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"Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso

Climático"

CÁTEDRA : DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

CATEDRÁTICO : Dr. VILCAPOMA

ESTUDIANTE : GRANADOS ROSALES Felipe,


LAVADO BARZOLA Royer
ALIAGA PALOMINO, Fernando

SEMESTRE : IX - B1

HUANCAYO –PERÚ
2014

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Amparo contra Amparo

A todos los juristas


constitucionalistas, que nos
permiten expandir nuestros
conocimientos sobre el
Derecho Constitucional, más
aun los Procesos
Constitucionales.

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Amparo contra Amparo

ÍNDICE

DEDICATORIA 1
ÍNDICE 2
INTRODUCCIÓN 3
CAPÍTULO I
El PROCESO CONSTITUCIONAL DE AMPARO

1.1 Antecedentes históricos 4


1.2 Definición 8
1.3 Ámbito de Aplicación 10
1.4 Tipología del proceso de Habeas Corpus 12

CAPÍTULO II
HABEAS CORPUS REPARADOR

2.1 Definición y cuando procede 14


2.2 Código Procesal Constitucional 15
2.3 Supuestos para la privación de libertad 15
2.4 Algunas precisiones 17

CAPÍTULO III
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

3.1. Apreciación crítica 17


3.2. Resumen caso cerro prieto 17
3.3.Contradicciones del tribunal constitucional 18
3.4. Partes relevantes 22
3.5. Conclusión 26

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Amparo contra Amparo

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo titulado El Proceso Constitucional de Amparo contra


Amparo, ha sido producto de una revisión bibliográfica y direcciones
electrónicas, la cual ha permitió abordar el tema en cuestión.

Es de considerar que el presente trabajo tiene la intención de describir y


brindar apreciaciones críticas sobre todo de la sentencia Del Tribunal
Constitucional EXP. N.° 05614-2007-PA/TC del 20 de marzo de 2009 y de la
sentencia de EXP. N. º 03569-2010-PA/TC del 15 de abril de 2011.

Por consiguiente, la organización del trabajo comprende los siguientes


contenidos: el primer capítulo aborda todo en referencia al Proceso de Amparo;
en el segundo capítulo se trata del Amparo contra Amparo y el tercer capítulo
abarca la Sentencia del Tribunal Constitucional, en el cual se subraya el
Amparo contra Amparo.

Finalmente se expone las conclusiones la bibliografía fundamental que ha


permitido aborda el tema en cuestión y el anexo correspondiente.

Se presenta el trabajo al ilustrado criterio del docente para las observaciones y


sugerencias correspondientes que serán bien tomados en cuenta con el
propósito de subsanar algunas limitaciones, errores u omisiones.

Los estudiantes.

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Amparo contra Amparo

CAPITULO I
El PROCESO DE AMPARO

1.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El Amparo nace en México. Fueron sus creadores Manuel Crescencio Rejón


y Mariano Otero. El primero lo incorporó en la Constitución del Estado de
Yucatán de 1841 y el segundo en el Acta de Reformas expedida en 1847.
Luego los constituyentes de 1856 lo consagraron definitivamente en la
Constitución Federal de México de 18 de febrero de 1857.

1.1.1 El Hábeas Corpus en el Perú

Si se trata de remontarse en el tiempo podría decirse que el amparo tiene


Ios antecedentes lejanos en la colonia. Se trata de los llamados "reales
amparos", provenientes de los interdictos posesorios de Castilla y Aragón.
Están 'comprendidos entre las Leyes de Indias como instrumentos
procesales de naturaleza interdictal vinculados a la protección de la
posesión y la propiedad privada.
En su Diccionario de la Legislación Peruana, Francisco García Calderón
tiene incluido el vocablo amparo de posesión, con el cual se refiere al
interdicto. Desde esta perspectiva, se puede hablar de un amparo colonial
peruano, que puede ser un antecedente de nuestro Amparo, aunque es justo
señalar que los orígenes de nuestro proceso constitucional son más
recientes, como podremos oportunidad de ver más adelante.

En el plano legislativo, el amparo en el Perú está atado al hábeas corpus.

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Amparo contra Amparo

Cronológicamente se realizó de la siguiente manera:


En 1916 el Congreso aprobó la ley N° 2223 en cuyo artículo 7° se amplió el
ámbito protector del hábeas corpus hacia los derechos comprendidos en el
Título IV de la Constitución de 1860, vigente en ese entonces. Literalmente,
el artículo 7° de esta Ley establecía:
"Todas las garantías contenidas en el artículo IV de la Constitución del
Estado, darán lugar a recursos destinados a amparar a los habitantes de la
República que fueren amenazados en el goce de sus libertades o a hacer
cesar las restricciones indebidas impuestas por cualquier autoridad.
Son aplicables a estos recursos las disposiciones de la ley de Hábeas
Corpus en cuanto a las autoridades que deben conocer de ellos, á las
personas que puedan presentarIos y a las reglas de su tramitación".

