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PLAZO PARA CONTESTAR UNA

DEMANDA Y RECONVENIR.

I.  INTRODUCCIÓN.
Los plazos para contestar la demanda y reconvenir, así como para
subsanar omisiones, están claramente establecido en nuestro
ordenamiento procesal civil, tanto que parecería inoficioso analizar el
tema; sin embargo, en la práctica encontramos que su aplicación
requiere de un estudio más o menos profundo, ello precisamente por
cuanto el derecho no es una ciencia exacta, es decir que en él no hay
verdades absolutas, sino que estamos frente a una ciencia
eminentemente argumentativa.
En el presente ensayo analizaremos el tema propuesto, a partir de las
Resoluciones No. 08, 11 y 15, de fechas 15 de junio, 06 de julio y 31 de
agosto de 1999, respectivamente, emitidas por el Tercer Juzgado Civil
de Cajamarca, en la C.C. No. 99-0077-06-0101-JC03; proceso que
tuvimos la oportunidad de conocer, cuando llevamos el curso Clínica de
Consultoría Jurídica en el consultorio jurídico gratuito de la Universidad
Nacional de Cajamarca.
 
II.  ANTECEDENTES.
En el proceso civil en referencia, la parte demandada, luego de
contestar la demanda1[1] y reconvenir2[2], solicita la integración de la
relación jurídica procesal con litisconsortes necesarias activas3[3]; en
consecuencia, el Juez dispone la suspensión de la Causa hasta que se
establezca una relación jurídica procesal válida entre la demandante, las
demandadas y las litisconsortes necesarias.
Las litisconsortes fueron notificadas con la demanda, auto admisorio,
contestación de demanda y reconvención; efectuándose la última notificación
1[1] Matheus López, Carlos Alberto, “Revista No. 02 Academia de la Magistratura, 2000, pág. 66) “La
demanda judicial es el acto procedimental por el cual fácticamente se hace efectivo el poder de acción,
constituyendo adicionalmente vehículo de la pretensión o pretensiones interpuestas ante el órgano jurisdiccional”.
2[2] En doctrina se afirma, como lo hace Monrroy Gálvez, Juan (“Análisis del Código Procesal Civil” T .I –
Carrión Lugo, Jorge. Pág. 279), que “la reconvención concede al demandado la facultad de interponer contra el
demandante cualquier pretensión, siempre que la vía procedimental lo permita; sin embargo la contrademanda exige
que la pretensión que tenga el demandado esté relacionada con la pretensión del demandante, de lo contrario no será
procedente”. Nuestro Código Procesal Civil, ha regulado la contrademanda con el nombre de reconvención, debido,
como lo indica el mismo autor, al arraigo de tal concepto en el quehacer forense nacional.
3[3] Matheus, “El Litisconsoricio Necesario Pág. 208), afirma “Entendemos por litisconsorcio necesario aquel
fenómeno de pluralidad de sujetos como parte activa, pasiva o mixta, cuya presencia viene exigida en el proceso,
por la naturaleza única e inescindible de la relación jurídico-sustancial controvertida”. Por otro lado, el mismo autor,
Op Cit Pág. 69, citando al español Ramos Méndez, afirma que se habla de litisconsorcio activo “cuando la
pluralidad de partes se produce en la posición del demandante.
el 31 de mayo de 1999; y tratándose de un Proceso Abreviado 4[4], a partir de
esa fecha las litisconsortes necesarias activas tenían diez días, según el
artículo 491 Inc. 7 del C.P.C, para absolver el traslado de la reconvención
interpuesta por las demandadas. Es decir que el plazo para efectuar el acto
procesal en referencia se vencía el 14 de junio de 1999.
Las litisconsortes se apersonaron al proceso el último día del plazo,
absolviendo el traslado de la reconvención. Consecuentemente, el Juez emite
la Resolución número ocho declarando inadmisible5[5] la contestación de la
reconvención, por no haber cumplido con los requisitos exigidos por el artículo
442 del C.P.C.6[6]; por lo que el Juez, en aplicación del artículo 426 del C.P.C,
les concede el plazo de diez días a fin de que subsanen las omisiones en que
habían incurrido.
El 25 de junio, dentro del plazo otorgado por el juez, las litisconsortes en
lugar de subsanar las omisiones, presentan una nueva contestación de
la reconvención, ofrecen medios probatorios no ofrecidos en la
contestación declarada inadmisible, deducen una excepción7[7] y
además reconvienen de la reconvención. Escrito en el que, ni en la sumilla
ni en el contenido, hacen referencia a la subsanación de las omisiones
señaladas en la resolución No. 08. Sin embargo el juez, mediante la
Resolución No. once, resuelve dando por apersonadas al proceso, a las
recurrentes; declarando improcedente la excepción, por estar fuera del plazo
legal, absuelto el traslado de la reconvención, trasladando a la parte
demandada la reconvención de la reconvención y teniendo por ofrecidos los
medios probatorios.
Al absolver el traslado de la reconvención de la reconvención, las
demandadas deducen la nulidad8[8] de la Resolución No. Once; y el Juez, a

4[4] El Proceso Abreviado es un tipo de proceso de cognición o contencioso, que se halla regulado por los
artículos 286 al 545 del Código Procesal Civil.
5[5] Arts. 128 y 426 del C.P.C. “El Juez declara la inadmisibilidad de un acto procesal cuando carece de un
requisito de forma o éste se cumpla defectuosamente”. “El juez declarará inadmisible la demanda cuándo: 1) No
tenga los requisitos legales; 2) No se acompañen los anexos exigidos por ley; 3) El petitorio sea incompleto o
impreciso; o, 4) La vía procedimental propuesta no corresponda a la naturaleza del petitorio o al valor de éste, salvo
que la ley permita su adaptación”.
6[6] Los considerandos segundo y tercero de la Resolución No. 08 expresan que las litisconsortes necesarias
activas “(…) no han cumplido con exponer los hechos en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara;
asimismo no han cumplido con exponer la fundamentación jurídica, monto del petitorio, indicación de la vía
procedimental; habiendo incumplido asimismo con adjuntar la copia legible del documento de identidad de la
litisconsorte (…) Se ha ofrecido como medios probatorios, entre otros, la declaración testimonial de (…) sin haber
cumplido con los requisitos exigidos en el artículo 223 del Código Procesal Civil, esto es que no se ha cumplido con
especificar el hecho controvertido respecto del cual deben declarar los indicados testigos”
7[7] Ticona Postigo, Víctor. “El Debido Proceso y la Demanda Civil”. Págs. 402-403. afirma “ la excepción
puede ser defina como el medio de defensa de forma (derivado del derecho abstracto de contradicción), que se
confiere al demandado en virtud del cual puede poner de manifiesto al juez la ausencia o insuficiencia de uno de los
presupuestos procesales (competencia del juez, capacidad procesal de las partes y requisitos esenciales de la
demanda) o una de las condiciones de ejercicio válido de la acción (legitimidad e interés para obrar), con la
finalidad de paralizar y subsanar o, en su caso, extinguir la relación jurídica procesal”
8[8] Respecto de la naturaleza de la nulidad existe discusión en la doctrina, pues juristas como Monroy Gálvez
afirman que la nulidad es un remedio (una clase de medio impugnatorio) mediante el cual la parte o un tercero
legitimado pide el reexamen de un acto procesal o de todo un proceso; mientras que otros autores, como Chocano
Núñez, Percy “Teoría de la Actividad Procesal” Pág. 57, señala “la nulidad es la sanción procesal por la cual se
declara inválido un acto procesal, privándolo de sus efectos”. Nuestro C.P.C. lo regula en los artículos 171 al 178.
través de la Resolución No. Quince, la declara Infundada9[9] en base a los
siguientes fundamentos: Considerando Cuarto: El plazo para contestar la
demanda y reconvenir es el mismo y simultáneo, además la reconvención
debe proponerse en el mismo escrito que se contesta la demanda. Y
Considerando Quinto: El plazo otorgado para subsanar omisiones, no puede
ser interpretado y menos considerado como prolongación del plazo para la
realización de dicho acto procesal; sino “técnicamente” se habla de una
interrupción del plazo y suspensión legal del proceso, de conformidad con los
artículos 317 y 320 del Código Procesal Civil.
 
