Ministerio De Poder Popular Para La Educación Universitaria
Universidad Bolivariana De Venezuela P.N.F. Estudios Jurídicos
SISTEMA ECONÓMICO FINANCIERO Y MUNDO PRODUCTIVO
Facilitador: Alumno:
Prof. Angie Murillo Hernández. P. Fernando
Ci. V- 13.673.839 Unidad. IV. Análisis.
Sistema Económico en Venezuela:
Sistema Económico en Venezuela, tema a analizar Delicado dependiendo la lupa
o el lente con que se mire cada perspectiva o la manera imparcial y profesional con que se mire nuestra realidad actual, para nadie es un secreto que en nuestro país existe a mi punto de vista una duabilidad de criterios o duabilidad de pensamiento. Por un lado, el pensamiento del Estado el gobierno actual Socialista y Revolucionario y por otro la Oposición con tendencias Capitalista y Liberal, es por ello que no se hace fácil abordar este tema motivado a que cada uno de nosotros tiene su muy particular punto de vista y es por ello que unos pueden ser más radicales que otros, pero sin temor a la verdad y a la realidad o por lo menos mi realidad, a su vez pidiendo disculpa de ante mano a mi estimada profesora por no utilizar 4 hojas si no 5 para esta tan interesante, actual y polémico tema a tratar, así pues doy inicio a mi análisis. Quisiera comenzar mi análisis estableciendo primeramente que es un sistema económico. Un sistema económico es el conjunto de relaciones y procedimientos institucionalizados con el que se trata de resolver un problema económico. Tiene como función la asignación de los recursos de la sociedad entre las distintas actividades productivas y la distribución de los bienes y servicios de consumo entre los individuos de la misma. En Venezuela existe lo que podría llamarse como un doble sistema económico, ya que se manifiesta tanto el capitalismo como el socialismo. Siendo este primero un sistema económico en el que las empresas privadas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios; mientras que, el socialismo puede conceptualizarse como aquél sistema económico basado en la igualdad social, la justicia y la equidad sin clases opuestas. De forma sistemática podría resumir algunas de las posibles tendencias que observo en este 2020. Este devenir estimado, se construye con base a una probable continuidad de la senda por la cual transcurrió el país en el último año y que merece un análisis concreto. La extraordinaria dificultad que extraña la proyección en cuestión, dificulta en extremo la certeza que pudiera adquirir mi apreciación del comportamiento de las variables que examinamos en prospectiva. La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, a quien nadie puede acusar de: “marxismo cultural”, ha advertido que este 2020 la economía global corre un grave riesgo de sumirse de nuevo en una Gran Depresión, impulsada por la creciente desigualdad y una fuerte inestabilidad del sector financiero. La severa desigualdad en la distribución de los ingresos y las fuertes asimetrías en la riqueza, han alcanzado niveles récord. El PIB para el año 2019, creo que la economía pudo haber descendido alrededor de un 6 % a lo largo del 2019, motivado fundamentalmente al descenso paulatino en la extracción de petróleo (enero 2019-diciembre 2019) de 39 %, según fuentes secundarias dadas a la OPEP. En el sector comercial parece haber una inesperada sensación de bonanza, según FEDECAMARAS puede que en el 2020 se presente: “un resurgimiento de la economía influenciada por las fuerzas del mercado”. De operarse ciertas aperturas en el área petrolera, y sobre todo en el sector gasífero que diariamente quema más gas que lo que exporta Bolivia. La firma Ecoanalítica supone que más del 53% del total de las transacciones en el país se realizan en divisas. Aunque a nosotros nos parezca exagerado, es notorio el auge de la utilización de divisas en la economía, y como muchas personas están guardando divisas en efectivo en sus casas. Todo ello devendría en una formalización de una circulación bimonetaria, en la cual el dólar sirva para pagos de montos elevados y el bolívar para montos chicos. El petro como experimento aún parece demasiado a mi punto de vista aislado de la realidad. En este mismo orden de ideas, El feroz encaje legal de 100 %, más el tosco encaje marginal de 60 %, tiene a la banca completamente amarrada. Estas medidas restrictivas han destruido por completo la capacidad de ésta para ofrecer créditos. Sin préstamos no puede haber apalancamiento financiero posible para ninguna actividad económica y no puede haber créditos al consumo. Por ello es imposible recuperar a la economía si esta situación no cesa. Así mismo Las Reservas Internacionales, ahora solo alcanzan a alrededor de $ 800 millones en efectivo y otros $ 200 millones adicionales en otros activos líquidos. Otros $ 5,2 millardos están expresados en oro que por las sanciones se hace muy difícil de enajenar, y que, de hacerlo, trae consigo una trama muy poco transparente de operadores y comisionistas que inflan costos, y diluyen el beneficio a la nación por todas las actividades que se realizan en las sombras. No obstante, La extracción petrolera cerró en alrededor de 687.000 barriles diarios, lo que denotó una contracción acumulada. La extraordinaria crisis petrolera, fuertemente agudizada por las sanciones, se debe a factores concretos como: corrupción extrema, subsidios extremos, bajos salarios, éxodo laboral y fuerte desinversión. Todo ello sería factible si se logra resolver la compleja trama jurídico- burocrática que frena a la inversión. La minería avanza a lamentables pasos en el sur del país. En el sur se desarrolla el