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Cómo hacer un Plan de Negocio o Business Plan
Gestión del tiempo: Guía para max imizar tu productividad
Sobre la autora
Mónica Vicente es licenciada con honores en Administración de Empresas por la
Universidad de Northeastern, Boston y Pontificia de Comillas, Madrid. Cuenta con una
doble especialización en Marketing y Negocio Internacional y ha realizado dos másters
en escuelas de prestigio internacional (finanzas y marketing).
Actualmente dirige su propio negocio online dirigido a padres con hijos en edad
escolar (www hoynohaycole.com) y es profesora de varios cursos online de empresa y
repostería creativa, además de autora de varios libros sobre empresa. Este es uno de
ellos, pertenenciente a su reciente proyecto “ Te ayudo a emprender”
Previamente ha trabajado en importantes multinacionales de distintos sectores
gracias a su marcada visión estratégica de negocio y amplia ex periencia en dirección y
gestión operativa, comercial y económico-financiera en entornos de alta presión.
Sobre la autora
Introducción
La inversión inicial
Gastos de amortización
Los costes fijos
Los costes variables
Los costes directos
La estimación de ventas
Los costes indirectos
Resumen de costes
Cálculo del margen de beneficio
Cálculo del precio de venta
El valor percibido
Errores comunes a la hora de fijar los precios
Gastos e ingresos
Coste de oportunidad
Conclusiones
Últimas palabras
Introducción
Para que tu negocio sea rentable debes ofrecer tus productos al precio adecuado:
ni tan bajo como para no poder cubrir costes, ni tan alto como para desanimar a tus
potenciales compradores.
Sin entrar en estrategias de precio comerciales, en este libro te enseñaré a
calcular el coste real de tus productos y el precio mínimo al que deberías venderlos para
no perder dinero. Así, podrás evaluar la viabilidad de tu negocio antes de ponerlo en
marcha o ajustar tus precios si ya has comenzado tu actividad.
Está claro que, antes de comenzar tu negocio, es necesario que conozcas los
costes en los que vas a incurrir para poder afrontarlos y el precio de venta estimado de
tus productos o servicios para saber si es factible venderlos a ese precio.
Pero ¿cómo puedes calcular los costes de un producto que nunca has hecho
antes? ¿Cuánto dinero tienes que invertir? ¿Cómo puedes saber a qué precio vender tus
productos para ganar dinero? ¿Podrás vender a ese precio o será demasiado alto?
¿Serás capaz de producir todo lo que te pidan tus clientes? ¿Cuánto dinero puedes
llegar a ganar? ¿Y a perder? En definitiva ¿Merece la pena llevar a cabo ese negocio?
Seguramente son muchas las dudas que te asaltan a la hora de emprender un
nuevo negocio y, sin duda, la principal será saber si va a ser rentable, es decir, si vas a
ganar dinero.
Aquí aprenderás a diferenciar los costes fijos de los variables; los directos de los
indirectos; a calcular correctamente tu inversión inicial y cómo amortizarla; a conocer el
precio de venta mínimo que te permite cubrir todos tus costes; a determinar el precio de
venta más conveniente para tu negocio; en definitiva, aprenderás a valorar la
rentabilidad de tu negocio.
Para ello, voy a utilizar un ejemplo de negocio sencillo que me permita ex plicarte
todo eso de manera fácil: una tienda de repostería creativa que vende tartas artesanales
de diseño y cuenta con un local a pie de calle y un sólo empleado además del dueño.
Por lo tanto, en mis ejemplos, las tartas serán los productos a vender, pero
deberás sustituirlas por tus productos o servicios en tus cálculos. El método es el
mismo para cualquier producto o servicio, así que no te preocupes: lo harás
perfectamente.
Tan solo una última puntualización antes de comenzar. Mi intención es que este
libro se entienda fácilmente, incluso por personas con escasa o nula formación
empresarial. Por eso, he intentado simplificar al máx imo las ex plicaciones y utilizar un
vocabulario que, aunque quizá no sea muy correcto o ex acto en entornos económicos,
sea sencillo, sin tecnicismos y fácilmente comprensible por cualquier persona ajena al
mundo empresarial.
