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Índice
Agradecimientos ................................................................................ 6
Consideraciones previas .................................................................... 7
Introducción ....................................................................................... 8
¿Por qué pensar en marketing? ..................................................... 13
1. Marketing no es vender .............................................................. 18
2. Un poco de historia ...................................................................... 21
El Qué y los Quiénes. ................................................................... 27
¿Cómo se desarrollarán nuestros negocios? ................................. 29
3. Marketing Estratégico Vs Operativo. .......................................... 34
¿Cuál es el fin último de toda Organización? ............................... 41
4. Diseñando los modelos de negocios ............................................ 43
5. Todo comienza con la atracción…. ............................................. 51
Fuentes de atracción ...................................................................... 53
6. La era de las Experiencias ........................................................... 57
7. Descubriendo mis Segmentos ...................................................... 62
8. Creando las Propuestas de valor .................................................. 71
El Pedido de Valor ........................................................................ 76
Umbral mínimo de Valor o Competitividad ................................. 82
Generación de Propuesta de valor o Fuentes de Valor ................ 84
Validación de la propuesta de valor en el mercado ...................... 86
La botica del chorizo. .................................................................... 87
Análisis de Variables Críticas ....................................................... 89
Indicadores de control ................................................................... 91
Conclusiones ................................................................................. 93
9. El precio Justo ............................................................................. 95
Estrategia de descreme: sáquele jugo al precio............................. 99
Política de precios ....................................................................... 102
10. Criterios versus políticas ......................................................... 107
¿Qué define a un buen vendedor? ............................................... 110
11. ¿Cuál es mi cliente? ................................................................. 115
12. Conquistar al cliente ................................................................ 120
CRM y su implementación: 10 pasos para tener éxito ............... 122
13. Racional o irracional ................................................................ 129
Del Marketing tradicional al Relacional. .................................... 132
Compra por compromiso ............................................................ 138
14. Marca, la hija predilecta del Marketing ................................... 141
15. ¿Estar o no estar en internet? ................................................... 149
Pilares de los negocios digitales ................................................. 154
Conclusiones de un futuro digital ............................................... 163
16. Momentos de un plan de Marketing ........................................ 165
Momento de las ideas ................................................................. 169
Momento del Cómo .................................................................... 177
Cómo implementar y no morir en el intento. .............................. 181
Gestión y control en el tiempo .................................................... 188
17. Conclusiones Finales ............................................................... 195
Bibliografía .................................................................................... 197
Consideraciones
previas
Ilustración 1: Esquema de la situación en el mercado para PYMEs
Marketing no es VENDER. A lo sumo lo que busca es hacer que la
venta sea más simple y ayudar a las fuerzas de venta con
información, nuevos productos, precios más atractivos y una, ahora
sí, buena comunicación con su público objetivo.
Ahora bien, si no es función del Marketing vender ¿cómo deberían
convivir estas dos áreas?
En mis años de experiencia y luego de haber visto, desarrollado y
trabajado en diferentes organizaciones, el esquema ideal de Gerencia
comercial es la que forma un triángulo. A la cabeza del mismo está
el gerente comercial y por debajo de él, con el mismo grado de
importancia, el área de marketing y la de ventas. Es misión del
gerente comercial integrar y coordinar las funciones de las dos sub
áreas en pos de los mejores resultados comerciales.
Por un lado, ayudar a la fuerza de ventas a que puedan cumplir con
sus objetivos, los que nunca deben ser sólo vender más, sino más
bien vender más y mejor. Al mismo tiempo debe trabajar con el
departamento de marketing en la definición estratégica y operativa
que la empresa deberá adoptar para poder desarrollar de la mejor
manera posible su mercado y la posición de la misma en él.
Tomemos por ejemplo el caso de los “Wachiturros”, ¿los recuerdan?
Estos jóvenes, que al ritmo de una cumbia pop lograron un rápido
posicionamiento en todas las radios, fiestas y mp3 de los niños y
adolescentes. Tenían como identidad la utilización de ropa de la
marca del cocodrilo.
Un día, el gerente comercial llama a una reunión urgente. El tema a
tratar era qué hacer con este grupo de músicos que usaban, de
manera no autorizada, su marca y que poco a poco lograba penetrar
en un mercado y segmento que no era el que la empresa definía
como objetivo.
A los pocos minutos de comenzar la reunión, el Gerente de Ventas
de la marca resaltó: “Es cierto que no es nuestro público objetivo,
pero debo destacar que nunca la marca vendió tanta ropa como
ahora”
Este es un claro ejemplo de la necesidad de contar con un
coordinador que no sólo vea el resultado de una planilla de ventas,
que a priori, puede ser muy atractiva y llenar los bolsillos de
aquellos que cuentan con una comisión sobre ventas, pero que puede
poner en serio riesgo el futuro de la empresa.
El marketing definiría que si bien los resultados de ventas son altos,
esto traerá como consecuencia un cambio en los gustos de su
público o target objetivo, generando en el cliente una pérdida de
percepción de valor y su migración a otra marca que pueda
reemplazar esta pérdida. Recuerde siempre que si bien los clientes
pueden ser fieles, no necesariamente son incondicionales y suelen
ser muy exigentes con no ser traicionados. Por ende hay que intentar
disminuir el impacto de esta situación al máximo.
Los gerentes de esta área son los que deben trabajar en el desarrollo
del marketing estratégico que sentará las bases para los mensajes
publicitarios, objetivos de marca y todo lo relacionado con la
comunicación.
Recuerde:
Marketing no es VENDER. A lo sumo lo que busca es hacer que la
venta sea más simple y ayudar a las fuerzas de venta con información,
nuevos productos, precios más atractivos y buena comunicación con su
público objetivo.
El marketing ayuda a la fuerza de ventas a que pueda cumplir con
sus objetivos, los que nunca deben ser sólo vender más, sino vender
más y mejor
2.
Un
poco
de
historia
Recuerde:
En la década del ´60 surgen muchos de los postulados que se
consideran como el catecismo del marketing tradicional, entre ellos el
de Jerome McCarthy quien concibió la famosa fórmula de las “cuatro
P” (Producto, Plaza, Promoción, Precio).
