Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DECRETOS EN LA COLONIA
Este periodo se caracteriza, en lo social, por diversas pugnas suscitadas
en un comienzo por las frecuentes disputas entre los gobernantes
designados por la Corona y los encomenderos que, pese a las medidas
dictadas en sentido contrario, se resistían a renunciar a los privilegios
que gozaban. La turbulencia de los conflictos vividos por Europa se
reflejaría en el continente mientras el despotismo ilustrado se gestaba
con lentitud, para darle paso a la revolución burguesa de 1789, bajo
cuyas banderas triunfarían los movimientos de liberación gestados a lo
largo de tres centurias, durante las cuales la injusticia social y la
expoliación fueron las notas comunes.
Propio de esta fase, en materia penal, es el imperio de la legislación
hispana no solo por medio de instituciones como el Fuero Juzgo, el
Fuero Real, las Leyes de Estilo, El ordenamiento de Alcalá, las Leyes de
Toro, los Fueros Municipales, las Siete Partidas, la Nueva Recopilación y
la Novísima Recopilación –algunas expedidas con anterioridad-, sino
también de leyes dadas por la Corona para estos territorios, que fueron
reunidas bajo la denominación de Recopilación de los Reinos de las
Indias (iniciada en 1586 y culminada en 1680).
Estas fueron, en general, las leyes españolas que rigieron durante tres
siglos en estas latitudes; hay que reconocer que algunas de ellas eran
buenas, pero la mayoría fueron malas, atrasadas, crueles y exageradas
por el fanatismo y la incomprensión.
Para aplicar las penas se tenía en cuenta: la persona del reo, la persona
ofendida, el tiempo, el lugar, el modo, la gravedad del delito y demás
circunstancias.
Estaban exceptuados de tormento: los menores de catorce años, los
caballeros, los maestros o doctores en leyes, los consejeros del Rey, los
nobles y la mujer preñada
LA CONQUISTA
En cuanto a lo penal, esta etapa supone la continuidad de la legislación
española hasta que se produce la sanción del Código Penal de 1837, la
primera codificación expedida en el ámbito penal sustantivo, con el que
se inicia el trasplante de instituciones mediante una normatividad que se
perpetuo en la práctica durante un siglo. Diversos momentos pueden
distinguirse a lo largo de este lapso.
Siete partidas
Clasifica las penas en siete clases: cuatro mayores y tres menores. Las
primeras eran la muerte o perdimiento de miembro; trabajo perpetuo en
los metales o labores del Rey; destierro perpetuo a isla u otro lugar
cierto, con pérdida de todos los bienes; y prisión perpetua
Las tres menores eran: destierro a isla, pero sin confiscación; infamia y
privación o suspensión de oficio; azotes, heridas y deshonra publica,
poniendo al reo en picota o al sol, desnudo y untado con miel, para que
fuera picado por las moscas. Esta legislación castigaba can la pena de
muerte la predicción de lo que está por venir hecha por adivinos,
sorteros o hechiceros.
1. Los indios son libres y deben ser tratados como tales, según ordenan
los Reyes.
2. Los indios han de ser instruidos en la fe, como mandan las bulas
pontificias.
3. Los indios tienen obligación de trabajar, sin que ello estorbe a su
educación en la fe, y de modo que sea de provecho para ellos y para la
república.
4. El trabajo que deben realizar los indios debe ser conforme a su
constitución, de modo que lo puedan soportar, y ha de ir acompañado
de sus horas de distracción y de descanso.
5. Los indios han de tener casas y haciendas propias, y deben tener
tiempo para dedicarlas a su cultivo y mantenimiento.
6. Los indios han de tener contacto y comunicación con los cristianos.
7. Los indios han de recibir un salario justo por su trabajo.