El ámbito de protección del hábeas corpus hacia otros derechos distintos a


la libertad corpórea ejerció su influencia hasta la llegada de la Constitución
de 1979. En otras palabras desde el año 1916, el amparo existió en nuestro
país pero subsumido en la esfera del hábeas corpus. Incluso el artículo 185°
del célebre Anteproyecto de Constitución elaborada por la Comisión
presidida por Manuel Vicente Villarán proponía:
"Todas las garantías otorgadas por la Constitución darán lugar al recurso de
hábeas corpus, destinado a amparar a los habitantes de la República que
fueren amenazados en el goce de sus libertades, o hacer cesar las
restricciones indebidamente impuestas por cualquier autoridad"
La Constitución de 1933 dispuso en su artículo 69° que "todos los derechos
individuales y sociales reconocidos por la Constitución, dan lugar a
la acción de hábeas corpus". Al igual que en México, pero a la inversa, el
hábeas corpus ocupaba el puesto de un mega proceso protector de todos
los derechos constitucionales. En otras palabras se trataba de un amparo
con nombre de hábeas corpus.
- El decreto ley 17083 del 24 de octubre de 1968 del cual ya hemos hablado
al referimos a la evolución legislativa del hábeas corpus, estableció dos
formas de tramitación. Una, ante los jueces penales para la protección de la

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Amparo contra Amparo

libertad física, la inviolabilidad de domicilio y la libertad de tránsito; y otra,


ante la Sala de Turno de la Corte Superior del Distrito Judicial, "en los
demás casos decía el artículo 1° del referido decreto ley- en los que la
Constitución autorice la acción de hábeas corpus". Es decir, para tutelar
todos los otros derechos individuales y sociales, distintos a la libertad física,
la inviolabilidad de domicilio y la libertad de tránsito. Habida cuenta, es éste
el antecedente legislativo más cercano del amparo, de cara su consagración
constitucional en el año de 1979.
- El Decreto Ley 20554 del 13 de marzo de 1974, instituyó un llamado
recurso de amparo que tenía como objeto impugnar los decretos supremos
que afectaban la propiedad agraria. Es un error equipararlo al proceso de
acción popular, como sostiene un sector de la doctrina, pues ésta se
interpone para impugnar con efectos erga omnes la ilegalidad o
inconstitucionalidad de normas generales inferiores a la ley. El recurso de
amparo que creaba este decreto, se dirigía a atacar decretos supremos de
expropiación que consistían en normas auto aplicativas. El artículo 10 del
decreto ley 20554 disponía:
"Si un propietario estimare que no ha incurrido en causal de afectación o de
declaración de abandono, podrá interponer recurso de amparo ante el
Tribunal Agrario dentro del término de quince días computados a partir de la
notificación del correspondiente decreto supremo de expropiación o de
extinción de dominio, exponiendo los fundamentos de hecho y de derecho,
sin cuyo requisito será denegó. La interposición del recurso será puesta
en conocimiento del Poder Ejecutivo por intermedio de la Dirección General
de Reforma Agraria y Asentamiento Rural, dentro de dos días de recibida.
Mientras se resuelva el recurso de amparo, no se interpondrá la demanda de
expropiación de las tierras afectadas. Los decretos supremos que no sean
impugnados dentro del término señalado, causarán ejecutoria".
Como no se trataba en verdad de un amparo en estricto sensu, sino de una
suerte de proceso administrativo destinado a impugnar la expropiación de la
propiedad agraria a través de un decreto supremo, la derogada ley N°
23506, dispuso en su artículo 43° tratarlo con el nombre de Recurso de

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Amparo contra Amparo

Exceso de Poder. "El instrumento procesal contemplado en el artículo 1° del


Decreto Ley N° 20554, se denominará "Recurso de Exceso de Poder" y
continuará tramitándose conforme lo establece dicho Decreto Ley. La nueva
Ley Orgánica del Poder Judicial contemplará la nueva denominación de este
recurso".
. La Constitución de 1979 constitucionalizó el amparo y le otorgó carta de
naturaleza. El articulo 295°de este Código Político señalaba en su
segundo párrafo: "La acción de amparo cautela los demás derechos
reconocidos por la Constitución que sean vulnerados o amenazados por
cualquier autoridad, funcionario o persona".
La ley N° 23506 desarrolló su trámite. Posteriormente, el Congreso de la
República aprobó la Ley N° 25398 con el objeto de complementar algunos
vacíos y deficiencias que se hicieron ostensibles en la praxis judicial.
La Constitución de 1993 conservó el amparo. Pero incorporó reformas que
perfeccionaron su configuración actual. Estableció que no procedía contra
normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de procedimiento
regular. Dispuso su regulación por ley orgánica y declaró que su ejercicio no
se suspende durante los estados de excepción, en cuyo caso el juez deberá
evaluar la razonabilidad y proporcionalidad de los actos de ejecución contra
derechos restringidos o suspendidos, sin que le competa pronunciarse.
Sobre la oportunidad de la declaración del estado de emergencia o de sitio.
- La ley N° 28237, que aprobó el Código Procesal Constitucional, regula
Actualmente el amparo .Las líneas maestras de su concepción procesal se
detallan a continuación.