Los medios de difusión también tenían una orientación hacia la
masividad, sobre todo debido al dinero que movilizaba la publicidad.
La consigna era impactar en la mayor cantidad de consumidores al
menor costo (costo por contacto).
La desmasificación, término acuñado en los ’70 por Alvin Toffler,
otorgaba un nuevo protagonismo al consumidor, desplazando
definitivamente el eje gravitacional del producto hacia él.
A la etapa de los 80’ se la llamará "La era del cliente”. El cliente, ya
sin lugar a dudas, ocupa el lugar central en la prioridad de cualquier
organización que buscara el éxito.
En la década de los ’90 surge como nunca antes el concepto de
MARCA como una gran fuente de atracción para cientos de clientes.
Así, las mismas se fueron convirtiendo en el activo más valioso de
cualquier organización.
El comienzo del siglo XXI volvería a exigir al marketing repensar su
posición y sobre todo reinventarse en un mundo de cambio permanente
e hiperacelerado.
¿Conoce su propuesta de valor? Recuerde que para poder
considerarse tal, es necesario que la misma sea única, diferenciadora,
que los haga elegibles, y que no estén basados solo en cualidades del
producto, sino más bien en una experiencia
3.
Marketing
Estratégico
Vs
Operativo.
Siempre doy inicio a mis cursos con esta pregunta. Las respuestas
invariablemente se centran en tres: ganar dinero, perdurar en el
tiempo, cumplir con la misión de la organización. Y algunos más
como por ejemplo: trascender, dejar contentos a los accionistas, etc.
Antes de darles mi opinión, les refuerzo la pregunta agregando:
“sean estas con o sin fines de lucro”. Ante esta adición, algunos
cambian la respuesta y otros la revalidan. ¿Las organizaciones sin
fines de lucro no necesitan dinero? ¿Cómo pretenden cumplir con
sus objetivos sin dinero?
A no confundir la pregunta. La misma no dice cuál es el fin último
de los dueños, accionistas o socios, sino de la organización.
Las respuestas no están mal, pero no prestan atención a la esencia de
la pregunta. Todas las opciones son consecuencia de poder hacer
algo bien. Algo que no es una expresión de deseo, algo que sólo se
logra cuando nos enfocamos en eso como prioridad.
El fin último de toda organización, sea esta con o sin fines de lucro,
es el mismo: satisfacer una necesidad. Si las organizaciones no
satisfacen una necesidad, sea esta darle de comer a niños pobres en
África o vender coches de lujo, nunca podrá cumplir con las
respuestas dadas al inicio.
Las empresas y organizaciones más exitosas son aquellas que logran
ser lo suficientemente eficientes como para interpretar y dirigir los
esfuerzos de la organización a resolver las necesidades de sus
clientes o usuarios.
Esta necesidad debería expresarse claramente en la definición de
misión y visión de toda organización.
Así como muchos políticos olvidan que su trabajo es resolverle los
problemas a la gente, muchas empresas también pierden de vista
esta premisa fundamental.
El egoísmo o miopía traen como consecuencia organizaciones que
piensan más en sí que en su razón de ser.
El concepto de necesidad nunca ha sido tan vital como en esta era
desde que el psicólogo Maslow introdujo el concepto de necesidad
en las organizaciones y creó la tan famosa pirámide de necesidades.
El foco de atención cambió y ahora sólo es posible perdurar si
prestamos atención a una sola cosa: las necesidades de nuestros
clientes.
Si este argumento lo convence es el momento de preguntarse ¿qué
necesidad satisface? ¿Por qué lo eligen sus clientes?
Por último, recuerde que las necesidades cambian permanentemente,
por eso dedique tiempo a analizarlas a menudo. Escuche lo que el
mercado le dice; no es fácil de interpretar, pero es vital.
Recuerde:
→
El marketing estratégico tiene como eje central la detección e
interpretación de las necesidades de los clientes y en función de eso
diseñar un camino entre el estado actual y uno futuro donde
buscaremos resolver de la mejor forma posible esa necesidad.
→
Marketing operacional. Sabiendo quien es el cliente y lo que voy a
poner a su alcance, se debe determinar cómo se mostrará y se
comercializará el producto (precio, cómo mostrárselo, cómo
convencerlo, etc.)
→
Las 4p son: Precio o pricing, desarrollo de productos,
comercialización o plaza y por último promoción o comunicación
→
El mix del marketing estratégico recientemente propuesto por
Kotler, es: Probing (sondeo), Partitioning (segmentación),
Prioritizing (fijación de prioridades), Positioning (posicionamiento).
→
El fin último de toda organización, sea esta con o sin fines de lucro,
es el mismo: satisfacer una necesidad
4.
Diseñando
los
modelos
de
negocios
Con este ejemplo intento ilustrar que no alcanza con ser diferente y
único, es crucial ser elegible. Tampoco pretenda ser elegible para
todos los públicos, pero sí para el que usted haya definido en su
segmentación como objetivo.
Los recursos claves se refieren a aquellos que son vitales para que el
negocio se sustente en el tiempo. Son los medios necesarios para
sostener lo que definimos en los cuatro primeros bloques. Por
ejemplo el capital de trabajo, el Know How, patentes, etc.
Las actividades son los procesos, las políticas, la relación entre áreas
y hacen al funcionamiento operativo del negocio.
De este modo, cuando hay algo que dispone de fuerza para atraer, se
dirá que el mismo posee poder de atracción. Por ejemplo, la
atracción de la luna sobre los mares es lo que provoca las mareas.
Fuente:
Pine,
J.
y
Gilmore,
J.
The
experience
Economy
(1998),
Harvard
Business
School
Press
Recuerde:
→
Los segmentos son grupos de consumidores que se diferencian de
otros por distintas características específicas, claras y cuantificables,
siempre conformando una muestra representativa y atractiva para la
empresa.
→
Lo más importante para armar un segmento consiste en dividir los
grupos en función de lo que valoran y compran realmente de nuestra
empresa y no tanto por como son.
→
Si bien siempre es aconsejable utilizar alguna variable dura,
claramente se deben utilizar muchas más variables blandas.
→
Luego que tenga los segmentos es muy importante cuantificarlos. Si
un segmento no es cuantificable no sirve.
