El Peruano
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puede ser interpretada en forma literal, a partir del propio
enunciado lingüístico, como lo hace el juez especializado, pues
no contiene un mandato aislado, sino que responde a una
situación jurídica normativa que disciplina una de las instituciones
del Derecho Civil, como es la sucesión intestada; por lo que para
entender el sentido o alcance del citado artículo debe aplicarse el
método sistemático. En ese marco, la redacción del inciso en
comento, en realidad se trata de una sola lectura por cualquiera
de la personas nombradas, lo que no ocurre cuando el testador es
ciego o analfabeto; en este caso el artículo seiscientos noventa y
siete del Código Civil dispone que debe leerse hasta dos veces,
una por el Notario y otra por testigo testamentario que el testador
designe; ello se debe a que dicha limitación no posibilita verificar
por sus propios medios que lo expresado en el documento
responde a lo declarado; lo que no sucede en el caso de autos,
pues la testadora no tiene dichas limitaciones; de manera que si
no está comprendida en los supuestos previstos en la citada
norma no hay razón legal que lo obligue escuchar dos veces la
lectura del testamento. Quinto.- Que, una de las formalidades
esenciales del testamento otorgado por Escritura Pública, que se
precisa en el numeral quinto del artículo seiscientos noventa y
seis del Código Civil consiste que el testamento sea leído clara y
distintamente por el Notario, el testador o el testigo testamentario
elegido por éste, dicha norma conduce a establecer que se trata
de una de las formalidades esenciales para el otorgamiento de
testamentos. En el common law ingles se exige que el testamento
conste por escrito – a manuscrito, mecanografiado o impreso en
formulario- y que este firmado al final por el testador y dos testigos,
todos presentes en un solo acto. En el caso de su pariente
jurídico, Estados Unidos, mucho menos formalista en Derecho–
salvo el caso del Estado de Louisiana donde se exige la
intervención del Notario-, el testamento debe al menos constar
por escrito y debe ser firmado por el testador y dos o más testigos
en presencia del primero, existiendo mínimas variaciones en
relación a la legislación de cada Estado. Caso peculiar es que los
testigos no necesariamente son informados del contenido del
documento, solo del hecho que el mismo constituye la declaración
de última voluntad del otorgante; ello es potestad del testador
quien puede mantener el documento en sobre cerrado luego de
ser firmado por todos, incluso se permite bajo ciertas circunstancias
el testamento oral, pero aun en este caso se exige la presencia de
testigos. En Rusia, la forma notarial es la única admitida a
semejanza del testamento por Escritura Pública o abierto, que
legislan la mayoría de los países del sistema latino de derecho.
No resulta pues extraño que en nuestra legislación –cuyas bases
se asientan en los principios que regulan el sistema latino- se
hayan adoptado desde sus inicios formalidades mínimas para
todo testamento, como son la forma escrita, fecha, nombre y firma
del otorgante –amen de esenciales bajo sanción de nulidad- y
muy solemnes para caso del testamento abierto o por Escritura
Publica. Nuestro ordenamiento jurídico ha utilizado los mismos
principios que rigen la legislación española, madre de la mayoría
de las instituciones jurídicas nacionales vinculadas al Derecho
Civil y la institución notarial. Sexto.- En ese orden de ideas,
interpretando dicho texto, si bien el inciso quinto del artículo
seiscientos noventa y seis del Código Civil, determina que el
testamento debe ser leído clara y distintamente por el Notario, el
testador o el testigo testamentario elegido por éste, esto no
significa que además de ser leído por el Notario, debe ser leído
también por el testador o por quien éste designe, sino más bien se
trata de una sola lectura por cualquiera de la personas nombradas,
como bien dice Orihuela (ciento sesenta y seis p. doscientos
ocho), citado por Augusto Ferrero1, la redacción de este inciso
puede inducir al error que se trata de una doble lectura del
testamento al usarse las palabras: clara y distintamente, lo cual
es una redundancia. En realidad se trata de una sola lectura del
testamentos por cualquiera de las personas nombradas: Notario,
testador o el testigo elegido por éste. Por tanto, determina que la
interpretación efectuada por la Sala Superior, respecto de dicho
dispositivo, resulta correcta, pues se debe destacar que la norma
no puede ser interpretada en forma literal, a partir del propio
enunciado lingüístico, como lo hace el juez especializado, pues
éste no contiene un mandato aislado, siendo de aplicación el
método sistemático. Que, por las razones expuestas y no
