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CAPITULO III

LOS AXIOMAS DE LA HERMENEUTICA

A. Axiomas:

(1) Carácter de los axiomas: Toda ciencia presenta o asume ciertos principios fundamentales los cuales deben ser
expresados muy claramente en forma concisa, pues contienen solo lo más esencial de la verdad de dicha ciencia. Estos
principios son llamados axiomas.

En matemáticas un axioma es una proposición la cual es tan evidente que no requiere demostración. En muchas otras
ciencias, sin embargo, los axiomas pueden no ser tan evidentes y requieren de pruebas y evidencias. Los axiomas en la
hermenéutica en muchos casos son auto-evidentes, pero algunos de ellos requieren ganar reconocimiento general después de
pasar por pruebas y dar evidencias de su veracidad. Nunca una proposición puede ser admitida en una lista de axiomas a
menos que la verdad de tal proposición halla sido sometida a prueba y aceptada por los estudiosos de la hermenéutica.

(2) Prueba de los axiomas: Un axioma no debe ser aceptado o rechazado por prejuicios u opiniones preconcebidas. No
debe prevalecer, en tal labor, el juicio de una sola persona, antes debe estar presente el acuerdo de varios estudiosos. En esta
prueba de la veracidad del axioma se deben considerar las leyes acreditadas del pensamiento y del lenguaje. También la
prueba debe incluir lo opuesto al axioma, si lo opuesto es encontrado absurdo, luego el axioma debe ser verdadero; por el
contrario si lo opuesto del axioma es hallado correcto o probable, el axioma debe ser considerado erróneo.

B. Diversos axiomas:

(1) Axioma I: Objeto del lenguaje. Una de las bases de la hermenéutica descansa sobre el verdadero objeto del
lenguaje. Si el objeto del lenguaje es incierto u obscuro, el intérprete nunca puede llegar a saber sus resultados. El verdadero
intérprete comprende que para entender a cualquier escritor hay que comprender lo que él dice y no lo que no dice. Lo
opuesto de esto es un absurdo, de ahí surge el axioma que señala que el verdadero objeto del lenguaje es impartir o
comunicar pensamientos.

David Berlo, hablando sobre la relación entre lenguaje y pensamiento, señala:

Si hemos de escribir nuestro mensaje es necesario que tengamos un vocabulario adecuado para expresar nuestras
ideas... deseamos emplear aquellas palabras que expresen de la manera más clara lo que queremos significar.1

(2) Axioma II: Objeto de la interpretación. Próximo al objeto del lenguaje esta el objeto de la interpretación. Esta no es el
privilegio de un intérprete en particular, el cual impone su propio pensamiento sobre las palabras del autor, ya que cuando esto
ocurre el significado del autor original es modificado. El intérprete no debe evaluar si el pensamiento del autor es correcto o
incorrecto, si es consistente o inconsistente o si la doctrina presentada es verdadera o falsa. La única labor del intérprete es
aprehender el significado preciso del pensamiento impartido por las palabras del autor. De ahí que surge el axioma que
señala que el verdadero objeto de la interpretación es aprehender el exacto pensamiento del autor.
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Sobre este punto, Fee y Stuart han afirmado categóricamente que:

La meta de la exégesis, debe recordarse, es descubrir el propósito del autor original.2

(3) Axioma III: Confiabilidad del lenguaje. Si el lenguaje no fuera un vehículo confiable del pensamiento, luego la
interpretación sería poco menos que imposible, ya que, si no sabemos lo que las palabras del autor significan, luego sería
imposible poder entender el significado de su pensamiento.

Sobre esta base, toda la historia pasada quedaría en obscuridad, además, la comunicación misma sería imposible ya
que todos los autores y personas expresan sus pensamientos a través del lenguaje. Por todo lo dicho, surge el axioma que
dice claramente que el lenguaje es un confiable medio de comunicación.

(4) Axioma IV: El uso. Por el uso queremos dar a entender la utilización continuada o tratamiento de palabras por el
pueblo del cual esas palabras forman parte de su lenguaje. El poder de utilizar palabras es universalmente reconocido en la
gramática y la lexicografía. En la preparación de diccionarios, los autores deben encontrar el sentido exacto en el cual la gente
utiliza cada palabra y cual es el significado de acuerdo con ese uso.

En base al carácter de esta influencia, podemos notar que por el uso, (1) una palabra recibe su significado primario, (2)
una palabra puede tener significado variables, (3) una palabra puede tener un significado cambiante, (4) una palabra o un
cierto significado de una palabra puede llegar a ser parcialmente o totalmente obsoleto.

De acuerdo a la extensión de esta influencia, es claro que un determinado uso puede prevalecer, (1) donde el lenguaje
es hablado, o (2) sólo en un cierto territorio, o (3) sólo en cierta profesión, arte o ciencia, o (4) sólo en los escritos de autor en
particular. La ley básica de todo lenguaje que es el fundamento de todas las condiciones antes expresadas puede ser
sintetizada en el axioma que dice: El uso determina el significado de las palabras.