→
Los 5 requisitos para definir un segmento de mercado son: que sea
medible, accesible, sustancial, diferenciable, susceptible de ser
procesado.
8.
Creando
las
Propuestas
de
valor
Por Diego Merena y Jonatan Loidi.
Validación
Estándar
de
de
Valor
Segmentos
Ilustración
4:
Modelo
de
generación
y
administración
de
propuestas
de
valor
a
largo
plazo
El
Pedido
de
Valor
Una vez elegido uno o varios segmentos sobre los cuales se decida
indagar el pedido de valor particular de cada uno, el paso siguiente
consiste en realizar una profunda investigación con encuestas y
entrevistas en cualquiera de sus formatos. Es recomendable la forma
presencial, ya sea individual o grupal, para consultar a los
potenciales clientes sobre qué cosas valora o valoraría del producto
genérico sometido a evaluación. Es muy importante tener en cuenta
que no debe preguntarse sobre nuestro producto específico, sino
sobre el genérico de la categoría. Si habláramos del mercado
automotriz sería algo así como preguntar ¿Qué cosas valora, analiza,
considera, compara e investiga, al momento de elegir un auto
compacto de 4 puertas para uso familiar? Las respuestas serán una
lista de cualidades: buen diseño, bajo consumo de combustible, aire
acondicionado, seguridad, buen espacio interior, que sea de una
marca reconocida, precio y financiación, entre otras cuestiones.
Lo que estamos logrando al pedirle a los clientes que digan qué
cosas valoran es empezar a pensar en la construcción de atributos
pero desde lo que los clientes quieren y no al revés.
Es importante aclarar, que el cliente expresara opciones genéricas,
es nuestro trabajo indagar y detectar cuales son los verdaderos
intereses detrás de esas opciones. Así cuando una persona dice
Confort, puede referirse tanto al tamaño interior como la sensación
del andar del vehículo.
Una vez lograda la lista de atributos, sigue otra pregunta: ¿Ahora
podrían indicar según un orden de prioridad cuáles de los atributos
que nombro son los más importantes para usted? Aquí lo que
recomiendo es no hacerlo con una valoración del 1 al 10, sino
dividirlos en grupos según su grado de importancia relativa: 1, 2 y 3.
El 1 está conformado por los atributos excluyentes, o sea que: si no
están no es una opción deseable de compra. En este punto se listarán
seguramente muchos de aquellos atributos que definiremos más
adelante como “umbral mínimo de valor” o “umbral mínimo de
competitividad”. Luego las características ubicadas en el 2 serían
muy importantes pero no tanto como los registrados en el 1. Por
último, los atributos del 3 serían importantes, pero pueden ser
prescindibles si los del 1 y 2 son muy fuertes. Así podría pasar que
la lista quedara de la siguiente manera:
Buen diseño 2
Bajo consumo de 1
combustible
Aire acondicionado 2
Seguridad 3
Espacio interior 2
Marca 3
Precio 1
Financiación 1
Bajo consumo de 1
combustible
Precio
1
Financiación
1
Buen diseño 2
Aire acondicionado 2
Espacio interior 2
Seguridad 3
Marca 3
Como ven en el cuadro los pedidos de valor son los mismos, aunque
no necesariamente siempre es así. Podría suceder que surjan pedidos
de valor diferentes para distintos segmentos, pero en líneas generales
una gran cantidad coincidirán. Lo que sí cambió es que cada uno le
asignó un orden de prioridad distinto. A esta etapa la llamaremos
validación de segmentos. Si dos segmentos tienen una valorización
similar de los atributos, sobre todo los 1, podríamos decir que la
segmentación no es válida o, dicho de otra forma, esos dos
segmentos tal vez sean uno solo. Por el contrario, si hay diferencias
podríamos decir que sí la es.
Cuando analizamos con los grupos mencionados lo que se veía
ahora en el pizarrón, notamos que de los 7 segmentos sobre los que
se había trabajado, había dos grupos de 2 y 2 que coincidían en casi
todo. Por ende se profundizó el análisis y se realizó un pedido de
información interno en el Banco. Se terminó concluyendo que de 7
había que pasar a 5 segmentos. Usando la terminología antes
expuesta, se logró validar 5 segmentos en vez de 7.
Otro aspecto importante, que sería ideal realizar en esta etapa
consiste en indagar con mayor profundidad los atributos señalados
anteriormente, ya que muchos de ellos son muy abarcativos y nos va
a ser difícil poder construir una propuesta de valor partiendo de por
ejemplo: el atributo “calidad”. Lo que debemos indagar es
precisamente a qué llama el cliente “calidad” o “seguridad”.
No obstante, cuando una empresa está en marcha y goza de cierto
reconocimiento en el mercado, debería considerar en un análisis
posterior no solamente el pedido de valor respecto del producto
genérico, sino también el exigido a la propia empresa en particular;
es decir, en este caso no indagamos que cosas quiere, como por
ejemplo un automóvil, sino en particular sobre el que nosotros
vendemos; en este caso, que es lo que más le gusta de los autos
Peugeot. Estos podrán coincidir o no con los pedidos sobre el
producto genérico, siendo que algunas marcas de renombre reciben
mayores exigencias de su público que lo que pretenderían sobre el
mercado en general.
Seguramente, habrá algunas razones por las que nuestros clientes
nos exigen particularmente, y esto se debe a la multiplicidad de
segmentos que buscan mayores especificaciones para satisfacer sus
necesidades.
Como sabemos existen segmentos de mercado que buscan
cuestiones más funcionales y analizan los productos o servicios en
función de ellas. Por otro lado, tenemos otros segmentos que valoran
cuestiones más subjetivas, como pueden ser la marca, status o
experiencias que el producto les brinda.
Es por esto que es importante siempre comprender que en el pedido
de valor lo que buscamos es la base para la construcción de
propuestas de valor, de ninguna manera son definiciones sobre lo
que nuestro producto debería ser en términos absolutos.
Umbral
mínimo
de
Valor
o
Competitividad
Generación
de
Propuesta
de
valor
o
Fuentes
de
Valor
La
botica
del
chorizo.
La Botica del chorizo era una parrilla cerca de La Plata a la que solía
ir con mis padres cuando era pequeño.
