Colegio San Joaquín Religión 6to Básico

La Serena LA NAVIDAD Mr. Cristian Escares I.

2. La celebración de la Navidad

a. Origen y significado de la Fiesta de Navidad

Desde muy temprano en el cristianismo, sobre todo en las regiones del oriente
del Imperio Romano existió consciencia de la importancia de celebrar el
nacimiento de Cristo.
Si bien no existe información suficiente para determinar el día exacto en que
nació Jesús, sí sabemos con bastante precisión la época aproximada de su
nacimiento y con exactitud el pueblo donde nació. Esta falta de información no
fue obstáculo para que los cristianos buscaran celebrar el nacimiento de Cristo,
fijando una fecha para ello.
Las tradiciones más antiguas (en Jerusalén, Constantinopla, Alejandría de
Egipto) sugerían como fecha el 06 de enero, en la que se celebraban tres
acontecimientos relacionados al nacimiento de Cristo:
- La Navidad o el nacimiento mismo de Jesús,
- Su presentación en el Templo de Jerusalén,
- La Epifanía o visita de los Magos de Oriente a Jesús.
Con posterioridad, en Roma se separaron las celebraciones de la Epifanía y
Navidad. Epifanía se mantuvo el 06 de enero, mientras que Navidad se
trasladó para el 25 de diciembre. Esta modificación permitió que en Roma se
reemplazara la antigua fiesta del Sol Invicto por el del nacimiento de Cristo, dado
que para los cristianos él es el verdadero sol que nace de lo alto, que ilumina a
los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, y que guía nuestros pasos por el
camino de la paz.1
Para el año 345 en toda la parte occidental del Imperio Romano se celebraba
Navidad el 25 de diciembre, siendo adoptada también esta fecha por la mayoría
de los cristianos del parte oriental del Imperio y quedando en consecuencia como
la fecha definitiva para celebrar este acontecimiento.

Más allá de las dudas sobre el día exacto del nacimiento de Jesús, los cristianos
siempre han considerado de gran importancia celebrar este acontecimiento, pues
nos permite tener presente que:
1) Con el nacimiento de Cristo se cumplen las antiguas profecías sobre la
venida del Mesías o Salvador enviado por Dios.
2) Se inaugura la última y definitiva etapa de la historia de la
salvación, que comienza con la primera venida de Jesús hace 2000 años
y culmina con su regreso triunfante al final de la historia.
3) Es Dios mismo quien se ha hecho hombre en la Persona del Hijo. Ese
misterio recibe el nombre de Encarnación.
4) Jesucristo, en cuanto Dios hecho hombre, posee al mismo tiempo la doble
naturaleza humana y divina, siendo realmente verdadero Dios y verdadero
hombre. A ese misterio se le llama la unión hipostática.

1 Ver Lucas 1, 78-79.

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A partir de la reforma protestante en el siglo XVI, hubo cuestionamiento de parte

de algunos de esos cristianos respecto a la conveniencia de celebrar Navidad,
sobre todo teniendo en cuenta el desconocimiento de la fecha exacta del
nacimiento de Jesús. Incluso en algunos países que fueron influidos por el
protestantismo como Inglaterra, Escocia y Estados Unidos la fiesta de Navidad
fue prohibida totalmente o autorizada sólo para los católicos.
Con posterioridad, los nuevos regímenes revolucionarios y totalitarios como el de
la Revolución Francesa, la Revolución socialista Soviética, el Nacionalsocialismo
alemán o las dictaduras comunistas han también prohibido la Navidad o
intentado reemplazar su significado por otro acorde a su ideología.

En la actualidad, la celebración de Navidad se ha ido extendiendo a la mayoría

de los países, siendo celebrada por gran parte de la población mundial, y no sólo
por los cristianos. Se ha ido convirtiendo en una fiesta común centrada en la
familia y la bondad. Incluso en algunos países se ha ido dejando la palabra
“Christmas” por la genérica “Holidays”.
Para los cristianos es un desafío en el día de hoy no olvidar el significado original
de la Navidad, centrado en Cristo, adoptando también los elementos positivos
presentes al día de hoy como los valores familiares y de paz social, que se ahogan
en medio de los impulsos de consumo (excesos de regalos, gastos, compras) que
se aprecian en las fechas cercanas.

b. Tradiciones de Navidad

1) De San Nicolás a Papá Noel

San Nicolás fue obispo de la ciudad de Mira, en la actual Turquía, en el siglo IV.
El año 1087, ante la conquista musulmana del lugar, sus reliquias fueron
trasladadas por un grupo de cristianos a la ciudad de Bari, en Italia, donde se
conservan actualmente. Por eso se le conoce tanto como San Nicolás de Mira o
como San Nicolás de Bari.
Su fiesta se celebra el 6 de diciembre, siendo muy venerado en Rusia, Francia,
Grecia, Italia, el Norte de Europa, Alemania e Inglaterra.
San Nicolás era conocido por su bondad y su preocupación por los niños y los
más pobres. Se conservan algunas historias sobre sus acciones y milagros
hechos en vida:
Una noche, cuando llevaba tres bolsas de oro para las tres hijas de un
mercader arruinado, una de las bolsas cayó dentro de los calcetines que
colgaban de la chimenea para secarse. De ahí la costumbre de colgar
calcetines en espera de regalos.

