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Origen de la Economía

La economía como ciencia social

La ciencia económica es la ciencia social que estudia los procesos de producción, distribución y
consumo de bienes y servicios. El objeto de estudio de la economía, como ciencia social, es el
funcionamiento del sistema económico. La economía, como fenómeno social, constituye una
unidad, pero puede ser analizada desde varias perspectivas. Es frecuente dividir estas perspectivas
en "microeconomía" y "macroeconomía". Dentro de la economía, se pueden encontrar varias
disciplinas o ramas de estudio, cada una de las cuales puede utilizar a tanto a la
microeconomía como a la macroeconomía. Algunas ramas de estudio importantes son
la economía internacional, las finanzas públicas, la economía del crecimiento, la organización
industrial, la economía laboral, la economía del bienestar, etc.

La economía como sistema económico

Un sistema económico (una economía) es el conjunto de individuos, instituciones como empresas,


estado, ONGs, etc.., los recursos naturales existentes dentro de los límites geográficos de
la economía, la infraestructura existente, y las relaciones existentes entre estos elementos, que
determinan los fenómenos de producción y distribución de bienes y servicios.

Un economía como sistema es un subsistema del sistema social. El sistema social está compuesto
por diversos subsistemas (político, cultural, económico), cada uno de estos subsistemas puede
aislarse del resto sólo mediante un proceso de abstracción. Los distintos subsistemas del sistema
social interactúan entre sí, lo que significa que el sistema económico (economía), interactúa con el
sistema político, el sistema cultural, etc. Los diferentes enfoques de las ciencias sociales analizan la
misma realidad, desde puntos de vista diferentes. Estos enfoques no son excluyentes, sino
complementarios.

Generalmente, para mencionar una economía como sistema se hace referencia al concepto
geográfico, por ejemplo, la economía mundial, la economía europea, la economía norteamericana,
la economía de una provincia o estado, etc..

Origen etimológico de la palabra economía

El origen etimológico de la palabra economía se encuentra en la palabra griega oikonomos, que


significa administración del hogar: oikos significa "hogar" y nemein, "administración".

De: https://www.econlink.com.ar/dic/economia.shtml

Diferencia entre Economía y Economía Política

Debemos distinguir dos conceptos: economía política y política económica. Es fácil la confusión
porque son las mismas palabras en castellano, pero en inglés se trata de Political Economy o
Economy Policy. En alemán es aún más notable: politische Ökonomie o Wirtschaftspolitik
(¡gracias traductor de Google!) Economía política es la ciencia de las decisiones para lograr el
mayor bienestar para una sociedad. Estudia el comportamiento humano respecto de los
fenómenos económicos, tiene un marco conceptual y es una ciencia social, que –a veces– puede
expresarse con modelos matemáticos que simplifican un tema, al solo fin de analizar las
consecuencias de cualquier modificación. Es diferente a la política económica, que es un conjunto
de herramientas de la economía para intentar modificar algunos comportamientos y resultados
económicos. Hay políticas fiscales, monetarias, cambiarias, que afectan las decisiones de las
personas. Esas políticas están basadas en los hallazgos y conceptos de la economía política. Ultima
aclaración: los economistas profesionales siempre hablan de economía política, y solo por
brevedad y para evitar confusiones se suele obviar la palabra política. Es una chicana barata y
berreta reclamar cada tanto que la economía debe ser la economía política, porque siempre y por
definición, se refiere al comportamiento humano en relación con otros, al hombre en sociedad,
miembro de una polis. Hecha esta distinción, lo más importante es tener muy pero muy claro que
todos los análisis y todas las herramientas deben mirar los costos y beneficios. Es el político quien
debe definir cuál costo asumir para lograr cuál objetivo. El economista indica las opciones, el
político decide. Bien puede ser que haya un mal economista que no estudió bien las opciones, o
un político terco que no quiera reconocer que hay costos. También pudiera ser que es una misma
persona quien analiza y debe decidir. Es fácil ver la diferencia de roles cuando se gobierna un país,
pero no tanto cuando se es el gerente financiero de una empresa. En general, los economistas y
los políticos buscan el crecimiento económico y el mayor nivel de empleo posible. ¡La discusión
está en cómo lograrlo! También hay diferencias en cuánto se valora el corto plazo versus el
largo. Si cambia el político que toma las decisiones o quien lo asesora, o se modifican las políticas
antes de lograr su efecto, indudablemente tendremos un efecto de péndulo. ¿Suena conocido? En
la Argentina estamos en una compleja situación, ya que a ningún político le gusta dar malas
noticias y muchísimo menos en años electorales. Indudablemente en la Argentina habrá muchas
malas noticias por un tiempo para solucionar el cúmulo de problemas que tenemos, que se
manifiestan en la inflación, recesión y endeudamiento. Pensamiento Económico

