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REPÚBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO


TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE CUNDINAMARCA
SECCIÓN TERCERA – SUBSECCIÓN B

Magistrado ponente: HENRY ALDEMAR BARRETO MOGOLLÓN

Bogotá D. C., treinta (30) de enero de dos mil veinte (2020)

Radicado: 11001 – 33 – 36 – 032 – 2015 – 00274 – 01


Demandante: ARTURO MARTÍNEZ VEGA Y OTROS
Demandado: NACIÓN – RAMA JUDICIAL Y FISCALÍA GENERAL
DE LA NACIÓN
Medio de control: Reparación Directa
Trámite: Oralidad – Ley 1437 del 2011

Agotado el trámite procesal sin que se observe causal de nulidad que invalide lo
actuado, procede la Sala a resolver el recurso de apelación presentado por la
parte demandante contra la sentencia proferida el 18 de junio de 2018 por el
Juzgado Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bogotá D.C. –
Sección Tercera, mediante la cual negó las pretensiones de la demanda.

I. ANTECEDENTES

1. De la demanda

En libelo presentado el 16 de abril de 2015 (fls. 99-141 C1), por conducto de


apoderado y en ejercicio del medio de control de reparación directa previsto en el
artículo 140 de la Ley 1437 de 2011 –Código de Procedimiento Administrativo y de
lo Contencioso Administrativo, CPACA–, formularon demanda Arturo Martínez
Vega, Claudia Leonor Ochoa Amaya, Arturo Martínez Ochoa, Olga Martínez Vega,
Víctor Alfonso Martínez Vega, Geovanny Martínez Vega, Alexander Martínez Vega,
Héctor Martínez Vega, María Elcy Martínez Vega y María de Jesús Vega de
Martínez, contra la Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación, a
efecto de que se declare su responsabilidad e indemnicen los perjuicios sufridos
con motivo de la privación injusta de la libertad del primero de los nombrados.
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

2. De las pretensiones

Las pretensiones de la demanda se concretaron en la siguiente forma:

Primera. Sírvase declarar que las entidades demandadas, LA


NACIÓN – FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – Y LA NACIÓN
– RAMA JUDICIAL – CONSEJO SUPERIOR DE LA
JUDICATURA, son solidaria, administrativa y patrimonialmente
responsables por la totalidad de los daños y perjuicios causados a
los demandantes, en atención al daño antijurídico producido al
señor ARTURO MARTÍNEZ VEGA, mayor de edad, […] con
ocasión de la injusta privación de su derecho fundamental a la
libertad de que fue objeto desde el día quince (15) de mayo al ocho
(8) de noviembre de 2013, por la captura ordenada dentro de la
audiencia de juicio oral en donde fue emitido el sentido del fallo
condenatorio dentro del proceso penal número 11001-6000-055-
2009-01073, adelantado en su contra en el Juzgado 44 Penal del
Circulo de Bogotá, D.C., medida ratificada en la sentencia del
veinticinco (25) de junio de dos mil trece (2013), en donde fue
condenado el señor MARTÍNEZ VEGA a una principal de ciento
veinte (120) meses de prisión (10 años) e inhabilidad para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por el término de la pena
principal, sentencia a su vez revocada por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá – Sala Penal, en fallo del día trece (13)
de noviembre de dos mil trece (2013), como resultado de la
aplicación el principio in dubio pro reo.

Segundo. REPARACIÓN PECUNIARIA – Como consecuencia de


la declaratoria de responsabilidad extracontractual, se condene a
las entidades demandadas a pagar a título de indemnización de
perjuicios por concepto de DAÑO MATERIAL, en su modalidad de
DAÑO EMERGENTE, de conformidad con lo normado en el
artículo 1614 del Código Civil, a favor del señor ARTURO
MARTÍNEZ VEGA, la suma de ocho millones de pesos
($8.000.000,oo), suma que deberá ser indexada al momento de su
pago, por concepto de los honorarios profesionales cancelados al
abogado, […] quien actuó como apoderado especial dentro del
proceso penal […].

Tercera. REPARACIÓN PECUNIARIA – Como consecuencia de la


declaratoria de responsabilidad extracontractual, se condena a las
entidades demandadas a pagar a título de indemnización de
perjuicios por concepto de DAÑO MATERIAL, en su modalidad de
LUCRO CESANTE, de conformidad con lo normado en el artículo
1614 del Código Civil, a favor del señor ARTURO MARTÍNEZ
VEGA, teniendo en cuenta la certificación laboral expedida por la
empresa Vigilancia y Seguridad Electrónica CAXAR LTDA, […] en
donde se prueba que los ingresos mensuales obtenidos por él a la
época de la privación injusta, eran equivalentes a novecientos
ochenta mil pesos ($980.000), en consecuencia, se solicita el pago
de los salarios dejados de percibir por el tiempo que estuvo privado

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de la libertad, esto es, durante ciento setenta y cuatro (174) días,


suma que se liquida en cinco millones seiscientos ochenta y tres
mil ochocientos ochenta y cuatro pesos ($5.683.884,oo), suma que
deberá ser indexada al momento de su pago.

Cuarta. REPARACIÓN PECUNIARIA – Como consecuencia de la


declaratoria de responsabilidad extracontractual, se condene a las
entidades demandadas a pagar a título de indemnización por
concepto de DAÑO MATERIAL, en su modalidad de LUCRO
CESANTE, de conformidad con lo normado en el artículo 1614 del
Código Civil, a favor del señor ARTURO MARTÍNEZ VEGA,
teniendo en cuenta la certificación laboral expedida por la empresa
de Vigilancia y Seguridad Electrónica CAXAR LTDA, […], en donde
se prueba que los ingresos mensuales obtenidos por él a la época
de la privación injusta, eran equivalentes a novecientos ochenta mil
pesos ($980.000,oo), en consecuencia, se solicita el pago de un
millón doscientos once mil seiscientos treinta y nueve pesos
($1.211.639,oo), suma que deberá ser indexada al momento de su
pago, por concepto de las prestaciones laborales liquidadas sobre
los salarios dejados de devengar por el tiempo que estuvo privado
de la libertad, esto es, ciento setenta y cuatro (174) días liquidados
así:

 La suma de ciento veinticinco mil doscientos veintidós pesos


($125.222,oo), por concepto de prima de servicios del periodo
comprendido entre el quince (15) de mayo al treinta (30) de
junio de dos mil trece (2013).
 La suma de trescientos cuarenta y ocho mil cuatrocientos
cuarenta y cuatro pesos ($348.444,oo), por concepto de la
prima de servicios del periodo comprendido entre el primero
(1°) de julio al ocho (8) de noviembre de dos mil trece (2013).
 La suma de cuatrocientos setenta y tres mil seiscientos sesenta
y siete pesos ($473.667,oo), por concepto de las cesantías del
periodo comprendido entre el quince (15) de mayo al ocho (8)
de noviembre de dos mil trece (2013).
 La suma de veintisiete mil cuatrocientos setenta y tres pesos
($27.473,oo), por concepto de los intereses sobre las
cesantías del periodo comprendido entre el quince (15) de
mayo al ocho (8) de noviembre de dos mil trece (2013).
 La suma de doscientos treinta y seis mil ochocientos treinta y
tres pesos ($236.833,oo) por concepto de las vacaciones del
periodo comprendido entre el quince (15) de mayo al ocho (8)
de noviembre de dos mil trece (2013).

Quinta. REPARACIÓN PECUNIARIA – Como consecuencia de la


declaratoria de responsabilidad extracontractual, se condene a las
entidades demandadas a pagar a título de indemnización por
concepto de DAÑO MATERIAL, en su modalidad de LUCRO
CESANTE, de conformidad con lo normado en el artículo 1614 del
Código Civil, a favor del señor ARTURO MARTÍNEZ VEGA,
teniendo en cuenta que estuvo privado injustamente de su derecho

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fundamental a la libertad, y el tiempo que tardó en conseguir un


nuevo trabajo, de conformidad con lo parámetros fijados por el
Consejo de Estado […].

Y como quiera que el demandante, señor ARTURO MARTÍNEZ


VEGA, ingresó a trabajar nuevamente el día trece (13) de febrero
de dos mil catorce (2014), esto es, tres (3) meses y cinco (5) días,
lo que es igual a noventa y cinco (95) días después de recuperar su
libertad, y teniendo en cuenta que para la determinación del salario
base de liquidación, la suma se encuentra acreditada en
novecientos ochenta mil pesos ($980.000,oo), adicionalmente, será
necesario realizar un incremento del 25% por concepto del
correspondiente factor prestacional de doscientos cuarenta y cinco
mil pesos ($245.000), de lo cual resulta un ingreso base de
liquidación igual a un millón doscientos veinticinco mil pesos
($1.225.000,oo), por lo anterior, se solicita el pago de tres millones
ochocientos setenta y nueve mil ciento treinta y cinco pesos
($3.879.135,oo), suma que deberá ser indexada al momento de su
pago.

Sexta. REPARACIÓN PECUNIARIA – Como consecuencia de la


declaratoria de responsabilidad extracontractual, se condene a las
entidades demandadas a pagar a título de indemnización por
concepto de PERJUICIOS INMATERIALES en su modalidad de
PERJUICIOS MORALES, a favor de todos los demandantes, las
sumas que se indicarán en el presente numeral, teniendo en
cuenta los parámetros establecidos por el Consejo de Estado […].

[…]

Por otra parte, se tiene que la indemnización por concepto de


PERJUICIOS INMATERIALES en su modalidad de PERJUICIOS
MORALES, debe tasarse conforme a los parámetros establecidos
por el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo
[…].

Por lo anterior y teniendo en cuenta que el señor ARTURO


MARTÍNEZ VEGA estuvo privado injustamente de su derecho
fundamental a la libertad durante cinco (5) meses y veinticuatro
días, y aplicando la jurisprudencia precitada, la privación fue
superior a 3 meses pero no mayor a 6 meses, el valor por concepto
de este perjuicio correspondería a 50 SMLMV, por tanto y
observando la naturaleza, la intensidad, extensión y gravedad de la
afectación o lesión al derecho o interés legítimo respectivo, se
condene al pago de los perjuicios morales en las siguientes
cuantías:

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 La suma de cincuenta salarios mínimos legales mensuales


vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con lo fundamentos fácticos, a favor del señor
ARTURO MARTÍNEZ VEGA, en su condición de víctima
directa.
 La suma de cincuenta salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con lo fundamentos fácticos, a favor de la señora
CLAUDIA LEONOR OCHOA AMAYA, en su condición de
compañera sentimental permanente de la víctima directa.
 La suma de cincuenta salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con lo fundamentos fácticos, a favor de la menor
JESSICA MARCELA MARTÍNEZ OCHOA, en su condición de
hija de la víctima directa.
 La suma de cincuenta salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con lo fundamentos fácticos, a favor del menor
CAMILO ANDRÉS MARTÍNEZ OCHOA, en su condición de
hijo de la víctima directa.
 La suma de cincuenta salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con lo fundamentos fácticos, a favor de la señora
MARÍA DE JESÚS VEGA DE MARTÍNEZ, en su condición de
madre de la víctima directa.
 La suma de veinticinco salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con los fundamentos fácticos, a favor de la señora
OLGA MARTÍNEZ VEGA, en su condición de hermana de la
víctima directa.
 La suma de veinticinco salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con los fundamentos fácticos, a favor del señor
VÍCTOR ALFONSO MARTÍNEZ VEGA, en su condición de
hermano de la víctima directa.
 La suma de veinticinco salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con los fundamentos fácticos, a favor del señor
ALEXANDER MARTÍNEZ VEGA, en su condición de hermano
de la víctima directa.
 La suma de veinticinco salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con los fundamentos fácticos, a favor del señor
GEOVANNY MARTÍNEZ VEGA, en su condición de hermano
de la víctima directa.
 La suma de veinticinco salarios mínimos legales mensuales
vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con los fundamentos fácticos, a favor del señor
HÉCTOR MARTÍNEZ VEGA, en su condición de hermano de la
víctima directa.

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 La suma de veinticinco salarios mínimos legales mensuales


vigentes, o la suma máxima reconocida por la jurisprudencia de
conformidad con los fundamentos fácticos, a favor de la señora
MARÍA ELCY MARTÍNEZ VEGA, en su condición de hermana
de la víctima directa.

Séptima. REPARACIÓN PECUNIARIA – Como consecuencia de


la declaratoria de responsabilidad extracontractual, se condene a
las entidades demandadas a pagar a título de indemnización por
concepto de PERJUICIOS INMATERIALES en su modalidad de
ALTERACIÓN GRAVE A LAS CONDICIONES DE EXISTENCIA
por la grave afectación al derecho fundamental a la libertad,
violación al derecho al buen nombre, a la honra y a la dignidad
humana, presunción de inocencia, unidad e intimidad familiar, así:

A favor de los demandantes, en su calidad de víctima directa,


compañera permanente, hijo, madre y hermanos, la suma de cien
salarios mínimos legales mensuales vigentes, o la suma máxima
reconocida por la jurisprudencia de conformidad con los
fundamentos fácticos.

Octava. REPARACIÓN NO PECUNIARIA – medidas de


reparación integral

Con la finalidad de resarcir integralmente el daño antijurídico


causado al señor ARTURO MARTÍNEZ VEGA, ordénese a las
entidades demandadas, adoptar las medidas de reparación integral
orientadas a restablecer y/o remediar el Status Quo en el que se
encontraba la víctima de la privación injusta antes del quince (15)
de mayo de dos mil trece (2013), como consecuencia de la
declaratoria de responsabilidad extracontractual ordénese lo
siguiente:

 Que las entidades demandadas ofrezcan de forma expresa y


escrita, excusas públicas al señor ARTURO MARTÍNEZ VEGA
por los daños y perjuicios causados con ocasión de la privación
injusta de la libertad a la que se vio sometido desde el día 15
de mayo hasta el 8 de noviembre de 2013.
 Que las entidades demandadas suministren la orientación
sicológica pertinente al grupo familiar demandante, para
superar las secuelas sicológicas causadas por la privación
injusta de la libertad a la que se vio sometido.

Novena. Como consecuencia de la declaratoria de responsabilidad


extracontractual, condénese a las entidades demandadas, a pagar
las anteriores cantidades liquidadas debidamente indexadas.

Décima. Como consecuencia de la declaratoria de responsabilidad


extracontractual, condénese a las entidades demandadas, a pagar

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los respectivos intereses moratorios en los términos del inciso


segundo del artículo 192 de la Ley 1437 de 2011.

Décima primera. Como consecuencia de la declaratoria de


responsabilidad extracontractual, ordénese a las entidades
demandadas, dar cumplimiento a la sentencia en los términos de
los artículos 192 y 195 de la Ley 1437 de 2011.

Décima segunda. Como consecuencia de la declaratoria de


responsabilidad extracontractual, condénese a las entidades
demandadas, a pagar las costas procesales en los términos del
artículo 188 de la Ley 1437 de 2011.

Décimo tercera. Conforme a los poderes conferidos, sírvase


reconocer personería jurídica al suscrito en calidad de apoderado
judicial de los demandantes.

3. De los hechos

El fundamento fáctico de la demanda es el que se sintetiza a continuación:

El 15 de mayo de 2013 Arturo Martínez Vega fue privado de su libertad por orden
de captura emitida en el trámite de la audiencia de juicio oral por el Juzgado 44
Penal del Circuito de Bogotá D.C. dentro del proceso penal con radicado No.
11001-6000-055-2009-01073 adelantado en su contra por el delito de acto sexual
con menor de catorce años.

Mediante sentencia de 25 de junio de 2013 el Juzgado penal impuso al


demandante la pena principal privativa de la libertad de 120 meses en instituto
carcelario e inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el
término de la pena.

Tal pronunciamiento fue revocado mediante sentencia proferida el 7 de noviembre


de 2013 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C. – Sala Penal,
en aplicación del principio in dubio pro reo.

El demandante fue privado de su libertad por un período de 5 meses y 24 días,


comprendidos entre el 15 de mayo y 8 de noviembre de 2013.

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4. De los argumentos de la parte demandante

En sustento a la súplica de una sentencia favorable, la parte actora invocó los


siguientes argumentos:

Alude que la Fiscalía General de la Nación, a través de su Delegada, incurrió en


una grave omisión al vincular al demandante al proceso penal, a partir de la
existencia de pruebas testimoniales débiles y erróneas, lo que se traduce en una
grave falta de investigación sobre los hechos que presuntamente configuraban
delito.

Sostiene que el ente acusador, así como el funcionario judicial que dirigió el
proceso penal, incurrieron en un error flagrante al dejar de valorar la retractación
de la presunta víctima y la carencia de caudal probatorio necesario para acreditar
los hechos objeto de denuncia.

5. De la contestación de la demanda

5.1. De la Rama Judicial

Señala que las actuaciones atribuibles a la Nación – Rama Judicial dentro del
proceso penal se suscribieron dentro de los parámetros de legalidad y las normas
aplicables toda vez que teniendo en cuenta la naturaleza del delito objeto de
investigación, el Juez de Control de Garantías no dio aplicación a los subrogados
penales.

