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V.2.- UNIDAD: NOCIONES BÁSICAS.

2. Explicar el concepto de empresa en el derecho mercantil, según la doctrina mercantil y el código de


comercio.
Resumen del libro de derecho comercial del autor Ricardo Sandoval y del libro Curso de Derecho
Comercial del profesor Eduardo Jequier.

Artículo 3 numerales del 5 al 9 y Nº20 C de c.

A propósito de las nociones del derecho comercial y las doctrinas sobre su contenido, que en la
actualidad nuestra disciplina jurídica se ocupa fundamentalmente de reglamentar la actividad económica
constitutiva de empresa. La actividad económica, para ser eficiente y poder adaptarse a los imperativos
de producción masiva y demanda en gran escala, necesita adoptar una organización determinada, que
no es otra que la empresa.

La empresa económicamente organizada requiere, a su turno, una organización, revestimiento o


estructura jurídica que le permita cumplir con la función que está llamada a desarrollar. Corresponde a
nuestra rama proporcionar las diversas formas o ropajes jurídicos que la empresa puede adoptar para su
funcionamiento, de acuerdo con su naturaleza y con su importancia económica. Cuando se trata de una
persona que ejerce la actividad constitutiva de empresa, el derecho comercial se encarga de establecer
un estatuto jurídico al cual está sujeto el empresario individual.
Este estatuto jurídico contiene los derechos, deberes y obligaciones que le corresponden por su carácter
de tal. Pero si se trata, por el contrario, de un grupo de personas que desarrollan la actividad mercantil
bajo la forma de empresa, diversas posibilidades de estructura jurídica les son ofrecidas por esta
disciplina. Podrán organizarse jurídicamente constituyendo una simple comunidad o sociedad de hecho,
formar una sociedad de personas de responsabilidad limitada, una cooperativa o una sociedad de
capitales.
Parece evidente entonces determinar, desde el punto de vista jurídico, la noción de empresa, sus
elementos y características, para ocuparse más tarde de las diversas formas jurídicas que el derecho
comercial ofrece para el funcionamiento de la empresa. Una parte del derecho comercial, el derecho de
sociedades, responde al imperativo de proporcionar los mecanismos jurídicos para encauzar la actividad
mercantil constitutiva de empresa.
Para poder comenzar con el análisis de las empresas, y su estado o situación actual en nuestro país, es
necesario intentar en primer lugar, entregar una definición de empresa para nuestro trabajo, esta tarea
parece resultar difícil, toda vez que incluso el legislador ha rehuido de esta misión, omitiendo un
concepto de empresa en diversas normas, como por ejemplo en la reciente Ley N° 20.720 de Insolvencia
y Reemprendimiento.
El Código de Comercio no entrega un concepto de empresa, aunque define al empresario de transportes
en el art. 166.
Si bien es cierto, el legislador ha evitado definir el concepto de empresa en algunos cuerpos legales, se
ha aventurado en otros, así por ejemplo el artículo 3° del Código del Trabajo señala que: “para los
efectos de la legislación laboral y de seguridad social, se entiende por empresa toda organización de
medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo la dirección de un empleador, para el

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logro de fines económicos, sociales, culturales o benéficos, dotada de una individualidad legal
determinada.”
La definición anterior integra muchos de los elementos que constituyen una empresa (al referirse a los
medios personales, materiales, inmateriales, por ejemplo), sin embargo, la misma es restrictiva limitando
su aplicación solo a la legislación laboral y de seguridad social.
Para avanzar en la conceptualización de empresa es necesario recurrir a otros medios, así por ejemplo el
Servicio de Impuestos Internos, señala como definición de empresa en su diccionario básico tributario:
“Toda organización conformada por recursos humanos, materiales y financieros ordenados bajo una
dirección para el logro de los fines económicos, sociales, culturales o benéficos y dotado de una
individualidad legal determinada”1; vemos que el concepto es similar al del Código del Trabajo.
Un concepto tributario de empresa, lo encontramos en la investigación de los profesores José Miguel
Benavente y Cintia Külzer (2008), donde se señala que:
Empresa es toda unidad económica que tiene iniciación de actividades en el Servicio de Impuestos
Internos en algún giro específico y registra ventas en ese giro, ya sea en la operación renta o en la
declaración mensual de IVA (utilizando los denominados formularios 22 y 29). (p. 215-239).
Podemos darnos cuenta, que la definición propuesta por los profesores es meramente instrumental para
los efectos de su investigación y que cataloga como empresa a todo sujeto que realiza operaciones que
devengan impuestos, ya sea IVA o renta.
Lo cierto es que las definiciones anteriores, no son del todo satisfactorias. Es complejo dar una correcta
definición de empresa que pueda reunir todos los elementos, e intentar entregar una definición nueva
que pueda servir para este trabajo. Sería muy ambicioso y probablemente culminaría en una definición
instrumental para los fines del mismo, es por esto que seguiremos la definición entregada por el Profesor
Osvaldo Contreras Strauch (2005), en su libro “Instituciones de Derecho Comercial”, la que creemos
contiene todos los elementos que caracterizan a el concepto de empresa, además que la misma está
estructurada desde un punto de vista del Derecho Mercantil. De esta forma diremos que empresa es
“una organización formada con el objeto de poner sistemáticamente en acción todos los elementos
materiales y jurídicos necesarios para realizar permanentemente una actividad económica con fines de
lucro” (p. 107-108).
La definición anterior, y como el propio autor señala, entrega los principales elementos que caracterizan
a una empresa, a saber, (i) actividad organizada y planificada, (ii) cuenta con los elementos materiales y
también jurídicos, (iii) busca la realización de una actividad y (iv) el objetivo de desarrollar dicha actividad
es el fin o ánimo de lucro.
Lo anterior resulta trascendental para nuestro trabajo, puesto que no solo caracteriza los fines
económicos presentes en todas las definiciones de empresa, sino que además agrega los medios
materiales, reconociendo la importancia dentro de los mismos para poder desarrollar un negocio o
emprendimiento. Por lo demás se da énfasis en el ánimo de lucro que tiene la actividad empresarial,
ánimo que es tan característico de los actos de comercio y que, por supuesto está presente en las
Empresas de Menor Tamaño, muchas de las cuales se encuentran organizadas como Sociedades por
Acciones, las cuales son siempre mercantiles.
1
Servicios de Impuestos Internos (2018). Diccionario Básico Tributario Contable. Recuperado de:
http://www.sii.cl/diccionario_tributario/dicc_e.htm)

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Nos interesa precisar el significado jurídico del término empresa, por cuanto durante mucho tiempo se
sostuvo que en derecho comercial podía emplearse la noción económica de este concepto. Muchos
juristas han hablado, en derecho, de la empresa como organización de los factores de la producción
(capital y trabajo), con propósitos lucrativos.
La doctrina de los autores de derecho comercial, analizando desde el ángulo jurídico la totalidad del
“fenómeno empresa” como unidad económica orgánica, comenzó por separar el aspecto subjetivo del
aspecto objetivo de este fenómeno; comenzó a distinguir entre la actividad del sujeto organizador y el
conjunto de medios instrumentales por él organizados para realizar esa actividad, centrando la idea de
empresa sobre el primer aspecto, es decir, la actividad del sujeto que organiza los diversos factores, y la
noción de establecimiento comercial sobre el segundo aspecto, esto es, los instrumentos materiales e
inmateriales puestos al servicio de la empresa. Así surge, con esta separación de aspectos o elementos,
la concepción jurídica de la empresa, como forma o modo de actividad económica.

Caracteres de la empresa en sentido jurídico


Las características que distinguen la actividad constitutiva de empresa son las siguientes:
a) La actividad habrá de ser de orden económico, en el sentido más amplio, pero también más riguroso
del término “económico”, que permite distinguir la actividad empresarial de las puras actividades
artísticas o intelectuales.
b) Actividad organizada, es decir, planificada, dirigida a conseguir una unidad de acción de acuerdo con
el proyecto racional. De ordinario –como bien advierte Uría–, la actividad organizada se manifiesta
hacia el exterior en la coordinación y utilización estables de medios materiales y trabajo ajeno, que
dan nacimiento a un organismo económico y operante.
c) Actividad profesional, en el sentido de que debe ser continuada, sistemática, con tendencia a durar y
con propósito de lucro permanente que constituya medio de vida, capaz de permitir la distinción de
esta actividad empresarial con otras actividades económicas organizadas, que no se ejercitan
profesionalmente.
d) El fin perseguido por esta actividad así caracterizada deberá ser la producción de bienes o servicios, o
el cambio de los mismos en el mercado, y no el goce o consumo directo por el productor o su familia.
Sólo ejecuta una actividad empresarial quien produzca o cambie para satisfacer la demanda del
mercado. Esta finalidad es precisamente la que explica y justifica que el derecho se ocupe de regular
la actividad empresarial, velando por los intereses de la economía y por los intereses de los terceros
ligados al funcionamiento de la empresa.

La empresa, en sentido jurídico, es entonces el ejercicio profesional de una actividad económica


organizada con la finalidad de actuar en el mercado de bienes o servicios. Este concepto es
suficientemente amplio para comprender tanto a la gran empresa desarrollada con poderosos medios
instrumentales, como a la pequeña empresa poco menos que reducida a la actividad del empresario.
Como hemos indicado, la noción jurídica de empresa supone un sujeto que organice y ejercite la
actividad empresarial. Este sujeto es el empresario, a quien podemos conceptualizar diciendo que se
trata de una persona física o jurídica que, por sí o por medio de delegados, ejercita y desarrolla en
nombre propio una actividad constitutiva de empresa, adquiriendo el carácter de titular de las
obligaciones y de los derechos nacidos de esa actividad.

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Empresa y establecimiento de comercio

En la concepción orgánica de la empresa la distinción entre ella y el establecimiento de comercio apenas


se advierte. Siguiendo la noción de empresa como el ejercicio de una actividad, la distinción salta a la
vista, pues el establecimiento de comercio no es sino el conjunto de bienes puesto al servicio de esa
actividad. En la vida práctica se presentan casos de establecimientos sin empresario (caso de
fallecimiento de éste) y situaciones en que el establecimiento sirve al ejercicio de varias empresas
pertenecientes al mismo empresario.
En fin, la relación jurídica del empresario con el establecimiento de comercio es, por lo general, la de
dominio o propiedad, pero nada se opone a que el título jurídico que permite utilizar el establecimiento
sea otro diverso al de propietario; así, por ejemplo, el de arrendatario o el de usufructuario.
La empresa constituye una actividad organizada y profesional, compuesta por la ordenación de factores
humanos, materiales e inmateriales, orientada racionalmente hacia un fin productivo de bienes o de
prestación de servicios.
El establecimiento de comercio, en cambio, constituye un conjunto de bienes materiales e inmateriales
adscritos a un fin de carácter mercantil, de manera que este último viene a constituir uno de los
elementos de la empresa, pero no la empresa misma, que puede existir incluso sin un establecimiento
de comercio.

DIFERENCIAS ENTRE EMPRESA, SOCIEDAD Y ESTRUCTURA JURÍDICA EMPRESARIAL

Resumen de la tesis Análisis crítico de las formas y estructuras jurídicas que pueden adoptar las
empresas de menor tamaño en chile. Soluciones jurídicas a los problemas detectados. Memoria
para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Alexander Nicolás Aracena
Aguilera. Luis Eduardo Pino Cereceda.

Como se adelantó, un punto que resulta relevante de zanjar, antes de comenzar con el análisis
propiamente tal, es la diferencia existente entre empresa y sociedad, puesto que ambos conceptos
suelen confundirse, lo que resulta normal si se considera la estrecha relación que existe entre ambos
conceptos, sin perjuicio de las notorias diferencias que existen entre una y otra.
Antes de avanzar, debemos advertir que usamos el concepto de sociedad de manera más laxa en este
apéndice, puesto que nos queremos referir con él a estructuras jurídicas que no son sociedades
propiamente tales, como por ejemplo la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada. Estructuras
que no son sociedades, pero que sin embargo cuentan con algunos de los elementos que poseen las
sociedades para poder desarrollar una actividad económica, entre ellos limitar la responsabilidad de la
persona natural que desarrolla el negocio, frente a los terceros por los compromisos que adquiera la
E.I.R.L.
Cabe agregar, que las personas naturales pueden desarrollar una actividad económica sin la necesidad
de usar una Forma de Organización Empresarial como vehículo, pudiendo iniciar actividades ante el

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Servicio de Impuestos Internos, por medio del Formulario N° 4415, y si la persona natural es extranjera
deberá hacerlo por medio del Formulario N° 4415.1.
La primera interrogante a la que debemos contestar, es ¿si empresa y sociedad son lo mismo? Pregunta
a la que debemos contestar negativamente, puesto que la sociedad es un elemento (jurídico) que puede
utilizar una empresa o empresario para desarrollar su negocio, pudiendo perfectamente (aunque no sea
la opción recomendable) desarrollarse una actividad económica sin revestirse de una estructura jurídica,
y aun cuando no sea la regla general pueden constituirse sociedades que no desarrollan actividades
económicas (para operaciones instrumentales).
Una persona natural, puede desarrollar un negocio, prestando servicios, produciendo o vendiendo algún
bien, contratar trabajadores, tener una misión y visión de negocios, clientes, emitir boletas, facturas y
otros documentos tributarios, pagar impuestos (tanto a la renta como a las ventas y servicios), y normal
o coloquialmente estaríamos hablando de una empresa, incluso podemos subsumir esta actividad dentro
de la definición de empresa que dimos, puesto que cuenta con una organización más o menos
profesional del trabajo, con elementos materiales (trabajadores, bienes producidos o servicios
prestados, maquinarias, etc.), elementos jurídicos (emisión de documentos tributarios, celebración de
contratos, relaciones reconocidas por el organismo jurídicos, como las de trabajo, etc.) y tiene un fin de
producir bienes o prestar servicios, con ánimo de lucro.
Sin embargo, esta persona natural desarrolla todas estas actividades sin el amparo o protección de una
estructura jurídica, en consecuencia, al realizar cualquier operación interna (contratar un trabajador,
despedir personal) o externa (pedir un crédito, vender un producto) está comprometiendo todo su
patrimonio personal, sin limitación de ninguna clase y haciéndose responsable de cualquier tipo de
obligación que surja de sus relaciones contractuales originadas en su actividad empresarial.
Queda claro entonces que pueden existir - y existen - empresas que no cuentan con estructuras jurídicas
para el desarrollo de su actividad empresarial, así como también existen sociedad que no realizan
ninguna actividad económica, sino que tienen otros fines meramente instrumentales (por ejemplo, la
compra de un bien raíz en partes iguales por personas naturales).
¿Pueden existir empresas que no son una sociedad?
La respuesta es que sí, como ya se dijo brevemente, existen muchas personas que suelen desarrollar una
actividad empresarial sin el amparo de una estructura jurídica societaria, así por ejemplo existe la figura
del Empresario Individual Persona Natural, quien desarrolla una actividad o giro por su propia cuenta y
riesgo, como persona natural, respondiendo ilimitadamente porque actúa en la vida comercial bajo su
propio nombre, con su propio RUT y comprometiendo la totalidad de su patrimonio, el que se confunde
con la actividad de la empresa, siendo esto no solo legal, sino que muy común en las Empresas de Menor
Tamaño.
¿Pueden existir sociedades que no son empresa?
La respuesta también es sí, las sociedades pueden servir para poner una cosa en común, sin desarrollar
una actividad comercial, inclusive puede que la sociedad nunca realice inicio de actividades o solamente
sirva al propósito de ordenar los ingresos de una persona natural para efectos tributarios, lo relevante es
que la sociedad debe buscar beneficios, lo que se cumple en las situaciones descritas, lo que demuestra
que se pueden obtener beneficios sin realizar una actividad comercial.

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Como conclusión entonces, debemos anotar que empresa y sociedad NO son lo mismo, pese a que
suelan confundirse los conceptos, una empresa puede desarrollar su actividad con o sin el vehículo de
una sociedad, y una sociedad puede no desarrollar una actividad empresarial.

Clasificación de la empresa
Empresa comercial y empresa civil. La empresa, desde el punto de vista jurídico, es una actividad
económica organizada con la finalidad de actuar en el mercado de bienes y servicios. Con tal propósito
una empresa puede dedicarse al ejercicio de actividades tanto civiles como mercantiles.
Para calificar a una empresa de comercial es necesario que la actividad que ella desarrolle sea una
actividad de índole mercantil, es decir, que contenga los elementos de cambio, intermediación y lucro
que caracterizan a esta última. Toda empresa cuyo objeto sea otro que la actividad mercantil, debe ser
considerada como civil. La explotación de un predio agrícola es una actividad económica, pero no
constituye una actividad comercial, porque no concurren en ella los elementos de cambio,
intermediación y lucro.
La empresa que se dedique a este objeto será, en consecuencia, una empresa de carácter civil.
Profundizando el análisis, se plantea de nuevo aquí el problema de la aplicación de la legislación
comercial, según que la actividad constitutiva de empresa se considere comercial o civil. De acuerdo con
el criterio objetivo que ha plasmado en la legislación chilena, las empresas son comerciales cuando
tienen por objeto la realización de alguno de los actos que la ley considera mercantiles. Por otra parte, el
propio artículo 3º del Código de Comercio, que enumera los actos de comercio, dedica algunos
preceptos a empresas que, por estar comprendidas dentro de dicha enumeración, se consideran
comerciales.
Finalmente, dejamos establecido que, en el derecho chileno, la determinación del carácter comercial o
civil de una actividad escapa a la voluntad de los individuos; siendo la ley la que realiza dicha calificación,
de nada vale que se deje establecido, por ejemplo, que la empresa tendrá el carácter de civil cuando
para la realización del objeto para el cual se ha formado debe ejecutar actos que la ley considera
mercantiles; la empresa tiene el carácter de comercial prescindiendo de la voluntad de sus titulares.
Empresas privadas, públicas y de economía mixta. El Estado no sólo se conforma con reglamentar la
explotación de determinadas empresas, sino que pretende, además, con clara finalidad política,
explotarlas por sí mismo o a través de sus organismos. Según el predominio del Estado sobre la empresa,
se habla de empresa privada, pública o de economía mixta.
Empresas privadas o del sector privado son aquellas en que el capital con que se han formado, y
mediante el cual se desarrollan, pertenece mayoritariamente a los particulares, su régimen de
funcionamiento está regido por normas de derecho privado y la explotación a que se dedican no está
reservada, por razones económicas, al Estado ni a otras corporaciones de derecho público.
Son empresas públicas, por el contrario, aquellas en que la mayor parte de su capital de explotación
pertenece al Estado, su régimen de administración está determinado por normas de derecho público,
leyes orgánicas especiales, y la actividad que desarrollan les ha sido específicamente reservada por ser
de interés de toda la colectividad.
Por último, son empresas de economía mixta aquellas en las cuales el Estado, sea por el mecanismo de la
participación en el capital o por el del régimen de administración, mantiene una determinada injerencia.

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Se dice que el Estado se asocia con el capital privado tanto para recoger los beneficios como para vigilar
la explotación. “Los capitalistas han aceptado fácilmente esta intervención cuando tienen necesidades
de dinero o cuando requieren del crédito público”.
A la pregunta de si ¿es posible clasificar a las empresas?, debemos responder positivamente, incluso el
legislador nos ha entregado esta clasificación. Encontramos en el artículo 505 bis. del Código del Trabajo
una clasificación en este sentido, disponiéndose que “Para los efectos de este Código y sus leyes
complementarias, los empleadores se clasificarán en micro, pequeña, mediana y gran empresa, en
función del número de trabajadores. Se entenderá por micro empresa aquella que tuviere contratados
de 1 a 9 trabajadores, pequeña empresa aquella que tuviere contratados de 10 a 49 trabajadores,
mediana empresa aquella que tuviere contratados de 50 a 199 trabajadores y gran empresa aquella que
tuviere contratados 200 trabajadores o más.”
Es necesario entonces, buscar otra disposición en la que se señale una clasificación útil, la que no podría
ser posible de encontrar hasta antes del primer gobierno de Michelle Bachelet Jeria, quien impulsó la
dictación de La Ley N° 20.416, popularmente conocida como “El estatuto PYME”, la cual utiliza un criterio
en base al ingreso anual por ventas y servicios, y se clasifica a las empresas de la manera siguiente: “Son
microempresas aquellas empresas cuyos ingresos anuales por ventas y servicios y otras actividades del
giro no hayan superado las 2.400 unidades de fomento en el último año calendario; pequeñas empresas,
aquellas cuyos ingresos anuales por ventas, servicios y otras actividades del giro sean superiores a 2.400
unidades de fomento y no exceden de 25.000 unidades de fomento en el último año calendario, y
medianas empresas, aquellas cuyos ingresos anuales por ventas, servicios y otras actividades del giro
sean superiores a 25.000 unidades de fomento y no exceden las 100.000 unidades de fomento en el
último año calendario.”, si bien el artículo no se refiere a las grandes empresas, se entiende que estas
serían aquellas que tengan ingresos anuales por sobre las 100.001 unidades de fomento.
El desarrollo de un negocio o emprendimiento está regulado por un sin número de normas dentro de
nuestra legislación. Para poder desarrollar una actividad comercial o industrial por medio de una forma
de organización empresarial, es necesario cumplir una serie de requisitos.
A continuación, se expondrán cuáles son las formas de organización empresarial que ofrece nuestra
legislación a los empresarios. Al respecto se abordará las principales estructuras jurídicas empresariales
que se pueden adoptar (sociedades y E.I.R.L.), junto con otras formas de organización que no son
estructuras jurídicas pero que tienen un uso por lo empresarios en la práctica.
Antes de hacer una clasificación respecto a las diferentes figuras societarias que existen en nuestro
ordenamiento jurídico, debemos recordar lo que entendemos por empresa, en palabras del Profesor
Osvaldo Contreras Strauch (2005): “una organización formada con el objeto de poner sistemáticamente
en acción todos los elementos materiales y jurídicos necesarios para realizar permanentemente una
actividad económica con fines de lucro” (p. 107-108).
Lo anterior claramente no es sinónimo de estructura jurídica, esta última viene a ser “un revestimiento o
ropaje jurídico de la empresa” (Sandoval López, Ricardo, 2010, p.17) que le otorga un sinfín de ventajas
al empresario al momento de la puesta en marcha así como también en el desarrollo y evolución de su
negocio. Sin duda una de las mayores ventajas es que junto a la sociedad nace, por regla general, una
nueva personalidad jurídica; sin ir más lejos la propia definición de sociedad que da nuestro Código Civil
en su artículo 2053 inc. 2° nos menciona que “la sociedad forma una persona jurídica, distinta de los
socios individualmente considerados” esto último se debe a que se otorga a la sociedad de atributos que

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son propios de las personas naturales como es el tener un nombre, patrimonio, capacidad, nacionalidad
y domicilio; operando, en consecuencia, como un ente intermedio totalmente independiente,
responsable y con intereses que le son propios.
Otras ventajas que podemos mencionar de las estructuras jurídicas es el complemento al esfuerzo
individual, que muchas veces es insuficiente para la puesta en marcha de un negocio, así como también
lograr un aumento del capital de la empresa o incluso disminuir considerablemente los riesgos que
existen al momento de emprender, ya sea, dividiendo el patrimonio personal con el de la sociedad o
dividiendo la responsabilidad entre todos los socios. Cada una de estas ventajas se acentúan
dependiendo el tipo de sociedad que el empresario decida constituir, esto último dependerá de los
diferentes factores de cada una de las sociedades o estructuras jurídicas presentes en nuestro
ordenamiento.
Son estas ventajas las que explican la razón de ser de estos verdaderos ropajes jurídicos, los cuales no
son más que una respuesta necesaria al devenir del comercio para impulsar el crecimiento económico a
través de la inversión de los particulares.
Para que exista una estructura jurídica son necesarios diferentes requisitos, los cuales son específicos
para cada sociedad.

A. SOCIEDAD COLECTIVA.
B. SOCIEDAD EN COMANDITA.
C. COMANDITA SIMPLE.
D. COMANDITA POR ACCIONES.
E. SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.
F. SOCIEDAD POR ACCIONES.
G. EMPRESA INDIVIDUAL DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.
H. SOCIEDAD ANONIMA.
I. COOPERATIVAS DE TRABAJO.

OTRAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL QUE NO CONTITUYEN UNA PERSONA JURIDICA.


A. CUENTAS EN PARTICIPACIÓN.
B. SOCIEDAD DE HECHO.
C. MICROEMPRESA FAMILIAR (MEF).
D. EMPRESARIO INDIVIDUAL PERSONA NATURAL.

A. SOCIEDAD COLECTIVA
En la Sociedad Colectiva Comercial, los socios deberán además hacerlo de manera solidaria, en donde un
acreedor social puede exigir la totalidad de la deuda social a cualquiera de los socios, en cambio, en la
Sociedad Colectiva civil cada uno de los socios responderá a prorrata de su interés en la sociedad y la
cuota del socio insolvente gravará a la de los otros socios (artículo 2095 del Código Civil).

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Una de las características más sobresalientes de la Sociedad Colectiva, tanto en la de carácter civil, como
comercial, es que estas son sociedades de personas, y esto hace al contrato de Sociedad Colectiva uno
intuito personae.
La formación de una Sociedad Colectiva comercial tiene el carácter de ser solemne.
Dentro de los requisitos de validez tenemos que el contrato de sociedad debe constar en escritura
pública, a mayor detalle el artículo 350 inc. 1° del Código de Comercio señala de manera expresa que “la
Sociedad Colectiva se forma y prueba por escritura pública inscrita en los términos del artículo 354”, es
este mismo artículo el que nos remite a una segunda formalidad para la validez de la sociedad que
consiste en que un extracto de dicha escritura pública debe ser inscrito en el Registro de Comercio antes
de expirar los sesenta días siguientes a la fecha de celebración de la escritura pública.

B. SOCIEDAD EN COMANDITA.
Dos clases de socios, el comanditario que es el encargado solo de aportar el capital social y, en
consecuencia, no pueden participar en la administración de la sociedad, y el socio gestor quienes tienen
a su cargo la administración o gestión de la sociedad. Otra diferencia que es muy relevante es la
responsabilidad de cada uno de estos socios, por una parte, el socio gestor responde de forma ilimitada
y solidaria, pareciéndose a un socio colectivo, mientras que el socio comanditario es ajeno a la
administración solo responde hasta el monto de lo aportado en la sociedad.
Esta sociedad es tratada por la doctrina como una figura mixta entre una sociedad de personas como es
la Sociedad Colectiva y una sociedad de capital (donde la importancia ya no se centra en la persona, sino
que en reunir fondos).

C. COMANDITA SIMPLE.
Esta sociedad se define por el artículo 472 del Código de Comercio como aquella sociedad que se forma
“por la reunión de un fondo suministrado en su totalidad por uno o más socios comanditarios, o por
éstos y los socios gestores a la vez”.
Existen dos tipos de socios, el comanditario y el gestor. Por otra parte se señala que no es tan solo el
socio comanditario el que puede aportar el capital social sino que también el socio gestor, en cambio, el
socio comanditario solo puede aportar capital y jamás participar en la administración. Si bien esta
definición se hace cargo de los tipos de socio que pueden existir no se pronuncia respecto a la
responsabilidad de cada uno de ellos, por eso debe ser complementada diciendo que el socio gestor
responde de manera solidaria e ilimitada, mientras que el comanditario solo hasta el monto de su
aporte.

D. COMANDITA POR ACCIONES.


Al igual que la sociedad comandita simple tiene dos tipos de socios, el comanditario encargado de
aportar el capital social y el gestor que está encargado de su administración, la diferencia principal se
encuentra en que el socio comanditario ya no es dueño de una cuota social sino más bien de acciones.

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El artículo 473 del Código de Comercio ya expresa esta característica cuando define a la sociedad
comandita por acciones como aquella que “se constituye por la reunión de un capital dividido en
acciones o cupones de acción y suministrado por socios cuyo nombre no figura en la escritura social”.

E. SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.


Es una verdadera Sociedad Colectiva, pero con responsabilidad limitada. Inclusive puede ser comercial o
civil, dependiendo de la naturaleza de su objeto.
Esta sociedad presenta la gran ventaja de tener características tanto de sociedades de personas como
también de capitales, lo que la hace aún muy atractiva, de este modo la responsabilidad de los socios no
es indefinida, ni solidaria lo que le da un símil a la Sociedades Anónimas ya que en este tipo de
sociedades la responsabilidad de los socios está limitada al monto de sus aportes y en el caso de la
sociedad anónima de sus acciones.
Es una sociedad solemne, puesto que para su constitución se necesita de escritura pública además de la
inscripción del extracto de dicha escritura en el Registro de Comercio junto a su publicación en el Diario
Oficial.

F. SOCIEDAD POR ACCIONES.


El legislador define esta sociedad en el artículo 424 del Código de Comercio señalando que “la Sociedad
por Acciones, o simplemente la “sociedad” para los efectos de este Párrafo, es una persona jurídica
creada por una o más personas mediante un acto de constitución perfeccionado de acuerdo con los
preceptos siguientes, cuya participación en el capital es representada por acciones”.
La SpA es una sociedad híbrida, que reúne las mejores características de las sociedades de personas, y a
la vez también las mejores cualidades de las sociedades de capital.
La mayor ventaja que tiene este tipo de sociedad frente a las demás que hemos visto, la cual consiste en
que por primera vez nuestra legislación permite crear una sociedad unipersonal, aun cuando la propia
definición de sociedad que da nuestro Código Civil en su artículo 2053 dispone que es un contrato entre
dos o más personas.
Otro rasgo de esta sociedad unipersonal, que se aleja de una característica que es propia de la sociedad
de capital como es una administración corporativa cuyas atribuciones están fijadas por ley, es que se da
gran cabida al principio de la autonomía de la voluntad al momento de direccionar el funcionamiento de
la sociedad en vista de que es el mismo artículo 424 inciso segundo del Código de Comercio el cual
dispone que “la sociedad tendrá un estatuto social en el cual se establecerán los derechos y obligaciones
de los accionistas, el régimen de su administración y los demás pactos que, salvo por lo dispuesto en este
Párrafo, podrán ser establecidos libremente.”
Con todo si es que no se regula en el estatuto social la forma de administrar la sociedad entrara a regir
de manera supletoria las reglas de la sociedad anónima cerrada, es decir que será administrada por un
directorio. Por último, es necesario saber que este tipo de sociedad será siempre considerada como una

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sociedad mercantil, ya que su objeto será siempre considerado de tal forma (Articulo 452 N° 2 del Código
de Comercio).
La forma de constituir esta sociedad se encuentra en el artículo 425 del Código de Comercio, el cual
expresa que la sociedad se forma, existe y prueba por escritura pública o instrumento privado
protocolizado cuyas firmas sean autorizadas ante notario, del cual se realizará un extracto el que será
inscrito y publicado en el plazo de un mes.

G. EMPRESA INDIVIDUAL DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.


La mayor diferencia que presenta con las demás estructuras jurídicas, es que ya no estamos en presencia
de una sociedad, sino que precisamente de una empresa lo cual puede generar diversos inconvenientes
toda vez que no existe una definición acertada y unitaria del concepto de empresa (Prado Puga, Arturo.
2003. P.10).
El artículo 1 de la Ley 19.857 el cual señala que: “Se autoriza a toda persona natural el establecimiento
de empresas individuales de responsabilidad limitada, con sujeción a las normas de esta ley”. Es decir,
que no se necesita de dos personas para generar un contrato que permita beneficiarse de una estructura
y así obtener el privilegio de la personalidad jurídica junto con la limitación de responsabilidad, sino que
basta con el acto voluntario de una persona natural
La ley que regula esta empresa la define en su artículo 2° como: “La Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada es una persona jurídica con patrimonio propio distinto al del titular, es siempre
comercial y está sometida al Código de Comercio cualquiera que sea su objeto; podrá realizar toda clase
de operaciones civiles y comerciales, excepto las reservadas por la ley a las sociedades anónima”.
La constitución de la E.I.R.L. es solemne, el artículo 3 de la ley que las permite ya nos dice que su
constitución se hará por escritura pública, además de la inscripción de un extracto de dicha escritura en
el Registro de Comercio del domicilio de la empresa, junto a una publicación en el Diario Oficial todo
dentro de los 60 días siguientes a la escritura (artículo 5 de la Ley 19.857).
El nombre debe contener al menos el nombre y apellido del constituyente, pudiendo tener también un
nombre de fantasía, sumado al de las actividades económicas que constituirán el objeto o el giro de la
empresa y deberá concluir con las palabras “Empresa Individual de Responsabilidad Limitada” o la
abreviatura “E.I.R.L..”. Así a modo de ejemplo el nombre de una E.I.R.L podría ser: “Arturo Ávila
Fabricación de Calzado de Seguridad E.I.R.L”.
Se debe señalar el rubro específico que desempeñara la empresa. De esta manera podemos ver que no
tan solo basta con nombrar el giro de la empresa, sino que también urge señalar las actividades
económicas que constituirán dicho objeto, lo que es de suma importancia toda vez que la empresa solo
responderá de manera limitada de las obligaciones que nacen de los actos y contratos celebrados dentro
del giro y, en consecuencia, de las actividades económicas señaladas en este punto.

H. SOCIEDAD ANONIMA
Es una sociedad de capital y, en consecuencia, lo más importante es la reunión de grandes fondos sin
importar el origen de quien los aporta, esto último con diferentes matices si tratamos de Sociedades

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Anónimas Cerradas o Abiertas. Este tipo de estructura es ideal para grandes empresas que necesitan de
un financiamiento considerable para poder desarrollar un determinado objeto.
La regulación de la S.A. está dada por la Ley especial 18.046 Sobre Sociedades Anónimas de 1981, esta
derogo todas las normas legales y reglamentarias vigentes sobre Sociedades Anónimas que existían
hasta ese entonces. Además, debemos mencionar el Nuevo Reglamento de Sociedades Anónimas
(Decreto Supremo N°702 del 2011).
Es la Ley 18.046 que define en su artículo 1° a la sociedad anónima como “una persona jurídica formada
por la reunión de un fondo común, suministrado por accionistas responsables sólo por sus respectivos
aportes y administrada por un directorio integrado por miembros esencialmente revocables. La sociedad
anónima es siempre mercantil, aun cuando se forme para la realización de negocios de carácter civil”.
Las características fundamentales de la sociedad anónima, estas son: 1) Forman una Persona Jurídica; 2)
el capital aportado se divide en acciones, característica esencial de este tipo de sociedad; 3) los socios no
se obligan a responder las deudas sociales, sino que solo se hacen responsables de sus respectivos
aportes a la sociedad; 4) su administración se realiza a través de un órgano colectivo, esto es el
directorio; 5) por último, la sociedad anónima es siempre mercantil, sin importar el objeto que realice la
sociedad.
Otra característica de este tipo de sociedad es que pueden ser de tres tipos: Abiertas, Cerradas y
Especiales (Art. 2° Ley 18.046).
Sociedades Anónimas Abiertas Especiales: Son aquellas que se sujetan a normas especiales, se
encuentran en el Titulo XIII de la L.S.A, estas son las compañías aseguradoras y reaseguradoras, las
sociedades administradoras de fondos mutuos, las bolsas de valores (todas estas contempladas en el Art.
126 de la L.S.A), también son sociedades regidas por normas especiales, las sociedades administradoras
de pensiones y los bancos (art. 130 y 139 de la L.S.A, respectivamente).

I. COOPERATIVAS DE TRABAJO.
Las cooperativas se definen como “las asociaciones que de conformidad con el principio de la ayuda
mutua tienen por objeto mejorar las condiciones de vida de sus socios” (Artículo 1 de LGC)
En estas cooperativas los socios tienen iguales derechos y obligaciones y, en consecuencia, es solo un
voto por persona y tanto el ingreso como retiro de la cooperativa es voluntario.
La cooperativa de trabajo tiene como finalidad “producir o transformar bienes o prestar servicios a
terceros, mediante el trabajo mancomunado de sus socios y cuya retribución debe fijarse de acuerdo a la
labor realizada por cada cual” (Artículo 60 LGC).
Tienen especiales características en relación al resto de las estructuras jurídicas empresariales. Estas
especiales características también se encuentran tributariamente, ya que la Ley General de Cooperativas
establece importantes beneficios tributarios especiales en su Título VII de los Privilegios y Exenciones, a
saber:
i. Se encuentran exentas del 50% de todas las contribuciones, tasas y demás gravámenes impositivos en
favor del Fisco, con la sola excepción del Impuesto al Valor Agregado.
ii. Se encuentran exentas de la totalidad impuestos de timbres y estampillas.

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iii. Se encuentran exentas del 50% de todas las contribuciones municipales excepto a elaboración o
expendio bebidas alcohólicas y tabaco.

SISTEMAS DE CONSTITUCIÓN DE EMPRESAS: TRADICIONAL Y REGIMEN SIMPLIFICADO

Para constituir una sociedad a través del régimen tradicional, generalmente primero su acto de
constitución consiste en el otorgamiento por las partes de una escritura pública ante un notario público,
ante quien deberá suscribirse la referida escritura, la misma que deberá ser incorporada por el notario a
su repertorio.
Posteriormente, se deberá realizar un extracto de la escritura pública, el que también debe encontrarse
autorizado por el mismo notario ante el que se otorgó la escritura, este extracto debe inscribirse en el
Registro de Comercio, y publicarse en el Diario Oficial en plazos diferentes según el tipo de sociedad que
se trate, como ya se explicó más arriba.
Un punto que resulta interesante de destacar es que la Ley no ha dispuesto el orden en que deben
realizarse la inscripción y la publicación, pudiendo elegir libremente el orden en que se realizan estos
trámites. Sin embargo, para efectos prácticos se recomienda realizar primeramente la inscripción en el
Registro de Comercio, toda vez que este podría efectuar reparos que impliquen una modificación del
extracto o la escritura, mientras que el Diario Oficial no realiza ningún análisis de fondo previo a publicar.
El sistema que simplifica el régimen de constitución, modificación y disolución de las sociedades
comerciales o simplemente el Régimen Simplificado, fue creado por la Ley número 20.659 y
complementada por el Decreto número 45 del Ministerio De Economía, Fomento y Turismo, que
aprueba reglamento de la ley Nº 20.659, de fecha 28 de marzo de 2013, el que a su vez fue modificado
por el Decreto 76 del Ministerio De Economía, Fomento y Turismo, de 22 de marzo de 2013,que aprueba
el nuevo reglamento de la ley N° 20.659. Finalmente se debe considerar la Resolución Exenta número
2.535 del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo que aprueba manual de operaciones establecido
en el decreto número 45.
También es importante destacar la creación de un nuevo procedimiento: la “Migración”, el cual consiste
en “el acto por el cual una empresa o sociedad se traslada desde el Régimen General al Simplificado.”
(Ministerio de Economía, fomento y turismo (2018). Registro de Empresa y Sociedades. Recuperado de:
https://www.empresaenundia.cl/VD/Migrar/), para lo cual se exige un “Certificado de Migración al
Régimen Simplificado” el cual debe ser emitido por el Conservador en cuyo Registro de Comercio esté
inscrita la sociedad, luego traspasar los datos de dicho certificado al formulario del sistema, adjuntando
él mismo y otros documentos que puedan ser requeridos, para luego concurrir a un Notario quien
deberá validar la información ingresada con la que tendrá a la vista.

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Finalmente, corresponde agregar que actualmente solo es posible constituir Sociedad Limitadas,
Sociedad por Acciones, las Sociedades Anónimas y Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada
por la página, mientras que las Sociedades en Comandita a partir del 01 de diciembre del año 2020, al
igual que la Sociedad Colectiva Comercial.
El nuevo régimen crea un nuevo sistema de constitución, eliminando la necesidad de reducir a una
escritura pública la constitución de la sociedad, la inscripción y la publicación, pues con este sistema solo
se requiere el llenado de un formulario en línea.
En primer lugar, quien desee constituir una sociedad, deberá ingresar al sitio web
www.tuempresaenundia.cl, en el cual podrá seleccionar el tipo de sociedad que quiere conformar y
completar un formulario que incluirá las características de la sociedad, tales como la razón social, giro y
capital, identidad de los socios, entre otros, posteriormente un software convertirá la información
llenada en el formulario en un documento definitivo, este documento puede ser firmado digitalmente si
los interesados cuentan con Firma Electrónica Avanzada, de lo contrario deberán concurrir a cualquier
notaria para que sea el notario quien autorice las firmas de los suscriptores con un número de atención
que emite la misma página.
Una vez firmado el documento definitivo (ya sea con la suscripción con Firma Electrónica Avanzada o la
autorización del notario), el sistema entregará la información al Servicio de Impuestos Internos quien
otorgará RUT y permitirá el inicio de actividades, de acuerdo a lo establecido en la circular N° 60 del 07
de julio de 2015.

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