presentándose la causal del inciso primero del artículo trescientos
ochenta y seis del Código Procesal Civil y en aplicación del
artículo trescientos noventa y siete del Código Procesal Civil:
Declararon INFUNDADO el recurso de casación de fojas
cuatrocientos dos a cuatrocientos ocho interpuesto por el
demandante Luís Esteban Ortiz Marcos; en consecuencia NO
CASARON la sentencia de vista de fojas trescientos noventa y
uno, su fecha dieciocho de abril del año dos mil ocho, expedida
por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Norte; CONDENARON al recurrente al pago de la multa
ascendente a una Unidad de Referencia Procesal, así como al
pago de las costas y costos generados de la tramitación del
presente recurso; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad;
en los seguidos por Luís Esteban Ortiz Marcos contra Álvaro
Rengifo Arbildo y otros sobre Nulidad de Testamento; y los
devolvieron; interviniendo como ponente el señor Vocal Celis
martes 30 de marzo de 2010
Zapata.- SS. TICONA POSTIGO, CELIS ZAPATA, MIRANDA
MOLINA, MAC RAE THAYS, ARANDA RODRÍGUEZ
1
Tratado de Sucesiones, Editorial Grijley Sexta Edición, 2002, Pág. 348
C-467555-5
CAS. Nº 3080-2008 LIMA. Cancelación de Hipoteca. Lima, quince
de julio del año dos mil nueve.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA, vista la
causa en audiencia pública de la fecha y producida la votación
correspondiente conforme a ley, emite la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación
interpuesto por María Soledad Arze Scarneo Viuda de Vecco, a
fojas cuatrocientos treinta y nueve, contra la sentencia de vista de
fojas cuatrocientos veintisiete, expedida por la Tercera Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lima, que revoca la sentencia
obrante a fojas trescientos treinta y cinco a trescientos cuarenta, de
fecha veinticinco de julio del año dos mil siete, que declaró fundada
en parte la demanda de Levantamiento de Hipoteca planteada y en
consecuencia; da por cancelado el préstamo hipotecario número
setecientos veintisiete – nueve seis cero cero cero uno cinco nueve
seis seis y ordena el levantamiento de la hipoteca que pesa sobre
el inmueble ubicado en la calle Monte Cassino número ciento
setenta y nueve – ciento ochenta y tres, Chacarilla del Estanque,
Distrito de Surco, a favor del Banco Continental e inscrita en la
Partida Registral número cuatro cinco dos ocho cuatro seis uno
uno, del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima de los Registros
Públicos de Lima y Callao y dispone la restitución de las cuotas
abonadas con posterioridad al fallecimiento del cónyuge, ocurrido
el día tres de agosto del año dos mil dos, con costas y costos; y
reformándola, declararon infundada en todos sus extremos la
demanda. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta Sala Civil
Suprema, mediante auto calificatorio de fecha veintidós de
septiembre del año dos mil ocho, ha declarado procedente el
recurso de casación interpuesto por María Soledad Arze Scarneo
Viuda de Vecco, por las causales referidas en los incisos primero,
segundo y tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código
Procesal Civil, referidas a: i) La aplicación indebida del artículo
mil ciento ochenta y tres del Código Civil, señala que la Sala
Revisora para revocar la sentencia apelada y desestimar la
demanda aplica de modo indebido el precitado artículo, basándose
en presunta solidaridad que la Escritura Pública de Mutuo de
Dinero con Reducción de Garantía Hipotecaria de autos no
contempla, soslayando que la persona obligada o deudora es la
sociedad conyugal, conformada por la actora y su difunto cónyuge,
Hugo Vecco Arana, conformando una sola parte y que actuaban en
forma conjunta representando a la sociedad conyugal, de acuerdo
a los artículos doscientos noventa y dos y trescientos quince del
Código Sustantivo y como tales gozaban de todos los beneficios y
cargas provenientes del bien hipotecado “seguro de desgravamen
hipotecario” de tal modo que no le es aplicable las reglas de la
solidaridad; ii) La inaplicación de los artículos mil trescientos
veintiuno, mil ciento cuarenta y ocho y mil trescientos sesenta
y uno del Código Civil, puesto que del referido contrato de mutuo
emerge de modo claro la obligación de tomar un seguro de
desgravamen a favor de ambos cónyuges, lo que no hizo el Banco;
iii) La contravención de las normas que garantizan el derecho
a un debido proceso, denuncia que la sentencia de vista no se
encuentra debidamente motivada, incurre en contradicciones,
omisiones y falta de valoración de los medios probatorios, incluso
señala que la actora ha interpuesto recurso de apelación cuando
su recurso fue declarado inadmisible por extemporáneo y además
no se pronuncia respecto de las cuatro pretensiones de la demanda.