Sostiene que los jueces son autónomos para elegir las normas jurídicas
pertinentes al caso en concreto y establecer la forma de interpretarlas e integrarlas

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al ordenamiento jurídico, luego obró conforme a los parámetros legales al aplicar


la normatividad vigente en materia de delitos sexuales en menor de 14 años.

Propone como causal eximente de responsabilidad el hecho de un tercero, toda


vez que fueron las declaraciones consignadas en la audiencia de juicio oral por
parte de Claudia Leonor Ochoa Amaya, progenitora de la menor, las que
condujeron a la imposición de la medida de aseguramiento de detención
preventiva.

Alega la ausencia de causa para demandar al afirmar que todas las actuaciones
adelantadas estuvieron ajustadas al marco legal y las providencias objeto de
censura fueron proferidas respetando las normas sustanciales y procedimentales.
Por el contrario, afirma que fueron las actuaciones del ente acusador, al incumplir
el deber probatorio, las que causaron el daño antijurídico al demandante.

5.2. De la Fiscalía General de la Nación

Sostiene que la privación de la libertad de la cual fue objeto el demandante tuvo


fundamento en las pruebas recaudadas y en la gravedad de la conducta
investigada, decisión que solamente puede ser atribuible a quien la adoptó, es
decir, al Juez 44 Penal del Circuito Judicial de Bogotá, quien presidió el juicio oral
celebrado el 15 de mayo de 2013.

Afirma que no es responsable patrimonialmente por los presuntos perjuicios


causados al demandante por cuanto no está demostrado que la entidad haya
actuado con negligencia o se hayan presentado irregularidades en la tramitación
del proceso penal, máxime teniendo en cuenta que en el sub judice se demandan
los perjuicios causados expresamente por la detención, decisión que fue adoptada
exclusivamente por el Juez de Control de Garantías.

6. De la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado

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Guardó silencio.

II. DE LA SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El 18 de junio de 2018, el Juzgado Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito


Judicial de Bogotá D.C. – Sección Tercera profirió sentencia y resolvió negar las
pretensiones de la demanda. En fundamento realizó las siguientes
consideraciones:

Indica que teniendo en cuenta las circunstancias fácticas descritas, el daño


causado al demandante se encuentra plenamente probado y deviene antijurídico
toda vez que le fue coartado su derecho fundamental a la libertad.

En relación a la imputación, sostiene que no se pretende debatir o discutir las


decisiones adoptadas al interior del proceso penal, sino analizar el dolo civil y la
culpara grave, para así determinar si hay lugar a excluir la responsabilidad del
Estado.

Concluye que en el caso bajo examen se configura un hecho de la víctima, por la


actuación dolosa del demandante, toda vez que independientemente de la
indebida incorporación de las pruebas al juicio oral, las mismas denotaron que la
menor había sido víctima de actos sexuales abusivos.

Resalta que teniendo en cuenta el privilegio que debe ser otorgado a las
declaraciones de los menores de edad tratándose de delitos sexuales, es dable
concluir que el investigado quebrantó los deberes morales y de protección
respecto de su menor hija, razón por la cual sostiene que el demandante se
expuso deliberadamente a la privación de la libertad.

Finalmente, reitera que la aplicación del principio in dubio pro reo a favor del actor
devino como consecuencia de la presunta inadecuada incorporación de las
pruebas al juicio oral, más no porque las mismas no evidenciaran los actos
sexuales abusivos, luego, el dolo civil se encuentra plenamente probado lo cual

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exima al Estado de la obligación de reparar los daños ocasionados como


consecuencia de la privación de su libertad.

La parte resolutiva de la providencia es del siguiente tenor:

PRIMERO: Negar las pretensiones de la demanda, atendiendo los


considerandos vertidos en la presente sentencia.

SEGUNDO: No condenar en costas, conforme se anotó en


precedencia.

TERCERO: Por Secretaría del Juzgado, procédase a la notificación de


la sentencia en la forma dispuesta en el artículo 203 de la Ley 1437 de
2011 y/o artículo 295 del CGP, según corresponda.

CUARTO: Ejecutoriada la presente providencia, liquídense por


Secretaría los gastos ordinarios del proceso, y en caso de remanentes
devuélvanse al interesado, dejando las constancias a que haya lugar.

III. DEL RECURSO DE APELACIÓN

La parte demandante señala que no comparte la sentencia de primera instancia,


pues afirma que al analizar la culpa grave o el dolo en materia administrativa, la
competencia del juez administrativo no puede invadir el ámbito penal para así
emitir juicios de valor sobre lo analizado por los jueces penales.

Afirma que si dentro del proceso penal no se demostró la responsabilidad del


demandante frente a los hechos investigados, no es posible en materia
administrativa sostener que la menor en efecto fue víctima de actos sexuales
abusivos, o que su padre los hubiera cometido.

Por tal razón, sostiene que carece de sustento probatorio señalar que el actor se
expuso deliberadamente a la privación injusta de la libertad, no habiendo lugar a la
configuración de la causal eximente de responsabilidad alegada por el juzgado.

IV. DEL TRÁMITE PROCESAL EN SEGUNDA INSTANCIA

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El 18 de junio de 2018, el Juzgado Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito


Judicial de Bogotá D.C. – Sección Tercera, profirió sentencia y resolvió negar las
pretensiones de la demanda (fls. 287-311 C1), la cual fue notificada por correo
electrónico el 19 de junio de la misma anualidad (fls. 312-317 C1); el 3 de julio de
2018, la parte demandante presentó y sustentó recurso de apelación (fls. 318-326
C2) y se concedió en el efecto suspensivo el 8 de octubre de 2018 (fl. 328 C1); el
27 de febrero de 2019, se admitió la alzada (fls. 332-333 C1); el 13 de marzo de
2019 se corrió traslado de alegatos (fl. 340 C1) y finalmente se encuentra el
expediente a conocimiento de la sala para proferir el fallo que en derecho
corresponde.

V. DE LOS ALEGATOS EN SEGUNDA INSTANCIA

V.1. De la parte demandante

Expone idénticos argumentos a los sustentados en el recurso de apelación


presentado contra la sentencia de primera instancia.

V.2. De la Nación – Fiscalía General de la Nación

Solicita que la sentencia de primera instancia sea confirmada, pues existe falta de
legitimación en la causa por pasiva, toda vez que la entidad no incurrió en error
alguno si se tiene en cuenta que la privación de la libertad fue ordenada por el juez
de conocimiento.

Afirma que en materia de privación injusta de la libertad se encuentra proscrito el


régimen de responsabilidad objetiva, y por el contrario, en virtud del principio iura
novit curia, será el juez quien deberá determinar en cada caso concreto el título de
imputación que mejor se adecue al asunto examinado.

Concluye que no puede sostenerse que la detención haya sido injusta o


injustificada, toda vez que existía una denuncia penal en contra del demandante
por un delito de gran connotación que involucraba como víctima a un menor de

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edad, el cual a la luz del ordenamiento constitucional y legal es sujeto de especial


protección.

V.3. De la Rama Judicial

Guardó silencio.
V.4. Del concepto del Ministerio Público

Guardó silencio.

V.5. De la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado

Guardó silencio.

VI. CONSIDERACIONES

1. De los presupuestos procesales

1.1. Jurisdicción, competencia y procedencia del medio de control

De acuerdo con el artículo 104 del CPACA 1, la Jurisdicción de lo Contencioso


Administrativo se encuentra instituida para conocer de las controversias y litigios
originados en actos, contratos, hechos, omisiones y operaciones, sujetos al
derecho administrativo, en los que estén involucradas las entidades públicas o los
particulares cuando ejerzan función administrativa, y en consecuencia, de los
procesos relativos a la responsabilidad extracontractual de cualquier entidad
pública.
1
Ley 1437 de 2011-Por la cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo-
Artículo 104. De la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo. La Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo está instituida para conocer, además de lo dispuesto en la Constitución Política y en leyes
especiales, de las controversias y litigios originados en actos, contratos, hechos, omisiones y operaciones,
sujetos al derecho administrativo, en los que estén involucradas las entidades públicas, o los particulares
cuando ejerzan función administrativa.
Igualmente conocerá de los siguientes procesos:
Los relativos a la responsabilidad extracontractual de cualquier entidad pública, cualquiera que sea el
régimen aplicable.
[…]

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Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
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Sentencia de segunda instancia

Así entonces, esta Jurisdicción es competente para conocer del proceso de la


referencia en el cual se demanda de la Nación – Rama Judicial y a la Nación -
Fiscalía General de la Nación, la indemnización de los perjuicios sufridos por los
accionantes en razón a la presunta privación injusta de la libertad de que fue
víctima Arturo Martínez Vega con motivo del proceso penal No. 11001-6000-055-
2009-01073, seguido por el punible de acto sexual con menor de 14 años.

Este Tribunal en los términos del artículo 153 del CPACA 2 tiene competencia
funcional para resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte
demandante contra la sentencia proferida el 18 de junio de 2018 por el Juzgado
Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bogotá D.C. – Sección
tercera, mediante la cual negó las pretensiones de la demanda.

En cuanto al alcance de la competencia del Tribunal, la sala precisa al tenor del


artículo 328 de la Ley 1564 de 2012 – Código General del Proceso, CGP 3-, que se
supeditará a los exclusivos cargos de informidad invocados en su recurso por la
parte demandante.

De otro lado, el medio de control de reparación directa incoado es el procedente


para avocar el conocimiento de los litigios de responsabilidad extracontractual
contra el Estado, como el presente por privación injusta de la libertad 4.
2
Ley 1437 de 2011 - Por la cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo-
Artículo 153. Competencia de los tribunales administrativos en segunda instancia. Los tribunales
administrativos conocerán en segunda instancia de las apelaciones de las sentencias dictadas en primera
instancia por los jueces administrativos y de las apelaciones de autos susceptibles de este medio de
impugnación, así como de los recursos de queja cuando no se conceda el de apelación o se conceda en un
efecto distinto del que corresponda.
3
Ley 1564 de 2012. Código General del Proceso.
Artículo 328. Competencia del superior. El juez de segunda instancia deberá pronunciarse solamente sobre
los argumentos expuestos por el apelante, sin perjuicio de las decisiones que deba adoptar de oficio, en los
casos previstos por la ley.
Sin embargo, cuando ambas partes hayan apelado toda la sentencia o la que no apeló hubiere adherido al
recurso, el superior resolverá sin limitaciones.
En la apelación de autos, el superior sólo tendrá competencia para tramitar y decidir el recurso, condenar en
costas y ordenar copias.
El juez no podrá hacer más desfavorable la situación del apelante único, salvo que en razón de la
modificación fuera indispensable reformar puntos íntimamente relacionados con ella.
En el trámite de la apelación no se podrán promover incidentes, salvo el de recusación. Las nulidades
procesales deberán alegarse durante la audiencia.
4
Ley 1437 de 2011. Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.
Artículo 140. Reparación directa. En los términos del artículo 90 de la Constitución Política, la persona
interesada podrá demandar directamente la reparación del daño antijurídico producido por la acción u
omisión de los agentes del Estado.
De conformidad con el inciso anterior, el Estado responderá, entre otras, cuando la causa del daño sea un
hecho, una omisión, una operación administrativa o la ocupación temporal o permanente de inmueble por

14
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

1.2. De la caducidad de la acción

La acción única contencioso administrativa con súplica de reparación directa debe


instaurarse al tenor del literal i), numeral 2º del artículo 164 del CPACA, dentro del
término de 2 años contados a partir del día siguiente a la ocurrencia de la acción o
la omisión causante del daño o de cuando el demandante tuvo o debió tener
conocimiento del mismo, si fuere posterior y siempre que se pruebe la
imposibilidad de haberlo conocido en dicha oportunidad 5.

En tratándose de procesos por privación injusta de la libertad, el Consejo de


Estado tiene establecido que el término de caducidad de 2 años en el medio de
control de reparación directa inicia a partir del día siguiente a la ejecutoria de la
providencia de declaración de preclusión o absolutoria o desde el momento en que
quede en libertad el procesado, lo último que ocurra 6.

Del material de prueba en el expediente se acredita que en contra de Arturo


Martínez Vega se tramitó el investigación penal No. 11001-6000-055-2009-01073
por el delito de acto sexual con menor de 14 años, dentro del cual:

(i) El 15 de mayo de 2013, el Juzgado 44 Penal del Circuito de Conocimiento


emitió sentido del fallo de carácter condenatorio y ordenó la captura Arturo
Martínez Vega (fl. 5 C2); (ii) En la misma fecha fue emitida boleta de

causa de trabajos públicos o por cualquiera otra causa imputable a una entidad pública o a un particular
que haya obrado siguiendo una expresa instrucción de la misma.
Las entidades públicas deberán promover la misma pretensión cuando resulten perjudicadas por la
actuación de un particular o de otra entidad pública.
En todos los casos en los que en la causación del daño estén involucrados particulares y entidades
públicas, en la sentencia se determinará la proporción por la cual debe responder cada una de ellas,
teniendo en cuenta la influencia causal del hecho o la omisión en la ocurrencia del daño.
5
Ley 1437 de 2011 - Por la cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo-
Artículo 164. Oportunidad para presentar la demanda. La demanda deberá ser presentada:
[…]
2. En los siguientes términos, so pena de que opere la caducidad:
[…]
i) Cuando se pretenda la reparación directa, la demanda deberá presentarse dentro del término de dos (2) años,
contados a partir del día siguiente al de la ocurrencia de la acción u omisión causante del daño, o de cuando el
demandante tuvo o debió tener conocimiento del mismo si fue en fecha posterior y siempre que pruebe la imposibilidad
de haberlo conocido en la fecha de su ocurrencia.
Sin embargo, el término para formular la pretensión de reparación directa derivada del delito de desaparición forzada, se
contará a partir de la fecha en que aparezca la víctima o en su defecto desde la ejecutoria del fallo definitivo adoptado en
el proceso penal, sin perjuicio de que la demanda con tal pretensión pueda intentarse desde el momento en que
ocurrieron los hechos que dieron lugar a la desaparición;
[…]
6
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 27 de noviembre de 2017. Rad. No. 50001-23-31-000-2001-10351-
01(45784). Consejero ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 23
de noviembre de 2017. Radicado No. 25000-23-26-000-2009-00236-02(54716). Consejera ponente: Marta Nubia Velásquez
Rico.

15
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

encarcelamiento No. 0001-2013 en el establecimiento carcelario “La Picota” (fl. 93


C2); (iii) el 7 de noviembre de 2013 la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá revocó la sentencia de primera instancia absolviendo al
demandante del delito de acto sexual abusivo con menor de 14 años (fls. 19-32
C2) y emitió boleta de libertad No. T10-001 a su favor (fl. 35 C2).

Como se observa, la determinación del inicio del cómputo de caducidad viene


dada por la fecha en que fue ordenada la libertad del demandante absuelto, esto
es, el 7 de noviembre de 2013, de manera que la oportunidad para accionar se
extendió del 8 de noviembre de 2013 al 9 de noviembre de 2015 y la demanda fue
presentada el 16 de abril de 2015.

En cumplimiento del requisito de procedibilidad de la conciliación extrajudicial, la


parte demandante presentó solicitud ante la Procuraduría General de la Nación el
30 de septiembre de 2014 (fl. 96 C1), faltando 1 año, 1 mes y 9 días para que
operara la caducidad, con ello suspendiendo el término de la misma; la audiencia
fue celebrada el 11 de diciembre de 2014, sin acuerdo entre las partes y el término
se reanudó el día siguiente, esto es, el 12 de diciembre de 2014, habiendo vencido
el 21 de enero de 2016, luego la demanda fue presentada en término.

1.3. De la legitimación en la causa

El artículo 140 del CPACA señala que el medio de control de reparación directa
puede instaurarse por toda persona interesada en la reparación de un daño
antijurídico y en el asunto, se advierte legitimación en la causa por activa de Arturo
Martínez Vega en su condición de víctima directa de privación de la libertad, tal
como lo acreditan las piezas del proceso penal adelantado en su contra por el
delito de acto sexual con menor de 14 años No. 11001-6000-055-2009-01073.

De otro lado, por los vínculos de parentesco que demuestran los registros civiles
de nacimiento y la declaración extra proceso de unión marital de hecho, gozan de
legitimación por activa Claudia Leonor Ochoa Amaya, Jessica Marcela Martínez
Ochoa, Camilo Andrés Martínez Ochoa, Arturo Martínez Ochoa, Olga Martínez
Vega, Víctor Alfonso Martínez Vega, Geovanny Martínez Vega, Alexander

16
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

Martínez Vega, Héctor Martínez Vega, María Elcy Martínez Vega y María de Jesús
Vega de Martínez (fls. 59-84 C1).

Por su parte, la legitimación por pasiva recae en la Nación – Rama Judicial y en la


Nación - Fiscalía General de la Nación, en contra de quienes se dirigió la demanda
y han ejercido los derechos de defensa y contradicción.

2. Problema jurídico

Para resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante contra


la sentencia proferida el 18 de junio de 2018 por el Juzgado Treinta y Dos
Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bogotá D.C. – Sección Tercera, la sala
debe resolver el siguiente interrogante: ¿se configuran los elementos de
responsabilidad del Estado por la presunta privación injusta de la libertad de Arturo
Martínez Vega dentro del proceso penal por el delito de acto sexual con menor de
14 años con radicado No. 11001-6000-055-2009-01073?

