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DEMANDA Y RECONVENIR.
I. INTRODUCCIÓN.
Los plazos para contestar la demanda y reconvenir, así como para
subsanar omisiones, están claramente establecido en nuestro
ordenamiento procesal civil, tanto que parecería inoficioso analizar el
tema; sin embargo, en la práctica encontramos que su aplicación
requiere de un estudio más o menos profundo, ello precisamente por
cuanto el derecho no es una ciencia exacta, es decir que en él no hay
verdades absolutas, sino que estamos frente a una ciencia
eminentemente argumentativa.
En el presente ensayo analizaremos el tema propuesto, a partir de las
Resoluciones No. 08, 11 y 15, de fechas 15 de junio, 06 de julio y 31 de
agosto de 1999, respectivamente, emitidas por el Tercer Juzgado Civil
de Cajamarca, en la C.C. No. 99-0077-06-0101-JC03; proceso que
tuvimos la oportunidad de conocer, cuando llevamos el curso Clínica de
Consultoría Jurídica en el consultorio jurídico gratuito de la Universidad
Nacional de Cajamarca.
II. ANTECEDENTES.
En el proceso civil en referencia, la parte demandada, luego de
contestar la demanda1[1] y reconvenir2[2], solicita la integración de la
relación jurídica procesal con litisconsortes necesarias activas3[3]; en
consecuencia, el Juez dispone la suspensión de la Causa hasta que se
establezca una relación jurídica procesal válida entre la demandante, las
demandadas y las litisconsortes necesarias.
Las litisconsortes fueron notificadas con la demanda, auto admisorio,
contestación de demanda y reconvención; efectuándose la última notificación
1[1] Matheus López, Carlos Alberto, “Revista No. 02 Academia de la Magistratura, 2000, pág. 66) “La
demanda judicial es el acto procedimental por el cual fácticamente se hace efectivo el poder de acción,
constituyendo adicionalmente vehículo de la pretensión o pretensiones interpuestas ante el órgano jurisdiccional”.
2[2] En doctrina se afirma, como lo hace Monrroy Gálvez, Juan (“Análisis del Código Procesal Civil” T .I –
Carrión Lugo, Jorge. Pág. 279), que “la reconvención concede al demandado la facultad de interponer contra el
demandante cualquier pretensión, siempre que la vía procedimental lo permita; sin embargo la contrademanda exige
que la pretensión que tenga el demandado esté relacionada con la pretensión del demandante, de lo contrario no será
procedente”. Nuestro Código Procesal Civil, ha regulado la contrademanda con el nombre de reconvención, debido,
como lo indica el mismo autor, al arraigo de tal concepto en el quehacer forense nacional.
3[3] Matheus, “El Litisconsoricio Necesario Pág. 208), afirma “Entendemos por litisconsorcio necesario aquel
fenómeno de pluralidad de sujetos como parte activa, pasiva o mixta, cuya presencia viene exigida en el proceso,
por la naturaleza única e inescindible de la relación jurídico-sustancial controvertida”. Por otro lado, el mismo autor,
Op Cit Pág. 69, citando al español Ramos Méndez, afirma que se habla de litisconsorcio activo “cuando la
pluralidad de partes se produce en la posición del demandante.
el 31 de mayo de 1999; y tratándose de un Proceso Abreviado 4[4], a partir de
esa fecha las litisconsortes necesarias activas tenían diez días, según el
artículo 491 Inc. 7 del C.P.C, para absolver el traslado de la reconvención
interpuesta por las demandadas. Es decir que el plazo para efectuar el acto
procesal en referencia se vencía el 14 de junio de 1999.
Las litisconsortes se apersonaron al proceso el último día del plazo,
absolviendo el traslado de la reconvención. Consecuentemente, el Juez emite
la Resolución número ocho declarando inadmisible5[5] la contestación de la
reconvención, por no haber cumplido con los requisitos exigidos por el artículo
442 del C.P.C.6[6]; por lo que el Juez, en aplicación del artículo 426 del C.P.C,
les concede el plazo de diez días a fin de que subsanen las omisiones en que
habían incurrido.
El 25 de junio, dentro del plazo otorgado por el juez, las litisconsortes en
lugar de subsanar las omisiones, presentan una nueva contestación de
la reconvención, ofrecen medios probatorios no ofrecidos en la
contestación declarada inadmisible, deducen una excepción7[7] y
además reconvienen de la reconvención. Escrito en el que, ni en la sumilla
ni en el contenido, hacen referencia a la subsanación de las omisiones
señaladas en la resolución No. 08. Sin embargo el juez, mediante la
Resolución No. once, resuelve dando por apersonadas al proceso, a las
recurrentes; declarando improcedente la excepción, por estar fuera del plazo
legal, absuelto el traslado de la reconvención, trasladando a la parte
demandada la reconvención de la reconvención y teniendo por ofrecidos los
medios probatorios.
Al absolver el traslado de la reconvención de la reconvención, las
demandadas deducen la nulidad8[8] de la Resolución No. Once; y el Juez, a
4[4] El Proceso Abreviado es un tipo de proceso de cognición o contencioso, que se halla regulado por los
artículos 286 al 545 del Código Procesal Civil.