III.  FORMULACIÓN DEL PROBLEMA.
§                        ¿ Habiéndose declarado la inadmisibilidad de la
contestación de la demanda (o lo que es lo mismo la contestación de la
reconvención), el plazo otorgado por el Juez para subsanar omisiones o
defectos, según el artículo 426 del C.P.C. Faculta a la parte emplazada a
presentar una nueva contestación de demanda, ofrecer medios probatorios no
ofrecidos en la contestación de la demanda que fue declarada inadmisible; y, a
reconvenir, si no lo hizo junto con la contestación de la demanda que fue
declarada inadmisible?
§                        ¿La contestación de demanda y la reconvención
constituyen un solo acto jurídico procesal por el hecho que deben proponerse
en el mismo escrito y el plazo para interponerlos es el mismo y simultáneo?
§                        ¿El plazo otorgado por el Juez para subsanar omisiones o
defectos, interrumpe el plazo para contestar la demanda y reconvenir, y en
consecuencia el proceso se suspende?
 
IV.     ANÁLISIS.
4.1.    El plazo para contestar la demanda y reconvenir.
El artículo 491 del C.P.C. establece que el plazo, en el proceso abreviado,
para contestar la demanda, reconvenir o absolver el traslado de la
reconvención, es de diez días.
Aquí tenemos que considerar dos principios fundamentales que inspiran
nuestro ordenamiento procesal civil: El primero, el principio de
obligatoriedad de los procedimientos establecidos en la ley o llamado
también principio de vinculación y de formalidad, recogido por el artículo IX
del Título Preliminar del C.P.C.; según este principio, las normas procesales
son de derecho público y casi todas ellas contienen prescripciones de
obligatorio cumplimiento10[10]; es decir, se trata de normas imperativas o de
orden público. El segundo, el principio de celeridad procesal, recogido en
el artículo V del Título Preliminar del C.P.C. que establece “(…) La actividad
procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos establecidos”; cómo
podemos observar, este principio “se expresa a través de diversas
instituciones del proceso como, por ejemplo, la perentoriedad o

9[9] El juez al efectuar el juicio de fundabilidad, decide, en base a los fundamentos y a las pruebas, si la parte
que dedujo la nulidad tiene o no la razón.
10[10] Monroy Gálvez Juan, “Introducción al Proceso Civil” T. I. Pág. 85.
improrrogabilidad de los plazos”11[11], esto significa que si la parte ha
dejado que transcurra el plazo establecido por la ley, sin que haya efectuado
el acto procesal sujeto a dicho plazo (ejemplo: contestar la demanda o la
reconvención), ha perdido su derecho para efectuarlo; salvo el caso de los
artículos 317 y 320 del C.P.C. que establecen la interrupción del plazo y la
suspensión del proceso, respectivamente, que analizaremos más adelante.
Podemos concluir entonces que una vez fenecido el plazo de diez días, en
el proceso abreviado, la parte emplazada con la demanda o, en su caso, con
la reconvención, no podrá contestarla y tampoco podrá interponer la
reconvención, pues ha perdido su derecho para hacerlo.

4.2.   El objeto del plazo para subsanar omisiones o defectos.


El segundo párrafo del artículo 426 del C.P.C. establece que en caso de
declarar inadmisible la demanda, “el Juez ordenará que el demandante
subsane la omisión o defecto en un plazo no mayor de diez días”.
En este análisis debemos indicar que la contestación de la demanda recibe
el mismo tratamiento que la demanda, es decir que al examinarla también
pasa por los juicios de admisibilidad12[12] y de procedencia13[13]; y si es
declarada inadmisible, el juez ordenará que la emplazada subsane la omisión
o defecto en un plazo no mayor de diez días. Lo mismo sucederá en el caso
de la reconvención y su contestación.
Si recurrimos al método literal de interpretación14[14] de la norma procesal
en referencia, tenemos que subsanar significa reparar, remediar, regularizar
o enmendar un error; omisión es el no hacer, decir o señalar algo e importa
descuido u olvido; y, defecto es la carencia o falta de las cualidades propias
de una cosa, denota imperfección. Como podemos observar, los dos últimos
conceptos importan la existencia de anomalías en el acto procesal, respecto
de los requisitos legales de forma, de obligatorio cumplimiento; por lo que,
como lo expresa Carrión Lugo “advertida la omisión o el defecto de algún
requisito formal de la demanda, el juez concede al actor un plazo para
regularizar la anomalía”15[15]; pues si bien es cierto, interponer una demanda,
contestarla, reconvenir o contestar una reconvención, son actos procesales
que dependen de la voluntad de las partes, pues la acción y la

11[11] Monroy Gálvez, Juan, Op. Cit. Pág 99.


12[12] Ticona Postigo. Op. Cit. Pág. 258. “El juicio de admisibilidad importa examinar si la demanda contiene
o no todos los requisitos formales o extrínsecos exigidos por el ordenamiento jurídico”.
13[13] Ticona Postigo. Op. Cit. Pág 261. “El juez, en este juicio, analiza y verifica si la pretensión tiene los
requisitos intrínsecos o de fondo. (…) Los tres presupuestos procesales (…) y las dos condiciones de la acción.”
14[14] Marcial Rubio Correa, “La Interpretación Jurídica” Lectura No. 04 del curso: Razonamiento Jurídico de
la Academia de la Magistratura, año 2000. Pág. 60. El Método Literal consiste en “averiguar lo que la norma denota
mediante el uso de las reglas lingüísticas propias al entendimiento común del lenguaje escrito en el que se haya
producido la norma (…) Es decir que el método literal trabaja con la gramática y el diccionario”

15[15] Carrión Lugo. Op. Cit Pág. 311.


contradicción16[16] son derechos y no deberes, pero al ejercitarlos, las partes
están obligadas a cumplir con los requisitos exigidos por la ley.
Por otro lado, debemos recordar dos de los elementos de la jurisdicción,
llamados también atributos de la función jurisdiccional; la vocatio, que “es la
atribución de compeler a las partes a comparecer al proceso dentro de un
determinado plazo”17[17]; la coertio o Imperium, que “es la facultad de
emplear la fuerza pública para dar cumplimiento a medidas ordenadas dentro
del proceso y que son necesarias para su desenvolvimiento”18[18]; ello implica
que las resoluciones judiciales son de obligatorio cumplimiento, por cuanto van
acompañadas de una fuerza legítima. Estos elementos han sido recogidos
por el artículo 4 del D.S. No. 017-93-JUS, Ley Orgánica del Poder Judicial,
que establece “Toda persona y autoridad está obligada a acatar y dar
cumplimiento a las decisiones judiciales”; es decir si el juez ordena a la parte
que subsane una omisión, entonces debe subsanar dicha omisión y no volver
a contestar toda la demanda en otros términos, por cuanto estaría
desacatando el mandato judicial. Por ejemplo, si el juez señala que al
contestar la demanda se ofreció como medio probatorio la declaración de un
testigo, pero no se señaló los puntos controvertidos sobre los cuales versará
su declaración, y ordena subsanar esa omisión; entonces el recurrente debe
subsanar la omisión señalando los puntos controvertidos; pero no tiene
derecho a ofrecer medios probatorios que no los ofreció en su primigenia
contestación de demanda. Afirmar lo contrario significaría que el juez al
otorgar el plazo para subsanar omisiones o defectos está prolongando el plazo
para contestar la demanda; lo que, daría pie, como lo ha hecho hasta ahora,
que los abogados, el último día del plazo confeccionen una contestación de
demanda improvisada con la única finalidad de hacer que el juez la declare
inadmisible y tener diez días de plazo para confeccionarla con detenimiento; lo
cual atenta contra los principios de celeridad procesal, obligatoriedad de las
resoluciones judiciales y obligatoriedad de los procedimientos establecidos por
ley.
De lo expuesto podemos concluir que la finalidad del plazo otorgado por el
juez, conforme al artículo 426 del C.P.C, únicamente es para regularizar las
anomalías respecto de los requisitos formales y obligatorios que el juez ha
advertido; más no para presentar una “nueva contestación de demanda” (o en
su caso de la reconvención), pues la contestación de la demanda tiene su
propio plazo perentorio establecido en el artículo 491 del C.P.C.
 
