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El papel del asistente en la pedagogía del teatro

Ana Lucía Rodríguez Soto.

A modo de introducción:

No puedo partir si no de la experiencia personal y vivencial pues así se reconoce la


naturaleza misma del oficio del teatro y más aún sus procesos de aprendizaje y
reconocimiento en la academia o en todo caso en el proceso de profesionalización del
actor/creador. Además de que poco o casi nada se ha escrito sobre la figura del asistente
de los cursos de teatro, pues también la pedagogía teatral es un campo muy novedoso
que sigue creciendo en varias aristas del oficio; si entendemos este panorama,
entenderemos que la figura del asistente es un poco lejana e indefinida.

En mi caso he estado dando tumbos y vueltas -así como el proceso de cualquier


estudiante de teatro- con ese nombre de: ser asistente (en este caso) de los cursos de
Actuación III y IV, de verme inmersa en el eterno circulo de prueba y error, de ahí surge la
necesidad de hablar más sobre la importancia, el deber y los aportes del asistente a los
procesos de aprendizaje del estudiante de teatro y mi compromiso de escribir, tal vez para
futuros asistentes o trabajos personales. Esta es una pequeña guía de lo importante de
nuestra posición en el proceso de aprendizaje de otros compañeros, que es también un
gran proceso de aprendizaje y repaso para nosotros como asistentes y un gran aporte al
profesor del curso a quién asistimos.

¿Asistente?

Esta creencia de que sacamos copias, compramos cafés, somos los mejores amigos de los
profesores, sacamos el equipo de exposición del profesor y vamos por aparte a los
ensayos de los compañeros es una visión generalizada del asistente, así como también el
asistente es el estudiante que está interesado en especializarse en pedagogía, esto
también no es del todo cierto y no necesariamente los asistentes están sujetos a estas
prestezas, si bien aportan desde esos lugares al grupo estos son lugares opcionales, la
función del asistente en un curso y sobretodo en un proceso de aprendizaje es mucho más
extensa y profunda que esto y no necesariamente tiene que estar interesado en ser
profesor, aunque es un lugar de mucho aprendizaje para entender la pedagogía.

Los mitos sobre esta posición van a ir y venir en una escuela y creo que es así en cualquier
caso: cuando no determinamos bien para que existe una función en una empresa, por
ejemplo, se va a especular mucho sobre el puesto y desempeño de la persona en el cargo,
pues no se conoce con exactitud ni qué función tiene, ni para que interviene, ni para que
esta invirtiéndose recursos en ella y también el ejemplo contrario si una empresa invierte
en un puesto que no le es funcional estará apostando los recursos de forma inútil.

Creo que por esto es importante saber que es un asistente no solo para futuros
estudiantes que quieran entender este proceso, sino también para los profesores y las
instituciones académicas, hacernos la pregunta ¿será que necesitamos un asistente? Es
interesante.

Los asistentes no somos indispensables, somos una ayuda básica y otra mente, ojos y
cuerpo que ven y sienten, que piensa sobre procesos de varios estudiantes, - procesos que
van más allá de lo racional y memorístico- somos un compañero más y un observador
activo de los procesos personales y colectivos del curso, somos útiles y potenciamos el
aprendizaje de los otros –incluyendo al profesor-, tenemos la confianza de decir que el
profesor o estudiante se equivocan y el conocimiento suficiente para sustentar nuestros
argumentos o acotaciones.

¿Qué que es un asistente?

