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Diarrea en Conejos y Abscesos
Diarrea en Conejos y Abscesos
Con el nombre de diarrea se engloban varias enfermedades provocadas por distintos agentes
infecciosos y no infecciosos. Si un conejo presenta diarrea, es muy importante pensar en los
factores más simples que pueden ocasionarla antes de entrar en pánico. Una de las mejores
maneras de mantener sana a tu mascota es darle un pienso de buena calidad. Un cambio
brusco de alimentación o cualquier fuente de estrés, como las vacaciones de los dueños, la
llegada de una nueva mascota a la casa, algún cambio en la rutina diaria, pueden hacer causar
la diarrea en conejos.
Una diarrea de origen alimentario puede mejorar sin necesidad de tratamiento, pero ten
cuidado, si tu conejo no está comiendo no dejes pasar más de un día sin recurrir a un
profesional, ya que esto puede agravar mucho su condición y desequilibrar aún más su flora
bacteriana intestinal.
No existen vacunas para prevenir ninguna de estas enfermedades infecciosas, por lo tanto lo
mejor es conocer bien las medidas preventivas y aplicarlas siempre, sobre todo si tienes varios
conejos.
Agentes infecciosos que causan diarrea en conejos
Parásitos
La manera de diagnosticar cualquier parasitosis es mediante un análisis de materia fecal, que
cualquier veterinario puede realizar. Los signos clínicos son casi siempre más graves en los
conejos más jóvenes, pudiendo provocar la muerte en casos severos. Los parásitos que se
encuentran más comúnmente son coccidios intestinales o hepáticos y tenias. Existen otros
tipos de parásitos en los conejos, pero no provocan síntomas clínicos y se eliminan
rápidamente con los antiparasitarios comunes. Para prevenir las enfermedades parasitarias es
esencial mantener limpio el piso de la jaula, sin restos de materia fecal y aislar a los conejos
bebés hasta después del destete y a los recién llegados hasta que hayan sido correctamente
desparasitados.
Enterotoxemia
Es una diarrea en conejos muy severa provocada por las toxinas que libera un tipo de
bacterias llamadas Clostridium. Estas son habitantes normales del tracto intestinal de los
conejos, pero proliferan y se vuelven patológicas ante factores que bajen las defensas o
provoquen anorexia, como el estrés, o por la administración de antibióticos de amplio
espectro (como ampicilina, clindamicina o lincomicina) que eliminan parte de la flora
bacteriana normal y dejan espacio para que los Clostridium se desarrollen.
Los signos que se observan son muerte repentina o una diarrea acuosa que dura 2 a 3 días
antes de provocar la muerte. Esta diarrea en conejos afecta a cualquier edad, pero los más
susceptibles son los gazapos recién destetados. Dado el curso tan agudo y agresivo de la
enfermedad, el tratamiento es muchas veces inútil; los antibióticos pueden matar a las
bacterias, pero no evitan que las toxinas sigan dañando el organismo. Se administra suero,
protectores de la mucosa y yogurt o algún otro producto que recomponga la flora bacteriana.
Para prevenir este tipo de diarrea es primordial evitar el uso de los antibióticos mencionados y
controlar factores que puedan ser estresantes para tu mascota.
Síntomas y lesiones
La enfermedad se caracteriza en su inicio por la atonía digestiva. Los enfermos tienen el
vientre abultado, dejan de alimentarse y se niegan a beber. No se mueven en su jaula y se
dejan coger fácilmente.
En general se trata de una coneja en gestación o de una madre con sus gazapos. En este caso
se detiene totalmente la secreción láctea. A menudo se encuentra al animal muerto por la
mañana, sin haber presentado la víspera más signo que la falta de apetito. A veces la
enfermedad evoluciona durante dos o tres días, hasta la muerte del animal que presenta una
diarrea líquida tras haber presentado una severa constipación.
