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ÍNDICE
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No procede contra disposiciones de carácter general. ..................................................................... 33
Procede contra acto incardinado en disposición general. ................................................................. 33
Procede contra actos no excluidos del recurso que agotan la vía administrativa. ............................ 33
Recurso de reposición “per saltum”. ................................................................................................. 34
Traslado del recurso a los interesados. ............................................................................................. 34
Límites objetivos del recurso. ............................................................................................................ 34
Proscripción de la “reformatio in peius”. .......................................................................................... 34
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Los orígenes y fundamentos del recurso de reposición.
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los interesados verificaban formalmente, y que por tanto no daba lugar a una
verdadera reconsideración del acto administrativo. En cualquier caso, este recurso de
reposición-requisito de procedibilidad era subsanable1.
Sin duda esa impronta de requisito previo a la vía jurisdiccional hizo que la Ley 30/1992
de Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo Común no previera en su
articulado un recurso de reposición y lo sustituyera por un anuncio a la Administración
de la interposición del recurso contencioso administrativo. La desaparición del recurso
de reposición contra actos administrativos vino acompañada de la imposibilidad de
recurrir en vía administrativa las disposiciones de carácter general.
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La STS (Sala III, Sección5ª) de 17 de octubre 1991 recuerda que la finalidad del recurso era “facilitar a la
Administración la posibilidad de rectificar su decisión, evitando, de esta forma, un pronunciamiento
adverso y posibilitando su actuación conforme a la Ley, lo cual permite su subsanación en un momento
posterior, como expresamente autoriza el artículo 129 de la Ley Jurisdiccional y señala la doctrina
sentada por la sentencia de la Sala Especial de Revisión de fecha 19-5-1988 que admite que la
subsanación de la inicial falta del preceptivo recurso de reposición, pueda tener lugar, si el Tribunal, de
oficio o a instancia del demandado, otorga a los interesados nuevo plazo para suplir la omisión, y éstos
atienden a tal posibilidad en el período conferido”
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Capítulo Segundo del Título V de la LPA, dedicado a la revisión en general de los actos
administrativos.
Desde esta conformación del recurso y a la vista de los antecedentes históricos del
mismo, el recurso de reposición se ha explicado con fundamento en las siguientes
premisas:
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aproveche la interposición del recurso para evitar la actividad jurisdiccional, ya
sea revisando su actuación o explicitando y convenciendo al interesado de la
conformidad a Derecho del acto administrativo objeto de recurso.
Conforme al art. 112.3 de la LPA solo contra los actos administrativos cabría interponer
recurso de reposición. Contra las disposiciones de carácter general no es posible la
interposición de recurso administrativo alguno. Lógicamente tal limitación hace
referencia a la naturaleza “aparente” de la disposición; es decir, que si un órgano
administrativo carente de potestad reglamentaria dicta un acto administrativo que
realmente tiene naturaleza de disposición general, el acto administrativo es
susceptible de recurso precisamente por ser materialmente un reglamento y haberse
dictado por quien carece de competencia para ello. Procede asimismo el recurso
contra aparentes instrucciones, circulares u órdenes de servicios en tanto que, en todo
o en parte, no sean tales y sí un verdadero acto administrativo, una decisión de un
órgano que excede de una mera manifestación del principio de jerarquía y de las
facultades de autoorganización.
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administrativos propiamente dichos, sea cual sea su forma, que incluso pueden estar
integrados o contenidos en algún tipo de disposición de naturaleza reglamentaria2.
El recuro procede contra los actos administrativos que deciden el fondo del asunto, y
en el caso del recurso de reposición, que ponen fin a la vía administrativa (art. 112.1).
Contra los actos de trámite, procede interponer recurso de reposición cuando decidan
directa o indirectamente el fondo del asunto, determinen la imposibilidad de continuar
el procedimiento, o produzcan indefensión o perjuicio irreparable a derechos e
intereses legítimos (art. 112.1 LPA). La procedencia del recurso de reposición, y no del
de alzada, contra los actos de trámite vendrá dada por la recurribilidad en reposición
del acto administrativo que pusiera fin al procedimiento en cuestión.