Así, utilizo indistintamente términos como costes, gastos y costos como si fueran
la misma cosa aunque en realidad tengan connotaciones diferentes a nivel económico.
Pero, de no hacerlo así, complicaría innecesariamente este libro y dejaría de ser útil a
las personas que lo necesitan.
Hecha esta aclaración, comencemos.
La inversión inicial
Los gastos de inver sión inicial son aquellos gastos en los que incur r es
par a poder comenzar tu negocio. Es decir, lo que te gastas en comprar o contratar
todo lo necesario para poder empezar con la actividad. Puede tratarse de las obras para
poner a punto tu local o tienda, tu almacén, tu web, el coste de las licencias, los gastos
de gestoría, notario, registro, publicidad, compra de materiales o ingredientes,
maquinaria, ordenadores, programas informáticos…
Ten en cuenta que en la mayoría de casos te encontrarás con muchos gastos en
los que no habías pensado inicialmente: compra de dominios y hosting de la web,
comisión de la agencia inmobiliaria que te ha ayudado a buscar un local, gasolina o
transporte para tus desplazamientos en la búsqueda de un local adecuado, gastos de
consultores que te han ayudado a dar forma a tu negocio, registro de la marca o nombre
comercial…
Sea como fuere, intenta hacer una lista lo más completa posible de los gastos
que vas a tener que afrontar para poder poner en marcha tu negocio. Incluso cosas
pequeñas como la gasolina que te he comentado antes para poder desplazarte a hacer
las gestiones necesarias para poner en marcha el negocio, o los gastos en hoteles si
tienes que viajar, o la entrada a ferias para informarte sobre el sector.
Es muy importante saber cuánto vas a invertir en tu negocio de antemano, ya sea
para saber si cuentas con los fondos suficientes para ponerlo en marcha, para pedir un
crédito o financiación a un banco, familiares o amigos y, sobre todo, para después
amortizarlo con tu actividad e empresarial (después hablaremos de lo que significa
“ amortizar” ).
Vamos a hacerlo con nuestro ejemplo de tienda de repostería. Seguramente
conozcamos a cuánto ascienden algunos gastos pero otros los tendremos que estimar o
ponernos un tope (un presupuesto). Si después nos cuesta menos lo ajustaremos en
nuestra tabla de costes y si nos cuesta más, tendremos que ver cómo eso repercute en
el resultado final del negocio y valorar su viabilidad. Pero vamos poco a poco.
Te recomiendo utilizar cantidades redondas. Es decir, 1000 euros en lugar de
1125. Si sabes el coste ex acto y no es redondo, redondea al alza en bloques de 100. Si
el coste es de 1125 pondríamos 1200 euros. Siempre te da un pequeño margen y las
cantidades se visualizan mejor cuando terminan en cero.
Alquiler del local: Dentro del apartado de los gastos de alquiler del local, que aquí
están señalados como 1000 euros, se incluyen todos los gastos relativos al alquiler,
incluyendo incluso la fianza (aunque esta sea un gasto recuperable) o la cantidad que
hayamos tenido que pagar a la agencia por sus servicios. Es así porque estamos
tratando de saber cuánto dinero necesitamos para comenzar nuestro negocio y si no
incluyes la fianza y no prevés ese gasto, no podrás alquilar el local.
Refor mas: Aquí incluiremos todas las mejoras que hay que hacer en el local antes de
poder abrir al público. Puede que tengamos que pintar, decorar, instalar un baño o una
pequeña cocina, un cartel luminoso, una salida de humos, etc… En el caso de la tienda
de repostería, habría que habilitar, si el local no cuenta con ello, una pequeña cocina y
un área para recibir a los clientes con mostrador.
Alta de suministr os: Ten en cuenta que tienes que dar de alta los suministros de agua,
gas, luz, etc., y que normalmente esto implica un coste.