 Conocedor de la materia: no es un experto, no tiene que tener experiencia ni dar


clases en una institución académica, pero tiene el suficiente conocimiento para
entender cómo llegar a cumplir -como estudiante- los objetivos de un curso. En
otras palabras es bueno saber si el asistente ya pasó por esos cursos y si conoce la
metodología del profesor.
 Es un comunicador: Entre el profesor y el estudiante hay una brecha (queramos o
no) generacional, lo cual implica muchos años de diferencia de estudio y de
cambios en el contexto, un asistente no solo está más cerca generacionalmente de
los estudiantes si no que también tiene el proceso de aprendizaje reciente- “más
fresco”- y entiende ciertas circunstancias que puede atravesar los estudiantes en
su proceso, lo cual no minimiza ni resta importancia al profesor, es solo un puente
entre la comunicación de Profesor- estudiante.
 Es observador: de su curso, de su entorno, de cada uno de los estudiantes, tiene la
delicadeza de saber cuándo intervenir en el proceso y si sus comentarios y
acotaciones son aportes para los compañeros o el profesor.
 Es estudiante: Si tiene una pregunta del proceso, si surgen dudas en una clase, si se
pregunta sobre los objetivos del profesor, el asistente estudia, investiga, no tiene
miedo de preguntar. Recordemos que también es un estudiante y se aplica para
ayudar tanto al profesor como a sus compañeros.
 Es Neutral con sus opiniones: No está del lado del profesor, ni de los estudiantes y
en dado caso del jurado, está del lado del aprendizaje: si se cumplen los objetivos
del curso y si la metodología ayuda o no al grupo para cumplir estos objetivos, si el
profesor es responsable y comprometido al igual que los estudiantes, está del lado
del buen proceso. Si un asistente se encuentra ideológicamente contrariado por la
metodología de un profesor tendrá que decidir si quiere asistir el curso y trabajar
con esa metodología o no, con conocimiento de las consecuencias del caso.
 Es humano: se equivoca, aprende, da su opinión, se siente identificado con sus
compañeros, tiene la delicadeza de entender lo complejo de la exposición en la
escena y lo complejo del trabajo y la posición del profesor, siempre habla del
trabajo en el aula -o algo que aporte a este-, tiene claro sus límites en las
relaciones estudiante-asistente, asistente-profesor, apoya, da consejos, se siente
parte del grupo y comparte, no se cree más ni menos que sus colegas, no se cree
más ni menos que el profesor, simplemente conoce su posición y disfruta de las
clases.

El Plan de clases o programa:

Este es el verdadero mejor amigo del asistente, leer el programa nos recuerda por donde
hemos pasado y que conocimiento tenemos de los contenidos que se van a impartir en la
clase, además recordamos nuestras anécdotas y procesos de ese curso y así podríamos
encontrar que puede ayudar a nuestros compañeros y que no.

Nos aclara ¿en que tiempo? ¿Cómo y de qué forma? Con el cronograma y la lista de
contenidos podríamos determinar esto. Algunas veces si conocemos bien al profesor hasta
determinaríamos las formas de evaluar y la forma de dirigir los ejercicios en la clase con
solo leer el programa.

Sabremos que se quiere lograr en un curso gracias a los objetivos, los objetivos son lo más
importante del programa pues para pasar el curso los estudiantes dependen del
cumplimiento de estos, es la forma más concreta de saber ¿cómo dar las devoluciones y
que acotar a los compañeros?, desde los ejercicios hasta las evaluaciones y muestra final.

Si tenemos claro el programa de clase seremos una gran ayuda también para el profesor,
como mencionamos antes dos cabezas recuerda, sienten, piensan y a veces hasta
expresan mejor que una.

Con el profesor:
El asistente es un compañero más en el proceso del o la profesor(a), si él o la profesor(a)
también aprenden, todo profesor o profesora pasa por lugares distintos o similares pues
cada grupo es irrepetible, en otras palabras diferente al anterior y a los que vendrán. Esto
quiere decir que si bien el/la profesor(a) es conocedor(a) en la materia, en la práctica de la
misma y en la metodología que aplica y funciona para sus clases; siempre hay un incierto
con respecto a quienes van a conformar el grupo y cómo será el proceso tanto grupal
como individual de los estudiantes. Esta dinámica cambiante de los grupos suele suceder
porque son personas las que conforman el trabajo teatral, son “material humano” que
cambia o sea esta vivo y así también lo están en el proceso.

Voy a explicar más claramente el punto: cuando nos vestimos para salir y no estamos
seguros si la ropa nos sienta bien tendemos a socializar nuestra idea del vestir,
preguntaremos a alguien de confianza ¿esta camisa va con el pantalón o con la falda?, al
socializar tenemos la certeza de que eso es lo que llevaremos para salir. Es lo mismo con
las ideas del proceso y que es lo más acertado para llevar a cabo en una clase, los
asistentes normalmente son esos entes de confianza a los que el/la profesor(a) se acerca y
pregunta ¿qué te parece? Con esto no quiero decir que los profesores no tengan el
conocimiento para llevar a cabo las ideas, los profesores puede probar aplicar una
metodología nueva o una idea en práctica que crean puede funcionar para casos
específicos, pero si quieren saltarse algunos pasos de probar y cambiar y volver a probar,
el asistente puede ser ese ente con el cual socializar la idea, y comprobar si es acertada la
elección o no.

El asistente apoya el trabajo de el/la profesor(a) haciendo parte de la clase como un


estudiante más, pues el hacer los ejercicios le da una idea del proceso de la clase, de cómo
se puede mejorar y en qué lugar del camino viajan sus compañeros, además de tener una
idea de los tiempos que se necesita –en el caso del teatro- para conseguir el objetivo
especifico de un ejercicio.