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Así lo ha entendido la STS (Sala III, Sección5ª) de 31 de octubre de 2014 con relación a decisiones de la
Administración contenidas en un plan urbanístico: “Este argumento de la Administración demandada
sobre el carácter de disposición general del contenido de un plan urbanístico no puede ser compartido ,
puesto que la Jurisprudencia ha declarado en más de una ocasión ( SSTS de 4-7-00 , 21-6-00 , 23-7-99,
27-5-99 y 22-11-94 ) que existen determinaciones dentro de los planes urbanísticos que carecen de los
elementos necesarios que permitan calificarlas como verdaderas normas o disposiciones administrativas
de carácter general , y que no son sino actos administrativos singulares al ser concretos y determinados
sus destinatarios y su vigencia no indefinida sino referida a un concreto período de ejecución”
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administrativo.” En el caso del recurso de reposición tales procedimientos sustitutivos
han de conservar el carácter potestativo para el interesado.
La previsión normativa da lugar a múltiples cuestiones que exceden del ámbito del
presente estudio específico sobre el recurso de reposición y que simplemente
enumeraremos.
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alterativos no podrán suponer el “desconocimiento de las facultades
resolutorias reconocidas a los órganos representativos electos establecidos por
la Ley.” En este sentido la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de Medidas para la
Modernización del Gobierno Local, que adicionó el título X a la Ley 7/1985, de
2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, (Régimen de organización
de los municipios de gran población) introdujo esta previsión en el art. 137 de
la Ley de Bases de Régimen Local.
El recurso regulado en los arts. 123 y 124 de la Ley del Procedimiento Administrativo:
recurso potestativo contra actos que agotan la vía administrativa
La LPA regula en su art. 114 los actos que agotan la vía administrativa, regulación que
sigue la contenida en la disposición adicional decimoquinta de la derogada Ley 6/1997,
de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del
Estado.
Ponen fin a la vía administrativa a) Las resoluciones de los recursos de alzada, contra
las que no cabe recurso de reposición. b) Las resoluciones de los procedimientos a que
se refiere el artículo 112.2, que son los que pueden sustituir a los recursos de alzada y
reposición, contra los que tampoco cabe recurso de reposición. c) Las resoluciones de
los órganos administrativos que carezcan de superior jerárquico, salvo que una Ley
establezca lo contrario. d) Los acuerdos, pactos, convenios o contratos que tengan la
consideración de finalizadores del procedimiento. e) La resolución administrativa de los
procedimientos de responsabilidad patrimonial, cualquiera que fuese el tipo de
relación, pública o privada, de que derive. f) La resolución de los procedimientos
complementarios en materia sancionadora a los que se refiere el artículo 90.4. Y g) Las
demás resoluciones de órganos administrativos cuando una disposición legal o
reglamentaria así lo establezca.
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El art. 7.7 del Real Decreto 2669/1998, de 11 de diciembre, por el que se aprueba el procedimiento a
seguir en materia de rehabilitación de los funcionarios públicos en el ámbito de la Administración
General del Estado establece que “La resolución adoptada pone fin a la vía administrativa y contra ella
se podrá interponer el correspondiente recurso contencioso-administrativo.”. Ante tal redacción, no poco
frecuente en muchos procedimientos administrativos, el TS sostiene que procede la formulación
potestativa del recurso de reposición.
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La Ley especifica los actos de la Administración General del Estado que ponen fin a la
vía administrativa: a) Los actos administrativos de los miembros y órganos del
Gobierno. b) Los emanados de los Ministros y los Secretarios de Estado en el ejercicio
de las competencias que tienen atribuidas los órganos de los que son titulares. c) Los
emanados de los órganos directivos con nivel de Director general o superior, en
relación con las competencias que tengan atribuidas en materia de personal. d) En los
Organismos públicos y entidades derecho público vinculados o dependientes de la
Administración General del Estado, los emanados de los máximos órganos de dirección
unipersonales o colegiados, de acuerdo con lo que establezcan sus estatutos, salvo que
por ley se establezca otra cosa.
En este procedimiento ha surgido la cuestión del ámbito al que se refiere la Ley, sobre
todo en los casos de procedimientos sancionadores cuando es objeto de recurso una
multa. La doctrina jurisprudencial ha mantenido que el recurso contra la multa-sanción
no exige la necesaria formulación del recurso de reposición porque no puede
considerarse que una resolución sancionadora tenga la naturaleza de acto de gestión
de un ingreso público.
