Danzando

con la familia
UNENFOQVE
SIMBOLICO-EXPERIENCIAL
Carl A. Whitaker
William M. Bumberry

Terapia Familiar
Terapia familiar
CarlA. Whitaker
Últimos títulos publicados:
I William M. Bumberry
23. M.Q\.ndolfi - Tiempo y mito en la psicoterapiajamiliar /
25. w~'l-I. Q'Hanlon - Raíces profundas
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28. M. Selvini Palazzoli y otros - Losjuegos psicóticos en lafamilia
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3D. L. Onnis - Terapiajamiliar de los trastornos psicosomáticos
31. A. Ackermans y M. Andolfi - La creación del sistema terapéutico
Danzando
32. S. de Shazer - Claves para la solución en terapia breve
33. A. M. Sorrentino - Handicap y rehabilitación
34. L. Cancrini - La psicoterapia: gramdtica y sintaxis
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51. P. Caillé - Uno más uno son tres
52. 1. Carpenter y A. Treacher - Problemas y soluciones en terapia familiar y de pareja
53. M. Zappella - No veo, no oigo, no hablo. El autismo infantil
54. 1. Navarro Góngora - Técnicas y programas en terapiafamUiar
55. C. Madanes - Sexo, amor y violencia
56. M. White y D. Epston - Medios narrativos para fines ter-apéuticos
57. W. Roben Beavers y R. B. Hampson - Familias exitosas
/
58. L. Segal - Soñar la realidad
59. S. Cirillo - El cambio en los contextos no terapéuticos
60. S. Minuchin - La recuperación de la familia
61. D. A. Bagarozzi y S. A. Anderson - Mitos personales, matrimoniales y familiares
62. J. Navarro Góngora y M. Beyebach (comps.) - Avances en terapia familiar sistémica
63. B. Cade y W. H. ü'Hanlon - Guía breve de terapia breve
64. B. Camdessus y otros - Crisis familiares y ancianidad
65. J. L. Linares -Identidad y narrativa
66. L. Boscolo y P. Bertrando - Los tiempos del tiempo
67. W. Santi y otros - Herramientas para psicoterapeutas
68. M. Elkatm (comp.) - La terapia familiar en transformación

~,,~
69. 1. L. Framo - Familia de origen y psicoterapia
70. 1. Droeven (comp.) - Construyendo más allá de pactos y traiciones
71. M. C. Ravazzola - Historias infames: el abuso en las relaciones
72. M. Coletti y J. L. Linares - La intervención sistémica en los servicios sociales ante
lafamilia multiproblemática PAIDÓS
73. R. Penone - Violencia y abusos sexuales en lafamilia Barcelona
74. J. Barudy - El dolor invisible de la infancia BUellOSAires
México
Título original: Dancing with.the Family. A symbolic-experential Appoach
Publicádo en inglés por Bru~nerlMazel, Inc., Nueva'york
f
SUMARIO
Traducii6n de Beatriz L6pez
Supervtl16n de Viviana Vammalle

Cubierta de Gustavo Macri

Prefacio . 9

1. Comienzo de la familia: acercamiento, reencuadre

y anipliación del síntoma 13
El comienzo. 14
En busca del padre . 21
Cambio de perspectivas: creación de un encuadre
1.' edición, 1991 interacti VD 25
l.a reimpresión, 1998 Empieza a surgir el padre . 40
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los (itulares del «Cop~ril~hto, ~ajd las 2.
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total.o par~ial de es:a obra p~r c~a q~tler m ro O O La persona del terapeuta: integridad pe1sonal y es-
procedimiento, compr~ndidos la. reprografia y el tral~nllemo mformáuco, y la dlstnbuclón de
ejemplares de ella medIante alqtulcr o préstamo públlcos.
tructura del rol profesional . . .' , . . . 45
Integridad personal. 46
© 1988 by Cad A. Whitaker y William M. Bumbetry La utilización de sí mismo 51
© de todas las ediciones en castellano, La responsabilidad del terapeuta 54
Ediciones Paidós Ibérica, S. A.,
La estructura del rol profesional. 56
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós, SAlCF,
Defensa, 599 - Buenos Aires 3. El proceso de la terapia familiar: aspectos político-
administrativos y etapas de la terapia 61
ISBN: 84-7509-619-0 La batalla de la estructura. 62
Depósito legal: B-8.09111998
La batalla por la iniciativa. 74
Alianza terapéutica 76
Impreso en Hurope, S. L.,
Lima, 3 - 08030 Barcelona
Finalización 78
El nido vacío 79
Impreso en España - PÚnted in Spain Otras cuestiones 79
 SUMARIO
8
4..•. Terapia familiar simbólico-experiencial 81 PREFACIO

~ El mundo de los símbolos . 83

Con la mirada hacia adentro 86
La terapia simbólico-experiencial 86
Confusión 90
La experiencia 95
El crecimiento 95

5. El proceso se personaliza: se cuestionan las rigideces

y se abren caminos . 97
A las ocho de la mañana, un lunes, a finales de! verano de
Desafiar a la familia para que crezca . 98 1981, estaba sentado frente al consultorio de Carl Whitaker, es-
perando que llegase. Se trataba de mi· primer encuentro con
6. El dilema universal: hombres sin esperanza y muje- Carl, una de esas citas concertadas con un desconocido; A tres
res esperanzadas 125 años de haber terminado mi posgrado, pensaba que sería una
oportunidad interesante y enriquecedora para mí. Con mi cu-
Hombres/mujeres: la eterna dialéctica. 137 rrículum en la mano, esperaba con nerviosismo. Mientras tanto
preparaba mentalmente una frase inteligente para empezar el
7. El secreto de la infelicidad: conseguir lo que se quiere 161 diálogo y expresarle mi agradecimiento por haberme concedido
la visita de tres días que le había solicitado.
8. Una vez más, e! cuidado por el paciente. 191 Unos minutos después apareció en. el pasillo. Cuando me
puse de pie para saludarlo, vi primero I}na madre... luego,
9. La familia sana y la patología normal . 217 un padre... y tres niños que lo siguieron hásta la puerta de su
consultorio. ¡Algo andaba mal! ¡Esto no .era lo que yo había pla-
La vida familiar. 218 neado! Antes de que pudiera entender ló que estaba sucediendo,
El matrimonio 222 Carl dijo: «HQla, tú debes de ser Bill. Entra y enseguida empeza-
Los padres 225 mos». Aturdido entré en e! consultorio de Carl siguiendo a la f~­
milia, de algún modo me las arreglé para sentarme y enseguida
10. ¿En qué dirección se crece? Un seguimiento después me hundí en el sofá. Es verdad que yo había ido a aprender la te-
de tres años . 227 rapia simbólico-experiencial, ¡pero no había previsto que sería
230 el paciente!
La familia vuelve Cuando llegó el mediodía, ya habían pasado cuatro familias.
Referencias bibliográficas 255 A medida que avanzaba la mañana, me había ido recuperando
de mi estupor, y había superado mi sensación inicial de irreali-
dad, empezando a disfrutar de la experiencia. Durante la tarde
pasaron dos familias más y una pareja, y hubo una sesión de su-
pervisión con uno de los residentes.
10 DANZANDO CON LA FAMILIA
A las cinco y media, después de la sesión con la última fami-
lia, i~taba exhausto! Había sido un día lleno de tensiones, exci-
tación y drama. Mientras respiraba hondo y suspiraba, prepa-
rándome para analizar con Carl los acontecimientos del día, él
miró su reloj, saltó de su silla y se encaminó hacia la puerta. An-
tes de desvanecerse en el pasillo se dio la vuelta y dijo animada-
mente: «¿Mañana a la misma hora?». Asentí con la cabeza, y
agregó: «Cierra con llave el consultorio cuando hayas termina-
do. Te veo mañana a las ocho».
Otra vez me pilló desprevenido. Pasaron unos minutos antes
de que pudiera moverme. Me encontraba girando en un mundo
surrealista, rodeado de los acontecimientos del día y de los mu-
chos juguetes, artefactos y objetos del consultorio. Después de
un día tan 'agotador, la energía y el entusiasmo de Carl eran des-
concertantes. Al fin y al cabo, tenía cerca de setenta años. Y yo
todavía no llegaba a los treinta.
Ese día sirvió para que comprendiera que había algo que
aprender de ese hombre. En los años siguientes hice muchas vi-
sitas. Cada experiencia fue valiosa de una manera diferente.
Cuando Carl se retiró de la Universidad de Wisconsin y ya no te-
nía objeto participar en sus consultas, me vino la idea de trans-
mitir algunas de las enseñanzas que recibí. Este libro y un vídeo
complementario son los resultados de esta idea.
La intención del libro es presentar un trabajo de importancia
clínica y no ofrecer una teoría total de la terapia familiar. Creo
que al explorar el trabajo de Carl con esta familia aparecerán
los elementos principales de su trabajo. En lugar de recorrer
apresuradamente el museo para asegurarse de haber visto todos
los cuadros, el hecho de detenerse frente a una obra maestra
puede brindar una mayor comprensión y apreciación del arte.
En todo el texto se subrayará un doble centro de atención. Se
le pedirá al lector que esté consciente del papel central de la per-
sona del terapeuta, así como también del proceso de la terapia
que se desarrolla. Sin esta especie de visión binocular, tal vez
sea imposible integrar realmente el material.
Si bien las transcripciones proced~n directamente del traba-
jo ,de' Carl con la familia, el texto de apoyo y el material teórico
PREFACIO 11
son productos compartidos. Las ideas de Carl, tal como me han
impactado, Son expresadas con riíi pluma. Los que conocen a
Carl y su trabajo pueden pensar que hay distorsiones y omisio-
nes, en el escrito. ¡Discúlpenme! Confío en que se sentiránIibres
de seguir corrigiendo este texto y hacerlo más útil para su pro-
pio trabajo. ¡Que se diviertan!
Además de los esfuerzos de Carl y los míos en la elaboración
de este libro, hay otras personas que hicieron aportes significati-
vos. Mi más cálido reconocimiento a Muriel Whitaker por su
participación en numerosas discusiones relativas a este proyec-
to. Mi profunda gratitud para mi esposa, Kathy, por su constan-
te estimulo y apoyo, y por la crítica creativa que enriqueció
enormemente este libro.
Asimismo, hago extensivo mi reconocimiento a Steven Te-
nenbaum por su colaboración en la producción del vídeo a Jan
Martinso,:, por su pro~sionalismoen la filmación del mat~rial y
a miS amigos del Instituto de Terapia Familiar de Southern Ca-
lifornia por su apoyo para guiar la cinta.
Por último, me gustaría manifestar mi profunda gratitud a la
familia que participó en la terapia. Su generosidad en compartir
esta. parte de sus vidas, para que las nuestras se enriquecieran,
es digna de encomio. Fue un privilegio trabajar Con ellos.
I
W.B.
 Capítulo 1
(¡J
)i¡COMIENZO DE LAFAMILIA: ACERCAMIENTO,
(bIREENCUADRE y AMPLIACION DEL SINTOMA
. .@)

qQ
.~ (bl~
~ ~'~'~b
Cuando nos instalamos para la sesión in~~ía una sen-
sación de tensión en el aire. John y Marie eligieron el sofá que
estaba a mi derecha, jugueteando nerviosamente mientras tres
de sus cinco hijos ¡¡dultos se sentaban en el otro sofá. Los otros
dos ausentes se unirían a nosotros el último día de esta experien-
cia de tres días.
Se trataba evidentemente de una familia de granjeros, tal
vez similar a la mía propia, El padre estaba engalanado con un
mono de trabajo flamante, mientras que la mad,e estaba vestida
con cuidado pero informalmente. Sus tres hija~, Vanessa, dé 30
años, Doris, de .27 y Marla, de 18, tenían un aspecto menos cam-
pesino y estaban más a la moda. Después de pasar unos minutos
en una charla trivial, Vanessa se perfiló como la portavoz de la
familia.
Examinamos brevemente cómo decidieron venir a estas tres
sesiones y planificamos una estrategia para organizar esta expe-
riencia de tres días. Vanessa había promovido la reunión. Esta-
ba estudiando para ser terapeuta. Aunque ella se encontraba
geográficamente distante del resto de la familia, se sentía invo-
lucrada en las peleas familiares y deseaba encontrar un alivio.
Además, estaba preocupada por su hermana de 28 años, Gail.
Esta había sido hospitalizada debido aun estrés emocional.
Acababa de ingresar en un programa de readaptación y se la
mantenía medicada.
14 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 15 .

Resultaba interesante que el terapeuta de Gail considerara timidarlos sino, por el contrario, me dispongo' a compartir cOIl
querl tratamiento individual programado era bastante logrado ellos algunas.de mis conviccioneS. Ellos, desde luego, son libres
y se opusiera a su participación en las sesiones familiares, por de responder en la forma que deseen. Pueden eludir, rebelarse,
temor a que perjudicara su progreso. A pesar de los riesgos, Gail r"ndirse o mostrarse completamente distantes e indiferentes. De
decidió asistir el último día, al parecer con la aprobación de su todos modos, el proceso está en marcha. En lugar de pasar la
terapeuta. primera hora girando en torno de la reveladora pornografía de
Mike, de 23 años, el único varón de la familia, también había una estéril «entrevista de evaluación», estamos aprendiendo a
retrasado su llegada. Tenía conflictos en su trabajo y era quien bailar juntos.
traería a Gail a las sesiones. Todos vivían fuera de la ciudad y te- En el breve espacio inicial que sigue a continuación, obsérve-
nían que realizar un largo viaje hasta el consultorio. se la toma de posiciones que fija la estructura de lo que seguirá.
Mi intención eS transmitirle a la familia mi convicción de que su'
buena disposición a mostrar su padecimiento es esencial para
EL COMIENZO crecer en la terapia. Además, tienen que aceptar el hecho de que
siguen siendo responsables de su propia vida. Los intentos de
Los primeros momentos de la sesión inicial a menudo suelen delegar en mí el control y la responsabilidad no contribuirán en
ser fundamentales. El nivel de ansiedad excede en mucho la nada a mejorar su calidad de vida.
simple incomodidad social. Comienza instintivamente un inten-
so proceso encubierto y bilateral de evaluación. Si bien con fre-
cuencia encubrimos las tensiones subyacentes, éstas existen. En Carl: ¿Cómo decidieron venir?
nuestro inconsciente colectivo flotan preguntas como éstas: ¿Qué les gustaría lograr con
«¿Cómo es usted reálmenteh, «¿Qué me va a hacer?» y «¿Hasta estas sesiones? ¿Cómo pue-
dónde podremos ir juntos?» do ayudarlos?
Es el momento en que el terapeuta debe establecer alguna Permítanme que les expli-
/
conexión personal y no mantenerse en «profesional» distante. que cómo trabajo. Quisie-
Una de las tareas iniciales es darles a conocer la manera cómo ra que me hablasen de uste-
trabajo y qué espero de ellos. Necesito establecer los parámetros des para poder sentir el su-
de mi compromiso con ellos y clarificar algunos de los términos frimiento por el que están
en que se establecerá la relación. pasando. Así yo puedo en-
En la medida en que adopto una posición, se desencadena un contrar la vía de acceso a la
proceso interactivo. Mi acción engendra su reacción. Cuando familia. Pero tengo que ser
reaccionan, les respondo y se pone en marcha una serie de inte- claro con ustedes, yo soy
racciones. Es de esperar que eventualmente esta dialéctica con- una especie de entrenador
duzca a una síntesis de orden superior. de béisbol, no estoy jugando
Otro componente para comprender cómo funciona este pro- en él. Ustedes son los que
ceso es tener en cuenta la diferencia muy real que existe entre tienen que tomar las deci-
afirmación y agresión. Cuando adopto una clara posición usan- siones definitivas sobre lo
do la primera persona en mi discurso, en realidad no intento in- que hacen con su vida.
 j
J
DANZANDO CON LA FAMILIA
J COMIENZO DE LA FAMILIA
16
(Pausa)
¡ eso en la granja? Yo nací y
Deb~ advertirles que· yo
puedo ponerme desagrada-
ble o malo. Ser sincero con la familia
al establecer las condiciones
para trabajar con ellos es
fundamental. Quiero que
, sepan que, si bien deseo tra-
bajar con ellos, nO tengo in-
terés en transformarme en
un miembro más de la fa-
milia.
Mi responsabilidad con-
sisteen ser todo lo personal-
mente receptivo posible a
su sufrimiento, pero no resi-
de en aceptar responsabili-
dad alguna por su vida real.
El comentario acerca de
que puedo resultar malo o
desagradable tiene por ob-
jeto liberarlos de la fantasía
de cura con la que llegaron
a mi consultorio. Trato de
contagiarles esta idea. El
solo hecho de asistir a las
sesiones no les hará ningún
bien. Hay un arduo trabajo
por delante. Yo no puedo
hacerlo por ellos ni ahorrar-
les el esfuerzo.
Padre: Estamos acostumbra-
dos a eso en la granja.
17
Carl: ¿Están acostumbrados a
mé crié en una granja leche-
ra', ¡Debería haber traído mi
vaca! Cuando hice un taller,
alguien me regaló una va-
quita de juguete con ubres,
por si me sentía solo y de-
seaba volver a acurrucarme
junto a una vaca. J'ta reacción del padrTI
an.'.te miPrb.puesta dio .Pie a
una respuesta de acerca-
L !-'2!ento de mi par~que-
'ría que la familia supiera
que yo tambiéh era granje-
ro. Que podía ser capaz de
sentir con ellos. Que podría
ser capaz de relacionarme
con ellos de una manera
personal con respecto a sus
conflictos.
Este tip~/de contacto pue-
de ser espéc!almente eficaz
porque· es auténtico. Proce-
de de una experiencia de la
vida común. Es mucho más
personal que el habitual
ofrecimiento profesional:
«Me gustaría ayudarlos».
A esta altura de la entrevista,la madre parece nerviosa. Pue-
de preocuparle el hecho de que el padre y yo tengamos mucho
en común. Su reacción automática es introducir una queja leve-
mente encubierta sobre él. Si logra desacreditarlo de alguna
manera, puede reducir las posibilidades de. que yo quede seduci_
do por él. Si bien su preocupación tal vez tenga algún punto de
18 DANZANDO CON LA FAMILIA . COMIENZO DE LA FAMILIA 19

razón, ~o no estaba dispuesto a dejarme pescar en un fuego cru- Madre: ¿De veras?
zado tíl.,n pronto.
Carl:" Tengo la· sensación de
qu.e todavía lo arrastro. Que
Madre: ¡Tenía que vestirse jus- puedo comprarme un traje
to con este mono! Le dije: ,y que al cabo de tres días se
«¿Te parece bien ponérte- parecerá a un mono.
lo para una reunión como
ésta?». (Risas.)
Hace seis meses que lo tiene
y nunca se lo probó. ¡Ni si- Así que todavía estoy pe-
quiera se lo probó! Se supo- leando con mi madre a cau-
nía que yo tenía que acor- sa de la ropa buena. Esta fue una reaCClOn ins-
tarlo. Bueno, al final, .10 tintiva ante el intento de la
medí con otro viejo y lo cosí madre para ponerme de su
anoche. lado en contra del padre. Que-
ría que yo estuviera de acuer-
Carl: A menudo he tenido la do con ella en que el padre era
sensación de que una de las irresponsable.
cosas que conservo de mi Aunque ella hablaba del
niñez es cuando algo se es- mono, lo que quería decir es-
tropeaba, el tractor, la sega- taba claro. Era una manera de
dora o cualquier otra cosa... definirse a si misma de no ser
la responsable de ninguna de
Madre: Sí. sus peleas.
Carl: ... y mi padre venía hasta
la casa a buscar las llaves
del coche. Mi madre decía: Hemos completado hasta ahora un ciclo de un proceso que se
«¿Vas a la ciudad? ¿No producirá reiteradamente en todo el transcurso de la terapia. En
crees que deberías ponerte estos primeros momentos he tenc¡ji,.do a ligarme a ello,s, así como
los pantalones?», y él con- también a distanciarme de ellos'L-~a libertad -para entrar y sa-
testaba: <<¡No veo qué tiene lir es IIna_taI:f..a básica de la terapIay-aelaYiCla ere general. Bus-
de malo el mono!». Esa era .su=s-siuu!!tá~é nivel;;S" más..pmfundos Cli.pgI$nenci~
la discusión más violenta .de-indUd.duació~ .--
que tenían mis padres, por Cuando hablamos sobre la vida, en realidad estamos hablan-
lo menos, por lo que yo re- do sobre las relaciones. No existimos aislados. En la vida emo-
cional siempre hay «otro» implicado.
cuerdo.
 20 DANZANDO CON LA FAMILIA
* * * * *
~ dad .. Creo que es el amamantamiento de la madre lo que hace
Pregunta: Muy bien,· Carl, tengo algunas .preguntas sobre este
punto para hacerte ahora mismo. ¿Qué estabas tratando de
conseguir con este tipo de apertura? ¿De advertirles especial-
mente que podrías ponerte desagradable? ¿Se trata de que no
te importan ellos o qué?
Respuesta: ¡Desde luego que me importan ellos! ¡Acabo de cono-
cerlos! Espero que lleguen a importarme, porque me sentiría
muy solo ahí sentado, hablando con extraños. Pero quiero que
les resulte claro que no estoy haciendo de anfitrión artificial-
mente. Soy como todo cirujano. Me interesa extirpar la pato-
logía, en lugar de tratar de evitar que sangre. Ellos tienen que
saber que es doloroso, para que estén preparados. Lo mismo
que un dentista te diría: «Ya sabe que le va a doler», antes de
~
PO~¡~II:~~~~l~r¡aaCál~··~i¡¡l¡a-i.iOt··laTñrciativa-:-coñs¡;1
n ./ te en hacerles mantener la iniciativa· en s~proPia vida. En
, asegurarme de que la ansiedad con que llegaron siga ahí. Que
l. (!<q . no se liberen de la_~sieda~ y se ~~gue~sperar que y2J,
dirij~ su mundu ----~
Pregunta: Pero ellos han venido para que los ayudes en su ansie-
dad. ¡Por eso están ahí! ¿Estás diciendo que no vas a hacerlo?
Respuesta: ¡Exacto! No deseo aliviar su ansiedad. Quiero que su
ansiedad sea la energía que haga mover las cosas. Luego pue-
do unirme a ella para que sea más productiva.
Pregunta: Hacia el final de ese punto, comenzaste a hablar sobre
las vacas y la granja y de que tú eras de una granja. ¿Qué tiene
que ver todo eso?
Respuesta: Es una forma de lo que Minuchin llama joining o
acercamiento. Si puedes hacer una causa común...
Pienso que la transferencia, ... Freud cometió un grave error,...
COMIENZO DE LA FAMILIA 21
no debería decírselo... al suponer que es la transferencia del
paciente lo que hace funcionar la térapia. No creo que sea ver-
qU\) el niño ame a su madre y no que el amor del niño por la
madre haga que la madre tenga leche en sus pechos.
e:Pienso que el terapeuta necesita internalizar el sufrimiento
del paciente para poder conectarse empáticamente cané!.
Luego tiene que tener mucho cuidado de no ser llevado a ha-
cerse cargo.
* * * **
EN BUSCA DEL PADRE
Apoco de comenzar la sesión inicial trato de poner en mar-
cha un proceso que me permita obtener la historia de la familia.
Pero no meramente la historia vinculada al motivo de la consul-
ta, muy por el contrario, mi objetivo es obtener información res-
pecto de la familia como un todo. Al intentar lograr un cuadro
global de la familia, les estoy haciendo saber que yo los veo a
través de una lente diferente. Les estoy diciendo que me intere-
san todos ellos. Que no acepto que su víctima' del sacrificio sea
la estrella.
Esta clase de historia familiar brinda 10m contexto más rico
como punto de partida. Aparecen algulll\s de las fuentes princi-
pales del sufrimiento de la familia y de sus esfuerzos. Comienza
a aparecer una estructura que abarca tres generaciones. Sale a
la luz su mitología sobre temas como, por ejemplo, la muerte, la
enfermedad, la rabia y el divorcio. Esto amplía el marco fami-
liar. Además, da la oportunidad de abordar algunas zonas car-
gadas afectivamente de un modo que no resulte amenazador. Se
pide a la familia que sea personal sin más dilación. Puesto que
se trata de nuestra reunión inicial, no tienen la sensación in-
consciente de paranoia que se origina en la creencia de sentirse
adivinado o descubierto de antemano.
Mi punto de partida normal es comenzar con el padre. En
 22 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 23

nuestra cultura, el padre es por lo general el progenitor más pe- no con el mejor de los hu-
riféri<{>. Mi intención es comprometerlo inmediatamente. mores. Vuelven únicamente
No se trata de un acto de deferencia hacia el hombre como de visita. Los padres por lo general
jefe de la familia, sino de desafiar su posición de ser una no-per- pasan un mal rato al respon-
sona, un no-miembro de la familia. A menudo he tenido la expe- der a este tipo de pregunta. Si
riencia de ver al padre no tanto como un miembro de la familia, bien la respuesta en este caso
sino como el hombre que vive en la casa de aliado. Es como una fue algo ambigua, no pareció
persona que viene a casa para alimentarse o tener relaciones se- evasiva. Identificó zonas de
xuales, pero no para que se lo incluya en la intimidad. El cues~ .tensión y reveló tener concien-
tionamiento de esta posición es fundamental para crear una sen- cia de una insatisfacción.
sación de unidad familiar fEs difícil llegar a una sensación de
nacionalis.!Jlo_familiarcuaJa~are_esJª]i~g~iifª,t!-,.preie.ñ~e-"
"pero .~.g;;;:9Qnalmente..¡n!sente.. AI.incQrp-ºmrJQ.eILl<L<'\I~~.í!~12!1J ..... El padre siguió con la descripción, mencionando las edades
~ee~t()),Qfre<::jemloJª la falllilial~e.sper",nza.dec:¡!!e la.vid.ªl'l!~~~. __ . de todos los hijos. Al hablar de Mara, la más joven de todos,
cambiar realmente. dijo: «Esta es el bebé». Tal vez el hecho de que esta presentación
~'._-'-_.-'~"._~.~~.~
••._'"~~' •. ''--='"''-. •
pareció más personal fue lo que me llevó a hacer un comentario.

Carl (al padre).. ¿Puede hablar-

me de la familia? No de las Carl.. No te ves tan bebé desde
personas que la componen, aquí. Diría más bien que hoy
sino de la manera cómo fun- en día eres una monada.
ciona.
Padre: Sí. Es una verdadera /
Padre: Bueno, hoy en día las monada también, si quiere
cosas se han puesto difíciles decirlo de ese modo.
en la granja. Hay mucha in-
terferencia de afuera y... oh, Carl: Bueno, no quería decir
podría decir competencia. eso, ya que usted está aquí.
Entonces, desde luego, el Ya sabe, hay que tener cui-
que está clavado en la gran- dado cuando el «viejo»
ja o tiene que hacerla fun- anda ·cerca. '
cionar... bueno, simplemen-
te a uno no le gusta eso. Se Padre: Sí.
siente resentimiento. Se tra-
ta de que la cosa siga fun- (Risas.) Fue una manera encubierta
cionando. Una cosa lleva a de investigar la existencia de
la otra y ellos se van, a veces una corriente oculta de sexua-
24 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 25

lidad que yo sentía pero no CAMBIO DE PERSPECTIVAS:

podía identificar. CREACIÓN DE UN ENCUADRE"ÍNTERACTIVO

Cuando el proceso de la entrevista llevó a abordar los temas

Unos minutos después continuó la descripción que el padre relacionados con la familia de origen, la tensión se acentuó. En
hacía de la familia. Se hizo necesario abordar a la madre direc- el próximo diálogo, se mostrará la relación entre la historia de
tamente. Se estaba poniendo incómoda ante tanta atención con- la familia y el presente, que ilustrará elocuentemente el estado
centrada en el padre. Dada su posición de centro emocional de actual de la relación conyugal. Al retomar el diálogo, le pregun-
la familia, le resultaba difícil tolerar demasiada información to al padre sobre sus progenitores.' .
de parte de su marido.
Carl: ¿Su padre ha muerto
también?
Carl (al padre): Cuénteme cómo
era la familia antes. Padre: Sí.
(A la madre) ¿Me permite
que hable primero con su
Carl: ¿Cuándo murió?
marido para poder hacerme
una idea de cómo piensa él
Padre: En 1972.
sobre esto?
Carl: ¿De qué murió?
Madre: Muy bien. Si bien parece un comenta-
rio casi incidental, tiene un Padre: Tenía 89 años. Enfer-
objetivo bien claro. Le hago /
medad y vejez. Tuvo una
saber a la madre que no la he vida bastante buena.
olvidado y, a la vez, le digo
que no interfiera en mi con- Carl: ¿Y su madre? ... ¿Su pa-
versación con el marido. dre era granjero también?
Padre: Sí.
El padre continuó explicando la dinámica interpersonal de
los cinco hijos, así como también subrayando un claro modelo Carl:¿De qué murió su ma-
de división del trabajo respecto al matrimonio. Era evidente la dre?
falta de unión real entre los padres con respecto a la crianza de
los hijos. El observó que a menudo hI falta de coherencia de ellos Padre: Murió a los 62 años de
confundía a los hijos. neumonía. Podríamos ha-
berlo evitado si nos hubié-
.ramos dado cuenta. '
26 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl: ¡;Y qué hizo su padre?
¿Vokió a casarse?
Padre; No.
Carl: ¿Cuántos hermanos y
hermanas tiene?
Padre; Ninguno.
Carl; ¿Usted era el único hijo?
¡Con razón es tan malcria-
do!, ¿eh?
Madre; ¡Exacto!
Carl: Ahí está el verdadero
problema, ¿eh? Al desarrollarse la historia,
me sorprendió esta afirma-
ción. Tal vez parecía inusual
en una' familia de granjeros.
Mi respuesta fue impensada,
en el sentido de que nq tenía
un objetivO claro, pero fue
muy pertinente en cuanto a
presentar mi asociación inter-
na de los datos a medida que
aparecían.
La capacidad para sentir y
utilizar estas asociaciones es
fundamental para mi trabajo.
Pasar del dato de que el padre
era hijo único a llamarlo mal-
criado fue una reacción auto-
mática, no una intervención
planeada.
El comentario en voz "Ita
COMIENZO DE LA FAMILIA 27
de mi, asociación también fue
significativa por la respuesta
que suscitó en la madre. La in-
terferencia era que ella se ve
como una víctima inocenté de
la insensibilidad de él.
Madre; Sí, si hubiera sido
criado... hubiera podido te-
ner una hermana. ¡Real-
mente! Una hermana que
no hubiera tenido tanta di-
ferencia de edad. María es-
taba en el corral de las va-
cas un día y resbaló. Perdió
el bebé a los ocho meses de
embarazo.
Doris: ¿Mayor o menor?
Madre; Habría sido menor.
Hubiera sido bueno para el, ,1
porque ella le hubiese di-
cho: ,,¡Sal de ahí! ¡No hagas
eso!". Los hermanos y las
hermanas hacen observa-
ciones uno al otro. Los ami"
gas tienen miedo.
Carl; ¿También sucede así con
las esposas o usted es una
buena hermana para él?
Madre; Tal vez lo soy. Tal vez
soy demasiado buena con
él.
28 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl: lPoro qué no supera eso? En un esfuerzo para movili-
~ zar a la madre a fin de que
fuese más directa, he persona-
lizado este tema para que se
reflejase claramente en ella.
Madre: ¡No lo sé! Es difícil
para mi.
Carl: ¿Usted es una ingenua? ..
¿Así, naturalmente?
Madre: ¿Qué? ¿Qué ha dicho?
Carl: ¿Es usted una ingenua
de nacimiento? Para oliberara la madre de
su rol autodefinido de víctima
de la falta de atención de su
marido, la he rotulado de in-
genua. Estoy sugiriendo que
hay cierta estupidez en tomar-
lo así.
Ahora el cuadro puede ser
algo más complejo que el de
un marido simplemente inep-
to. oAhora ella también forma
parte del rompecabezas, cons-
tituyendo una Gestalt comple-
ta de mutualidad marital.
Madre: ¡Tal vez sí lo soy! Oh,
me vuelvo loca con él a ve-
ces, pero él se va. ¡No pelea!
Se va caminado para el
campo del fondo y no lo
COMIENZO DE LA FAMILIA 29
.puedo encontrar. Me vuelvo
loca porque no discute. ¡Se
val· Aquí la madre revela que
ella se da cuenta· de que su
método no funciona. Persiste
con respuestas ineficaces.
Afirma que desea c~mbiar
pero se siente impotente por-
que su esposo no colabóra.
Ella vive con un punto fuera
de control.
Carl: ¿Por qué no coge un arco
y una flecha o cualquier
cosa?
Doris: Toma el tractor.
Carl: ¿O una escopeta llena de
sal gruesa? Cuando yo era
niño, solían hablar de esas
escopetas. Para contrarrestar su conti-
nua impotencia, decidí am-
pliar la ,,;jtuación. Trato de in-
citarla a la acción con más
intensidad sugiriendo el uso
de un arco y una flecha. Mi es-
peranza es que la ayude a dar-
se cuenta de que hay otras
maneras de actuar. ¡Quiero
darle poder! También le estoy
diciendo que no acepto su pro"
pio sentimiehto de víctima.
De una manera cómica, le es-
toy ofreciendo una esperanza.
30 DANZANDO CON LA FAMILIA
I * * * * *
! detective, frente a la de ellos supuéstamente exhibicionista.
Pregu~lta: Carl, ¿qué estás tratando de lograr con esto? ¿Por qué
tachaste con tanta rapidez al padre de malcriado y a la madre
de ingenua? ¿Qué te propones realmente?
Respuesta: No fue tan rápido; Situé al padre en su estilo de vida
al averiguar sobre su padre y su madre, y su hermana aborta-
da. Supe que era hijo único y dije lo que creo sobre los hijos
únicos, que se casan con alguien que va a seguir malcriándo-
los. Luego acusé a la madre de ser ingenua.
Al hacerlo en esta especie de metamanera, dejé establecido
para ellos que cada uno es víctima del otro y que, a la vez, do-
mina al otro. De modo que tengo un sistema interacciona!. Ya
estoy hablando de sistemas, no de individuos.
Pregunta: Pero del modo que lo hiciste... Es como si tomaras una
idea de tu propia cabeza, de tu propio pensamiento y se la im-
pusieras a ellos. ¿No es peligroso? Quiero decir, ¡no estabas
usando información recogida en la entrevista!
Respuesta: No, ¡creo que es exactamente al revés! Si la tomas de
ellos, entonces es peligroso porque ellos tienen que luchar
contigo. Si produces tus propias ideas, pueden desecharlas, o
guardarlas o aceptarlas más adelante. ¡No es su responsabili-
dad, sino la tuya!
Pregunta: ¿Pero no resulta profesionalmente arriesgado actuar
así? ¿Poniéndote tú mismo en el primer lugar y en el centro de
una reunión como ésta? ¿No se supone que primero tienes que
hacer una evaluación?
Respuesta: ¡No lo creo! Pienso que hacer una evaluación es más
bien pornográfico. Tiene que ver con nuestra propia patología
y nuestra propia curiosidad. Creo que la mejor manera de en-
cararlo es emitir un juicio y dejar que ellos decidan si es co-
rrecto o equivocado. Esto los mantiene en una posición respe-
COMIENZO DE LA FAMILIA. 31
tada, en lugar de verse degradados por tu actitud de espía y
* * * * *
. El próximo punto señala otro aspecto crucial del trabajo con
las familias. Cuando conozco una familia, estoy absolutamente
seguro de que tienen dentro de sí la capacidad de esforzarse y
crecer. No es necesario evaluar esto. Sé que-es posible. El verda-
dero problema es tener coraje, tanto ellos como yo. ¿Estamos
dispuestos a correr el riesgo de navegar en aguas inexploradas?
Esta familia entró en el consultorio con el supuesto tácito de
que el padre era el verdadero problema. Que su incapacidad
para hablar y brindar apoyo era la clave. Se lo percibe más
como su falta de voluntad a comprometerse y no como un pro-
blema familiar más general que tiene que ver con la participa-
ción y la intimidad. Yo quiero liberarlos de esta lógica estrecha
y crear una esperanza desarrollando perspectivas alternativas.
En este ejemplo en particular, la madre es el reverso de la mone-
da. Debe activarse su poder para que comience el cambio rea!.
Al enc~adrar juntos los conceptos de «malcriado» e <<ingenua»,
e~ posIble ve~ su relación como una danzadise9ada con una há-
bIl coreografIa. Una danza en la cual se mueven en perfecta sin-
croní.a. Al establecer que el poder es mutlloiycompartido, los
dos .llenen libertad para iniciar el proceSo de transformación.
¡Pero hace falta ínás! No sólo debe desttuirse el viejo modelo
y subrayarse su mutualidad, sino que debe hacerse de una ma-
neraque no sea fácilmente repudiada. El ofrecerle a la madre la
fantasía de perseguir al padre con un arco y una flecha puede
ayudada a tomar la iniciativa. Le deja el mensaje de que hay co-
sas que ~ll~ puede intentar. Al mismo tiempo, desde luego, se
está adVIrtIendo al padre que sea un poquito más cauteloso. Si
la madre realmente empieza a tomarse más en serio a sí misma
Y.'f\SUS' necesidades, el marido puede v~rse obligado a seguir el
ejemplo. La metáfora del arco y la flecha es una magnífica ma-
nera de animarla a que se tome más en serio sin correr el riesgo
de tomarla yo más en serio que ella misma.
32 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 33
A!medida que proseguía la sesión, persistía el tem~ d~1 dis- Madre: Bueno, no sé. No re-
tan~miento emocional entre el padre y I~ m~dre. SI bien la cuerdo. Tuve un niño tras
madre se quejaba, parecía resignada. SegUl~ viendo esto. co~o otro.' Es difícil. No sé.
una decisión de su marido y sintiéndose la vlctlma de su mdlfe-
rencia. fi ¡- Carl: ¿Con qué la reemplazó
Como en el punto anterior, mis esfuerzos tienen como na 1- cuando usted comenzó a
dad ayudarla a despojarse de la lógica lineal. Deseo lanzarla a querer a los niños en lugar
un mundo de mutualidad y determinación bilateral. Este tema de quererlo a él?
reaparecerá reiteradamente, puesto que ha servido.deverd~dero ¿Se·concentró en el dinero o
pilar para su equilibrio homeostático. Muy parecido al dilema simplemente en las vacas? Al identificar un proceso pa-
chino de los esposados a fin de romper el Impasse, ella debe es-
ralelo al de su infidelidad, se
tar dispuesta a abandonar una posición ~ la q~: se aferra tenaz- toma una Gestalt más comple-
mente. Debe afrontar el hecho de su partlclpaclOn plena en la lu-
ta. Quiero que vean claramen-
cha. te el curso que ha tomado su
Como en el diálogo anterior, nótese el esfuerzo para encua- matrimonio.
drar su danza en la cooperación mutua. No se trata de uno o de
lo otro, sino de uno y el otro. Los dos han creado mutuamente un
estilo de vida que excluye la intimidad conyugal. Madre: Se concentró en el tra-
bajo, probablemente.

Carl: ¿Cuánto tiempo de casa- Carl:¿Simplemente en el tra-

dos llevaban cuando. usted
decidió comenzar a pensar
que su marido amaba más a
las vacas que a usted? Con este comentario, estoy
tratando de darles una metá-
fora absurda que les penetra-
rá. Estoy ofreciéndoles una
nueva manera de mirar los
hechos de su vida. La imagen
del padre abrazando a las va-
cas seguirá en ellos mucho
tiempo después de que nues-
tras sesiones hayan terminado.
bajo, eh?
/
* * * * *
Pregunta: Bien, puedo ver la mutualidad aquí, Carl. Puedo ver
que están juntos, que los dos forman parte del todo. Pero mira,
la imagen del padre acariciando a las vacas y la madre a los
. niños ... ¡Qué imagen más disparatada!
Respuesta: ¡Es un asunto crucial! Si hablas de algo que es tan
disparatado que no pueden encuadrarlo en su proceso de pen-
samiento programado, les dejas un cuadro que es tuyo, no de
ellos, y pueden empezar a llenarlo de simbolismo. Pueden em-
pezar a.llenarlo de poder, hasta que se convierte en una parte
. muy cargada de su vida.
34 DANZANDO CON LA FAMILIA
COMIENZO DE LA FAMILIA
35
Preguflta: ¿Es cierto que los granjeros se enamoran de sus vacas
d.e volvers: a cualquier otro lado en busca de afecto. Corre «el
en ¡ugar de enamorarse de sus esposas?
nesgo» de m~eresarse demasiado por sÚtrabajo, su juego de golf
o su secretana. La madurez para seguir centrado en la familia
Respuesta: ¡Desde luego! Tienen sesenta vacas y pueden nom-
p~rece ~altar. Pocos hombres tienen la capacidad de contener el
brar a cada una.
alIento y esperar que la simbiosis madre-bebé se afloje para po-
der penetrar ellos más plenamente en la relación.
* * * * * Durante .e~te período transicional que va de ser una pareja a
ser una familIa, las enormes tareas de desarrollo que se presen-
Este punto expone una variedad general, culturalmente san-
tan suelen abrumar a la pareja. A menos que logren encontrar
cionada, de infidelidad conyugal. La infidelidad bilateral del pa-
nuevamente el camino que los une, incorporando también' al
dre enamorado de su trabajo y la madre de sus hijos está muy
bebé, el matrimonio está en peligro. Crecen juntos o crecen se-
difundida. parados; no hay un camino neutral.
Al descubrir esta especie de dinámica, a menudo me impon-
Siguiendo con el punto anterior, surge una dicotomía intere-
go la obligación de rotular las traiciones emocionales del matri- sant~. Se exponen las complejidades de ser una madre para un
monio con la palabra «aventura». Si bien esta palabra tiene nor- mando.
malmente una connotación sexual, me esfuerzo por ampliar la
definición. Quiero definirla como el hecho de brindar emocio-
nalmente su corazón a alguien o algo que no es su cónyuge. Es Carl (a la madre): ¿Es realmen-
importante ayudar a los integrantes de la pareja a darse cuenta teun adicto al trabajo?
de que hay muchas maneras de distanciarse. ¿Ama su trabajo y nada
Quiero que ellos piensen en la idea de que una inversión sig- más?
nificativa en cualquier o,tra cosa puede agotar la vitalidad del
matrimonio. Madre: Sí.
Si bien la variedad sexual de infidelidad suele provocar una
sensación especial de resentimiento y amargura, las aventuras Carl: ¿No disfruta del juego?
no sexuales también son poderosas. Al desexualizar la palabra
«aventura», tengo la esperanza de transformarla en,unadescrip- Madre: ¡Oh, sí! Baila muy
ción que llegue a formar parte del pensamiento de la pareja en bien. '
la vida cotidiana. Cuando lo logro, parece tener el efecto de ele-
var su nivel de conciencia sobre la manera en que se tratan uno Carl: ¿En serio?
al otro.
La evolución usual de esta infidelidad bilateral es la siguien- Madre: Sí. Es Un bailarín ex-
te. A medida que avanza la gestación del primogénito, la madre , 'celente. También patina. Es
se siente cada vez más unida'al niño. Ella y el niño son una sola habilidoso. Las mujeres lo
cosa, mientras que el padre está algo más distante. Después del aman; ¡Todas las mujeres
nacimiento, la aventura madre-niño continúa, mientras que el lo aman!
padre sigue excluido. Al sentirse rechazado y abandonado, pue-
36 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 37

Carl? Excepto las que se casan La discusión se centró luego en la decisión de la familia de no
c~n él. pedir a la abuela materna que asisti¡;ra a las sesiones. El padre
era el-miembro de la familia más partidario de invitarla, mien-
Madre: Sí. Así es. tras q~e la madre era, evidentemente, la que se oponía más.,
(Risas.)
ctirl.' Acabo de tener una idea
Carl: Podría cambiar de lugar disparatada. ¿A ustedes se
con algunas de ellas. Enton- les ocurren ideas disparata-
ces usted podría amarlo y das alguna vez? Yo tengo
ellas podrían cuidarlo. esta teoría, las teorías me
salen por las orejas. Una de
Madre: Sí. ¡Eso es! No se dan ellas es que usted se enamo-
cuenta de lo que significa ra de la madre y luego se
vivir ton él. Yo le digo: «Oh, casa con la hija. ¿Alguna
es difícil vivir contigo, vez pensó en eso? ¿Que su
papá. Eres tan exigente». marido se hubiera enamo-
rado de su madre y luego se
Carl: Usted lo llama papá. casara con usted?
Pensé que él la llamaría
mamá. Madre: Sí, porque se llevan
perfectl\mente.
Madre: No. !
(Risas.)
Carl: ¿No la llama mamá?
Simplemente espera que us-
Cuando entramos en la
ted siga siendo su madre,
Aquí estamos discutiendo di- casa, ella viene corriendo y
¿eh? le dice: <<¡Oh, John!». ¡Lo
rectamente el hecho de que las
abraza!
relaciones pueden verse desde
una variedad de ángulos. Esta- Carl: ¿La lleva a bailar?
mos hablando sobre la diferen-
cia de ser Una esposa para un Madre: No.
esposo o una madre para un
niño pequeño. Si bien los dos Carl: ¿Usted baila también?
roles pueden formar parte de
las relaciones reales, uno de Madre: Sí, pero no tan bien
ellos debe ser el dominante. como...
38 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 39

Carl:INo tan bien como SU ma- Madre: Papá todavía habla de

d4, ¿eh? sus antiguas novias.
;.

Madre: Bueno, ella es bastante Carl: :¿Alguna vez vuelven

buena con sus pies. Es mu- ellas para competir con us-
cho más ágil que yo. ted?

Carl: Tal vez ése sea el motivo Madre: Sí. El me las pone por
por el cual usted no ha delante todo el tiempo.
abandonado el matrimonio
en todos estos años. No pue- Carl: ¿Se preocupa usted por
de llevarse a su madre. saber adónde va cuando
sale a la ciudad?
Madre: Tenemos una relación
tan estrecha, no se puede. Madre: No.