5[5] Arts. 128 y 426 del C.P.C. “El Juez declara la inadmisibilidad de un acto procesal cuando carece de un
requisito de forma o éste se cumpla defectuosamente”. “El juez declarará inadmisible la demanda cuándo: 1) No
tenga los requisitos legales; 2) No se acompañen los anexos exigidos por ley; 3) El petitorio sea incompleto o
impreciso; o, 4) La vía procedimental propuesta no corresponda a la naturaleza del petitorio o al valor de éste, salvo
que la ley permita su adaptación”.
6[6] Los considerandos segundo y tercero de la Resolución No. 08 expresan que las litisconsortes necesarias
activas “(…) no han cumplido con exponer los hechos en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara;
asimismo no han cumplido con exponer la fundamentación jurídica, monto del petitorio, indicación de la vía
procedimental; habiendo incumplido asimismo con adjuntar la copia legible del documento de identidad de la
litisconsorte (…) Se ha ofrecido como medios probatorios, entre otros, la declaración testimonial de (…) sin haber
cumplido con los requisitos exigidos en el artículo 223 del Código Procesal Civil, esto es que no se ha cumplido con
especificar el hecho controvertido respecto del cual deben declarar los indicados testigos”
7[7] Ticona Postigo, Víctor. “El Debido Proceso y la Demanda Civil”. Págs. 402-403. afirma “ la excepción
puede ser defina como el medio de defensa de forma (derivado del derecho abstracto de contradicción), que se
confiere al demandado en virtud del cual puede poner de manifiesto al juez la ausencia o insuficiencia de uno de los
presupuestos procesales (competencia del juez, capacidad procesal de las partes y requisitos esenciales de la
demanda) o una de las condiciones de ejercicio válido de la acción (legitimidad e interés para obrar), con la
finalidad de paralizar y subsanar o, en su caso, extinguir la relación jurídica procesal”
8[8] Respecto de la naturaleza de la nulidad existe discusión en la doctrina, pues juristas como Monroy Gálvez
afirman que la nulidad es un remedio (una clase de medio impugnatorio) mediante el cual la parte o un tercero
legitimado pide el reexamen de un acto procesal o de todo un proceso; mientras que otros autores, como Chocano
Núñez, Percy “Teoría de la Actividad Procesal” Pág. 57, señala “la nulidad es la sanción procesal por la cual se
declara inválido un acto procesal, privándolo de sus efectos”. Nuestro C.P.C. lo regula en los artículos 171 al 178.
través de la Resolución No. Quince, la declara Infundada9[9] en base a los
siguientes fundamentos: Considerando Cuarto: El plazo para contestar la
demanda y reconvenir es el mismo y simultáneo, además la reconvención
debe proponerse en el mismo escrito que se contesta la demanda. Y
Considerando Quinto: El plazo otorgado para subsanar omisiones, no puede
ser interpretado y menos considerado como prolongación del plazo para la
realización de dicho acto procesal; sino “técnicamente” se habla de una
interrupción del plazo y suspensión legal del proceso, de conformidad con los
artículos 317 y 320 del Código Procesal Civil.
III. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA.
§ ¿ Habiéndose declarado la inadmisibilidad de la
contestación de la demanda (o lo que es lo mismo la contestación de la
reconvención), el plazo otorgado por el Juez para subsanar omisiones o
defectos, según el artículo 426 del C.P.C. Faculta a la parte emplazada a
presentar una nueva contestación de demanda, ofrecer medios probatorios no
ofrecidos en la contestación de la demanda que fue declarada inadmisible; y, a
reconvenir, si no lo hizo junto con la contestación de la demanda que fue
declarada inadmisible?
§ ¿La contestación de demanda y la reconvención
constituyen un solo acto jurídico procesal por el hecho que deben proponerse
en el mismo escrito y el plazo para interponerlos es el mismo y simultáneo?
§ ¿El plazo otorgado por el Juez para subsanar omisiones o
defectos, interrumpe el plazo para contestar la demanda y reconvenir, y en
consecuencia el proceso se suspende?
IV. ANÁLISIS.
4.1. El plazo para contestar la demanda y reconvenir.
El artículo 491 del C.P.C. establece que el plazo, en el proceso abreviado,
para contestar la demanda, reconvenir o absolver el traslado de la
reconvención, es de diez días.
Aquí tenemos que considerar dos principios fundamentales que inspiran
nuestro ordenamiento procesal civil: El primero, el principio de
obligatoriedad de los procedimientos establecidos en la ley o llamado
también principio de vinculación y de formalidad, recogido por el artículo IX
del Título Preliminar del C.P.C.; según este principio, las normas procesales
son de derecho público y casi todas ellas contienen prescripciones de
obligatorio cumplimiento10[10]; es decir, se trata de normas imperativas o de
orden público. El segundo, el principio de celeridad procesal, recogido en
el artículo V del Título Preliminar del C.P.C. que establece “(…) La actividad
procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos establecidos”; cómo
podemos observar, este principio “se expresa a través de diversas
instituciones del proceso como, por ejemplo, la perentoriedad o
9[9] El juez al efectuar el juicio de fundabilidad, decide, en base a los fundamentos y a las pruebas, si la parte
que dedujo la nulidad tiene o no la razón.
