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FALLA CIRCULAR

La falla circular, también conocida como deslizamiento o rotura rotacional, es


producida por muchos sets de fallas, las cuales tienen distintos rumbos y buzamientos y
dejan la roca muy fracturada sin direcciones preferenciales de deslizamiento, perdiendo
la cohesión. Este tipo de rotura además de producirse en terrenos homogéneos, cumple
con la condición de que el tamaño de las partículas de suelo o roca sea muy pequeño en
comparación con el tamaño del talud.
La rotura se produce a lo largo de una superficie de deslizamiento interna siguiendo la
línea de menor resistencia. Por lo tanto, se entiende que esta aproximación de rotura se
hace cuando no es posible determinar la familia de discontinuidades que controla la
inestabilidad, es decir sin sistema de discontinuidad identificable.
El movimiento tiene una naturaleza rotacional, alrededor de un eje dispuesto
paralelamente al talud.

Figura 1. Rotura típica con forma cilíndrica.

superficie del terreno suelen aparecer grietas concéntricas y cóncavas hacia la dirección del
movimiento, con un escarpe en su parte alta, tanto más acusado cuanto mayor
desplazamiento sufre la masa deslizada, según se muestra en la figura.

Figura 2. a) Diferentes
A superficies de rotura circular. b) Morfología
B del deslizamiento
rotacional de un talud.

FALLA PLANAR
La rotura plana de taludes tiene lugar sobre todo en macizos rocosos constituidos por rocas de
resistencia media o alta afectadas por fallas y diaclasas.
Este tipo de rotura consiste en el deslizamiento de una masa de roca a lo largo de un plano de
discontinuidad que ha quedado descalzado por la cara del talud. En la siguiente figura, se
muestra esquemáticamente este tipo de rotura.

Figura 3. Rotura plana con representación de los ángulos de buzamiento del terraplén (ψ) y
del de la discontinuidad por la que desliza el plano (α).

Si la discontinuidad no es suficientemente extensa como para abarcar todo el talud, la rotura


no se puede producir a menos que existan otras dos discontinuidades que permitan la
formación de un bloque que estaría delimitado por las tres discontinuidades y la cara del talud.

Figura 4. Condición de rotura plana.

Otra condición necesaria para la rotura plana es que el rumbo del plano de discontinuidad por
donde tiene lugar la rotura sea paralelo o casi paralelo al rumbo del plano del talud, con una
desviación máxima de 20º.
Si se cumplen todas las condiciones anteriores, el deslizamiento tiene lugar cuando las fuerzas
tangenciales que se desarrollan en la superficie de rotura son mayores que las fuerzas
resistentes. En ausencia de empujes de agua y de cohesión en la discontinuidad, la rotura
plana se producirá cuando el buzamiento de ésta sea mayor que su ángulo de fricción, pero si
existe cierta cohesión el talud puede ser estable a pesar que el ángulo de fricción sea menor
que el buzamiento de la discontinuidad. Si la cohesión es nula, puede darse el caso de que se
produzca el deslizamiento, debido al empuje del agua, aunque el ángulo de fricción sea mayor
que el buzamiento de la discontinuidad.
El plano de discontinuidad en ocasiones aflora en el terreno natural sobre la coronación del
talud; otras veces no es así, pero si se desarrolla una grieta de tracción desde el plano de
discontinuidad hasta la superficie del terreno, según se muestra en la Figura 9.6, se forma un
bloque que puede deslizar.

Figura 5. Rotura plana con grieta de tracción

FALLA EN CUÑA
Cuando dos planos de discontinuidad de un mismo talud se interceptan, éstos forman una
cuña. Si su línea de intersección buza a favor del posible movimiento y este deslizamiento es
viable, entonces se presentará una rotura por cuña. Para que se dé este tipo de rotura es
necesario que ambas discontinuidades afloren a la cara del talud. Las condiciones de
movimiento para que ocurra serán las mismas que en la rotura plana, pero respecto al
buzamiento de la intersección de ambos.

Este tipo de rotura es sin duda alguna una de las más comunes en taludes excavados en roca,
fácilmente observable en múltiples carreteras, cualquier cantera o mina a cielo abierto,
cuando la cuña está formada por la intersección de dos discontinuidades o superficies de
debilidad, si ambas superficies se inclinan en sentido diferente, se denomina cuña directa.
Cuando la inclinación de dichas discontinuidades va en el mismo sentido, reciben el nombre de
cuña inversa.
Figura 6. Representación de la rotura en cuña.