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Amparo contra Amparo

1.2 DEFINICIÓN DEL HABEAS CORPUS

El amparo es un derecho humano de naturaleza procesal que puede interponer


cualquier persona, para demandar ante el órgano jurisdiccional competente la
protección o el restablecimiento de cualquiera de sus derechos
constitucionales, con excepción de la libertad corpórea, la integridad y
seguridad personal, el acceso a la información pública y del derecho a la
autodeterminación informativa.
También protege los derechos lesionados contra cualquier persona u órgano
público o privado, que ejerciendo funciones de carácter materialmente
jurisdiccional, adopta resoluciones con violación de la tutela procesal efectiva.
El Proceso Constitucional de Amparo tiene como finalidad esencial la
protección  efectiva de los derechos constitucionales, reponiendo las cosas al
estado anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho
constitucional, o disponiendo el cumplimiento de un mandato legal o de un acto
administrativo.
 
Si luego de presentada la demanda cesa la agresión o amenaza por decisión
voluntaria del agresor, o si ella deviene en irreparable, el Juez, atendiendo al
agravio producido, declarará fundada la demanda precisando los alcances de
su decisión, disponiendo que el emplazado no vuelva a incurrir en las acciones
u omisiones que motivaron la interposición de la demanda, y que si procediere
de modo contrario se le aplicarán las medidas coercitivas previstas en el
artículo 22 del Código Procesal Constitucional, sin perjuicio de la
responsabilidad penal que corresponda.

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Amparo contra Amparo

1.3 ÁMBITO DE APLICACIÓN

Procede ante el hecho u omisión ilegal o arbitraria de cualquier autoridad.


Funcionario o persona que vulnera o amenaza los derechos constitucionales de
dimensión espiritual, además de los derechos económicos, sociales y
culturales. También protege a la persona contra cualquier órgano, público o
privado, que ejerciendo funciones de carácter materialmente jurisdiccional,
adopta resoluciones con violación de la tutela procesal efectiva
Derechos incorporados en la protección del amparo por el Código Procesal
Constitucional
 A no ser discriminado por razones de orientación sexual, condición
económica y social.
 Al honor.
 A la intimidad.
 A la voz.
 A la imagen.
 A la rectificación de informaciones inexactas o agraviantes.
 A la seguridad social.
 A la remuneración.
 A la pensión.
 A gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la
vida.
 A la salud.
 A la huelga.
 A la negociación colectiva.
 A participar en el proceso educativo de los hijos.
Cuando el Código establece expresamente que el amparo procede en defensa
de los demás derechos que la Constitución reconoce, deja en claro que su
ámbito de protección no está circunscrito a los derechos que forman parte del
artículo 37°,sino que por el contrario, también comprende los demás derechos
que la propia Constitución reconoce. En este sentido, y al igual que en el caso
del hábeas corpus, resulta posible la invocación del articulo 3°de la

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Amparo contra Amparo

Constitución que regula la cláusula de los derechos implícitos o también la


invocación de otros derechos expresamente reconocidos por los instrumentos
internacionales relativos a derechos humanos.

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Amparo contra Amparo

CAPÍTULO II

LA PROCEDENCIA DE UNA ACCIÓN DE AMPARO CONTRA LO


RESUELTO EN OTRO PROCESO DE AMPARO – AMPARO
CONTRA AMPARO

2.1 DEFINICIÓN Y CUÁNDO PROCEDE

El modelo de interpretación del Tribunal Constitucional respecto de la


procedencia del Amparo contra Amparo, el mismo que establece dicha
posibilidad, se ha asegurado de enfatizar que la naturaleza de dicha institución
es siempre excepcional. Para que ella sea procedente, tenemos que
encontrarnos ante una grave y manifiesta vulneración de los derechos
fundamentales que adquieran relevancia constitucional.
De ahí se desprende que una persona no podría interponer un amparo contra
un proceso anterior de la misma naturaleza, si es que la vulneración de
derechos en este último sólo tiene deficiencias de carácter legal, y no afecta el
contenido de constitucional de los derechos fundamentales.

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Amparo contra Amparo

En ese entender el proceso constitucional de “amparo contra amparo” se


configura como una excepción dentro de la excepción, por lo que los jueces
deben valorar la intensidad de la afectación y el nivel de acreditación que se
presente a efectos de no permitir que cualquier alegación pueda merecer una
nueva revisión de los procesos constitucionales. Este Colegiado considera
pertinente dejar establecido que su uso excepcional sólo podrá prosperar por
única vez y conforme a las reglas que se desarrollan más adelante.