Carl: ¿Quiere decir que es una Carl: Piensa que es demasiado

especie de bigamia? ¿Su
marido está casado con las
dos?
Madre: Sí. Probablemente sí. Esto es importante. Ahora
está claro que el pa dre puede
intimar con las personas. Se
trata simplemente de que él y
su esposa están distanciados.
viejo, ¿eh?
Madre: No. Pienso que es ...
confío en él.
!
Carl: ¿Confía en él? Bueno,
¡Dios mío! ¡Es ridículo! ¿A
quién se le ocurre? Una mu"
jer que confíe en un hom-
bre.

Más adelante en la sesión, el tema central pasó a ser las anti- Madre: Bueno, confío en él
guas novias del padre. Esto dio otra oportunidad para abordar porque yo no hago nada que
la tendencia de la madre a no tomarse a sí misma más en serio. no debo.
Al cuestionar esta actitud, trato de ayudarla a ser más persona.
Esto daría el impulso necesario para que toda la familia asumie- Carl: Ella sigue siendo inge-
ra el riesgo de crecer. nua.

Dor: Sí.
40 DANZANDO CON LA FAMILIA COMIENZO DE LA FAMILIA 41

Madrel Tal vez soy una inge- en ese trabajo. Dispuesto a

nu~
Carl: ¡Confiar en un hombre!
¡Cualquiera que confie en
un hombre es un ingenuo! Aquí estoy tratando de con-
taminar la sensación comodo-
na de la madre con la visión
mortecina que tiene de su ma~
trimonio. Lo que ella llama
confianza puede ser, desde
luego, falta de interés.
.un cambio. Si fuera a decir-
lo abiertamente, creo que se
sentía suicida. Usted me en-
tiende. En la cima de un
monte y esperando que la
muerte se lo lleve.
Madre: No sé. Siempre habla-
ba de cosas por el estilo. Se
ponía enfermizo. Le gusta-
ban los funerales. Ahora no
quiere ir más.

Carl: ¿Ya no le gusta ir a los

¡Fue divertido! Fue una oportunidad de hablar entre.líneas y
funerales?
ser directo al mismo tiempo. Al molestar a la madre con respec-
to a su confianza en el padre, estoy desafiando a toda la familia
Madre: No. No le gusta ir.
para que reevalúe la idea de confianza.
Quiere mudarse para no te-
ner que ir a los funerales de
sus amigos.
EMPIEZA A SURGIR EL PADRE
Carl: ¿Cuándo cambió?
Cuando la sesión inicial se acercaba .al final, el foco de aten" /
ción volvió al padre. Esta vez la conversación se centró en el Madre: Hace un año. Dijo:
tema de su infelicidad. Se dijo que estaba agotado por la granja «Vayamos a California. Así
y el duro trabajo que le exigía. no tendríamos que ir a to-
dos sus funerales.»
Carl (a la madre): ¿Cómo es Carl (al padre): ¿Usted se sien-
eso? ¿Piensa que el padre se te solo?
agotó bace diez años?
Padre: Sí. La progresión que va desde
Madre: Bueno, no sé lo que us- sentirse consumido.a querer
ted quiere decir con la pala- hablar de su soledades. alen-
bra «agotado». tadora. Sugiere que puede ser
capaz de afrontar su necesi-
Carl: ¡Harto! Sin más interés dad con los demás.
42 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl: ¿~uánto tiempo más
pient que va a vivir?
Padre: Bueno, es una buena
pregunta. En lo que a mí se
refiere, estoy preparado en
cualquier momento.
Carl: ¿En serio?
Padre: No lo dude.
Carl: ¿Por qué?
Padre: Tuve una buena vida.
Hice todo lo que alguna vez
deseé hacer. Si volviera a
vivir, haría lo mismo.
Carl: ¿No lo haría diez veces
más?
Padre: Bueno,... ¿cómo podría
usted hacerlo?
Carl: Bien, yo no iba a hablar
de mí. Sólo de usted.
Padre: Bueno, si viviera de
nuevo, haría lo mismo. No
me arrepiento de nada. Fue
un trabajo duro, pero tiene
algo importante. Uno tiene
siempre la satisfacción de
ver lo que ha logrado. Mien-
tras que con un buen em-
pleo en una fábrica, por
COMIENZO DE LA FAMILIA 43
ejemplo, se gana bastante
dinero, pero no se tiene
nada para mostrar. Pero en
la granja, si tiene suerte y
consig'ue una buena cose-
ch", puede hacerse cargo de
su alimentación y su ropa.
No tiene deudas ni créditos ..
Carl: Acabo de tener una sen-
sación graciosa. ¿El es un
blandengue? Pensé que iba
a llorar.
Madre: Nunca llora en los fu-
nerales ni nada. Ni siquiera
en el funeral de su padre. Yo
me deshice en llanto.
Doris: Al final lloró.
Madre: Sí, lo vi al final. Un po-
quitito. !
Dar: Bueno, todos tenemos un
nivel distinto.
Carl: Yo pensé que iba a llorar
ahora. ¿Sintió ganas de llo-
rar hace un momento?
Padre: Bueno, siento... a veces
me pongo de esa manera.
Usted me entiende, pero...
Bueno, como con mi padre.
Si usted hubiese visto por lo
que él pasó. Me sentí con-
44 DANZANDO CONLA FAMILiA

tent<¡ de que pudiera mo- Capítulo 2

rirs~ Una vez más, poder tratar al
padre de ser humano. y no de LA PE,RSONA DEL TERAPEUTA: IN'TECRIDAD PERSONAL
máquina es fundamental. Es- YESTRUCTURA DEL ROL PROFESIONAL
tablecer el hecho de· que tam-
bién él tiene sentimientos es
vital.

Al terminar la sesión inicial, el padre ha empezado a mostrar

signos de humanidad y la relación conyugal ha sido redefinida
como una sociedad conjunta. La sensación inconsciente de que
hay un protagonista y un antagonista ha sido reemplazada por
un modelo más fluido. Se ha subrayado ahora su carácter inter-
activo.
El proceso de la terapia familiar gira en torno de personas y
relaciones, no de técnicas de intervención o abstracciones teóri-
cas. El terapeuta, como ser humano, es fundamental. Como lo
dicen tan bien Betz y Whitehorn (l975): «La dinámica dela psi_
coterapia descansa en la persona del terapeuta». La teoría y la
técniéacobran vida y adquieren una forma cuando pasan a tra-
vés de la personalidad del terapeuta.
Como personas que además somos terapeutas, sería una ton-
tería de nuestra parte no tomar en serio el lugar central que ocu-
pan nuestra personalidad, nuestros supuestos fi\6sóficos y nues-
tros prejuicios personales en el proceso de la terapia. Nuestras
creendas sobre la naturaleza de los seres humanos, el poder de
las relaciones y la esencia del rol del terapeut~ constituyen guías
que dirigen nuestras acciones, a menudo sin que haya un con-
sentimiento consciente.
.Si la psicoterapia ha de ser realmente un encuentro entre se-
res humanos, requiere un terapeuta que mantenga la capacidad
de ser persona. Como terapeuta profesional, uno debe interesar-
se lo suficiente por los problemas ajenos mientras conserva el
suficiente amOr por sí mismo para poder resistir ante el manda-
toculturalde.sacrificarse para salvar a la familia. El supuesto
soCial de que uno debe ser capaz' de salvar a todas las familias
qlleingresan en su consultorio es mortal. Para ser un salvador,
debe pedir también una corona de espina. Si bien la compasión
46 DANZANDO CON LA FAMILIA
es esencial, el terapeuta profesion.al no puede tener la esperanza
de s~r útil, y menos aún de sobrevivir, si está demasiado inclina-
do ~ altruismO. En este sentido, convertirse en misionero es útil
sólo para los caníbales... por lo menos para servirse una opípara
comida.
Para ser útil a una familia que sufre, el terapeuta debe ser
claro sobre la estructura del rol profesional que adoptará. El rol
que adoptamos habla elocuentemente de nuestra personalidad,
así como también de cómo vemos a los demás. Considero que la
guía básica de mi rol profesional es la de desarrollar al máximo
el crecimiento de todos los que participan en el proceso terapéu-
tico, incluido el mío propio. Tal vez, fundamentalmente, el mío
propio. Tan sólo siendo consciente de mi propia necesidad de
crecer y del deseo de evitar mi agotamiento, podría preservarse
mi capacidad de ser útil a los demás. Pero se trata de algo más
que de una función preventiva. Mi capacidad de ser real, de es-
tar vivo durante la sesión, de responder de una manera personal
es la esencia de lo que tengo para ofrecer. Esto requiere que yo
también obtenga algo. No existe nada realmente que sea puro
altruismo.
INTEGRIDAD PERSONAL
Parece absurdo, incluso para mí, tratar de decirle al lector
algo sobre su personalidad. Así que permítaseme decir algo so-
bre mi «sistema de creencias». Permítaseme compartir. algunos
de mis supuestos y prejuicios para poder transmitir algo perso-
nal sobre mi trabajo con las familias. Este «sistema de creen-
cias», como lo he denominado, se encuentra en el núcleo del tra-
bajo de cualquier terapeuta.
El primer supuesto que hay que considerar es el punto de vis-
ta básico que tiene uno de las personas. ¿Cómo las ve? ¿Qué las
impulsa a actuar de la manera en que lo hacen? ¿Por qué se tra-
tan unas a otras del modo que lo hacen? Después de más de cua"
renta años en esta loca profesión, he terminado por darme cuen-
ta de que no creo en la gente. No existe realmente nada parecido
LA PERSONA DEL TERAPEUTA 47
a un individuo. Todos nosotros somos sólO fragmentos de fami-
lias que andan flotando, tratando deyivir la vida. Toda la vida
y toda1a patología es interpersonal. Centrar la atención en los
proce~os intrapsíquicos de una persona determinada es apenas
una manera de simplificar la vida más allá de la realidad. Dada
esta perspectiva, naturalmente prefiero trabajar con familias.
Es en ellas donde se encuentra el poder real y la energía de la
vida.
Las familias no son frágiles. Son robustas y resistentes. Pro-
bablemente debería preocuparnos menos el temor de ejercer de-
masiada influencia en ellas .. Tal vez es IPás justificable la preo-
cupación sobre nuestra incapacidad para llegar a ellas de un
modo significativo. Cuando una familia entra en el consultorio
de un terapeuta, ya han decidido cuáles son los problemas,
quién tiene la culpa y qué debe hacerse para corregirlos. Como
se dice que dijo Mark Twain: «Incluso ser el borracho del pueblo
es un oficio elegido». En el drama de la vida, las familias crean
los roles, asignan ·Ias partes y dirigen la acción. En un sentido,
nos parecemos mucho al estudiante de primer año de cine que
recomienda cambios totales en el guión favorito de un director
premiado con un Osear. ¿Quién lo escucha?
Cuando una familia se acerca a un terapeuta, todos los
miembros quieren que se legitimen sus puntos pe vista persona-
les. Si bien éste es su deseo, no es lo que nece~Úan. Lo que nece-
sitan es una experiencia que los libere de las perspectivas blo-
. queadas que han desarrollado. Necesitan que les den la oportu-
nidad de ver a su familia en un contexW más complicado. Que
los despojen de las dicotomías distorsionantes, bueno-versus-
malo, a las cuales han retrocedido. En efecto, necesitan que les
quiebren la situación de comodidad en la que se encuentran.
Tienen que ser liberados para poder generar el tipo de ansiedad
requerido que los impulse a realizar un esfuerzo de crecimiento
gigantesco. He llegado a pensar que este proceso es como un fer-
tilizante de muy buena calidad. Aunque no huela bien, es nece-
sario para obtener un crecimiento óptimo. y si no, pregúntele a
cualquier granjero.
Me siento cómodo impulsando a la familia porque creo en su
48 DANZANDO CON LA FAMILIA
pote~ci~l ilimitado. Sus miembros tienen la capacidad ?e ex-
pandl"rse y progresar, si tan sólo se animan a intentarlo. MI tarea
es es,tprzarme para ~ovili~ar ese c?r~~e. Par~ hacerles ver que
los conflictos y las diferenCias de opmlOn nO tienen que ser nece"
sariamente desastrosoS. Que la única manera de salir de la pro-
verbial bolsa de pape! húmeda es comenzar a menearse. Pero es
algo más que el ingenuo punto de vista <<nada se arriesga, nada
se gana». ¡Las familias se interesan en sus miembros! ¡Realizan
profundas inversiones emocionales I ¡Se necesitan mutuamente!
Si no se los impulsa, dando por supuesto que podrían empeo-
rar las cosas, se decide por la familia que sus miembros están
demasiado enfermos para curarse y son demasiado ineptos para
crecer. Se trata de supuestos peligrosos. Se refleja en ellos una
posición deshumanizadora. Según mi manera de pensar, no son
verdaderos.
'Sin embargo, se trata de un asunto delicado. Si bien mi tarea
es impulsarlos, no es mi tarea ni mi derecho decirles cómo cre-
cer. Tratar de venderles mi modelo de vida sólo socavaría sus re-
cursos, sus capacidades. Tienen que descubrir su propia fórmu-
la, en lugar de tratar de imitar la mía. Todo este asunto de «ayu-
darlos» es realmente bastante aterrador. Tratar de «ayudarlos»
los rebaja, porque sugiere que mi manera de vivir es superior a
la de ellos. Dados los muchos terapeutas que he conocido, inclui"
do yo mismo, no veo que haya pruebas de este supuesto. Para
decirlo sucintamente: «ayudar no ayuda».
Los terapeutas no tienen el poder de imponer el crecimiento
a una familia. No les pueden decir cómo ser más reales. Su im-
pacto sólo puede provenir del proceso personal en el que partici-
pa con ellos. Si usted aprende a entrar y salir cuando trabaja
con una familia, ellos- terminarán obteniendo algo valioso.
Aprenderán algo sobre el proceso de individuación y pertenen-
cia. Si usted se pierde y no logra ser afectuoso y duro a ,la vez,
ninguno ganará.
Otra manera de explicarlo es decir que las familias no crecen
a causa de algo que el terapeuta les hace. El verdadero creci-
miento eS algo que el terapeuta y la familia hacen mutuamente.
No se trata de la familia, tampoco de! terapeuta, sino que la fami-
LA PERSONA DEL TERAPEUTA 49
lia y e! terapeuta componen juntos el vehículo del crecimiento.
Lo,que convierte a esta idea en extráña es el hecho de que im-
plica que «nosotros» no somos diferentes de «ellos», Que somos
más semejantes a las familias que tratamos, que diferentes c,!e
ellas. SI esto es verdad, ¿qué tenemos entonces para ofrecerles?
¿Cómo funcionamos cuando nos despojamos de la bata de gur'ú
o el traje de salvador? El rol de experto o gurú tiene cierto atrac-
tivo porque nos engaña haciéndonos creer que somos especiales.
Que tenemos la sabiduría o la inteligencia ,necesaria para hacer-
les saber «a ellos» algo más sobre la vida. Es atrayente, pero es
mortífero. Después de todo, las probabilidades son que todos us-
tedes también morirán. Incluso estoy llegando a la idea de que
no sobreviviré para siempre.
La parte realmente traicionera de todo esto es que aun cuan-
do hayamos podido captar algo de nuestra propia fragilidad y
humanidad, las familias que tratamos pueden estar dispuestas a
vernos como sabelotodos. Nuestra responsabilidad es entonces
pincharles la ilusión. Debemos hacerles saber que en realidad
no podemos mostrarles el camino. Que para llegar a cualquier
parte deben ensuciarse las manos. Mi manera favorita de hacer-
lo es revelar pedacitos de mi propia condición humana. Alentar-
los a reconocer algunas de mis limitaciones.. Ulja réplica-tipo
cuando piden que se les diga qué hacer con su vida es: «No sa-
brí'lni cómo empezar a decirles qué hacer en su situación. Ten-
go bastantes problemas para llevar adelante- mi propia vida.
Pero me alegraria tratar de ser de alguna I}tilidad en suJucha
con la vida».
Una vez que se ha superado todo eso de la propia grandiosi-
d'ld y se ha llegado al convencimiento de no ser nadie ofrecién-
dose a todos, ya se está preparado para considerar lo que real-
mente implica ocuparse de los demás. Para ser un terapeuta ver_
c,!aderamente atento, o lo que es lo mismo, una persona, hay que
Ser capaz de caminar por una cuerda floja. Mientras que la ca"
pacidad de ser cálido es fundamental, la capacidad de ser duro
es.igualmente esencial. Tener una sola de ellas no basta. La cali-
dez excesiva normalmente hace caer en la trampa de la «ayu-
c,!a»,' mientras que una dureza exagerada suele ser sádica. Los
 LA PERSONA DEL TERAPEUTA 51
DANZANDO CON LA FAMILIA
50
rd d alidez-dureza deben estar en creo que las teorías sobre las que hemos leído tengan mucho que
dos cqmponentes de laddua I a ~e confrontar en la medida en ver con nuestros supuestos básicos. Piénsa que es a la inversa:
I
eqUl'Iih
11\r1'0 , Sólo se pue e rea men . . encontramos teorías que encajan en nuestros prejuicios. Cuando
que se puede prot~er.1 dilema que tienen todos los padres. ~a~ tropezamos con una idea que nos gusta, automáticamente la in-
Se parece muc o a . amo también de dlscl- troducirhos en nuestra computadora. Si se adapta a nuestra pro-
¡' ular y apoyar, aSl c . . gramación, la ratificamos. Si no se adapta, la rechazamos por
que ser capaz d e es 1m b n equilibrio resulta dlfícIi;
" Encontrar un ue ser incorrecta o, por lo menos, no útil.
plinar a IoS h IJOS. ". . 'bl Se ha dicho,que no se tra-
mantenerse en ese lllvel es frlmposl en' la educación de los hijos.
t' nfar o acasar e . I
ta realmente d e nu d d 'ón que se tiene es elegir a
'1 . . La ver a era opc! , sí MISMO
No eS esa a 0pclOn. ' t d demasiado estricto o demasl a - LA UTILIZACIÓN DE
manera de fracasar, ¿s~r~ us e, do o será demasiado flexible?
do blando? ¿Controlarad ,em~s~~caso será parte de la tarea. Sin Antes de fortificarnos en la armadura de teorías y técnicas
No importa cómo lo gra u,:" e d contrar un equilibrio viable. que ofrecen protección cuando empieza a fallar nuestro coraje,
embargo, persiste el com=tldo : e~e sí mismo en las sesiones es es fundamental echar una ojeada a nuestro mundo de valores y
Su deseo de poner m s y m sd d cadenar la experiencia prejuicios. Sobre todo cuando la principal herramienta de un te-
I'¡' que pue e esen rapeuta es él mismo.-
el ingrediente cata I ICO 'fico aprendizaje cuan-
" d I f milia Es un maglll En un sentido, esto sugiere que todos nosotros debemos rein-
de crecimiento e a a · la preocupación que usted
do la familia finalmente ac,:,pta que dureza y a la vez con ventar la rueda para poder ser terapeutas, Debemos enfrentar-
II ede malllfestarse con . d nos con la vida y con nosotros mismos antes de poder ver por de-
siente por e os pu ' f u do cuando se dan cuenta e
amabilidad. y es meluso mas pro ~ usted se interesa por us- bajo de la superficie. Debemos tener acceso a nuestros propios
que a pesar de que se interesa po; e o:de provocar una conmo- impulsos, intuiciones y asociaciones. Tan sólo después de haber
ted mismo aún ~ás. AUU,qU; ~: ~Js~óndel gurú, es también un luchado con usted mismo podrá llevar su persoIja, no sólo el
ción si eXiste algun vestiglO e parse por usted. Una vez uniforme de terapeuta, al consultorio. /
· ' I no tener que preocu 'b Uno de los .peligros reales exiStentes en nuestra especialidad
alivio. Los a l IVIa a I f 'l'a puede centrarseh re-
liberada de esta carga late~te, a ami I , es buscar con demasiado ahínco en los hechos externos lo que nos
mente en sus propias necesldades¿ e debido a la intensidad capacitará para ser terapeutas. Es importante darse cuenta de
Por último, debemos comPfren.l,:,r qu probable que tengamos que nosotros filtramos y organizamos estos «hechos» a través
'd d aporta l a ami la es de nuestros mecanismos internos. Esto les permite encajar en
y profun d I a que f nc'la Esta SUpera en mu-
'. de contratrans ere . nuestro sistema personalizado de prejuicios. Recuerde, yo lo veo
una intensa reacqon . . ' d' .dual En realidad ahora
cho lo que es normal en la terapltaramnsflev~enci~ es decir, de una a usted sólo a través del filtro de mi familia. La búsqueda de mí
. t ata de una co- , , mismo,por consiguiente; es fundamental para poder utilizarme
pienso que se r d sl'mple contratransferencIa
, I más que e una , a mí mismo,
transferencia rea , b d la familia debido a SU
. Al' rsa los mlem ros e ' Uno de los primeros indicios sobre la manera en que podré
reactiva, a mve , 'd d almente reaccionan con ma-
. fí' como Ulll a norm trabajar con determinada familia es la medida en la que puedo
presencia slca ' e s ecto al terapeuta.
yor profundidad entre sÍ, ~~e,cons~ 1: arece. en realidad tienen verme a mí mismo en ellos. Esto tiene cierto valor de pronóstico
Estos supuestos, o p~eJUlc~s, I p t Ti~nen muy poco que . con respecto al grado de penetración que lograré con la familia
su origen en mi,s cr,:,enc~as so r: : g~~~~o. En realidad, yo no o de empatía con ellos,
ver con cualqUier tipo e conc p o
 52 DANZANDO CON LA FAMILIA
LA PERSONA DEL TERAPEUTA
.
'r
53
,si realmente puedo verme en sus luchas, tenemos una proba-
bi~idad. Si, en cambio, párecen demasiado diferentes, demasia- ne por objeto compartir la perspectiva n .
do'\tjenos, tenemos un problema. Si nuestros,mundos son dema"
siado diferentes, la colaboración de un coterapeuta que conozca
~:rs~~~~n:s:~ac:~i~~~s Á~~~~ejo l~liber~a;~:I~:~;;;r::~r~~~
esta f9 r ma de compartir. muacl n vaya dar un ejemplo de
más íntimamente el mundo de ellos puede ser inestimable. Una
grave disonancia cultural no impide necesariamente la terapia, Cuando había transcurrido la mit d d i . . ..
CCln una familia, la sesión había perdi: . : ~ e~evlsta inicial
pero hay que tomarla en serio.
callado, empecé a pensar en un proble~~n ~:s. ,mo se~bían
Siguiendo un estilo similar, si noto que me está resultando
ro. Y entonces se entabló el siguiente diálo~o: tema con mI vele-
muy difícil ocuparme de determinada familia, es una buena
idea hacérselo saber. Respuestas como las siguientes: «Miren,
me está resultando difícil captar algo personal de parte de uste-
des. No me transmiten ninguna sensación de su sufrimiento. Si Padre: Bueno, ¿de qué debemos hablar? Usted es el experto aquí.
pudieran 'ser más personales, tal vez yo podría sentirme más in-
Terapeuta' Resulta .
volucrado», pueden revitalizar una sesión.
Toda terapia que resulta útil implica cierto grado de agonía pensando cómo n~:~~~o:~nq~;o~~~:aI~u~r:;n~r;:~~:o :sta~a
y lucha. A medida que la familia se esfuerza por alcanzar nuevos ro. TIene la cadena rota y no he podido arreglarla. mI ve e-
territorios, el terreno se vuelve traicionero. Para que puedan (Pausa.)
realmente asumir el riesgo de ese viaje, deben llegar. a aceptar la
idea de que el sufrimiento no es un enemigo. Es más bien un
compañero. Mi capacidad para ocuparme de ellos, para invertir Madre: Usted también está aburrid . h? .
que me muero de abur" o, (e . Hace diez minutos
en ellos, es lo que ayuda a hacerlo tolerable. Si ellos perciben mi , nmlento y me pr b d
estabamos escondiendo. egunta a e qué nos
interés, considerarán la posibilidad de hacer el viaje. De lo con-
trario, tienen razón en desistir. /
~r La confrontación personal, desde luego, es la otra cara de la
Lo curioso en todo esto es u .'.. .
\.Ereocupación personal. Sólo podemos amar en la medida en que qUe estaba aburrido Cu d ql e YOdm SIqUIera me di cuenta de
'podemos odiar. ComO dijo una vez Winnicott (949): «Si no ha . an o a ma re lo d" .
zón. Mi honestidad esp t' IJO, VI que tenía ra-
sido odiado por su terapeuta, ha sido engañado». La confronta" milia volviera al tema don ane~ en esta situación hizo que la fa-
ción personal es una experiencia valiosa. Es un acontecimiento su fantasía de que de e:d::u;lr I~ responsabilidad. Los sacó de
que nos estimula a todos. Yo quiero que «ellos» tengan que en- j Otra de ml's c p. e mI para que yo les enseñe
frentarse «conmigo». Hace que la sangre fluya. Lo que es impor- . reenc\as es que cu d ' .
ha, cualqu.ier idea , .pen sarnlento
. o an o me. reuno
aso' , con una fami"
tante es la experiencia, no el resultado. Como sucede enel matri- en mi cOtlciencia les perte 11 ClaClOn que se abre paso
monio, una relación que tiene una infraestructura de afecto pue- conjuntoterapeuta_famili nece ~ e os tanto como a mí. Es el
de ser enriquecida y mejorada por la confrontación. Aquella a la o imágenes Ya que ,a combmado lo que suscita estas ideas
que le falte este cimiento se derrumbará. Tal vez incluso más fá- familia. De~de luegoes ~Sl, par~c~ adecuado compartirlas con la
cil en el escenario terapéutico que en el conyugal. Como tera- relacionado con el g~~1 c~noclml~nt? de estas asociaciones está
peuta, mi tarea consiste en participar de una experiencia real sea. Con la capacid d o e conOCImIento de mí mismo que po-
con la familia, no en tratar de cambiarlos. La confrontación tie- procesos internos. a que tenga para sintonizar mis propios
 DANZANDO CON LA FAMILIA
54 .'.
A!continuación presento algunos ejemplos.
q~e
«1ViO esa sonrisita que pasó por su cara cuando dijo
nunca pensó en engañar a su mujer? Bueno, a mí se me ocurrió
una asociación absurda: Me recordó al chiquillo al que pescaron
con la mano etl el tarro de los dulces. Me pregunto por qué esos
dulces son siempre más ricos.»
«La manera en que ustedes dos se distancian tan cuidadosa-
mente uno del otro me da miedo. No me asombraría que se sin-
tiesen tentados de tener una aventura. Por lo menos podrían ilu-
sionarse un rato con una seudointimidad.»
«Qué cosa, la manera que tiene su niño de pelear tanto con su
padre me trajo a la memoria una historia bíblica. Me vin? la ex-
traña asociación de que habían criado a un pequeño DavId para
matar a Goliat.»
LA RESPONSABILIDAD DEL TERAPEUTA
Una de las áreas más problemáticas para los terapeutas es
la de determinar cuál es su responsabilidad ante la familia con la
que están trabajando. Se trata con un terreno peligroso d~b.ido a
los supuestos tácitos, implícitos, que subyacen en las posIcIOnes
adoptadas. Cuanto mayores la necesidad que siente el terapeuta
de asumir la responsabilidad de un paciente, menor es su con-
fianza en la capacidad del paciente para comportarse como una
persona competente. Debemos evitar que la gente se convenza
de que es inepta. Por ejemplo, durante mucho tiempo he recha-
zado la idea de llamar al maestro de un niño para discutir su
problema de conducta. La razón básica es que no quiero re·
forzar la idea de que los padres son estúpidos. Son ellos los que
tienen que hablar con el maestro, no yo. Ellos conocen mejor a
su hijo que yo. Lo aman más de lo que nunca podría llegar a
amarlo yo.
. Mi postura es esforzarme por ser receptivo a la familia sin
LA PERSONA DEL TERAPEUTA 55
ser responsable por ellos. Yo trato con ellos en un nivel simbóli-
co «como si», nunca asumo un rol de la {idaTeal. Mi objetivo es
ser todo 'lo personalmente receptivo que pueda. Deseo que se
produzca, un intercambio humano. Pero fengo el cuidado de evi-
tar cualquier intento encubierto de parte de ellos para renunciar
a la r,;,sponsabilidad de su vida. Es su juego, no el mío. En reali-
dad, mi responsabilidad es impulsarlos para qÚe acepten la ple-
na responsabilidad de su vida.
El otro aspecto de mi responsabilidad es más técnico o teóri-
co. Dados mis prejuicios y creencias sobre la gente ylo que sig-
nifica el crecimiento, debo tomar algunas decisiones profesiona-
les. En este punto de mi trabajo me centro más en el crecimiento
óptimo que en el crecimiento poco significativo. Por consiguien-
te, asumo como mi responsabilidad la de barajar las cartas a fa_
vor del cambio. Quiero crear las condiciones que acrecentarán
la posibilidad de un crecimientoreal. Un alivio temporal o cam.
bios menores sin un impacto real revisten poco iIítérés.
Este condicionamiento de las circunstancias requiere que
tod~ la familia asista a la sesión. Considero que el organismo fa-
mIlIar es la fuente real de poder e influencia. Si no se toma esto
en serio se crea una situación en la que todo:crecimiento puede
se~ en realidad u~seudocrec~miento.La red famiYar más am-
plIa puede destruIrlo con faCIlIdad y volver a su equilibrio ho-
meostático. En este campo, tengo que,ser yo el que asuma la res-
p~ns~b¡¡idad, Se parece mucho a la situación del cirujano que
ne~eslta cierto instrumental antes. de comenzar una operación
s~na, Sería tonto de mi parte empezar sin tener ninguna posibi-
lIdad de éxito. La presencia de toda la familia es la única mane-
r~ que conozco para generar la ansiedad y la motivación necesa~
nas para el cambio.
:'Sibien cada situación familiar puede merecer una evalua-
'd ión individual de la~ «condiciones mínimas» necesarias antes
. e.empezar, tenga CUIdado con aceptar demasiado poco. Es me-
Jorno empezar, que empezar y fracasar. Yo me esfuerzo para
que ellos tomen su propia vida emocional en serio. Pero es impe-
que yo no los tome más en serio de lo que ellos están dis-
sr
Ii~lesltos a tomarse a mismos .
\
 DANZANDO CON LA FAMILIA
56
ror último, debo aceptar la responsa~ilidadplena por las de.-
ciskones que adopto y los actos que reabzo.
LA ESTRUCTURA DEL ROL PROFESIONAL
Además de los innumerables factores personales que influ-
yen en nuestra manera terapéutica de ser, también e?tr~ en jue-
go un modelo profesional más formalizado. La capaCItación pro-
fesional que recibimos y las ideas y valores que encontramos en
los libros, cursos y supervisiones, contribuyen todos a formar
este modelo que está en constante evolución. Si bien puede re-
sultar difícil definir este modelo en abstracto, resulta muy claro
cuando observamos nuestro funcionamiento clínico diario.
Uno de los primeros temas qúe hay que abordar es definir
qué es un terapeuta. ¿Cómo define usted s,: ~o~ Y su función pr~­
fesionales? ¿Qué desea hacer? ¿Cómo decldlra responder en di-
versas situaciones clínicas? No existe en realidad un modelo
clínico preformado que usted jJueda adoptar. Su int~r~retación
ideográfica de las ideas de los otros le da su marca Ulllca. Exa-
minemos esta cuestión.
He llegado a pensar que eLrol del terapeuta es una especie de
posición parental.Tal vez, más bien. una función seudoparental,
porque nunca estoy tan investido de ella que·pueda tomarse en
el sentido del mundo real. No estoy dispuesto a llevarme a la fa-
milia a casa cuando necesiten un lugar donde estar. He cumpli-
do esa función para educar a mis hijos, pero ya no estoy más en
el mercado. Mi participación tiene que ver más con elámbito de
un padre simbólico. . ..
Tal vez la idea de un padre adoptivo lo expbque meJor. Alte-
rapeuta le falta sin duda el lazo de identificació~primitivo del
padre biológico. Si bien puede ocuparse de los hiJOS, está claro
que no es realmente parte de ellos. Apart: de este con;.ponente
biológico. incluso el rol de un padre adoptivo es demasiado am-
plio. Mi investidura tiene más limitaciones de las que evoca ese
rol. Pero la imagen del padre adoptivo sirve. Los límites son ~I~­
ros y están convenidos con franqueza. Yo me ofrezco a partlcl-
LA PERSONA DEL TERAPEUTA 57
par, pero retengo la opción de decidir ~uándo deseo salir. No es
un compromiso para toda la vida. Porúltimo, hay dinero de por
medio; 'lo cual pone de manifiesto que nuestro acuerdo no es to-
talme'1te altruista.
Con este modelo básico, es más fácil evitar la tentación de ser
transformado en el rol de cónyuge, amante o hermano. Tiene
que quedar claro que pertenezco a una generación diferente, que
estoy actuando en un metanivel con respecto a su vida. Cuando
siento que me empujan a cumplir otro rol, me muevo rápida-
mente para ponerlo al descubierto e invalidarlo.
En una sesión reciente con una pareja que se encontraba en
un atolladero, salió a la luz una situación así.
Esposa: Y bien, doctor, ¿qué piensa? Ya ha oído cuáles son nues-
tros problemas y ve lo desdichada que soy. Usted debe de
haber trabajado con otras parejas en situaciones similares.
¿Cree que sería sensato divorciarme de él?
Terapeuta: Bueno, no sé. Yo no estoy disponible, sin embargo.
. Llevo cuarenta y siete años de casado y no estoy dispuesto a
dejar a mi mujer por usted. Y tampoco creo en la poligamia.
/
Mi respuesta tiene por objeto poner al deSClibierto la manio-
bra manipuladora y subrayar lo absurdo que resulta pedir a
otro que dirija su vida.
La: idea básica de participación merece también ser exami-
nada de cerca cuando se trabaja con familias. Si bien es relati-
vamente sencillo poder empatizar y ofrecer apoyo a un indivi-
duo angustiado, es mucho más complicado cuando se trata de
Una .familia. Todo comentario que uno hace es oído y filtrado
p.or varios oídos. Si se trata de ser empático con la mujer, ell11a"
ndoescucha que el terapeuta se ha dejado embaucar por la par-
.te qlle le corresponde a ella en la historia. Si se les dice a los pa-
dres que educar a los hijos es una tarea dura, éstos interpretarán
que usted está de parte del enemigo. Ejemplo de esta especie de
mala interpretación selectiva aparecen siempre.

58, DANZANDO CON LA FAMILIA
Ea solución es hacerles saber qlle usted ha tomado a la uni-
da~familiar, como centro {le atenc!ón: Que,usted ~o tiene interés
en aliarse a favor o en contra de mngun miembro o subgrupo en
particular. Que usted está impulsando a toda la familia para
que crezca.
Una de las cosas básicas por las cuales se nos elige como te-
rapeutas es la honestidad. Nadie necesita realmente un apoyo
falso. Ser una prostituta psicológica puede ofrecer cierto nivel
de comodidad corrupta, pero no es lo que vale. Parte del rol, en-
tonces, es establecer-un encuadre en el que usted desarrolla la li-
bertad de ser franco con ellos sin emitir juicios. Cuando usted se
enfrenta con la familia, lo hace a partir de su propia honestidad,
no con la intención de que ellos lo acepten. Si yo digo: «No creo
que esté siendo honesto», es bastante diferente a decir: «Usted es
un mentiroso». No estoy acusando ni tratando de venderles un
punto de vista, simplemente comparto mi impresión.
Padre: ¡Eso me ofende! Vinimos a verlo porque tenemos miedo
de que Johnny vuelva a intentar quitarse la vida. ¿Y ahora us-
ted está tratando de convencernos de que está haciendo estas
locuras para evitar que yo mate a su madre? ¡Es ridículo!
Terapeuta: Bueno, yo sólo estoy tratando de ser honesto con us-
ted. Creo que es algo que a usted no le pasa muy a menudo.
Según mi modo de ver, la familia está jugando con fuego. To-
dos ellos parecen vivir temiendo sus arranques explosivos. So-
bre todo su mujer. Johnny ha encontrado una manera de ha-
cer que usted piense en las posibles consecuencias, si la cosa
se le va de las manos.
Padre: ¡Es absurdo!
Terapeuta: Lo siento. Pero mi tarea es ser sincero con usted. No
me interesa sumarme a la lista de los que le temen y por lo
tanto le mienten.
_,'"U'V, ¿Por qué no me ayuda?» Si bien esto es inevitable de vez
"
,
LA PERSONA DEL TERAPEUTA 59
La cuestión de los secretos es otro cOmPonente de esta estruc-
tura de rol. Yo creo que no puede haber'secretos entre los miem"
bros del~ faronilia: Mi rol es facilitarles la lucha para crecer. Ser
un depqsilano de secretos o dejarse seducir para formar alian-
zas encubiertas son actitudes que no encajan en este rol. Sin em-
bargo, asumir esta posición tiene su precio. Uno tiene que ser ca-
paz de tolerar la idea de que los miembros de la familia deciden
retener información «cruciaj", Tal vez prefieran callarse para
q.ue no se~ de conocimiento' público en la familia. Desde luego,
SI. las reumones sólo se realizan con la familia, se reducen al mí-
mmo las oportunidades de actuar así. Pero la cuestión suele
pre.se~tarse de muy diferentes maneras. Los terapeutas suelen
reCibir llamadas telefónicas, cartas o visitas casuales no progra-
madas.
La ~onclusión de este tema es más o menos así. No hay datos
tan v~hos.~s que pueda~ copvencerme para que ingrese en una
consplraclOn con un miembro de la familia en contra de otro.
Prestarse a esa maniobra política puede efectivamente invalidar
al terapeuta COmo persona potencialmente útil. Por ejemplo, si
usted acepta hablar a solas con el marido y éste le cuenta que
está metido en una aventura amorosa, ¿qué hace cuando se en-
cue~trac~n la pareja? Si usted se lo d.ice a la muj9r, traiciona al
mando. SI u~ted guarda la confidenCia del marido, está conspi-
r~ndo encubiertamente con él en contra de ella. Cuando ella
dlc~',luego que siente que él ya no la ama, ¿usted qué hace? La
~?ClOn de r~velar tímid~mente la presencia de un «secreto» pero
m descubnr su contemdo parece una jugarreta sin demasiado
valor real.
L .
t o I~portante aquí es que las guías que usted elige para ac-
uar Son Importantes. Cuando recibo una carta, una llamada te-
lefónica, etcétera, tengo por norma empezar la reunión siguiente
-descr!biendo el hecho. Esto por lo menos aclara las cosas y nos
¡nanliene en el buen camino. Desde luego, también me libera de
a atadura y la preocupación de tener que guardar un secreto.
u~o de mis chistes favoritos aparece un terapeuta sentado en
Silla atado y amordazado. El paciente le dice: «Doctor, sufro
60 ',',
DANZANDO CON LA FAMILIA
encpando, por lo menos no seamos nosotros los que aportemos
la s~ga y la mordaza.· . .
fÍayotro elemento más para tener en cuenta. Puesto que una
de mis creencias es que la ansiedad es necesaria para impulsar
el cambio, no tengo interés en reducir su tensión prematura"
mente. Hacerlo sería antiterapéutico. La aceptación de los secre"
tos suele tener un efecto de lipa confesional. Es decir, disminuye
la culpa pero lamentablemente disminuye también la motiva"
ción para cambiar.
Mi perspectiva de las familias es que sus miembros están in"
terconectados masivamente. Tengo poca confianza en el concep"
to de que las ideas o la información pueden promover el creci"
miento. Para que se produzca un cambio verdadero, los miem"
bros de la familia tienen que comprometerse emocionalmente
entre sí. Necesitan experiencias reales, no iluminaciones cere"
brales. Mi esti.lo consiste en insistir en las experiencias emocio"
nales, no en las enseñanzas educativas.
El objetivo de la terapia es ayudar a las familias a alcanzar
un nivel de vida más satisfactorio. La simple remisión de los sín"
tomas no es suficiente. Considero que la remisión de los sínto"
mas es un efecto secundario de una terapia productiva, pero no
su objetivo. En realidad, puede ser que vivir sin síntomas sea
simplemente una ilusión destructiva. Un objetivo más realista y
agradable sería desarrollar la libertad de tener una vida fami"
liar que estimule la rotación de los chivos expiatorios. Todos los
miembros de la familia podrían beneficiarse entonces con la ex"
periencia de ocupar todas las posiciones.
. l~do en horas de la noche, ella podría contrarrestarla con su pro"
Capítulo 3
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR:
ASPECTOS POLITICO-ADMINISTRATIVOS
y ETAPAS DE LA TERAPIA
El viaje de la terapia familiar empieza con una cita a ciegas
y. termina con un nido vacío. Como sucede con cualquier otro
tipo de relación, pasa a través de una serie de fases y luchas.
Mientras que muchas de las cosas que sucederán son predeci"
bIes, respecto del resultado final siempre hay incertidumbre.
Nunca se sabe realmente si uno va a lograr entenderse bien con
hnapersona desconocida.
Supongamos, por ejemplo, que usted atiende el teléfono y lo
invita a. salir un perfecto, o no tan 'perfecto; descdnocido, inme"
diatamente comienza una complicada secuencia de evaluacio"
nes y pruebas. Además de averiguar cómo cons'lguió su nombre
ysu número de teléfono,usted rápidamente. saca a colación te"
mas referidos a conocidos comunes, intereses coincidentes ypla"
nes específicos para la cita. Si esto siguiera las pautas clásicas
Pa,ra una cita, la mujer en cuestión que está siendo invitada,
e~!\luaría cuidadosamente al potencial pretendiente y sus inten"
ClOnes. Si su propuesta incluyera un encuentro en un lugar ais"
pIa sugerencia. Tal vez ella le propondría ir a comer con tres de
sus mejores amigas en el lugar más público de la ciudad. El, en"
tonces, pridría aceptarlo o rechazarlo. En todo caso, la mujer
creería que ha actuado sabiamente.
Cuando es requerido inicialmente por una familia, el tera"
62 DANZANDO CON LA FAMILIA
peuta;se encuentra en un dilema similar. ¿Usted acepta sin cues-
tioniIÍ: la propuesta que le hacen? ¿O trata de llegar a unacuerdo
de cú'hcesiones mutuas para asegurarse de quela relación se es-
tablezca en términos aceptables? Tengo la convicción de que el
terapeuta debe empezar siempre identificando la propuesta de
la familia y luego hacer una contrapropuesta que, considerada
adecuada, no interrumpa el juego. En realidad, creo que es
aconsejable hacer algún tipo de contraexigencia inmediatamen-
te. Tiene que protegerse a sí mismo para no ser atrapado por la
familia. Si bien no es necesario que dicte rígidamente una serie
imposible de condiciones, usted tiene que asumir una posición
clara. Seguidamente se desarrolla un proceso político de ida y
vuelta. Este intercambio telefónico inicial para fijar la entrevis-
ta determina el tono de lo que va a seguir. A esta lucha inicial se
la denomina la Batalla de la Estructura.
WLA BATALLA DE LA ESTRUCTURA
El punto clave aquí es que el terapeuta se enfrente a la nece-
sidad de actuar con integridad personal y profesional. Usted
debe actuar de acuerdo con sus creencias. Las traiciones no le
sirven a nadie. La Batalla de la Estructura consiste en realidad
en que usted se enfrente consigo mismo y luego les presente el
resultado a ellos. No es una técnica ni un juego de poder. Es la
fijación de las condiciones mínimas que se requieren antes de
empezar.
Madre: Hola, ¿el doctor Whitaker? Soy la señora Johnson y me
gustaría hablar con usted con respecto a algunos problemas
que tengo. Mi médico de cabecera, el doctor Jones, me dio su
nombre.
Carl: Cómo no. Hable con su marido, así fijaremos la hora.
Madre: Bueno, no era eso en lo que estaba pensando. El es un
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 63
hombre muy ocupado. Además, en realidad no cree que sea
necesario hablar sobre los problemas. "
Carl: Me pl\rece que se nos presenta un inconveniente. No traba-
jo con pacientes individuales.
Madre: Bueno, ¿pero no podría entrevistarme a mí sola esta pri-
mera vez? Así podría explicarle toda la situación.
Carl: No, lo siento. No podría hacerlo.
Madre: Pero yo no le he dicho que lo iba a llamar a usted. Podría
disgustarlo.
Carl: Lo síento.
Madre: Pero el doctor Jones dijo que usted podría ayudarme. Me
dio su nombre expresamente. ¿Y ahora me dice que no quiere
ayudarme?
Carl: .No, no le estoy diciendo eso.
Madre: ¿Entonces me recibirá sin mi marido? I
Carl: No... pero si usted lo trae, podemos reunirnbs.
Mddre: Bueno... Trataré. Pero no puedo prometerle nada.
yarl: Muy bien. Yo tampoco. Cuando lo haya organizado, pode-
o Íllos reunirnos. A propósito, sería importante también que tra-
., jera. a los chicos.
lv1adre : Eso sería realmente un error. Ellos no saben que Jack y
. 'yo tenemos problemas. No queremos mezclarlos demasiado
.' .en·esto.
,",un:·A. mí me parece que ellos también san importantes en la fa-
.'ti'Ílllma. Realmente es necesario que vengan.