Figura 7. Vista de una cuña directa - Vista de una cuña inversa en perspectiva

Para que se produzca el deslizamiento de la cuña es necesario que la línea de intersección de


los dos planos de discontinuidad tenga menor inclinación que el plano del talud, que aflore en
éste y, además, que los planos que forman la cuña afloren en el terreno natural, o que exista
algún plano que individualice la cuña del resto del macizo rocoso.

El coeficiente de seguridad de la rotura en cuña viene definido, como en la rotura plana, por el
cociente entre las fuerzas que se oponen al deslizamiento y las que lo inducen. Las fuerzas que
intervienen son las mismas que en la rotura plana, es decir, peso de la cuña, empujes de agua,
esfuerzos sísmicos, fuerzas de anclaje, fuerzas de reacción y fuerzas resistentes: cohesión y
fricción.

A diferencia de la rotura plana, en la rotura en cuña se desarrolla una componente resistente


sobre cada uno de los dos planos de discontinuidad que forman la cuña. Así mismo, los
empujes de agua pueden actuar independientemente sobre cada plano de discontinuidad, por
lo que la solución del problema se complica al convertirse en tridimensional.
Figura 8. Vista en proyección estereográfica de una cuña con empuje de agua en un plano.

FALLA VOLTEO
Este tipo de rotura se produce cuando los estratos que conforman el macizo rocoso buzan de
forma opuesta al buzamiento del talud. Además, el macizo suele estar fracturado en bloques a
favor del sistema de discontinuidades perpendiculares entre sí.
En este caso la estabilidad no solo depende del posible deslizamiento, sino de la posibilidad de
que vuelquen o roten sobre ellos mismos.

Figura 9. Rotura por vuelco de estratos.


Las roturas por vuelco de taludes aparecen principalmente cuando el rumbo del plano de
discontinuidad: falla, estratificación, etc., coincide aproximadamente con el del plano del talud
y además tiene un fuerte buzamiento hacia el interior del macizo rocoso.
Cuando el macizo rocoso presenta un conjunto de paquetes que quedan en voladizo, se
produce el vuelco por flexión, además, puede aparecer una familia de discontinuidades
conjugada con la principal, produciéndose en este caso un vuelco de bloques o un vuelco de
bloques por flexión.

Figura 10. Tipos de rotura por vuelco, Goodman y Bray (1977).

De los métodos analíticos para resolver los problemas de vuelco de taludes, uno de los más
difundidos es el propuesto por Goodman y Bray (1977), que se adapta sobre todo a taludes
que presentan roturas con base escalonada ascendente regular, del tipo de vuelco de bloques
de la Figura 10.b.
Existen algunos desarrollos ulteriores basados en este modelo de Goodman y Bray (1977),
como el de Bobet (1999), posteriormente desarrollado por Sagaseta (2001), que considera
cada bloque de espesor diferencial, pudiendo así integrar toda la masa y permitiendo realizar
análisis sobre un número ilimitado de bloques.
El método diferencial de análisis de vuelco

El método diferencial de análisis de caídas por vuelco de bloques fue inicialmente propuesto
por Bobet (1999) y consiste simplemente en considerar estratos de espesor diferencial para un
caso de vuelco como el planteado por Goodman y Bray (1977); de forma que para obtener el
equilibrio se irán integrando las ecuaciones que expresan el equilibrio de fuerzas en los
bloques para los casos de vuelco y deslizamiento.
Bobet (1999) plantea y resuelve un modelo general para los casos seco y con agua. El método
fue posteriormente desarrollado por Sagaseta et al. (2001) que lo generalizan algo más y lo
aplican a varios casos prácticos. La resolución de estos últimos autores es la que se presenta a
continuación.
Análisis de estabilidad de vuelco por flexión. Método de Adhikary et al. (1995).

El mecanismo del vuelco de bloques por flexión resulta bastante común en la naturaleza,
siendo además un mecanismo que suele ser evolutivo. La aparición de este tipo de roturas es
especialmente común en aquellos macizos rocosos en los que existen planos de debilidad muy
marcados en una determinada dirección, como lo planos de esquistosidad en las pizarras y
otras rocas metamórficas y los planos de estatificación en calizas, flysch y otras rocas
sedimentarias.

Este tipo de rotura es difícil de analizar por métodos de equilibrio límite debido a la
complejidad real del mecanismo de rotura. Actualmente se puede analizar con métodos de
cálculo basados en el Método de los Elementos Discretos (DEM) como el programa UDEC y
mediante modelos físicos.