El art. 115 de la LPA establece, con irregular redacción, que “la interposición del
recurso” deberá expresar y siguen una serie de requisitos, no todos de idéntica
entidad. Quizás hubiera sido más apropiado decir que “el escrito de recurso” deberá
expresar… En cualquier caso, la Ley está suponiendo la forma escrita del recurso.
En el caso del recurso de reposición el recurso será reueltoo por el mismo órgano
administrativo que ha dictado el acto impugnado, con lo que se le supone conocedor
del procedimiento y por tanto han de ser mayores las posibilidades de subsanación,
del “favor actionis”, y de consideración como no esenciales de los elementos del
escrito de recurso.
El nombre y apellidos del recurrente, así como la identificación personal del mismo.
Debe bastar en este sentido con que quede clara la identidad del recurrente con
relación al contenido del procedimiento. Si el recurrente ha intervenido en el
procedimiento tal identidad puede verificarse con referencia al contenido del
expediente. En el caso de que el recurrente no haya tenido intervención en el
procedimiento, no solo será necesaria su completa identificación, sino que será
conveniente que explicite el derecho o interés legítimo del que dimana su
condición de interesado en el mismo.
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El acto que se recurre y la razón de su impugnación.
Lugar, fecha, firma del recurrente, identificación del medio y, en su caso, del lugar que
se señale a efectos de notificaciones.
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decida el recurso, sin perjuicio de que pueda, y deba, extremar la diligencia en el
caso de que resulte fallida la misma, intentándola en otro domicilio que pueda
constarle. Si el recurrente ha sido parte en el expediente administrativo y no indica
domicilio alguno a efectos de notificaciones, la Administración debe estar al que
durante la tramitación del mismo haya servido para notificar las resoluciones que
se hayan dictado, y más concretamente la de notificación del acto administrativo
objeto de recurso.
El punto 2 del art. 115 establece que el “error o la ausencia de la calificación del
recurso por parte del recurrente no será obstáculo para su tramitación, siempre que se
deduzca su verdadero carácter”. Como hemos visto, no solo el error del interesado o la
falta de calificación del recurso no deben ser impeditivos de la tramitación del recurso,
sino que otras omisiones o defectos tampoco deben impedir la tramitación, aunque
esta pase inicialmente por la subsanación del recurso con base en el art. 68.1 de la
LPA, plenamente aplicable al escrito de recurso. Entendemos que lo que la Ley quiere
decir en el art. 115.2 es que el error del interesado en la denominación del recurso
(que lo llame de alzada, queja, o reclamación) o el silencio sobre lo que sea, no ha de
impedir la tramitación, sin necesidad de subsanación, si se deduce del escrito “su
verdadero carácter”. Ese “verdadero carácter” ha de materializarse en la identificación
del acto administrativo y en la voluntad del interesado de que se revise el contenido
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del mismo, en todo o en parte, dejándolo simplemente sin efecto o cambiándolo por lo
solicitado por el recurrente4.
El art. 115.3 de la LPA dice que “Los vicios y defectos que hagan anulable un acto no
podrán ser alegados por quienes los hubieren causado.” Sin duda es una previsión muy
problemática (¿quién causa un vicio o defecto del procedimiento?) que se ubica mal en
el mismo precepto que contiene los requisitos formales y materiales del escrito de
recurso. Se supone que la Ley se está refiriendo a vicios y defectos que hacen
anulables el acto administrativo impugnado, que han debido ser causados por actos u
omisiones anteriores del interesado. No supone la previsión legal una limitación
formal: los interesados pueden alegar los vicios y defectos del procedimiento que
tengan por conveniente y mantener que los mismos son responsabilidad de la
Administración. Además de esto, han de considerarse la naturaleza del vicio y quién
resulte perjudicado por el defecto o vicio del acto. La Administración tiene el deber de
actuar con sujeción al derecho y no puede dejar pasar un vicio o defecto que no sea
aceptable por el Ordenamiento jurídico. Tampoco puede dejar de corregir los vicios o
defectos que denunciados por quien los causó perjudican a terceros o al interés
público.