3. Tesis de la sala

La Sala revocará la sentencia proferida el 18 de junio de 2018 por el Juzgado


Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bogotá D.C. – Sección
Tercera, y en su lugar accederá parcialmente a las pretensiones alegadas
respecto de la Nación – Rama Judicial y declarará la excepción de falta de
legitimación en la causa por pasiva en relación la Nación – Fiscalía General de la
Nación.

4. Análisis del caso en concreto

Para fundamentar la tesis que resuelve el problema jurídico, la sala desarrollará el


siguiente plan metodológico: 1. De los medios de prueba; 2. Del valor de los

17
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Sentencia de segunda instancia

medios de prueba; 3. Elementos de responsabilidad en el Estado; 4. De los


hechos probados; 5. Del caso en concreto; 6. De las costas; y 7. Conclusión.

4.1. De los medios de prueba

Obran en el expediente los medios de prueba que se relacionan a continuación:

 Registros civiles de nacimiento y documentos de identidad de Arturo Martínez


Vega, Claudia Leonor Ochoa Amaya, Camilo Andrés Ochoa Martínez, Jessica
Marcela Martínez Ochoa, Arturo Martínez Ochoa, María de Jesús Vega
Martínez, Olga Martínez Vega, Víctor Alfonso Martínez Vega, Geovanny
Martínez Vega, Alexander Martínez Vega, Héctor Martínez Vega y María Elcy
Martínez Vega (fls. 63-84 C1).

 Copia simple del carné estudiantil de Arturo Martínez Ochoa correspondiente a


la carrera de matemáticas de la Universidad Nacional de Colombia (fls. 70 C1).

 Declaración extra proceso de unión marital de hecho entre Arturo Martínez Vega
y Claudia Leonor Ochoa Amaya (fl. 59 C1).

 Copias simples parciales de las actuaciones efectuadas dentro de la


investigación penal No. 11001-6000-055-2009-01073 adelantada contra Arturo
Martínez Vega por el delito de acto sexual en menor de catorce años (fls. 1-235
C2).

 Sentencia condenatoria proferida el 25 de junio de 2013 por el Juzgado


Cuarenta y Cuatro Penal del Circuito de Bogotá contra Arturo Martínez Vega por
el delito de acto sexual con menor de catorce años (fls. 5-28 C1).

 Sentencia absolutoria de segunda instancia proferida el 7 de noviembre de


2013 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C. – Sala Penal
(fls. 31-49 C1).

 Orden de libertad emitida por el INPEC el 8 de noviembre de 2013 a favor de


Arturo Martínez Vega (fl. 52 C1).

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 Certificación laboral suscrita por el Gerente General de la empresa Vigilancia y


Seguridad Electrónica CAXAR LTDA (fl. 57-58 C1).

 Certificación de pago de honorarios profesionales suscrita por el abogado Jaime


Enrique Peña Moreno por concepto de honorarios (fl. 60 C1).

 Copia simple de la Circular Externa No. 05 de 4 de julio de 2014 emitida por la


Agencia Nacional para la Defensa Jurídica del Estado (fls. 85-94 C1).

 Constancia de trámite de Conciliación Extrajudicial adelantado ante la


Procuraduría 134 Judicial II para Asuntos Administrativos emitida el 11 de
diciembre de 2014 (fls. 95-98 C1).

4.2. Del valor probatorio de los medios de prueba

Teniendo en cuenta que al plenario fue allegada prueba documental en copia


simple, se precisa con base en artículo 246 del CGP que goza del mismo valor del
original y por consiguiente, será tenida como plena prueba 7.

De otro lado, en sujeción a lo previsto en el artículo 176 del CGP, los medios
probatorios obrantes serán apreciados en su conjunto y de acuerdo con las reglas
de la sana crítica8.

4.3. Del fundamento de responsabilidad

4.3.1. Elementos de responsabilidad del Estado

7
Ley 1564 de 2012 – Código General del Proceso-.
Artículo 246. Valor probatorio de las copias. Las copias tendrán el mismo valor probatorio del original, salvo
cuando por disposición legal sea necesaria la presentación del original o de una determinada copia.
Sin perjuicio de la presunción de autenticidad, la parte contra quien se aduzca copia de un documento
podrá solicitar su cotejo con el original, o a falta de este con una copia expedida con anterioridad a aquella.
El cotejo se efectuará mediante exhibición dentro de la audiencia correspondiente.
8
Ley 1564 de 2012 – Código General del Proceso-.
Artículo 176. Apreciación de las pruebas. Las pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con
las reglas de la sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la
existencia o validez de ciertos actos.
El juez expondrá siempre razonadamente el mérito que le asigne a cada prueba.

19
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El artículo 90 constitucional consagra la cláusula general de responsabilidad del


Estado por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción
o la omisión de sus agentes; en consecuencia, se estructurará cuando concurran
los elementos de daño antijurídico e imputación 9.

Teniendo en cuenta que el objeto de la responsabilidad es la reparación del daño,


su configuración se constituye en el primer elemento a verificar y esté 10, de
conformidad con los hermanos Mazeaud, existe y es indemnizable en el evento
que se cause una lesión a un interés legítimo, jurídicamente protegido que tiene el
carácter de cierto –ausencia de duda sobre su realidad actual o futura–, personal –
interés en el demandante por ser quien lo sufrió– y que no haya sido reparado
aun11.
En cuanto refiere al concepto de daño antijurídico, el Consejo de Estado con base
en la doctrina española lo ha entendido como la lesión que no es soportable, bien
porque es contraria al ordenamiento jurídico o por devenir irrazonable en
consideración a los derechos e intereses reconocidos en la Constitución 12.

El segundo elemento relativo a la imputación consiste en la atribución fáctica y


jurídica del daño antijurídico al Estado, conforme a los regímenes establecidos vía

9
Constitución Política.
Artículo 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables,
causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas.
En el evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de tales daños, que haya sido
consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente suyo, aquél deberá repetir contra
éste.
10
Tratado Teórico y Práctico de la Responsabilidad Civil Delictual y Contractual. Tomo Primero. Volumen I.
Quinta Edición. Henry y León Mazeaud y Jean Mazeaud.Ediciones Jurídicas Europa – América. Buenos Aires.
Pág. 293.
Entre los elementos constitutivos de la responsabilidad civil, el perjuicio es aquel cuya existencia suscita
menos discusiones. La jurisprudencia se muestra unánime en declarar que no puede haber responsabilidad
sin un daño; y la inmensa mayoría de la doctrina se contenta con registrar la regla. En efecto, este requisito
aparece como integrando la esencia de la responsabilidad civil. Puesto que se trata de reparar, hace falta
desde luego que exista algo que reparar.
11
Tratado Teórico y Práctico de la Responsabilidad Civil Delictual y Contractual. Tomo Primero. Volumen I.
Quinta Edición. Henry y León Mazeaud y Jean Mazeaud. Ediciones Jurídicas Europa – América. Buenos
Aires. Pág. 300.
¿En qué casos existe, pues el perjuicio? Cuando es cierto. Cuando no ha sido reparado ya. Cuando es
personal del demandante. Cuando atenta contra un derecho adquirido.
Lecciones de Derecho Civil. Segunda Parte. Volumen II. L Responsabilidad Civil. Los cuasicontratos. Henry y
León Mazeaud y Jean Mazeaud. Ediciones Jurídicas Europa-América. Buenos Aires. 1969. Pág. 55.
Se entiende por ello el perjuicio que constituye un atentado contra los derechos pecuniarios de una
persona. Para dar lugar a reparación, el perjuicio debe ser cierto; no haber sido indemnizado ya; debe
infligir un ataque a un interés legítimo jurídicamente protegido; debe ser directo; en principio, debe ser
previsible cuando la responsabilidad sea contractual.
12
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 29 de febrero de 2016. Consejero ponente: Jaime
Orlando Santofimio Gamboa. Rad. No. 73001-23-31-000-1997-15557-01(36305).

20
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Sentencia de segunda instancia

jurisprudencial, esto es, el subjetivo de falla del servicio –con culpa– y el objetivo
de daño especial y riesgo excepcional –sin culpa–, veamos:

La imputación no es otra cosa que la atribución fáctica y jurídica que del daño
antijurídico se hace al Estado, de acuerdo con los criterios que se elaboren para
ello, como por ejemplo la falla del servicio, el desequilibrio de las cargas públicas,
la concreción de un riesgo excepcional, o cualquiera otro que permita hacer la
atribución en el caso concreto.

Finalmente, debe considerarse que la responsabilidad extracontractual no puede


ser concebida simplemente como una herramienta destinada a la reparación, sino
que debe contribuir con un efecto preventivo que permita la mejora o la
optimización en la prestación, realización o ejecución de la actividad administrativa
globalmente considerada13.

En el régimen subjetivo es necesario realizar un estudio de la conducta del agente


del Estado, puesto que la materialización de la falla implica una omisión, retardo o
irregularidad en el cumplimiento del contenido obligacional y por su parte, en el
objetivo la responsabilidad se estructura aún ante la conducta conforme a derecho
de sus agentes, ello dado que para el caso del daño especial lo relevante es que
la lesión sea producto de la imposición de un carga pública superior respecto de
los demás ciudadanos y en el objetivo por riesgo excepcional que el daño sea el
resultado de la materialización del riesgo al que fue expuesta la persona.

En el régimen objetivo de responsabilidad son causas extrañas exonerativas de


responsabilidad la fuerza mayor y el hecho exclusivo y determinante de la víctima
o de un tercero, y en el subjetivo, lo será además el caso fortuito.

La Sección Tercera en pleno del Consejo de Estado unificó su postura para indicar
que en materia del derecho de daños, la Constitución no privilegió ningún régimen
de imputación de responsabilidad, sino que dejó su definición al juez, quien debe

13
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 18 de mayo de 2017. Consejero ponente: Jaime
Orlando Santofimio Gamboa. Rad. No. 73001-23-31-000-2005-00776-01(37098).

21
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construir una motivación que consulte las condiciones fácticas y jurídicas del
caso14.

Lo anterior, en plena consonancia con el principio iura novit curia, de acuerdo al


cual, le corresponde al juez determinar el régimen de responsabilidad aplicable
con base en los hechos probados.

4.3.2. Del régimen de responsabilidad por privación injusta de la libertad

Para la fecha en que se inició y adelantó el proceso penal en contra de Arturo


Martínez Vega se encontraba vigente la Ley 270 de 1996 –Estatutaria de la
Administración de Justicia–, la cual en desarrollo del artículo 90 de la Constitución
Nacional, estableció en su precepto 65 que el Estado responderá
patrimonialmente de los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por
la acción o la omisión de sus agentes judiciales, a saber: en los eventos de
privación injusta de la libertad, error jurisdiccional y defectuoso funcionamiento de
la administración de justicia15.

Particularmente, sobre la responsabilidad por privación injusta de la libertad, el


legislador regló la materia en el artículo 68 ibídem así: “Artículo 68. Quien haya
sido privado de injustamente de la libertad podrá demandar al Estado reparación
de perjuicios.”

En el control previo de constitucionalidad del proyecto de ley estatutaria, la Corte


Constitucional avaló la concordancia del artículo en comento con la Constitución
Política, de acuerdo con las siguientes consideraciones:

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Este artículo, en principio, no merece objeción alguna, pues su


fundamento constitucional se encuentra en los artículos 6º, 28, 29 y 90
14
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sala Plena. Sentencia de 19 de abril de 2012. Consejero ponente:
Hernán Andrade Rincón. Rad. No. 19001-23-31-000-1999-00815-01(21515).
15
ARTÍCULO 65. DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. El Estado responderá patrimonialmente por
los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de sus agentes judiciales.
En los términos del inciso anterior el Estado responderá por el defectuoso funcionamiento de la administración
de justicia, por el error jurisdiccional y por la privación injusta de la libertad.

22
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de la Carta. Con todo, conviene aclarar que el término “injustamente”


se refiere a una actuación abiertamente desproporcionada y violatoria
de los procedimientos legales, de forma tal que se torne evidente que
la privación de la libertad no ha sido ni apropiada, ni razonada ni
conforme a derecho, sino abiertamente arbitraria. Si ello no fuese así,
entonces se estaría permitiendo que en todos los casos en que una
persona fuese privada de su libertad y considerase en forma subjetiva,
aún de mala fe, que su detención es injusta, procedería en forma
automática la reparación de los perjuicios, con grave lesión para el
patrimonio del Estado, que es el común de todos los asociados. Por el
contrario, la aplicabilidad de la norma que se examina y la consecuente
declaración de la responsabilidad estatal a propósito de la
administración de justicia, debe contemplarse dentro de los parámetros
fijados y teniendo siempre en consideración el análisis razonable y
proporcionado de las circunstancias en que se ha producido la
detención.16

Ahora bien, el régimen de imputación de responsabilidad por privación injusta de


la libertad ha sido objeto de diferentes posiciones jurisprudenciales, así:

En un primer momento se aplicó el régimen subjetivo por “falla del servicio


judicial”, tesis restrictiva conforme a la cual, el Estado era responsable en aquellos
casos en que se causara un daño con ocasión de una decisión judicial que de
manera ilegítima hubiese determinado la privación de la libertad de una persona 17,
es decir, debía demostrarse la ocurrencia del error judicial.

En una segunda fase, se modificó el régimen por el objetivo, aplicable solo en


aquellos eventos en que se configuraran los supuestos del artículo 414 del
Decreto Ley 2700 del 30 de noviembre de 1991, a saber: el hecho no existió, el
sindicado no lo cometió y la conducta no constituía hecho punible 18.

Posteriormente, en un tercer momento se afirmó que en los casos establecidos en


el artículo 414 ibídem y en la absolución por in dubio pro reo se mantenía el

16
Corte Constitucional, Sentencia C–037 de 1996. Magistrado Ponente Dr. Vladimiro Naranjo Mesa.
17
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de 12 de diciembre
de 2005. Consejero Ponente Dr. Alier Eduardo Hernández Enríquez. Rad. No. 73001-23-31-000-1995-02809-
01(13558).
18
Ver, entre otras, Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de
04 de diciembre de 2006. Consejero Ponente Dr. Mauricio Fajardo Gómez. Rad. No. 25000-23-26-000-1994-
09817-01(13168); Sentencia de 02 de mayo de 2007. Consejero Ponente Dr. Mauricio Fajardo Gómez. Rad.
No. 20001-23-31-000-1997-03423-01(15463); Sentencia del 30 de marzo de 2011, Consejero Ponente Dr.
Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Rad. No. 66001-23-31-000-2004-00774-01(33238).

23
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Sentencia de segunda instancia

régimen objetivo, pero en los eventos que se absolviera a la persona por una
situación distinta, se debía demostrar la falla del servicio 19.

En consecuencia, el régimen objetivo de responsabilidad era aplicable en los


eventos de fallo absolutorio o su equivalente, porque: (i) el hecho no existió, (ii) el
sindicado no lo cometió, (iii) la conducta no constituía hecho punible y (iv) por la
aplicación del principio de in dubio pro reo, salvo la acreditación de una falla del
servicio, y en los demás casos, le correspondería siempre al afectado probar los
elementos del régimen subjetivo por falla20.

La cuarta etapa en la evolución jurisprudencial viene determinada por las


sentencias de unificación SU-072 de 5 de julio de 2018, proferida por la Corte
Constitucional, y la SU de 15 de agosto del mismo año de la Sala Plena de la
Sección Tercera del Consejo de Estado en el expediente con radicado interno No.
46947.

En la SU-072 de 2018, la Corte Constitucional señaló lo siguiente:

(i) El artículo 90 constitucional, su desarrollo en el artículo 68 de la Ley 270 de


1996, ni su estudio por la Corte en la C-037 de 1996 establecieron un régimen de
imputación de responsabilidad concreto en los eventos de privación injusta de la
libertad.

(ii) La correcta interpretación del artículo 68 de la Ley 270 de 1996 impone en


todos los casos y sin consideración al régimen de responsabilidad que se elija,
analizar si la decisión del funcionario judicial penal se enmarca dentro de los
presupuestos de razonabilidad, proporcionalidad y legalidad.

19
Ver Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de 09 de junio
de 2010. Consejero Ponente Dr. Enrique Gil Botero. Rad. No. 76001-23-31-000-1998-00197-01(19312),
confirmado en fallo de la misma fecha y ponente, Rad. No. 52001-23-31-000-1997-08775-01(19283). Ver
también: Consejo de Estado. Sección Tercera. Sala Plena. Sentencia de 17 de octubre de 2013. Consejero
ponente: Mauricio Fajardo Gómez. Rad. No. 52001-23-31-000-1996-07459-01(23354).
20
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 26 de septiembre de 2016. Consejero ponente:
Guillermo Sánchez Luque. Rad. No. 05001-23-31-000-2009-00409-01(49582). Ver también: Consejo de
Estado. Sección Tercera. Sentencia de 6 de diciembre de 2017. Consejero ponente: Carlos Alberto Zambrano
Barrera. Rad. No. 73001-23-31-000-2009-00070-01(40613). Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia
de 30 de noviembre de 2017. Consejero ponente: Danilo Rojas Betancourth. Rad. No. 63001-23-31-000-2003-
00597-01(41974). Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 27 de noviembre de 2017. Consejero
ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Rad. No. 25000-23-26-000-2009-10407-01(45582).