CONSIDERANDO: Primero.- Que; al haberse invocado como
sustento del recurso tanto la causal in procedendo como in
iudicando, corresponde pronunciarse en principio respecto de la
denuncia in procedendo, de tal manera que si se ampara ésta,
deberá efectuarse el reenvío de los autos, no siendo posible
pronunciarse sobre la causal in iudicando; Segundo.- Que; la
causal de contravención de las normas que garantizan el derecho
a un debido proceso se configura cuando en el desarrollo del
mismo no se han respetado los derechos procesales de las partes,
se han obviado o alterado actos de procedimiento, la tutela
jurisdiccional no ha sido efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de
motivar sus resoluciones o lo hace de forma incoherente, en clara
trasgresión de la normatividad vigente y de los principios procesales;
Tercero.- Que; del petitorio de la demanda se observa que la
recurrente, solicita la cancelación del préstamo hipotecario de
cuarenta y seis mil quinientos dólares americanos, respecto del
inmueble ubicado en la Calle Monte Cassino número ciento setenta
y nueve – ciento ochenta y tres, Chacarilla del Estanque, Distrito de
Surco; ante el incumplimiento del Banco Continental en contratar el
seguro de desgravamen hipotecario a favor de su fallecido cónyuge
Hugo Vecco Arana, estipulado en la cláusula once de la Escritura
de Mutuo de Dinero con Reducción de Garantía Hipotecaria, de
fecha ocho de julio del año mil novecientos noventa y nueve;
asimismo, peticiona de manera accesoria el levantamiento de la
hipoteca que pesa sobre el citado inmueble, se le restituya el
importe de las cuotas canceladas después del fallecimiento de su
cónyuge, y se le indemnice por los daños y perjuicios; Cuarto.-
Que; la parte demandada en su escrito de contestación obrante a
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martes 30 de marzo de 2010 CASACIÓN
fojas ciento setenta y nueve, señala que la solicitud de préstamo
fue efectuada a título personal por la recurrente; asimismo, alega,
que en la cláusula décimo primera del Contrato de Mutuo de Dinero
con Reducción de Garantía Hipotecaria, obrante a fojas veintiuno,
no se establece que el Banco hubiera tenido la obligación de
contratar un seguro de desgravamen a favor de la recurrente y su
cónyuge, pues al solicitar el préstamo de manera personal,
resultaba evidente que el seguro de desgravamen fuera contratado
únicamente a favor de la recurrente y no de su cónyuge; Quinto.-
Que; la motivación escrita de las resoluciones judiciales constituye
un principio y un derecho de la función jurisdiccional y debe ser el
resultado del razonamiento jurídico que efectúa el Juzgador sobre
la base de los hechos acreditados en el proceso y la aplicación del
derecho objetivo. En ese sentido, la motivación es esencial en los
fallos, ya que los justiciables deben saber las razones por las
cuales se ampara o desestima su demanda, pues a través de su
aplicación efectiva se llega a una recta administración de justicia,
evitándose con ello arbitrariedades y permitiendo a las partes
ejercer adecuadamente su derecho de impugnación, planteando al
superior jerárquico las razones jurídicas capaces de poner en
manifiesto los errores en que puede haber incurrido el juzgador;
Sexto.- Que; la verificación de una debida motivación se manifiesta
si la resolución que resuelve el conflicto de intereses tiene una
motivación suficiente, lo cual implica que deben estar presentes en
ella los motivos, justificaciones, argumentos razonados, objetivos,
serios y completos, vinculados en todo a lo que es necesariamente
conducente y decisivo para alcanzar mediante el raciocinio jurídico,
el juicio que justifica el sentido y alcance de la decisión (siguiendo
a Augusto M. Morello. “La casación. Un modelo eficiente”. Segunda