64 DANZANDO CON LA FAMILIA
Marre: Me es imposible llevarlos.
, liarla totalmente; la iniciación de este tipo de proceso unificador
Cdiil: Está bien, respeto su derecho a hacer esa opción.
Madre: ¿Entonces nos verá sin los éhicos?
Carl: No, yo no dije eso.
Madre: Muy bien. Muy bien. ¿Qué hora puede darme?
Después de haber luchado con este obstáculo inicial, la tera-
pia tiene la probabilidad de empezar con una nota productiva.
El descubrimiento más conmovedor que he hecho con este tipo
de lucha telefónica es que el resultado tiene que ver más conmi-
go que con ellos. Ellos perciben mi firme convicción en lo que
estoy diciendo y responden en consecuencia.
Si usted cree que necesita un grupo determinado' antes de
que valga la pena invertir su tiempo o la energía de ellos para
empezar, lo obtendrá. No se trata de intimidarlos. Se trata de
hacerles saber lo que es importante para usted. Desde luego,
hasta que usted sepa lo que cree, es difícil ser claro. Pero cuida-
do, la flexibilidad excesiva sólo es buena para los contorsionis-
tas. Usted puede lograr reunir dos generaciones, tres generacio-
nes, a veces cuatro, si las pide. Novios, novias, ex cónyuges,
amantes actuales, etcétera, son todo,s presas de caza si usted los
aborda.
Recuerdo una s",sión a la que asistieron un abogado y su es-
posa, su.ex esposa y su actual amiga. Fue terrible escuchar a las
tres mujeres comparando observaciones sobre él durante dos
horas. El se alegró cuando pudo librarse de ellas y volver a la
sala del tribuna!.
La Batalla de la Estructura es el período del torneo político
inicial con la familia. Necesito establecer lo que Bowen llamaría
una «posición "yo" O> con respecto a la familia. Cuando empiezan
a oír y a captar las condiciones y limitaciones quejes presento,
su respuesta automática es comenzar a construir su propia «po-
,
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 65
'r
sición "U:osotros"o> .. Si bien normalmente)leva tiempo desarro.
es uno dé'losaspectos centrales del trabajo con las familias. Es
Lin pasot(n la evolución de un sentido de la lealtad Onacionalis-,
mo familiar. En algún nivel, todas las familias tienen un sentido
de le1!ltad que espera ser convocado. La aparición dara de este
sentido de identificación y orgullo familiar no es algo q'ue nece"
sita ser creado; las semillas ya están ahí. Necesita sólo la oportu'
nidad de echar raíces y crecer.
Hay que tener en cuenta por lo menos dos niveles al conside-
rar estas condiciones dé la terapia. Abordamos el componente;
basado en los hechos, de la realidad: quién asiste a las sesiones
a quién se le pide que hable primero, qué acepta el terapeut~
como definición del problema, etcétera. Estas' decisiones las
toma siempre (incluso decid~r no decidir es una decisión) el te-
ri'peLita.y merecen su atención directa. Sus decisiones reales
pued",n variar de vez en'cuando. Por cierto, se supone que varían
entre un terapeuta y otro. Mi propia manera de pensar con res-
pec~o a estos asuntos se ha cristalizado con el tiempo pero sigue
varIable en cierta medida. Estas variaciones en general obede-
, cen a mis propios procesos en un nivel más profundo. Mis creen-
cias y mis valores me dictan lo que es negociable 'Y lo que no
~.. !
Al ~j~r estas condiciones, lo que d",seo es h'lcer particip'lr '1
. \'1 f'lm¡]l'l en un proceso interactivo que culmine en un inter-
9'lm bio experiencia!. P'lra que el proceso de la terapia produzc'l
efectos y no sea simplemente educ'lcional osoci'll, debe consis-
W·en experienci'ls re'lles, nO sólo en viajes ment'lles. Si .bien 1'1
,,¡,rdl;'c"lción puede p'lrecerútil, norm'llmente produce sólo Un'l
'p.1'l neri'más sofisticad'l de explic'lr 1'1 vid'l, no de vivirla.
. ''):'EI'otro componente fund'lmental de este proceso es 1'1 C'lpa-
',9~~ad d~1 terapeut'l p'lra tom'lr en serio sus propias necesidad",s.
F~ryertlrse en un mártir profesional s'lcrificándose por 1'1 f'lmi-
",~'no :onstituye un modeloadecu'ldo. Ceder o comprometer sus
..?Tre?Cl'lS, paut'lS y necesid'ldes lo único que produce es el agota-
}')'lle1J:to del'terapeuta. Estoy convencido de que el 'lgot'lmiento
));In efecto secund'lrio del frac'lso en nuestra lucha por 1'1 inte-
,- :,/,
-<,":':)if't
wé4f:M
 66 DANZANDO CON LA FAMILIA
gridpd, no una función de nuestra lucha con ellos. Su decisión
de {onver.tirse en lo que usted cree que ellos,desean es un error
su~. . zos? Los criterios personales son infinitos.
El comentario que hago normalmente a las familias: «En
realidad yo no estoy aquí por ustedes. Estoy aquí parlo que yo
puedo obtener», es una manera de decir que no estoy aquí para
ofrecer los servicios de una prostituta profesional. Les hace sa-
ber que seguiré siendo el centro de mi propia vida, que no tienen
que preocuparse de protegerme. Una vez más, el interés real re-
quiere un distanciamiento (interés por uno mismo) y la capaci-
dad de comprometerse personalmente. Si el impulso fundamen-
tal para usted no es su propiO crecimiento, degenera en «ayu-
da». Una vez que ocurre eso, todo está perdido. Ellos se vuelven
ineptos y usted impotente.
En esta observación se refleja también mi convicción de que
si puedo lograr algo personal en mi contacto con la familia, la
experiencia entre nosotros será algo vivo. La vitalidad de la ex·
periencia les brinda también a ellos la oportunidad de crecer,
Yo deseo crear las condiciones en las que el crecimiento sea po-
sible, pero acepto plenamente que no puedo forzarlo ni orques-
tarlo.
cJ)CÓmo establecer una metaposición
~ El joining o coparticipación
Es importante examinar aquí la idea,de la participación. La
participación consiste en desarrollar suficientemente unacone-
xión para sentir por lo menos que vale la pena corÜinuar, Mien"
tras que se suele pensar que se trata de algo que el terapeuta le
hace a la familia, yo he llegado a considerarlo Cama algo que ha"
cernas con una familia. Es decir, realizamos una especie de ex-
periencia mutua.
La calidad de esa experiencia es el resultado de una serie de
factores. En parte, la sensación subyacente que tenemos del de" ,
seo que nos mueve a relacionarnos mutuamente. ¿La familia
siente que tenemos capacidad e incluso ganas de conocerlos y
comprenderlos? ¿Somos capaces realmente de escuchar? ¿Pode-
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 67
mas responder de una manera real y no falsa? ¿Sentimos que
son personas en las cuales estamos dispuestos a invertir esfuer-
Otro factor es la participación automática que surge a partir
de antecedentes comunes, experiencias similares o perspectivas
compartidas. Esta especie de esencia común implica una mayor
capacidad de empatía. No dependemos tanto sólo de las pala-
bras para transmitir la profundidad de nuestra experiencia.
Desde luego, este nivel de conexión también implica el dilema
de los puntos ciegos y la superidentificación. Yo «sé» lo que
quiere decir un granjero, padre de familia, cuando dice que está
aislado o habla de su amor por las vacas. Lamentablemente, tal
vez no me parezca que haya algo problemático en eso. Pero por
lo menos puedo entenderlo. .
Con esta clase de familia demasiado familiar, debo tratar de
descubrir maneras de alejarme de ellos y poner cierta distancia.
Podría jugar con objetos de manera distraída, tomar notas para
desviar la vista de ellos o trabajar con un coterapeuta para tener
un «nosotros» al cual pertenecer.
/
-Al comienzo trato de establecer una metaposiéión con res-
pecto a la familia. Quiero que ellos entiendan qué pueden espe"
tarde mí y qué espero yo de ellos. Esta relación no se concibe
cómo si fuese entre iguales. Deseo que se entienda que en mi rol
de terapeuta soy miembro de una generación mayor.
''la metáfora de un entrenador de un equipo de béisbol es una
bÚena .manera de describir cómo será la reláción. Al igual que el
entrenador, no me interesa realmente jugar en el equipo, t,an
•... s(llo'fue interesa ayudarlos a jugar mejor. Si me dejo convencer
'15árajugar de primer bateador, resultará difícil que vuelva a la
Y',n'retaposición de entrenador, Ellos tendrán todo el derecho de
'1'!~st>erar que yo juegue por ellos. "
·,~;.rj.Sin embargo, el mensaje más destructivo de esa situación es
~lÍe,yo no valoro demasiado al primer bateador que ellos yatie-
 DANZANDO CON LA FAMILIA
nen. lBs una manera de decirles que mi. manera de vivir es mejor
que~.a de ellos. Es una forma engañosa de tratar de convencerlos
para que dejen de desarrollar sus propios recursos y elijan a
cambio mi propio estilo. Se· trata de un tipo de sabotaje del que
pueden prescindir.
Cómo convocar al grupo
Uno de mis métodos para concretar este .tema es tratar de
convocar a todo el grupo antes de empezar. Al igual que sería
torpe que un entrenador comenzase el juego sin presentar a todó
el equipo, se corre un riesgo considerable si se.comienza latera,
pia sin que estén presentes todos los personajes ¡;Iave. 'Los
miembros ausentes pueden sentirse dejados de lado por no ser
cOl1sideradosvitales para el funcionamiento global de la. fami-
lia.. Además, por lo general se produce en ellos una sensación
justificable de paranoia con respecto a lo que se dijo en su au-
sencia. Cuando se dan cualesquiera de estas dos reacciones, las
semillas del sabotaje echan raíces. Yo deseo el permiso de toda
la unidad para participar. El esfuerzo coordinado de cualquier
miembro de la familia ausente para socavar la capacidad .de
ca~bio de la familia, por lo general, tiene éxito.
Lnsta directriz d~ convocar al. ~rupo constituye un .e~fuerzo
~
~ .para crear la sensación de la famlha ¡;omo· umdad y legitimar el
valor de cada miembro individuaU También sirve para impedir
la acción de una poderosa fuente te sabotaje y los obliga a acel':
tar mi principio de que el paciente es toda la familia. por último,
reduce al mínimo la probabilidad de que yo sea arrastrado a
una excesiva participación, que podría resultar contraprodu'
cente. ' . ' .
Wn efect~~l!.-n_dario_E",-"stadecl,,;0,!-e~que.'c-contpdala.-fu:.-
1Z·-:giHA1?s~~;t;;-¡:;afa,~~t~;t~~d~~e~~J¡~~~h~¡;I:~v:l;~::~;~~:
das, nadie a quien culpar sin producir repercusiones interperso-.
nales y no hay modo de negarlo que se ha discutido. Este tipo de
ansiedad por lo general hace más posible el cambio.
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 69
Parece sobre todo peligroso decidir realizar la sesión cuando
la esposá-madre o el'marido-padre está ¡m.sente. Por ejemplo,
reunirse sin el esposo-padre es una manera evidente de declarar.
su papel vacante. Usted se está reuniendo con personas que ya
tienen relaciones establecidas. Por consiguiente, inmiscuirse en
la díada marido-esposa ocupando su lugar automáticamente
crea un triángulo. Los hijos, también, pueden considerar que us-
t~des preferible a su padre. Se trata. de una extraña posición
para alguien que tiene interés en ser útil a una familia, a menos'
desdé luego, que esté descontento con la suya propia. '
El concepto teórico de la propiedad emergente también tiene
qu~ ver en esto. El concepto de la propiedad emergente estable-
ce'que no se puede conocer un organismo diseccionándolo y exa-
IT,Ji,nando sus partes componentes.. Si bien .uno puede generar
ideas y desarrollar hipótesis sobre toda la familia basadas en el
contacto con una parte de ella, el error o el factor de distorsión
es innecesariamente elevado. Por definición, el nivel de inferen-
cia implícito se intensifica. Esto recuerda el cuento de los tres
cieg()sque trataban de describir a Un elefante.basándose en el
c()niacto que tenían sólo COn una de sus partes. Las perspectivas
qJ:1e proporcionan la trompa,.la oreja y la pata son muy diferen-
tes. Igual sucede con las familias. .•
Tal:vez el efecto más desastroso, sin embargo, ¿ea lo que le
sucede a la familia. No reunirse con todo el grupo lbs priva de la
oportunidad de· tener una experiencia terapéutiCa óptima. E!1
lugar de unificar a la familia, se forman triángulos, alianzas y
coaliciones.
;.. ;
t~','.
L:o;menZ'ln~lo por el padre
. Al comienzo de la sesión inicial hay algunos otros caminos
.$~.e.recorro,Miestilo más usual de empezar realmente la ,entre-
• y,~~ta es preguntarl.eal padr.e cómo fu. ncion~ la~a~il..i a.•~g!l m.a-
-rade proceder obedece directamente a mi prmClplO deque los
'~rnBre.L§.º-?-::mii.nº.s=émo~ioüaf;s:Y-:aee¡;-Sioles:que-:las:miijet:~-'
*h.s.l'l.puede.impulsar al padre para que surja emocionalmente y
70 .. DANZANDO CON LA FAMILIA
se cohvierta en un verdadero ser humano, esto 'Puede ofrecer
unaJsperanza inesperad~ a toda la f~milia. En lugar. ~e dejar'
que ~ padre actúe como SI fuese el vecino de alIado, qUiero que
se mude a su propia casa.
Carl: A ver, ¿puede decirme algo de la familia?
Pádre: Desde luego. Decidimos llamarlo por un problema que te-
nemos con nuestra hija. Ha estado faltando mucho a la escue-
la y esto tiene que terminar.
Carl: Eso es lo que me dijo su mujer por teléfono. Me estuvo ha-
blando de ese problema.
Ahora lo que me interesa sobre todo es oír algo sobre la fami-
lia y su funcionamiento.
Padre: No estoy seguro de lo que quiere decir.
Carl: Si yo le hubiese preguntado sobre un equipo de fútbol, us-
ted sabría qué contestarme. Usted me entiende, quién produ-
ce, quién no produce. Cómo trabajan la defensa y el ataque.
Quién es el líder espiritual-emocional.
Supongo que sabe más de su familia que del equipo de fútbol.
Padre: Todavía no estoy seguro de lo que quiere oír.
Carl: Bueno, tal vez podría empezar contando algo sobre usted.
Por ejemplo, cuáles son sus preocupaciones. Las cosas que lo
mantienen despierto por la noche. Cuáles son sus temores más
íntimos. Cualquier cosa que nos permita empezar a hablar.
Esta forma de comenzar es más complicada que la de sim-
plemente Centrarse primero en el padre. Se trata en realidad de
atraer y cOmprometer a los marginados emocionales. Al involu'
crarlos, la configuración cambia. Se abren nuevas posibilidades.
Es normal que yo deje a la madre y a todo paciente identificado
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 71
para el final. Quiero conversar con todos los otros miembros de
la familia antes de dirigirme a ellos. .
Alflpliar los slntomas
El diálogo anterior también 'alude a otra de las primeras ma-
niobras. Por lo general, las familias llegan a la terapia con un
miembro determinado que manifiesta un síntoma que preocupa
a toda la familia. Mi perspectiva es que esto debe considerarse
como un billete de entrada. Nunca hay que creer el cuento de
que ése es el único problema de la familia, ni siquiera el más im-
portante. Mi objetivo es ampliar el panorama lo más pronto po-
sible sobre cuáles son los problemas y por qué han venido.
Es como empezar un juego de póquer. Es importante que to-
dos apuesten. Algunas familias lo hacen con relatiya facilidad,
mientras que otras se resisten completamente a la idea. Las que
se resisten en realidad tienen más miedo que resistencia y a me-
nudo resulta estimulante desafiar1as en este sentido.
Hace poco, una familia compuesta de tres integrantes -la
madre, el padre y una hija de seis años- asistieron a una sesión
inicial. Pensaban que la niña tenía fobia a la escuela,. La madre
era bastante obesa y el padre era evidentemente un/profesional
de carrera, clase «A». Mis primeros intentos para ampliar el sín-
toma de la familia más allá de los temores escolares de Sarah no
dieron resultado. El padre permanecía mudo, rehusando abor-
dar ninguna preocupación personal y negando que hubiese pro-
blema alguno de.relación. La madre acudió en su ayuda cuando
yo lo apremié respecto a su dedicación excesiva a su profesión.
Ella comentó que se sentía orgullosa de su marido y d.el éxito de
su· carrera. En.pocos años había llegado a tener una elevada po-
sición en una firma respetada. Aunque él trabajaba casi setenta
y,;cínco horas a la semana y con frecuencia volvía tarde, ella ha-
bía aceptado esta situación como precio de su éxito. Terminó su
Comentario agregando que su marido era la clase de hombre que
l).ecesitabaestar inmerso en el excitante y vertiginoso mundo de
los negocios. A continuación siguió el siguiente diálogo.
72 DANZANDO CoN LA FAMILIA
Carl: <!'üsted quiere decir que él ha perdido completamente el in-
ter~ por usted? . de~u mujer o prefiere jugar con otros cÓl11pañeros?
Madre: Bueno, no, no se trata de eso. Sólo que su manera de con-
tribuir a la familia es asegurarse de que tengamos todo lo que
necesitamos.
Carl: Excepto un padre y un marido, quiere decir.
Madre:' No, es un buen padre.
Carl(dirigiéndose a la hija): Sarah, ¿crees que tu madre se preo"
cupa pensando que tu padre podría estar besándose con su se-
cretaria? Ya sabes que él pasa muchas horas en su trabajo. Tal
vez se sienta solo también.
Sarah: No, Los papás no se sienten solos. Sólo las mamás, pero
como mamá me tiene a mí, ella tampoco tiene por qué estar
sola.
Carl: Bueno, sin duda me alegra que cuides tan bien a tu madre
pero me siguen preocupando los papás. Es muy difícil decir
cuándo están solos. . personal. Cuando la ilegativa de Sarahse vincula a lá función de
Después de haber sentado las bases para que ellos empezaran
a indagar en su relación, aunque sin impulsar una. exploración
abierta por el momento, continué la sesión ·en otra dirección'.
Naturalmente ellos volvieron al tema de la negativa de Sarah de
ir ala escuela. Danzamos en torno del tema evidente de su dedi"
cacióna la madre y el deseo de ayudarla a disiJ;nular su sensa"
ción de depresión.
Más adelante en la misma sesión, quise que la madre tuviese
la oportunidad de mirarse realmente a sí misma. Ella se estaba
quejando de su incapacidad para jugar tenis con su marido a
causa de su peso.
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 73
Car/ (dirigiéndose al padre): ¿A usted también le preocupa el peso
Padre: Por ',supuesto que me encantaría que ella se. de.dicara a
este deporte, pero no es posible..Sería peligroso para ella es-
forzarse, con su obesidad.
Carl: De modo que usted no quiere sentirse como si la hubiese
matado por haberla incitado a jugar tenis. Creo que puedo en-
tenderlo. ¿Cómo se las arregla para vivir sabien.do que ella se
,va suicidando lentamente con su obesidad?
El marco del síntoma ahora se ha ampliado, Aventuras ex-
traconyugales, sobrealimentación autodestructiva y una brecha
en la relación se han puesto aJ descubierto. Si bien pueden no es-
tar de acuerdo con algunas de estas formulaciones, se van de la
sesión con más cosas para tener en cuenta. No es necesario que
estén de acuerdo. Mi tarea es complicar su excesiva simplifica-
ción inicial que distorsionaba la realidad' familiar.
Además de ampliar la constelación del síntoma, también tra-
to M cámbia.r su perspectiva para que logren unavjsión inter-
¡koteger a su madre, el cuadro se modifica, Comienza a centrar"
s"biun problema familiár, no en caprichos opat610gías indivi-
.. duales~ Al implicar al padre en el hábito de sobrealimentación
a~lámadre, hago de esto una función de la relación, no un indi-
cio de falta de voluntad.
<~)::btroaspectodeestetraba:jb se centra en la capacidad del te-
rapeuta para ser «mordaz». En este contexto, significa tanto el
<teseo de ser honesto en mi reacción ante ellos, como el rechazo
! a, traicionarlos siendo artificialmente protector. Es mi responsa'
':~Uidad ayudarlos para que puedan mirarse a sí mismos con más
\~oraje. El hecho de ocultar las preocupaciones e ignorar las zo-
.¡j,~sproblemáticas no tiene valor para nadie. Eso lo pueden con-
:¡~tiir en casa. ,
."'Al tratar de ser lo más honesto posible, mi objetivo es des-
74 DANZANDO CON LA FAMILIA
enqadenar una interacción real que no se limite a una simple
retlresentación de roles sociales. Yo quiero que sea más perso-
na1. Vista desde esta perspectiva, la postura tradicional de la
preocupación espontánea por el otro puede verse sólo como algo
dolorosamente superficial. Para que el interés sea real, tiene que
insertarse en un contexto que sea honesto. De algún modo, ser
«mordaz» es ser capaz de interesarme por el otro.
A estas alturas, la familia ya conoce algo de mi modo de
pensar. Se inicia enWncesotra fase de la terapia. A ésta se la
denomina la Batalla por la Iniciativa. En esta fase, el objetivo es
impulsar a la familia para que sea más proactiva. Tienen que
asumir más responsabilidad por lo que se va revelando en la
terapia.
LA BATALLA POR LA INICIATIVA
Cuando usted ya ha librado con éxito la Batalla de la EstruC-
tura estableciendo Su metaposición y las condiciones de la tera-
pia, el proceso c,ambia. Ahora que la familia ha aceptado,en
cierto sentido, sus exigencias, se corre el riesgo de que se quede
abatida y le pase la pelota austed. I-.a fase siguiente, entpnces, es
hacer que ellos asuman la responsabilidad de lo que sucede en
I~ terapia. La sellsación subconsciente a veces es: «Está bien,
Whitaker, usted nOS hizo jugar a su manera. Si cree que es tan
extraordinario, ahora arréglenos.» Se trata de un territorio peli,
groso. Puede ser que satisfaga el narcisismo de algunos. A mi me
resulta pavoroso y absurdo.
No es de extrañar que la segunda entrevista empiece más o
menos así:
Padre: Bueno, ¿de qué debemos hablar?
Car1: No estoy seguro, realmente.
Padre: ¿Tiene más preguntas que hacernos? ¿Necesita más infor-
mación?
EL PROCESO DE LA TERAPIA FAMILIAR 75
.
'1'
Car1: No, no gracias. ES,toy bien asÍ.
(Silencio.)
,Madre: ¿Cree que debemos continuar donde lo dejamos la vez
pasada, o prefiere que pasemos a un tema nuevo?
Car1: Para mí está bien de cualesquiera de las dos maneras.
(Silencio.)
Padre: Bueno, a mí me gustaría que nos orientase un poco. Des-
, pués de todo, le estamos pagando por sus conocimientos,. no
,. sólo para que esté ahí sentado.
Car1: No me interesa realmente decirles sobre qué es importante
que habhm. Ustedes se conocen mejor que yo.
. ,Mis conocimientos me dicen que lo que yo pienso no es muy
(,. importante ahora. Lo fundamental es lo que ustedes decidan
i hacer entre sÍ.
.Pádre:¿Entonces de qué nos sirve usted? ¿Para qué lo necesita"
'mos? .
Car1: No estoy seguro de que me necesiten. Yo estoy aquí para
'tratar de intensificar el esfuerzo que ustedes hacen para tener
una relación más vital.
absolutamente estúpido de mi parte que intentase decir-
,;,J,,;1)Jlles céimo vivir. Mis pautas de vida no son más válidas que las
','¡;,'SUlVas. Ustedes son lo que tienen que iniciar el juego.
este punto de la terapia, el esfuerio está dirigido a conse-
·¡¡(tirie",p ellos se hagan cargo de sí mismos. Que tengan el coraje
"1'~(t'Drr"m la iniciativa para enrrentarsea sí mismos en lugar de
el terapeuta lo haga por ellos. Hay que acabar con la
1'111:asiia de que el terapeuta lo hará todo mejor..
76 DANZANDO CON IAFAMILIA
Slilele ser un período marcado ,por tensiones y silencios car'
gad'l~ de ansiedad. Lo comparo con el momento en qu!, el agua
está '~alentándose en la cafetera pero todavía no llega al punto
de ebullición. No se trata de que el terapeuta sea un «don Na-
die»,. Sino de que la familia llegue aser alguien. Necesitan en-
frentarse unos con otros. Es una invitación a vivir ya dejar de si-
mular.
El hecho de que esperen que la solución provenga de·measí
como la idea de que si alguien nos diera las «palabras mágicas»
lograríamos lo que queremos, puede ser perjudicial para la fa-
milia. Cuando ellos conscientemente ponen la posibilidad de
cambio directamente en mis manos, se están socavando a sí mis-
mos. Yo quiero que se enfrenten a la realidad de que ellos son los
verdaderos jugadores, pero les ofrezco el alivio de.que soy un en-
trenador competente.
Es imperativo que este aprendizaje se produzca gracias a al-
gún tipo de intercambio experiencial, no mediante una enseñan-
za ·aislada. Otra manera en la ¡que trato de comunicar esta idea
es la de no iniciar .nunca el tema de si habrá otra sesión. Son
ellos los que tienen que abordarlo. Si no lo hacen, yo tampoco. A
menudo hago hincapié en el sentido contrario, negándome a fi-
jar otra entrevista hasta que vuelvan a 'su casa y hablen' del
tema.
§ALIANZA TERAPÉUTICA
Si se logra completar con buenos resultados la Batalla de la
Estructura y la Batalla de la Iniciativa, se constituye lo que con"
sidero una alianza terapéutica. Así que hemos establecido el ca-
rácter de nuestra relación y ellos han tomado las riendas, esta-
mos preparados para seguir adelante. Constituimos ahora un
suprasistema funcional.
La idea de formar una alianza terapéutica con una familia es
complicada. Mi intención es identificar a la familia como pa-
ciente. No me interesa aceptar a la.oveja negra que ellos ofrecen.
o al caballero inmaculado que veneran (¡tenga cuidado! El caba'
EL PROCESO DELA TERAPIA FAMILIAR 77
lleroinmaculado 'es tan vulnerable como la oveja negra) o,' in-
cluso, a un subsistema, como paciente válido; Tampoco estoy
dispuesto a aceptarlos como pacientes en serie. Mi trato lo l¡.ago
con la familia; La familia' es más que la suma de las partes.
, Mi capacidad para verlos siempre como un organismo multi-
facético, densamente interconectado, es lo 'que permite mi alian-
za con' ellos, Si bien puede que no resulte detectable para un ob-
servador, yo he percibido que la familia puede darse cuenta de
que estoy interesado en ellos como unidad. ,
Esto desemboca en una· fase en la que la política es menos
fundamental. Nuestra conexión adquiere un carácter más perso-
nal.' Como estamos liberados de este esfuerzo, tenemos más li-
.b'ertad para ser espontáneos y creativos. Soy capaz ·de percibir
,cada vez más mis asociaciones e imágenes internas. Puedo ser
réceptivo'con ellos en· lugar de sentirme, responsable por ellos.
Por .10 ·general, la familia acepta 'más mis intentos de ser más
personal" así como también mis decisiones de separarme o dis-
tanciarme.Puedo ejercer una individualización y la pertenencia
sin demasiadas distorsiones. Son sin duda, menos dependientes
y tienen una mejor percepción de sí mismos. El hecho'de sentir·
nos cada vez más cómodos en el proceso deindividualizaci6n y
participación revela un crecimiento real y señala la existencia
de un sistema sano, más adaptativo. ,1 ,
En este período es cuando la familia empieza.. a hacer algu-
nos cambios. Avanzan y son capaces de arriesgar.más sin la pan'
talla del problema 'que presentaron' al llegar a-la terapia. Cada
paso que dan es importante y yo quiero asegurarme de que se
den cuenta de que fueron ellos y no yo lasque hicieron el cam"
bio.Trato de alentar su esfuerzo sin dirigirlo.
Podríamos comparar experiencias, compartir sueños, etcéte-
ra. Mis asociaciones se hacen más vívidas. Por ejemplo, cuando
rabiaba con una familia sobre el efecto que el enojo del padre
'producía en todos ellos, es decir, que los deprimía inmediata-
mente,surgió una imagen en mi cabeza. «Miren, se me acaba de
Ocurrir una idea de lo más absurda. ¿A ustedes también se les
ocurren a veces? Era la imagen de uno de esos artefactos que se
Hsan en la cocina, de tamaño gigante, con un rótulo que decía

78 DANZANDO CON LA FAMILIA
"trituradora de personas". Supongo que la función de este apa-
rati es hacer con su padre' lo mismo que el. enojo de él hace con
tod~s ustedes. ¿Están pensando en comprarse una?»
Este comentario dio por resultado una discusión mucho más
directa sobre el temor que les inspiraba el padre. Con el tiempo,
permitió descubrir que al padre no le gustaba el rol de ogro pero
no sabia cómo hacer para comportarse de otro modo.
FINALIZACIÓN
A medida que continúa el crecimiento de la familia, los inte-
grantes usan cada vez más sus recursos. Adquieren la confianza
necesaria para rechazar lo que yo pienso y comienzan a confiar
más profundamente en lo que piensan ellos. Me ven cada vez más
humano, ahora con fragilidades y todo. Se toman la libertad de
hacerme bromas con respecto a erron!s o ideas estúpidas. En
efecto, empiezan a verme como una persona, no sólo como un
rol. Llegan a ser su propio terapeuta. Asumen la responsabilidad
de su ,vida.
Independientemente de la.sensación que experimento de in-
minente pérdida, mi tarea es despedirlos dándoles mi bendi-
ción. Como le sucede a cualquier padre cuando sus hijos se van
a la universidad, experimento una sensación de pérdida. Pero
les doy mi bendición y son libres de regresar cuando quieran.
Sin embargo, no se van 'con las manos vaCÍas. El impacto de la
experiencia de una terapia compartida queda entretejido en el
tapiz de sus vidas.
La decisión de partir deben tomarla ellos. Es su vida. Si las
cosas han salido bien, parten con más afectividad y más libertad
para ser personas reales.
Cuando me doy cuenta de que se aproxima esta fase, trato de
registrar pistas o indicios que sugieran que están listos para par,
tiro Cuando los detecto, los pongo de manifiesto. La decisión de
terminar la terapia debe adoptarse con cuidado. Es antiterapéu-
tico tratar de interferir en su decisión de partir. El terapeuta
debe respetar este proceso.
" . - . r ~
Ió h~ch el-kv&' . .
e
h L PROCESO DE LA T~ AliULIAR 79 "
EL NIDO VAclo
El nuevo jarrito de café con la leyenda: «La vida es dura.
Luego te :mueres», a veces parece tener razón. Cuando la familia
se va, hay una sensación de pérdida. Hemos invertido afecto
mutuo y ahora experimentamos el dolor de la separación. Si
bien suele haber una parte de alegría, la pérdida es real.
Puesto que se trata de algo corriente en la vida del terapeuta,
es necesario tomar algunas precauciones. La mejor manera de
aliviar el sufrimiento es contar con un grupo profesional de apo-
yo. Cuando se pertenece a un grupo, nunca se está realmente
solo; Es mejor no insistir en que la familia propia satisfaga todas
esas necesidades. La capacidad de separar el rol profesional de
la vida reales esencial.
OTRAS CUESTIONES
Cómo se determina el menú
Uno de los aspectos realmente interesantes de la sesión ini-
cial es que, como se trata de una cita concertada a ciegas, nadie
se conoce. Esto le permite al terapeuta andar hufgando y tan-
teando sin la sensación de que es premeditado'! Por lo general
me propongo introducirme en una amplia gama de temas difíci-
les en la primera reunión. Es uno de esos momentos mágicos.
Las familias pueden soportar investigaciones sobre casi todo sin
quedarse mudos. Cuando se establece que esos temas son impor-
tantes para la vida, hay un acuerdo tácito de que podemos vol-
ver a ellos más adelante. Los impulsos asesinos, suicidas, sexua-
etcétera, son todos temas que merecen ser mencionados.
Cuando queda claro que estos temas son normales, se vuelven
\TÍenos tóxicos.
!?::' Si el terapeuta no lo hace al principio, más adelante se en-
'~Qiitrará con actitudes más negativas y defensivas. Cuando en la
pécima sesión pregunta a la madre sobre sus impulsos homici-
,~as, ella sospecha que la pregunta está motivada por algo que

DANZANDO CON LA FAMILIA
80"\"h
obs<Írva en ella y no sólo porque el terapeuta sabe que todo el
mu~do tiene ese tipo de impulsos..
Cómo encarar los impasses
¡Los impassesson inevitables! Los períodos en los que usted
se siente bloqueado y no sabe qué camino seguir· son parte del
proceso.
Mi manera favorita de salir dé este tipo de situación es invi-
tar a un consultor a la sesión siguiente. Esto me· permite tener a
alguien con quien sentirme unido. Brinda una visión ,binocular y
me da el espacio necesario para ver las cosas de manera diferen-
te. Además de ayudarme, el consultor ayuda a la familia a des,
truir su fantasía mágica de que sólo yo podría ayudarlos. Como
ahora ven más claramente parte de la duda que me embarga a
mí mismo, afrontan el tema de la necesidad de cambiar.
El punto de vista nuevo del consultor a menudo despeja la si-
tuación y le permite al terapeuta salir del atolladero. A veces es
necesaria una verdadera sacudida.
il:lluestros m,1.mdos personales. subterráneos están dominados; por
',,\!l1a, corriente de impulsos y símbolos en desarrollo. Aunque no
'~jj¡mpresonvisibles,sé que están ahí. No tengo que sorprenderme
,
"
Capítulo 4
TERAPIA FAMILIAR SIMBOLICO-EXPERIENCIAL
Resulta difícil hablar de todo este asunto de la terapia sim-
bólicade una manera quena sea simbólica. Es como hablar so-
breel amor. Se pueden encontrar palabras que representan.sólo
unnivelsuperficial. La única esperanza tal vez sea la d(l hablar
con metáforas, como han descubierto los poetas.
".' Se me ocurre ,comparar la terapia simbólica con la infraes-
tructura de una ciudad. Lo importante es mirar todo lo que exis-
te por debajo de sus calles y edificios. Esto es lo que permite que
la';vida.sobrela superficie siga sU marcha. Aun cuando no pueda
;verlas, cuando miro para afuera sé que hay cañerías de gas y de
agua corriente, a veces líneas telefónicas, que corren por debajo
d(l la superficie. Este mundo subterráneo es esehcial para la
de la ciudad. Además de no ser directamente observable,
de operaciones también se caracteriza porque tiene un
tipo general en todas las variedades existentes de hoga-
res, comercios y oficinas. El efecto es omnipresente.
'(I,Oe una manera similar conceptualizo la terapia .simbólica.
,j'lói',suexistencia ni cuestionarla. Así como el agua fluye por las
.¡¡erías debajo de nuestras calles, los,jmpulsos fluyen pornues-
: rinGonsciente, Somos todos.iguales en este sentido. Todos
~emosestas infraestructuras. emocionales que aseguran el 'flu-
dé¡nuestr(¡s impulsos. Aunque a veces permanecen ocultos a
/Í'ista, O parlas. menos disfrazados, esos impulsos existen.
82 DANZANDO CON LA FAMILIA
El¡ difícil examinar la terapia familiar sin verla como un pro-
yect<i, de paternidad simbólica de primera magnitud. Después
de to1:lo, la familia viene a nosotros con la' idea de quepódemos
ayudarla, que podemos mejorarla. Nosotros, desde luego, no es-
taríamos en esta descabellada profesión si no nos perturbara, en
alguna medida, la misma idea. Queremos ser útiles a los demás,
hacerlos alcanzar vidas más plenas y felices. Queremos mitigar
algo del sufrimiento que hay en el mundo.
La dificultad aparece cuando pasamos de esta idea a poner
en práctica lo que se supone que tenemos que hacer. ¿Cómo nos
ingeniamos para ayudar, o ser útiles, en el esfuerzo de creci-
miento de la familia, sin socavar torpemente el mismo progreso
que buscamos? Una vez más, ¿se trata de vernos como padres
reales, con todas las obligaciones correspondientes de ocupar-
nos de que nuestros hijos hagan locorrectó, ó tenemos unaobli-
gación menos concreta? ¿Podemos permitirnos dejar en sus ma-
nos la dimensión real de acción y elección? Tal vez la verdadera
pregunta sea: ¿podemos permitirnos no hacerlo?
Tengo bien claro en mi mente que el terapeuta debe ocupar
una metaposición con respecto a la familia. Es decir, hay que
mantener la visión de todo el grupo, guardar cierta distancia y
no ser absorbido para asumir el control ,en el nivel de la reali-
dad. Si bien me interesa mucho conversar con ellos sobre su
vida y participar en una verdadera experiencia en el consulto-
rio, aquí acaba todo. No tengo interés en ser un elemento funda-
mental en el proceso de adopción de decisiones de la vida reaL
Ellos deben conservar el control en este nivel y a mí me corres-
ponde ocuparme de que ellos lo hagan. No sólo tengo que evitar
hacerme cargó, sino que además tengo que impedir que ellos me
vean como alguien que podría hacerlo. Los acontecimientos
concretos de su vida revisten interés tan sólo porque son mani-
festaciones de sus infraestructuras emocionales y de relaciones,
y no por su realidad literaL
Se trata de una yuxtaposición interesante. Ingreso en la rela-
ción con la intención de no dejarme convencer'por ellos y así lle-
gar a ser demasiado literal y orientado hacia la realidad. La fa-
milia llega al consultorio pensando que desea cosas concretas.
TERAPIA FAMILIAR SIMBÓLICO-EXPERIENCIAL 83
Ellos quieren que yo les ofrezca soluciones para su vida, que les
proporcione la poción mágica que terminará con sus males, In-
clusoel médico que hay en mí sabe que eso es ridículo. Suelo
responder ,a esa clase de demanda contándoles que mi varita
mágica está descompuesta desde que un pequeño curioso de
cuatro años arrancó la estrella del palito, convirtiéndola en una
estrella china. No existen palabras mágicas, artilugios o ejerci-
ciOs que puedan transformarlos en un grupo perpetuamente eu-
fórico. No hay manera de ,evitarlo.
¡Pero no es imposible! La gente puede aprender a vivir una
vida más íntima y enriquecedora. Pueden encontrar niveles cre-
cientes de satisfacción y alegría. La clave reside en su capacidad
para experimentar el mundo de una manera más amplia y pro-
funda. A medida que se amplía nuestra experiencia de la vida,
tenemos vidas más ricas, aUn cuando los elementos de la reali-
dad se mantengan iguaL
Desde luego, las situaciones de la realidad a veces cambian
también. No se trata de que me oponga a un cambio mundial
reaL ¡Lejos de eso! Se trata simplemente de que el rol que'labro
para mí mismo no está centrado en los acontecimientos de la
realidad de sus vidas. No vivo con la fantasía de que soy respon~
sable de su realidad. Sin embargo, como interactuamos en el
mundo simbólico-experiencial, ellos pueden extraer/algo que les
hará modificar su vida. Yo no los cambio, pero sucede a menudo
que ellos cambian.
EL MUNDO DE LOS SíMBOLOS
i Todos nosotros filtramos nuestra experiencia de la vida a tra-
vés de un número relativamente pequeño de conceptos. Es la ri-
queza o pobreza de estos conceptos lo que determina en gran
l1ledida la experiencia subjetiva de la vida. Como la capacidad
del esquimal para percibir diecisiete clases diferentes de nieve,
" frente a la única categoría de nieve que cOnoce el habitante ur-
'/ bano de los Estados Unidos. El significado y el efecto de la reali-
. }lildexterna están determinados por nuestra, realidad interna.

84 DANZANDO CON LA FAMILIA
La mism~'sinfonía puede resultar magníficamente estimulante
I
o~erriblemente aburrida; Depende del oído del oyente.
~En una terapia orientada' al crecimiento, lo fundamental es
concentrarse en la expansión del significado de la experiencia y
en la ampliación de los ·horizontes de la vida. Organizamos
nuestra vida en torno de nu~stros limitados sistemas de repre-
sentación internos. Cuanto más rico y diverso sea este mundo,
mayor será la libertad y la creatividad que tendremos. Si pode-
mos ayudar a ampliar el mundo simbólico de las familias que
tratamos, podrán tenel'vidas más plenas:
Hay una serie de cuestiones universales que, por pertenecer a
la categoría de seres humanos, tenemos que afrontar, para nues-
tra bendición y también nuestra maldición. La soledad, la ira, la
sexualidad y la muerte ·forman parte de todos nosotros. Todos
tenemos impulsos sexuales primitivos, homicidas y suicidas. Es
parte de la condición humana. Gran parte de nuestra vida inter-
na alude a esto, mientras que casi todo lo que mostramos exter-
namente está diseñado para alcanzar una mayor tolerancia so-
cial. Nuestra cultura prohíbe la expresión de estos impulsos,
obligándonos a tenerlos bajo control. A pesar .de estos mandatos
sociales, siguen siendo profundamente activos en nuestro inte"
rior. Estos impulsos dejan su marca en gran parte de nuestra
vida concreta, o en toda ella. En el nivel subterráneo de los im"
pulsos primitivos, la vida está fuera del tiempo. El pasado, el
presente y el futuro se funden en uno. . .fiene' ~Igúnas manifestaciones básicas que son'más o menos con-
Además de ser omnipresente, el mundo de los impulsos y los
símbolos tiene múltiples niveles. Los símbolos abarcan desde
los universales absolutos hasta los totalmente ideográficos. Las
representaciones directas de nuestro impulso básico de vida
existen universalmente. Estos impulsos primarios encuentran
una expresión similar en todas las culturas. Los símbolos sexua"
les, la mirada desesperada de soledad o el terror a enfrentarse
con la muerte son conocidos para todos los pueblos. Cada cul~u­
ra puede dejar también una impronta particular en el mundo de
representaciones de su pueblo. Mientras que el tema edípico re-
corre todas las culturas, existen literalmente docenas de varian-
tes culturales. Cada cultura puede desarrollar también su forma
,
TERAPIA FAMILIAR SIMBÓLICQ-EXI'ERIENCIAL 85 t
de manifestar la amistad, celebrar el nacimiento, marcar el in-
greso en la adolescencia y llorar la muerte..
Cada:zona del mundo simbólico se ha de definir más perso-
nalmente dentro de la mitología de cada familia. Así, el instinto
de supetvivencia universal, glorificado en esta cultura por el
. mito del hombre que triunfa por su propio esfuerzo, recibe un
aspecto más ideográfico cuando es interpretado por una familia
determinada. «Nosotros somos los Smith. Ser un Smith signifi-
ca no tener que pedir riunca una limosna., Asumimos nuestra
propia manera de ser", es uná interpretación típica del instinto
universal. La manera específica er{ que se aplique esta'perspecti-
va influirá poderosamente en cada uno de los miembros de la fa-
milia. .
En algunas familias, el instinto desupervivenciafundamen-
tal con el que corrienzalilos puede terminar distorsionado. co~­
virtiéndoseen una necesidad intensa, impl~cable, de lograr co-
sas... una interpretación de adicción al trabajo. Algunos pueden
ir tras el «éxito" a expensas de sus relaciones, terminatido con la
cuenta del banco llena y sus vidas personales vaCías. Otros pue-
d~n buscar una vida más equilibrada, pero estar. angustiados
porel sentimiento de culpa que les provoca su relativa falta de
él'ito tangible. Las variaciones son infinitas..
, Lá manera en que cada familia representa su 6,undo simb6~
'licopúedeevolucionar con el tiempo, pero por lo general man-
,sistentes. Una manera ,de poder vislumbrar el modelo básico de
io'4r a familia es observar los rituales familiares interpersonales.
()b~et;var cÓmo actúan cuando están físicamente juntos es reve-
Jñ1~~: La rutina de las mañanas, el ritual deta cena y cómo se
'$'?IUPortan en las vacaciones son elementos que manifiestan
rp:óir¡o está organizado su mundo. .
<' ¿Cómo se adapta el padre a la imagen cultural de la fuerza y la
,madre a la de la protección? ¿Cómo se definen y manifiestan
ll,lmasculinidad y la feminidad? ¿El grupo tiene demasiado po-
:~,er s<¡bre los individuos o menos del necesario? ¿Cómo negocian
!,individualización y la pertenencia? ¿Cómo se aborda el tema
l!Jasvacaciones? El sistema de las representaciones simbólicas
86 DANZANDO CON LA FAMILIA
de,la familia aparece expuesto en estas preguntas. Estos aconte-
ci~lientos muestran por lo general cómo ,es la familia.
CON LA MIRADA HACIA ADENTRO
En realidad existe una sola manera de «comprenden. el com-
plejo mundo de los impulsos y los símbolos. Y esa manera con-
siste en mirar hacia adentro. Sólo cuando usted puede identifi-
carcierto impulso básico dentro de sí mismo, sabrá realmente si
existe. Una vez que lo ha descubierto, se vuelve real. Hasta en-
tonces, es simplemente un bonito concepto o teoría, pero tiene
poco valor para usted. Creo que la fórmula también funciona al
revés. Si usteci no puede encontrarlo en su interior, entonces no
existe. Si nunca ha podido identificar y en~ararse a sus 'propios
impulsos homicidas, no podrá creer que existen. Por lo menos,
no en la gente «norma!>•. Por definición, entonces, cualquiera
que admita esos impulsos es anormal de acuerdo con sus nor-
mas internas encubiertas.
Yo creo lo contrario. Pienso que parte de la condición huma-
na es t~ner dentro de uno un rico y burbujeante impulso de vida.
Somos todos homicidas, todos luchamoscon impulsos suicidas,
todos tenemos fantasías incestuosas, todos estamos aterroriza-
dos por la idea de la muerte. Si no se afronta estos simples he-
chos de la vida, se limita una gran parte de nuestra condición
humana.
Nuestra propia toma de conciencia del mundo de impulsos
que albergamos es un requisito necesario para poder ver, no di-
gamos comprender, el mundo simbólico de los demás. En la me-
dida en que podemos enfrentarnos a las manifestaciones simbó-
licas múltiples de nuestros propios impulsos, podemos generali~
zar esta capacidad en el trato con los demás.
LA TERAPIA 8IMBÓLICO-EXPERIENCIAL
La idea de la terapia simbólico-experiencial surge del hecho
de que mientras pensamos y hablamos de las cosas en un nivel,
TERAPIA FAMILIAR 8IMBÓLICO-EXPERIENCIAL 87
vivimos en otro nivel que es un territorio muy diferente. La tera-
pia simbólica se ocupa del intento de/moverse directamente
en el nivel de la vida, y no en el del reino del pensamiento, la
conversa:ción o el razonamiento. Es una terapia en la que no se
trabaja con los datos que la familia presenta como tales. No se
trata, de una educación. El antiguo dicho «Nada que merezca
saberse puede enseñarse» me viene a la mente. No es un apren-
dizaje de adaptación ,social. La terapia simbólica es un intento
de abordar el sistema de representaciones que subyace en lo que
se está diciendo realmente. Implica recoger los fragmentos sim-
bólicos que uno dete.cta o percibe. Cada uno de estos fragmentos
constituye otro territorio, una infraestructura que corre por de-
bajo de nuestra vida de superficie.
Para mí, la terapia simbólica es un intento de penetrar en un
territorio de vida más holístico, para no quedarse atrapado en
el territorio del pensamiento. Es una especie de extrapolación
del viejo modelo gestáltico que comprendía el movimiento del
cuerpo, la sensación corporal y una conciencia más total. La veo
como una evolución gradual que se aleja de la serie intrapsíquica
freudiana hacia un modelo de terapia interpersonal y una visión
del mundo interactiva.
. La terapia simbólica se centra en la idea de que.hay una serie
de temas universales en la vida. Temas que son ta¿ cruciales que
a menudo los abordamos sólo de una manera encubierta. Mien-
tras que nos aterrorizan demasiado para enfrentarnos en el ni-
vel de la superficie, invaden el nivel de la infraestructura de
nuestra vida.
. Por consiguiente, la terapia simbólica se centra en ayudar a
lli gente a estar más cómoda con su impulso de vida, a temerlo
.' menos y a integrarlo más plenamente en' su vida concreta. El
" .• mundo de los impulsos no puede evitarse. ¡No se puede escapar
de-él!
.,', La única manera de alentar honestamente a la gente a aven-
turarse en un territorio tan temido es usarse a uno mismo. El te-
rapeuta debe estar dispuesto a exponer algunas de sus propias
.e~perieridas simbólicas. A revelar su sistema personal de creen-
(llas. A ofrecer algunos vislumbres de su infraestructura. Cuando
88 DANZANDO CONLA FAMILIA
uste~. se atreve a mostrar este aspecto suyo a la familia, en pe-
que os fragmentos, ellos se quedan Con trocitos suyos 'en ellos.
Cua do se enfrentan con parte de su mundo interior, tienen que
decidir qué hacer. con él. Pueden producir sus propias extrapola-
ciones, de acuerdo con la manera en que eso resuene dentro de
ellos.
Si el terapeuta, por ejemplo,' empieza a decirde sí mismo
que es un ser imperfecto, o revela sus sentimientos de dependen-
cia, temor o confusión, la familia puede sentirse tentada a mirar
en su interior también. Este enfoque tiene el objeto de ofrecerles
la oportunidad de explorarse contando con una imagen en la
cual reflejarse y tal vez exponer más cosas de su propio sistema
de creencias, de su infraestructura. Asumir personalmente la fe-
minidad en los hombres, la masculinidad en las mujeres O la in-
fantilización que todos sentimos puede producir un crecimiento.
Pueden abrirse todos estos territorios .. Son temas. sobre los que
por lo común no se habla, o ni siquiera piensa, 'probablemente
porque son demasiado importantes.
Uno de los aspectos interesantes de este tipo de trabajo es el
descubrimiento de que a medida que evoluciona la terapia y nos
sentimos cada vez más libres para realizar un intercambio sim-
bólico, se convierte en Una experiencia de crecimiento para mí.
A menudo parece que cuanto más obtengo yo, más obtienen
ellos. El resultado del encuentro de nuestros mundos simbólicos
puede ser verdaderamente interesante. En un sentido, todoslle.
gamos a ser pacientes en ese proceso.
Uno de los temas clásicos de la terapia simbólica es el proce-
so de abordar el tema de la muerte. La muerte del terapeuta,
la muerte de un miembro de la familia, el hecho universal de la
muerte y del que nadie está exento. Todos estos planteamientos
pueden tener un efec;to profundo. Todos nosotros deseamos ser
capaces de congelar el tiempo, de vivir para siempre y ser eterna.
mente recordados. En una cultura que se empeña en desperso-
nalizar a la muerte y la rehúye automáticamente para negarla;
la experiencia de enfrentarse a ella con los ojos abiertos puede
ser profunda. La idea de que sólo encarándose a la propia muer-
te se puede vivir realmente es atormentadoramente exacta.
TERAPIA FAMILIAR SIMBÓLICO-EXPERIENCIAL 89
De' manera similar, los temas de la «locura», el suicidio, el
homicidio, la sexualidad, etcétera, tieneh una influencia consi-
derable. Por ejemplo, suelo decirles a los miembros de la fami-
lia: «Si s,< volvieran realmente locos, me entienden, chiflados dé
yerdad; ¿cómo se comportarían? ¿Tomarían un rifle y se pon-
drían .a practicar tiro desde una torre apuntando a la gente que
.pasa? ¿Se escaparían a un bosque para convertirse en árbol?
¿Qué aspecto tendría su propia locura personal?». De este modo,
estoy alentando la expresión externa de su VIda interna de una
manera no destructiva. Es una oportunidad para mirar el pro-
pio mundo de impulsos sin el temor de que éste lo domine a uno.
Al enfrentarse a ellos, puede empezar a integrar los impulsos en
lugar de preservarlos intactos mediante su aislamiento. Los es-
fuerzos por aislar o negar los impulsos por lo generallos intensi-
fican, a menudo hasta el punto de que cuando logran txpresarse,
se está más propenso a descontrolarse y explotar.
"Mi indagación no requiere que todo el cúmulo de impulsos
aparezca de una vez. Suele ser preferible hacerlo emerger poco
a,poco.Por ejemplo, pedirle a una recién casada que nos cuente
sobre sus impulsos homicidas con respecto' a su marido puede
!~'U.lL,ar demasiado duro. Sin embargo, preguntarle si alguna
pensó en salar excesivamente la comida para gesquitarse o
"""uc>u liberarse de él, es más tolerable. '
.' ',i, Para ayudarlos a ingresar en territorios nuevos, podría com-
partir algunas de mis asociaciones o presionarlos para que con-
,sideren la posición polarmente opuesta a la que presentan ini-
cialmente. Por ejemplo, al marido que proclama que ama tanto
.~,'su mujer que se moriría sio ella lo rechazase, le podría pregun-
tan'" ¿Ha decidido que el homicidio es la única manera de ter-
'mi~arcon la tiranía?». Ala esposa que afirma amar demasiado
',lIis u marido como para criticarlo, podría contestarle: "Eso es
':»p.ro vicio».
Y)h En estos ejemplos quiero romper el esquema de que el amor
'!~~ ,I() opuesto alodio. Los quiero presentar como sentimientos
. igos. Si usted siente uno, el otro está automáticamente pre-
le. Cuando se elimina la dicotomía artificial de estas emocio-
.""s, se establece ¡m marco de mayor honestidad. Con el esfuerzo