4.3. El ofrecimiento de medios probatorios.

16[16] El derecho de acción, como el derecho de contradicción, es la aptitud que tiene toda persona, como lo
señala Monroy Gálvez, Comentarios al Código Procesal Civil Pág. 7, para “exigir del Estado tutela jurisdiccional
para un caso concreto, sea conflicto de intereses o incertidumbre jurídica”
17[17] Jorge W. Peyrano. “Derecho Procesal civil” Pág. 30.
18[18] Ibídem.
El artículo 189 del C.P.C. establece que los medios probatorios19[19] deben
ser ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, es decir con la
demanda, contestación de demanda y reconvención y contestación de la
reconvención. En concordancia, el artículo 424 señala que los medios
probatorios son requisitos de la demanda (o de la contestación); sumado a
ello, el artículo 425 dispone que todos los medios probatorios destinados a
sustentar el petitorio deben anexarse a la demanda (o a la contestación); y
aún más, el artículo 442, refiriéndose a la contestación de la demanda (o de la
reconvención), hace énfasis en el ofrecimiento de los medios probatorios. Es
decir que por regla general, los medios probatorios deben ofrecerse y
anexarse a la demanda o a la contestación de la demanda, la excepción a
esta regla es el caso de la prueba extemporánea cuando está referida a
hechos nuevos.
Alguien podrá decir, si el artículo 428 del C.P.C. faculta al demandante a
modificar o ampliar la demanda antes que sea notificada, porque no podría el
demandado modificar o ampliar la contestación de demanda -o dicho de otra
forma, presentar una nueva contestación de la demanda- si al haberse
declarado inadmisible aún no se ha notificado al demandante. Pero este
razonamiento no es posible por cuanto el mismo dispositivo legal señala, en
su tercer párrafo, que al demandado le asiste igual derecho de modificación o
ampliación, siempre que formule reconvención, caso contrario no.
De lo expuesto se concluye que todos los medios probatorios se ofrecen y
se anexan en la contestación de la demanda, no pudiendo ofrecer ni anexar
nuevos medios probatorios en el escrito de subsanación de omisiones, si
estos no fueron ofrecidos ni anexados en la contestación de la demanda
declarada inadmisible; salvo el caso de la prueba extemporánea.
 
4.4.    La contestación de la demanda y la reconvención.
Tanto la legislación procesal como la doctrina reconocen que la
contestación de la demanda y la reconvención son actos jurídicos distintos y
autónomos, cada una tienen sus propios requisitos legales y su propia
finalidad. Mediante la contestación de demanda el demando hace uso de su
derecho de contradicción con el fin de allanarse o contradecir total o
parcialmente a la pretensión del demandante, mientras que con la
reconvención el demandado hace uso de su derecho de acción con el fin de
proponer una contrademanda, solicitando que el demandante satisfaga su
pretensión.
Debemos dejar en claro que el hecho que el plazo para contestar la
demanda y reconvenir sea el mismo y simultáneo, y el que se propongan en el
mismo escrito, como lo establecen los artículos 443 y 445 del C.P.C.20[20], no

19[19] Rodríguez Esqueche, Luis Miguel. “La Prueba en el Proceso Civil” Pág. 99. “se denomina medios de
prueba a los distintos objetos o instrumentos permitidos por ley, los que al ser admitidos en el proceso, sirven para
sustentar determinada pretensión”

20[20] Art. 443 del C.P.C. “El plazo para contestar y reconvenir es el mismo y simultáneo”. Art. 445. “La
reconvención se propone en el mismo escrito en que se contesta la demanda, en la forma y con los requisitos
significa que constituyan un solo acto jurídico procesal y por lo tanto no pueda
desligarse; pues como lo hemos afirmado, es todo lo contrario y ello se da
precisamente por razones de economía procesal.
 
4.5.     La interrupción del plazo y la suspensión del proceso.
En el quinto considerando de la resolución número quince, bajo análisis,
bien afirma el juzgador que el plazo otorgado para subsanar omisiones, no
puede ser interpretado y menos considerado como prolongación del plazo
para la realización de dicho acto procesal; sin embargo efectúa una
interpretación errónea de los artículos 317 y 320 del C.P.C. al afirmar que con
el plazo de diez días para subsanar omisiones “técnicamente” se habla de
“una interrupción del plazo y suspensión legal del proceso”.
Tal interpretación es errónea por cuanto en forma clara los artículos citados
establecen “La interrupción será declarada por el juez en resolución
inimpugnable, de oficio o a pedido de parte, sustentándola en la ocurrencia
de un hecho imprevisto o que siendo previsible es inevitable” “Se puede
declarar la suspensión del proceso, de oficio o a pedido de parte, en los
casos previstos legalmente, y cuando a criterio del Juez sean necesarios”
En primero lugar, la interrupción del plazo legal, a que se refiere el artículo
317 del C.P.C., se sustenta en un hecho imprevisto; por ejemplo, como lo
afirma Carrión Lugo “una catástrofe que impida poner en funcionamiento los
organismos judiciales, o en el caso de muerte de una de las partes en el
proceso; lo cual conlleva al juez a emitir una resolución motivada, declarando
expresamente la interrupción del plazo legal”21[21].
En segundo lugar, la suspensión del proceso, a que se refiere el artículo
320 del C.P.C., tiene lugar en los casos previstos legalmente; es el caso del
artículo 79, tercer párrafo, referido a la muerte o declaración de ausencia,,
incapacidad sobrevenida, etc., en que se suspende el proceso mientras se
designe un represente o curador procesal. También procede la suspensión a
criterio del juez, tal es el caso del artículo 95 del Código en referencia,
referido al litisconsorcio necesario y la suspensión del proceso hasta que se
establezca correctamente la relación jurídico procesal. Pero en ambos caso
es necesaria una declaración judicial en la cual se exprese los motivos de la
suspensión del proceso.
Por lo tanto, con la resolución que declara inadmisible la contestación de la
demanda, no se ha interrumpido el plazo o suspendido el proceso, pues en
dicha resolución únicamente se declara la inadmisibilidad de la contestación
de la demanda y la orden de subsanar las omisiones en el plazo de diez días.
 
V.     CONCLUSIONES.
Efectuado el análisis podemos arribar a las siguientes conclusiones:
§        Una vez fenecido el plazo de diez días, en el proceso abreviado, la
parte emplazada con la demanda o, en su caso, con la reconvención, no podrá

previstos para ésta, en lo que corresponda”.


21[21] Carrión Lugo, Jorge. Op. Cit. Págs. 316 y 317
contestarla y tampoco podrá interponer la reconvención, pues ha perdido su
derecho para hacerlo.
§        La finalidad del plazo otorgado por el juez, conforme al artículo 426
del C.P.C, únicamente es para regularizar las anomalías respecto de los
requisitos formales y obligatorios que el juez ha advertido; más no para
presentar una “nueva contestación de demanda” (o en su caso de la
reconvención), pues la contestación de la demanda tiene su propio plazo
perentorio establecido en el artículo 491 del C.P.C.
§        Todos los medios probatorios se ofrecen y se anexan en la
contestación de la demanda; no pudiendo ofrecer ni anexar nuevos medios
probatorios en el escrito de subsanación de omisiones, si estos no fueron
ofrecidos ni anexados en la contestación de la demanda declarada
inadmisible; salvo el caso de la prueba extemporánea.
§        La contestación de la demanda y la reconvención son actos jurídicos
distintos y autónomos, cada una tienen sus propios requisitos legales y su
propia finalidad; y, el hecho que el plazo para interponerlas sea el mismo y
simultáneo, y el que se propongan en el mismo escrito, se da sólo por razones
de economía procesal. Por lo tanto si el demandado lo desea puede contestar
la demanda y reconvenir, o solamente contestar la demanda. En este último
caso, si su contestación es declarada inamisible, el demandando, al subsanar
las omisiones, no podrá proponer una reconvención.
§        Con la resolución que declara inadmisible la contestación de la
demanda, no se interrumpe el plazo o suspende el proceso, pues en dicha
resolución únicamente se declara la inadmisibilidad de la contestación de la
demanda y se ordena subsanar las omisiones o defectos en un plazo no
mayor de diez días.
§        Finalmente concluimos afirmando la necesidad de hacer
algunas presiones en el Código Procesal Civil, respecto del tema
analizado; lo cual pondrá fin a la mala costumbre de presentar
contestaciones de demandas (o en su caso, de reconvenciones)
improvisadas o mal intencionadas; y, evitaremos se atente contra los
principios de celeridad procesal, obligatoriedad de las resoluciones
judiciales y obligatoriedad de los procedimientos establecidos por ley.