Edición Actualizada. Librería Editorial Platense, página ciento
cincuenta y uno); Séptimo.- Que; mediante sentencia de fojas
trescientos treinta y cinco, el Juez de Primera Instancia declaró
fundada en parte la demanda, al considerar que el Contrato de
Mutuo de Dinero con Reducción de Garantía Hipotecaria, fue
suscrito por la sociedad de gananciales y no por la recurrente a
título personal y de la cláusula décimo primera del contrato se
establece claramente que la obligación de contratar la Póliza de
Seguro de Desgravamen corresponde al Banco, y contrariamente
a dicho acuerdo, la demandada sólo contrató el Seguro de
Desgravamen a favor de la actora y no de su cónyuge, incumpliendo
en ese sentido sus obligaciones, por lo que le corresponde asumir
las consecuencias de éste incumplimiento; Octavo.- Que; conforme
se aprecia de la sentencia de vista de fojas cuatrocientos veintisiete,
la Sala Civil Superior ha determinado que: (...) de la cláusula
primera del referido testimonio se constata que mediante este
convenio, que los prestatarios (la demandante y su fallecido
esposo) solicitaron un mutuo de dinero hasta por la suma de
cuarenta y seis mil quinientos dólares americanos, petición que fue
accedida por la entidad bancaria emplazada (...) (...) que como
puede apreciarse la obligación contraída por ambos prestatarios
frente a la institución bancaria, representa una sola obligación
constituida por una pluralidad de sujetos por lo que aquella está
clasificada como una obligación solidaria (...); Noveno.- Que;
resulta evidente que la Sala Civil Superior para revocar la sentencia
de primera instancia, sustenta su decisión al asumir la solidaridad
de los cónyuges; pues como expone considera que la obligación
contraída representa una sola obligación constituida por una
pluralidad de sujetos con la calidad de deudores, por lo que clasifica
a la recurrente y a su cónyuge como deudores solidarios, pues
determinó que el crédito ha sido otorgado a ambos cónyuges como
integrantes de la Sociedad Conyugal, tal como expone el Colegiado
en el séptimo considerando de la recurrida; Décimo.- Que; respecto
al argumento referido a que la recurrente no habría interpuesto
recurso de casación y; no obstante ello, la Sala Civil Superior cita
en la recurrida como si ésta hubiere apelado, ello no implica
afectación alguna al debido proceso de la recurrente, pues no
incide en la decisión de fondo adoptada por el Colegiado; Décimo
Primero.- Que; sobre el hecho que la Sala Civil Superior no se ha
pronunciado respecto de las cuatro pretensiones de la demanda,
se observa del petitorio que las pretensiones alegadas por la
recurrente, no se han emitido pronunciamiento; son pretensiones
de naturaleza accesoria a la pretensión principal, la cual ha sido
declarada infundada por el Colegiado, por la cual la ausencia de
pronunciamiento respecto de ellas, no resulta un vicio procesal que
determine la nulidad de la sentencia recurrida, toda vez que estas
pretensiones por su carácter accesorio se entienden desestimadas,
pues necesariamente siguen la suerte de la pretensión principal;
Décimo Segundo.- Que; estando a que la causal de contravención
al debido proceso no resulta atendible; corresponde en
consecuencia, emitir pronunciamiento respecto a las causales
materiales alegadas. De lo expuesto se observa que la motivación
responde a una adecuada valoración en conjunto de los medios
probatorios actuados en el proceso; expresándose en la sentencia
materia del recurso las consideraciones de hecho y derecho que
sustentan la decisión de la Sala Civil Superior; Décimo Tercero.-
Que; existe aplicación indebida de una norma de derecho material
cuando concurren los siguientes supuestos: a) El Juez, a través de
una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al
proceso, llega a establecer determinados hechos relevantes del
