Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Capítulo
Identidad individual,
identidad colectiva y cultura
Palabras clave
El objeto cultural como signo de identidad. Consumos culturales. Construcción
de un nosotros que nos diferencia. La cultura como una cartografía. Estrategias
disponibles para circular por la cultura hoy.
Este capítulo fue reelaborado por Cristián González y María Laura Bagnato, con los
aportes de Juan Ignacio Donati y Laura Itchart, docentes de la materia Prácticas Culturales,
Instituto de Estudios Iniciales, Universidad Nacional Arturo Jauretche.
123
Prácticas culturales
La pregunta por la identidad es nodal para pensar las prácticas culturales. Dar-
le respuesta supone reflexionar sobre quiénes “somos”, cómo nos convertimos en
lo que somos y cómo la cultura es central en la construcción de nuestras posibi-
lidades de ser.
124
Prácticas culturales
Identidad y otredad
Desde diversas disciplinas, pero por sobre todo desde la filosofía, la psicología
y la antropología, prevalece una mirada antiesencialista de la identidad. Consi-
deran que las identidades no se presentan de manera “cerrada” o “pura”, sino que
están en permanente construcción y en relación con otras. Esa relación supone
jerarquizaciones y asimetrías, en tanto el poder es relacional.
En primer lugar, referimos a “el otro” (con minúscula), en tanto aquel extraño,
distinto, a quien puedo amar, puede ser mi enemigo o serme indiferente, pero
que como sea, advierte sobre los límites de la propia identidad, es decir, los otros
sujetos. En segundo lugar, referimos a “el Otro” (con mayúscula) como el espacio
donde se constituye el sujeto, el campo de lo simbólico, de la cultura, de la so-
ciedad, que varía según el espacio y el tiempo, que tiene una existencia previa y
externa al sujeto.
“Todos comenzaron a mirar a los demás y a querer ser mirado uno mismo, y
la estima pública tuvo un precio. Aquel que cantaba o danzaba el mejor; el más
bello, el más fuerte, el más diestro o el más elocuente se convirtió en el más consi-
derado, y este fue el primer paso hacia la desigualdad” (Rousseau, 2000).
125
Prácticas culturales
Esa afirmación que supone que somos en la mirada del Otro, que en principio
es difícil de asimilar, puede explicarse desde, por lo menos, tres argumentos.
Identidad y cultura
¿Qué relación hay entre identidad y cultura? ¿De qué manera y en qué grado
la cultura influye en la construcción de nuestra identidad? ¿Es nuestra identidad
construida por la cultura o es nuestra cultura fruto de las identidades que la
habitan?
126
Prácticas culturales
Siguiendo a Stuart Hall (2003), mientras que la idea de identidad como algo
cerrado y fijo ha dejado de explicar nuestros mecanismos de sujeción, la pregunta
por la identificación permite avanzar en la respuesta sobre lo que somos. Si desde
el sentido común la idea de identificación es una construcción que realizamos
a partir de reconocer un origen común o de compartir características con otra
persona o grupo de personas, desde la perspectiva discursiva que adopta el autor,
esa identificación es una construcción histórica, que siempre está en proceso, un
devenir basado en la contingencia.
127
Prácticas culturales
Con diferentes palabras, Rossana Reguillo Cruz (2000) afirma que la identidad
es un concepto relacional que supone simultáneamente un proceso de identifica-
ción y de diferenciación, lo que implica necesariamente una tarea de construcción
en interacción asimétrica con los/as otros/as, con los/as iguales y los/as diferentes.
128
Prácticas culturales
colonizado, en otras palabras, para que uno domine, el otro debe ser inexcusable-
mente dominado.
Estrategias y tácticas
Se trata entonces de desarticular la mirada totalizante y pensar la identidad
como una compleja trama de discursos, en la que median el poder, la cultura y
129
Prácticas culturales
otros sujetos. Se busca, además, avanzar sobre la idea de que no todos y todas
ocupamos el mismo lugar –en términos de poder- en una cultura. Sin embargo,
no ocupar un lugar privilegiado en nuestros espacios culturales no nos habla de
sumisión y de aceptación, sino de conflicto y resistencia.
Michel De Certeau (1996) introduce dos categorías que ayudan a pensar la for-
ma en que transitamos nuestra vida cotidiana según la posición cultural que ocu-
pamos: estrategia y táctica. La estrategia, hace referencia al cálculo efectuado por
los sujetos que ocupan un rol privilegiado de poder en un determinado campo
cultural (una empresa, una ciudad, una universidad, etc.), que son los poseedores
de ese lugar y planifican a largo plazo la administración de ese espacio. Al contra-
rio, la táctica es el medio que los “débiles”, que quienes no ocupan un rol de poder
en la cultura, tienen para contrarrestar la estrategia de los poderosos.
Estigmas y emblemas
Siguiendo a Erving Goffman (2006), la cultura y la sociedad nos proporcionan
los parámetros para categorizar a los individuos y atribuirles una identidad social.
Dicho de otro modo, el medio cultural establece las categorías de personas que
vamos a encontrar en él. En ese sentido, cuando nos encontramos con un extraño,
sin conocerle, podemos prever en qué categoría social se ubica, y anticipándonos
a conocerle, asignarle una “identidad social virtual”, una caracterización esencial
que no tiene necesariamente correlato con su “identidad social real”.
Ante la presencia de ese otro extraño, un “estigma” es una cualidad que lo des-
acredita, lo torna diferente al resto y lo vuelve socialmente despreciable. En la
Argentina, podemos ubicar la emergencia de variados estigmas sociales que han
130
Prácticas culturales
construido una frontera social en términos de nosotros y los otros, aquellos a los
que debemos despreciar y temer: cabecitas negras, descamisados, villeros, sub-
versivos, pibes chorros, guachiturros, planeros, paqueros, entre otros.
En ese proceso, la cultura ocupa un rol central, porque habilita diversos re-
ferentes desde los cuales ensayar nuestras identidades. Es decir, por un lado, la
cultura nos modela, construye diferentes posiciones de poder, produce estereoti-
pos y estigmatiza a determinados sujetos y colectivos; pero por otro, también es
el espacio en el que se llevan adelante procesos de resistencia y de producción de
identificaciones alternativas, donde los sectores subalternos pueden transfor-
mar el estigma en un emblema y donde se puede revertir la opresión.
131
Prácticas culturales
Referencias bibliográficas
Butler, Judith (2002). Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discur-
sivos del “sexo”. Buenos Aires: Paidós.
Reguillo Cruz, Rossana (1991). En la calle otra vez. Las bandas: identidad urbana
y usos de la comunicación. Guadalajara: ITESO.
132