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INSTITUTO UNIVERSITARIO ECLESIÁSTICO

SEMINARIO SANTO TOMÁS DE AQUINO


PALMIRA, ESTADO TÁCHIRA

VIII SEMESTRE DE TEOLOGÍA


CÁTEDRA: HISTORIA DE LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA
DOCENTE: LIC. PBRO. JESÚS DUQUE
ALUMNO: HOBRAYAN ZAMBRANO
C.I.: 26068375

La Educación en América Latina en el periodo Colonial

Con la llegada de los primeros grupos colonizadores como españoles


como portugueses junto a algunos evangelizadores y misioneros, con la cual
se crea en América Latina una nueva cultura resultando la unión de elementos
autóctonos como de los elementos que formaban parte de la cultura
colonizante. Posteriormente otro elemento se unió a la cultura americana, la
idiosincrasia del mundo africano. Poco a poco surgió con el paso de los años
la cultura que hoy se conoce como latinoamericana como resultado del
mestizaje de varias culturas, la autóctona, la española, la portuguesa, la
africana, con sus propias características.

Hubo diversos acontecimientos seculares y plurales que estuvieron


enraizados en las culturas de América Latina; el tiempo siguió su curso y los
hombres poco a poco también. Una señal de ese devenir histórico fue la
implantación de un sistema educativo. Se tendrá un breve bosquejo de que a
partir del año 1500 hasta a mediados de 1820, que se conoce como el período
de la colonia, es presentado como un sistema educativo, tal vez no
precisamente tal cual es hoy día, sino que siendo fiel a la época es importante
revisar.

La Iglesia y la educación hasta el siglo XVI tuvo un recorrido histórico


presentando algunos elementos representativos de su proceso, durante varios
siglos la Iglesia mantuvo una hegemonía educativa que posteriormente tuvo
sus ruptura a medida que otras confesiones religiosas surgían en pleno siglo
XVI. Pero esa educación hasta este siglo tenía ciertas características; todo se
centraba en dos campos fundamentales, la básica y las siete artes liberales
contenidas en el Trívium (Lógica, Gramática y Retórica) y el Quadrivium
(Aritmética, Geometría, Astronomía y Música). Estas fueron conocidas como
artes de la palabra y artes de los números.

La educación básica consistía en aprender a leer, escribir y contar,


además de memorizar verdades de la religión y la moral, junto a las destrezas
necesarias para sobrevivir. Con el paso de los tiempos apareció el término
“ciencia”, aplicado a la filosofía, la teología, el derecho y la medicina. La
filosofía tenía una orientación platónica, la teología tenía su centro y base en
la Escritura y la patrística, el derecho estaba asentando sus primeros pasos en
el derecho civil y la medicina consistía en el estudio de los conocimientos
naturales sobre la salud procedentes de diferentes pueblos.

Todos estos campos estaban cimentados en instituciones que


respaldaban su enseñanza, además del maestro solitario que reunía a sus
discípulos para la enseñanza, también estaban las escuelas catedralicias,
monástica y palatina, teniendo en común que utilizaban el método
memorístico para el aprendizaje. Además de ello también existió la academia,
que era respaldada por el rey con el fin de que el profesor y sus alumnos
adquirieran los conocimientos necesarios tanto para el ordinario de la vida
como para que sus destrezas puedan ser ejecutadas en la protección del rey.
Haciendo una lectura de este hecho histórico, este tipo de educación no era
común a toda la sociedad, era exclusivamente para un grupo económico y
feudal quienes tenían cobertura a este tipo de educación cultural e intelectual;
incluso quienes aspiraban a cargos eclesiásticos debían ser de un estatus
económico garante de su educación.

El punto de división entre este tipo de educación y la educación


especializada, la universitaria se encuentra en el siglo XI con el papa Gregorio
VII, quien puso las bases para una diferenciación entre teología y filosofía,
derecho civil y eclesiástico, dando origen a una nueva visión cosmovisiva del
mundo intelectual conocido. El resultado de este hecho fueron las
universidades en el que los gremios de profesores y estudiantes se reunían en
un estudio general en diferentes ciudades de Europa, como por ejemplo: París,
Bolonia, Oxford, entre otras.