Las razones de orden jurídico e institucional que respaldan el Amparo contra


Amparo, son:

a) El principio de seguridad jurídica, indispensable para el goce y disfrute de los


derechos y libertades en el Estado democrático, en la medida en que permitir
amparos sucesivos generaría una permanente inestabilidad e inseguridad en
los justiciables;

b) El principio de inmutabilidad de las decisiones judiciales, sobre todo cuando


en los procesos constitucionales se trata de restablecer situaciones producidas
a consecuencia de afectaciones a los derechos constitucionales;

c) El principio de oportunidad y eficacia de la protección de los derechos. Esto


está, además, íntimamente vinculado a los principios de sumariedad o urgencia
que caracteriza a los procesos constitucionales, en la medida en que dejar
abierta la posibilidad de amparos sucesivos, terminaría por desnaturalizar el
carácter mismo de los mecanismos destinados a proteger en forma oportuna y
eficaz los derechos más importantes en la sociedad democrática;

d) Finalmente y, en todo caso, quien considere que, después de haberse


resuelto un proceso de “amparo contra amparo”, persiste una situación de
lesión a un derecho fundamental, puede recurrir a los tribunales u organismos
internacionales constituidos según tratados o convenios de los que el Perú es

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Amparo contra Amparo

parte, tal como lo dispone el artículo 205 de la Constitución y el artículo 114 del
Código Procesal Constitucional.

2.2 CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL

Este proceso, está consignado en el Título III PROCESO DE AMPARO del


Código Procesal Constitucional.

2.3 DOCTRINA JURISPRUDENCIAL DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


QUE REGULA LA INSTITUCIÓN DEL AMPARO CONTRA AMPARO

El Tribunal Constitucional expidió el precedente vinculante STC Nº 4853-2004-


PA el cual, en su parte resolutoria dispuso establecer como precedente
vinculante, conforme al Art. VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, los presupuestos para la procedencia del “amparo contra
amparo” expuestos en el fundamento N.° 39, así como las reglas indicadas
para la admisión del recurso de agravio a favor del precedente vinculante a que
se refiere el fundamento N.° 40 de la citada sentencia 1. Es decir, el Tribunal
Constitucional, mediante dicha sentencia interpretativa llega a introducir dos
contextos diferentes en cuanto al rumbo que ha de tomar una acción de
garantía constitucional, la primera, modificando el sentido mismo del Art. 18 del
Código Procesal Constitucional y la segunda, disponiendo la aplicación de una
nueva regla de amparo contra resolución judicial firme recaída “ahora” en un
proceso constitucional, hecho el cual tuvo como antecedente la norma principio
constitucional que de “manera especial” establecía en el Art. 200.2 de la
Constitución Política que: “no procede contra normas legales ni contra
Resoluciones Judiciales emanadas de procedimiento regular”, contrariu sensu,
si proceden las acciones de garantía constitucional incoadas contra
1
Pretensión.– El nuevo amparo podrá incluir como pretensión lo que ha sido objeto del primer amparo
sólo si la violación del contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental es de tal
intensidad que desnaturaliza la decisión misma y la convierte en inconstitucional; caso contrario, no
procederá el “amparo contra amparo” por haberse configurado la cosa juzgada constitucional. También
puede invocarse como pretensión en el nuevo amparo el desacato manifiesto de la doctrina
jurisprudencial de este Tribunal, conforme a los supuestos establecidos en el fundamento 17 de esta
sentencia. 

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Amparo contra Amparo

resoluciones judiciales firmes que hayan sido emitidas en un procedimiento no


regular, hecho el cual fue claramente expuesto por el Tribunal Constitucional en
su sentencia 3179-2004 AA/TC 2, el cual además estuvo debidamente
determinado, en cuanto a su procedencia en el Art. 4º del Código Procesal
Constitucional que señala que: “el amparo procede respecto de resoluciones
judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva,
que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso”.
Bajo ese orden de ideas, la jurisprudencia constitucional, dispuso la aplicación
de determinadas reglas para la interposición de una acción de garantía
constitucional contra lo resuelto en segunda instancia estimatoria de demanda
(con clara vulneración a los derechos constitucionales) y la procedencia del
recurso de agravio constitucional (RAC) frente a sentencias estimatorias de
segunda instancia que hayan sido dictadas en manifiesta contrariedad del
precedente vinculante, el cual es de cumplimiento obligatorio erga omnes.

Tenido aquello bien delimitado, se producen entonces dos extremos de


interpretación y aplicación del citado precedente vinculante 4853-2004 AA/TC,
el primero, al obtener el demandante un pronunciamiento estimatorio de