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Sentencia de segunda instancia

(iii) Lo anterior no impide que se creen reglas en aras de ofrecer homogeneidad


a las decisiones judiciales; sin embargo, ello debe corresponder a un estudio
concienzudo de las fuentes del daño y no a una generalización normativa.

(iv) El juez administrativo puede elegir el título de imputación de


responsabilidad que resulte más idóneo para establecer que el daño devino de
una actuación no idónea, irrazonable y desproporcionada, en efecto, sin obligación
de soportar.

(v) Comparte la aplicación del régimen objetivo cuando el hecho no existió o el


conducta no era objetivamente atípica, pues son circunstancias que deben
establecerse al inicio de la investigación, pero no en la absolución porque el
procesado no cometió la conducta y el in dubio pro reo, debido a que en ellos se
exigen mayores esfuerzos investigativos y probatorios que requieren de una
valoración propia de otras fases procesales.

(vi) Las causales de privación injusta no se agotan en el derogado artículo 414 del
Código de Procedimiento Penal.

(vii) Finalmente, independientemente del régimen de responsabilidad que se


utilice, siempre debe valorarse la conducta de la víctima, como causal eximente.

La Sala Plena de la Sección Tercera del Consejo de Estado en sentencia de 15 de


agosto de 2018, modificó y unificó su jurisprudencia sobre la privación injusta de la
libertad en el sentido que sin importar el motivo de la preclusión o sentencia
absolutoria, debe identificarse la antijuridicidad del daño, lo cual comprende
verificar la eximente del hecho de la víctima por culpa grave o dolo, determinar la
autoridad llamada a reparar el daño, y bajo el principio iura novit curia, encauzar el
caso en el régimen de imputación que considere pertinente. Al efecto, se
transcribe el aparte correspondiente:

En consecuencia, procede la Sala a modificar y a unificar su


jurisprudencia en relación con los casos cuya litis gravita en torno a la
responsabilidad patrimonial del Estado por privación de la libertad, en
el sentido de que, en lo sucesivo, cuando se observe que el juez penal
o el órgano investigador levantó la medida restrictiva de la libertad, sea
cual fuere la causa de ello, incluso cuando se encontró que el hecho no

25
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Sentencia de segunda instancia

existió, que el sindicado no cometió el ilícito o que la conducta


investigada no constituyó un hecho punible, o que la desvinculación del
encartado respecto del proceso penal se produjo por la aplicación del
principio in dubio pro reo, será necesario hacer el respectivo análisis a
la luz del artículo 90 de la Constitución Política, esto es, identificar la
antijuridicidad del daño.

Adicionalmente, deberá el juez verificar, imprescindiblemente, incluso


de oficio, si quien fue privado de la libertad actuó, visto exclusivamente
bajo la óptica del derecho civil, con culpa grave o dolo, y si con ello dio
lugar a la apertura del proceso penal y a la subsecuente imposición de
la medida de aseguramiento de detención preventiva.

Si el juez no halla en el proceso ningún elemento que le indique que


quien demanda incurrió en esa clase de culpa o dolo, debe establecer
cuál es la autoridad u organismo del Estado llamado a reparar el daño.
El funcionario judicial, en preponderancia de un juicio libre y autónomo
y en virtud del principio iura novit curia, puede encausar el análisis del
asunto bajo las premisas del título de imputación que considere
pertinente, de acuerdo con el caso concreto y deberá manifestar de
forma razonada los fundamentos que le sirven de base para ello. 21

De conformidad con las anteriores consideraciones, el Consejo de Estado


concluyó que el estudio de la responsabilidad por privación injusta de la libertad
exige: (i) analizar si la medida restrictiva de la libertad comporta una falla del
servicio; (ii) de no existir, examinar la antijuridicidad del daño, esto es, que la
persona no esté en la obligación de soportarlo, como en el evento de fallo
absolutorio o su equivalente, porque el hecho no existió o la conducta no
constituía un hecho punible; y (iii) en todos los casos, estudiar la culpa exclusiva
de la víctima como causal eximente. Se cita:

1. Lo primero que debe analizarse es si con la medida restrictiva de la


libertad se incurrió en una falla en el servicio, régimen que por
antonomasia es el aplicable para efectos de endilgarle responsabilidad
a los entes estatales.

Este análisis debe incluir en primera medida lo afirmado por la Corte


Constitucional en la sentencia C-037 de 1996, ya citada en
precedencia, esto es, debe estudiarse si la medida de privación de la
libertad correspondió a una actuación abiertamente desproporcionada y
violatoria de los procedimientos legales.

21
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sala Plena. Sentencia de 15 de agosto de 2018. Consejero ponente:
Carlos Alberto Zambrano Barrera. Rad. No. 66001-23-31-000-2010-00235-01(46947). Ver: Consejo de
Estado. Sección Tercera. Sentencia de 14 de marzo de 2019. Consejera ponente: María Adriana Marín. Rad.
No. 76001-23-31-000-2004-01566-01(41261).

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Así mismo, debe estudiarse si la medida fue ilegal, si existieron


irregularidades en el proceso penal, si la medida se sujetó a los
requisitos formales y establecidos en la ley penal, si su imposición está
motivada con claridad y suficiencia y, si se ajusta a los valores y
derechos que consagra la Carta Política, así como a los parámetros
fijados por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y, en
todo caso, se deber tener en consideración la gravedad del delito, la
naturaleza de los bienes jurídicos tutelados, los antecedentes del
sindicado, las circunstancias de haber sido aprehendido en flagrancia,
el desacato a decisiones judiciales previas o a la asunción de una
conducta reprochable con posterioridad a la ejecución del hecho
punible22.

2. Si superado ese primer estudio se observa que aunque no existe


reproche alguno a la actuación de la entidad en los términos señalados,
el análisis de la responsabilidad se observará bajo los parámetros del
artículo 90 de la Constitución para derivar el derecho a la reparación
cuando los daños provienen de una actuación legítima del Estado, pero
que causa daño antijurídico a las personas que no tengan el deber
jurídico de soportarlo, tal y como sería cuando se evidencie que la
persona no estaba llamada a soportar la privación, por haber sido
exonerada por sentencia absolutoria definitiva o su equivalente, porque
el hecho no existió, o la conducta no constituía un hecho punible.

3. Finalmente, en todos los casos sin excepción debe estudiarse la


culpa exclusiva de la víctima como exonerante de responsabilidad, en
otras palabras, cuando se advierta que el sindicado estaba en el deber
jurídico de soportar la detención porque incurrió en una actuación
dolosa o gravemente culposa desde el punto de vista civil 23, hay lugar a
declarar la culpa de la víctima, tal y como quedó consignado en la
sentencia de unificación en cita, así24: […].25

Finalmente, mediante sentencia de tutela proferida por la Sección Tercera de la


Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado el 15 de noviembre
de 201926, el juez constitucional dejó sin efectos la sentencia de 15 de agosto de
2018 previamente citada al considerar que la unificación jurisprudencial allí
consignada era violatoria del debido proceso de los demandantes, toda vez que
desconocía la presunción de inocencia. Para el efecto señaló:

22
Corte Constitucional, sentencia C-634 de 2000, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
23
Sobre la culpa de la víctima, ver Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección B, sentencia del 30 de
noviembre de 2017, Exp. No. 41820, M.P Ramiro Pazos Guerrero.
24
El anterior análisis de conformidad con la sentencia de unificación de jurisprudencia de esta sección del 15
de agosto de 2018, Exp. 46947, M.P Carlos Alberto Zambrano.
25
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 3 de diciembre de 2018. Consejero ponente: Ramiro
Pazos Guerrero. Rad. No. 15001233100020030261101 (44520).
26
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera – Subsección B. Consejero
Ponente: Martín Bermúdez Muñoz. Radicado: 11001031500020190016901. 15 de noviembre de 2019.

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La valoración de la conducta preprocesal es competencia exclusiva del


juez penal. Si el juez de la responsabilidad estatal concluye que la
detención de la demandante fue generada por su propia conducta, no sólo
invade competencias de otras jurisdicciones, sino que desconoce la
decisión penal absolutoria porque implica considerar, de acuerdo con
unas líneas jurisprudenciales antes expuestas, que al desplegar su
conducta obró como sospechosa al estar cometiendo un delito y
determinó que la Fiscalía abriera la investigación y ordenara su detención.
A tal conclusión solo puede llegarse desconocimiento la decisión penal
que la declaró inocente, porque conforme a ella, los hechos no constituían
delito de acuerdo con la ley vigente en el momento en que ocurrieron.

[…]

Si por un hecho que no está calificado por la ley como delito se detiene a
una persona y la propia justicia penal lo reconoce en un fallo declarando
su inocencia por tal razón, es evidente que al declarar judicialmente que
la detención no fue generada por la apreciación equivocada de la Fiscalía
sino porque sus conductas preprocesales la generaron, se está
desconociendo tal decisión y se está violando la presunción de inocencia
derivada de la misma porque se está tratando como culpable a quien la
justicia ya había declarado inocente. Cuando la Sala determinó que la
conducta preprocesal de la demandante la hizo culpable de su detención,
desconoció la presunción de inocencia y trasladó a un particular inocente
la responsabilidad por el ejercicio indebido del iud puniendi del Estado.

[…]

Aunque en la sentencia de responsabilidad estatal se afirmó repetidas


veces que la valoración de la culpa de la señora Ríos se hizo desde
criterios propios del juez de la responsabilidad patrimonial, lo cierto es que
la Sala adjudicó consecuencias penales a la misma conducta preprocesal
que ya había sido valorada por el funcionario judicial competente para
declararla inocente. En la sentencia de 15 de agosto de 2018 (exp.
46947), en efecto, la Sección Tercera del Consejo de Estado limitó los
derechos de la señora Ríos a la reparación, porque creó sospechas sobre
su culpabilidad mediante la utilización de afirmaciones y argumentos
construidos en detrimento de su derecho fundamental a la presunción de
inocencia.

En definitiva, la Sección Tercera determinó que la señora Ríos tuvo la


culpa de ser detenida, pues su conducta preprocesal, (la misma por la
que ya había sido declarada inocente penalmente), fue la causa eficiente
de la privación de su libertad, y, en consecuencia, del daño cuya
indemnización pretendía.

De conformidad con las anteriores consideraciones, el juez constitucional ordenó


al Consejo de Estado que profiriera un fallo de remplazo en el que tenga en
cuenta las consideraciones relativas a la valoración de la culpa de la víctima, sin
violar la presunción de inocencia del accionante.

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En los anteriores términos se relaciona el marco jurídico que servirá a la sala para
resolver el caso en concreto.

4.4. De los hechos probados

4.4.1. De la investigación penal

De las piezas del expediente penal No. 11001-6000-055-2009-01073, seguido en


contra de Arturo Martínez Vega por el delito de acto sexual con menor de catorce
años, la Sala encuentra acreditados los siguientes hechos:

1. El 31 de mayo de 2011 la Fiscalía General de la Nación formuló imputación


contra Arturo Martínez Vega ante el Juzgado 32 Penal Municipal de Bogotá con
función de Control de Garantías, como presunto autor del delito de actos sexuales
abusivos con menor de catorce años con circunstancias de agravación punitiva
(art. 209 y 211, numeral 2 del C.P), por los hechos narrados por su hija menor
edad y que fueron recopilados en los siguientes términos:

la menor JMMO comenta al momento de llevar a cabo examen sexológico,


que un día (haciendo referencia al año 2009 y a los meses de junio y
agosto y que la primera vez que sucedió fue cuando tenía 9 años, es decir
para el año 2008) que su señor padre Arturo Martínez Vega, cuando ella se
encontraba acostada en la cama de él con él, le bajaba sus pantalones y su
ropa interior y él también se los bajaba hasta los tobillos, y que en algunas
oportunidades le alcanzaba a observar su pene, aunque le tapaba su cara
con una cobija y se le sube sobre su cuerpo y comienza a realizar
movimientos de arriba hacia abajo y se siente que le colocaba algo sobre
su vagina, que siente que le pone el pene sobre su vagina, luego siente
que le riega algo encima de ella, como si estuviera orinando sobre ella, que
era algo como pegajoso y que olía mal, que luego cogía un trapo y la
limpiaba y él también se limpiaba, se subía los pantalones y luego se los
subía a ella y se iba para el baño y en algunas oportunidades igualmente le
besaba en su boca y que cuando esto sucedía lo hacía de la misma
manera.

El demandante fue interrogado sobre la imputación, a lo cual manifestó no aceptar


la formulación realizada por la Fiscalía, decisión que tomó de manera libre,
consciente, voluntaria y debidamente informada.

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2. El 23 de junio de 2011 la Fiscalía 73 Seccional de la Unidad de Delitos contra la


Libertad, Integridad y Formación Sexual, radicó escrito de acusación ante el Centro
de Servicios Judiciales y el 25 de agosto de la misma anualidad fue celebrada
audiencia de formulación de acusación.

3. El 12 de junio de 2012 el Juzgado Cuarenta y Cuatro Penal del Circuito con


Funciones de Conocimiento de Bogotá D.C., dio inicio a la etapa de juicio oral en la
cual el acusado manifestó declararse inocente de los cargos y en la que fueron
escuchados los testimonios de Claudia Leonor Ochoa Amaya y de la presunta
víctima, la menor Jessica Marcela Martínez Ochoa.

4. En audiencia celebrada el 15 de mayo de 2013, una vez declarada agotada la


etapa probatoria, el Juzgado Cuarenta y Cuatro Penal del Circuito con Funciones
de Conocimiento de Bogotá D.C. emitió fallo de carácter condenatorio contra Arturo
Martínez Vega y ordenó su captura. Mediante Boleta de Encarcelamiento No. 0001-
2013 se dispuso mantenerlo privado de la libertad en el establecimiento carcelario
“La Picota”.

5. Mediante sentencia de 25 de junio de 2013, el Juzgado Cuarenta y Cuatro Penal


del Circuito de Bogotá D.C. con Funciones de Conocimiento condenó a Arturo
Martínez Vega a la pena principal de 120 meses de prisión como autor penalmente
responsable del delito de actos sexuales con menor de catorce años, así como a la
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el mismo lapso,
así:

RESUELVE:

PRIMERO: CONDENAR a ARTURO MARTÍNEZ VEGA, identificado con


la cédula de ciudadanía No. 14.250.292, a la pena principal de CIENTO
VEINTE (120) MESES DE PRISIÓN, como autor penalmente responsable
del delito de actos sexuales con menor de catorce años.

SEGUNDO: CONDENAR a ARTURO MARTÍNEZ VEGA, a la


inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por un
lapso igual al de la pena principal de prisión.

TERCERO: NO CONCEDERLE a ARTURO MARTÍNEZ VEGA, los


sustitutivos penales de la pena de prisión de la suspensión condicional de

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la ejecución de la pena, ni de la prisión domiciliaria por expresa


prohibición legal.

CUARTO: En firme esta decisión, LÍBRENSE las comunicaciones de rigor


a las demás autoridades correspondientes y conforme a los artículos 41 y
469 del C.P.P., remítase el expediente ante el Juzgado de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad (reparto) para lo de su cargo.

QUINTO: INFORMAR que contra la sentencia procede el recurso de


apelación para que sea resulto por la Sala Penal del Tribunal Superior de
Bogotá, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 176, 177
numeral 1, y 179 de la Ley 906 de 2004.

6. Según el recuento efectuado en la sentencia condenatoria de primera instancia,


la menor Jessica Marcela Martínez Ochoa rindió el siguiente testimonio en el
trámite de la audiencia de juicio oral:

Manifiesta que declaró en una ocasión ante una psicóloga de la Fiscalía,


sobre una mentira que había dicho, respecto a que el papá la había
violado, y que cuando eso ocurría, se quedaba quieta, pero como era una
mentira, no sabía que decir y no inventó aconsejada por una amiga cuyo
nombre no recuerda ya que se fue del barrio y se cambió de colegio, lo que
dijo lo hizo para poder tener libertad para salir a la calle con sus amigos, ya
que su papá es muy estricto, pero no pensó que lo podía meter en un
problema con la fiscalía o que lo podían llevar a la cárcel.

7. En escrito radicado el 28 de junio de 2013, el apoderado judicial de Arturo


Martínez Vega interpuso recurso de apelación contra la sentencia condenatoria de
primera instancia, argumentando que el juzgado penal de conocimiento había
vulnerado el principio constitucional del in dubio pro reo.

8. El 7 de noviembre de 2013 el Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá


D.C. – Sala Penal, resolvió el recurso de apelación interpuesto y en aplicación del
principio in dubio pro reo, revocó la sentencia de 25 de junio de 2013 absolviendo a
Arturo Martínez Vega del delito de acto sexual abusivo con menor de catorce años,
y en consecuencia, emitió Boleta de Libertad No. T10-001 a favor del demandante.
Su parte resolutiva es del siguiente tenor:

RESUELVE

PRIMERO.- Revocar la sentencia de 25 de junio de 2013, proferida por el


Juzgado 44 Penal del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá,

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para en su lugar absolver a Arturo Martínez Vega, del delito de acto sexual
abusivo con menor de 14 años, por el cual fue acusado.