Figura 11. Geometría y fuerzas en un bloque diferencial, como hipótesis básicas del modelo
diferencial. Según Sagaseta et al. 2001. Cortesía Elsevier.

Análisis del vuelco de un sistema de bloques. Modelo de Goodman y Bray (1977).

Para que tenga lugar el vuelco de un sistema de bloques es necesario, aunque no suficiente,
vencer la resistencia al corte de los planos de discontinuidad que los configuran lateralmente,
según se muestra en la (Figura 12. a). Para que se produzca el deslizamiento entre dichas
discontinuidades, la condición necesaria es que la pendiente del talud sea mayor que la suma
del ángulo de fricción más el ángulo de las discontinuidades con la vertical (Figura 12.b).

Esta misma condición se puede establecer en proyección estereográfica, según se indica en la


(Figura 12.c), en la que se pone también de manifiesto que las discontinuidades que delimitan
lateralmente los bloques deben tener una dirección aproximadamente paralela a la del talud
(20º) para que sea posible el vuelco.
Figura 12. a) esquema geométrico del talud y direcciones de las tensiones y los
deslizamientos en el talud, b) Condición de deslizamiento de discontinuidades y c) expresión
de dicha condición en proyección estereográfica.

Figura 13. Fenómeno natural de vuelco de bloques en el Pirineo central. Fotografía: autores.

FALLA PANDEO O PATEO


El detonante de este tipo de rotura es el pandeo. Para que ello ocurra los estratos del macizo
rocoso deberán ser los suficientemente esbeltos para que fallen por dicho fenómeno de
segundo orden.
En este caso los estratos se presentan generalmente de forma sensiblemente paralela al talud,
y con un ángulo de rozamiento menor que el buzamiento del talud. Esta condición es necesaria
para que los estratos inferiores sufran la fuerza de los estratos superiores, y por ello los
sometan a compresión derivando en efectos de segundo orden y en determinadas condiciones
al pandeo. Si el ángulo de rozamiento fuera mayor, la estabilidad del conjunto vendría
supeditada al esfuerzo cortante que aguantarían en si las discontinuidades y por eso nunca
trabajaría el conjunto a compresión, evitándose el pandeo.
Cuando este efecto aparece en la naturaleza, el macizo puede romper de dos maneras
diferentes:
1. La primera sería flectando en sí el estrato, pero sin llegar a romperse. Al ocurrir este
hecho pudiera ser que se mantuviera en estabilidad por las propias características
mecánicas de la roca, o que se fracturase.
2. La otra manera de rotura se produciría sin que llegase a flexionar el estrato y se
produjese la fractura por compresión, lo que puede provocar que las rocas ya rotas se
desprendan del macizo talud abajo. Este ocurre en ocasiones en taludes de carretera,
en los que la seguridad de los usuarios; pues no es tanto el peligro de un deslizamiento
grande lo que preocupa sino el desprendimiento de material puntual a la traza de la
obra.

Figura 13.A. Rotura por pandeo con flexión del estrato - B. Rotura por pandeo con
fractura por compresión del estrato.

REFERENCIAS
 A.K. Alzo´ubi, C.D. Martin, D.M. Cruden (2010). Influence of tensile strength on
toppling failure in centrifuge tests. International Journal of Rock Mechanics & Mining
Sciences 47 (2010) 974–982.
 Alcibades Serrano (1997). Mecánica de las rocas I y II. Colegio de Ingenieros de
Caminos, Canales y Puertos. Servicio de Publicaciones. Colección Escuelas.
 C.H. Liu, M.B. Jaksa, and A.G. Meyers (2008). A transfer coefficient method for rock
slope Toppling.Published on the NRC Research Press Web site at cgj.nrc.ca on 24
December 2008.
 D.M. Cruden, Xian-Qin Hu, Zhongyou Lu (1993). Rock topples in the highway cut west
of Clairvaux Creedk, Jasper, Alberta.Canadian Geotechnical Journal. Volume 30,
Number 6, (December 1993), 1016-1023
 D.M. Cruden, Xian-Qin Hu (1994).Toople on uderdip slopes in the Highwood Pass,
Alberta, Canada. Quarterly Journal of Engineering Geology, 27(1), (1994), 57-68.
 Del Olmo, Serrano González, Olalla Marañón (2009). Propuestas de medidas de
estabilización por patología del vuelco atípico.
 González de Vallejo, Ferrer, Ortuño, Oteo (2002). Ingeniería Geológica. Editorial
Prentie Hall.

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