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Otro hombre que había caído en miseria iba a vender a sus hijas para salir
de la pobreza. San Nicolás lo supo y por la noche arrojó limosna por una
ventana de la casa para evitar la deshonra de esas jóvenes.
Uno de los milagros más recientes, ocurrió durante la Segunda Guerra
Mundial. En un bombardeo a la ciudad de Bari una madre se separó de su
niño, quien apareció horas después a la puerta de la casa, sano y salvo. El
niño contó cómo un hombre que describió como San Nicolás lo ayudó, lo
protegió y lo llevó de regreso a su casa.
Con el paso del tiempo, a la figura de San Nicolás se han añadido la de otros
personajes creados a propósito de la Navidad (como la del holandés Sinter Klaas,
protector de los niños). Distintos trabajos de ilustradores y del comercio ha
llevado a la creación del actual personaje de Santa Claus o Papá Noel o Viejo
Pascuero, que ya no guarda relación inmediata con el santo católico San Nicolás.

2) Los Reyes Magos

Como ya se dijo, los cristianos del lado oriental del Imperio Romano celebraban
el día 6 de enero las manifestaciones de Cristo de su nacimiento, adoración de
los magos y el bautismo de Jesús. En cambio, los cristianos del lado occidental,
trasladaron la fiesta del nacimiento de Jesús para el 25 de diciembre,
conservando el 6 de enero para la Epifanía o fiesta de los magos. El episodio
de la visita de los magos se encuentra relatado en el Evangelio según san Mateo,
quien narra la llegada de unos magos de la región de Oriente que traen como
regalo a Jesús dones de oro, incienso y mirra, reconociendo que el niño es
verdadero Rey.
La Biblia no señala cuántos magos vinieron de Oriente, pero la tradición popular
ha fijado en tres el número, además de señalar sus nombres: Melchor, Gaspar y
Baltazar. También se les ha añadido el título de “reyes”.

La Navidad y los regalos

La costumbre de dar regalos para estas fiestas, especialmente a

los niños, se ha incorporado a las tradiciones cristianas desde
hace mucho tiempo. Sin embargo, no en todos lados se ha
escogido la misma fecha:

06 de diciembre (día de San Nicolás): Bélgica, Holanda y Francia.

24 de diciembre (víspera de Navidad): mayor parte de los países.

01 de enero (día de San Basilio): algunas iglesias orientales.

06 de enero (Epifanía): España e Italia.

3) El Pesebre

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El Pesebre, Belén o Nacimiento es la representación del nacimiento de Jesús por

medio de figuras.
Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues
aparece ya en el siglo IV pintado en la catacumba de San Sebastián de Roma. La
tradición popular del pesebre, sin embargo, es mucho más reciente. San
Francisco de Asís realizó la primera representación del nacimiento de Jesús.
Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y
posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del
pesebre representado por seres vivos o figuras. Durante la Edad Media y el
Renacimiento era costumbre representar escenas de Navidad en las iglesias. De
ambas tradiciones arranca la de los pesebres actuales con sus figuras de madera,
yeso, plomo, barro o cartón.
4) El Árbol de Navidad
Alrededor del año 723 san Bonifacio viajó a Alemania para convertirlos a la fe en
Cristo. En una aldea iban sacrificar un niño a Thor, dios del trueno, en la base
de un enorme roble sagrado. Bonifacio les quiso demostrar que Thor era un falso
dios que no se molestaría si no le hacían el sacrificio. Así que se acercó con su
báculo, destruyó el hacha con el que sacrificarían al niño, salvando a la pequeña
víctima. Entonces una gran ráfaga de viento derribó el roble con raíces y todo,
quedando destruido.
Entonces san Bonifacio le dijo al pueblo:
“¡Escuchen hijos del bosque! La sangre no fluirá esta noche […], porque
esta es la noche en que nació Cristo, el hijo del Altísimo, el Salvador de la
humanidad. Desde su venida los sacrificios han terminado.
Él es más justo que Baldur, más grande que Odín, más gentil que Freya
(todos dioses germanos). Thor, a quien han llamado en vano, es la
oscuridad y la muerte.
Así es que ahora en esta noche ustedes empezarán a vivir. Este árbol
sangriento ya nunca más oscurecerá su tierra. En el nombre de Dios, voy
a destruirlo”.
En su reemplazo, san Bonifacio tomó un pequeño abeto y dijo:
“Este pequeño árbol, este pequeño hijo del bosque, será su árbol santo esta
noche. Es el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes.
Miren como las puntas están dirigidas hacia el cielo”.
Así, los alemanes empezaron una nueva tradición esa noche, que se ha extendido
hasta nuestros días. Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se colocaron
las esferas y los focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al
mundo. Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que recuerda la
estrella de Belén y representa la fe que debe guiar nuestras vidas.