SEGUNDO.- Remítase la carpeta al Centro de Servicios Judiciales de


Paloquemao, para que cancele ante las autoridades y a favor del
procesado, las anotaciones que por este proceso se hubieren producido.

TERCERO.- Por secretaría requiérase al Ministerio de Educación Nacional


y a la Secretaría Distrital de Educación, para que inicien las gestiones
dirigidas a diseñar programas de educación dirigidos a los niños, niñas y
adolescentes de los distintos planteles educativos, con el fin de instruirlos
sobre las graves consecuencias que puede acarrear el fingir la ocurrencia
de delitos como el aquí debatido, de conformidad con los planteamientos
contenidos en esta decisión.

CUARTO.- Contra esta decisión procede el recurso extraordinario de


casación, conforma a la ley.

Una vez en firme, remítase el proceso al juzgado de origen para lo de su


cargo.

QUINTO.- Se notifica en estrados, y para su exposición se designa al señor


Magistrado Ponente.

5. Del caso concreto

Le corresponde a la Sala resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte


demandante contra la sentencia proferida el 18 de junio de 2018 por el Juzgado
Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bogotá D.C. – Sección
Tercera, mediante la cual negó las pretensiones de la demanda.

En fundamento de su decisión, el a quo adujó que si bien el daño alegado era


antijurídico, no era imputable a las entidades demandadas toda vez que se había
configurado un hecho de la víctima por la actuación dolosa del demandante, quien
de conformidad con las pruebas obrantes en el expediente penal, si había
perpetrado los actos sexuales abusivos contra su hija menor de edad.

Señaló que pese a que se hubiera presentado una indebida incorporación de


pruebas al proceso penal, así como una retractación tanto de la denunciante,
como de la presunta víctima, desde el punto de vista del dolo civil no se podía
dejar de valorar el dictamen psicológico realizado a la menor, toda vez que la
profesional que realizó el dictamen, así como su homólogo quien compareció a

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juicio oral, habían llegado a la misma conclusión, esto es, que la menor había sido
objeto de actos sexuales abusivos por parte de su padre. Al efecto señalo:

Por lo tanto, no puede desconocerse que sobre la menor JMMO se


cometieron actos sexuales abusivos, comprometiendo su integridad física y
mental, así como su estabilidad emocional, como se puede observar del
material probatorio recaudado e igualmente en las entrevistas en las que
señala a su progenitor, el señor Arturo Martínez Vega, como su agresor,
teniendo en cuenta la valoración psicológica y el informe de entrevista
forense, por lo que para el Juez Penal de Primera Instancia existían
elementos que permitían establecer la vulneración llevada a cabo sobre la
menor, diferente es que la valoración probatoria por parte del ad quem
haya sido otra.

Atendiendo los postulados de privilegio sobre declaraciones de los


menores de edad cuando se trata de delitos sexuales, con el valor que
merecen tales declaraciones, esta juzgadora se respalda para afirmar que
el investigado Arturo Martínez Vega aquí demandante, quebrantó los
deberes morales y de protección que como persona mayor debía observar
en todo momento, más aun tratándose de su propia hija, pues se trata de
deberes a los que se adscribe por el mero hecho de la razón, pero que
además, se encuentran positivizados en los instrumentos más relevantes
del ordenamiento jurídico y que representan los bienes de mayor tutela en
una sociedad.

Por su parte, los cargos de inconformidad de la parte demandante se hacen


consistir en que el juzgado de primera instancia se apartó de la regla general, cual
es el régimen objetivo, para estudiar el caso de responsabilidad bajo la óptica de
la falla del servicio, lo cual resultó contradictorio dado que la legalidad o ilegalidad
de la privación de la libertad no es la fuente de la responsabilidad, sino que el
centro del análisis debe gravitar en torno a la existencia o no de un deber legal de
soportar la privación.

Así mismo, resalta que al analizar la culpa grave o el dolo en materia


administrativa, lo cual condujo a señalar que el demandante se había expuesto
dolosa y deliberadamente a la privación, la competencia del juez administrativo no
podría invadir el ámbito penal para emitir juicios de valor sobre lo analizado por el
juez penal, tal como ocurrió en el caso concreto, en donde, pese a que se
reconoció que el material probatorio había sido indebidamente incorporado, del
mismo se podría derivar sin equívocos que la menor había sido objeto de los actos
sexuales abusivos.

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Concluye así que en el caso concreto se presentó un desbordamiento de la


competencia del juez administrativo, quien se apoyó en conclusiones que no
fueron demostradas en el proceso penal.

A efecto de desatar la alzada, la Sala reitera las consideraciones realizadas en


acápite anterior y en concreto, que por virtud del artículo 90 de la Constitución
Política, la responsabilidad en el Estado se estructura con los elementos del daño
antijurídico y la imputación.

En orden a establecer el elemento daño, se precisa con base en el material de


prueba, que en contra de Arturo Martínez Vega se inició el proceso penal No.
11001-6000-055-2099-01073 por el delito de acto sexual en menor de catorce
años agravado, dentro del cual el 15 de mayo de 2013 el Juzgado Cuarenta y
Cuatro Penal del Circuito de Bogotá emitió sentido del fallo de carácter
condenatorio y ordenó su captura, siendo recluido en establecimiento carcelario
por un periodo de 5 meses y 24 días, hasta el 8 de noviembre de 2013 cuando le
fue otorgada la libertad según Boleta No. T10-001 de conformidad con la orden
impartida por la Sala Penal del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá,
quien mediante sentencia de 7 de noviembre de 2013 revocó la sentencia
condenatoria de primera instancia y ordenó la libertad inmediata del procesado.

De conformidad con lo anterior, queda demostrado que el demandante estuvo


privado de su libertad, y por ende le fue causado un daño.

La Constitución Política de 1991 consagró como derecho fundamental la “libertad


de movimiento” de la siguiente manera27:

Artículo 28. Toda persona es libre. Nadie puede ser molestado en su


persona o familia, ni reducido a prisión o arresto, ni detenido, ni su
domicilio registrado, sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad
judicial competente, con las formalidades legales y por motivo previamente
definido en la ley. (Negrillas fuera del texto original)

La persona detenida preventivamente será puesta a disposición del juez


competente dentro de las treinta y seis horas siguientes, para que este
adopte la decisión correspondiente en el término que establezca la ley.

27
El artículo 28 se encuentra ubicado en el Capítulo 1 de la Carta, denominado “De los derechos fundamentales”, y de
conformidad con el artículo 85 ibídem es de aplicación inmediata.

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En ningún caso podrá haber detención, prisión ni arresto por deudas, ni


penas y medidas de seguridad imprescriptibles.

Acudiendo al bloque de constitucionalidad 28 en sentido estricto, por aplicación del


artículo 93 ibídem29, otros tratados y convenios internacionales debidamente
ratificados por Colombia, consagran el derecho a la libertad de la siguiente
manera:

El Pacto Internacional de derechos civiles y políticos 30, en la Parte III, artículo 9.1.,
consagra:

Art. 9.1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad


personal. Nadie podrá ser sometido a detención o presión arbitrarias.
Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas
por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta.(Negrillas
fuera del texto original)

En la Convención americana de derechos humanos 31, se estableció en la parte I,


Capitulo II. Derechos civiles y políticos, artículo 7, así:

Art. 7. Derecho a la libertad personal.

1. Toda persona tiene derecho a la libertad personal.

2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por causas y


en las condiciones fijadas de antemano por la constituciones Políticas
de los Estados partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.…”
(Negrillas fuera del texto original)

28
La Corte Constitucional en Sentencia C-225/95, en el cual procedió a la revisión del Protocolo adicional a los Convenios
de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter
internacional (Protocolo II), así como la Ley 171 del 16 de diciembre de1994, por medio de la cual se apruebe dicho
Protocolo, definió el bloque de constitucionalidad como aquella unidad jurídica compuesta “por normas y principios que , sin
parecer formalmente en el articulado del texto constitucional, son utilizados como parámetros del control de
constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por
mandato de la propia Constitución. Son pues verdaderos principios y reglas de valor constitucional, esto es, son normas
situadas en el nivel constitucional, apresar de que puedan a veces contener mecanismos de reforma diversos al de las
normas del articulado constitucional strictu sensu”
29
Señala el artículo 93 de la C.Pol. lo siguiente:
“Art. 93. Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos y
que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno. Los derechos consagrados en
esta Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por
Colombia.
Adicionado A.L. 2/2001, art. 1º. …”
30
Adoptado por la Asamblea General en su Resolución 2200 A (XXL) del 16 de diciembre de 1966, ratificado mediante Ley
74 del 23 de marzo de 1968.
31
Suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, Ratificada en virtud de la Ley 16 del 18 de junio de
1972.

35
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Es de resaltar, al analizarse las normas transcritas, que dicho derecho no es


absoluto, tiene una zona maleable, que puede ser limitado de acuerdo a los
procedimientos y causales establecidos previamente en la Constitución y la Ley,
pero en ningún caso, puede llegar a comprometer su núcleo esencial o medular,
sin incurrir en su vulneración.

Para la Sala, la privación de la libertad de Arturo Martínez Vega, a través de la


cual se le impuso una restricción al derecho fundamental a la libertad, cuya
importancia fue previamente analizada, aunado a la absolución dentro del proceso
penal bajo el argumento del in dubio pro reo, es decir, sin que las autoridades
públicas hubieran logrado desvirtuar la presunción de inocencia que cobijaba al
procesado, causaron un daño directo al demandante, el cual se refleja
necesariamente en su núcleo familiar cercano.

Ahora bien, debe precisarse que de dicho núcleo familiar cercano de cuyos
integrantes se predica el daño causado, habrá de excluirse a Claudia Leonor
Ochoa Amaya y Jessica Marcela Martínez Ochoa, toda vez que, como será
expuesto por esta Sala en líneas posteriores, su actuación dentro del proceso
penal adelantado contra Arturo Martínez Vega, contribuyó a la causación del daño.

Pues bien, a efecto de determinar la imputación del daño antijurídico acreditado,


en relación a lo cual giran los cargos del recurso de alzada, la Sala procederá de
acuerdo a la postura actual de la jurisprudencia para así verificar si la privación de
la libertad de la que fue objeto Arturo Martínez Vega se ajustó al ordenamiento
jurídico.

Observa la Sala que, en aras de dar solución al caso planteado, el a quo dio
aplicación a la tesis jurisprudencial contenida en la sentencia de 28 de agosto de
2014 proferida por la Sala Plena del Consejo de Estado (radicado:
68001233100020020254801, exp. 36149), en virtud de la cual se afirma que la
atribución de responsabilidad en los casos de daños por privación de la libertad,
en los eventos previstos en el artículo 414 del antiguo Código de Procedimiento
Penal, así como cuando el sindicado es absuelto en aplicación del principio de in
dubio pro reo, debe aplicarse el régimen objetivo de responsabilidad, lo cual

36
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supone que el damnificado solo debe acreditar que le fue impuesta la medida
privativa, pero que por decisión favorable posterior fue declarada su inocencia.

Pese a lo anterior, en aplicación a lo preceptuado en el artículo 70 de la Ley 270


de 199632, así como de los postulados contenidos en la sentencia de unificación
de 15 de agosto de 2018 proferida por la Sección Tercera del Consejo de Estado
(radicado: 66001233100020100023501, exp. 46947), realizó un examen
correspondiente al dolo civil y a la culpa grave, para así declarar probada la causal
de exoneración de responsabilidad del hecho de la víctima, al encontrar que con
independencia a la indebida incorporación de pruebas en el proceso penal, las
mismas evidenciaban que la menor Jessica Marcela Martínez Ochoa había sido
víctima de los actos sexuales abusivos denunciados años atrás por su progenitora.

Sin embargo, tal como fue reseñado por esta Sala, en sentencia de tutela
proferida por la Sección Tercera del Consejo de Estado el 15 de noviembre de
2019 que desvirtuó la unificación jurisprudencial señalada en el párrafo
precedente, la valoración de la conducta preprocesal del demandante,
previamente vinculado al proceso penal, es de competencia exclusiva del juez de
dicha especialidad, de tal manera que si el juez de la responsabilidad estatal
concluye que la detención del demandante fue imputable a su propia conducta,
bien por dolo o por culpa grave, invade competencias que no son propias de su
jurisdicción, y con mayor gravedad, atenta contra el derecho fundamental al
debido proceso que asiste al demandante, a quien se le desconoce la decisión
penal absolutoria que lo ampara, y en consecuencia, la presunción de inocencia.

Realizada tal precisión, queda claro que en casos de la naturaleza como el que
nos ocupa, en los que la justicia penal no logró demostrar la existencia de una
conducta constitutiva de delito, la causal eximente de responsabilidad del hecho
de la víctima, analizada desde el punto de vista del dolo o la culpa grave, no
puede ser utilizada para desvirtuar el elemento de imputación, pues de lo contrario
se estaría tratando como culpable de determinado delito, a quien ya el juez penal
declaró inocente.

32
ARTÍCULO 70. CULPA EXCLUSIVA DE LA VICTIMA. El daño se entenderá como debido a culpa exclusiva
de la víctima cuando ésta haya actuado con culpa grave o dolo, o no haya interpuesto los recursos de ley. En
estos eventos se exonerará de responsabilidad al Estado.

37
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Ahora bien, toda vez que la sentencia de tutela mencionada no desestimó todos
los criterios jurisprudenciales establecidos en la sentencia de unificación de 15 de
agosto de 2018, para esta Sala, en los casos de privación injusta de la libertad, el
funcionario judicial, en ejercicio de una labor libre y autónoma, así como en
aplicación del principio iura novit curia, podrá encausar los hechos y pretensiones
de la demanda bajo el título de imputación que considere pertinente.

Lo anterior implica que frente a una demanda fundamentada en privación injusta


de la libertad, el juez a quo bien podría de acuerdo a los hechos probados,
encauzarla bajo la teoría de la responsabilidad objetiva o la subjetiva por falla del
servicio33.

Así las cosas, a continuación se expondrán los argumentos por los cuales esta
Sala encuentra pertinente aplicar al caso concreto el régimen subjetivo de falla del
servicio, para así determinar si el daño antijurídico padecido por el demandante es
o no imputable a las entidades demandadas.

Para tal fin, serán discriminadas las consideraciones efectuadas respecto de cada
una de las entidades demandadas.

5.1. De la Rama Judicial

1. El 21 de agosto de 2009 Claudia Leonor Ochoa Amaya, compañera sentimental


del demandante, presentó denuncia ante la Fiscalía General de la Nación, pues
según lo que le fue relatado en el colegio de la menor Jessica Marcela Martínez
Ochoa, su padre había perpetrado contra ella actos sexuales abusivos (fl.203 C2).

2. En la misma calenda la funcionaria Martha Yannet Fuentes Murillo, psicóloga


adscrita a la Unidad de Delitos contra la Vida e Integridad Personal realizó
entrevista psicológica a la presunta víctima (fl. 203 C2). De lo anterior la
profesional concluyó:

33
Consejo de Estado. Sala Plena – Sección Tercera. Expediente: 21515. 19 de abril de 2012.

38
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En cuanto a los hechos, de acuerdo al relato de la menor, se expresó con


logicidad, coherencia, en forma detallada, contextualizándolos en un
tiempo y en un espacio. Se observa además en su narración descripción
de interacciones, detalles inusuales que dejan ver que el lenguaje
empleado y el conocimiento que posee, va más allá de su edad
cronológica. Su narración presenta criterios relacionados con la
motivación, admitiendo la falta de memoria, desaprobación, como también
están presentes elementos específicos de la ofensa, lo que hace creíble
el relato de la menor.

3. En la etapa de práctica de pruebas fue escuchado el testimonio de la menor


Jessica Marcela Martínez Ochoa quien manifestó que si bien en una ocasión
había dicho que su padre la había violado, dicho relato había sido producto de una
mentira que inventó aconsejada por una amiga para que le diera mayor libertad
para salir con sus amigos, desconociendo que tales acusaciones le generarían un
problema legal a su padre con la Fiscalía.

4. El Juzgado Cuarenta y Cuatro Penal del Circuito de Bogotá con Función de


Conocimiento concluyó que de conformidad con las pruebas que habían sido
arrimadas al proceso, resultaba fácil y claro colegir la estructuración del delito de
actos sexuales con menor catorce años.

Para arribar a dicha conclusión hizo mención a la entrevista psicológica pericial


realizada por la psicóloga Martha Jannet Fuentes Murillo, sustituida por en juicio
por el perito homólogo William Alfonso López Álzate, y al informe técnico médico
legal sexológico practicado por la profesional universitaria forense Silvia Juliana
Velandia Borrero.