Gastos legales: Todo negocio implica un papeleo, ya sea el registro de la marca
comercial, los pagos de licencias de actividad, el alta en diferentes entidades, las
tasas, los notarios… Anótalos todos e infórmate de a cuánto ascienden para no llevarte
ninguna sorpresa.
Har dwar e y softwar e: Si tienes que comprar ordenadores o programas informáticos,
alguna impresora, iPads o cualquier otro hardware o software, inclúyelos en este
apartado. No olvides las licencias por uso de programas, etc…
Mater iales: puesto que vamos a abrir una tienda de tartas, necesitaremos una serie de
artículos y productos especializados en este sector, como pequeños electrodomésticos,
cortadores, moldes, etc… También incluiremos aquí los ingredientes para empezar a
funcionar como harina, azúcar, etc…
Mobiliar io: En nuestro ejemplo necesitaríamos un pequeño mostrador para atender a
los clientes, mesas de trabajo, sillas, una pequeña cocina…
Como ya sabes, esto es solo un ejemplo y las cifras son ficticias. Dependiendo
de tu tipo de negocio la lista puede reducirse o ampliarse. En nuestro ejemplo, hasta el
momento, los gastos de inversión inicial ascienden a 8.100€. Éstos son los gastos en
los que vamos a incurrir incluso antes de empezar a producir o fabricar nada y sin los
cuales no podremos empezar a operar.
Gastos de amortización
Una vez calculados estos gastos, debemos tener en cuenta que hay que
amortizarlos. Es decir, para que tu negocio sea rentable, debes ser capaz de r ecuper ar
a lo lar go del tiempo la inver sión que has hecho en él y, además, tener un margen
de ganancias. En otras palabras: debes vender lo suficiente como para recuperar ese
dinero y más. En nuestro caso, la venta de tartas nos debe dar los suficientes ingresos
como para cubrir poco a poco esos gastos, los costes de producirlas y darnos algo de
margen.
Para ello, tienes que adoptar un cr iter io de amor tización. Eso significa que
tienes que decidir en cuántos años o meses te planteas o quieres recuperar lo que has
puesto, siendo realista. No puedes pretender recuperar todo el primer mes, ni el segundo.
Lo normal es que necesites unos años para irlo recuperando. En nuestro caso podríamos
plantearnos tres o cuatro años. Ten en cuenta que en cada país hay una normativa
contable que limita o establece los criterios de amortización dependiendo del tipo de
activo y también de los llamados “ gastos de primer establecimiento” (estos de los que
estamos hablando). Así que consulta la normativa de tu país con tu gestor o en internet
antes de establecer tu criterio.
Suponiendo que podemos establecer cuatro años como criterio, si todo va bien,
en cuatro años habremos recuperado la inversión inicial, aparte de obtener beneficios
mensuales, obviamente.
Si esto es así, para ir recuperando en cuatro años la inversión que has hecho,
tienes que calcular cuánto supone mensualmente. En el ejemplo de la tienda de
repostería, dividiremos los 8.100€ en cuatro años (48 meses) para saber cuánto de los
ingresos debemos ir destinando a recuperar nuestra inversión. El resultado de dividir
8.100€ entre 48 meses es 168€.
Así que, los gastos de amortización mensuales que debemos añadir a nuestros
costes una vez comencemos nuestra actividad es de 168€. Es decir, consideraremos
esos 168€ un gasto más de nuestro negocio mensualmente durante los cuatro primeros
años.
Ten en cuenta que al añadir los costes de amortización como un coste o gasto
más de tu negocio, al final del año estarás reduciendo tu beneficio a nivel contable y, por
lo tanto, pagando menos impuestos sobre tus beneficios (esto lo veremos más
adelante).
Una vez tengamos nuestra inversión inicial estimada y nuestros gastos de amortización
calculados, comenzamos a trabajar en nuestros costes fijos.