La Botica, de nombre simpático, era manejada por el Gallego. Él era
más bien antipático, algo desarreglado por no decir sucio, y no era
precisamente un buen anfitrión.
El lugar era muy simple y sencillo. Una gran parrilla con rastros de
grasa que llevaban años ahí. Tenía hileras de tablones uno tras otro
con banquetas y no existía el mantel. Solo una hoja de periódico,
una tabla y una cantidad limitada de cuchillos y tenedores.
El menú era lo que el Gallego decidía que fuera. Jamás vi una carta.
A lo sumo un pizarrón con dos palabras: Vacío, Choripán y el
mundialmente conocido Morcipan.
No recuerdo una sola vez en la que fuera a ese lugar y no estuviese
atestado de gente. Muchos camioneros, pero también familias y en
muchos casos, gente que venía de otras ciudades.
La botica del chorizo era una leyenda.
Es difícil describir cuál era su atracción. Ya que todo parecía estar
mal para los ojos de cualquier crítico gastronómico. Pero era
precisamente eso lo que lo volvía atractivo: el gallego con su mal
humor, su aspecto desarreglado, una calidad de carne increíble y el
mejor choripán del mundo.
Un día el Gallego se enfermó y no pudo ir por varios meses. Fue el
momento en que sus hijos se hicieron cargo del negocio. Ellos, con
una visión moderna, decidieron ampliar la carta, poner manteles y
atender bien a la gente.
Contrario a lo que ellos suponían, los clientes dejaron de ir porque
se perdió la fuente de atracción y lo más importante: su propuesta de
valor.
Si bien este ejemplo parecería opuesto al ejercicio y la metodología
que vengo mostrando, es todo lo contrario. Usted no debe configurar
su negocio tal cual se lo piden. Pero debe partir de conocer
profundamente que es lo que ellos buscan, para luego generar sus
diferenciales y buscar algo que los haga más atractivos. Entendiendo
que esto no es un producto, un servicio, la forma en que atienda, los
colores que use o un buen cartel. Es mucho más que eso, es cómo lo
hace y cómo eso que hace es atractivo.
Como vemos, tanto la propuesta de valor y las fuentes de atracción
no son cosas que nosotros podamos decidir; son ellos, los clientes
quienes deciden. Partir de lo que los clientes quieren o aspiran de
nuestros productos y con esa valiosa información intentar
sorprenderlos y que nos elijan por sobre nuestros competidores.
Análisis
de
Variables
Críticas
→ Para que una fuente de valor sea válida debe ser única y diferenciadora.
Una de las áreas que más se debe desarrollar dentro de las PYMES
es la que se refiere al tratamiento del precio o Pricing. Como primer
concepto importante, debemos considerar que el precio es tal vez
uno de los factores que más cosas comunica de nuestro producto. Es
decir, no sólo se limita a sumarle un porcentaje al costo, sino que es
parte activa y fundamental dentro de la estrategia general de
marketing. No se debe olvidar que el precio como tal es la única
variable del Marketing Mix (4 P) que aporta ingresos, el resto son
egresos.
Las empresas debería generar un posicionamiento tal que los
clientes vean el producto sin hacer tanto hincapié en el precio, de
esta forma la empresa lograría un aumento en sus márgenes.
Viendo esto, deberíamos decir que salvo por cuestiones estratégicas,
las empresas no deberían centrarse en tener el mejor precio, sino en
comunicar una diferenciación que convenza al cliente de pagar un
precio mayor, logrando una satisfacción mayor. Nadie pagaría más
si no siente que recibe más.
El precio es la expresión monetaria del valor. ¿Qué valor? El valor
percibido por el cliente.
Imaginemos dos barras como indicadores, donde una es el valor
percibido y la otra el precio fijado. Si el precio supera el valor
percibido, el producto será concebido como caro. Por el contrario, si
el valor percibido supera el precio podrá ser entendido como
costoso. Lo ideal es que siempre el valor supere el precio, de esa
forma estaremos seguros de que los clientes estarán satisfechos.
Pocas tareas son tan difíciles como fijar un precio a un producto o
servicio. Muchos lo hacen tomando como referencia a la
competencia, lo que podría ser un grave error. Asumir que la
competencia lo está haciendo bien y usar eso como nuestra ancla
para fijar el precio significa que conocemos poco del valor que
estamos generando. Claro está que esto puede ser muy válido
cuando vendemos o revendemos productos comoditizados. Por
ejemplo: si vendemos Coca Cola, el precio está fijado por el
mercado y es difícil cobrar más. No obstante, existen diferencias
dependiendo mucho de dónde se venda. Así podemos comprar una
Coca en una estación de servicios un 30% más que un kiosco que
queda a sólo 10 metros. ¿Cómo es posible esto? Básicamente porque
se pone en juego la necesidad del cliente. ¿Lo quiere ya? ¿Lo quiere
rápido? Tendrá que pagar por eso.
Ahora cuando nos referimos a fijación de precios en productos o
servicios nuevos es mucho más difícil. También podemos buscar
una referencia en productos similares, pero como ya dijimos esto no
es lo más recomendable o al menos no debería ser la única forma de
hacerlo.
Debemos tener en cuenta algunos puntos antes de decidir fijar el
precio.
• ¿A qué segmentos de mercado queremos llegar?
• ¿Qué significa este nuevo producto para el cliente potencial?
¿Necesidad o deseo?
• ¿Cuáles son los productos sustitutos?
• ¿Contamos con una marca reconocida?
• ¿Qué papel juega el producto dentro de mi cartera de
productos? ¿Es un producto de margen o de rotación?
Recordemos que el precio no se fija de atrás para adelante. Dicho de
otra forma, desde los costos al precio de venta, sino todo lo
contrario. Hay que fijar un precio que nos asegure el
posicionamiento deseado, lo más alto posible, sin ser considerados
caros y luego ver si la estructura puede soportarlo, ahora sí, con una
mirada profunda de los costos.
Por eso es fundamental tener una coherencia dentro de la estrategia
de precios.
Ningún empresario puede fijar precios con éxito sin un
conocimiento profundo de sus costes, de los precios del mercado, de
la demanda y, teóricamente, de alguna base sobre la cual prever el
comportamiento de la competencia, esencialmente su reacción ante
cambios de precios.
