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Lo primero que vemos es que esta tabla establece un equivalente entre

cada uno de los números del cero al nueve y una o varias consonantes.
No hay vocales en la tabla. Esta tabla en sí también puede ser
memorizada sin dificultad estableciendo varias asociaciones (de nuevo,
la memoria asociativa) que nos permitirán recordarla inclusive de por
vida.

Empecemos por el número 0, que puede ser codificado con las letras C,
CH y Z. Una asociación obvia aquí es que la palabra usada para denotar
el número 0 comienza justo con la consonante C, o sea Cero, de modo
tal que la memorización aquí debe ser sumamente fácil. Pero también
puede ser denotado con la letra CH, de modo tal que la palabra
CHihuahua denotaría al número Cero. Podemos también hacer una
parodia chusca del cero rebautizándolo como Chero (un ranCHero que
como ranCHero es un CHero, un 0.)

Otra manera de establecer una asociación es mediante la siguiente


imagen mental dinámica en la cual el número 0 se transforma primero
en la letra C, la cual se transforma a su vez en la letra CH:

El número 0 también puede ser denotado con la letra Z, pero no


tenemos por qué batallar aquí si consideramos que en el idioma Inglés
al número cero se le escribe como Zero, usando la Z.

Ahora veamos el número 1.

Para recordar su asociación con la letra L, observemos que el número 1


se parece mucho a la letra L minúscula, o sea l. En efecto, en cualquier
computadora, si escribimos el número 1 y la letra l, tomado fuera de
algún contexto podemos batallar para poder encontrar la diferencia
entre el uno y el otro. Otra manera de establecer una asociación es
mediante la siguiente imagen mental dinámica en la cual el número 1 se
transforma en la letra l:

Para recordar la asociación del número 1 con la letra D, podemos


hacerlo dándonos cuenta de que si agregamos un circulito al número 1 a
su izquierda, se obtiene la letra D minúscula, o sea d. Podemos hacer la
asociación dinámica de la siguiente manera:

Por otra parte, para establecer la asociación del número 1 con la letra T,
lo podemos hacer observando que una letra T minúscula invertida
(volteada de cabeza y volteada de lado), o sea t, es un número 1. La
metamorfosis dinámica de la letra T minúscula al número 1 volteándola
de cabeza y volteándola de lado es la siguiente:

Aún otra asociación más que podemos establecer aquí entre la letra y el
número es que la letra T tiene una línea vertical (=.uno).

Así pues, al número 1 se le pueden asignar cualquiera de tres letras


distintas: L, D y T.

Ahora veamos el número 2.

Con un poco de imaginación, si acostamos al número 2 obtendremos la


letra N. Esto lo podemos recordar mejor de la siguiente manera
imaginando que la letra N va caminando de izquierda a derecha como

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