Afirmó que dichos medios de prueba, en contraposición a lo expuesto por la menor


en el interrogatorio recibido en desarrollo del juicio oral, daban cuenta que la
retractación no encontraba lógica o base probatoria alguna y que, por el contrario,
resultaba claro que el propósito de la menor era desligar a su padre del proceso
penal adelantado. Al efecto señaló:

Es así, que pese a la retractación que hace la menor JMMO, respecto


a la ocurrencia de los hechos, y que todo obedeció a un consejo que
le hizo una amiga, para que si padre, el acusado, le permitiera salir a
la calle y así tener más libertad, en disposiciones que hiciera ante el
médico legista y la psicóloga, pudo contar lo sucedido, dijo en forma
precisa, clara y contundente, tal y como se constata en la anamnesis

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del informe técnico médico legal sexológico realizado y en el informe


de entrevista psicológica pericial, receptores que escucharon de la
propia víctima, cómo ocurrieron los hechos y quien fue el autor de los
mismos, resultando forzoso y conveniente, el argumento de que todo
se trató de una mentira, para que su padre, le diera mayor libertad de
salir a la calle y tener amistades, pues no se advierte de qué manera
endilgarle la comisión de un ilícito al enjuiciado podría incidir en que la
víctima gozara de mayor libertad […].

5. El artículo 7° de la Ley 906 de 2004 – “Por la cual se expide el Código de


Procedimiento Penal”, establece que para proferir sentencia condenatoria deberá
existir convencimiento de la responsabilidad penal del acusado más allá de toda
duda. Así mismo, dispone que la duda que llegare a presentarse, deberá ser
resulta a favor del procesado.

En tal sentido, la actividad probatoria desplegada por el ente investigador, que


debe respetar las exigencias legales para su producción, se encaminará a destituir
la presunción de inocencia de que goza el acusado, pues de lo contrario, en virtud
de la aplicación del principio in dubio pro reo, la duda deberá conducir a la
absolución del acusado34.

6. En contraposición a la decisión adoptada por el juez de conocimiento en


primera instancia, la Sala Penal del Tribunal Superior de Distrito Judicial de
Bogotá resaltó que a pesar que la tendencia sea admitir como ciertas las
afirmaciones de los menores de edad que presuntamente han sido víctimas de
delitos contra su integridad sexual, la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia – Sala de Casación Penal ha reconocido que en algunos casos las
narraciones de los niños pueden ser producto de su propia iniciativa o de la
manipulación de los adultos, luego el juez de conocimiento está llamado a
examinar la totalidad de los elementos de prueba para así tomar una postura
sobre la credibilidad del dicho (fl. 19 C2).

7. Así mismo, recordó que de conformidad con lo establecido en el artículo 415 de


la Ley 906 de 2004, el informe pericial no podrá ser tenido como evidencia si el
perito no declara oralmente en juicio, aspecto que le permitió concluir que el

34
C-003/17. Corte Constitucional. Magistrado Ponente: Aquiles Arrieta Gómez. Expediente D-11399. 18 de
enero de 2017.

40
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informe de entrevista psicológica pericial realizado a la menor solo podía ser


introducido al juicio oral mediante el testimonio de la perito Martha Janeth Fuentes
Murillo, de modo que ni el dictamen presentado por escrito, ni el testimonio de su
homólogo William Alfonso López Alzate podían ser tenidos en cuenta para proferir
una condena en contra de Arturo Martínez Vega.

8. En tal sentido, el juez penal de segunda instancia concluye: i) que el examen


sexológico no arrojó resultado alguno, toda vez que esta clase de delitos suelen
caracterizarse por la ausencia de rastros corporales y ii) que la entrevista forense
no podía ser valorada como prueba en razón a la indebida incorporación realizada
por la Fiscalía, luego, la única declaración apta para ser valorada era aquella
rendida por la menor durante el desarrollo del juicio oral.

Por lo anterior, concluye que si bien no está negando de plano la veracidad de las
afirmaciones realizadas por la menor, debido a la incorporación deficiente de las
pruebas durante el trámite del juicio oral, persisten los vacíos sobre las
circunstancias de tiempo, modo y lugar que rodearon la presunta comisión del
ilícito, situación que permite forjar una duda razonable frente a la responsabilidad
penal del acusado.

De conformidad con las anteriores consideraciones, advierte la Sala que el


Juzgado Cuarenta y Cuatro Penal del Circuito de Bogotá no contaba con
elementos de prueba suficientes para concluir, más allá de toda duda razonable,
que Arturo Martínez Vargas hubiera sido autor del ilícito por el cual fue acusado.

En tal sentido, la falla del servicio imputable a la Rama Judicial se estructura sobre
la base de una decisión arbitraria que no tuvo en cuenta el postulado
constitucional de la presunción de inocencia y la aplicación favorable del principio
in dubio pro reo, que por lo demás se sustentó en la incorporación indebida de
elementos de prueba en contraposición a lo establecido en el artículo 415 del
Código de Procedimiento Penal, y que condujo a la producción del daño alegado
consistente en la privación de la libertad del demandante.

Así las cosas, es menester concluir que la decisión adoptada por el a quo debe ser
revocada, pues como se indicó en líneas precedentes, no solo inadvirtió la

41
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configuración de la falla en el servicio imputable a la administración, sino que


igualmente desconoció la presunción de inocencia del demandante al concluir la
configuración del ilícito, cuando la jurisdicción penal en segunda instancia había
decidido su absolución.

Vale concluir que si bien el daño antijurídico y la imputación fueron acreditados, lo


cual conduce a la declaratoria de responsabilidad a favor de la parte actora, se
advierte que respecto de la demandante Claudia Leonor Ochoa Amaya, quien
actúa en nombre propio y en representación de su mejor hija Jessica Marcela
Martínez Ochoa, queda excluido el deber de reparar.

En efecto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 2357 del Código Civil 35,
quien se haya expuesto imprudentemente al daño verá aminorado su derecho a la
reparación, luego, pese a que se acredite la causación de un perjuicio imputable a
la contraparte, si se logra demostrar que el mismo tuvo ocurrencia por hecho
atribuible a la culpa o al dolo de quien alega haberlo padecido, este último no
podrá solicitar reparación alguna.

Tal es la situación que se predica respecto de la demandante Claudia Leonor


Ochoa, cuya renuncia fue la que dio lugar a la apertura del proceso penal No.
11001-6000-055-2009-01073 contra Arturo Martínez Vega, y a su posterior
privación de la libertad.

Debe recordarse que fue en razón a la denuncia presentada por su compañera


permanente y al relato brindado por la menor, que el demandante fue acusado y
posteriormente condenado por el delito de acto sexual con menor de 14 años,
luego, si las suplicas de la demanda de reparación directa se fundamentan en la
no configuración del hecho punible por el cual se produjo la privación de la
libertad, no cabe duda que la demandante reconoce que si bien inicialmente
denunció el hecho, ahora tiene convencimiento sobre la no ocurrencia del mismo,
de lo cual se deriva un comportamiento poco prudente y contrario al mediamente
esperado de una persona con la cual se tiene una relación sentimental, se convive
y se conformó una familia.

35
ARTICULO 2357. REDUCCIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN. La apreciación del daño está
sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente.

42
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Y es que en efecto, la Sala advierte la configuración de una conducta imprudente y


culposa en cabeza de la demandante Claudia Leonor Ochoa, toda vez que esta
desatendió sus deberes de valoración razonada, pues al ser informada en el
colegio de la menor sobre los presuntos hechos de los que había sido víctima su
hija, procedió de forma inmediata a denunciarlos sin adelantar las labores de
verificación al interior de su hogar.

Se observa que a la demandante, de manera previa a presentar la denuncia ante


las autoridades competentes, le era exigible desplegar un análisis de
antecedentes e indicios al interior de su núcleo familiar, o realizar un ejercicio de
confrontación con el padre de la menor, a efectos de dilucidar si el relato inicial de
esta era o no cierto.

Sin embargo, toda vez que lo anterior no fue acreditado, es decir, no se logró
demostrar que pese a que lo denunciado no era cierto, al acudir ante las
autoridades judiciales lo hizo con el pleno convencimiento sobre su veracidad, vale
concluir que la culpa en la que incurrió le impide obtener beneficio económico
derivado de la privación injusta de la libertad a la que se vio sometido su
compañero.

A la misma conclusión conviene llegar sobre la menor Jessica Marcela Martínez,


quien si bien para la época de los hechos era menor de 12 años, luego, a la luz de
lo establecido en el artículo 2346 Del Código Civil no era capaz de cometer delito
o culpa, en todo caso no se encuentra habilitada para la obtención de la
indemnización de perjuicios pues no puede desconocerse que fue precisamente
su relato, el que dio lugar a que su progenitora procediera a presentar denuncia
contra Arturo Martínez Vega.

En tal sentido, ni a Claudia Leonor Ochoa, ni a Jessica Marcela Martínez les asiste
derecho para acudir a esta instancia judicial y solicitar la reparación de un daño al
cual se expusieron y a cuya causación concurrieron.

43
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5.2. De la Fiscalía General de la Nación

Vale reiterar que en el escrito de contestación de la demanda, la Fiscalía General


de la Nación propuso la excepción de falta de legitimación en la causa por pasiva
material, argumentando que no existió intervención alguna por parte de dicha
entidad en la adopción de la decisión judicial de ordenar la captura, con
posterioridad a la lectura del sentido del fallo, de Arturo Martínez Vega.

De conformidad con lo establecido en el artículo 287 de la Ley 904 de 2004 –


Código de Procedimiento Penal, en la audiencia de formulación de imputación el
fiscal del caso podrá solicitar al juez de control de garantías la imposición de una
medida de aseguramiento.

Así mismo, en su artículo 450 la normativa procedimental penal dispone que si al


momento de enunciar el sentido del fallo el acusado declarado culpable no se
encuentra aún detenido, el juez podrá ordenar y libertar de manera inmediata la
orden de encarcelamiento si la detención es necesaria.

De conformidad con lo anterior, se advierte que no toda privación de la libertad


viene precedida por la intervención de la Fiscalía General de la Nación, por el
contrario, cuando al sindicado no se le haya limitado su derecho fundamental a la
libertad durante el desarrollo de la imputación, acusación o del juicio oral, por
decisión autónoma del juez de conocimiento se podrá ordenar el encarcelamiento
del procesado solo hasta cuando haya sido proferido sentido del fallo y se haya
atribuido responsabilidad penal que dé lugar a su detención en establecimiento
penitenciario.

Descendiendo al caso concreto, se advierte que si bien la Fiscalía General de la


Nación solicitó el 10 de mayo de 2011 audiencia de formulación e imputación e
imposición de medida de aseguramiento (fl. 209 C2), toda vez que el ente
investigador manifestó no contar con los requisitos subjetivos para sustentar su
procedencia, en diligencia celebrada el 31 de mayo de 2011 decidió retirar la
petición de su decreto (fl. 206 C2).

44
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Por su parte, fue hasta el 15 de mayo de 2013, en audiencia de juicio oral y lectura
del sentido del fallo, que el Juzgado Cuarenta y Cuatro Penal del Circuito de
Bogotá D.C. con Funciones de Conocimiento ordenó la captura de Arturo Martínez
Vega en aplicación del artículo 450 precitado, librando para tal efecto la boleta de
encarcelamiento No. 0001-2013 dirigida al director del Establecimiento Carcelario
“La Picota”.

En tal sentido, encuentra la Sala probada la excepción de falta de legitimación en


la causa por pasiva material propuesta por la Fiscalía General de la Nación, pues
si bien el ente investigador tuvo intervención continúa durante el desarrollo de las
etapas del proceso penal, a saber, la formulación de imputación, formulación de
acusación y juicio oral, no contaba con atribución legal alguna para intervenir en la
decisión adoptada por el Juzgado penal de ordenar la privación de la libertad de
Arturo Martínez Vega, luego, siendo tal determinación el objeto de demanda de
reparación directa, vale concluir que el mismo no resulta imputable a la
mencionada entidad.

En concordancia con lo anterior, toda vez que la Fiscalía General de la Nación a


través de su delegado no efectuó solicitud alguna que diera lugar a la imposición
de la pena privativa de la libertad contra el demandante, de lo cual se desprende
su falta de legitimación por pasiva material, no habrá lugar a condena por
responsabilidad solidaria entre esta entidad y la Nación – Rama Judicial.

VII. DE LA MEDIDA DEL DAÑO

1. Del perjuicio moral

La parte demandante solicita en las pretensiones de la demanda el reconocimiento


de los siguientes montos por concepto de perjuicios morales:

Arturo Martínez Vega (víctima directa) 50 SMLMV

45
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Claudia Leonor Ochoa Amaya (Compañera) 50 SMLMV


Jessica Marcela Martínez Ochoa (Hija) 50 SMLMV
Camilo Andrés Martínez Ochoa (hijo) 50 SMLMV
Arturo Martínez Ochoa (hijo) 50 SMLMV
María de Jesús Vega de Martínez (mamá) 50 SMLMV
Olga Martínez Vega (hermana) 25 SMLMV
Víctor Alfonso Martínez Vega (hermano) 25 SMLMV
Alexander Martínez Vega (hermano) 25 SMLMV
Geovanny Martínez Vega (hermano) 25 SMLMV
Héctor Martínez Vega (hermano) 25 SMLMV
María Elcy Martínez Vega (hermana) 25 SMLMV

Precisa la Sala que el perjuicio moral es el detrimento del patrimonio


extramatrimonial ocasionado por los sentimientos de angustia, dolor, congoja,
aflicción e impotencia que produce el hecho dañoso.

Si bien la sala ha sostenido que existe una presunción conforme la


cual cuando una persona sufre una lesión se producen los
sentimientos descritos, debe modificarse la postura, debido a que el
reconocimiento del perjuicio moral es producto de una construcción
jurisprudencial a partir de indicios que permiten inferir que el
detrimento se causa no sólo en quien las sufre directamente sino en
su núcleo familiar que debe verse a sí mismo, y a su ser querido,
impedido o disminuido físicamente y sin el uso pleno de sus
capacidades y para acceder a su reconocimiento es necesario
demostrar la lesión sufrida y el grado de consanguinidad con sus
familiares, tanto así que esos dos elementos han sido los tenidos en
cuenta por la Sala Plena de la Sección Tercera del Consejo de Estado
al unificar su jurisprudencia en torno al monto sugerido por esa clase
de daño.

La anterior postura fue sostenida por el Consejo de Estado en reciente


pronunciamiento, en el que indicó:

Pues bien, según la jurisprudencia de la Sala, en los eventos en los


que una persona fallece o sufre una lesión y ello es imputable al
Estado, se desencadena, a cargo de éste, la indemnización de
perjuicios morales, de tal manera que las personas que se sientan
perjudicadas por dicha situación y hagan parte del grupo familiar más
cercano pueden reclamar la indemnización de estos perjuicios
acreditando el parentesco con la víctima directa del daño, pues éste se
convierte en un indicio suficiente para tener por demostrado el
perjuicio moral sufrido, por cuanto las reglas de la experiencia hacen
presumir que el daño padecido por un pariente cercano causa dolor y
angustia en quienes conforman su núcleo familiar, en atención a las
relaciones de cercanía, solidaridad y afecto, siempre que no hubieren
pruebas que indiquen o demuestren lo contrario.

46
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En el asunto sub lite, la prueba de la lesión es suficiente para


establecer el daño moral del lesionado y la prueba de consanguinidad
permite inferir la existencia de afecto y unión entre la víctima, sus
padres y sus hermanos, como ya se indicó, sin importar la gravedad o
la levedad de aquélla, pues para lo único que se tiene en cuenta esta
cuantificación es para establecer la graduación del monto del perjuicio
que se debe indemnizar.36

Ahora bien, en el sub examine la parte accionante solicita el reconocimiento de


perjuicios morales a favor suyo, de su compañera permanente, hijos, madre y
hermanos, los cuales, tal y como lo establece la jurisprudencia, se presumen dada
la cercanía.

La Sala observa que en el sub judice la privación de la libertad respecto de Arturo


Martínez Vega tuvo lugar entre el 15 de mayo de 2013 y el 8 de noviembre de
2013, es decir, por un periodo de 5 meses y 24 días, situación que da lugar al
reconocimiento de los perjuicios morales alegados a su favor y al de su núcleo
familiar más cercano.

Al respecto, el Consejo de Estado en sentencia del 28 de agosto del 2014 unificó


su jurisprudencia en torno al reconocimiento de perjuicios morales en los eventos
de privación injusta de la libertad, así:

Según lo ha reiterado la Jurisprudencia del Consejo de Estado, en


casos de privación injusta de la libertad y con apoyo en las máximas
de la experiencia, hay lugar a inferir que esa situación genera dolor
moral, angustia y aflicción a las personas que por esas circunstancias
hubieren visto afectada o limitada su libertad; en la misma línea de
pensamiento se ha considerado que dicho dolor moral también se
genera en sus seres queridos más cercanos, tal como la Sala lo ha
reconocido en diferentes oportunidades, al tiempo que se ha precisado
que según las aludidas reglas de la experiencia, el dolor de los padres
es, cuando menos, tan grande como el del hijo que fue privado
injustamente de su libertad, cuestión que cabe predicar por igual en
relación con el cónyuge, compañera o compañero permanente o
estable o los hijos de quien debió soportar directamente la afectación
injusta de su Derecho Fundamental a la libertad.