El art. 112.3 de la LPA, al igual que el art. 107 de la Ley 30/1992 establece una norma
determinante de la competencia para conocer del recurso. Dice que “Los recursos
contra un acto administrativo que se funden únicamente en la nulidad de alguna
disposición administrativa de carácter general podrán interponerse directamente ante
el órgano que dictó dicha disposición.”
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con el único argumento de la nulidad del reglamento que se aplica, el órgano autor del
acto parece que debe remitir el recurso al autor del reglamento para que lo resuelva,
porque si el interesado lo puede interponer directamente, puede deducirse que la
interposición puede ser indirecta ante el órgano que dicta el acto administrativo, que
nada podrá hacer por estimar el recurso porque ello no depende de la legalidad del
acto sino del reglamento que se aplica.
Qué duda cabe que tal recurso “per saltum” exigirá por parte del recurrente una clara
manifestación de que su motivo de impugnación es la nulidad de la disposición general
que se aplica con el acto impugnado. El órgano administrativo autor de la disposición
general no tiene porqué ser el superior jerárquico del órgano administrativo que dictó
el acto, ni siquiera pertenecer a la misma Administración. Sin duda la estimación del
recurso de reposición por parte del órgano administrativo autor del reglamento que se
aplica, debe determinar el inicio del procedimiento de revisión de oficio de la
disposición general conforme a lo previsto en los arts. 106.2 y 47.2 de la LPA. En cierta
medida el recurso administrativo “per saltum” no es otra cosa que una solicitud de
revisión de oficio de una disposición de carácter general.
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En el caso de que la posibilidad de recurso se abra por haber trascurrido el plazo
máximo de la Administración para resolver, el recurso puede interponerse sin plazo
alguno; la Ley dice “en cualquier momento” porque efectivamente no hay plazo para la
interposición del recurso en el caso de silencio administrativo, como de forma
generalizada había venido estableciendo la doctrina jurisprudencial y ahora establece
la Ley.
Transcurrido ese plazo de un mes, en el caso del acto expreso, al interesado que desee
impugnar el acto administrativo no queda más remedio que interponer recurso
contencioso administrativo si todavía se encuentra en el plazo de 2 meses del art. 46
de la LJCA tras la notificación del acto objeto de recurso.
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STS (Sala III, Sección 6ª) sentencia de 16 de noviembre de 1998. Rec. 953/1994. “La actuación de la
Administración, al desestimar el recurso de reposición extemporáneamente interpuesto en cuanto al
fondo, constituye un acto propio, que no cabe ignorar en sede jurisdiccional, según doctrina legal (…) de
manera que la Administración, al resolver el recurso de reposición en el fondo, convalidó la posible
presentación extemporánea del mismo a efectos de considerar cumplido tal requisito de procedibilidad,
pues la interposición, una vez transcurrido el plazo de un mes, del recurso de reposición no constituye un
acto del recurrente demostrativo de que hubiese consentido el acto de la Administración”
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hasta que recaiga pronunciamiento judicial.” Como vemos es una posibilidad y nada
impide a la Administración resolver el recurso, con el efecto de acumular, en su caso,
la resolución expresa al recurso administrativo en curso, en su caso. La situación es
distinta a la que subyace a la suspensión del plazo para resolver previsto en el art. 22.1
g) de la LPA (g) Cuando para la resolución del procedimiento sea indispensable la
obtención de un previo pronunciamiento por parte de un órgano jurisdiccional, desde el
momento en que se solicita, lo que habrá de comunicarse a los interesados, hasta que
la Administración tenga constancia del mismo, lo que también deberá serles
comunicado.) En aquel caso se trata de una resolución judicial que resulta ser
indispensable para la resolución del procedimiento, como presupuesto ineludible del
mismo. Y ello sin perjuicio de la deficiente redacción con que están diseñados ambos
mecanismos (en el caso del art. 22 porque el pronunciamiento jurisdiccional es
indispensable, y sin embargo se prevé la “posibilidad” de suspensión del plazo y
porque se prevé una extraña “solicitud de pronunciamiento por parte de un órgano
jurisdiccional” que tiene visos de una “consulta” que no cabe dirigir a los órganos
jurisdiccionales.