10[10] Monroy Gálvez Juan, “Introducción al Proceso Civil” T. I. Pág. 85.
improrrogabilidad de los plazos”11[11], esto significa que si la parte ha
dejado que transcurra el plazo establecido por la ley, sin que haya efectuado
el acto procesal sujeto a dicho plazo (ejemplo: contestar la demanda o la
reconvención), ha perdido su derecho para efectuarlo; salvo el caso de los
artículos 317 y 320 del C.P.C. que establecen la interrupción del plazo y la
suspensión del proceso, respectivamente, que analizaremos más adelante.
Podemos concluir entonces que una vez fenecido el plazo de diez días, en
el proceso abreviado, la parte emplazada con la demanda o, en su caso, con
la reconvención, no podrá contestarla y tampoco podrá interponer la
reconvención, pues ha perdido su derecho para hacerlo.
16[16] El derecho de acción, como el derecho de contradicción, es la aptitud que tiene toda persona, como lo
señala Monroy Gálvez, Comentarios al Código Procesal Civil Pág. 7, para “exigir del Estado tutela jurisdiccional
para un caso concreto, sea conflicto de intereses o incertidumbre jurídica”
17[17] Jorge W. Peyrano. “Derecho Procesal civil” Pág. 30.
18[18] Ibídem.
El artículo 189 del C.P.C. establece que los medios probatorios19[19] deben
ser ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, es decir con la
demanda, contestación de demanda y reconvención y contestación de la
reconvención. En concordancia, el artículo 424 señala que los medios
probatorios son requisitos de la demanda (o de la contestación); sumado a
ello, el artículo 425 dispone que todos los medios probatorios destinados a
sustentar el petitorio deben anexarse a la demanda (o a la contestación); y
aún más, el artículo 442, refiriéndose a la contestación de la demanda (o de la
reconvención), hace énfasis en el ofrecimiento de los medios probatorios. Es
decir que por regla general, los medios probatorios deben ofrecerse y
anexarse a la demanda o a la contestación de la demanda, la excepción a
esta regla es el caso de la prueba extemporánea cuando está referida a
hechos nuevos.
Alguien podrá decir, si el artículo 428 del C.P.C. faculta al demandante a
modificar o ampliar la demanda antes que sea notificada, porque no podría el
demandado modificar o ampliar la contestación de demanda -o dicho de otra
forma, presentar una nueva contestación de la demanda- si al haberse
declarado inadmisible aún no se ha notificado al demandante. Pero este
razonamiento no es posible por cuanto el mismo dispositivo legal señala, en
su tercer párrafo, que al demandado le asiste igual derecho de modificación o
ampliación, siempre que formule reconvención, caso contrario no.
De lo expuesto se concluye que todos los medios probatorios se ofrecen y
se anexan en la contestación de la demanda, no pudiendo ofrecer ni anexar
nuevos medios probatorios en el escrito de subsanación de omisiones, si
estos no fueron ofrecidos ni anexados en la contestación de la demanda
declarada inadmisible; salvo el caso de la prueba extemporánea.
4.4. La contestación de la demanda y la reconvención.
Tanto la legislación procesal como la doctrina reconocen que la
contestación de la demanda y la reconvención son actos jurídicos distintos y
autónomos, cada una tienen sus propios requisitos legales y su propia
finalidad. Mediante la contestación de demanda el demando hace uso de su
derecho de contradicción con el fin de allanarse o contradecir total o
parcialmente a la pretensión del demandante, mientras que con la
reconvención el demandado hace uso de su derecho de acción con el fin de
proponer una contrademanda, solicitando que el demandante satisfaga su
pretensión.
Debemos dejar en claro que el hecho que el plazo para contestar la
demanda y reconvenir sea el mismo y simultáneo, y el que se propongan en el
mismo escrito, como lo establecen los artículos 443 y 445 del C.P.C.20[20], no
19[19] Rodríguez Esqueche, Luis Miguel. “La Prueba en el Proceso Civil” Pág. 99. “se denomina medios de
prueba a los distintos objetos o instrumentos permitidos por ley, los que al ser admitidos en el proceso, sirven para
sustentar determinada pretensión”
20[20] Art. 443 del C.P.C. “El plazo para contestar y reconvenir es el mismo y simultáneo”. Art. 445. “La
reconvención se propone en el mismo escrito en que se contesta la demanda, en la forma y con los requisitos
significa que constituyan un solo acto jurídico procesal y por lo tanto no pueda
desligarse; pues como lo hemos afirmado, es todo lo contrario y ello se da
precisamente por razones de economía procesal.
4.5. La interrupción del plazo y la suspensión del proceso.
En el quinto considerando de la resolución número quince, bajo análisis,
bien afirma el juzgador que el plazo otorgado para subsanar omisiones, no
puede ser interpretado y menos considerado como prolongación del plazo
para la realización de dicho acto procesal; sin embargo efectúa una
interpretación errónea de los artículos 317 y 320 del C.P.C. al afirmar que con
el plazo de diez días para subsanar omisiones “técnicamente” se habla de
“una interrupción del plazo y suspensión legal del proceso”.
