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BEATRIZ JANIN

EL APRENDIZAJE ESCOLAR, UNA AVENTURA CON DIFICULTADES

¿De qué hablamos cuando hablamos de aprendizaje escolar?


Cada niño tiene su propia historia en relación con el aprendizaje escolar y cada
uno irá armando sus propios modos de aprender. Muchas veces, el fracaso en
los primeros grados de la escuela lleva a un niño a suponer que no puede, que
incorporar los conocimientos que se imparten es una suerte de misión
imposible y que tiene un "déficit" de por vida.
Aprender es efecto de múltiples historias. Es un acto complejo, que supone
atención, comprensión y apropiación del conocimiento. Se da en un vínculo y el
que transmite ocupa un lugar importante en ese entramado.

Pero el aprendizaje escolar supone algunas novedades: la escuela es el lugar


de inserción social del niño y lo que ocurra con él en esta institución cobra un
peso fundamental en su vida. La escuela le otorga una imagen de sí que puede
ser diferente de la de sus padres, pero también otorga a los padres una imagen
del niño. Además, el aprendizaje escolar -basado a su vez en otros
aprendizajes previos, como hablar, dibujar, respetar la palabra del otro o estar
sentado durante un tiempo- depende en gran medida de la obediencia a
normas. 'no tanto el niño tiene que aprender, en la escuela, algunas
cuestiones que no le interesan, que no convocan en él ninguna curiosidad, las
aprende más por búsqueda de amor y por temor al castigo que por un genuino
interés en el tema, lo que conlleva el riesgo de que ese "aprendizaje" no sea tal
en tanto el niño no se apropia de lo transmitido. Así, hay niños que fracasan en
la escuela sin tener dificultades de aprendizaje, sino que presentan problemas
para adaptarse a la situación escolar o para acatarlas reglas escolares. Esto
les ocasiona enfrentamientos constantes con los docentes, dejándolos
eventualmente fuera de] sistema educativo.

Cuando los niños necesitan moverse se le pide que se queden quietos durante
jornadas interminables. Si todo niño necesitan jugar y se le exige que trabajen
durante muchas hora' por día, se lo está privando de un medio privilegiado para
elaborar las situaciones traumática y para desplegar la creatividad. La
creatividad es una de las cuestiones fundamentales a desarrollar en la infancia
y el modo en que un niño la desarrolla e a través del juego dramático
espontáneo.

Aprender supone metabolizar lo recibido, poder ponerlo en cuestión, criticarlo si


es necesario, desarmarlo para poder incorporarlo y hacerlo propio.

EL APRENDIZAJE Y EL DESEO DE SABER: Lo que motoriza el aprendizaje


es el deseo de saber. Ese deseo se constituye por la articulación y
trastrocamiento de las pulsiones de dominio y de ver. Tanto el dominar como
el ver suponen un recorrido de oposiciones en que la vuelta sobre sí y el
trastorno actividad-pasividad van delimitando un movimiento de alternancias en
uno de cuyos polos la pulsión puede quedar fijada.

Para que un niño desee saber tiene que haber podido ubicarse como alguien
que' mira el mundo (y no solo es mirado) y como alguien que puede apropiarse,
dominar ese mundo (y no solo como alguien manejado por otros).

El deseo de saber es en principio un saber acerca de la sexualidad, un


preguntar acerca de las diferencias sexuales y el nacimiento (real o
fantaseado) de un hermanito. Se comienza a investigar frente a una fractura del
narcisismo infantil: "él tiene lo que yo no tengo" o "ella no lo tiene, yo puedo
perderlo".

En todo niño desde muy temprana edad, se pueden d despertar inquietudes,


preguntas, intereses y comenzar una investigación que se dirigirá primero a su
cuerpo y al cuerpo materno para desplazarse después hacia múltiples objetos.

A veces lo que está en juego es la sofocación de pensamientos,


fundamentalmente de interrogantes. La pregunta "¿por qué?" ordena un
pensar, una ilación de elementos.