También aporta haciendo ejercicios para la clase, el asistente puede tener ideas, datos,
textos teóricos, ejemplos para aplicar y hasta ejercicios prácticos que considere realizar en
caso de que se quiera ver un contenido especifico en la clase o se quiera profundizar más
un tema para una mejor comprensión de este, es donde el asistente consulta con el
profesor si su aporte es conveniente para el proceso y si lo puede aplicar con los
compañeros/estudiantes.

En general la relación de profesor(a)-asistente es de confianza y siempre orientada al


aprendizaje tanto grupal como individual. De la misma forma el asistente tiene que velar
por su propio proceso, ser consciente de este y si es necesario pedir recomendaciones al
profesor para mejorar su aporte al grupo. El o la profesor(a) no es responsable por el
proceso de aprendizaje del asistente pero si tiene que velar por el proceso pedagógico del
grupo de estudiantes y esto incluye la actitud y aportes del asistente en la clase.

Una buena comunicación es lo mejor para que el proceso y resultados se vean


optimizados, si el asistente tiene dudas sobre algún objetivo o contenido de la clase
comentarlo con él o la profesor(a), si él o la profesor(a) necesita un avance o ejercicio
para que el asistente aporte comunicarlo y discutir las ideas, intercambiar ideas sobre las
devoluciones o evaluaciones del grupo, entre otros son ejemplos en donde debemos tener
una buena comunicación.

Con las devoluciones, acotaciones y evaluaciones a los compañeros:

Cuando damos acotaciones después de un ejercicio o presentación de escena, cuando


damos los resultados de las evaluaciones o cuando queremos recomendar algo a los
compañeros debemos de estar atentos a: ¿Qué decimos?, ¿Cómo lo decimos? y ¿Qué
aportamos con lo que decimos?

Sugiero lo siguiente:

 Ser objetivos: siempre hablar de lo que vimos y lo que creemos conveniente que el
compañero trabaje, cualquier duda consultar con él o la profesor(a).
 Ser asertivos: Comunicar de una forma precisa, directa y considerada.

El orden para acotar:

1. Comenzar por lo positivo.


2. Comunicar lo que se tiene que trabajar y lo que no funciona en un trabajo o
resultado.
3. Después volver a terminar con algo positivo, Algo que mejoró del proceso o
muestra pasada.

Esto con el fin de no solo dedicarse a señalar lo negativo, o de decir lo positivo primero y
luego bajar los ánimos con lo que no funciona de un trabajo, si no dejar ver que en el
proceso se aprenden contenidos y otros tiene que ir reforzándose.

Algunas de estas recomendaciones podrán sonar muy lógicas, hasta de sentido común
pero muchas veces estos detalles los pasamos por alto. En nuestra carrera tendemos a
acotar a los compañeros desde que estamos en primer año, recomiendo no olvidar esto y
tratar de recordar este proceso, preguntarse: ¿cómo dar las devoluciones en un trabajo
tan frontal como lo es el teatro? Y seguir aprendiendo de los hallazgos en el camino del
asistente.
A Modo de cierre:

En esto de la prueba y error estamos todos desde que comenzamos un proceso de


aprendizaje, con esto me refiero a toda la vida. Si bien algunos tienen más conocimientos
aplicados tanto experienciales como didácticos -como en el caso de las y los
profesores(as)- siempre estamos en un constante aprender, desaprender y volver a
aprender y que mejor ejemplo que la naturaleza del trabajo teatral.

Esta naturaleza nace de una redundancia: el teatro está vivo y no solo para echarle flores
al oficio si no para reafirmar: ¡en verdad son personas las que lo conforman! y el objeto de
estudio es también ilimitado porque se podría decir que es la vida misma, es un incierto,
pero el proceso para llegar a entender este trabajo no puede estar incierto, al contrario
tiene que ser solido y consiente, por esto el aprendizaje y la pedagogía del teatro son
lugares tan importantes para los futuros profesionales.

Los profesores tienen una gran responsabilidad en sus manos, ojos, mentes, pies, cabezas,
hombros… y por eso hay muchas más cabezas, manos, ojos, pies, hombros que también
son responsables en ese caso otros profesores, profesoras, administrativos y claro
asistentes. Para los Asistentes también hay una cuota de responsabilidad y he de decir
bastante cercana a las y los profesores(as).

Los insto entonces a seguir aprendiendo en este proceso de prueba y error considerando
que:”La prueba y el error” no son negativos, siempre y cuando uno mismo encuentre sus
propias conclusiones, las socialice y las sistematice para futuros procesos.

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