Tal interpretación es errónea por cuanto en forma clara los artículos citados
establecen “La interrupción será declarada por el juez en resolución
inimpugnable, de oficio o a pedido de parte, sustentándola en la ocurrencia
de un hecho imprevisto o que siendo previsible es inevitable” “Se puede
declarar la suspensión del proceso, de oficio o a pedido de parte, en los
casos previstos legalmente, y cuando a criterio del Juez sean necesarios”
En primero lugar, la interrupción del plazo legal, a que se refiere el artículo
317 del C.P.C., se sustenta en un hecho imprevisto; por ejemplo, como lo
afirma Carrión Lugo “una catástrofe que impida poner en funcionamiento los
organismos judiciales, o en el caso de muerte de una de las partes en el
proceso; lo cual conlleva al juez a emitir una resolución motivada, declarando
expresamente la interrupción del plazo legal”21[21].
En segundo lugar, la suspensión del proceso, a que se refiere el artículo
320 del C.P.C., tiene lugar en los casos previstos legalmente; es el caso del
artículo 79, tercer párrafo, referido a la muerte o declaración de ausencia,,
incapacidad sobrevenida, etc., en que se suspende el proceso mientras se
designe un represente o curador procesal. También procede la suspensión a
criterio del juez, tal es el caso del artículo 95 del Código en referencia,
referido al litisconsorcio necesario y la suspensión del proceso hasta que se
establezca correctamente la relación jurídico procesal. Pero en ambos caso
es necesaria una declaración judicial en la cual se exprese los motivos de la
suspensión del proceso.
Por lo tanto, con la resolución que declara inadmisible la contestación de la
demanda, no se ha interrumpido el plazo o suspendido el proceso, pues en
dicha resolución únicamente se declara la inadmisibilidad de la contestación
de la demanda y la orden de subsanar las omisiones en el plazo de diez días.
V. CONCLUSIONES.
Efectuado el análisis podemos arribar a las siguientes conclusiones:
§ Una vez fenecido el plazo de diez días, en el proceso abreviado, la
parte emplazada con la demanda o, en su caso, con la reconvención, no podrá
Revista Jurídica de Cajamarca.
Jesús Portal Castrejón.
INADMISIBILIDAD DE LA
CONTESTACIÓN DE LA
DEMANDA
13 Octubre, 2009 Alexander Rioja Bermudez 9 Comentarios contestación, demanda, gaceta juridica, inadmisibilidad
I. INTRODUCCIÓN
El principio fundamental de carácter constitucional de la inviolabilidad de la
defensa se concreta en materia procesal, principalmente, en la contestación
de la demanda. El demandado podrá así hacer frente a las alegaciones del
accionante y de paso quedan fijados los alcances del conflicto, esto es, los
hechos sobre los que recaerá la prueba, dado que la sentencia definitiva versa
necesariamente sobre las cuestiones planteadas tanto por el demandante
como por el demandado.
Ahora bien, por más que la contestación responda a la necesidad de
garantizar la defensa, al igual que la demanda, debe contar con determinados
requisitos formales fijados taxativamente en el Código Procesal Civil. El
incumplimiento de estos, supone, en principio, la concesión de un plazo de
subsanación que fija el juez.
Los problemas se presentan, sin embargo, cuando la contestación no es
subsanada. El primero se vincula a la razón por la cual se rechaza la
contestación. Así, por ejemplo, no resulta discutible el rechazo definitivo de la
contestación si el demandado no expresa la fundamentación jurídica en la que
basa su defensa. Sin embargo, sería más cuestionable tal rechazo si
simplemente no se cumplió con adjuntar el pliego interrogatorio que
correspondía a uno de los testigos ofrecidos, ¿no correspondería en este caso
declarar inadmisible únicamente la prueba testimonial presentada y no la
contestación completa?
El segundo problema tiene que ver con la declaración de rebeldía. Así, ante la
falta de subsanación, ¿resulta de aplicación el artículo 458 del Código
Procesal Civil, conforme al cual si transcurre el plazo para contestar la
demanda y el demandado no lo hace, se le declarará rebelde? O sea, ¿se
debe equiparar la situación de aquel que de algún modo contestó pero no
subsanó, que la de quien de plano guarda total silencio frente a la acción en
su contra?
SUMARIO:
1.- Generalidades. Planteamiento.
2.- Significado etimológico. Concepto de notificación.
3.- Historia de la notificación.
4.- Naturaleza de la notificación.
5.- Importancia y finalidad de la notificación.
6.- Clases de notificaciones.
7.- Las notificaciones en el Código procesal civil peruano.
8.- Otras reglas de notificación que no prevé el CPC.
9.- Conclusiones.
1. GENERALIDADES. PLANTEAMIENTO
En general los autores coinciden en afirmar que los actos procesales en un
proceso, pueden ser: de las partes, del tribunal y los de terceros; de todos
ellos, dentro de los actos del Tribunal, pueden distinguirse a su vez los
decisorios, de documentación y de comunicación. En los últimos, la forma
principal de comunicación es la notificación.
La función comunicante (22) es necesaria, por múltiples motivos, y a la vez la
que mayores problemas presenta, pues con toda la tecnología de un mundo
globalizado, los sistemas procesales de los diversos países aún no superan
los problemas que se generan en un proceso judicial, que van desde la
elección del sistema de comunicación o notificación que debe adoptarse,
hasta la definición de la calidad o condición de las personas que deben
cumplir tal función.