90 DANZANDO CON LA FAMILIA.
sufi¡:iente, inc1usopuede culminar enjntimidad. Quieroimpul-
sar.L'oos para que. ingresen en un nuevo territorio, uno ep el que su
vie;fb nivel de vida y de pensamiento sobre la vida, ya no basta.
Al contaminarlos con mi sistema de creencias, pueden sentirse
libres para experimentar más su propio mundo de impulsos,
volviéndose con ello más humanos.
A menudotr.atode ampliar la comprensión que tiene la fami,
lia.de.los sín.tomas extendiéndolos hacia las generaciones ante-
riores, Otro método es proyectarlos hacia la generación siguien-
te. Suponiendo que los síntomas tienen una continuidad en las
generaciones, quiero ayudarlos a tener acceso al rico mundo
simbólico que pertenece a toda la familia ampliada. Si la fami-
lia tiene diez hijos, deseo que sepan que la manera en que la ge,
neración siguiente resolverá el número de integrantes de la fa-
milia está relacionada evidentemente con la experiencia de la
familia actual. Pueden tratar de tener diez hijos o rehusarse ter-
minantemente a tener ninguno. El modelo puede ser positivo o
negativo. Lo más usual es que tenga un poco de los dos. De ma·
nera similar, los mitos familiares de la paternidad, la vida con,
yugal, etcétera, están ricamente entretejidos.
Alentarlos para que. sean menos opresivos entre sí también
puede facilitar el crecimiento. Suelo molestar con la flexibilidad
de los roles dentro de la familia. Al preguntarle al padre cuándo
fue la última vez que se sintió 10 suficientemente seguro para de-
jar que el pequeño Mikey, de seis años, se sirviera la leche, o di-
rigiera las oraciones o decidiera qué programas de televisión po-
dría ver la familia, se introduce la idea de cambio. Esto funciona
también al revés. Tal vez el padre pueda aprender a acurrucarse
y hablar en media lengua mientras los niños de cuatro y cinco
años hacen de papá y mamá. Estos tipos de inversión de roles
pueden tener un efecto liberador en los miembros de la familia,
pcw/cM
4-. CONFUSIÓN
Uno de los objetivos básicos del trabajo simbólico es ayudar
a las .personas a ampliar su experiencia de vida. Abrirlas a una
,
'/;
TERAPIA FAMILIAR SIMBÓLICO-EXPERIENCIAL 91
gama más amplia de posibilidades de vida. Para poder romper
su esquema normalmente se requiere una éontaminación real de
la perspecÚva que tienen... una experiencia de 'desprograma-
ción. Una de las maneras más efectivas de hacerlo es a través del
poder de la confusión, Yo quiero ser capaz de perturbar sus cer"
·tidumbresy destruir la idea que tienen de que la vida es simple.
. Cuando se elimina la nitidez de su dicotomía bien-mal, se abre
· un mundo nuevo. Se enfrentan entonces con aspectos del creci-
miento como la elección, los valores y la responsabilidad en un
mundo incierto. Una vez más, quiero participar en una expe-
riencia que los sacuda. Que los sorprenda lo suficiente como
· para liberarse de la hipnosis de la familia de origen a la que to-
dos estamos sujetos.
La confusión es, en sí misma, una de las maneras más poten-
abrir simbólicamente la infraestructura de la· familia.
vez que un miembro de la familia dice algo, deseo poder
serle útil corrigiendo o modificando o distorsionando 10 que ha
dicho deforma tal que no se queden con una afirmación vacía.
Quiero darles nuevas opciones y consideraciones para explorar.
Esto les permite adentrarse en nuevos territorios, mientras que
en el peor de los casos los deja con una contaminación que, debi-
doa su' universalidad, no puede ser fácilmente desc¡¡rtada.
· c; En el caso de un marido infantilmente exigente;' el comenta-
Ho "Yo también extraño a mi mamá» puede causar un impacto
· significativo. Aun cuando no se vuelva a mencionar, puede pro,
;idücir un resultado importante. Como tampoco le he dicho nada
#m concreto sobre 10 que pueda estar en desacuerdo conmigo, se
.;;queda·adherido al mensaje.
~i;;l)na de las mejores maneras de ofrecer a una familia el bene-
fiCio 'de la confusión es que el terapeuta utilice libremente los
'tI\icipios universales que él tiene sobre la gente ylas familia~.
i\:f'centrarse deliberadamente en el hecho de que todas las faml-
as 'tienen ciertas cosas en común, usted se puede mover con
\"11.0S inhibiciones. Al dar por supuesto que toda la tensión,
~a la salud, toda la patología de cualquier familia también se
'tuentran y actúan en las demás familias, usted ya está prepa-
dpara bailar con ellos. Si bien algunos de estos aspectos pue-

92 DANZANDO CON LA FAMILIA
den ¡parecer encubiertos y ocultos a nivel consciente, sin embar-
go ~isten. . resistentes. el campo es suficientemente fértil y las condiciones
~a capacidad del terapeuta para .actuar, a partirde esa base
de principios universales, aun cuando todavía no se pongan de
manifiesto. en la familia determinada que está tratando, es
fundamental. Le permite actuar en el nivdde las inferencias;
Mientras ellos permanecen leales a los «hechos» de su conciencia;
usted puede actuar en un plano diferente. Esta situación le per-
mitirá moverse diJ:ectamente en el nivel de la infraestructura,
mientras ellos están limitados por su realidad. Esta discontinui-
dad puede producir confusión. Más concretamente, cualquier
parte del proceso de la psicoterapia que pueda ser directamente
incluido en el proceso de pensamiento ordinario, programado,
de la familia, no produce crecimiento o.no es útil. La confusión
constituyeJa esencia real del desaprendizajey el nuevo aprendi-
zaje. Si no hay confusión, no puede haber cambio ni progreso.
Hasta que usted rompe con sus esquemas, las rutinas siguen
profundizándose. La vida sigue, mientras que lo que vive muere.
Una de las principales preocupaciones que obsesiona a todo
el que trabaja con familias es cómo producir un efecto que signi-
fique algo. Cómo intervenir de modo que realmente produzca
una diferencia sin dar vueltas a la noria. Nuevamente, la impor,
tancia de abordar el mundo de los símbolos reside en que es la
infraestructura que conecta. Como tal. el crecimiento en este as_
pecto puede tener repercusiones de efecto duradero.
Recuerde, sin embargo, que el efecto puede no ser inmediato.
La expansión del mundo de las representaciones puede necesi,
tar algún tiempo para fijarse y encontrar expresión en un con,
texto real. Puesto que mis esfuerzos no están orientados' a produ_
cir un cambio de conducta sino que más bien se orientan hacia
el crecimiento, las conductas concretas pueden resultar engaño-
sas. Yo abrigo la esperanza de que puedan encontrar una espe-
cie de integración personalizada para la vida, nO una conducta
diferente;
La expresión que utilizo para explicar cómo funciona re¡¡l~
mente mi método es «sembrar en el inconsciente». Considero
que gran parte de lo que aporto a la familia es algo similar a
,
"
TERAPIA FAMILIAR SIMBÓLICO-EXPERIENCIAL 93
sembrar semillas en Un campo. Si las semillas resultan bastante
son las adecuadas, echan raíces y crecen. Cuando la familia y.yo
conectamqs. las semillas parecen salir buenas, dando con. fre-
cuencia un fruto que se puede cosechar. Cuando algo sale torci-
do, no .brotan. Pero la cosecha real es de ellos, no mía. Ellos la
cuid;m y tienen derecho a reclamar su propiedad. Si yo me com-
prometo demasiado en el resultado, se reduce su capacidad para
poseerla realmente.
'. ,El otro componente de la siembra del inconsciente, que re-
sulta tan agradable, es que en realidad no necesito batallar con
ellos conscientemente para sernbmr.Jas semillas..Puedo deslizar
ideas. a un nivel deinferencia que no suscita motivo alguno pará
dis'cutir concretamente o estar en desacuerdo. Como no necesito
convencerlos realmente de mi interpretación, no los hostigo
para' que contraataquen mi posición. No me encuentro en la ne-
cesidad de jugar .Ia carta tramposa de rotular el desacuerdo de
lafámilia conmigo con el término «resistencia», como hacen al-
gunosderapeutas. Al no. plantearse un desacuerdo sobre quién
tiene razón, ellos se quedan con la experiencia. No se les ha dado
..," lá oportunidad de descartarla basándose en un debate intelec-
tual que creen haber g a n a d o . ¡
"" Hay muchas maneras de introducir de un modo (¡til el bene-
. ficiode la confusión oJa desorientación en las sesiones. Una de
. ~r¡¡s maneras favoritas es· jugar con la confusión de roles. Vuelvo
,,?,rotular las interacciones qUe veo en función de los roles, inde-
.pendientemente de quien desempeñe la parte. Por ejemplo, al
~iñopequeño que está regañando a su mamá por no haber man-
;'tenido su palabra, le digo: «Vamos a ver. Si eres el padre de tu
i,lt\adre.•. por la manera en que la estás corrigiendo, ¿no?... enton-
}~s eres tu propio abuelo». O a la mujer que se somete a su mari-
i~(1'..eXplosivo: «Vea, apuesto a que su marido está tan enojado
;~rque'usted no se está comportando como una mamásuficien·
':.(~Ir\ente buena con éh. Esta especie de juego con sus roles, aun-
, ~"alpriricipio parece bastante tonto, con frecuencia influye
'nificativamente cuando ellos deciden que ha llegado el mo'
·tito de vivir de otro modo.
 DANZANDO CON LA FAMILIA
Otro método consiste en ofrecerles una serie de "soluciones»
ridí.4ulas cuando piden una respuesta para un problema. Así
ellos toman contacto con la necesidad de ser responsables de sí
miSmos, en lugar de actuar como si yo tuviese la respuesta y no
se la diese hasta que ellos fuesen capaces de sacármela con tri-
quiñuelas: El empleo de palabras con doble significado o de fra-
ses singulares también puede tener un gran efecto. La mezcla de
significados literales y contextuales puede revelar motivaciones
encubiertas. Por ejemplo, vino a verme una nueva familia en la
que el marido criticaba a su mujer por no haberle comprado
para Navidad un encendedor para la· chimenea. Estaba furioso
porque había comprado uno para su padre y otro para su her-
mano y ninguno para él. Cuando ella le replicó diciendo que la
hacia sentir muy culpable, yo comenté:' ..Vean, se me acaba de
ocurrir una idea extraña. Mientras ustedes hablaban me vino la
imagen del encendedor de la chimenea como si fuese un objeto
·sexual». Ellos estallaron en carcajadas y con cierto embarazoen
la mirada mencionaron que el verdadero motivo que los había
traído a mi consultorio era que tenían problemas sexuales. Al
parecer, la mujer había estado fingiendo orgasmos durante años
y hacía muy poco que se lo había hecho saber a su marido. Al
marido realmente le hubiera ido bien un'encendedor.
Además, trato de usar de forma afectiva palabras explosivas
para atraer la atención y subrayar algunos temas; A veces,' la
única manera de hacer que un tema salga a la luz es exagerán-
dolo. Puede llegar a ser necesario acusar a alguien de no ser
honesto o, mejor aún, de ser mentiroso, para provocar una
respuestá. También se puede obtener una respuesta si se les
pregunta dónde adquirieron esa capacidad tan refinada que
demuestran para negar los problemas con una sonrisa tan con"
vincente.
A los niños a menudo les encantan las historias que les cuen-
to de lo que hacía cuando yo era una niñita. Ellos pueden disfru,
tar de las tonterías y con frecuencia realizan una magnífica ta·
rea al enseñarles a sus padres a relajarse. Sólo los más infantile,s
de los adultos se toman demasiado en serio a sí mismos.
TERAPIA FAMILIAR SIMBÓLICO,EXPERIENCIAL 95
.
",
,"2-. LA EXPERIENCIA •
Todavía no he encontrado la persona capaz de crecer emo-
cionalmente por medio de la educación intelectual. El verdade-
r9 crecimiento emocional se produce sólo como consecuencia'
de la experiencia. Mi próximo autoadhesivo dirá: ..Nada que
valga la pena de ser conocido puede ser enseñado.» Esto no sig-
nifica que el aprendizaje y el crecimiento no son posibles, sino
<:¡ue presentar sugerencias, recomendaciones o conocimientos
carece de importancia. Y no sólo eso, con frecuencia resulta per-
judicial para el proceso.
La introspección y la comprensión se producen como resul-
tado de la experiencia, no como precursoras de ella. Como dijo
Kierkegaard: ..Vivimos nuestras vidas hacia delante, pero sólo
las comprendemos hacia atrás». Todos tenemos que reinventar
la rueda si hemos de beneficiarnos alguna vez. Se parece mucho
a la divertida experiencia de ser padre. Hasta que tuve mi pri-
mer hijo, yo sabía todo lo que había que saber sobre la crianza
de los niños. Cuando fui padre, mi conocimiento se derrumbó y
empezó mi aprendizaje.
EL CRECIMIENTO
Me doy cuenta de que las familias crecen Con este tipo de tra-
''''U<l''O c:uanclo adquieren una mayor tolerancia ante lo absurdo de
Parecen más capaces de superar el sufrimiento que an-
les parecía insoportable. El hecho de que la vida siga siendo
ya no les impide vivir.
más capaces de enfrentarse con su temor, eliminando así
.~I' dominio que éste ejerce sobre ellos. Es como la idea de que los
Jl1'col!lóllic'Ds beben porque tienen miedo de tener miedo. Una vez
hemos enfrentado de verdad al terror que es real, pode-
. con él, en lugar de huir de él perpetuamente.
.Tal Vez la mejor manera de explicar el crecimiento sea pen-
10 Como el modo de lograr un estado de equilibrio entre la
tenencia y la individualización. El crecimiento es un proceso
 ,
96 DANZANDO CON 'LA 'FAMILIA 'r

que d,ura toda la vida y consiste enla lucha constante por lograr Capítulo 5
may'~res niveles de pertenertcia, y una, m~y.o~ individua.li~ación. "
EL PROCESO SE PERSONALIZA:
La c&riente entre una y otra crea la flexlblhdad necesana para
'SE CUESTIONAN LAS RIGIDECES y SE ABREN CAMINOS
expandirse y agregar más en los dos sentidos. Cuanto más nos
atrevemos a pertenecer, más Hbertad tenemos para serindepelF
dientes. Cuanto mayor es nuestra capacidad de individualiza-
ción, más libertad tenemos para pertenecer.

,.Una vez que se ha completado el encuentro inicial y se han

intentado algunas de las políticas introductorias, el carácter del
,proceso de la terapia empieza a cambiar. Mientras que la prime-
rasesión suele estar coloreada por la fantasía de curación con la
que llega la familia, en la reunión siguiente la perspectiva cam"
bia.Elterapeuta empieza a ser una persona, y no la imagen bi-
dimensional de un gurú. En este momento deseo guiar el supra-
sistema terapeuta-familia que se está desarrollando en la direc-
ción de una mayor apertura y honestidad. Quiero que se vuelva
tpás personal. /
,;,MiITla.neraciehacerlo eSTesponder a la familia de una mane-
pa;más pers()naLCuancl() soycapázde serinás ¡lerscinalenmis
@$PU~st~s, l~s. sesiones natur~lm~nte ~ed~~¡i~a¡:;e¡:;e§ª¡Jir-~c,
•",cfó!i;1-fáy una 'diverÜdapÚidója-enesto. C:ua;d~~e esfuerzo
',en ser más personal o respondo con la intención de obligarlos a
(,,6110s a responder de la misma manera, no pasa nada. Por obliga-
<"Ión, el afecto no funciona. Es necesario que surja libremente de
mH:apacidad de crecimiento para experimentar su sufrimiento
.'Y relacionarme con su esfuerzo.
i'i!'Décirincluso que trato de ser más personal suena dcmasiado
,',artificial. Se trata más bien de estar más vivo. Si puedo estar
";Jfeidmente allí, en el presente, lograr una sensación personal de
NfrYnílento,entonces puedo ser instintivamente receptivo a lo
tíeestá :sucediendo. Mi responsabilidad ante la familia es ser
98 DANZANDO CON LA FAMILIA
tod9 lo personalmente receptivo posible. Lo cual dinere de
ser{responsable por ellos o simplemente reactivo. No actúo sólo
pocttreacción ante ellos, sino que les ofrezco también una vislum-
bre de mis propias respuestas internas. En otras palabras, ellos
tienen la experiencia de mi propia experiencia, no sólo una de-
volución de lo suyo.
Por ejemplo, en algún momento de la segunda entrevista a
menudo surge el siguiente tipo de comentarios:
Carl: Escuchen una cosa, estoy preocupado por nosotros. Hace
veinte minutos que estoy sentado aquí y no he tenido sensa-
ción alguna del sufrimiento que dicen estar padeciendo. Tene-
mos que solucionar esta situación o no les serviré para nada.
¿Cómo pueden atraerme lo suficiente para hacerme sentir co-
nectado con ustedes?
Carl: ¡Oh! ¡Es alarmante! Esa mirada que acaba de dirigirle a su
marido. Tuve la seguridad de que usted podría clavarle real-
mente un cuchillo si él le volviera apegar.
¿Qué opina usted, Jim? ¿Su mujer dejará por fin su papel de
«don Nadie»?
Carl: Mire, Jill. la manera que tiene Larry de ponerse furioso
cuando usted dice que se siente sola me hace pensar que es po-
sible que él la ame después de todo. ¿A usted nunca le da esa
impresión? ¿Que se siente él tan incapaz que se desquita con
usted?
DESAFIAR A LA FAMILIA PARA QUE CREZCA
b~ando nos reencontramos a la mañana siguiente, la familia
había te.cuperado la compostura. Aun así, el nuevo día vino teñi"
do de ten\ativas e incertidumbre. ¿Cómo haríamos para volver a
empezar? \¿Quién tomaría la iniciativa? ¿Cuáles eran las expec"
tativas de todos nosotros? ¡Es un período importante! Es funda-
EL PROCESO SE PERSONALIZA 99
mental que ellos asuman la responsagilidad de ponernos en
marcha. Si yo me adelanto a rompedatensfón dándoles un cen-
tro de atención, los privo de la experiencia de hacerse cargo de
su propia vida.
Después de unos momentos, Vanessa dio pie para seguir tra-
bajando.. Planteó que sus padres trataban de recibir. demasiada
atención de sus hijos. Si bien el comienzo fue lento, era evidente
que se esforzaban. Por último, la conversación se centró en el he-
. cho de que la madre le había pedido a Marla que la ayudara a
decidir qué ropa traer para esta experiencia de tres días. Luego
comentó que había olvidado su camisón y también el pijama de
su marido. Cuando ella pronunció esas palabras, surgió en mi
mente la imagen visual del padre y la madre desnudos revol-
viendo en la maleta .. Me uní instintivamente a la conversación
La alusión al camisón y mi asociación fueron suficientes
para indicarme el trasfondo sexualizado de ese momento. Con la
intención de tomarles el pelo, subrayé más directamente el tema
de la sexualidad. Mi intención era descubrir lo encubierto. Esta
'. actitud brinda la oportunidad de centra la atención en un tema
cargado emocionalmente.
Vanessa: Tú deseabas algún
tipo de ayuda.
Ddris:· De atención.
Van: Marla dijo esta mañana
. qUe querías... que estabas
.'poniendo ropa en una male-
" j ta y querías saber qué ropa
traer. ¡Le estaba preguntan-
do aMarla!
t
 DANZANDO CON LA FAMILIA .
EL PROCESO SE PERSONALIZA 101
100
Carl: Creo que es hermoso que
Madre: Sí. Yo no sabía qué
ella pueda admitirlo delan-
traer. De todos modos,me te de vosotros. La educación
olvidé el camisón. Y tampo.
sexual es algo difícil de
ca traje el pijama de él. abordar. Sobre todo si se
trata de que tu madre lo
Carl: ¿No trajo tampoco el pi- haga.
jama de él? Bueno, me pare·
. ce que se han metido en un
Madre: Es algo... cuando esta-
lío. ¿Qué van a hacer esta
ba embarazada de Marla
noche? Pueden pedir habi" traté de explicarles lo que
taciones separadas. pasa con los bebés. No sé si
A estas alturas me sorpren- les dije lo suficiente.
(Risas.)
de el trasfondo sexualizado.
Mi comentario es unarespues- Carl: Su marido probable-
ta ante esta sensación. Los mente les ~ijo que era como
provoco hablándoles del de- co.n las vacas.
seo de estar desnudos y actuar
inocentemente, Madre: Yo no les conté real-
mente eso.
Carl: Los problemas de los
Marla: Sí. Las vacas y los to-
«viejos» se vuelven compli-
ros.
cados.
Madre: Les conté más sobre el
Madre: ¡Así es! ¡Así, realmen-
El comentario de la madre parto, no cómo el bebé se
te! ¡Es terrible! mete ahí.
ratifica que se trata de un pro-
blema. Su capacidad para
reírse de sí misma, con laexa- Dor: Nos mostraste algunos li.
gerada.: exclamación «i Es ,te- bros.
rrible!», permite seguir con la
atención centrada en la sexua- Madre: Sí, yo pedí algunos li-
lidad. bros, pero eran tan densos
que no pude siquiera... Los
puse bien arriba en la bi-
blioteca. No sé. Pero com-
Van: Pienso que es hermoso. pré libros.

102 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl: Si alguna vez se pone
muy nerviosa por el sexo
puede buscar una escalera y
subir a la biblioteca.
(Risas.)
Dor: ¡Si lo necesitas realmen-
te, de verdad!
Carl: Esto no se puede conse-
guir en la farmacia de la es-
quina.
Este silencio notable, incó-
(Silencio.)
modo, indicó que se sentían
menos a gusto con el tema de
la sexualidad. En este punto
pueden decidir seguir o retro-
ceder.
Al tener claramente a la se-
xualidad como centro de aten-
ción, Vanessa optÓ por correr
el riesgo de ser más personal.
Este eS un buen ejemplo de lo
queUamo«sembrar en el in-
consciente». Al ayudárlos a
enfrentarse al trasfondo se-
xual, les hago saber que me
doy cuenta de que es un pro-
blema real. Estoy dispuesto a
alTontarlo, pero no voy a for-
zarlo. La opción es de ellos.
Van: En este momento se trata
de un tema algo difícil para
mí.
EL PROCESO SE PERSONALIZA 103
Carl: ¿La educación sexual?
Van: Sí. Bueno, el sexo y el
amor. Están separados... No
sé. Tengo dos imágenes.
Una es la de casarse y tener
bebés. Es algo doloroso, di-
fícil y serio. Una se encuen-
tra atada y yo no quiero te-
ner nada que ver con eso. La
otra parte consiste en que el
sexo es divertido y alegre, y
por lo tanto es divertido ser
soltera. Es como si fueran
dos cuadros totalmente di-
ferentes.
Cuando e l1l piezo a pensar
en casarme, tengo un mon-
tón de sensaciones contra-
dictorias. Me ha costado
mucho encontrar un com-
pañero adecuadoI para mí.
No sé realmente si elijo mal
o si repito el mismo proble-
ma. Es algo que me preo-
cupa.
Carl: ¿Le preocupa el temor de
no '«hacerlo» .nunca?
(Risas.) El uso de los mensajes con
doble sentido producen un do-
ble «gancho». Estos comenta-
rios pueden llevar a mayor
apertura y libertad. En. este
caso, la familia «pescó». el
sentido jocoso de la frase «ha-
cerlo nunca».
 104 DANZANDO CON LA FAMILIA
EL PROCESO SE PERSONALIZA 105
Van: ¡Sí!
so de deséiframiento, en el cual yo los oí hablar de sexualidad a
l'1: Carl: Muy bien. ¿Tú tienes la través de la metáfora de haberse olvidado el camisón y el pija-
ma. Si bien ellos pueden no haber sido conscientes de esta co-
,
sensación de que el sexo
.
I
puede impedir el amor? municación, para mi fue suficientemente ciara,
Yo tengo una fantasía que... El proceso de estar abierto a mis aso~iaciones internas es
una de las cosas de la gene- fundamental para mi trabajo. Es la manera en que puedo parti-
ración joven contra la que cipar personalmente. Además, hace que la sesión sea una verda-
lucho es ... y soy como la ma- dera experiencia para mí. No estoy limitado por la idea de que
dre de tu madre, me siento me encuentro ahí sólo para ayudarlos. Estoy ahí también para
anticuado... es como si un lograr algo personal para mí mismo. SLyo puedo liberarme del
pene y una vagina se fueran rol del que ayuda, la familia puede liberarse de la necesidad de
de viaje juntos pero no hu- ser inferior. Pueden conservar el coraje requerido para explorar
biese persona alguna. Espe- sus propias vidas con la sensación de una aventura. Vanessama-
ro que la gente no llegue nifestó esta capacidad al abordar tan abiertamente sus preocu- .
nunca ¡¡hí. Aquí, también, la capacidad paciones sobre la sexualidad. .
de dejarlos con otra metáfora Su disposición a hacerlo refleja no sólo su coraje sino tam-
visual, la del pene y la vagina bién e! hecho de que yo corrí el riesgo de abordar el tema de la
en una cita, es interesante. Tal sexualidad. Al compartir nuestras propias respuestas yreaccio-
vez revele algo sobre el tema nes, pueden abrirse nuevos territorios.
de! sexo sin amor. Al continuar la sesión, salió a la superficie. una interesante
Mi comentario de que me dinámica triangular entre Vanessa y sus padres. Yo quiero ayu-
siento anticuado éonstituye dar rotulando los éomponentes patológicos de esa dinámica. Al
un esfuerzo para alejar la po- romper una rigidez, espero promover la apertura de un camino.
sibilidad dé' ser descalificado
por no estar al corriente. Padre: Vanessa se preocupa
Como yo mismo /Be he declac demasiado por las cosas que
rada estúpido, ellos tieJ;\en no le afectan a ella.
menos necesidad de hacerlo.
Carl: ¿Como la artritis de su
madre?
Iniciar tan pronto un tema tabú como e! de la sexualidad me
sorprendió bastante. Es más bien inusual que se desarrolle una Padre: Sí, Y como el hecho de
conversación como la descrita tan pronto en la terapia. Consti- que Gail y yo no nos lleve-
tuye una manera atípica de establecer una relación terapéutica mos tan bien en casa. Yo sé
I más abierta. Sin embargo, yo la percibí en su éonversación y que ella es sensible. Cuando
escribo una carta, siempre
opté por ponerla de~anifiesto.Se trata en realidad de un proce-
'. contesta llamando por telé-
1\

II
1I
 EL PROCESO SE PERSONALIZA 107 "

106 DANZANDO CON LA FAMILIA

buscando maneras de evitar el
f .
f<¡\no. Por lo tanto, no ,escr!" contacto"real con, los demás.
I§b más. La irrita y se preo- Aquí tenemos un ejemplo.
cupa. En la última carta que Cuando se retiene información,
escribí, me olvidé deponer' puede evitarse el malestar
la dirección y vino de vuelta. pero se fomenta el distancia-
miento. Lo'que trato de hacer
Madre: Yo le digo: «No le eS- es investigar este insidioso
cribas, porque ella se preo- proceso rotulándolo con una
cupa mucho por la familia». etiqueta menos benevolente.
Le cuenta que las cosas no El hecho de llamar mentirosa
van tan bien. y claro, eso es a la madre obliga a ponerlo de
peor. Yo directamente no le manifiesto y permite hacer
digo nada. una reevaluación.

Van: Bueno, yo prefiero tener Carl."Como ella estaba dicien-

noticias vuestras. Ya sé que do: <dNo se lo cuentes!».
a veces reacciono de una 'i, )

manera exagerada. Madre: Lé digo a papá que ,no

te lo cuente.
Madre: ¡Y tanto que reaccio-
nas de una manera exage- .Van: Tengo la impresión de
rada! .L que te gusta guardar secre-
;,),',.(os. ¡Y no me gusta! Sé que
Van: Me gusta saber qué está ',,;lo que quieres es proteger-
pasando. ". nos, pero creo que es duro
"" .para ti.
Carl: ¿Prefiere la dolorosa ver-
dad en lugar de las hermo- . Madre: Sí, yo soy la gran pro-
sas mentiras de mamá? dectora.

Van: ¡Sí! fiarl:Así que usted sigue pen-

·'}.sando que ellos todavía Üe-
Carl: ¿Sabías que tu madre te . nen cuatro o seis años.
mentía?
/.,
:.ildre: ¿Qué quiere decir?
Van: ¿Mentirme? ¡No! Una de las formas en que?
las familias se bloquéane~;
108 DANZANDO CON LA FAMILIA EL PROCESO SE PERSONALIZA 109

Carl? Bueno." ¡que son dema"
si~do jóvenes para saber!
Madre: Sí.
Van: Es verdad. A veces nos
tratas como si fuésemos
verdaderamente pequeños.
Como sino pudiésemos en-
frentarnos a la verdad. Para poder alterar este pro-
ceso, es necesario despresti-
giar la idea de que esto cum-
ple una función positiva de
protección. Les estoy ayudan-
do a verlo como algo que in-
fantiliza o inhibe el creci'
miento. Una vez que se lo ha
definido de esta manera, la fa-
milia tratará de corregirlo.
estaban haciendo para impedir que resurgiera la tensión. Cuan-
do uno les quita la red de seguridad que implica la conversación
sobre un miembro ausente, se crea un vacío que ellos deben lle-
nar. Esto, significa que los que están presentes tendrán que dar
un paso adelante o dejar que la sesión fracase.
. En este caso en particular, alenté a Vanessa para que se
arnesgase. A menudo soy menos participativo y espero que ellos
tomen la decisión.
Ctirl: Permítanme que volva-
mos atrás. Hablemos de tus
problemas en lugar de ha-
blar de Gail, hasta que la
tengamos aquí. Es un poco
,jnjusto hablar de ella a.sus
espaldas.
(Pausa)

Van: Muy bien. (Pausa.) Una

La palabra "mentira» tiene algo de especial. Es una palabra de las cosas de las que deseo
que no pasa desapercibida. Es una palabra difícil de ignorar. hablar es de mis relaciones
Cuando se elige una palabra de tanta fuerza, una discusión que Con los hombres. Me siento
podría haberse olvidado rápidamente cobra mucha importan- : frustrada porque no en-
cia. Al atacar un proceso interactivo que evita la intensidad y,i cuentro pareja. En cierto
disminuye así la intimidad, abro el camino para desarrollar un S modo me 'parece que esto
tipo de comunicación más abierto y honesto. tiene que ver Con el tipo de
No creo que se pueda lograr el mismo efecto recurriendO: a>, relación que tengo con
los eufemismos. Lo que se necesita es una experiencia, algo que i papá.
se sienta, no sólo que se comprenda. Además, no me interesa ser{ Me siento triste, verdadera-
absorbido y tener que aceptar el estilo de la familia. Ellos son' • mente triste y harta. (Em-
capaces de alejar las crisis restándoles importancia. Yo tengo~ pieza a llorar.) No sé cómo
que desafiar este estilo apaciguante. encontrar a alguien que
Al continuar la sesión, empezaron a hablar con soltura de':' realmente me ame. ¡No lo
Gail, la hija ausente. La sesión inmediatamente se calmó. Decid¡'i' aguanto más!
entonces desafiar este statu quo. Quería bloquear el esfuerzo que)'
 ,
110 DANZANDO CON LA FAMILIA \
EL PROCESO SE PERSONALIZA 111
Padr~: Bueno, tal vez todo ésto
prpvenga de cuando tú na" Madre: Ella tiene un carácter
ciSte, porque te quedaste bastante fuerte. Es agresiva.
con la abuela. No sé, pero ahora muchas
chicas, son así.
Madre: Sí, tal vez.
Padre: Parece que es la ten-
Van: No sé. dencia actual.

Madre: No resultó demasiado Van: No lo entiendo. Me im-

bien. Cuando la tuve a ella ,'porta mucho. Ahora estoy
nos quedamos con mi ma- saliendo con este hombre,
dre durante seis semanas Mark. Me interesa mucho,
porque me sentía muy dé- pero no es para mí. Tiene
bil. Cuando Vanessa aborda otra novia.
una zona de gran sufrimiento
personal, sus padres intentan Madre: Entonces no deberías
diluir la intensidad. Se alejan perder el tiempo con él.
del presente, optando por un
tema histórico. Vanessa per- Van: No sé por qué sigo sa-
siste,creando así un nuevo ca' ,liendo con hombres que ya
mino en el mapa de la familia. tienen compromisos. Hace
doce años que hago lo mis- /
mo. Estoy realmente cansa-
Van: No sé si proviene de ese da. Cuando llegué a los
momento. Lo único que sé treinta, algo se despertó en
es que me resulta difícil en- 'mi interior iY decidí que te-
contrar un hombre que me nía que cambiar esta mane-
ame. ra de proceder!

Carl: ¿Y qué me dices de un

hombre a quien tú quieras?
'Yan: Para celebrar mis treinta
Van: Los encuentro y luego se 'años hice una gran fiesta de
van. Se van siempre, o ¡me cumpleaños. Uno de mis
rechazan! amigos, Peter, conoció' a
una de mis amigas y se fue-
ron juntos. Siento que perdí
112 DANZANDO CON DA FAMILIA
a ofro hombre del que me
est¡ba empezando a enamo-
rar realmente. ¡Siento que
me sigue pasando lo mis-
mo!
Padre: Tal vez te parezcas a
mí en ese sentido. Yo ya era
mayor cuando me casé.
Van: Estaba pensando en esO.
Madre: Sí. Se divirtió muchí-
simo hasta los treinta y tres
años.
Padre: ¡Me jubilé cuando me
casé!
Carl: ¡Qué buena idea! Eso le
evita meterse en líos con su
mujer.
Padre: La razón par la cual me
"Esta vez el comentario del
padre es más ,personal. Tiene
un matiz de preocupación y
no de evasión.
Mientras que Cristo fue,crit~
cificado a los treinta y tres,
John se casó.
Esta fue una respuesta in-
tuitiva, que plantea laposibi-
lidad de considerar el tema de
una aventura, Ellos decidiec
ron pasarlo por alto en este
momento.,
ELPROCESO SE PERSONALIZA 113
casé fue porque mi madre
había muerto. Necesitaba
,tener a alguien que se ocu-
pase de ·Ia casa. Yo conocía
• a la familia de mi mujer y
sabía que era una buena
chica. Pero probablemente
,no me habría casado con
ella si, mi madre no se hu-
biese muerto.
Madre: No, no lo habría he-
cho.
Padre: Algunas de las chicas
con las que yo salía no se
..
,."1
han casado todavía.
•[;arl: ¿Lo que usted quiere
·ti.ciecir es que Vanessa no se
/{. casará hasta que usted
f(i1n uera ? !
4ilre: No sé. Tal vez secase
',mayor.
¡Claro que se casará
Este breve fragmento echa
algo de luz sobre parte de los
contenidos inconscientes de la
familia. Puede ser que Van,es-
sa ,esté tratando de evitar el
tipo de relación que ella ve en-
tre sus ' padres. Lo hace con
tanta intensidad que a ella,
también, le cuesta mucho.
 EL PROCESO SE PERSONALIZA 115
114 DANZANDO CON LA FAMILIA
para llenar el vacío que hay
Van: Pero me molesta. Me en tu interior?
siento muy frustrada.
Van: Sí.
Padre: ¡A mí no me molestaba!
Si estaba saliendo con una Carl: No puedes llenar tu pro-
chica y ella se iba y se casa- pio vacío con otra persona.
ba... Bueno, hay muchos
guijarros sobre la playa. Yo Van: ¡Yalosé! Tengo quehacer
hacía amistades· con faci- algo conmigo misma. Pero
lidad. no sé cómo llenarlo. Ultima-
mente he estado comiendo
Van: Yo también trabo amis- muchísimo, tratando de lle-
tad fácilmente con los hom- narme.
bres, pero no elijo el ade-
cuado para una relación.
Uno era reservado y no me El asunto de los contenidos inconscientes y las pautas de la
daba afecto. Otro se fue con familia tiene mucho peso. La relación emocional que existe en- .
otra chica. Ahora Mark tam- tre los padres suele tener profundas repercusiones enlos hijos.
bién tiene novia, El hecho de crecer en un clima familiar caracterizado por el dis-
tanciamiento y la falta de comunicación entre los cónyuges por
Carl: ¿Tiene miedo de que va- lo general provoc,á problemas relacionados con la intimidad de
yas a devorarlo? Esta enumeraClOn de rela- los hijos. En est,e caso en particular, es notable la descripción
ciones frustradas parecía te- que hace el padre del matrimonio como una cuestión práctica.
ner relación con la intensidad Los hijos se esfuerzan para evitar un destino similar, pero con
de su necesidad de encontrar frecuencia llegan al mismo resultado.
un compañero. Nuestra capacidad para enfrentarnos con. estos temas de una
Mi intento aquí es. ofrecer manera más abierta y directa puede crear las condiciones,que
una metáfora que ilustre la permitan el cambio. Puede romper el conjuro hipnótico que pa-
manera en que ella espanta a rece mantener la lealtad de los hijos hacia las pautas de la.fami-
los hombres. lia. El hecho de enfrentarse al distanciamiento de los cónyuges y
el consiguiente sufrimiento y aislamiento plantea con intensi-
dad la pregunta: «¿Voy a elegir este camino?». Ofrece la opción
Van: Creo que muchos hom- de buscar un tipo de relación diferente.
bres tienen miedo de la in- Más adelante en la sesión, salió a la superficie la red más am-
tensidad de m.L deseo. plia de la dinámica familiar.
Carl: ¿Crees que los devoras
 116 DANZANDO CON LA FAMILIA
Car/: .¿Sabía que si usted des-
valoriza a su marido le esta-
ría enseñando a sus hijas a
desvalorizar a sus novios?
Madre: Sí. Probablemente.
¿Usted quiere decir en su
presencia? A veces lo hago a
sus espaldas.
Car/: Oh, ya veo. Va apare-
ciendo la verdad.
Madre: Bueno, él siempre se
iba. Nunca se sentaba a
conversar.
Car/: Podría haberle hecho
una zancadilla al cruzar la
puerta.
Madre: El dice que tiene prisa
y que ha de irse. Entonces
solía ponerse furioso cuan-
do yo hablaba con Mike.
Car/: ¿Usted quiere decir que·
Mike era su madre?
i
Ji
Al atribuirle a Mike un rol
maternal con respecto a su
madre, espero llamar la aten-
ción sobre el carácter disfun-
cionaldel triángulo. Una vez
más, esta manera de hacerlo
es ajena al estilo normal de la
familia. Puede Producir un
impacto.
EL PROCESO SE PERSONALIZA 117
Madre:/Sí. Es eso.
Car/:, ¡Hombre! Qué familia
más confusa. ¡Nadie sabe
quién es quién!
Madre: Mike, y yo podíamos
hablar. El comprende todo
con mucha claridad.
Car/: Así que si Mike es su ma-
dre... (risas) ... quiere decir
que él es la abuela de Marla. Aquí estoy impulsando la
confusión de roles. Quiero q~e
capten realmente ciertos as,
pectos absurdos del funciona-
miento de la familia.
Doris: ¿Quién es mi hermano?
I .
Car/: Se vuelve fnuy compli-
cado.
Me gustaría hablar más sobre esta «técnica» que consiste en
jugar con los roles familiares. Mi intención es exponer algunos
de los aspectos en los que los roles o las funciones que éstos cum-
plen son disfuncionales. Hacerlo de esta manera medio ridícula
suele tener el efecto de permitir que las familias vean el absurdo
de su situación con claridad. El hecho de que Mike consuele a su
madre cuando ella está afligida con su marido es un problema.
Esta especie de alianza transgeneracional puede ser bastante
perjudicial para la familia en su totalidad. Yo quiero perturbar
la tranquilidad que les da mantener esa posición, pero no quiero
«enseñarles» cómo ser la familia ideal. Esta especie de juego
metafórico con la estructura de roles destructiva de la familia
118 DANZANDO CON LA FAMILIA
ELPROCÉSO SE PERSONALIZA
119
hace que la verdadera adopción de decisiones quede en sus ma-
nos. Su capacidad para entrar en parte de este absurdo indica Dor: ¿Por~ué pasa eso?
que pueden trabajar con este tipo de acicate.
La idea de que un terapeuta puede «enseñarle» a una familia Madre: La artritis, un poco.
a llevarse mejor es evidentemente narcisista. Me resulta bastan- Tienen miedo.
te complicado resolver mi propia vida como para creer que'pue-
do embotellar y exportar mi propio estilo de vivir. Y tratar de Dor: ¿Tienen miedo de no po-
vender algo que yo no soy capaz de vivir es psicopático. Lo me- der llevarte?
jor que puedo hacer es ayudarlos a mirarse a sí mismos y a acep-
tar plenamente la responsabilidad de decidir y vivir. Madre: Pero ellos me ven bailar
Pero no se trata de dejarlos solos, Ellos tienen recursos inter- allí. Pero no quieren ... Yo
nos y capacidades que hay que hacer aparecer. Es mi responsa- soy rígida. Tienen miedo,
bilidad confiar en que esos recursos existan' y motivarlos para creo.
que los busquen. Cualquier otro tipo de respuesta es hacerles un
perjuicio suponiendo que en realidad son estériles y están desco- Dor: Bueno, podrías sacarlos
nectados. Los contenidos emocionales inconscientes de la fami- tú a bailar. Si ellos tienen
lia están siempre allí y son invariablemente ricos. Sólo es nece- miedo de sacarte a ti... pero
sario llegar a ellos. Aun cuando haya familias que no cuenten si vas y les dices: «¡NO me
con estos recursos, yo ya he dejado de amamantar. ¡Me exige de- voy a romper una pierna!».
masiado!
Más adelante, en la misma sesión, la madre comenzó a ha- Car/: O podría hacer que su
blar de la frustración que sentía con el padre. Concretamente se marido se nieguf¡ a bailar
refirió a su conducta cuando iban al baile. Se quejó de que él la con nadie a menos que en-
acompañaba, pero pasaba casi toda la noche bailando con otras cuentre a alguien que baile
mujeres. Afirmó que su marido no escuchaba sus protestas y la COn usted.
Aquí estoy subrayando el
dejaba sola. hecho de que ellos constituyen
una pareja. Que lo que hace
uno tiene consecuencias en el
Car/: ¿Usted no les decía que otro. Asimismo estoy alentan-
le sorprendía que nadie bai- do a la madre a ser menos pa-
lase con usted a menos que siva y a darse cuenta de que
estuviese bebido? ella podría actuaL

Madre: No, no se lo decía. Es

cierto que me molesta que Madre: Sí. Bueno, eso es lo
nadie baile' conmigo. que sucede, Quiero decir si
una pareja... él saca a bailar
a la mujer, ¡y el tipo se que-
 EL PROCESO SE PERSONALIZA 121 '1
120, DANZANDO CON LA FAMILIA
Car/: Tenemos qUe parar,
dalallí plantado o se va! ,,"sí
s~ede siempre. ¿No es cier- Padre: Sí. Es un enfoque dife-
to, papá? rente,

padre: Sí, así es, Ultimamente • (Risa:!,)

no he estado bailando con
muchas otras.
Car/: ¿Por qué no le dice al
tipo: «Mi mujer es una bue-
na bailarina y a mí me gus-
ta la suya. ¡Hagamos cam-
bio!».
(Los hijos se ríen entre dientes.)
Madre: Sí.
Car/: <<¡Te veré en el desa-
yuno!»
(Risas.) Ahora he tomado su juego
social y lo he vuelto sexual. Al
ampliar el escenario,estoy
contaminando su cómoda fal-
ta de coraje.
Quiero que tengan más li-
bertad para asociar esto del
baile con una infidelidad más
profunda. Al hacerles saber
que creo que el asunto del bai-
le tiene un componente se-
xual, he aumentado su ansie-
dad. Su nivel de comodidad
ha sido contaminado. En. el
próxirno baile, el juego será
diferente.
Car/: ¡Usted podría ofrecerse
'para pagar el desayuno!
(Risas,) Al desarrollar esta conver-
sación eh presencia de los hi-
, jos, estoy destruyendo la fan-
;'!
tasía que sus padres son seres
asexuados. Intento que pue-
,dan reírse de sí mismos.
Como la acusación de infi-
delidad queda en el nivel de la
inferencia, ellos no pueden
realmente rechazarla.¡Termi-
nar con las cosas en el aire,
! .-,
con una sensación de algo ina-
cabado o confusp, suele llegar
a producir un¡¡ integración y
crecimiento reales!
:i Una vez más, esta clase de siembra puede producir un fuerte
efecto, Todo el tema de la infidelidad ha sido abordado de mane-
ra que ellos pudieran oír, pero sin sentirse presionados a respon-
der; Si terrnina por ser real, producirá resonancias después.
,"') Desde una perspectiva «técnica», esta clase de interacción
ipuedeser considerada un rnovimiento de amplificación/Tomo
,!1 0 : que ellos presentan, un problema reiterado en los bailes, y
~ubo la apuesta dando a entender que significa mucho más. Mi
'~ctitud puede producir el efecto de contaminar la comodidad
ue ellos sienten ante esa situación. Modificará el contexto del
122 DANZANDO CQN LA FAMILIA
próximo baile. ¡Pueden seguir realizando el juego, perú ya no
podrín dejar de percibirlo! . Mira, ésa es la idea más absurda, que la educación que da el
* * * * *
Pregunta: ¡Carl, todo esto es brutal! ¿Estás diciendo realmente
que el baile es una aventura sexual?
Respuesta: ¡Desde luego! Creo... la idea de que una a,vent1,!ra
amorosa lo único que tiene es una vagina y un pene es absur-
da. Tenemos aventuras psicológicas continuamente.
Este hombre tiene aventuras psicológicas con todas esas per-
sonas cuando baila. El baile es una experiencia sexual. Pones
tu pierna entre las de la mujer y ella pone la suya entre las tu-
yas. Lo que debería haber dicho, pero no dije, es que tal vez
los hombres no bailan con ella porque su aspecto es demasia-
do sensual y tienen miedo de tener una erección.
La idea de quedarse para el desayuno, es lo que llamo sem-
brar en el inconsciente. Los deja con una extrapolación de su
fantasía, porque la mía va más lejos.
EL PROCESO SE PERSONALIZA 123
terapeuta profesional no se diferencia en nada de la que da el
predicador, los diez mandamientos, el mandato cultural o
el vecin.o. ¡No puedes hacer eso! Enseñar... ¡no somos capa~es
de dirigir nuestra vida usando la introspección intelectual!
Tiene que ser algo más penetrante. De eso se trata cuando nos
referimos al inconsciente. De eso se trata cuando hablamos de
sembrar su fantasía. y no tienes que preocuparte por echar
demasiadas semillas. La parábola de Cristo sobre aquel sem-
brador que arroja las semillas... si no caen en tierra fértil las
semillas no crecerán. ¡Si caen en tierra fértil, crecerán! En~on­
ces, salga lo que salga será cosechable. De modo, que creo que
es muy posible que esto los afecte unas semanas después.
Pregunta: ¿Así que no crees en la educación?
. Respuesta: Tal vez al final de la terapia puedas empezar a decir
cosas que por tu relación con ellos sean bastante significativas
para durar, pero habitualmente la educación no es terapéutica.