Los costes fijos
Los costes fijos son aquellos en los que incur r es independientemente
de que elabor es tu pr oducto o no. Es decir, son aquellos costes que tienes tanto si
vendes mucho, poco o nada, o incluso si no abres la tienda, despacho o negocio en
general.
Hay una serie de gastos como los del alquiler de tu local u oficina, los cánones
de agua, luz o teléfono, las nóminas de tus empleados, los gastos en publicidad, la
tarifa de internet, los gastos de gestoría, las contribuciones a la seguridad social, etc…
que debes pagar cada mes aunque no estés trabajando o tu tienda esté cerrada. Es
decir, no están directamente relacionados con la producción de tus productos, y tampoco
suben o bajan dependiendo de si produces más o menos. Por eso se llaman “ fijos” .
Están siempre ahí de manera fija e invariable.
Es muy importante que identifiques todos estos gastos y sepas que los tienes
que pagar cada mes, incluso si no vendes lo suficiente para poder cubrirlos, en cuyo
caso deberás contar con un dinero ex tra para poder cubrirlos. Por eso son tan
importantes. Pueden incluso se los responsables de hundir tu negocio al poco de
empezar si no cuentas con los recursos suficiente para poder pagarlos cuando los
ingresos de tu negocio no lleguen para cubrirlos.
Vamos a ver cuáles son estos costes fijos en nuestro ejemplo. Siempre debes
calcular los números mensualmente y anualmente. Quizá algunos gastos los
conozcamos mensualmente y otros anualmente, pero eso no importa ya que los
mensuales los multiplicaremos por 12 para conocer el coste anual y los anuales los
dividiremos por 12 para saber el coste mensual (aunque el pago se haga de manera
anual).
Cuándo se pagan realmente es lo que se llama “ flujo de caja” o “ cash flow” ,
pero no vamos a ahondar en ello ya que ahora se trata de determinar costes e ingresos
y no tanto analizar la tesorería de nuestro negocio. Eso lo haremos al elaborar un plan de
negocio en detalle antes de comenzar nuestra actividad.
Como hemos comentado, vamos a utilizar cantidades redondas para no
complicarnos ya que ahora se trata de una estimación. Si conoces tus gastos reales,
ponlos, sin mucho redondeo. Cuanto más ex acta sea tu lista mejor. Ten en cuenta que,
una vez empieces la actividad, estos gastos serán muy reales y tendrán sus facturas y
recibos, que tendrás que contabilizar de la manera adecuada con un gestor si no sabes
hacerlo tú mismo.
Observa que en la tabla de costes fijos hemos incluido también los costes de
amortización que hemos calculado antes, ya que hemos decidido “ pagarlos”
Los costes variables
Vamos a ver ahora otro tipo de costes que tenemos que considerar también. Se
trata de los los costes variables. Los costes var iables son aquellos que se
pr oducen solo al pr oducir (valga la redundancia). Es decir, son los costes o gastos
en los que incurres al fabricar o producir tus productos o prestar tus servicios.
Este tipo de costes varía dependiendo de tu volumen de producción: serán más
altos si produces más y más bajos si produces menos (serán cero si no produces nada).
Cuantos más productos elabores más aumentarán tus costes variables.
Estos costes suelen ser los ingredientes o materiales que necesitas para
elaborar tus productos, la electricidad o agua que utilizas para hacerlos, los envases
para guardarlos, etc… Siguiendo con el ejemplo de nuestro negocio de repostería,
nuestros gastos o costes variables son la mantequilla, la harina y demás ingredientes,
las bases para colocar las tartas, los elementos de decoración, la electricidad
consumida al hornearlas, el agua usada para lavar y limpiarlo todo, los gastos de
entrega del producto si es que hacemos reparto a domicilio, etc…
Si te resulta complicado andar restando el IVA, haz tus cuentas iniciales (estas
de estimación que estamos haciendo ahora) con IVA incluido. Lo importante del caso es
no mezclar cantidades con IVA y sin IVA. Así que haz todas las cuentas igual,
incluyendo IVA tanto para las compras, como para las ventas. Eso sí, en tu contabilidad
real para presentar a Hacienda, deberás hacerlo bien, con la partida de IVA por separado
tal y como marca el Plan General Contable.