Asimismo, en relación con la acreditación del perjuicio en referencia,


se ha dicho que con la prueba del parentesco o del registro civil de
matrimonio se infiere la afectación moral de la víctima, del cónyuge y
de los parientes cercanos, según corresponda.
36
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección A. Sentencia de 25 de marzo de
2015, Consejero Ponente Dr. Carlos Alberto Zambrano Barrera, Rad. No. 76001-23-31-000-2003-00891-01(34276)

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

Ahora bien, en los casos de privación injusta de la libertad se reiteran


los criterios contenidos en la sentencia de 28 de agosto de 2013,
proferida por la Sala Plena de la Sección Tercera de la Sala de lo
Contencioso Administrativa –radicación No. 25.022– y se
complementan los términos de acuerdo con la evolución jurisprudencial
de la Sección Tercera en los términos del cuadro que se incorpora a
continuación:
NIVEL 1 NIVEL 2 NIVEL 3 NIVEL 4 NIVEL 5
Re g las para liquidar el Víc tima dire c ta, c ó nyug e Parie nte s e n e l 2º Parie nte s e n e l 3º Parie nte s e n e l Te rc e ro s
o c o mpañe ro (a) 4º de
perjuicio mo ral derivado de la de de co ns ang uinidad
pe rmane nte y parie nte s e n y afine s has ta e l
privac ió n injus ta de la libe rtad el 1° de cons ang uinidad c ons ang uinidad cons ang uinidad 2º damnific ado s
Té rmino de privac ió n injus ta 50% del 35% de l 25% del 15% de l
Po rc e ntaje de la Po rc e ntaje de la Po rc e ntaje de la Porc e ntaje de la
en me s es Víc tima dire c ta Víc tima dire c ta Víc tima dire c ta Víc tima dire c ta
SMLMV S MLMV S MLMV SMLMV S MLMV
S upe rio r a 18 me s e s 100 50 35 25 15

S upe rio r a 12 e infe rio r a 18 90 45 31,5 22,5 13,5

S upe rio r a 9 e infe rio r a 12 80 40 28 20 12

S upe rio r a 6 e infe rio r a 9 70 35 24,5 17,5 10,5

S upe rio r a 3 e infe rio r a 6 50 25 17,5 12,5 7,5

S upe rio r a 1 e infe rio r a 3 35 17,5 12,25 8,75 5,25

Ig ual e infe rio r a 1 15 7,5 5,25 3,75 2,25

En razón a lo dispuesto en la providencia en cita, cuando la privación injusta de la


libertad haya tenido una duración superior a 3 meses e inferior a 6, la
indemnización por concepto de perjuicios morales debe fijarse en un monto de 50
salarios mínimos para la víctima directa, su cónyuge, sus hijos y sus padres,
mientras que para los hermanos corresponderá un valor equivalente a 25 salarios
mínimos legales mensuales vigentes.

Toda vez que en el sub lite la privación de la libertad padecida por Arturo Martínez
Vega tuvo lugar por 5 meses y 24 días, y que los vínculos de consanguineidad
quedaron planamente probados de conformidad con los Registros de Nacimientos
aportados con el escrito de demanda (fls. 55-86 C1), la Sala reconocerá las sumas
solicitadas.

Ahora bien, de conformidad con las consideraciones efectuadas en precedencia,


será excluida de tal reconocimiento a la demandante Claudia Leonor Ochoa
Amaya, quien actúa en nombre propio y en representación de su menor hija
Jessica Marcela Martínez Ochoa, toda vez que la Sala logró acreditar que las
mismas se expusieron de manera imprudente al perjuicio solicitado.

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

Por lo anterior, el monto a reconocer por concepto de perjuicios morales, es el que


a continuación se relaciona:

Beneficiario Calidad Valor a reconocer


Arturo Martínez Vega Víctima directa 50 SMLMV
Camilo Andrés Martínez Ochoa Hijo 50 SMLMV
Arturo Martínez Ochoa Hijo 50 SMLMV
María de Jesús Vega de Martínez Mamá 50 SMLMV
Olga Martínez Vega Hermana 25 SMLMV
Víctor Alfonso Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
Alexander Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
Geovanny Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
Héctor Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
María Elcy Martínez Vega Hermana 25 SMLMV
Total 350 SMLMV

2. Del perjuicio por violación a bienes o intereses constitucionales

En el caso concreto los demandantes alegan haber sufrido perjuicios inmateriales


en la modalidad de alteración grave a las condiciones de existencia por la
violación de los derechos fundamentales a la libertad, el buen nombre, la honra, la
dignidad humana, la presunción de inocencia y la unidad e intimidad familiar.

Según lo ha determinado la jurisprudencia del Consejo de Estado, esta clase de


perjuicios se enmarca en la categoría denominada afectaciones a bienes o
derechos constitucional o convencionalmente protegidos. Sobre sus principales
características y reglas a tener en cuenta para proceder a su reparación, ha
señalado:

i) Es un daño inmaterial que proviene de la vulneración o afectación a


derechos contenidos en fuentes normativas diversas: sus causas emanan
de vulneraciones o afectaciones a bienes o derechos constitucionales y
convencionales. Por lo tanto, es una nueva categoría de daño inmaterial.

ii) Se trata de vulneraciones o afectaciones relevantes, las cuales producen


un efecto dañoso, negativo y antijurídico a bienes o derechos
constitucionales y convencionales.

iii) Es un daño autónomo: no depende de otras categorías de daños,


porque no está condicionado a la configuración de otros tradicionalmente

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
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Sentencia de segunda instancia

reconocidos, como los perjuicios materiales, el daño a la salud y el daño


moral, ni depende del agotamiento previo de otros requisitos, ya que su
concreción se realiza mediante presupuestos de configuración propios, que
se comprueban o acreditan en cada situación fáctica particular.

iv) La vulneración o afectación relevante puede ser temporal o definitiva:


los efectos del daño se manifiestan en el tiempo, de acuerdo al grado de
intensidad de la afectación, esto es, el impedimento para la víctima directa
e indirecta de gozar y disfrutar plena y legítimamente de sus derechos
constitucionales y convencionales37.

15.4.2. La reparación del referido daño abarca los siguientes aspectos:

i) El objetivo de reparar este daño es el de restablecer plenamente a la


víctima en el ejercicio de sus derechos. La reparación de la víctima está
orientada a: (a) restaurar plenamente los bienes o derechos
constitucionales y convencionales, de manera individual y colectiva; (b)
lograr no solo que desaparezcan las causas originarias de la lesividad, sino
también que la víctima, de acuerdo con las posibilidades jurídicas y
fácticas, pueda volver a disfrutar de sus derechos, en lo posible en
similares condiciones en las que estuvo antes de que ocurriera el daño; (c)
propender para que en el futuro la vulneración o afectación a bienes o
derechos constitucionales y convencionales no tengan lugar; y (d) buscar la
realización efectiva de la igualdad sustancial.

ii) La reparación del daño es dispositiva: si bien las medidas de reparación


de este tipo de daños pueden serlo a petición de parte, también operan de
oficio, siempre y cuando aparezca acreditada su existencia.

iii) La legitimación de las víctimas del daño: se reconoce a la víctima directa


de la lesión como a su núcleo familiar más cercano, esto es, cónyuge o
compañero (a) permanente y los parientes hasta el 1º de consanguinidad,
incluida la relación familiar biológica, la civil derivada de la adopción y
aquellas denominadas "de crianza", en atención a las relaciones de
solidaridad y afecto que se presumen entre ellos.

iv) Es un daño que se repara principalmente a través de medidas de


carácter no pecuniario: se privilegian por excelencia las medidas
reparatorias no indemnizatorias; sin embargo, en casos excepcionales cuya
reparación integral, a consideración del juez, no sean suficientes,
pertinentes, oportunas o posibles podrá otorgarse una indemnización, única
y exclusivamente a la víctima directa, mediante el establecimiento de una
medida pecuniaria hasta 100 SMLMV, si fuere el caso, siempre y cuando la
indemnización no hubiere sido reconocida con fundamento en el daño a la
salud. Ese quantum deberá motivarse por el juez y ser proporcional a la
intensidad del daño y/o la naturaleza del bien o derecho afectado.

v) Es un daño que requiere de un presupuesto de declaración: debe existir


una expresa declaración de responsabilidad del Estado por la existencia de
un daño a bienes constitucionales y convencionales imputables al mismo, y
37
Consejo de Estado. Sala Plena – Sección Tercera. Consejero Ponente: Ramiro de Jesús Pazos Guerrero.
Radicado: 05001232500019990106301 (32988). 28 de agosto de 2014.

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Sentencia de segunda instancia

se deben justificar y especificar las medidas de reparación integral


adecuadas y pertinentes al caso, de tal manera que el Estado ejecute el
debitum iuris. Las medidas de reparación integral operarán teniendo en
cuenta la relevancia del caso y la gravedad de los hechos, todo con el
propósito de restablecer la dignidad de las víctimas, reprobar las relevantes
violaciones a los derechos humanos y concretar las medidas de garantía
de verdad, justicia, reparación, no repetición y las demás definidas por el
derecho internacional.

vi) Es un daño frente al cual se confirme el rol del juez de responsabilidad


extracontractual como reparador integral de derechos vulnerados, sin
desconocer que las indemnizaciones que tradicionalmente han venido
siendo reconocidas impactan directa o indirectamente en los derechos de
las víctimas; sin embargo, en tratándose de vulneraciones o afectaciones
relevantes a derechos constitucional y convencionalmente amparados, se
impone la necesidad de que el juez acuda a otras medidas, con el fin de
reparar plenamente a las víctimas.

15.4.3. En aras de evitar una doble reparación, el juez deberá verificar ex


ante: (a) que se trate de una vulneración o afectación relevante de un bien
o derecho constitucional o convencional; (b) que sea antijurídica; (c) que en
caso de ordenarse una indemnización excepcional, no esté comprendida
dentro de los perjuicios materiales e inmateriales ya reconocidos, y (d) que
las medidas de reparación sean correlativas, oportunas, pertinentes y
adecuadas al daño generado38.

En síntesis, el Consejo de Estado ha aceptado la existencia de un daño


extrapatrimonial distinto a los tradicionalmente reconocidos, a través del cual se
pretende la indemnización de los daños causados por la vulneración de los
derechos fundamentales consignados en la Constitución Política de 1991, para lo
cual se debe demostrar su ocurrencia dado que la misma no goza de presunción.

Visto lo anterior, procede la Sala a verificar la vulneración de cada uno de los


derechos fundamentales que se señalan vulnerados.

Respecto de la afectación a la honra y buen nombre, ha sido reconocida por el


Consejo de Estado en aquellos eventos en que la captura de una persona tiene tal
publicidad que afecta gravemente su imagen, prestigio y reputación, por ejemplo el
cubrimiento de la noticia a través de medios de comunicación 39.

38
Ibídem.
39
Ver Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de 09 de junio
de 2010. Consejero Ponente Dr. Enrique Gil Botero. Rad. No. 52001-23-31-000-1997-08775-01(19283).

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

La Sala observa que en el sub examine, los demandantes no demostraron un


detrimento grave a su imagen, prestigio o reputación como consecuencia de la
privación de la libertad de la cual fue objeto Arturo Martínez Vega, luego no habrá
lugar a su reconocimiento.

Similar situación se desprende de la vulneración alegada respecto a la dignidad


humana, toda vez que si bien el demandante Arturo Martínez Vega fue privado de
su libertad por 5 meses y 24 días, no demostró que sus condiciones de reclusión
hubiesen sido degradantes o indignas en comparación a las que se someten los
demás reclusos por el simple hecho de la aprensión.

Así mismo se afirma existió una vulneración al derecho a la intimidad y unidad


familiar, dada la afectación que sufrieron por la privación injusta de la libertad. Al
respecto, si bien la Sala no desconoce la importancia del derecho a la familia, y la
importancia que la unidad entre sus integrantes tiene para el desarrollo personal
de sus miembros, en especial de los menores, lo cierto es que la petición
corresponde a aquellos sentimientos propios del perjuicio moral, ya analizado y
reconocido previamente, más no una afectación a cada uno de los núcleos
familiares demandantes o una afectación al derecho incoado, motivo por el cual se
negará el reconocimiento de la indemnización solicitada por este concepto.

Finalmente, la parte actora solicita el reconocimiento de indemnización por la


violación de los derechos a la libertad y presunción de inocencia de Arturo
Martínez Vega, sin embargo, advierte la Sala que estos derechos ya fueron objeto
de indemnización, toda vez que el monto reconocido por concepto de daños
morales pretende resarcir los sentimientos de angustia, congoja y dolor padecidos
como consecuencia de la privación misma.

Bajo las anteriores consideraciones, la Sala negará el reconocimiento y pago de


los perjuicios por violación a bienes o intereses constitucionales.

3. Otras medidas de reparación

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
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Sentencia de segunda instancia

Atendiendo a que, en el libelo de la demanda, se solicitan medidas de reparación


integral no pecuniarias, se procede a transcribir las mismas y a realizar análisis de
la siguiente manera:

 Que las entidades demandadas ofrezcan en forma expresa y escrita,


excusas públicas al señor Arturo Martínez Vega por los daños y
perjuicios causados, con ocasión de la privación injusta de la libertad a
la que se vio sometido desde el 15 de mayo hasta el 8 de noviembre
de 2013.
 Que las entidades demandadas suministren la orientación sicológica
pertinente al grupo familiar demandante, para superar las secuelas
sicológicas causadas por la privación injusta de la libertad a la que se
vio sometido el señor Martínez Vega, desde el 15 de mayo hasta el 8
de noviembre de 2013.

Encuentra la Sala que la segunda de las medidas solicitadas tendientes a la


obtención de orientación psicológica para el grupo familiar demandante no resulta
procedente, toda vez que ordenar atención de naturaleza clínica, supondría el
reconocimiento previo de daño a salud; toda vez que en el presente caso no se
solicitó de manera expresa o llegó a demostrar afectación alguna a la integridad
física y psicológica de los demandantes, no existe fundamento para acceder a lo
solicitado.

Por su parte, advierte la Sala que la medida consistente en el ofrecimiento


excusas públicas, resulta compatible con el sentido de este fallo pues cumple con
una finalidad preventiva tendiente a que los despachos judiciales de esta
jurisdicción analicen con mayor rigurosidad el acervo probatorio aportado y se
pronuncien en derecho sin vulnerar los postulados constitucionales del debido
proceso y la presunción de inocencia.

Por lo tanto, se accederá a la solicitud efectuada por la parte actora y en


consecuencia se ordenará a la Nación – Rama Judicial la elaboración de un acto
público de reconocimiento de responsabilidad en el que se ofrezca excusas a los
demandantes por los perjuicios que les fueron irrogados con ocasión de la
privación injusta de la libertad a la que se vio sometido Arturo Martínez Vega.

4. Del perjuicio material

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Sentencia de segunda instancia

4.1. Del daño emergente consolidado

Se solicita el reconocimiento de daño emergente consolidado en favor del


demandante, por la suma de $8.000.000,oo, por concepto de los honorarios
profesionales cancelados al abogado Jaime Enrique Peña, quien actuó como
apoderado especial de Arturo Martínez Vega dentro del proceso penal con
radicado No. 11001-6000-055-2009-01073.

El Consejo de Estado en reiterada jurisprudencia ha sostenido que para la


procedencia en el reconocimiento de los perjuicios originados en razón del pago
de honorarios de abogado dentro de un proceso penal es necesario demostrar
además de la defensa llevada a cabo a favor del accionante, el pago efectuado a
favor del jurisconsulto, mediante un recibo de pago u otro medio de prueba que
permita acreditar el pago de los honorarios profesionales 40. En ese sentido ha
señalado:

[…] en relación con el reconocimiento del perjuicio material en la


modalidad de daño emergente ocasionado por concepto de pago de
honorarios de abogados que representaron a la víctima del daño en el
proceso penal, en casos de privación injusta, la Sala de manera
reiterada ha señalado que para acceder a ese reconocimiento debe
acreditarse la existencia del perjuicio, es decir, que se debe probar el
pago correspondiente a los honorarios del profesional del derecho que
asistió a la víctima en el proceso penal.

Al respecto, la Sala en un caso similar al que ahora se debate


consideró:

“… en virtud de que según jurisprudencia reiterada de esta Sección,


estos perjuicios materiales se traducen en las pérdidas económicas
que se causan con ocasión de un hecho, acción, omisión u operación
administrativa imputable a la entidad demandada que origina el
derecho a la reparación y que en consideración al principio de
reparación integral del daño, consagrado en el artículo 16 de la Ley
446 de 1.998, solamente pueden indemnizarse a título de perjuicios
materiales (daño emergente y/o lucro cesante), los valores que
efectivamente empobrecieron a la víctima o que debieron sufragarse
como consecuencia de la ocurrencia del hecho dañoso y del daño

40
Entre otras ver sentencias del Consejo de Estado Sección Tercera: sentencia del 21 de septiembre del 2016, C.P.: Marta
Nubia Velásquez Rico, Exp.: 44460; sentencia del 21 de septiembre del 2016, C.P.: Marta Nubia Velásquez Rico, Exp.:
43737; sentencia del 27 de septiembre del 2016, C.P.: Guillermo Sánchez Luque, Exp.: 47046; sentencia del 7 de diciembre
del 2016, C.P.: Marta Nubia Velásquez Rico, Exp.: 42759.