(5) Axioma V: Variedad de expresión. Si dos testigos independientemente testifican sobre el mismo evento, sus
testimonios nunca podrán ser expresados de la misma forma; cuando se trata de materias más abstractas una mayor variedad
de expresiones aparece en los distintos autores. Esto se debe a la simple razón de que dos mentes no pueden ser iguales, por
tanto, las reflexiones de dos individuos o los enfoques sobre una misma situación nunca pueden ser absolutamente
semejantes. Todo esto no es necesariamente aplicable a escritores educados en la misma escuela, o a aquellos que citan, o
son influenciados por un mismo autor.

Pero lo que si pretendemos probar con lo antes mencionado es la verdad del principio que dice que frecuentemente dos
personas que intentan reproducir las palabras o pensamientos de un mismo autor, no tendrán entre ellos semejanza absoluta.
Es muy raro que aún bajo influencias similares dos escritores expresen un pensamiento en lenguajes similares. Derivado de
estos hechos viene el axioma que señala que: Dos escritores no independientes entre si expresaran pensamientos
semejantes.

(6) Axioma VI: Ambiente. Es incuestionable que la naturaleza humana es fuertemente marcada por el medio ambiente
que lo rodea. Los escritos de Pablo no habrían llegado a ser lo que son si no fuese por la influencia de su juventud, educación
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y experiencias misioneras. La influencia del medio ambiente marca los escritos y pensamientos de cualquier autor. Las
circunstancias que rodean a todo escrito van enmarcando de alguna manera el tono, el estilo y las características de quien
escribe.

En el caso de la Sagrada Escritura, ni siquiera la inspiración divina, elimina la influencia del medio ambiente sobre el
autor sagrado. A la luz de todos estos hechos surge el axioma que declara: Todo autor es influenciado por su medio ambiente.
Sobre este punto, Terry señala:

El revestimiento o arreglo de las ideas en las mentes de los escritores bíblicos se originó en el carácter de las épocas,
el país, el lugar y la educación en que a cada uno tocó actuar.3

(7) Axioma VII: Propósito del autor. El lenguaje de un hombre perturbado mentalmente no puede ser consistente o
regulado por la razón, pero aunque tonto o vano, tal lenguaje siempre tiene algún propósito. Mucho más en el caso de los
productos de mentes inteligentes, siempre es obvio que algún propósito inspira todo intento de comunicación humana. De
acuerdo al propósito, los materiales son seleccionados para un trabajo; de acuerdo al propósito los materiales son organizados
para producir un determinado efecto; de acuerdo al propósito, el lenguaje es adoptado para expresar un cierto pensamiento.
En todos los casos, el propósito de un autor es la clave determinante en toda la composición. De todo esto deriva el axioma:
El propósito de un autor determina el carácter de su producción. Tomas de la Fuente asevera: "El lector debe reconocer
siempre que cada escritor tuvo en mente algún propósito especial cuando escribió".4

(8) Axioma VIII: Modificaciones en el escrito. Las personas que intentan copiar algún escrito, saben que especial
cuidado se debe poner para evitar errores accidentales en tal copia. Los eruditos que trabajan en la crítica textual* examinando
manuscritos antiguos han observado que raramente se encuentran dos manuscritos que sean absolutamente semejantes. A
medida que mayor cantidad de manuscritos son examinados, cada vez las diferencias son mayores. Estas diferencias
consisten en omisiones, inserciones, transposición y substituciones, hechas generalmente por accidente, pero a veces para
corregir un supuesto error o para realizar una explicación.5

Por otra parte, debido a la labor de traducción, muchas voces originales pierden su sentido al pasar a otro idioma, por
ejemplo, la palabra Metanoeo traducida "arrepentirse", literalmente significa cambiar de pensamiento u opinión. comúnmente la
idea de tristeza o remordimiento se asocia con el arrepentimiento, pero este no es el sentido del vocablo original.

Además, si cualquier escrito en una lengua viva debe ser guardado por muchos años, algunas de sus palabras irán
sufriendo algunos cambios de significado, de tal modo que la siguiente generación tendrá problemas para entender su
significado.

De todo lo anterior se desprende el axioma, cualquier escrito esta sujeto a modificaciones en la copia, traducción y en el
gradual cambio de las lenguas vivas.

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* Crítica textual: Disciplina que procura mediante recursos críticos y científicos establecer cual es el texto original.
También determina el proceso por el cual un texto ha sido transmitido.
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(9) Axioma IX: Un solo significado. Cuando interpretamos los escritos de autores sobre temas que son de común
interés, nosotros esperamos un solo significado de lo que ellos dicen, no más ni menos. Sin embargo, algunos intérpretes de la
Biblia han intentado encontrar en las palabras un doble sentido o aún un triple y hasta un cuádruple sentido. Cuando ocurre
esto surge la pregunta, ¿quién es el que decide cual es el significado que debe ser aceptado como válido? ¿con qué regla se
mide cuál es el significado que debe ser aceptado en estos casos? Clinton Lockhart cita las palabras del Dr. Owen quien
afirma categóricamente, "Si la Escritura tiene más de un significado, entonces ella no tiene ningún significado". 6 M.S. Terry
agrega:

Un principio fundamental de la exposición histórico-gramatical es que las palabras o sentencias no pueden tener más
que un solo significado en una misma conexión. En el instante en que descuidamos este principio nos lanzamos a un
torbellino de inseguridad y de conjeturas.7

Por todo lo anterior se puede plantear claramente el siguiente axioma: Para una expresión, un sólo pensamiento es
comunicado, y sólo uno.