conflicto de intereses; b) Que; tales hechos establecidos guardan
relación de identidad con los supuestos fácticos de una norma
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jurídica determinada; c) Que; sin embargo, el Juez en lugar de
aplicar esta última norma, aplica una distinta para resolver el caso
concreto, vulnerando los valores y principios del ordenamiento
judicial, particularmente el valor superior de la justicia; Décimo
Cuarto.- Que; la recurrente denuncia la aplicación indebida al caso
de autos del artículo mil ciento ochenta y tres del Código Civil,
norma que señala: “La solidaridad no se presume. Sólo la ley o el
título de la obligación la establecen en forma expresa”; Décimo
Quinto.- Que; como se ha expuesto, tanto la Sala Civil Superior
como el Juez de Primera Instancia han establecido que el préstamo
dinerario fue otorgado por el Banco Continental a favor de Hugo
Vecco Arana y María Soledad Arze Scarneo Viuda de Vecco en su
calidad de integrantes de la Sociedad Conyugal; sin embargo, no
se advierte de la relación fáctica establecida por la Sala Civil
Superior, si en el caso de autos existe la referida solidaridad que
sostiene la decisión adoptada por el Colegiado, pues del documento
por el cual se constituye la obligación no fluye de manera expresa,
esto es de la Escritura Pública de Mutuo de Dinero con Reducción
de Garantía Hipotecaria, obrante a fojas veintiuno a veintiocho, ni
tampoco se señala la base legal de la alegada solidaridad; Décimo
Sexto.- Que; en consecuencia, la Sala Civil Superior ha aplicado
indebidamente el artículo mil ciento ochenta y tres del Código Civil,
referido al carácter expreso de la solidaridad para resolver la
presente litis; razón por la cual, este extremo del recurso resulta
atendible. Sin perjuicio de haber determinado que la causal de
aplicación indebida denunciada resulta atendible, esta Sala Civil
Suprema considera pertinente examinar la denuncia referida a la
inaplicación de las normas de derecho material alegadas, referidas
a los artículos mil trescientos veintiuno, mil ciento cuarenta y ocho
y mil trescientos sesenta y uno del Código Civil; Décimo Séptimo.-
Que, respecto a la inaplicación del artículo mil trescientos veintiuno
del Código Civil, no obstante del petitorio de la demanda se advierte
que la recurrente pretende se le indemnice por los daños y
perjuicios, daño moral, debido al incumplimiento del Banco
Continental en contratar el Seguro de Desgravamen a favor de su
cónyuge, se observa, mediante sentencia de primera instancia de
fojas trescientos treinta y cinco que dicha pretensión fue declarada
infundada, no siendo dicha decisión jurisdiccional impugnada por la
recurrente; por tanto, no se observa que esta norma resulte
pertinente para resolver el conflicto de intereses, puesto que la
decisión respecto de la indemnización peticionada ha quedado
consentida; Décimo Octavo.- Que; sin perjuicio de lo expuesto,
cabe señalar que la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de
Justicia de la República en la Casación cuatro mil quinientos
ochenta y siete – dos mil seis – Lima, de fecha dieciséis de enero
del año dos mil siete, al resolver una causa similar a la presente
declaró infundado el recurso de casación interpuesto por el Banco
Continental, recurso en el cual la entidad bancaria alegó la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso civil, por cuanto refirió que la sentencia de vista contenía
una motivación incongruente. En dicho proceso la Sala Superior
concluyó que el Banco había actuado con culpa inexcusable, en
razón de que debido a su propia actividad se encontraba en
mejores condiciones para acceder a la información respecto a los
trámites necesarios para contratar una Póliza de Seguro de
Desgravamen y que no había cumplido con informar debidamente