 
Revista Jurídica de Cajamarca.
Jesús Portal Castrejón.
INADMISIBILIDAD DE LA
CONTESTACIÓN DE LA
DEMANDA
13 Octubre, 2009 Alexander Rioja Bermudez 9 Comentarios contestación, demanda, gaceta juridica, inadmisibilidad

INADMISIBILIDAD DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

I. INTRODUCCIÓN
El principio fundamental de carácter constitucional de la inviolabilidad de la
defensa se concreta en materia procesal, principalmente, en la contestación
de la demanda. El demandado podrá así hacer frente a las alegaciones del
accionante y de paso quedan fijados los alcances del conflicto, esto es, los
hechos sobre los que recaerá la prueba, dado que la sentencia definitiva versa
necesariamente sobre las cuestiones planteadas tanto por el demandante
como por el demandado.
Ahora bien, por más que la contestación responda a la necesidad de
garantizar la defensa, al igual que la demanda, debe contar con determinados
requisitos formales fijados taxativamente en el Código Procesal Civil. El
incumplimiento de estos, supone, en principio, la concesión de un plazo de
subsanación que fija el juez.
Los problemas se presentan, sin embargo, cuando la contestación no es
subsanada. El primero se vincula a la razón por la cual se rechaza la
contestación. Así, por ejemplo, no resulta discutible el rechazo definitivo de la
contestación si el demandado no expresa la fundamentación jurídica en la que
basa su defensa. Sin embargo, sería más cuestionable tal rechazo si
simplemente no se cumplió con adjuntar el pliego interrogatorio que
correspondía a uno de los testigos ofrecidos, ¿no correspondería en este caso
declarar inadmisible únicamente la prueba testimonial presentada y no la
contestación completa?
El segundo problema tiene que ver con la declaración de rebeldía. Así, ante la
falta de subsanación, ¿resulta de aplicación el artículo 458 del Código
Procesal Civil, conforme al cual si transcurre el plazo para contestar la
demanda y el demandado no lo hace, se le declarará rebelde? O sea, ¿se
debe equiparar la situación de aquel que de algún modo contestó pero no
subsanó, que la de quien de plano guarda total silencio frente a la acción en
su contra?

II. CONTRADICCIÓN Y CONTESTACIÓN


Antes de seguir, cabe precisar que frente al derecho de acción existe el de
contradicción. Así, pues, al igual que el accionante exige la tutela jurisdiccional
efectiva del Estado para que se protejan sus intereses, de igual modo el
destinatario de la acción puede procurar la defensa de los suyos. Ello lo hace
ejercitando su derecho de contradicción.
La forma de viabilizar este derecho es a través de la contestación de la
demanda, pero también cabe la reconvención. El emplazado puede optar
también por allanarse y cumplir la obligación, pero lo común es que se
nieguen los hechos y derechos alegados por el demandante, de modo que la
contestación es un acto jurídico procesal mediante el cual el demandado
responde, casi siempre, contradiciendo y pidiendo protección jurídica.
Finalmente, cuando el emplazado reconviene, agrega su propia pretensión al
proceso iniciado en su contra.
El artículo 442 del Código Procesal Civil regula los requisitos que debe cumplir
la contestación de la demanda. Son, en lo que corresponda, los mismos
requisitos exigidos para la demanda. Adicionalmente el demandado tiene que
pronunciarse sobre cada hecho expuesto en la demanda, advirtiéndose que su
silencio sobre algún punto podrá ser asumido como una aceptación de lo
dicho por el demandante. Igualmente, constituye un deber del demandado
pronunciarse expresamente sobre los documentos cuya autenticidad o
recepción le haya sido atribuida.

III. INADMISIBILIDAD Y REBELDÍA


El juez declara inadmisible un acto procesal cuando carece de un requisito de
forma o este se cumple defectuosamente. Por regla general los requisitos de
forma son subsanables, dado su carácter extrínseco. En tal sentido, la
inadmisibilidad es un modo preventivo de nulidad procesal que se introduce al
proceso, poniéndose de manifiesto la omisión o defecto formal en que incurrió
la parte y con la finalidad de que, como condición para la admisión del escrito
o recurso, tal irregularidad sea subsanada. Si el demandando no cumpliera
con subsanar el defecto u omisión sobrevendrá una sanción, que se traduce
en el rechazo del escrito y, en nuestro caso, de la contestación de la
demanda.
Lo cierto es que la no presentación de la contestación supone un grave
perjuicio para el demandado, dadas las implicancias de la declaración de
rebeldía, esto es, la presunción de veracidad de lo señalado en la demanda.
Ahora bien, tal como ya lo preguntamos ¿esta situación se extiende a los
casos de falta de subsanación, luego de presentada una contestación con
errores formales o solo debe vincularse a la ausencia de contestación alguna?
Debe entenderse que abarca ambos supuestos, pues la declaración de
inadmisibilidad supone, en el fondo, la no contestación, que es precisamente
el presupuesto para la aplicación del artículo 458 antes citado, lo que deriva
en la declaración de rebeldía.
La declaración de rebeldía genera una percepción de verosimilitud de los
hechos que sustentan la demanda, al punto de ser mérito suficiente para
conceder medidas cautelares contra el emplazado. Sin embargo, la rebeldía
no es suficiente por sí sola para que el juez admita la verdad de lo afirmado
por la otra parte, porque la sentencia debe ser pronunciada valorando los
hechos y pruebas existentes, e incluso pueden actuarse pruebas de oficio.
IV. ANÁLISIS DE AUTO QUE DECLARA INADMISIBLE LA
CONTESTACIÓN
En el presente caso nos encontramos frente a un auto que declara inadmisible
la contestación a una demanda y da un plazo de tres días para subsanar. La
particularidad, sin embargo, está en el motivo de la inadmisibilidad y el
apercibimiento ante la falta de subsanación: “que, el artículo doscientos
veintitrés del Código Procesal Civil acotado señala los requisitos para el que
propone la declaración de testigos, esto es que debe indicar el nombre,
domicilio y ocupación. El desconocimiento de la ocupación deberá ser
expresado por el proponente. Asimismo debe especificar el hecho
controvertido respecto del cual va a declarar; …que, es de advertirse del
escrito que antecede, que no se ha dado cumplimiento a lo expresado en los
considerandos anteriores, por cuyas razones y estando además a los
dispositivos glosados: Se declara INADMISIBLE el escrito de contestación que
antecede, concediéndole el demandado el plazo de TRES días a fin de que
subsane las omisiones incurridas, bajo apercibimiento de tenerse por no
presentado el escrito que antecede”.
Entonces, al no haberse señalado la ocupación y el hecho sobre el cual iba a
declarar el testigo, se dispone la inadmisibilidad de la demanda y se concede
un plazo para la subsanación, lo cual es correcto. Sin embargo, resulta
cuestionable que ante la falta de subsanación el apercibimiento sea que se
tenga por no presentado el escrito,
Y es que, en realidad, no hay razón que justifique que no se admita la
contestación cuando el error formal versa sobre un medio probatorio, no
obstante que esto sea una práctica judicial común. La razón no descansa solo
en la necesidad de salvaguardar el derecho de defensa del demandado, no
viéndose perjudicado por un defecto formal absolutamente accesorio, sino
porque además el propio Código Procesal Civil concibe un momento para la
admisión de los medios probatorios, dentro de la etapa del saneamiento
probatorio. Es cierto que en esta etapa se hace un análisis más de fondo,
vinculado a la pertinencia de los medios probatorios frente a los puntos
controvertidos, pero dilucidándose también aquí las tachas y oposiciones. En
suma, se evidencia del propio Código que un medio probatorio es objeto de un
análisis de admisibilidad específico, por lo cual si al ser ofrecido en la
contestación no se cumple con algún requisito formal, como sucedió en el
presente caso, el medio probatorio deberá ser rechazado, pero ello no tiene
por qué afectar a toda la contestación.
Lo contrario supone admitir la posibilidad de que pueda rechazarse una
contestación por un defecto formal respecto de un medio probatorio que
finalmente puede ser declarado impertinente o inadmisible al momento de
efectuarse el saneamiento probatorio, en caso, por ejemplo, de que no fuera
acorde a los puntos controvertidos. Esto no tiene mayor lógica y, en el fondo,
resulta injusto.