Por lo tanto, en toda política de precios tienen cabida los juicios de
ponderación en relación con las condiciones del momento, lo cual
supone que la política debe servir como guía a las decisiones
concretas, una vez contemplados todos los factores y fuerzas que
entran en juego, tal como se ha señalado en páginas anteriores.
Debido a estas razones es importante la existencia de una estrategia
de fijación de precios. En este sentido, Lambin, J. (1991) habla de
dos coherencias:
- La coherencia interna basada en la determinación del precio del
producto en relación con las restricciones de coste y rentabilidad
- La coherencia externa, que relaciona el precio con la capacidad de
compra del comprador y con el precio de los productos
competitivos.
Contemplada de esta forma, la política de precios se presenta como
un instrumento de posicionamiento del producto, coherente con el
resto de factores de posicionamiento, así como con la distribución o
la comunicación que hayan elegido.
Aun cuando este tipo de enfoque es común para todas las empresas,
las respuestas pueden ser muy diferentes según sean aquéllas o
según sean los precios: no es lo mismo plantear una política de
precios ante una venta a industriales que ante amas de casa; no se
plantean las mismas opciones una empresa productora o una
empresa de comercialización; ni la venta es igual ante el
lanzamiento de un nuevo producto que ante la venta de un producto
en fase de madurez.
A su vez y como si fuera poco, existen una serie de factores que
afectan la sensibilidad del precio de parte de los clientes:
1. Efecto del valor único: Los compradores son menos sensibles al
precio cuando el producto es más original, es decir hay pocos
sustitutos.
2. Efecto de conciencia de los sustitutos: Los compradores son
menos sensibles al precio cuando están menos conscientes de los
sustitutos.
3. Efecto de la comparación difícil: Los compradores son menos
sensibles al precio cuando no pueden comparar con facilidad la
calidad de los sustitutos.
4. Efecto de gasto total: Los compradores son menos sensibles al
precio cuanto menor es el gasto de su ingreso. Un consumidor será
menos sensible a comprar un caramelo o decidir dónde almorzar que
a comprar un vehículo o decidir dónde pasar sus vacaciones, y es
aquí donde aparece el concepto de productos de consumo masivo.
5. Efecto del costo compartido: Los compradores son menos
sensibles al precio cuando otra parte absorbe un porcentaje del
costo. Promociones tipo combo.
6. Efecto de la inversión hundida: Los compradores son menos
sensibles al precio cuando se utiliza el producto con activos
adquiridos previamente.
7. Efecto del precio-calidad: Los compradores son menos sensibles
al precio cuando se supone que el producto tiene más calidad,
prestigio o exclusividad que los sustitutos.
9. Efecto del inventario: Los compradores son menos sensibles al
precio cuando no pueden almacenar el producto.
La estrategia es la coordinación de múltiples actividades para
alcanzar un objetivo único: en este caso, un precio rentable. Si los
directivos reflexionan sobre la fijación de precio únicamente cuando
tienen que determinar un precio quedan pocas cosas que puedan
controlar, aparte del nivel de precios. Sin embargo, cuando piensan
en capturar el valor como objetivo, amplían su capacidad para
determinar los precios de forma rentable, controlando muchas más
cosas que el nivel de precios.
Recuerde:
→
Si no podemos subir nuestro precio o sólo vendemos si somos
baratos, esto es un indicador de que no estamos generando valor por
encima de la funcionalidad básica del producto.
Esta simple pregunta no tiene una única respuesta, lo que hace que
sea aún más difícil de responder.
En principio, siempre que se enfrente a una venta debe pensar que
por lo general no hay un sólo cliente para lo que queremos vender, o
mejor dicho, existen distintos tipos de factores que condicionan la
venta según determinadas opiniones.
Siempre debe preguntarse:
¿Quién paga?
¿Quién usa?
¿Quién decide?
Y puede existir un cuarto: ¿Quién prescribe?
Hace poco tiempo me pidieron de un importante diario argentino
que escribiera una columna sobre los cambios que se habían
experimentado en el rubro de ropa para chicos, más específicamente
el que va de los 2 a 8 años. Para cumplir con ese cometido usé las
cuatro preguntas que enuncié anteriormente.
Si viajamos en el tiempo y vamos aproximadamente 20 o 30 años
atrás la respuesta a cada pregunta serían las siguientes:
¿Quién usa? Los chicos
¿Quién paga? Madre, Tías, abuelas.
¿Quién decide? Madre, tías y abuelas
Básicamente los chicos se ponían lo que les compraban y tenían
muy poca influencia en el resultado de la compra. Así las marcas
enfocaban sus estrategias en el mayor influyente: “los que deciden”,
ya que en este caso eran los que definían la compra. Es decir que sus
clientes eran las madres, tías y abuelas.
Ahora bien, como ya dijimos, todo cambia y el secreto es entender
por dónde pasan esos cambios.
Hoy en día el segmento de los niños se ha transformado mucho y sin
duda ellos se han vuelto protagonistas y como nunca antes son
grandes influyentes en la mayoría de las decisiones del día a día en
las familias.
Veamos qué pasó con las preguntas.
¿Quién usa? Los niños
¿Quién paga? Por ahora, los padres
¿Quién decide? Aquí el gran cambio. Los que tenemos niños de esa
edad sabemos muy bien que será casi imposible lograr que un
pequeño use algo que no le guste o que no elija él mismo. De hecho,
puede transformarse en una terrible odisea. Entonces, los niños
participan activamente en el proceso y seguramente terminaremos
comprando lo que ellos quieren.
Vemos entonces que ahora los clientes son los niños y es
teniéndolos en cuenta, la forma de fijar las estrategias, junto con las
madres que son también grandes influyentes aún en la decisión final.
Pero aparece una cuarta pregunta ¿Quién prescribe? Este concepto
es donde más se han desarrollado las estrategias de Marketing. Hoy
en día los prescriptores son fundamentales en este segmento y ellos
son: canales de televisión para niños, estrellas juveniles de
programas infantiles, conductores de programas y un grupo de
referentes del segmento.