Estas universidades tenían cinco características esenciales:


corporatividad, universalidad, cientificidad, autonomía, e interdisciplinariedad
para buscar la verdad. Gracias a que el origen de las universidades era entre
profesores y alumnado, se crearon las tres primeras facultades: Derecho, para
la organización social; Medicina, para el servicio sanitario; teología, sobre las
verdades trascendentes, sin embargo para poder ser admitido a estas facultadas
se suponía en el alumno el trívium y el quadrivium. La vida académica tenía
un método escolástico que se centraba en: repeticiones, debates, exámenes y
actos públicos, además de esto también en la vida cotidiana de los estudiantes
y los profesores existía un horario riguroso. Luego de este ordinario de vida
los alumnos podían acceder a algunos grados académicos: bachiller,
licenciado y maestro-doctor. Años más tarde fueron agregándose más cátedras
a las universidades existentes, como por ejemplo la biología, la zoología y
otras más como la geografía. Posteriormente llegando al siglo XV y XVI se
forman las universidades de tipo confesionales lo cual mostro una clara
división religiosa que ya estaba consumada.

Ahora cabe pensar lo que sucede con América que para el momento ya
había sido descubierta y se planteaba una educación por lo menos mínima para
el nuevo mundo. Existen varias etapas en esta educación por ejemplo: del
1500 a 1556, de 1556 a 1700, de 1700 a 1820. En la primera de estas tres
etapas los protagonistas de la educación en América fueron los misioneros y
los niños; los misioneros hicieron gestiones para la creación de universidades
como la de Lima y la de México y la fugaz experiencia del colegio indígena
de la Santa Cruz de Santiago de Tlatelolco. La experiencia de 1556 a 1700 fue
de construir seminarios, colegios y universidades para el fortalecimiento del
sistema educativo de las instituciones de la época, en el que tanto religiosos
como laicos eran quienes dirigían tales instituciones, sin embargo, en ese
período, era la Iglesia en su plenitud quienes marcaban las pautas para las
enseñanzas académicas, esto es un hecho, en el cual la Iglesia tuvo
monopolizada la educación, pero gracias a ello hubo garantía intelectual.
En el transcurso de los años cercanos a 1700 fueron pocas las
fundaciones de instituciones universitarias de importancia y envergadura, de
hecho algunas instituciones desaparecieron porque hubo un espíritu de
conservación intelectual que provoco poca evolución y muchos decidieron
reservarse en una enseñanza conventual. Posteriormente en esta esta época
también el hombre descubre la posibilidad de ser libre, de difundir su criterio
y de ampliar la cultura como respuesta a la anterior sumisión del acto
intelectual que se había estancado.

En América Latina hubo conciencia de que sus aborígenes debían, por


lo menos algunos, poder llegar a unos conocimientos mínimos, es por ello que
existió una enseñanza elemental que fue otorgada a los hijos de los caciques, a
las mujeres y por supuesto a los hijos de los peninsulares primeramente en
escuelas separadas, luego en escuelas integradas. Toda esta enseñanza tenía
que ver con el aspecto religioso, puesto que los acuerdos y el patronato dado
por la Iglesia a la corona española así lo mantenían; todos aprendían el
catecismo, aprendían a escribir los más adelantados y aprendían música y
canto quienes serían acólitos. En esta época la mujer fue tomada en cuenta
para la educación pero en un sentido más doméstico, su formación consistía en
los futuros deberes de esposas y madres pero también con el fin de sustraerla
de los abusos de la época.

Toda la educación de América Latina estuvo marcada totalmente por


influencia española, no se debe divorciar el aspecto colonial con el ámbito de
la educación, y en medio de ella se encuentra la educación superior; esta
educación fue llevada a cabo por la Iglesia en su calidad de mater et magistra,
y unido a esto se vio la necesidad de élites administrativas y rectoras, como
resultado de ello hubo institutos o centros superiores no universitarios que
tenían como sede las órdenes religiosas como por ejemplo los seminarios
conciliares. A parte de esto también sirvió para quienes no eran religiosos sino
externos en el que estudiaban tres años de filosofía (artes) y cuatro años de
teología. La universidad es como la concreción del nivel cultural conquistado,
es en la universidad donde un pueblo crece en sus estudios y en su intelecto.