ACTO O PIEZA PROCESAL RESOLUCIÓN QUE DECLARA


INADMISIBLE LA CONTESTACIÓN.
Exp. Nro. 172
Resolución Nro. OCHO
Lima, diecisiete de mayo de mil novecientos noventicuatro.-
AUTOS Y VISTOS; y Considerando; Primero: que, conforme lo dispone el
artículo cuatrocientos cuarentidós del Código Procesal Civil, al contestar
la demanda el demandado debe observar los requisitos previstos para la
demanda; pronunciarse con respecto a cada uno de los hechos expuestos
de la demanda. El silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica
pueden ser apreciados por el juez como reconocimiento de verdad de los
hechos alegados; exponer los hechos en que funda su defensa en forma
precisa, ordenada y clara; ofrecer los medios probatorios, entre otros;
Segundo: que, el artículo ciento ochentinueve del Código Procesal
establece que la oportunidad para ser ofrecidos los medios probatorios
por las partes, es en los actos postulatorios; Tercero: que, el artículo
doscientos veintitrés del Código acotado señala los requisitos para el que
propone la declaración de testigos, esto es que debe indicar el nombre,
domicilio y ocupación. El desconocimiento de la ocupación deberá ser
expresado por el proponente. Asimismo, debe especificar el hecho
controvertido respecto del cual va a declarar; Cuarto: que, es de
advertirse del escrito que antecede, que no se ha dado cumplimiento a lo
expresado en los considerandos anteriores, por cuyas razones y estando
además a los dispositivos glosados: Se declara INADMISIBLE el escrito
de contestación que antecede, concediéndole el demandado el plazo de
TRES días a fin de que subsane las omisiones incurridas, bajo
apercibimiento de tenerse por no presentado el escrito que antecede.
Sara Taipe Chávez JUEZA ESPECIALIZADA EN LO CIVIL.
Documento Actual:
129 Tomos – Diálogo con la Jurisprudencia > Tomo 60 – Setiembre 2003
> ANÁLISIS DE ACTOS Y PIEZAS PROCESALES > INADMISIBILIDAD
DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
LA NOTIFICACIÓN EN EL
PROCESO CIVIL
15 Octubre, 2009 Alexander Rioja Bermudez 3 Comentarios actos procesales, notificaciones, procesal civil

LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN EN EL PROCESO CIVIL


Héctor Huanca Apaza
Profesor de Teoría General del Proceso
Universidad Nacional de San Agustín

SUMARIO:
1.- Generalidades. Planteamiento.
2.- Significado etimológico. Concepto de notificación.
3.- Historia de la notificación.
4.- Naturaleza de la notificación.
5.- Importancia y finalidad de la notificación.
6.- Clases de notificaciones.
7.- Las notificaciones en el Código procesal civil peruano.
8.- Otras reglas de notificación que no prevé el CPC.
9.- Conclusiones.

1. GENERALIDADES. PLANTEAMIENTO
En general los autores coinciden en afirmar que los actos procesales en un
proceso, pueden ser: de las partes, del tribunal y los de terceros; de todos
ellos, dentro de los actos del Tribunal, pueden distinguirse a su vez los
decisorios, de documentación y de comunicación. En los últimos, la forma
principal de comunicación es la notificación.
La función comunicante (22) es necesaria, por múltiples motivos, y a la vez la
que mayores problemas presenta, pues con toda la tecnología de un mundo
globalizado, los sistemas procesales de los diversos países aún no superan
los problemas que se generan en un proceso judicial, que van desde la
elección del sistema de comunicación o notificación que debe adoptarse,
hasta la definición de la calidad o condición de las personas que deben
cumplir tal función.
Por ello pretendemos analizar el tema de las notificaciones desde el punto de
vista del significado histórico y actual, su clasificación y naturaleza, así como
precisar su tratamiento y defectos en el Código procesal civil peruano.

2. SIGNIFICADO ETIMOLÓGICO. CONCEPTO DE NOTIFICACIÓN


En cuanto a su significado etimológico, algunos autores afirman que proviene
de los vocablos notus y facere que significan “actos dirigidos a notificar” ( 23).

22 Véscovi, Enrique: TEORÍA GENERAL DEL PROCESO, 2da edición actualizada, Editorial Temis
23 Rodríguez, Luis: NULIDADES PROCESALES, Editorial Universidad de Buenos Aires, Buenos
Aires, 1987, p. 221.
Sin embargo, otros como Parra Quijano, afirman que deriva de “noticia”, y ésta
a su vez del latín notitia: noción, conocimiento (24).
Pero en su significado actual, ¿qué es notificar?, ¿qué debemos entender por
notificación? Al respecto son diversos los conceptos que los tratadistas nos
ilustran. Podemos citar los siguientes.
Luis A. Rodríguez, nos dice, que notificar es “hacer saber” una resolución
judicial (25).
Para Guillermo Cabanellas, es el “Acto de dar a conocer a los interesados la
resolución recaída en un trámite o en un asunto judicial” (26). El mismo autor,
en otra acepción, afirma que es la “comunicación de lo resuelto por una
autoridad de cualquiera índole”. “Documento en que consta tal documentación
y donde deben figurar las firmas de las partes o de sus representantes” (27).
Para Enrique Véscovi “La notificación, es pues, un acto de comunicación. Ese
es su fin: el de transmisión” (28).
Mario Alzamora Valdez afirma que se denominan notificaciones a “los actos
del juez o del tribunal destinados a hacer saber en forma legal a las partes o a
terceros una resolución” (29).
Nuestro Código Procesal Civil, en el art. 155º, prescribe que la notificación
tiene por objeto poner en conocimiento de los interesados el contenido de las
resoluciones judiciales.

3. HISTORIA DE LA NOTIFICACIÓN

La notificación, es un acto tan antiguo como el Derecho, pues en Roma existía


el In Jus Vocatio (30). El actor era el encargado no sólo de citar en forma
personal, sino también de conducir, incluso por la fuerza, al demandado ante
el Tribunal. Se establecían severas penas para aquel que se resistiera a ser
conducido y a sus amigos y parientes que le ayudaran. Por supuesto este
sistema trajo inconvenientes. Luego con Marco Aurelio, este sistema se
sustituyó por la Litis Denuntiatio, que consistía en el llamamiento que hacía el
actor, por escrito, con intervención de testigos, pero siempre en forma privada.
Existía también el Edictio Actionis, que significaba indicación de la acción, esto
es, la notificación o traslado mediante el cual el actor ponía en conocimiento
del demandado la acción entablada contra él. Fue Constantino quien hizo
intervenir al los funcionarios públicos en la citación y Eliminó a los testigos.
Pero fue en el Derecho Justinianeo donde se encargó esta tarea
exclusivamente a los funcionarios. La tarea lo realizaba el executor o el viator,

24 Parra Quijano, Jairo: DERECHO PROCESAL CIVIL, Editorial Temis, Santa Fe de Bogotá, p.
263.70
25 Rodríguez, Luis: Op. Cit., p. 221.
26 Cabanellas, Guillermo: DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE DERECHO USUAL, Editorial
Heliasta, Tomo V J-O, 24° edición, Buenos Aires, 1996, pp. 574 y 475.
27 Cabanellas, Guillermo: Idem.
28 Véscovi, Enrique: Op. Cit., p. 243.
29 Alzamora Valdez, Mario: DERECHO PROCESAL CIVIL. TEORÍA GENERAL DEL PROCESO,
8° Edición, Ediciones Eddili, Lima, p. 331.
30 Véscovi, Enrique: Op. Cit., p. 243. Derecho Procesal Civil 71
en quienes se encontraría el lejano antecedente de los actuales notificadores.
En el Derecho Moderno, la notificación la efectúan siempre los funcionarios
públicos. En algunos países funcionarios públicos del propio Juzgado o
Tribunal, y en otros, funcionarios no judiciales.
En el caso del Perú, hasta hace pocos años, las notificaciones en los procesos
civiles eran encargadas exclusivamente al propio funcionario del Juzgado o
Tribunal; actualmente, como sabemos, esta tarea la comparten, tanto el propio
secretario judicial (funcionario del Estado) como los notificadores (no
judiciales) pertenecientes a una concesionaria (empresa privada), que prestan
el servicio de la notificación a determinado número de Juzgados y Salas y en
determinadas ciudades.

4. NATURALEZA DE LA NOTIFICACIÓN
Como se ha afirmado, la notificación es un acto de comunicación. Por
consiguiente es un acto autónomo (31), esto significa, que es distinto a otro
acto que generalmente contenido en él, que es lo que se comunica. Como
acto autónomo, cualquier imperfección, como por ejemplo su nulidad, no
afecta en su contenido, esto en el acto notificado. Así, la nulidad de la
notificación de la sentencia no afecta a ésta. Además es un acto formal, pues
está sujeto a determinadas formas, inclusive relativas a su documentación.
Estas formalidades las fijan las leyes o Códigos procesales.

