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El recurso potestativo de reposición en la Ley 39/2015

del Procedimiento Administrativo Común de las


Administraciones Públicas.
FERNANDO LLAGAS GELO
Abogado.
Doctor por la Universidad de Córdoba.
Profesor asociado de la Universidad Loyola de Andalucía y Universidad
de Córdoba

1
ÍNDICE

Los orígenes y fundamentos del recurso de reposición. .......................................................................... 4


Orígenes y evolución histórica del recurso de reposición ................................................................... 4
Caracterización y fundamento del recurso .......................................................................................... 6
Los principios generales de los recursos administrativos en el recurso potestativo de reposición ........ 7
El presupuesto del recurso: un acto administrativo. ........................................................................... 7
El recurso regulado en los arts. 123 y 124 de la Ley del Procedimiento Administrativo: recurso
potestativo contra actos que agotan la vía administrativa ............................................................... 10
El recurso de reposición regulado en la Ley de Haciendas Locales: recurso de reposición para
agotar la vía administrativa. .............................................................................................................. 11
La posibilidad de sustituir el recurso por otros procedimientos de revisión ....................................... 8
Quién puede interponer el recurso de reposición ............................................................................. 11
Cómo se interpone el recurso............................................................................................................ 12
El recurso de reposición que no es resuelto por el mismo órgano que dictó la resolución recurrida:
el recurso “per saltum”. ..................................................................................................................... 15
En qué plazo debe interponerse el recurso ....................................................................................... 16
La posibilidad de suspender la tramitación del recurso cuando esté en trámite un recurso
contencioso administrativo contra el mismo acto por otro interesado. ........................................... 17
Los efectos de la interposición del recurso ....................................................................................... 19
La ejecutividad del acto administrativo durante la tramitación del recurso de reposición y hasta
tanto no se agote la vía administrativa. ............................................................................................ 21
El procedimiento administrativo de tramitación y resolución del recurso de reposición ..................... 24
El inicio del procedimiento: el escrito de recurso.............................................................................. 24
La instrucción y ordenación del recurso: alegaciones, prueba y trámite de audiencia. .................... 24
El acto administrativo que resuelve el recurso. ................................................................................. 26
La terminación anormal del procedimiento de recurso. ................................................................... 28
FORMULARIO DE RECURSO DE REPOSICIÓN CON SOLICITUD DE SUSPENSIÓN DEL ACTO
ADMINISTRATIVO RECURRIDO, PROPOSICIÓN DE PRUEBA Y SOLICITUD DE TRÁMITE DE AUDIENCIA . 29
JURISPRUDENCIA ................................................................................................................................... 32
Naturaleza y función del recurso. ...................................................................................................... 32
Requisitos del recurso. ...................................................................................................................... 32
Causas de inadmisión. ....................................................................................................................... 32
Extemporaneidad. ............................................................................................................................. 32
No procede contra actos administrativos que resuelven otros recursos. ......................................... 33

2
No procede contra disposiciones de carácter general. ..................................................................... 33
Procede contra acto incardinado en disposición general. ................................................................. 33
Procede contra actos no excluidos del recurso que agotan la vía administrativa. ............................ 33
Recurso de reposición “per saltum”. ................................................................................................. 34
Traslado del recurso a los interesados. ............................................................................................. 34
Límites objetivos del recurso. ............................................................................................................ 34
Proscripción de la “reformatio in peius”. .......................................................................................... 34

3
Los orígenes y fundamentos del recurso de reposición.

Orígenes y evolución histórica del recurso de reposición

El recurso de reposición como medio de impugnación del interesado de un acto


administrativo ante el mismo órgano que lo dictó, tiene origen histórico en las
reclamaciones económico-administrativas reguladas en un Real Decreto de 30 de
agosto de 1907. Se configuraba con carácter potestativo y con un ámbito material
reducido: errores materiales y vicios del procedimiento.

En materia tributaria el recurso se incorporó en diversos reglamentos, como el de 29


de julio de 1924 sobre procedimiento de reclamaciones administrativas, con una
regulación “sui generis”, pues la formulación del recurso era oral. También se previó el
recurso en la Ley de Bases de 3 de diciembre de 1932, pero no así en el Decreto de 6
de noviembre de 1959. La Ley General Tributaria de 1963 contenía una regulación
escueta del recurso que fue objeto de desarrollo en el Real Decreto 2244/1979, de 7
de septiembre. La actual Ley Tributaria de 2003 contiene una regulación expresa que
es objeto de desarrollo reglamentario en el Real Decreto 520/2005, de 13 de mayo,
por el que se aprueba el Reglamento general de desarrollo de la Ley 58/2003, de 17 de
diciembre de 2003, General Tributaria en materia de revisión en vía administrativa.

Paralelamente el recurso de revisión tiene antecedentes históricos en el ámbito


municipal. El Estatuto Municipal de 1924 contenía un recurso de reposición como
manifestación de la autonomía local, previendo la impugnación de los actos
municipales ante el mismo órgano que los había dictado y no en alzada ante
autoridades estatales. Se trataba de un recurso que ponía fin a la vía administrativa y
con respecto al cual el Tribunal Supremo estableció la doctrina constante hasta
nuestros días de que contra la resolución del recurso de reposición no cabe interponer
otro recurso de reposición (STS de 4 de abril de 1929).

El recurso de reposición como medio de impugnación común de los actos


administrativos adquiere entidad en la Ley de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa de 1956 y en la Ley de Procedimiento Administrativo de 1958. El
recurso se configuraba como un requisito previo a la vía jurisdiccional. Sin perjuicio de
que la doctrina afirmara, como no podía ser de otra manera, la naturaleza
administrativa del recurso, que nada impedía su utilización sin interponer
posteriormente recurso contencioso administrativo, el recurso se apreciaba como una
carga previa a la interposición del recurso. Esto hizo que sin duda el recurso perdiera
virtualidad porque la misma Administración no percibía una verdadera impugnación de
su acto con sentido y justificación propios, sino un mero trámite, que en muchos casos

4
los interesados verificaban formalmente, y que por tanto no daba lugar a una
verdadera reconsideración del acto administrativo. En cualquier caso, este recurso de
reposición-requisito de procedibilidad era subsanable1.

Manifestación de esto que decimos, fue que el recurso se convertía en potestativo en


la Ley en la Ley 62/1978 de Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales
de 26 de diciembre de 1978.

Sin duda esa impronta de requisito previo a la vía jurisdiccional hizo que la Ley 30/1992
de Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo Común no previera en su
articulado un recurso de reposición y lo sustituyera por un anuncio a la Administración
de la interposición del recurso contencioso administrativo. La desaparición del recurso
de reposición contra actos administrativos vino acompañada de la imposibilidad de
recurrir en vía administrativa las disposiciones de carácter general.

El recurso de reposición fue reinstaurado, por la Ley 4/1999, de 13 de enero, de


modificación de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, que vino a
suplir los problemas que había generado su desaparición, sobre todo en el ámbito de
la administración local, cuya gestión se vio abocada indefectiblemente a un alto grado
de litigiosidad incluso en actuaciones administrativas manifiestamente erróneas, que
podían ser enmendadas por la vía del recurso ante el mismo órgano que las había
dictado, advertido que fuera por el interesado.

La doctrina ha discutido sobre la oportunidad de mantener un recurso mediante el que


se somete al mismo órgano administrativo la decisión que acaba de adoptar y que la
práctica muestra que ofrece unas posibilidades reales de revisión del acto escasísimas;
pero siempre que mantenga su naturaleza dispositiva, la verdad es que ofrece un
cauce adecuado para enmendar errores y defectos, que, puestos de manifiesto por el
interesado a la vista de la resolución administrativa, evita verse abocado en todo caso
a la vía jurisdiccional.

La Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones


Públicas (en adelante LPA) ha mantenido el recurso y casi idéntica su regulación. Está
regulado en los arts. 123 y 124 de la Ley, que conforman la Sección Tercera del

1
La STS (Sala III, Sección5ª) de 17 de octubre 1991 recuerda que la finalidad del recurso era “facilitar a la
Administración la posibilidad de rectificar su decisión, evitando, de esta forma, un pronunciamiento
adverso y posibilitando su actuación conforme a la Ley, lo cual permite su subsanación en un momento
posterior, como expresamente autoriza el artículo 129 de la Ley Jurisdiccional y señala la doctrina
sentada por la sentencia de la Sala Especial de Revisión de fecha 19-5-1988 que admite que la
subsanación de la inicial falta del preceptivo recurso de reposición, pueda tener lugar, si el Tribunal, de
oficio o a instancia del demandado, otorga a los interesados nuevo plazo para suplir la omisión, y éstos
atienden a tal posibilidad en el período conferido”

5
Capítulo Segundo del Título V de la LPA, dedicado a la revisión en general de los actos
administrativos.

La Ley 39/2015 ofrece como novedades en la regulación de los recursos


administrativos, y por tanto en el recurso de reposición, la regulación de causas de
inadmisión del recurso, la posibilidad de suspender la tramitación y resolución de los
recursos porque sobre la cuestión esté en curso un proceso judicial y la posibilidad de
interponer el recurso en cualquier momento en los casos de silencio administrativo.

Caracterización y fundamento del recurso de reposición

Mediante el recurso de reposición, el interesado vuelve a someter a la consideración


del órgano que ha dictado el acto administrativo la conformidad de dicho acto con el
Ordenamiento jurídico. El Tribunal Supremo lo ha definido conceptualmente con
criterios antiformalista como “cualquier pretensión, formulada por parte legitimada
para ello, que tienda a obtener la revocación del acto administrativo que se estima que
es contrario a Derecho, para lo que basta que se pida su reforma y que se dirija al
mismo órgano que dictó aquél, cuya jurisprudencia es conforme a la más elemental
regla semiológica sobre el valor de los signos, que viene dado por el significado y no por
el significante” (STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 6ª), de 16
noviembre 1998 (Rec. 953/1994).