54
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Sentencia de segunda instancia

mismo, o que dejaron de percibirse como consecuencia directa del


daño.

Finalmente, en cuanto a los gastos procesales con ocasión de la


privación injusta de la libertad, los mismos serán denegados
pues no obra en el proceso elemento material alguno que los
acredite, amén de que no se aportó contrato de prestación de
servicios profesionales, recibos de pago u otro medio que
permita inferir el pago de los referidos honorarios profesionales,
por lo cual no hay lugar a reconocer rubro alguno por dicho
perjuicio material.” (Se destaca).

De conformidad con lo anterior, la Sala confirmará en este punto la


sentencia apelada en el sentido que denegó el reconocimiento de este
perjuicio, habida cuenta de que no se aportó al proceso, el contrato de
prestación de servicios profesionales, algún recibo de pago u otro
medio de prueba que permita tener por demostrado el pago de los
honorarios profesionales, razón por la cual no hay lugar a acceder a
esa pretensión.41 (Cursiva, negrilla y subrayado del texto original).

Ahora bien, en el sub examine se advierte que, de acuerdo con la constancia que
obra a folio 60 del cuaderno principal, el abogado Jaime Enrique Pena, identificado
con la cédula de ciudadanía No. 19.177.903 y portador de la T.P. No. 67.875 del
C. S. de la J, Arturo Martínez Vega canceló a su favor la suma de $4.000.000,oo
por la asistencia jurídica ante el Juzgado 44 Penal de Conocimiento, hasta la
fecha de la sentencia.

Sin embargo, en relación a los $4.000.000,oo restantes alegados por la parte


actora, dicha constancia refiere que el valor no le había sido cancelado y no
existiendo medio de prueba adicional que certifique la asunción de dicho monto,
solo se tendrán por probados, dado que el documento no fue objeto de tacha, los
$4.000.000,oo inicialmente referidos por concepto de honorarios profesionales.

El anterior valor será actualizado teniendo en cuenta el IPC vigente al momento en


que el demandante recobró la libertad, toda vez que no se tiene certeza sobre la
fecha en que operó el pago de los honorarios, y el IPC del mes anterior a la
presente sentencia, como pasa a verse a continuación:

Ra = Rh * If
In
41
Consejo de Estado Sala de lo Contencioso Administrativo Sección Tercera Subsección A, sentencia del 23 de noviembre
del 2016, Radicado: 08001-23-31-004-2009-00857-01(42714), C.P.: Marta Nubia Velásquez Rico, Actor: Doris Virginia Ortiz
Benítez y otros, Demandado: Fiscalía General de la Nación – Ministerio de Defensa Nacional – Policía Nacional.

55
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

Ra = $4.000.000,oo * (IPC diciembre 2019)


(IPC noviembre 2013)

Ra = $4.000.000,oo * 103.80
79.35

Ra = $5.232.514,17

En conclusión, a título de daño material, en la modalidad de daño emergente


consolidado, se reconocerá a favor de Arturo Martínez Vega la suma de
$5.232.514,17.

4.2. Del lucro cesante

El lucro cesante reclamado corresponde al reconocimiento de los salarios o


ingresos dejados de percibir por concepto de actividad laboral, producto de las
funciones desempeñadas por Arturo Martínez Vega en la empresa Vigilancia y
Seguridad Electrónica CAXAR LTDA antes de su privación.

Al expediente se allegó una certificación expedida por Llili Carina Ordoñez en


calidad de Directora de Gestión Humana de la empresa CAXAR LTDA, en la que
se indica que Arturo Martínez Vega laboró para dicha compañía por el periodo
comprendido entre el 27 de septiembre de 2012, hasta el 15 de mayo de 2013 en
el cargo de Guarda de Seguridad (fl. 58 C1).

Así mismo, mediante certificación expedida el 7 de mayo de 2013, el Gerente


General de la empresa CAXAR LTDA indicó que Arturo Martínez Vega se
encontraba vinculado mediante contrato de obra labor, por el cual percibía un
salario mensual equivalente a $589.500,oo, un auxilio de transporte mensual de
$70.500 y por concepto de horas extraordinarias $320.000,oo, para un total
mensual de $980.000,oo (fl. 57 C2).

56
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
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Sentencia de segunda instancia

Toda vez que los anteriores documentos no fueron tachados de falsos, constituyen
plena prueba de los ingresos percibidos por el demandante, los cuales dejaron de
incorporarse en su patrimonio desde la fecha que fue privado de su libertad,
cuando la empresa dio por terminado el contrato de obra o labor.

El periodo en que estuvo privado de la libertad Arturo Martínez Vega fue del 15 de
mayo de 2013 al 8 de noviembre de 2013, lo cual equivale a 5.8 meses.

Al periodo anterior se le sumarán los 3.16 meses que tardó en conseguir un nuevo
empleo después de recobrar su libertad, para un total a liquidar de 8.96 meses.

Ahora bien, toda vez que el demandante logró demostrar su calidad de empleado
para la fecha en que fue privado de su libertad, y dado que los valores solicitados
por concepto de prestaciones sociales, a saber, prima de servicios, cesantías,
intereses sobre las cesantías y vacaciones no fueron objeto de prueba, de
conformidad con la jurisprudencia reiterada del Consejo de Estado, el monto
mensual percibido por Arturo Martínez Vega durante el periodo que laboró para la
empresa de vigilancia CAXAR LTDA, adicional al periodo posterior a la obtención
de la libertad en la que no tuvo ninguna fuente de ingresos, será incrementado en
un 25% por concepto de dichas prestaciones, para un total mensual de
$1’225.000.

Se empleará la fórmula utilizada por el Consejo de Estado para el lucro cesante


consolidado:

n
S = Ra (1+i) - 1
i
En donde:
Ra = Renta actualizada, es decir, el monto mensual actualizado de los
ingresos de la víctima
i = Interés legal, equivalente a 0,004867
n = Número de meses en que fue privado de la libertad Arturo Martínez
Vega más los meses posteriores a su libertad sin trabajo, es decir,
8.96 meses.

Entonces,

57
Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
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Sentencia de segunda instancia

Se debe actualizar dicha suma que se busca desde la fecha de los hechos hasta
la fecha en que se dicta sentencia, conforme a la siguiente fórmula:

Ra = Rh Índice Final (If)


Índice Inicial (Ii)

Donde:

Ra = Renta actualizada
Rh = Renta histórica, es decir, el salario devengado mínimo legal mensual
vigente de 2013
Ii = Índice de precios al consumidor, certificado por el DANE, del mes en el
que inició la privación de la libertad del actor (mayo de 2013)
If = Índice de precios al consumidor, certificado por el DANE del mes anterior al
que es proferida la presente sentencia (diciembre de 2019)

Ra = $1’225.000 Índice Final (If) (diciembre de 2019)


Índice Inicial (Ii) (mayo de 2013)

Ra = $1’225.000 103,80 =
79,21

Ra = $1’605,289.73

Toda vez que la suma anterior no es inferior al salario mínimo legal, se procederá
a la liquidación tomando dicho valor como renta actualizada y aplicando la formula
señalada en precedencia:

S = Ra ( 1+i) - 1
i
8.96
S = $1’605.289.73 x (1 + 0.004867) - 1
0.004867

S = $1’605.289.73 x 0.044462 = $14.665.180,75


0.004867

S = $14’665.180,75 a título de Lucro Cesante en favor de Arturo Martínez Vega.

58
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Sentencia de segunda instancia

VIII. CONCLUSIÓN

En síntesis, al haberse causado un daño antijurídico a los actores con ocasión de


la privación injusta de la libertad de Arturo Martínez Vega, por el periodo
comprendido entre el 15 de mayo de 2013 y el 8 de noviembre de 2013, toda vez
que se impuso una condena de 120 meses de prisión por el delito de acto sexual
con menor de 14 años, para posteriormente ser absuelto en segunda instancia en
aplicación del principio in dubio pro reo, quedando incólume la presunción de
inocencia, y al ser esta una carga que no estaban en la obligación de soportar,
debe ser declarada administrativamente responsable la Nación – Rama Judicial
bajo la tesis de la falla del servicio, y condenarse al resarcimiento de los perjuicios
causados conforme a la tasación realizada en el acápite anterior. Así mismo, se
declarará probada la excepción de falta de legitimación en la causa por pasiva
material a favor de la Nación – Fiscalía General de la Nación, toda vez que quedó
demostrado que esta no intervino en la adopción de la decisión judicial que
condujo a la privación de la libertad del demandante. Finalmente se condenará a
la demandada a ejecutar la medida de reparación integral consistente en la
publicación de un acto escrito en el que ofrezca disculpas a los afectados.

IX. DE LAS COSTAS Y AGENCIAS EN DERECHO

Hay lugar a la condena en costas en primera y segunda instancia a la parte


demandada que resultó vencida, por cuanto de conformidad con los artículos 188
del CPACA, en concordancia con el numeral 4 del artículo 365 del CGP 42, dispone
42
Artículo 365. Condena en costas.
En los procesos y en las actuaciones posteriores a aquellos en que haya controversia la condena en costas se sujetará a
las siguientes reglas:
1. Se condenará en costas a la parte vencida en el proceso, o a quien se le resuelva desfavorablemente el recurso de
apelación, casación, queja, súplica, anulación o revisión que haya propuesto. Además, en los casos especiales previstos en
este código.
Además se condenará en costas a quien se le resuelva de manera desfavorable un incidente, la formulación de
excepciones previas, una solicitud de nulidad o de amparo de pobreza, sin perjuicio de lo dispuesto en relación con la
temeridad o mala fe.
2. La condena se hará en sentencia o auto que resuelva la actuación que dio lugar a aquella.
3. En la providencia del superior que confirme en todas sus partes la de primera instancia se condenará al recurrente en las
costas de la segunda.
4. Cuando la sentencia de segunda instancia revoque totalmente la del inferior, la parte vencida será condenada a pagar las
costas de ambas instancias.
[…]

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Radicado No. 11001-33-36-032-2015-00274-01
Medio de control: Reparación directa
Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

que éstas proceden cuando se revoque totalmente la decisión del inferior, por
tanto la Nación – Rama Judicial será condenada a pagar las costas de ambas
instancias que serán liquidadas por la Secretaría del Juzgado Treinta y Dos
Administrativo Oral de Bogotá D.C. – Sección Tercera.

Respecto de las agencias en derecho, se reconocen las mismas a favor de los


demandantes, contra la Nación – Rama Judicial de conformidad con lo dispuesto
en el Acuerdo 1887 del 26 de junio de 2003, proferido por la Sala Administrativa
del Consejo Superior de la Judicatura, por un valor equivalente al 2% para primera
instancia y 1% para segunda instancia de las pretensiones reconocidas para un
total de 3%.

En mérito de lo expuesto, el TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE


CUNDINAMARCA, SECCIÓN TERCERA, SUBSECCIÓN B, administrando
Justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,

FALLA:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia de primera instancia de 18 de junio de 2018,


proferida por el Juzgado Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito Judicial de
Bogotá D.C. – Sección Tercera, que negó las pretensiones de la demanda, de
conformidad con lo expuesto en la presente providencia.

SEGUNDO: DECLARAR probada la excepción de falta de legitimación en la


causa por pasiva material propuesta por la Nación – Fiscalía General de la
Nación, de conformidad con lo expuesto en la parte motiva.

TERCERO: DECLARAR a la NACIÓN – RAMA JUDICIAL responsable


administrativa y patrimonialmente por los perjuicios causados a los demandantes
en razón a la privación injusta de la libertad padecida por Arturo Martínez Vega en
el periodo comprendido entre el 15 de mayo y el 8 de noviembre de 2013, de
conformidad con lo expuesto en la presente providencia.

CUARTO: Consecuencia de lo anterior, CONDENAR a la NACIÓN – RAMA


JUDICIAL, a pagar a los demandantes por concepto de perjuicios morales

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trecientos cincuenta (350) salarios mínimos legales mensuales vigentes a la


ejecutoria de la presente providencia los cuales se distribuyen así:

Beneficiario Calidad Valor a reconocer


Arturo Martínez Vega Víctima directa 50 SMLMV
Camilo Andrés Martínez Ochoa Hijo 50 SMLMV
Arturo Martínez Ochoa Hijo 50 SMLMV
María de Jesús Vega de Martínez Mamá 50 SMLMV
Olga Martínez Vega Hermana 25 SMLMV
Víctor Alfonso Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
Alexander Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
Geovanny Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
Héctor Martínez Vega Hermano 25 SMLMV
María Elcy Martínez Vega Hermana 25 SMLMV
Total 350 SMLMV

QUINTO: CONDENAR a la NACIÓN – RAMA JUDICIAL, a pagar a Arturo


Martínez Vega, por concepto de perjuicios materiales en la modalidad de daño
emergente consolidado, cinco millones doscientos treinta y dos mil
quinientos catorce pesos con diecisiete centavos ($5’232.514,17) m/cte.

SEXTO: CONDENAR a la NACIÓN – RAMA JUDICIAL, a pagar a Arturo


Martínez Vega, por concepto de perjuicios materiales en la modalidad de lucro
cesante, catorce millones seiscientos sesenta y cinco mil ciento ochenta
pesos con setenta y cinco centavos ($14.665.180,75) m/cte.

SÉPTIMO: ORDENAR a la NACIÓN – RAMA JUDICIAL a que con posterioridad


a la notificación de la presente providencia, elabore un acto público de
reconocimiento de responsabilidad en el que ofrezca excusas a los demandantes
por los perjuicios que les fueron irrogados con ocasión de la privación injusta de la
libertad a la que se vio sometido Arturo Martínez Vega.

OCTAVO: NEGAR las demás pretensiones de la demanda, de acuerdo a las


razones expuestas en el presente fallo.

NOVENO: El pago de las condenas aquí impuestas se realizará de conformidad


con lo establecido en los artículos 192 y 195 del C.P.A.C.A.

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Sentencia de segunda instancia

DÉCIMO: CONDENAR en costas de primera y segunda instancia a la Nación –


Rama Judicial, incluyendo como agencias en derecho en esta instancia el
equivalente al 2% de lo reconocido en la presente providencia y en primera
instancia el 1% de lo reconocido en esta sentencia, que serán liquidados por la
secretaría del Juzgado Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito Judicial de
Bogotá D.C. – Sección Tercera, en los términos del artículo 366 del Código
General del Proceso43.

DECIMO PRIMERO: Ejecutoriada la presente providencia, por Secretaría de la


Sección DEVOLVER al juzgado de origen, previas constancias de rigor.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Proyecto discutido y aprobado en sala según Acta del 30 de enero de 2020

HENRY ALDEMAR BARRETO MOGOLLÓN


Magistrado

43
Artículo 366. Liquidación. Las costas y agencias en derecho serán liquidadas de manera concentrada en el juzgado que
haya conocido del proceso en primera o única instancia, inmediatamente quede ejecutoriada la providencia que le ponga fin
al proceso o notificado el auto de obedecimiento a lo dispuesto por el superior, con sujeción a las siguientes reglas:
1. El secretario hará la liquidación y corresponderá al juez aprobarla o rehacerla.
2. Al momento de liquidar, el secretario tomará en cuenta la totalidad de las condenas que se hayan impuesto en los autos
que hayan
resuelto los recursos, en los incidentes y trámites que los sustituyan, en las sentencias de ambas instancias y en el recurso
extraordinario de casación, según sea el caso.
3. La liquidación incluirá el valor de los honorarios de auxiliares de la justicia, los demás gastos judiciales hechos por la
parte beneficiada con la condena, siempre que aparezcan comprobados, hayan sido útiles y correspondan a actuaciones
autorizadas por la ley, y las agencias en derecho que fije el magistrado sustanciador o el juez, aunque se litigue sin
apoderado.
Los honorarios de los peritos contratados directamente por las partes serán incluidos en la liquidación de costas, siempre
que aparezcan comprobados y el juez los encuentre razonables. Si su valor excede los parámetros establecidos por el
Consejo Superior de la Judicatura y por las entidades especializadas, el juez los regulará.
4. Para la fijación de agencias en derecho deberán aplicarse las tarifas que establezca el Consejo Superior de la Judicatura.
Si aquellas establecen solamente un mínimo, o este y un máximo, el juez tendrá en cuenta, además, la naturaleza, calidad y
duración de la gestión realizada por el apoderado o la parte que litigó personalmente, la cuantía del proceso y otras
circunstancias especiales, sin que pueda exceder el máximo de dichas tarifas.
5. La liquidación de las expensas y el monto de las agencias en derecho solo podrán controvertirse mediante los recursos
de reposición y apelación contra el auto que apruebe la liquidación de costas. La apelación se concederá en el efecto
diferido, pero si no existiere actuación pendiente, se concederá en el suspensivo.
6. Cuando la condena se imponga en la sentencia que resuelva los recursos de casación y revisión o se haga a favor o en
contra de un tercero, la liquidación se hará inmediatamente quede ejecutoriada la respectiva providencia o la notificación del
auto de obedecimiento al superior, según el caso.

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Demandante: Arturo Martínez Vega y Otros
Demandado: Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación
Sentencia de segunda instancia

FRANKLIN PÉREZ CAMARGO MARÍA CRISTINA QUINTERO FACUNDO


Magistrado Magistrada (E)

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