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Texto Empowerment y Desarrollo Comunitario PDF
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(1)
Thomas, W.I. & Thomas, D.S. (1928). The child in America: Behavior Problems and programs. Nueva York:
Knopf.
En realidad, la esencia de este proceso se encuentra en la adopción del modelo de
acción social propuesto originalmente por Kurt Lewin (2) y desarrollado por sus
colaboradores. Este modelo es el de investigación-acción. El enfoque del empowerment
y la psicología comunitaria reconoce la valía del modelo de investigación-acción; un
modelo que facilita el tratamiento de los problemas sociales de forma científica y
realista. Es investigación porque con rigor científico se realiza un proceso de estudio de
la realidad o de ciertos aspectos de ésta. Es acción porque se orienta a la resolución de
problemas específicos. Conocer la realidad es importante, pero aún lo es más
transformarla con el objeto de resolver determinados problemas sociales.
Un aspecto fundamental es el referente al proceso de investigación acción. Se trata
de un proceso continuo con una influencia mutua. Conocer e intervenir se combinan y
se integran a lo largo del tiempo en diferentes grados. No se espera, como en otros
modelos, al final de la investigación para pasar a la acción, sino que a medida que se
genera información y conocimientos, se introducen unas acciones, que evaluadas,
producen de nuevo conocimientos que posibilitan a su vez y de nuevo la planificación y
ejecución de nuevas acciones. De acuerdo con Lewin, la investigación que no produce
más que libros no es suficiente.
(2)
Lewin, K. (1946/1988). Action Research and minority problems. Human Relations, 1, 36-46. ( Ed cast: Acción -
Investigación y problemas de las minorías, Revista de Psicología Social, 3, 229-240)
(3)
El verdadero éxito se produce cuando la comunidad alcanza el grado de desarrollo y autonomía necesarios para
mantener y llevar a cabo sus procesos de transformación, sin la ayuda de la acción profesional. Montero, M. (1998).
• Las personas construyen la realidad en la que viven.
• El propio desarrollo histórico de la comunidad en la que viven antecede y
continúa a la investigación.
• La relación entre investigador y las personas que participan es horizontal.
• Toda comunidad dispone de los recursos para su evolución y transformación.
La comunidad como objetivo y sujeto de la acción social. En A. Martin (Ed.), Psicología Comunitaria (pp. 211-222).
Fundamentos y Aplicaciones de la Psicología Comunitaria.Madrid: Síntesis.
• Para su creador, es decir, para Rappaport (1981) (4) , la potenciación es el
proceso por el cual, las personas, organizaciones y comunidades adquieren
control y dominio (mastery) de sus vidas.
(4)
Rappaport, J. (1981). In praise of paradox: a social policy of empowerment over prevention. American Journal of
Community Psychology, 9, 1-25.
político, organización y participación en una estructura social, búsqueda de apoyo de
otras estructuras de la comunidad, no sólo permiten solucionar un problema específico
que afecta al bienestar de la comunidad sino que convierten su acción en una acción
preventiva. Es decir, la movilización y control de unos recursos se han convertido en
fuerzas o fortalezas que ha sabido adquirir la comunidad y que potencialmente permiten
tener a cada uno de sus miembros tener un mayor control y dominio sobre sus vidas.
Se puede inferir del ejemplo anterior que el empowerment consta de dos elementos
fundamentales. Por una parte, empowerment implica la determinación individual de
cada uno sobre su propia vida y, de ahí, el sentimiento de control personal; por otra,
sugiere la participación democrática en la vida de la propia comunidad por medio de
estructuras tales como las escuelas, el vecindario, la iglesia y otras organizaciones de la
comunidad como grupos de voluntariado, grupos de autoayuda, etc. Mientras que, como
hemos señalado, la determinación se relaciona con el sentido de control personal, la
participación se vincula al interés por la influencia social real, el poder político y la
defensa de los derechos legales.
Tanto los procesos como los resultados de la potenciación varían a lo largo de los
diferentes niveles sugeridos por la teoría del empowerment. Así Zimmerman (2000) (5)
establece una comparación entre los procesos y resultados que operan a nivel individual,
organizacional y comunitario. Este autor considera como procesos de potenciación en el
ámbito individual el aprender a tomar decisiones, a manejar recursos, o trabajar en
equipo con otras personas. El resultado operativo de una potenciación en el ámbito
individual, puede ser, según apunta este autor, el sentimiento de control personal, la
conciencia crítica o el comportamiento participativo (ver Tabla 6.1).
(5)
Zimmerman, P. (2000). Empowerment Theory: Psychological, Organizational and Community Levels of Analysis.
En J. Rappaport & Seidman, E. (Eds.), Handbook of Community Psychology. Nueva York: Kluwer Academic
Plenum. (p.43-64).