Pregunta: Bueno, realmente parece que estuvieras echando leña

al fuego. Que les estés haciendo imposible...
/
Respuesta: ¡No puedes tener un orgasmo si no te calientas!
Tienes que movilizar a estas personas. No puedes simplemen-
te quedarte con la vida que llevan. Estás tratando de incre-
mentar su vitalidad para hacerla más provechosa y agrada-
ble.

Pregunta: Bueno, permíteme hacerte una pregunta simple: ¿por

qué no les enseñas? ¿Por qué no los educas y les dices directa-'
mente que necesitan comunicarse mejor? ¿Que tienen que ser
más respetuosos el uno con el otro? ¿Que tienen que ser más
amables entre ellos?

Respuesta: Hombre, ¡me alegra que hayas sacado el tema!

 Capítulo 6

EL DILEMA UNIVERSAL:
HOMBRES SIN ESPERANZA Y MUJERES ESPERANZADAS

Mujer: Dime que me amas.

Marido: Te amo.
Mujer: ¡No lo dices en serio!

¡La vida es absurda! Buscamos por todas partes tratando de

encontrar intimidad y un compromiso personal y, al final, cuan-
do aparece la posibilidad, la rehuimos aterrorizados. A menudo
es más cómodo de(Jnirnos por nuestros roles'sociales -soy un
terapeuta, o un padre, o un marido- que enfrentarse con la tea-
lidad de ser humano. Cuanto más hablamos de ser personales,
mayor es la fuerza con que nos adherimos, a nuestras funciones
de roles.
Así como cada persona debe luchar con este dilema, también
cada familia debe hacerlo. Cada familia comprende una matriz
compleja de valores, imágenes y mitos que tienen que ver con el
territorio que le corresponde al ser humano. ¿Qué grado de
apertura tenemos entre nosotros? ¿En qué medida nuestra fami-
lia está determinada por los roles? ¿Podemos afrontar nuestros
impulsos o tienen que estar ocultos? ¿Los hombres y las mujeres
son más similares o más diferentes? ¿Los hijos son·personasim-
tónomas o simples reflejos de sus padres? ¿La familia allegada
ha de ser valorada o temida? Los temas son infinitos. El proceso
de abordarlos es eterno.
 EL DILEMA UNIVERSAL 127
126 DANZANDO CON LA FAMILIA

respecto ,al novio que no

Uno de los temas cargados afectivamente en la familia cuyo resultabá, era que de algÚn
caso estamos siguiendo es el tema de las relaciones hombre-mu- modo estabas' tratando de
jer. Cómo se relacionan, cómo se mantiene la distancia y cómo poner a tu novio en el lugar
buscan la intimidad son cuestiones'fundamentales. Cuando vol- del gurú que tenías antes. Uno de los problemas rea-
vemos a las sesiones, Vanessa está hablando de su anterior par- les de la vida es empezar una
ticipación en un grupo de meditación y de sus dificultades con relación con la fantasía de ser
respecto a los hombres. protegido y cuidado. Esperar '
que el novio la proteja de la
necesidad de ser una persona
Vanessa: Medito todas las ma- real es peligroso. Si él no lo
ñanas durante diez minutos hace, usted se sentirá terrible-
pero no asisto a prácticas o mente desilusionada. Y peor
grupos especiales ni nada aún, si él lo hace, usted no
de eso. será nadie.
CarI: ¿Cómo lograste liberar-
te? O, mejor dicho, ¿alguna
Van: Ya lo sé. Es cierto. Mi no-
vez estuviste realmente en-
vio solía decirlo. Me decía:
ganchada?
.. Confundes a tus novios con
tus gurúes».
Van: ¡Oh, Sí! ¡Estuve realmen-
te enganchada! Creo que me /
CarI: ¿Te parece que podrías
alejé de la meditación y vivir sin tener mi gurú?
esas prácticas para poner
mi' energía en mis, relacio- Van:' ¿O un novio?
nes personales.
CarI: No, no.
CarI: ¿Cómo lo hiciste?
Van: ¿Sólo sin un gurú?
Van: En mis relaciones amo-
rosas.
CarI: Sí. Porque si pudieras vi-
vir sin un guro, tal vez po-
CarI: ¡Vaya, vaya! Es lo que
drías tener un novio.
dije en mi discusión (des-
pués de las sesiones de ayer). Madre: Exacto.
Que sospechaba que tu
sufrimiento de ayer, con
128 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 129 \

vqn: Eso me... me ... me asus- en mi relación con él. Creo

ita. Siento que necesito algo
~ lo que aferrarme. Aquí Vanessa es capaz de;
expresar con palabras elsentF:'
miento de querer ser prótegi-i
da. 'Quiere hacer creer que e$1'
otra vez una n-¡ña. esta vez.,:
consiguiendo el cuidado y I~
protección que d e s e a . .
La fuerza de su necesidad'
sugiere que se trata de un ast
pecto que hay que investi~ar~
más a fondo. Trato de relaclO,:
nar estas necesidades con 1<\.
familia y su deseo de o btene~:
más atención del padre. ,.
que no podría decirle:
«Papá, ¡estoy realmente
. asustaqa!». No creo tener
este tipo de relación con él.
Carl: ¿Cuándo dejaste de abra-
z),r a tu padre?
Vem:·Qh, ¡no sé!, ¡no sé! (cada
vez más ansiosa) ¡Nisiquie-
::'.ddo sé!
¿Cuando eras pequeña,

~',:~ri- . .'.
Carl: ¿Y no puedes aferrarte a )(J(lrl¡ ¿Tuviste la sensación de
tu padre? ;.,iAue él temiera que.tú le sus_
'\~)ditases algún sentimiento
Madre: ¡Sí! ¡Exactamente! ,<<sexual?
!(¿. /
Van: Sí. No lo sé. {iri: Sí. Tuve esa sensación. A medida que analizába-
mos la dificultad real que te-
Carl: Ayer dijiste que este nía para acercarse a su padre,
asunto del novio tenía algo se ponía más y más ansiosa, lo
que ver con tu padre. cual se acentuó especialmente
cuando le pregunté cuánto ha-
Van: Sí. cía que no abrazaba a su pa-
dre. Mi reacción pretendía ha-
Carl: ¿Crees que no puedes cer salir este tema a la superfi-
aferrarte a él porque no se cie. Al poner de manifiesto la
aferra a Dios como un gurú? ansiedad relativa al tabú del
incesto, :espero ayudar a Va-
Van: No sé. Sóló pasa que no nessa para que vea su vida ac-
me siento realmente segura tual con mayor claridad.
 130 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl: ¿Tienes alguna idea de
cuándo fue? Porque para mí
fue muy claro, desde luego
Se me hizo más claro, con
los años, el hecho de que mi
madre sintiera pánico por
sentir una atracción sexual
hacia mí, cuando yo tenía
trece años. Al compartir esa parte de
mi vida, le he dado a la cues-
tión de' los sentimientos se-
xuales existentes entre padres
e hijos un carácter normal.
Esto por lo general atenúa la
actitud defensiva de los pa-
cientes.
Se trata de una manera de
comunicación difícil de recha-
zar.Ellos podrían haber pasa-
do por alto fácilmente cual-
quier pregunta: directa sobre
los sentimientos incestuosos.
Sin embargo, cuando me oyen
hablar sobre mi propia vida,
no pueden invalidarla con
tanta facilidad. Es parte de
mí, no de ellos. Pero como
además es universal, ¡también
se refiere a ellos!
Van: Hummmmmm.
Carl: ¿Tienes alguna idea de
cuál era tu edad cuando ni
tú ni tu padre podíais sopor·
tarvuestra mutua atrac-
ción?
ti
!
EL DILEMA UNIVERSAL 131
Van: Diría que un poco des-
pués de ·Ios doce años. Es
la edad que me viene a la
mente.
La forma cómo Vanessa respondió a mi pregunta con respec-
to a la falta de acercamiento físico con su padre indicó que se
trataba de una zona cargada. Una vez más, mi inclinación natu-
ral fue la de llevarla a un nivel de mayor ansiedad. Para dar a la
familia el beneficio de ahondar en nuevas zonas.
No se trata realmente de una cuestión controvertida, sin em-
bargo, tan sólo estoy poniendo de manifiesto una realidad unI-
versal. Por el hecho de sacar los impulsos a la luz no se los crea,
simplemente se los expone. Los padres tienen sentimientos e im-
pulsos sexualizados con respecto a sus hijos y éstos con respecto
a sus padres. Lo que suele hacerlos tan peligrosos es el pánico
que los lleva a negarlos. Si uno se aparta de sus hijos como reac-
ción ante esos impulsos que lo descentran, se perjudica a la fa-
milia. Yo quiero \lue ellos sean capaces de afrontar el impulso,
no de vivir aterrorizados por él.
La decisión de compartir con ellos esta parte de mi vida se
basa en mi c¿P',:,icción de que para poder penetrar realmente es
nec.esa~¡o ser personal. Cuando los miro, tengo que ser capaz de
encontrar parte de mí mismo. Cuahdo ellos me miran a mí, de-
seo .que encuentren parte de sí mismos. La capacidad de ver al
otro como un ser humano es fundamental para cualquier tera-
pia. No temo que me cons.ideren inepto o incapaz a causa de la
información que decido darles sobre mí. No necesito su aproba-
ción o adoración panl sentirme bien como persona. Cuando el
terapeuta depende de la respuesta de sus pacientes para sentir
que vale, algo anda mal. Le impide ser un terapeuta y lo coloca
en un vínculo sociopático.
En realidad, todo este asunto de tratar de eludir la dicotomía
profesional de «terapeuta sano» y «paciente enfermo» es .un fe-
nómeno interesante. El mantenimiento de la dicotomía crea'una
brecha tal que los intercambios reales SQn minimizados. Deja a
 132 DANZANDO CON LA FAMILIA
los pacientes con el convencimiento de que nosotros podemos
arreglarlos y de que ellos son lo suficientemente anómalos para
necesitar ese arreglo. Tal vez lo que resulta más destructivo es la
ilusión de grandeza que imprime en el terapeuta. Parece que
la capacidad de un terapeuta de ser útil está directamente rela-
cionada con la aceptación del hecho de que no puede ayudar.
* * * * *
Pregunta: Carl, fue una conversación densa. Usaste tu vida, tu
propia experiencia para hablar de un tema muy difícil y per-
sonal. ¿Por qué hurgaste en todo este asunto del incesto? y to-
davía peor, ¿por qué metiste a tu madre en esto?
Respuesta: Bueno, creo que cuando uno habla de la sexualidad
transgeneracional, hay que justificar el hecho de ponerlos al
descubierto poniéndose uno mismo al descubierto. Si no lo
haces, estás actuando pornográficamente. ¡Estás jugando su-
cio! Si te pones al descubierto, ... y creo que lo puedes hacer
sólo si has' tenido sufibente terapia para no tener que pedir
ayuda en ése tema... lo cuentas simplemente como una expe-
riencia simbólica de tu pasado. Con esta actitud se logra abrir
el terreno para que ellos puedan pensar sobre eso. Trato de no
[' pedirles que comenten su experiencia. Les puedo hacer pre-
guntas académicas como por ejemplo: «¿Cuántos años tenías
cuando te diste cuenta del temor de tu Padre», sin decir nada
sobre el momento en que ella se atemorizó. Entonces le puedo
contar mi experiencia con mi madre, porque es un hecho. y a
mí ya no me produce ningún pánico.
Preguntá: ¿Pero no corres el riesgo de que te haga parecer insa-
no? Como si hubieras tenido esa relación absurda...
Respuesta: ¡Desde luego que soy insano! No tengo intención al-
guna de tratar de encajar en el mito de ser sano. Creo que yo
soy más loco que ellos. ¡Salvo que me gano la vida con ello y
lo disfruto! y los estimulo para que sean locos. ¡El problema
eS cómo evitar que sean estúpidos!
EL DILEMA UNIVERSAL 133
Pregunta: ¿Y cuál es la diferencia? Porque, loco y estúpido... ¡lo
dices como si fuera diferente!· .
Respuesta: Bueno, si eres estúpido y loco terminas en un hospital
psiquiátrico. Si eres inteligente y loco, terminas como Picasso
y haces un aporte al mundo. O por lo menos ·te ganas la vida
como yo.
Pregunta: Bueno, parece que tu método dio resultado en este
caso. Fue eficaz y tal vez útil. Pero debe haber ciertas directri-
ces sobre todo este asunto. Se supone que no andas contando
la relación que tuviste con tu madre a cualquiera de tus pa"
cientes, a todos los que atiendes. ¿Cómo sabes cuándo hacerlo
y cuándo no hacerlo? '
Respuesta: No lo decido por anticipado. Creo que uno de los pro-
blemas que tienen los terapeutas con frecuencia es que tratan
de desdoblarse. y en cuanto te desdoblas... Es como pregun-
tarle a una chica si la puedes besar. Ya es demasiado tarde. Si
tienes que desdoblar tus acciones terapéuticas, eres un impos-
tor. Como reaccjón ante tu actitud, ellos serán impostores por-
que van a distorsionar sus respuestas.
De modo que así es como sucede. Es una experiencia creativa
para mí. Supongo que es una especie de corazonada clínica.
Pregunta: ¡Me sigo sintiendo incómodo! ¿La idea es que cual-
quier cosa que te pasa por la mente en la sesión la manifiestas
tranquilamente?
Respuesta: Claro. Claro. A ver si puedo explicarte... debería ha-
ber algún tipo de formación para hacerlo. Estos veinte, trein-
ta, cuarenta años en la profesión que me respaldan me hacen
sentir mucho más confiado y cómodo para realizar mis inter-
venciones. Los primeros diez, quince, veinte años fui protegi-
do, guiado, formado por un coterapeuta para saber modificar,
rechazar, aceptar, darme la clase de libertad que necesitaba
porque los dos formábamos parte del terapeuta. Al igual que
 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 135
el nrogenitor solo, el terápeuta solo está enfermo. La familia Padre: No.
esclemasiado fuerte para un solo terapeuta. Es neGesario que
sea'h dos los progenitores. Y es neGesario que sean dos los tera- Madre: Yo daba. los mnos a
peutas. Cuando te haces mayor, cuando llegas a ser una abuela, papá y él sólo los sostenía.
puedes criar a un niño sin ayuda. Cuando llego a ser un abue-.} Los sost~nía pero no los
lo, puedo tratar a algunas familias sin ayuda. Pero prefiero te» abrazaba. Simplemente se
ner un compañero y dejar que el equipo haga el trabajo. ocupaba de sostenerlos.

* * * * * . Cario' Los hombres son desco- .

razonadores.
Al continuar la sesión, surgió como centro de atención la
pacidad del padre para comprometerse personalmente. Nos en- Ma,dre: Sí.
teramos de que se sintió desplazado por su padre en su rellaclól1,
con sus propios hijos. Por eso hablan de una se-
gunda niñez. Porque la ma-
yoría de, los hombres dejan
Cario' (dirigiéndose. al padre) de ser seres humanos cuan-
¿Cómo fue? ¿Recuerda las do son jóvenes. Cuando en-
veces en que era capaz de vejecen se dan cuenta de lo
abrazar a su hija mayor? que se perdieron y se empe-
ñan frenéticamente en acer-
Padre: Bueno, el abuelo más o carse a alguien. ¿Ha notado
menos me desplazó. El lo algo parecido en él? !
hacía todo el tiempo.
",adre: Un poquito, tal vez. Le estoy ofreciendo al pa-
Cario' Los hombres viejos so- fj-
dre la oportUnidad de exami-
mos muy seductores. Nos nar el estado actual de su vida
volvemos tan ávidos. y de atreverse a mirar su sole-
dad.
Padre: El quería tener a. al- Los hombres a menudo pa-
guien cerca. reGen tratar de sobrevivir per-
maneciendo Gomo paraliza-
Madre: El quería tener alguien dos frente a la vida real yaG"
a quien aferrarse y lo hacía. tuando como si fuesen cosas y
Abrazaba a todos los niños. no personas. Le estoy ofre-
Papá no abrazaba a nin- ciendo al padre la posibilidad
guno: de vislumbrar su condición
 136 DANZANDO.CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 137

humana como alternativa a me encuentro menos atado a su conflicto con la realidad y más
seguir paralizado. libre para estar en contacto con mis propias reacciones internas.
Se trata de una fase esencial si queremos que nuestras sesiones
sean provechosas. En la medida en que sea capturado por el di-
Carl: Desde luego, es compli- lema que tienen ellos con la realidad y la búsqueda de solucio-
cado con usted porque él nes, quedo capturado por su sistema.Una·vezdentro de él, que_
puede abrazar. a su madre do neutralizado. Una vez persuadido de este modo, mis esfuer-
ya que ella está desprovista zos se parecen a los de Alicia, quien mientras corría con la Reina
de sexualidad. Es como si de Corazones, exclamaba: «¡Cuanto más rápido corro, .más atrás
fuese la madre de él. me quedo!».
Madre: Exacto. Estaba muy li-
gado a su madre. El y su HOMBRES/MUJERES, LA ETERNA DIALÉCTIGA.
madre eran así (la madre
cruza los dedos), y su padre El antiguo axioma: «Los hombres se valen del amor para lo-
estaba afuera. grar una gratificación sexual, mientras que las mujeres se .valen
de lo sexual para obtener amor", parece tener cierta validez.
Carl: Se me ocurrió un pensa- Ejemplifica las perspectivas diferentes, primitivas,básicas,que
miento de lo más absurdo tienen los elementos masculinos y femeninos de muchas cultu-
(riendo). Cuando usted dijo ras. Si bien en la compleja sociedad moderna de nuestros días
que él y su madre eran así puede parecer.qu~se trata de algo anticuado, es difícil refutar la
(cruzando los dedos), yo veía evidencia humana.
los .dedos nudosos y que ha- Para los. hombres, lograr intimidad es un asunto imposible.
bía algo nudoso entre él y su En lugar de buscar un sentido en las relaciones personales, los
madre. Al compartir mI Imagen, hombres tratan de encontrarlo en los logros, la adquisición y la
I ellos se quedarán con el cua- posesión. Como el niño qtiecolecciona cochecitos o cromos de
dro claro de que había algo fútbol, los niños grandes hacen lo mismo. EnJugar de juguetes
malsano entre el padre y su juntan dinero, o coches deportivos, o empresas... :es todo <lo mis-
madre. mo. Los hombres se visten con realizaciones y éxitos. Sin ellos se
sienten desnudos y avergonzados. Se definen a sí mismos por lo
que tienen, no porlo que son. La pregunta misma sobre quiénes
Esta comunicación reflexiva de otra de mis imágenes visua- son suena jncluso grotesca.' ¿Qué significa realmente?
les es indicativa .de mi creciente capacidad para actuar libre- ¡Pero hay más! Los hombres parecen necesitar este tipo de
mente con ellos. Ya hemos pasado la fase política inicial. Si bien centro ,de atención. para protegerse de algo aterrador. La idea
la política sigue siendo una parte de la relación, ellos ahora re- misma de dejar realmente que alguien sepa quiénes uno resulta
troceden hacia el fondo. demasiado amenazadora incluso para admitirla. Cuando los
Es como cualquier otra relación que crece en etapas. Ahora hombres se encuentran con otros hombres, no es tan difícil. En-

II
Ji
138, DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 139
toncfo's se concentran en asuntos que tienen cierta importancia, sión ideográfica que tienen sus miembros de esta cuestión uni-
Po~,{rjemplo, cómo fue el partido de fútbol, qué está ocurriendo versal. .
en la bolsa de valores, mira mi nuevo coche, ¿viste cómo trabaja
la nueva secretaria?
Este nivel de relación, o no-relación si se prefiere, parece ser Carl: El problema real es, en
perfectamente aceptable para la mayoría de los hombres, Cae el Caso de la mayoría de los
mienza a derrumbarse sólo cuando aparecen las mujeres. Las hombres, que ellos abando-
mujeres parecen saber que vale la pena buscar la intimidad nan toda esperanza de con-
y que es posible: Yo supongo que esto viene de la relación íntima seguir algo de la vida cuan-
que las mujeres tienen con sus hijos en el útero. Al desarrollarse do son muy' jóvenes. Están
esa relación, se vuelve una experiencia profunda para la madre. entrenados para enamorar-
El padre por lo general no se percata hasta que nace el bebé. No se de las cosas. De las má-
creo que lleguen nunca a tener con los hijos la misma relación quinas, de los animales y
que la madre. Sin duda, la histórica división del trabajo, según del trabajo. Para cl varón, a quien se le
la cual el hombre salía para matar al dinosaurio mientras la enseña desde muy pequeño
mujer protegía a los niños en la cueva, ha contribuido a este de" que el comportamiento emo-
sequilibrio. cional es frívolo, la vida se
Apesar de las objeciones de nuestra cultura actual, creo que vuelve un desafío para encon-
la biología trasciende a la psicología. Desde luego que los hom. trar zonas seguras, cuestiones
bres pueden aprender a ser más personales y protectores, pero u objetos en los cuales invertir
dudo de que alguna vez puedan ser tan intuitivamente afectuo- su esfuerzo.
sos como una madre. Aun cuando se intente forzar el modelo SO"
ciocultural tradicional no se logrará realmente ese resultado. Yo
uso la analogía de una rueda de bicicleta para describir el mode; Madre: ¡Sí! ¡Sí! ¡Exactamente!
lo de la familia tradicional. La madre es el eje de la rueda. Es Mi marido está enamorado
responsable del mundo interior de la familia, de oCuparse de su tractor. Cuando se es-
que haya suficiente protección y cuidados. El padrees la tropeó y dejó de funcionar,
y la goma. Su función es tratar más directamente con el mundo,,\ se quejaba: ,,¡Oh! ¡Tengo
exterior. El tiene que proteger al resto de' la familia de algunos': que tener ese tractor! ¡Sabes
de los aspectos peligrosos del mundo real, así como también'; que necesito ese tractor!»
preparar a los niños para ser capaces de enfrentarse a las exi',! Así que Mike tuvo que arre-
gencias de ese mundo. Los niños son los radios de la rueda. SOI1 \ glarlo.
lo que unen al padre y a la madre. Supongo que también tienden,;
a separarlos si llevamos la analogía demasiado lejos. En todqt
caso, este modelo no es precisamente el que fomenta la intimif';¡
dad entre la madre y el padre, como'mujer y marido.:)!; ¡Sí! ¡Con pasión! ¡Es
Cuando vuelvo a reunirme con la familia, salea la luz la,vert,, pasión!
140 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 141

Carl: ¿Tiene idea de cuándo
dejó de intentar humanizar-
lo? ¿Cuánto tiempo pasó
desde que se casaron hasta
que usted se convenció que
él no tenía remedio?
Madre: Oh, no fue enseguida.
(Risas.) Este comentario subraya
la típica lucha de los primeros
años de vida matrimonial. La
mujer trata de ayudar a] hom-
bre a vivir en el presente. A
que se relacione con ella en un
nivel personal. Sus risas con-
firmaron que reconocía esta
lucha y, tal vez, la desespera-
ción de su realidad.
irremediables, quiero que la madre pueda mirarla realidad de
su propia vida. Enfrentarse realmente al hecho de que su mari-
do no le brinda mucha ternura. Que está sola,.
Una de las formas más antiguasque tienen las mujeres para
tratar de convencerse de que se las ama es dejarse engañar por
el interés del hombre en el sexo. Si bien es algo que tranquiliza
durante un tiempo resulta deshumanizante a la larga.
Yo trabajo partiendo del supuesto de que antes de que la ma-
dre pueda movilizarse realmente para crecer, tendrá'que enfren-
tarse a la realidad que ella trata de ignorar. Sólo entonces sU S1.1-
frimiento y su soledad se vuelven aliados, en su esfuerzo para
crecer. Hasta que pueda aceptar el ,sufrimiento, se mantendrá
congelada y aislada. Desde 11.1ego, aceptarlo también será dolo-
roso, pero se trata de un dolor que aporta cierta promesa y espe-
ranza que no debilita. '
Carl: ... ¿y desde entonces us-
ted se ha sentido deprimi-
da?

Carl: Bueno, por lo general no Madre: No sé. ~e que desde

es enseguida porque la mu- que he tenido artritis reu-
jer suele confundir el sexo matoidea me he sentido de-,
con el amor. No se da cuen- primida. Hace catorce años.
ta de que el hombre en rea-
lidad no ama, simplemente Carl: ¿Está empeorando?
ejerce su sexualidad.
Madre: No lo sé.
Madre: Correcto. Bueno, debe
de haber sido por lo menos Carl: Permítame que le haga
durante un par de años. Tal una pregunta absurda que
vez cinco años. acaba de pasar por· mi cabe-
za. ¿Cree que la enfermedad
de Gail ha evitado que em-
Mi intento consiste aquí en conducira la madre nuevamente peore su artritis?
a la ecuación. Ahora que hemos establecido que los hombres son
142 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 143
.
'(
'! • •"

Madre} Tal vez ,un poquito. suelve nada realmente y se refuerza un sistema interactivo
No~.
triangulado.
Dada esta forma de actuar, Gail ahora está empleada. Si bien
Carl: Yo pienso asÍ' de las fa- la paga es: baja, da mucho prestigio ser el primordial objeto de
milias. preocupación de la madre. La consccuencia lógica de no ser 'ca-
paz de ,crecer nunca constituye un precio bajo a cambio de la se-
Madre: No tengo tiempo de guridad de ser necesitada para toda la vida con tanta desespera-
pensar.en ·mí misma a causa ción. Parte dcl problema es que si bien la madre puede realmen-
de ella. te conseguir algún alivio, en un nivel más profundo, ella sabe
que se está escondiendo de los problemas reales que la pertur-
Van: Tú también le gritas, mu" ban. Incluso ella puede saber de algún modo que está perpe-
chísimo a Gail. Te' enojas tuándolos activamente.
muchísimo con ella. Más allá de esto, no es conveniente para el padre que se 10 sa-
que del apuro tan fácilmente. El tiene que sentir que se le necesi-
Madre: Sí. Me desquito con ta ... ya sea muerto o vivo. Ser necesitado es una parte esencial
ella. de la vida. La distancia existente entre ellos mantiene desde lue-
go el nivel de comodidad del padre, pero también contribuye
Carl: ¿Así que en realidad us- enormemente a que sc sienta insignificante. ,
ted tiene una aventura con Tal vez el componente más devastador de esta clase de estiló
Gail, mientras que su mari- familiar se relaciona con la renuencia que ellos tienen a enfren-
do la tiene con el tractor?, tarse realmente con ellos mismos y con los temas de la' relación
que serán transmitidos a generaciones futuras. ¡La fal}tasía, de que
Madre: Tal vez. Una vez más, -las. aventuras;~{ puede escapar indemne es absolutamente desastrosa!
psicológicas están marcadas /;
por una intensa invei:'sión de:'
afecto. Esta puede tener el be"?, Carl: ¿En dónde más hay pa-
neficio de permitirle a la ma- ie; sión en la familia? Tuve una
dre expresar parte de su rabia ¡r sensación cuando su marido'
reprimida. pero a la larga es,','. ""hizo' un chiste sobre". es
contraproducente. ,,,; Maria? ¿Ese es su nom-
bre? .., ¡Qué absurdo! Mi
i
r'abuela se' llamaba Maria.
Se trata de un claro ejemplo de los dobles niveles, de impactq) ÜPor eso 'no estaba seguro.
que llenan nuestras vidas y crean las paradojas con las ,cuales~ ({¡uando su marido hizo ese
luchamos. Mientras que en la superficie parece que la capacidad", 'chiSte sobre lo que había be-
de la madre para descargarse con Gail puede al menos aliviar s~;: bido Maria ayer; tuve la
enojo. en niveles más profundos se vuelve contra ella. No se re¡:
,' ;
..
'"senSiación de que hubo una
144 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 145

verdadera _pelea pasional Carl: ¿El) verdad, no, eh?

entre ellos. ¿Es cierto que su Cuando él gana y.tú quedas
padre está preocupado por_ en mal lugar. .. ¿alguna vez
su futuro? ¿Que cree que va vuelve y se disculpa cuando
a terminar siendo una mala descubre que estaba equivo-
chica y está tratando de vol- cado?
verla sUmisa, paraAue sea
una buena esposa de algún Mar: No.
granjero? -
Carl: ¿Alguna vez se lo pedis-
Madm: Creo que es correcto. te?

Maria: Nunca se meha1:>ía Mar: No.

ocurrido antes. Supongo
que podría ser. Carl: ¿Qué crees que pasaría si
lo hiciera? Si tú te dirigie-
Madre: Sí, él está preocupado. ras a él veinticuatro horas
Carl: (dirigiéndose aMarla)
después y le dijeses: <<¡Mira!
Lo busqué en la enciclope-
¿Puedes pelear con él?
dia, es "viejo de tal por
¿Puedes enlTentarte con el
cual", ¡y estabas equivoca-
, «viejo»?
do! ¡SencillameJ1te equivo-
Mar: Sí. cado! Me lo hundiste
, en la
garganta hasta que tuve que
Carl: ¿Puedes ganar alguna ceder. Ahora quiero que te
vez realmente? disculpes». ¿Alguna vez lo
hizo?
Mar: No. En verdad, no. Mi impresión era que la
queja del padre sobre la-con- Mar: No.
ducta de Marla con la bebida
era una manera de decir que Carl: -¿Qué crees que sucede-
él estaba interesado en lo que ría?
le pasaba a ella. Si bien tenía
la apariencia de un control, Madre: Ninguno de nosotros
demostraba algún tipo de lo ha hecho.
afecto. Tal vez el único que es
capaz de compartir. Mar: Probablemente nada. Aquí deseo inculcar la idea
 146 DANZANDO CON LA FAMILIA
de que hay maneras de apro'
xHnarseal «viejo». 'Todavía
noestá·muerto.
Carl: Bueno, no me sorprende-
ría, podría estar envejecien-
do lO suficiente como para
que si se lo planteas directa-
mente, él tuviera más aga-
llas de las que crees. O más
amor, si es que puedo usar
un término algo torpe.
¿Piensas que él te quiere?
Mar: Sí.
Carl: A su manera, ¿eh? Ahora quiero que admitan
el aspecto cariñoso, afectuoso
de la familia. Si bien no es fá-
cil de ver, ¡sé que ahí está! Si
puedo ayudarlos·a mirarlo, se-
rán más capaces de tratarse
mutuamente como personas,
no como actuaciones de roles.
Carl: ¿Crees que él ama a tu
madre?
Mar: Sí. Después de haber obtenido
el primer reconocimiento,
sigo adelante para llegar a
lo más importante. Quiero
forzarlos a enfrentarse direc-
tamente a la pregunta: «¿El
padre ama realmente a la
madre?» Se trata de algo que
·',ia :
EL DILEMA UNIVERSAL 147
todos rehúyen tímidam.entey
dejan sin definir. ¡Ellos nece-
sitan abordarlo!
Carl: ¡Porque ayer yo creí ese
disparate de que había sido
un matrimonio de conve-
niencia! Creo que es una
manera de engañarse a si
. mismos sobre el interés que
el uno tiene por el otro.
Tal vez no sea la clase de
amor que les gustaría, pero
no creo que puedan dejar de
interesarse uno en el otro.
¡Y no creo que puedan re-
tractarse! Aun cuando se di-
vorcien y vuelvan a casarse
dos o tres veces, una. tras
otra. El matrimonio es un proce-
/ so que entrelaza a las perso-
nas de una manera profunda..
La vida compartida que supo,
ne es real, con profundas raí-
ces., A pesar de lo difundido
que está el divorcio, ho creo
que se pueda erradicar nunca
ese sistema dearraigamiento.
Tú puedes enamorarte pero
no creo que alguna vez puedas
realmente desenamorarte. Ese
novio con el que estás rom-
piendo la. relación estará
siempre en tu cabeza. Tú pue-
des decidir no vivir tu vida
148 DANZANDO CON LA FAMILIA
con él, pero' eso esotra cosa.
Igual lo seguirás teniendo en
tus entrañas.
Madre: ¡Estoy segura de que
eso la aflige!
(MarIa tiene los ojos llenos de
lágrimas)
CarI: La parte más hermosa
del amor es que no es como un
jabón. Uno no lo gasta. Se pa-
rece más a los músculos,
cuanto más se aprende a
amar, más se puede amar.
El modo en que nuestra cultura ve el matrimonio es de lo
más absurdo. Es como si creyésemos que es posible vivir una
vida compartida juntos sin comprometerse emocionalmente
uno con el otro. ¡Sencillamente no es posible! El hecho de vivir
juntos durante años automáticamente implica mimetización y
compenetración con el otro. Aunque tal vez no sea lo ideal, así
sucede en la realidad.
Yo creo que elegimos parejas que se corresponden psicológi-
camente con nosotros. No se trata de un proceso fortuito en ab-
soluto. No creo que terminemos casándonos con determinada
persona por error. La excusa de la «locura te¡npora¡" no se ajus-
taa mi experiencia •.Desde luego, por lo general hay una conspi-
ración gigantesca en este proceso por la cual nos ponemos mu-
tuamente de acuerdo en ser de determinada manera con el otro
para poder conquistarlo. El temperamento de él·rio se muestra
hasta después de la ceremonia. Al perfeccionismo de ella se lo
considera esmero, hasta que se vuelve en·su contra durante·la
luna de miel. Pero decir que ellos lo ignoraban completamente,
inferir que no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo, es.ri-
dículo.
EL DILEMA UNIVERSAL 149
Mientras que en la superficie parece que elegimos a alguien
que satisfárá todas nuestras necesidades y nos hará completos,
la relación real se encuentra en un nivel más profundo. Paradó-
jicamente, cuanto con mayor claridad nuestra elección parece
satisfacer nuestras necesidades en la superficie, más intenso
será el esfuerzo para llegar a ser realmente una pareja sana. A
menudo parece que en virtud de nuestra elección matrimonial
nos enfrentamos con la oportunidad de luchar con algunos de
nuestros temores más profundos. El hecho de casarse con un
hombre porque su fuerza la hace sentirse segura, con el tiempo
llega a despertar en la mujer la necesidad de desafiar y vencer
esa fuerza para .poder ser una persona. Cuando ella desafía la
fuerza del cónyuge, él debe enfrentarse entonces a los temores e
incertidumbres que aquélla ocultaba. El hecho de elegir a una
esposa porque es muy considerada y atenta con respecto a las.
propias necesidades termina en el dilema de sentirse abun:ido
ante su falta de individualidad. Las combinaciones son infinitas,
con tremendas variaciones y diversidad de estilo.
A pesar de los esfuerzos posteriores, puede ser que estas difi-
cultades sean fundamentales para desarrollar un sentido real de
intimidad. Después de todo, la intimidad es un proceso, no un
acontecimiento. E,\ algo que se desarrolla y crece con el tiempo,
y no que existe simplemente. Cuando el matrimonio puede. brin-
dar la seguridad para enfrentarse bilateralmente a los propios
miedos interiores, así como también a los del cónyuge, aparece
la intimidad., Si la pareja se queda encallada en un proceso bila-
teral de proyección de culpas, es poco lo que se hace para alen-
tar el crecimiento.
Al volver con la familia, todas las mujeres están llorando por
el sufrimiento que les producen los problemas de Marla con su
novio. Como de costumbre, el padre parece inconmovible.
CarI: Fue algo muy hermoso.
Fue muy hermoso para mí
lo de ayer, la forma en que
ustedes pueden llorar.
1S0 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 151

Creo que lo malo es que no anécdota personal sirvió para

hayan sido capaces de ense- acrecentar la opresión que les
ñarle esto al «viejo». produce normalmente la con-
versilción del padre sobre el
Madre: El no llora. tractor.

Carl: Tal vez pueda hacer que Vanessa: ¡No quíero hablar
llore por el tractor algún más de tractores! (Gritand9
día. ' Mi comentario aquí pone de enojada.) ¡No quiero hablar
manifiesto una herida a flor de esoslnillditos 'trilctores!
de piel de la familia. Mientras ¡Quiero saber cómo le está
que las mujeres participan, el yendo a Maria! ¡No quiero
padre lo elude. saber nada de tractores!
¡Cristo! ¡Aquí hay alguien
que sufre! ¡No quiero oír ha-
Madre: ¡Oh, sí! ¡Yo sé que sí! blar de tractores!
¡Quiero saber qué le pasa a
Padre: ¡Sí! ¡Cuando no pueda Maria! ¡Quiero saber qué
conducirlo más! sucede con su novio!

Padre:' Sí. Es cierto. Pero antes

Carl: ¿Cuando no pueda' con~ o después tien<!s que hablar
ducirlo más? Bueno, yo... es de las cosas II)ilteriales tam-
gracioso, lo que pensé fue bién.
que, cuando tenía diez años
mas. o menos.... yo, empecé Van: Bueno, pero quiero oír
a manejar cuando'tenía al- hablar de Maria. ¡No quiero
rededor de siete años. A los oíros a vosotros dos hablar
diez me pasé una curva. Era de esos malditos tractores!
un tractor viejo y no giraba ¡No doy un céntimo por
muy bien. Me fui contra la ellos! La explosión' de Vanessaen
orilla del río y me hundí oposición al hasta ahora exa-
hasta la panza. Todo el trac- gera<.lo estilo familiar es in-
tor quedó bajo el agua. Aquí, como respuesta a la tensa. Es su manera de pelear
demostración de afecto del en la batalla de la madre y de
padre por su tractor, le seguí compartir más su desespera-
el tema. Si bien se trató de ción'Con respecto a los hom-
una reacción espontánea, mi bres.
 . EL DILEMA UNIVERSAL 153
152 DANZANDO CON LAFAMILlA
Respuesta: ¡No creo que hayamos adelantado ni un centímetro!
Al unirme a su padre, le en-
Pienso en ese viejo cliché clásico... de que la única diferencia
tró el pánico de pensar que to-
entre los hombres y los niños es que los juguetes de los hom-
dos los hombres son irreme-
bres cuestan más, se trate de un aeroplano, o un satélite, o una
diables. Que todos los hom-
teoría psiquiátrica. No creo que haya la más leve diferencia.
bres la ven básicamente como
Creo que estamos todavía en el parque de bebés, donde nos
un tractor. Si ella actúa lo su-
dejó nuestra madre.
ficientemente bien, en el sexo
o én lo que sea, a ellos se les
de$pierta el Interés. Si no, es-
tán ocupados .en cualquier * * * * *
otra cosa. La respuesta del pa-
'1 drea su slÍplica apasionada
Después del estallido de Vanessa se produjo un profundo',y
;1 fue desalentadora. .
doloroso silencio, interrumpido sólo por los sollozos sofocados
de Marla. La madre habló primero, lo que constituyó una ma-
niobra instintivamente protectora para aliviar la tensión.
* * * * *

Madre: Parte de esto es que en

Pregunta: Carl, cuando Vanessa tuvo ese estallido, ¿por qué no cada comida...
hiciste nada para consolarla? ¡Parecía que ignorabas su sufri-
miento! Carl: Déjela hablar a ella, por
favor. Quiero que se permitan el
Respuesta: ¡Desde luego! Si la hubiese consolado, habría sido la lujo de poder experimentar
madre, no el padre. Habría representado la persona atenta el sufrimiento más a fondo.
que ella desea, y no la persona desatenta con la cual necesita Tal vez serán capaces de ob-
aprender a tratar. Vanessa está tratando de encontrar a un tener algún beneficio sí no
hombre que sea un ser humano. Que me encontrase a mí no huyen de él con tanta rapi-
serviría. ¡Tiene que encontrar a .su padre! Tiene que atreverse dez.
a ser personal con él.
Su reacción tuvo una extraña clase de carácter personal. Ella
se enfurece con él, pe,o por lo menos se trata de un rasgo ex- (Silencio.)
plosivo .de su carácter, y no .de una persona irremediable y di-
sociada como su padre. MarIa: No sé si debería rom-
per con él.
Pregunta: Mira, la idea de que los hombres no tienen remedio
me parece un concepto anticuado. ¿No nos hemos apartado Madre: ¿Selo has dicho?
bastante en las últimas generaciones de esa concepción?
154 DANZANDO CON LA FAMILIA '; EL DILEMA UNIVERSAL 155

Mar: Todavía no. Padre: S(Va'a ser difícil. A mí

me gusta ese muchacho.
Carl: ¿Quieres romper porque
lo dice tu familia o porque tú
quieres hacerlo? Más adelante, en la misma sesión, estoy conversando con Va-
nessa sobre los problemas que tiene con los hombres, Ella habla
Mar: Porque yo quiero. La fa- de su típico estilo de aproximarse hasta que le parece que ese
milia probablemente no hombre podría ser realmente para ella. En ese momento se reti-
quiere que lo haga. ra, retrocede.