al demandante, ya que al no haber contratado la citada póliza a
favor del cónyuge fallecido, correspondía la indemnizació al
cónyuge supérstite con un monto equivalente a la deuda impaga
del mutuo con garantía hipotecaria; Décimo Noveno.- Que;
respecto a la denuncia referida a la inaplicación de los artículos mil
ciento cuarenta y ocho y mil trescientos sesenta y uno del Código
Civil, se observa que estas normas se encuentran referidas al plazo
y modo de las obligaciones de hacer y a la obligatoriedad de los
contratos. En ese sentido, se tiene que en la cláusula décimo
primera de la Escritura Pública de Mutuo de Dinero con Reducción
de Garantía Hipotecaria, obrante a fojas veintiuno a veintiocho, se
pactó de manera expresa que el Banco debía contratar una Póliza
de Seguro de Desgravamen hasta por el monto adeudado del
mutuo; afirmación que concuerda con lo establecido por la Sala
Civil Superior en el séptimo considerando de la sentencia de vista,
donde señala que “si bien existe un contrato que obliga a la
existencia de aquel” [en referencia al seguro de desgravamen],
aunque luego el Colegiado erradamente concluyó, que al haber
sido otorgado el crédito a favor de ambos cónyuges como
integrantes de la sociedad de gananciales, ello hace que la
prestación tenga el carácter de solidaria; VIGÉSIMO.- Que;
conforme a lo pactado en la Escritura Pública de Mutuo de Dinero
con Reducción de Garantía Hipotecaria, la Póliza del Seguro de
Desgravamen debió ser contratada a favor de los prestatarios; esto
es, a favor tanto de Hugo Vecco Arana como de María Soledad
Arze Scarneo Viuda de Vecco y no sólo respecto de la recurrente,
como lo alega el Banco Continental; por lo que al no haber
satisfecho tal obligación, le corresponde asumir las consecuencias
de su incumplimiento, no pudiendo ser transferidas a la recurrente;
pues para que el Banco válidamente opte por contratar la Póliza a
nombre de sólo uno de los prestatarios, debió informar de las
consecuencias de ello a la recurrente, lo cual no ha acreditado en
el presente caso; VIGÉSIMO Primero.- Que; de lo expuesto se
puede determinar que las normas denunciadas pertinentes a la
relación fáctica establecida en autos por las instancias de mérito,

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por ello, corresponde amparar el presente recurso por la causal de
inaplicación de una norma de derecho material respecto de los
artículos mil ciento cuarenta y ocho y mil trescientos sesenta
y uno del Código Civil, siendo de aplicación el inciso primero del
artículo trescientos noventa y seis del Código Adjetivo. Estando a
las consideraciones precedentes y de conformidad con el artículo
trescientos noventa y seis inciso primero del Código Procesal Civil;
declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por
María Soledad Arze Scarneo Viuda de Vecco, mediante escrito de
fojas cuatrocientos treinta y nueve; CASARON la resolución
impugnada; en consecuencia: NULA la sentencia de vista emitida
por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
de fojas cuatrocientos veintisiete, su fecha seis de mayo del año
dos mil ocho; y actuando como sede de instancia:
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas trescientos treinta y
cinco, su fecha veinticinco de julio del año dos mil siete, que declaró
fundada en parte la demanda de Levantamiento de Hipoteca
planteada; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución
en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por María Soledad Arze Scarneo Viuda de Vecco contra
el Banco Continental, sobre Cancelación de Hipoteca; y devuélvase
oportunamente; interviniendo como ponente la señora Vocal Mac
Rae Thays.- SS. PAJARES PAREDES, CELIS ZAPATA, MIRANDA
MOLINA, MAC RAE THAYS, IDROGO DELGADO. C-467555-6
CAS. Nº 3224-2008 LA LIBERTAD. Declaración de Bien Propio.