Tabla 6.1. Comparación mediante los niveles de los procesos de potenciación y los resultados,
Niveles de análisis Proceso de potenciación Resultados de la potenciación
(empowering) (empowered)
Individual • Aprendizaje de habilidades • Sentido de control
para la toma de decisiones
• Conciencia crítica
• Manejo de recursos
• Comportamiento participativo
• Trabajar con los demás
Organizacional • Oportunidades en participar • Competencia efectiva en manejo de
en la toma de decisiones recursos
• Responsabilidades • Redes de trabajo: coaliciones entre
compartidas organizaciones
(6)
Bandura, A. (1977/1982). Social learning theory. Nueva York: General Learning Press (Ed cast: Teoría
del aprendizaje social. Madrid: Espasa Calpe)
c) Motivación de competencia. El sentido de control personal se relaciona con la
dimensión motivacional. Se trata, en concreto, de la motivación de competencia.
Cuando los esfuerzos de las personas por producir un efecto sobre el entorno tienen
éxito, éstas experimentan una satisfacción intrínseca y un deseo de realizar conductas
encaminadas a mantener tales resultados. En otras palabras, controlar el entorno
satisface la necesidad intrínseca que tienen las personas de influir sobre el mismo.
La capacidad de la persona para tomar decisiones y resolver por sí misma problemas
que afectan a su propia vida (autodeterminación) implica, por tanto, desde la
potenciación psicológica, el desarrollo del sentido de control personal en términos de
locus de control interno, autoeficacia percibida y motivación de competencia. Poseer
sentido de control personal es dotar de poder a la persona para que pueda obtener el
efecto deseado. Sin embargo, si bien es básico el sentido de control personal, no menos
importante es también la comprensión del entorno sociopolítico.
El hecho de que una persona se decida a participar en un grupo cívico para que se
reconozcan los derechos de un grupo marginal puede ayudarle a tener un conocimiento
crítico del entorno sociopolítico, el cual, a su vez, le permitirá, poner en práctica
determinadas estrategias y acciones para lograr los objetivos deseados. En sí misma, la
participación es un esfuerzo por intentar controlar el entorno, por influir en la esfera
política y social. La participación se produce cuando los miembros de una institución o
grupo a través de sus acciones ejercen poder en los procesos de la vida institucional por
medio de sus acciones
Una organización potenciadora puede tener poco interés por la vida política de la
comunidad local y, sin embargo, puede proporcionar oportunidades a sus miembros para
que éstos conjuntamente desarrollen y pongan en práctica conocimientos, aptitudes o
habilidades. Las asociaciones lúdicas como un club de tenis no están, a priori,
interesadas en temas políticos o en cuestiones relativas a la toma de decisiones de la
comunidad (a no ser que vean amenazados sus intereses como por ejemplo con un
proyecto local que prevea crear en las inmediaciones de sus instalaciones deportivas, un
centro abierto de reinserción social para delincuentes). Sin embargo, estos sistemas
sociales pueden potenciar tanto el sentido de control personal como el de filiación
grupal al proporcionar a sus miembros, a personas con intereses similares, la posibilidad
de compartir responsabilidades relacionadas con las actividades de la organización.
Efectivamente, participar implica ante todo saber participar, es decir, contar con los
conocimientos y habilidades suficientes para implicarse en procesos de toma de
decisión. De ahí, la importancia de la formación de los líderes comunitarios en la
utilización de habilidades y técnicas que ayuden a sus miembros a asumir las
responsabilidades que suponen la participación. Se trata de aprender las habilidades
básicas para trabajar en equipo, para tomar decisiones, planificar conjuntamente o para
realizar correctamente las tareas correspondientes al rol que se asume en la estructura
participativa (por ejemplo secretario, tesorero, portavoz, etc.).
Una tarea de menor dificultad que facilita los procesos participativos puede consistir
en establecer en grupos de trabajo (de cinco a ocho miembros) las actividades que
pueden ayudar a la organización a la consecución de ciertas metas parciales.
Supongamos por ejemplo, una organización cuyos miembros no tienen experiencia en
procesos participativos, exceptuando los líderes comunitarios. Imaginemos que se trata
de una organización que se ha formado para luchar contra la inseguridad ciudadana y,
en concreto, para resolver un problema relacionado con la aparición de actos delictivos
en el parque de su barrio. Esta organización puede proponerse como objetivo último y, a
largo plazo, crear en su comunidad otros espacios públicos reservados a zonas verdes.
Obviamente, su problema presente no es éste, sino erradicar los actos delictivos de los
(7)
Fernández-Ríos, MK. & Moreno, B. (1994). Toma de Decisiones y Participación. En J. M. Peiró & J. Ramos
(Dirs): Intervención Psicosocial en las Organizaciones. Barcelona: PPU. (419-465).
que están siendo objeto desde hace dos años. Supongamos que los líderes comunitarios
de esta organización saben que el primer recurso para defender con legitimidad una
acción social es tener una base sólida y fundamentada de información. Para ello, pueden
sugerir que el objetivo a corto plazo de la organización sea el de recopilar tanta
información como sea posible acerca del número y tipo de delitos que se han cometido
en estos últimos años. La determinación de este objetivo específico facilita, en este
sentido, la creación de grupos de trabajo que pueden reflexionar sobre las fuentes que
pueden proporcionar este tipo de información. El hecho de tomar parte activa en esta
tarea concreta posibilita el logro de una meta parcial. Los pequeños éxitos acumulados,
que pueden ser gradualmente más complejos y abstractos, posibilitan que la experiencia
participativa resulte relevante para sus miembros.