Ciertamente todo no fue color de rosas en esta época, puesto que el


Regalismo fue incrementando su posición en la sociedad latinoamericana con
el cual se pretendía la expulsión de los jesuitas de los centros de enseñanza del
momento. El inicio de esto fue la inclusión de los seglares a que asumieran
algunas cátedras, esto sirvió para que posteriormente los jesuitas y en ellos la
Iglesia poco a poco fuera expulsada de la educación americana.

En medio del contexto universitario-eclesiástico, hubo varias cosas que


contribuyeron a una posterior decadencia de las universidades de los siglos
XVII y XVIII como por ejemplo el aspecto económico, puesto que las
universidades no eran del todo financiadas por Europa, además que los
alumnos eran o estudiantes eclesiásticos o estudiantes de no tendencia
eclesiástica. En tal contexto los profesores no recibían un salario adecuado y
los estudiantes que no eran de tendencia eclesiástica pertenecían a las élites
coloniales, sin embargo, la mayoría de las universidades en Hispanoamérica
tenían un marcado carácter clerical y elitista.

Algo cierto es que el régimen de estudio era similar al de las


universidades europeas y conforme a ello se incentivó a ampliar las
bibliotecas, se realizó introducciones a las cátedras de ciencias experimentales
y de historia, entre otras. Durante este período histórico Santo Tomás de
Aquino era el doctor de todas las escuelas además de cristianizador de
Aristóteles, Francisco Suarez fue intelectualmente venerado por los jesuitas,
los agustinos mantenían una idea del mundo platónico, desde el punto de vista
de San Agustín y por último los franciscanos llevaban el estandarte intelectual
de Dunas Escoto.
Es importante precisar que la Iglesia tiene que ver en la educación del
período colonial es gracias a la Iglesia que esa actividad humana como lo es el
intelecto, pudo ser compartida y enseñada a gran cantidad de
hispanoamericanos que vivieron en el tiempo de la colonia. Esta es una misión
que la Iglesia hace con prontitud y celo por el bien de las almas, que a pesar de
las vicisitudes y de algunas sombras fueron impartidas las enseñanzas a
aborígenes, mestizos y descendientes de españoles. Ciertamente el tema
tratado anteriormente fue visto desde la perspectiva de habla española, sin
embargo, gran parte de América fue colonizada por los españoles, esto fue
motivo por el cual la corona española junto con la Iglesia hicieron un
precedente que posteriormente fue institucionalizado, la enseñanza a los que
no saben, con ello se ejercitó una obra de misericordia: “enseñar al que no
sabe.

Es un hecho que en la historia se dan muchas cosas, precisamente en la


historia latinoamericana está presente un panorama educativo que incluso hoy
vive, en las bases de la educación actual. Los datos ofrecidos por el autor de la
obra realmente dan un panorama amplio de lo que fue la educación en
América luego de su descubrimiento, pero también la influencia de la Iglesia
en pro de la educación y del aprendizaje de la fe de todos los hombres; esto
constituyo gran parte de la sana ambición eclesiástica con respecto al nuevo
mundo conocido.

Si nos quedamos con solo un dato y de allí realizamos un juicio,


estamos cometiendo un error. Para poder realizar un verdadero y justo análisis
a la historia hay que ver no solo los sujetos protagonistas sino que también se
debe ampliar el panorama de modo que se pueda ver con detenimiento, tanto
al sujeto como al objeto, su tiempo, su contexto. La educación actual hace que
el la persona sea preparada con ciertos conocimientos necesarios y básicos
para la vida cotidiana venidera. Por supuesto la influencia de las universidades
ha sido toda una evolución al desarrollo del estudio científico a lo largo de la
historia de la humanidad, desde sus inicios, incluso antes de Cristo. Por lo
tanto, conviene mencionar que Dios ha puesto su mano en la historia de
manera enigmática para que a pesar de los errores, todos le conozcan.

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