Los costes directos
Los costes dir ectos son aquellos que se imputan dir ectamente a cada
pr oducto de maner a fácilmente identificable. En nuestro ejemplo de las tartas, los
costes directos son los costes de los ingredientes y materiales que utilizamos para
realizar cada tarta.
Al principio puedes confundirlos un poco con los costes variables que ya
hemos visto, porque los costes directos son costes variables. Pero merece la pena
hacer la distinción entre los costes que varían y los que no dependiendo de nuestro
volumen de producción.
Vamos a ex plicarlo un poco más. Los costes directos son los que están
“ directamente” relacionados con el producto. En nuestro ejemplo, los ingredientes como
la harina están directamente relacionados con las tartas y podemos calcular cuánto de
ese ingrediente necesitamos para cada tarta.
Sin embargo, la electricidad para iluminar la cocina (coste también variable) no
es tan fácil de imputar a cada tarta de manera directa, así que será un coste variable
pero no directo (si no producimos no usamos electricidad pero no es fácil decir cuánta
luz usamos para hacer cada tarta). Espero que este ejemplo te haya servido para ver la
diferencia entre costes directos y variables.
El objetivo de conocer tus costes directos es saber cuánto gastas en producir
cada producto de manera directa. Si fabricas un jersey, querrás saber cuánto te cuesta la
lana, el tinte, etc… correspondiente o, si fabricas tornillos, cuánto te cuesta el hierro,
etc… Los servicios suelen tener pocos o ningún coste directo ya que los servicios son
intangibles. Lo mismo pasa con los productos digitales o info-productos (ebooks, cursos
online, etc…). Esto no quiere decir que no tengan gastos, como veremos más adelante,
sino que no tienen gastos directos.
Imaginemos que en nuestra tienda de repostería vendemos tartas de varios
tamaños (10, 15 y 20 raciones), además de, por ejemplo, cupcakes y galletas
artesanales. Deberemos entonces calcular los gastos directos para cada tipo de
producto o centro de coste (tartas, galletas y cupcakes) y para cada tamaño (10, 15 y 20
raciones).
Para simplificar, supongamos que el coste de los ingredientes de las tartas es
proporcional a su tamaño. Así, si calculamos cuánto vale elaborar la de 10 raciones,
dividiendo este coste por 10 sabremos el precio por ración y si lo multiplicamos por 15,
sabremos el coste de la tarta de 15 raciones. Lo mismo sirve para la de 20 y para la de
25 o las que hagamos.
Vamos a ver los costes directos para las tartas de 10 raciones en la tabla que te
presento a continuación. Recuerda que deberás hacer algo similar para cada uno de tus
productos.
En primer lugar, hacemos la lista de los ingredientes de la tarta y los materiales
que necesitamos para hacerla. A su lado, ponemos las cantidades que vamos a
necesitar de cada ingrediente de manera homogénea (todo en gramos) o unidades.
A continuación, ponemos el coste por 100g que habíamos calculado antes
cuando hablábamos de los costes variables. Si multiplicamos la cantidad por el precio,
nos dará el coste total de ese ingrediente. Así, para la tarta de 10 raciones necesitamos
375 gramos de harina. Antes habíamos calculado que 100 gramos de harina nos
costaban, sin IVA, 5 céntimos, así que 375 gramos nos cuestan 20 céntimos
aprox imadamente (ten en cuenta que hemos redondeado a dos decimales).
Ahora, fíjate que lo he complicado un poco más y he vuelto a utilizar el concepto de
costes fijos y variables, pero esta vez a nivel unitario de producto. Es decir, para cada
tarta he separado los costes variables (dependen del tamaño de la tarta) y los fijos (no
dependen del tamaño de la tarta). Esto me va a permitir calcular el coste de las tartas
mediana y grande, las de 15 y 20 raciones de manera más ex acta.