Por ello pretendemos analizar el tema de las notificaciones desde el punto de
vista del significado histórico y actual, su clasificación y naturaleza, así como
precisar su tratamiento y defectos en el Código procesal civil peruano.
22 Véscovi, Enrique: TEORÍA GENERAL DEL PROCESO, 2da edición actualizada, Editorial Temis
23 Rodríguez, Luis: NULIDADES PROCESALES, Editorial Universidad de Buenos Aires, Buenos
Aires, 1987, p. 221.
Sin embargo, otros como Parra Quijano, afirman que deriva de “noticia”, y ésta
a su vez del latín notitia: noción, conocimiento (24).
Pero en su significado actual, ¿qué es notificar?, ¿qué debemos entender por
notificación? Al respecto son diversos los conceptos que los tratadistas nos
ilustran. Podemos citar los siguientes.
Luis A. Rodríguez, nos dice, que notificar es “hacer saber” una resolución
judicial (25).
Para Guillermo Cabanellas, es el “Acto de dar a conocer a los interesados la
resolución recaída en un trámite o en un asunto judicial” (26). El mismo autor,
en otra acepción, afirma que es la “comunicación de lo resuelto por una
autoridad de cualquiera índole”. “Documento en que consta tal documentación
y donde deben figurar las firmas de las partes o de sus representantes” (27).
Para Enrique Véscovi “La notificación, es pues, un acto de comunicación. Ese
es su fin: el de transmisión” (28).
Mario Alzamora Valdez afirma que se denominan notificaciones a “los actos
del juez o del tribunal destinados a hacer saber en forma legal a las partes o a
terceros una resolución” (29).
Nuestro Código Procesal Civil, en el art. 155º, prescribe que la notificación
tiene por objeto poner en conocimiento de los interesados el contenido de las
resoluciones judiciales.
3. HISTORIA DE LA NOTIFICACIÓN
24 Parra Quijano, Jairo: DERECHO PROCESAL CIVIL, Editorial Temis, Santa Fe de Bogotá, p.
263.70
25 Rodríguez, Luis: Op. Cit., p. 221.
26 Cabanellas, Guillermo: DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE DERECHO USUAL, Editorial
Heliasta, Tomo V J-O, 24° edición, Buenos Aires, 1996, pp. 574 y 475.
27 Cabanellas, Guillermo: Idem.
28 Véscovi, Enrique: Op. Cit., p. 243.
29 Alzamora Valdez, Mario: DERECHO PROCESAL CIVIL. TEORÍA GENERAL DEL PROCESO,
8° Edición, Ediciones Eddili, Lima, p. 331.
30 Véscovi, Enrique: Op. Cit., p. 243. Derecho Procesal Civil 71
en quienes se encontraría el lejano antecedente de los actuales notificadores.
En el Derecho Moderno, la notificación la efectúan siempre los funcionarios
públicos. En algunos países funcionarios públicos del propio Juzgado o
Tribunal, y en otros, funcionarios no judiciales.
En el caso del Perú, hasta hace pocos años, las notificaciones en los procesos
civiles eran encargadas exclusivamente al propio funcionario del Juzgado o
Tribunal; actualmente, como sabemos, esta tarea la comparten, tanto el propio
secretario judicial (funcionario del Estado) como los notificadores (no
judiciales) pertenecientes a una concesionaria (empresa privada), que prestan
el servicio de la notificación a determinado número de Juzgados y Salas y en
determinadas ciudades.
4. NATURALEZA DE LA NOTIFICACIÓN
Como se ha afirmado, la notificación es un acto de comunicación. Por
consiguiente es un acto autónomo (31), esto significa, que es distinto a otro
acto que generalmente contenido en él, que es lo que se comunica. Como
acto autónomo, cualquier imperfección, como por ejemplo su nulidad, no
afecta en su contenido, esto en el acto notificado. Así, la nulidad de la
notificación de la sentencia no afecta a ésta. Además es un acto formal, pues
está sujeto a determinadas formas, inclusive relativas a su documentación.
Estas formalidades las fijan las leyes o Códigos procesales.
6. CLASES DE NOTIFICACIONES
Devis Echandía (32), clasifica las notificaciones en:
a) Personales, que informan directa y personalmente al interesado la
existencia de la resolución;
b) Por conducta concluyente, se produce cuando la parte que debía recibirla
presenta un escrito en el cual se da expresamente por sabedor de la
resolución o lo manifiesta verbalmente en una audiencia o diligencia;
c) Por retiro del expediente, que rige sólo para los procesos civiles o laborales
y no penales, se produce cuando una parte retira el expediente de la
Secretaría en los casos autorizados por ley, y se entiende notificada con las
resoluciones que aparezcan en aquél;
d) Por aviso, se autoriza únicamente en ciertos casos especiales y para
determinadas resoluciones en los procesos civiles, v.g. la que admite una
reforma de la demanda o la que cita a un reconocimiento de documentos;
e) Por emplazamiento y con curador ad litem, procede cuando se ignora el
domicilio del demandado y se jura esta circunstancia por el actor;
f) Por acto secretarial, se efectúa mediante un aviso que el secretario fija en
lugar visible de la Secretaría; y
g) En Estrados, opera en procesos civiles y laborales, en los que se entiende
que las resoluciones dictadas durante una audiencia, quedan notificadas allí y
ese día a todas las partes, hayan o no concurrido; salvo la excepción de
resoluciones que tienen que notificarse a los rebeldes.