2
Sujetos legitimados.– Las personas legitimadas para interponer una demanda de “amparo contra
amparo” son las siguientes: 
a) Frente a la resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el Poder Judicial en el
trámite de un proceso de amparo, donde se haya producido la violación del contenido
constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, o se haya desconocido la doctrina
jurisprudencial de este Colegiado, desnaturalizando la decisión sobre el fondo, convirtiéndola en
inconstitucional; podrán interponer una demanda de “amparo contra amparo” los directamente
afectados, siempre que tal afectación haya sido debidamente denunciada al interior del primer proceso
de amparo y no haya sido respondida por el órgano judicial o lo haya sido de forma insuficiente.
También están legitimados los terceros afectados por lo resuelto en el primer amparo que no hayan sido
emplazados o no se les haya permitido ejercer su derecho de defensa al interior del primer amparo. 
b) Frente a la resolución denegatoria de segundo grado, emitida por el Poder Judicial en el trámite de un
proceso de amparo, cuando ésta haya quedado firme en el ámbito del Poder Judicial, y cuando en su
trámite se haya violado, de modo manifiesto, el contenido constitucionalmente protegido de los
derechos fundamentales, podrá interponer una demanda de “amparo contra amparo” el tercero
legitimado que, pese a haber solicitado su intervención en el primer amparo, no haya sido admitido o,
teniendo la calidad de litisconsorte necesario, no haya sido notificado con la demanda. Asimismo lo
podrá interponer el interesado que, por razones probadas, se hubiera encontrado imposibilitado de
presentar el recurso de agravio constitucional oportunamente. En estos supuestos, será indispensable
que, en el primer proceso de amparo, no exista pronunciamiento del Tribunal Constitucional a través del
recurso de agravio constitucional, sin importar quién lo haya interpuesto. Finalmente, conforme a lo
señalado supra, sólo se ha de admitir por una única vez, sea que lo plantee el agraviado directamente o
terceros. 

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Amparo contra Amparo

segunda instancia, tenga el demandado la posibilidad de poder recurrir,


mediante recurso de agravio constitucional ante el Tribunal Constitucional a
efectos de lograr un pronunciamiento definitorio de la causa constitucional o
poder recurrir en atención a las reglas procesales dispuestas en el fundamento
jurídico 39 del citado precedente, ante un nuevo proceso judicial denominado
amparo contra amparo, alegando claro esta, la vulneración de algún derecho
constitucional en la expedición de la citada sentencia estimatoria de segunda
instancia, hecho el cual en la práctica originó que el 99% de todas esas causas
constitucionales opten por recurrir al recurso de agravio constitucional,
alegando la falta de aplicación debida de algún precedente vinculante del TC,
al estar facultados para ello conforme al fundamento 40 del citado precedente
vinculante, dejando así de lado la posibilidad de recurrir al amparo contra
amparo.

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Amparo contra Amparo

CAPÍTULO III

3.1. APRECIACIÓN CRÍTICA

Una de las garantías fundamentales de todo ordenamiento constitucional es la


garantía de la cosa juzgada. Es decir, una vez expedida una sentencia y
habiéndose agotado todos los recursos impugnatorios, queda firme, sin
posibilidad de ser modificada. En otras palabras, el Tribunal Constitucional (TC)
no puede variar una sentencia una vez que ya la publicó (por ejemplo, en su
página web). No obstante, eso no ocurrió en el caso 02779-2011-AA, donde se
cambia una sentencia ya expedida. Pensábamos que era un caso excepcional,
pero acabamos de tomar conocimiento de otro caso que aquí comentaremos.
No se trata de una simple falta, por un caso similar el CNM destituyó a 5
magistrados de la Corte Suprema donde modifican una sentencia expedida y
publicada; pues se violaba la cosa juzgada. Bueno, parece que este caso no
fue excepcional. A continuación expondremos otro caso donde el TC
variará sus fundamentos en tres sentencias que expide sobre una misma
controversia.

3.2. Resumen del caso amparo contra amparo

CASO CERRO PRIETO S.A.C.

Se trata de las sentencias del TC recaídas en los expedientes 05614-2007-


PA/TC, 05614-2007-PA/TC y 03066-2012-AA sobre una misma controversia
que ocurrió entre la compañía Aspillaga Anderson Hermanos S.A. contra el
Instituto Nacional de Desarrollo (en adelante INADE) y el Proyecto Especial
Jequetepque-Zaña (en adelante PEJEZA) sobre la discusión de la misma
pretensión: el derecho de la propiedad sobre un territorio que en un inicio el TC
lo establecería a favor de la citada compañía. . En dichas sentencias, el TC

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Amparo contra Amparo

variará algunos criterios sobre los alcances de los fallos que iría dando sobre el
mismo caso violando, de esta manera, la cosa juzgada que por ser expedido
por el TC, última instancia a nivel interno, gozan de ser definitivas, violando de
esta manera la cosa juzgada.

Los hechos son los siguientes: se trata sobre un territorio de propiedad de la


compañía Aspillaga Anderson Hermanos S.A., quienes interpusieron Recurso
de Agravio Constitucional contra la sentencia de la Sexta Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima. Anteriormente a ello, en el 2004 en
representación de Aspillaga Anderson Hermanos S.A. interponen demanda de
amparo contra el Instituto Nacional de Desarrollo y el Proyecto Especial
Jequetepeque-Zaña porque, desde 1990, viene el primero aplicando el artículo
N.° 410 del Decreto Legislativo N.° 556, para despojarles sus terrenos
aplicando una norma que posteriormente el TC declararía inconstitucional.
Antes de todo ello, el trigésimo sexto Juzgado Especializado en lo Civil de Lima
declararía fundada la demanda e infundada las excepciones propuestas tanto
por el Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de
Vivienda como de PEJEZA, quienes alegaron que su actuación era conforme a
derecho, por basarse en dicho Decreto Legislativo. No obstante, se desestimó
esta excepción porque según la Constitución de 1979 (vigente en 1990) y la de
1993, solo permitían la expropiación para casos de seguridad nacional,
necesidad pública o interés social, declarado por ley y previo pago de
indemnización. Posteriormente a ello se solicita la sucesión procesal del INADE
donde, por su parte, apelando la sentencia, la Sala Superior de la Sexta Sala
Civil de Lima declara la improcedencia de la demanda, lo que fundamenta el
Recurso de Agravio Constitucional por parte de la compañía Aspillaga
Anderson Hermanos S.A. que da origen al sometimiento de la controversia por
el Tribunal Constitucional.