Carl: ¿Te resulta claro que Carl: ¿Tienes miedo, si no te

ahora puedes romper tu re- retiras, de quedar atrapada
lación y volver con él dentro como tu madre?
de cinco años si quieres?
Van: Sí. ¡Exactamente es así! Aquí estoy llamando la
Mar: No lo sé. atención sobre las influencias
transgeneracionales. Esto pue-
Van: ¿Sientes que ya no te de servir para impulsar un ver-
gusta más? dadero esfuerzo para cambiar.

Mar: No, no siento eso.

Carl: ¿Entonces por qué no
Madre: ¿Entonces, por qué ayudas a tu, 'madre a afir-
quieres romper con él? marse bien sobre sus dos
piernas y a luchar contra tu
Mar: No lo sé. ¡No quiero estar padre?
tan comprometida .con na-
die! ,(El padre le alcanza la Van: He estado tratando de
caja de pañuelos de papel.) Marla revela una dolorosa hacerlo de diferentes mane-
realidad de la familia. La re- ras, durante años. Creo que
nuencia a comprometerse por por eso yo quería que vinié-
el sufrimiento que podría oca- semos a estas sesiones de te-
sionar. rapia familiar. ¡Yo tampoco
sé enfrentarme con papá!
Madre: El tiene intenciones
bien serias con respecto a ti. Madre: ¡Nadie lo hace! ¡Nadie
Va a ser difícil para los dos. sabe cómo hacerlo! Ningu-
156 DANZANDO CON LA FAMILIA EL DILEMA UNIVERSAL 157

no de los vecinos se pelea perando/que usted se quite

con él. i Lo que él dice se del medio p·ara poder tener.
hace! una vida más feliz.

Carl: Marla dijo que ella sí. Padre: No sabría decirlo. Pero
No puede ganaripero se en- hay algunos chicos dando
frenta. vueltas.

Madre: Nadie puede ganar. Carl: ¿Lo ha sospechado?

Carl: (dirigiéndose al padre)

Bueno, ¿y qué piensa hacer
con usted, viejo zorro?

Carl: Luego se va a morir,

.¿eh?

Padre: Bueno, supongo que no

hay otra alternativa. Es ine-
vitable. Aquí he expresado la rabia
que ellos sienten con respecto
al padre con palabras más
gráficas, con la, esperanza de
impulsar el proceso.
Como el padre continúa de-
finiendo el tema como un no-
Carl: ¿Supone que su mujer se tema, yo sigo tanteando. Si
curará de la artritis cuando bien no se manifiesta efecto
usted se muera? alguno, puede aparecer más
adelante.
Padre: Tal vez.

Madre: No lo creo. Van: Creo que ella depende de

Mike.
Carl: ¿Piensa usted que ella
tiene un hombre· más joven Madre: Sí. Así es.
a mano? A lo mejor está es-
 EL DILEMA UNIVERSAL 159
158 DANZANDO CON LA FAMILIA

Padre: Cuá~do" me muera, al"

Padre: Por supuesto. guien tiene que hacerse car-
go. Desde luego, él ya se ha
Van: Yeso hace que para Mike
hecho cargo de la granja.
sea difícil mantener una re-
lación. Madre: ¡Es demasiado para él!
Cario' ¿Por eso no ha venido? Cuando la sesión se acerca al final, Vanessa y sU.madre vuel-
¿No quería poner de mani- ven a hablar sobre IR imposibilidad de tratar con el padre. Si
fiesto que él es el nuevo
bien se trata de un tema antiguo, resulta-alentador el deseo de
hombre de mamá?
ellas de discutirlo en presencia de él.
Van: Vendrá mañana.
Madre: No me gusta lo que
Carl: Sí, pero... ya sabe.
hace. No puedo abordarlo.
Se va. Si se queda, enciende
Madre: Yo lo sé. El no quiere
Con la familia J;Ilás amplia, la radio y pone el volumen
venir. bien alto. Come y come... o
ahora en el centro de la aten-
ción,. aumenta la temperatura. se va, No puedo hablar con
La madre, revela cuál es su él sobre las cosas humanas.
manera de hacer frente al dis- /
tanciamiento del padre. Admi- Van: Creo que por' eso real-
te que stlhijo ocupa un lugar mente reaccioné así cuando
central en su vida.. El padre os pusisteis a hablar del
vuelve a optar por lo. irrele- tractor (mirando al padre).
vante volviendo a la realidad. Me enojé cuando no escu-
chabas lo que Marla estaba
contando o lo que mamá es-
taba contando. Tú quieres
Padre: Eso es malo. Si depen-
hablar de las cosas de la
des demasiado de... granja y nosotras tenemos
que escuchar tu conversa-
Madre: ¡Es el único que me
ción.
comprende! El se da cuenta Estamos cenando y tú ha-
de toda la situación. Lo ve
blas del tiempo. Hay otras
todo tan claro como el agua. cosas más importantes so-
¡Como si fuese un cuadro! bre las cuales hablar. Ya sé
160 DANZANDO CON LA FAMILIA
que es difícil hablar sobre
las cosas. Sé que no hemos
logrado mucho con Marla,
pero creo que tenemos que
intentarlo.
Madre: Lo he dicho siempre,
estoy enferma y cansada de
. sentarme a la mesa con los
.dos hombres. De todo lo que
hablan es del tiempo y el
trabajo. El tractor y los tor-
nillos. Yo siempre inte-
rrumpo cien veces al día.
Carl: Todavía no ha dejado de
hacerlo, ¿eh?
Madre: No.
Carl: Pero, ¿es como usar un
martillo de goma contra
una pared de piedra?
Capítulo 7
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD:
CONSEGUIR LO QUE SE QUIERE
"Si hay algo peor que no conseguir lo que se quiere
es precisamente conseguirlo.»
La verdad que encierra esta afirmación aparentemente ri-
dícula es en realidad aterradora. Todos nosotros trabajamos y
nos esforzamos para alcanzar ciertos objetivos. Nos sacrifica-
mos para llegar ado~de nos proponemos; para descubrir al final
que la alegría esperada es huidiza y evasiva.
Aunque parezc.á reiteradamente registrado en la historia,
¿por qué me deb¡; suceder a mí? ¿No soy diferente? ¿No vaya
encontrar la verdadera alegría al lograr mis metas? Tal vez la
dificultad resida no en la idea de que el logro no sirve, sino en
la noción de que la vida será más fácil gracias a él. Que viviré
sin sufrimiento, dolor ni tristeza. ¡Esta creencia es destructiva!
Una perspectiva más productiva seria luchar para superar el su-
frimiento, aceptándolo. Tan sólo incorporando el sufrimiento
nos liberamos de su dominio. Como dijo Sheldon Kopp tan su-
cintamente: "Usted puede correr, pero no puede esconderse».
El motivo por el cual obtener lo que se desea es tan devasta-
dor se debe a que el logro está muy mal orientado. Cuando nos
concentramos en el logro, estamos destinados a fracasar, aun
cuando tengamos éxito. Cuando perseguimos objetivos iluso-
rios, la respuesta será de la misma índole. Unicamente si nos en-
162 DANZANDO CON LA FAMILIA
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 163
fr~ntamos con nuestros conflictos y aceptamos nuestra respon,::¡'
sabilidad, podemos empezar realmente a crecer. '}' ;1 Madre: Sí. No sé,
'\:';,/"", :;
~ Al reanudarse las sesiones, la familia estaba conversando so,Í"
bre la similitud existente entrc las distiritas generaciones cot\~ '~'Carl: Da la impresión de que
respecto a los estilos de noviazgos. Cuando Doris y Vanessa dijeJi' :W.: fuesen camas musicales.
ron quc las dos habian salido con el mismo individuo, no simul..;-:.;);"!,
táneamente dcsde luego, la madre mencionó que el padre había!' i;~iMadre: Yo .. , cuando fuimos a
,,+.. la boda de mi hermano es-
salido con su hermana antes de casarse con ella. ,!,'
Enseguida celebramos que saliera a la luz este modelo ocu!t<¡';, i;. tábamos mi madre y y ;0
hasta entonces. Sugerí que tal vez Maria y Gail también men:,;!! había dos camas matrimo-
cían tener una oportunidad con ese ex novio. Mientras hablába$ niales. Pensé que era raro.
mas, se formó una imagen visual en mi mente. De acuerdo cOlj} ¿Por qué no podían tener
mi estilo usual, la compartí con ellos. Puesto que lo que desenc¡),~ camas individuales?
denó la imagen era nuestro intercambio mutuo, consideré qu~;
éramos socios plenos. La imagen lcs pertenecía a ellos tanti j;.Car/: Sí. O por lo menos que
comoamL ~r:.: también ofrecieran un no-
y., vio para pasar la noche.

Car/: ¡Caramba! Yo y mis des-

cabelladas ideas. La imagen
que se me presentó fue la de 'toCar/: Usted debería haberle
uno de esos dormitorios ¡~. preguntado
¡c, . al gerente.
de moteles. Había dos ca- ¡
mas matrimoniales en el o
¡Madre: Sí. No le pregunté. De
mismo cuarto. '~l,'todos modos, no me gustaba
J¡I,.'laidea. .
(Pausa.) ',:':'Í\staban verdes, supongo,
'of como en el CUento del zorro
, las uvas.
Me parece demasiado ab- Esta manera de bromear
surda incluso hasta a mí. puede cumplir una función vi-
Nunca tuve bien claro cuál tal. Establece un clima en el
es el mensaje encerrado en que la comunicación puede
el hecho de que en esos mo- producirse más abicrtamente,
teles haya dos camas matri" con menos interferencia dc la
moniales en cada dormito- parte consciente.
rio. La predisposición de la ma-
dre a participar en esta espc-
cie de toma y daca pone de
 i-
,

164 DANZANDO CON LA FAMILIA EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 165

manifiesto una confianza cre- obligarla a asumir la respon-

ciente. Ella está más dispues- sabilidad de su propia vida.
ta a arriesgarse. Hacerle saber que ella tendrá
que asumir la plena responsa-
biiidad de su propio estilo de
Dada esta atmósfera emergente de apertura y aceptación de vida.
riesgos, Vanessa decide tener otra oportunidad. Continúa con el
planteamiento del problema de su novio. Pide ayuda.
Carl: ¡Es una gran fantasía! Te.
Vanessa: Así que, Carl, no sé digo que... acabo de pensar
en qué punto me encuentro en una solución: ¡hazte les-
con el problema de mi no- biana!
vio. ¡No sé qué hacer!
Van: Ya lo he pensado.
Carl: ¿Esperabas encontrar
una solución? Carl: ¿Ves? ¿Por qué me pre-
guntas a mí? Si ya tienes la
Van: Bueno, sí. Deseo de al- respuesta. ¡Así no tendrás
gún modo encontrar alguna que preocuparte en absolu-
solución. to por los novios!
!
Carl: ¿Oh? ¡Feliz Navidad! Van: Pero no me, dio resulta-
do.
(Risas.) Aquí se manifiesta la fanta-
sía de Vanessa de ser cuidada Carl: ¿No te dio resultado?
I o de' conseguir una solución Bueno, tal vez es porque no
para su vida. Si bien es atra- encontraste la mujer ade-
I yente la idea de ser su gurú, o cuada.
\1 marido, o lo que sea, ¡también
I es traicionera! Van: Ya lo pensé.
Mi respuesta de <<¡Feliz Na-
I vidad!» es una manera sintéti- Carl: ¿Sabes? Nunca lo ha-
ca de decir que ella tendrá que bía pensado ¿crees que el
ser su propio Papá Noel. incesto entre. hermanas se-
Este es un intercambio que ría tabú?
corresponde a la Batalla por
la Iniciativa. Mi objetivo es (Risas.)

. . ;.lilil
 EL SECRETO DELAINFELICIDAD 167
166 DANZANDO CON LAFAMILIA
cir sexo prematerial en lugar
Entre hermanos lo es" pero de premaritaI. resulta suma-
no veo cómo puede serlo en- mente revelador.
'tre hermanas. Mi ofrecimiento de una va-
riedad de «soluciones>? no tra- Carl: ¿En serio?
dicionales tiene por objeto
convencerla de la necesidad Padre: Lo he sabido no hace
de tornar sus propias decisio- mucho.
nes. No quiero tratarla corno
si fuese estúpida. (Risas.)

Carl: ¿Por eso es que 11eva us-

Carl: ¡La vida se está volvien- ted ese mono? ¿Así que us-
do tan complicada! Podría- ted puede ser (lmish?
mos volver a los buenos
tiempos cuando todos sa- Padre: No; pero fui a una su"
bían lo que estaba bien y basta no hace ,mucho...
mal. Cuáles eran las reglas.
Carl: ¿Y una de las mujeres
Madre: Entonces también las amish se1e ofreció?
transgredían.
/
Padre: No, pero alg(lOas perso-
Carl: Bueno, eso es otra cosa. nas que estabán ¡¡llí eran
Mi'entras usted las conocie- amish. Estaban hablando y
ni, no importaba si las ob- yo escuchaba. Eso es lo que
servaba o no. Es corno si los estaban diciendo. ¡Yo no sé!
diez mandamientos fuesen
un examen final. Enumere Carl: Usted no sabe, ¿eh? De-
cinco. ¿Qué decía? (dirigién- bería ir a otra subasta y
dose al padre). averiguar.

Padre: Bueno, cuando regían Padre: Ellos primero piueban

las antiguas reglas e incluso
en la actualidad... torne a
los amish por ejemplo. Son
tan estrictos, ¡pero sin em-
bargo tienen sexo premate-
rial!
a las mujeres antes de ca-
sarse.
Madre: Para ver si pueden te-
ner hijos, supongo.
¡Vaya lapsus machista! De-
168 DANZANDO CQN'LA FAMILIA
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 169
Padre: Incluso los cuáqueros,
¡ojo! Debería preguntarles a Pregunta: Pero la muchacha te estaba preguntando: «¿Es posible
los cuáqueros. alguna solución para esto? ¿Puede ayudarme con una solu-
" ? }).
Clono

Carl: ¿Incluso los cuáqueros,

eh? Tal vez debería pregun- Respuesta: Y si dijera que no, no sería ninguna ayuda. Si le dije·
tarles. ra que sí, le estaría mintiendo. Lo que le estoy diciendo es: No
hagas esa pregunta. ¡No hables así! No tienes cinco años. Eres
Padre: No sé, pero leí algo so- Un adulto, sabes que no hay solución. No voy a tolerar que jue-
bre ellos. gues conmigo. ¡Le devuelvo el juego!

Carl: Mi mujer es muy celosa. La intervención, del padre
en este punto revela que tiene
interés en el problema de su
hija. Sus comentarios dan va-
lideza la búsqueda de ella.
Pregunta: ¿Pero por qué planteaste todas esas alternativas ab·
sunlas? ¿Todas esas posibilidades ridículas que enumeraste?
Pregunta: Porque ella destapó la sensación de futilidad que es . ,
absurda. Ella destapó su ambivalencia, su indecisión y yo le i'

El carácter absurdo, ridícu-
lo, casi caprichoso de esta dis-
cusión resulta alentador. La
familia ha superado momen-
táneamente la seriedad de la
vida y puede jugar con un
mundo de posibilidades.
ofrecí las alternativas absurdas que la harían ir más allá del
temor de su propio absurdo. Todos tenemos una vida interior
y una vida exterior. Tenemos miedo de unir las dos. De modo
que yo produje una fantasía de mi propia vida interior con la
cual ella no tenía/. por qué estar de acuerdo y ni siquiera tenía
que sumarse a ella. Pero podía darse cuenta de que estaba
bien que yo pensara de ese modo y, por lo tanto, podía sentirse
un poco más libre para pensar ella también de esa manera.

* * * * *
Pregunta: ¿Feliz Navidad? Vamos, Carl, ¿qué quieres decir con
Feliz Navidad?
Respuesta: Bueno, es una manera de decir algo que señala lo ab-
surdo de la pregunta. Es darle una respuesta con la que ella no
puede hacer nada.
La vida es difícil y el sentido del absurdo es una manera de
ver por encima de ella.
Pregunta: Así que tú actúas de modo que todo esto tenga el as-
pecto de algún tipo de vías paralelas. Que tú sigues el mismo
curso, el mismo camino que ellos.
Respuesta: i Exacto! La respuesta a una pregunta absurda debe
ser una respuesta absurda.
* * * * *
Quisiera decir algo más sobre todo este asunto. Esta esfera
de lo absurdo y lo ridículo no debe confundirse con divagaciones
tangenciales o irrelevantes. Es en realidad una manera de pro-
fundizar. De ir más allá de las limitaciones de la dimensión de

170 DANZANDO CON'LA FAMILIA
la realidad y desencadenar un tipo de respuesta más abarcadora
y profunda.
En este ejemplo en particular, Vanessa pedía una solución
concreta para el dilema con su novio. Se trata de una cuestión
conla que ha estado luchando durante años sin'resultado.Perci-
bí en ella una. expectativa o deseo inconsciente de que la res-
puesta pudiera dársela alguna otra persona. Está empeñada en
la búsqueda desesperada para encontrar el gurú que pueda ofre-
cerle la sabiduría que busca, ,pero no ha podido mirar dentro de
sí misma. Sin duda otros han intentado satisfacer su pedido y
,brindarle la dirección buscada, pero inútilmente. A mí no me in-
teresa agregar,mi nombre a la lista de consejeros bien intencio-
nados, pero mal orientados. Yo quiero ser útil, ¡no quiero insul-
tarla! Responder en un nivel superficial sería en realidad una
manera de decir que ,estoy de acuerdo con ella en considerarla
demasiado estúpida para encontrar su propia solúción.
A menudo he pensado que, en laque se refiere a los terapeu-
tas¡,el peor vicio es dar consejos. Es una manera de satisfacer su
propio ego actuando como si realmente cimociesen un ,modo me-
jor de actuar, y reforzando la posición de <<inferion, del pacien-
te. Si bien es una propuesta atrayente, tiene poco que ver con el
objetivo del crecimiento. ¡En realidad impide que se cumpla!
De m~do que quiero pinchar este globo de fantasía. Obligarla
a buscar en sí misma a su propio gurú. En cierto sentido, que
empiece a tomarse más en serio y tenga cierto respeto por sí
misma. Mi respuesta «Feliz Navidad .. es una manera concisa de
traer a la superficie su expectativa fantasiosa, de recibir una so-
lución como si fuese un regalo. ¡Ella debe aceptar el trabajo de
ser su propio Papá Noel! Se parece mucho a Dorothy en El mago
de Oz. Ponía todas sus esperanzas en la fantasía de que el ,Mara-
villoso Mago la salvaría. Como después resultó, Dorothy tenía la
solución todo el tiempo, pero sin saberlo. y del mismo modo su-
cedió con el León, el Hombre de Paja y el Hombre de Lata. ¡Yo
quiero ayudarla a darse cuenta!
Tal vez el Mago tenía una opinión similar. Después de todo,
cuando le pidieron por primera vez que cumpliera sus deseos,
los envió a buscar el palo de escoba de la Bruja Maldita del Oes-
ELSECRETO DE LA 'INFELICIDAD 171
te antes/de conceder una audiencia·. En otras palabras, los im-
pulsó a realizar un proceso que requería que empleasen los mis-
mos recursOs de los cuales ellos creían carecer. Yo trato de haccr
lo mismo. Quiero impulsarlos para que utilicen sus propios re-
cursos. Una manera de hacerlo es no sólo rechazar su invitación
a señalarles el camino, sino ofrecerles activamente varias «solu-
ciones.. que los obligará a confiar en sus propios recursos laten-
tes. Esto subraya la ridiculez de pedirles a los demás que solo-
cionen sus problemas. Cuanto más absurdas sean mis sugeren-
cias, tanto más aceptarán la necesidad de guiar su propio barco.
Pero se trata de algo más que de ser simplemente cínico, ri-
dículo o indiferente. El proceso mismo denegarme a asumir la
respuesta es en sí mismo una demostración de interés por el
otro... pero de un tipo diferente de interés. Con esta maniobra le
estoy diciendo a Vanessa que ni siquiera trataré, de decirle qué
tiene que hacer y que creo que ella cuenta con todos los recursos
necesarios para completar el viaje. Es este tipo de confidencia lo
que ofrece el apoyo necesario para seguir adelante. Se parece a
la actitud parental que requieren los hijos cuando se enfrentan
con la necesidad de tomar sus propias decisiones con respecto a
la vida. No necesi,tan que los padres decidan por ellos, pero sí
que les ayuden en" el proceso de decidir. Que les ofrezcan la sen-
sación de apoyo que necesitan. ' ,
Este tipo de esfuerzo produce una clase" de cambio de segun-
do orden que nunca podría lograr consejo profesional alguno. Le
deja al paciente la realización y aceptación así como también la
confianza necesarias para tomar sus propias decisiones y vivir
con las consecuencias. Al evitar la trampa de la realidad, Vanes-
sa tiene más libertad para tomarse en serio, para crear una nue-
va realidad. Para relacionar esto con un término que hemos ana-
lizado con anterioridad, es un aspecto de la Batalla por la Inicia-
tiva.
Al continuar la sesión, Vanessa deja el tema de la búsqueda
de una solución para el problema del novio y dice que ella ya no
quiere desempeñar el papel de progenitora de sus padres.
Vanessa: (a sus padres) Estar
172, DANZANDO CON LA FAMILIA
, \';i,
aqf.ií con la familia otra vez
mt hace sentir que necesito
c\tidarlos nuevamente.
Doris: A veces también siento
lo mismo, cuando estoy cer-
ca de los dos. Que vosotros
me preguntáis qué debéis
hacer. Es como cuando lle-
gamos a casa y me decís:
«Bueno, ¿debemos vender
la granja, o construir una
casa o qué?» Siento que nos
delegáis la responsabilidad
y no es nuestra responsabi-
lidad.
Madre: Creo que Mike y Marla
sienten lo mismo.
Van: Me parece que mi enojo
surge cuando nos usáis para
que nos ocupemos de 'voso-
tros. Cuando vivía y traba-
jaba allí, hasta los dieciocho
años, veía claro cuál era mi
contrato. Vivía en vuestra
casa y me ocupaba de voso-
tros. Después de los diecio-
cho, ya no quiero trabajar
para vosotros ni ocuparme
de cuidaros. No quiero te-
ner la responsabilidad de
vuestra vida. Siento que vo~
sotros lá delegáis en mí.
Como la nueva casa que no
podéis hacer construir. Es
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 173 .
como si necesitarais que
fuéramos y habláramos con
la Juntil dé Supervisores en
lugar de hacerlo vosotros.
.Estoy segura de que yo po-
dría reunir todas las regla-
mentaciones en una sema-
, na. Podría hacerlo por voso-
tros, ¡pero no voy a hacerlo!
Quiero que vosotros dos lo
hagáis. ¡Que vosotros. cons-
truyáis vuestra propia casa!
Eso es lo que importa real-
mente.
Pienso que no seguís con la
casa porque entonces ten-
dríais que sentaros frente a
frente. Pienso que no que-
réis enfrentaros uno con el
otro. ¡Estoy tan cansada de
ser una distracción en me-
dio de vosotros dos cuando
ya no tenéis niños a quienes l
gritar!
¡V1Uare: Bueno, supongo que es
verdad. Comenzó hace tan-
tos años. Papá decía: «Muy
bien, mamá, ve a la igle-
sia con los niños. Ve a la
con los niños». El nun-
iba conmigo. Así que
mandaba a los chicos con-
migo como si fueran susti-
tutos. Después de la apasionada
queja de su hija, la madre ha-
bló para evitar toda responsa-
174 DANZANDO CON LA FAMILIA
bilidad. Trató de escudarse
detrás de la seguridad fami-
liar de presentar al padre
como" verdadero villano. Así
ella quedaría como simple
víctima.
Entonces yo trato de conta-
minar la comodidad de esta
posición. Quiero que la
lia vea esta situación W'mv,
una sociedad entre el padre y
la madre, no como una danza
rutinaria entre la víctima y el
villano.
Carl: (dirigiéndose a la madre)
¿Alguna vez se dio cuenta
de cuál era el truco que us-
ted usaba para que actuase
así?
Madre: No sé. No pensaba que
era... él simplemente no
quería venir. No sé por qué.
Carl: Oh, creo que usted debe-
ría asumir el cincuenta por
ciento de la situación. No
debería atribuírsela toda a
él. Quiero que la madre
la oportunidad de ell(;ar'~r
toda su participación.:
tras no lo haga, es incapaz
cambiar.
La idea de asumir responsabilidades iguales en los contJjct~
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 175
conyugales o, también, en los éxitos conyugales, es muy alabada
pero tiene poco sustento en el mundo réál. Cuando es puesta a
prueba, esta posición-se derrumba fácilmente. Esto hace que re-
sulte una: postura potencialmente traicionera. Cuando se dice
1,ma cosa Y se hace otra se siembra la semilla del autoengaño.
Segun mi modo de ver, la confusión empieza cuando clasifi-
camos los acontecimientos y las interacciones durante un perío-
do, luego los rotulamos para ver quién era realmente el villano
y quién ,la víctima., Las listas de conductas inaceptables por lo
general son desiguales,' o cual obedece a que se toma nota de las
conductas observables y nade! ciclo completo de una secuencia
interactiva. Registrah-Jos la conducta sin observar la respuesta
pasiva o <<uo-respuesta» del cónyuge que completa el ciclo.
Cuando vemos el "hecho» de toda la secuencia interactiva, se
igualan las columnas. Toda acción es compartida, aun cuando
esto resulte encubierto.
Van: Me parece que otro de los
motivos por los cuales me
enojo es que vosotros no
me dais el apoyo que necesi-
to para resolver algunos de /
mis problemas. Siento que
no puedo contar con voso-
trQs como un recurso o
como padres.
Carl: ¡Espera un minuto!
¿Quieres decir que deseas
ser un adulto y no ocuparte
de ellos, y a la vez ser una
niña para que ellos puedan
ocuparse de ti? Decídete:
¿Cuántos' años quieres te-
ner, siete o dieciocho? Trato aquí de contaminar lo
que me parecía ser un apego
176 DANZANDO CON LA FAMILIA ÉL SECRETO DE LA INFELicIDAD 177

excesivo. al mundo de deseos. ti Carl:Bien... ¡Buena suerte! Después que ella considera
de un niño pequeño. QuietO'!! una propuesta alternativa,
que Vanessa luche realment~;' trato de volver al hecho de
contra la idea de que SUSPf¡c: que los deseos inseparables de
dres tienen la responsabilidad:W pertenencia e individualiza-
de hacer su vida más plena. Si)r ción son compañeros de toda
bien es normal desear el apo.}, la vida.
yo y el cuidado de los padresf'~
la intensidad de sus sentV::;
mientas era problemática>;) ¡Así es como tiene que ser! Si bien produce una sensación pa-
Esto no la deja crecer. radójica, en realidad no es tan complicado. Todos nosotros tene-
mos durante toda la vidá el deseo de ser cuidados, protegidos y
adorados. No conozco realmente a nadie que lo haya superado
Van: Bueno, deseo ser un realmente. Junto a esta necesidad se encuentra el deSeo de ser
adulto pero no quiero ocu- .ihdependiente, autosuficiente y autónomo. Es decir, sentir que
parme de ellos. y además estamos a cargo de nuestra propia vida y no demasiado influi-
quiero que ellos me brinden dos o controlados por los demás. Nadie lo supera nunca, ni tam-
algo de apoyo. Siento... poco lo logra realmente.
¿cómo puedo decirlo...? De modo que las dos fuerzas se hallan en interacción durante
todo el curso de la vida. Encontramos muchos lugares donde
Carl: No puedes decirlo. Ya lo concretar esta lucha. La solución consiste en no esperar que
has dicho. haya un ganador claro sino, en cambio, combinar ,estas necesi-
(tades de manera complementaria. Nuestra capacidad definitiva
Van: ¿Que quiero ser a la vez '¡,de ser una persona autónoma y autosuficiente está directamente
un adulto y un niño? ';'relacionada con nuestra capacidad de ser parte de los demás y
{de pertenecer realmente a ellos. La pertenenci,{ y la individuali-
Carl: ¡Por supuesto! Tú quie- }z,ación están entrelazadas. No se trata de conceptos antagónicos,
res que ellos te cuiden, pero j':,actúan de forma simétrica. Cuanto más tenemos de uno, mayor
no quieres pagar la deuda. :¡:~cceso tenemos al otro. Se mejoran mutuamente .en lugar de
Si vas a ser su niña y les ¡ioponerse. Este tipo de telaciónying-yang apunta a la integración
obligas a que te cuiden, de- ,c()mo objetivo último.
berías dejarlos ser tus hijos 1,', Como sucede con gran parte de nuestra vida emocional, esta-
ocupándote de ellos. "tras influidos, tal vez hipnotizados, por la forma en que nuestros
i~adres encaran estas cuestiones universales. El deseo de poner-
Van: Bueno, tampoco quiero il.áS al descubierto puede servir para aclarar el poder de esta in-
hacerlo. Quiero librarme de .(iuencia. Al luchar con el tema de la pertenencia y la individ\la~
eso. !lzación en voz alta, toda la familia tiene la oportunidad de verlo
178 DANZANDO CON LA FAMILIA EL SECRETO DELA INFELICIDAD
179
bajo uná luz diferente. Pueden empezar a tomar algunas decisio' , Atrae al macho de esa ma-
nes ba~das en lo que realmente desean de la vida, no simple- nera. Muchas mujeres han
mente en la sutil música que suena en sus cabezas. aprendido ese truco... ha-
cerse la iI!defensa. Fíjate en
tu madre. Sospecho que se
Van: Frente a la gente me hizo la: indefensa y por eso
siento tímida. Me siento tu padre se apoderó de ella.
como una niña pequeña. El pensó que podría librarse
apartándola. ¡Funcionó bas-
Carl: ¿No te sientes como una tante bien!
Ahora, de una manera más
niña de todos modos?
acentuada, se revela el poder
de la indefensión. Al luchar
Van: ¡Oh, sí) ¡Sí!
contra la idea de seducir a los
hombres con la táctica de
Carl: Supongo que es parte de
mostrarse débil, se enfrenta
tu ambivalencia... que te Con el sufrimiento de su pro-
,;j':~"
sientes como una niña pe-
pia relación. Si quiere des-
queña. En este momento estoy ayu,;!
viarse de los métodos de su
dando a Vanessa a enfrentarse:,.
madre, primero tiene que ha-
directamente a sus sentimiem(~ Cer frente al precio que hay
tos de ser infantil. Estos senti~) que pagar.
mientos no se corresponden";
con su deseo de ser indepen;';t Van: Bueno, esa táctica puede
diente. resultar buena para atraer a
alguien, ¡pero no es buena
para una relación!
Van: Sí. Es algo que aparece
en mi trabajo y con mis no- Carl: Bueno...
vios también. Esa parte in-
fantil interfiere enorme- Van: Bueno, para mí...
mente en mi vida.
Carl: ¡Entonces, a 6ufrir!
Con este comentario le estoy
Carl: BUeno, también resulta diciendo que tal vez no se en-
útil. Sucede también en el cuentre solución alguna. Que
reino animal. Cuando la pa- la verdadera cuestión puede
jarita 'está en celo, actúa ser cómo tolerar mejor el su-
como si fuera un pichoncito. frimiento. Aceptar el dolor
180 DANZANDO CON LA FAMILIA EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 181

como un compañero de la Este diálogo alude al conflicto humano básico de querer ser
vida, no tratar de evitarlo. adulto, pero a la vez no querer estar solo. Lo complicado de esto
es la ilusión universal de que podemos tener siempre las dos co-
sas. Tal vez algún día aceptemos la idea de que el conflicto es
Van: ... o luchar hasta llegar a una dialéctica para ser vivida, no para ser resuelta. Es funda-
una decisión. mental para nuestra existencia.
La compleja visión del matrimonio que tiene nuestra cultura
Carl: ... ¡O ambas cosas! Si tú puede constituir la forma más avanzada de este dilema. Como
luchas hasta resolverlo, te ha dicho tan atinadamente Helmuth Kaiser (1965), entramos en
vas a quedar sola. Ya ves, tu el matrimonio con una <<ilusión de fusión» totalmente desarro-
madre está esclavizada, llada. Lo cual constituye una reiteración de la simbiosis que ex-
pero no está sola. Tú puedes perimentamos cuando niftos con la Madre. La expectati~a de
resolverlo y ser indepen- que, una vez que se han intercambiado debidamente las prome-
diente y no casarte con na- sas de casamiento, 'nuestras vidas serán más completas, nues-
die, pero entonces te encon- tros vacíos se llenarán y se satisfarán nuestras necesidades. Si
trarás terriblemente sola. bien puede ocurrir así durante un período limitado, por lo gene-
ral es empañado antes de que llegue la mañana siguiente. Lo
Madre: Así es. que resulta especialmente atractivo de esa ilusión es el conven-
cimiento de que no sólo la fusión será maravillosa sino que, des-
Carl: Así que puedes elegir lo pués de la fusión, uno se encontrará a cargo del otro. Se espera
que quieras. Tienes que paco tener intimidad, dando por supuesto que la vida seguirá el guión
gar los platos rotos y el pre- que ha creado nuestra fantasía. Es algo lamentable que los cón-
cio es elevado en los dos ca- yuges sean tan impeHectos. Al final, la necesidad de estrecharse
sos. mutuamente y con.taminar las fantasías debe surgir si se quiere
tener intimidad;
Madre: Es difícil estar sola. Un primer paso para superar esta «ilusión de fusión» es lle-
gar a ser más persona uno mismo. Los ingredientes básicos de
Carl: No debes casarte a me- una persona completa «ella» y una persona completa «él» son
nos que desees estar sola. Este comentario final, apa- necesarios para la creación de un <mosotros» que pueda abordar
rentemente frívolo, dirige la la intimidad. Si falta un «él» y un «ella» con cierta madurez, el
atención hacia la imposibili- proceso de tratar de llegar a ser un <mosotros»está preñado de
dad de casarse y mantener la confusión, malentendidos y decepciones.
independencia a la vez. Tiene Al dejar a Vanessa con la frase: «No debes casarte a menos
por objeto contaminar la fan- que desees estar sola», estoy tratando de contaminar su fantasía
tasía de que el matrimonio es «Y ellos vivieron felices para siempre jamás». Para nuestra cultura
una cura para la soledad. ¡A es inapreciable la fantasía de que el matrimonio es un fin que
menudo la intensifica! hay que lograr y no un proceso en el que hay que embarcarse,
182 DANZANDO CON LA FAMILIA
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 183
Resulta gracioso cómo las reglas y las maniobras del noviazgo
rara vez toleran las realidades de la vida de casados. los nmos ~iempre estaban
Si bien el diálogo de esta secuencia seda especialmente entre allí. Iban a todos lados con-
Vanessa y yo, el comentario de la madre revela que ella recono" migo. Un par de veces dije:
ce el modelo que se está analizando. De una manera solapada, la «Mira, John, debes ir al
elección hecha por J~hn y ella es subrayada y vista como ún.acto lavadero automático». Por
volitivo, no como un accidente. La explicación típica usada por supuesto, no lo obligué
tantas parejí\s de casados, la de «una locura tempora],>, para ex- apuntándolo con un revól-
plicar su elección de pareja ha quedado desenmascarada. ver, como debería haber
Esta conversación pública con respecto a la dinámica de la hecho.
elección de pareja abre el camino para que todos· los miembros
de la familia piensen con más claridad. Ahora pueden examinar, Carl: ¿Usted tiene revólver?
fantasear y buscar activamente los tipos de relaciones que de- Podría comprarse un peque-
seen. Al oír estas políticas en un lenguaje claro, los hijos pueden ñ~ Beretta italiano. Son muy
eludir el comportamiento familiar yno reproducir·unadinámi- pequeños y podría llevarlo
ca idéntica en su propia elección de pareja. Asimismo, es proba- en su monedero. El calibre
ble que sean menos proclives a la otra reacción de tratar de 25 es mejor que el calibre 22. Tomar como base la idea de
compensar en exceso los problemas que perciben en el matrimo- la madre de obligar al padre a
nio de sus padres, buscando inconscientemente el tipo de perso- participar apuntándolo con
na opuesta. Esto, desde luego, suele resultar ser una copia de pa- un revólver es interesante.
pel carbón ligeramente disfrazada, del mismo modelo que esta- Amplía la sustentación de la
ban dispuestos a evitar. En cuanto a los padres, su dinámica ya madre en su decisión de ser
no será exactamente la misma ahOra que su danza ha sido pues- i una persona.
ta de manifiesto. Tal vez decidan repetir los pasos, pero ahora
podrán recuperar totalmente el mismo nivel de comodidad y
aplomo mientras bailan. Madre: La última vez queselo
Pero los modelos muy arraigados son difíciles de cambiar. dije...
Aquí la madre cita otro ejemplo de cómo la dejaban sola con los
niños. Sin embargo, hay'una diferencia. Ahora introduce la idea Carl: Podría conseguirse un
de que podría haber tratado de hacer algo más serio. Si bien azuzador eléctrico para el
puede haber dicho «Obligarlo apuntándolo con un revólver» de gan"clo. ¿Losco;'oce?
una manera caprichosa, o sin la idea de hacerlo realmente, deci-
dí tomarlo en serio. Quise construir a partir de su fantasía. Madre: Sí.

Carl: ¡Son estupendos! Enton-

Madre: Nunca estábamos mu- 'ces, cada vez que desea que
cho tiempo juntos porque su marido vaya a alguna
parte con usted le podría
 EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 185
184 DANZANDO CON LA FAMILIA
Vanessa:' Ser una niña de siete
decir: «Por favor, John, años.
¡zzzzzz!».
(Risas.)
Madre: El dice siempre: «¡Es-
toy cansado y me voy a ir a Carl: Te puede comprar una
la cama!». enorme muñeca en el circo. Al materializar el aspecto
infantil' de su ambivalencia,
Carl: Pero cambiará. Puedo abrigo la esperanza de que se
oírlo ahora: «Estoy cansa- sienta libre para actuar'.
do. Tengo que acostarme
ahora... ¡AAAAAAYYYY!» Van: ¡Jesús! ¡Me parece que
esto ya se está volviendo ri-
Madre: Seguro que puede dículo!
cambiar.
Carl: Bueno, ya es ridículo.
Carl: «Está bien. Vayamos al ¡Sólo estoy tratando de ha-
baile. ¡Iré! ¡No me vuelvas a cerlo más pintoresco!
.azuzar!» Nuestra conversación meta-
fórica se acerca más a lo fami- (Risas.) Quiero que ellos se hagan
liar aludiendo a un implemen- cargo de su propia vida. Su
to que los granjeros conocen. I
protesta calificando la situa-
Esta conversación puede des- ción de ridícula es simple-
pertar al padre. Al ampliar la mente otra manera de pedir-
fantasía, reproduciendo la si- me que sea yo el que me haga
tuación tal como, podría desa- cargo. Yo rechazo la petición.
rrollarse, agrega un compo-
nente de realidad. Van: ¡Ya lo sé! Usted se la está
tomando con eso. Tengo
Cuando continúa la sesión, reaparece el tema de Vanessa y realmente este rol infantil
sus novios. Resurge su manera de atraer a los hombres hacién- con los .hombres. Quiero
dose la niña pequeña. Menciona que elige a los hombres que que me cuiden y sean ma-
gustan de esa imagen de niña. ternales. Quiero que sean
mis padres los que satisfa-
gan estas necesidades, pero
Carl: Así que ahora tú sabes veo que tampoco es adecua-
cómo conseguir uno si lo ne- do hacerlo.
cesitas.
186 DANZANDO CON LA FAMILIA
EL SECRETO DE LA INFELICIDAD ,187
Carl: Bueno, puede resultar /

adecuado, pero si tú los con- malezas. Man1festó bastante culpa podas cuatro abortos de la
tratas, les tienes que pagar. familia, relacionándolos con el fumigado de las malezas.

Van: ¡Correcto! El intercam-

bio completo. Carl: ¿Alguna vez habló de
esto con su mujer antes?
MarIa: Tal vez tu' gllrú te ¿De su sentimiento de cul-
daba,' sin desear, hada a , pa?
cambio.
Madre: No.
Van: Si.
Padre: Bueno, hablamos de
Carl: ¿Qué quieres decir? El que no me gustaba utilizar
quiere tu alma, ¿no es cier- la fumigación.
to?
Car1.'(a la madre) Su marido
Van: ¡Oh, sí! ¡Exacto! pucde terminar siendo un
ser humano si usted, se des-
(Risas.) 'cuida. Ha estado viviendo
con toda esa culpa durante
, ¡He regalado mi alma! Una vez más, es fundamen- años yho se lo djjoa nadie.
tal desenmascarar la creencia Ni a ustcd ni' a 'ninguno de
de que algún otro puede hacer los chicos: ¿Alguno de uSte-
las cosas por uno. Confiar la , deSlo sabía?
vida a un gurú puede resultar
momentáneamente tranquili- Doris: No.
zador, pero hay que recupe-
rarla antes de poder ser. una Carl: ¿Por qué no le cuenta las
verdadera persona. cosas a lagehte? ¿Simple-
mente porestllpidez?

Cuando la sesión se acerca al final, el padr~ decide participar Padre: Podría' ser. A veces no
de un modo más personal. Como se observó antes, la sensación de lo piehso hasta que es dc-
apertura que emerge en la familia le da ahora seguridad para masiado tarde.
aventurarse y avanzar. Aqui él pregunta si los abortos podrían
relacionarse con el fumigado de herbicidas para eliminar las Carl:No me refiero a los hec
chos. Me refiero a que cuen'
188 DANZANDO CON LA FAMILIA EL SECRETO DE LA INFELICIDAD 189

te su sufrimiento. Ellos le Llamarlo estúpido es otro modo de cuestionar el rol, mien-

cuentan. ¿Por qué no debe- tras que se alienta a la persona a dar un paso adelante. Quiero
ría contarles usted a ellos? Más que un modo de mante- dirigirme a él de una manera que atraiga su atención. Llamar
ner a los otros al margen, el estúpido a un hombre constituye un buen método para lograrlo.
caparazón protector del padre Luego deseo sugerir otro modo de ser que quizá no sea tan estú-
sirve claramente para -conte- pido. Es decir, hablar con la familia sobre su mundo interior. Es
ner su propio dolor. Yo le su- una especie de reencuadre. Mientras que antes él actuaba como
giero una manera de alivíar la si compartir su vida emocional fuese estúpido, ahora quiero in-
presión. vertir la situación de modo que lo que resulte estúpido sea la
contención de todo sufrimiento. Cuando proviene de otro hom-
bre, él puede ser capaz de tenerlo en cuenta.
Si bien esta situación apareció de una manera levemente en- Su silencio durante años no es desde luego sólo un rasgo de
cubierta, el hecho de que el padre pusiese su propia vida emo- su personalidad. La familia también debe ser considerada. Tal
cional interior ante la familia es impresionante. Después de vez nadie quería realmente conocer ese aspecto del padre. Quizá
años de mantener tapados la culpa y el terror que sentía por ha- se le obligó a aislarse, o por lo menos a vivir alejado por temor. '
ber causado posiblemente cuatro abortos, está buscando alivio. Un padre-marido tierno como un osito de peluche puede resul-
Su decisión de ser más personal y correr más de un riesgo es- una tar demasiado amenazador. 1:
prueba del potencial de crecimiento de la familia. -
Se trata de un fenómeno típico del proceso de terapia fami-
liar. A medida que las sesiones progresan y se establece el juego
terapéutico, los diversos miembros de la familia adquieren sufi-
ciente comodidad y coraje para ser más personales. Cuando se
hace evidente que el sufrimiento no es realmente el enemigo y
que los conflictos no terminan en la aniquilación, surge el lado
humano.
Yo quise subrayar el riesgo que corrió el padre, para asegu-
rarme de que no pase inadvertido. Se trata de un acontecimien-
to raro en la familia y puede comenzar el camino de un cambio
continuo. Mi intento es apoyar este tipo de cambio tomándole el
pelo al padre con eso del riesgo que implica convertirse en ser
humano. No resultaría provechoso ser demasiado efusivo con él.
Deseo también que los hijos se den cuenta de que tal vez se trata
de algo más complicado que no sólo la máscara de un padre dis-
tante. Mientras desempeñó ese rol durante años, no tenía que es-
tar condenado a él. Quiero que ellos consideren la posibilidad de
que él es una persona completa, con sentimientos, temores y de-
bilidades, no sólo un tirano estoico.