La autopsia revela una abundancia de gases en el intestino delgado extremadamente dilatado y
vacío de todo alimento. Por el contrario el estómago y el intestino grueso están llenos de
materias alimenticias no digeridas. A menudo se encuentran una o varias zonas hemorrágicas
a nivel del intestino grueso.
El hígado está descolorido, amarillento, con este aspecto de hígado cocido que caracteriza la
acción de la toxina. Los otros órganos, el riñón, el páncreas, el corazón presentan igualmente
coloraciones anormalmente pálidas, en relación con la putrefacción intensa y acelerada desde
la muerte del sujeto.
Diagnóstico diferencial
Pese a la claridad de los síntomas y sobre todo de las lesiones, es necesario eliminar las
infecciones ligadas al parto, las pasteurelosis en su forma sobreaguda donde los órganos
internos están congestionados, los accidentes ligados a perturbaciones de la asimilación:
La toxemia de gestación en conejas demasiado gordas.
La hipocalcemia en hembras lactantes, a menudo muy buenas madres y que no se
ocupan de alimentarse. Es a menudo difícil hacer un diagnóstico real de estas últimas
afecciones, a veces asociadas a la enterotoxemia de la cual son causas favorecedoras.
La hipocalcemia sola no puede provocar la muerte, de frecuencia ataca a las madres lactantes
y produce una caída de la leche que perjudica a los gazapos. La toxemia de gestación ataca a
las conejas muy gordas que ya han gestado, al final de la gestación, al parecer asociada a un
régimen alimenticio a discreción. En la autopsia del hígado presenta una degeneración
grasosa, con un color amarillo anaranjado, pero el abdomen no está distendido como en la
enterotoxemia, de la cual es uno de los signos característicos.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por palpación y examen oral, aspirado por aguja fina para citología,
tinción de Gram y cultivos bacterianos para aerobios y anaerobios. Son de gran utilidad para
definir la extensión y afección esquelética las radiografías, así como radiografía de cabeza o
tórax para observar si hay afección pulmonar. La tomografía axial computarizada (TAC) se
utiliza para observar abscesos retrobulbares. Cuando se sospecha enfermedad sistémica se
recomienda la realización de cuadro hemático, bioquímica sanguínea y urianálisis. Las
muestras para cultivo usualmente son negativas para crecimiento bacteriano, sin embargo se
recomienda enviar muestras para cultivo y prueba de sensibilidad, incluso después de
tratamiento antibiótico de los abscesos recurrentes. En casos avanzados, hay que investigar si
el absceso se ha diseminado por órganos internos.
Tratamiento
El tratamiento depende de la localización y la extensión del absceso. La extracción completa
del absceso es el tratamiento de elección; seguido por lo menos de dos semanas de
antibioterapia, de acuerdo al cultivo y antibiograma realizados. Si las articulaciones están
afectadas, la amputación del miembro puede ser necesaria. En caso de abscesos retrobulbares
la enucleación es un procedimiento recomendado. Corregir la causa es lo principal en caso de
que no se pueda realizar la extracción completa del absceso. Adicionalmente se deberá
realizar debridamiento del absceso, del tejido blando y estructuras que estén involucradas. Los
espacios de los abscesos debridados deben impregnarse con antibiótico o metilmetacrilato con
antibiótico ya que esto permite la liberación lenta de antibiótico por muchas semanas para
alcanzar concentraciones altas localmente y evitar concentraciones sistémicas que puedan
causar problema.
Los abscesos mandibulares son particularmente difíciles de tratar, estos generalmente tienen
fístulas que conectan los abscesos a las raíces dentarias. Los abscesos pueden resultar de
enfermedades periapicales causando crecimiento anormal de las raíces dentarias y destrucción
del hueso que lo rodea. En estos casos, el tratamiento se realiza haciendo curetaje y lavado;
los dientes infectados deben extraerse, aplicando metacrilato en los espacios, así como
administración de antibióticos por 2 a 6 semanas.