Por otro lado, suspendidos los recursos, aclara la Ley de forma innecesaria, la
interposición de un nuevo recurso no afecta a tales procedimientos suspendidos.
Una vez dictada resolución judicial, dice el art. 120.3 que “será comunicado a los
interesados y el órgano administrativo competente para resolver podrá dictar
resolución sin necesidad de realizar ningún trámite adicional, salvo el de audiencia,
cuando proceda.” El precepto tiene poco sentido ya que si se dicta resolución judicial
sobre el fondo de la cuestión indefectiblemente habrá de estarse al contenido de la
misma, pudiendo verificarse el trámite de audiencia y de resolución de los otros
recursos para establecer las consecuencias de la resolución judicial sobre los otros
interesados.
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Los efectos de la interposición del recurso
La interposición del recurso por parte del interesado provoca el inmediato efecto de
impedir que el acto administrativo impugnado agote la vía administrativa, que sigue
abierta, sin posibilidad de que el interesado acuda a la vía jurisdiccional hasta que la
Administración no se pronuncie, o transcurra el plazo para que se produzca el silencio
administrativo. La interposición del recurso en principio no impide la ejecución del
acto administrativo, con lo que el interesado se le abre la posibilidad de solicitar la
suspensión de la ejecutividad del mismo.
El art. 116 regula las causas por las que la Administración puede dictar resolución
inadmitiendo el recurso. Se trata de una resolución con la que la Administración no
entra en el fondo de la cuestión y simplemente repele el recurso de plano, con los
matices que seguidamente veremos. Las causas son las siguientes:
Es una configuración negativa, los actos contra los que cabe el recurso de reposición:
Los actos consentidos y firmes8, aquellos contra los que proceda otro recurso
administrativo, los resolutorios de recursos y aquellos otros que expresamente están
excluidos de recurso… deben determinar la inadmisión del recurso sin entrar en el
fondo de la cuestión.
La extemporaneidad del recurso, haberlo interpuesto más allá del plazo de un mes
establecido en el art.125 de la LPA, determina la inadmisión del recurso, sin perjuicio
de los efectos que pueda tener la admisión extemporánea del mismo y resolución del
recurso, como hemos visto.
6
STS (Sala III, Sección5ª) sentencia de 21 de febrero de 1995. Rec. 2074/1991. “Ninguna norma impone
una especie de “editio actionis”. Por el contrario, el sentido antiformalista del derecho administrativo
obliga a atender fundamentalmente al contenido del acto para determinar su naturaleza, y resulta
inequívoco que tiene naturaleza de recurso un escrito que expresamente pide que sea aceptado como tal
y que, atendiendo a su petición, se «reconsidere» el acto y se autorice lo que se había denegado.
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STS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección2ª) de 6 marzo de 1998. Rec. 3832/1992.”
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No basta para que dos actos deban entenderse como reproducción o confirmación de otros anteriores
definitivos y firmes, la semejanza de argumentaciones o criterios vertidos en la elaboración de aquellos
por el órgano administrativo (entre otras, la STS 26 de mayo de 2011, Rec. 603/09).
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Estas causas de inadmisión no deben apreciarse si es posible la subsanación del
recurso en los términos del art. 68 de la LPA. Lógicamente, la subsanación solo es
posible donde sea viable (no en el caso de extemporaneidad, improcedencia de
recurso administrativo…)
La ejecutividad del acto puede verse demorada por el propio contenido del acto
administrativo, que puede incluso tener efectos retroactivos (art. 39.3 de la LPA). La
ejecutividad del acto es un requisito previo para que la Administración despliegue sus
facultades para la ejecución forzosa del mismo (ejecutoriedad) que puede verse
impedida por las razones establecidas en el art. 98 de la LPA que expresamente prevé
como causas impeditivas de la ejecutoriedad del acto administrativo: la suspensión de
la ejecución del acto, que se trate de un procedimiento de naturaleza sancionadora
contra la que quepa algún recurso en vía administrativa, incluido el potestativo de
reposición, que una disposición establezca lo contrario o que se necesite la aprobación
o autorización del superior jerárquico.