Monroy Cabra (33), también hace una clasificación de las notificaciones similar
a la anterior:
a) personales,
b) por estrado,
c) por edicto,
d) cuando surten en diligencias o audiencias, y
e) por conducta concluyente.
32 Echandía, Devis: TEORÍA GENERAL DEL PROCESO, Editorial Universidad de Buenos Aires,
Buenos Aires, 1985, pp. 618-628.
33 Monroy Cabra, Gerardo: PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL CIVIL, Editorial Temis S.A.,
Santa Fe de Bogotá, 1988, p. 275.
34 Parra Quijano, Jairo: DERECHO PROCESAL CIVIL, Tomo I, Parte General, Editorial Temis, Santa
Fe de Bogotá, p. 263.
d) por conducta concluyente,
e) por estrados,
f) por aviso.
REGLAS GENERALES:
Veamos las reglas generales y que a la vez regulan las clases de notificación
en nuestro Código: Así tenemos:
a) La Notificación por Cédula. (Art. 157º). Esta es la forma de notificación
común o general, que consiste en la entrega de una documentación llamada
cédula, que contiene información esencial sobre el expediente, las partes, el
juzgado, el destinatario y su domicilio, trascripción de la resolución, fecha y
firma del secretario, así como mención de copias que se adjuntan.
Las notificaciones por cédulas se efectúan sólo de las resoluciones que
enumera en numerus apertus, el art. 157º del CPC., esto es, que no son las
únicas, sino que el juez, además de las enumeradas, puede ordenar que se
notifique por cédula otra resolución siempre que la motive (inciso 11).
Corresponde al juez, en uso de la facultad ordenatoria, precisar y fundamentar
qué resolución, además, puede disponer se notifique por cédula.
Esta forma de notificación adoptada y mantenida por el codificador, nos
advierte que los actos de notificación, deben ser regidos por el principio del
conocimiento real, que impera en la mayoría de los Códigos y desde épocas
muy antiguas. En la actualidad, el sistema aún mantiene su vigencia.
a.1) Persona y lugar de entrega de las cédulas (último párrafo art. 158º). Se
entregan por el órgano de auxilio judicial o por el encargado de la oficina
respectiva (Central de Notificaciones), en el domicilio real o legal, o en el
procesal señalado en el expediente.
a.2) Constancia de entrega (arts. 158º in fine, y 160º). Del acto de la entrega
de la copia de la cédula al interesado, se deja constancia del lugar, día y hora
del acto, así como el nombre, firma e identificación del receptor; el original se
e) Notificación por Edictos (arts. 165º a 168º). Procede en los casos en que se
trate de notificar a personas inciertas (cuya existencia está en duda), o
personas desconocidas (se sabe su existencia, pero su domicilio se ignora).
Requiere el juramento del interesado o su promesa de haber agotado las
gestiones para ubicar el domicilio de la persona a notificar. También procede
cuando deba notificarse a más de diez personas que tienen un derecho
común; a pedido de parte, puede ordenarse que sean notificadas por edictos.
Los edictos se publican en el Diario Oficial “El Peruano” y en otro de mayor
Circulación del lugar del último domicilio del citado, si fuera conocido o, en su
defecto, en el lugar del proceso.
REGLAS ESPECIALES:
Además de las reglas generales que anteceden, se prevén en ciertas
circunstancias y para determinadas materias, reglas especiales que deben
cumplirse en el acto de la notificación. Así tenemos:
a) Caso de la notificación en las audiencias (art. 376º, inc. 2º). Se dispone que
la apelación de un auto expedido en una audiencia, se interponga en el mismo
acto. Lo que nos conduce a afirmar que las notificaciones de las resoluciones
o autos expedidos en las audiencias se dan por notificados en el mismo acto
de la audiencia, haya o no concurrido la parte agraviada, salvo que se trate de
una resolución que deba notificarse a un rebelde, en los casos del art. 459º.
Esta forma especial de notificación, se denomina, en otros sistemas,
notificación en estrado.
9. CONCLUSIONES
Primera. La notificación, dentro de los actos del órgano jurisdiccional, es el
acto de comunicación más importante que permite el ejercicio del derecho de
defensa y hace efectivo el principio contradictorio o bilateral.
Segunda. La naturaleza del acto de notificación, es uno de carácter autónomo
y formal.
Tercera. El sistema de notificaciones del Código procesal civil peruano,
contiene reglas generales y especiales; mantiene en forma parcial el principio
del conocimiento real (por cédula), y un sistema excepcional o especial (entre
ellos por nota); sin embargo, se faculta al juez el que pueda disponer la
notificación por cédula de aquellas resoluciones que considere importantes o
transcendentes.
Cuarta. El nuevo Código procesal civil peruano, no prevé el sistema de
notificación por retiro del expediente; siendo conveniente que se adopte como
una forma de notificación.