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Amparo contra Amparo

3.3. Las contradicciones del Tribunal Constitucional

En el primer fallo dado por el TC en el Exp. N.° 05614-2007-PA/TC, se


establecerán algunas directrices sobre el alcance del derecho de propiedad de
cumplimiento y respeto obligatorio. Dichas reglas que no fueron más que
reconocer principios básicos sobre los que se fundamentan las leyes así como
adoptar criterios similares a tribunales internacionales fueron los siguientes:      
- El derecho de propiedad, como derecho fundamental protegido por la
Constitución, es un derecho irrevocable y su transmisión depende de la propia
voluntad del titular o de las excepciones contenidas en la Constitución.         
- Para restringir el goce y ejercicio del derecho de propiedad existen 4
condiciones: a) estar establecido por ley; b) ser necesarias; c) ser
proporcionales; y d) hacerse con el fin de lograr un objetivo legítimo en una
sociedad democrática3.                
- Finalmente, señala el TC que la restricción de la propiedad debe ser conforme
al artículo 70 de la Constitución que ordena que el Estado debe pagar
previamente una indemnización justipreciada por el precio del bien expropiado
y la compensación por el eventual perjuicio siempre y cuando, señala el TC,
sea declarado por una ley dada por el Congreso de la República. 
Este último supuesto llevaría a declarar, en la primera sentencia, la
inconstitucionalidad del artículo N° 410 del Decreto Legislativo N° 556 por el
cual se vendrían confiscando dichos terrenos de manera continuada, y se
ordena a la Oficina Registral del Registro de Propiedad Inmueble de Chiclayo,
dejar sin efecto las inscripciones de dominios de los terrenos eriazos a favor de
INADE.
El 22 de diciembre de 2009 la Agrícola Cerro Prieto interpone demanda de
amparo contra la Procuraduría Pública a cargo de los asuntos judiciales y
Aspillaga Anderson Hermanos S.A. solicitando que se repongan las cosas al
estado anterior de la Sentencia 05614-2007-PA/TC buscando, de esta manera,
dejar sin efecto el cumplimiento del fallo dado por el Tribunal Constitucional el

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Amparo contra Amparo

20 de marzo de 2009. Dicha demanda, según el voto singular del Magistrado


Beaumont Callirgos como del Juez Vergara Gotelli debe ser declarada
improcedente en tanto se somete a una revisión de lo ya decidido
anteriormente por el TC y basándose en el precedente vinculante dado en la
sentencia 04853-2004-AA/TC, el cual manda a que en ningún caso puede ser
objeto de una demanda de amparo contra amparo. Aparte de ello, se podrá
observar que en la primera sentencia (05614-2007-PA/TC) el magistrado
Vergara Gotelli hace un esfuerzo por definir la legitimidad para interponer una
demanda de amparo como derecho fundamental dado a la persona humana
según nuestra carta constitucional y que en las dos posteriores demandas se
desnaturalizaría dicha titularidad.

Finalmente el TC admite esta segunda demanda presentada por Agrícola Cerro


Prieto S.A.C. basándose en su no participación en el primer proceso y que las
tierras que habían sido confiscadas a Aspillaga Anderson Hermanos S.A. ya no
les pertenecían a INADE o PEJEZA sino que estos lo habían puesto en
licitación pública internacional donde ellos (Agrícola Cerro Prieto S.A.C.) había
obtenido la buena pro. Sobre estos fundamentos debemos hacer algunas
precisiones en base a la primera sentencia:    

- El hecho que el TC consienta la inclusión al proceso de la Agrícola Cerro


Prieto S.A.C. por haber ‘adquirido’ los terrenos de buena fe confiscados a
Aspillaga Anderson Hermanos S.A., estaría permitiendo la aplicación de una
norma declarada por ellos mismos contraria a la Constitución, la cual es la
fuente suprema sobre la que se sustenta el ordenamiento jurídico.