A su vez el Marketing sabe que empezar con este segmento fijará las
bases para lo que luego serán los preadolescentes o segmento
“Teen”, que se vuelven cada vez más influyentes en la decisión final
de compra.
Cada rubro tiene distintas configuraciones en los influyentes y en
muchos casos hay que llegar simultáneamente a diferentes personas
que responden a diferentes preguntas, pero para poder vender hay
que lograr convencer casi en paralelo.
Otro ejemplo: hace no mucho tiempo mientras dictaba un curso en
MATERIABIZ, escuela de negocios, un alumno dio un claro
ejemplo de cómo se deben identificar a los influyentes y de cómo
muchas veces hay más de uno.
Este alumno trabajaba como vendedor en una importante empresa de
venta de neumáticos. El segmento que a él le tocaba atender era el
de grandes cubiertas para vehículos de gran envergadura como:
tractores, excavadoras, camiones, etc. En especial se enfocaba en
minería.
Su experiencia le enseñó que tenía más de un cliente al que debía
convencer para poder vender y debía llegar en simultáneo para poder
concretar la operación.
Así los influyentes son: jefes de compra, de mantenimiento y los
operarios que usan esos vehículos y que son los que en última
instancia pueden valorar el uso y calidad del producto.
La complejidad radica en que cada uno valora cosas distintas y tiene
intereses distintos. El de compras quiere pagar lo mínimo posible, el
de mantenimiento no quiere perder tiempo y el chofer quiere lo
mejor para garantizar su seguridad.
Volviendo a las preguntas vemos lo siguiente:
¿Quién usa? El chofer
¿Quién paga? El jefe de compras
¿Quién decide? Podría ser el que paga, el que usa o el que prescribe,
que podría ser el de mantenimiento.
Así, su estrategia era llegar a todos por distintos medios, pero tratar
de hablarle a cada uno de lo que querían escuchar, para que cuando
se sentaran en una mesa con sus jefes, el voto final fuera para el
producto que él comercializaba.
Existe otro rubro donde es interesante analizar las preguntas. El
farmacéutico es un rubro que también cambió mucho en los últimos
tiempos.
Tradicionalmente el mayor influyente, si hablamos de 40 años atrás,
eran los farmacéuticos que se constituían en casi médicos y en
muchos casos recetaban ellos mismos los distintos medicamentos,
sobre todo para las patologías más comunes.
¿Quién paga? El paciente
¿Quién Usa? El paciente
¿Quién decide? Se repartía entre el médico (también prescriptor) y el
farmacéutico.
Con el devenir de los años este rubro fue cambiando; básicamente el
papel del farmacéutico se fue transformando en un simple
comercializador de medicamentos y surgieron como grandes
influyentes los médicos que con sus recetas, donde indicaban no
sólo la droga, sino la marca, influían de manera determinante sobre
la decisión final.
El marketing como interpretador de los cambios enfocó sus
estrategias en los visitadores médicos, que como un ejército de
hombres de negro, visitan incansablemente a los doctores para
convencerlos de que receten su marca y no otra. A la vez con un
arsenal de avisos publicitarios intentan posicionar marcas y
productos para aquellos medicamentos de venta libre, donde el
médico no tiene tanta influencia y es el paciente quien puede decidir
entre uno u otro medicamento.
Una vez más todo está cambiando, producto de una ley de genéricos
que obliga a los doctores a poner la droga genérica, sumado a un
cambio en los puntos de venta. El enfoque del marketing está
cambiando y poniendo mayor énfasis en la gestión de puntos de
venta y posicionamiento de marcas.
Ahora bien, ¿usted tiene claro en su empresa los distintos tipos de
influyentes? ¿Puede responder estas preguntas para cada segmento
al que apunta?
Es un importante ejercicio y como hemos dicho antes, estas
preguntas forman parte de la capacitación de la fuerza de venta y de
lo que tienen que tener claro todos en la organización, sin importar
el puesto que ocupen.
Si no conocemos a nuestros clientes, difícilmente podamos tener
éxito en nuestras estrategias. Por eso el marketing siempre comienza
por definir los segmentos y clientes, y desde ese lugar todo lo
demás.
Recuerde:
→
Siempre debe preguntarse: ¿Quién paga? ¿Quién usa? ¿Quién
decide?
→
Cada rubro tiene distintas configuraciones en los influyentes y
en muchos casos hay que llegar en simultáneo a diferentes
personas que responden a diferentes preguntas, pero que para
poder vender hay que lograr convencer casi en paralelo.
12.
Conquistar
al
cliente
En las reglas del Marketing sabemos que las personas no pueden ser
racionales todo el tiempo, lo que no significa que sean irracionales.
Significa que la gran cantidad de decisiones que tomamos día a día
no son analizadas 100% racionalmente. No solo es imposible, sino
que no lo necesitamos.
Es interesante observar cómo por lo general nos volvemos
racionales respecto a aquellas cosas que no nos interesan. De esta
manera, cuando nuestras señoras quieren comprar una cartera
costosa de algún diseñador de moda, nos volvemos algo así como
expertos en la materia y analizamos con lujo de detalles el producto,
funcionalidad, etc. Básicamente nos volvemos críticos acérrimos de
ese producto, que en principio nos parece un robo, básicamente
porque no nos genera nada de valor, no nos seduce y no lo
necesitamos.
No nos sucede lo mismo cuando nos enfrentamos a esa botella de
cerveza de 330 centímetros cúbicos de algún remoto país nórdico,
cuyo valor es un 200% más caro que otra que está a tan solo 10
centímetros de distancia, ahí nos volvemos sumamente irracionales
y nos trasladamos a lo que esa botellita nos permite alcanzar o
vivenciar frente a nuestro TV (de la mayor cantidad posible de
pulgadas) y donde nos sentaremos en reposo absoluto a ver un
partido de fútbol de una liga desconocida. En este caso, seguramente
nuestras señoras serán las racionales.