Como ves, el coste de los ingredientes de la tarta de 10 raciones es de 7,70€, así que el
coste por ración es de 0,7€ (lo he dividido por 10). El coste total directo de la tarta de 10
raciones será la suma de los ingredientes necesarios para 10 raciones (0,77 * 10 = 7,7€)
más los costes fijos de cada tarta (3,13€). Producir una tarta de 10 raciones nos cuesta
11€ sólo en costes directos. Siguiendo el razonamiento, la tarta mediana de 15 raciones
nos costará 0,77*15 = 11,5€ de ingredientes más 3,13€ de otros materiales = 15€. En la
tabla puedes ver el cálculo para tartas de 20 o 25 raciones. Así, podemos determinar el
coste directo de nuestras tartas dependiendo de su tamaño.
La estimación de ventas
Vamos a hablar ahora de las ventas para comprender mejor el siguiente bloque
de costes. Si hay algo que es realmente una incógnita antes de empezar cualquier
negocio es: ¿Cuánto me van a comprar? ¿Cuánto voy a vender? Es imposible saberlo
sin una bola de cristal que funcione bien (es broma), pero sí es posible realizar una
buena estimación.
Una cosa la tienes que tener clara: no puedes vender más de lo que er es
capaz de pr oducir. Esa capacidad de producción te va a marcar un límite de ventas
y entonces, ya tendrás un número cierto, por el momento.
Por otro lado, lo que vas a vender viene determinado por la demanda del
mercado. Aunque seas capaz de producir mucho, quizá el mercado (los clientes) no
sean capaces de absorber esa producción. Es decir, a lo mejor tu capacidad productiva
supera las necesidades del mercado y no te comprarán tus productos porque no los
necesitan. Fíjate que ya tenemos otro dato: la cantidad máxima que pueden
compr ar.
Y, por último, está tu competencia. Esas necesidades del mercado serán
satisfechas también por tus competidores ya que pr obablemente no ser ás el único
vendedor . ¿Cuánta demanda están absorbiendo ellos? ¿Queda algo para ti? Imagina
que el mercado fuera una tarta o pizza que se reparte entre todas las empresas
competidoras. A ti te tocará un trocito o porción. ¿Es lo suficientemente grande como
para saciar tu hambre (cubrir tus costes)? ¿Eres capaz de quedarte con un trozo más
grande?
Así pues, para estimar tus ventas futuras primero debes determinar los tres
puntos anteriores, que te voy a enseñar a calcular a continuación:
• Capacidad pr oductiva: ¿Cuánto eres capaz de producir? Tienes que calcular
el volumen máx imo de producción posible con tu inversión inicial. En nuestro ejemplo,
con la tienda de repostería que queremos montar, ¿cuántas tartas podemos elaborar al
día? Vamos a verlo con más detalle más abajo.
• Demanda: ¿Cuántas tartas se piden o demandan al día en nuestra zona? Si
solamente se venden 20, aunque produzcamos 30 no las podremos vender todas. Para
saber la demanda actual y tendencias futuras, puedes encargar un estudio de mercado o
análisis del sector (normalmente son de pago), o investigar por tu cuenta, hacer un test
de mercado, revisar las cifras históricas para ver la evolución de las ventas en ese
sector… Hay varias maneras de hacerlo en las que no vamos a profundizar porque no
son el tema de este libro, pero de las cuales podrás encontrar información en internet.
• Competencia: ¿Cuántas tartas venden las tiendas de repostería de nuestra
zona? Vamos a competir por los clientes en nuestro área de influencia, así que será muy
importante que averigüemos a qué distancia están del local que pensamos abrir, qué
precios tienen, cuántos empleados, cuántas tartas producen… Este tema también es
muy ex tenso y de nuevo te remito a internet o a alguna empresa especializada en
estudios de mercado.