funesto Arco Minero del Orinoco, ahí se realiza un sangriento combate entre grupos irregulares armados por el control de la explotación de una riqueza mineral que escasamente tributa al fisco. La enorme contaminación de la mega minería a cielo abierto y la minería artesanal con mercurio, destruye grandes reservas ambientales completamente irrecuperables. Contamina agua dulce y aniquila hábitats que, en su proyecto integral, ocupa un área casi tres veces del tamaño de Holanda. El cierre completo de esas actividades es imprescindible. Una recuperación de la industria petrolera, a niveles mínimos, sería mucho más beneficiosa que el ingreso fiscal que en el mejor de los casos se pudiera recibir. Ni hablar que la destrucción ambiental sería mucho menor. El mercado inmobiliario parece tener un auge substancial, aunque obviamente muy lejano al boom visto en tiempos de otrora. Luego que el PIB en el sector construcción decreciera en un asombroso: 97 % cifras de BCV. El ámbito comercial pareciera experimentar una cierta expansión que en el 2020 debería, si los incentivos se expanden, sostenerse. El negocio del comúnmente llamado “bodegón” no representa nada más que la expresión de un severo proceso de desindustrialización pos rentístico y, por ende, una trágica caída en la escala productiva. Cientos de mercancías que en el país se producían a buen precio, ahora se importan y se venden como artículos de lujo a montos mucho más elevados que los que tenían cuando en el país se fabricaban. Por lo anterior, y por los beneficios tributarios que ahora reciben, el “bodegón” no es propiamente expresión de progreso o recuperación. Es apenas una forma en la cual se tratan de captar las divisas que ingresan al país por vías no convencionales. La inversión en el mercado de valores parece ser un territorio bastante llamativo para que las empresas puedan financiarse a bajo costo y de manera expedita. Ante la tremebunda escasez de dinero y las trabas ligadas a un desmedido encaje legal, el sector bursátil ofrece alternativas atractivas. Para el año 2019 la inflación anual según la comisión de finanzas de la AN fue de: 7.374,4 % (AN), y la inflación alcanzada en diciembre de 2019 fue de: 33,1 %.. Ello trajo consigo un incremento del dólar paralelo en: 250 % en ese mismo período. Un sobreajuste en el tipo de cambio, impulsado por la mar de comerciantes tratando de comprar divisas con los bolívares “creados” a través de la repartición de millones de Petros. Si los aumentos de salario son muy bajos ($ 3 o $ 4 adicionales al mes, por incremento) y si el gobierno continúa con la política de ofrecer reducidos bonos a través del carné de la patria, como compensación por el escueto salario, es probable que la ampliación en la base monetaria sea considerablemente menor en el 2020, por ende, la inflación también debería ser más baja. Lo ridículamente bajo del salario es un tenebroso incentivo a la inversión productiva con miras a la hechura de productos de manufactura simple y con orientación a la exportación. Lo indigno del salario ha hecho que muchos entes privados paguen muy por arriba del sueldo mínimo. Sin embargo, en el sector público la rigidez salarial es tremenda, millones de personas devengan remuneraciones míseras y tienden a abandonar masivamente sus cargos y luego a migrar. No hay actualización tecnológica ni impulso a las carreras técnicas. Se dejaron de dar becas por concurso y sólo hay algunos beneficiados por la vía del clientelismo político. El último presupuesto aprobado por la AN fue en 2015, para el período 2016. De ahí en lo sucesivo no ha habido publicación detallada del presupuesto nacional. Los economistas que publican dígitos relativos al déficit fiscal, ofrecen estimaciones gruesas. Esta acción refuerza el ciclo recesivo de la economía y empeora gravemente su capacidad de recuperación. Las medidas contractivas congelan aún más a los más impávidos números de decrecimiento, empeoran la situación, como ya se ha visto en muchos casos de economías “rescatadas” por organismos multilaterales. Es preocupante que la crisis energética se barra por debajo de la alfombra. La crisis de generación eléctrica no es más severa porque la extracción del petróleo y la producción industrial son alrededor de 80 % más bajas en que en el 2011. Una posible reactivación sería imposible si no se genera energía suficiente. La crisis en la salud requiere ingentes recursos que un presupuesto tan rácano no puede abarcar. Escasean materiales tan sencillos como: gasas, vendas e inyectadoras. No hay fármacos disponibles y los millones de empleados públicos tienen pólizas de salud que “cubren” gastos de salud equivalentes a 4 dólares, simplemente indignante e inaceptable. La inestabilidad política e inseguridad jurídica parecen cabalgar con comodidad. Los embates entre ambos bandos políticos parecen dejar daños colaterales que todos subestiman. Por un lado, la mentalidad de: “hay que sacrificarse para que yo siga al poder y por el otro lado no importan los daños, lo importante es que yo acceda al poder”. Se reafirma desconsoladamente en el espacio. Ello es una traba formidable para la recuperación de la economía y para la consecución de un acuerdo social donde las partes depongan sus intereses personales en aras de las necesidades del país. La política de “tierra arrasada” reina en los débiles cerebros amigos de las soluciones salvajes. Aspiro, sin evidencia alguna, a que el entendimiento y la razón puedan erigirse entre un océano de: barbarie, riñas estériles y pírricas victorias. Lo primero es Venezuela estimados Políticos.