Lima, dieciséis de julio del dos mil nueve.- LA SALA CIVIL
TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPUBLICA: Vista la causa número tres mil doscientos
veinticuatro-dos mil ocho en Audiencia Pública de la fecha, y
producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación
interpuesto por la demandada Julia Marlene Gordillo Asmat contra
la sentencia de vista de fojas ciento noventa y ocho, su fecha nueve
de junio del dos mil ocho, expedida por la Primera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de La Libertad, que revoca la sentencia
de primera instancia, su fecha dieciocho de enero del dos mil ocho,
que declara improcedente la demanda interpuesta, reformándola
declara fundada la demanda de fojas dieciocho a veinticuatro sobre
declaración de bien propio; en consecuencia, declara como bien
propio del demandante el inmueble ubicado en la Avenida Ricardo
Palma número mil ciento cuarenta y tres de la Urbanización El
Bosque. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Por resolución de esta
Sala Suprema de fecha treinta de setiembre del dos mil ocho, se ha
declarado procedente el recurso por la causal prevista en el inciso
3 del artículo 386 del Código Procesal Civil, referida a la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso, argumentando que la afectación al debido proceso ha
consistido en que la impugnada ha soslayado el segundo punto
controvertido consistente en “determinar si ha existido
pronunciamiento jurisdiccional respecto a la condición jurídica del
bien litigioso (bien propio o social) carecería de objeto pronunciarse
respecto del primer punto controvertido...”; y, que con las sentencias
indicadas en forma detallada y que han sido materia de análisis por
haber sido ofrecidas como medios probatorios en este proceso se
ha podido establecer fehacientemente la existencia de un
pronunciamiento jurisdiccional firme con autoridad de cosa juzgada
que ha dilucidado la naturaleza del bien sub litis, en el sentido que
es un bien social, por lo que la sentencia expedida por el Colegiado
ha debido confirmar la apelada declarando improcedente la
demanda; y, CONSIDERANDO: Primero.- Que, examinado el
error in procedendo denunciado, se debe tener en cuenta que el
derecho a un debido proceso supone la observancia rigurosa por
todos los que intervienen en un proceso no sólo de las reglas que
regulan la reestructuración de los órganos jurisdiccionales, sino
también de las normas, de los principios y de las garantías que
regulan el proceso como instrumento judicial, cautelando sobre
todo el ejercicio absoluto del derecho de defensa de las partes en
litigio; es en atención a su trascendencia que la ley ha considerado
entre los motivos de casación la contravención de las normas
procesales y el quebrantamiento de las formas procesales
establecidas en ellas. Segundo.- Que, en ese sentido, el derecho
al debido proceso es un conjunto de garantías de las cuales goza
el justiciable que incluyen, la tutela jurisdiccional efectiva, la
observancia de la jurisdicción y de la competencia predeterminada
por ley, la pluralidad de instancias, la motivación y la logicidad de
las resoluciones; que, bajo ese contexto, la causal denunciada se
configura cuando en el desarrollo del proceso, no se han respetado
los derechos procesales de las partes, se han obviado o alterado
actos de procedimiento, la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva
y/o el órgano jurisdiccional deja de motivar sus decisiones y lo hace
en forma incoherente, en clara transgresión de la normatividad
vigente y de los principios procesales. Tercero.- Que, sobre el caso
que nos atañe, se aprecia que a fojas dieciocho se interpone
demanda de declaración de bien propio respecto del inmueble
ubicado en la Avenida Ricardo Palma número mil ciento cuarenta y
tres (antes manzana C, Lote diez), Urbanización El Bosque, Trujillo,
debido a que fue adquirido cuando el demandante tenía el estado
civil de soltero. Por su parte, la demandada al contestar la demanda
a fojas cincuenta y cuatro, solicita se declare infundada la demanda
por tratarse de un bien social y existir pronunciamiento jurisdiccional
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martes 30 de marzo de 2010
respecto de la calidad del inmueble como un bien social. Cuarto.-
Que, el punto de controversia fijado en la audiencia de conciliación,
su fecha veinte de marzo del dos mil siete, obrante a fojas ochenta,
se circunscribe en: 1) determinar si se cumplen con los presupuestos
legales para declarar como bien propio de don Carlos Alfonso Díaz
Romero el inmueble ubicado en la Avenida Ricardo Palma número
mil ciento cuarenta y tres (antes Manzana C, Lote diez) de la
Urbanización El Bosque; y 2) determinar si ha existido
pronunciamiento jurisdiccional respecto a la condición jurídica del
bien (bien propio o social). Quinto.- Que, el A quo por resolución
número trece, su fecha dieciocho de enero del dos mil ocho,
obrante a fojas ciento cuarenta y cinco a ciento cuarenta y ocho,
declara improcedente la demanda de fojas dieciocho a veinticuatro;