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,<,.,:,'¡

-'C~ill=_""*-';¡tWje>rtrétf'~¡'.
 \

Capítulo 8

UNA VEZ MAS, EL CUIDADO POR EL PACIENTE

Uno 'de los aspectos más complejos de Ia tarea del terapeuta

f es'el de preocuparse por el paciente de una manera que lo ayude
0,".a'crecer y no.que resulte simplemente informativa o incluso des-
'.' tructiva. Casi todos nosotros ingresamos en'esta.profesión con la
capacidad innata para serempáticos y preocuparnos por elpa-
siente. Nos desenvolvemos bien en cuanto a lo que se refiere ,a
. brindar protección en el sentido tradicional de ofrecer apoyo y
'r sét comprensivos. Esta cap'acidad es fundamental para nuestro
roL Sin ella no podemos hacer nada. Para ser útiles, tenemos
,que ser capaces de sentir el sufrimiento de nuestrds pacientes y
apreciar sus conflictos, ¡Pero si bien es esencial, 11,0 es suficiente!
Si este tipo de protección es todo lo que tenemós para ofrecer, la
"relación terapéutica se verá seriamente limitada. Como en cual-
',qquier otro tipo de relación, Ia profundidad o la intimidad puede
:,,, crecer sólo como resultado de un intercambioy un esfuerzo ver-
"d
'\ aderos. . ' '. ,
'r" Para demostrar realmente interés, debemos también desa- .
'irrollar la capacidad de confrontación. Tenemos ,que estar dis-
í:puestos a desafiar a la gente para que se enfrente.a temas que
'&preferiría no admitir. Cuando impulso, a una familia o a un
'¡,l'liiembro de una familia a tomar una posición, estoy demostrím-
",:do que realmente tengo interés. Les estoy haciendo saber que sé
:p¡tcer algo mejor que tratarlos como si no fuesen nadie, Desde
,~),).ego, la pura confrontación sin protección tampoco tiene mtl-
:t;
192 DANZANDO CON LA FAMILIA EL CUIDADO POR EL PACIENTE 193 \
,~ .. ~~ j
cho valor. Ser sádico y ocultarlo a través de un sentido farisaico:~;. y al resentimiento. YQ suelo decirles a la~ familias: «Miren, yo
de wrofesionalismo constituye un truco sucio. .,''ic no estoy en esa situación por ustedes. Estóy aquí por mí y por lo
1'\.a verdadera preocupación requiere una mezcla' de protec~';, que puedo lograr con esto.» Quiero que se enfrenten con su pro"
ción y confrontación, una integración de amor y odio como con":i pio deber y responsabilidad. Cuando nos reunimos con la fami-
ceptosparalelos. Son complementarios por naturaleza, no anta"::;¡ lia, el tema de mi preocupación y de sus recursos se vuelve cen-
gónicos. Al aumentar nuestra capacidad de amar, también se," tral.
acrecienta nuestra libertad para odiar. Nuestra preocupación es): El tercer día de la consulta se caracterizó por la llegada de
el ingrediente que permite que la confrontación sea útil y U<I!; Gail y Mike, los dos hermanos ausentes. Con toda la familia nu-
abusiva. La confrontación sin preocupación es simplemente sa;;i;, clear ahora reunida, el aire estaba cargado de una renovada sen-
dismo.\:~~ sación de aprensión e incertidumbre. Si bien esto es en parte
Otro aspecto de la preocupación se relaciona con la amplitu4i:: una consecuencia natural del hecho de estar toda la familia pre-
de emociones que sentimos por nuestros pacientes. La diversi",) sente, en parte obedecía al cambio de nuestro ambiente. En cier-
dad de sentimientos normalmente aumenta con el tiempo. A me)./¡' to sentido, Gail y Mike eran ahora intrusos en un proceso ya es-
dida que interactLlamos, la riqueza emocional se amplía. Una:~ tablecido con el subsistema original. Si bien no se ponían en tela
vez más, todo el espectro, del amor alodio, es importante. Los'!:? de juicio sus derechos de nacimiento como miembros plenos
pacientes pueden percibir los sentimientos del terapeuta haci~'~, de la familia, su posición en el suprasistema terapéutico no era
ellos y por lo general responden de la misma manera., ¡i)l, clara.
El otro componente fundamental de todo lo relativo a 'lai~
preocupación consiste en ser respetuoso de los recursos y capao:~ Carl: No sé cómo introducirte
cidades de nuestros pacientes. Parte de esto consiste en ser cons/W en esto, Mike. ¿Te pusieron
cientes de nuestras propias limitaciones como terapeutas. Sr;; ,al corriente?
bien puede ser que las familias se acerquen a nosotros enmediq;~
de una crisis, no son de ningún modo impotentes. En virtud d~¡ Mike: En realidad, no. Ustedes
su interconexión, tienen tremendos recursos para explotar.~",! ',' podrían continuar simple-
dicho «Un beso de mamá vale por mil del terapeuta» es cierW$ , mente.
Los miembros de la familia tienen el potencial de ser útiles entr,~l
sí, de inspirar el crecimiento. En comparación, nuestra potenci*ti )¡ Carl: Bueno, si lo hagqte vas a
·.·.c:.,
es bastante débil. ' ¡ ' l : , , ' ver en problemas. Mi sensa-
De un modo un tanto extraño, nuestro mayor poder o efect§;' ción es que todos en la fami-
reside en nuestra capacidad de ser verdaderos. En la medid!\ eil lia son igualmente absur-
que sómos verdaderos con ellos, ellos aprenderán a ser verdad%' dos. Tratamos de exteriori-
ros con nosotros.. . " " zarlo en todos. Sé que a ti te
Parte de esto significa no traicionarse nunca a uno misIl)<,'c encantan los tractores y que
Una vez que a uno le resulta claro que sigue siendo el centro'q':: eres bastante absurdo como
su vida, ellos empezarán a ser su propio centro. Conspirar cÓr¡ ,1" para ponerte al frente de la
ilusión conjunta de que el terapeuta será justo el dios que nec~, 'granja y reemplazar al «vie-
sitan no le hace bien a nadie. Es algo condenado a la amarg\iif )), jo». Es algo bastante desca-
. }:t-
,:;'l.'
-:';~

194 DANZANDO CON LA FAMILIA
b.el1ado porque él va a estár
't~empre vigilando detrás de
tI' pará ver qué estás hacien-
do con «su» granja.
Así que podrías compartir
con nosotros algo de tu lo-
cura.
Mike: ¿Qué quiere que mues-
tre?
Carl: No sé. Supongo que lo
absurdo que puedes ser... o
lo absurdo que solías ser.
Como cuando pensabas que
tú dirigirías tu propia vida.
en lugar de hacer que la fa-
milia lo hiciera por ti.
Mike: No sé, no he cambiado
tanto.
Carl: ¿Qué vas a hacer cuando
el «viejo» se mude a la casa
nueva y ya no esté allí pa-
ra molestarte? ¿Conseguirte
una esposa? ¿Supongo que
podrías usar a tu hermana?
Mike: No lo sé. Tal vez hacer
que se muden a casa otras
personas. Tipos que conozCO.
Carl: ¡Esa sí que es una idea!
Podrías iniciar una comuni-
dad de hombres. Deberían
tener un buen cocinero.
\
EL CUIIlADO POR EL PACIENTE 195
Sí. Alguien que pudiese
ayudar realmente.
Poddas poner un aviso
en uno de los periódicos de
homosexuales pidiendo un
cocinero hombre..
¡No es eso lo que busco!
Llamaría a amigos que co-
nozco.
.. Siempre se trata de algo extraño cuando se intenta encajar a
.,';alguien en un grupo ya establecido. Mike es comprensiblemente
tcauteloso y no desea mostrar demasiado de sí mismo. Pero no se
"ICdebe sólo a la dificultad de la situación, sino también a su estilo
':[personal. Parece preferir orientarse'primero, antes de arriesgar-
{se. En esto puede reflejarse lo que él cree que es prudente hacer
!,'en la familia. Pero hemos llegado al último día y no hay tiempo
'.para realizar una entrada lenta. Como los demás miembros de
l::lafamilia, él también necesitaba ser iniciado. Cu~ndp se replegó
!.. ante mi invitación abierta para revelarse a sí mismo,volvía.la
i{fórmula que se había puesto de manifiesto antes ,en la familia, la
".de la sexualidad. Cuando le pregunté por qué no se conseguía
¡;'Ílna esposa y contestó con la idea de llevar a vivir en su casa a al-
,igunoS amigos, yo respondí espontáneamente. Elcomentarió de
:,poner un aviso en el periódico de homosexuales fue involunta-
;:,I'io, no planificado.
'(. Una vez hecho este intento y confiando en que Mike estaba
,;,Comprometido al menos mínimamente, me dirigí a Gail. Puesto
,%:c¡ue conocía el rol de chivo expiatorio que cumplía en la familia,
~\raté de cuestionar esa condición.
'[;arl: Tú sabes que una de las
',' cosas sobre las que habla-

196 DANZANDO CON, LA FAMILIA
mas, Gail, fue que tu madre
ei muy ingenua. Al parecer,
etla es una víctima para
cualquier miembro de la fa-
milia. Me preguntaba si tú
no estarías tratando de ser
la víctima de la familia
para que no tuviese que ser-
lo ella.
Gail: No sé si encajo en el rol
de víctima. Yo sólo quiero
ser yo misma ... no necesa-
riamenJe como mi madre. '
Carl: Bueno, ella no ha tenido,
ninguna oportunidad de ser
ella misma, ¡así que es me-
jor que no trates de· ser
cOmo ella!
Gail: Bueno, no pienso ser
como ella en ese sentido.
Creo que soy yo misma.
Quiero ser yO misma.
Carl: ¿Crees que tienes alguna
posibilidad de lograrlo?
Gail: ASí lo espero.
Carl: ¡Esa no es una respuesta!
Me estás tomando el pelo.
¿Crees que tienes alguna po-
sibilidad de lograrlo?
Gail: Quiero lograrlo.
\
•
EL CUIDADO POR EL PACIENTE 197
Carl: ¡Esta es. otra no-respues-
ta! ¿Crees que lo harás?
Gail: Sí. .
Carl: ¿Crees que. sí? Eso está
bien. ¡Vas a necesitar tener
" muchas agallas! Aquí ,Gail no se compromete
y se muestra ambigua. La im-
pulsé para que diese una res-
puesta definida, abandonando
así su postura de hacer el pa-
pel de una «don Nadie» yas.u-
miendo la de una persona.
Esto, desde luego, está desti-
nado también a la madre.
Carl: ¿Contra quién tendrás
que luchar?
Gail: Bueno:.. no tengo que lu- !
char contra nadie, en reali-
dad. Se trata simplemente
de enfrentarme conmigo
misma. Tengo que aprender
a hacer las cosas yo sola.
Carl: Mira, ¡no creo que sea
así! i Tú vas a tener que
aprender a luchar contra
ellos si es que alguna vez
has logrado ser una perso-
na, en lugar del Cristo de la
familia!
 ,
EL CUIDADO POR EL PACIENTE 199 \
DANZANDO CON LAFAMILIA

1l
~
hora estoy insistiendo más en el tema familiar de ser n ó contra su condición de no-per-
per' onas. La libertad y el coraje de luchar entre sí y cuestiona~t\" sona es/ de veras. Temo que
se utuamente son decisivos. Yo los modelaré y los impulsaré; ella haya sacrificado su pro-
para que adopten ese estilo. Tal vez sean capaces de correr,~\:L pia personalidad para salvar a
riesgo.',) la familia. Mis sondeos están
La llegada de Gail permite subrayar esta cuestión con may<?f[; destinados a ayudarla a tOmar
intensidad. Es evidente en ella el temor a ser una persona y tod~! su vida más en serio. Esto
la familia tiende a verla como alguien sin utilidad. Gracias amI' puede ayudarla a defenderse y
discusión abierta COn ella, los problemas se plantean con may()t% ano ser la víctima de la fami-
claridad. Esto podría obligar a todos los miembros de la famili¡t lia.
a mirarse a sí mismos con más honestidad. ¡'I
Cuando reanudamos la sesión, esta conversación continúa. "jI
,:;;J Gail: ¡Oh, y ahora con lo que
sale! ¡Soy básicamente de-
Carl: Si te quedaras en paña- masiado huena para' ser
les creo que tu madre sería dura!
feliz. No tendría que notar
que está envejeciendo. Pero Carl: Eso es'lo que me preocu-
si tú tratas de ser una perso- pa. Así es tu madre. Es de-
na, en lugar de un bebé para masiado buena incluso para
ella... entrar en el Cielo. No creo
que puedan soportarla. Dios
Gail: ¡Lo estoy tratando! Creo se sentiría confundido. /
que es una identidad que
tiene que llegar con los Gail: Es una buena mujer.
años.

Carl: Esa es una de las cosas
que me molestan. ¡No digas
que lo estás tratando! ¡Tra-
tar no ayuda! Lo único que
ayuda es que lo hagas. Es
como decir que estás tratan-
do de hacer dinero. Importa
sólo si lo logras. Puedes te-
ner que ser durísima para
lograrlo. ¿Aprendiste algu-
na vez a ser dura?
Carl: ¡:t;:s terrible! ¡Es insul-
tante! Debería avergonzarse
de sí misma. Esto quiere de-
cir -que no es una. persona,
" es sólo una cosa.
Mi ataque
Me interesa contaminar la
creencia de que ser víctima
pasiva equivale a ser una per-
sona.
Quiero señalar el elemento
deshumanizante que hay en
ello. Sobre todo, tengo inten,
 DANZANDO CON LA FAMILIA EL CUIDADO POR EL PACIENTE 201.
200

ción de hacerles ver con más preciable, en tu interior?

claridad el espantoso precio ¿Como si quisieras matar a
que están pagando. toda la pandilla?

(Pausa.)
Gail: Es una persona.
Una de mis hijas, cuando te-
Carl: ¡No he visto prueba algu- nía diez años, se despertó
·na de que lo sea!' Todo lo una noche llorando. Dijo
que vi fue su dolor, su sufri- que había tenido un mal
miento y su vacío. Ni siquie- sueño y que tenía que matar
ra creo la historia que cuen- a toda la familia.
ta del «viejo». Creo que ella
hizo que él actuara así. Fue Gail: ¡Eso suena como una pe-
ella la que hizo que él la sadilla!
apartase, así ella podría no
ser nadie y echarle la culpa Carl: Bueno, fue una pesadilla.
a él. Parece que tú estuvie- Nunca ha vuelto a recordar-
ras haciendo lo mismo. la. Yo sí, porque temía que
me disparase un tiro al día
Gail: No, no soy exactamente siguiente. ,
como ella. ¡Tú tienes que '~prender a
sentirte asesiná! Tienes que
Carl: Tú eres más joven, ¿eh? ser capaz de séntir que quie-
res matar a la gente dentro
(Risas.) Una vez más, se revela la de ti misma para llegar a
otra cara de la moneda. El rol ser una persona. De Jo con-
de víctima de la madre se trario terminarás siendo
define ahora como si fuese una ingenua. ,Tu madre
consttuido por ella misma. Al nunca ha tenido el coraje ni
padre se lo encuadra como siquiera de que,rer matar a
cómplice. El está allí para so- alguien, excepto a mí. (Diri-
portar para siempre el peso de giéndose a.la madre,) Si fue-
la culpa de ella. ra a matarme, ¿cómo lo ha-
ría?

Carl: ¿Nunca te sientes des- (Risas.) Al compartir un fragmento


202 DANZANDO CON LÁ FAMILIA
de mi propia vida relativo a
un irnpulso horniCida mani-
festado en un sueño, estoy
normalizando la existencia de
esos dos impulsos. Sr tienen
lugar en mi vida, sin duda son
normales. Tal vez eso los libe-
rará para ser más reales ellos
también.
¿Me pondrías vidrio molido
en la sopa?
Doris: Tal vez lo ahogaría en
su cacerola.
Mike; ¡Le arrojaría agua hir-
viendo!
Carl: ¡O grasa hirviendo!
Dar: Hay mucha grasa de cer-
do en casa. A partir del intento anterior
de normalizar' los irnpulsos
homicidas, ahora estoy tra-
tanda de que la familia los
afronte aqÜí y ahora. Quiero
que reconozcan que son hu-
manos. Si bien la madre no
conteStÓ directamente, los hi-
jos participaron alegremente
en la fantasía homicida. Este
es un signo positivo.
* * * * *
EL CUIDADO POR EL PACIENTE 203
Preguntá.' Carl, no comprendo. ¿Qué tiene que ver toda esa insis-
tencia en la violencia y en los impulsos homicidas? Peor aún,
¿por qué le pediste a la madre que te dijese cómo haría para
matarte? ¡Parece totalmente absurdo!
Respuesta: Bueno, permíteme dar un paso adelante. Estuvimos
hablando antes sobre la sexualidad y sobre las maneras de
manifestarla y de ese rnodo hacerlas menos atemorizadoras.
Esto eS lo mismo. ¡Lo únicó mas importante que el sexo en el
mundo es la muerte! Y todos nosotros somos suicidas y homi-
cidas en potencia. Como dijo bien Camus (1955): «No puedes
formular ninguna otra pregunta hasta que hayas decidido si
vale la pena viviy,>. ,
Así que yo supongo esto... Gail ha mostrado muy claramente
que se ha convertido en una no-persona. Lo ha hecho para evi-
tar que empeore la artritis de su madre, para evitar que ella se
enfrente al hecho de que está envejeciendo, para evitarle que
se sienta tan mal con respecto a su matrimonio, etcétera. ¡Y yo
la acuso de estar desperdiciando su vida! De manifestar un
afecto de una rnanera equivocada. Estoy diciendo que no debe
quedarse en Pañales. ¡Que la única manera para superarlo es
aprendiendo a 'ser peligrosa, violenta, egoísta, homicida!
Ahora bien; ,s~ puede llegar ¡¡,n lejos en esta cuestión unica-
mente reC\.uiiendo al absurdo y al hostigarniento con humor.
Entonces me vuelvo a la madre porque supongo que Gail po-
dría aprender a ser despreciable sólo si la madre lo fuese. Has-
ta ahora la madre no ha tenido el coraje de serlo. Así que le
brindo la posibilidad de que me odie porque soy una no-perso-
na. Yo pregunto: ¿cómo podría matarme si decidiera hacerlo?
El uso del «si .. le permite tener fantasías. Esto es sembrar en
el inconsciente, como lo denornino a veces. Dejo caer cosas
que son ridículas, pero que pueden formar una experiencia
simbólica que más adelante se vuelve fundamental. Entonces
tal vez ella pueda hablar de asesinarme. .
Pregunta: ¿Pero. no es peligroso? ¿No resulta peligroso alentarla
 DANZANDO CON LA FAMILIA EL CUIDADO POR EL PACIENTE 205 "

a f¡1ntasear sobre algo contra lo que ella podría sentirse obn,:,'" ayudarlos más plenamente a tener acceso al. enojo subterráneo.
g~a a actuar? ' , : De pronto surgió una asociación en mi cábeza. Me ,levanté de un
salto y salí de! consultorio para ir a buscar un juego de cuatro
Respuesta: ¡Es justo al revés! No es hablar de eso lo que lo hM~ palos aCQlchados. Esta idea surgió a partir de mi interacción can
peligroso. Hablar sobre e! sexo no lo vuelve peligroso. Espa<> la familia. No fue premeditada. Regresé unos minutos después
cer creer que no es importante lo que es peligroso.gsdecirl!{&~ con los cuatro palos, dos rojos y dos azules.
a tu hija: «Espero que te diviertas esta noche. Te esperarél~;>:,¡
vantado», en lugar de decirle: «¡No lo olvides! En cuan,ro ~ale~:"if'
de casa, es responsabilidad tuya si te quedas embarazada,jno,:}:' , (Dirigiéndose a Gail.)
mía!». . _"; ,-_:}~
Afrontas la realidad en su fantasía y así desinflas la realidad',;
. ' . . -. .'4
Carl: ¿Cuál te gusta, rojo o
de su vida. No puedes hacer creer que allí no hay nada. ¡SO'rft azul?
mas todos homicidas!
Gai/: Me gusta e! rojo.
* * * * * :";:~
);1 Carl: Le daremos éste al «vie-
Como se analizó anteriormente, la universalidad del mutidq{~' jo». Está un poco roto, como
de los impulsos es una realidad psicológica que en cierto mqdq'{, suelen estar las cosas de los
está subvalorada y a menudo ignorada. Quizá la mejor manera!. viejos.
de redescubrirla y volver a familiarizarse con su poder sea rni-'j
rar dentro de nosotros mismos. Mir~r a nuestros pacientes d~sd~l: (Risas.) Otra vez, la familia reaccio-
una posición ventajosa es poner demasiada distancia. Si los, !m;;!, nó ante la insinu,ación sexual.
pulsos homicidas son fenómenos universales, y yo creo, qtie Iq'&.
son, entonces debemos ser capaces de encontrarlos dentro de,r¡Q0\' ¿Quiere uno? ¿Y tú? Sólo
sotros mismos. ¿Qué significa si no los encontramos?, ¿Prueb~~' tengo cuatro. Se me ocurrió
eso que en realidad no existen? ¿O indica que sólo existenell'l,lWl' que tal vez ustedes podrían
gunas personas, es decir, en nuestros pacientes enfermos? ¿Qpq¡¡¡ hacer creer que están ha-
dría ser que en realidad no nos atrevemos a mirar tan aden~r'?fi¡ ciendo algo cariñoso mien-
Es absurdo pensar que podemos trabajar con una famili~,~~ tras se golpean el uno al
su mundo de impulsos si no tenemos acceso al nuestro. ¡Es PW' otro con estos palos blandos
que absurdo! ¡Es peligroso para todos! Durante, muchísiÍrj'~ que en realidad no lasti-
tiempo solía llevar conmigo una lista con las seis persqnas ,g\.\.~. man.
deseaba ver muertas. Luego, cuando fueron muriendo un,,\ tl;~,s
otra, la lista disminuyó. ¡Supongo que es hora de hacer una.li~t~ (Los miembros de la familia
nueva! .;?~ sostienen los palos pero no se
Si bien el diálogo anterior con la familia abordaba clarame!!, deciden a usarlos.)
te un aspecto crucial, me sentía frustrado por no ser capaz"~
206 DANZANDO CON LA FAMILIA EL CUIDADO POR EL PACIENTE 207
:,\..;:,

'Pu\,den pegar con fuerza y vemente a la madre y ella le

as~y todo no lastima~... ' En respuesta a la real devuelve el golpe. La madre lo .
cultad que tenían para demc'$'( golpea reiteradamente en la
trar abiertamente su cabeza,. mientras él baja los
cambié. de velocidad. Me .brazos y recibe los golpes.)
tía obstaculizado. en el
verbal y esperaba que la (En toda esta etapa los hijos
.ducción de los palos aCIJlclhaj gritan y rlen entusiasmados.)
dos estimularía una ·mayor
bertad. ¡Más fuer:te! ¡Más fuerte! ¡Más
fuerte! A medida que la madre fue
(La madre se golpea suavemen- animándose perdió su aspecto
te con un palo, igual que de mujer vencida y fue trans-
Maria.) formándose en un ser humano
lleno de· energía, activo, .agre-
Vanessa: Es propio de mamá sivo. Los palos sirvieron para
golpearse a sí misma con el intensificar y aliviar a la vez
palo. su agresión interior.
Lo mejor de este intercam'
Carl: Es lo mismo que hizo bio fue el carácter «como si»
Maria. que tenía. Mientras golpeaba
al padre, el palo era a la vez un
Maria: Lo estaba probando. palo acolchado i simulado y
un palo de qéisbol real. Des-
Carl: ¿Lo estabas probando? pués de todo/se trata sólo de
Ayer pensé que tú tenías la un juego. No, no lo es, ¡es real!
mayor probabilidad de con- ¡Es juego! ¡Es real! ¡Juego!
vertirte en un ser humano. ¡Real!
No parecías demasiado san- La madre y toda la familia
turrona. están aprendiendo algo sobre
sus sentimientos. Están vi-
MarIa: Eso es lo que me dicen. viendo la experiencia de que
sus impulsos homicidas no
Carl: Golpeadla en la cabeza y tienen realmente quetermi-
veréis qué pasa. nar en homicidio.' Sabiendo
esto, pueden tener la libertad
(El padre entonces le pega sua- de expresar sus sentimientos.
 EL CUIDADO POR EL PACIENTE 209
208 DANZANDO CON LA FAMILIA

Carl: (dirigiéndose a la madre) * * * * *

No es un cachorrito. ¡Tiene
que hacerlo mejor!
Pregunta: ¿Cuál es el objeto de esta escena con los palos? ¡Parece
Madre: Ahora golpéame a mí. peligroso! Parece arriesgado impulsar a lagente para que re-
presente realmente esta clase de impulsos en' el mundo real.
(Risas.)
Respuesta: No es verdad. Es justo al revés. Las personas que no
Carl: Ella es más ingenua que tienen la oportunidad de jugar y ma.nifestar su violencia son
él. las que llegan a,ser violentas. Son los muchachos buenos los
peligrosos. Desde luego, están también los delincuentes. No
(El padre se quita los anteojos.) me estoy refirieIldo a ellos. Pero la geIlte común tiene tanto
miedo a sus fantasías que si los puedes ayudar a tenerlas de
Carl: Ahora que se sacó los an- una manera justificada, que no. los atemorice, no tienen que
teojos, usted puede golpear- preocuparse por esa conducta. Además ,ésa ha sido la expe-
lo de verdad. ¡Ahora puede riencia que he tenido. Lo he hecho durante mucho. mucho
golpearlo en la cara! tiempo y nunca he tenido repercusiones realmente malas.

Madre: ¿Con esto? No. Lo las-
timaría.
Carl: No. Le hará bien. De to,
dos modos. su nariz es de-o
masiado grande. Cuando la madre comienza
a retroceder ante el sorpren-
dente estallido de agresión y
rabia. trata de apartarse de
lo que acaba de ocurrir. Quiero
que sepa que yo lo vi y creo que
es importante. Demasiado im-
portante para actuar como si
nunca hubiese sucedido. Al
sugerir que ella podría ser to-
davía más dura y más despia-
dada. espero eliminar la clase
de culpa que produce enmas-
caramiento y negación.
Pregunta: ¿Pero cuál es el mensaje que tiene la madre mientras
golpea a su marido? ¿Piensa que es un juego o cree realmente
que lo está matando?
Respuesta: ¡Las dos cosas! ¡Las dos cosas! Ella está experimen-
tando la fantasía de destruirlo. pero no está sucediendo nada
tan peligroso. Ella lo está expresando emocionalmente. Es
una especie de psicodrama. si quieres. Es una manera de ac-
tuar peligrosamente. porque sientes que eres peligroso, pero
sin serlo.
Pregunta: ¿Y no te preocupa pensar que cuando ella vuelva a su
casa puede reemplazar el palo acolchado por un .hacha?
Respuesta: No, seguro que no. Pienso que es al revés. Creo que es
muy posible que la artritis sea una manera de evitar el uso de
un hacha. Pero los palos acolchados son una mejor manera <le
no usar el hacha.

,~i
 DANZANDO CON LA FAMILIA EL CUIDADO POR EL PACIENTE 211

* * * * * (Las dos hermanas se levantan,

"'l
y Vanessa golpea de una ma-
g nera normal pero Gail ape-
Cuando continuó la sesión, la familia estaba tratando de qul{;\, nas la ,toca.)
Gail usase los palos acolchados para pegarle al padre. Ella se re-'f
sistía. Vanessa comentó que quería ver a Gail réalmente enojad¡¡''[, Van:, Gail apenas me toca.
alguna vez. Gail respondió que a veces se sentía realmente eno":,-,
jada con Vanessa. Agregó que en ese momento estaba disgustá'..::' Gail: No golpees demasiado
da con ella porque se iba a despedir de la familia inmedilita,J¡; fuerte.
mente después de las sesiones para hacer un viaje a Nueva York;':;'
Gail pensaba que, puesto que la familia rara vez se reunía'com-"~ Van: No eres frágil.
pleta, estar juntos debería haber sido lo más importante para su,::
hermana.' .'; ,,-,:~ (Mientras Vanessa golpea a
3'[
En medio de esta discusión, el padre interrumpió con 'Una;] Gaily ésta se defiende débil-
pregunta sobre los palos acolchados. ,'o mente, la familia alienta la
ii acción.)

Padre: ¿Existe algún juego que Gail: ¿Tenéis que estar ahí
se practique con estos pa- sentados aclamándonos?
los?
Dar: ¿Qué quieres que haga-
Carl: Sí. El que estaban jugan- mos?
do ustedes dos. .1
Van: ¡Ha sido divertido!
Padre: ¿Quién es el ganador?

Carl: El que golpea más fuer- Una vez finalizada la segunda batalla de los palos acolcha-
te. El que abandona prime- dos, la familia volvió a sentarse en los sillones. Gail inició la
ro es el perdedor. Conversación.

Doris: ¡Inténtalo, Gail! Gail: A veces sí me enojo.

Madre: ¡Vamos, Gail! Madre: Todos nos enojamos.

Yo me enfurezco contigo a
Gail: Bueno, no sé. . veces.

Vanessa: Yo lo haré contigo. Gail: Se trata de cómo nos en-

 DANZANDO CON LA FAMILIA, I'iL CUIDADO POR EL PACIENTE 213
.
\

frqntamos con nuestro eno- la familia funciona como una

jo,{f nuestras emociones. unidaéÍ, interactiva, y todos
pueden cumplir todos los ro-
Carl: i Qué asco! ¿Por qué no les,
hablan directamente, en Ju-
gar de dar tantas vueltas?
¡Digan lo que quieren decir! Madre: ¿Todas las familias tie-
¡Todo lo que les oigo decir nen, que. tener un chivo ex-
es esta conversación que pa- piatorio?
rece de manicomio!
Carl: Si la tensión, es muy
(Silencio.) Una vez más, trato de fuerte. Si hay un matrimo-
carla de su posición nio de conveniencia y si la
ciente o enferma y la aliento madre y el padre no se lle-
ser más real. van bien. Entonces ponen a
los hijos en el medio para
Carl: (dirigiéndose a Gail) lograr unos cuantos mimos
¿Quién te parece que será el de ellos, Frecuentemente
nuevo Cristo de la familia si termina habiendo una víc-
tú decides dejar ese puesto? tima.

Gail: ¿El nuevo Cristo? (Silencio.)

;'
Carl: Sí. ¿Quién se volverá Van: ¿Así fue como Gail se en-
loco si tú recuperas la nor- fermó?
malidad?
Carl: Sin duda. Fue elegida.
Gail: Vanessa.
Van: ¿Qué sucederá si no que-
Carl: No sé. Tal vez sea dema- remos elegirla más? Necesitan tener bien claro
siado tonta. No sé si sería cuánto trabajo hace falta para
Marla o Doris. lograr un cambio real. No es
Si tú te recuperas, algún fácil.
otro tendrá que ocupar tu
puesto. Aquí estoy impulsando' Carl: Supongo que tendrán
idea de que ellos están que votar otra vez, No es fá-
conectados, en realidad. cil cambiar de presidente
 DANZANDO CON LA, FAMILIA EL CUIDADO'POR EL PACIENTE 215
,,
ul'a vez que ha asumido Carl: Sí, vivir es bastante an-
el cargo. Hacen muchas co- gustiante.
s'lis para los demás. Como
dejarlos a ustedes que los Madre: Así es.
golpeen sin devolver los gol-
pes. Carl:Pero no hay motivos
para que ustedes no pue-
Al acercarnos al final de esta experiencia de tres días, les doy dan...
la oportunidad de expresar algún pensamiento final. '
Madre: ... tener un poquito de
humor. Yo traté de ponerle
Carl: ¿Hay alguna pregunta un poco de humor. Cada vez
que quieran hacer antes de que lo hice, papá lo cortó.
despedirnos?
Carl: ¿Así que al final usted se
Van: Una cosa que noté en las rindi6 después de dos años
sesiones es que hay mucha de casada?
tristeza, muchas lágrimas
en la familia. Siento que Madre: No. Seguí intentán-
papá está esperando la dolo.
muerte. A veces me preocu-
po por la bebida de Marla. A Carl: ¿Alguna pregunta, Mike? I
;'
veces tú conduces demasia-
do rápido yeso parece auto- Mike:No. Nada por el mo-
destructivo. A veces no sé mento.
dónde estás, Gail. Siento
que te has rendido. Me pare- Carl: ¿Gail?
ce que vosotros, Doris y
Mike, no os habéis rendido. Gail: No.
Estáis, luchando. Soisbas-
tante estables. A veces sien- Carl:¿Doris?
to oleadas de depresión y
que la familia está realmen- Doris: No, por cierto.
te enferma.
Carl: ¿Maria?
Madre: La vida ha sido siem-
pre bastante angustiante. Marla: No.

