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Escuela-Inclusiva Puigdellívol
Escuela-Inclusiva Puigdellívol
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que pueda atender bien a todos los niños del barrio, incluyendo al que presenta unas
limitaciones X?
3. Se concibe la inclusión como una tarea comunitaria, más allá de la acción de la
escuela o del sistema educativo. La inclusión, entonces, no se percibe limitada a los
muros de la escuela. De hecho, la mayoría de los problemas de exclusión tienen un
origen social. Si no se encuentran modos de actuar socialmente, con los diferentes
agentes educativos, y de implicarlos en los cambios que comporta la inclusión,
difícil será que cualquier proyecto inclusivo alcance el éxito. La acción comunitaria,
pues, debe concebirse como un eje fundamental de cualquier proyecto inclusivo,
extremo que no siempre es tenido suficientemente en consideración.
En este punto resulta de gran interés la propuesta que los autores hacen, en el mismo
Index de utilizar el concepto Barreras para el Aprendizaje y la Participación. Dicho
concepto sí que nos obliga a enfocar nuestro trabajo en aquello que tenemos a nuestro
alcance: ¿cuáles son las barreras, de todo tipo, que dificultan o impiden el aprendizaje
de un alumno o alumna? ¿cuáles son las que pueden limitar o incluso impedir su
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participación? Las barreras se pueden encontrar en la escuela. Por ejemplo, cuando nos
organizamos por grupos de nivel, mal llamados a veces “grupos flexibles”. Desde hace
mucho tiempo sabemos que esta forma de organización perjudica claramente el
aprendizaje del alumnado ubicado en los “grupos de bajo nivel” y, por otra parte, no
beneficia significativamente el aprendizaje del alumnado de los “grupos altos”. Además
limita la participación, puesto que se planifican actividades diferenciadas por niveles y
se prescinde de los beneficios de participación y aprendizaje que se dan en los grupos
heterogéneos. Volveremos más adelante al tema.
Llegados a este punto hay que precisar si con el uso del concepto de Barreras para el
Aprendizaje y la Participación (BAP), como podía ocurrir con el de NEE, negamos el
déficit, la discapacidad y sus efectos en el aprendizaje. No creo que esta fuera una
posición razonable, puesto que más allá de nuestros deseos el déficit y la discapacidad
existen e influyen. Negarlo no sólo es inútil, sino que puede ser contraproducente. Pero
hemos de situarlos en su auténtica posición, sin usarlos como cajón de sastre cuando nos
topamos con dificultades de aprendizaje; y hemos de situarnos nosotros, como
educadores, en nuestra posición, sabiendo lo que podemos y lo que no podemos hacer.
Ello requiere una aclaración.
Resulta útil, entonces, fijar la mirada en todo lo que rodea el aprendizaje de nuestros
alumnos, empezando por las interacciones que se establecen entre ellos, porque ahí
encontraremos nuestras posibilidades de acción como docentes, también institucional y
también comunitaria, para desarrollar las que mejor contribuyen, en el caso del
alumnado con alguna deficiencia o limitación, a reducir su discapacidad. Son muchas
las posibilidades en este sentido. Sólo para organizar nuestra exploración de las BAP,
las encuadraremos en 4 tipos: las barreras actitudinales, las barreras metodológicas, las
barreras organizativas y las barreras sociales. Ahora bien, en los 4 tipos tomaremos en
consideración la dimensión comunitaria, pues este aspecto es quizás el menos
desarrollado en las propuestas existentes (por ejemplo, el propio Index for Inclusion de
Both y Ainscow) y en el contexto social actual no podemos concebir el aprendizaje
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como algo limitado a la escuela o con un alto grado de independencia del entorno
(Aubert et al., 2008).
Entre las barreras organizativas nos vamos a ocupar de las diferentes formas de
agrupación del alumnado y de las posibilidades de intervención de la comunidad en
diferentes formas de apoyo a la escuela. También deberemos analizar la nueva
organización del trabajo del profesorado de apoyo (EE. o PT). Finalmente nos
ocuparemos de las barreras sociales, poniendo un especial énfasis en el papel de las
familias, especialmente cuando estamos trabajando con “familias no académicas”. Los
prejuicios sobre las mismas constituyen una de las barreras más importantes para el
aprendizaje de muchas niñas y niños con y sin discapacidad.
Referencias: