Estos métodos son herramientas que utilizan los administradores financieros ya
que por medio de un análisis anticipan posibles desviaciones y problemas en el largo plazo. El valor presente neto y la tasa interna de rendimiento se mencionan juntos porque en realidad es el mismo método, sólo que sus resultados se expresan de manera distinta. La tasa interna de rendimiento es el interés que hace el valor presente igual a cero; El método de valor presente neto es muy utilizado por 2 razones, la primera es de muy fácil aplicación y la segunda porque todos los ingresos y egresos futuros se transformas a pesos de hoy y así puede verse fácilmente, si los ingresos son mayores que los egresos. La condición indispensable para comparar alternativas es que siempre se tome en la comparación igual número de años, pero si el tiempo de cada uno es diferente, se debe tomar como base el mínimo común múltiplo de los años de cada alternativa. Este método consiste en encontrar una tasa de interés en la cual se cumplen las condiciones buscadas en el momento de iniciar o aceptar un proyecto de inversión. Tiene como ventaja frente a otras metodologías como la del Valor Presente Neto (VPN) o el Valor Presente Neto Incremental (VPNI) porque en este se elimina el cálculo de la Tasa de Interés de Oportunidad (TIO), esto le da una característica favorable en su utilización por parte de los administradores financieros. El método del CAUE consiste en convertir todos los ingresos y egresos, en una serie uniforme de pagos. Obviamente, si el CAUE es positivo, es porque los ingresos son mayores que los egresos y, por lo tanto, el proyecto puede realizarse; pero, si el CAUE es negativo, es porque los ingresos son menores que los egresos y en consecuencia el proyecto debe ser rechazado. Una evaluación financiera de proyectos es la investigación de todas las partes de un proyecto determinado con el fin de valorar si este tendrá un rendimiento futuro. Por ello, esta evaluación previa será la forma de saber si dicho proyecto contribuirá a los objetivos de la empresa o si será una pérdida de tiempo y dinero. La importancia de la evaluación financiera es que es previa a todo desembolso. Sin esta no se considerarían muchos riesgos financieros del proyecto, aumentando las probabilidades de fracaso del mismo. Hay que tener en cuenta que esta evaluación se hace con base en datos estimados, por lo que no asegura que el proyecto vaya a ser un éxito o un fracaso. Las características de esta evaluación pueden variar enormemente según el tipo de proyecto. Sin embargo, todas las evaluaciones deben tocar los siguientes temas: Una vez operando, el proyecto generará ingresos y gastos. Para cada año operacional es necesario estimar cuánto se generará de unos y otros para obtener el flujo de fondos disponible. Aunque la empresa pueda permitirse autofinanciar el proyecto, en la evaluación financiera es importante tratar al proyecto como si tuviese que financiarse por sí mismo. El tiempo que tardará el proyecto en ser rentable es otro dato imprescindible a la hora de evaluarlo financieramente. Si los objetivos del proyecto no están alineados con la visión y misión de la empresa, no tendría sentido realizarlo. Existe un gran número de métodos de evaluación financiera, de los cuales los más conocidos son: el Valor Actual Neto (VAN), la Tasa Interna de Retorno (TIR) y el Período de Recuperación. El VAN es un procedimiento que mide el valor en el momento actual de una serie de flujos de caja futuros, que serán originados por el proyecto. Para ello se deben introducir los flujos de caja futuros en la situación actual de la empresa (actualizándolos mediante una tasa de descuento) y compararlos con la inversión que se hizo en un principio. Si es mayor que esta, el proyecto es recomendable; en caso contrario, no merecerá la pena llevarlo a cabo. La TIR trata de calcular la tasa de descuento que logra un resultado positivo para el proyecto. En otras palabras, busca la tasa de descuento mínima para la cual el proyecto es recomendable y generará un beneficio. Por tanto, la TIR es la tasa de descuento con la que el VAN es igual a cero. Este método busca averiguar cuánto tiempo tomará recuperar la inversión inicial del proyecto. Se obtiene sumando los flujos de caja acumulados hasta que sean iguales al desembolso inicial del proyecto. Esta técnica tiene algunas desventajas. Por un lado, tiene en cuenta solo el tiempo de recuperación de la inversión. Esto puede dar lugar a equivocaciones a la hora de elegir entre un proyecto y otro, ya que este factor no quiere decir que el proyecto elegido sea el más rentable a futuro, sino que es el que antes se recupera. Por otro lado, no se tienen en cuenta los valores actualizados de los flujos de caja como en los métodos anteriores. Esto no es lo más adecuado, ya que se sabe que el valor del dinero cambia con el tiempo.