¿Se imagina cuánto tiempo le llevaría realizar las compras de súper
mercado si analizara góndola por góndola y producto por producto
para saber cuál es la mejor opción de compra? Por ejemplo: usted
inicia su recorrido por la góndola de las arvejas, inicia su análisis
comparando el peso neto de líquido de cada lata para tener un dato
objetivo de cantidad, luego hace un cuadro donde pone todos los
precios en relación a su cantidad. Una vez obtenido este dato entra
en juego la calidad, porque como sabemos lo más barato no siempre
es lo mejor, o eso nos quieren hacer creer. Como no tiene
seguramente la posibilidad de saber cuál es realmente la de mejor
calidad, entra en juego el Marketing. Básicamente lo que sucederá es
que buscará, dentro de las de menor relación precio/peso, la mejor
marca posible.
Entonces, pudo elegir el producto que cumple con sus objetivos, el
problema es que le llevó aproximadamente 30 minutos y ¡Tan solo
tiene una lata de arvejas!
Aquí entran en juego dos factores: el tiempo y la emoción.
Respecto al tiempo nos referimos a ese bien escaso que acuñamos
como monedas de oro y que no queremos malgastar. Por eso
intentamos no perder tiempo e ir a lo seguro y seguramente estemos
pagando un poco de más.
Hace poco me tocó compartir una conferencia en las Jornadas
PYMES de Buenos aires, con el prestigioso neurocientífico Facundo
Manes. En su conferencia sobre neurociencia aplicada a las
emociones, hizo referencia a que las personas tomamos la mayoría
de nuestras decisiones de manera emocional y no racional. Nos
motiva más lo que ese producto o servicio nos genera
emocionalmente que funcionalmente.
Ahora bien, ¿Qué podemos hacer nosotros en nuestra PYME con
esta información? En principio continuar con el trabajo que
iniciamos hace ya unos capítulos atrás, preocuparnos por entender la
lógica de funcionamiento de nuestro rubro, nuestros segmentos, qué
tipo de producto vendemos y por supuesto que necesidad real
satisfacemos.
Por otro lado, si usted tiene un negocio de venta de productos puede
ser útil jugar mucho con la administración de la exhibición y la
atención, que son un factor clave además de la marca.
Si vende un servicio debe buscar que sus clientes se pongan
cómodos con lo que usted hace. Esto implica que él encuentre en
usted la seguridad de que es quien puede resolverle sus problemas y,
como siempre, apuntar a generar una relación con sus clientes. De
esta forma evitamos que se centre en cuestiones técnicas y vea el
servicio como un todo. Esto, por otro lado, se transformará en su
mejor publicidad, ya que un cliente satisfecho es un cliente que
cuenta su experiencia a la mayor cantidad posible de amigos.
Sin lugar a dudas, la construcción de una marca poderosa lo
ayudará, entre otras cosas, para diferenciarse y también para poder
cobrar más caro.
Por último, no subestime a su cliente. Si bien no tiene tiempo y le
gusta pagar por experiencias, no deja pasar desapercibido la mala
atención o errores, que por pequeños que parezcan afecta la
percepción de valor.
Del
Marketing
tradicional
al
Relacional.
Por Hugo Brunetta
En este capítulo Hugo nos brinda un camino para avanzar desde el
marketing tradicional al relacional y hacer de este ultima la piedra
angular de las estrategias modernas.
Fue en los años 50 del siglo pasado cuando E. Jerome Mc Carthy
definió el marketing basado en las cuatro P: Product, Place,
Promotion y Price (producto, plaza, promoción y precio). Aún hoy,
después de más de medio siglo, este enfoque continúa siendo la base
para el desarrollo de las estrategias y programas de marketing de
muchas compañías.
Algunas empresas incluso utilizan este diálogo con sus clientes para
solicitar su participación y colaboración en áreas de gestión de la
propia empresa, como el diseño de nuevos productos, o sugerencias
de mejora del servicio
No hay duda de que estamos ante un escenario donde los canales
de publicidad tradicionales “mass marketing” están perdiendo su
eficacia por su alto nivel de saturación. Estamos expuestos a más de
2.000 impactos publicitarios al día, de forma que hemos
desarrollado unos procesos de filtro, reteniendo sólo aquello que nos
interesa más, nos impacta más o se relaciona con nuestro
pensamiento afectivo. El marketing relacional reconoce a cada
cliente como un individuo, con sus necesidades individuales
específicas. Esta es la base para personalizar cada interacción con un
cliente basándose en sus intereses y preferencias que se derivan del
conocimiento que disponemos sobre él. El resultado son mensajes,
ofertas y propuestas más relevantes para el cliente, que añaden más
valor a la relación, refuerzan el vínculo con la marca y mejoran la
eficacia de la comunicación. Esta es también la base de la
segmentación que permite identificar grupos de clientes, que
manifiestan patrones de comportamiento homogéneos, con los que
desarrollar acciones diseñadas para cada uno. Un ejemplo de todo
ello son las lecturas recomendadas de Amazon.com, donde sugieren
libros a los clientes basándose en sus perfiles y su historial de
compras.
Competencia vs. Colaboración
Para comenzar con esta sección daré dos ejemplos que seguramente
le serán familiares.
El primero sucedió recientemente en una tienda dedicada a la venta
de trajes. Ingresé al mismo con la intención de averiguar, y resalto
averiguar, por un traje completo para reforzar mi vestuario formal.
Al ingresar al local fui recibido muy amablemente por quien
sospecho era el dueño. Luego de indagar sobre que andaba
necesitando, me condujo a un segundo piso donde tenía exhibidos
un centenar de trajes.
Rápidamente le aclaré que estaba averiguando, como para que quede
claro que existía la posibilidad de que no comprara el traje. Él hizo
caso omiso a mi expresión y de inmediato empezó a sacar de un
armario no menos de treinta camisas de vestir. Una tras otra las fue
abriendo arriba de una mesa. En cuanto yo posaba mi mirada en una,
él le sacaba los 20 alfileres y me la separaba para que me la probara.
Luego vino el turno de las corbatas y se repitió la ceremonia; lo
mismo con los trajes.
Fue así que me encontré en un vestidor con un sin fin de
combinaciones de camisas, corbatas y trajes. Todo siempre bajo la
estrecha supervisión y consejo del vendedor.
Cuando llegó el momento de los precios, el expuso no sólo el precio,
sino cada atributo del producto en cuestión, desde la tela hasta la
tendencia de la moda europea, tratando de minimizar el impacto de
lo que no era precisamente una bicoca.