Desde esta conformación del recurso y a la vista de los antecedentes históricos del
mismo, el recurso de reposición se ha explicado con fundamento en las siguientes
premisas:

a) Si el recurso de reposición no es potestativo (por ejemplo en el ámbito de la


hacienda local) constituye una prerrogativa de la Administración que puede
revisar el acto administrativo antes de que el interesado acuda a la vía
jurisdiccional. También supone una posibilidad para el interesado de
impugnación del acto, previa a la más costosa jurisdiccional. Desde la premisa
del interés público, la Administración tiene la facultad asimismo de evitar la vía
jurisdiccional, en pro de una más eficaz y rápida protección de los derechos del
interesado, de una evitación de sobrecarga de trabajo a los tribunales y de una
reducción del gasto público que el funcionamiento de la Administración de
Justicia supone.

b) Si el recurso es potestativo (régimen general previsto en la LPA), el recurso se


configura como posibilidad para interesado de someter al órgano
administrativo autor del acto la conformidad del mismo al Ordenamiento
jurídico, perdiéndose la naturaleza de prorrogativa administrativa. Este carácter
potestativo no impide, sino todo lo contrario, que la Administración no

6
aproveche la interposición del recurso para evitar la actividad jurisdiccional, ya
sea revisando su actuación o explicitando y convenciendo al interesado de la
conformidad a Derecho del acto administrativo objeto de recurso.

c) En ambos casos, el asunto vuelve a residenciarse en el órgano administrativo


autor del acto con el efecto de prorrogar la tramitación del procedimiento y
vedarse el acceso a la vía jurisdiccional; con la excepción del llamado recurso
“per saltum” al que luego nos referiremos.

d) Tal reposición (“reponere”) carece en cualquier caso de sentido si al trámite no


se le dota de sustantividad revisora. Esta virtualidad puede venir dada por la
propia naturaleza del vicio objeto de revisión: errores materiales, vicios del
procedimiento…; por la instauración de protocolos de actuación tendentes a
una eficaz revisión del acto administrativo objeto de recurso; o por el
establecimiento de órganos específicos que fiscalicen el acto con cierta
independencia e imparcialidad respecto del autor del mismo. Carece de sentido
el recurso si, como de forma generalizada ocurre, no proporciona un verdadero
instrumento de revisión del acto administrativo.

Los principios generales de los recursos administrativos en el recurso


potestativo de reposición

El presupuesto del recurso: un acto administrativo.

Conforme al art. 112.3 de la LPA solo contra los actos administrativos cabría interponer
recurso de reposición. Contra las disposiciones de carácter general no es posible la
interposición de recurso administrativo alguno. Lógicamente tal limitación hace
referencia a la naturaleza “aparente” de la disposición; es decir, que si un órgano
administrativo carente de potestad reglamentaria dicta un acto administrativo que
realmente tiene naturaleza de disposición general, el acto administrativo es
susceptible de recurso precisamente por ser materialmente un reglamento y haberse
dictado por quien carece de competencia para ello. Procede asimismo el recurso
contra aparentes instrucciones, circulares u órdenes de servicios en tanto que, en todo
o en parte, no sean tales y sí un verdadero acto administrativo, una decisión de un
órgano que excede de una mera manifestación del principio de jerarquía y de las
facultades de autoorganización.

Lo importante es estar a la verdadera naturaleza de la actividad administrativa que se


recurre: si se trata de una norma reglamentaria, con vocación de permanencia y de
regular la actividad administrativa futura; si se trata de directrices propias de la
jerarquía entre órganos administrativos sin efectos inmediatos a terceros; o de actos

7
administrativos propiamente dichos, sea cual sea su forma, que incluso pueden estar
integrados o contenidos en algún tipo de disposición de naturaleza reglamentaria2.

El recuro procede contra los actos administrativos que deciden el fondo del asunto, y
en el caso del recurso de reposición, que ponen fin a la vía administrativa (art. 112.1).

Contra los actos de trámite, procede interponer recurso de reposición cuando decidan
directa o indirectamente el fondo del asunto, determinen la imposibilidad de continuar
el procedimiento, o produzcan indefensión o perjuicio irreparable a derechos e
intereses legítimos (art. 112.1 LPA). La procedencia del recurso de reposición, y no del
de alzada, contra los actos de trámite vendrá dada por la recurribilidad en reposición
del acto administrativo que pusiera fin al procedimiento en cuestión.

Contra el acto administrativo que resuelve un recurso, sea de reposición, alzada o


revisión no cabe recurso administrativo.

No cabe interponer recurso, ni de reposición ni de alzada contra la vía de hecho de la


Administración, contra la que cabe el requerimiento contenido en el art. 30 de la LJCA;
ni contra la inactividad administrativa para la que se prevé el requerimiento del art. 29
de la LJCA.

Tampoco las administraciones públicas pueden interponer recursos administrativos


contra los actos de otras administraciones. Deben formalizar los requerimientos
previstos en el art. 44 de la LJCA o hacer uso de las facultades de control que prevea el
ordenamiento jurídico y luego acudir al orden jurisdiccional contencioso
administrativo.

La posibilidad de sustituir el recurso por otros procedimientos de revisión

La LPA prevé la sustitución del recurso de alzada y del de reposición en determinadas


material o sectores de actividad (“en supuestos o ámbitos sectoriales determinados”), y
por razón de la materia (“cuando la especificidad de la materia así lo justifique”), “por
otros procedimientos de impugnación, reclamación, conciliación, mediación y
arbitraje, ante órganos colegiados o Comisiones específicas no sometidas a
instrucciones jerárquicas, con respeto a los principios, garantías y plazos que la
presente Ley reconoce a las personas y a los interesados en todo procedimiento

2
Así lo ha entendido la STS (Sala III, Sección5ª) de 31 de octubre de 2014 con relación a decisiones de la
Administración contenidas en un plan urbanístico: “Este argumento de la Administración demandada
sobre el carácter de disposición general del contenido de un plan urbanístico no puede ser compartido ,
puesto que la Jurisprudencia ha declarado en más de una ocasión ( SSTS de 4-7-00 , 21-6-00 , 23-7-99,
27-5-99 y 22-11-94 ) que existen determinaciones dentro de los planes urbanísticos que carecen de los
elementos necesarios que permitan calificarlas como verdaderas normas o disposiciones administrativas
de carácter general , y que no son sino actos administrativos singulares al ser concretos y determinados
sus destinatarios y su vigencia no indefinida sino referida a un concreto período de ejecución”

8
administrativo.” En el caso del recurso de reposición tales procedimientos sustitutivos
han de conservar el carácter potestativo para el interesado.

La aplicación de estos procedimientos en el ámbito de la Administración Local no


podrá suponer el desconocimiento de las facultades resolutorias reconocidas a los
órganos representativos electos establecidos por la Ley.

La previsión normativa da lugar a múltiples cuestiones que exceden del ámbito del
presente estudio específico sobre el recurso de reposición y que simplemente
enumeraremos.

- Estos recursos o instrumentos sustitutorios parece que deben instituirse por


norma con rango de Ley.

- La referencia a la especificidad de la materia no parece apuntar a una categoría


determinada, sino a una delimitación de la actividad administrativa que
determinaría la especialización del procedimiento y órgano encargado de
resolver la impugnación.

- El procedimiento debe respetar los principios, garantías y plazos que imperan


en el recurso: como los principios de audiencia, proscripción de la “reformatio
in peius”, “favor acti”, oficialidad, gratuidad, subsanabilidad de defectos, y
cualquier otro previsto en la Ley, así como plazo de interposición y para
resolver, sentido del silencio administrativo…

- La Ley prevé una pléyade de opciones en cuanto a la naturaleza y contenido de


los procedimientos sustitutorios, que puede dividirse en procedimientos de
tres tipos: procedimientos de impugnación en sentido propio, procedimientos
de conciliación o mediación en los que el órgano procura un acuerdo entre la
Administración y el interesado y procedimientos de arbitraje en los que el
órgano administrativo tiene facultades para dictar una resolución sobre el
fondo del asunto.

- En cualquier caso la Ley está pensando en órganos colegiados, no sometidos a


instrucciones jerárquicas, ha de entenderse que del órgano administrativo
competente para la resolución del recurso.

- La decisión o el acuerdo que se alcance agota la vía administrativa (art.


114.1.b), sea en forma de un acto administrativo sea en forma de convenio.

- La Ley contiene una garantía de la autonomía local (realmente ineficaz frente a


otra norma legal o con fuerza de Ley) al establecer que estos procedimientos

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alterativos no podrán suponer el “desconocimiento de las facultades
resolutorias reconocidas a los órganos representativos electos establecidos por
la Ley.” En este sentido la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de Medidas para la
Modernización del Gobierno Local, que adicionó el título X a la Ley 7/1985, de
2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, (Régimen de organización
de los municipios de gran población) introdujo esta previsión en el art. 137 de
la Ley de Bases de Régimen Local.

El recurso regulado en los arts. 123 y 124 de la Ley del Procedimiento Administrativo:
recurso potestativo contra actos que agotan la vía administrativa

El recurso de reposición previsto en el procedimiento administrativo común tiene por


objeto actos administrativos que agotan la vía administrativa y que podrían ser
impugnados directamente por el interesado ante los juzgados y tribunales del orden
jurisdiccional contencioso administrativo. Ello es así aunque en la regulación específica
del procedimiento administrativo en cuestión no se prevea expresamente la
posibilidad de recurrir en reposición. Así lo ha establecido el Tribunal Supremo, entre
otras, en la STS (Sala III, Sección7ª) nº 912/2016, de 26 abril de 2016 (rec. 180/2015)3.