5. IMPORTANCIA Y FINALIDAD DE LA NOTIFICACIÓN


De todos los actos de comunicación que se realizan en los Juzgados o
Tribunales (oficios, notificaciones, memorándum al personal, boletas de salida
o permisos, etc.), el más importante es el acto procesal de la notificación, pues
sin este acto la comunicación de providencias o resoluciones sería secreta y
las partes carecerían de la oportunidad para contradecirlas o impugnarlas, y
por tanto se les impediría ejercitar el derecho Constitucional de defensa. Por
ello, una regla general, bajo la cual actúan los órganos jurisdiccionales, es que
ninguna resolución puede cumplirse o ejecutarse, ni quedar firme o
ejecutoriada, sin haber sido antes notificada a todas las partes, salvo algunos
decretos de mero trámite que la ley autoriza, o las resoluciones que se refieran
a medidas cautelares o los mandatos de detención que se ejecutan antes de
su notificación a la parte afectada con la medida.
Una notificación imperfecta o falsa puede causar enormes perjuicios
económicos y personales (moral) a las partes del proceso judicial, pues en
ellas se ventilan y se van a definir desde sus derechos más personales
(nombre, domicilio, imagen, intimidad, honor, etc.), pasando por sus derechos
de familia (patria potestad, hijos, tutela, alimentos, matrimonio, etc.), hasta sus
derechos patrimoniales (propiedad, posesión, bienes, deudas o acreencias,
herencias, etc.).
Por todo ello, se hace necesario y exigible que este acto sea el más perfecto,
seguro, transparente, confiable y eficaz. En cuanto a su esencia y finalidad

31 Véscovi, Enrique: Op. Cit., p. 243.


primordial, es la de garantizar la defensa en juicio. Cumple con efectivizar y
dar ejercicio al principio del contradictorio o de bilateralidad, pues ambas
partes, por estar en igualdad de condiciones, deben tener conocimiento de
todas las resoluciones o actos procesales -salvo ciertas excepciones-, que
dicta el órgano jurisdiccional al que se halla sometido su conflicto.

6. CLASES DE NOTIFICACIONES
Devis Echandía (32), clasifica las notificaciones en:
a) Personales, que informan directa y personalmente al interesado la
existencia de la resolución;
b) Por conducta concluyente, se produce cuando la parte que debía recibirla
presenta un escrito en el cual se da expresamente por sabedor de la
resolución o lo manifiesta verbalmente en una audiencia o diligencia;
c) Por retiro del expediente, que rige sólo para los procesos civiles o laborales
y no penales, se produce cuando una parte retira el expediente de la
Secretaría en los casos autorizados por ley, y se entiende notificada con las
resoluciones que aparezcan en aquél;
d) Por aviso, se autoriza únicamente en ciertos casos especiales y para
determinadas resoluciones en los procesos civiles, v.g. la que admite una
reforma de la demanda o la que cita a un reconocimiento de documentos;
e) Por emplazamiento y con curador ad litem, procede cuando se ignora el
domicilio del demandado y se jura esta circunstancia por el actor;
f) Por acto secretarial, se efectúa mediante un aviso que el secretario fija en
lugar visible de la Secretaría; y
g) En Estrados, opera en procesos civiles y laborales, en los que se entiende
que las resoluciones dictadas durante una audiencia, quedan notificadas allí y
ese día a todas las partes, hayan o no concurrido; salvo la excepción de
resoluciones que tienen que notificarse a los rebeldes.

Monroy Cabra (33), también hace una clasificación de las notificaciones similar
a la anterior:
a) personales,
b) por estrado,
c) por edicto,
d) cuando surten en diligencias o audiencias, y
e) por conducta concluyente.

Parra Quijano(34), clasifica las notificaciones en:


a) personal,
b) por estado,
c) por edicto,

32 Echandía, Devis: TEORÍA GENERAL DEL PROCESO, Editorial Universidad de Buenos Aires,
Buenos Aires, 1985, pp. 618-628.
33 Monroy Cabra, Gerardo: PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL CIVIL, Editorial Temis S.A.,
Santa Fe de Bogotá, 1988, p. 275.
34 Parra Quijano, Jairo: DERECHO PROCESAL CIVIL, Tomo I, Parte General, Editorial Temis, Santa
Fe de Bogotá, p. 263.
d) por conducta concluyente,
e) por estrados,
f) por aviso.

Luis A. Rodríguez, clasifica las notificaciones en expresas y tácitas (35). Las


primeras se dan cuando por exigencia de la ley se requiere un acto formal de
transmisión. Las segundas, también llamadas implícitas, son aquellas que no
requieren de un acto formal de transmisión y la notificación se infiere de la
actitud asumida por la parte. Dentro de estas últimas también se ubican las
notificaciones fictas.

7. LAS NOTIFICACIONES EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL PERUANO


En el Código procesal civil peruano, las notificaciones se regulan en forma
general en el Título V, en los arts. 155º al 170º; normas que son aplicables a
todos los tipos de procesos que prevé el Código (de conocimiento, abreviados,
sumarísimos, cautelares, de ejecución y no contenciosos); sin embargo,
existen ciertas reglas especiales para determinados actos de notificación que
se regulan en cada tipo de proceso.

REGLAS GENERALES:
Veamos las reglas generales y que a la vez regulan las clases de notificación
en nuestro Código: Así tenemos:
a) La Notificación por Cédula. (Art. 157º). Esta es la forma de notificación
común o general, que consiste en la entrega de una documentación llamada
cédula, que contiene información esencial sobre el expediente, las partes, el
juzgado, el destinatario y su domicilio, trascripción de la resolución, fecha y
firma del secretario, así como mención de copias que se adjuntan.
Las notificaciones por cédulas se efectúan sólo de las resoluciones que
enumera en numerus apertus, el art. 157º del CPC., esto es, que no son las
únicas, sino que el juez, además de las enumeradas, puede ordenar que se
notifique por cédula otra resolución siempre que la motive (inciso 11).
Corresponde al juez, en uso de la facultad ordenatoria, precisar y fundamentar
qué resolución, además, puede disponer se notifique por cédula.
Esta forma de notificación adoptada y mantenida por el codificador, nos
advierte que los actos de notificación, deben ser regidos por el principio del
conocimiento real, que impera en la mayoría de los Códigos y desde épocas
muy antiguas. En la actualidad, el sistema aún mantiene su vigencia.
a.1) Persona y lugar de entrega de las cédulas (último párrafo art. 158º). Se
entregan por el órgano de auxilio judicial o por el encargado de la oficina
respectiva (Central de Notificaciones), en el domicilio real o legal, o en el
procesal señalado en el expediente.
a.2) Constancia de entrega (arts. 158º in fine, y 160º). Del acto de la entrega
de la copia de la cédula al interesado, se deja constancia del lugar, día y hora
del acto, así como el nombre, firma e identificación del receptor; el original se

35 Rodríguez, Luis: Op. Cit., p. 223.


agrega al expediente, con nota de lo actuado, suscrita por el notificador y el
interesado, salvo que se haya negado o no pueda firmar, de lo cual también se
dejará constancia.
a.3) Caso de entrega de cédulas a personas distintas (art. 161º). Cuando el
notificador no encontrara a la persona a quien va a notificar la resolución que
admite la demanda, le dejará aviso para que espere el día indicado, con el
objeto de notificarlo. Si en la nueva fecha tampoco se le encontrara, se
entregará la cédula a la persona capaz que se encuentre en la casa,
departamento u oficina, o al encargado del edificio, procediendo conforme al
art. 160º (ver literal a.2). Si no pudiera entregarla, la adherirá en la puerta de
acceso correspondiente a los lugares citados o la dejará debajo de la puerta,
según sea el caso.
Conviene precisar si esta regla sólo se aplica al caso de la notificación con el
admisorio de la demanda, ¿esto es en domicilios reales?, ¿o se extiende a las
notificaciones por cédulas en domicilios procesales? ¿Se puede dejar cédulas
en domicilio procesal o legal por debajo de la puerta o f ijadas en ellas? Nos
parece que la interpretación admite los dos sentidos, pues en sentido
extensivo se puede notificar en esta forma en los domicilios procesales; y en
sentido estricto no se podría, pues se trata de una regla especial y sólo
aplicable al caso de la notificación del auto admisorio, tanto más, si este
artículo en su último párrafo precisa que esta forma de notificación es
aplicable a las notificaciones de resoluciones a los rebeldes, que son quienes
precisamente no se han apersonado al proceso. Este es un tema debatible y,
sobre el particular, requiere una precisión legal o en su caso la adopción de un
criterio jurisdiccional uniforme, dado el carácter formal del acto de notificación.
b) Notificación por Nota (art. 156º). Esta es una forma de notificación en la que
no se utiliza cédulas, y sólo es permitido respecto de resoluciones no
señaladas o no enumeradas en el art. 157° del CPC., (que detalla las
resoluciones que deben notificarse por cédulas obligatoriamente). Las
notificaciones por nota, por ficción de ley, quedan notificadas en la Secretaría
del Juzgado o Sala, los días martes o jueves, o el día siguiente hábil; para lo
cual debe publicarse en parte visible del Juzgado y en la Secretaría, una
relación firmada y sellada por el secretario en la que se hará constar un listado
numérico de los expedientes con resoluciones a notificarse en la fecha.
Esta forma de notificación, también denominada notificación automática,
constituye una excepción al principio del conocimiento real, adoptado por el
codificador con el fin de dar agilidad al trámite del proceso, erradicar la
morosidad, y descargar la labor de los secretarios. Sin embargo, tan rígido
sistema en la doctrina es criticado, argumentado que puede conspirar contra
los propios intereses de las partes, además de las numerosas secretarías que
existen en una Sede de Corte Distrital, y la ubicación de diversos órganos
jurisdiccionales llamados de periferie; empero, dependerá de cada juez
disponer, en aplicación del
Inc. 11º) del art. 157º del CPC., que determinadas resoluciones trascendentes
en el proceso no sean notificadas por nota, sino mediante cédula.

