoy tan feliz
de que lo hagamos. No puedo esperar a pasar el resto de mi vida contigo.
Mi corazón comienza a golpear duro otra vez. —Me alegro de que digas eso
porque me siento de la misma manera. Es por eso que tengo algo más que
preguntarte.
—Adelante.
Cuando estamos sentados, ella dice—: Pearce, solo di lo que sea que quieras
decir. Me estás poniendo nerviosa.
—¿Recuerdas que dijimos que si nos amamos el uno al otro, no hay razón para
esperar a casarnos?
Asiente. —Sí.
—¿Así que si dijera que quería casarme contigo mañana, estarías de acuerdo
Página
con eso?
Se ríe, asumiendo que estoy bromeando. —Claro. ¿Por qué no? Te amo y no
puedo esperar para estar casada contigo.
354
Página
Treinta y seis horas después
Pearce
D
espierto con Rachel acomodada entre mis brazos. Aún está dormida. Me
tomo un momento para mirarla. Es tan increíblemente hermosa.
—Yo también te amo. —Me devuelve el beso y luego descansa la cabeza sobre
mi hombro.
—Eso suena perfecto. —Paso la mano por sus curvas, sintiendo la suavidad de
su piel—. Pero creí que al menos debía ofrecerme a que saliéramos ya que nunca
antes has estado aquí.
Una sonrisa le llena el rostro, extendiéndose hasta sus brillantes ojos azules.
Página
—Eso es todo lo que quiero. Que seas feliz. Y prometo que haré todo lo posible
para asegurarme que siempre lo seas.
—No tienes que hacer nada, Pearce. Mientras estemos juntos, seré feliz. —
Cierra los ojos, con esa sonrisa aún en el rostro.
Realmente lo dice en serio. Realmente puede ser feliz con solamente nosotros.
No necesita ropa de diseñador, joyería costosa o una mansión para ser feliz.
Simplemente nos necesita a nosotros.
Pasamos el resto del día en cama. No hemos dejado esta habitación desde la
ceremonia. La boda fue ayer en una pequeña capilla cerca de la franja de las Vegas.
Royce estaba allí, junto con una corista que conoció ese día más temprano. Aún
vestía su atuendo de la presentación de la noche previa, completada con un tocado
de brillantes plumas azules.
Fue una verdadera boda de Las Vegas. Algo que nunca creí que haría en un
millón de años. Pero tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Esta
no era la boda que yo deseaba para Rachel. Deseaba que tuviera la boda de sus
sueños en un lugar hermoso, con flores, velas y cualquier otra cosa que quisiera. Y
eso es exactamente lo que tendrá en la primavera, cuando lo hagamos de nuevo.
Le dije sobre mis planes para una segunda boda el pasado viernes en la noche,
le expliqué que, considerando quién era yo, se esperaba que tuviera una boda
grande y formal. Le dije que sería un evento de la alta sociedad que recibiría un
montón de atención de los medios. En cuanto a mis planes para este fin de semana,
para conseguir que aceptara, tuve que explicarle por qué teníamos que apresurarnos
y casarnos y hacerlo en secreto. No pude ser completamente sincero, porque eso
implicaría contarle sobre la organización. Y no puedo hacer eso. Así que, en su
lugar, utilicé a mis padres como la razón para fugarnos. Fui completamente
356
Rachel necesita estar bien con eso. Y lo estuvo. Después de conocer a mis padres la
otra noche, sabe que ellos no tienen interés en mi felicidad. Pero ella sí. Rachel es la
única persona en mi vida quien desea que yo sea feliz, así que cuando le dije que
mis padres harían cualquier cosa para evitar que nos casáramos, aceptó fugarse
conmigo. Ella no quería que interfirieran en nuestro futuro.
Ninguno de los dos ha mencionado a nuestras familias desde que nos casamos.
Ahora mismo, estamos intentando permanecer en este estado dichoso, encerrados
en una suite de lujo en el piso superior de un hotel de cinco estrellas, muy por
encima de la franja de las Vegas. Cada una de nuestras necesidades es atendida, así
que sencillamente podemos relajarnos y saborear estas últimas horas juntos antes
que tengamos que regresar a la vida real.
Cuando regresemos, será un infierno. Sabía eso antes que hiciéramos esto, pero
no me permití preocuparme por ello. Pero ahora es casi hora de ir a casa y estoy
empezando a entrar en pánico. No tengo absolutamente idea de qué va a suceder.
Sé que será malo, pero no sé cuán malo. Los padres de Rachel estarán molestos,
pero los míos estarán lívidos. Más allá de encolerizados. Ni siquiera puedo
imaginar lo que mi padre hará. Si pudiera matarme, probablemente lo haría, pero
soy su único hijo y necesita que me haga cargo de la compañía algún día, así que
matarme no es una opción. Pero puede hacer que desee estar muerto.
Si tan solo eso fuera verdad. Siempre intenta ver el lado positivo de las cosas, y
amo eso de ella. Pero no estaría tan positiva si supiera la verdad. No conoce la
357
historia completa. No conoce la razón real del por qué no deberíamos estar juntos.
No conoce sobre los miembros. La organización. Las reglas, y qué sucede si no
Página
358
Página
Esta serie, The Keningtons, es un spin-off de la seríe Jade pero no es necesario
que leas la serie Jade a fin de leer The Kensingtons. Para los lectores de Jade, esta
serie podría ofrecer más antecedentes sobre la familia Kensington, por consiguiente
cautivando la historia de Jade y Garret. Si no has leído la serie Jade, The
Kensingtons es una historia que existe por sí misma, correspondiente a la
complicada vida de Pearce Kensington.
359
Página
Allie Everhart ha publicado veinte novelas y es la autora de la serie Jade. Allie
cuenta historias de amor, a menudo con un toque de misterio y suspenso. Allie
siempre ha sido una romántica, como lo demuestran sus primeros años como
cantante de bodas, su obsesión por los shows de citas y el hecho que sigue viendo
repeticiones de The Love Boat.
360
Página
Realizado sin fines de lucro para promover la lectura.
Apoyemos a los autores comprando el original.
361
Página