La LPA regula en su art. 114 los actos que agotan la vía administrativa, regulación que
sigue la contenida en la disposición adicional decimoquinta de la derogada Ley 6/1997,
de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del
Estado.

Ponen fin a la vía administrativa a) Las resoluciones de los recursos de alzada, contra
las que no cabe recurso de reposición. b) Las resoluciones de los procedimientos a que
se refiere el artículo 112.2, que son los que pueden sustituir a los recursos de alzada y
reposición, contra los que tampoco cabe recurso de reposición. c) Las resoluciones de
los órganos administrativos que carezcan de superior jerárquico, salvo que una Ley
establezca lo contrario. d) Los acuerdos, pactos, convenios o contratos que tengan la
consideración de finalizadores del procedimiento. e) La resolución administrativa de los
procedimientos de responsabilidad patrimonial, cualquiera que fuese el tipo de
relación, pública o privada, de que derive. f) La resolución de los procedimientos
complementarios en materia sancionadora a los que se refiere el artículo 90.4. Y g) Las
demás resoluciones de órganos administrativos cuando una disposición legal o
reglamentaria así lo establezca.

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El art. 7.7 del Real Decreto 2669/1998, de 11 de diciembre, por el que se aprueba el procedimiento a
seguir en materia de rehabilitación de los funcionarios públicos en el ámbito de la Administración
General del Estado establece que “La resolución adoptada pone fin a la vía administrativa y contra ella
se podrá interponer el correspondiente recurso contencioso-administrativo.”. Ante tal redacción, no poco
frecuente en muchos procedimientos administrativos, el TS sostiene que procede la formulación
potestativa del recurso de reposición.

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La Ley especifica los actos de la Administración General del Estado que ponen fin a la
vía administrativa: a) Los actos administrativos de los miembros y órganos del
Gobierno. b) Los emanados de los Ministros y los Secretarios de Estado en el ejercicio
de las competencias que tienen atribuidas los órganos de los que son titulares. c) Los
emanados de los órganos directivos con nivel de Director general o superior, en
relación con las competencias que tengan atribuidas en materia de personal. d) En los
Organismos públicos y entidades derecho público vinculados o dependientes de la
Administración General del Estado, los emanados de los máximos órganos de dirección
unipersonales o colegiados, de acuerdo con lo que establezcan sus estatutos, salvo que
por ley se establezca otra cosa.

Son las Leyes de Gobierno o de Procedimiento Administrativo de cada comunidad


autónoma las que relacionan los actos de estas que agotan la vía administrativa.

En el ámbito de la administración local, carecen de superior jerárquico y agotan la vía


administrativa el Alcalde, las Juntas de Gobierno Local y el Pleno municipal.

El recurso de reposición regulado en la Ley de Haciendas Locales: recurso de


reposición para agotar la vía administrativa.

En los procedimientos administrativos que tienen por objeto la “aplicación y


efectividad de los tributos locales” (art. 108 LBRL) y “y restantes ingresos de derecho
público de las entidades locales” (art. 14.2 del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de
marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas
Locales), la interposición del recurso de reposición no es potestativa, sino preceptiva
para agotar la vía administrativa.

En este procedimiento ha surgido la cuestión del ámbito al que se refiere la Ley, sobre
todo en los casos de procedimientos sancionadores cuando es objeto de recurso una
multa. La doctrina jurisprudencial ha mantenido que el recurso contra la multa-sanción
no exige la necesaria formulación del recurso de reposición porque no puede
considerarse que una resolución sancionadora tenga la naturaleza de acto de gestión
de un ingreso público.

Quién puede interponer el recurso de reposición

Podrán interponer el recurso de reposición quienes tengan carácter de interesado en


el procedimiento administrativo conforme a lo previsto en el art. 4 de la LPA . Del
contenido de dicho artículo resulta que al tiempo de dictarse el acto administrativo
susceptible de recurso pueden interponer el mismo:

- Los que hayan promovido el procedimiento como titulares de derechos o


intereses legítimos individuales o colectivos.
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- Los que sin haber iniciado el procedimiento se hayan personado con
posterioridad, ya sea por ser titulares de derechos que puedan verse afectados
por la resolución administrativa (que han debido ser notificados de la
tramitación del procedimiento), ya sea por ser titulares de intereses legítimos y
se hayan personado en el procedimiento en defensa de los mismos.

- También pueden interponer el recurso los interesados que no se hayan


personado en el procedimiento con anterioridad a que se dicte al acto
administrativo susceptible de recurso, pero tengan conocimiento del acto
administrativo. Es más, si fuesen titulares de derechos que sean afectados por
el acto administrativo y no se les notificó la existencia del procedimiento, el
recurso puede tener por objeto tal omisión administrativa generadora de
indefensión, sin que el plazo de interposición les limite su derecho al recurso
toda vez que el acto no le ha sido notificado.

Lógicamente el recurso puede interponerse por medio de representante (art. 5 LPA).

Cómo se interpone el recurso

El art. 115 de la LPA establece, con irregular redacción, que “la interposición del
recurso” deberá expresar y siguen una serie de requisitos, no todos de idéntica
entidad. Quizás hubiera sido más apropiado decir que “el escrito de recurso” deberá
expresar… En cualquier caso, la Ley está suponiendo la forma escrita del recurso.

En el caso del recurso de reposición el recurso será reueltoo por el mismo órgano
administrativo que ha dictado el acto impugnado, con lo que se le supone conocedor
del procedimiento y por tanto han de ser mayores las posibilidades de subsanación,
del “favor actionis”, y de consideración como no esenciales de los elementos del
escrito de recurso.

Debe contener el recurso

El nombre y apellidos del recurrente, así como la identificación personal del mismo.

Debe bastar en este sentido con que quede clara la identidad del recurrente con
relación al contenido del procedimiento. Si el recurrente ha intervenido en el
procedimiento tal identidad puede verificarse con referencia al contenido del
expediente. En el caso de que el recurrente no haya tenido intervención en el
procedimiento, no solo será necesaria su completa identificación, sino que será
conveniente que explicite el derecho o interés legítimo del que dimana su
condición de interesado en el mismo.

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El acto que se recurre y la razón de su impugnación.

La identificación del acto debe ser suficiente, bastando con la referencia al


expediente administrativo. En los casos en que el expediente no venga
referenciado conviene identificar el acto por el órgano que lo dicta, la fecha y el
contenido de la decisión administrativa que se impugna. Cabe en este sentido que
la impugnación no abarque todo el contenido del acto administrativo, no
existiendo inconveniente en que parte del mismo quede consentido y firme tras el
recurso del interesado que solo impugne alguno de sus “pronunciamientos”.

En cuanto a las “razones de la impugnación”, la jurisprudencia ha sido muy propicia


a la hora de establecer la doctrina de que basta la manifestación del interesado de
la disconformidad con el contenido del acto y la voluntad de que se reconsidere el
mismo por el órgano que lo dictó. Ambos extremos deben, no obstante, quedar
claros, de tal suerte que pueden no tener la consideración de recursos de
reposición las cartas o escritos que se dirijan al órgano administrativo autor del
acto en la que el interesado se lamenta simplemente del contenido del mismo sin
que “pida” que se revoque. La diferencia no es baladí a la hora de determinar el
carácter de consentido y firme del acto en cuestión y en su caso de determinar su
ejecutividad.

El acto administrativo puede ser recurrido en todo o en parte, y en este sentido el


ámbito de la impugnación planteado por el recurrente en el recurso será
determinante de las posibilidades de revisión en el ámbito jurisdiccional. No
implica esta limitación los motivos o los argumentos concretos del recurso. Además
de que el recurrente puede no estar asistido de defensa técnica, le basta mostrar
su disconformidad con el acto administrativo no vedándose la posibilidad de acudir
a nuevos argumentos cuando materialice la impugnación del acto en sede judicial
mediante el escrito de demanda.

Lugar, fecha, firma del recurrente, identificación del medio y, en su caso, del lugar que
se señale a efectos de notificaciones.

El “lugar” y la “fecha” consignados por el recurrente indicativos de dónde y cuándo


se firma el recurso es absolutamente inoperante. Lo único determinante será la
fecha de presentación en cualquiera de las formas previstas en el art. 16.4 de la
LPA. Sin duda la redacción del particular no guarda relación con las pautas de
identificación del interesado, presentación de escritos y administración electrónica
que contiene la LPA. La firma, manuscrita o digital sí es un requisito esencial del
recurso pues acredita la voluntad del recurrente sobre su contenido. Sí resulta
importante la consignación, en su caso, de un domicilio a efectos de notificaciones
ya que la Administración deberá estar al mismo para notificar la resolución que

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decida el recurso, sin perjuicio de que pueda, y deba, extremar la diligencia en el
caso de que resulte fallida la misma, intentándola en otro domicilio que pueda
constarle. Si el recurrente ha sido parte en el expediente administrativo y no indica
domicilio alguno a efectos de notificaciones, la Administración debe estar al que
durante la tramitación del mismo haya servido para notificar las resoluciones que
se hayan dictado, y más concretamente la de notificación del acto administrativo
objeto de recurso.

Órgano, centro o unidad administrativa al que se dirige y su correspondiente código de


identificación.