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Lógicamente el interesado puede pedir la suspensión de la ejecutividad del acto
administrativo en un momento procesal posterior (“en cualquier estado del proceso”
dice el art. 129 de la LJCA), lo que determinará la suspensión de la ejecutividad y de los
actos de ejecución en el momento en que se encuentren y conforme a lo decidido
jurisdiccionalmente.
En lo que ahora nos interesa, diremos que la interposición del recurso de reposición
provoca la pervivencia de la vía administrativa y que ello no impide la ejecución del
acto de fondo que ha puesto fin al procedimiento administrativo, objeto de recurso,
salvo que el acto tenga naturaleza sancionadora en cuyo caso habrá de esperarse a
agotar la vía administrativa, y sin perjuicio del efecto que pueda tener la interposición
del recurso contencioso administrativo.
La solicitud del interesado debe ser razonada y motivada, pero no tiene porqué serlo.
El interesado puede limitarse a solicitar la suspensión en tanto se resuelva el recurso.
El órgano administrativo competente para la resolución del recurso, el autor del acto
impugnado, es el competente para decidir sobre la suspensión de la ejecutividad del
acto administrativo. Esta competencia también se conserva, entendemos, en el
supuesto de que el recurso se interponga “per saltum” ante el órgano administrativo
autor de la disposición general que se aplica. La decisión sobre la suspensión, consista
en acordarla o no, sí debe ser motivada (“previa ponderación, suficientemente
razonada” dice el art. 117.2). Los pros y los contras para acordar la suspensión deben
considerarse en atención al “perjuicio que causaría al interés público o a terceros la
suspensión y el ocasionado al recurrente como consecuencia de la eficacia inmediata
del acto recurrido”. La Ley, el art. 117 de la LPA, exige que estemos en cualquiera de
estos dos supuestos:
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Solicitada la suspensión, si la Administración no se pronuncia sobre la misma en el
plazo de un mes (en la regulación derogada el plazo era de treinta días), se entenderá
suspendida la ejecutividad. En estos casos, dice el art. 117.3 “no será de aplicación lo
establecido en el artículo 21.4 segundo párrafo” de la LPA, o sea que la Administración
no tiene que informar del plazo máximo para resolver sobre la suspensión ni de los
efectos del silencio. No se entiende el sentido de la excepción.
La suspensión del acto puede suponer (art. 117.4) la adopción de medidas cautelares
necesarias para la protección del interés público o de terceros y garantizar la eficacia
del acto impugnado. Estas medidas pueden consistir en la ejecución parcial del
contenido del acto administrativo, en medidas impuestas al interesado como
condición para la suspensión del acto o acordadas con el recurrente para adoptar la
suspensión solicitada. Hasta cierto punto es el reverso de las medidas cautelares del
art. 56 de la LPA, previstas sobre una realidad en la que el acto administrativo aún no
existe.
El art. 117.5 termina con una disposición innecesaria que cuando “el recurso tenga por
objeto la impugnación de un acto administrativo que afecte a una pluralidad
indeterminada de personas, la suspensión de su eficacia habrá de ser publicada en el
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periódico oficial en que aquél se insertó.” Y es innecesaria porque no sólo habrá de
publicarse la resolución que acuerde la suspensión del acto administrativo, sino que
habrá debido de publicarse la misma interposición del recurso y los otros actos que se
dicten porque según el art. 45.1 a) de la LPA serán objeto de publicación todos los
actos que tengan por destinatarios una pluralidad indeterminada de personas.
También puede ser el recurso objeto de instrucción y por tanto en el curso del mismo
pueden formularse alegaciones, puede practicarse prueba, emitirse informes, con
trámite de audiencia e información pública en su caso.
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Nada impide al interesado recurrente la formulación de alegaciones adicionales al
recurso que habrán de ser tenidas en cuenta por la Administración.
La práctica de prueba
También con relación a la prueba, el mismo párrafo indica que no podrá “solicitarse la
práctica de pruebas cuando su falta de realización en el procedimiento en el que se
dictó la resolución recurrida fuera imputable al interesado.” Parece que la Ley se
refiere a la prueba que acordada en el procedimiento del que trae causa el acto
recurrido no se ha podido practicar por causa imputable al interesado, aunque el
mismo principio habrá de determinar que se repela la prueba cuando el interesado
pudo solicitar la práctica y no lo hizo, insistimos, siempre que la necesidad y
pertinencia de la prueba no venga suscitada “ex novo” por el contenido de la
resolución recurrida o aconsejada por motivos de interés público.