- El TC justificará dicha medida en base al artículo 2014 del Código Civil que,
debemos saber, por su rango de ley se encuentra por debajo de la misma
Constitución el cual pone cuatro requisitos necesarios en el artículo 70 para la
expropiación.  
 Asimismo, de esta manera el Tribunal Constitucional estaría variando los
cuatro requisitos que dio en el párrafo 8 de su primera sentencia (STC 05614-

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Amparo contra Amparo

2007-PA/TC), los cuales eran necesarios para expropiar: estar establecidas por
ley (entendiéndose por esto a una Ley dada por el Congreso dentro de los
márgenes de la Constitución), ser necesarias, proporcionales y de hacerse con
el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática. La ‘’solución
armonizadora’’ que propone el TC en este segundo fallo al disponer de un pago
de indemnización justipreciada por los terrenos confiscados en aplicación del
artículo 410° del Decreto Legislativo N.°556, aparte de desnaturalizar los
alcance de la primera sentencia, no hace sino mandar una disposición contraria
a la Constitución toda vez que el pago en efectivo es previo a que se dé la
expropiación según el artículo 70° y va contra el sentido de la primera
Sentencia, ya que dicho artículo (el 410° del Decreto Legislativo N° 556) ya
había sido declarado inconstitucional por ese mismo tribunal y, por lo tanto,
cesaba su eficacia. Finalmente, en ese segundo proceso en sentido contrario al
primero, se decide transferir las inscripciones de dominio a favor de INADE.

Ante ello, la Agrícola Cerro Prieto S.A.C. interpone un Recurso de apelación


por salto velando por la ejecución de la STC N.º 03569-2010-PA/TC que
correspondía de su ejecución al Primer Juzgado Constitucional de Lima. Dicho
Juzgado se encontraba en la divergencia de si aplicar la segunda sentencia
(que desnaturaliza los alcances del derecho de propiedad contenidos en la
Constitución así como también en el primer fallo) o interpretar la segunda
sentencia de manera un tanto limitada por definir ésta solo los alcances de la
primera. Optando por cumplir el segundo fallo, se declara que los terrenos
confiscados son propiedad de INADE, situación que originaría problemas
puesto que dicha entidad ya no existe y por lo tanto habría una imposibilidad
jurídica si se quisiera hablar de ‘sus’ propiedades y una transmisión de sus
títulos a Agrícola Cerro Prieto rebasaría los alcances de la constitucionalidad
de dicha medida en tanto que se estaría variando las sentencias precedentes.
No obstante ello, el TC en esta tercera sentencia resuelve ordenar a las
Oficinas Registrales del Registro de Propiedad Inmueble de Chiclayo
y Chepén ratificar las inscripciones de dominio de Agrícola Cerro Prieto S.A.C
contrariando, de esta manera, los mandatos de seguridad jurídica y el carácter

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Amparo contra Amparo

de que las sentencias del Tribunal Constitucional gozan de autoridad de cosa


juzgada lo que las hace definitivas e inapelables.

3.4. Las partes relevantes de la decisión señalan lo siguiente

1.        Dado los términos en los que viene planteada la demanda podría


concluirse que la Sociedad demandante pretende cuestionar la sentencia
recaída en el Exp. N.° 05614-2007-PA/TC, por lo que tendría que aplicarse la
causal de improcedencia prevista en el precedente vinculante de la sentencia
recaída en el Exp. N.° 04853-2004-PA/TC, consistente en que en “ningún caso
puede ser objeto de una demanda de amparo contra amparo las resoluciones
del Tribunal Constitucional”; sin embargo este Tribunal estima que en el
presente caso existen circunstancias objetivas que justifican que, por
excepción, dicha causal de improcedencia no sea aplicada, por las razones que
a continuación se detallan: 

a.    Las partes del proceso de amparo recaído en el Exp. N.º 05614-2007-


PA/TC, fueron como demandante Aspillaga Anderson Hermanos S.A. (en
adelante, Aspillaga Hermanos) y como demandados el Instituto Nacional de
Desarrollo y el Proyecto Especial Jequetepeque–Zaña, es decir, que Agrícola
Cerro Prieto S.A.C. (en adelante, Cerro Prieto) no participó como parte o
tercero en el proceso de amparo mencionado, debido a que no fue emplazada
con la demanda ni denunciada civilmente por las partes demandadas. 

La no participación de Cerro Prieto era transcendente en el resultado del


proceso, pues los terrenos eriazos de las Pampas de Mocupe que le habían
sido confiscados a Aspillaga Hermanos ya no eran propiedad del Instituto
Nacional de Desarrollo, ni del Proyecto Especial Jequetepeque–Zaña, sino de
Cerro Prieto, por lo que resulta manifiesto su interés en el resultado del
mencionado proceso de amparo. 

b.    En el proceso de amparo iniciado por Aspillaga Hermanos no se contó con


la participación de Cerro Prieto, debido a que en la demanda de aquel proceso,
obrante de fojas 236 a 247, sólo se alegó que los terrenos eriazos referidos

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Amparo contra Amparo

habían sido inscritos a favor del Instituto Nacional de Desarrollo, lo cual era un


dato incompleto sobre la titularidad de la propiedad de los terrenos eriazos,
pues antes de que se interpusiera la demanda los terrenos eriazos
mencionados habían sido adquiridos por Cerro Prieto en una subasta pública
internacional, es decir, que adquirió los terrenos eriazos de buena fe y a título
oneroso.  