Tampoco es un requisito esencial la indicación del órgano administrativo al que se


dirige el recurso, y mucho menos el centro o la unidad administrativo o código de
identificación. El recurso de reposición ha de interponerse ante el mismo órgano
que dictó el acto administrativo impugnado sin que el interesado deba conocer la
unidad o centro directivo competente para la tramitación y decisión del recurso. El
escrito de recurso inicia un procedimiento administrativo, tradicionalmente
llamado de segundo grado, que tendrá un responsable de su tramitación, que será,
conforme al art. 71.3 de la LPA, la persona designada como órgano instructor o, en
su caso, el titular de la unidad administrativa que tenga atribuida la tramitación del
recurso y, en especial, del cumplimiento de los plazos establecidos. Al interesado le
basta con dirigir el recurso al órgano administrativo que dictó el acto
administrativo. En caso de error, el órgano destinatario tiene el deber de remitir el
recurso al competente.

Las demás particularidades exigidas, en su caso, por las disposiciones específicas.

La Ley deja abierta la posibilidad de que disposiciones, legales o reglamentarias,


impongan requisitos adicionales al escrito de recurso.

El punto 2 del art. 115 establece que el “error o la ausencia de la calificación del
recurso por parte del recurrente no será obstáculo para su tramitación, siempre que se
deduzca su verdadero carácter”. Como hemos visto, no solo el error del interesado o la
falta de calificación del recurso no deben ser impeditivos de la tramitación del recurso,
sino que otras omisiones o defectos tampoco deben impedir la tramitación, aunque
esta pase inicialmente por la subsanación del recurso con base en el art. 68.1 de la
LPA, plenamente aplicable al escrito de recurso. Entendemos que lo que la Ley quiere
decir en el art. 115.2 es que el error del interesado en la denominación del recurso
(que lo llame de alzada, queja, o reclamación) o el silencio sobre lo que sea, no ha de
impedir la tramitación, sin necesidad de subsanación, si se deduce del escrito “su
verdadero carácter”. Ese “verdadero carácter” ha de materializarse en la identificación
del acto administrativo y en la voluntad del interesado de que se revise el contenido

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del mismo, en todo o en parte, dejándolo simplemente sin efecto o cambiándolo por lo
solicitado por el recurrente4.

La imposibilidad de que el recurrente vaya en el recurso contra sus propios actos.

El art. 115.3 de la LPA dice que “Los vicios y defectos que hagan anulable un acto no
podrán ser alegados por quienes los hubieren causado.” Sin duda es una previsión muy
problemática (¿quién causa un vicio o defecto del procedimiento?) que se ubica mal en
el mismo precepto que contiene los requisitos formales y materiales del escrito de
recurso. Se supone que la Ley se está refiriendo a vicios y defectos que hacen
anulables el acto administrativo impugnado, que han debido ser causados por actos u
omisiones anteriores del interesado. No supone la previsión legal una limitación
formal: los interesados pueden alegar los vicios y defectos del procedimiento que
tengan por conveniente y mantener que los mismos son responsabilidad de la
Administración. Además de esto, han de considerarse la naturaleza del vicio y quién
resulte perjudicado por el defecto o vicio del acto. La Administración tiene el deber de
actuar con sujeción al derecho y no puede dejar pasar un vicio o defecto que no sea
aceptable por el Ordenamiento jurídico. Tampoco puede dejar de corregir los vicios o
defectos que denunciados por quien los causó perjudican a terceros o al interés
público.

El recurso de reposición que no es resuelto por el mismo órgano que dictó la


resolución recurrida: el recurso “per saltum”.

El art. 112.3 de la LPA, al igual que el art. 107 de la Ley 30/1992 establece una norma
determinante de la competencia para conocer del recurso. Dice que “Los recursos
contra un acto administrativo que se funden únicamente en la nulidad de alguna
disposición administrativa de carácter general podrán interponerse directamente ante
el órgano que dictó dicha disposición.”

El precepto es muy problemático. Se le ha denominado recurso administrativo “per


saltum”. El presupuesto es la existencia de un acto administrativo dictado en virtud de
una disposición reglamentaria, al que no se le puede hacer, como tal acto de
aplicación, objeción alguna, pero que resulta contrario a derecho porque el
reglamento en virtud del que se dicta resulta ser nulo. En tal caso, el interesado puede
interponer el recurso directamente ante el órgano administrativo que dictó el
reglamento, que se entiende es el competente para resolver el recurso. Quiere decirse,
que si el interesado interpone el recurso ante el órgano administrativo autor del acto
4
Este carácter antiformalista no impide exigir una clara voluntad de recurrir, de impugnar el acto
administrativo, pidiendo su revocación, total o parcial. La STS Tribunal Supremo (Sala III, ponente
Excmo. Sr. Botella Taza) de 20 de enero de 1983 no aprecia un recurso de reposición en una “carta que
integra una petición de reconsideración, ni por la forma ni por el fondo puede calificarse de recurso, ni
aun dentro del marco antiformalista que preside nuestro ordenamiento administrativo”

15
con el único argumento de la nulidad del reglamento que se aplica, el órgano autor del
acto parece que debe remitir el recurso al autor del reglamento para que lo resuelva,
porque si el interesado lo puede interponer directamente, puede deducirse que la
interposición puede ser indirecta ante el órgano que dicta el acto administrativo, que
nada podrá hacer por estimar el recurso porque ello no depende de la legalidad del
acto sino del reglamento que se aplica.

Qué duda cabe que tal recurso “per saltum” exigirá por parte del recurrente una clara
manifestación de que su motivo de impugnación es la nulidad de la disposición general
que se aplica con el acto impugnado. El órgano administrativo autor de la disposición
general no tiene porqué ser el superior jerárquico del órgano administrativo que dictó
el acto, ni siquiera pertenecer a la misma Administración. Sin duda la estimación del
recurso de reposición por parte del órgano administrativo autor del reglamento que se
aplica, debe determinar el inicio del procedimiento de revisión de oficio de la
disposición general conforme a lo previsto en los arts. 106.2 y 47.2 de la LPA. En cierta
medida el recurso administrativo “per saltum” no es otra cosa que una solicitud de
revisión de oficio de una disposición de carácter general.

En qué plazo debe interponerse el recurso

Conforme al art. 124 de la LPA el recurso debe interponerse en el plazo de un mes si el


acto es expreso. Si acontece la ficción del silencio, el recurso puede interponerse en
cualquier momento a partir del día siguiente a aquel en que, de acuerdo con la
normativa específica, se produzca el acto presunto.

Si el acto es expreso, como hemos dicho, el plazo de interposición de recurso es de un


mes, que se cuenta, conforme establece el art. 30 de la LPA a partir del día siguiente a
aquel en que tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate. No
importa que ese día siguiente se hábil o inhábil. Y tampoco quiere decirse que el
mismo día en que se produzca la notificación o publicación del acto no pueda
interponerse el recurso. La Ley solo aclara cuándo se empieza a contar para
determinar cuándo finaliza el plazo. Para evitar dudas, la Ley aclara que el plazo
concluirá el mismo día en que se produjo la notificación, publicación en el mes de
vencimiento. O sea que si el acto administrativo se notifica el día 2, el plazo termina el
día 2 del mes siguiente a las 24.00 horas. Si en el mes siguiente, el de vencimiento, no
hubiera día equivalente a aquel en que comienza el cómputo (día 31 de los meses que
lo tengan, o los días 29 (salvo años bisiestos), 30 ó 31 de enero), se entenderá que el
plazo expira el último día del mes: día 30 del mes en cuestión, o día 28 ó 29 de enero,
según los casos. Si el día del vencimiento del plazo es inhábil, se entenderá prorrogado
el plazo al primer día hábil siguiente (art. 30.3 LPA). Si el día es inhábil en la sede del
órgano administrativo o en el lugar de residencia del interesado, el día se considera
inhábil con ampliación al día hábil siguiente.

16
En el caso de que la posibilidad de recurso se abra por haber trascurrido el plazo
máximo de la Administración para resolver, el recurso puede interponerse sin plazo
alguno; la Ley dice “en cualquier momento” porque efectivamente no hay plazo para la
interposición del recurso en el caso de silencio administrativo, como de forma
generalizada había venido estableciendo la doctrina jurisprudencial y ahora establece
la Ley.

Transcurrido ese plazo de un mes, en el caso del acto expreso, al interesado que desee
impugnar el acto administrativo no queda más remedio que interponer recurso
contencioso administrativo si todavía se encuentra en el plazo de 2 meses del art. 46
de la LJCA tras la notificación del acto objeto de recurso.

La interposición del recurso de reposición veda al interesado la posibilidad de


interponer recurso contencioso administrativo, con lo que tendrá que estar a la
resolución del recurso para su interposición: si el recurso se resuelve expresamente,
dispondrá de 2 meses para la interposición del recurso. Si transcurre el plazo de un
mes sin que la Administración resuelva el recurso, el interesado podrá interponer el
recurso contencioso administrativo a partir de que se haya producido el silencio
administrativo, sin plazo alguno.

Bajo el régimen de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa de 1956 y la Ley


de Procedimiento Administrativo de 1958, el Tribunal Supremo mantuvo la tesis, que
constituyó doctrina jurisprudencial de que la interposición extemporánea del recurso
de reposición (que recordemos no era potestativo) no podía ser esgrimida como causa
de inadmisión del recurso contencioso administrativo en el caso de que la
Administración haya resuelto el recurso pese a su extemporaneidad5.

La posibilidad de suspender la tramitación del recurso cuando esté en trámite un


recurso contencioso administrativo contra el mismo acto por otro interesado.