Llegó el momento donde tenía que decidir y honestamente tenía
dudas, necesitaba pensarlo. Pero no podía irme de ese local sin al
menos comprarle algo, fue así que le compré una camisa y juré que
volvería. ¿Por qué? Porque este excelente vendedor generó en mí el
compromiso de que algo tenía que comprarle luego de tan
deslumbrante atención y dedicación.
Todo lo contrario sucedió una semana después cuando me encontré
en un shopping, en un local de ropa muy moderno. El local era
realmente impactante. Pero el primer detalle fue que nadie me
saludó ni atendió al entrar. Es más, pasaron no menos de 5 minutos
hasta que, luego de implorar que me atendieran, una joven, muy
joven señorita con cara de no saber qué estaba haciendo ahí, se
dignó a atenderme, sin hacer real honor de la palabra. Realmente la
experiencia fue una tortura y sentía que cada pedido que le hacía era
como pedirle a un niño que se bañe, se limpie los dientes y ordene
su habitación a la vez. Cuestión, el jean que quería estaba ahí, pero
mi enojo era tal que decidí irme sin siquiera saludar a la simpática,
pero desinteresada vendedora. Básicamente, no generó en mi ningún
tipo de compromiso.
En la era digital, donde todo está al alcance de un click, la venta
tradicional se ve obligada a reforzar sus estrategias y oportunidades
de venta. El que un cliente se tome el tiempo para venir hasta
nuestro negocio es algo que hay que valorar y sobre todo respetar.
La venta tradicional es un arte, no sólo se trata de técnica, de contar
con un buen soporte de productos e infraestructura, sino de profunda
dedicación del vendedor.
Entender que cerrar una venta no depende de una única variable y
que nunca deben olvidar que ese “cliente” antes que nada es una
persona.
Así, y en concordancia con el título de este capítulo, es muy
importante que el vendedor utilice al máximo todos los recursos de
los que disponga para generar una buena experiencia al cliente y que
él se sienta único. En ese momento, sólo importa atenderlo bien. Y
así, como el buen vendedor de trajes, ir generando compromiso en el
cliente. Al fin al cabo, todo es una cuestión de probabilidades. Les
aseguro que a mayor compromiso, mayor probabilidad de venta.
Recuerde
→Nuevo enfoque del marketing, cuyas bases principales son: conocimiento
del cliente, adecuación de la oferta, valor percibido y duración e intensidad
en las relaciones.
Ilustración
5.
Esquema
del
trabajo
sobre
la
marca
Recuerde
→
Contar con una marca importante permite:
1) Brindar seguridad y confianza a los consumidores respecto de la
calidad de un producto.
2) Sirve como plataforma para lanzar otros productos apalancados en la
marca principal. Esto también se lo conoce como transferencia de
valor de una marca líder a subproductos.
3) Incrementa el valor de la empresa. En muchos casos el valor de
marca duplica al del resto de los activos de la organización.
→
La marca debe contener la cultura y la visión. Debe expresar como
queremos ser reconocidos en el mercado. Debe dar confianza, seguridad y
ser una referencia para los clientes.
15.
¿Estar
o
no
estar
en
internet?
Por Ricardo Corbetta
SI NO
Todos los días uso Whatsapp para hablar con algún
amigo, familiar o compañero de trabajo
En los últimos 6 meses hice una compra por Internet
“Tengo un amigo” que tuvo una cita con alguien que
conoció por Internet
Necesito Internet para muchas de las tareas que hago
regularmente en el trabajo.
Sin el celular no sé dónde estoy parado
Si en 4 de las 5 preguntas la respuesta fue afirmativa se puede decir
que Internet es una parte importante de tu vida y tiene un impacto
mayor de lo que uno imagina.
DES - INTERMEDIACIÓN
Todos estos factores generan que hoy más que nunca sea necesario
conocer las lógicas y pilares sobre los que se sustenta Internet y los
negocios digitales, de forma de plantear estratégicamente los
negocios.
Pilares
de
los
negocios
digitales
Fuente: Google
Fuente: ComScore
3
Extraído de http://qz.com/333313/milliions-of-facebook-users-have-no-idea-theyre-using-the-
internet/
Conclusiones
de
un
futuro
digital
→Pilares de los negocios digitales: SEO, PPC, Social Media, Web Analytics,
E-commerce, Mobile marketing
16.
Momentos
de
un
plan
de
Marketing
Control
Y
Implementación
Seguimiento
SEGUIMIENTO
Fuente: Loidi,M.
5
Extraído de www.wikipedia.com
Esta interrelación de causa-efecto se da en todos los eventos de la
vida. Un pequeño cambio puede generar grandes resultados o dicho
poéticamente: "El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede
desatar una tormenta en Nueva York".
¿Es posible trazar una relación entre este concepto y la realidad del
marketing? Mi idea es que sí, y que siempre es preferible
preguntarse antes “Qué pasará si hacemos tal o cual cosa” a “Qué
hubiese pasado si hubiéramos realizado tal o cual acción”
Los negocios modernos cada vez tienen más impacto en las
sociedades donde se desarrollan. Esto nos obliga a contemplar de
manera clara todos los posibles impactos en la misma y tomar los
recaudos para que la sociedad no sufra nuestros errores y si nuestro
éxitos.
Gestión
y
control
en
el
tiempo
Recuerde
→Ningún proyecto es durable si no existe un correcto control y una útil
retroalimentación de la información.
→Fijen objetivos a largo y corto plazo y en función de cómo estos se van
desarrollando modifiquen lo que tengan que modificar para lograr que el
proyecto no sólo les permita alcanzar un objetivo económico, sino también
de realización personal.
→El término gestión implica el conjunto de trámites que se llevan a cabo
para resolver un asunto o concretar un proyecto
→Las metas y objetivos son los elementos que permiten al sistema de control
determinar si las acciones están o no conduciendo al receptor en dirección a
la situación deseada
→Si no realizamos una evaluación de los resultados obtenidos, todo lo
anterior pierde sentido. Lo importante en este punto es definir un criterio de
evaluación y grados o márgenes de errores admisibles o inadmisibles.
→El tiempo es el capital más valioso que podemos disponer.
17.
Conclusiones
Finales