216 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl: eMadre?
Mad~: No.
Carl: ¿Padre?
Papá: No.
Carl: Para mí ha sido un gran
placer tenerlos aquí y poder
llegar a conocerlos. Los ten-
dré siempre presentes.
El proceso de terminar la relación con la familia forma part~
integrante del proceso de la terapia. Constituye un componeJ;lte
fundamental con respecto a cómá ven la terapia y cómo la inte-
gran en su experiencia actual de la vida. Igual que cualquier pa-
dre, en el rol de terapeuta que asumo como padre adoptivo,~s'
toy triste de verlos partir y, a la vez, contento de que sean .capa-
ces de seguir adelante.
Quiero transmitir un mensaje de interés, preocupación)'
afecto, sin sugerir a la vez de alguna manera que estoy en desa'
cuerdo con su decisión de terminar. Ellos necesitan saber q1"j~
tengo cierta confianza en ellos. Que ellos pueden afrontar
mundo solos, por su cuenta. Además deseo que sepan que si
no me aferro a ellos, estaré siempre disponible si alguJ;la vez
ciden regresar.
Este tipo de final coloca a la responsabilidad de vivir en.
lugar que le corresponde, directamente en sus manos, co~o
po. Ellos tienen que dirigir su propio barco. Desde luego,
pre pueden llamarme cuando deseen volver a reunirse.
hacerles saber que estaré disponible para ellos.
Como todos los demás, cuando se van me siento abandona,do,
Contar con un grupo profesional de apoyo es la mejor m:lIl'3r~\;
que COnozco para encontrar alivio y mantener la esperanza
el futuro.
,
\
Capítulo 9
/
LA FAMILIA SANA y LA PATOLOGIA NORMAL
Una de las dificultades que se presentan cuando se trabaja
con familias es la de tratar de determinar cuándo una familia es
sana y cuándo no lo es. ¿Cómo establecemos la diferencia entre
Una familia que funciona dentro de lo «normal» y otra inmersa
enuna «patología,>? Si bien en realidad no hay ningún criterio
aceptado universalmente, todos tenemos algunas ideas que
guían nuestro pensamiento.
Tal vez el punto de partida más válido es tener en cuenta
nuestros propios criterios personales. Todos nosotros siempre
estamos emitiendo ese tipo de juicios sobre los demás. No existe
magnitud alguna de pensamiento científico, rieutr'lidad clínica
o amplitud de criterio personal. que pueda realmente suprimir
este fenómeno humano naturaL Independienteiriente de nuestra
educación y formación profesional, en el patrón que aplicamos
automáticamente se refleja nuestra propia constelación de pers"
pectivas, prejuicios y distorsiones personales. Vemos a los de-
más sólo a través de nuestra propia experiencia.
Cuando empiezo a trabajar con una familia, lo más común es
que comience con el padre. Al hacerlo, lo comparo naturalmente
. Con las nociones que tengo internalizadas de lo que mi padre .es
y lo que un padre hace. Este conjunto de nociones refleja en gran
medida mi Própia personalidad, se relaciona moderadamente
con la imagen quetengo de mi padre y levemente con otras figuras
paternales que he conocido. Este nuevo padre bajo el microscopio
obtiene desde luego una buena evaluación por las cualidades
218 DANZANDO CON LA FAMILIA
';:-n~
que¡e gustan de mí mismo, de mi padre y de las demás figura§,W
pate, ,nales que he internalizado, Análogamente, se acumulan lf(§,i¡'
mal notas de la misma manera en el lado opuesto del espec-;;:;
tro. Esta evaluación instintiva también se produce con respect6\;,
a la madre, la relación entre la madre y el padre, los hijos, su~:¡:'
relaciones mutuas, las relaciones éntre padres e hijos, etcéter~¡;,j,
etcétcra. Este tipo de sistema de evaluación personalizado se el1",:l¡
cuentra en el núcleo de todos los juicios e inferencias que hagq1':
sobre las personas. Na'turalmente, coloco a las personas que s~¡('
me presentan en la matriz interpersonal interna que he formad~,)!\
con el paso de los años, '.
No se trata en realidad de un proceso planificado o conscien'J¡~
te. i Simplemente es algo que se da! Cuando la madre, dice algq'«!
que desencadena un recuerdo de mi propia madre, supongoa,u0"J:;
tomáticamente que quiere decir lo mismo que quería dec¡r'~,
mi madre. Sibien puede tener poco que ver con la intenciónA~cl
esta madre o con la forma en que su familia lo percibe, lo oig~;f~
de la única manera en que puedo oírlo, El hecho de que pue~~_h~
tener cierto conocimiento de este proceso no lo evita. Todos n<;¡,{',("
sotros estamos siempre transfiriéndonos unos a, otros, Puedo;~,
-'::"~
percibir al otro sólo a través del yo que conozco. Tal vez lav~1)'¡'l
taja detener por lo menos esto en claro es que he aprendido a~()",:
tratar de forzar al otro a ser como yo, Sin duda no me gustlll'l'll>~
que el otro tratase de que yo fuera él, de modo que trato de d~¡Ó"
volverle el cumplido de antemano, El otro no tiene que percib(r:¡'¡
el mundo de la manera en que lo percibo yo para que yo lo c011,'':''
sidere «sano». >~
" ;;;"i:t
LA VIDA FAMILIAR
:,!:j;l,\
A pesar de la omnipresencia de este factor personal,hay UJl,~@
serie de maneras significativas de ver alas familias y hablaLd~'!
ellas, En primer lugar, la familia sana, es dinámica, no estáti c,ª:¡)¡'
Está en un proceso de evolución y cambio continuos. La s'alud':)~.~
un estado perpetuo de «llegar a sen>. Nunca «llegamos» real,!';"
mente o terminamos el viaje, De modo que la familia sana es ll!o/' _,";
LA FAMILIA SANA Y LA PATOLOGíA NORMAL 219
sistema en movimiento. Si bien podemos considerar situaciones
congeladas o evaluar una imagen que resúlte'representativa, el
cuadro que obtenemos puede distorsionar el conjunto.
Cuando, empezamos a observar a la familia en movimiento,
nos damos cuenta de que la danza no es casual. Como en cual-
quier otra organización social, hay reglas, políticas y pautas.
Las reglas normalmente son encubiertas y no están articuladas,
a menudo ni siquiera son conscientes; sin embargo, son poten-
tes. En las familias sanas, estas reglas sirven como directrices y
están al servicio de un esfuerzo d y crecimiento. En las familias
patológicas,' las reglas ,se usan para restringir el cambio y man-
tener el statu qua.
Uno de los componentes básicos de la estructura de una fa-
milia que funciona bien es la separación clara de las generacio-
nes. Resulta claro que los padres y los hijos no son iguales en
cuanto a la autoridad y la responsabilidad. Los padres son la
verdadera columna vertebral de la familia, y los hijos obtienen
una sensación de seguridad de la dirección y la solidaridad de
los padres. Pero no debe confundirse una separación sana de las
generaciones con una estructura jerárquica rígida. Esa separa-
ción no se basa en la idea de que los padres ejercen un dominio
sobre los hijos, sino, en cambio, en la idea de que su ,fuerza les
brinda seguridad y protección, Se trata más bien de' un fenóme.
no subterráneo. La fuerza de los padres se percibe -pero no siem-
pré se manifiesta abiertamente.
En la familia sana, la fuerza de los padres funciona de una
manera encubierta. Puesto que su fuerza es clara, no tienen ne-
cesidad de probarla constantemente ante sus hijos ni ante sí
mismos. Fomentan una actitud abierta con respecto al juego y a
la experimentación y el intercambio de roles. La familia puede
vivir en una estructura del tipo «como si», en la cual todos tie-
nen libertad para intercambiar roles y funciones dentro de la se-
guridad que brinda una subestructura sólida. Por ejemplo, el
padre está bastante seguro de no tener que ganar todas las lu-
chas por el poder con su hijo de cuatro años. No necesita conser-
var un modelo de vida rígido para sentir que realmente es el que
manda. Puede dejar que el pequeño Johnny juegue a ser papá y
220 DANZANDO CON LA FAMILIA
trate ge cortar la carne en la cena, El padre puede incluso llegar
a actq:,ar en el rol de Johnnycuando lloriquea ante las verduras
o se qbeja del arroz integral. Por su parte, la madre puede per-
mitirle a su hija de ocho años que le dé masajes en la espalda
cuando se siente cansada, o que doble la ropa lavada aunque no
lo haga perfectamente. Puede darle a su hijo la flexibilidadqe
decidir cuándo limpiar su habitación sin llegar a ser demasiado.
rígida. Los chicos pueden prestarle a la madre una atención es.
pecial sin que el padre se ponga celoso, o hacer algo agradable
para el padre sin que la madre se sienta traicionada. Este tipo de
flexibilidad de los roles no desgasta una estructura cuando es só"
Iida, la refuerza.
La familia sana puede vivir con triángulos cambiantes y coa-
liciones fluctuantes sin generar celos ni inseguridad. De hecho,
tener la libertad de experimentar todas las combinaciones y per'
mutaciones posibles de triángulos es una experiencia enriquecl¡l-,
dora. Tener la libertad de unirse en equipos, luego separarse y
cambiar de compañeros es fundamental para establecer límites
sanos, Esto abarca también la necesidad de separarse realmene
te, de irse y ser un individuo sin sentirse culpable por separarse
de la familia. Sólo cuando tenemos la libertad de no pertenecer,
unirse a alguien cobra significado. La manera de constituirse
equipo es claramente una cuestión de la voluntad, de elección y,
no de obligación.
Esta clase de estructura brinda a cada miembro de la famili¡l
la experiencia de formar parte de un todo seguro y protector, .
mientras que estimula a la vez la independencia y la manifesta"
ción de sí mismo. La unión que surge es real porque se establec~
en un marco de libertad. Cada persona tiene libertad para irse y.
volver, volver a separarse y regresar, una y otra vez hasta el infí'
nito. Estas capacidades crecen en sincronía, no son conceptos
antagónicos. En estas condiciones, surge cierta sensación
lealtad o nacionalismo familiar. Tienden a desear estar junt()s,
Al estar junto a los demás, cada miembro de la familia se
más entero, más completo.
A medida que una familia sana va realizando el ci~lo
puede cambiar, adaptarse y crecer sin temor ni aprensión,
LA FAMILIA SANA Y LA PATOLOGfA NORMAL 221
nuevas circunstancias constituyen una 'oportunidad, no una
amenaza. Los conflictos y problemas que surgen inevitablemen-
te son afrontados sin perder de vista el cariño y el interés que
existe entre ellos. En diferentes momentos, en diferentes.situa-
ciones, dif~rentes miembros de la familia terminarán siendo el
chivo ""piatorio. Esta capacidad de tener y aCeptar chivos ex-
piatorios rotativos es más sana que vivir estérilmente, esperan-
do que no surja ningún chivo expiatorio. Este rolresulta devas-
tador sólo cuando se vuelve fijo y rígido. Las familias que viven
en un mundo semifóbico, tratando de evitar toda patología,nor-
malmente llegan a ser su víctima.
, Tal Vez uno de los verdaderos hitos de una familia sana sea
su capacidad para hacer que las crisis alienten el crecimiento en
lugar de permitir que los destruya. El conflicto debe ser consi<:Ie-
rada el fertilizante de la vida. Si bien no siempre huele bien, es
decisivo para lograr un crecimiento óptimo.
Otro indicador de la salud de la familia es el espacio que
se brinda a la intimidad del amor, así como también a la violen-
cia del odio. Todos pueden realizar un intercambio intenso, a
partir del amor y también del odio. Los temas emocionales
como, por ejemplo, la sexualidad, la religión, la educación de los
hijos, etcétera, pueden discutirse sin amenazar la coptinuidad y
unión del grupo. El núcleo es suficientemente só¡'¡do no sólo
para soportar esos enfrentamientos sino también para crecer a
partir de ellos.
Asimismo, existe también la libertad para. reconocer y acep-
tar la unidad familiar de tres o incluso cuatro generaciones. Los
padres pueden referirse a los viejos tiempos, y los hijos intere-
sars.e en escuchar. Los hijos pueden tener una. relación cqn sus
abuelQs sin que ello signifique desarrollar una triangulación pa-
tológica contra los padres. La generación mayor Pllede relacio-
narse con la generación más joven sin ocultarse detrás de una
exigencia de «respeto» impersonal que resulta distanciadora.
Todos ellos pueden mirar el futuro y hablar sobre la próxima ge-
neración sin temer que eso los aleje del presente. Todo este in.
tercambio familiar en evolución es considerado como parte de
llna cultura familiar siempre en crecimiento.
 DANZANDO CON LA FAMILIA
for último, la familia sana es un organismo social abierto no
ceJado. Las personas qué no forman parte de la familia so~ in;
col'poradas a ella y no expulsadas de ella. Los amigos, vecinos;
etcétera, pueden entrar en el espacio familiar y ser aceptados y
disfrutados, no mirados con sospecha. Cualquiera de los mieni'\\
br?~ de.la familia tiene libertad para llevar a un amigo a la fa<~;
mlha, sm temor a que sea rechazado. "r';;
Cuando hablamos de las familias, es importante tener pre::;~
sente que estamos más unidos por simIlitudes que separados poi Y
diferencias, que todos los modelos o mecánicas que considera,,'if
mas patológicos y, por consiguiente, indicadores de farnilias en,J~}
fermas, también se encuentran en toda familia «normal». La di-, ":,',
ferencia reside por lo general en la intensidad, rigidez y dura):!);
ción rnás que en la aparición de estos problemas. ",',',
Cuando vemos a una familia durante untiempo, su conduGtlÍ',0
no sólo se vuelve más comprensible, sino que además por lo ge,}i;
neral tiene sentido. Su intensa interconexión en la que cada ac,';\
ción es un estímulo y una respuesta a la vez, mantiene a todo el:'i~'
sistema en un movirniento que es internamente coherente.',
EL MATRIMONIO
Al hablar sobre la familia, es importante detenerse un rno~,(\
mento para concentrarse específicamente en la base de la fanil(;r
lia: el matrimonio. ,,'t,
Un matrimonio sano es una mezcla de dos culturas extranje;,i'!;:
ras. El esfuerzo de mezclar estas dos culturas para formariurla'Y:
nueva es lo que resulta a la vez similar a los dos clanes que inter2;F
vienen, y claramente diferente de ellos. Con frecuencia hede~"}:W
crito la política transgeneracional como dos familias que seenJt
vían chivos expiatorios para duplicarse a sí mismas. La vidast!:\,,,
vive entonces para ver quién gana. La verdadera clave para evi",;,l
tar esta especie de competición ridícula es alcanzar un nivel}
trascendente de vida. No es aceptable que se duplique unafarrl14)1'
lia o la otra. En esas condiciones, pierden todos. La nueva parej~:~
debe ser claramente diferente de cada familia de origen, a lavé~!'
!t:-1
LA FAMILIA SANA Y LA PATOLOGíA NORMAL 223
que conoce cuáles son los aspectos que vale la pena conservar de
cada Una.
Esto no sucede mágicamente, ni siquiera por el intercambio
de las promesas conyugales. La conspiración del «felices para
siempre,; que considera a la boda como e! punto final, y no como
un comienzo, es ,horriblemente destr,uctiva. }Iace que los dos
cónyuges prevean un estado de amor y satisfacción espontáneo y
todopoderoso, y que ignoren la realidad de que es neCesario for-
mar una relación más, madura. Cuanto antes nos liberamos del
mito de la pareja perfecta, del matrimonio hecho en el Cielo,
más pronto podremos comenzar a construir nuestra intimidad.
¿Por qué el matrimonio es algo tan especial? ¿Tan especial
que a pesar de todos los conflictos y problemas sigue siendo una
institución maravillosamente vigente? Si bien suele empezar
con la creencia ilusoria de que nos completa, o que satisface to-
das nuestras necesidades, pocas veces se queda en este nivel. La
promesa de euforia rápidamente se adapta a la realidad cotidia-
na. Para' ser capaz de elevarse por encima de la vida cotidiana,
debemos ser capaces de ir más allá de un «éh y un «ella» y bus-
car el «nosotros» que faculta al matri1ll0nio. Esta zona del «no-
sotros» es el lugar de las superposiciones y la integración. El es-
fuerzo consiste realmente en encontrar un equilib¡;io viable.
Dicho sea de paso, la pérdida de este <<nosodos» es lo que
hace que el divorcio sea tan devastador y la infidelidad tan des',
. tructiva. El divorcio declara legalmente que ,el <<nosotros» es
una no-entidad. Declara que el conjunto ya no existe. Si bien
puede ser un hecho legal, no creo que suceda de este modo en el
mundo de las realidades emocionales. Nunca se puede retirar
realmente la inversipn emocional que se ha puesto en un cónyu-
ge. Queda encerrada en el conjunto del «nosotros». Sin duda, se
puede decidir no vivir juntos, pera no se puede decidir que lo
que sucedió no ha sucedido. Se sigue siendo parte de! otro para
siempre. Lo que hace que las aventuras sexuales sean tan desas-
trosas es que no sólo definen al «nosotros» actual como algo sin
.importancia, sino que a,demás crean otro «seudonosotros».
Las aventuras amorosas a menudo parecen surgir en relacio-
nes que ya están terminadas. El término «paralización» parece
224 DANZANDO CON LA FAMILIA
ser e} adecuado aquí. Cuando los cónyuges están totalmente de'
saniJ!1ados uno del otro y Se produce un estancamIento, sedan
cuenta de la creciente soledad y falta de vida. La idea de tratar
de encontrar nuevamente el tipo de entusiasmo que alguna vez
existió es tentadora. Si bien la fantasía incorporada suele ali'
mentar a la verdadera acción que lleva a la aventura amorosa, a
menudo es relativamente superficiaL La fantasía de descubrir
que la pareja perfecta y el logro de la felicidad se dan espontá••
neament~ es tentadora pero escurridiza. La intimidad cuesta
trabajo. Surge con el tiempo gracias a los esfuerzos conjuntos y
a la acción de compartir. Los matrimonios crecen juntos ocre·
cen separados. No hay un punto medio. Mientras que una aven-
tura amorosa puede cumplir el objetivo de hacer subir el ter'
mostato y crear cierta intensidad, el costo suele ser muy alto. El
residuo emocional nunca se elimina realmente.
La idea de compromiso en el matrimonio también es fundá"
mental, pero por lo general se la comprende muy maL La pro,-
mesa «hasta que la muerte nos separe» no debería percibirse
como una sentencia perpetua sin la posibilidad de una conmuta" '
ción de la pena por buena conducta. El compromiso que en rea·
lidad trata de asegurar el matrimonio es el que constituye un
acuerdo de crecer verdaderamente más cerca uno de otro, de ha.
cersepartícipes mutuamente de las inquietudes y de dar a las
necesidades del cónyuge la misma prioridad que a las propias. .,
La idea de compromiso tiene por objeto contrarrestar el impul> '~
sO'de salir corriendo ante el primer signo de desilusión. ,.,'J.
Todos los matrimonios sanos experimentan literalmente de,
cenas de divorcios emocionales en el transcurso de los años. Ya
sea que duren tres minutos, tres horas o tres días, ,la sensación,
de pérdida puede ser abrumadora. Para la pareja comprometj. 'ji
da, estos períodos de separación emocional, son dolorosos, pero eS
están lejos de la desesperación o la desesperanza irreversible$"'~¡
Conservan la sensación de seguridad que les da su propia hist<).',;·
ria, la de estar dispuestos a trabajar y luchar productivamente'y},
ser capaces de hacerlo. Ellos «saben» que pueden sobrevivjr ~::~
este período doloroso. ·i....;!.
La capacidad de abordar las diferencias es algo que estabilint
ti
::1;
LA FAMILIA SANA Y LAPATOLOGfA NORMAL 225
za enormemente y mejora la. calidad del, matrimonio. Cuando
las diferencias se ven como inhereritemente malas o como algo
que debeeliminarse,.producen un cisma, hacen estar a la defen-
siva y terminan por producir un alejamiento. Sin embargo,
cuando las diferencias pueden verse como oportunidades para
crecer, se vuelven valiosas. Nuestras diferencias son' las que nos
permiten expandirnos. La capacidad de participar realmente en
un proceso bilateral de contaminación mutua es fundamental
en una. relación dinámica y no estática. Los pasos ,necesarios
para llegar al punto de utilizar las diferencias productivamente
van desde el reconocimiento hasta la aceptación, el respeto, el
disfrute y la valoración de ellas.
LOS PADRES
Ese tipo de crecimiento como pareja es también lo que nos
prepara para tener éxito como padres. La calidad de la relación
entre los ,cónyuges es lo que se requiere cuando la pareja se
transforma en mamáy·papá.Este vínculo entre la madre yel
padre es fundamental para los niños. Ellos se insertan directa-
mente en la calidad del interés y el amor existentes í'ntre sus pa-
dres. Su sensación de seguridad o pánico es un reflejo del víncu-
lo emocional existente entre sus padres. Lo fundamental no es la
relación del niño con su madre o con su padre, sino larelación
que tiene con la relación de ellos dos.
Pór el contrario, la incapacidad del marido y la mujer para
establecer su relación antes de llegara ser mamá y papá sienta
·Iabase para la. infelicidad emocional y la triangulación genera-
cionaL Al carecer de una relación de pareja afectuosa, el marido
y 'la. mujer se sienten fácilmente sobrecargados frente a las exi-
gencias de la paternidad. La pareja que nunca solucionó el con-
flicto acerca de quién "gana» con respecto a las actividades del
fin de semana, los quehaceres domésticos, la familia de origen,
los programas de televisión, etcétera, no tiene posibilidades
cuando los hijos ingresan en la escena. ,
La ilusión de que el hecho de tener un bebé permitirá cura~,
 DANZANDO CON LA FAMILIA
.
'>..
una velación conyugal dañada es peligrosa. Tratar al bebé comp,!;
otrokristo con la misión de salvar el matrimonio es.ridícu.IO.;:1
Nor~almente termina por crear un cisma mayor y acrecentar·la,!"
desesperación. ,:';:;:\[1
El proceso que transforma a una pareja en una familia com7"i\
prende vatios cambios predecibles. La simbiosis natural madre"}~.
bebé es el punto central de afecto de la familia. Si el padre tieh!(':;"
la suficiente madurez 'Para darse cuenta y no ponerse celoso,I¡t,¡"
familia puede avanzar. Cuando el padre se vuelve muy resentl~';!.
do. sin embargo. o está de mal humor o grita porque sus necesir
dades sexuales de'adolescente le están siendo usurpadas. empi~:;~
za el verdadero problema. Si él vocifera y se enoja, la esposa Sil,:;:
siente atrapada entre la necesidad del niño y la del marido. Si~l~i
busca intimidad fuera de la casa, ya sea en su trabajo, en el tenis·}
o en su secretaria, la esposa se siente abandonada. Se la deja}J
sola con la responsabilidad del niño. Al ampliarse la distanci~,;¡\i'
entre ellos, queda fijado el modelo de alejamiento entre los ~Os,';¡
A medida que la vida pasa y el bebé se hace niño, la falta d~{
unión entre los padres vuelve a hacerse dolorosamente evidentéi,i,Y.
La madre puede sentirse abrumada al tener que arreglarse sola""
con Johnny. Este quizá perciba a la madre como demasiadore~:,
trictiva y en consecuencia se rebelará. Si el padre no adopta un¡t
posición clara de apoyo a la madre, Johnny sabe que se trat~
realmente de una ayuda encubierta para él. Sigue presionando;
seguro de saber que le está agradando a su padre. Una vez más..
la cuestión de la unión entre los padres es fundamental. ,.'
Otra de las danzas comunes es la que tiene lugar cuandÜ'uq
madre excesivamente apegada no es capaz de controlara, ~
hija. Ella entOnces logra que el padre distante actúe imponierid
disciplina. Cuando el padre la complace con resentimiento,tl
madre lo percibe como demasiado duro y punitivo. Esta sit(i,
ción lleva a la madre a salir en defensa de la hija y sirve para h.
cermás rígido el conjunto patológico. El excesivo apego ent.'
madre e hija se intensifica y el distanciamiento del padre se,,'
reforzado.
:'~
,.}
Capítulo 10
¿EN QUE DIRECCION SE CRECE?
UN SEGUIMIENTO DESPUES DE TRES AÑOS
\¡,
. Tratar de evaluar el éxito o el fracaso de la terapia familiar
es un asunto escurridizo y decepcionante. La pregunta obvia:
«¿Dio buen resultado la terapia?» suele ser bastante peligrosa.
Peligrosa porque en ella se dan por supuestos criterios de éxito
convenidos en general. Criterios que no sólo son clínicamente
válidos sino que además están medidos y reunidos de una mane-
ra confiable. En este momento, nuestro campo tiene más de arte
que .de ciencia. Sin embargo, a pesar de esto, cada Uno de noso-
tros debe enfrentarse de algún modo con la cuestión de lo que
funciona y lo que no funciona. Todos tenemos alguna idea de lo
que constituye el «éxito» y de lo que significa fracasar.
Estoy convencido de que la terapia es Un proceso dirigido al
crecimiento. Su objetivo básico no es la eliminación de los sínto-
mas ni el cambio de primer orden. Tenemos que ir más allá de
la idea de que los referentes conductistas reduccionistas son re-.
flejos adecuados de la «realidad». El crecimiento o el «éxito» se
relaciona más con el proceso en desarrollo de la familia, con la
capacidad de sus miembros para ser auténticamente personales
'Con respecto a los demás. La idea de «enseñar» técnicas de co- '
municación directa también parece estar mal orientada. No lo
. podemos hacer suficientemente bien para crear intimidad.
El proceso de crecimiento realmente empieza con el coraje
de cada miembro de la familia para asumir el riesgo de ser más
personal con los otros. Lo que resulta esencial es su predisposi-
228 DANZANDO CON LA FAMILIA
ción a iniciar el viaje, no la claridad con que esté marcada la
ruta. La acción del terapeuta con respecto a la familia no debe
tener por objeto privarlos de su ansiedad. Debe centrarse en
transformar su ansiedad en algo útil, algoproduetivo. Si. bienal
bajar la temperatura de la familia a veces se pueden evitar esta-
llidos, cualquier alejamiento prematuro de la intensidad tam-
bién disminuye la perspectiva de crecimiento real. En una cul-
tura de creciente alienación, el terapeuta tiene que ser capaz de
tolerar los esfuerzos que impliquen riesgo e intensidad.
Aunque tenga cierto atractivo el hecho de ser capaz de identi-
ficar el cambio en función de conductas concretas, el crecimien-
to es un proceso más trascendente. Se me ocurre la analogía con
los cambios de velocidad de un automóvil. En primera no se
puede hacer mucho. La velocidad máxima y las posibilidades
óptimas de funcionamiento para el motor:son bastante limitadas.
Sin duda, se puede hacer fun~ionar el vehículo en primera, pero
resulta a la vez ineficiente y bastante restringido. No obstante,
al cambiar a segunda en el momento adecuado, se obtienen me-
jores resultados y una gama de posibilidades más amplia. Así es
como veo a las familias. Mi tarea es ayudarlas a acceder a otro
nivel de vida. Deseo ayudarlas para que tengan acceso a sus
habilidades y capacidades desaprovechadas.
Un componente esencial de este cambio es ayudarlas a mirar
por encima de su sufrimiento. Ayudarlas a recOnocer y llegar a
apreciar el carácter absurdo de la vida. Quiero que aprendan no
sólo a tolerar sino también a disfrutar de la ansiedad y el dolor
que' hace que la vida sea real. A menudo la opción se reduce a
permanecer anestesiado oa experimentar tanto la agonía como
la felicidad. Quiero que sean capaces de considerar la experienc
cia de vivir, no de elegir automáticamente una acción sedante.
¿Qué preferiría, pelear con su esposa o esconderse detrás del te-
levisor? Los temas difíciles no pueden evitarse. Cuando exi~te
un acuerdo tácito para escapar de los problemas reales normal-
mente se crea un ambiente de frialdad y distanciamiento.
Una de las formas en que trato de evitar la trampa 'de. llegar
a interesarme demasiado en la vida concreta de la familia es
permanecer centrado en mi propia experiencia de vida. Incluso
¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 229
durante. la sesión de terapia, trato de seguir ,siendo el centro de
mi existencia. Me dedico más a mi esfuerzo por expandirme y
crecer que, a tratar servicialmente de estirarlos a ellos. Cuando
trato de hacerlo, se vuelven elásticos y recuperan con facilidad
su forma original cuando, los suelto. En cambio, cuando son
ellos los que asumen la tarea· de remodelarse, hay una probabili-
dad de que los cambios se realicen verdaderamente. Parte del
problema consiste en que yo no sé en realidad cómo formarlos.
Mis esfuerzos para hacerlos tomar una formadetermimida están
destinados a ser los de un contorsionista. Sin embargo, cuando
son ellos los que los guían, la nueva forma será más naturalmen-
te agradable.
'Si bien he dejado de tratar de infiuir en la forma de creación
de la familia, tengo en cambio ideas muy firmes sobre el proceso
que se requiere para llegar allí. Este es el tipo de carrera en el que
procuro comprometerlos. Interactuamos con respecto al proceso
de sus vidas, pero no con respecto a la concentración de ese pro-
ceso.
Mientras mi proceso interactivo con ellos es lo que puede es-
timular el crecimiento, éste se constituye por el proceso que
ellos mismos desárrollan. Por ejemplo, el hecho de que yo le dé
la lata a la madre con respecto a su martirologio y su auto-
victimización puede impulsarla a considerar la posibilidad de
cambiar, pero eso no es el crecimiento. El crecimiento sólo se
produce cuando empieza el viaje. Ni siquiera es necesario que
ella tenga éxito. Tal vez todo lo que haga falta sean las agallas
para tratar de cambiar. Superar el miedo que suscita tratar de
cambiar puede ser suficiente.
Pero, una vez más, no me.interesa tanto cómo cambian ni
que el cambio siga un modelo determinado. Me concentro en sa-
cudir las cosas hasta llegar al punto en que ellos se sientan li-
bres para empezar. Cuando las personas se vuelven más libres
para vivir, se detecta normalmente en la calidad de su dinámica
interpersonal. Hay, una sensación de espontaneidad y apertura,
una capacidad de ser diferente y aceptar las diferencias sin pá-
nico ni terror. La necesidad de que exista una conformidad fa-
miliar total es reemplazada por la alegría de gozar las diferen"
230, DANZANDO,CON LA FAMILIA
cias! La capacidad de reÍl:se de uno mismo y con los demás
ree~plaza al hecho de reírse cínicamente del otro. '
Es una sensación de trascendencia. Mientras que los sucesos
y los dilemas de la realidad extemaa veces tardan en cambiar,
la familia los afronta con menos dificultad y miedo. La sensa,
ción creciente de conexión y libertad sirve como una liberación
del aislamiento y la irrealidad que los agobia.
El problema no reside en que Johnny siga mojando la Cama
o la madre todavía no pueda decidirse sobre la elección de un
nuevo trabajo. Si el terapeuta se deja convencer por el modelo
de cambio conductista, se convierte en su empleado y será con,
trolado por las acciones de ellos. Si bien pueden complacerlo
con cambios temporales de conducta, el terapeuta está enúlti,
ma instancia a su merced. Cuando ellos no hacen un cambio sig,
nificativo, el terapeuta queda bloqueado. La única salida es de,
clararse inepto,o decir que los pacientes ofrecen resistencia.
Lo que yo, trato de hacer es mantenerme totalmente fuera de,
esa confusión. Al mantenerme en el centro de mi vida y proteger
mis fronteras, puede iniciarse un proceso paralelo. Al establecer
ellos fronteras más adecuadas y asumir la responsabilidad de su'
propia vida, comienza su crecimiento.
LA FAMILIA VUELVE
Tres años después de las sesiones iniciales, la familia volvió
para hacer una sesión de seguimiento. Al examinar esta se~;iÓI[},
préstese atención para detectar los indicadores de crecimiento o
cambio que pueden haber ocurrido. La sesión de selgUJimierlt6
quedó concertada después de una llamada de Vanessa,
dijo que la familia estaba pensando en tener otra reunión.
preguntó si yo podría reunirme con ellos. Acepté en ""I~U1U'"
porque recordaba cómo había disfrutado de las sesiones anterioJ
res.
Al elaborar la logística para el seguimiento, Gail pidió
tratase de una sesión doble. Quería que la primera parte N"'<",."i
¿EN QUÉ DIRECCIÓN 8)3 CRECE? 231
una sesión de terapia más y no sólo un seguimiento del trabajo
anterior. .
Cuando la familia entró, había una sensación, de ansiedad y
excitación, pero no de miedo o aprensión. Se veían diferentes.
El padre había adelgazado y tenía un aspecto menos rural. El
atuendo de Vanessa era más moderado, menos llamativo. Gail
estaba más alerta y tenía los ojos brillantes, además había au-
mentado considerablemente de peso. La madre usaba muñeque-
ras para la artritis.
Una vez que nos sentamos y empezamos a sondeamos, Gail
se adelantó. Comenzó infOrmando sobre los acontecimientos
sucedidos en su vida desde las reuniones anteriores. Había re-
ducido significativamente sus medicamentos. La lentitud y el
embotamiento que la habían afectado tanto anteriormente ha-
bían desaparecido. Había logrado mudarse de la institución
donde estaba y ahora vivía sola. Además trabajaba.
Gail abordó el tema de sus conflictos con los novios. Parecía
que ahora realmente era una hija hecha y derecha de esta fami-
lia: ¡ella también tenía problemas amorosos!
Al proseguir la conversación, obsérvese el cambio con res-
pecto a las sesiones anteriores.
Carl (dirigiéndose a Gail): ¿Por
qué dejaste a tu novio?
Gail: Me engañaba. Comenzó
a salir con otras chicas. Yo
le dije que podía hacerlo y
lo hizo.
Vanessa: ¡Pero había otras co-
sas además! Como que el
sexo y el. matrimonio son
cosas importantes. A ti no te
interesaba, así que te dijo
adiós.
 ¿EN QuÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 233
232 DANZANDO CON LA FAMILIA
elocuente. Hay una nueva H-
Madre: Sí. bertad para participar.

Maria: Te pidió que te casaras

con él, ¿no es así? ¿No has encontrado otro no-
. vio todavía?
Carl: ¿El qU~ría una de las dos
cosas o ambas? ¿Casarse o Cail: Así es. Ni siquiera está
sólo tener relaciones sexua- buscando.
les?
Carl: ¿Qué te sucede? No bus-
Cail: Las dos cosas. car un hombre es ridículo.

Carl: Bueno, es mejor que si Cail: Bueno, no ahora. Estoy

quisiera sólo una, de todos saliendo con amigos. Quiero
modos. unirme a algún grupo de
una iglesia. ¡U n grupo de
Madre: Sí. solteros de una iglesia!

Carl: A veces esta gente quie- Mar: Solteros alegres en la

re casarse, pero no quiere· iglesia.
sexo. Hace unos días vi una /
pareja que llevaban un año Carl: ¡Sin duda! Algunos de
de casados. Convinieron en los mejores' novios se pes-
casarse porque el marido can en la iglesia. La prime-
dijo que no habría sexo. ra novia que conseguí allí,
sin embargo, era un perso-
Mar: ¡Oh, por favor! naje viejo y pesado. Me ale-
grade no haberla conser-
Carl: Resultó que lo que él vado.
quería decir era que casarse
estaba muy bien, pero que Van: He notado, Gail, que has
él iba a ser homosexual. No estado acercándote aMarla
resultó tan bien. La intercalación de esta y Doris y que ellas te han
historia es una manera' de ju- apartado. Yo también esta'
gar con el hecho de quela gen- ba empezando a irritarme
te vive según muchos mode- contigo. Ahora lo entiendo
los. La apertura del diálogo es
 DANZANDO CON LA FAMILIA ¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 235
cop la pérdida de tu novio. Carl: Sí. Tal vez tendrías que
A j;ní se me deshace el cora- estrujarlo un poco. Gónv.iene observar aquí el
zó'ti cuando rompo con un aire juguetón. Todos ellos pa"
novio. recen disfrutar de la conversa-
Este es un bonito cambio.
Vanessa espontáneamente res- ción. Han aprendido algo so-
ponde de una manera empáti- bre el juego: .
ca, de apoyo. Es personal, sin.
rastros de critica o desapro'
Además de ser más espontáneos con respecto a los temas que
bación.
son de una intensidad baja o moderada, deben abordar otros
Carl: Tal vez vosotras dos po- más difíciles. Antes, la familia tendía a identificar al padre y a
dríais haceros mutuamente Gail como los únicos que tenían problemas «reales». En. el frag-
de Celestinas. mento siguiente esto cambia.
Uno de los hitos de una familia sana es la presencia de chivos
Van: ¿Qué? expiatorios rotativos, no fijos. Es patológico tratar de encapsu-
lar todo el dolor de la familia dentro de la piel de uno o dos de
Carl: Ya me entendéis, hacer sus miembros. El sufrimiento es parte de la vida, no es algo que
de Celestinas. Ella te consi- ha de evitarse. La capacidad para afrontar y aceptar el sufri-
gue un novio a ti y tú le con- miento es un elemento esencial para 1¡ener una vida equilibrada.
sigues un novio a ella. Todos los miembros de la familia tienen derecho a experimentar
su propio sufrimiento y a tener la oportunidad de recibir apoyo
Van: Bueno, yo ahora tengo de los demás.
un novio. La capacidad de aceptar el sufrimiento, en lugar de negarlo,
y de hacerlo en presencia de la familia revela una apertura y
Carl: ¿Entonces ahora no ne" una sensación de confianza que hace a la vida más personal y
cesitas ayuda? Bueno, po- gratificante. ..
drías enviarle uno desde Aquí la conversación se centra en la madre.
donde vives. Aunque sé que
no son muy apasionados
allí. Podrías enviarle uno Madre: i Detesto que se me
por intermedio de una em- considere una minusválida!
presa de transporte. En un (por la artritis). Mi hermana
cajón. dice que debo conseguir una
licencia con el dibujo de
Mike: O en uno de mudanzas. una silla de ruedas para po-
der estacionar· en los luga-
Don's: Pero necesitas el cajón res destinados a los minus"
del tamaño adecuado. válidos.
236 DANZANDO CON LA FAMILIA ¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 237
\

Carl.: Una madre desemplea- Cuando Doris y Mike com_

!
da.~ partieroIl su preocupación, la
madre se sintió más libre para
Madre: Sí. ¡No sé.si quiero es- continuar.
tar en esa categoría tampo,
ca! ¡A veces no sé cuál es mi Madre: Bueno... aveces.
lugar!
Carl: ¿Puede llamar por teléfo-
Carl: ¿Le duele nlUcho? no a estos sujetos cuando se
siente así y decirles: «Dime
Madre: Bueno, desde luego; si algunas palabras»?
trabajo demasiado. Sobre
todo con mis muñecas y Madre: ¿Usted se refiere al te-
también mis pies. léfono de la esperanza?
Mike: Sus tobillos están tan <;arl: ¡No! ¡Al diablo con d te-
mal. .léfono.de la esperanz,\!,
Dor: Sus tobillos están muy (Risas.)
débiles. . Tiene esguinces
casi todos los meses. Carl: ¡En. serio!Cúando .~e
siente sola... usted sabe qúe
Madre: Tengo abrazader,\s or: no . puede hablar. coneste
topédicas. víejo personaje, él habla I
Carl.' Miren, tuve otra idea ab- con las vacas.. . ' ..
¿l;'ueoe l1amar a.la pandilla y
surda. Cuando habló de no
decirles: «¡Me siento mal,
saber cuál era su lugar, tuve
me siento deprimida!>,? .
la sensación de que se refe-
ría al suicidio. ¿Se siente Madre:' No lo'sé (con los bjos
suicida? Lo. que dijo la madre con llenos de lágrimas).
respecto a no saber dónde per-
tenecfay su depresión por la Van: Puedes llamarme a mí,
artritis me hizo sentir su .de- mamá.
sesperanza.· Cuando' se le .pre-
guntó directamente, ella fue Madre: Supongo que preflero
capaz de hacerle saber a laJa- guardármelo para mí. No
milia lo mal que se sentía. quiero agobiaros.
238 DANZANDO CON LA FAMILIA
Carl, Por Dios, no diga boba-
d4s. Usted les sirvió. de
,~dre'a ellos durante todos
estos años. ¿Por qué no debe-
rían servirle ellos de madre
a usted?
Si la cosa empeora, podría
recurrir al «viejo» y ver si
quiere abrazarla. A lo mejor
no sabe cómo hacerlo, pero
usted podría enseñarle. In-
cluso a él quizá le llegaría a
gustar. Aquí estoy impulsando ala
madre para que transforrne su
impulso suicida interno en un
problema familiar. Si ellos lo'
gran poner enevidencía y'ha-
cerlo interpersonal, partici-
pando toda la familia, la esp~­
ranza de call1bio puede, ~er
mayor.
. Tal vez, en su nivel más
básic:o, el suicidio es' un es-
fuerzo por hacer que el orga-
nismo biológico conc:uerd.e
con el mundo emocionaL La
creencia de q\Je uno no le im-
porta realmente a nadie es en-
tonces la bala que sirve para
ejecutarlo. Pero cuando esta
fantasía es puesta de mani-'
fiesto ante la reálidad faml'-
liar, puede ser que el aisla-
miento termine y se ,~.• uuu~u
las relaciones.
¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 239 ,,
Madre: El siempre se escapa.
Carl: ¡Desde luego! Se supone
que, todos los hombres tie-
nen miedo a la intimidad.
Somos todos unoS ridíCUlos,
¡unos malditoSTldículos!
Dor: Yo quiero que me llames.
A veces me llamas y pienso:
«Vaya,.¡qué sorpresa!».
Madre: Pero no tengo dinero
suficiente para llamar.
Dor: ¿Y a quién le importa el·
dinero? Del dinero nos ocu-
paremos luego. Lo que im-
porta eS cómo te sientes. Si
estás sola y te sientes triste,
¡quiero que nós lo cuentes! Este tipo de acercamiento
puede salvar uIla vida. La
preocupación subterránea ha
comenzado a emerger. Este fe-
nómeno puede servir para
contrarrestar el sufrimiento
del aislamiento crónico.
* * * * *
Pregunta: Carl, en esta secuencia, ¿cómo t~ diste cuenta de,que
ella tenía sentimientos suicidas? En realIdad, no lo parecla.
Respuesta: En realidad,no'lo Sé,M~chas ~e estas cosas son pre-
sentimientos clínicos. No sé de donde vienen.
Hubo un indicio cuando yo dije: «Es una madre desemplea-
240 DANZANDO CON LA FAMILIA
da», y ella dijo: «Eso tampoco me gusta»; queriendo decir que
nup.ca había sido algo que realmente quisiese saber. Para mí
es~na afirmación suicida. " '
Pregunta: Tú sabes que el suicidio,es un¡¡sunto:serio. Tienes éxi-
to una vez y se acabó todo. En esta situación, ,¿pensaste alguna
vez en medicarla u hospitalizarla? ¿Consideraste las maneras
más comunes de tratar a alguien por quien sientes verdadera
preocupación? , ," ,
Respuesta: Bueno, si ella fuese una suicida activa, deliberada y
funcional... No creo que sea cierto. Creo que es como un al-
cohólico crónico. Está metida en un" tipo de autodestrucción
que la va invadiendo gradualmente. Como la hija que llegó a
ser un «don Nadie». Ella ha desempeñado el papel de «don
Nadie» durante tanto tiempo que la muertesimplement,e la
alcanzará. Una de las maneras de COmeter suicidio es seguir
viviendo. No la veo peligrosamente suicida. Si lo fuera y yo. es-
tuviera convencido de que es peligrosa hablaría mucho más
abiertamente del tema. Los implicaría a todos, dando por su-
puesto que ella no será peligrosamente suicida a menos que
haya alguien enla familia que la quiera ver muerta. La perso-
na lógica sería el marido.
Pregunta: Bueno, es una idea extraña, ¿Quieres decir que si la
madre tiene sentimientos suicidas, es porque algún otro desea
que esté muerta?
Respuesta: ¡POr supuesto! ¡POr supuesto! El suicidio es como
cualquier otra cosa. Todas estas cosas son interpersonales. ¡Yo
creo realmente en los sistemas! No creo que los individuos
funcionen como unidades. Creo que funcionan sólo como par-
te de unidades más grandes.
Pregunta: ¿No podría ser que simplemente se sintiese desespera,
damente sola?
¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 241
Respuesta: ¡por supuesto! Eso significa que él no la desea. Eso
significa que él la quiere fuera de su camino. Entonces podría
bailar con la que quisiese.
Así es cómo pienso de este asunto. Se trata de un suicidio sub-
clíni~o, esto de lo que estamos hablando ahora, Si ella fuese
n)almente suicida, yo haría que la familia se convirtiese en su
hospital.
Pregunta: ¡No entiendo! ¿Cómo podrías hacerlo?
Respuesta: Los haría responsables de que ella sea suicida. Nues-
tra tarea sería averiguar por qué esta familia quiere que esté
muerta. ¿Quién está al frente de la manada? ¿Qué sucedería si
ella muriese? Si se suicidase, ¿quién lloraría? ¿Estaría dis-
puesto el padre a dejar su tractor para ir al funeral? ¿Los hijos
querrían, Vanessa querría ir al funeral de su madre? ¿Quién
lloraría más? Yo le formularía todas estas preguntas a la ma-
dre. La obligaría a extender la fantasía más allá de su muerte,
con lo cual se contamina la fantasía que hace posible el sui-
cidio.
Es como esa famosa historia sobre el policía que estaba tra-
tando de convencer a un hombre para que se bajase de un
puente. ¡Una historia real! El hombre no estab'a interesado. en
lo que le decía el otro. Al final, elpolicía ya no aguantó más y
sacó su revólver, diciéndole: «¡Hijo de unagran perra, si salta
le dispararé!». Entonces el hombre se bajó. ¡Esa si que es psi-
coterapia ,real¡ El policía terminó con la fantasía que tenía
este hombre sobre lo que sucedería si él muriera. ¡La destruyó
completamente! Eso es lo que me gusta hacer. Es lo que creo
que es útil e importante.
La medicación simplemente la encubre. Del mismo modo que
irse a dormir es una manera de poner fin a una pelea con la
'propia esposa, pero no ayuda mucho. Simplemente la tapa.
Uno se'despierta ala mañana siguiente y se convence de que
nada ha sucedido.
* * * * *
 ,
242 DANZANDO CON LA FAMILIA ¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 243 "
\~"".
- ' ....
C a ndo continuamos, nos qúedamos en el tema del suicidio. conquistar el corazón de una

f
Procdí, con la intención de agregar otro vector interactivo, con-
vers _ do con la madre con respecto a cómo 10 enfrentaría el pa-
dre si ella se matase.
mujer-más joven.
Al dejarles latente la fanta-
sía con respecto a mí mismo,
les queda poco contra lo cual
rebelarse.
Carl: ¿Usted sabe qué le suce- .
dería a él si usted se suici-
dase? Madre: ¿Qué pasaría si él se
muriese primero? Yo tam-
Madre: No. bién me sentiría muy mal
realmente.
Carl: Se 10 diré. Apuesto a que
se iría apagando y se mori- Carl: Sin duda.
ría a los seis meses.
Madre: No podría enfrentarlo.
Madre: No 10 sé.
Carl: Sin duda. Podría curar
Carl: Yo tengo una fantasía so- su artritis, pero esté bien
bre mí mismo si mi mujer segura de que se sentiría
se muriese. Creo que desa- deprimida y terriblemente
parecería en un bosque. No sola.
sé cuánto tiempo pasaría ¿Alguna vez le escribe a es-
antes de que fuera capaz de tos personajes y les habla de
volver. No creo que real" su soledad en la carta?
mente me matase, pero me
encontraría muy mal. Aquí estoy ampliando el Doris: ¡No! Sólo envía cartas
espectro del suicidio para que llenas de noticias. No habla
abarque tambien al padre. Le de ella.
estoy diciendo a él que la cul"
pa que siente por los abortos, Carl: ¡Así que usted se escapa
etcétera, volvería. igual que él!
Esto también destaca la
dependencia oculta que él tie- Madre: Sí.
ne con respecto a ella y desen-
mascara el mito de que su ac- Carl: No creo que deba esca-
titud sería simplemente la de parse de sus propios hijos.
244 , DANZANDO CaRLA FAMILIk' ¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 245
\\'.i, '"

¿CreF ~Ue se sumaria a su Madre: Sí.

car~a s\ les contase?, '
Mike: Casi todos los días, se-
Madre: No hay motivos de que guro.
esté tan deprimida. Simple-
mente estoy sola. Padre:, Nadie tiene tiempo.

Van: Mike, ¿sabías que mamá

Carl: Sin, duda. Usted está sola
se sentía tan sola? ¿Pudiste
por la granja y por cinco hi-
darte cuenta en los últimos
jos y todo un pasado que ya
La clave aquí es, desafiar meses?
no tendrá nunca más.
abiertamente la postura de
Mike: Algo... pero... mira,
mártir que adopta la madre
¡yo tampoco tengo tiempo!
en el sentido de' que no tiene (Mike se pone a llorar.)
motivos para est,ar deprimida.
Quiero que se dé ,cuenta"de Carl: Eres como tu padre.
que se está escondiendo de su Siempre trabajando en esa
familia con laex'cusa de,'nb maldita granja.
querer agobiarlos.
Termino esto con un claro (La familia llora.) Qué hermoso indicl:!dorde
recordatorio ,de lo que la ma- cambio. Ahora uno de los
dre ha perdido. Ahora toda la hombres puede hacerse cargo
familia conoce su sufrimiento. de su sufrimiento y atreverse
a expresarlo con, lágrimas'.
,¡Esto es crecimiento! Mike ya
La conversación se centra brevemente en las ~ealidádes con-
no está encerrado en el mito
cretas de la vida en la granja. Hablan de que ()1 ,padre todavía
familiar de que los hombres
trabaja en la granja con Mike y deque la mad,e también sU,ele
no sienten afecto.
acercarse a ayudar. Está claro que Mike tiene un conta¿to, fre-
cuente con sus padres. ',
Mike: ¡Nunca hay tiempo!
Aquí Vanessa decide preguntar a su hermano, desafiando lIsí
la creencia familiar de que los hombres no son seres humanos.
Van: ¿Entonces no tienes
Le pregunta si él no ha percibido el sufrimiento de la madre o si
simplemente es su manera de actuar. tiempo de visitar a mamá?

Madre: Me visita mucho. No

Vanessa: Ves a Mikecasi todos sabemos hacer otra cosa
los días, ¿verdad, mamá? que trabajar.
 ,
DANZANDO CON LA .FAMILIA 1
¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 247
j:.a mayor libertad que manifiesta la familia para hacer fren- Me siento bien de haber po-
te :í. su sufrimiento y pa.ra interesarse por los otros es, impre~io­ dido construir esta casa. So- .
nail'te. La otra cara de la moneda es su mayor capacidad de jue- bre todo por Marie,porque
go y de risa. Esta sensación emergente de apertura es fundamen- es cómoda y práctica.
tal para el crecimiento.
Al continuar la sesión, les pregunté más directamente sobre Madre: Es hermoso ir a casa.
los efectos secundarios de nuestras sesiones anteriores. Como
suele ser mi estilo, opté por empezar con el padre. Quería que Padre: No he sido un marido
asumiese una posición. realmente bueno, pero me
imagino que eso es lo que
Carl: De modo que ésta es mi podía aportar.
fiesta. Así que puedo ente-
rarme del resultado de las (Risas.) Esto es un testimonio de la
seis entrevistas que tuvi- creciente intimidad de la fa-
mos. Tener alguna idea del milia. Si bien el modo de ex-
efecto que ejercieron en la presión puede ser deficiente
familia. en lo que se refiere a la comu-
(Dirigiéndose al padre.) nicación verbal, es real.
¿Quiere hablar usted? ¿Pue- La capacidad del padre
de decir algo sobre lo que para rotular la construcción
significó esa experiencia de la casa como el intento de
para usted? ser un mejor ¡marido es im-
presionante. Puede llevar a
Padre: Bueno... fue esclarece- una mayor intimidad con el
dor tener una comprensión tiempo.
más ·estrecha de la familia.
Lo que la familia significa
para uno y lo que uno signi- En este momento había una abierta discusión sobre la vida
fica para la familia. en la granja. Como es normal, esta parte de la conversación se
Desde que tuvimos la últi- centró en el trabajo y los proyectos que tenían que terminarse.
ma reunión, no la de hoy El padre fue la figura central de esta conversación y las mujeres
sino antes, construí una permanecieron en una posición bastante periférica. Si bien los
casa. El padre, también, se ha hechos de esta charla eran bastante parecidos a los de tres años
vuelto más perceptivo con res- antes, hubo una diferencia interesante que fue tn'm.end~Lrn"'nt~
pecto a las personas. Está má$ ciar". No había sensación de enojo, rabia, o reselatimlLen't9J
consciente del componente in- parte de las mujeres. En todo caso, parecían un
terpersonal de la vida. das y disfrutar de la charla.
 DANZANDO CON LA FAMILIA. ¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRECE? 249
.,
. .. . ",,),~
cuando miro hacia atrás, parece bastante claro. Alaumehtar",,,, Dor: Tal vez medio punto.

i
la' apacidad del pad~e para estar presente en la familia, los d~'i:)~
ro s se han vuelto mas capaces de verlo como unapersonaino;:~
como un impedimento pa.ra la intimidad de la familia. Ahora,:Jt
Carl: ¿Medio punto? Lo siento.
¿Y qué más pasó durante
cuando se pone a hablar de la granja, ellos pueden verlo coino,':·i~ las sesiones?
su manera de afrontar
. el mundo, y no Como algo que.hace·eú:''!;;r ' ,:,.~

contra de ellos. .,:' Madre: Hubo·sesiones de Ilan-

Al terminar esta conversación, me dirigí a la madre. ' to.Vanessa estuvO dramáti-
ca en una sesión.

Carl: Fue hermoso esta maña- Maria: Hubo almohadones

na que usted puqiera llorar para golpearse.
con respecto a sus impulsos
suicidas. Fue muy impresio- Mike: y Gail no quiso hacerlo.
nante e inusualmente flexi'
ble. La mayoría de las per- Madre: Papá y yo peleamos.
sonas son mucho más rígi- No, sólo fui yo. El na peleó.
das. Cuando se les pregunta Igual que Gail.
por el suicidio, dicen: «¡Oh,
no! ¡Yana! ¡Nunca he pen, Carl: Entonces él tiene la
sado eh suicidarme .en toda culpa..
mi vida!».
Van: Mamá derramó muchas
Madre: No lo admitiría ante lágrimas. Papá habló de
otras personas. No ante mis se'ntirse vencido y lloró.
vecinos, porque no lo com- Daba la impresión de que tu
prenderían. vida estaba terminada. Re-
cuerdo que me alegré de es-
Carl: Puede reconocerle un tar presente en un momento
mérito a su marido por me-o en el que os sentíais tan
recer un punto más que un mal.
vecino.
Padre: Sí. Me imaginaba que
Madre: Sí. nunca lograría lo que hice.
El tiempo sigue su marcha
(Risas.) si uno se detiene. También
pienso que Marie tiene nue-
25() DANZANDO CON LA FAMILIA
vtj años menos que yo. Si
tifne que ver con la edad, a
eNa le quedan nueve años
más que a mí para sufrir.
(Risas.)
vedor de un hombre que no
está acostumbrado al mundo
de las palabras.
Carl: ¿Qué sucedió en las entre-
vistas que lo hizo cambiar?
Padre: Bueno, se señaló que yo
no era... vosotros, chicos, es-
tabais siempre cerca de
mamá y yo nunca podía es-
tarlo. Nunca podía estar
cerca. Pensé que lo único
que podía daros a todos vo-
sotros es la casa. Ahora te-
néis una casa adonde venir.
Van: Yo te lo agradezco.
Gail: He visto que la relación
entre mamá y papá está flo-
reciendo realmente. Los he
visto mucho. Papá se ha es-
forzado. La adaptación de
mamá ha sido más difícil,
porque ella está más aisla-
da. Ella tiene que acercarse
a los otros como hago yo.
251 \
¿EN QUÉ DIRECCIÓN SE CRE.CE?
Con este tono tan optimista, la diferencia muy real se hacía
cada vez más evidente. Quise preguntar directamente sobre este
cambio de actitud. Quería saber cómo veía al padre ahora el res-
to de la -familia y cómo se relacionaba con él.
Otra vez, un gesto conmo-
Carl: La última vez tuve la
sensación, no estoy seguro
de Tecordarlo muy exacta-
mente, de que la familia en
general estaba enojada con
el padre. ¿Es cierto?
Todos: ¡Sí!
Carl: ¿Y ahora ha cambiado
esa situación? Tuve la sen-
sación de que vuestra ma-
dre estaba enojada con
vuestro padre. Ahora parece
que ella todavía está resen-
tida con él porque no tiene
un trato más íntimo o per-
sonal con ella, pero parece
haber más afecto en la ma-
nera que tiene de decirlo
ahora.
Van: Yo puedo decir lo que me
pasa a mí. Yo estaba más
enojada contigo, papá, hace
tres o cuatro años, por las
cosas que hacías o que no
hacías. Ahora te acepto más
como eres. Todavía no... Sé
que no me siento realmente
cerca de ti, pero ya no se
 ,
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DANZANDO CON LA FAMILIA ¿EN QUÉ·DIRECCIÓN.SE'CRECE? 253

trara dtt, .queesté enojada. Madre: Sí. Bueno, sin hijos, es

Es,f1ásla distancia, más fácil. La madre. aprovecha I.a
, oportunidad de comunicar un.
Carl: Ahora te gustaría acer- cambio básico de su perspec-
carte, pero no lo has hecho. tiva. Hace entender que, al. no
Antes no querías hacerlo. estar los hijos,' ella y . John
pueden' de.sarrollar su rela-
Van: Sí. ción,' Hay incluso un. indicio
Hay otro cambio .claro. de que le agrada. Tal vez. ella
Ahora Vanessaes más capaz ya no representa el rol de
de ver a su padre como una «don Nadie).
persona, no sólo como un rol.
Puede sentir el deseo de rela- Van: Creo que me ayudó, con
cionarse con él, no sólo el de· las'. relaciones, La clase de.
seo de escapar de su tiranía. gente que elijo ahora es
muy diferente. Pienso que
Gail: Me encuentro más cerca las sesiones me ayudaron en
de mis padres ahora. Antes eso.
tenía un leve enojo hacia
papá, pero ahora no. Carl: Tuve la sensación de que
una de las cosas que he no-
Cuando la sesión comenzó a acercarse a si.Ifin, hice un ofreci- tado que ha cambiado en ti
miento más abierto para que hablaran más sobre el cambio pro- es que pareces más seria.
ducido en la familia. Vanessa decidió aprovechar la oportuni- Antes, me daba la impre~
dad. sión de que te reías de ti
misma.

Carl: ¿Y entonces? Van: Sí. Me siento más seria.

Van: Creo que las sesiones fa- Carl: Más dispuesta a utilizar
miliares nos han acercado tus agallas. Este es uno de los objetivos
como familia. Lo veo en reales de la terapia. Liberar a
mamá y papá. Sobrc todo las personas para que puedan
desde que te mudaste a esa usar sus agallas en la vida.
casa. Es como si tu rclación Para que puedan experimen-
comenzase por segunda vez. tar realmente la vida, no sólo
pensar en ella.
 .
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DANZANDO CON LA FAMILIA

Cl.iando la sesión terminó, había un clima de aflojamiento y REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS

calmt No les causaba pánico la perspectiva de quedarse solos .
frentfi a frente. No había sensación alguna de que me necesita-
ran para tener el coraje de ser ellos. Habían formado un conjun-
to familiar y yo estaba claramente más afuera que antes.
Era notable su mayor grado de libertad y coraje. Analizaban
abiertamente su capacidad para disfrutar la compañía de los de-
más y no sólo tolerarla; Habían desarrollado la capacidad de es-
tar realmente con los demás. De mirar la vida y responder de un
modo personal, verdaderamente afectuoso.
Cuando la terapia finaliza, también continúa. La familia lle- Betz, B. Y Whitehorn, J. C., Effective Psychoterapy with the Schi-
va al terapeuta con ellos y el terapeuta tiene incorporada a la fa- zophrenic Patient, Nueva York, Aronson, 197~.
milia. Al continuar la vida, al terapeuta le queda la alegría de Bowen, M Family Therapy in Clinical Practlce, Nueva York,
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haber participado en una experiencia humana conmovedora. Aronson, 1978. . .

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