La LPA prevé en el art. 120 la existencia de una pluralidad de recursos administrativos


con relación a un mismo acto y que se haya interpuesto recurso contencioso
administrativo contra el mismo. Realmente para que el artículo sea de aplicación basta
con que haya un recurso administrativo interpuesto por un interesado y un recurso
contencioso administrativo interpuesto por otro contra el mismo acto. El efecto será
que “el órgano administrativo podrá acordar la suspensión del plazo para resolver

5
STS (Sala III, Sección 6ª) sentencia de 16 de noviembre de 1998. Rec. 953/1994. “La actuación de la
Administración, al desestimar el recurso de reposición extemporáneamente interpuesto en cuanto al
fondo, constituye un acto propio, que no cabe ignorar en sede jurisdiccional, según doctrina legal (…) de
manera que la Administración, al resolver el recurso de reposición en el fondo, convalidó la posible
presentación extemporánea del mismo a efectos de considerar cumplido tal requisito de procedibilidad,
pues la interposición, una vez transcurrido el plazo de un mes, del recurso de reposición no constituye un
acto del recurrente demostrativo de que hubiese consentido el acto de la Administración”

17
hasta que recaiga pronunciamiento judicial.” Como vemos es una posibilidad y nada
impide a la Administración resolver el recurso, con el efecto de acumular, en su caso,
la resolución expresa al recurso administrativo en curso, en su caso. La situación es
distinta a la que subyace a la suspensión del plazo para resolver previsto en el art. 22.1
g) de la LPA (g) Cuando para la resolución del procedimiento sea indispensable la
obtención de un previo pronunciamiento por parte de un órgano jurisdiccional, desde el
momento en que se solicita, lo que habrá de comunicarse a los interesados, hasta que
la Administración tenga constancia del mismo, lo que también deberá serles
comunicado.) En aquel caso se trata de una resolución judicial que resulta ser
indispensable para la resolución del procedimiento, como presupuesto ineludible del
mismo. Y ello sin perjuicio de la deficiente redacción con que están diseñados ambos
mecanismos (en el caso del art. 22 porque el pronunciamiento jurisdiccional es
indispensable, y sin embargo se prevé la “posibilidad” de suspensión del plazo y
porque se prevé una extraña “solicitud de pronunciamiento por parte de un órgano
jurisdiccional” que tiene visos de una “consulta” que no cabe dirigir a los órganos
jurisdiccionales.

Acordada la suspensión, mediante resolución notificada a los interesados, susceptible


de recurso, el recurrente en vía administrativa que vea suspendido su recurso por la
interposición de un recurso jurisdiccional por otro interesado quedará en una situación
un tanto peculiar porque no tendrá participación en el recurso contencioso
administrativo en el que se está resolviendo la conformidad o no a derecho de un acto
en el que tiene interés… así las cosas, lo más razonable pudiera ser (en el caso de que
quiera ser oído en sede judicial) será que desista del recurso y se deje expedita la vía
jurisdiccional, con interposición del oportuno recurso y eventual acumulación al que ya
está en trámite suscitado por otro interesado.

Por otro lado, suspendidos los recursos, aclara la Ley de forma innecesaria, la
interposición de un nuevo recurso no afecta a tales procedimientos suspendidos.

Una vez dictada resolución judicial, dice el art. 120.3 que “será comunicado a los
interesados y el órgano administrativo competente para resolver podrá dictar
resolución sin necesidad de realizar ningún trámite adicional, salvo el de audiencia,
cuando proceda.” El precepto tiene poco sentido ya que si se dicta resolución judicial
sobre el fondo de la cuestión indefectiblemente habrá de estarse al contenido de la
misma, pudiendo verificarse el trámite de audiencia y de resolución de los otros
recursos para establecer las consecuencias de la resolución judicial sobre los otros
interesados.

18
Los efectos de la interposición del recurso

La interposición del recurso por parte del interesado provoca el inmediato efecto de
impedir que el acto administrativo impugnado agote la vía administrativa, que sigue
abierta, sin posibilidad de que el interesado acuda a la vía jurisdiccional hasta que la
Administración no se pronuncie, o transcurra el plazo para que se produzca el silencio
administrativo. La interposición del recurso en principio no impide la ejecución del
acto administrativo, con lo que el interesado se le abre la posibilidad de solicitar la
suspensión de la ejecutividad del mismo.

Por parte de la Administración, la interposición del recurso la coloca en la tesitura de


pronunciarse sobre su admisión. Si inadmite el recurso debe notificarlo al interesado.
Esta resolución es susceptible de impugnación, pero el interesado debe materializarla
en el recurso que interponga contra el acto administrativo que fue objeto de
reposición.

Si admite el recurso a trámite, debería (no suele ocurrir) notificar la resolución en la


que se tiene por admitido el recurso, con indicación al interesado del plazo de que
dispone para resolverlo y de que el transcurso de dicho plazo sin que se le notifique
resolución expresa puede ser entendido como desestimación presunta con lo que se le
abre la vía jurisdiccional, todo ello conforme a lo previsto en el art. 21.4 de la LPA.

El art. 116 regula las causas por las que la Administración puede dictar resolución
inadmitiendo el recurso. Se trata de una resolución con la que la Administración no
entra en el fondo de la cuestión y simplemente repele el recurso de plano, con los
matices que seguidamente veremos. Las causas son las siguientes:

a) Ser incompetente el órgano administrativo, cuando el competente perteneciera a


otra Administración Pública.

El recurso deberá remitirse al órgano competente, de acuerdo con lo establecido en el


artículo 14.1 de la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público.

La incompetencia del órgano administrativo al que se dirige el recurso tiene distinto


efecto según el órgano competente pertenezca a la misma Administración o a otra
distinta. En el caso de que el órgano destinatario del recurso sea de la misma
Administración que el competente, lo remitirá el mismo para que decida sobre su
admisión. En el caso de que el órgano competente sea de otra Administración
inadmitirá el recurso y luego lo remitirá a la Administración competente, que se
pronunciará sobre su admisión y eventual tramitación y decisión.

En cuanto a la fecha de presentación, en el caso de que el recurso se dirija a un órgano


distinto de la Administración competente, evidentemente la fecha de presentación
19
surte todos los efectos. Si se presenta ante otra Administración, el criterio seguido por
la doctrina jurisprudencial es muy antiformalista y favorecedor del principio “pro
actionis”6.

Distinto del órgano al que se dirige el recurso es la cuestión de la presentación en otra


Administración e incluso en el Juzgado de Guardia, casos en los que el Tribunal
Supremo ha llegado a admitir la virtualidad de la presentación, si bien teniendo en
cuenta que el Juzgado había guardado silencio sobre su incompetencia7. Habrá de
estarse a las circunstancias de caso y a las reglas de la buena fe

b) Carecer de legitimación el recurrente. La falta de legitimación debe ser evidente por


la propia naturaleza y contenido del acto administrativo, sin que sea posible la
inadmisión del recurso por una supuesta falta de legitimación que dependa de una
determinada apreciación sobre el fondo del recurso.

c) Tratarse de un acto no susceptible de recurso.

Es una configuración negativa, los actos contra los que cabe el recurso de reposición:
Los actos consentidos y firmes8, aquellos contra los que proceda otro recurso
administrativo, los resolutorios de recursos y aquellos otros que expresamente están
excluidos de recurso… deben determinar la inadmisión del recurso sin entrar en el
fondo de la cuestión.

d) Haber transcurrido el plazo para la interposición del recurso.

La extemporaneidad del recurso, haberlo interpuesto más allá del plazo de un mes
establecido en el art.125 de la LPA, determina la inadmisión del recurso, sin perjuicio
de los efectos que pueda tener la admisión extemporánea del mismo y resolución del
recurso, como hemos visto.

e) Carecer el recurso manifiestamente de fundamento.

La carencia de fundamento debe ser manifiesta: por alegarse fundamentos que no


resulten de aplicación, normativa derogada, incompatibilidad con hechos notorios…

6
STS (Sala III, Sección5ª) sentencia de 21 de febrero de 1995. Rec. 2074/1991. “Ninguna norma impone
una especie de “editio actionis”. Por el contrario, el sentido antiformalista del derecho administrativo
obliga a atender fundamentalmente al contenido del acto para determinar su naturaleza, y resulta
inequívoco que tiene naturaleza de recurso un escrito que expresamente pide que sea aceptado como tal
y que, atendiendo a su petición, se «reconsidere» el acto y se autorice lo que se había denegado.
7
STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección2ª) de 6 marzo de 1998. Rec. 3832/1992.”
8
No basta para que dos actos deban entenderse como reproducción o confirmación de otros anteriores
definitivos y firmes, la semejanza de argumentaciones o criterios vertidos en la elaboración de aquellos
por el órgano administrativo (entre otras, la STS 26 de mayo de 2011, Rec. 603/09).

20
Estas causas de inadmisión no deben apreciarse si es posible la subsanación del
recurso en los términos del art. 68 de la LPA. Lógicamente, la subsanación solo es
posible donde sea viable (no en el caso de extemporaneidad, improcedencia de
recurso administrativo…)

La ejecutividad del acto administrativo durante la tramitación del recurso de


reposición y hasta tanto no se agote la vía administrativa.

Conforme al art. 117.1 la interposición del recurso de reposición no suspende la


ejecución del acto administrativo. Distado el acto, conforme al art. 39 de la LPA, se ha
de presumir válido y ejecutivo; produce efectos desde la fecha en que se dicta.

La ejecutividad del acto puede verse demorada por el propio contenido del acto
administrativo, que puede incluso tener efectos retroactivos (art. 39.3 de la LPA). La
ejecutividad del acto es un requisito previo para que la Administración despliegue sus
facultades para la ejecución forzosa del mismo (ejecutoriedad) que puede verse
impedida por las razones establecidas en el art. 98 de la LPA que expresamente prevé
como causas impeditivas de la ejecutoriedad del acto administrativo: la suspensión de
la ejecución del acto, que se trate de un procedimiento de naturaleza sancionadora
contra la que quepa algún recurso en vía administrativa, incluido el potestativo de
reposición, que una disposición establezca lo contrario o que se necesite la aprobación
o autorización del superior jerárquico.