Este dato sobre la titularidad de la propiedad de los terrenos eriazos


mencionados no fue conocido por este Tribunal al momento de emitir la
sentencia recaída en el Exp. N.º 05614-2007-PA/TC, toda vez que en virtud del
principio de la buena fe procesal, confió en los alegatos de las partes del
proceso de amparo referido, que en ningún escrito manifestaron que el
propietario de los terrenos eriazos de las Pampas de Mocupe era Cerro Prieto.
Además cabe destacar que la partida registral que adjuntó a su demanda
Aspillaga Hermanos no se encontraba completa, pues en ella no se consignaba
la transferencia de la propiedad de los terrenos eriazos de las Pampas de
Mocupe del Proyecto Especial Jequetepeque–Zaña a favor de Cerro Prieto. 

c.    En la audiencia del presente proceso Aspillaga Hermanos ha sostenido


que en el proceso de amparo recaído en el Exp. N.º 05614-2007-PA/TC no
tenía porqué demandar a Cerro Prieto ni solicitar su participación, debido a que
no había emitido el acto de confiscación de los terrenos eriazos mencionados,
razón por la cual no la emplazó con la demanda. 

Dicho argumento denota que Aspillaga Hermanos tenía pleno conocimiento de


que Cerro Prieto era propietaria de los terrenos eriazos mencionados, es decir,
que en el proceso de amparo recaído en el Exp. N.º 05614-2007-PA/TC no
actuó conforme al principio de la buena fe procesal, toda vez que resulta
irrazonable sostener que no era necesario el emplazamiento de Cerro Prieto, si
resulta evidente que los efectos de la sentencia estimativa del proceso de
amparo referido iban a afectar su derecho a la propiedad privada sobre los
terrenos eriazos mencionados. 

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Amparo contra Amparo

2.        Por las razones descritas, no corresponde aplicar la causal de


improcedencia prevista en el precedente vinculante mencionado. Además tiene
que tenerse presente que Cerro Prieto, en su escrito de fecha 24 de noviembre
de 2010, ha señalado que la demanda de autos “no tiene por finalidad que se
declare la nulidad de la sentencia” recaída en el Exp. N.º 05614-2007-PA/TC,
sino que este Tribunal precise los alcances de la sentencia de amparo
mencionada, a fin de que se determine cómo queda su derecho a la propiedad
privada sobre los terrenos eriazos de las Pampas de Mocupe. 

Como ha quedado precisado, al momento en que se emitió la sentencia


recaída en el Exp. N.º 05614-2007-PA/TC este Tribunal no tuvo conocimiento
de que la propietaria de los terrenos eriazos mencionados era Cerro Prieto, por
lo que corresponde precisar los efectos de la sentencia mencionada teniendo
presente este hecho y que en dicha sentencia se estimó la demanda de
amparo porque se comprobó que se había vulnerado el derecho a la propiedad
privada de Aspillaga Hermanos al haberse confiscado los terrenos eriazos
mencionados, pues de no hacerlo la sentencia mencionada estaría privando a
Cerro Prieto de su derecho legítimo al uso y goce de aquéllos. 

De otra parte debe destacarse que si bien la demanda fue rechazada


liminarmente, el derecho de defensa de las partes emplazadas se encuentra
plenamente garantizado, por cuanto fueron notificadas con los actos del
proceso, y contra ellos presentaron los alegatos que consideraron pertinentes y
legítimos a sus intereses, así como participaron en la audiencia del presente
proceso, por lo que corresponde emitir un pronunciamiento de fondo.

En nuestra opinión, se sacrifica el bien seguridad jurídica en favor de una tesis


de excepción. Y si bien la realidad suele superar el marco de las normas, pues
al fin y al cabo los precedentes son también normas con fisonomía
jurisprudencial, habrá de ser relevante que a futuro se evalúe en qué medida es
viable establecer tesis de excepción y  si ello se puede generalizar respecto de
todos los demás precedentes existente en el ordenamiento constitucional.   

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Amparo contra Amparo

De otro lado, la tesis de modificación del precedente sería atribución solo del
Tribunal Constitucional pues el Poder Judicial se le he relegado, en nuestra
opinión, sin un argumento realmente razonable, en tanto no está investido de
potestades para la inaplicación de un precedente vinculante, bajo
responsabilidad, y con previsión de procesos disciplinarios por parte de la
Oficina de Control de la Magistratura.

3.5. CONCLUSION

Una sentencia del TC siempre va tener especial importancia ya que es el


órgano supremo de interpretación y control de constitucionalidad como así lo
dice el artículo primero de su propia ley orgánica. Debemos saber que los
criterios y alcances que precisa sobre cada derecho en sus fallos servirán de
base para los posteriores casos y por ello la uniformidad dentro de sus
sentencias es importante y más aún en este caso donde las tres sentencias
tratan sobre un mismo caso. Aquí se ven dos principios importantes dentro de
la justicia: el principio de igualdad en tanto manda a que casos basados en la
misma controversia sean resueltos de manera igual y el de principio de
seguridad jurídica en tanto no se varíe o modifique una sentencia resuelta en
instancia última y definitiva. Debemos tener en cuenta que los principios
suministran pautas generales aplicadas a un número indeterminado de casos
sin que dichas pautas generales implique desnaturalizar su contenido esencial.

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