Centrémonos entonces en el primer punto. Para averiguar cuál es tu capacidad
de producción, debes anotar:
1. ¿Con cuántas horas de trabajo al día cuentas? En nuestro caso, la jornada
laboral tiene 8 horas y contamos con un empleado que nos ayuda. Entonces,
contamos con 16 horas de trabajo diarias (8 horas de cada persona).
2. ¿Cuántos días a la semana estará tu negocio funcionando? Si son 5 días a la
semana, se señalarán 21 días al mes. Si trabajas también los sábados, serán 29 días al
mes.
3 ¿Cuánto tiempo empleas para elaborar cada producto? En nuestra tabla
hemos considerado, para simplificar, cuatro únicos productos: tartas pequeñas (10
raciones), medianas (15 raciones), grandes (20 raciones) y ex tra-grandes (25 raciones).
Hemos anotado el tiempo que lleva hacer cada una de ellas.
Tomando como base todos estos datos, podemos calcular el potencial
productivo de nuestro negocio, es decir, cuántas tartas podemos hacer al mes como
máx imo a pleno rendimiento (es decir, trabajando sin parar haciendo tartas).
Si contamos con dos personas, trabajando 8 horas al día durante 21 días,
disponemos de 336 horas para hacer tartas. Si cada tarta de 10 raciones necesita 4
horas de trabajo, podremos hacer 84 tartas (336 dividido por 4). En el caso de las tartas
más grandes serían 75, 67 o 61 respectivamente siguiendo el mismo cálculo.
Ten en cuenta que o elaboramos unas o elaboramos otras en el horario laboral.
Es decir, sólo haríamos tartas pequeñas, o sólo haríamos tartas medianas, etc… Estos
números indican la cantidad de producto que se puede hacer de manera ex clusiva con
las horas disponibles.
Ahora bien, este número de tartas lo obtendríamos trabajando a pleno
rendimiento, es decir utilizando todas las horas laborables en hacer tartas sin parar. Sin
embargo, en la vida real, muy probablemente no estaríamos fabricando tartas a pleno
rendimiento todos los días, ya que hay que dedicar tiempo a otras tareas como limpiar y
recoger, ir al baño o hacer algún descanso, abrir y cerrar la tienda, atender a los
clientes… y seguramente también algún día estemos enfermos, o lleguemos tarde, o
haya algún apagón de luz… Siempre hay contratiempos que hacen muy difícil trabajar a
pleno rendimiento.
Por eso, en las estimaciones, se suelen incluir tres escenarios diferentes:
ESCENARIO A o “pesimista”: Trabajando al 50% de rendimiento. Es decir,
considerar que solamente la mitad del horario laboral se dedica a hacer tartas. En
nuestro ejemplo, elaboraríamos entonces la mitad de los números anteriores: 42, 37, 34,
o 31 tartas respectivamente dependiendo del tamaño
ESCENARIO B o “r ealista”: Trabajando al 75% de rendimiento. Al igual que
en los demás escenarios, la producción es ex cluyente, es decir, producirás 63 tartas
pequeñas, “ o” 53 tartas medianas, “ o” 50 tartas grandes “ o” 46 tartas ex tra-grandes,
pero no todas a la vez.
ESCENARIO C u “optimista”: Pleno rendimiento, tal y como hemos
comentado al principio.
el escenario B o realista para hacer los cálculos y así no “ pillarte los dedos” .
Conocerás lo que pasa en el escenario A si las cosas van peor de lo que esperabas y
puedes preparar un plan de contingencia o lo que se llama coloquialmente un “ plan B” .
Además, los negocios crecen y van cogiendo volumen medida que crecen, por
lo que en los primeros meses no harás tantas tartas ni trabajarás al 100% . Lo ideal, por
supuesto, es llegar al pleno rendimiento pasado un tiempo.
El escenario C, el del pleno rendimiento, es el que te marca el máx imo nivel
productivo de tu negocio y, aunque es poco probable, es importante conocerlo para saber
nuestro máx imo nivel de ingresos. No ganarás más que lo que marca ese escenario en
el mejor de los casos, a no ser que inviertas más en hacer crecer tu negocio (más
empleados, un local más grande…)
Entonces, si planteamos el escenario B o normal como base para nuestros
cálculos, y suponiendo que las tartas pequeñas serán las más vendidas, produciremos
63 tartas al mes, lo que significa 3 tartas al día (63 tartas dividido por 21 días
laborables).