considerando que se ha establecido fehacientemente la existencia
de un pronunciamiento jurisdiccional firme, con autoridad de cosa
juzgada, que dilucida la naturaleza del bien sub litis, en el sentido
de que es un bien social. Sexto.- Que, posteriormente el Ad quem
por resolución de vista, de fecha ocho de febrero del dos mil ocho,
a fojas ciento noventa y ocho a doscientos cuatro, la revoca; y,
reformándola la declara fundada; en consecuencia se declara
como bien propio del demandante el inmueble ubicado en la
Avenida Ricardo Palma número mil ciento cuarenta y tres de la
Urbanización El Bosque, considerando que los pronunciamientos
recaídos en los procesos seguidos entre las partes: números dos
mil ciento diecinueve-mil novecientos noventa y nueve, sobre
nulidad de acto jurídico de anticresis celebrada por el demandante;
número tres mil novecientos cuarenta y ocho-dos mil tres sobre
desalojo por ocupación precaria contra los anticresarios y número
mil trescientos treinta y cinco-mil novecientos noventa y nueve
sobre sustitución de régimen patrimonial, se verifica que ambos
justiciables han defendido sus posiciones respeto al carácter del
bien, siendo que los juzgadores han expuesto sus argumentos
calificando el bien en atención a sus criterios y a lo actuado en los
referidos procesos, argumentos que se han apoyado en los medios
probatorios aportados por los justiciables en cada uno de ellos,
conclusiones de los magistrados contenidas en sus respectivos
fallos que constituyen cosa juzgada para sus correspondientes
procesos, pero de ninguna manera se puede considerar que dichas
cosas juzgadas se apliquen al presente proceso, porque no se dan
los presupuestos de la triple identidad exigida por la ley procesal, y
que son concurrentes para que opere dicha institución: identidad
de sujetos, identidad de objeto e identidad de causa de pedir, a lo
que se agrega distinta actividad probatoria; Séptimo.- Se debe
destacar que, la exigencia de la motivación de los fallos judiciales
constituye un valor jurídico que rebasa el interés de los justiciables
por cuanto se fundamenta en principios de orden jurídico, pues la
declaración del derecho en un caso concreto, es una facultad del
Juzgador que por imperio del artículo 138 de la Constitución Política
del Estado, impone una exigencia social que la comunidad siente
como un valor jurídico denominada fundamentación o motivación
de la sentencia; el mismo que se encuentra consagrado en el
artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado
concordante con el artículo 12 del Texto Único Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial e incisos 3 y 4 del Artículo 122 y 50
inciso 6 del Código Procesal Civil. Octavo.- Que, bajo ese contexto,
la motivación de las sentencias como vicio procesal, tiene dos
manifestaciones: 1) la falta de motivación; y 2) la defectuosa
motivación, la cual a su vez se divide en tres agravios procesales:
a) motivación aparente; b) motivación insuficiente; y c) motivación
defectuosa en sentido estricto; en ese sentido y coincidiendo con la
doctrina, la motivación aparente se da cuando la decisión se basa
en pruebas no actuadas o en hechos ocurridos; la motivación
insuficiente que se presente cuando vulnera el principio de la razón
suficiente y la motivación defectuosa propiamente dicha, se
presenta cuando el razonamiento del juez viola los principios
lógicos y las reglas de la experiencia. Noveno.- Si bien no está
dentro de la esfera de facultades de la Corte de Casación provocar
un nuevo examen crítico de los medios probatorios que han dado
base a la sentencia recurrida y formaron la convicción del Tribunal
de mérito; no es menos cierto que en algunos casos, la arbitraria
evaluación de la prueba por la instancia inferior, origina un fallo,
como se ha expresado con una motivación defectuosa, tal como se
puede constatar de autos, el Superior Colegiado al expedir la
sentencia recurrida incurre en una motivación defectuosa y, por
ende, no se encuentra debidamente motivada, constituyendo esto
un límite para el ejercicio efectivo del derecho de defensa, pues se
ha limitado a realizar un descripción subjetiva de los expedientes
fenecidos; no obstante constituir medios probatorios pre existentes
que corresponden a una recta administración de justicia evaluarlos,
siendo necesario invocar las razones de hecho y de derecho que
sustentan su decisión, debiéndose pronunciar categóricamente
respecto a la condición jurídica del bien, para dilucidar si estamos
frente a un bien propio o social, consecuentemente el referido
Tribunal Ad quem, debe explicar con el debido sustento legal y
fáctico la existencia o no de un pronunciamiento jurisdiccional
respecto a la condición jurídica del bien sub litis; Décimo.- Que, de
lo antes expuesto se evidencia la contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, al haberse violado las
reglas de la valoración de la prueba, razón por la cual se ha
incurrido en la causal de error in procedendo. Estando a las
conclusiones precedentes y de conformidad con el artículo 396,