Pensamientos Económicos

El liberalismo económico

Adam Smith es considerado el fundador del liberalismo económico. Con él comienza el período de
los llamados economistas clásicos.

En contra de lo que defendían los mercantilistas, los liberales propugnaban la mínima intervención
del Estado, ya que el mercado y su "mano invisible" son capaces de resolver las cuestiones básicas
de toda economía. Existe un orden establecido gracias al juego de la oferta y la demanda.

"Una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus propósitos".
En la obra La riqueza de las naciones, Adam Smith hablaba de "la mano invisible" refiriéndose a las
leyes del mercado, basadas en laley de la oferta y la demanda. Si muchas personas demandan un
mismo producto, aumentarán sus ventas y su precio. Las empresas aprovecharán esta situación
incrementando su producción. Éstas son las fuerzas que rigen el mundo económico y que a largo
plazo equilibran la producción y el consumo.

Esta confianza en el mercado hace exigir al Estado «dejar hacer, dejar pasar» ("laissez faire, laissez
passer"), es decir, reducir al mínimo su intervención.

Según Adam Smith, los gobiernos son derrochadores, fáciles de corromper e ineficaces,
beneficiando siempre a unos privilegiados en detrimento de la sociedad. La mejor forma de
promover el bienestar es el estímulo del propio interés y el desarrollo de la competencia.

La gran repercusión que tuvo esta obra (La riqueza de las naciones) en el pensamiento económico
la convirtió en la referencia de las doctrinas liberales y justificación del auge del capitalismo, siendo
el año de su publicación (1776) considerado como la fecha de nacimiento de la economía moderna.

Según Adam Smith, la persecución del propio interés económico de cada individuo aumenta la
riqueza de la sociedad en su conjunto. Es decir, las interesadas decisiones económicas de los
individuos conducían al aumento del bienestar de la sociedad, como si una "mano invisible" les
guiara hacia ese fin. Por este motivo, recomendaba la no intervención del estado y la plena libertad
del interés privado.

En La riqueza de las naciones, Adam Smith, realiza lo que podría considerarse el primer estudio serio
y sistemático de la economía, donde aparecen los conceptos de división del trabajo y la creación del
capital para aumentar la capacidad de producción.

Los liberales clásicos consideraban la ley de la oferta y la demanda una ley natural, como la que
regula el ciclo de las estaciones o la ley de la gravedad. Pensaban que cuando el Estado interviene
(en el precio o imponiendo impuestos a ciertos productos), destruye ese equilibrio natural
produciendo escasez o exceso de determinados productos.

Con el inicio de la crisis de 1929, el liberalismo económico comienza a debilitarse, ya que sus
planteamientos, no solo no dieron los resultados positivos esperados, sino que incluso agravaron la
recesión. Es entonces cuando irrumpe con fuerza el pensamiento keynesiano, que considera
fundamental, en tiempos de crisis o contracción económica, la participación del Estado en la
actividad económica.

Liberalismo económico
Destaca la libertad de actuación de la iniciativa privada. Las fuerzas del mercado son las que
establecen los precios y los salarios y, por lo tanto, la participación del Estado en la actividad
económica debe ser mínima.

«laissez faire, laissez passer, le monde va de lui mé-me»:

"dejad hacer, dejad pasar, el mundo funciona por sí mismo".

(J. S. M. Vincent de Gour-nay, S.XVIII)

La mano invisible

Capacidad de autorregulación que el libre mercado tiene intrínseco.

El marxismo

"La producción capitalista no es símplemente la producción de mercancías: es esencialmente la


producción de plusvalía"

Mientras Adam Smith defendía el mercado, el capitalismo y la mínima intervención del estado, Karl
Marx propugnaba la creación de una sociedad socialista y exigía la intervención del Estado en los
asuntos económicos.