Efectivamente, conforme al art. 90.3 de la LPA, los actos administrativos de naturaleza


sancionadora tienen un régimen de ejecutividad especial por cuanto el acto recurrido
en reposición solo será ejecutivo cuando se haya dictado resolución desestimatoria del
recurso o haya transcurrido el tiempo para entenderla desestimada por silencio
administrativo, o se haya inadmitido el recurso. Incluso en estos supuestos, y
conforme al artículo citado, se podrá suspender cautelarmente la ejecutividad del acto,
“si el interesado manifiesta a la Administración su intención de interponer recurso
contencioso-administrativo contra la resolución firme en vía administrativa”. Se trata
de una “posibilidad” de suspensión cuando el interesado manifieste su intención de
acudir a la vía contencioso administrativa. Esta suspensión cautelar finaliza cuando
haya transcurrido el plazo para interponer el recurso contencioso administrativo (plazo
que la Administración no podrá verificar de forma inmediata sin requerir al interesado
para que le acredite la interposición del recurso contencioso administrativo); o cuando
lo haya interpuesto y no haya solicitado en tal acto de interposición (en el caso del
procedimiento ordinario) o con el escrito de demanda (en el caso del procedimiento
abreviado) la suspensión del acto administrativo. Si solicitada la suspensión es resuelta
por el Tribunal ha de estarse lógicamente al contenido de la resolución judicial y a los
términos en que la misma decida sobre la ejecutividad del acto administrativo.

21
Lógicamente el interesado puede pedir la suspensión de la ejecutividad del acto
administrativo en un momento procesal posterior (“en cualquier estado del proceso”
dice el art. 129 de la LJCA), lo que determinará la suspensión de la ejecutividad y de los
actos de ejecución en el momento en que se encuentren y conforme a lo decidido
jurisdiccionalmente.

En lo que ahora nos interesa, diremos que la interposición del recurso de reposición
provoca la pervivencia de la vía administrativa y que ello no impide la ejecución del
acto de fondo que ha puesto fin al procedimiento administrativo, objeto de recurso,
salvo que el acto tenga naturaleza sancionadora en cuyo caso habrá de esperarse a
agotar la vía administrativa, y sin perjuicio del efecto que pueda tener la interposición
del recurso contencioso administrativo.

La suspensión del acto administrativo recurrido en reposición puede acordarse de


oficio o a instancia del interesado, que puede solicitarla en el mismo escrito de
recurso, o en escrito aparte.

La solicitud del interesado debe ser razonada y motivada, pero no tiene porqué serlo.
El interesado puede limitarse a solicitar la suspensión en tanto se resuelva el recurso.

El órgano administrativo competente para la resolución del recurso, el autor del acto
impugnado, es el competente para decidir sobre la suspensión de la ejecutividad del
acto administrativo. Esta competencia también se conserva, entendemos, en el
supuesto de que el recurso se interponga “per saltum” ante el órgano administrativo
autor de la disposición general que se aplica. La decisión sobre la suspensión, consista
en acordarla o no, sí debe ser motivada (“previa ponderación, suficientemente
razonada” dice el art. 117.2). Los pros y los contras para acordar la suspensión deben
considerarse en atención al “perjuicio que causaría al interés público o a terceros la
suspensión y el ocasionado al recurrente como consecuencia de la eficacia inmediata
del acto recurrido”. La Ley, el art. 117 de la LPA, exige que estemos en cualquiera de
estos dos supuestos:

a) Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación. Habrán


de ponderarse los pros y los contras de la ejecución inmediata del acto, siendo de
aplicación los consabidos criterios del indicio de buen derecho y efectos de la
ejecución inmediata a suspensión de la misma sobre los intereses públicos, del
interesado y de terceros.

b) Que la impugnación se fundamente en alguna de las causas de nulidad de pleno


derecho previstas en el artículo 47.1 de esta Ley. En este caso la Ley pretende que los
efectos de un acto presuntamente nulo no lleguen a producirse, toda vez que deberían
ser removidos, apreciada la nulidad radical del acto administrativo objeto de recurso.

22
Solicitada la suspensión, si la Administración no se pronuncia sobre la misma en el
plazo de un mes (en la regulación derogada el plazo era de treinta días), se entenderá
suspendida la ejecutividad. En estos casos, dice el art. 117.3 “no será de aplicación lo
establecido en el artículo 21.4 segundo párrafo” de la LPA, o sea que la Administración
no tiene que informar del plazo máximo para resolver sobre la suspensión ni de los
efectos del silencio. No se entiende el sentido de la excepción.

Así las cosas, si formulado recurso de reposición contra un acto administrativo en el


que se solicita la suspensión del mismo, la Administración no responde en el plazo de
un mes, el interesado puede entender desestimado el recurso (silencio negativo) pero
debe entender estimada la solicitud de suspensión por silencio positivo. La resolución
tardía del recurso puede ser estimatoria del recurso o desestimatoria, pero en este
segundo caso ha de estarse al silencio positivo sobre la suspensión.

La suspensión del acto puede suponer (art. 117.4) la adopción de medidas cautelares
necesarias para la protección del interés público o de terceros y garantizar la eficacia
del acto impugnado. Estas medidas pueden consistir en la ejecución parcial del
contenido del acto administrativo, en medidas impuestas al interesado como
condición para la suspensión del acto o acordadas con el recurrente para adoptar la
suspensión solicitada. Hasta cierto punto es el reverso de las medidas cautelares del
art. 56 de la LPA, previstas sobre una realidad en la que el acto administrativo aún no
existe.

La suspensión solicitada puede adoptarse con la exigencia de previa caución o garantía


suficiente para responder los eventuales daños que pueda causar la suspensión del
acto. Dice el art. 117 que tal caución o garantía se puede imponer “en los términos
establecidos reglamentariamente”. No parece que la mención esté exigiendo la
necesidad de que una norma reglamentaria

La suspensión se prolongará después de agotada la vía administrativa cuando,


habiéndolo solicitado previamente el interesado, exista medida cautelar y los efectos
de esta se extiendan a la vía contencioso-administrativa. La anterior redacción del art.
111.4 de la Ley 30/92 decía que la suspensión en estos casos se “podía” prolongar. La
nueva Ley amplia la garantía del interesado que goza de la posibilidad del control
jurisdiccional sobre la ejecutividad del acto impugnado en tanto se verifica su revisión.
Si el interesado interpusiera recurso contencioso-administrativo, solicitando la
suspensión del acto objeto del proceso, se mantendrá la suspensión hasta que se
produzca el correspondiente pronunciamiento judicial sobre la solicitud.

El art. 117.5 termina con una disposición innecesaria que cuando “el recurso tenga por
objeto la impugnación de un acto administrativo que afecte a una pluralidad
indeterminada de personas, la suspensión de su eficacia habrá de ser publicada en el

23
periódico oficial en que aquél se insertó.” Y es innecesaria porque no sólo habrá de
publicarse la resolución que acuerde la suspensión del acto administrativo, sino que
habrá debido de publicarse la misma interposición del recurso y los otros actos que se
dicten porque según el art. 45.1 a) de la LPA serán objeto de publicación todos los
actos que tengan por destinatarios una pluralidad indeterminada de personas.

El procedimiento administrativo de tramitación y resolución del recurso


de reposición
El inicio del procedimiento: el escrito de recurso.

El escrito de recurso del interesado supone la incoación de un procedimiento


administrativo, iniciado a instancia del interesado. Se trata, como dijimos, de un
procedimiento administrativo “de segundo grado” que tiene como fundamento y
origen un anterior procedimiento administrativo.

Desde esta premisa, al procedimiento le resultan de aplicación las normas contenidas


en la Ley 39/2015 para el procedimiento administrativo común y más concretamente
las relativas al inicio del procedimiento a solicitud del interesado, a la posibilidad de
subsanación y mejora de la “solicitud” (léase escrito de recurso, con las
particularidades del trámite en la regulación propia del recurso).

La instrucción y ordenación del recurso: alegaciones, prueba y trámite de audiencia.

El inicio del procedimiento de recurso

El recurso continúa el expediente administrativo bajo los principios contenidos en los


arts. 70 a 74 de la Ley (impulso, concentración de trámites…).

También puede ser el recurso objeto de instrucción y por tanto en el curso del mismo
pueden formularse alegaciones, puede practicarse prueba, emitirse informes, con
trámite de audiencia e información pública en su caso.

El único trámite que regula la Ley específicamente en materia de recursos es el trámite


de audiencia, en el art. 118, que ciertamente se refiere al mismo, pero también a otras
cuestiones de procedimiento. Seguidamente nos referiremos al mismo.

Presentado el escrito de recurso, la Administración debe dictar resolución


admitiéndolo a trámite, notificando la misma a cuantos aparezcan interesados en el
expediente administrativo.

24
Nada impide al interesado recurrente la formulación de alegaciones adicionales al
recurso que habrán de ser tenidas en cuenta por la Administración.

La práctica de prueba

El recurrente puede proponer la práctica de prueba conforme a lo establecido en el


art. 77 de la LPA cuya práctica no debe alterar el plazo máximo de resolución del
recurso. Nada impide tampoco la emisión de informes.

El art. 118 1 pár. 2º de la LPA establece que no se tendrán en cuenta en la resolución


del recurso hechos, documentos o alegaciones del recurrente, “cuando habiendo
podido aportarlos en el trámite de alegaciones no lo haya hecho.” Se trata de una
manifestación del principio de preclusión y de buena fe que no debe extralimitarse a
aquellos supuestos en los que los nuevos hechos, alegaciones o pruebas son llevados al
procedimiento a la vista del contenido del acto recurrido. Tampoco debe olvidarse que
la Administración está sometida en su actuación al principio de juridicidad y debe
actuar en defensa de los intereses públicos que tiene encomendados que pueden venir
encarnados en el interés del recurrente que se pretende hacer valer mediante el
recurso.