El trámite de audiencia.
El número 2 dice que “Si hubiera otros interesados se les dará, en todo caso, traslado
del recurso para que en el plazo antes citado, aleguen cuanto estimen procedente.”
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Ambos traslados no son iguales, con lo que “en el plazo antes señalado” es una
expresión que ha de interpretarse en el sentido de remisión a la duración del plazo.
El trámite contenido en el nº 2 del art. 118 se está refiriendo al traslado que hay que
verificar a los otros interesados en el procedimiento administrativo del recurso
interpuesto, para que en un plazo de entre 10 a 15 días puedan posicionarse con
relación al recurso formulando alegaciones al mismo. Los interesados en este plazo
apoyaran el recurso o lo impugnarán, pudiendo en ejercicio de tales pretensiones
hacer las alegaciones que tengan por conveniente y solicitar la práctica de la prueba
que estimen oportuna, con las limitaciones que antes hemos referido. Es un trámite
este, de traslado del recurso a los interesados no recurrentes que se verifica nada más
interpuesto el recurso y antes de la instrucción del mismo. Es un trámite esencial que
si se omite puede generar indefensión a los interesados no recurrentes en el caso de
que la resolución que resuelva el recurso les ponga en peor situación que el acto
administrativo impugnado.
Aclara el art. 118 en su punto 3 que el mismo escrito de recurso, los informes y las
propuestas (de resolución ha de entenderse) “no tienen el carácter de documentos
nuevos a los efectos de este artículo”. No podemos estar conformes en que la
existencia de un informe nuevo, en los términos previstos en los arts. 79 y ss. de la
LPA, no haya de implicar la verificación del trámite de audiencia. Quizás la Ley no esté
pensando propiamente en un informe en el sentido propio del término, sino en el que
pueda emitir el órgano encargado de la instrucción del procedimiento a petición del
competente para la resolución del mismo (“informes y propuestas”).
Tramitado el procedimiento, el recurso, será resuelto por el mismo órgano que dictó el
acto administrativo impugnado, generalmente a la vista de una propuesta de
resolución.
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El art. 119 se ocupa de la resolución del recurso, de reposición en nuestro caso. Dicho
acto “estimará en todo o en parte o desestimará las pretensiones formuladas en el
mismo o declarará su inadmisión.” Cabe por tanto que la inadmisión del recurso se
acuerde tras la tramitación del procedimiento del recurso y no solo “a limine” nada
más presentar el escrito de recurso.
En los casos de vicios de forma, la Ley hace plasmación del principio de economía
procesal, que en el caso del recurso de reposición resulta casi inevitable porque el
órgano administrativo que está resolviendo el recurso es el que resolvió sobre el fondo
del asunto: solo tiene sentido retrotraer las actuaciones cuando no sea posible la
resolución sobre el fondo del asunto sin enmendar el vicio formal en el que se ha
incurrido, y siempre con conservación de los actos y trámites afectados por la causa de
nulidad (art. 51 de la LPA) y con posibilidad de convalidación de los actos anulables
conforme al art. 52 de la LPA. Es deficiente la redacción legal, en sede de recurso (art.
119) cuando refiere tales posibilidades solo con referencia a la convalidación.
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STS (Sala III, Sección3ª) sentencia de 27 de junio de 2001. Rec. 2698/1994. “La tesis del recurrente no
puede ser aceptada por la Sala porque pretende el recurrente que el trámite del recurso de reposición
sea considerado también como expediente administrativo en el que puedan introducirse cuantas
modificaciones estime oportuna el interesado, lo cual es un error, en cuanto que el órgano que resuelve
la reposición revisa la resolución inicial con arreglo a los elementos de hecho y de derecho obrantes en el
expediente, y no es el recurso de reposición momento hábil para intentar modificaciones de hecho”
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La terminación anormal del procedimiento de recurso.