Marx critica el capitalismo porque se trata de un sistema caracterizado por la explotación dentro de
la economía, de la fuerza de trabajo del hombre al instituir el trabajo como una mercancía más. El
capitalismo es responsable de generar numerosas desigualdades sociales.

En su obra El capital postula alcanzar una sociedad sin distinción de clases donde tanto el proceso
de producción, como las fuerzas productivas y las relaciones que surgen de la producción se
conviertan en un bien social.

En esta obra plantea su “teoría del valor trabajo”, donde expone que el concepto de “valor” es
distinto al de “precio” y aunque para determinar el precio se toma como base al valor, no
necesariamente coincide con él para cada uno de los productos.

Marx distingue dos clases sociales antagónicas: los capitalistas, propietarios de los medios de
producción, y el proletariado, formado por la clase obrera, que sólo disponen de su fuerza de
trabajo.

Los bienes producidos por estos trabajadores tienen un valor de cambio mayor que el salario que
reciben. Esta diferencia, denominada plusvalía, se la queda el propietario, el capitalista, provocando
cada vez más diferencia entre ambas clases sociales.
Diferencia Entre la Teoría de Adam Smith y Karl Marx

Para Smith, la división del trabajo depende de la extensión del intercambio. El comercio, en la
medida que permite especializarse en una actividad productiva y provee de los bienes necesarios, –
bienes que no han sido producidos por uno mismo–, es la base de la expansión de la división del
trabajo y por ende de la productividad. En coherencia con este enfoque teórico, Smith defendió la
eliminación de las formas mercantilistas de regulación y control estatales de la actividad económica,
cuyo efecto era impedir la ampliación del mercado, y pasó a la historia como defensor del laissez
faire en la economía y de la idea de que los movimientos que libremente se produjeran (“la mano
invisible”) conducirían a la sociedad a una situación óptima. Su enfoque del comercio internacional
se deriva de considerar la especialización como motor del incremento de la productividad.

Nacido en 1818 en Renania (Alemania), exiliado desde 1843, residente desde 1849 en Londres,
donde moriría en 1883, Karl Marx se propuso llevar a cabo una crítica total de la economía clásica a
la vez que una explicación del funcionamiento y de los límites del capitalismo. Marx tomó de los
clásicos la teoría del valor-trabajo: el trabajo utilizado en las condiciones normales de la producción
en la obtención de un bien es el determinante de su valor de cambio.

Sin embargo, a la teoría del valor de los clásicos le añadió una teoría de la explotación. Para Marx,
las mercancías que el trabajador puede comprar con el salario que percibe incorporan una cantidad
de trabajo menor que la efectuada a cambio por el trabajador. De hecho, el trabajo es la única
mercancía cuya producción (el salario de los trabajadores es el coste de reproducción del trabajo)
es menor que su rendimiento (la jornada de trabajo). Por ejemplo, por una jornada de ocho horas
diarias de trabajo, el trabajador recibe un salario que le permite comprar mercancías que incorporan
seis horas de trabajo.

De esta manera, la jornada de trabajo se descompone en un trabajo remunerado (las seis horas) y
otro no remunerado (las dos horas restantes). Esto es así porque el trabajador ha sido desposeído
de los medios de producción. El trabajo crea, pues, un excedente que Marx llama plusvalía y cuyo
origen está en la parte del trabajo no retribuido.

La clave estaba en el equilibrio entre el ahorro (la renta no consumida) y la inversión. Rechazaba la
idea neoclásica según la cual tal equilibrio se alcanzaba a través del ajuste del tipo de interés, pues,
para él, el tipo de interés venía determinado por la oferta y la demanda de dinero, no por la oferta
y la demanda de ahorro. De todo ello deducía Keynes que el sistema capitalista necesitaba ser
regulado para asegurar la plena ocupación y la estabilidad económica. Un capitalismo no regulado
era incompatible con el mantenimiento del pleno empleo y la estabilidad económica. En concreto,
para alcanzar la estabilidad económica y el pleno empleo era necesario dar un papel activo a la
política fiscal. Así, propuso el uso deliberado del déficit público para aumentar la demanda efectiva.

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