También con relación a la prueba, el mismo párrafo indica que no podrá “solicitarse la
práctica de pruebas cuando su falta de realización en el procedimiento en el que se
dictó la resolución recurrida fuera imputable al interesado.” Parece que la Ley se
refiere a la prueba que acordada en el procedimiento del que trae causa el acto
recurrido no se ha podido practicar por causa imputable al interesado, aunque el
mismo principio habrá de determinar que se repela la prueba cuando el interesado
pudo solicitar la práctica y no lo hizo, insistimos, siempre que la necesidad y
pertinencia de la prueba no venga suscitada “ex novo” por el contenido de la
resolución recurrida o aconsejada por motivos de interés público.

El trámite de audiencia.

El art. 118 nº 1 y 2 de la LPA contiene dos trámites de audiencia distintos. Dice el


párrafo primero del nº 1 del art. 118 que “Cuando hayan de tenerse en cuenta nuevos
hechos o documentos no recogidos en el expediente originario, se pondrán de
manifiesto a los interesados para que, en un plazo no inferior a diez días ni superior a
quince, formulen las alegaciones y presenten los documentos y justificantes que
estimen procedentes.”

El número 2 dice que “Si hubiera otros interesados se les dará, en todo caso, traslado
del recurso para que en el plazo antes citado, aleguen cuanto estimen procedente.”

25
Ambos traslados no son iguales, con lo que “en el plazo antes señalado” es una
expresión que ha de interpretarse en el sentido de remisión a la duración del plazo.

El trámite contenido en el nº 2 del art. 118 se está refiriendo al traslado que hay que
verificar a los otros interesados en el procedimiento administrativo del recurso
interpuesto, para que en un plazo de entre 10 a 15 días puedan posicionarse con
relación al recurso formulando alegaciones al mismo. Los interesados en este plazo
apoyaran el recurso o lo impugnarán, pudiendo en ejercicio de tales pretensiones
hacer las alegaciones que tengan por conveniente y solicitar la práctica de la prueba
que estimen oportuna, con las limitaciones que antes hemos referido. Es un trámite
este, de traslado del recurso a los interesados no recurrentes que se verifica nada más
interpuesto el recurso y antes de la instrucción del mismo. Es un trámite esencial que
si se omite puede generar indefensión a los interesados no recurrentes en el caso de
que la resolución que resuelva el recurso les ponga en peor situación que el acto
administrativo impugnado.

El otro trámite, el del nº 1 del art. 118, es un trámite de audiencia posterior a la


instrucción del recurso, que ha de verificarse con el recurrente y con el resto de
interesados, cuando tal trámite tenga sentido, porque se han vertido al procedimiento
hechos o documentos no recogidos en el expediente originario, salvo que lo hayan sido
por el propio recurrente único interesado en el recurso. Si los documentos o
elementos de convicción constan en el expediente antes de dictarse el auto
impugnado tampoco procede el trámite de audiencia (“Tampoco lo tendrán los que los
interesados hayan aportado al expediente antes de recaer la resolución impugnada”
art. 118 p. 3 in fine).

Aclara el art. 118 en su punto 3 que el mismo escrito de recurso, los informes y las
propuestas (de resolución ha de entenderse) “no tienen el carácter de documentos
nuevos a los efectos de este artículo”. No podemos estar conformes en que la
existencia de un informe nuevo, en los términos previstos en los arts. 79 y ss. de la
LPA, no haya de implicar la verificación del trámite de audiencia. Quizás la Ley no esté
pensando propiamente en un informe en el sentido propio del término, sino en el que
pueda emitir el órgano encargado de la instrucción del procedimiento a petición del
competente para la resolución del mismo (“informes y propuestas”).

El acto administrativo que resuelve el recurso.

Tramitado el procedimiento, el recurso, será resuelto por el mismo órgano que dictó el
acto administrativo impugnado, generalmente a la vista de una propuesta de
resolución.

26
El art. 119 se ocupa de la resolución del recurso, de reposición en nuestro caso. Dicho
acto “estimará en todo o en parte o desestimará las pretensiones formuladas en el
mismo o declarará su inadmisión.” Cabe por tanto que la inadmisión del recurso se
acuerde tras la tramitación del procedimiento del recurso y no solo “a limine” nada
más presentar el escrito de recurso.

En la resolución del recurso el órgano administrativo retoma la plena capacidad de


conocimiento sobre el asunto (art. 119 3. “El órgano que resuelva el recurso decidirá
cuantas cuestiones, tanto de forma como de fondo, plantee el procedimiento, hayan
sido o no alegadas por los interesados.”), sin más límite que el que venga constituido
por el objeto del procedimiento. No obstante, cuando tales cuestiones no hayan sido
alegadas por los interesados, les dará previo traslado de la cuestión para que se
pronuncien sobre la misma, ya que de lo contrario se les causaría indefensión. La
resolución del recurso, sin perjuicio de la facultad que acabamos de referir será
“congruente con las pretensiones formuladas por el recurrente”, que es quien en buena
medida conforma el objeto del recurso. Esta congruencia exige a la Administración
pronunciarse sobre todas las pretensiones del recurrente (sin que ello suponga
contestar a todos y cada uno de sus argumentos) y no abordar y decidir cuestiones no
planteadas sin dar trámite de alegaciones a los interesados sobre las mismas. Ello no
quiere decir que en el recurso el interesado pueda pretender algo distinto de lo
postulado en el expediente administrativo9.

El precepto asimismo proscribe la llamada “reformatio in peius”: la situación del


interesado no puede ser empeorada por el recurso que él mismo haya interpuesto. Sí
puede empeorar con motivo del recurso que formule un tercero interesado en el
expediente, recurso del que se le debe dar traslado con amplias opciones de defensa
frente a una impugnación de la que puede deparársele un perjuicio.

En los casos de vicios de forma, la Ley hace plasmación del principio de economía
procesal, que en el caso del recurso de reposición resulta casi inevitable porque el
órgano administrativo que está resolviendo el recurso es el que resolvió sobre el fondo
del asunto: solo tiene sentido retrotraer las actuaciones cuando no sea posible la
resolución sobre el fondo del asunto sin enmendar el vicio formal en el que se ha
incurrido, y siempre con conservación de los actos y trámites afectados por la causa de
nulidad (art. 51 de la LPA) y con posibilidad de convalidación de los actos anulables
conforme al art. 52 de la LPA. Es deficiente la redacción legal, en sede de recurso (art.
119) cuando refiere tales posibilidades solo con referencia a la convalidación.
9
STS (Sala III, Sección3ª) sentencia de 27 de junio de 2001. Rec. 2698/1994. “La tesis del recurrente no
puede ser aceptada por la Sala porque pretende el recurrente que el trámite del recurso de reposición
sea considerado también como expediente administrativo en el que puedan introducirse cuantas
modificaciones estime oportuna el interesado, lo cual es un error, en cuanto que el órgano que resuelve
la reposición revisa la resolución inicial con arreglo a los elementos de hecho y de derecho obrantes en el
expediente, y no es el recurso de reposición momento hábil para intentar modificaciones de hecho”

27
La terminación anormal del procedimiento de recurso.

Cabe, por último, la terminación anormal del procedimiento, sin que se dicte por la
Administración una resolución sobre la cuestión planteada en el recurso. En primer
lugar el recurso puede caducar, si se dan las circunstancias establecidas en el art. 95 de
la LPA, con la consecuencia de dejar firme el acto administrativo impugnado10. Puede
también el recurrente desistirse del recurso, consintiendo el acto administrativo
impugnado, y renunciar al derecho que pretendía hacer valer con el mismo. En esta vía
de recurso, ambas figuras, la renuncia y el desistimiento están caracterizados por dejar
incólume al acto administrativo recurrido. No parece que el desistimiento del recurso
en marcha permita al interesado interponer el recurso contencioso administrativo si se
encuentra en plazo para formularlo, ya que ello vaciaría de contenido la imposibilidad
de acudir a la vía jurisdiccional una vez interpuesto el recurso administrativo. También
es pensable la finalización del procedimiento por falta sobrevenida de objeto (art. 84
LPA)11. En cualquiera de los anteriores supuestos, la Administración debe resolver
apreciando cualquiera de estas vicisitudes (art. 21 LPA).

10
STSJ de la C. Valenciana, (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección3ª) Sentencia nº 513/2013 de
13 de mayo de 2013. Rec 3774/2008 ó TSJ de Andalucía, Sevilla (Sala de lo Contencioso-Administrativo,
Sección4ª) Sentencia nº 1175/2013 de 6 de septiembre. Rec. 25/2012.
11
STS (Sala III, Sección2ª), sentencia de 16 mayo de 1990. Ponente Excmo. Sr. Llorente Calama.

28
FORMULARIO DE RECURSO DE REPOSICIÓN CON SOLICITUD DE
SUSPENSIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO RECURRIDO, PROPOSICIÓN DE
PRUEBA Y SOLICITUD DE TRÁMITE DE AUDIENCIA

Expte: RESEÑAR EL EXPEDIENTE CON EL MAYOR


DETALLE, INCLUYENDO CUALQUIER REFERENCIA DE
CONTENGA EL ACTO ADMINISTRATIVO
IMPUGNADO O SE DESPRENDA DEL EXPEDIENTE

AL… (ÓRGANO ADMINISTRATIVO AUTOR DEL ACTO ADMINISTRATIVO RECURRIDO)

…, interesado/a en el expediente arriba reseñado, cuyas señas personales constan en el


mismo (O QUE SESIGNA A EFECTOS DE NOTIFICACIONES EL DOMICILIO…), DICE:

Que con fecha… se me ha notificado/se ha publicado Resolución de fecha… por la que


se…

Entendiendo que dicha resolución es contraria de derecho, con fundamento en los arts.
123 y 124 de la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas (en adelante LPA), mediante el presente escrito interpongo
en tiempo y forma contra la misma RECURSO DE REPOSICIÓN con fundamento en los
siguientes

MOTIVOS

Primero.- (…)

Segundo.- (…)

Tercero.- (…)

DESARROLLAR LOS MOTIVOS DEL RECURSO SEPARADAMENTE, DESTACANDO INCLUSO LA CAUSA


CONCRETA DE IMPUGNACIÓN DEL ACTO RECURRIDO CON UN EPÍGRAFE, LO QUE INCREMENTARÁ LA
GARANTÍA DE QUE LA ADMINISTRACIÓN DEBA PRONUNCIARSE SOBRE TODAS LAS CUESTIONES
PLANTEADAS.