(10) Axioma X: Función de una palabra. En la preparación de léxicos, el lexicógrafo determina el significado de las
palabras principalmente al examinar su aparición en la literatura y notando la asociación de cada palabra. Si alguna palabra
es usada en algunos pasajes con un sentido diferente del cual ha sido usada en otros textos, la palabra entonces tiene dos o
más significados; por tanto, su significado en cualquier lugar va a depender de las palabras que la rodean en cada caso. Por
ejemplo la palabra fe, ordinariamente significa confianza, pero tiene también otras acepciones. Leemos de Pablo "Ahora
anuncio la fe que en otro tiempo destruía". (Gál. 1:23). Del conjunto de esta frase vemos claramente que la fe, aquí significa
creencia, o sea la doctrina del evangelio. También observamos otra acepción del vocablo "fe" al leer a Pablo diciendo que
Dios "juzgará al mundo con justicia por aquel varón al cual determinó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos".
(Hechos 17:31). Juzgando por el conjunto de este versículo, la fe, aquí, no significa confianza ni creencia, sino prueba o
demostración.

A la luz de lo precedente se desprende el axioma que señala: La función de una palabra depende de su asociación con
otras palabras.

(11) Axioma XI: Contradicciones. Se debe tener en cuenta que muchas de las llamadas contradicciones no las son en
realidad, y que es muy importante decidir primero si hay suficiente razón para considerar cualquier problema momentáneo
como una dificultad sin solución. En muchos casos la dificultad desaparece cuando el estudio cuidadoso aclara exactamente lo
que dice el texto. Algunas dificultades son resueltas con el uso de mejores traducciones del texto original. Otras veces, al
conocer las costumbres del pueblo y del tiempo y lugar donde aquella parte de la Biblia fue escrita, hará desaparecer el
problema.

Algunos ejemplos de supuestas contradicciones son:

(a) La historia de los endemoniados (Mt. 8:28-34; Mr. 5:1-20; Lc. 8:26-39); Mateo menciona a dos endemoniados,
pero Marcos y Lucas hablan sólo de uno. Es probable que Marcos y Lucas escribieran de aquel que se destacó en el evento
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sin mencionar al otro.

(b) En el Salmo 105:18 dice que los pies de José fueron afligidos "con grillos" aunque la historia original no dice tal
cosa en las traducciones comunes. Pero la palabra "presos" en Gen. 39:20 significa literalmente "los atados", o "los que están
en grillos". José fue puesto con los presos, y es natural entender que él también fue puesto en grillos tal como dice en Salmo
105.

De todo lo expuesto se manifiesta claramente el siguiente axioma: Toda aparente contradicción no debe ser aceptada
como tal, sin primero haber agotado todas las instancias de estudio sobre tal hecho.

(12) Axioma XII: Universalidad de las leyes de interpretación. Anteriormente ya hemos concluido en que el lenguaje esta
diseñado para expresar pensamientos, y que el lenguaje es un confiable medio de comunicación. Por consiguiente,
entendemos que todo lenguaje usado por seres inteligentes que transmiten ideas debe estar sujeto a conocidos métodos o
reglas de interpretación. De otro modo, el lenguaje sería un enigma, a menos que una clave especial de significado fuera dada
con el. Aún en tales casos, la clave probablemente correspondería a nuestras gramáticas y diccionarios, y sería usada sobre
los mismos principios.

Por ningún motivo se puede aceptar que por el hecho de que un orador es brillante, su lenguaje debe ser interpretado
con leyes diferentes a las que se usan con otras. Por todo esto nosotros podemos observar el: Axioma fundamental: Toda
comunicación de pensamiento, humano y divino, dada en el lenguaje de los hombres, está sujeta a las reglas ordinarias de
interpretación.
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CITAS Y REFERENCIAS
.
1
David Berlo. El proceso de la comunicación. (Buenos Aires; Editorial El Ateneo, 1982), p. 34.

2
Gordon Fee y Douglas Stuart. La lectura eficaz de la Biblia. (Miami; Editorial Vida, 1985), p.21.

.
3
M.S. Terry. Hermenéutica. (Terrasa; Editorial Clie, 1985), p. 41.

.
4
Tomas de la Fuente. Claves de interpretación bíblica. (El Paso; Casa Bautista de Publicaciones, 1985),
p. 61.

.
5
Gordon D. Fee. Exégesis del Nuevo Testamento. (Miami; Editorial Vida, 1992), pp. 46-47.

.
6
Clinton Lockhart. Principles of interpretation. (Kansas city; Central Seminary press, 1915), p. 24.

.
7
Terry, Op. Cit., p.41.

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