Cabe, por último, la terminación anormal del procedimiento, sin que se dicte por la
Administración una resolución sobre la cuestión planteada en el recurso. En primer
lugar el recurso puede caducar, si se dan las circunstancias establecidas en el art. 95 de
la LPA, con la consecuencia de dejar firme el acto administrativo impugnado10. Puede
también el recurrente desistirse del recurso, consintiendo el acto administrativo
impugnado, y renunciar al derecho que pretendía hacer valer con el mismo. En esta vía
de recurso, ambas figuras, la renuncia y el desistimiento están caracterizados por dejar
incólume al acto administrativo recurrido. No parece que el desistimiento del recurso
en marcha permita al interesado interponer el recurso contencioso administrativo si se
encuentra en plazo para formularlo, ya que ello vaciaría de contenido la imposibilidad
de acudir a la vía jurisdiccional una vez interpuesto el recurso administrativo. También
es pensable la finalización del procedimiento por falta sobrevenida de objeto (art. 84
LPA)11. En cualquiera de los anteriores supuestos, la Administración debe resolver
apreciando cualquiera de estas vicisitudes (art. 21 LPA).
10
STSJ de la C. Valenciana, (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección3ª) Sentencia nº 513/2013 de
13 de mayo de 2013. Rec 3774/2008 ó TSJ de Andalucía, Sevilla (Sala de lo Contencioso-Administrativo,
Sección4ª) Sentencia nº 1175/2013 de 6 de septiembre. Rec. 25/2012.
11
STS (Sala III, Sección2ª), sentencia de 16 mayo de 1990. Ponente Excmo. Sr. Llorente Calama.
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FORMULARIO DE RECURSO DE REPOSICIÓN CON SOLICITUD DE
SUSPENSIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO RECURRIDO, PROPOSICIÓN DE
PRUEBA Y SOLICITUD DE TRÁMITE DE AUDIENCIA
Entendiendo que dicha resolución es contraria de derecho, con fundamento en los arts.
123 y 124 de la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas (en adelante LPA), mediante el presente escrito interpongo
en tiempo y forma contra la misma RECURSO DE REPOSICIÓN con fundamento en los
siguientes
MOTIVOS
Primero.- (…)
Segundo.- (…)
Tercero.- (…)
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LAS CAUSAS FORMALES DEBEN ABORDARSE EN PRIMER LUGAR, LUEGO LAS DE FONDO. SI SE IMPUTA
DESVIACIÓN DE PODER EN LA ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA ES COSTUMBRE ABORDAR ESTA CUESTIÓN
COMO ÚLTIMO MOTIVO PORQUE POSIBLEMENTE INTEGRE LOS VICIOS Y DEFECTOS QUE SE HAN
DENUNCIADO EN LOS MOTIVOS ANTERIORES.
SOLICITA que se tenga por presentado este escrito y por formulado en tiempo y forma
recurso de reposición contra la Resolución de … por la que … y tras la tramitación
oportuna se deje sin efecto (SE PUEDE PEDIR QUE SE REVOQUE SOLO ALGÚN
PARTICULAR, Y UNA PETICIÓN DECLARATIVA O DE CONDENA…)
PRIMER OTRO SÍ DIGO que conforme se desprende del art. 118.1 y 77 y ss de la LPA se
solicita la práctica de la siguiente PRUEBA:
Documento nº 2…
SEGUNDO OTROSÍ DIGO que con fundamento en el art. 117 de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, se
solicita la SUSPENSIÓN DE LA EJECUTIVIDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO
IMPUGNADO con fundamento en los siguientes MOTIVOS:
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b) La ausencia de perjuicios para el interés público o terceros en el caso de que se
suspenda y demore la ejecutividad del acto.
c) No siendo requisito indicado en la Ley conviene hacer una referencia a la
apariencia de buen derecho del recurso.
Segundo.- Como quiera que la suspensión del acto no causará perjuicio alguno al
interés público no se hace necesaria caución o garantía alguna para enjugar el
eventual perjuicio que pueda causarse al interés público. No obstante se está en
disposición de prestar la caución o constituir la garantía que se establezca.
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JURISPRUDENCIA
Causas de inadmisión.
Extemporaneidad.
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Recurso de Casación nº 4626/2011.
Procede contra actos no excluidos del recurso que agotan la vía administrativa.
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Recurso de reposición “per saltum”.
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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
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