Quinta. La notificación por e-mail o correo electrónico puede ser efectuada por
el Secretario Judicial, actuando como fedatario de los actos procesales, y
dentro del supuesto normativo del art. 163º del CPC.
La Rebeldía en el Proceso
Civil Peruano
Hoy en día se puede apreciar los conceptos muy similares que guarda la
figura de la rebeldía en nuestro ordenamiento procesal, para muchos autores,
la rebeldía no es otra cosa que la no comparecencia del demandado frente a
un proceso en un tiempo determinado. FLORES POLO, en su Diccionario
Jurídico Fundamental, define a la rebeldía en materia procesal como “la
situación en que se coloca quien debidamente notificado para comparecer en
un juicio o realizar acto procesal, no lo hace dentro del plazo legal
correspondiente”
Citando a LEDESMA NARVÁEZ, nos dice que “la rebeldía es una modalidad
de inacción del demandado que se configura no con la ausencia de éste en el
proceso sino con la omisión para contestar la demanda dentro del plazo
señalado. La parte puede apersonarse al proceso y no contestar la demanda
e incurre en rebeldía”. Si seguimos el concepto de la maestra, y al cual yo me
aúno, diríamos que la rebeldía se basa exclusivamente en no contestar la
demanda dentro del plazo legal determinado. Pero para que esto suceda, el
demandado tiene que estar debidamente notificado y de forma oportuna, caso
contrario, no operará la figura de la rebeldía. Es así, que el artículo 458° del
CPC, manifiesta que si transcurrido el plazo para contestar la demanda, el
demandado a quien se le ha notificado válidamente ésta no lo hace, se le
declarará rebelde”.
En consecuencia, referirnos a la rebeldía, presupone la inacción del
demandado para contestar la demanda dentro de un plazo legal determinado,
no teniendo la obligación para hacerlo, pues al ser notificado con la demanda,
éste optará por contestarla o no, lo que presupone que la contestación de la
demanda no es coercitiva sino meramente facultativa. Por lo tanto, nuestro
ordenamiento procesal no obliga a contestar la demanda, sino que faculta al
demandado para hacerlo.
Ahora bien, si la norma procesal no obliga al demandado a contestar la
demanda, pareciera que tratara de cierta forma sancionarlo o castigarlo. Pues
haciendo una interpretación literal de los artículos que regulan la figura de la
rebeldía, se puede apreciar que ninguno hace referencia al cese de la
rebeldía, lo que da lugar a la siguiente pregunta, si el demandado se apersona
al proceso ¿cesa el estado de rebeldía?
El profesor ZUMAETA MUÑOZ, con relación al apersonamiento del rebelde al
proceso, nos dice que “el juez deberá decretar el cese de estado de rebeldía y
como al apersonarse ha constituido domicilio procesal dentro del radio urbano,
las futuras notificaciones serán remitidas al indicado domicilio”. Si bien es
cierto que el rebelde al apersonarse al proceso constituye domicilio procesal,
ello no es razón suficiente para que un juez decrete el cese de estado de
rebeldía, teniendo en consideración que la rebeldía no gira en torno a un
apersonamiento, sino a que éste no conteste la demanda dentro del plazo
legal determinado, por consiguiente, el rebelde siempre será rebelde.
Por consiguiente, una vez vencido el plazo para contestar la demanda, el
demandado habrá dejado pasar una excelente oportunidad para hacer valer
su derecho de defensa, dejando de lado las excepciones que la ley le prevé y
la posibilidad de presentar argumentos que desbarate la posición del
demandante, por lo tanto, el próximo paso a seguir será el de notificar la
declaración de rebeldía, ya sea por cédula si éste contara con una dirección
domiciliaria o en su defecto mediante edicto, tal como lo prescribe el artículo
459° del CPC.
Teniendo en consideración lo expresado en el párrafo precedente, habría que
determinar en qué momento entra a operar la rebeldía ¿será de manera
automática una vez vencido el plazo de contestación de demanda? Y digo
esto porque qué pasaría si vencido el plazo para contestar la demanda el
demandado presenta su escrito de contestación de demanda sin que haya una
resolución que lo declare como rebelde ¿ello sería procedente?
GOZAINI, citado por LEDESMA, manifiesta que si el demandado contesta la
demanda tardíamente o plantea extemporáneamente la reconvención, aun sin
estar declarado rebelde, sus actos son plenamente válidos pues el proceso
aún no ha precluido: “La declaración de rebeldía requiere de una resolución
expresa. El simple vencimiento no cierra esa etapa del proceso…”.
Desde un punto de vista meramente formalista y procesalista, ello sería
imposible, ya que los plazos en nuestro ordenamiento procesal son
preclusivos, es decir, una vez transcurrido el plazo, se extingue el derecho que
no se realizó. Por lo tanto, su demanda deberá ser declarada inadmisible por
extemporánea y decretarse la rebeldía del demandado, teniendo en
consideración lo establecido en los artículos V y IX del Título Preliminar del
CPC, en el cual se prescribe que “(…) La actividad procesal se realiza
diligentemente y dentro de los plazos establecidos” y “Las normas procesales
contenidas en este Código son de carácter imperativo”. Asimismo, no
olvidemos que es el juez quien dirige e impulsa el proceso, por lo tanto, es
responsable de cualquier demora ocasionada por su negligencia.