El ser tenido en cuenta como sujeto pensante, como sujeto reflexivo por parte
de los adultos, es fundamental para que un niño pueda acceder a una lógica
secundaria. El soportar que un hijo sostenga ideas diferentes de las propias y
que pueda oponerse a los propios pensamientos abre un camino de
construcción ideática autónoma.
Por el contrario, las órdenes de romper enlaces, fracturar secuencias lógicas,
disgregar ideas y olvidar lo doloroso constituyen mandatos mortíferos
inconscientes que impiden el acceso al conocimiento.

ATENCION, COMPRENCION, APROPIACION.


Aprender implica atender, comprender y arropiarsc del conocimiento.
La atención se construye desde bebe, cuando un adulto significativo le
muestra a este el mundo como deseable. Y se va consolidando en la medida
en que alguien puede dejar de saltar de una idea a otra y de estar rígido por lo
impulsos.

Escuela demanda atención sostenida y selectiva en relación a temáticas que


muchas veces no son de interés del niño. los niños suelen atender a otras
cosas que no son las que la escuela demanda, mucho más n una época in que,
desde muy pequeños, son ubicados frente a estímulos como las pantallas, que
exigen otro tipo de atención a la requerida por la escuela.
Se suele confundir a los problemas de aprendizaje con falta de atención; no
obstante, alguien puede atender sin comprender o sin apropiarse del
conocimiento.
La comprensión implica poder ligar nuevas representaciones con saberes
previos y armar un recorrido novedoso.
Cuando enseñamos no sólo transmitimos contenidos, sino también modelos de
pensamiento. El enseñante otorga en el mismo acto de enseñar una manera de
ligar representaciones, de armar cadenas de pensamientos y articularlos con
otros.

Pero también hay obstáculos al pensamiento cuando:

*Predomina el terror, porque nadie puede pensar cuando ha quedado


subsumido en el estallido interno y en el quiebre de la representación.
*cuando el sujeto se somete absolutamente a otro, porque sin saberlo renuncia
a un pensamiento propio;
*cuando prima la desmentida o la desestimación de lo doloroso, porque para
poder desplegar Id as tenemos que pensar tanto lo placentero como lo
displacentero.
*cuando se reprime cualquier pen amiento que entre en contradicción con
mandatos superyoicos, cuando se supone que hay que responder a un "buen
pensar" y otras ideas caen bajo represión.

Un sujeto puede constituirse con agujeros representacionales, es decir, con


vacíos de pensamiento, a partir de la prohibición absoluta de pensar ciertos
temas. Cuando hay secretos familiares es difícil que un niño pueda preguntar.
A veces, esto lleva a desestimar el interrogante mismo.

En el proceso de simbolización tiene un doble sostén: las sensaciones


corporales y los intercambios con los otros. Todo niño tiene que organizar sus
propias sensaciones para sentirse unificado y constituirse como sujeto hablante
(y no mero repetidor de sonidos) y esto sólo se da en el lazo con otros.
Para que haya simbolización tiene que haber otro que haya sido libidinizado y
el niño mismo tiene que haber sido libidinizado por ese otro.Es decir, hay un
intercambio.
El representar simbólicamente posibilita filtrar los estimulas. Cuando uno
accede a la palabra, puede defenderse del exceso de excitación interno-
externo, mediatizándolo. Esto explica, entre otras cosas, por qué los niños que
no han accedido al lenguaje verbal suelen ser mucho más impulsivos y quedan
sumídos frecuentemente en estados de desesperación.
Entonces, las representaciones permiten:
• protegerse de los estímulos, en tanto mediadoras entre la realidad y el sujeto;

• soportar las pérdidas, en tanto posibilitan la recuperación de lo perdido a


través del pensamiento,
• sostener cierta continuidad en la representación de sí mismo.

Es decir, representar es un acto fundamental para la constitución subjetiva.


En relación a la apropiación del con cimiento, solo aprendemos efectivamente
si lo hacemos propio y podemos utilizarlo en diversas ocasiones.

Los IDEALES, son motores de aprendizaje en tanto señalan camino a seguir,


una meta a alcanzar. Pero, a veces si lo que se espera es que el niño sea "ya"
maravilloso y perfecto, eso puede operar como obstáculo de aprendizaje, en
tanto ese niño no va a tolerar ninguna imperfección, ninguna falla y va a
renunciar a encarar todo aquello que lo pueda dejar en un lugar de "fallido".
Esto suele ocurrir con niños que se angustian mucho frente a cualquier
pequeño error.

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