c) Notificación por Comisión (art. 162º). Aquella se practica cuando la persona


a notificarse domicilia en lugar distinto a la sede del juzgado, dentro del
territorio nacional, o en el extranjero, para lo cual se libra un documento
denominado exhorto. Este documento es redactado por el Secretario y
contiene copia de los principales actuados para la notificación, bajo firma del
juez y secretario.

d) Notificación por Telegrama o Facsímil u otro medio (art. 163º). Se permite


esta forma de notificación para determinados casos en los que debe
notificarse resoluciones por cédulas. No se puede, verbi gracia, el traslado de
la demanda, la sentencia, y otros que enumera el artículo. Esta forma de
notificación la efectúa el secretario.

e) Notificación por Edictos (arts. 165º a 168º). Procede en los casos en que se
trate de notificar a personas inciertas (cuya existencia está en duda), o
personas desconocidas (se sabe su existencia, pero su domicilio se ignora).
Requiere el juramento del interesado o su promesa de haber agotado las
gestiones para ubicar el domicilio de la persona a notificar. También procede
cuando deba notificarse a más de diez personas que tienen un derecho
común; a pedido de parte, puede ordenarse que sean notificadas por edictos.
Los edictos se publican en el Diario Oficial “El Peruano” y en otro de mayor
Circulación del lugar del último domicilio del citado, si fuera conocido o, en su
defecto, en el lugar del proceso.

f) Notificación por Radiodifusión (art. 169º). En los casos en que procede la


notificación por edictos, a pedido de parte o de oficio, puede ordenarse
además que la notificación se haga por radiodifusión.

REGLAS ESPECIALES:
Además de las reglas generales que anteceden, se prevén en ciertas
circunstancias y para determinadas materias, reglas especiales que deben
cumplirse en el acto de la notificación. Así tenemos:

a) Caso de la notificación en las audiencias (art. 376º, inc. 2º). Se dispone que
la apelación de un auto expedido en una audiencia, se interponga en el mismo
acto. Lo que nos conduce a afirmar que las notificaciones de las resoluciones
o autos expedidos en las audiencias se dan por notificados en el mismo acto
de la audiencia, haya o no concurrido la parte agraviada, salvo que se trate de
una resolución que deba notificarse a un rebelde, en los casos del art. 459º.
Esta forma especial de notificación, se denomina, en otros sistemas,
notificación en estrado.

b) Caso de la notificación con el admisorio en las demandas sobre desalojo


(art. 587º). Si al momento de la notificación del admisorio, se advierte (por el
notificador) la presencia de un tercero, quien lo notifique lo instruirá del
proceso iniciado, su derecho a participar en él, y el efecto que va a producirle
la sentencia. En esta misma materia, según el art. 589º, además de la
dirección domiciliaria indicada en la demanda, ésta debe ser notificada en el
predio materia de la pretensión, si fuera distinta. Si el predio no tiene a la vista
numeración que lo identifique, el notificador cumplirá su cometido inquiriendo a
los vecinos y redactando un acta sobre lo ocurrido.

c) Caso de la notificación de la medida cautelar (art. 637º). Al término de la


ejecución de una medida cautelar o en acto inmediatamente posterior, se
notifica al afectado. En ese caso la cédula de notificación, además de la copia
de resolución que concede la medida cautelar y copia de la solicitud de la
medida cautelar, deberá anexar la copia del acta o documento que acredite la
ejecución de la medida cautelar.

8. OTRAS REGLAS DE NOTIFICACIÓN QUE NO PREVÉ EL CPC


Como se ha detallado en supra 6, existen otras formas de notificación,
además de las expuestas; así, el caso de la notificación por retiro del
expediente, que no se prevé en el CPC vigente. Es común en nuestro medio
judicial, que los abogados y sus patrocinados concurran a las secretarías de
los juzgados y soliciten ver el expediente; a efectos de entregárselos a su
poder en la secretaría o sala de lectura, consideramos necesario que se
adopte un sistema, como una forma especial de notificación, para lo cual debe
habilitarse un libro o registro de entrega de expedientes solicitados. Dentro de
los avances tecnológicos, debe considerarse asimismo la notificación por
email o correo electrónico. Esta forma de notificación se encuentra prevista
por el art. 163º, cuando hace referencia a “u otro medio idóneo”; sin embargo
nos encontramos con una dificultad cuando el art. 164º nos exige ciertas
formalidades, tales como la emisión de un doble ejemplar. No obstante ello,
nada impide que el Secretario imprima el texto del ordenador que es objeto de
la notificación por e-mail , y actuando como fedatario de los actos procesales,
coloque bajo su firma constancia de la notificación, agregando dicho ejemplar
al expediente. Por supuesto los actos a notificarse se limitarían a los que
prevé el citado numeral 163º del CPC.

9. CONCLUSIONES
Primera. La notificación, dentro de los actos del órgano jurisdiccional, es el
acto de comunicación más importante que permite el ejercicio del derecho de
defensa y hace efectivo el principio contradictorio o bilateral.
Segunda. La naturaleza del acto de notificación, es uno de carácter autónomo
y formal.
Tercera. El sistema de notificaciones del Código procesal civil peruano,
contiene reglas generales y especiales; mantiene en forma parcial el principio
del conocimiento real (por cédula), y un sistema excepcional o especial (entre
ellos por nota); sin embargo, se faculta al juez el que pueda disponer la
notificación por cédula de aquellas resoluciones que considere importantes o
transcendentes.
Cuarta. El nuevo Código procesal civil peruano, no prevé el sistema de
notificación por retiro del expediente; siendo conveniente que se adopte como
una forma de notificación.
Quinta. La notificación por e-mail o correo electrónico puede ser efectuada por
el Secretario Judicial, actuando como fedatario de los actos procesales, y
dentro del supuesto normativo del art. 163º del CPC.