HA DE TENERSE EN CUENTA QUE EL RECURSO DE REPOSICIÓN ES CIERTAMENTE UNA RECONSIDERACIÓN


DEL ASUNTO POR LA ADMINISTRACIÓN, PERO CON FUNDAMENTO EN QUE LA RESOLUCIÓN
ADMINISTRATIVA QUE SE RECURRE ES CONTRARIA A DERECHO. HAN DE TRATARSE POR TANTO EN EL
RECURSO LAS DE CAUSAS DE IMPUGNACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO MAS QUE VOLVER A
PLANTEAR LAS CUESTIONES QUE SE ABORDARON EN EL EXPEDIENTE.

29
LAS CAUSAS FORMALES DEBEN ABORDARSE EN PRIMER LUGAR, LUEGO LAS DE FONDO. SI SE IMPUTA
DESVIACIÓN DE PODER EN LA ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA ES COSTUMBRE ABORDAR ESTA CUESTIÓN
COMO ÚLTIMO MOTIVO PORQUE POSIBLEMENTE INTEGRE LOS VICIOS Y DEFECTOS QUE SE HAN
DENUNCIADO EN LOS MOTIVOS ANTERIORES.

Por cuanto antecede

SOLICITA que se tenga por presentado este escrito y por formulado en tiempo y forma
recurso de reposición contra la Resolución de … por la que … y tras la tramitación
oportuna se deje sin efecto (SE PUEDE PEDIR QUE SE REVOQUE SOLO ALGÚN
PARTICULAR, Y UNA PETICIÓN DECLARATIVA O DE CONDENA…)

PRIMER OTRO SÍ DIGO que conforme se desprende del art. 118.1 y 77 y ss de la LPA se
solicita la práctica de la siguiente PRUEBA:

A) Adjunto al presente escrito se acompañan los siguientes documentos:

Documento nº 1… La pertinencia del documento viene suscitada por la


afirmación contenida en el acto impugnado de que … /o dicho documento no ha
estado a disposición de esta parte hasta …

Documento nº 2…

B) Se interesa la práctica de la testifical de don… que no pudo practicarse en el


curso del procedimiento administrativo por causa no imputable al interesado.
C) …
Por cuanto antecede
SOLICITO que se acuerde la práctica de la prueba que se interesa.

SEGUNDO OTROSÍ DIGO que con fundamento en el art. 117 de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, se
solicita la SUSPENSIÓN DE LA EJECUTIVIDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO
IMPUGNADO con fundamento en los siguientes MOTIVOS:

Primero.- SUPUESTOS EN QUE LA EJECUCIÓN PUE CAUSAR PERJUICIOS DE IMPOSIBLE O DIFÍCIL


REPARACIÓN.

Han de referirse de manera diferenciada:

a) Los perjuicios que causaría al recurrente la eficacia inmediata del acto


administrativo si luego quedara sin efecto el acto administrativo impugnado
(casos de demolición de obras, sanciones con incidencia personal, obligaciones
pecuniarias que puedan suponer importante quebranto al interesado…)

30
b) La ausencia de perjuicios para el interés público o terceros en el caso de que se
suspenda y demore la ejecutividad del acto.
c) No siendo requisito indicado en la Ley conviene hacer una referencia a la
apariencia de buen derecho del recurso.

SUPUESTO EN QUE LA IMPUGNACIÓN SE FUNDAMENTE EN ALGUNA DE LAS CAUSAS DE NULIDAD DE


PLENO DERECHO PREVISTAS EN EL ARTÍCULO 47.1 DE ESTA LEY.

Han de referirse de manera diferenciada las mismas cuestiones antes


relacionadas y además hacer incidencia en que la presunta nulidad del acto
aboca a la remoción de las consecuencias del mismo.

Segundo.- Como quiera que la suspensión del acto no causará perjuicio alguno al
interés público no se hace necesaria caución o garantía alguna para enjugar el
eventual perjuicio que pueda causarse al interés público. No obstante se está en
disposición de prestar la caución o constituir la garantía que se establezca.

Tercero.- Subsidiariamente y para el caso de que no se acuerde la suspensión de la


integridad del acto impugnado, procede cuando menos la suspensión de… (indicar en
su caso el contenido del acto administrativo cuya suspensión se considera debe
acordarse)

Por cuanto antecede

SOLICITA que se acuerde la suspensión del acto administrativo en los términos


solicitados.

Fecha, lugar y firma

31
JURISPRUDENCIA

Naturaleza y función del recurso.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección3ª) de 27 de junio de 2001.


Recurso de Casación nº 2698/1994.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 21 de febrero de 1995.


Recurso nº 2074/1991.

Requisitos del recurso.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección6ª) de 13 de noviembre de 2009.


Recurso de Casación nº 3366/2006.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección6ª) de 16 de noviembre de 1998.


Recurso de Casación nº 953/1994.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección7ª) de 21 de enero de 1992.


Recurso nº 3805/1990.

Causas de inadmisión.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección7ª) de 7 de noviembre de 2011.


Recurso contencioso-administrativo nº 241/2010.

Extemporaneidad.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección4ª) nº 653/2017 de 7 de abril de.


Recurso de Casación nº 1609/2015.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) nº 532/2017 de 28 de marzo


de 2017. Recurso de Casación nº 3001/2015.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección6ª) de 29 de junio de 2015.


Recurso de Casación nº 1551/2013.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección3ª) de 19 de noviembre de 2014.

32
Recurso de Casación nº 4626/2011.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección4ª) de 19 de marzo de 2013.


Recurso de Casación nº 4607/2011.

No procede contra actos administrativos que resuelven otros recursos.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección4ª) de 28 de septiembre de 2010.


Recurso de Casación nº 6156/2008.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 12 de noviembre de 2010.


Recurso de Casación nº 4594/2006.

No procede contra disposiciones de carácter general.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección4ª) de 22 de octubre de 2015.


Recurso de Casación nº 173/2014.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 21 de abril de 2015.


Recurso de Casación nº 94/2013.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 31 de octubre de 2014.


Recurso de Casación nº 1662/2012.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 14 de enero de 2010.


Recurso de Casación nº 6578/2005.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección7ª) de 2 de junio de 1999.


Recurso de Casación nº 4727/1993.

Procede contra acto incardinado en disposición general.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 31 de octubre de 2014.


Recurso de Casación nº 1662/2012.

Procede contra actos no excluidos del recurso que agotan la vía administrativa.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección7ª) nº 912/2016 de 26 de abril de.


Recurso de Casación nº 180/2015.

33
Recurso de reposición “per saltum”.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección2ª) de 16 de enero de 1990.


Ponente: Excmo. Sr. Ángel Alfonso Llorente Calama.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo) de 15 de junio de 1983.


Ponente: Excmo. Sr. Ricardo Santolaya Sánchez.

Traslado del recurso a los interesados.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección6ª) de 27 de octubre de 2009.


Recurso de Casación nº 5308/2006.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección5ª) de 20 de marzo de 2000.


Recurso de Casación nº 7778/1994.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección4ª) de 26 de julio de 1996.


Recurso de Casación nº 1496/1993.

Límites objetivos del recurso.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección7ª) de 19 de mayo de 1994.


Recurso nº 10370/1991.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección2ª) de 14 de marzo de 1991.


Ponente: Excmo. Sr. Ángel Alfonso Llorente Calama.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección7ª) de 24 de enero de 1991.


Ponente: Excmo. Sr. Enrique Cancer Lalanne.

Proscripción de la “reformatio in peius”.

STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección2ª) de 31 de octubre de 1996.


Recurso de Apelación nº 6425/1992.

34
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

MAGALDI, N. “Recursos administrativos” (cap. VIII), La Nueva Ley del Procedimiento


Administrativo Común. GOSÁLBEZ PEQUEÑO, H. (Coord). Wolters Kluwer, 2016. Las
Rozas, Madrid.

ESCUIN PALOP, V. y BELANDO GARÍN, B., Los recursos administrativos. Thomson


Reuters, 2011. Cicur Menor, Navarra.

MARCO SANJUAN, J.A., Cuestiones básicas sobre el recurso de reposición y las


reclamaciones económico-administrativas, Lex Nova, 2008. Valladolid.

CHECA GONZÁLEZ, C., Revisión en vía administrativa: recurso de reposición y


reclamaciones económico-administrativas. Thomson Aranzadi, 2005. Cicur Menor,
Navarra.

GARCÍA DE ENTERRÍA, E. y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, T.R., Curso de Derecho


Administrativo. Thomson-Civitas, 2004. Madrid.

SARMIENTO ACOSTA, M.L., Los recursos administrativos en el marco de la justicia


administrativa, Civitas, 1996. Madrid.

GONZÁLEZ PÉREZ, J. Los recursos administrativos y económico-administrativos. Tercera


edición. Civitas 1975. Madrid.

35

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