Los costes indirectos
Los costes indir ectos son aquellos en los que se incur r e al elabor ar
difer entes pr oductos. Es decir, generamos estos costes al producir pero no está tan
claro cuánto coste se debe a cada producto.
La luz de la tienda… ¿A qué producto la atribuimos? ¿Y la electricidad
consumida por el ordenador? ¿Y el material de oficina?Como ves, hay muchos gastos
en un negocio que no son simplemente ingredientes o materiales, pero que se tienen
que pagar para poder producir. Me refiero al agua, la electricidad, los gastos de
publicidad, el teléfono, la gasolina si tenemos que desplazarnos…
Los costes indir ectos son costes compar tidos por los múltiples
pr oductos de la misma empresa. No los genera un sólo producto sino que son gastos
o costes que se generan al producir, en general. Son costes comunes y se deben repartir
entre los distintos productos siguiendo algún cr iter io de r epar to. Podemos establecer
el criterio que nos parezca oportuno para asignar una parte de esos costes indirectos a
cada producto o centro de coste.
Ahora sí, el 30% de 142€ son 42€ de beneficio, que es lo que nos hemos
propuesto. Si bajamos el precio un 30% , lo venderíamos por 100€ y entonces ni
ganaríamos ni perderíamos nada.
Por favor, ten esto en cuenta a la hora de calcular tu margen ya que es
fundamental para la rentabilidad de tu negocio.
Estados Unidos en donde los impuestos son variables y dependen de cada estado.
Además, normalmente los precios no incluyen los impuestos sino que se abonan a la
hora de pagar por el producto o servicio. En definitiva, añade los impuestos
correspondientes de tu país.
Hecha esta operación, nuestra tarta de 10 raciones la venderemos al público por
110€, la de 15 por 162€, etc…
Pero, de nuevo, nuestros cálculos no terminan aquí: todas las empresas o
negocios (salvo contadas ex cepciones) pagan impuestos sobre sus beneficios. En
España a día de hoy se paga un 20% del beneficio, es decir, del resultado de restar
ingresos (sin IVA) menos costes.
Por cada tarta de 10 raciones que vendamos pagaremos 6€ de impuestos:
Impuestos= (Pr ecio de venta-costes totales) * % impuestos
Impuestos= (100-70) x 0,2 = 6€
Lógicamente, tendremos que restar esos impuestos a nuestro beneficio antes
de impuestos, obteniendo así el beneficio después de impuestos o beneficio real o neto:
Beneficio neto = Beneficio antes de impuestos - impuestos
Beneficio neto= 30-6 = 24€ (24% de margen)
En resumen, si vendemos una tarta de 10 raciones por 110€, ganaremos 24€ y
habremos podido pagar todos los costes generados por esa tarta, tanto directos como
indirectos, devolver el IVA recaudado, amortizar parta de los gastos iniciales y pagar el
impuesto de sociedades.
Con las tartas más grandes, obtendremos más beneficios ya que el margen de
beneficio es proporcional al precio de venta (es un porcentaje).
Ten en cuenta una última cosa: en esta hipótesis estamos trabajando al 75% de
rendimiento, utilizando sólo el 75% de nuestra capacidad productiva (recuerda que
escogimos el escenario B o realista). Lo más razonable en este caso sería prescindir de
un empleado a jornada completa y tenerlo tan solo media jornada. Así, el margen de
beneficios sería mucho más alto, aprox imadamente 600€ más al mes en total (esto es
un coste aprox imado ya que intervienen otros pequeños factores en la ecuación).
Según vayas aumentando tu producción si la demanda sube, puedes ir contratando
más horas de personal para adaptarte a la nueva situación.
El valor percibido