La Rebeldía en el Proceso
Civil Peruano
Hoy en día se puede apreciar los conceptos muy similares que guarda la
figura de la rebeldía en nuestro ordenamiento procesal, para muchos autores,
la rebeldía no es otra cosa que la no comparecencia del demandado frente a
un proceso en un tiempo determinado. FLORES POLO, en su Diccionario
Jurídico Fundamental, define a la rebeldía en materia procesal como “la
situación en que se coloca quien debidamente notificado para comparecer en
un juicio o realizar acto procesal, no lo hace dentro del plazo legal
correspondiente”
Citando a LEDESMA NARVÁEZ, nos dice que “la rebeldía es una modalidad
de inacción del demandado que se configura no con la ausencia de éste en el
proceso sino con la omisión para contestar la demanda dentro del plazo
señalado. La parte puede apersonarse al proceso y no contestar la demanda
e incurre en rebeldía”. Si seguimos el concepto de la maestra, y al cual yo me
aúno, diríamos que la rebeldía se basa exclusivamente en no contestar la
demanda dentro del plazo legal determinado. Pero para que esto suceda, el
demandado tiene que estar debidamente notificado y de forma oportuna, caso
contrario, no operará la figura de la rebeldía. Es así, que el artículo 458° del
CPC, manifiesta que si transcurrido el plazo para contestar la demanda, el
demandado a quien se le ha notificado válidamente ésta no lo hace, se le
declarará rebelde”.
En consecuencia, referirnos a la rebeldía, presupone la inacción del
demandado para contestar la demanda dentro de un plazo legal determinado,
no teniendo la obligación para hacerlo, pues al ser notificado con la demanda,
éste optará por contestarla o no, lo que presupone que la contestación de la
demanda no es coercitiva sino meramente facultativa. Por lo tanto, nuestro
ordenamiento procesal no obliga a contestar la demanda, sino que faculta al
demandado para hacerlo.
Ahora bien, si la norma procesal no obliga al demandado a contestar la
demanda, pareciera que tratara de cierta forma sancionarlo o castigarlo. Pues
haciendo una interpretación literal de los artículos que regulan la figura de la
rebeldía, se puede apreciar que ninguno hace referencia al cese de la
rebeldía, lo que da lugar a la siguiente pregunta, si el demandado se apersona
al proceso ¿cesa el estado de rebeldía? 
El profesor ZUMAETA MUÑOZ, con relación al apersonamiento del rebelde al
proceso, nos dice que “el juez deberá decretar el cese de estado de rebeldía y
como al apersonarse ha constituido domicilio procesal dentro del radio urbano,
las futuras notificaciones serán remitidas al indicado domicilio”. Si bien es
cierto que el rebelde al apersonarse al proceso constituye domicilio procesal,
ello no es razón suficiente para que un juez decrete el cese de estado de
rebeldía, teniendo en consideración que la rebeldía no gira en torno a un
apersonamiento, sino a que éste no conteste la demanda dentro del plazo
legal determinado, por consiguiente, el rebelde siempre será rebelde.
Por consiguiente, una vez vencido el plazo para contestar la demanda, el
demandado habrá dejado pasar  una excelente oportunidad para hacer valer
su derecho de defensa, dejando de lado las excepciones que la ley le prevé y
la posibilidad de presentar argumentos que desbarate la posición del
demandante, por lo tanto, el próximo paso a seguir será el de notificar la
declaración de rebeldía, ya sea por cédula si éste contara con una dirección
domiciliaria o en su defecto mediante edicto, tal como lo prescribe el artículo
459° del CPC.
Teniendo en consideración lo expresado en el párrafo precedente, habría que
determinar en qué momento entra a operar la rebeldía ¿será de manera
automática una vez vencido el plazo de contestación de demanda? Y digo
esto porque qué pasaría si vencido el plazo para contestar la demanda el
demandado presenta su escrito de contestación de demanda sin que haya una
resolución que lo declare como rebelde ¿ello sería procedente?
GOZAINI, citado por LEDESMA, manifiesta que si el demandado contesta la
demanda tardíamente o plantea extemporáneamente la reconvención, aun sin
estar declarado rebelde, sus actos son plenamente válidos pues el proceso
aún no ha precluido: “La declaración de rebeldía requiere de una resolución
expresa. El simple vencimiento no cierra esa etapa del proceso…”.
Desde un punto de vista meramente formalista y procesalista, ello sería
imposible, ya que los plazos en nuestro ordenamiento procesal son
preclusivos, es decir, una vez transcurrido el plazo, se extingue el derecho que
no se realizó. Por lo tanto, su demanda deberá ser declarada inadmisible por
extemporánea y decretarse la rebeldía del demandado, teniendo en
consideración lo establecido en los artículos V y IX del Título Preliminar del
CPC, en el cual se prescribe que “(…) La actividad procesal se realiza
diligentemente y dentro de los plazos establecidos” y “Las normas procesales
contenidas en este Código son de carácter imperativo”. Asimismo, no
olvidemos que es el juez quien dirige e impulsa el proceso, por lo tanto, es
responsable de cualquier demora ocasionada por su negligencia.
Es así, que al decretarse la rebeldía, el juez se pronunciará sobre el
saneamiento del proceso y pasará a expedir sentencia, salvo las excepciones
del artículo 461° del CPC. Es decir, el juez en esta etapa expectora todo
aquello que pueda entorpecer el buen y normal desarrollo del proceso, pues
con el saneamiento del proceso se busca sanear, limpiar y purificar el proceso
de futuras nulidades o vicios procesales, por lo cual se le permite al juez
verificar si se ha cumplido con los requisitos necesarios que permitan
establecer una relación jurídica procesal valida, que posibiliten la emisión de
una sentencia sujeta a derecho, es decir, razonada y motivada.
Una vez saneado el proceso el juez podrá realizar un juzgamiento anticipado
del mismo, siempre y cuando las pruebas aportadas por el demandante le
hayan sido suficientes y causado convicción, o cuando se trate de prueba
documental en donde no haya necesidad de audiencia probatoria, tal como lo
establece el inicio 2 del artículo 473° del CPC. Por otro lado, la ausencia
efectiva de controversia que involucra el proceso en rebeldía no exime al juez
de la necesidad de dictar una sentencia que contenga una solución justo al
conflicto. Si el juez considera necesario, podrá actuar medios probatorios de
oficio, tendientes a verificar los hechos alegados. Las excepciones que regula
el artículo 461° del CPC así lo permiten, siempre y cuando el juez declare en
resolución motivada que no le produce convicción.
En el artículo 461° del CPC encontramos cuáles son esas excepciones al cual
se hace referencia, siendo uno de ellos que, habiendo varios emplazados,
alguno contesta la demanda. En este primer punto es evidente que nos
estamos refiriendo al litisconsorte, y para ser más exactos, al litisconsorte
necesario, ya que el resultado de la sentencia los va a alcanzar a todos que
estuvieran involucrados en la demanda, entiéndase en este tipo de demanda,
que basta con que uno conteste la demanda para que el resto de demandados
no incurra en rebeldía, teniendo en consideración que la demanda es dirigida
en forma conjunta a un grupo determinado de demandados.
La pretensión que se sustente en un hecho indisponible, es otra excepción
que regula el mencionado artículo, y se refiere precisamente a aquellos
derechos no negociables o no cedibles, ya sea el divorcio, adopción y filiación.
Respecto a los casos en que ley exija que el demandante acompañe a su
pretensión documento cierto, ya sea público o privado, como es el caso de la
tercería, sería otra excepción a la regla de presunción legal relativa sobre la
verdad de los hechos expuestos en la demanda. Y por último, cuando el juez
declare en resolución motivada, que no le producen convicción, es decir,
cuando las pruebas aportadas por el demandante no han sido suficientes ni
convincentes para el juez; por lo tanto, el proceso deberá continuar con los
actos procesales siguientes.
Por otro lado, que el demandado haya caído en rebeldía no es impedimento
para que éste pueda incorporarse al proceso en cualquier momento,
sujetándose al estado en el que se encuentre, tal como lo prescribe el artículo
462° del CPC. Al apersonarse al proceso, el demandado habrá constituido
domicilio procesal, a efectos de que se le notifique toda resolución que recaiga
en el presente proceso, pero no cesará el estado de rebeldía en el que se
encuentra, debiendo asumir todos los actos y por consiguiente los efectos que
se hayan producido con anterioridad a su incorporación.
En cuanto a las medidas cautelares que se hayan dictado durante la ausencia
del rebelde, porque así lo permite el artículo 463° del CPC, una vez
apersonado al proceso éste podrá solicitar al juez la variación de la medida
cautelar por otra que no afecte sus intereses, siempre y cuando satisfaga o
asegure el derecho de la otra parte. A su vez, HURTADO REYES, expresa
que para decretar la variación de la medida cautelar es necesario tomar en
cuenta con mucha prudencia la razón en que se sustenta, ya que su
inobservancia nos puede llevar a excesos no deseados en relación a una
afectación indebida y peligrosa de los bienes del deudor. No olvidemos que
una medida cautelar debe ser siempre proporcional y razonable, y justificar el
fin por el cual se solicitó y se concedió, caso contrario, se estaría cometiendo
un abuso del derecho, abuso del derecho que no es amparado por la norma.
Por último, las costas y costos del proceso contemplados en los artículos 410°
y 411° del CPC respectivamente, en el cual se prescribe que “Las costas
están constituidas por las tasas judiciales, los honorarios de los órganos de
auxilio judicial y de los demás gastos judiciales realizados en el proceso, así
mismo, “Son costos del proceso el honorario del abogado de la parte
vencedora, más un cinco por ciento destinados al Colegio de Abogados del
Distrito Judicial respectivo para su Fondo Mutual y para cubrir los honorarios
de los abogados en los casos de auxilio judicial”, estarán a cargo del rebelde,
tal como lo estipula el artículo 464° del CPC. El pago de las costas y costos
del proceso surge como una forma de retribuir o reembolsar los gastos de
quien ha salido vencedor en el proceso, existiendo algunas excepciones para
ciertos casos, ya sea para quien ha solicitado auxilio judicial o cuando se trate
de procesos en donde el Estado sea parte demandada y perdedora

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