Es así, que al decretarse la rebeldía, el juez se pronunciará sobre el
saneamiento del proceso y pasará a expedir sentencia, salvo las excepciones
del artículo 461° del CPC. Es decir, el juez en esta etapa expectora todo
aquello que pueda entorpecer el buen y normal desarrollo del proceso, pues
con el saneamiento del proceso se busca sanear, limpiar y purificar el proceso
de futuras nulidades o vicios procesales, por lo cual se le permite al juez
verificar si se ha cumplido con los requisitos necesarios que permitan
establecer una relación jurídica procesal valida, que posibiliten la emisión de
una sentencia sujeta a derecho, es decir, razonada y motivada.
Una vez saneado el proceso el juez podrá realizar un juzgamiento anticipado
del mismo, siempre y cuando las pruebas aportadas por el demandante le
hayan sido suficientes y causado convicción, o cuando se trate de prueba
documental en donde no haya necesidad de audiencia probatoria, tal como lo
establece el inicio 2 del artículo 473° del CPC. Por otro lado, la ausencia
efectiva de controversia que involucra el proceso en rebeldía no exime al juez
de la necesidad de dictar una sentencia que contenga una solución justo al
conflicto. Si el juez considera necesario, podrá actuar medios probatorios de
oficio, tendientes a verificar los hechos alegados. Las excepciones que regula
el artículo 461° del CPC así lo permiten, siempre y cuando el juez declare en
resolución motivada que no le produce convicción.
En el artículo 461° del CPC encontramos cuáles son esas excepciones al cual
se hace referencia, siendo uno de ellos que, habiendo varios emplazados,
alguno contesta la demanda. En este primer punto es evidente que nos
estamos refiriendo al litisconsorte, y para ser más exactos, al litisconsorte
necesario, ya que el resultado de la sentencia los va a alcanzar a todos que
estuvieran involucrados en la demanda, entiéndase en este tipo de demanda,
que basta con que uno conteste la demanda para que el resto de demandados
no incurra en rebeldía, teniendo en consideración que la demanda es dirigida
en forma conjunta a un grupo determinado de demandados.
La pretensión que se sustente en un hecho indisponible, es otra excepción
que regula el mencionado artículo, y se refiere precisamente a aquellos
derechos no negociables o no cedibles, ya sea el divorcio, adopción y filiación.
Respecto a los casos en que ley exija que el demandante acompañe a su
pretensión documento cierto, ya sea público o privado, como es el caso de la
tercería, sería otra excepción a la regla de presunción legal relativa sobre la
verdad de los hechos expuestos en la demanda. Y por último, cuando el juez
declare en resolución motivada, que no le producen convicción, es decir,
cuando las pruebas aportadas por el demandante no han sido suficientes ni
convincentes para el juez; por lo tanto, el proceso deberá continuar con los
actos procesales siguientes.
Por otro lado, que el demandado haya caído en rebeldía no es impedimento
para que éste pueda incorporarse al proceso en cualquier momento,
sujetándose al estado en el que se encuentre, tal como lo prescribe el artículo
462° del CPC. Al apersonarse al proceso, el demandado habrá constituido
domicilio procesal, a efectos de que se le notifique toda resolución que recaiga
en el presente proceso, pero no cesará el estado de rebeldía en el que se
encuentra, debiendo asumir todos los actos y por consiguiente los efectos que
se hayan producido con anterioridad a su incorporación.
En cuanto a las medidas cautelares que se hayan dictado durante la ausencia
del rebelde, porque así lo permite el artículo 463° del CPC, una vez
apersonado al proceso éste podrá solicitar al juez la variación de la medida
cautelar por otra que no afecte sus intereses, siempre y cuando satisfaga o
asegure el derecho de la otra parte. A su vez, HURTADO REYES, expresa
que para decretar la variación de la medida cautelar es necesario tomar en
cuenta con mucha prudencia la razón en que se sustenta, ya que su
inobservancia nos puede llevar a excesos no deseados en relación a una
afectación indebida y peligrosa de los bienes del deudor. No olvidemos que
una medida cautelar debe ser siempre proporcional y razonable, y justificar el
fin por el cual se solicitó y se concedió, caso contrario, se estaría cometiendo
un abuso del derecho, abuso del derecho que no es amparado por la norma.
Por último, las costas y costos del proceso contemplados en los artículos 410°
y 411° del CPC respectivamente, en el cual se prescribe que “Las costas
están constituidas por las tasas judiciales, los honorarios de los órganos de
auxilio judicial y de los demás gastos judiciales realizados en el proceso, así
mismo, “Son costos del proceso el honorario del abogado de la parte
vencedora, más un cinco por ciento destinados al Colegio de Abogados del
Distrito Judicial respectivo para su Fondo Mutual y para cubrir los honorarios
de los abogados en los casos de auxilio judicial”, estarán a cargo del rebelde,
tal como lo estipula el artículo 464° del CPC. El pago de las costas y costos
del proceso surge como una forma de retribuir o reembolsar los gastos de
quien ha salido vencedor en el proceso, existiendo algunas excepciones para
ciertos casos, ya sea para quien ha solicitado auxilio judicial o cuando se trate
de procesos en donde el Estado sea parte demandada y perdedora