Por lo tanto, una comunidad fortalecida es una comunidad que trabaja para el bien
común o colectivo. Para ello, obviamente, debe ser una comunidad que sepa gestionar o
adquirir los recursos necesarios. De ahí, que una comunidad potenciada disponga de
unos recursos accesibles para todos los residentes de la comunidad. Desde las
infraestructuras (vivienda, zonas verdes y de recreo, deporte, servicios de
protección/seguridad como policía o bomberos) a medios de comunicación social, son
recursos de la comunidad.
Una comunidad fortalecida es siguiendo a Ulloa (2000) una comunidad que sabe lo
que tiene, lo que quiere, puede hacerlo, quiere hacerlo, lo está haciendo, lo comparte …
dentro de un marco de principios y valores compartidos que aseguran la armonía entre
las gentes diversas, entre la gente y la naturaleza, y de cada persona consigo misma.
Conclusiones
El empowerment, o potenciación es un concepto que surge para dar contenido
teórico a la incipiente disciplina de la Psicología Comunitaria en Estados Unidos. Se
trata, por tanto, de un concepto con vocación fundacional, lo que puede explicar su
amplitud de miras y el vasto abanico de situaciones a las que se aplica. De forma
intuitiva, bajo el concepto de potenciación caben otros conceptos e ideas como el de
autonomía, autogestión, pensamiento crítico e, incluso, libertad. Podemos decir, sin
temor a equivocarnos demasiado, que el empowerment, en Psicología Comunitaria, lo es
todo. Y lo es todo porque abarca desde el individuo a la comunidad, y desde las
acciones que potencia hasta las personas, organizaciones y comunidades potenciadas.
El punto de vista del empowerment es, por tanto, el punto de vista de la Psicología
comunitaria. Y entre sus principales preocupaciones destacan la diversidad cultural, los
diferentes sistemas de valores y creencias y la tolerancia hacia la diversidad. Pero,
además, es el profesional quién primero pone en práctica la asunción de la diversidad de
los valores y lo cual tiene implicaciones no sólo en las relaciones entre personas,
organizaciones y comunidades con diferentes culturas, sino también en participantes de
la intervención y profesionales con diferentes valores. Este último punto ha sido
frecuentemente olvidado en la práctica de los profesionales de la salud y constituye uno
de los principios básicos del empowerment.
Intervenir es potenciar, y para potenciar hay que fomentar la utilización de los
recursos disponibles o desarrollar prácticas que permiten el acceso a dichos recursos. El
papel que juegan los valores en este proceso es fundamental, ya que la potenciación
supone el desarrollo de las capacidades de las personas, organizaciones y comunidades,
y las capacidades están estrechamente relacionadas con la identidad. En este sentido, no
es posible desvincular identidad con valores o cultura, porque lo uno da contenido a lo
otro. El problema que se plantea entonces es cómo potenciar el desarrollo sin anular los
sistemas de creencias y valores, que son, precisamente, el motor que guía todo el
proceso. La tolerancia, la colaboración, la comunicación, la discusión de objetivos, el
consenso, etc., son todos ellos aspectos de la intervención que pueden favorecer la
potenciación sin anular la identidad.
Además, cuando se habla de potenciación se hace a distintos niveles: las personas,
las organizaciones y las comunidades. Pero en cada uno de estos niveles se producen
dos hechos diferenciados: potenciar y ser potenciado. Esta distinción es fundamental en
la teoría del empowerment, porque permite distinguir dos tipos de objetivos y,
lógicamente, dos tipos de personas, organizaciones y comunidades. Tomando como
ejemplo la persona podemos potenciarla, lo que ya constituirá un objetivo legítimo de la
intervención, pero también podríamos esperar que esa persona fuera a su vez
potenciadora para otros. Lo mismo puede afirmarse de organizaciones y comunidades
potenciadas y/o potenciadoras. Lograr conjuntamente las dos cosas es un objetivo a
largo plazo de la intervención comunitaria; sin embargo, ambas estrategias, por
separado, constituyen niveles de intervención justificados. Lo importante para la teoría
del empowerment es que esta diferenciación permite analizar de forma más precisa los
beneficios de la intervención, al separar dos procesos, aunque relacionadas entre sí,
pueden convivir separados durante un tiempo.
Enlaces de Interés
Society for Community Research & Action http://www.apa.org/divisions/div27/
Julian Rappaport: http://www.psych.uiuc.edu/ressources/psc/faculty/rapp.html.
Empowerment: http://www.empowermentresources.com